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¡Ay, Macario!

Basada en la película Macario de Roberto Gavaldón


Versión: Rika Valdés
(Mtro. Ricardo Antonio Valdés Gallegos)

Septiembre de 2019

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PERSONAJES

1.- Macario
2.- Magdalena: esposa de Macario
3.- Lupita: hija de Macario
4.- Chío: hija de Macario
5.- Hugo: hijo de Macario
6.- Andrés: compadre
7.- Javier: compadre
8.- Diablo: también llamado Luci
9.- Cristian: Diablito
10.- Natalia: diablita
11.- Carolina: diablita
12.- La Tisigua: la muerte
13.- Gaby: ángel
14.- Rafa: ángel
15.- Dolores: Virreina
16.- Francisco: Virrey
17.- Padre Lupe: Inquisidor
18.- Anita: hija del Virrey
19.- Paco: guardia del Virrey
21.- Rubén: guardia del virrey
22.- Don Ramiro: médico del pueblo
23.- Doña Lucrecia: esposa de Don Ramiro y comadre
24.- Karla: Comadre
25.- Doña Pati: dueña de la tiendita y comadre

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ACTO I
Escena 1

Virreinato de la Nueva España (hoy México), siglo XVIII. La historia se desarrolla en la


localidad de San Bartolomé de los Llanos (hoy Venustiano Carranza), situada en el
municipio de Ciudad Real Chiapa (hoy San Cristóbal de las Casas). Familia y amigos están
buscando en el bosque de esta localidad a Macario, quien lleva alrededor de 11 horas
desaparecido.

(Al dar la primera llamada se ubicarán dentro del público, buscado a Macario en silencio
y luego en stop corporal, seis personajes, que en ensayos se definirá)

(Al dar la tercera llamada romperán con el stop corporal, empezarán a buscar a Macario
in crescendo, se incorporarán a la búsqueda todos los compadres, comadres y familia.
Se ubicará la familia de Macario del lado centro-izquierdo del escenario, todos los demás
saldrán, conforme van saliendo se escucha el decrescendo. Pati desde afuera del
escenario gritará su diálogo)

DOÑA PATI: ¡Aquí está!

(Con el grito de Doña Pati quedarán en stop corporal)

MACARIO: ¡Compadres! (Los compadres rompen con el stop corporal) Esta lluvia me está
fregando la leña, está requetemojada.

ANDRÉS: Así es, Macario, y bien sabes que leña mojada tarda mínimo dos días en secar,
y eso si es que sale el sol para mañana.

MACARIO: Lo sé, Andrés.

JAVIER: ¡Ay Macario! Lo siento mucho, bien sabes que así no te la va a comprar Don
Roberto, es muy especial con el proceso para hornear sus panes, pura leña seca para que
el horno soporte las altas temperaturas.

MACARIO: Ya lo sé, Javier, ya lo sé, pero necesito ya el dinero, me lo toy haciendo pobre.

JAVIER: Tranquilo Macario, no te queda de otra más que esperar a que se seque la leña
para que se la vendas a Don Roberto.

ANDRÉS: Además, confía en nosotros, como amigo te lo decimos, no te estás haciendo


pobre.
MACARIO: ¿Ah no?
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JAVIER: No, pobre siempre has sido (él y Javier se burlan de Macario).

MACARIO: Tronco de amigos que son ustedes, mejor me despido que mi familia me está
esperando pa cenar (Se despide de sus compadres).

(Javier y Andrés salen de escena)

MACARIO: Familia, ¡ya llegué! (La familia rompe con el stop corporal)

MAGDALENA: Qué bueno Macario, ¿cómo te fue hoy?

MACARIO: Mal, a mí siempre me va mal.

(Los niños se dan cuenta que llegó Macario, contentos se le amontonan alrededor de él)

LUPITA: Apá, ¿hoy sí nos trajiste dulces?

HUGO: Verdad que sí, apaíto.

MACARIO: Lo siento mucho hijitos, hoy no fue un buen día (Los niños se ponen tristes).

MAGDALENA: A ver chamacos, váyanse a lavar las manos pa que vengan a cená (salen
los niños), y tú, viejo, andá pa la tienda de una vez, pa que cuando regreses ya te tenga
servido tus frijolitos.

MACARIO: ¿Frijoles otra vez?

MAGDALENA: (Con mucho cariño) Es pa lo único que alcanza, Macario.

MACARIO: (Resignado) Pos ya qué.

MAGDALENA: (Enojada) Cómo que “pos ya qué”. Agradécele al Señor que, al menos,
frijoles nos dio para comer. (Se va Macario) ¿A dónde vas?

MACARIO: Pos voy a ir a agradercerle al señor que nos fía los frijoles, eso me pediste.

MAGDALENA: (Enojada) No me refería a ese Señor ¡No seas sonso! ¡A Dios! (Se va
Macario)

MACARIO: Adiós.

MAGDALENA: (Decepcionada) ¡Ay, Macario!

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ACTO I
Escena 2

DOÑA PATI: Buenas noches Macario (acomoda unas calaveritas encima del mueble).

MACARIO: Ni tan buenas noches Doña Pati, pero bueno, ¿qué tanto hace?

DOÑA PATI: Acomodando las frutas, los dulces y las velas para vender hoy y mañana,
que este día de muertos ya ves que se vende bastante ¿Vas a querer una calaverita?, te
lo dejo más barato por tratarse de ti.

MACARIO: No, gracias. A esas cosas no le entro.

DOÑA PATI: Haces mal Macario, (saca una grabadora y la enciende, música de muerte,
voz macabra) hay que tener más consideraciones con los muertos, recuerda que pasamos
más tiempo muertos que vivos. En esta vida todos nacemos para morir. Desde que naciste
ya traes la muerte escondida (toca a Macario en las partes que menciona): en el hígado,
en la espalda o acá, en el corazón.

MACARIO: (Enojado, apaga bruscamente la grabadora) Ya chole doña, me está


espantando requetegacho. Además, no tengo pa andar comprando esas fregaderas, no
se olvide que lo soy muy pobre.

DOÑA PATI: Está bien, está bien. Dime entonces, qué vas a llevar hoy.

MACARIO: Lo de siempre doña, una coca de tres litros pa la cena.

DOÑA PATI: ¿Y me vas a pagar? (Macario responde con un gesto de pena) Lo siento
Macario, ya me debes mucho. Si quieres te doy una chiquita de 300ml, (coqueta) o te
puedo dar la de 3 litros a cambio de un favorcito…

MACARIO: (Enojado) ¡Ya le dije que “favorcitos” nunca! Le soy fiel a mi esposa. Nunca la
he engañado, bueno, (Recordando sexosamente el pasado) solo aquella vez con la
comadre Karla, nombre, qué cosa. (Reacciona) Pero bueno. Ha sido la única vez y nunca
más lo volveré a hacer. (Tierno) Y con lo que respecta a usted, deje de andarme tentando
que capaz en una de estas caigo. Ya mejor deme la de 300.

DOÑA PATI: Ta bueno, aquí tenés (se la da a Macario, quien se empieza a retirar),
(prende la grabadora, música de muerte, voz macabra) Feliz día de muertos, Macario (lo
queda mirando Macario a ella e inmediatamente apaga la grabadora, sonríe con gesto
apenado) Que te vaya bien… (Coqueta) ¡Ay, Macario! (Salen Macario y Doña Pati, de
lados opuestos)
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ACTO I
Escena 3

(Entra Magdalena, después los hijos y al final Macario, todos se acomodan para cenar.
Magdalena trae la olla con frijoles, los niños traen las tortillas, los platos hondos, los
vasos, todo al centro de la mesa. Magdalena sirve los frijoles en los platos, Macario hará
una oración antes de cenar)

MAGDALENA: ¿Otra vez una coca chiquita?

MACARIO: Pos la Paty que no me quiso fiar otra de 3 litros. Y me estaba pidiendo
“favorcitos” a cambio de la coca.

MAGDALENA: ¿Y qué le dijiste?

MACARIO: Que nunca te sería infiel, que nunca le haría ningún favorcito, y que nunca,
jamás, lo volvería a hacer (Todos lo quedan viendo, asombrados)

MACARIO: Vamos a orar.

LUPITA: Amá, la chío anda echando novio en la escuela con el pepito.

HUGO: Es cierto, yo los vi con mis propios ojos besándose.

MACARIO: Vamos a orar.

MAGDALENA: ¡Chío! ¿Eso es cierto?

CHÍO: No es cierto, no somos novios, solo nos damos nuestros besitos.

Todos empiezan a pelear, se arma un caos.

MACARIO: ¡Vamos a orar! (Todos se callan) Señor, gracias porque hoy nos das de
comer, esperemos que pa mañana también, en el nombre del Padre (Hugo intenta
agarrar una tortilla, Macario golpea su mano), del Hijo y del Espíritu Santo (Lupita o Chío
intentan agarrar otra tortilla) amén

(Los hijos agarran desesperadamente sus tortillas y comen de manera apresurada con
el fin de que de lo poco que hay coman lo más que puedan, mientras que Magdalena
sirve la Coca-Cola para los niños)

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HUGO: Amá, ya acabé, sírveme más.

LUPITA: ¡No es cierto!, no has terminado, mentiroso.

CHÍO: Por mentiroso mi amá me lo servirá a mí, ¿verdad amá?

LUPITA: Ah, burro, ¿y por qué a ti?

HUGO: Lupita tiene razón, ¿por qué a ti?, mejor a mí.

CHÍO: Vos, callate.

(Discuten los niños por la comida, Macario mira con tristeza la situación, Magdalena nota
el semblante de Macario, discusión de los niños en tercer plano)

MAGDALENA: ¿Todo bien, Macario? ¿No vas a comer?

(Macario se hace un lado, Magdalena lo sigue)

MACARIO: No quiero comer frijoles otra vez.

MAGDALENA: Tus hijos se van a comer lo tuyo, ¿no tienes hambre?

MACARIO: Siempre he tenido hambre, tú y tus hijos también. Nunca he pensado en otra
cosa que no sea tragar. Juro que nunca volveré a comer nada hasta que primero no haya
comido yo solito un guajolote al horno, rico, sabroso, aunque me muera de hambre.

(Se acercan los hijos, preocupados por lo dicho por su papá)

CHÍO: Apá, no digas eso, no te puedes morir, o es que acaso… ¿no nos amas?

MACARIO: Sí los amo, hijos míos.

(Los hijos casi llorando, sentimentales)

LUPITA: Oye apá, ¿te vas a… te vas a… (llora)

CHÍO: Lo que Migue quería saber era si… si… ¿si te vas a comer lo que dejaste en el
plato?

MACARIO: No, cómanselo ustedes.

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HIJOS: ¡Uju! (Entre todos se pelean el plato de Macario)

MAGDALENA: ¡Chamacos!, levanten todo y llévenlo pal patio.

MACARIO: Tus hijos no tienen la culpa de nada, yo tengo toda la culpa por ser pobre.

MAGDALENA: Ya Macario, tranquilo, andáte a dormir.

(Sale Macario, Magdalena sale a la calle contenta, se le ocurrió una manera de


conseguir un guajolote al horno. Música noche-día. Macario entra a escena, está fuera
de su casa, se acaba de levantar, se va a trabajar, antes de que se vaya sale Magdalena
y le entrega el guajolote asado en una bolsa)

MAGDALENA: Macario, ¡espera! Lleváte esto, es un guajolote al horno pa ti solito.

MACARIO: (Emocionado) ¿Un guajolote?

MAGDALENA: (Contenta) Sí

MACARIO: (Más emocionado) ¿Al horno?

MAGDALENA: (Contenta) Sí

MACARIO: (Mucho más emocionado) ¿Pa mí solito?

MAGDALENA: (Muy contenta) Sí

MACARIO: (Serio) ¿Y de dónde lo robaste vos Magda?

MAGDALENA: (Ofendida) De ningún lado, lo compré con lo que junté de mis ahorros, y
hoy en la madrugada lo preparé con mucho amor y esfuerzo. (Contenta) Te lo preparé
porque sé cuánto deseas ese guajolote, y porque hoy es tu cumpleaños, es tu regalo, ¡feliz
cumpleaños, Macario!

MACARIO: (Feliz) Es cierto, hoy es mi cumpleaños, gracias esposa mía (la abraza).

MAGDALENA: Pero vete ya Macario, lo comes en el bosque antes de partir leña, vete ya
para que los niños no vayan a ver el guajolote y les tengas que dar, ¡es pa ti solito!

(Sale Macario, Magdalena lo despide con ademanes. Después ella sale del otro lado, en
el supuesto que está entrando a la casa)

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ACTO I
Escena 4

(Macario camina por el bosque, buscando un espacio para comer el guajolote, hasta que
encuentra un lugar, se acomoda, cuando está por dar la primera mordida entra el Diablo)

DIABLO: ¡Oiga compadre! ¡Qué bueno se ve ese guajolote que se va a comer! ¿No va
invitar un pedacito?

MACARIO: Yo no soy su compadre, y le invito “cuernos” (con ademanes).

DIABLO: Si se ve bien sabroso. Qué te parece si hacemos un trato, todo tiene un precio.
Por una piernita de tu guajolote te doy cien monedas de oro.

MACARIO: Pa que luego en el pueblo anden diciendo que las robé, no gracias, un pobre
como yo no anda con monedas de oro.

DIABLO: Está bien, te tengo una mejor oferta (aplaude dos veces, inicia música explosión)
Para ti, mi querido Macario, directamente desde el infierno del norte, ella es: ¡Carolina!
(Música Pasarela), directamente desde el infierno del sur, ella es: ¡Natalia! (Música
Pasarela) y directamente del infierno de la cámara de diputados, ella es: ¡Cristian! (Música
Pasarela).

(Con cada música entran las diablitas, le coquetean a Macario)

MACARIO: Entonces, ¿cuál es la oferta?

DIABLO: Chicas, explíquenle.

NATALIA: Escucha muy bien, Macario (coqueteando con Macario).

CAROLINA: Ojo por ojo (coqueteando con Macario).

NATALIA: Diente por diente (coqueteando con Macario).

CRISTIAN: Y pechuga por pechuga (coqueteando con Macario, resaltando el cuerpo).

CAROLINA: Anímate, Macario.

NATALIA: No te vas a arrepentir.

CRISTIAN: Entonces, ¿qué dices, mi güero? (todas alrededor de Macario).

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MACARIO: ¡Que no! Yo le soy fiel a mi esposa, (Recuerda sexosamente) bueno, solo
aquella vez con la comadre Karla, nombre, qué cosa, pero bueno. Ustedes ya váyanse.

(Las diablitas abrazan al Diablo)

DIABLO: Entonces te cambio la oferta, a cambio de solo una alita de tu guajolote te puedo
ofrecer… todos los bosques de este pueblo.

MACARIO: ¿De qué me serviría? Igual tendría que cortar, cargar y vender la leña.
Además, vos Diablo, no sos dueño de nada, el que es dueño de todo es el Señor.

DIABLO: (Muy enojado) ¡Ahora sí te mando al infierno!

(Las diablitas lo detienen. Macario sale corriendo)

NATALIA: Cálmate, Luci, cálmate.

CAROLINA: No sé por qué te fijaste es esa basura.

CRISTIAN: Vámonos gordo, te invito unas en el Cerveza Rosa.

(Salen en mutis todos del escenario)

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ACTO I
Escena 5

(Entra Macario a escena, está en el bosque buscando un lugar en el que pueda comer
su guajolote al horno, cuando va a dar la mordida aparece el ángel Rafa)

RAFA: Hola Macario.

MACARIO: Y ahora, ¿tú quién eres?

RAFA: Yo soy un ángel, me puedes llamar Rafa, soy enviado del Señor. Vengo a pedirte
que me des un pedacito de tu guajolote, un pequeño bocado, el cual se lo daré al Señor.

MACARIO: El Señor es dueño del universo, ¿y quiere precisamente un pedazo de mi


guajolote? Él no quiere el bocado, tan solo quiere ver una pequeña caridad en mí, un buen
gesto de mi parte, una buena acción.

(Entra Gaby a espaldas de Macario, espanta sin querer a Macario cuando habla)

GABY: Así es hijo mío.

MACARIO: Vos también sos un ángel, supongo.

GABY: Sí, me puedes decir Gaby. Mira, Macario, si nos das un pequeño pedazo de tu
guajolote significará que andas en buen camino. O dime, ¿qué es más importante para
ti?, ¿tu fe o tus pasiones?

MACARIO: ¿Pasiones? Pasión es ligarme a la Karla para echarme un traca traca con ella
(imitando al Perro Bermúdez) y una vez más tirarle un zambombazo, ahí, donde las arañas
hacen su nido (Habla normal). O mejor aún, pasión es ver a tu equipo ser campeón
(Referencia a Cuauhtémoc). Comerme un guajolote, por favor, no es ninguna pasión.

RAFA: ¡Ay hijo!, el deseo te está cegando. Pero en fin, tú eres libre para elegir entre la
bendición y las maravillas que solo el Señor te puede dar o simplemente irte.

MACARIO: (Resignado) Tienes razón (los ángeles se alegran, intentan agarrar un pedazo
del guajolote, Macario los rechaza con manotazos) decido irme, hay me saludan al Don.

GABY: Un alma perdida más, ni modos. Rafa, ya me cansé, ¿cuántas almas faltan por
visitar?

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RAFA: No te preocupes Gaby, ya casi acabamos, nos falta como un alma, no, menos,
como cinco.

GABY: No, pos sí. Y ahora, ¿quién sigue de esa lista de almas perdidas para hacer
nuestro último intento de rescate?

RAFA: No me acuerdo, (saca su celular) deja le envío a San Pedro un Whatsapp para
que me pase el dato.

GABY: (También saca su celular) Ok, mientras yo reviso mi Angelbook (se sorprende)
¡No!, ¿ya viste? Me llegó de la página web divinasnoticias.dios la noticia de que están
tomadas las oficinas de San Miguel por parte de los ángeles de la sección 40.

RAFA: Qué bueno, me da gusto, esas Reformas Celestiales de San Miguel son más
Reformas Laborales que otra cosa.

GABY: Qué mal estamos, pero bueno, en lo que te contestan el whats, vamos a Punta del
Cielo a tomar un frappé angelical, ¿qué te parece?

RAFA: Vamos pues, (empiezan a salir, en mutis) y así aprovechamos a ver el concierto
que dará ahí Diego Verdaguer y Vicente Fernández, va a estar buenísimo.

(Salen Rafa y Gaby)

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ACTO I
Escena 6

(Entra Macario, busca un nuevo lugar en el bosque para intentar, otra vez, comer su
guajolote. Cuando está a punto de dar la mordida, entra La Tisigua)

LA TISIGUA: Hola, mi buen Macario.

MACARIO: O que la fregada, con muchísimo gusto (se espanta cuando ve quién es).

LA TISIGUA: Disculpa que te moleste, pero tengo un hambre muy atrasada, hace miles
de años que no como, ¿podrías convidarme un pedazo?

MACARIO: Sabía que un guajolote para mí solito era mucho pedir. Partiré esto a la mitad,
y eso te daré.

LA TISIGUA: Muchas gracias (Macario parte y comparte, comen los dos). Está muy rico,
sin duda Magda cocina muy sabroso, vaya que tienes a una gran mujer como esposa.
Casi no platico con las personas. No te molesta que platique contigo, ¿cierto?

MACARIO: Pues no, pero en serio, ¿casi no platicas con las personas?

LA TISIGUA: No Macario, no da tiempo de decir nada, tan solo llego, los miro, se mueren
y me los llevo. Por cierto, podría saber ¿Por qué me convidaste del guajolote?

MACARIO: (Tarda en contestar) ¿Me podría repetir la pregunta?

LA TISIGUA: ¡¿Por qué me convidaste del guajolote?!

MACARIO: Porque tenías mucha hambre.

LA TISIGUA: Y por qué al primero que vino no le diste nada.

MACARIO: Porque ese solo quiere dañarme, mentirme, pero no puede hacerlo. El Diablo
no tiene ninguna autoridad, porque el Señor es dueño de todo.

LA TISIGUA: Y quienes llegaron después, por qué no.

MACARIO: Porque el Señor solo quería una buena acción de mi parte, pero yo sé que él
me perdona, él no necesita nada.

LA TISIGUA: Y a mí, ¿seguro que solo por mi hambre?


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MACARIO: Pos la verdad, cuando te vi pensé que ya no me daría tiempo ni de comer mi
guajolote, cuando apareces no das tiempo de nada. Por eso a ti, La Tisigua, te ofrecí la
mitad de mi guajolote, así en lo que tú comías yo comía mi parte.

LA TISIGUA: (Se ríe) Ay Macario, me has convidado, me has hecho compañía, y hasta
me has hecho reír un poco. Sin duda, estoy en deuda contigo y te voy a retribuir, te daré
un regalo, ¡con un precio tan alto como nunca lo soñaste! A ver, ¿tiene agua tu huaje?

MACARIO: Sí, ta casi lleno.

LA TISIGUA: Perfecto, dámelo (sopla dentro del huaje). Esta agua, Macario, es capaz de
curar cualquier enfermedad, siempre y cuando yo no tenga alguna razón para oponerme
a que sane el enfermo ¡Pero, cuidado de cómo la uses! Si tú visitas a un enfermo me verás
siempre junto a él, a ver, siéntate (se niega) ¡Que te sientes! (acuesta a Macario para
dramatizar la explicación) cuando yo esté a sus pies del enfermo significa que lo podrás
curar con tan solo darle a beber un pequeño sorbo del líquido, pero si estoy a la cabecera
del enfermo no intentes nada, ese enfermó tiene que morir ¿Me entendiste?

MACARIO: ¡Sí!

LA TISIGUA: ¿Me crees?

MACARIO: ¡No!

LA TISIGUA: Está bien, lo supuse, párate, hoy mismo tendrás oportunidad de creerme.

(Macario queda en stop corporal, La Tisigua se acerca a Macario, le dice su diálogo y se


sale de escena)

LA TISIGUA: Utiliza muy bien este regalo, Macario.

(Macario rompe stop corporal, busca a La Tisigua, al ver que desapareció sale de
escena, rumbo a su casa)

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ACTO I
Escena 7

(Entra Andrés y Javier cargando a Lupita, quien se cayó en un pozo y por lo cual está en
apariencia muerta, junto con ellos vienen Magdalena, Chío y las comadres, todos con un
gran escándalo y gritos ante la preocupación por la salud de Lupita)

KARLA: ¡Yo la vi cómo se cayó al pozo!, se tropezó en un bordecito, pisó la lámina


pensando que era suelo firme y ¡Chotas!, que era un pozo.

LUCRECIA: Ay, pobre chamaca, qué se me hace que de esta no se salva.

MAGDALENA: (Muy triste) ¡Ay, mi hijita! ¡Despierta! ¡No te me mueras!, ¿cómo es que te
fuiste a caer?, ¡cómo sos de sonsa!

PATY: Deberíamos de conseguir caldo de zopilote, es muy bueno para esas cosas.

KARLA: No, comadre. Eso solo funcia pa la rabia.

LUCRECIA: O mejor un ventilador y una rosa blanca, eso sí funciona.

JAVIER: De verdad ya cállense, por favor.

ANDRÉS: Ahí viene Macario.

(Entra Macario, se preocupa cuando ve el escenario)

MACARIO: ¿Qué pasó Magda?

MAGDALENA: Tu hija, Macario, se cayó al pozo ¡Y parece estar muerta!

MACARIO: Todos sálganse (corre a todos, incluyendo a la esposa), espérenme afuera,


yo la sanaré.

(Aparece La Tisigua y se pone a los pies de Lupita, Macario de la de beber un poco del
líquido, la niña sana)

LUPITA: ¡Papá!, ya regresaste, ¿hoy sí me trajiste dulces?

(Macario abraza a su hija, contento. Todos los demás al escuchar a la niña entran
corriendo)

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MACARIO: Les pido de favor a todos que no digan nada de lo que pasó hoy acá (todos
asientan con la cabeza). Es más, ya váyanse todos por favor, pa que descanse la niña.
Y ustedes hijos míos, váyanse pa la casa, a descansar. (Coqueto) Y tú, mi amor, vonós
pa los matorrales, que ya me dio ganas de hacer otro hijo por si se nos muere uno de
estos.

(Todos salen)

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ACTO 2
Escena 1

(Entra Don Ramiro, buscando la casa)

DON RAMIRO: A ver, Iphone X16, dime dónde se ubica la casa de Macario (Iphone X16:
La casa de Macario se ubica a mano derecha, a una distancia aproximada de tres metros).
Muchas gracias (Iphone X16: De nada). ¡Macario!, soy Don Ramiro, el magnate hombre
de negocios, dueño de medio San Bartolomé de los Llanos, ¡me urge hablar contigo!

MACARIO: ¿Don Ramiro? Qué hace usted en mi casa.

DON RAMIRO: ¿Tú eres Macario, verdad?

MACARIO: Pa servirle a Dios.

DON RAMIRO: Y a mí también, no seas gacho.

MACARIO: Pos, ¿qué quiere de mí?

DON RAMIRO: Que sanes a mi mujer, ta muy, pero muy enferma. Y tus poderes curativos
son impresionantemente rápidos.

MACARIO: ¿Cómo se enteró?

DON RAMIRO: Anda circulando un video en face, lo publicó la comadre Karla, donde tú
estás curando a tu hija, si ya tiene más de un millón de likes, eres toda una sensación.
Ándale, ya fuimos con el Doctor Belisario, y él no logró sanarla. Me vas a curar a mi mujer
sí o no.

MACARIO: Inches comadres chismosas, ya ni la friegan. Solo porque fue la comadre


Karla se lo perdono. Nombre, la Karla, qué cosas…Ta bueno, vamos a sanarla, péreme
tantito, voy por mis cosas.

(Salen de escena Macario y Don Ramiro. Entra Lucrecia)

PATI: Doña Lucrecia, ya le dijo Don Ramiro que se quede en cama.

LUCRECIA: (Casi desmayada) ¿Quién es Don Ramiro?

PATI: (Preocupada) Ta perdiendo la memoria, ¡virgencita santa!

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LUCRECIA: (Casi desmayada) ¿Y vos quién sos? (Se desmaya).

PATI: Doña Lucrecia, auxilio.

(Entran Macario y Don Ramiro)

DON RAMIRO: Pati, ¿qué es lo que pasó?

PATI: ¡Que se desmayó!

DON RAMIRO: (“Ladrón” Tono de celular, contesta) Bueno, sí, ah, no gracias, no se
preocupe. Pierda cuidado.

MACARIO: ¿Quién era?

DON RAMIRO: Kity

MACARIO: ¿Kity?

DON RAMIRO: Kitymporta ¿Vas a curar a mi mujer sí o no?

MACARIO: Está bien. Sálgase Don Ramiro, necesito estar a solas con su mujer.

DON RAMIRO: ¿Qué pasó? Esas confiancitas no me gustan.

MACARIO: Es pa que la cure, ¿quiere que la sane o no?

DON RAMIRO: Ah, ta bien. Pero antes, ¿cuánto me vas a cobrar?

MACARIO: Pos usted dígame, ¿cuánto vales su mujer?

DON RAMIRO: Ah, caray, pregunta difícil. Está guapa, sabe cocinar, pero con eso que
está muy enferma pos se devalúa mucho… (Pensando) Te ofrezco una monede de oro.

MACARIO: No, si quiere que la sane quiero 10 monedas de oro.

DON RAMIRO: (Con la mano en el corazón) ¡Ay!

MACARIO: ¿Le duele el corazón?

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DON RAMIRO: No, lo que me duele es el codo. Pero está bien, te daré las 9 monedas
que me pides, pero cúrala bien.

MACARIO: Sálgase pues.

PATY: (Abrazando a Macario) Ay, Doña Lucrecia, pobrecita…

MACARIO: Doña Paty, cálmese. Ya le dije que no le voy a hacer caso. Fuera usted la
comadre Karla todavía… pero usted no es Karla, así que lárguese.

(Entra La Tisigua, juega con Macario haciéndoles creer que Lucrecia se va a morir, al
final se pone en los pies de Lucrecia y Macario la sana)

LUCRECIA: (Despertando) ¿Qué me pasó? (Mira a Macario) ¡Ramiro!, ¿quién es este


hombre?, ¿qué hace en la casa?

DON RAMIRO: ¿Usted quién es? ¿Y qué hace en mi casa?

MACARIO: Soy Macario, y vine a sanar a su esposa.

DON RAMIRO: Ah, sí es cierto. ¡Lucrecia, mi amor! (la abraza). A ver, chequemos si ya
está sana. Dime algo, lo que sea.

LUCRECIA: ¡Idiota!

DON RAMIRO: (Contento) ¡Ya está sana! (Se dirige a Macario) Gracias Macario, no sé
cómo pagarte esta buena acción.

MACARIO: Pos con las monedas de oro que me dijo.

DON RAMIRO: Es cierto, quedamos en que te daría 8 monedas de oro, ¿verdad?

MACARIO: ¡Ay, Don Ramiro! Ya deme solo 5 monedas.

DON RAMIRO: Gracias Macario, aprovechando la situación no te gustaría que fuésemos


socios, y así ponemos una clínica los dos juntos.

MACARIO: No gracias.

(Salen los dos)

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ACTO II
Escena 2

(Entran las comadres, van a lavar ropa en el río)

LUCRECIA: (Enojada) Oye, Karla, ¿por qué tienes entre tu ropa un calzón de mi marido?

KARLA: (Nerviosa) Ah, este, pos, se ha de haber colado en el camino del pueblo por
error.

LUCRECIA: “Por error”, (Muy enojada) por error te voy a partir…

PATY: La madre… de nuestra comadre Karla está muy enfermita, debemos hacer algo al
respecto.

KARLA: Gracias comadre, estoy pensando seriamente llevar a mi mamá con Macario.

LUCRECIA: Ay, no. Macario es un brujo. Me sanó pero eso fue del diablo. Eso es
peligroso.

PATY: Nombre, ningún brujo. Él es un buen hijo de Dios que hace milagros. Si no
pregúntame a mí, Macario también me sanó.

KARLA: ¿Es cierto que el Macario te sanó vos comadre?

PATY: Sí vos, lo fueras visto lo enferma que estaba yo. (Triste) Ay, no. (Chismosa) Aparte
del covid, también tenía la salmonelosis, el dengue, la chikungunya, la dierrea y la tos.

KARLA: ¿De veritas, comadre?

PATY: Sí comadre, claro, hasta que Macario llegó y me sanó. Y ahora miralo pues vos
velo comadre, sana y hasta más buena de lo que estaba.

KARLA: Pos pa mí que te curó de todo eso pero te fregó la vista.

PATY: Comé chuti vos comadre.

(Sonido lluvia)

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ACTO II
Escena 3

(Entra el Virrey por un lado, del otro entra Ada y los guardias)

LUPE: Virrey, le exijo que sea juzgado a muerte Macario, con su brujería está disque
sanando a las personas.

VIRREY FRANCISCO: Pero ese tal Macario no ha dañado a nadie, no tengo argumentos
para apresarlo.

LUPE: Es un brujo, esa es suficiente prueba. La Santa Inquisición ha decidido apresar a


ese tal Macario, y no solo eso, se le llevará a juicio de muerte por brujo.

VIRREY FRANCISCO: No estoy del todo de acuerdo.

LUPE: ¿Perdón?

VIRREY FRANCISCO: Pero tengo que aceptar, no pienso contradecir a la Iglesia y perder
el Virreinato que con tantos esfuerzos, acarreados y despensas conseguí.

LUPE: Muy bien dicho, Virrey. Guardias, vámonos.

(Salen Lupe, entra Dolores)

DOLORES: ¡Francisco!

VIRREY FRANCISCO: ¿Qué pasó, amada mía?

DOLORES: Macario es la única opción para que nuestra hija se cure, el inútil del Dr.
Belisario no ha podido curarla. Cada día nuestra hija está peor, ya hasta está delirando,
permíteme traer a Macario al reino.

VIRREY FRANCISCO: Lo podría creer de alguien del pueblo, pero tú, Virreina,
¿creyendo es esas cosas?

DOLORES: Antes que nada soy madre, y veo a mi hija consumiéndose.

VIRREY FRANCISCO: Lo siento mujer, pero no puedo ir en contra de la Santa


Inquisición, podría perder el Virreinato.

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DOLORES: ¡Me importa un comino el Virreinato! ¡Mi hija se está muriendo!, hay que hacer
venir a ese hombre.

VIRREY FRANCISCO: (Serio, contundente) No vendrá, ¡es mi última palabra!

DOLORES: ¡Entonces iré yo a traerlo! (Sale de escena)

VIRREY FRANCISCO: (Gritando a lo lejos) Está bien, te doy permiso.

ACTO II
Escena 4

(Entra la familia de Macario, muy contenta)

MACARIO: Espero que les haya gustado la película que vimos y los montonales de dulces
que les compré.

(Sus hijas no le hacen caso, están embobados con sus Ipad´s)

MACARIO: Vos Magda, ¿por qué los niños no me hacen caso?

MAGDALENA: Es que están jugando su “LEAGUE OF LEGENDS” y su “FORNITE” en


sus Ipad´s.

MACARIO: Estos chamacos de hoy en día de plano.

(Sonido puerta, entran Ada y los Guardias)

RUBÉN: Macario, por órdenes de la Santa Inquisición te llevaremos preso a la capital.

MACARIO: Y yo, ¿por qué?

PACO: Por supuesta brujería y pacto con el diablo.

MACARIO: ¿Cuáles son las pruebas en mi contra?

PACO: (Decepción) A ver Macario, si el estado tuviera que mostrar la culpabilidad del
preso muchos no estuvieran hoy en la cárcel. Aquí las cosas son diferentes, tú muestras
tu inocencia, no nosotros tu culpa.

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RUBÉN: ¿Por qué no eres un indio normal?

MACARIO: ¡No soy indio!

LUPE: ¡No me importa! Macario, por el poder que me otorga la Iglesia y la Santa
Inquisición te declaro…

FAMILIA MACARIO: (Tipo porra) ¡Inocente, inocente!

LUPE: ¡Cállense!, como decía, por el poder que me otorga la Iglesia y la Santa Inquisición
te declaro…

DOLORES: ¡Deténgase! Necesito llevarme a Macario para que sane a mi hija, ya tengo
la autorización del Virrey.

LUPE: (Enojado) En ese caso, lléveselo.

MACARIO: Familia, váyanse a casa de su abuela, yo prometo verlos muy pronto (Todos
salen).

LUPE: (Feliz) ¡Vacaciones con la abuela!

ACTO I
Escena 5
(Entra el Virrey con su hija, posterior la Virreina con Macario)

DOLORES: Aquí está Macario, él es nuestra esperanza.

VIRREY FRANCISCO: Lo sé Mujer, ya el Dr. Belisario vio a nuestra hija y dice que sigue
empeorando notablemente su salud. Déjame con Macario, hablaré con él.

DOLORES: Sé amable con él.

VIRREY FRANCISCO: Sí amor. Le diré que si no sana a nuestra hija lo mato.

DOLORES: Me parece perfecto (Sale de escena).

VIRREY FRANCISCO: Mira Macario, te seré directo. Si curas a mi hija te daré la libertad
de por vida, pero si no la curas te mataré con una muerte tan dolorosa que desearás nunca
haber nacido, ¿te quedó claro?

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MACARIO: Si Virrey, pero tiene que dejarme solo con la niña para que pueda curarla

VIRREY FRANCISCO: Está bien, te estaré esperando afuera.

(Sale Virrey, Macario intenta curar a la niña, La Tisigua, se aparece y se pone a la


cabecera de Anita, Macario le ruega con ademanes que se ponga en los pies, Tisigua
niega la petición, Macario empieza a mover a Anita con tal de que sus pies queden hacia
La Tisigua, ella se estará moviendo las veces que sean necesarias)

MACARIO: ¡Amiga! Esto no puede ser, a esta niña no puedes llevártela, ¡Me van a matar!
¡Pásate para acá! (La Tisigua niega con la mirada) ¿No que éramos amigos? Yo no te
pedí esto, tú me lo diste, ¡ayúdame!

LA TISIGUA: Lo siento Macario, es un mandato supremo.

VIRREY FRANCISCO: ¿Ya terminaste Macario? ¿Ya sanó mi hija?

DOLORES: ¡Ya abre Macario! ¡Ya tardaste!

(Macario mira con desesperación para todos lados, decide huir. Los Virreyes entran y se
enojan al darse cuenta que Macario escapó. Todos salen de escena. Macario entra
corriendo, escapando en el bosque, se irá encontrado a varios personajes)
VIRREY FRANCISCO: ¡Guardias!
RUBÉN: ¡Ordene Emperador!
VIRREY FRANCISCO: ¡Mis galletas!
PACO: Aquí tiene, emperador.

VIRREY FRANCISCO: Excelente (Sonido Canelitas) ¡Ahora vayan por Macario! (Salen
todos)
DIABLO: ¿Qué tal Macario? Llegas a tiempo, y como siempre estoy dispuesto a ayudarte
¡Ven!, ¡voy a hacerte triunfar en grande!

MACARIO: Entiende que no quiero nada contigo, ¡mula!

DIABLO: ¡Ay, Macario!

GABY: ¿A dónde vas, Macario?

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MACARIO: Otra vez ustedes, ¡Ayúdenme! No permita que me alcancen.

RAFA: No son ellos quienes te siguen, eres tú quien los arrastra.

MACARIO: “Quien los arrastra” dice, si no van a ayudar entonces sáquese, pa sermones
a la iglesia. (Salen todos, después entra La Tisigua con una vela prendida, luego Macario).

RAFA Y GABY: Ay, Macario.

LA TISIGUA: Deja de correr Macario, tu tiempo ha llegado.

MACARIO: No, ¡no me digas eso!

LA TISIGUA: Aunque no te lo dijera eso no cambiaría tu destino. Macario, escucha, te


queda muy poco de tiempo de vida.

MACARIO: ¿Como cuánto tiempo me queda de vida?

LA TISIGUA: Como cinco…

MACARIO: ¿Cinco meses?

LA TISIGUA: No, Como cinco…

MACARIO: ¿Cinco días?

LA TISIGUA: No Macario, no, te quedan como cinco…

MACARIO: ¿Cinco horas?

LA TISIGUA: ¡Que no! Te quedan como cinco, cuatro, tres, dos… ¡Feliz día de muertos
Macario!

(Macario muere, entran todos los de la escena inicial, gritando “Macario”)

DOÑA PATY: ¡Aquí está!

MAGDALENA: Ay, Macario. De tan rápido que comiste tu guajolote te debió de haber
dado una indigestión que te mató. Mi viejito hermoso. La vida ha sido muy dura, pero fue
buena haberla vivido contigo. Te amo con todo mi corazón. Y espero que hayas
disfrutado que te regalé con todo cariño. Feliz cumpleaños mi amor ¡Ay, Macario!

FIN
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