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El triunfo de la voluntad

En el año 1934, en la ciudad de Núremberg cuando Alemania había restablecido su


economía. Hitler surgió como una figura influyente la época, pues las acciones que
demostraban y el respeto que los alemanes tenían por Hitler eran muy notables, pues veían en
él el ejemplo de un líder capaz de transformar la nación en una Alemania sobresaliente a las
demás naciones.
Hitler en cada discurso resalta la grandeza y el progreso que iba teniendo Alemania tras su
llegada al poder; se ganaba cada vez más la confianza de los alemanes ya que estos lo veían a
él como un “salvador”, que buscaba corregir los errores que se cometieron en el pasado y le
daría una nueva y mejor dirección a la nación. Hitler por medio de poder de su Partido
Nacionalsocialista y el resto de líderes nazis quienes durante su estadía en Núremberg
mostraban lo importantes que eran los jóvenes para preservar su legado y transmitirlo a las
siguientes generaciones.
Durante cada discurso dado en la propaganda en Núremberg, Hitler se encargó de persuadir y
convencer con cada diálogo e influir en la mente de sus seguidores a que Alemania
necesitaba del poder militar y la limpieza racial para lograr una nación perfecta. Y cada
marcha era la muestra de la influencia que su ideología tenía al crear un sentido de lealtad y
orgullo de parte de sus soldados y seguidores hacia él, siendo esta propaganda la mayor
demostración del impacto visual y psicológico de las imágenes.

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