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Chac Mool

CARLOS FUENTES

Antes de leer cartapacio—carpeta o funda para guardar papeles.


chancla—sandalia vieja; zapatilla vieja.
El cuento «Chac Mool» de Carlos Fuentes trata una colérico—airado; enojado; de mal humor.
de las obsesiones literarias de su autor: el personaje cotidiano—diario; de todos los días.
atrapado dentro de una estructura arquitectónica—en derrumbe (m.)—desplome; colapso.
descabellado—loco; disparatado.
este caso, el antiguo caserón familiar tomado1—de
descreído—irreligioso; no creyente; escéptico.
la cual siente deseo y necesidad de huir. diluirse—disolverse.
La narrativa fantástica latinoamericana del siglo efímero—de corta duración; pasajero.
XX muchas veces presenta ambigüedades empapar—mojar por completo.
irresolubles; éste es el caso de «Chac Mool», uno de entierro—funeral.
los seis cuentos de la primera colección de Fuentes, escama—elemento o lámina que recubre el cuerpo de
los peces.
Los días enmascarados. El título se refiere a la
expediente (m.)—archivo portátil; historial.
tradición de la civilización azteca de guardar y féretro—caja de muerto; ataúd.
observar de modo muy especial los cinco días foco—bombillo eléctrico; bombilla.
finales de cada año: son días nefastos, ominosos, de hedor (m.)—mal olor; peste.
mal agüero, «días vacíos durante los cuales se ilusión—esperanza.
suspendía toda actividad—frágil puente entre el fin jaque mate—última jugada de una partida de ajedrez,
en que queda atrapado el rey del contrincante.
de un año y el comienzo de otro.»2 Fuentes los
licenciado—abogado.
describe como días en que es mejor permanecer en lúgubre—triste; sombrío.
casa y no salir.3 Al valerse para su título de los días lujo—cosa deseada, pero no necesaria.
enmascarados del calendario azteca, Fuentes enfoca macizo—pesado; sólido.
su mirada sobre una interrogante que llegó a ser una matutino—de la mañana.
constante preocupación de él y de otros importantes musgo—planta verde que crece en la superficie de
rocas o árboles en lugares húmedos.
escritores mexicanos de su generación: ¿qué hay
pensión—casa de huéspedes; mensualidad que recibe
detrás de la máscara? el jubilado, persona retirada de un trabajo con el
gobierno.
pretender—intentar; tratar de.
Vocabulario
rayo—relámpago.
agónico—en trance de morir; moribundo. rompecabezas (m.)—diversión que consiste en
azotea—tejado plano de una casa. componer un cuadro con piezas sueltas de formas
bodega—cuartito de una casa, típicamente el sótano, irregulares.
donde se guarda el vino y, a veces, comestibles; sumo—máximo.
también, tienda. teñido—pintado; que le han dado tintes o colores.
bofetada—golpe dado en la cara; sopapo. tertulia—charla; plática; reunión de varias personas
brotar—salir. para conversar.
canoso—con canas; de pelo gris, o blanco. toparse con—encontrarse con.
caracol—concha en forma de espiral. trecho—distancia (entre dos puntos).
untar—embarrar; poner en la superficie.
1
tomado—invadido y ocupado por la fuerza. vello—pelitos cortos, por ejemplo los que cubren los
2
Prólogo de Octavio Paz, Carlos Fuentes, Obras completos, brazos y las piernas.
Tomo II, Cuentos, novelas y teatro. M. Aguilar, México, 1980, vespertino—del atardecer o anochecer.
pág. 11.
3
Raymond Leslie Williams, Los escritos de Carlos Fuentes.
zanja—trinchera; canal; excavación larga y estrecha.
Fondo de Cultura Económica, México, D.F., 1998, pág. 201.

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Al leer años.»4 El resultado de ello es que ahora en México
se tiene la costumbre de dejar centavos en el plato 3
Consúltese la Guía de estudio como herramienta
de la figura, para rogar que llueva. Es un ejemplo de
para comprender mejor esta obra.
la manera en que se inventan mitos contemporáneos,
que nosotros tomamos por antiguos.
Después de leer Conviene saber que una de las obras críticas más
Conviene saber que el Chac Mool del cuento dice valiosas sobre la narrativa hispanoamericana del
ser la figura que encontró Auguste Le Plongeon en siglo XX, Los nuestros (1968), de Luis Harss y
el Yucatán. Le Plongeon, arqueólogo que gozaba de Bárbara Dohmann, trae un dato, interesante por
cierta fama de fantasioso, afirmó haber encontrado inexacto, sobre el argumento de «Chac Mool».
el nombre Chac Mool y el lugar preciso donde Harss y Dohmann citan el siguiente comentario de
buscar la escultura, escritos enigmáticamente en Carlos Fuentes sobre el desenlace de «Chac Mool»:
jeroglíficos indescifrables en una pared de las ruinas «…cuando un amigo trae el cadáver, entra a la casa
mayas de Chichén Itzá. Después de una ardua labor, para depositarlo y encuentra a un extraño indio
dio con la figura en 1876. Las autoridades verdoso, con una robe de chambre, muy elegante,
mexicanas la incautaron y la llevaron a la Ciudad de muy perfumado, muy maquillado… Y el dueño va a
México, donde se encuentra hasta hoy día en el parar al lugar que el dios ocupó originalmente en la
Museo Nacional de Antropología. Lagunilla».5 El cuento, de hecho, acaba con las
El panteón de los dioses mayas incluye diversos órdenes del ídolo, ya enterado de todo, de meter el
Chacs, sólo uno de los cuales es el dios de la lluvia. cadáver en el sótano. Ciertamente, el sótano fue el
No se ha podido conectar con certeza al Chac Mool primer paradero de la estatua, al traerla Filiberto a
de Yucatán con Tláloc, dios azteca de la lluvia. En el casa desde la Lagunilla; y representa el primer paso
cuento, el ídolo se enoja con Filiberto cuando éste en la lenta toma del caserón. Pero si, más allá del
sugiere que existe un parentesco entre Tláloc y él— desenlace que da Fuentes al cuento, el Chac Mool
Chac Mool; según reza el diario, Chac, al ser termina llevando a Filiberto a la Lagunilla, hecho ya
descubierto, fue «puesto, físicamente, en contacto estatua mesoamericana, primero tendrá que lograr
con hombres de otros símbolos». Es verdad que una transformar al cadáver en piedra, invirtiendo la
figura muy parecida—recostada, con cara volteada y metamorfosis del Chac Mool de piedra en carne y
plato sobre el estómago—fue encontrada en las hueso, proceso que hemos atestiguado.
ruinas del Templo Mayor azteca, en la Ciudad de Al lector no le consta la extrapolación que ofrece
México, su superficie de piedra pintada de azul, Fuentes.
rojo, amarillo, blanco y negro, pero su papel en el Conviene saber que, al delirar Filiberto en su
panteón de los dioses aztecas sigue siendo un extensa entrega del 25 de agosto, se incluye una
misterio. referencia literaria a la obra de Samuel Taylor
En una entrevista hecha en los años 60, el autor Coleridge (1772–1834), un poeta, ensayista y crítico
dice con respecto a las tempestades que siguieron al inglés.
Chac Mool a través de su viaje a Europa: «Se hizo Parafraseando a Coleridge, Filiberto escribe, «Si
famoso el hecho, y por ejemplo campesinos de un hombre atravesara el Paraíso en un sueño, y le
ciertos valles de España donde nunca había llovido dieran una flor como prueba de que había estado
mandaban unas cuantas pesetas por correo al Palais allí, y si al despertar encontrara esa flor en su
de Chaillot, que las ponían en el estómago de Chac mano…, ¿entonces, qué…?» La inserción de un
Mool, y llovía en ese valle después de cincuenta objeto de otro tiempo, pasado o futuro, en el

4
Carlos Fuentes, citado en Luis Harss y Bárbara Dohmann, Los
nuestros. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1968, pág.
349.
5
Ibid., pág. 350

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presente como prueba de un viaje por el tiempo, es Bibliografía
una idea que Coleridge elabora al escribir sobre la
Harss, Luis, and Dohmann, Bárbara. «Carlos
flor traída del Paraíso, objeto y lugar que sueña un
Fuentes, o la nueva herejía», Los nuestros.
soñador. Otros autores han tratado el mismo tema—
(1968)
H.G. Wells, Henry James y Jorge Luis Borges, por
Williams, Raymond Leslie. Los escritos de Carlos
ejemplo. La atemporalidad—definida como la
Fuentes. (1998)
cualidad de no pertenecer a ningún tiempo
determinado—ha sido un tema recurrente en la obra
de Fuentes. En ella, la atemporalidad se encarna
muchas veces en personajes «transhistóricos» que se
arraigan en diferentes períodos de tiempo.6 Aquí,
Chac Mool, cuya antigüedad y verdadera identidad
antropológica se desconocen hasta hoy día, cobra
vida y llega a dominar a un incoloro funcionario
menor de gobierno, a mediados del siglo XX. El
cuento vincula la insulsa existencia de Filiberto con
uno de los más grandes enigmas del pasado de
México.
Conviene saber que Fuentes invoca otra vez al
poeta alemán Rilke en aquella misma entrega de
Filiberto del 25 de agosto: «Océano libre y ficticio,
sólo real cuando se le aprisiona en un caracol.» La
realidad del océano aprisionado dentro de un caracol
reside en nuestra percepción de él; nuestro oído lo
capta, y le confiere la calidad de océano, haciendo
ese océano real. Repercute esta misma idea en la
poesía de Rilke, hacia quien divagan los
pensamientos de Filiberto en el café; el poeta
alemán sostenía que el único mundo verdadero es el
que se aviva dentro de nosotros. La realidad del
dominio del Chac Mool sobre Filiberto depende de
la percepción del dominado.

6
Williams. op.cit., pág. 175.

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