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Los crímenes de Paine.

Pedro León Vargas Barrientos pensaba que no tenía de qué preocuparse la mañana del 13
de septiembre de 1973. Tenía sólo 23 años, militaba en el MIR y poco tiempo atrás
trabajaba en los establecimientos Bavaria. El mismo 11 de septiembre se presentó a la
Subcomisaría de Paine y el capitán a cargo, Nelson Bravo, que lo conocía bien, le dijo que
“todo estaba en orden. Así que se devolvió tal como había llegado”[1], recuerda Sylvia
Vargas, hermana de Pedro.

A pesar de eso, el 13 de septiembre fue sacado brutalmente de la cola del pan y arrastrado
hasta un vehículo que lo llevó a la comisaría. Varios vecinos trataron de ayudarlo, algunos
lo tomaron de la ropa, pero fue imposible. Ya en el calabozo le comentó a su compañero de
celda, Armando Pereira Salas, que “su detención era ‘pesada’”[2]. Como brazo derecho de
las Fuerzas Armadas y Carabineros, estaban los civiles que se paseaban triunfantes por las
calles del pequeño pueblo.

Christian Kast, hijo del propietario de establecimientos Bavaria, fue citado a declarar por la
justicia el 2003. Causa que fue reabierta el año 2002 por la ministra de la Corte de
Apelaciones de San Miguel, María Stella Elgarrista, acumulándolas en una sola,
denominada “Paine”, producto de que 70 ciudadanos de localidades como Pintué, El
Escorial, Chada, Culitrín y Hospital, entre otras, habían sido asesinados o permanecían
desaparecidos. En esa ocasión, reconoció que: “Acompañamos a Carabineros al sector de
Aculeo a saludar a agricultores del lugar, y a celebrar lo acontecido ese día”[3]. Ese mismo
11 de septiembre condujo hasta la Subcomisaría el Datsun 1.500 color verde de su familia,
cargado con alimentos de Bavaria para los carabineros. “Pues en ella los funcionarios
tenían una olla común. Fui invitado a quedarme en el lugar hasta el día siguiente”[4],
declaró. En ese lugar fueron vistos por última vez gran parte de los desaparecidos de Paine.
Rato después, durante esa misma noche, Kast vio llegar a la Subcomisaría a un grupo de
detenidos “los que en la mañana del día 12 fueron retirados por un camión militar. Iban
rapados”[5]. Kast nunca denunció este hecho a la justicia.

Christian Kast es actual Presidente de la fábrica de cecinas, restaurantes y rotisería Bavaria,


conocida empresa del rubro alimenticio que tiene sucursales a lo largo de una parte
importante de Chile, y hermano del actual diputado y vicepresidente de la Unión
Demócrata Independiente (UDI), José Antonio Kast. Además es tío de Felipe Kast,
diputado y líder de Evópoli.

Al mediodía del 12 de septiembre, horas después de la detención de Pedro Vargas, “se hizo
un asado en el sitio indicado (patio de la Subcomisaría) y retorné a mi casa, momento en
que mi madre me prohibió seguir yendo a la subcomisaría en razón de todo lo que había
sucedido y que ella había apreciado por televisión. A pesar de ello, en los días posteriores
volví a la subcomisaría a dejar cecinas de nuestro negocio familiar, los establecimientos
Bavaria, en dos o tres ocasiones y en horas de la tarde. Cada vez que acudí veía a los
carabineros y civiles compartir asados en el patio que indiqué. En esas ocasiones me
enteraba que había detenidos en el cuartel, los que estaban en unas dependencias ubicadas
al fondo del mismo. Sólo recuerdo haber escuchado hablar de una persona que apodaban
‘Harina Seca’, no recuerdo otros nombres o apodos”.[6]
Cuando la ministra Elgarrista citó a declarar en calidad de inculpado a
Michael Kast el año 2003, le interesaba conocer la propiedad de los
camiones que habían participado en el traslado de los prisioneros detenidos
desaparecidos de Paine. Lo interrogó en condición de inculpado. Al 11 de
septiembre de 1973 era propietario de un camión rojo marca Mercedes
Benz, tipo bombero. Tanto Kast como otros civiles interrogados,
coincidieron judicialmente en que el objetivo de los préstamos solo fue para
el traslado de funcionarios y sus familias hacia la Subcomisaría de Paine.
“No recuerdo si estos traslados se hacían también durante la noche, de lo
que estoy seguro, es que nunca mi móvil quedó en la comisaría sin el
conductor que trabajaba para mí. Carlos, al regresar, me comentaba que
efectivamente habían trasladado a los familiares de los funcionarios de
Paine”.
El detenido al que se refiere Christian Kast y por el cual nunca inició algún trámite de
denuncia en base a lo que había escuchado en la Subcomisaría, es Luis Nelson Cádiz
Molina, comerciante de 28 años, detenido el 14 de septiembre, simpatizante del MIR. Cádiz
es uno de los detenidos desaparecidos de Paine. La última vez que fue visto con vida fue en
el calabozo de la Subcomisaría de Paine, junto a Pedro Vargas, ambos con signos de haber
sido torturados.

Inquirido por la jueza, Christian Kast declaró que solo conoció a Pedro como empleado de
su establecimiento, pero que no supo de su situación. “Sólo posteriormente tuve
conocimiento que fue detenido por Carabineros, pero yo no lo vi en la Sub Comisaría, ni
escuché que estuviera cuando yo acudí a dicho establecimiento”.[7]

Según declaró, el también detenido, Alejandro del Carmen Bustos González, cerca de las
tres de la madrugada del 18 de septiembre, un carabinero llegó a pasar lista al calabozo y lo
sacó hacia el patio. Le ordenó que se vistiera, lo dejó un instante ahí y partió hacia el
calabozo. Bustos observó varios vehículos de civiles estacionados, “siempre desde el patio
y al acercarme a un pasillo, a través de una ventana, nuevamente pude observar a las
personas de civiles. Me refiero a Francisco Luzoro, Claudio Oregón, Antonio Carrasco,
Luis Mondaca, Segundo Suazo, Miguel González, Cristián Kast, Patricio Meza, Tito
Carrasco, Mario Tagle, Jorge Nazar y Ruperto Jara”.[8]

Minutos más tarde, él junto a Carlos Chávez, Orlando Pereira, Luis Ramírez y Raúl Lazo
fueron subidos por carabineros a vehículos de civiles. No les pusieron capuchas. La
comitiva tomó un camino que reconoció como la carretera Norte Sur. Luego enfilaron hacia
el poniente, hasta un campo. Camino de tierra sinuoso, todos en silencio y el zumbido de
los motores. Los bajaron, alineados en medio de un escampado, focos de vehículos
alumbrándolos de medio lado, al frente un pelotón de civiles y carabineros, y el horror a la
muerte en ciernes. A su costado derecho, diez metros más abajo, un remolino negro y
espumoso de agua, esperando que cayeran en él. “Levanten las manos, nos dijo el sargento
Reyes. Lo hicimos y miré hacia arriba, al cerro. ‘¡Puta a dónde estamos, Dios mío santo!
¡Virgencita linda!’, me dije. Y veo que va subiendo una imagen de la virgen arriba de una
nube”[9], dijo con lágrimas Bustos.

Cuando sonó el estruendo, una bala le dio en el brazo y un chorro de sangre se le estrelló en
la cara. Era de Orlando Pereira, su compañero de muerte. Algunos cayeron heridos, otros
gritando de dolor y miedo. “Con un yatagán a uno de ellos, aún vivo, le sacaron los ojos y
le cortaron la lengua”[10]. Cuando el trabajo estuvo listo, lo empujaron por el despeñadero
hacia el canal y rodó junto al resto del grupo. Adentro del agua, mientras daba vueltas en el
remolino, sintió un brazo que lo tomaba del cuello. Era Orlando Pereira. “Me rogó que lo
ayudara, así que lo monté al hombro y nadé. Salimos juntos al otro lado.”[11] Pereira tenía
varios impactos de bala en el pecho. “Me dijo que estaba muerto y que le cuidara a su
señora y al hijo. Me pasó su chomba entera perforada y murió”.[12]

Bustos fue el único que sobrevivió para contarlo. Careado con Christian Kast[13], reafirmó
que lo vio en la comisaría el día de su detención, pero aclaró que no fue parte de la
caravana que rato después lo fusiló. Entrevistado para este reportaje, Bustos puntualizó que
en realidad quiso decir que no fue capaz de identificarlo. “Había más civiles, pero con las
luces y la oscuridad, no los identifiqué a todos. No me recuerdo de haber visto a Kast ahí,
pero podría haber estado también”[14].

Kast reconoció a la justicia solo haber escuchado la historia: “En una oportunidad un
sacerdote me relató un acontecimiento similar al que señala mi interlocutor, que
relacionándolos, creo que se trata del mismo. Esa fue la primera vez que tuve noticias de lo
sucedido en Collipeumo”.[15]

La traición y los recuerdos de Sylvia


Sylvia recuerda que el único problema que tenía Pedro con los Kast era un altercado previo
al 11 de septiembre, en su lugar de trabajo, Cecinas Bavaria. “Mi hermano descubrió que
no estaban pagando a sus trabajadores un porcentaje de las ventas, que era su obligación
legal. Entonces organizó un sindicato y don Miguel lo castigó, bajándolo a rondín de la
fábrica de cecinas. Tenía que usar un arma. A Pedro no le gustaba la violencia, así que
renunció”[16], recuerda Sylvia.

A pesar de ese episodio y sus nueve meses de embarazo, Sylvia decidió ir hasta la casa de
los Kast en Buin, para pedirle ayuda a su patrón. A su favor tenía que a comienzo de los 60
su familia y los Kast habían trabajado codo a codo para sacar adelante la recién creada
fuente de soda Bavaria, junto a la carretera Norte Sur, a la altura de Buin, donde los Vargas
también vivían: “Otros patrones habían ayudado a salir libre a sus funcionarios, así que por
eso me decidí a ir donde él”[17], recordó.

En la entrada de la casa la recibió don Michael: “Estaba molesto. Me dijo ‘cómo se ve


Sylvia que usted no sabe lo que es una guerra’. Le dije: ‘Pero ¿qué guerra, don Miguel?
Pedro andaba con una malla del pan y la plata, nada más’. El insistió. ‘No, Sylvia, esto es
grave, usted no tiene idea. Esto es de vida o muerte’. Yo le respondí, pero me dijo cortante
que me fuera tranquilita para mi casa a tener a mi hijo”.[18]

Interrogado por la justicia, Michael Kast negó la visita de Sylvia para solicitarle ayuda: “No
recuerdo de que familiares de Pedro hayan concurrido a mi domicilio, el día 17 de
septiembre de 1973, a pedirme ayuda para encontrar o liberarlo y tampoco creo que de
haber sido así, yo les hubiera contestado de la manera que se me señala, ya que le tenía
aprecio a la familia, pues Sylvia y Pedro Vargas Barrientos trabajaban para mí, al igual que
su padre, Bernabé Vargas”.[19]

Camiones
Cuando la ministra Elgarrista citó a declarar en calidad de inculpado a Michael Kast el año
2003, le interesaba conocer la propiedad de los camiones que habían participado en el
traslado de los prisioneros detenidos desaparecidos de Paine. Lo interrogó en condición de
inculpado. Al 11 de septiembre de 1973 era propietario un camión rojo marca Mercedes
Benz, tipo bombero.
Tanto Kast como otros civiles interrogados, coincidieron judicialmente en que el objetivo
de los préstamos solo fue para el traslado de funcionarios y sus familias hacia la
Subcomisaría de Paine. “No recuerdo si estos traslados se hacían también durante la noche,
de lo que estoy seguro, es que nunca mi móvil quedó en la comisaría sin el conductor que
trabajaba para mí. Carlos, al regresar, me comentaba que efectivamente habían trasladado a
los familiares de los funcionarios de Paine”. [20]

Francisco Luzoro, dueño de camiones y dirigente de la Asociación Gremial de Camioneros


–procesado por varios crímenes de Paine– reconoció que “los operativos que realizaba
personal de carabineros escoltados por nosotros [los civiles] eran exclusivamente para
detener gente en diferentes lugares, los cuales eran trasladados a la Subcomisaría de Paine,
sin saber cuál era su destino final (…)”[21]. Aprovechó, eso sí, de abrir a medias el secreto
a voces sobre la participación de otros civiles, sin comprometerse: “Quiero hacer presente
que no solo yo estaba prestando colaboración con vehículos a personal de Carabineros, sino
que habían otras personas civiles y que además tenían otros vehículos (…) pero no recuerdo
quiénes eran, como asimismo había otras camionetas, pero de diferentes colores.[22]

En cuanto a su relación con el líder de los civiles de Paine, y los demás integrantes de las
brigadas formadas luego del golpe, Michael Kast fue discreto: “[A Luzoro] sólo lo ubico,
por cuanto es un fletero de la zona, pero no tenemos un vínculo de amistad, igual cosa
ocurre con Ramón Huidobro (…). Los Carrasco porque tienen parcela agrícola en Paine, a
los hermanos Tagle porque son hijos de un dueño de fundo. Nunca nos visitamos con estas
personas, ya que como señalé solamente los ubico”.[23]

La mayoría de las personas que Kast declaró “sólo ubicar”, actualmente están procesadas y
algunos de ellas confesas de su participación en los crímenes que se han logrado dilucidar
en Paine.

Hasta hoy, en la mayoría de los casos, la justicia no ha dilucidado qué camiones y vehículos
fueron utilizados en los diversos episodios criminales. Se sabe que, por ejemplo, un camión
rojo trasladaba detenidos desde y hasta la Escuela de Infantería de San Bernardo. También,
como excepción, se sabe qué vehículos y qué choferes secuestraron al profesor Cristian
Víctor Cartagena Pérez, detenido desaparecido, profesor de la Escuela de Chada y militante
del Partido Comunista

Esto no fue problema para que en 2008 Christian Kast protegiera a Rubén Darío González,
comerciante que colaboró conduciendo vehículos y que se encuentra confeso de su
participación en el crimen del profesor Cartagena Pérez. Kast firmó un “certificado de
honorabilidad” a su favor.

“Certifico conocer al señor Rubén Darío González desde su infancia. Asimismo, conocí a
sus padres y abuelos, quienes se destacaron como personas correctas y respetables, activos
participantes del comercio, muy queridos entre la comunidad de Paine. Don Rubén
González siempre ha sido un joven normal y muy ordenado. Se casó y formó una familia
muy cristiana de Paine. Como he sabido participa de movimientos cristianos de la comuna
(…)”[24]

La viuda del profesor Cristián Víctor Cartagena Pérez, Holanda Vidal, recordó ante la
Policía de Investigaciones que, al momento de ser secuestrado, su marido fue amarrado con
una cuerda y esta a una de las camionetas de la caravana de civiles y militares. Se perdió en
el camino, “arrastrándolo por todo el camino hasta llegar a la comisaría (…)”[25]

Las redes políticas


Con el golpe militar, la familia Kast fortaleció su posición social y política. Miguel, el
mayor de los hijos, economista de la Universidad Católica y con postgrado en la
Universidad de Chicago, pasó a ser parte de los civiles que trabajaron para la dictadura. En
1978 asumió como director de la Odeplan[26]; en 1980 fue designado por Augusto
Pinochet como ministro del Trabajo y, en 1982, presidente del Banco Central. En 1983 le
diagnosticaron cáncer óseo y, finalmente, murió ese mismo año. A partir de ese momento,
se transformó en una leyenda dentro de la extrema derecha, ya que junto a Jaime Guzmán
había integrado la fundación del Gremialismo, movimiento político que sentó las bases de
la Unión Demócrata Independiente (UDI), partido político nacido para dar apoyo social e
ideológico a la dictadura de Augusto Pinochet.

Luego de su muerte, dos de sus familiares directos asumieron la representación política de


la familia. Su hijo, Felipe Kast Sommerhoff, ingeniero de la Universidad Católica, militó en
la UDI y, posteriormente, formó Evópoli[27]. Durante el gobierno de Sebastián Piñera fue
Ministro de Planificación Social. En las elecciones presidenciales fue jefe de campaña en el
comando de la candidata Evelyn Matthei y actualmente es diputado por Santiago. Respecto
de la dictadura de Augusto Pinochet, a través de Evópoli ha marcado un distanciamiento
con la generación de su padre. En una entrevista señaló: “Tengo una visión muy crítica de
las violaciones a los derechos humanos, como una menos crítica de lo que se hizo en
políticas sociales”[28]. Explicando sus parámetros valóricos para balancear dichos temas,
señaló que “como no me tocó vivir eso, tengo mucho menos complejo al valorar lo
bueno.”[29] Además, dijo que “académicamente” apoya lo que él llama “pronunciamiento”
militar y que si estuviera en dictadura habría ejercido como ministro de Estado para
Pinochet.[30]

José Antonio, hijo menor del matrimonio Kast Rist, es conocido como un bastión político y
valórico de la derecha más dura. En 2013 señaló a la prensa que la operación de venganza
de la dictadura por el atentado a Augusto Pinochet, ocurrido el 7 de septiembre de 1986, no
fue digitada por el Estado, sino que “hubo personas que tomaron venganza por compañeros
de ellos que cayeron en el atentado a Pinochet y cometieron un delito”[31]. En la misma
ocasión confundió episodios históricos, señalando que dicha venganza fue el crimen de los
“Degollados”, ocasión en que Santiago Nattino, José Manuel Parada y Manuel Guerrero,
fueron asesinados por personal de Carabineros, hecho ocurrido antes del atentado a
Pinochet, en marzo de 1985, investigado y sancionado por la justicia como crimen de
Estado.

Días más tarde, Kast pidió disculpas por haber confundido el caso Degollados con el
atentado a Pinochet.
José Antonio se ha caracterizado por su discurso de “protección a la vida” al referirse a la
posibilidad de discusión sobre el aborto en Chile. Su oposición a la pastilla de
contracepción de emergencia, la regulación de la vida en pareja de homosexuales, la
adopción de niños por parejas gays y el matrimonio gay han sido sus caballos de batalla,
erigiéndose como uno de los hombres más conservadores al interior de la UDI.

Desde el comienzo la empresa familiar Bavaria ha estado presente en las carreras políticas
de José Antonio y Felipe.

El 9 de mayo de 2014, Michael Kast Schindele, el páter familias, murió a los 90 años como
célebre y cristiano empresario de la zona y fundador de un imperio. Pocos saben, pero hasta
su muerte mantuvo su calidad de inculpado por los crímenes de Paine.
Sylvia, sin conocer los antecedentes del sumario que actualmente se sustancia en la Corte
de Apelaciones de San Miguel, siempre mantuvo la duda respecto a la participación de
Michael Kast y Christian Kast en el crimen de Pedro. Su absoluta inhumanidad y la
negativa a ayudarla en momentos en que su sola gestión significaba la vida o la muerte de
su hermano, persisten en su memoria.

Han pasado 41 años de ocurridos estos crímenes y aún no existen condenas. Solo hay siete
carabineros procesados, dos militares y nueve civiles por los distintos episodios[32]. Unos
pocos vehículos que participaron en las caravanas de la muerte lograron ser asociados a sus
dueños y a episodios criminales concretos. El resto se encuentra en la nebulosa.
 Fuentes:

[1] Entrevista con Sylvia Vargas Barrientos

[2] Declaración Policial de Armando Artemón, Declaración Policial de Armando Artemón


Pereira Salas, 4 de noviembre 2002, causa rol 04-02-F, “Paine”, fojas 2085, Tomo X

[3] Declaración judicial de Christian Kast Rist, 25 de abril de 2003. Causa Paine. Fojas 5.979
del tomo XVIII.

[4] Ibíd., 5979, Tomo XVIII

[5] Ibíd., 5979, Tomo XVIII


[6] Ibíd., 5979, Tomo XVIII

[7] Ibíd., 5980, Tomo XVIII

[8] Declaración policial de Alejandro del Carmen Bustos González, 22 de octubre de 2001.
Causa Paine. Fojas 1726 del tomo VII.

[9] Entrevista a Alejandro del Carmen Bustos González

[10] Ibíd.

[11] Ibíd.

[12] Ibíd.

[13] Careo judicial entre Alejandro Bustos González y Christian Kast Rist, 7 de mayo de 2003.
Causa Paine. Fojas 6216 del tomo XVIII.

[14] Entrevista con Alejandro del Carmen Bustos González

[15] Careo judicial entre Alejandro Bustos González y Christian Kast Rist, 7 de mayo de 2003.
Causa Paine. Fojas 6216 del tomo XVIII.

[16] Entrevista con Sylvia Vargas Barrientos

[17] Entrevista con Sylvia Vargas Barrientos

[18] Entrevista con Sylvia Vargas Barrientos

[19] Declaración Judicial de Michael Martín Kast Schindele, 15 de enero de 2003. Causa rol
04-02-F “Paine”. Fojas 3.733, Tomo XIII

[20] Declaración judicial de Michael Martín Kast Schindele, 15 de enero de 2003. Causa rol
04-02-F “Paine”. Fojas 3.732, Tomo XIII.

[21] Declaración policial de Juan Francisco Luzoro Montenegro, 10 de enero de 2003. Causa
Paine. Fojas 3.850 del tomo XIII.

[22] Declaración policial de Juan Francisco Luzoro Montenegro, 10 de enero de 2003. Causa
Paine. Fojas 3.806 del tomo XIII

[23] Ibíd. Fojas 6732

[24] Ibíd. Fojas 13.539, Tomo XXXVI

[25] Declaración policial de Holanda Aydee Vidal Caballero, 23 de diciembre de 2003. Causa
Paine. Fojas 3.822 del tomo XIII.
[26] Oficina de Planificación Nacional

[27] Partido político de derecha, cuyo acrónimo es Evópoli y significa Evolución Política, que
proviene de la UDI y Renovación Nacional.

[28] Entrevista, Felipe Kast, ministro de Planificación: “La izquierda no valora la movilidad
social”. The Clinic, 24 octubre de 2010.

[29] Ibíd.

[30] Entrevista, Felipe Kast: Trabajaría en dictadura como ministro. Radio ADN, 2 de
noviembre de 2010. La cita exacta es: El ministro Kast dijo que la función que su padre,
Miguel Kast, desempeñó durante la dictadura no significa ninguna carga para él y que él
mismo habría asumido algún cargo en el gobierno de facto ya que, recordando la "vocación
social" de su progenitor, habría preferido evitar "el costo de no haberlo hecho para todos
aquellos que se vieron beneficiados".

[31] Entrevista, José Antonio Kast, candidato a senador UDI por Santiago Oriente: “He sufrido
la intolerancia de los movimientos homosexuales”. The Clinic, 17 de junio de 2010

[32] Los carabineros son Nelson Iván Bravo Espinoza, Luis Enrique Jara Riquelme, José
Floriano Verdugo Espinoza, Aníbal Fernando Olguín Maturana, José Osvaldo Retamal
Burgos, Víctor Manuel Sagredo Aravena, Rogelio Lelan Villarroel Venegas. Los militares, el
brigadier general (r) Víctor Raúl Pérez Pinto y el teniente coronel (r) Osvaldo Andrés Alonso
Magaña Bau. Los civiles son Juan Manuel Balcázar Soto, Rodolfo Rodrigo Gárate Gárate,
Rubén Darío González Carrasco, Claudio Antonio Oregón Tudela, Juan Guillermo Quintanilla
Jerez, Ricardo Jorge Tagle Román, Mario Emilio Tagle Román, José Hugo Vásquez Silva y
Juan Francisco Luzoro Montenegro.

 
LOS KAST Y SU VÍNCULO CON LA
DICTADURA: »SON CÓMPLICES EN
LA MAYORÍA DE LOS CRÍMENES EN
PAINE»
ESCRITO POR CRISTÓBAL CRUZ MARTÍ  EL OCTUBRE 19, 2017

La familia de Pedro Vargas Barrientos, detenido desaparecido en


dictadura, rechazó los dichos del candidato presidencial independiente, José Antonio
Kast, quien habría mentido al descartar los vínculos de su familia con las
violaciones a los derechos humanos en Paine.
Durante el programa político de TVN, Estado Nacional, el ex militante de la
UDI negó la presunta relación de su familia con los asesinatos perpetrados por agentes
del Estado en la ciudad de la provincia de Maipo luego del Golpe de Estado y, en
particular, con la desaparición de Pedro Vargas el 13 de septiembre de 1973.
Según Kast, tanto el padre como el hermano de Vargas habrían continuado
trabajando para Bavaria, la empresa de cecinas su padre, lo que demostraría la
buena relación entre ambas familias. Sin embargo, a través de una carta pública,
Silvia Vargas, hermana del detenido desaparecido, desmintió esta versión y ratificó
el rol de los Kast como cómplices civiles de la dictadura.
La sobrina de Pedro Vargas, Camila Navarro, aseguró que con la carta
buscan »demostrar que nuestra familia no siguió trabajando para los Kast» y
que »eso prueba que siempre supimos que ellos estaban directamente implicados en el
secuestro y desaparición de mi tío», agregando además que, a raíz de la militancia
de Vargas en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y sus pretensiones
de crear un sindicato en Bavaria, »se gatilla la acción de esta familia».
Los hechos relatados tienen un contexto especial, puesto que, tal como señala
Navarro, »Paine fue la comuna que tuvo más habitantes afectados por los crímenes de
dictadura en ese tiempo», lugar en donde »los Kast son cómplices en la mayoría de los
crímenes, proporcionando automóviles, cecinas y carne para sus asados», refiriéndose
con esto al contingente de Carabineros de la ciudad.
Ante las declaraciones de José Antonio Kast, la sobrina de Pedro Vargas
manifiesta que, además de que »llevamos años esperando que la justicia se
pronuncie sobre el caso de mi tío»,  desde la familia esperan que el candidato
presidencial rectifique sus dichos y que »reconociera que, por último, nuestra
familia no siguió trabajando con su familia».
Por otro lado, Camila Navarro se refirió a la promesa de la presidenta Michelle
Bachelet de cerrar el penal Punta Peuco, la cual, si bien considera que, de no
cumplirse, sería un fracaso, existe no obstante una impunidad latente en el país
respecto a las violaciones a los derechos humanos, lo cual se refleja »no sólo en la
existencia de estas cárceles de lujo para los genocidas, sino que también en una serie
de beneficios de parte del poder judicial para con estos asesinos y cómplices».
Nota de la redacción: La participación de la familia Kast en los crímenes de la
dictadura perpetrados en Paine está relatada en profundidad en A la Sombra de los
Cuervos, Los cómplices civiles de la dictadura, investigación periodística realizada por
Javier Rebolledo y publicada el año 2015.

Escucha la entrevista completa a Camila Navarro en el Noticiero Ciudadano:


Luzoro Montenegro Juan Francisco
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 Criminales, Criminales L
 Luzoro Montenegro Juan Francisco

Rut: 2.786.014-1
Cargos: Presidente del Sindicato de Dueños de Camiones de Paine
Grado :
Rama : Civil

El dolor y la esperanza de Paine

Fuente :elsiglo.cl, 25 de Febrero 2003


Categoría : Prensa
La localidad de Paine posee el triste record de tener el mayor número de
ejecutados y detenidos desaparecidos en proporción a sus habitantes. Luego del
golpe militar, allí operaron bandas de civiles, policías y militares, que dejaron
una reguera de sangre y dolor, asesinado a campesinos de "asentamientos"
nacidos con la Reforma Agraria. En Paine aún conviven víctimas y victimarios,
bajo el manto de la impunidad y el olvido. En 1979, la Justicia Militar se encargó
de sobreseer los procesos abiertos por los hechos de Paine en virtud de la Ley de
Amnistía de 1978, aprobada por el propio general Pinochet para cubrir sus
crímenes.
Luego de 29 años, la jueza María Estela Elgarrista se acerca a la verdad.
La Reforma Agraria iniciada en los años 1960 y acentuada bajo el gobierno de
Salvador Allende y la Unidad Popular, permitió que muchas familias campesinas
fueran beneficiadas con la asignación de tierras que, hasta entonces, pertenecían a
un puñado de latifundistas. Así, los campesinos dieron vida a los
"asentamientos", pero en Paine, como en el resto del campo chileno, el 11 de
septiembre de 1973 volvió todo atrás. Bandas de civiles de extrema derecha,
policías y militares cobraron "venganza", asesinando a dirigentes sindicales y
campesinos "asentados". Los crímenes, la impunidad y el temor se extendieron
por las pequeñas localidades de Paine, Hospital, Huelquén, Culitrín, Chada,
Rangue, El Vínculo, Pintué y Laguna de Aculeo. Muchos campesinos y sus
familias presenciaron cómo civiles de la zona guiaban a los uniformados por los
"asentamientos" entregando nombres y, las más de las veces, participando
directamente en la represión y crímenes.
Hace dos semanas, y luego de 29 años, la jueza de la Corte de Apelaciones de
San Miguel, María Estela Elgarrista, citó a familiares y victimarios a diversos
careos. Holanda Vidal, esposa del detenido desaparecido Cristian Cartagena
Pérez, señala: "Fui citada con objeto de la querella por el secuestro y asesinato de
mi esposo, desaparecido el 18 de septiembre de 1973. Nuestro objetivo es que se
procese a los culpables: carabineros de la dotación de la subcomisaría de Paine y
civiles, que actuaron en conjunto. Identifiqué a varios de ellos: sargento Retamal,
cabo Ortiz, Albornoz y Víctor Sagredo; y a civiles: Darío González Carrasco,
hoy comerciante, miembro de Patria y Libertad, y que reconoció que detuvo a mi
esposo en la Casa Escuela de Chada donde vivíamos, llevándolo a la
subcomisaría, a las seis de la mañana".
Los ex carabineros han negado su participación en los crímenes durante los
careos, argumentando que "estaban de guardia". "Eso me produjo un schok con
paralización de mis brazos, una crisis de llanto y angustia. Es terrible revivir todo
lo que pasó, verlos tan cerca, su cinismo, su osadía de negar la verdad. Verlos tan
soberbios, sin aceptar que lo que hicieron fue atroz. Son los primeros careos,
luego de 29 años de denuncias, búsquedas y golpear puertas. Este paso se pudo
dar por todo nuestro esfuerzo y trabajo como Agrupación. No hemos transado el
juicio y castigo a los culpables, y que paguen con cárcel sus crímenes".
Después de los careos debieran venir los procesamientos. La jueza tiene una larga
lista de civiles, carabineros y militares del Regimiento de Infantería de San
Bernardo. "Uno de los asesinos es el teniente Magaña Baum, y entre los
carabineros, el sargento Verdugo, un torturador que ahora se presenta como un
anciano que no ha hecho nada", agrega Holanda Vidal.
"Todos los vieron"
Juan Maureira es hijo de René Maureira Gajardo, detenido desaparecido el 16 de
octubre de 1973 junto a otros 22 campesinos de los asentamientos Campo Lindo,
24 de abril y Nuevo Sendero. Presidente de la AFDD de Paine, recuerda que en
la represión y asesinatos también participaron militares de la Escuela de
Infantería de San Bernardo: "La jueza investiga cerca de 40 querellas presentadas
ante el juez Guzmán. En Paine hay más de 70 víctimas, de las cuales aún están
desaparecidos unas 40. Son los casos recopilados en el informe Rettig, pero otros
nunca fueron denunciados. Presumimos que son alrededor de 100 los asesinados
en Paine, la mayoría campesinos de asentamientos. La ministra en algún
momento va a tener que procesar a los carabineros, civiles y militares implicados.
Es lo que esperamos y lo que hemos pedido, que se haga verdadera justicia y
podamos encontrar a nuestros familiares… Sabemos que el teniente Magaña
tiene antecedentes de qué pasó con mi padre y otros 22 campesinos, entre otros
casos. Él mató a nuestro familiares… Los carabineros han negado su
participación, pero son los mismos que todavía viven en el pueblo. ¿Cómo lo van
a negar si todos los vieron? Lo mismo ocurre con los civiles que actuaron. Paine
es un pueblo chico".
Según los familiares jueza ha actuado con rigurosidad, cautela e inteligencia.
Confían en los testimonios y declaraciones que ha logrado recopilar. Para ellos,
todo apunta a que se procesará a algunos implicados. "A muchos, incluso, se les
vio entrando a las casas. Hay un sinnúmero de antecedentes recopilados desde
ese tiempo".
Hasta el momento, están conformes con la investigación y las diligencias
realizadas por la jueza. Para ellos, es la primera investigación luego de 29 años
sin conseguir justicia. Hasta el minuto se ha citado a civiles y carabineros, y se
han desarrollado algunos careos: "Lo que nos da un poco de satisfacción porque
nunca antes se había logrado hacer. Por el momento no hay procesados, pero la
ministra sigue trabajando. Y así lo hemos podido corroborar", dice Juan
Maureira. Mientras, la mayoría de los civiles y carabineros que asesinaron a los
campesinos de Paine continúan viviendo en la pequeña localidad rural, en
completa impunidad. "Hasta donde hemos podido ver, por primera vez se da una
investigación como debe ser. Los criminales van a tener entregar información de
lo ocurrido. Son los mismos carabineros, civiles y militares los que aparecen
mencionados en la mayoría de los casos", concluye.
Asesinos de Paine
Carabineros
Nelson Bravo Espinoza, capitán; Raúl Ortiz Maluenda, sargento 2º; Carlos
Aburto Jaramillo, cabo 1º; José Retamal Burgos, cabo 1º; Víctor Sagredo
Aravena, cabo 1º; Reyes, sargento; Luis Jara, teniente de Pintué; y los
carabineros Samuel Ahumada Cabello; Raúl Donoso Figueroa; Alamiro Garrido
Ubal; Jorge González Quezada; Víctor Labarca Díaz; Eduardo Molina Armijo;
José Piñaleo Pérez y Jorge Verdugo, entre otros.
Civiles
Hugo Aguilera, Fernando Aguilera, Francisco Luzoro, Jorge Sepúlveda, Tito
Carrasco, Claudio Oregón, Darío González Carrasco, Luis Guerrero, Mario
Tagle, Ricardo Tagle, Yule Tagle, Jorge Aguirre.
Militares – Escuela de Infantería de San Bernardo
Leonel Köening Alternatt, Director; Samuel Rojas Pérez, teniente coronel; Mario
Morales Durán, conscripto; Andrés Magaña Baum, teniente; Pedro Montalvo
Calvo, coronel; Iván de la Fuente Sáez, mayor; Hernán Pizarro Collarte, mayor;
Ciro Ahumada Miranda, mayor; Juan Carlos Nielsen Stambuck, capitán; Sergio
Rodríguez Rautcher, capitán; Luis Cortés Villa, capitán; Víctor Pinto Pérez,
capitán; Marcial Cobos Farías, capitán; Jorge Romero Campos, capitán; Luis
Villarroel Contreras, capitán; Héctor Maturana Zúñiga, capitán; Luis Garfias
Cabrera, capitán; Eduardo Silva Bravo, capitán; Sergio Valdivia M., capitán; y
Julio Cerda Carrasco, capitán, entre otros.

Caso Paine. procesan a 6 latifundistas y a un


militar
Fuente :Cronicadigital.cl, 7 de Enero, 2008
Categoría : Prensa
Los procesados por el ministro en visita de la Corte de Apelaciones de San
Miguel, Héctor Solís, son Juan Francisco Luzoro Montenegro y Ricardo Tagle
Román, inculpados como autores de homicidio calificado, mientras que por
secuestro calificado el magistrado encausó a Juan Guillermo Quintanilla Jerez, al
suboficial del Ejército José Vásquez Silva, a Claudio Oregón Tudela, y a Mario
Tagle Román. Como cómplice de secuestro, en tanto, fue procesado Rubén
González Carrasco.
El abogado querellante, Luciano Fouillioux, que representa a la abogada
socialista Pamela Pereira por la desaparición de su padre, Orlando Pereira afirmó
que “se trata de una decisión muy trascendental, donde queda claramente
establecido que los uniformados no actuaron solos, y que a pesar de los años se
está haciendo justicia.
La causa se reactivó a mediados de septiembre, cuando el funcionario ordenó
diligencias que se prolongaron por espacio de un mes en los terrenos donde se
produjeron los hechos.
El poblado rural de Paine, 40 kilómetros al sur de Santiago, registra en el país
uno de los mayores índices de detenidos desaparecidos con 70 casos reportados,
según el Informe Oficial de la Comisión Retting.
Por otra parte, al menos 40 vainas y 130 proyectiles fueron desenterrados en la
Quebrada de Los Arrayanes, de O Higgins, lo que demuestra la realización de
una matanza de personas en el lugar, indicó.
El magistrado Solís manifestó que se presume en el año 1978 fueron exhumados
los cuerpos de víctimas de la represión por los mismos militares, en el marco de
la Operación Retiro de Televisores.
La misma, planificada por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), tuvo
como fin evitar que se vieran los cadáveres tras masacres, lo cual constituía una
prueba material en contra del régimen militar. 

Seis civiles y un militar


Fuente :El Mostrador.cl, 7 de enero de 2008
Categoría : Prensa
Dictan procesamientos en causa por detenidos desaparecidos de Paine
Magistrado Héctor Solís encausó a siete personas por su responsabilidad en los
secuestros agravados de una veintena de campesinos de Paine, tras el golpe de
Estado de 1973. Proceso se reactivó a mediados del año pasado, cuando se
encontraron algunas osamentas en el sector donde se produjeron los hechos.
El ministro que investiga la ejecución de campesinos en Paine tras el golpe de
Estado de 1973, Héctor Solís, dictó procesamientos contra siete personas.
El único militar retirado del grupo, José Hugo Vásquez Silva, fue encausado
como autor de delito de secuestro calificado de 23 personas ocurrido el 16 de
octubre de 1973.
A Juan Guillermo Quintanilla Jerez se le imputó la autoría del delito de secuestro
calificado de 23 personas ocurrido el 16 de octubre de 1973.
Mario Emilio Tagle Román fue procesado como coautor de homicidio calificado
de una persona ocurrida el 16 de septiembre de 1973.
Sobre Juan Francisco Luzoro Montenegro pesan tres autos: como coautor de
homicidio calificado de una persona ocurrida el 16 de septiembre de 1973; como
coautor de cuatro homicidios calificados y un homicidio frustrado ocurridos el 18
de septiembre de 1973; y como cómplice de secuestro agravado de una persona
ocurrido el 18 de septiembre de 1973.
A Ricardo Jorge Tagle Román se le investigará por la coautoría de cuatro
homicidios calificados y un homicidio frustrado ocurridos el 18 de septiembre de
1973.
Rubén Darío González Carrasco fue procesado como cómplice de secuestro
agravado de una persona ocurrido el 18 de septiembre de 1973.
Finalmente, se informó que Claudio Antonio Oregón Tudela fue encausado como
cómplice de secuestro agravado de una persona ocurrido el 13 de septiembre de
1973 y como cómplice de secuestro calificado de una persona ocurrido el 18 de
septiembre de 1973.
Los procesados fueron notificados de la resolución que los afecta y quedaron
detenidos en distintas unidades de Gendarmería de Chile.
Una de las víctimas emblemáticas de este caso -reactivado el año pasado con
diligencias en el lugar de los hechos que se prolongaron por al menos un mes- es
Andrés Pereira Salsberg, el padre de la abogada ligada al Partido Socialista
Pamela Pereira.
Según consta en el fallo, el 16 de octubre de 1973, una patrulla del Ejército,
compuesta por más de 20 hombres armados, al mando de un subteniente
(Orlando Andrés Magaña Bau), abordaron un camión Dodge rojo conducido por
un civil que vestía uniforme militar y en su interior trasportaban palas y picotas;
salieron desde el Cuartel Dos, ubicado en el Cerro Chena, dependiente de la
Escuela de Infantería de San Bernardo con el objeto de detener a 22 personas.
Para dicha función, al uniformado a cargo se le entregó un listado con los
nombres de las personas a privar de libertad y un plano con sus domicilios, que
de esa forma llegaron hasta la localidad de Paine y entre la medianoche y las
04:30 horas, aproximadamente, se practicaron las detenciones.
"Una vez aprehendidos, fueron trasladadas por diversos caminos secundarios
hasta una quebrada ubicada en las inmediaciones del Lago Rapel, lugar en el cual
fueron fusiladas por los miembros del Ejército y el civil que disparó un arma del
Ejército de Chile, y sus cuerpos fueron cubiertos con tierra", añade.
Agrega que el lugar de la inhumación, que corresponde a la quebrada "Los
Arrayanes", de la Región de O’Higgins, ha sido reconocido por testigos como
precisamente aquel en que se ejecutó a las personas y se han encontrado
evidencias balísticas, culturales y óseas que actualmente se encuentran en etapa
de pericia por las instituciones correspondientes (Servicio Médico Legal,
Laboratorio de Criminalística de Carabineros y Laboratorio de Criminalística de
Investigaciones).

Caso Paine: Ministro Solís procesa a seis civiles y


un militar por secuestro y homicidio

Fuente :Emol.com, 7 de Enero 2008


Categoría : Prensa
Se trata de homicidios contra 26 opositores al régimen militar, que fueron
detenidos en Paine entre septiembre y octubre de 1973 y cuyo destino aún está
siendo investigado.
SANTIAGO.- El ministro de la Corte de Apelaciones de San Miguel Héctor
Solís sometió a proceso a un total de siete personas -seis civiles y un militar (r)-
por los secuestros y homicidios de un total de 26 opositores al régimen militar,
que fueron detenidos en Paine entre septiembre y octubre de 1973 y cuyo destino
aún está siendo investigado.
En cuatro resoluciones distintas, el magistrado procesó a los civiles Rubén
González Carrasco, Claudio Orregón Tudela y Juan Francisco Luzoro como
cómplices de secuestro agravado de dos víctimas.
Luego, Luzoro y Mario Tagle Román fueron encargados reos como autores del
homicidio calificado de otras víctimas. En un tercer procesamiento, Juan
Francisco Luzoro y Ricardo Tagle Román también fueron procesados como
autores de homicidio calificado.
Finalmente, el ministro Solís procesó al civil Juan Guillermo Quintanilla Jerez y
al militar (r) José Vásquez Silva como autores del secuestro calificado de 22
personas, entre ellas Andrés Pereira, padre de la abogada de Derechos Humanos
Pamela Pereira.
Estas 22 víctimas fueron detenidas en la localidad de Paine, en octubre de 1973,
de ahí fueron trasladadas a la quebrada de Los Quillayes en las cercanías del lago
Rapel, donde habrían sido ejecutados.
Hace algunos meses, el ministro Solís efectuó una serie de excavaciones en esa
zona, en donde halló más de un centenar de restos culturales -botones, anillos,
etc.- que habrían pertenecido a los desaparecidos, además de piezas óseas, como
dientes y restos de cráneos. 

Agricultores reos por crímenes de Paine

Fuente :La Nación, 8 de Enero 2008


Categoría : Prensa
Los procesamientos dictados por el ministro Héctor Solís tienen convulsionada a
la localidad de Paine y sus alrededores, donde algunos de ellos siguen viviendo y
amenazando a los familiares de las víctimas. Actuaron junto a efectivos del
Ejército y Carabineros.
Seis civiles empresarios agrícolas y del transporte fueron procesados y arrestados
por los asesinatos de 29 campesinos de Paine y sus alrededores, al sur de
Santiago, cometidos entre el 16 de septiembre de 1973 y el 16 de octubre de ese
año. Los terratenientes mataron a varias de las víctimas con sus propias armas,
sacándolos desde sus casas, fundos del lugar, o desde la subcomisaría de Paine.
En el caso del crimen masivo del 16 de octubre de 1973 (22 muertos entre los
que está Andrés Pereira, padre de la abogada Pamela Pereira), ellos mismos
prepararon las listas con sus nombres, condujeron a los militares de la Escuela de
Infantería de San Bernardo hasta sus casas, y colaboraron con infraestructura
para el traslado hasta una quebrada donde fueron acribillados entre los civiles y
efectivos de ese regimiento.
La resolución dictada por el ministro de la Corte de Apelaciones de San Miguel,
Héctor Solís Montiel, tiene revolucionado a Paine y sus alrededores dado que los
criminales todavía permanecen habitando en esos lugares. Según los vecinos del
sector, algunos aún se jactan de su actuar y continúan amenazando a familiares
de las víctimas. Los crímenes por los cuales resultaron encausados como autores
materiales y cómplices corresponde a una venganza en contra de campesinos y
dirigentes que tomaron parte en el proceso de reforma agraria durante el gobierno
democratacristiano de Eduardo Frei Montalva (1964-1970) y su posterior
profundización con la Unidad Popular de Salvador Allende.
El magistrado también encausó como autor de las 22 muertes del 16 de octubre al
único militar, el suboficial (R) de Ejército José Vásquez Silva.
Los agricultores encartados son: Juan Francisco Luzoro, Rubén González
Carrasco, Claudio Oregón Tudela, Juan Quintanilla Jerez y los hermanos Mario
Emilio y Ricardo Jorge Tagle Román. La quebrada y fosa clandestina donde
mataron y escondieron los cuerpos de las 22 víctimas que después desenterraron
en 1978 para tirarlos al mar fueron descubiertas el año pasado. Se trata de la
Quebrada Los Arrayanes, a 1,5 km al noreste del lago Rapel, al interior del fundo
Cerro Alto, en la comuna de Las Cabras, en la Región de O Higgins.
Actuando en los episodios anteriores al de estas 22 personas, Luzoro, González,
Oregón y los hermanos Tagle Román sacaron desde fundos del lugar y la
subcomisaría de Paine en los primeros días después del golpe militar de
septiembre de 1973 a Ricardo Carrasco Barrios, Cristián Cartagena Pérez, Carlos
Chávez Reyes, Orlando Pereira Cancino, Pedro Ramírez Torres, Raúl Lazo
Quinteros y Alejandro Bustos González y los mataron con sus armas en distintos
lugares. En estos sucesos también participaron carabineros de esa subcomisaría,
los que se espera que el magistrado someta igualmente a proceso.
El único que sobrevivió a los disparos simulando estar muerto fue Alejandro
Bustos, quien se convirtió en testigo principal en contra de los ejecutores. En la
causa de Paine ya estaba encausado en calidad de autor el coronel (R) Andrés
Magaña Bau, quien siendo un subteniente comandó el pelotón que asesinó a los
22 campesinos.

Terrateniente de Paine pierde batalla judicial en


las cortes

Fuente :La Nación, 19 de Febrero 2008


Categoría : Prensa
El empresario agrícola y de transporte intentó eludir su responsabilidad penal
mediante el recurso de amparo (hábeas corpus), la misma vía que utilizó el
dictador Augusto Pinochet. Luzoro perdió en Apelaciones y Corte Suprema. 
El terrateniente de Paine, Juan Francisco Luzoro Montenegro, uno de los civiles
involucrados en los crímenes de campesinos en Paine, perdió definitivamente el
principal recurso (de amparo) por el cual se puede eludir responsabilidad penal.
Contra Luzoro pesan dos resoluciones de procesamiento en calidad de coautor y
una tercera como cómplice de, en total, seis homicidios y un secuestro con
desaparecimiento dictadas por el ministro Héctor Solís Montiel.
El habeas corpus fue la vía más utilizada en su momento por la defensa del ex
dictador Augusto Pinochet, pues permite al recurrente llegar hasta la Corte
Suprema, lo que no es posible por otro camino cuando no existe una sentencia
dictada.
El recurso de amparo interpuesto por el abogado Carlos Cortés fue denegado
primero por tres votos contra cero por una de las salas de la Corte de Apelaciones
de San Miguel, y ahora lo rechazó la sala de verano de la Corte Suprema por
cuatro votos contra uno. Esta última la integran los ministros Nibaldo Segura,
que la preside, Adalis Oyarzún, Héctor Carreño, Pedro Pierre Arrau y Raúl
Valdés Aldunate. El voto a favor de Luzoro lo dio Valdés.
Luzoro y su defensa intentaron demostrar de que los procesamientos dictados por
el juez Solís fueron resueltos violando los procedimientos legales y
constitucionales, y por tanto son injustos y arbitrarios. Sin embargo, ambas
instancias desecharon estos fundamentos respaldando al juez Solís en su actuar
respecto de Luzoro.
El camino se pone ahora cuesta arriba para el empresario, a quien habitantes de
Paine acusan de aún jactarse de sus acciones cometidas en 1973 y le imputan
amenazas en contra de familiares de las víctimas que buscan justicia para sus
deudos.
De acuerdo a los antecedentes que existen en la investigación judicial del
ministro Solís, Luzoro tomó parte directamente en varios de estos hechos,
disparando personalmente en contra de las víctimas.
A diferencia del civil terrateniente Juan Quintanilla, encausado por el juez Solís
por su participación junto a militares de la Escuela de Infantería de San Bernardo
en el episodio del 16 de octubre de 1973 en el que fueron asesinados 22
campesinos, Luzoro actuó siempre junto a efectivos de Carabineros. Paine, con
un total de 70 víctimas, es el lugar que tiene la cuota más alta de ejecutados y
desaparecidos, en proporción a su cantidad de habitantes. Otros civiles
procesados por los crímenes de Paine son Rubén González Carrasco, Claudio
Oregón Tudela y los hermanos Jorge y Mario Tagle Román.LN

Nuevas y masivas condenas a Contreras,


Krassnoff y a agentes de la DINA se explica
porque se pone fin a torturas y asesinatos

Fuente :Cambio21, 27 de Diciembre 2013


Categoría : Prensa
Miguel Krassnoff, Marcelo Moren y Manuel Contreras recibieron nuevas
condenas. Con esto, se acrecientan los casos que están cerrando y las condenas
que se han ido dictando en temas de graves violaciones a los derechos humanos;
y sin duda la curiosidad es porqué se está generando esta situación. 
La Corte de Apelaciones de Santiago ratificó una sentencia por el delito de
tortura en contra de Miguel Krassnoff, uno de los ex integrantes la cúpula de la
DINA, informó el Poder Judicial.
La Corte confirmó en un fallo, publicado por el Poder Judicial en su página web,
la condena de 541 días de presidio contra Krassnoff por las torturas a que fue
sometida Guacolda Raquel Rojas, simpatizante del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria (MIR), detenida en septiembre de 1975 en el centro clandestino
Villa Grimaldi.
Sin embargo no es el único. La Corte de Apelaciones de Santiago confirmó en
segunda instancia una nueva condena contra los ex líderes de la DINA,
encabezada por el general (r) Manuel Contreras. El fallo corresponde a la causa
por el asesinato de Luis Arias Pino, un tornero mecánico y militante del
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), en 1975.
Contreras fue condenado a 15 años de cárcel como autor de homicidio calificado
y a otros 3 años por asociación ilícita. Con las mismas penas y por iguales delitos
fueron sancionados el ex coronel Marcelo Moren Brito y el ex oficial de
Carabineros Gerardo Godoy García, todos integrantes de la cúpula de la DINA.
Con esto, se acrecientan los casos que están cerrando y las condenas que se han
ido dictando en temas de violaciones a los derechos humanos; y sin duda la
curiosidad es porqué se están generando esta situación.
Frente al tema, el abogado de derechos humanos, Héctor Salazar, aseguró que
"indudablemente se pueden producir nuevos procesamientos a medida que se van
investigando los casos, y sin duda algunos casos de ellos puede afectar a nuevas
personas".
"Cada proceso tiene su propia dinámica, y cada juez actúa de acuerdo a su
criterio y según su información. Por ello puede ser muy variado lo que suceda, en
algunos casos quizás no hayan resultados, pero también puede existir una especie
de hemorragia de procesamientos", mencionó el profesional.
Por otra parte, dijo a Cambio21 que "una de las cosas que hemos ido mejorando
es la profundización de los casos. Ell trabajo que se ha realizado ha podido
revelar gran parte de la situación criminal que se vivió durante la dictadura".
Muchos casos pendientes y que estarían por cerrar
Quien también tuvo palabras para poder explicar esta situación, fue el abogado
Eduardo Contreras, quien dijo que "todo lo conseguido no es mérito del gobierno,
es mérito de las agrupaciones que hemos sacado adelante cada caso. Los casos
comenzaron en 1998 y recién ahora están saliendo a la luz, estamos muy
atrasados, no es que se hayan presentado ahora los casos y ahora hayan salido",
agregó el abogado.
Por último dijo a Cambio21 que "ahora están en juicio la querella por golpe de
Estado, la cual es muy importante porque por primera vez logramos sentar en el
banquillo de los acusados a los que cranearon el golpe".
Por su parte, el también abogado Nelson Caucoto tiene una opinión distinta, y
aseguró que "si bien se han dictado varias condenas, para tener un avance de las
causas de derechos humanos y una resolución de las mismas mucho más ágil,
habría que volver a la designación de jueces con dedicación exclusiva".
"Este tema lo planteamos alguna vez, que pudieran restituir esta figura, que -
según su juicio- ha sido una de las más exitosas en derechos humanos, y ahora
pudo haber sido igualmente porque existe un número alto de casos pendientes",
explicó el profesional.
Además, el defensor dijo que "igualmente los jueces tiene una sobre carga de
trabajo al ser ministros. Pero si queremos avanzar realmente, necesitamos jueces
que estén 24 horas pendientes del caso".
El abogado agregó a Cambio21 "esperamos que le dediquen tiempo porque
realmente es agotador llevar este tipo de causas. Aunque reconozco que es una
medida positiva".
Los casos que se verán
Los casos que están pronto a ser cerrados con sentencia por parte de la justicia
son al menos cinco. La mayoría son emblemáticos y llevarían más de 100 nuevos
detenidos en Punta Peuco.
Caso Calle Conferencia: Entre el 30 de abril y el 6 de mayo de 1976 la DINA
desarrolló un procedimiento de detención y desaparición que tenía como objetivo
la cúpula del Partido Comunista de Chile
Entre estos días un grupo de agentes de las fuerzas represivas de la dictadura
militar se encontraban en dos casas ubicadas en calle Conferencia una y en la
casa ubicada en la calle Alejandro del Fierro 5113, esperando por los 5 dirigentes
comunistas que permanecen hasta hoy en calidad de detenidos desaparecidos.
En ese contexto se ha procesado a más de medio centenar de ex agentes de la
DINA, quienes permanecen detenidos en diversos recintos militares, dado que la
Corte de Apelaciones ha rechazado en diversas oportunidades otorgarles la
libertad provisional, esgrimiendo que por los delitos que están procesados
constituyen un peligro para la sociedad.
Entre los oficiales procesados y ya retirados del Ejército que cumplieron
misiones operativas en la DINA, al menos están César Manríquez Bravo, Manuel
Carevic Cubillos, Hernán Sovino Novoa, Humberto Chaigneau Sepúlveda y
Sergio Castillo González. Este último es uno de los ex agentes represores que
continúan recibiendo un sueldo mensual del Ejército, recontratado como
empleado civil.
Caso Torres San Borja: El día 25 de marzo la Corte de Apelaciones de
Santiago, en causa Rol 1520 2011, mantuvo la sentencia de primera instancia del
6 de abril de 2011, donde fueron condenados Gerardo Urrich, Juan Ramón
Fernández y René Cardemil, cada uno a la pena de 10 años de presidio sin
beneficios por seis homicidios calificados por el caso conocido como Torres de
San Borja.
Las víctimas son Ricardo Montecinos Slaughter, Carlos Adler Zulueta y Beatriz
Elena Díaz Agüero (matrimonio de turistas argentinos) , Víctor Garretón
Romero, Jorge Salas Pararadisi, y Julio Saa Pizarro . Todos fueron detenidos
ilegalmente por miembros del Ejército en la noche del 16 de octubre en la torre
12 del complejo de viviendas San Borja en el centro de Santiago y ejecutados en
el túnel de Lo Prado el 17 de octubre de 1973, simulando una situación de fuga
para cubrir el crimen.
Ya en 1976 las Naciones Unidas se pronunció con una resolución condenando la
acción, por figurar entre las víctimas un funcionario del Fondo Monetario
Internacional (Ricardo Montecinos). En cuanto a la demanda civil acompañante,
el Fisco fue condenado al pago de 100.000.000 de pesos chilenos (USD 210.000)
a cada uno de los familiares querellantes de la causa.
Caso Paine: El ministro de la Corte de Apelaciones de San Miguel Héctor Solís
sometió a proceso a un total de siete personas -seis civiles y un militar (r)- por los
secuestros y homicidios de un total de 26 opositores al régimen militar, que
fueron detenidos en Paine entre septiembre y octubre de 1973 y cuyo destino aún
está siendo investigado.
En cuatro resoluciones distintas, el magistrado procesó a los civiles Rubén
González Carrasco, Claudio Orregón Tudela y Juan Francisco Luzoro como
cómplices de secuestro agravado de dos víctimas. Luego, Luzoro y Mario Tagle
Román fueron encargados reos como autores del homicidio calificado de otras
víctimas. En un tercer procesamiento, Juan Francisco Luzoro y Ricardo Tagle
Román también fueron procesados como autores de homicidio calificado.
Finalmente, el ministro Solís procesó al civil Juan Guillermo Quintanilla Jerez y
al militar (r) José Vásquez Silva como autores del secuestro calificado de 22
personas, entre ellas Andrés Pereira, padre de la abogada de Derechos Humanos
Pamela Pereira.
Estas 22 víctimas fueron detenidas en la localidad de Paine, en octubre de 1973,
de ahí fueron trasladadas a la quebrada de Los Quillayes en las cercanías del lago
Rapel, donde habrían sido ejecutados.
Caso Comando Conjunto: – La Corte de Apelaciones de Santiago ratificó las
condenas por los secuestros calificados de Alfredo Salinas Vásquez el 3 de
noviembre de 1975, y de José Sagredo Pacheco y Juan Antonio Gianelli
Company, el 2 de junio de 1976 en la Región Metropolitana.
La sentencia aplicada el 4 de febrero de 2011 en contra de 6 ex agentes del
denominado Comando Conjunto, elevando la pena en tres de ellos condenados y
sobreseyendo a uno por fallecimiento. De acuerdo al dictamen, Freddy Ruiz
Bunger está sentenciado a 5 años y 1 día de presidio, misma pena que cumple
César Palma Ramírez, Juan Saavedra Loyola y Manuel Muñoz Gamboa.
Ninguno puede optar a beneficios por ser co-autores de los delitos reiterados de
secuestro calificado.
Daniel Guimpert Corvalán, en tanto, está en libertad vigilada tras la condena por
4 años como co-autor de secuestro calificado en la persona de Juan Antonio
Gianelli Company. 
Por fallecimiento fue sobreseído Jorge Cobos Manríquez, sentenciado en 2011 en
primera instancia a 3 años de presidio, con el beneficio de la remisión
condicional.

Chile sin olvido: Dirigente camionero condenado


por violaciones a DDHH en dictadura

Fuente :radiobiobio.cl, 24 de Noviembre 2017


Categoría : Prensa
Justicia condena por primera vez a cárcel efectiva a civil por causas de violación
a DDHH.
La Corte Suprema condenó por primera vez a pena de cárcel efectiva a un civil
por causas de violaciones a los Derechos Humanos.
En fallo dividido, la sala penal del máximo tribunal del país sentenció a 20 años
de presidio a Francisco Luzoro Montenegro como autor del homicidio
calificado de Carlos Chávez Reyes, Raúl Lazo Quinteros, Orlando Pereira
Cancino y Pedro Ramírez Torres. Además, lo declaró culpable del homicidio
frustrado de Alejandro Bustos González, todos hechos ocurridos el 18 de
septiembre de 1973.
Las víctimas, miembros del villorrio “Paula Jaraquemada” de Paine, fueron
detenidas el 17 de ese mismo mes por personal de Carabineros. Ahí fueron
interrogados y golpeados por personal policial siendo trasladados desde la
subcomisaría de Paine a un sector de Colipeumo. Una vez en el lugar los cuatro
hombres fueron fusilados.
Por su parte, el abogado de los familiares de las víctimas, Nelson Caucoto,
reconoció que la justicia tardó para lograr la verdad.
El fallo, además, ordena una indemnización por dos mil 210 millones de pesos a
los familiares de las víctimas.

Dirigente camionero condenado por violación a


los DDHH es trasladado al penal Colina.

Fuente :radiobiobio.cl, 24 de Noviembre 2017


Categoría : Prensa
Hasta el penal de Colina fue trasladado Juan Francisco Luzoro Montenegro,
dirigente camionero condenado a la pena de cárcel efectiva por casos de
violación a los Derechos Humanos.
Luzoro fue detenido en el aeropuerto cuando retornaba desde Fresia, esto en el
marco del cumplimiento de condena ordenada por la Corte Apelaciones de San
Miguel.
El detenido debe cumplir una condena de 20 años y un día por los delitos de
homicidio calificado en calidad de autor y cómplice.
De acuerdo a la información entregada desde la Brigada de Derechos Humanos
por subprefecto Erik Martínez, el 18 septiembre de 1973 Juan Luzoro en su
calidad de dirigente camionero en Paine apoyó en el traslado de militares y
detenidos tras el golpe de estado.
La Corte Suprema confirmó que Francisco Luzoro Montenegro participó en
calidad de autor del homicidio calificado de Carlos Chávez Reyes, Raúl del
Carmen Lazo Quinteros, Orlando Enrique Pereira Cancino y Pedro Luis
Ramírez Torres.
Además fue condenado por el delito de homicidio frustrado en el caso de
Alejandro del Carmen Bustos González, crímenes que fueron cometidos en el
sector de Colipeumo, de la comuna de Paine.
Francisco Luzoro fue detenido en el aeropuerto de Santiago, trasladado hasta la
corte de San Miguel para la notificación de la condena, para posteriormente ser
trasladado hasta el penal de Colina.

Histórico: Por primera vez un civil cumplirá cárcel


efectiva en causas de DDHH

Fuente :Cooperativa.cl , 2 de Junio 2020


Categoría : Prensa
La Corte Suprema confirmó una sentencia de 20 años de presidio, en calidad
de autor de cuatro homicidios calificados, en contra de Juan Francisco Luzoro
Montenegro, ex presidente del Sindicato de Dueños de Camiones de Paine.
En un fallo dividido, la Segunda Sala del máximo tribunal confirmó la sentencia
dictada el 31 de marzo pasado por la ministra en visita Marianela Cifuentes,
de la Corte de Apelaciones de San Miguel.
Éste responsabilizó a Luzoro por los asesinatos de Carlos Chávez Reyes, Raúl
del Carmen Lazo Quinteros, Orlando Enrique Pereira Cancino y Pedro Luis
Ramírez Torres, y por el delito frustrado de homicidio de Alejandro del Carmen
Bustos González; ilícitos perpetrados el 18 de septiembre de 1973 en el sector
de Colipeumo, de la comuna de Paine.
El abogado Nelson Caucoto, querellante en representación de las familias de las
víctimas, destacó el carácter "histórico" del fallo, pues es la primera vez en
que un civil cumplirá pena efectiva de cárcel en una causa de derechos
humanos en Chile.
"Él era el jefe de los civiles que, al interior de Paine, se organizaron en torno
a la comisaría de esa localidad para ejercer la represión", explicó.
El abogado de derechos humanos agregó que se trata de "un fallo que comienza a
hacer justicia para Paine, que ha esperado más de 40 años para que se vengan a
resolver con esta tardanza estos casos, que son tan graves".
En el aspecto civil, la Corte Suprema condenó al Estado de Chile a pagar una
indemnización total de 2.210 millones de pesos a los familiares de las víctimas,
tras acoger el recurso de casación e incluir a nueve hermanos y a la conviviente
de uno de ellos.
Los hechos
En la investigación que determinó la condena la ministra Cifuentes estableció
que, a petición del capitán de Carabineros Nelson Iván Bravo Espinoza, jefe
de la Subcomisaría de Paine, "varios civiles, dueños de tierras y/o vehículos
menores y de carga comenzaron a colaborar activamente con el transporte
de personal y de detenidos, entre ellos Juan Francisco Luzoro Montenegro,
presidente del Sindicato de Dueños de Camiones de Paine".
"El día 17 de septiembre de 1973, en horas de la tarde, cuatro miembros del
asentamiento 'Paula Jaraquemada' de Paine, Carlos Chávez Reyes, Raúl del
Carmen Lazo Quinteros, Orlando Enrique Pereira Cancino y Pedro Luis Ramírez
Torres, a instancias del presidente del citado asentamiento, Carlos del Carmen
Pacheco Cornejo, se presentaron en la Subcomisaría de Carabineros la misma
comuna, quedando detenidos en dicho recinto. Ese día también concurrió a dicha
unidad policial Alejandro del Carmen Bustos González, quedando igualmente
privado de libertad", consta en el fallo.
En las horas siguientes los funcionarios de la unidad policial "interrogaron y
golpearon a los referidos detenidos", y al día siguiente, en la madrugada, "fueron
sacados de la Subcomisaría de Paine, subidos a un vehículo y trasladados hacia el
sector de Colipeumo".
"La comitiva que trasladó a los detenidos estaba conformada por varios
vehículos, ocupados por personal de Carabineros y por civiles, entre ellos
Juan Francisco Luzoro Montenegro, todos al mando del sargento Manuel
Antonio Reyes Álvarez, ex jefe del Retén Hospital. (…) Una vez en el sector
de Collipeumo, los detenidos fueron bajados del vehículo en que se les
transportaba, obligados a alzar los brazos y fusilados, por orden de Reyes
Álvarez, ejecutada tanto por funcionarios de carabineros como por civiles",
se detalla.

Caso Paine: Ministra en visita condena a 20 años


a uno de los involucrados

Fuente :elmostrador.cl, 1 de Abril 2016


Categoría : Prensa
La magistrada sentenció a Luzoro Montenegro por los homicidios de Carlos
Chávez Reyes, Raúl del Carmen Lazo Quinteros, Orlando Enrique Pereira
Cancino y Pedro Luis Ramírez Torres y de homicidio calificado, en grado
frustrado, en la persona de Alejandro del Carmen Bustos González, hechos
cometidos el día 18 de septiembre de 1973, en la comuna de Paine.
La ministra en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos
humanos de la Corte Apelaciones de San Miguel, Marianela Cifuentes Alarcón,
dictó sentencia que condenó a Juan Francisco Luzoro Montenegro a 20 años de
presidio como responsable del homicidio calificado de 4 personas y el homicidio
calificado frustrado de una persona en el sector Collipeumo de Paine.
La magistrada sentenció a Luzoro Montenegro por los homicidios de Carlos
Chávez Reyes, Raúl del Carmen Lazo Quinteros, Orlando Enrique Pereira
Cancino y Pedro Luis Ramírez Torres y de homicidio calificado, en grado
frustrado, en la persona de Alejandro del Carmen Bustos González, hechos
cometidos el día 18 de septiembre de 1973, en la comuna de Paine.
La investigación de la magistrada estableció que:
"a) Que, a partir del día 11 de septiembre de 1973, por disposición del capitán
Nelson Iván Bravo Espinoza, jefe de la Subcomisaría de Paine, la totalidad del
personal de dotación de los destacamentos de su dependencia, esto es, Retén
Hospital, Retén Champa, Retén Chada, Retén Pintué y Retén Huelquén, se
trasladó a la mencionada unidad base.
b) Que, desde la misma fecha, a petición del citado subcomisario, varios civiles,
dueños de tierras y/o vehículos menores y de carga comenzaron a colaborar
activamente con el transporte de personal y de detenidos, entre ellos Juan
Francisco Luzoro Montenegro, presidente del Sindicato de Dueños de Camiones
de Paine.
c) Que, el día 17 de septiembre de 1973, en horas de la tarde, cuatro miembros
del asentamiento "Paula Jaraquemada" de Paine, Carlos Chávez Reyes, Raúl del
Carmen Lazo Quinteros, Orlando Enrique Pereira Cancino y Pedro Luis Ramírez
Torres, a instancias del presidente del citado asentamiento, Carlos del Carmen
Pacheco Cornejo, se presentaron en la Subcomisaría de Carabineros la misma
comuna, quedando detenidos en dicho recinto.
d) Que, ese día, también concurrió a dicha unidad policial Alejandro del Carmen
Bustos González, quedando igualmente privado de libertad.
e) Que, en las horas siguientes, funcionarios de la mencionada unidad policial
interrogaron y golpearon a los referidos detenidos.
f) Que, al día siguiente, en la madruga, Alejandro del Carmen Bustos González,
Carlos Chávez Reyes, Raúl del Carmen Lazo Quinteros, Orlando Enrique Pereira
Cancino y Pedro Luis Ramírez Torres fueron sacados de la Subcomisaría de
Paine, subidos a un vehículo y trasladados hacia el sector de Collipeumo.
g) Que la comitiva que trasladó a los detenidos estaba conformada por varios
vehículos, ocupados por personal de carabineros y por civiles, entre ellos Juan
Francisco Luzoro Montenegro, todos al mando del sargento Manuel Antonio
Reyes Álvarez, ex jefe del Retén Hospital.
h) Que, una vez en el sector de Collipeumo, los detenidos fueron bajados del
vehículo en que se les transportaba, obligados a alzar los brazos y fusilados, por
orden de Reyes Álvarez, ejecutada tanto por funcionarios de carabineros como
por civiles.
i) Que, tras lo ocurrido, los cuerpos cubiertos de sangre de las víctimas fueron
arrojados al cauce del canal Panamá, entre otros por Luzoro Montenegro, en la
creencia de que todos ellos habían fallecido.
j) Que, sin embargo, una de las víctimas, Carlos Chávez Reyes, murió a causa de
un traumatismo cráneo encefálico y asfixia por sumersión y, otra, Alejandro del
Carmen Bustos González, logró sobrevivir, resultando sólo con una herida de
bala en el brazo izquierdo.
k) Que, el resto, Raúl del Carmen Lazo Quinteros, Orlando Enrique Pereira
Cancino y Pedro Luis Ramírez Torres murió a raíz de los impactos de proyectil
balístico recibidos.
l) Que los restos de los fallecidos fueron encontrados días después en distintos
sitios, colindantes con el curso de agua señalado".
En el aspecto civil se condenó al Fisco a pagar la suma total de $ 1.840.000.000
(mil ochocientos cuarenta millones de pesos) a los familiares de las víctimas,
según la distribución de montos que se explicitan en el fallo.

C. Suprema concedió casi $10 mil millones en


reparaciones en causas por violaciones de
DD.HH.

Fuente :colegioabogados.cl, 20 de Marzo 2018


Categoría : Prensa
Según informe de Sala Penal sobre fallos de enero a diciembre de 2017:
Mientras que el coordinador nacional de estos juicios, Sergio Muñoz, consignó
en su balance anual que a noviembre de 2017 había 1.306 causas vigentes.
Además de Juica, que preside la instancia, estuvo integrada por los ministros
Carlos Künsemüller, Lamberto Cisternas, Manuel Valderrama y Jorge Dahm.
Prácticamente $10 mil millones concedió la Corte Suprema a familiares de
víctimas de violaciones de los derechos humanos el año pasado. El dato está
contenido en un informe de 13 páginas elaborado por la Sala Penal -y suscrito
por su presidente, el ministro Milton Juica- al realizar el balance de las causas
falladas entre enero y diciembre de 2017.
Según el reporte, en total se resolvieron recursos correspondientes a 34 procesos,
que involucran a 110 víctimas de delitos de secuestro calificado, homicidios
calificados y apremios ilegítimos.
También se entrega el número de personas condenadas por estos ilícitos, que
alcanzaron las 139. De ellas, indica el documento, «127 lo fueron con penas
efectivas de presidio, recibiendo un mayor número de condenas, por aparecer
implicados en varios procesos, los sentenciados Miguel Krassnoff Martchenko
(brigadier en retiro del Ejército), Pedro Espinoza Bravo (ex agente de la DINA) y
Basclay Zapata Reyes (sentencias previas a su fallecimiento en diciembre de
2017)», consigna el informe.
Al desglosar las indemnizaciones, aunque mayoritariamente se entregaron en
juicios penales, alcanzando los $7.255 millones, también las hubo en procesos
civiles. En estos últimos se otorgaron $2.430 millones a las víctimas por
concepto de reparación.
La causa en la que se entregó el mayor monto en el período, equivalente a un
29,5% del total, correspondió al caso del primer civil no ligado a organismos del
Estado, Juan Francisco Luzoro Montenegro. El camionero fue condenado a 20
años de cárcel por el asesinato de cuatro personas, además de un homicidio
frustrado, ocurrido en el sector de Colpeumo, en Paine, el 18 de septiembre de
1973, y el máximo tribunal dispuso indemnizar a las viudas, conviviente, hijos y
a un sobreviviente con un monto total superior a los $2.800 millones.
Sin perjuicio del informe de la Sala Penal, de forma anual, el ministro Sergio
Muñoz, coordinador nacional de causas sobre violaciones derechos humanos, da
cuenta de la situación de estos juicios. Entre otros aspectos, informa que durante
el año recién pasado «se ha iniciado un número importante de causas por torturas,
apremios ilegítimos, detenciones ilegales» por denuncias en Valparaíso, Santiago
y San Miguel.
A noviembre de 2017, advierte Muñoz, había 1.306 causas relativas a delitos de
lesa humanidad vigentes. Como comentario final a su informe, advierte: «La
evaluación que puede efectuar este ministro encargado (Muñoz) es sobre la base
de los antecedentes y estadísticas enviadas por los ministros que tramitan los
procesos, como por la conversación que se ha sostenido con ellos, es que no se
han producido avances significativos de los procesos».

La salvaje represión a campesinos


Fuente :puntofinal.cl, 8 de Diciembre 2017
Categoría : Prensa
La Corte Suprema confirmó la sentencia que condenó a Francisco Luzoro
Montenegro a la pena de 20 años de presidio, en calidad de autor de los delitos de
homicidio calificado de los campesinos Carlos Chávez Reyes, Raúl del Carmen
Lazo Quinteros, Orlando Enrique Pereira Cancino y Pedro Luis Ramírez Torres;
y del delito frustrado de homicidio calificado de Alejandro del Carmen Bustos
González, crímenes perpetrados el 18 de septiembre de 1973 en el sector de
Colipeumo, en la comuna de Paine.
En fallo dividido, la Segunda Sala del máximo tribunal -integrada por Milton
Juica, Carlos Künsemüller, Lamberto Cisternas, Manuel Antonio Valderrama y el
abogado Jean Pierre Matus- confirmó la sentencia dictada por la Corte de
Apelaciones de San Miguel, que ratificó la resolución de la ministra en visita
Marianela Cifuentes del 31 de marzo pasado. En contra votó el juez Cisternas.
La ministra Cifuentes estableció que, tras el golpe militar del 11 de septiembre de
1973, carabineros de los retenes de Hospital, Champa, Chada, Pintué y Huelquén
fueron trasladados a la subcomisaría de Paine, a cargo del capitán Nelson Iván
Bravo Espinoza, quien pidió ayuda a varios civiles, dueños de tierras en la zona,
para detener y castigar a campesinos a quienes se acusó de ser agitadores
comunistas.
Juan Francisco Luzoro Montenegro, presidente de la Asociación de
Transportistas de Paine, actuó como cabecilla de varios civiles que facilitaron
vehículos y logística para las labores represivas de carabineros y militares y
participaron en ejecuciones de al menos setenta campesinos y obreros agrícolas
de Paine, localidad ubicada 46 kilómetros al suroeste de Santiago, en la actual
provincia del Maipo.
LA VENGANZA PATRONAL
El 15 de septiembre de 1973, los carabineros y civiles que les ayudaban -a bordo
de varios vehículos particulares- detuvieron a doce campesinos y los condujeron
al cuartel policial de Paine. Allí los raparon con navaja, los hicieron desnudarse y
amarrados los mantuvieron boca abajo en el suelo, siendo pisoteados por
carabineros y civiles (Claudio Oregón, Antonio Carrasco y Darío González).
Luego les aplicaron corriente eléctrica y los metieron en unos tambores con
aguas servidas. Los soltaron al anochecer  vistiendo sólo sus calzoncillos.
Dos días después, en vísperas de Fiestas Patrias, varios campesinos del
asentamiento “Paula Jaraquemada” fueron notificados que se presentaran en la
subcomisaría de Paine. Hasta allí llegaron los obreros agrícolas Alejandro Bustos
González, Carlos Chávez Reyes, Raúl del Carmen Lazo Quinteros, Orlando
Pereira Cancino y Pedro Luis Ramírez Torres. Les esperaban los sargentos
Manuel Reyes Alvarez, Jorge Verdugo, Víctor Sagredo y José Retamales, junto a
los carabineros Juan Valenzuela, José González, Jorge Leiva y Pío Moya.
También estaban los civiles Claudio Oregón, Darío González, Jorge Aguirre y
Francisco Luzoro.
Tras ingresar al cuartel los cinco campesinos, fueron sometidos a brutales palizas
y tortura con electricidad. En la noche, tirados en el suelo, semiinsconcientes en
las caballerizas, escucharon la música y risas que provenían de un asado que
compartían unos quince civiles y una veintena de carabineros.
Pasada la una de la madrugada los sacaron de las caballerizas. A la entrada del
cuartel esperaba una caravana de camionetas -una amarilla, de Claudio Oregón;
una roja, de Francisco Luzoro; una verde, de Jorge Sepúlveda; y otra blanca-.
Subieron a los detenidos y los vehículos partieron conducidos por sus
propietarios con rumbo desconocido. Tras una hora de viaje el convoy se detuvo
e hicieron bajar a los cinco campesinos. Estaban junto a un cerro y al lado del
camino de tierra; muy abajo, corría un río ancho y torrentoso. Les ordenaron que
se pusieran de espaldas al abismo, con los brazos en alto, alumbrados por los
focos de las camionetas, contra cuyas luces se perfilaban las sombras de policías
y civiles.
Rugieron las metralletas y se estremecieron los cuerpos de los ejecutados.
Alejandro Bustos sintió que un balazo le destrozó el brazo izquierdo y cayó de
espaldas. Sobre él se precipitó uno de sus compañeros, cuya sangre le empapó la
cara y la cabeza. Francisco Luzoro, Antonio Carrasco y el sargento Reyes se
acercaron a verificar la muerte de sus víctimas.
Bustos se hizo el muerto. Dos de sus verdugos lo tomaron de pies y brazos y lo
arrojaron al río. Cayó al borde del cauce, sobre unas zarzamoras. Pudo ver cómo
a los otros campesinos les cortaban el cuello antes de lanzarlos al agua. A uno de
ellos le sacaron los ojos y le cercenaron la lengua.
La periodista Cherie Zalaquett, en su libro Sobrevivir a un fusilamiento. Ocho
historias reales, publicado por Aguilar Chilena de Ediciones en 2005, relata
pormenores del calvario vivido por Alejandro Bustos, quien logró sobrevivir a la
matanza y en los últimos cuarenta años se transformó en el principal testigo para
inculpar a los responsables de aquellos crímenes en el sector de Colipeumo.
OTRO PROCESO
La ministra Marianela Cifuentes también procesa desde fines de junio de este año
a Francisco Luzoro por el homicidio calificado de Ricardo Eduardo Carrasco
Barrios, cometido en Paine el 16 de septiembre de 1973. Ese día, en la
madrugada, una caravana de vehículos con carabineros y civiles al mando del
capitán Nelson Iván Bravo Espinoza y de Luzoro Montenegro llegaron al
asentamiento “Santa Rosa”, lugar en que se ocultaban Carrasco Barrios y otros.
Detuvieron a Carrasco y lo obligaron a correr hacia un canal cercano, momento
en el cual le dispararon por la espalda provocándole la muerte y lanzando su
cadáver al curso de agua.
Marianela Cifuentes también cerró en el mes de abril la etapa de sumario por la
causa denominada “Caso Paine” que comprende a 38 víctimas y que hace
referencia a dos episodios: la detención y posterior ejecución de los campesino
del sector de “El Escorial”, ejecutados en la cuesta Chada el 3 de octubre de
1973; y la detención y ejecución de los campesinos de los asentamientos “24 de
abril”, “El Transito”, “Nuevo Sendero” y “Paine”, asesinados en el sector de Los
Quillayes cerca del lago Rapel el 16 de octubre de 1973. Junto a esas víctimas
fueron también fusilados Ramón Capetillo Mora y Mario Muñoz Peñaloza,
detenidos el 8 y el 10 de octubre respectivamente. En ambos casos, los militares
responsables fueron miembros de la Escuela de Infantería de San Bernardo.
Francisco Luzoro, ex dirigente de los camioneros de Paine que ahora están
dedicado a la crianza de caballos en su fundo de Fresia, Región de La Araucanía,
fue detenido por detectives y trasladado a Santiago para ser presentado ante la
Corte de Apelaciones, donde fue notificado de su condena, que deberá cumplir en
la cárcel de Colina.
A diferencia del terrateniente Juan Quintanilla, encausado por el juez Héctor
Solís Montiel en 2008 por su participación junto a militares de la Escuela de
Infantería de San Bernardo en el episodio del 16 de octubre de 1973 en el que
fueron asesinados 22 campesinos, Luzoro actuó siempre junto a efectivos de
Carabineros.
Paine, con un total de setenta víctimas, es el lugar que tiene la cuota más alta de
ejecutados y detenidos desaparecidos en Chile, en proporción a sus habitantes.
Otros civiles procesados por los crímenes de campesinos de esa zona son Rubén
González Carrasco, Claudio Oregón Tudela y los hermanos Jorge y Mario Tagle
Román.
El juez Héctor Solis, quien en un trabajo investigativo excepcional logró ubicar
en Litueche la quebrada donde fueron asesinados 22 campesinos de Paine,
falleció en octubre de 2013 y fue reemplazado por la jueza Marianela Cifuentes
Alarcón. Parte de la labor del juez Solís quedó registrada en el
documental Ministros en visita en causas de derechos humanos. El caso Paine,
que se puede ver en Youtube.
SE ACERCA LA VERDAD
En 1979, la justicia militar se encargó de sobreseer los procesos abiertos por los
hechos de Paine en virtud de la Ley de Amnistía de 1978, aprobada por el
dictador Augusto Pinochet para encubrir sus crímenes. No obstante ahora, casi
treinta años después, los jueces parecen acercarse a la verdad, la justicia y la
reparación.
La reforma agraria iniciada en la decada de 1960 y acentuada bajo el gobierno de
Salvador Allende y la Unidad Popular, hizo posible que muchas familias
campesinas de todo el país fueran beneficiadas con la asignación de tierras que,
hasta entonces, pertenecían a un pequeño grupo de latifundistas. Los campesinos,
entonces, dieron vida a los “asentamientos” y a su desarrollo productivo. Pero en
Paine, como en el resto del campo, el 11 de septiembre de 1973 volvió todo atrás.
Bandas de civiles de extrema derecha, policías y militares cobraron venganza,
asesinando a dirigentes sindicales y campesinos asentados.
Los crímenes, la impunidad y el temor se extendieron por las pequeñas
localidades de Paine, Hospital, Huelquén, Culitrín, Chada, Rangue, El Vínculo,
Pintué y Laguna de Aculeo. Muchos campesinos y sus familias presenciaron
cómo civiles de la zona guiaban a los uniformados por los asentamientos
entregando nombres y participando en la represión.
Esos civiles, por décadas, habían logrado eludir a la justicia y se daban maña,
incluso, para seguir amenazando a los familiares de sus víctimas. Ahora, con
Francisco Luzoro en la cárcel, pareciera que todo empieza a cambiar.
MANUEL SALAZAR SALVO
Civiles procesados
Más de 50 civiles están siendo procesados en las causas que llevan los jueces
investigadores de violaciones a los derechos humanos, según señalaron a PF
fuentes de tribunales. En la mayoría de los casos se trata de personas vinculadas a
la represión de campesinos, obreros agrícolas y forestales, muchos de ellos
mapuches, que participaron activamente en la reforma agraria que emprendieron
los presidentes Frei Montalva y Allende entre 1967 y 1973.
Muchos de los civiles encausados se vincularon especialmente con Carabineros
de zonas rurales que tuvieron a su cargo la represión en los días que siguieron al
golpe militar. Colaboraron aportando listas de personas a las cuales consideraban
“extremistas peligrosos” y en no pocos casos actuaron directamente en las
detenciones y ejecuciones que son investigadas. También contribuyeron con
vehículos, vituallas e incluso dinero para apoyar el trabajo de búsqueda y
detención de los campesinos.
La mayoría de ellos eran militantes de partidos de derecha, integrantes del grupo
terrorista Patria y Libertad o miembros de grupos que se opusieron tenazmente al
gobierno de la Unidad Popular. A casi todos ellos los motivó la revancha ante los
avances del movimiento popular logrados en los años del gobierno del presidente
Allende.
Entre los civiles procesados se encuentra Sergio Bustos Baquedano, autor de la
demanda laboral en contra de Natalia Compagnon por el llamado caso Caval,
quien fue sometido a proceso por la Corte de Apelaciones de Chillán en agosto
de 2015, en la causa que investiga los homicidios en 1974 de Rolando Angulo,
Ogan Lagos y Bartolomé Salazar, miembros del MIR en San Carlos, donde
Bustos Baquedano militaba en Patria y Libertad.
En Valparaíso se investiga a varios civiles que se habrían incorporado a la
Armada como oficiales de reserva después del golpe y participado en
interrogatorios y torturas en cuarteles secretos entre septiembre del 73 y fines de
1974. Algunos eran estudiantes de la Universidad Católica de Valparaíso.

Corte de San Miguel dicta condenas por


homicidio de dos jóvenes de Paine, en 1973

Fuente :caucoto.cl, 19 de Mayo 2020


Categoría : Prensa
Después de varias décadas esperando por justicia, la ministra  en visita
extraordinaria para causas de violaciones a los Derechos Humanos de la Corte de
Apelaciones de San Miguel,  Marianela Cifuentes, dictó sentencia y condenó a
10 y 15  años de presidio al ex coronel de carabineros, Nelson Iván Bravo
Espinoza, y el empresario Juan Francisco Luzoro Montenegro, en calidad de
autores del delito de homicidio calificado de Ricardo Eduardo Carrasco
Barrios (19) y Saúl Sebastián Cárcamo Rojas (20), ejecutados a manos de
carabineros y civiles, el 16 de septiembre de 1973, en la comuna de Paine.
En la sentencia, dictada en primera instancia, la magistrada absolvió
a Luzoro por el homicidio de Saúl Cárcamo, pero lo condenó a 10 años y un día
de cárcel por el homicidio calificado de Ricardo Carrasco Carrasco; mientras que
el coronel Nelson Bravo fue condenado a 15 años y un día de prisión por los
homicidios calificados de Saúl Cárcamo y Ricardo Carrasco, dos jóvenes
estudiantes y militantes del MIR.
El abogado Nelson Caucoto, querellante en la causa, valoró la resolución e indicó
que “se trata de un fallo importante ya que se hace justicia después de 46 años de
impunidad. Se trató del ajusticiamiento de dos jóvenes  a mano de una caravana
de civiles y carabineros de esa localidad. De este modo, se continúa
pavimentando el camino de la justicia para las 70 víctimas de Paine”, indicó.
Los hechos
Según la investigación de la ministra Cifuentes, se pudo establecer  que “el día
14 de septiembre de 1973, en horas de la noche, funcionarios de Carabineros de
la Subcomisaria de Paine, unidad policial que, a la fecha, se encontraba a cargo
del capitán Nelson Iván Bravo Espinoza, allanaron el inmueble de calle 18 de
Septiembre N° 3.590, del asentamiento campesino “Arco Iris”, en búsqueda de
Saúl Sabastián Cárcamo Rojas, militante del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria, MIR, quien no se encontraba en el lugar desde el día 11 del
mismo mes.
Que al día siguiente, en horas de la noche, Cárcamo Rojas regresó a su domicilio,
haciendo presente a familiares su temor a ser detenido, junto a otros jóvenes del
sector, a raíz de su militancia política.
Que, el día 16 de septiembre de 1973, en la madrugada, una caravana compuesta
por funcionarios de Carabineros de la Subcomisaria de Paine, unidad policial
que, a la fecha, se encontraba a cargo del capitán Nelson Iván Bravo Espinoza y
civiles, entre ellos Juan Francisco Luzoro Montenegro, se dirigieron al
asentamiento “Santa Rosa” de Paine, lugar en el que se ocultaban, entre otros,
Ricardo Eduardo Carrasco Barrios.
Que, acto seguido, encontrándose detenido Carrasco Barrios, lo hicieron correr
hacia un canal cercano y, en ese instante, le dispararon por la espalda,
provocándole la muerte, siendo lanzado su cadáver a dicho canal.
Que, tras tomar conocimiento del operativo que se desarrollaba en el
asentamiento “Santa Rosa” de Paine, en el que resultó fallecido el militante del
MIR Ricardo Carrasco Barrios, Saúl Sebastián Cárcamo Rojas huyó hacia los
potreros situados en las inmediaciones de su domicilio.
Que, concluido el mencionado operativo, la misma caravana, compuesta por
funcionarios de carabineros de la Subcomisaria de Paine y por civiles, entre ellos,
Juan Francisco Luzoro Montenegro, previamente concertados, se dirigió hasta el
domicilio de Cárcamo Rojas, encontrándolo en las inmediaciones, lugar en el que
dispararon en su contra, causándole la muerte a causa de un traumatismo cráneo
facial y torácico”.

Ultima Actualización : 18/09/2021 21:07:55


Publicado : 18/09/2021 21:07:59

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Contacto

Archivo digital de las Violaciones a los Derechos Humanos por la Dictadura Militar en Chile (1973-
1990)

 Email: info@memoriaviva.com

1.

POLÍTICA CHILE

ESPECIAL A 46 AÑOS DEL


GOLPE.La familia Kast y la
desaparición de campesinos
en Paine
El apellido Kast es famoso en Paine, porque se vincula a su
familia a unos 70 asesinatos y desapariciones perpetradas a pocos
días de instaurada la dictadura pinochetista

La represión ejercida en Paine durante la dictadura cívico militar del año


1973, tuvo como resultado la desaparición y ejecución de al menos 70
personas, donde se caracterizó por ser una represión ejercida
principalmente por civiles apoyados por militares y carabineros; que
dieron ejecución y tortura a campesinos, comerciantes, profesores y
estudiantes.

Entre los civiles que colaboraron con la dictadura militar se encontraba la


familia Kast, la cual participó mediante el primogénito Miguel Kast,
discípulo de Milton Friedmann y quien formó parte de los Chicago Boys.
Consultor de la CNI (Dina), Ministro y presidente del Banco Central de
Pinochet, se le vincula a millonarias estafas como la Cutufa. Murió un 18
de septiembre, no sin antes legar a Chile la miseria y a su familia el
poder y acomodo político que hasta hoy ostentan.

Voces contra la Reforma Agraria

En el Golpe de Estado, Miguel Kast hizo una buena relación con Jaime
Guzmán y también fundador UDI. Antes, en los años 70, mientras que en
distintas localidades como en Paine, la Reforma Agraria comenzaba a
levantarse desde organismos campesinos y sindicatos de obreros
agrícolas, en ese periódo la familia Kast habría facilitado los camiones e
inclusive sindicado a algunos de los que fueron luego asesinados.

Christian Kast, hijo del propietario de establecimientos Bavaria y


hermano de José Antonio, fue citado a declarar por la justicia el 2003.
Causa que fue reabierta el año 2002 por la ministra de la Corte de
Apelaciones de San Miguel, María Stella Elgarrista, acumulándolas en
una sola, denominada “Paine”, producto de que 70 ciudadanos de
localidades como Pintué, El Escorial, Chada, Culitrín y Hospital, entre
otras, habían sido asesinados o permanecían desaparecidos.

Francisco Luzoro, dueño de camiones y dirigente de la Asociación


Gremial de Camioneros –procesado por varios crímenes de Paine–
reconoció que “los operativos que realizaba personal de carabineros
escoltados por nosotros [los civiles] eran exclusivamente para detener
gente en diferentes lugares, los cuales eran trasladados a la
Subcomisaría de Paine, sin saber cuál era su destino final (…)”. La
familia Kast con préstamos y traslados se unía a los militares y
Carabineros con las detenciones.

Testimonios de familiares

Diversos han sido los testimonios de familiares y amigos de los


detenidos desaparecidos de Paine durante estos últimos años. Desde La
Izquierda Diario reproducimos uno de los testimonios de las mujeres que
quedaron sin sus compañeros y esposos tras la bota militar y complicidad
civil de la dictadura.

"En ese tiempo mi marido era secretario del Sindicato Nuevo Horizonte
y presidente de la JAP y aún teniendo acceso a dinero y mercadería
nunca jamás guardó ni me dejó algo, yo iba a comprar como todas las
personas no más, hacía las colas, él fue siempre muy honrado. Cuando
se lo llevaron le ofrecieron irse y él no quiso, dijo “No, que me lleven no
más, sino se van a llevar a mi chica y qué va a ser de los niños”. La
gente, los trabajadores comentaban que los chiquillos fueron muy
valientes, porque se los llevaron y ellos no denunciaron a
nadie". Testimonio de Olga Lizama Calderón.

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