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Imperio persa

¿Cuál fue su principal legado?


El Imperio persa se originó tras la migración de una comunidad de pastores y agricultores que
provenía del sur de Rusia y se asentó en la meseta del actual Irán, al este de Mesopotamia, una
región poco fértil, pero cuyas montañas albergaban ricos minerales como el hierro, la plata y el
cobre.
Esto sucedió en el año 2000 a. C. Sin embargo, solo en el siglo VIII de esa misma era puede
hablarse de una unificación. El grupo social predominante era el de los medos, que mantenía el
control sobre los persas y los iranios.
Ciro el Grande fue la primera gran figura del Imperio persa, que llegó a dominar buena parte de
lo que ahora denominamos Oriente Próximo: desde la India hasta Egipto, y desde el golfo
Pérsico hasta el mar Caspio.
La expansión: el respeto por los pueblos conquistados
Ciro el Grande, que provenía del pueblo de los persas, encabezó una rebelión que puso fin al
dominio de los medos y, a la vez, dio impulso a la expansión del país, que por aquel entonces ya
reclamaba nuevos recursos para su supervivencia.
Lanzado a la búsqueda de mercados, Ciro conquistó el reino vecino de Lidia y algunas ciudades
griegas del Asia Menor. Luego hizo lo propio con Babilonia, Mesopotamia, Fenicia y Palestina.
Pese a la tenacidad y la resistencia de los soldados persas, el ejército de Ciro adquirió fama por
respetar las tradiciones culturales y religiosas de los pueblos conquistados. Una buena prueba
de ello fue cuando, tras apoderarse de Babilonia, permitió que los judíos que allí residían
volvieran a Jerusalén.
Pragmatismo, tolerancia y buena gestión
Esta actitud tolerante hacia otros pueblos se mantuvo tras la muerte de Ciro, que tuvo lugar en
el año 529 a. C. Tanto es así, que llegó a ser una seña de identidad que los siguientes
emperadores, por ejemplo Cambises y Darío I, inculcaban tanto a los soldados del ejército como
a los propios habitantes del imperio.
Para los persas, los otros pueblos eran enemigos hasta que eran derrotados y caían bajo su
dominio. Después, velaban por su integración.
Su sistema político-administrativo reflejaba tal idea. Las 21 provincias que llegó a tener el
imperio estaban gobernadas por la figura del sátrapa, que dirigía con libertad el destino de su
territorio a cambio del pago de un tributo a la administración central. Importaba poco qué
pensaran o en qué creyeran los habitantes de dichas provincias; lo esencial era que se
mantuviera unificado el imperio.
Otra prueba de ello es que la religión oficial de los persas, el Zoroastrismo, no se expandió del
mismo modo que su dominio militar. Los territorios ocupados conservaban sus creencias y
tradiciones al margen de que en el plano político-militar estuvieran sujetos a los designios del
emperador.
Mapa del Imperio Persa

El ocaso: pérdida de identidad y derrotas militares

De hecho, no es casual que el declive del Imperio persa coincida con la época en la que tales valores
dejaron de tener protagonismo.
El principio del final de los persas no solo se escenificó con la derrota en las Guerras Médicas, en las que
fueron incapaces de hacer frente al ejército de Grecia, pese a tener más combatientes. También hubo
factores sociales y culturales que dinamitaron la esencia de la unificación del imperio.

Después de Artajerjes I y Darío II, los últimos grandes emperadores persas, la política central y
periférica se degradó paulatinamente. Eran constantes las intrigas y las conspiraciones entre
familias en su lucha por el poder. Las provincias, ya de por sí diversas, perdieron poco a poco el
vínculo que las unía.
En el año 330 a. C, Alejandro Magno encuentra un conjunto de regiones desarticuladas y
caóticas que no tarda en conquistar. Su tránsito hacia oriente es el punto final de un imperio en
el que valores como la tolerancia y el respeto por las otras culturas desempeñaron un papel
decisivo para el buen gobierno.
Características del Imperio persa
Algunas de las principales características del Imperio persa fueron:
- Fue fundado por el rey Ciro II, que venció al rey medo Astiages, en el 550 a. C.
- Se expandió desde el actual territorio de Irán (zona de origen de los persas) por los
territorios de Afganistán, Arabia, Egipto, Pakistán, entre otros.
- Estaba liderado por un rey que era la autoridad absoluta del imperio.
- Fue uno de los imperios más extensos y destacados de la historia mundial.
- Abarcó aproximadamente doscientos años y estuvo liderado por la dinastía
aqueménide, representada por: Ciro II, Cambises II, Darío I, Jerjes, Artajerjes I, Darío III,
entre otros.
- Su capital estaba instalada en Persépolis, considerada uno de los máximos emblemas de
la civilización persa.
- Aplicó una política de tolerancia frente a los territorios conquistados, en la que se
destacaba el respeto por la libertad de culto, la autonomía política, una baja de
impuestos, entre otras medidas.
- Su territorio estaba dividido en satrapías que estaban conectadas entre sí por medio de
puentes y caminos.
- Se destacó en el comercio y en el desarrollo de rutas comerciales que permitieron
conectar todos los territorios del imperio.
- Su cultura tomó rasgos y tradiciones propias de los territorios conquistados y se
caracterizó por el desarrollo de la arquitectura y el arte.
- Fue derrocado por Alejandro Magno en el 331 a. C
Religión y cultura del Imperio persa

Mitra - imperio persa


Mithra es para los persas el dios del sol.
El Imperio persa se caracterizó por respetar la cultura y las tradiciones de las regiones
dominadas y, en muchos casos, incorporó varias de estas costumbres. Esto permitió que la
cultura persa se convirtiera en una de las más ricas de la región.
Los persas se destacaron en la construcción de palacios, grandes edificaciones amuralladas que
solían ser la vivienda de emperadores o nobles. El palacio de Persépolis, ubicado en el este del
país, fue uno de los más reconocidos y funcionó como la capital del imperio. Los palacios persas
se repartieron por los diferentes terrenos conquistados y estaban decorados con frescos,
mosaicos y esculturas.
En cuanto a la religión, los persas profesaban el zoroastrismo, religión que había sido revelada
por el profeta iraní Zoroastro y que planteaba la adoración a un dios supremo: Ahura Mazda.
También se cree que adoraban a Mithra (el dios equivalente al dios Apolo de los griegos).
Uno de los puntos principales de las conquistas persas era su gran tolerancia religiosa con los
pueblos conquistados, por lo que en el territorio del imperio convivieron diferentes tipos de
creencias y religiones.
Los persas se destacaron por su ritual de sepultura. Tras morir un ser querido no lo enterraban
porque consideraban que los cuerpos contaminaban la tierra. Los cadáveres, entonces,
quedaban sobre estructuras de piedra y eran devorados por aves carroñeras.

El palacio, símbolo de la arquitectura persa


Los palacios jugaban un papel destacado dentro de la civilización persa y su cultura. Estos
edificios actuaban como fortaleza y residencia de emperadores, con aspiraciones cuasi divinas,
que disfrutaban rodeados de ostentación y una amplia corte de vasallos.
Su construcción era compleja por dos motivos. En primer lugar, el tamaño, dado que eran
magnas edificaciones que los convertían en una ciudad dentro de otra ciudad. El segundo
motivo era su estilo arquitectónico y el detalle tallado en cada columna o escultura.
La arquitectura persa utilizaba diferentes materiales para la elaboración de sus construcciones.
Los principales eran:
- Madera
- Ladrillo
- Piedra
- Mármol (destinado a las edificaciones principales)
Los palacios persas tenían un diseño característico, con un esquema que prácticamente estaba
presente en todas las edificaciones que surgieron a lo largo de los siglos de dominio. Sus
principales características eran las siguientes:

 Debían estar situados en un terreno elevado. En caso de que la orografía fuese llana,
esta elevación se realizaba de manera artificial, mediante un complejo trabajo de diseño
y construcción.
 Estar amurallados
 Contaban con una puerta de columnas como entrada principal.
 Las habitaciones de la familia real solían estar apartadas en un recinto rodeado de
jardines.
 La Apadana era una de las zonas principales del palacio. Se trata de una sala de
audiencias donde los monarcas recibían a sus invitados o los regalos de sus súbditos. Las
más importantes fueron las de los palacios de Pasargadas, Susa (donde se encontraba la
famosa sala de las cien columnas) y Persépolis.
La arquitectura persa hace uso de abundante geometría simbólica, utilizando formas puras
como círculos y cuadrados. Las plantas se basan en los diseños simétricos que a menudo hacen
uso de patios rectangulares y salones.

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