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José Ángel Tapia Garrido
Información personal
Nacimiento 14 de marzo de 1914
Abla (Almería)
Fallecimiento 3 de agosto de 1992
Almería
Nacionalidad Española
Religión Iglesia católica Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Educado en Facultad de Teología de Granada Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Sacerdote e Historiador
Miembro de Real Academia de la Historia Ver y modificar los datos en Wikidata
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José Ángel Tapia Garrido (Abla, 14 de marzo de 1914 – Almería, 3 de agosto de 1992)
fue un sacerdote católico e historiador español, cronista oficial de la ciudad de
Almería, España.
Índice
1 Biografía
1.1 De la niñez al seminario
1.2 Vida pastoral
1.3 El cronista
1.4 Homenajes
2 Obra
2.1 Breve reseña fundamental
2.2 Relación pormenorizada
2.3 Artículos
2.4 Sin terminar
2.5 Inédita
3 Referencias
4 Enlaces externos
5 Bibliografía
Biografía
De la niñez al seminario
El padre Tapia nació en Abla, provincia de Almería (España) el 14 de marzo de 1914.
Sus padres fueron don José Tapia Gómez y Conrada Garrido Limiñana, quienes tuvieron
otros cinco hijos más. Realizó sus estudios primarios en el colegio “Ave María” del
barrio de El Quemadero de la ciudad de Almería, a donde marchó con su familia a la
edad de seis años. Su primer maestro de Historia fue don Miguel Romero Abadie.
Cursó bachillerato y magisterio en el seminario diocesano, donde ingresó con trece
años. En 1930 publicó en el diario “La Independencia”, bajo seudónimo, su primer
artículo sobre historia, tras adquirir un ejemplar de “El esplendor de Almería en
el siglo XI”, de Florentino Castro Guisasola. Vio interrumpidos sus estudios en
1936 al iniciarse la Guerra Civil Española, pasando a realizar trabajos de
oficinista. Trabajó en la Compañía de Electricidad del Valle de Lecrín. No fue
hasta el final de la guerra que pudo reanudar sus estudios. Se doctoró en la
Facultad de Teología de Cartuja. Allí aprendió de los jesuitas a hacer fichas y las
bases de la metodología científica. Permaneció en el seminario realizando diversas
tareas desde que se ordenó sacerdote en Granada en 1943, hasta 1948. En esos años
intentó marchar a Madrid o Valencia con la promesa al obispo de Almería de hacer en
tres años los cinco de la carrera de Historia, pero no recibió el permiso. En 1950
intentó iniciar dichos estudios con una beca de capellán en la Iglesia de
Montserrat en Roma, que promueve el Ministerio de Asuntos Exteriores, pero esta no
le fue concedida. Tras ordenarse también se encargó de la iglesia de Aguadulce.1
Vida pastoral
Ese año comenzó su labor de párroco a la que iría uniendo la de historiador al
poder estudiar los archivos locales de los pueblos en los que ejercía como
sacerdote. Primero fue en Vélez Blanco en 1948, de la que saldría su obra “Vélez-
Blanco, villa señorial de los Fajardo” (1959). Allí permaneció hasta 1954-1955. Su
paso es recordado por la recuperación de las tradiciones de Semana Santa, las
imágenes titulares y la del Santo Cristo de la Yedra (destruido en 1936, en la
Guerra Civil), construcción de una nueva ermita de Derde en 1950 (la vieja también
fue destruida en 1936), restauración de la iglesia parroquial de Santiago en 1954.2
Después en Berja, que daría lugar a la “Historia de la Baja Alpujarra” (1965),
premio Casa de Almería en Barcelona. En 1967 La Real Academia de la Historia lo
nombra miembro académico de la provincia. Al año siguiente aparece su historia de
los obispos de Almería, sobre la base de las notas tomadas del archivo de la
catedral. Esta obra despertó la atención del entonces obispo de Almería, Ángel
Suquía Goicoechea, amén de presidente de la Caja de Ahorros de Almería, quien
promovió una ayuda económica por parte de esta institución para que continara sus
investigaciones.
El cronista
Vuelve a Almería en los años 70, publicando a partir de entonces sus obras más
importantes. Aquella que comenzó a darle popularidad y que es una de sus obras
fundamentales sería “Almería, piedra a piedra”, en 1970, obra que recoge los
rincones típicos de la ciudad, sus restos arqueológicos, callejero, vestigios de su
pasado e imagen de su presente por medio de sus edificios, y que vería hasta 5
ediciones (Vitoria 1ª ed., 14 de octubre de 1970; ídem. 2.ª ed. corregida y
aumentada, D.L. VI-684-1974, ISBN 84-500-6435-X, 1974; Almería 3ª ed., 1980;
Almería 4ª ed., 1986) ampliando el material hasta casi triplicarlo en la edición
definitiva de 1992. Tras esta publicación el Ayuntamiento de Almería lo nombra
cronista oficial de la ciudad en 1971.
”Don José Tapia Garrido, el Padre Tapia, al que conocí en el Seminario, después de
párroco de Vélez Blanco y posteriormente en Berja, es ese sacerdote íntegro con un
pie en la tierra y otro en el Cielo, con una Misa del Alba para ofrecerse a Dios y
un peregrinar infatigable para darnos su ciencia. El ha sabido siempre estar en el
lugar exacto y en el momento oportuno.” Manuel Rodríguez Martínez
No fue solo un investigador solitario rebuscador de archivos. Al decir de Kayros
Tiene recorrida varias veces toda la provincia. No era fácil el acceso a los muchos
archivos. Bastante material guardado en ayuntamientos o en parroquias se destruyó y
perdió para siempre (especialmente durante la Guerra Civil). Gracias a su trabajo
de campo recogió 400 coplas, directamente de los niños o mujeres de los pueblos
almerienses, diversas formas de devoción mariana, estudio de la toponimia o la
demografía, libros de población y de apeos, descubriendo dos, el de Adra (que
apareció cosido al de Berja) y el de Dalías. Los topónimos árabes despertaron el
interés de historiadores como Menéndez Pidal o el estudio de Los Tres Vélez de
Gregorio Marañón, donde elogia al padre Tapia. En sus investigaciones recorrió los
archivos nacionales de Madrid, Córdoba, Simancas, Toledo, Barcelona o Granada.
”nos encontramos ante el intento más ambicioso de reunir, en una sola colección y
por un solo autor, la general historia de la provincia de Almería desde sus
orígenes hasta nuestros días.” José María Artero
Homenajes
Premio Casa de Almería en Barcelona, por Historia de la Baja Alpujarra.
La Real Academia de la Historia le nombra Académico de la provincia en 1967.
El Ayuntamiento de Almería le nombra en 1971 Cronista Oficial de la Ciudad.
Premio Montoro-Betes en 1972 por la obra “Historia de la Vera antigua”.
Durante los años 80 se suceden distintos homenajes, reconocimientos y
nombramientos.
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