La medicina convencional o también conocida como biomedicina, medicina alopática,
corriente, ortodoxa es la ciencia que busca prevenir, tratar y curar las enfermedades mediante el uso de fármacos, concentrándose mayormente en los síntomas por sobre las causas que la originan. Es decir que es el sistema por el cual los médicos y otros profesionales de la salud como los enfermeros, farmacéuticos y terapeutas tratan los síntomas y enfermedades por medio de medicamentos químicos, adquiriendo un conocimiento más profundo respecto a un organismo o enfermedad que se desee combatir, por medio del estudio de la misma, no obstante, utilizando tratamientos que han demostrado su eficacia científicamente. Por tal motivo, la medicina convencional se basa en el principio de oposición, puesto que generaliza los tratamientos en planes estándares y busca la curación de la enfermedad con sus medios científicamente, es decir que va a formular una pregunta clínica, va a buscar pruebas, luego va a valorarlas y finalmente va a llevar a la práctica las conclusiones, por tal motivo se la conoce como “Medicina basada en la evidencia”, por eso es la que conocemos y se aplica con grande frecuencia en el mundo occidental. El progreso de esta medicina está basado en desarrollos que sean comprobados mediante diversas ciencias como la química, física, electrónica, biología, entre otras.