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Pinedo enfrenta una segunda crisis que es la desatada por el estallido de la Segunda Guerra
Mundial. Para la Argentina, esto significa que la posibilidad de exportar su producción está
cerrada, los mares se convierten en campos de batalla entre los países. En este contexto, la
industrialización deja de ser una opción entre otras y es impuesta por
los acontecimientos.
El estallido del conflicto pone al descubierto el triángulo forzoso al que está sometida la
Argentina desde la década del 30. Por un lado, depende de Gran Bretaña como principal
mercado exportador agroalimentario y, por el otro, de los Estados Unidos en cuanto a capitales,
tecnología y de bienes de capital.
Nuevamente la crisis obliga a innovar y Pinedo, Ministro de Hacienda por segunda vez, es el
gran protagonista e impulsor de la innovación. En 1940 lanza uno de los planes más
innovadores y más avanzados de toda la historia argentina, además de representar uno de los
esfuerzos de política económica más racional a partir de una acabada compresión
de lo que estaba en juego en el mundo, de las posibilidades argentinas, de las restricciones
ineludibles y de la necesidad de que el crecimiento
económico estuviera unido a una drástica readecuación de su inserción
internacional14.
Pinedo plantea en 1940 una estrategia de crecimiento económico cuyo eje es una
industrialización especializada, capaz de competir internacionalmente utilizando sistemática e
intensivamente las materias primas nacionales 15. Por lo tanto, con una intensa presencia de la
industria agroalimentaria, lo que implicaba una doble reinserción internacional hacia los
Estados Unidos y hacia Brasil.
La estrategia de crecimiento económico propuesta por Pinedo, donde el componente industrial
es fundamental y complementario al desarrollo agrícola, es al mismo tiempo una nueva forma
de inserción internacional. Dice Pinedo en su mensaje al Poder Ejecutivo “Busca crear las
condiciones necesarias para reactivar la economía nacional, acudiendo en ayuda de los
productores más duramente castigados por las circunstancias, para evitar la paralización de
las actividades de la campaña y su propagación a otros sectores y ofreciendo estímulos a la
iniciativa privada en la industria y en la construcción”17
En otro discurso Pinedo sostiene que: “El Brasil como la Argentina no están en condiciones de
inferioridad con respecto a ningún país de la tierra. No necesitamos que se nos aseguren
condiciones artificiales de privilegio para que podamos colocar en el mercado universal
cereales o café, lino y caucho, carne o algodón, cuero y lana. Todo eso y mucho más podemos
producirlo y venderlo en condiciones que desafían toda competencia, procurándonos en
cambio, en condiciones óptimas, otros productos del trabajo humano” 1
El papel de los Estados Unidos en el Plan Pinedo
Otro elemento central del plan de Pinedo de 1940 es su reconocimiento del significado de la
civilización norteamericana. Pinedo retoma la tradición de grandes viajeros argentinos a los
Estados Unidos.
Cuando Sarmiento recorre el país del Norte en 1847 reconoce al sistema político americano en
los siguientes términos “vi la democracia local norteamericana, esa cosa loca, anárquica pero
llena de vida”. También Carlos Pellegrini en 1902 afirma que “si hubiera ido a Estados Unidos
diez años antes, veinte años antes, hubiera comprendido de antemano la necesidad de abrir el
sistema político, porque la fuerza de los Estados Unidos está en sus instituciones”.
El maestro de Pinedo, Juan B. Justo, también lo había comprendido al reconocer que los
Estados Unidos no era un gran país entre otros, sino una civilización distinta. Pinedo viaja
extensamente por Norteamérica y advierte, al igual que lo habían hecho Sarmiento, Pellegrini y
Justo, que su fuerza estaba en sus instituciones y en su cultura antes
que en su economía o en su poder militar.
Dice Pinedo:“La naturaleza ha dotado a los Estados. Unidos en forma privilegiada, pero es el
trabajo del hombre, es el empuje, la audacia, la tenacidad norteamericana, lo que ha puesto en
valor toda la inmensa riqueza del país, sacando provecho de recursos que en otras partes del
mundo no se han explotado o explotado a medias, es la organización norteamericana, es su
régimen político y social lo que ha hecho que la riqueza del país sea traducidos en el bienestar
material de masa enormes de seres humanos” 20
Para Pinedo, la búsqueda de la inserción internacional de la Argentina con los Estados Unidos
está pensada en términos del propio interés nacional y del contexto histórico. En ningún
momento rechaza la posición de Roque Sáenz Peña, en la Primera Conferencia Panamericana de
1890, en la que rechazó la propuesta del gobierno norteamericano
de creación de una zona de libre comercio hemisférica bajo el nombre Unión Aduanera, con el
argumento de que la inserción de la Argentina en términos económicos estaba en Europa y no
en Estados Unidos. La postura de Pinedo obedece a que considera que las decisiones de los
líderes políticos dependen del momento histórico, y en ese período (1890)
la opción por Europa era la más adecuada. Sin embargo, el mundo de principio de siglo no
existía más y en el nuevo escenario internacional que surgía, el papel de los Estados Unidos era
absolutamente crucial. Por este motivo, el crecimiento económico, basado en una industria
especializada en nuestros propios recursos naturales, depende de la construcción de un triángulo
entre los Estados Unidos, Brasil y la Argentina.
Al respecto, sostiene:
“Después de una gira por los Estados Unidos vuelvo a la Argentina profundamente convencido
(dice al diario La Nación) de la necesidad de promover, en todas las formas posibles, nuestro
acercamiento hacia esa nación maravillosa. Los Estados Unidos no son un país: forman un
mundo, rico, próspero, culto, progresista y emprendedor para el cual está abierto el camino al
futuro”23.
El Plan Pinedo es un programa de industrialización, de creación de un segundo motor que
complemente a la producción agrícola. Pinedo se negó siempre a descalificar el agro en favor de
la industria. La industrialización que propone se construye sobre la base de las ventajas
comparativas y se apoya en el uso intensivo de materias primas. Esta vinculación entre agro e
industria da origen a las “industrias naturales”, que son aquellas orientadas a la exportación, y
especializadas en las materias primas nacionales.