A lo largo de la historia, la administración ha jugado un papel muy
importante no sólo en las pequeñas y grandes organizaciones, sino también en los distintos países dentro de su administración pública. Ello se debe a que, como lo plantean diferentes autores, representa una disciplina muy valiosa en el manejo y optimización eficaz y eficiente de los diferentes recursos, especialmente el recurso humano. En este sentido, para poder entender dicha disciplina en la actualidad, es necesario comenzar por su definición desde el punto de vista de diferentes autores. Thompson, J. (2009), citando a Chiavenato Idalberto, plantea que la administración es “el proceso de planear, organizar, dirigir y controlar el uso de los recursos para lograr los objetivos organizacionales". Es decir, toda organización para alcanzar los objetivos propuestos, debe delimitar muy bien las tareas a ejecutar, para que cada responsable las realice de forma correcta, en tiempo y calidad. Este autor también plantea que a través de la administración se orientan todos los recursos de los cuales dispone una organización, para ejecutar tareas a partir de propósitos comunes y de esa manera lograr metas a corto plazo y objetivos a mediano y largo plazo. Es importante destacar, que los principios de la administración aplican a toda organización indistintamente de su campo o área de desempeño. Al mismo tiempo, se debe tener presente que evoluciona a la par de los cambios tecnológicos del mundo globalizado. En concordancia con ello, Redacción Pymempresario, (2013) en su artículo “Globalización y administración de empresas”, expresa que en la actualidad la administración se ha visto obligada a modernizarse como consecuencia de fenómenos presentes en los mercados tanto nacionales como internacionales, ejemplo de ello, lo representa la globalización. Fenómeno resultado de factores muy puntuales, como lo son: la liberación del comercio internacional, el impacto de las tecnologías de información y comunicación, y los distintos tratados y acuerdos que han favorecido las negociaciones; ya que se pueden realizar con mayor facilidad.
En función de ello, toda empresa pública y/o privada está en la obligación
de “administrar sus recursos en el ámbito global”, tal y como lo plantean en el reportaje; es decir, ampliando sus métodos para realizar transacciones que impliquen: transferencias de bienes y servicios, tecnología, capital y alianzas estratégicas que incluyan el personal y la materia prima. Hoy en día, para nadie es un secreto qué saber administrar los recursos no es tarea fácil, ya que se deben enfrentar muchas dificultades, crisis económicas y hasta sanitarias que repercuten desde lo local, nacional e internacional. No se puede dejar de mencionar como ejemplo de dicho planteamiento, la pandemia, que ha obligado desde pequeñas, medianas y grandes empresas hasta a la administración de gobierno, a reinventarse y aplicar diferentes prácticas administrativas para poder salir a flote en medio de una gran crisis sanitaria. Un estudio realizado por Geet Hofstede, un investigador holandés, citado por Ramírez, A. (2012), indica que “los administradores necesitan entender los ambientes culturales y sus implicaciones para tener éxito en el país en el cual realizan operaciones de negocios”; ya que de esa manera se puede determinar que la cultura de los países tiene un efecto sobre la cultura de los empleados; así como el desarrollo de las tecnologías de información y comunicación. Todo ello se debe a que la globalización ha desarrollado una cultura de integración de los mercados a través de un proceso que sugiere cambios constantes. En este sentido, la administración se debe asumir con un enfoque moderno que optimice aún más los recursos dentro de las organizaciones y desarrollando un concepto de pensamiento global, sin límites, que favorezca el intercambio comercial fuera de las fronteras de cada nación. De esta manera, se fortalecerá una estrategia competitiva para el crecimiento sostenible de toda sociedad. En concordancia con lo expuesto anteriormente, Peter Drucker (padre de la administración moderna) citado por Meneses, M. y otros. (s/f), sugiere que “la manera más precisa de comprender la globalización es desaprender lo aprendido para generar un nuevo concepto que nos permita ampliar las fronteras, crear rupturas epistemológicas y generar nuevos conceptos”. Sin embargo, no todos comparten esa tendencia de la administración, algunos autores manifiestan que el resultado será igual al de otros fenómenos, es decir, el crecimiento y desarrollo continuarán siendo desiguales, sólo se beneficiarán unos pocos. Con ello se pretender afirmar, que los países desarrollados se harán más poderosos y en los países subdesarrollados la población seguirá siendo más pobre, con menos poder adquisitivo y muchas carencias, debido a una mala aplicación de la administración en cuanto a los recursos disponibles. Dicha situación no es nueva, ya que siempre que aparece un nuevo fenómeno que revoluciona la economía mundial, se obtiene igual resultado desigual para los ciudadanos de una nación, los beneficiados son muy pocos y casi siempre son los más ricos. Aunado a ello, se encuentra la mala administración impuesta por los gobiernos de distintas naciones, especialmente de los países subdesarrollados, al malversar los recursos a su alcance y desviarlos al bien individual; demostrando con ello que emplean la administración a su manera y conveniencia. Al respecto, Pérez, I. (2000) expresa que “el proceso administrativo debe dejar de dividirse en planear, organizar, dirigir y controlar, para dar cabida a procesos como reinventar y aprender”, ya que la globalización ha comenzado a operar de lleno en todos los ámbitos, inclusive en la economía en donde el papel moneda ha dejado de tener valor y ha sufrido devaluaciones significativas, afectando el poder adquisitivo de las personas y la capacidad de pago de las entidades financieras. Es por ello, que las grandes empresas deben comenzar a realizar cambios internos, para ser mejores cada día. Tal y como lo expresa, Ramírez, A. (2012) tomando como ejemplo lo sucedido en la década de los 80, cuando las grandes empresas dieron un vuelco orientado hacia la calidad, lo que le permitió a la Toyota “ser la automotriz número uno del mundo; esa que hizo que Japón tuviera una economía sobresaliente y que ganó la admiración del mundo entero”. Sin dejar de reconocer, que hasta hace poco la calidad sólo era más que un paso de la auditoría y las decisiones un pretexto de los niveles mínimos para continuar con la operación; pero con un mercado menos interesado en productos de mala calidad.
En este orden de ideas, se plantea en la actualidad que las empresas
diseñen estrategias para adherirse a la globalización, pero la primordial es tener la capacidad para reinventarse, adaptarse y decidir. Además, de plantearse las estrategias de mercadeo digital latentes hoy en día en todo el mundo. Meneses, M. y otros. (s/f), manifiestan al respecto que “junto con la calidad podrían ser las dos armas secretas para formar parte de esa carrera y obtener el éxito esperado. No existe hoy en día una empresa que no trabaje para sus clientes”; y es precisamente a través del marketing digital que se puede llegar de manera eficaz y eficiente a los clientes para satisfacer sus necesidades. Con ello, se puede afirmar que el marketing debe formar parte de la administración. En cuanto a la globalización y la administración pública muchos son los exponentes con respecto a esta dualidad, entre ellos se puede mencionar a Pérez, I. (2000) quien claramente expresa lo siguiente “la administración pública y la maquinaria administrativa del Estado, han sido influenciadas por el proceso de la globalización”. Dicho alcance ha sido consecuencia del liderazgo de las organizaciones internacionales tales como las Naciones Unidas, el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o bien por el liderazgo de países con intereses políticos o económicos en la Región, en el caso de América latina. Cuando se habla del sector público y su administración (local, regional o nacional), ésta a lo largo del tiempo siempre ha estado definida por algunos factores, como, por ejemplo: el gobierno de turno y las restricciones impuestas por las diferentes tecnologías administrativas utilizadas. Pero, gracias a la globalización, en algunas naciones, se ha activado la cooperación entre instituciones municipales y regionales; y para que dicho fenómeno sea asimilado con mayor facilidad y llevado a la práctica es necesario implementar cursos de capacitación e investigación sobre administración local. De allí que, Meneses, M. y otros, (s/f) en una investigación realizada exponen que “la globalización no tiene otro interés que la conquista de mercados y el conocimiento, enmarcada en la revolución de la informativa y de las comunicaciones, y el país para adherirse debe atender a los grandes mercados mundiales”, como lo son: Estados Unidos, Europa y Asia; ya que es en esos tres grandes bloques en donde se genera el mayor porcentaje del producto interno bruto del mundo y del valor agregado en la producción de tecnología a nivel mundial. En este sentido, presentan una breve descripción de cada uno de los bloques mencionados anteriormente. En el caso del mercado norteamericano, indican que la tendencia es a la unificación de las grandes instituciones financieras, como parte del proceso que se está dando al nivel mundial; y toman como ejemplo al Citibank, que se fusionó con una de las compañías más destacadas en el área de seguros, Travelers, y han creado el primer hipermercado financiero de la humanidad. Al mismo tiempo, se ha dado la unificación del Chemical Bank y el Chose Manhattan Bank. En este bloque, ningún área escapa a este fenómeno, también citan el caso de la industria aeronáutica, específicamente la Boing de los Estados Unidos que adquirió la Douglas, para constituirse en una gran maquinaria que compite en la actualidad con la industria Aírbus de Europa. Con respecto, al bloque europeo y, por ende, la Unión Europea ha transformado con su integración al continente, con una moneda única y transacciones administrativas únicas para todos los países miembros. En el caso de Asia, específicamente Japón, se crea el banco más grande del mundo, gracias a la fusión entre el Bank of Tokio y el Mitsubishi Bank, con un capital en activo aproximadamente de 790.000 millones de dólares. Estos grandes cambios son muestra de la gran modernización de la administración En el caso de Venezuela, hay que tomar en cuenta los cambios drásticos que ha sufrido la economía a lo largo de su historia, precisamente por la mala administración de sus gobernantes. Es oportuno recordar el viernes negro y el paquetazo económico de la mano de Carlos Andrés Pérez, el gran desfalco de la administración pública por corrupción de Jaime Lusinchi, la llamada Agenda de Venezuela y la liberación del control cambiario de Rafael Caldera; y más recientemente la gran crisis económica, política y social del socialismo, que evidencia una nefasta mala administración pública, que ha colapsado los servicios públicos, el poder adquisitivo, la mayor devaluación de la moneda y ninguna estabilidad económica; todo lo cual se puede resumir en la mayor enfermedad perniciosa que puede padecer una nación, la institucional. Dicha situación, hace que el fenómeno de globalización no se produzca eficaz y eficientemente debido a la dificultad del Estado de desprenderse de tantos vicios en la administración de los recursos, la centralización de poder que limita la participación de las entidades territoriales en la presunción de los gastos públicos en menos del 25 % por debajo de Brasil, Colombia, y Argentina; esto significa que hay una excesiva distorsión en cuanto a la estructura de aplicación del gasto y de percepción de los ingresos públicos, las expropiaciones de propiedades privadas, todo por un disfrazado “socialismo” que ha llevado al país a la pobreza; y un hecho que produce poca credibilidad de los ciudadanos en un verdadero cambio de la estructura administrativa. En este sentido, tal y como lo expresan Meneses, M. y otros, (s/f) “la reforma de la administración pública debe acelerarse con una prioridad estratégica, para lograr una mejor distribución de los recursos públicos, mejorar la prestación de servicios, incrementar la credibilidad en el Estado y promover el desarrollo armónico del país”. Este sería un camino viable para que el Estado gane un poco de confianza por parte de sus ciudadanos y la globalización sea posible. Por otro lado, dentro de la reforma de la estructura se debe incluir, como lo plantean dichos autores, la institución del Poder Judicial el cual también está en crisis por “su ineficiencia, politización e incapacidad para castigar la corrupción, debe ser igualmente objetivo prioritario en la reforma estructural, a fin de mejorar el costo social y privado de la justicia y de la seguridad jurídica en el proceso económico”; que a pesar de haber alcanzado algunos avances debe buscar una mayor credibilidad en base a los principios de la democracia. Finalmente, es importante destacar los retos que enfrenta la administración venezolana al carecer de instrumentos y recursos modernos, para estar en capacidad de analizar y entender los graves problemas y los retos del país. Para poder lograrlo, de haber una sincera y verdadera reforma estructural que propicie cambios en las organizaciones del sector laboral y empresarial, y así contribuir al desarrollo de una mentalidad competitiva y conciencia social; permitir un proceso participativo y de libertades públicas, dejar de coartar la libertad de expresión, pensamiento, conocimiento e innovación. Por lo tanto, de esta manera se podrá impulsar los cambios administrativos que el país requiere y que los ciudadanos demandan, en una democracia plena, sin censura, responsable, eficaz, eficiente e integral. Todo ello, con el propósito de entender y comprender que la administración es una herramienta primordial para todas las naciones, gracias a que les permite: evolucionar y avanzar, así como conocer los productos en los cuales está mejor preparado que otros, implementar estrategias de competitividad fuera de sus fronteras, desarrollar estrategias de marketing digital, reducir costos, explotar la producción de un sitio a otro en breve plazo, aprovechar el costo más bajo en un momento dado, incrementar significativamente el poder negociador de una compañía con los proveedores, los trabajadores y los gobiernos; y por supuesto, ofrecer siempre productos y programas de calidad. Referencias bibliográficas
Olalde, M. (2018). Administración del Diseño. México. Publicado en:
Redacción Pymempresario, (2013). Globalización y administración de empresas.
Publicado en: https://www.pymempresario.com/2013/09/globalizacion-y-administracion-de- empresas/ Ramírez, A. (2012). La globalización y el impacto en el mundo empresarial. Análisis & Opinión, América economía. Publicado en: https://www.americaeconomia.com/negocios-industrias/la-globalizacion-y-el- impacto-en-el-mundo-empresarial
Pérez, I. (2000). Globalización y administración pública. Publicado en:
file:///C:/Users/Canaima/Downloads/9008-Texto%20del%20art%C3%ADculo-9257- 1-10-20141015.pdf Meneses, M. y otros. (s/f). Influencia de la globalización económica sobre la administración pública. caso venezolano. Publicado en: https://rigobertobecerra.tripod.com/modernizacionap3.htm
López, S. (2014). La administración en el escenario global. Publicado en:
Introducción al derecho internacional privado: Tomo III: Conflictos de jurisdicciones, arbitraje internacional y sujetos de las relaciones privadas internacionales
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