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Los Siete Tiempos

Está profecía indica en que año fue establecido el Reino de Dios en los cielos.

1. ¿En qué consiste la profecía? (Lea Daniel 4:1, 10-16) En resumen: Dios hizo que el
rey de Babilonia llamado Nabucodonosor tuviera un sueño profético. En ese sueño el
rey vio un enorme árbol era cortado y que se impedía que su tocón volviera a crecer
por un período de “Siete Tiempos”. Una vez cumplido ese plazo, el árbol crecería de
nuevo.

2. El cumplimiento inicial de la profecía. (Lea Daniel 4:20-22, 25, 34-36) El enorme


árbol representó al propio rey Nabucodonosor, quien de manera “simbólica” fue
cortado cuando se volvió loco y dejó de ser rey. Pasó un período de siete años en ese
estado, allí se cumplió los siete tiempos para Nabucodonosor. Al final, Dios le
devolvió la cordura, y Nabucodonosor reconoció la autoridad divina y recuperó su
puesto.

3. Pruebas de que la profecía tendría un cumplimiento mayor. Fijémonos en el


propósito de esta profecía: “Que todo el que vive sepa que el Altísimo es
Gobernante en el reino de la humanidad y que él se lo da a quien él quiere, y sobre
él coloca incluso al hombre más humilde” (Daniel 4:17). ¿Colocaría Dios al orgulloso
Nabucodonosor en dicho puesto? Claro que no. De hecho, Dios ya le había revelado
en otro sueño profético que ni él ni ningún otro líder político ocuparía esa posición.
Dios mismo establecería “un reino que nunca será destruido” (Daniel 2:31-44).

En la antigüedad, Dios estableció un reino para representar su autoridad en la Tierra:


la nación de Israel. Sin embargo, permitió que este reino fuera reducido a ruinas
porque sus gobernantes le fueron infieles y predijo que daría la autoridad real a “el
que tiene el derecho legal” de recibirla (Ezequiel 21:25-27). La Biblia identifica a
Jesucristo como aquel que tiene el derecho de recibir ese reino que nunca será
destruido (Lucas 1:30-33). A diferencia del orgulloso Nabucodonosor, Jesús es
“humilde de corazón”, una característica mencionada en la profecía del capítulo 4 de
Daniel (Mateo 11:29).

¿Qué representa el árbol en el cumplimiento mayor (o segundo cumplimiento) de


la profecía? En la Biblia, los árboles a veces representan gobiernos (Ezequiel 17:22-
24; 31: 2-5). Y en el cumplimiento mayor (o segundo cumplimiento) de la profecía
del capítulo 4 de Daniel, el enorme árbol representa el gobierno de Dios.

¿Qué significa el hecho de que el árbol haya sido cortado? Como vimos, en el caso
de Nabucodonosor representó una interrupción de su reinado. Y lo mismo
representó en el caso del gobierno de Dios en la Tierra. Esa interrupción se produjo
cuando Nabucodonosor acabó con Jerusalén, ciudad donde gobernaba una línea de
reyes israelitas. Dichos reyes se sentaban en “el trono de Jehová”, es decir, eran
representantes de Dios (1 Crónicas 29:23).
¿Qué representan los “siete tiempos”? Los “siete tiempos” representan el período
durante el cual Dios permitiría que las naciones del mundo gobernaran sin la
intervención de algún reino establecido por él. Dicho período comenzó en octubre
del año 607 antes de la era común (a. e. c.), que según la cronología bíblica, fue
cuando los babilonios destruyeron Jerusalén (2 Reyes 25:1, 8-10).

(Para saber con detalle de cómo se sabe que los babilonios destruyeron Jerusalén en
el año 607 a. e. c. vea: “¿Cuándo fue destruida Jerusalén? (Primera parte)”,
de La Atalaya del 1 de octubre de 2011, páginas 26 a 31, y “¿Cuándo fue destruida
Jerusalén? (Segunda parte)”, de La Atalaya del 1 de noviembre de 2011, páginas 22
a 28.)

¿Cuánto duran los “siete tiempos”? A diferencia del caso Nabucodonosor, no duran
siete años. ¿por qué? Para saber el porque fijémonos en las siguientes palabras de
Jesús: “Jerusalén [que era un símbolo del gobierno de Dios] será pisoteada por las
naciones hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones” (Leer Lucas
21:24). Como vemos en esta profecía, Dios permitiría que las naciones pisotearan, o
despreciaran, su autoridad durante “los tiempos señalados de las naciones” Ese
período es el mismo que los “siete tiempos” del capítulo 4 de Daniel. De modo que
cuando Jesús pronunció esas palabras, los “siete tiempos” aún no habían acabado.

La propia Biblia nos ayuda a determinar la duración de esos “siete tiempos”


proféticos. Primero, leamos Apocalipsis 12:6, 14. Allí dice que tres tiempos y medio
equivalen a 1.260 días. Por lo tanto, “Siete Tiempos” (el doble de tres tiempos y
medio) equivalen a 2.520 días. Además, debemos ver como en algunas profecías
bíblicas se encuentra la siguiente regla: “Un día por un año” (Números 14:34;
Ezequiel 4:6).

Aplicando esta regla, los 2.520 días representan 2.520 años.

Así que los “Siete Tiempos” terminaron en Octubre de 1914.

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