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La liberación de energía aeróbica de la combustión de carbohidratos y grasas se cuantifica

fácilmente, ya que existe una relación directa entre la absorción de oxígeno medida en la boca
y la producción aeróbica de ATP en todo el cuerpo. Por cada litro de oxigeno [a temperatura,
presión y densidad estándar] utilizado en la cadena respiratoria, se produce aproximadamente
20 kJ de energía. La determinación del cociente respiratorio metabólico (relación de CO2
espirado y VO 2) y al cuantificar la proporción de carbohidratos y grasas desglosados
proporciona una medida exacta de la energía aeróbica producida.

En cambio, los métodos para cuantificar la liberación de energía anaeróbica son menos
precisos. Se han utilizado diversos procedimientos, pero como la producción anaeróbica de
ATP es un proceso intracelular con poca dependencia de los procesos centrales, no existe un
método universalmente aceptado ya que no existe un mecanismo directo para su validación.

La concentración de lactato en sangre se utiliza como una medida de la liberación de energía


anaeróbica durante el ejercicio. Aunque el lactato en la sangre puede proporcionar una
indicación del grado de glucólisis, no se puede utilizar para cuantificar la producción de lactato
muscular ni proporciona ninguna indicación de la energía derivada de los fosfágenos
almacenados, ATP y fosfocreatina. Además, se ha demostrado que la concentración de lactato
en sangre es claramente más baja que la concentración de lactato muscular.

La cantidad de oxígeno absorbida en exceso del valor de reposo durante el período de


recuperación se ha denominado deuda de oxígeno. La hipótesis clásica de la deuda de oxígeno
predijo que el volumen de oxígeno consumido después del ejercicio estaba relacionado con el
metabolismo del lactato durante la recuperación posterior al ejercicio. Luego se modificó la
hipótesis dividiendo la deuda de oxígeno en componentes alácticos y lácticos. Sin embargo,
varios autores decretaron que el uso de la deuda de oxígeno como medida de la liberación de
energía anaeróbica sobrestimaba notablemente la liberación de energía anaeróbica y solo
representa aproximadamente un tercio de la deuda de oxígeno de la resíntesis de nucleótidos
y PCr y la eliminación de lactato durante 60 minutos de recuperación.

Evaluaciones ergométricas de trabajos mecánicos se utilizan con frecuencia al no ser invasivos


y las medidas se basan en el rendimiento de la potencia y capacidad de los 3 sistemas
energéticos. Las pruebas incluyen fuerza-velocidad, salto vertical, escalera y bicicleta en las
pruebas de ergómetro. En teoría, se requiere la evaluación de la potencia y la capacidad de
cada sistema para evaluar de manera integral el potencial energético de un músculo. En la
práctica, se utilizan 2 tipos de pruebas para la evaluación del sistema de energía anaeróbico. El
esfuerzo máximo que dure de 10 a 15 segundos para evaluar la potencia y capacidad
anaeróbica aláctica y un esfuerzo máximo de 60 a 90 segundos para evaluar la capacidad
anaeróbica láctica. El problema es que ahora se sabe que todos los sistemas energéticos se
activan desde el primer momento de actividad.

La reintroducción de la técnica de biopsia con aguja ha permitido la medición directa de la


disminución de ATP y PCr muscular, así como la acumulación de metabolitos como piruvato y
lactato, lo que permite una evaluación de la producción de energía anaeróbica del músculo
biopsiado.

La determinación precisa de la liberación de energía anaeróbica durante el ejercicio intenso de


todo el cuerpo sigue siendo un problema. En la actualidad, la técnica de biopsia muscular y el
método de déficit de oxígeno proporcionan los mejores datos sobre la producción de energía
anaeróbica durante el ejercicio intenso. Combinado con medidas de información de una
variedad de estimaciones de se puede intentar descifrar contribución relativa de los 3 sistemas
de energía a diferentes intensidades y duraciones del ejercicio..

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