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Armada Invencible

Armada Invencible o Grande y


Felicísima Armada de 1588 fue una
expedición militar marítima proyectada
La Grande y Felicísima Armada
por el monarca español Felipe II para Parte de Guerra anglo-española de 1585-1604
destronar a Isabel I e invadir Inglaterra. El
ataque tuvo lugar en el contexto de la
guerra anglo-española de 1585-1604.9 ​ El
ataque fracasó, pero la guerra se prolongó
dieciséis años más y terminó con el
Tratado de Londres de 1604, favorable a
España.10 ​

Felipe II decidió articular el ataque


conjuntamente, y de manera compleja
desde los puertos del litoral atlántico
español (de Andalucía a Guipúzcoa
pasando por Portugal, de donde partiría el
grueso de la flota, Galicia, Asturias,
Santander y Vizcaya; y desde las
posesiones españolas en los actuales
Países Bajos). Se armó una gran flota en
puertos españoles que recibió el nombre
de Grande y Felicísima Armada. Las
naves enviadas desde la península ibérica
participarían en el combate, mientras que
las fuerzas españolas que salieran
simultáneamente desde los Países Bajos,
con los Tercios de Flandes, se
encontrarían entre el canal de la Mancha y
el mar del Norte con las que habían
partido de la Península, con el objetivo de
desembarcar en Inglaterra.11 ​ Esta
invasión no pretendía la anexión de las
islas británicas al Imperio español, sino la Travesía de la armada española
expulsión de Isabel I del trono inglés, y
respondía a la ejecución de María
Fecha 12 de julio-23 de septiembre de
Estuardo, la política antiespañola de
1588
piratería y a la guerra de Flandes.12 ​ Debía
mandarla el almirante de Castilla Álvaro Lugar Canal de la Mancha, mar del
de Bazán, marqués de Santa Cruz, pero Norte, costas de Escocia e
murió poco antes de la partida de la flota, Irlanda
:
siendo sustituido a toda prisa por Alonso Coordenadas 50°10′00″N 4°15′42″O
Pérez de Guzmán (VII duque de Medina Resultado Fracaso español
Sidonia), grande de España. Estaba Militarmente indecisa1 ​
compuesta por 127 barcos que zarparon de
Lisboa, y de ellos, 122 barcos entraron en Beligerantes
el canal de la Mancha.13 ​ Inglaterra Monarquía
Provincias Unidas Hispánica
Las turbulentas condiciones • Italia española
meteorológicas en el mar llevaron al • Portugal bajo la
naufragio de muchas naves. Sin embargo Casa de Austria
87 barcos, unas dos terceras partes de la
flota, regresaron a España 13 ​ sin haber Figuras políticas
cumplido su misión de derrotar a las Isabel I de Felipe II de
fuerzas inglesas y favorecer el ataque Inglaterra España
desde Flandes.14 15​ ​ En 1589 Inglaterra
Comandantes
llevó a cabo una expedición militar para
destruir los barcos españoles que estaban Charles Howard Alonso Pérez de
siendo reparados en La Coruña, Santander Francis Drake Guzmán el Bueno y
y San Sebastián, así como para iniciar una Walter Raleigh Zúñiga (VII duque de
insurrección antiespañola en Lisboa. Esta John Hawkins Medina Sidonia)
expedición fue conocida como Martin Frobisher Alejandro
Contraarmada y fracasó en sus Lord Henry Farnesio (III duque de
16
objetivos. ​ Seymour Parma)
William Winter Juan Martínez de
Recalde
Índice Miguel de
Oquendo
Antecedentes Martín de
Bertendona
La estrategia
Pedro de Valdés
Los planes de Isabel
Fuerzas en combate
Cambio de mando de la Armada y la
197 navíos2 ​ 154 navíos2 ​
partida
34 navíos de guerra2 ​ 20 galeones2 ​
La Armada se acerca a Inglaterra 163 navíos mercantes 44 navíos mercantes
El canal de La Mancha armados2 ​ armados2 ​
La isla de Wight 60 navíos de las 4 galeazas
El paso de Calais Provincias Unidas napolitanas2 ​
(bloqueo de puertos)2 ​ 4 galeras
El mar del Norte
1972 cañones2 3​ ​ portuguesas2 ​
El regreso rodeando las islas 15 925 hombres2 ​ 23 urcas2 ​
británicas 22 carabelas2 ​
Hallazgos arqueológicos 15 pinazas2 ​
Tamaño de las flotas 22 pataches2 ​
11243 -24312 ​
Bajas inglesas
cañones
:
Ataques españoles a las costas 8050 marineros2 ​
inglesas 19 000 soldados2 (17
000 españoles y 2000
Panorama
portugueses)
Barcos de las flotas 2088 remeros2 ​
Imperio español Bajas
Escuadra portuguesa
Ningún barco perdido4 ​ Plymouth:
Escuadra castellana
604 -1005 muertos por 7 muertos y 31
Escuadra de Vizcaya combate heridos6 ​
Escuadra de Guipúzcoa 2000 muertos por Portland Bill:
Escuadra andaluza enfermedad4 ​ 50 muertos y 70
Escuadra levantina o italiana 3000 muertos por heridos4 ​
intoxicación Isla de Wight:
Escuadra de urcas
alimentaria5 ​ 50 muertos y 70
Galeras napolitanas heridos6 ​
Inglaterra y Provincias Unidas Gravelinas:
1 barco hundido6 7​ ​
Leyendas
~1400 bajas6 ​
Llegada de la patata a Irlanda Canal de la Mancha:
Referencias 7 barcos perdidos8 ​
Total:
Bibliografía
63 barcos perdidos4 ​
Enlaces externos (2 hundidos en
combate)
• 26 galeones
Antecedentes • 13 urcas
• 20 pataches
En 1558 el Imperio español se extendía • 3 galeazas
por América y Filipinas, además de • 1 galera
haberse anexionado los territorios del 20 000 muertos
Imperio portugués por derechos • 1500 en los
sucesorios. El interés de España por combates4 ​
Inglaterra era geopolítico, al ser un reino • 8500 en los
de importancia que podría ser un perfecto naufragios
paraguas para sus posesiones en los Países • 2000 asesinados en
Bajos frente a ataques franceses o Irlanda
rebeliones protestantes.
• 8000 muertos por
Felipe II contrajo matrimonio con la reina otras causas
católica de Inglaterra María I, de modo Armada española de
que el hijo que tuvieran pudiera reinar en La Grande y
intervención en Irlanda
España y en Inglaterra. María I, a Felicísima Armada
(1596)
instancias de su consorte, Felipe II,
comenzó a construir una armada inglesa
moderna, bautizando al primer barco como Felipe y María en conmemoración de su
:
casamiento. María I falleció en 1558 sin dar a Felipe II un heredero, lo que llevó a la
hermanastra de María, la reina Isabel I de Inglaterra, a acceder al trono. Isabel comenzó a
reinstaurar la reforma anglicana en Inglaterra y Felipe II intentó detener el proceso y
asegurarse la alianza con Inglaterra, proponiéndole matrimonio a la que fuera su cuñada,
proposición que fue rechazada.17 ​

Felipe II de España e Isabel I de Inglaterra convivieron de manera pacífica durante su


primera década de reinado. A la postre, España había sufrido constantes ataques en sus
colonias de ultramar y de sus barcos mercantes por parte del pirata John Hawkins y de su
primo Sir Francis Drake, que actuaban con expediciones financiadas por Isabel I, pero sin
perder su condición de piratas y tratantes de esclavos africanos. En 1568 Hawkins y
Drake, en una tormenta, buscaron refugio en un puerto de Nueva España (actual México),
lo que España vio como una ocasión para atacarles, librándose la batalla de San Juan de
Ulúa, que se saldaría con una victoria española. Isabel respondió a este ataque a naves
inglesas atacando cinco galeones españoles cargados de oro.

En 1570 el papa Pío V promulgó una bula que excomulgaba a Isabel I y autorizaba a
cualquier católico para asesinarla y a cualquier monarca católico para destronarla.18 ​
Felipe II no se mostró interesado en dicha acción, pero el agente papal italiano Roberto di
Ridolfi acabó presentándose ante la Corte de España y propuso al rey una conspiración
para asesinar a Isabel I y sustituirla por la reina de Escocia, María Estuardo, de religión
católica.19 ​ El rey de España mandaría diversos agentes a Inglaterra para incitar a la
rebelión, pero esta jamás llegó a estallar porque los espías de Isabel descubrieron el
complot. Isabel decidió iniciar un contraplan para dar dinero y tropas a los rebeldes
protestantes de los Países Bajos. A partir de 1572 Isabel comenzó a financiar las
expediciones corsarias de Hawkins y Drake en las costas del Caribe, capturando botines
de ciudades españolas. En 1585 Drake atacó diversos puertos de Galicia, atentando contra
iglesias y matando a curas y a monjas,19 ​ lo que motivó la acción de Felipe II de atacar por
fin a Inglaterra.

La estrategia
Felipe II contactó con el duque de Parma, Alejandro Farnesio, que gobernaba los Países
Bajos, y con el marqués de Santa Cruz, Álvaro de Bazán, almirante de la flota de Lisboa,
para pedirles un plan de invasión de Inglaterra. El plan de Álvaro de Bazán era mandar
una gran flota que desembarcara en Gran Bretaña y procediera a la invasión. Por su parte,
la estrategia de Farnesio era una ofensiva relámpago a Londres por parte de los Tercios de
Flandes. Felipe, en lugar de decidirse por uno, ordenó que ambos planes fueran
combinados. El marqués de Santa Cruz debía salir de Lisboa a cargo de una Gran Armada
y se reuniría con Alejandro Farnesio, cuyos 30 000 hombres desembarcarían en el
condado de Kent y sitiarían a Londres. Esa zona era propicia, ya que no había
fortificaciones entre la costa de Kent y Londres.19 ​

Los planes de Isabel


:
Isabel I fue informada por sus espías de los planes de invasión de Felipe II. Desde 1583
Inglaterra había fundado una Comisión Real para la Armada, que continuó la labor de
modernización de la armada inglesa iniciada por María I. Todos los buques antiguos —
como el Felipe y Maria que fue construido durante el anterior reinado de Felipe II como
rey consorte de Maria I y rebautizado como el Nonpareil— se reacondicionaron para
mejorar su velocidad, y todos los nuevos buques se diseñaban para ser más rápidos,
presentando una proa más baja, castillos de popa, líneas más pulidas y cubiertas de
cañones más largas. En este contexto, un galeón inglés era un buen rival para un simple
barco de transporte español.

A fin de ganar tiempo para disponer sus defensas, Isabel ordenó a sir Francis Drake
atacar la bahía de Cádiz, donde se estaban construyendo barcos de la Gran Armada
española. El ataque de Francis Drake, conocido como la Expedición de Drake de 1587,
destruyó o capturó cerca de 100 buques españoles, lo que interrumpió notoriamente los
preparativos españoles y retrasó los trabajos cerca de un año.

Cambio de mando de la Armada y la partida


Felipe II veía que la Armada se había convertido en un
enorme gasto financiero y apresuró a Álvaro de Bazán
para que atacara Inglaterra. Sin embargo, el 9 de
febrero de 1588 Álvaro de Bazán murió en Lisboa
aquejado de tifus, dejando a la Armada sin almirante.
En la capital portuguesa no se encontraba ningún
marino con un prestigio social a la altura de Bazán
para liderar una empresa de esa envergadura, de
modo que Felipe II recurrió al duque de Medina
Sidonia, Alonso Pérez de Guzmán. El 19 de febrero de
1588, recibió el anuncio de la muerte del marqués de
Santa Cruz y la orden de partir a Lisboa.20 ​

El duque de Medina Sidonia carecía de experiencia


naval y no se consideraba el hombre indicado para el
Alejandro Farnesio, duque de proyecto. En cartas enviadas al rey se puede leer en
Parma concreto:
:
V.M. me mandó viniese a Lisboa a aparejar esta
armada y traerla a mi cargo. Y en aceptar la
jornada propuse a V.M. muchas causas propias
de su servicio, por do no convenía el que yo la
hiciese, no por rehusar el trabajo, si no por ver
que se iba a la empresa de un reino tan grande y
tan ayudado de los vecinos y que para ello era
menester mucha más fuerza de la que V.M. tenía
junta en Lisboa. Y así rehusé este servicio por
esta causa. Y por entender que se facilitaba más
a V.M. el negocio de lo que algunos entendían,
que solo miraran a su real servicio, sin más
fines.21 ​

Así, lo fácil de comprender en este caso eran sus


preocupaciones en relación a la premura que exigía el
rey y el mal estado de aquella armada. Una armada
mal pertrechada, sin el personal necesario ni el
apropiado. Una armada diseñada apresuradamente
que él tenía que disponer en un demasiado corto
espacio de tiempo y sin apenas hombres (9000). Dice
en un informe (ortografía original):

... aunque ayan escrito a V.M. de aquí, que esta


armada estaba tan a punto y en orden que
podría partir dentro de pocos días, después que
yo he llegado la he hallado tan diferente de esto,
Almirante Álvaro de Bazán que fuera imposible poderse hacer, pues todo lo
que yo he hecho después que llegué y lo que se
va haciendo es tan necessario, que si no se
hiciera dentro del puerto, fuera la armada a
mucho riesgo, porque toda la artillería se ha
mudado, por ser ymposible poder servirse della
de la manera que estaba puesta, y otras muchas
cosas de esta calidad que han sido menester de
mudarse.22 23
​ ​

Felipe II no recibió las cartas del duque declinando el cargo que le ofrecían, ya que los
consejeros del rey las interceptaron y le respondieron que negarse a semejante misión le
desacreditaría para siempre. Recibida esta respuesta, el duque se dirigió a Lisboa a
cumplir con lo encomendado. Al cabo de seis semanas de haber ejercido el mando, la
Armada se hizo a la mar. La armada incluía 19 000 infantes, 7000 marineros, 1000
caballeros de fortuna, 180 clérigos y 130 barcos.

El 25 de mayo de 1588, el duque de Medina Sidonia mandó un correo al duque de Parma,


en los Países Bajos, para informarle de que la Grande y Felicísima Armada, como se hizo
conocer por Felipe II, se hacía a la mar. Recomendaba en su correo que se dispusiera a
preparar las tropas terrestres para la invasión de Inglaterra.
:
El 24 de junio, las galernas dispersaron la flota frente
a La Coruña, empujando a algunos barcos hasta el
sureste de Inglaterra, y a otros hacia el golfo de
Vizcaya. Llevó más de un mes volver a reunir la flota.
Por su parte, el duque de Medina Sidonia volvió a
aconsejar una vez más al rey que desistiese de la
empresa o que le relevase del mando, a lo que el rey
respondió airado que se dedicase a lo que le tocaba
hacer.19 ​

Al mismo tiempo, los ingleses enviaron a la


desesperada una flota de guerra destinada a
enfrentarse a la Gran Armada mientras esta se hallaba
amarrada en La Coruña, pero las condiciones
meteorológicas eran tan malas que los ingleses ni
siquiera consiguieron llegar a España y hubieron de
regresar a sus puertos.
Alonso Pérez de Guzmán, duque
de Medina Sidonia
La Armada se acerca a
Inglaterra
A partir del 22 de julio, cuando alcanzaron
el golfo de Vizcaya, las fuertes tormentas y
el estado de la mar provocaron que para el
28 del mismo mes una parte de la flota (40
barcos) se hubiera perdido y separado del
resto. Tuvieron que pasar otros dos días
más para que los barcos perdidos
regresaran al grueso de la flota.
Desafortunadamente para ellos ya habían
sido avistados por el barco inglés Golden
Hind, comandado esta vez por Thomas
Fleming, quien tuvo tiempo de dar la voz
de alarma mientras la «Grande» aún se
La batalla entre la Armada española y la flota
recomponía. Cuando la Armada alcanzaba
inglesa
la altura de Fowey, el 29 de julio de 1588,
los faros costeros ingleses ya anunciaban
su presencia.

Del aviso de Fleming a Drake sobre la llegada española nace una de las muchas, aunque
poco probable, leyendas o mitos acerca del comentario de Drake cuando, jugando a los
bolos en Plymouth Hoe, le llegó la noticia del avistamiento de la «Grande»:

Tenemos tiempo de acabar la partida. Luego venceremos a los españoles.


Sir Francis Drake24 ​
:
Sin embargo, la flota inglesa fondeada en Plymouth no tenía posibilidades de zarpar, ya
que ni el tiempo ni la mar se lo permitían en ese momento. Con la brisa en contra y la
subida de la marea, la flota inglesa se encontraba atrapada en el puerto. Además, en esos
mismos instantes la Armada española navegaba viento a favor, a barlovento.

El almirante Juan Martínez de Recalde, segundo comandante de la Armada, reparó en


que la flota inglesa se encontraba atrapada en su propio puerto sin posibilidades de
zarpar y avisó al duque de Medina Sidonia para que realizara un ataque a gran escala al
puerto de Plymouth.19 ​ Sin embargo, Medina Sidonia debía dirigirse a los Países Bajos a
reunirse con el duque de Parma y juntarse con las tropas de Flandes, y había recibido
órdenes estrictas de no atacar a los ingleses a no ser que se viera obligado a ello. Esto
pudo interpretarse como que siempre actuó eligiendo la mejor y más coherente de las
opciones para la flota.25 ​

Así, en definitiva, no parece haber constancia de la advertencia del segundo sobre atacar a
la flota inglesa en puerto y las afirmaciones, quizás exageradamente humildes dado su
carácter modesto y obediente, de Alonso Pérez de Guzmán sobre sí mismo pudieron
contribuir a esta idea de incompetencia sobre su liderazgo de la flota en materia militar.

El canal de La Mancha

Los ingleses lograron sacar 70 naves del puerto de Plymouth ayudados con botes de
remos y, amparados por la oscuridad, la noche del 30 de julio rodearon a la armada
española, gozando de la ventaja de situarse a barlovento. El 31 de julio, la flota inglesa
comenzó a avasallar tímidamente a la Armada Grande y, al margen de los primeros
contactos y estimación del poderío adversario, se realizaron por la parte inglesa los
primeros ataques con tímidos cañoneos a larga distancia.26 ​ La Armada española adopta
una formación de media luna, con los barcos más robustos en la vanguardia y los más
frágiles protegidos en el interior.

En primer lugar, los ingleses atacaron a uno de los buques de los extremos como blanco
de un cañoneo desde la lejanía, el San Juan de Portugal, buque insignia del almirante
Juan Martínez de Recalde, que recibirá más de 300 cañonazos.

En una de estas refriegas ocurrieron dos accidentes no tan importantes para la «Grande»
como el botín conseguido por los ingleses: se perdieron dos galeones españoles, el San
Salvador, navío insignia de Pedro de Valdés al mando de la flota andaluza (11 navíos), y el
Nuestra Señora del Rosario.

En el primero parece ser que explotó la santabárbara del buque, el pánico y desconcierto
del personal a bordo hicieron que este se entregara y quedara a merced de Drake.

El otro galeón, el Nuestra Señora del Rosario, en una maniobra de abordaje sobre un
navío inglés, chocó con otro barco español, quedando inutilizado su palo mayor y, por lo
tanto, sin posibilidad de hacer frente a ningún ataque. Corrió la misma suerte que el San
Salvador, que quedó a merced de los ingleses junto con su tripulación y acabaron en los
puertos de Weymouth y Dartmouth, respectivamente.
:
La pérdida de dos navíos importantes como los mencionados, así como las pequeñas
refriegas, no fueron tan graves para los españoles como el botín conseguido por los
ingleses, ya que, al menos uno de ellos, iba repleto de víveres, munición (aunque poco
quedaría del San Salvador) y demás material para el aprovisionamiento de la «Grande».
Dadas las circunstancias posteriores y las dificultades de la Armada para fondear en
Flandes, ambos navíos quizás hubieran sido de una importancia cualitativa.

Aun así, parece evidente que dos galeones de los 137 navíos españoles no eran, en aquel
momento, una gran pérdida cuantitativa. Sin embargo, cuando los problemas empezaron
a superar a la «Felicísima», cualquier navío, por poco importante que pareciera, se
convirtió en vital para su objetivo.

La isla de Wight
El duque de Medina Sidonia cuenta con un
constante avance de su flota y escribe casi
diariamente al duque de Parma,
mandando mensajeros a los Países Bajos,
para tener noticias de las tropas de
Flandes, pero este no le ha respondido ni
una vez. Medina Sidonia convoca un
Consejo de Guerra que recomienda
fondear la Armada en el puerto de la isla
de Wight hasta que se reciba una respuesta
del duque de Parma que indique que los
Tercios de Flandes están listos para zarpar
y dirigirse al encuentro de la Armada. El 4 Derrota de la armada invencible, pintura de
de agosto, el duque de Medina Sidonia Philippe-Jacques de Loutherbourg (1796)
ordena poner rumbo al puerto, pero el
escuadrón costero comandado por Martin
Frobisher les presenta combate y los conducen a unos bajíos peligrosos cerca de la costa.
En ese momento Drake, Charles Howard y John Hawkins conducen sus escuadrones
hasta situarse en medio de la armada, donde se libra una batalla de varias horas y la
Armada abandona la isla de Wight, dirigiéndose al paso de Calais, a la altura de las
Gravelinas, confiando en que el duque de Parma esté listo para el encuentro.19 ​

El paso de Calais
Véase también: Batalla naval de Gravelinas

Al día siguiente, el duque de Medina Sidonia recibió al fin una carta del duque de Parma
donde le avisaba de que aún no había embarcado a los soldados. Esto se debió a que el
duque de Parma no había recibido el primer mensaje, en el que se informaba de que la
Armada había partido de Lisboa,19 ​ pero aun así dispone sus tropas para embarcarlas.
Medina Sidonia ancló su armada en el entorno del puerto de Calais y allí aguardó la
llegada de las tropas del duque de Parma a bordo de sus gabarras. Dado que la flota
:
inglesa se mantenía a barlovento, el Duque de Medina Sidonia interpone zabras y pinazas
que actuarían contra la llegada de posibles brulotes o algún otro ataque nocturno en
naves menores. Tal y como estaba previsto Hawkins atacó durante la noche lanzando
ocho brulotes, dos de los cuales fueron contenidos por la defensa. Otros cuatro obligaron
a algunos barcos a desanclar para dejarles pasar, con la intención de volver a fondear en
el mismo lugar una vez pasado el peligro. Las corrientes y el viento, sin embargo, alejaron
del puerto a un grupo de 40 barcos que se ven incapaces de regresar. A la mañana
siguiente, Medina Sidonia, con objeto de proteger a esos navíos y mantener la defensa
compacta se reagrupa junto a ellos.19 ​

El mar del Norte

En alta mar se produce un nuevo enfrentamiento. Los ingleses en ese momento están en
superioridad: se mantienen a barlovento y además pueden recibir vituallas y munición
desde sus puertos. La armada española, aunque estaba preparada para una campaña más
larga fuera de sus bases, tiene que racionar la munición. Ante los mudos cañones de
algunos barcos españoles, los ingleses pueden atacar desde tan cerca que incluso se
intercambian insultos.19 ​ La mayor fortaleza de los galeones españoles aguanta la lluvia
de fuego hasta que los atacantes agotan su capacidad y se ven obligados a regresar. Por
ejemplo el galeónSan Martínl buque insignia de Medina Sidonia, llega a encajar hasta 107
impactos directos. Retirada la flota inglesa, ante la delicada situación de los españoles y
antes de que se produjeran mayores pérdidas, algunos capitanes rechazan la orden de
reagrupamiento obligando al Duque de Medina Sidonia a imponer la disciplina con mano
de hierro mandando ahorcar a uno de los capitanes. Sin embargo, la argumentación del
segundo comandante, Juan Martínez de Recalde, que también se negó a reagruparse,
obliga al duque a reconocer su fracaso, antes de que llegue a consumarse la derrota con la
pérdida total de la flota.19 ​

El regreso rodeando las islas británicas

A estos hechos siguieron las grandes dificultades de la Gran Armada para recalar en los
puertos flamencos y un empeoramiento repentino de las condiciones meteorológicas en la
zona, lo que llevó a la flota inglesa a recalar en sus puertos esperando que mejorara el
tiempo. La flota española en el mar del Norte, por causa de los vientos, tuvo que rodear
las islas británicas por Escocia y descender luego bordeando Irlanda para dirigirse a los
puertos españoles, con los subsiguientes desastres y hundimientos en las abruptas y
tormentosas costas británicas, que causaron un gran número de bajas entre los españoles.

Sin embargo, un estudio del historiador español José Luis Casado Soto de 1988,27 ​
demostró, con un seguimiento de cada navío según la contabilidad de la Gran Armada y la
administración de armadas posteriores que en total las pérdidas no superaron los 35
buques, siendo estos casi todos navíos de transporte y de navegación mediterránea, ya
que en el viaje de vuelta no naufragó un solo galeón.28 ​
:
Se cuenta que a la vuelta de la Armada a España, Felipe II dijo: «Yo envié a mis naves a
pelear contra los hombres, no contra los elementos».25 ​ En el margen de una de las cartas
enviadas al duque de Parma, autores como Carlos Gómez-Centurión sí dan por escrita por
el propio rey la frase: «En lo que Dios hace no hay que perder ni ganar reputación, sino
no hablar de ello».25 ​

Hallazgos arqueológicos
En 1967 los arqueólogos descubrieron el primer pecio de los ocho hallados frente a la
costa irlandesa, el del Santa María de la Rosa. Este barco naufragado carecía de artillería
pero poseía una gran pila de proyectiles. Algunas teorías dicen que la armada fue
derrotada porque se le acabó la munición. Colin Martin descubriría en otros pecios
cañones intactos. Al haber mezcolanza de cañones cada uno tiene calibres distintos, por lo
que los españoles tuvieron problemas para distribuir la munición adecuada en los barcos
correspondientes. Además, se descubrió que muchos de los cañones iban montados sobre
enormes cureñas de dos ruedas, lo que era poco manejable.19 ​

Tamaño de las flotas

Otra tergiversación[cita requerida] bastante común relativa a este episodio histórico es la


idea de que la flota inglesa era muy inferior en número de barcos y de cañones a la
española y que, a pesar de ello, los ingleses consiguieron con su pericia y astucia derrotar
a la flota española.[cita requerida] Esto es absolutamente falso, ya que en realidad los
barcos ingleses superaban en número a los españoles, a pesar de que la flota española
superaba en tonelaje a la inglesa, y la flota española era, a priori, más poderosa. De
hecho, la flota movilizada por la Royal Navy constaba de 226 barcos, aunque 163 de esos
barcos eran mercantes. Entonces la flota inglesa solamente consistía en 63 barcos
armados, De los 137 que componían la Grande y Felicísima Armada 20 eran la Escolta
Armada y 117 eran Transportes. En cuanto al número de cañones, la flota española
contaba con 2431 cañones, mientras que la flota inglesa tenía aproximadamente 2000
cañones (individualmente, los barcos españoles eran más homogéneos y estaban más
artillados que los ingleses).

Bajas inglesas

Siguiendo con otra de las tergiversaciones[cita requerida] más extendidas, hoy día es bien
conocido el hecho de que los ingleses sufrieron menos bajas que los españoles en la
batalla de las Gravelinas, y que los españoles, a su vez, sufrieron cerca de 10 000 bajas
debido a un feroz temporal que los sorprendió bordeando la costa occidental irlandesa.
Un hecho muy importante, y que al mismo tiempo es poco conocido, es que los marinos
ingleses fueron a su vez diezmados por causas ajenas al combate, ya que unos 9000
marineros ingleses fueron víctimas de sendas epidemias de tifus y disentería que
estallaron a bordo de los barcos ingleses inmediatamente después del enfrentamiento con
la flota española. Además, el ambiente en Inglaterra tras la batalla distó mucho de ser la
:
algarabía de fervor patriótico y festejos por el fracaso de la invasión española que la
mitología popular pretende. La realidad es que a la batalla siguieron todo tipo de
disturbios y enfrentamientos políticos provocados por las penalidades pasadas por los
combatientes ingleses, que murieron por millares en un total abandono, y que tardaron
meses en cobrar sus sueldos debido a que la guerra llevó al borde de la bancarrota tanto a
la corona española como a la inglesa.

El historiador británico Fuller se refiere a ello del siguiente modo:

[...] Felipe II no permaneció inconsciente a las calamidades de los bravos


soldados y marinos que tanto habían arriesgado y soportado en el transcurso de
aquella desastrosa cruzada. Hizo cuanto estuvo en su mano para aliviar sus
sufrimientos y en vez de recriminar la derrota de Medina Sidonia, le ordenó que
regresara a Cádiz y reanudara allí su gobierno. Muy diferente fue la conducta de
la reina Isabel, cuya preocupación constante era la de reducir gastos. Al
contrario de Felipe, no había nada de caballeroso ni de generoso en su carácter,
y aunque el profesor Laughton exagera mucho al intentar disimular su
tacañería, no existe duda alguna de que, de haber sido mujer de corazón como
lo era de cerebro, hubiera resultado imposible que dejara morir de hambre y de
enfermedad a tan alto número de valerosos marinos luego de conseguir aquella
victoria para ella [...] Tres días después de haber regresado de la persecución,
escribe Burghley: «Las enfermedades y la muerte están causando estragos entre
nosotros; resulta doloroso ver cómo aquí en Margate no hay lugar para estos
hombres y muchos de ellos fallecen en las calles». Una vez más, el 30 de agosto
insistió: «Es lastimoso presenciar cómo los hombres padecen después de haber
prestado tal servicio... Valdría más que Su Majestad la reina hiciera algo en su
favor, aun a riesgo de gastar unas monedas, y no los dejara llegar a semejante
extremo, porque en adelante quizá tengamos que volver a necesitar de sus
servicios; y si no se cuida más de esos hombres, y se les deja morir de hambre y
de miseria, será muy difícil volver a conseguir su ayuda»
J. F. C. Fuller. Batallas decisivas del mundo occidental. 2009. RBA Colecciones
(pp. 381-382)

Ataques españoles a las costas inglesas

La más incomprensible de las tergiversaciones,[cita requerida] que implican el desastre de


la Armada española de 1588, es que este episodio con frecuencia es referido por
historiadores anglosajones[cita requerida] como un brillante ejemplo de la gran tradición
defensiva inglesa que ha impedido, desde la invasión normanda del siglo XI, el
desembarco en suelo inglés de cualquier fuerza hostil por poderosa que fuera.
[cita requerida] En realidad, las tropas españolas atacaron y saquearon localidades inglesas
en diversas ocasiones, tanto antes como después del episodio de la Armada Invencible, si
bien estos hechos suelen ser omitidos[cita requerida] en la historiografía inglesa.

Ya durante la guerra de los Cien Años, el almirante castellano Fernando Sánchez de Tovar
asoló las costas inglesas durante seis años (entre 1374 y 1380), saqueando múltiples
localidades como Southampton, Plymouth, Portsmouth, Dartmouth o Poole, entre otras,
y llegando a incendiar, tras remontar el Támesis, la localidad de Gravesend, a la vista de
:
Londres. Años después, y durante el mismo conflicto, el corsario español Pero Niño volvió
a atacar en 1405 la península de Cornualles, asolando la isla de Pórtland y saqueando
Poole.

Obviando los fugaces desembarcos que marinos españoles llevaron a cabo en las costas
inglesas por motivos de aprovisionamiento de urgencia, en julio de 1595 se produjo la
batalla de Cornualles. Una flota compuesta por cuatro galeras españolas al mando de
Carlos de Amésquita, que patrullaba en aguas inglesas, desembarcó unos 400 soldados de
los tercios en la bahía de Mount, en la península de Cornualles, al suroeste de Inglaterra
para aprovisionarse.29 ​ Las milicias inglesas, encargadas de la defensa inglesa en caso de
invasión por tropas españolas, huyeron, y los españoles tomaron todo lo que necesitaban
y quemaron las localidades de Mousehole, Paul, Newlyn y todos los pueblos de los
alrededores.30 ​ Al final del día, celebraron una tradicional misa católica en suelo inglés,
embarcaron de nuevo y lograron esquivar una flota de guerra al mando de Francis Drake
y John Hawkins que había sido enviada para expulsarlos.31 ​

Dos años después del ataque de Amésquita, en 1597, Felipe II volvió a enviar una nueva
flota de invasión contra Inglaterra, más poderosa que su precursora de 1588. Tras
avanzar hacia las costas inglesas sin encontrar oposición, un fuerte temporal dispersó la
flota, si bien en esta ocasión no se produjeron los catastróficos resultados de 1588. Aun
así, siete barcos llegaron a tierra en las proximidades de Falmouth, desembarcando a 400
soldados de élite que se atrincheraron esperando refuerzos para marchar hacia Londres.
Tras dos días de espera, en los que las milicias inglesas no se atrevieron a hostigarlos,
recibieron la orden de embarcar, pues la flota se había dispersado irremediablemente, y
regresaron a España.

Panorama
:
Isabel I y la Armada española (121.3 × 284.5 cm), óleo atribuido a Nicholas Hilliard, que
probablemente representa la batalla naval de Gravelinas.32 Worshipful Society of Apothecaries of
London.

Barcos de las flotas

Imperio español

Escuadra portuguesa

São Martinho (San Martín) — 48 cañones (primer navío de escuadra, al mando del
duque de Medina Sidonia)
São João (San Juan) — 50 cañones (segundo navío de escuadra)
São Marcos (San Marcos) — 33 cañones (al mando de López de Mendoza, encalló el
10 de septiembre cerca de las costas irlandesas)33 ​
São Filipe (San Felipe) — 40 cañones (al mando de Francisco de Toledo,
abandonado el 8 de agosto entre Nieuwpoort y Ostende, capturado el 9 de agosto
por la patrulla de las Provincias Unidas)
:
São Luís (San Luis) — 38 cañones (al mando de Agustín Mexía)
São Mateus (San Mateo) — 34 cañones (al mando de Diego Pimentel, encalló el 8 de
agosto entre Nieuwpoort y Ostende, capturado el 9 de agosto por la patrulla de las
Provincias Unidas)
Santiago (Santiago) — 24 cañones
San Francesco (San Francisco) — 52 cañones (al mando de Niccolo Bartoli, galeón
florentino incluido en la escuadra portuguesa)
São Cristóvão (San Cristóbal) — 20 cañones
São Bernardo (San Bernardo) — 21 cañones
Augusta (Augusta) — 13 cañones
Júlia (Julia) — 14 cañones.

Escuadra castellana

San Cristóbal — 36 cañones (primer navío de escuadra, al mando de Diego Flores


de Valdés)
San Juan Bautista — 24 cañones (segundo navío de escuadra)
San Pedro — 24 cañones
San Juan — 24 cañones
Santiago el Mayor — 24 cañones
San Felipe y Santiago — 24 cañones
La Asunción — 24 cañones
Nuestra Señora del Barrio — 24 cañones
San Linda y Celedón — 24 cañones
Santa Ana — 24 cañones
Nuestra Señora de Begoña — 24 cañones
La Trinidad Bogitar — 24 cañones
Santa Catalina — 24 cañones
San Juan Bautista — 24 cañones
Nuestra Señora del Rosario — 24 cañones
San Antonio de Padua — 12 cañones.

Escuadra de Vizcaya

Santa Ana — 30 cañones (navío insignia de la escuadra, al mando de Juan Martínez


de Recalde y Alejandro Gómez de Segura)
El Gran Grin — 28 cañones (segundo navío de escuadra, encallado el 24 de
septiembre cerca de Clare Island)
Santiago — 25 cañones
:
La Concepción de Zubelzu — 16 cañones
La Concepción de Juan del Cano — 18 cañones
La Magdalena — 18 cañones
San Juan — 21 cañones
La María Juan — 24 cañones (hundido el 8 de agosto al norte de Gravelinas)
La Manuela — 12 cañones
Santa María de Montemayor — 18 cañones
María de Aguirre — 6 cañones
Isabela — 10 cañones
Patache de Miguel de Suso — 6 cañones
San Esteban — 6 cañones.

Escuadra de Guipúzcoa

Santa Ana — 47 cañones (navío insignia de la escuadra, al mando de Miguel de


Oquendo)
Santa María de la Rosa — 47 cañones
San Salvador — 25 cañones
San Esteban — 26 cañones
Santa María — 20 cañones
Santa Bárbara — 12 cañones
San Buenaventura — 21 cañones
La María San Juan — 12 cañones
Santa Cruz — 18 cañones
Urca Doncella — 16 cañones
El patache La Asunción — 9 cañones
El patache San Bernabé — 9 cañones
La pinaza Nuestra Señora de Guadalupe — 1 cañón
La pinaza Magdalena — 1 cañón

Escuadra andaluza

Nuestra Señora del Rosario — 46 cañones (navío insignia de la escuadra, al mando


de Pedro de Valdés)
San Francisco — 21 cañones
San Juan Bautista — 31 cañones
San Juan de Gargarin — 16 cañones
La Concepción — 20 cañones
Urca Duquesa Santa Ana — 23 cañones
:
Santa Catalina — 23 cañones
La Trinidad — 13 cañones
Santa María del Juncal — 20 cañones
San Bartolomé — 20 cañones
El patache El Espíritu Santo — 32 cañones

Escuadra levantina o italiana

La Ragazzonae — 30 cañones (navío insignia mandado por Martín de Bertendona)


La Lavia — 25 cañones
La Rata Santa María Encoronada — 35 cañones
San Juan de Sicilia — 26 cañones
La Trinidad Valencera — 42 cañones
La Anunciada — 24 cañones
San Nicolás Prodaneli — 26 cañones
Juliana — 32 cañones
Santa Maria de Vison — 18 cañones
La Trinidad de Scala — 22 cañones

Escuadra de urcas

El Gran Grifón — 38 cañones (al mando de Juan López Medina)34 ​


San Salvador — 24 cañones
Perro Marino — 7 cañones
Falcon Blanco Mayor — 16 cañones
Castillo Negro — 27 cañones
Barca de Amburgo — 23 cañones
Casa de Paz Grande — 26 cañones
San Pedro Mayor — 29 cañones
El Sansón — 18 cañones
San Pedro Menor — 18 cañones
Barca de Anzique — 26 cañones
Falcon Blanco Mediano — 16 cañones
San Andrés — 14 cañones
Casa de Paz Chica — 15 cañones
Ciervo Volante — 18 cañones
Paloma Blanca — 12 cañones
La Ventura — 4 cañones
:
Santa Bárbara — 10 cañones
Santiago — 19 cañones
David — 7 cañones
El Gato — 9 cañones
Esayas — 4 cañones
San Gabriel — 4 cañones

Galeras napolitanas

La Girona — 50 cañones (al mando de Hugo de Moncada)


San Lorenzo — 50 cañones
Zúñiga — 50 cañones
Napolitana — 50 cañones

Inglaterra y Provincias Unidas


Ark Royal (Almirante Charles Howard)
Elizabeth Bonaventure (George Clifford, tercer conde de Cumberland)
Rainbow (Lord Henry Seymour)
Golden Lion (Lord Thomas Howard)
White Bear (Alexander Gibson)
Vanguard (William Winter)
Revenge (sir Francis Drake)
Elizabeth (Robert Southwell)
HMS Victory (1588)) (almirante sir John Hawkins)
Antelope (Henry Palmer)
Triumph (Martin Frobisher)
HMS Dreadnought (1573 (2) (George Beeston)
Mary Rose (Edward Fenton)
Nonpareil (Thomas Fenner)
Hope (Robert Crosse)
Galley Bonavolia
Swiftsure (Edward Fenner)
Swallow (Richard Hawkins)
Larke (Arthur Chichester, I barón Chichester)
Foresight (Christopher Baker)
Aid (William Fenner)
Bull (Jeremy Turner)
:
Tiger (John Bostocke)
Tramontana (Luke Ward)
Scout (Henry Ashley)
Achates (Gregory Riggs)
Charles (John Roberts)
Merlin (Walter Gower)
Spy (pinaza) (Ambrose Ward)
Sun (pinaza) (Richard Buckley)
Cygnet (John Sheriff)
Brigandine (Thomas Scott)
George (Richard Hodges)
34 mercantes
33 barcazas
23 barcos de cabotaje
30 navíos de las Provincias Unidas en el bloqueo de la costa flamenca.

Los Brulotes perdidos del 7/8 de agosto:

Bark Talbot
Hope
Thomas
Bark Bond
Bear Yonge
Elizabeth
Pastel
Cure's ship

Leyendas

Llegada de la patata a Irlanda

Los soldados españoles se alimentaban con patatas, un tubérculo muy nutritivo que
habían traído los viajeros españoles de América. Una leyenda irlandesa cuenta que los
naufragios de estos galeones españoles en Irlanda llevaron a las costas las patatas, que
fueron recogidas por los campesinos.35 ​ El suelo de Irlanda es enormemente rocoso y el
clima muy lluvioso, lo que dificultaba enormemente muchos cultivos. Los irlandeses
comenzaron a cultivar las patatas y vieron que crecían bien en su suelo rocoso y que eran
muy nutritivas, por lo que convirtieron el país en un monocultivo de esa patata.
:
Referencias
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propaganda victory, but in strategic terms it was essentially indecisive».
2. Clodfelter, 2017, p. 19.
3. Tucker, 2011, p. 180.
4. Clodfelter, 2017, p. 20.
5. «Spanish Armada (1588)» (http://necrometrics.com/pre1700a.htm#SpArm).
6. «La Gran Armada de 1588» (https://www.armadainvencible.org/la-armada-
invencible/).
7. Grant, 2017, p. 296.
8. García Hernán, Enrique; David Maffi (2006). Política, estrategia, organización y
guerra en el mar. p. 861. «37 barcos perdidos, como mucho. Únicamente siete se
perdieron en el Canal de la Mancha».. Sin referir su porte, ni si se trata de
naufragados o en batalla.
9. Alcalá-Zamora, José N. (2004). Real Academia de la Historia, ed. La empresa de
Inglaterra: (la «Armada invencible»: fabulación y realidad). p. 15.
10. «Tratado de Londres (1604)» (https://books.google.es/books?id=YdrziOQCoK8C&pg=
PA243&hl=es#v=onepage&q&f=false). Consultado el 30 de julio de 16.
11. Al contrario de lo que comúnmente se piensa, esta expedición no tenía como objetivo
invadir Inglaterra, sino la de transportar soldados, munición y vituallas para apoyar a
las tropas de Flandes, que serían las encargadas de esa misión, y escoltarles en el
paso del Canal.Rodríguez González, Agustín Ramón (2006). Victorias por mar de los
españoles (1ª edición). Madrid: Grafite. p. 337. ISBN 978-84-96281-38-7.
12. Zorita Bayón, Miguel; Juan Ignacio Cuesta (2010). Breve Historia del Siglo de Oro (htt
p://books.google.es/books?id=PTu4YH7NAJkC&lpg=PA111&dq=%22Armada%20Inve
ncible%22%20inglesa&pg=PA111#v=onepage&q&f=false). p. 111.
13. Alcalá-Zamora, José N. (2004). Real Academia de la Historia, ed. La empresa de
Inglaterra: (la «Armada invencible»: fabulación y realidad). p. 57.
14. García Hernán, Enrique; David Maffi (2006). Política, estrategia, organización y
guerra en el mar. p. 861.
15. «La Gran Armada, o lo difícil que es destruir con la verdad siglos de tópicos y
falsedades» (http://www.eldiariomontanes.es/20091012/cantabria/gran-armada-dificil-
destruir-20091012.html). El Diario Montañés. 2009. Consultado el 12 de octubre de
2009.
16. Santa Cinta, Joaquín de la (2016). «Diegro Brochero, Almirante de la Armada. Marino
de tierra adentro» (https://books.google.es/books?id=NiuICwAAQBAJ&pg=PT29&dq=
Contraarmada&hl=es&sa=X&redir_esc=y#v=onepage&q=Contraarmada&f=false). 50
héroes españoles olvidados. Biblioteca Online. ISBN 9788415998440.
17. Web Biografías y Vidas. «Isabel I de Inglaterra» (http://www.biografiasyvidas.com/mo
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18. Frutos, Alberto de. Web Historia de Iberia la Vieja. (26 de marzo de 2013). «Así era la
Armada Invencible» (http://www.historiadeiberiavieja.com/noticia/1035/Historia-Moder
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19. History Channel (25 de abril de 2006). «Historie's Misteries: The Spanish Armada» (ht
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22. 26 de marzo de 1588 — Fragmentos del primer informe del duque desde Lisboa:
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25. Gómez-Centurión, Carlos. La Armada Invencible, Biblioteca Básica de Historia
(Monografías), Anaya, Madrid, 1987, ISBN 84-7525-435-5
26. La Royal Navy era más partidaria del combate a larga distancia, la denominada
guerra galana, a diferencia de los españoles que preferían la más contundente guerra
a la española, que consistía en aproximarse lo más posible para lanzarse
posteriormente al abordaje.Rodríguez González, Agustín Ramón (2006). Victorias por
mar de los españoles (1ª edición). Madrid: Grafite. p. 337. ISBN 978-84-96281-38-7.
27. Casado Soto, José Luis. Los barcos españoles del siglo XVI y La Gran Armada de
1588. Madrid, 1988.
28. Gorrochategui Santos, Luis. Contra Armada. La mayor catástrofe naval de la historia
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29. scribd.com (http://www.scribd.com/doc/989484/Mounts-Bay-Raid-by-Spaniards-in-the-
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30. tercios.org (https://web.archive.org/web/20120222103810/http://www.tercios.org/perso
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32. Jones, Aled (5 de mayo de 2005). Transactions of the Royal Historical Society: Sixth
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:
34. Martínez Velarde, Carlos (enero). «Consideraciones sobre la jornada de Inglaterra
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Archivado desde el original (http://www.portalcultura.mde.es/Galerias/revistas/ficheros
/RGM_196.pdf) el 8 de agosto de 2014.
35. HistoriayArqueología.com Red Española de Historia y Arqueólogos (2 de junio de
2012). «Leyendas, patatas y arrendatarios.» (http://www.historiayarqueologia.com/pro
files/blogs/leyendas-patatas-y-arrendatarios).

Nota importante: los manuscritos sobre Alonso Pérez de Guzmán deben ser accedidos
directamente para poder ser vistos.

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Santos (Luis). Ministerio de Defensa, Madrid 2011.
https://www.armadainvencible.org/por-que-se-llama-armada-invencible/

Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre la Armada
Invencible.
Navegación: La Armada Invencible (http://www.mgar.net/var/armada.htm)
La Armada Invencible por el capitán de navío Cesáreo Fernández Duro de la Real
Academia de la Historia - Tomo I (https://archive.org/details/laarmadainvenci00durogo
og/page/n9)
Idem - Tomo II (https://archive.org/details/laarmadainvenci01durogoog/page/n8)
Universidad de Valencia#El desastre de la Armada Invencible (http://www.uv.es/charc
o/documentos/armada.htm)
La Armada en la leyenda y en la historia (https://web.archive.org/web/200801311302
18/http://amerilis.iespana.es/alonsoperez/6parte/2laleyenda.htm?2&weborama=19)
:
The Defeat of the English Armada and the 16th-Century Spanish Naval Resurgence:
A More Detailed Look at the Spanish Armada, its Immediate Results, its Long-Term
Effects, and its Lesser-Known Aftermath (http://wesulm.bravehost.com/history/eng_ar
mada.htm) (en inglés)
Top 10 myths and muddles about the Spanish Armada (http://wesulm.bravehost.com/
history/sp_armada.htm) (en inglés)
Diario de los sucesos de la armada que Felipe II envió contra Inglaterra, en la
«Colección de documentos inéditos para la historia de España», vol. XIV, pags. 449–
461 (http://www.archive.org/details/coleccindedocu14madruoft) y vol. XLIII, págs.
417-423 (http://www.archive.org/details/coleccindedocu43madruoft).
Asociación Amigos del Museo de la Real Fábrica de Artillería de La Cavada, Agustín
Ramón Rodríguez González (Conferenciante) (2007). «Video de la conferencia sobre
la Armada Invencible en el Museo de las Reales Fábricas de Artillería de La Cavada
(Cantabria).» (https://web.archive.org/web/20100404104154/http://video.google.es/vid
eoplay?docid=1311244036685643594&ei=kqE_S_mEDsem-Aaj7LxU&q=la+cavada&
hl=es#docid=-4177964700763573533). Archivado desde el original (http://video.googl
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avada&hl=es) el 4 de abril de 2010. Consultado el 2 de enero de 2010.
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polemicas-de-la-armada-invencible/), podcast de HistoCast (3 horas 43 minutos).
Web sobre el estudio de la Gran Armada de 1588 (https://www.armadainvencible.org/
)

1. Biblioteca Cervantes Virtual (http://www.cervantesvirtual.com/FichaAutor.html?Ref=53


70&idGrupo=Todo&PO=3&portal=0)

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