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“Yuli”.
“Uh, uh…”
Enrique miraba a Julián como un hombre.
“Uh, uh…”
“Te amo”.
“¿Qué?”
Julián.
Esas palabras fueron expresadas por el rey Enrique de Belkeren cuando vio
por primera vez al príncipe Julián que acababa de nacer. Ante esa expresión
“Por supuesto que es un hijo de Su Majestad, ¿de quién más podría ser?”
sosteniendo en sus brazos a Julián. Ante eso la reina preguntó con voz
temblorosa.
“¿Su Alteza?”
madre Mary. Fue porque ella era una princesa de un reino enemigo de
La reina Mary amaba la cultura natal de su reino lo suficiente como para ser
Aunque el príncipe fue criado sin ver a su madre, Julián tuvo una infancia
feliz.
Enrique le dio suficiente amor como para llenar el espacio vacío que pudiera
militarista. Los hombres que están familiarizados con los asuntos militares
solían dar órdenes a sus familias como si estuvieran dándolas a su propio
ejército.
Julián.
pequeño príncipe que creció sin una madre. Le consentía en todo y le daba
“¡Julián!”
hermosa espiga de trigo, rizado y suave como el pelaje de una oveja, corrió
Julián. Entonces Julián frotó su nariz en el cuello de Enrique con una risita
chirriante, que los oídos de Enrique era un sonido que le hacía volar sobre el
cielo.
“Enrique”.
en los brazos del rey de manera oscura y fría. Julián era un niño que parecía
haber salido del más hermoso lienzo pintado a mano. Un hermoso príncipe,
Enrique parpadeó lentamente con sus ojos azules. Sus ojos vacíos, que daban
sensación fría que hizo temblar su corazón. La mirada que lo atravesó era
Walther nunca había visto esa mirada antes. Enrique tenía una expresión que
“¿Cuál es el problema?”
Walther se mordió los labios con fuerza, y una voz temblorosa fluyó.
“Lo sé”.
Enrique susurró en voz baja, mientras descendía hasta que sus labios tocaron
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el reino.
Arturo no pudo reunirse con él sino hasta siete años después. Enrique fue
Fue criado por las manos de Enrique desde que nació. El mismo rey, quien
Así, con el favor del rey, Julián creció como un hermoso niño de porcelana
pura.
A diferencia de Enrique, que es claramente un hombre de mucho atractivo y
que tenía una personalidad fría y autoritaria, Julián creció como un niño
Su cabello dorado como el trigo, que era tan suave como una nube de
ensueño, brazos y piernas tan blancos como la nieve y dos ojos color
“¡Padre!”
El amor por el joven príncipe que corría hacia él con sus sonrojadas mejillas,
era innegable.
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iluminación. El rostro del rey que yacía en la oscuridad estaba mucho más
se esclareció.
fluyó violentamente de sus labios. Era una prueba de un corazón nublado por
¡Walther lo notó!
inyectados en sangre.
“¡Maldición!”
se abrió la puerta. Fue cuando los ojos de Enrique se abrieron de par en par.
“¡Ahhhhhhh!”
!Crash!
“Julián”.
“Lo siento”.
Julián tembló con las palmaditas de Enrique durante mucho tiempo, incapaz
“Lo siento”.
Con el paso del tiempo, Julián se calmó y abrió los ojos, comenzando a reír
suavemente.
“Estoy bien”.
“Yuli”.
“¿Estás enojado?”
“Padre”.
“Pero ya he crecido”.
Luego agarró los tensos hombros de Enrique con sus manos. Para un rey de
treinta y seis años los hombros de ese hombre todavía estaban en su mejor
momento, eran fuertes, tan fuertes como piedras, así era todo su tonificado
cuerpo. Julián dijo unas suaves palabras con sus pequeños labios.
“Ahora que ya tuve una ceremonia de mayoría de edad. No deberías tratarme
como un niño”.
Enrique murmuró con una pequeña sonrisa hacía Julián, quien estaba
sonrojado.
“Bien”.
que solo se mostraban cálidos frente a él. Enrique murmuró, tocando las
“De hecho…”
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“Julián está enfermo. No se puede celebrar una boda ahora. Estaba tratando
“¡Enrique!”
“Hablo con honestidad. Amo a Julián y odio esa idea de dejarlo ir”.
Enrique cerró los labios con un rostro pálido. Walther lo miró y se tocó sus
“…”
“¡Enrique!”
“…”
Enrique jadeó.
“Deja ir a Julián”.
Hubo un sollozo.
“Lo amo”.
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A Julián le agradaba.
Enrique los miró en silencio. Julián, quien había sido mimado con el gran
Cuando hablo con ella, sus mejillas se colorearon de un sutil rosado pastel.
“¡Padre!”
Julián se le acercó con una sonrisa llena de alegría, mientras se sentaba a los
pies de Enrique. Julián envolvió sus brazos alrededor de las piernas del rey
y habló suavemente.
También dijo que había recibido una invitación para visitar el castillo del
viejo duque.
“Bien”.
Enrique, que escuchó en silencio, abrió los labios y respondió en voz baja.
“¿Ella te gusta?”
Julián vaciló un rato, luego asintió con una sonrisa tímida. Enrique asintió
Poco después, Julián pudo darse cuenta del significado de esa pregunta.
“Yuli, te amo”.
“¿Padre…?”
Capítulo 3-El amor de Enrique.
La hermosa señorita, quien era un año mayor que Julián, era lo opuesto al
Julián era su más querido amigo, con quien desde la infancia disfrutaba de
muchas horas de juego. Cuando entró al salón para ser presentada como su
El rey Enrique dijo que había elegido a la prometida de Julián sin considerar
las ganancias o pérdidas políticas. No era ese su objetivo, sino darle felicidad
quedó impresionado.
“En realidad, los otros miembros de la corte querían que te casaras con la
Princesa de Navian”.
Arturo le explicó además a Julián, que estaba a punto de irse del palacio.
“Pero el problema es que hay que partir hacia una lejana travesía por el
“Padre”.
la que ni siquiera le conocía el rostro. Julián miró a Arturo con ojos brillantes.
El príncipe de cabello negro que estaba recargado en la pared, era muy
Julián vaciló, luego abrazó la cintura de Arturo con fuerza y frotó sus mejillas
contra su pecho.
Sin embargo, Julián era tan noble y amable, mientras que Arturo era un
jugada inteligente por parte de Enrique que mantuvo una sana amistad entre
militar y peleado en guerras era áspera. Arturo, que había sido entrenado
desde niño como un militar y vivió como un soldado, no sabía cómo cuidar
Julián era torpe, pero sonreía con dulzura ante el toque amistoso.
habitación de Enrique.
Enrique, su hermoso y fuerte padre, nunca, nunca, nunca había ignorado los
“No. Yuli”.
Julián cerró fuertemente los labios. Su cuerpo tembló con terror. Enrique
hizo contacto visual con él mientras sostenía esas tersas mejillas sonrojadas.
“Ah, padre”.
en el rostro de Enrique estaba tan fría como de costumbre, pero todavía había
Mientras barría sus labios con la yema de su pulgar, susurró en voz baja.
“No puedo estimar el precio, Yuli”.
Era una expresión que Julián nunca había visto en Enrique y abrió los labios
con dificultad.
“Estoy asustado”.
Enrique, quien mantuvo la mirada sobre Julián, notó cómo el cuerpo del
momento en que se hincharon las venas de las manos que estaban tocando
las mejillas de Julián, cuando Enrique robó brusca y violentamente los labios
de Julián.
Fue una acción que hizo que Julián abriera sus ojos de par en par.
“ !¿…?!”
Enrique, jadeó.
Actuó como si estuviera tratando de absorber todo el aliento que quedaba en
Padre.
El padre, que le dijo a Julián que lo amaba, ahora estaba devorando con
“¡Me duele!”
este jadeó sin aliento ante un beso feroz que nunca antes había
Y lo arrastró a la cama.
“Yuli”.
“Uh, uh…”
“Uh, uh…”
“Amor”.
“Oh…”
lado del cuerpo de Julián. Un dedo toco el botón de la camisa de Julián, quien
“¡Ah… Ah…!”
como una bestia, jadeando con un aliento caliente, el rey codiciaba los labios
El beso fue tan largo y espantoso que al final, Julián se quedó sin aliento y
“Estás en peligro”.
ahora.
resquebrajaban.
“¡Ahhhhh!”
“Shhh”.
Enrique inclinó suavemente su mirada y se rió en voz baja. Había una carne
encantador.
El placer que le brindó fue más dulce y adictivo de lo que jamás imaginó.
Enrique se negó a salir del suave interior de Julián. Solo empujó, empujó y
empujó más y más fuerte dentro de las suaves paredes de Julián. Cuando el
cama. La gran mano de Enrique sostuvo los delgados tobillos de Julián y los
una y otra vez, y Julián no podía hacer nada más que llorar, sintiendo su
cuerpo destrozado.
“Papá”.
Le dio el título que Enrique tanto deseaba oír hasta ahora. Un sollozo fluyó
“Yuli, lo siento…”
“¿Por qué…?”
“¿Por qué…?”
Enrique susurró en voz baja, haciendo contacto visual con los ojos de Julián,
“Te lo dije”.
“Te amo”.
Entonces Enrique esbozó una sonrisa lúgubre. Un grito salió de los labios de
Julián. El pene que se hinchó a través del pequeño orificio de Julián estaba
atascado. El tobillo de Julián, sostenido por la mano de Enrique no paraba
de temblar.
Fue así hasta el momento en que el semen fluyó entre sus nalgas y Enrique
Enrique, que estaba jugando con los hinchados y rojos pezones de Julián, le
hacía cosquillas con las yemas de sus dedos, y de la nada expresó unas suaves
palabras.
“Julian”.
“…”
escuchó llorar.
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Enrique hizo caso omiso de las lágrimas de Julián. No escuchaba sus gritos.
del acto romántico. Los dedos del rey que jugaban dentro del agujero
Julián. Fluyó entre los dedos de Enrique que mantenían abierto el ano de par
Julián gritó.
evitar gemir.
“Bien”.
Era una tontería. Julián gemía y luchaba por escapar del fuerte agarre de
su padre Enrique.
“¿Amor? ¿Qué amor? ¡Papá estás loco! ¡Cómo!, ¡cómo!, es así, mi…”
regalo.
Ya no se rebelaría.
Como si hubiera perdido su alma, fue sostenido por esos brazos, temblando
cuerpo.
lecciones de piano.
debajo de su escritorio y atendía el pene del rey con sus labios. Sin apresurar
nariz. Permaneció hincado durante horas dando servicio al rey, hasta que su
y movió su mano.
estallar su semen.
“Yuli”.
“¡Oye!… ¡maldición!”
“Te amo”.
un susurro en voz baja era emitido, Enrique barrió los jugosos labios con las
pecado”.
cuerpo de Julián. Ese amor era un pecado ante Dios. Sin embargo, para
Porque la iniquidad más sucia había profanado ese cuerpo inocente y puro.
Julián, recordaba uno que fue particularmente terrible de entre todos ellos.
“¡Oye, Enrique…!”
Sus piernas estaban alrededor de la cintura de Enrique y abrazaba su cuello.
torturarlo, se cumplieron.
El corazón de Julián estaba tan dolido que no podía soportarlo más. Entonces
Julián sujetó su pecho con sus propias manos y empujó los hinchados
con su áspera lengua los pezones como si fueran las uvas más dulces del
reino.
“¡Ah.!”
Y sus ojos se enfrentaron a los de Arturo, quien miraba esa escena atónito.
Ese día Julián se volvió un hombre sucio a los ojos de su hermano Arturo.
Era su más grande temor hecho realidad.
Era algo inevitable, desde que se convirtió en el amante del rey Enrique.
Arturo, quien levantó sus puños contra su padre con ira, fue detenido por
Julián. Por eso Walther, que lo conocía mejor que nadie, eligió el silencio.
“¡Basta hermano!!”
“¿Qué?”
Julián gritó mientras besaba el pecho del terrible hombre que lo llevó al
infierno.
“¿Por qué dices que amas a Enrique? ¡¿Por qué mi hermano está haciendo
esto?!”
Pobre Arturo.
vivir bajo el gobierno de un rey digno que vivir como el hijo de un padre
indulgente.
la boca de Enrique.
“¿Tú… cómo…?”
deseo.
Arturo se fue en silencio, y Enrique susurró en voz baja, acariciando el
“Dilo de nuevo.”
Julián cerró los ojos. Enrique abrazó ese cuerpecito y se inclinó. Dejó a
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la boca.
“Lindo.”
Quería venganza.
“Me vengaré”
“Walther”.
“Príncipe…”
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ser el único que se reía frente a Julián. Walther era como su familia.
“Lo siento”.
Walther, un hombre que tenía el cabello castaño corto como un soldado, puso
pensó,
palmaditas.
“¡Bastardo!”
Julián se reía por dentro, mientras jugaba con su frágil figura delante de
“Yuli”.
rodillas.
Julián se rió de ver como Walther estaba rendido a sus pies. Continuó con
Capitán de la Guardia del rey miró los pequeños y suaves pies del príncipe
ver esa expresión depravada en los ojos del hombre. Dejó sus muslos
“Yuli…”
Después de esa aventura Julian chupó el pene de Walther, que tenía una
venosidad prominente varias veces. Como un ángel del amor, A los ojos de
Walther Julian seguía siendo inocente y puro. Era un ángel apoyado contra
la cama con unos ojos ardientes. Mientras frotaba el pene con sus delgados
y finos dedos, Julián se lo metió en la boca fingiendo una expresión de
“¡Ah…! Yuli”.
cuerpo.
Walther pudo darse cuenta de que Julián derramó lágrimas debajo de él.
Walther, que estaba congelado, vaciló, sin saber qué hacer. Julián lloró, y
remordimiento.
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Arturo.
Su amado hermano
“¡Detente! ¡Detente!”
“Cállate, Yuli”.
“¡Mírame Yuli!”.
de Julián.
“¡Ugh!“
Enrique abrió el cajón y sacó una caja, molesto por la reacción de Julián, que
fue particularmente intensa ese día. Estos objetos fueron los que se utilizaron
Enrique murmuró y empujó una gran cuenta de vidrio por su ano, y sus ojos
él.
“Yuli”.
“Shh, cariño.”
Enrique sostuvo a Julián en sus brazos para calmarlo. Julián puso su rostro
“Te quiero”.
“… Enrique”.
Enrique mantuvo una leve sonrisa sobre su rostro frío. Susurró, barriendo los
ojos de Julián.
“Otra vez”.
“Yuli”.
“¡No me toques!”
“Yuli, Yu-Yuli”.
“Allí… ¡huyamos…!”
El hombre recto, alto y con el pelo negro mojado. Excepto por su cabello
corto y una apariencia un poco más joven, Arturo, que se parece a Enrique,
“Yuli”.
“Huyamos”.
“Esto, deja ir esto…”
llamando a Julián varias veces presa del pánico, lo abrazó con malas
“Yo… lo siento”.
“No no…”
“… No.”
los ojos.
Arturo susurró en voz baja mientras le secaba los ojos a Julián, que estaba
llorando en silencio.
“Yuli”.
Julián ya no habló más.
Y así fue.
“Yo… mentí.”
“¿Qué?”
Fue cuando Arturo, abrumado por esos ojos fríos, parpadeó. Julián
Su hermano lo amaba.
“Yuli… ¡Puaj!”
“Todo eso que haces, ¿dices que es por mí? ¡¿No ves que también me estás
codiciando?!”
Julián torció el pene en su mano para revelar el contorno grueso de entre los
pantalones.
“Yuli, Yuli…”
“Yuli”.
lengua con el rostro enterrado en el lugar donde nacía el olor íntimo de ese
hombre. Cuando la ropa interior se mojó, Julián miró a Arturo con los ojos
muy abiertos.
Le quitó su ropa interior con la mano, mientras Julián gritaba con malicia.
“¡Es lo mismo que ese día! Es lo mismo que cuando me aplastas. ¡Aquí!”
movió.
Julián ya lo sabía.
“¡Ugh, uh!”
con emoción. Julián fue perforado por Arturo hasta que el ano sangró y no
pudo cerrarse.
Al final de su historia de amor, Arturo golpeó su rostro en el trasero de Julián.
Lamió el semen que fluía por el ano mezclado con sangre como si una chica
Con el rostro enterrado en la sábana, Julián pensó para sus adentros que su
“¡Oh, eh…!”
“¡Ah ah!”
Julián en su mano. Las gotas de sangre salpicaban los ojos de Arturo. Julián
“Ayúdame”.
querido hermano.
“Sí, Yuli”.
como la nieve.
más dulce de los pasteles. La mano que sostenía el pastel se movió. Enrique
inexpresivo.
“Yuli”.
Julián exhaló un suspiro rápido. Enrique miró el culo con la crema batida
derretida y, mientras tanto, derramó el hielo del vaso de jugo que había
se estremeció.
hielo.
derramó el hielo.
“Ja, Enrique”.
Las palabras fluyeron junto con los gemidos. Enrique dejó de ponerse de pie
ante las palabras. Enrique. El nombre pronunciado con esa dulce y suave voz
“No te traicioné”.
de eso.
agujero.
‘¡Oh Dios!‘
¡Por qué Julián!, que retorcía la cintura como si quisiera provocarlo y hacerlo
gemir lascivamente.
“Probé tu amor”.
Mientras miraba a Julián con una leve sonrisa, Enrique abrazó firmemente la
“¡Me duele!”
devoción.
“Por supuesto”.
“¿Qué quieres?”
“Amor”.
torso con finos vellos de color castaño. Vaciló y acarició el hermoso cabello,
Era suave.
Estaba satisfecho con el hecho de que podía tocar esa cosa encantadora.
“…”
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Mahone
Enrique fue golpeado por sorpresa con una espada, pero derrotó hábilmente
al príncipe Arturo.
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No había ningún guardia en la mazmorra.
“Yuli”.
“Hola”.
color trigo que ahora estaba tan largo, que alcanzaba a cubrir ligeramente su
cuello, curvó suavemente sus ojos color esmeralda que estaban brillando en
la oscuridad. Una piel que parece una joya triturada que brilla en la
risa triste.
“Será difícil”.
a Enrique. Enrique lanzó una vez más el látigo que lo azotaba y corrió hacia
Julián.
“¿Dónde está?”
“Está en la catedral, la catedral…”
“Se arrepentirá”.
Julián rió. Cada uno de ellos llamó su atención, y el asistente tuvo que
“Guíame”.
El rostro de Julián con una leve barbilla levantada era puro e inocente, pero
El asistente tuvo que hacer un esfuerzo por no mirarlo con ojos de deseo.
Enrique Kshevilz.
Eso es gracioso.
Enrique no volvió la cabeza, pero pareció adivinar la expresión de Julián.
Susurró Enrique.
reino que amaba está dividido. La sangre de mi pueblo corre por mis manos.
sus vidas”.
Si es lo que quieres…”
“¡Cállate!”
“Acércate.”
Julián rió. Corrió hacia Enrique. Enrique, naturalmente, envolvió sus brazos
“¿Estás satisfecho?”
Julián miró a Enrique con una cara sonriente. Luego endureció fríamente su
rostro y masticó.
“No”.
“Mas, más”.
No puede estar satisfecho con eso. Julián agarró las mejillas suaves como el
marfil de Enrique. Julián esbozó una encantadora sonrisa con los ojos,
Enrique gimió.
El uno al otro solo se estaban diciendo las palabras que querían escuchar. En
tal situación, Julián murmuró con una leve sonrisa en los labios.
Las palabras que en secreto le dejó como testamento a Julián fueron palabras
Lo siento mucho.
Lo que hizo en ese momento fue estúpido e impulsivo. Desde ese día, se
arrepintió mucho. Julián mató a todos los nobles que lo habían poseído en
grupo. Excepto por una persona, no hay violadores en este mundo que lo
Estúpido.
“Por favor, mi sangre se convertirá en alimento y te hará feliz.”
hombro.
“Padre”.
Enrique entrecerró las cejas. Julián se rió un rato, luego corrigió y susurró.
“Enrique”.
- FIN -