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Aprende a reconocer lo valioso: El comerciante de perlas


finas:
¿Te imaginas levantarte mañana y comenzar a tener un súper poder?.
¿Te imaginas tener el súper poder de descubrir lo valioso que hay en
ti, lo valioso que hay en tu vida?. ¿te imaginas despertar con el súper
poder de mirar a los demás y descubrir todos sus valores, todo lo que
valen?. ¿Cómo afectaría a tu vida el ir viendo sólo lo valioso de ti
mismo y de los demás?. Este es un súper poder que Jesús quiere darte,
bueno ya te dio, pero todavía no lo sabes jejeje, todavía no lo has
descubierto del todo.
Te invito a mirar juntos la parábola de Jesús que habla de este súper
poder. Es la parábola del comerciante de perlas finas, que nos trae el
evangelio de San Mateo, 13, 44-46. Escuchemos el relato:
“El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas
finas, que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que
tiene y la compra”. (Mt 13, 44-46). El que trabaja con perlas finas,
tiene la mente y los ojos acostumbrados a percibir lo valioso, tiene los
ojos acostumbrados a descubrir “lo que tiene valor”. ¿Te imaginas
tener los ojos de ese comerciante y comenzar a descubrir lo “valioso”
en todas partes? ¿Cómo cambiaría tu vida?
Imagina por ejemplo que mañana te despiertas y eres capaz de
descubrir lo valioso que hay en ti mismo, ¿Como te sentirías?, ¿Qué
cambiaría en tu vida, si mañana te levantas y puedes ver la perla que
hay en ti?
¿Qué pasaría si adquieres la capacidad de descubrir lo valioso que
tiene tu esposa, tu esposo, tus hijos, tu trabajo, tu país? ¿Cómo
cambiaría tu vida?
Pero este comerciante no sólo tiene la capacidad de percibir lo valioso
en general, en todo y en todos, sino que es capaz de encontrar aquello
que es de “gran valor” para él, ha sido capaz de distinguir aquello
“que es lo súper valioso en su vida” y por este súper valor lo sacrifica
todo, lo vende todo, lo pospone todo.
¿Qué pasaría si mañana te despiertas y ves todo lo que tienes que
hacer ese día, y te das cuenta de que a través de esas actividades estás
cuidando cosas valiosas, importantes, pero en medio de todas ellas
encuentras aquella relación, aquella persona, aquella misión, que es lo
súper-mega valioso para ti y resulta que a penas le estás dedicando 5
minutos? ¿qué harás? Este comerciante de perlas finas cuando
encontró esa que era “de gran valor para él, de gran valor en su vida”,
comenzó a tomar opciones y decidió vender, dejar, posponer todas las
otras perlas para concentrarse en la que aportaba más valor a su vida.
¿Qué pasaría si tú tomaras la misma decisión?, ¿qué pasaría si
revisaras tu vida y tuvieras la capacidad de ver “la gran perla” “lo que
es más valioso para ti” y dejar en segundo plano todo lo demás?
¿cómo te sentirías? ¿qué cambios habría en tu calidad de vida?
Jesús nos dice que el reino de los cielos se parece a personas que
miran, sienten, piensan y actúan como aquel comerciante especialista
en perlas finas, en perlas de gran valor. Nuestro maestro y Señor nos
está diciendo que, si queremos entrar en el reino de los cielos, es decir
en la felicidad según Dios, nos tenemos que parecer más a este
comerciante de perlas finas, que aquel hombre que tenía acumulada
todas sus riquezas en los graneros y que al final cuando ya había
alcanzado la meta y el estatus social de ser rico le alcanzó la muerte y
todo lo que acumuló ni lo disfrutó él, ni hizo nada bueno con ello. (Lc
12, 16-21)
Porque vivir una vida plena y feliz, es decir, entrar en el reino de los
cielos, no tiene nada que ver con el verbo ACUMULAR sino con los
verbos: DESCUBRIR Y OPTAR. Porque una vida plena y feliz no
consiste en acumular dinero, o conocimientos, ni siquiera
experiencias. Lo que mas te acerca a una vida plena y feliz desde
Dios, lo que mas te acerca al reino de los cielos es descubrir lo que
realmente importa, lo más valioso para tu vida y optar ello,
posponiendo todo lo demás.
Ser como ese comerciante de perlas finas, especialista en descubrir y
optar por lo valioso, es el nuevo lente, que te permitirá descubrir lo
verdaderamente importante de tu vida y optar por ello sin mirar atrás.
Ser como este comerciante de perlas finas es un nuevo chip que puede
dirigir tu vida en la dirección correcta, en la dirección del reino de los
cielos, en la dirección hacia una vida más plena y feliz, en la dirección
hacia Jesús.

Hay muchas cosas valiosas en tu vida, pero la más valiosa es que has
sido amado primero. Ya has sido amado por Dios que te creó y que
murió en la cruz por ti. El amor que Cristo te tiene te hace ser el ser
más valioso del universo. Canta y repite muchas veces estas palabras
de San Pablo: “Jesús me amó y se entregó por mi!. Le devolverán a tu
vida la luz y esplendor de ser una vida valiosa. De ser una existencia
amada. Repite y canta conmigo: “Jesús me amó y se entregó por mi”.

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