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Con el nombre de los Panama Papers se conoce a la investigación periodística global liderada por

el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), que
expuso a la luz los negocios offshore de políticos, empresarios, deportistas y celebridades
internacionales. Se basó en la filtración de 11,5 millones de documentos internos del estudio
panameño Mossack Fonseca, la más grande en la historia del periodismo y la que tuvo -y sigue
teniendo- mayor impacto a nivel mundial.

Los archivos incluyeron correos electrónicos, listados de sociedades, beneficiarios, actas, escrituras
y registros de sociedades offshore intercambiados entre Mossack Fonseca y sus clientes, en los
últimos 40 años.

Hasta las primeras revelaciones periodísticas conocidas a nivel mundial en simultáneo el 3 de abril
de 2016, la gran mayoría de estas firmas creadas en jurisdicciones consideradas paraísos fiscales -
por su baja o nula tributación y el anonimato de sus dueños- se mantenían ocultas.

Si bien su constitución es legal, venían siendo utilizadas desde hacía décadas para evadir
impuestos o esconder bienes en un divorcio, y en el peor de los casos, lavar o ocultar dinero
proveniente del crimen organizado.

Hasta su cierre definitivo en marzo de 2018 a raíz del escándalo, el estudio panameño brindaba los
servicios de creación y apertura de sociedades en la jurisdicción elegida por el cliente. Por un fee
anual ofrecía además poner a un administrador y los directivos panameños que figurarían en los
papeles. Así se dificultaba saber quienes eran sus verdaderos dueños.

A nombre de estas sociedades "pantalla" -sin actividad real, oficina o empleados- se podía luego
abrir una cuenta bancaria en algún otro país y mover dinero o comprar propiedades o bienes en
cualquier destino del mundo.

Entre los nombres que aparecieron, figuraban más de un centenar de políticos de diferentes
países, así como sus familiares o socios cercanos, 12 jefes de Estado, futbolistas, actores,
empresarios y directores de cine.

Impacto

Desde abril de 2016, las revelaciones de los Panama Papers implicaron la apertura de numerosas
causas judiciales en todo el mundo, incluida la Argentina.

Políticos, empresarios y abogados fueron acusados ante la Justicia y en varios casos, como en
Panamá, Ecuador y Bulgaria, incluso detenidos. Los propios fundadores del Mossack Fonseca
fueron presos.

El primer ministro de Islandia, Sigmundur David Gunnlaugsson, renunció por sus lazos ocultos con
los bancos del país, e igual decisión tomó el primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif. Las
revelaciones también provocaron un paso al costado de varios ministros, como el de Industria,
Energía y Turismo de España, José Manuel Soria.

En Argentina, aparecieron en los Panama Papers los nombres del presidente Mauricio Macri, su
hermano Gianfranco y su padre Franco; el ex secretario privado de Néstor Kirchner, Daniel Muñoz;
el intendente de Lanús, Néstor Grindetti; el jugador Lionel Messi; entre otras personalidades, así
como numerosos empresarios.

A tres años de la investigación publicada en simultáneo en casi 80 países por más de 100 medios,
las multas y el monto de dinero que comenzó a tributar impuestos contabilizados por ICIJ suman-
al menos- USD 1.200 millones.

La cifra total, sin embargo, se estima que es superior ya que las autoridades fiscales de muchos
países –como es el caso de Argentina- no revelan información sobre los acuerdos alcanzados con
particulares y empresas en materia tributaria.

En nuestro país, según la investigación llevada adelante por el equipo local de ICIJ, el dinero
identificado alcanza los USD 104 millones en dinero, tenencia de bienes y accciones en el exterior,
blanqueados por argentinos ante la AFIP a partir de la amnistía fiscal lanzada por el Gobierno a
mediados de 2016.

A este monto se suman otros USD 73 millones de propiedades en el exterior pertenecientes al ex


secretario privado de Néstor Kirchner, Daniel Muñoz, que ya fueron identificados por la AFIP, la
Unidad de Información Financiera (UIF) y la Justicia, aunque aún no fueron recuperados para el
Estado.

Más allá de la identificación de dinero que hasta los Panama Papers permanecía oculto, hubo un
movimiento en numerosos países para terminar con la opacidad de las jurisdicciones de baja
tributación impositiva, utilizadas con frecuencia para la evasión fiscal.

A la par de un reclamo de mayor transparencia y regulación sobre los paraísos fiscales, la opinión
pública mundial se volvió mucho más crítica sobre el uso de firmas offshore por parte de la
dirigencia política, empresarial, y de las estrellas del deporte y la comunidad artística
internacional.

La legislación se endureció en Europa, la industria offshore redujo drásticamente su actividad, y


ahora las autoridades fiscales tienen acceso público a medio millón de compañías creadas en
paraísos fiscales de las que hasta hace tres años no se sabía. Los ciudadanos de todo el planeta
tienen mucho más cuidado a la hora de buscar ocultar su patrimonio en jurisdicciones extranjeras
de baja tributación.

EN EL CASO DE BOLIVIA

Al igual que en caso de corrupción dentro de nuestro país y que en mchos casos intervienen
personajes extranjeros al igual sucede con las revelaciones inéditos de la transacción para la
compra de las acciones de Elfec por la empresa cochabambina Comteco en abril de 2008. Una
multimillonaria operación que involucra recursos públicos y que ha estado envuelta en dudas,
denuncias y una serie de cuestionamientos. Documentos obtenidos Panama Papers evidencian al
menos tres reuniones clave que se realizaron en Cochabamba para la conformación de las juntas
directivas de las offshore y una posterior transacción que se vio frustrada ante un cambio de
decisión que apuntó a la disolución de las empresas. Hoy la cooperativa Comteco, una empresa
emblema en Cochabamba, exige un pago de 90 millones de dólares por la estatización de su
paquete en la eléctrica.

Son 274 empresarios los que está detrás de las 127 empresas offshore identificadas. La mayoría de
ellos concentran sus actividades en La Paz y en Santa Cruz, y provienen de influyentes sectores
como la agroindustria y la minería.

Se podría clasificar en cinco grupos los movimientos empresariales de bolivianos en Panamá. Por
un lado están las offshore creadas para ser accionistas de empresas bolivianas. Un empresario o
grupo empresarial les transfiere sus acciones a su empresa creada en Panamá y su nombre deja de
aparecer como accionista de una empresa sin que en realidad deje de serlo. Hay un listado de al
menos 10 offshore que se las puede rastrear en los reportes de la ASFI y de la Bolsa de Valores.
Todas ellas -y otras más- pasaron por el Consulado boliviano en Panamá. El Estado boliviano, por
medio de su Embajada de Bolivia en Panamá, conocía la ‘movida’ del mundo offshore. Se
encontraron documentos que detallan cómo desde 2007 hasta 2015 el consulado boliviano puso
su firma y sello en los documentos de al menos 57 sociedades pantalla.

Hay otros grupos de empresas que figuran como compradoras de los productos de algunos de sus
accionistas para luego revenderlos a una tercer empresa también extranjera. También hay
compañías afincadas en Panamá que prestan millones de dólares a empresarios bolivianos que en
realidad son sus mismos dueños. También hay otras en las que sucede al revés, que absorben
deudas en Bolivia de sus accionistas. El último grupo detectado son los grupos familiares que
resuelven una herencia o un divorcio a través de una offshore. Gabriel Dabdoub, expresidente de
la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, explica que esto se hace para propiciar que
la empresa continúe operativa mientras los herederos o litigantes llegan a un acuerdo.

Uns comision legislativa en 2017 halló vínculos de Papeles de Panamá con 360 empresas
registradas en Bolivia y 108 personas naturales, de las cuales 29 personas y 67 empresas están
ligadas a Navi International.

la presidenta del Senado en aquel entonces Adriana Salvatierra; y otras autoridades presentaron el
informe de conclusiones. Bolivia perdió al menos 1.134 millones de dólares por la evasión
impositiva de empresas que aprovecharon los paraísos fiscales entre 2015 y 2017, por lo que las
autoridades del Ejecutivo y la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) anunciaron la aprobación
de una ley para combatir la defraudación fiscal.

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