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EN LA RIQUEZA Y EN LA POBREZA

“Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad


para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios”.
Eclesiastés 5:19
OBSERVACIÓN
Presentar el siguiente video
https://www.youtube.com/watch?v=QHSR5ssJUrY

VINCULACIÓN
Preguntar a varias parejas que concepto tienen sobre riqueza y pobreza después de haber
visto el video.
Reflexionar sobre los conceptos tradicionales de pobreza y riqueza, guiarlos a la necesidad
que tienen los seres humanos de saber cual es el planteamiento de Dios respecto a este
tema, con el fin de aprender la manera correcta de afrontar las situaciones difíciles que se
presentan en el matrimonio.

CONCIENTIZACIÓN
INTRODUCCIÓN
Quien no recuerda la famosa frase “En la riqueza y en la pobreza”, muy comúnmente
expresada el día del matrimonio cuando las parejas hacen sus votos y se prometen
fidelidad en todas las áreas de su vida, expresión que representa algo más que palabras
repetidas y que requerirán de toda una preparación espiritual y emocional cuando se
lleguen a presentar. Entender su verdadero significado será fundamental a la hora de
superar las diferentes crisis en el matrimonio, teniendo en cuenta que no se trata
solamente de obtener riquezas sino también de descubrir los secretos espirituales para
poder disfrutar de ellas.
1. LA RIQUEZA DE DIOS
No podemos decir que el dinero sea igual a la riqueza, ya que ésta significa mucho más
que la capacidad de acumular bienes materiales o valores monetarios; el no poseer la
habilidad para manejarlos acarrea desastrosas consecuencias que aún alcanzan a terceras
personas. (Eclesiastés 5:13-14; 6:1-2).
1.1 Es un don de Dios
La riqueza es un don de Dios que implica su bendición en forma de sabiduría,
paz, y gozo; es decir beneficios en la persona, independiente de las
circunstancias externas. Por ejemplo, si una familia es muy próspera
económicamente por el éxito en los negocios del padre, pero al morir éste, la
familia se divide, agrietada por odios, resultado de que cada miembro codicia
para sí una mayor parte. ¿Podrá el hecho de ser económicamente poderosa
una persona, significar que sea rica? (Eclesiastés 5:19).
Indudablemente que la riqueza no está relacionada con el aspecto material y
tangible de cosas que representen una ganancia, sino con algo intangible: la
habilidad dada por Dios para transformar los recursos existentes. La pobreza es
la ausencia de este don y lógicamente evidencia desconocimiento de Dios y sus
propósitos (Proverbios 13:23).

1.2 La riqueza y el trabajo.


Es muy importante comprender que el propósito de Dios respecto al bienestar
del hombre, ha sido desde un comienzo el más alto; así lo describe la Escritura,
(Génesis 1:28-29).

Dios proveía para todas las necesidades del hombre de una manera abundante,
pero a causa de su desobediencia, el Señor maldijo la tierra y dijo al hombre
que con el sudor de su rostro comería el pan, es decir, sería una labor más
desgastadora. Dios hizo al hombre para que dependiera de Él, pero Adán no
reconoció que todo procedía de Dios y tuvo que asumir las consecuencias
(Génesis 3:19).

El trabajo es el canal escogido por Dios para bendecirnos materialmente a la


vez que lo convierte en un medio por el cual desea enseñarnos a depender de
Él, y evitar los prejuicios, resultantes de obtener riquezas por medios
reprobados como:

La riqueza de vanidad, por ejemplo, la que es obtenida del juego. (Proverbios


13:11)

La riqueza rápida, aquí se refiere al dinero obtenido por estafa, soborno o


cualquier tipo de negocio ilícito. Aquí debemos mencionar como excepción, el
capital obtenido repentinamente pero no por medios que violan los principios
de Dios, como es el caso de la riqueza de herencia (Proverbios 20:21; 19:14).

La ambición trae funestas consecuencias; ya que las posesiones son cosas


temporales y perecederas que no garantizan el disfrute y la tranquilidad que se
supone alcanzarán, quienes en su afán desmedido por atesorar para sí mismos
excluyen todo lo demás. La bonanza y la prosperidad genuina son un regalo
con el sello de Dios. Muy diferente es el fruto de aquel que con su trabajo
diligente recibe una recompensa perdurable (Proverbios 13:7).

Dios no condena las riquezas, sino que está interesado no solamente en


nuestro bienestar material sino en que sepamos administrar la abundancia y
desarrollar una correcta actitud (Proverbios 10:22).
2. LA RIQUEZA DEL CRISTIANO
La riqueza no es moral, ni inmoral. No hay virtud alguna en la pobreza, existen pobres
deshonestos (Proverbios 28:3), como ricos igualmente deshonestos. Dios condena el mal
uso, la preocupación por la riqueza en sí.
A causa de su carácter tangible, el dinero es un terreno que nos prueba ante Dios y
además “sirve para todo”, al punto que puede llegar a gobernar al hombre (Eclesiastés
10:19b).
La abundancia o la escasez de dinero no afectan nuestra relación con Dios, pues Él está
interesado en nuestra actitud. De hecho, la producción de riqueza está insinuada en la
Biblia, aunque con un objetivo claramente definido: DAR. (2 Corintios 9:9-11).
Causas de la pobreza.
Como hemos visto, Dios desea nuestro bienestar y prosperidad, aunque no de una manera
rápida o forzosa, sino de forma gradual, en la medida de nuestra permanencia en la
obediencia a sus preceptos. Sin embargo, surge un interrogante: ¿Por qué la pobreza? Es
la Palabra de Dios la que nos explica sus causas:

 El egoísmo: el Señor Jesús explicaba cómo la dureza del corazón del hombre produce
la pobreza, lo cual no significa que aprobara el conformismo con esta condición.
Proverbios 14:22
 La pereza: esta es una de las causas que más influyen para que las personas vivan en
continua pobreza. Debido a que el perezoso no se compromete de verdad en una
tarea, o empresa, generalmente se plantea muchos proyectos, pero ninguno lleva a
ejecución, vive de sueños y a costa de los demás (Proverbios 6:10-11; 20:4).
 Las malas compañías: las personas con quienes mantenemos amistad o con quienes
compartimos nuestro tiempo ejercen influencia determinante en nuestras vidas,
aunque la mayoría de las veces no reconocemos esto, así es (Proverbios 28:19).
 La negligencia: esto hace referencia al no querer trabajar o hacerlo a medias. Esta
actitud se observa mucho en las empresas o entre los miembros del hogar, ya que
sólo se realiza lo que nos corresponde y esto en el mejor de los casos, pues en la
mayoría se observa que el trabajo se hace a medias, sin la entrega y pasión que llena
de satisfacción y realización (Proverbios 19:15; 22:29).
 La indisciplina: hace referencia a aquellas personas que no tienen claridad en los
manejos financieros, los que los lleva a actuar en forma desorganizada para
finalmente caer en deudas y otros desmanes que le llevan a la pobreza (Proverbios
22:7).
 La avaricia: es todo tipo de extorsión o codicia, resultado de un obstinado empeño en
enriquecerse aún en perjuicio de otros (Proverbios 11:24b; 28:22).

APLICACIÓN TEOTERÁPICA
Pobreza o riqueza-no hay dogmas
No se puede afirmar categóricamente si la riqueza o la pobreza sean buenas o malas, ya
que Dios desarrolla su propósito en cada persona de manera soberana y es
responsabilidad de cada uno buscarle para entender en particular, las razones por las
cuales pasamos por escasez o por abundancia. Esto debemos enfatizarlo de manera bien
clara. Sólo Dios conoce los corazones de los hombres y Él nunca se equivoca, ni obra
injustamente. Luego es osado dar explicaciones absolutas en cuanto al estado económico
de una persona, familia o de una nación. Existen quienes no sólo descubren el propósito
que Dios tiene en cada situación, sino que aprenden y conocen más de Él como lo hizo
Pablo (Filipenses 4:12).
Pero hay también quienes no perciben ni entienden lo que Dios se propone enseñarles
por medio de una situación económica; sino que sólo tienen un obstinado interés
personal. (Isaías 26:9b-10a).
Un vivo ejemplo de esto fue Belsasar, hijo de Nabucodonosor quien, luego de ver cómo su
padre había sido humillado por Dios permitiendo que enloqueciera hasta que reconociera
que toda la autoridad y la grandeza son de Dios, no aprendió, sino que, trató de burlarse
de Él, tomando los utensilios del templo consagrados a Él, usándolos en orgías y bacanales
(Daniel 5:22-23).

DETERMINACIÓN
Repartir en una hoja o proyectar los siguientes términos RIQUEZA DE VANIDAD, RIQUEZA
RAPIDA, EGOISMO, PEREZA, MALAS COMPAÑIAS, NEGLIGENCIA, INDICIPLINA, AVARICIA,
pedirles a las parejas que durante unos minutos reflexionen de manera personal sobre
ellos e identifiquen cuales pueden estar presentes en su matrimonio; luego en pareja
analizaran en cuáles coincidieron.
CONSAGRACIÓN
Una vez identificadas las actitudes y hábitos que están produciendo pobreza, se les guiará
en oración para que puedan liberarse de estas, pidiendo perdón a Dios, apropiándose de
todas las promesas que Él les ha hecho y deseando el Don de Dios para poder disfrutar de
la familia maravillosa que tienen.

REPRODUCCIÓN
En una célula familiar, compartir con sus hijos y familias las impresiones de este tema,
para que todos se comprometan y orar en familia dándole gracias a Dios por todas las
riquezas recibidas día a día.

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