SOBRE EL CONCEPTO DE HISTORIAi
Se dice que hubo un autémata en tal forma construido que habria
replicado a cada jugada de un ajedrecista con una contraria que le ase~
\guraba ganar la partida. Un mufeco con atuendo turco y teniendo en
In boca un narguile se sentaba ante el tablero colocado sobre una espa
ciosa mesa. Con un sistema de espejos se provocaba la iusién de que
cesta mesa era por todos lados transparente. Pero, en verdad, alli den-
tro habia sentado un enano corcovadlo que era un maestro en el juego
del ajedrez y guiaba por medio de unos hilos In mano del muieco.
Puede imaginarse un equivalente de este aparato en filosofia. Siempre
debe ganar el mufeco llamado é:materialismo histérico®. pudiendo
‘enfrentatce sin mie con cualquiera si toma a la teologia a su servicio’ Ia
cual, hoy dia, es pequefia y fea, y no debe dejarse ver en absoluto.
0
*
Ia frase, que procede de Gotfried Keller, nos sefala el lugar en que el
inaterialismo historico viene a atravesar exactamente la imagen hist
rica del historicismo. Por euanto es una imagen ya irrevocable del
pasado que amenaza disiparse con todo presente que no se reconozca
aludido en ella
VI
“Articular el pasado historicamente no significa reconocerlo «tal y
‘como propiamente ha sido>"*. Significa apoderarse de un recuerdo
que relampaguea en el instante de un peligro. Al materialismo hist6-
sco le toca retener una imagen del pasado como la que imprevista~
mente se presenta al sujeto hist6rico en el instante mismo del peligro.
+ Gouied Keller, De Sil Jom dean, Stator, 1966p. 4. [N- dl]
Je Leopold yo Mae (795-1886), Cobian dg Vir i de
‘put tna geranr) en Sth Were [Ove opi XG XXIV, Lepeg
1p pM dal)308 SORE EL CONCEFTODE Wis
'Y éste amenaza tanto al patrimonio de la tradicién como a sus p
receptores. Para una y otros él es uno y ol mismo: a saber, conve
cn instrumento de la clase dominante. Asi, en cada época es p
intentar arrancar de nuevo la tradicién al conformismo que siem}
halla a punto de avasallarla, El Mesias no viene solamente cos
Redentor; viene como vencedor del Anticristo. El don de encer
chispa de la esperanza slo es inherente al historidgrafo que esté
veneido de que ni los muertos estarén seguros ante el enemigo si es 4
éste vence. Y ese enemigo no ha cesado de vencer.
vu
Pensad on las tinieblas y el gran
cen este valle que reruena de lames
Bexotr, Ladera de res cn
Alhistoriador que quiera revivir una época, Fustel" le recomiet
quitarse de la cabeza enteramente todo cuanto sabe del decurso po
rior de la historia", No cabe definir mejor el procedimiento con q)
ha roto el materialismo histérico: un procedimiento de empatin,
origen es la pereza del corazén, la acedia que desespera apoderarse de
que es la auténtica imagen histériea que relampaguea fugazment
Entre los tedlogos de la Edad Media, la acedia pasaba por fundament
originario de la tristeza. Asi, Flaubert, que la habia conocido, ese
lo siguiente: «Peu de gens devineront combien il a fallu étre tris
+ Chk. Brecht, Lajos cntoo, en Taocomple, vo. V, Biblotees Nueve, Bue
Aires 1967p. 98. (N- del T.]
te Numa Denis Fuse de Coulanges (180-1880) hitoriador francés. Fue profesor
Jas universidades de Eatruburgo ya Sorbona. Enire mobs destacan Lactate
‘ed niga] (180g), en ta que expone el deaerllossticional dela ctdad dese]
primitna sociedad fama hat el Tmperio Ronan, « Hato ds tuts
Free [ter de lar cto Proc one (18751892), en la que subi
agen romano de muchas inttciones pimitivts, tanto sehoriaes como feuds
reba I historia no como un are, sna como uaa ceneia®, IN, del TE]
Denls Fusel de Goulanges, Lact ele Ease td noe de
Gre de ome Ua ida nts Eure et, ds a indtclon de Gree
Ral Pais r864. p- 2 (N-delT]
sor Pas persona podrinadvinar cut trie fue prio encontrar para poder rsue
‘Caraga Cie. Gostate auber, Cane, Callanard, Pai 199 psp IN del Ty
o0neEL coc EPT09& HISTORIA 309
pour ressusciter Carthage>"*"*. La naturaleza de dicha tristeza se nos
hace mas clara si se plantea la pregunta de con quién empatiza, pro}
mente hablando, el historiégrafo del historicismo. La respuesta suena,
indefectible: empatiza con el vencedor. Pero los eada vez poderosos
son los herederos de los que siempre han vencido. La empatia con los
‘yencedores siempre benefieia por consiguiente a los eada ver, podero-
408. Con lo cual, en Jo que hace al materialista historico, ya se ha dicho
bastante. Quien quiera que, por tanto, hasta este dia haya conseguido
la victoria marcha en el cortejo triunfal en que los que hoy son pode-
rosos pasan por encima de esos otros que hoy yacen en el suelo, Asi tal
como siempre fue costumbre, el botin es arrastrado en medio del des~
file del triunfo. Yo Haman bienes culturales, Estos han de contar en el
snateriainte hiskiniee cous wi observador ya distanciads. Pues ese que
de bienes culturales puede abarcar con la mirada es para él sin exeep~
cién de una procedencia en la cual no puede pensar sin horror. Su
existencia la deben no ya s6lo al esfuerzo de los grandes genios que los
han creado, sino también, ala vez, ala servidumbre anénima de sus
contemporaneos. No hay documento de cultura que no lo sea al
tiempo de barbarie, Y como él mismo no esta libre de barbarie, tam~
poco lo esti el proceso de transmisién en el cual ha pasado desde el
uno al otro. Por eso el materialista historico se distancia de ella en la
medida en que es posible hacerlo. Y considera como su tarea cepillar la
historia a contrapelo.
vit
Latradicion de los oprimidos nos ensena que el “estado de excep-
cién> en que vivimos es sin duda la regla. Ast debemos llegar a una
concepcidn de la historia que le corresponda enteramente. Entonees
ya tendremvs « la visla como nuestra tazea Ia instauracién del estado
real de excepcién; con ello mejorar nuestra posicién en la lucha con-
tua el fascismo. No en tiltimo término consiste su suerte en que los
adversarios salgan a su encuentro en nombre del progreso en cuanto
norma histrien El arombro por qu a come que extemosvviendo
aiin> sean posibles en cl siglo XX no es filos6fico. Y no esta en el ini-
sie de-ningen upede tonodinento, ale de-quels Mes delx boca
de la que deriva es completamente insostenible.310 SOBRE EL CONCEPT DE HISTORIA
Ix
Mi ala esta dispuesta 4 dar im
me salerte my uso cin,
pues i siguicse endo tiempo
tendria pos fortuna,
Grmease Soros, Sli
Angra”
Hay un cuadro de Paul Klee llamado Angel: Noss”. En ese cua
representa a un éngel que parece a punto de alejarse de algo ak
mira fjamente. Lot jon ae le ven desorbitado, thene la boen abi
ademas las alas desplegadas. Puet este agpecto debe tener el dng
In historia, El ha vuelto el rostro hacia el pasado, Donde ante n
aparece una cadena de datos, d ve una tiniea catistrofe que amoi
incansablemente ruina tras ruina y se las va arrojando a los pies.
Je gustaria detenene, dexpertara los muertos ecomponer fod
zado. Pero, soplando desde el Paraiso, una tempestad se enreda
alas, y es tan fuerte que el angel no puede cerrarlas. Esta tempest
empuja incontenible hacia el futuro, al cual vuelve la espalda mie
el camulo de ruinas ante él va ereciendo hasta el cielo. Lo que ll
‘mos progreso ¢s justamente esta tempestad.
Gershom Scholem (1847-1982): Gloifo slemén. Eminent etudioeo de le Ci
tuna sutoridad en el misticiomo judo, en 192 emignd « Palestina, de a que
fesidenetia permanente. Desde 192 hasta 1965 fue profesor en la Univens
Hebres. En 1946 fue encargado de a recuperattin de lot esoveseultorals jon
Jainmenst eatistrofe producida durante In Segunda de lax guerras mundiaes.
ttato frecuent e allaente con mucho peares del siglo 2X, entre ellos Be
Adorno. Est estrofa presiene del poeta, ingprido por la acuaela de Paul
Ja que Benjamin habla a continuacién, que inlays Scholomn en el ext des crt
12 de julio de 1921, em elidad de regalo de cumplention (cl de juli). [Nel
+ Klee pints esta acusrea en 1920, y Benjamin la adquiris en Minich en may
junio} de 1921. En une primera época permaneei en el apariamento munigu
Gershom Schoiem y Elia Burchard, lor cule, a finales de novice de dicho
sels environ a Berin. Benjomin x I llew consign sl exo, y slo cuando tae
thandonar Pari zee confi a Gronges Baile junto con suscartas, Actual
‘neventa en el Museo de larael en Jeruslén [N- del T.]
2 ee
s0RRE EL CONCEPTODE HISTORIA 3a
x
Los objetos que la regla monacal asignaba para la meditacién alos her-
manos tenian la tarea de prevenirlos contra el mundo y todo su trajin.
El curso de pensamientos que aqui vamos siguiendo ha surgido de una
determinacin anéloga. En un instante en que los politicos en los cua
les los contrarios al fascismo habian depositado su esperanza yacen
devribados en el suelo y refuersan atin mas su derrota con la traicién a
su propia causa, lo que se propone es liberar al que en politica es hijo
del mundo de aquellas redes con que aquéllos lo habian envuelto. La
‘consideracion parte del hecho de que la fe contumaz de estos politicos
puesta en el progreso, su confianra en su gran “base de masas> y, en
‘lefinitiva, su sujeeién cervil a un aparato que es inrantralable san tres
aspectos de la misma cosa. Busca dar un concepto de lo costose que @
nuestro pensamiento habitual lega a ser una idea de la historia que
luda toda clase de complicidad con aquélla ala cual estos politicos ain
siguen aferrandose.
xr
El conformismo que, desde el principio, ha encontrado acomodo en
la socialdemocracia’ no sélo afectaa su téctiea politica, sino también a
sus ideas econdmicas. Y es una causa de su posterior debacle. Nada ha
podido corromper tanto a los obreros alemanes como la opinién
segiin la cual iban a nadar con la corriente, La evolucion técnica passba
para ellos por la pendiente misma de la corriente con la cual ereian ir
hadando. De ahi habia un paso a la ilusion de que el trabajo en las
fabricas, que se hallaria en la misma direccién del progreso técnico,
representaba ya un logro politico. La vieja moral protestante del tra~
bajo celebraba caf, on forma necularizada, su resurreeeiéin entre los
‘2 ETPartido Soialdemacrata Aleman (Saale Pre Devt SPD) fue fur=
dado en {869 por Wilhelm Licblnecht y August Pebel, como una orgaizaciin r30~
Jacionarn de inypiracin marsista. En perte como respuesta als lye atiocilotas
Ae Blamarck de los ahos 1880, su politica fue tendo, poco poco. mis reformista
adda eu, La moderacion se scents tas la Gren Guerra, al convertrseen primer
partido de Alemania partcior en el gobierno de Republica de Weimar. Los nazis
[e probibieron en 1933. (N- del]gre s00Rt EL cONCEPTO BE mIsTORIA
‘obreros alemanes. Ya el programa de Gotha® porta en sf las huel
este enredo, definiendo el trabajo como «fuente de toda riqueza
toda cultura. Barruntando algo mala, Marx opuso el hecho de
hombre que no tiene otra propiedad que su propia fuerza de tral
tiene que ser... esclavo de los otros que en efecto se han hecho
pietarios>"". A despecho de esto, Ia misma confusion siguié e
diendo, y Josef Diewggen™* no tarda en anunciar: «El verdadero
dor del tiempo nuevo se Hama trabajo ... Asi, en Ia... mejora
trabajo ... consiste Ia riqueza, que ahora puede cumplir lo que
hoy ningiin redentor ha cumplido®""". Este concepto marxista
rizado de lo que es el trabajo no se detiene durante mucho tiemy
Ia cuestidn del wfret que ejerce su producto sabre los trabajad
como tales mientras éstor no puedan disponer de él. Acepta sélo
nocer asi el progreso en el dominio de ls naturaleza, no el retro
Ia sociedad. Ostenta ya los rasgos teenoeriticos que se darén mis
en el fascismo. Entre éstos se cuenta un concepto de naturaleza,
distingue de forma bien funesta del de las utopias socialistas ante
ala revoluci6n del 1848. Tal como ahora se entiende, el trabajo
‘emboca en la explotacién dle la naturaleza que, con ingenua sat
del pasado, el materialista
t6rico nos muestra una experiencia tinica con éste. Deja a los
que se desgasten con la puta «Erase una ver en el burdel del his
cismo. EI permanece dueno de sus fuerzas: bastante hombre
hacer saltar lo que es el continuo de la historia,
XVII
El historicismo culmina legitimamente en lo que es la historia
sal. Desde el punto de vista de su método, la historiografia mate
se distingue més claramente de ella que de cualquier otra. La p
no tiene la menor armadura teérica. Su procedimiento es
roporciona la masa de los hechos para llenar el tiempo homogén
vacio. A la historiografia materialista, por su parte, le subyace un
cipio constructivo. Ahi, del pensamiento forman parte no s6l
movimiento de los pensamientos, sino ya también su detenci
Cuando el pensar se para, de repente, en sina particular constel
que se halle saturada de tensiones, le produce un shock mediante el
se eristaliza como ménada. El materialista hist6rico se acerca
cexclusivamente a un objeto histérico en cuanto se enfrenta a él
ménada. Y, en esta estructura, reconoce el signo de una detent
‘mesidnica del acaccer, o, dicho de otro modo, de una oportunt
% siQuién lo cxeeria Dicen que, irvtados con ls hor, I nuevos Josué pe de
tore | disparabun aos eelojes para pra iam, IN’ del T1
oon EL conesPT9 DE ISTORIA 37
revolucionaria en la lucha por el pasado oprimido. Y la pereibe para
hacer satar una época conereta respecto al eurs0 homogéneo de la his
toria; as{hace saliar una concreta vida de la époea, y una obra concreta
respecto de la obra de una vida. El resultado de su procedimiento con-
siste en que en la obra queda conservada y superada la obra de una vida,
nla obra de una vida una época, y ena época el decurso de la histori.
[Asi el fruto nutricio de lo histérieamente concebido tiene al tiempo
sin duda en su interior, y lo posee como la semilla,valiosa pero carente
yade gusto.
XVIII
4 Los escasos cincuenta mil afios del homo sapiens>, eseribe un biologo
‘moderno, *.
‘Asi, el tiempo-ahora, que en cuanto modelo del mesiinico resume
toda la historia de la bumanidad en una gigantesca abreviatura, viene @
coincidir exactamente con la figura que la historia de la humanidad
compone en el universo en su conjunto.
Off. Rosand, Hewitt aime [Hownaay trina, Pars, 1949. p. 104, [N. del]318 soune EL. cONCEFTO OE wISTORIA