Está en la página 1de 3

PRENOVICIADO SAN JOSE DE MOSQUERA

LECTURA ESPIRITUAL
PADRE EDGAR JAVIER RUIZ, SDB
ESTUDIANTE: DANIEL EDUARDO CALDERÓN MARTINEZ
FECHA: 10 DE MAYO DEL 2019
TIPO DE TRABAJO: SINTESIS

UN ARTE DE VIVIR

Reinaldo Suarez Díaz, filósofo bumangués egresado de la Universidad Industrial de


Santander (UIS), plantea en su libro “Un Arte De Vivir” plantea quince ítems que según él,
son la clave para tener una vida gratificante, basándose en la razón pero también en
conceptos abstractos que llevan a la interiorización en temas trascendentes para el hombre.

El primer ítem es el de amar, según Reinaldo estamos llamados a amar, eso le da plenitud a
la existencia, y aunque todos lo experimentan no es concepto que se pueda definir. Es una
fuerza que implica perfeccionarse y auto realizarse. Reinaldo menciona 3 características
esenciales del amor, su universalidad en cuanto a que este abraza miras globales aunque se
exprese específicamente; gratuito pues se da sin esperar nada a cambio y benevolente pues
lo no puede mezclarse con el mismo. El segundo es amarse, para poder amar a los demás es
necesario primero amarse a sí mismo, para ello ha de comenzar a conocerse, esto ayuda a
construir una vida conforme a lo que se quiere, aceptarse pues hay que saber que aunque se
tiene debilidades estas se pueden manejar, valorarse pues solo por el hecho de estar vivo y
cuidarse, pues las personas son seres frágiles y para crecer, al igual que un árbol, requiere
atenciones. La honestidad, tercer ítem, es la forma en que las personas pueden vivir de
buena manera, es la virtud, la buena voluntad en el actuar. Quien obra con honestidad es
feliz pues tiene serenidad en su corazón. Moralidad y volares acompañan este valor y da al
ser humano preceptos para una buena convivencia.

El cuarto hace referencia a la trascendencia, un tema profundo. El ser humano está llamado
a ser un ser religioso, eso no implica pertenecer a una confesión religiosa, pues la
religiosidad va más allá de esto, es una conexión con lo infinito, que aunque no se puede
ver, es posible reconocer en la armonía del mundo. Dios no es el “superhombre” que pintan
las religiones, es una fuerza misteriosa que se conecta con el mundo en interminables
formas, es único y al serlo, no es posible que existan otros dioses, por lo cual si solo hay un
dios, solo debe haber una religión. Esta debe ser vivida libremente, sin ataduras humanas
que limitan la experiencia religiosa, sin dogmas ni mediadores del culto, y la mejor manera
de hacerlo no es con el cumplimiento de preceptos que imponen las religiones, ni con
alabanzas y oraciones, pues Dios no necesita de ellas, es viviendo al máximo, con plenitud,
amor y sensibilidad que se vive de una manera verdaderamente religiosa.

El quinto es la universalidad. El ser humano debe abrir su mente a una conciencia más
amplia, considerando que aunque es un ser finito, es parte de algo más grande que lo abarca
todo. Una conciencia universal genera en la persona la capacidad de no considerar nada
como suyo, pues todo se le ha dado, y desprenderse de la individualidad que genera envidia
y otros males. La totalidad es el sexto concepto, las personas tienden a separar las cosas, y
no vive a plenitud lo que el mundo ofrece, todo lo que existe es una unidad con varias
dimensiones, separar, por ejemplo lo espiritual de lo material es limitar la existencia.

El séptimo concepto se refiere a la fortaleza. La vida está llena de dificultades y problemas


que las personas deben afrontar, el problema es que se tiende a evitar el dolor debido al
miedo que se le tiene. Una vida sin sufrimiento es una vida mediocre, y si bien no se trata
de complicarse la vida, es aprender a conllevar todo lo que la existencia ofrece, tanto lo
bueno como lo malo. El octavo es la transitoriedad, las personas rechazan el cambio, en
especial con respecto al paso de la vida a la muerte, caso contrario al pensamiento oriental.
Si bien nadie desea morir, es importante prepararse para ese momento, convivir con ella sin
temerle.

El noveno es la interioridad, buscar adentro lo que siempre se trata de hacer afuera. La vida
interior requiere una actitud reflexiva de aquello que pasa alrededor, no es necesario
pensarlo todo. El silencio crea el clima perfecto para que la persona entre en ambiente
profundamente interior, como también la soledad, a la cual generalmente se teme, pero que
ayuda a replantear la vida. La armonía es el siguiente concepto, una universal que se
configura interiormente. El ser humano es parte de un universo que esta interrelacionado,
tiene a su vez el privilegio de ser consciente de ello, para disfrutarla es imperioso
deshacerse de conceptos como utilidad, belleza y propiedad.

El onceavo ítem es la convivencia. La armonía universal debe llevar a la conciencia de la


igualdad entre las personas. La verdadera convivencia se da en relaciones de respeto y
tolerancia, ser consciente de la diversidad de los demás, dejar atrás conceptos de
superioridad y autosuficiencia para comprender al otro, la mejor herramienta para esto es el
diálogo. Equilibrio es concepto número doce. Es el cumplimiento exacto del deber, ni la
ausencia ni la exageración. La vivencia de este ítem ayuda a la persona evitar el sentimiento
de poseer, tanto en lo material como en las relaciones humanas, a su vez dejarse de
preocupar conceptos que generalmente se invita a buscar como la felicidad o el éxito, se
trata no tanto de disfrutar la meta sino el camino con el que se obtiene.

El ítem número trece refiere a la sencillez, ser consciente de las capacidades pero también
de las limitaciones que posee. No se tratar de ser humilde en el sentido peyorativo de la
palabra, es ser natural en la vivencia de lo ordinario, y de un continuo aprendizaje, fruto de
reconocerse imperfecto. El siguiente ítem es la holganza, vivir siempre preocupados por las
actividades y desprestigiar el ocio es uno de los males que se producen en una sociedad
regida por la productividad. Es importante regalar espacios propios para simplemente
gozar, saber que la vida es festín que debemos disfrutar. Por ultimo hay que vivir el
presente, es inútil preocuparse por las cosas que ya sucedieron, nada se puede solucionar
con eso, de igual manera con el futuro, aunque eso no quiere decir que se deben hacer
proyecciones que ayudan a dar sentido al porvenir.
La vida está hecha para disfrutarse, preocuparse por cosas insignificantes a nuestra
existencia es darle un sinsabor a lo que hacemos. El autor recalca 15 claves que entre si se
complementan, destaca ante todo la armonía y el equilibrio en todo lo que se hace, si se
alcanza se llega a vislumbrar un horizonte más amplio de quien somos y de lo que nos
rodea. Somos seres llamados a cambiar nuestra realidad positivamente, pero si no somos
conscientes de ella estaremos divagando sin un rumbo. Por ultimo si bien su postura ante
las religiones no es positiva, hay que resaltar el llamado a la trascendencia que hace
Reinaldo, vivir con los pies en la tierra y con la mirada en aquello que nos supera y que si
nos creó seguramente desea que seamos felices y que le agrademos con nuestra vivir.

También podría gustarte