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-Mamá, ¿por qué a ti no se te quema la comida y yo la socarro cada vez que la veo?, ¿me dirías tu
secreto?
- Mira, cariño… el secreto es cocinar cuando no tengas hambre, sólo así podrás controlar tu fuego.
Ven, te voy a enseñar a cocinar- le contestó su madre con una sonrisa.
Madre e hijo fueron a la cocina de su casa y se pusieron los delantales, sus gorros y después de
muchos intentos, varios kilos de carne y una docena de sartenes calcinadas… ¡Tragoncete consiguió
hacer un huevo frito sin quemarlo!
Muy emocionados por el logro, decidieron celebrarlo construyendo una cocina especial para
Tragoncete, con enormes mesones de mármol (y no de madera, por si se le ocurría cocinar con un
poquito de hambre).
Cocinaron una gran variedad de pasteles para la fiesta de celebración. Dejaron boquiabiertos a
todos los habitantes del Reino Dragón.
Y… colorín colorado, este cuento se ha acabado y los dragones a la cocina se han marchado.
caza cerro
zorro ceniza
cena cero
cinta
2. .
3. .
4. la ceniza de ese cigarro.
El jilguero y el cisne
Un jilguero, parado en una rama, lanzaba al aire sus trinos alegres.
Mientras más gorjeaba y más dulce sonaba su canto, más indignado se
sentía un cisne que nadaba en el cercano estanque.
Pero qué desvergüenza – decía furioso- como ese feo pajarillo se
atreve a molestarme con sus cantos, cuando nunca podrá igualar mi
elegancia, mi bella figura y mi bellísimo canto, si me decido a cantar.
Muy envanecido con estas palabras, el bello cisne estiró su alto cuello y lanzó al aire su canto.
¡Horror! No fue canto, sino un feísimo graznido estridente que hizo que todos los animales del bosque
se cubrieran los oídos.
El cisne quedó muy avergonzado y se disculpó por haber sido tan vanidoso y antipático.
1º Básico, Primer Semestre
Lámina 40a Lección • cocina - Clase 40 Material exclusivo para enseñanza
La Cigarra y la hormiga
La cigarra era feliz disfrutando del verano: El sol brillaba, las flores desprendían su aroma...y la
cigarra cantaba y cantaba.
Mientras tanto su amiga y vecina, una pequeña hormiga, pasaba el día entero trabajando,
recogiendo alimentos.
- ¡Amiga hormiga! ¿No te cansas de tanto trabajar? Descansa un rato conmigo mientras canto algo
para ti. – Le decía la cigarra a la hormiga.
- Mejor harías en recoger provisiones para el invierno y dejarte de tanta holgazanería – le
respondía la hormiga, mientras transportaba el grano, atareada. La cigarra se reía y seguía cantando
sin hacer caso a su amiga. Hasta que un día, al despertarse, sintió el frío intenso del invierno. Los
árboles se habían quedado sin hojas y del cielo caían copos de nieve.
Mientras la cigarra vagaba por el campo, helada y hambrienta, vio a lo lejos la casa de su vecina la
hormiga, y se acercó a pedirle ayuda.
- Amiga hormiga, tengo frío y hambre, ¿no me darías algo de comer? Tú tienes mucha comida y
una casa caliente, mientras que yo no tengo nada.
La hormiga entreabrió la puerta de su casa y le dijo a la cigarra.
- Dime amiga cigarra, ¿qué hacías tú mientras yo madrugaba para trabajar? ¿Qué hacías mientras
yo cargaba con granos de trigo de acá para allá?
- Cantaba y cantaba bajo el sol- contestó la cigarra.
- ¿Eso hacías? Pues si cantabas en el verano, ahora baila durante el invierno-
Y le cerró la puerta, dejando fuera a la cigarra, que había aprendido la lección.
1º Básico, Primer Semestre
Lámina 40c Lección • cocina - Clase 40 Material exclusivo para enseñanza
Material Material
Lección • cocina Complementario Complementario Lección • cocina
1.
2.
El zorro y la cigüeña
Había una vez un zorro y una cigüeña que se hicieron amigos.
Ellos iban a caminar y de caza juntos. Un día el zorro le dijo a
cigüeña:
– Amiga mía, esta tarde te invito a mi casa.
Preparó una rica sopa y cuando llegó la cigüeña a cenar,
el zorro, astutamente, en vez de poner la sopa en platos
hondos como tiene que servirse la sopa, lo hizo en platos
planos, por lo que el zorro comió y se llenó la tripa a gusto,
mientras la cigüeña, con su largo pico, por mucho que lo
intentó no pudo comer nada.
Se fue la cigüeña a su casa triste y pensativa.
Al poco tiempo la cigüeña invitó a cenar al zorro. Preparó
carne en salsa, que como todos sabemos, es una comida muy
apreciada por los zorros.
Fue el zorro contento a la cena y se llevó una gran sorpresa pues la cigüeña había servido la cena en una
copa de cabeza estrecha y muy honda, con lo que el zorro no podía comer, pero ella sí..
Moraleja:
No le hagas a los otros, lo que no quieres que te hagan a ti.