Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Bases teóricas
isbn: 978-607-02-7426-8
APOYO TÉCNICO
Coordinadores y autores
GUADALUPE MARES CÁRDENAS
Doctora en Psicología por la unam. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (sni),
nivel I. Profesor Titular “C” de la fes Iztacala en la Unidad de Investigación Interdisciplinaria
en Ciencias de la Salud y la Educación (uiicse); docente de la licenciatura en Psicología y tu-
tora del doctorado en Psicología de la unam. Su trabajo de investigación aborda diversos
temas sobre Psicología y Educación.
Autores
IRIS XÓCHITL GALICIA MOYEDA
Licenciada en Psicología y maestra en Modificación de Conducta por la fes Iztacala.
Especialista en Terapia Breve por el Instituto Mexicano de Terapias Breves, afiliado al
mri; doctora en Educación por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Profesor Asociado
“C” tc, docente de la licenciatura y maestría en Psicología en la fesi, así como tutora del
posgrado en Psicología de la unam.
Capítulo 1
CLAUDIO ANTONIO CARPIO RAMÍREZ
Licenciado y maestro en Psicología por la fes Iztacala; doctor en Investigación Psicológica
por la Universidad Iberoamericana. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (sni),
nivel II. Profesor Titular “C” tc Definitivo de la fesi. Ha sido jefe del Proyecto de Investiga-
ción en Aprendizaje Humano en la fes Iztacala. Su línea de investigación aborda temas de
Psicología experimental y educación.
Capítulo 2
JORGE BERNAL HERNÁNDEZ
Doctor en Ciencias Fisiológicas por la unam. Miembro del Sistema Nacional de Investi-
gadores (sni), nivel II. Profesor Titular “C” de la fes Iztacala. Proyecto de Investigación en
Neurociencias; investiga las bases fisiológicas de la atención y la memoria.
MIGUEL ÁNGEL CAMPOS HERNÁNDEZ
Licenciado, maestro y doctor en Pedagogía por la unam. Miembro del Sistema Nacional
de Investigadores (sni), nivel II. Investigador Titular “C” del Instituto de Investigaciones
sobre la Universidad y la Educación (iisue). Su línea de investigación abarca los procesos
cognitivos e investigación cualitativa.
Capítulo 3
MANUEL LUIS DE LA MATA BENÍTEZ
Doctor en Psicología por la Universidad de Sevilla, donde es Profesor Titular en el Dpto.
de Psicología Experimental. Sus líneas de investigación tienen que ver con los vínculos entre
cultura y comunicación, memoria y cognición, así como los procesos psicológicos
en personas mayores.
Capítulo 4
JOSÉ FERNANDO GÓMEZ DEL CAMPO ESTRADA
Licenciado en Psicología, maestro y doctor en Psicología clínica por la Universidad
Iberoamericana (uia). Académico Emérito y director de los departamentos de Psicolo-
gía de la uia, así como del Instituto de Estudios Superiores de Occidente. Es coeditor y
autor de las publicaciones Desarrollo del potencial humano, Psicología de la comunidad,
e Intervención en crisis. Director de la revista Prometeo y director del doctorado en De-
sarrollo Humano en la Universidad Motolinía.
Capítulo 5
LETICIA FLORES FLORES
Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma Metropolitana, Xochimilco.
Es psicoanalista y Profesora-Investigadora Titular “C” tc en la misma universidad, así
como docente de la licenciatura en Psicología y de la maestría en Grupos e Instituciones.
Su trabajo abarca temas sobre salud mental y subjetividad.
Capítulo 6
GRACIELA ZAREBSKI
Doctora en Psicología por la Universidad de Buenos Aires. Directora de la maestría en
Psicogerontología de la Universidad de Buenos Aires. Es autora de varios libros, entre ellos:
El futuro se construye hoy: la reserva humana, un pasaporte para un buen envejecimiento, y El
curso de la vida: diseño para armar. Su línea de investigación versa sobre psicogerontología.
PRÓLOGO I
INTRODUCCIÓN 1
CAPÍTULO 1. TRADICIÓN CONDUCTUAL, COGNITIVO-CONDUCTUAL
E INTERCONDUCTUAL 7
Contexto social y académico del surgimiento del conductismo 8
Conductismo: principales autores, surgimiento y desarrollo 17
Desarrollo en México 46
Referencias 50
CAPÍTULO 2. TRADICIÓN COGNITIVA 55
Antecedentes 57
La Psicología cognitiva 68
Presencia de la Psicología cognitiva en México 84
Conclusiones 85
Referencias 87
CAPÍTULO 3. TRADICIÓN SOCIOCULTURAL Y DE LA ACTIVIDAD 89
Antecedentes 92
El proyecto de integración de las tradiciones de Vygotski 103
Elaboraciones posteriores de la tradición sociocultural
y de la actividad 117
A modo de conclusión-invitación 125
Referencias 127
CAPÍTULO 4. TRADICIÓN EN PSICOANÁLISIS Y TEORÍA SOCIAL 131
Modernidad y surgimiento de la diversidad en la Psicología 134
Psicoanálisis: esbozo de sus problemáticas epistemológicas 143
El surgimiento del psicoanálisis y algunos desarrollos posteriores 149
Conclusiones 164
Referencias 165
CAPÍTULO 5. TRADICIÓN EXISTENCIAL-HUMANISTA 169
Humanismo 170
Existencialismo 172
Nacimiento y principios de la Psicología existencial-humanista 176
Otros enfoques de la tradición 191
Ámbitos de aplicación del desarrollo humano
y del enfoque centrado en la persona 195
El desarrollo humano en México 200
Referencias 202
CAPÍTULO 6. TRADICIÓN DE LA COMPLEJIDAD DE LA PSICOLOGÍA,
ENTRE LA CATÁSTROFE Y EL CAOS 205
Condiciones histórico-sociales y académicas
del surgimiento de la tradición 207
Cuatro aproximaciones a la complejidad 214
Campos de intervención que comprende la tradición 235
Aportaciones del enfoque de la complejidad a la Psicología 240
Referencias 243
Prólogo
E
n el marco del Plan de Desarrollo del Rector, Dr. José Narro
Robles (unam 2011-2015), en el que se resalta mejorar la
calidad y pertinencia de los programas de formación de los
alumnos de la misma institución, y acorde con el Plan de De-
sarrollo Académico de la fes Iztacala 2012-2016, la carrera de Psico-
logía elaboró una propuesta de modificación del Plan de estudios.
Ésta fue recientemente aprobada por los Consejos Académicos de
Área de las Ciencias Sociales y de Ciencias Biológicas, Químicas
y de la Salud.
El Plan de estudios de la carrera de Psicología, vigente desde
1976, se creó desde una perspectiva conductual tanto en lo pedagó-
gico como en lo psicológico. Los objetivos profesionales se definie-
ron analizando la problemática de la comunidad, y canalizando
la metodología generada desde la disciplina a la solución de esos
problemas. Las demandas de la comunidad darían los criterios y
objetivos profesionales del psicólogo. Con base en diferentes estu-
dios se concibió como las principales problemáticas o demandas
sociales: la salud pública, la producción y el consumo, la instruc-
ción, la ecología y la vivienda.
II A lo largo de sus más de 35 años de existencia, el currículo se
ha transformado como consecuencia del propio proceso de imple-
mentación, de los cambios de la Psicología como ciencia y profesión,
del desarrollo académico de la planta docente en diversas visiones
conceptuales de la Psicología, así como de los cambios en las con-
cepciones de la enseñanza y práctica de la ética en el ejercicio
profesional del psicólogo. Varios procesos de revisión del Plan de
estudios pusieron de manifiesto la pérdida de funcionalidad de as-
pectos importantes del mismo Plan.
La propuesta de Modificación del Plan de estudios plan-
tea un modelo curricular incluyente que incorpora de manera
didáctica y sistemática la diversidad de planteamientos concep-
tuales y prácticas psicológicas universales, representativas, apli-
cables, así como pertinentes y viables para la formación profesio-
nal del psicólogo de la fes Iztacala. En ella se incluyen seis grandes
orientaciones en Psicología: a) conductual, cognitivo-conductual
e interconductual, b) cognoscitiva, c) sociocultural y de la activi-
dad, d) psicoanálisis y teoría social, e) existencial humanista y f)
complejidad y transdisciplina.
La implementación de la nueva propuesta requiere principal-
mente del compromiso, trabajo y apoyo de todos los académicos de
la carrera de Psicología y del desarrollo de una serie de materiales
educativos que coadyuven al buen funcionamiento de dicho Plan.
La elaboración de textos derivados de un trabajo de investigación
sistemático sobre las condiciones sociales y académicas del sur-
gimiento de dichas perspectivas teóricas, su desarrollo conceptual
a lo largo del tiempo, sus principales aplicaciones, y la relación
entre las biografías de los autores más representativos y su obra
académica, propiciaría el proceso de enseñanza-aprendizaje de
los alumnos y el intercambio de ideas entre profesores.
Es así como en la presente obra, que es el resultado del
proceso de investigación realizado por profesores de Psicología,
se describen las condiciones sociales y académicas del surgimien-
to de las diversas perspectivas y sus transformaciones conceptuales
a lo largo del tiempo, incluidas en el Plan de estudios propuesto.
Espero que pronto la Facultad de Estudios Superiores Iztacala
cuente con un nuevo Plan de estudios de la carrera de Psicología
y que esta obra sea un marco de referencia natural de su origen,
desarrollo e implementación.
dra. patricia dávila aranda
Introducción
E
n los programas de enseñanza de Psicología en Europa y
América hay una diversidad de marcos teóricos y campos
de interés en los contenidos curriculares. De la misma ma-
nera, a nivel internacional y nacional, existen programas de
enseñanza en los que predominan algunas con orientaciones psi-
cológicas sin que esto implique, necesariamente, la exclusión
de otras perspectivas y el surgimiento de escuelas emergentes.
Así pues hoy, como hace más de un siglo, coexisten psicologías
distintas, con objetos de estudio y metodologías de generación de
conocimiento diversas.
En la carrera de Psicología de la fesi, varios procesos de revi-
sión del Plan de estudios pusieron de manifiesto la multiplicidad
de marcos teórico-metodológicos y temáticas que los alumnos re-
visan sin una guía que los ayude a organizar dicha información.
Por esta razón, se planteó como alternativa al Plan vigente un mo-
delo curricular que incorpore de manera didáctica y sistemática la
diversidad de planteamientos conceptuales pertinentes y viables
para la formación profesional del psicólogo en la fes Iztacala.
2 El presente texto, enmarcado en la alternativa curricular des-
cribe, de manera breve, las principales características de las seis
perspectivas que se imparten en la Facultad de Estudios Supe
riores Iztacala en la licenciatura en Psicología. En cada capítulo
se expone el contexto social y académico en el que surge cada
una de las escuelas, sus cambios conceptuales a lo largo del tiempo,
y se esbozan sus principales aportaciones a la solución de problemas
sociales así como su avance en México. Las aportaciones de las es-
cuelas psicológicas a la solución de problemas sociales se desarrolla-
rán de manera amplia en otras obras porque merecen ser tratadas
de manera más detallada. La obra se dirige a los estudiantes que
cursan los primeros semestres de la carrera, y facilita que los docen-
tes incorporen a los alumnos una evaluación crítica de las escuelas
de Psicología reflexionando sobre los alcances y limitaciones de
cada una de ellas.
A través del libro pretendemos que los estudiantes puedan
ubicar el momento histórico, los referentes geográficos del surgi-
miento de las diferentes escuelas de Psicología, así como sus líneas
académicas de influencia. Esto les permitirá entender por qué en
ocasiones, aun cuando emergieron en momentos históricos cerca-
nos, sus objetos de estudio, elaboraciones conceptuales y temas
de investigación difieren entre sí; y por qué en otras, ubicándose
en contextos geográficos y temporales distantes, coinciden en al-
gunos de sus aspectos centrales.
Las perspectivas que revisarán las organizamos en tres gru-
pos: las que emergieron en el contexto de la discusión académica y
el establecimiento de un objeto de estudio propio de la Psicología
como una disciplina científica; las que se desarrollaron en el campo
de la psicoterapia, a partir de la cual construyeron sus explicaciones;
y las que integran a la Psicología en explicaciones interdisciplinarias.
En el primer grupo ubicamos diferentes variantes del con-
ductismo, la Psicología cognitiva y el planteamiento sociocultural
iniciado por Vygotski. En el segundo están el psicoanálisis y el
humanismo, que surgieron en contextos, momentos y problemá-
ticas sociales diferentes. Mientras que en el tercero ubicamos a
aquéllas que desde los planteamientos de la complejidad en cien-
cias se proponen desarrollar explicaciones integrales de problemáti-
cas sociales, en donde lo psicológico forma parte de la explicación.
En el capítulo uno se señala que las ideas prevalecientes a 3
finales del siglo xix, tales como: a) la existencia de relaciones entre
la evolución mental del hombre y los animales, b) la existencia de
relaciones entre el ambiente y diferentes reacciones de los orga
nismos, c) la consideración de lo psíquico como un resultado fun-
cional de las interacciones con el ambiente, d) la generación de
conocimiento a través del método experimental, y e) la evaluación
de las ideas en términos de sus consecuencias, impactaron el sur-
gimiento y evolución de la Psicología como ciencia de la conduc-
ta. El énfasis puesto en cada una de ellas, la manera de concretar-
las en el trabajo conceptual y las influencias recibidas a lo largo
de un siglo dieron origen a las diversas variantes del conductismo.
Más adelante, se hace un breve recorrido por el conductismo inicial
de Watson, los paradigmas mediacionales, la teoría del condiciona-
miento operante, el planteamiento cognitivo-conductual y la pro-
puesta de campo interconductual.
El desarrollo de la Psicología cognitiva está en el capítulo dos,
donde la Dra. Xóchitl Galicia expone los elementos de los traba
jos realizados por Wundt, Titchener, la escuela de Würzburg, la Ges-
talt y el funcionalismo americano, que han contribuido para configu-
rar la Psicología cognitiva. También expone cómo diversas teorías
surgidas en la ingeniería −asociadas al desarrollo tecnológico im-
pulsado por las dos guerras mundiales− han impactado las investi-
gaciones relativas al razonamiento humano, proponiendo que éste
sea análogo a los principios de la lógica. Más adelante, aborda la
evolución del estudio de la memoria, debido a que las diversas
concepciones de la misma reflejan una representación de la men-
te y de su funcionamiento, y a su vez de la Psicología cognitiva.
Asimismo describe, de manera breve, la presencia de la Psicología
cognitiva en México. En la última sección analiza la relación entre
la Psicología cognitiva y la teoría piagetiana, y finaliza el capítulo
con una invitación a reflexionar si la Psicología cognitiva es pro-
ducto de una revolución, contrarrevolución o renacimiento.
En el capítulo tres, los doctores Gilberto Pérez y Adrián
INTRODUCCIÓN
los coordinadores
INTRODUCCIÓN
Tradición conductual,
cognitivo-conductual e interconductual 1
Guadalupe Mares Cárdenas
César Augusto Carrascoza Venegas
L
a concepción de la Psicología como ciencia de la conducta
surgió a principios del siglo xx, en las universidades del este
de Estados Unidos, con el propósito de convertirla en una
ciencia que tuviera derivaciones prácticas. Es un movimiento
heterogéneo que, a lo largo de un siglo, ha involucrado planteamien-
tos que difieren incluso en la concepción misma de conducta.
John Broadus Watson (1878-1958) es considerado el funda-
dor de la escuela psicológica conductista, al publicar en 1913 y
siendo profesor en la Universidad Johns Hopkins, el artículo titu-
lado “Psychology as the Behaviorist Views It” (“La Psicología tal
como la ve el conductista”). La diversidad de este movimiento
académico se vuelve evidente ante las críticas surgidas a pocos
años de la publicación del texto fundacional, críticas dirigidas
contra el conductismo fisiológico propuesto por Watson, por au-
tores como Jacob Kantor (1920), Edward Tolman (1922) y George
8 Mead (1934/1990). El punto central de sus críticas se dirigió hacia
la exclusión de aquello que fuera estudio de la Psicología de la
conciencia, al considerar que el espíritu, la conciencia, la imagi-
nación, la percepción, entre otros, pueden ser explicados desde
una perspectiva conductual.
En este capítulo abordaremos el devenir histórico de la Psi-
cología como ciencia de la conducta, iniciando con: a) las con-
diciones sociales y académicas en el momento de su emergencia
y las diversas ideas que en ella se amalgaman, b) sus principales
autores y propuestas conceptuales en distintos momentos de su
acontecer, c) un breve panorama de su impacto en diferentes áreas
de la actividad humana, y d) su desarrollo en México.
LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN
La publicación de la obra El origen de las especies (1859/2004)
por Charles Darwin (1809-1882) impactó las presuposiciones
existentes acerca de la naturaleza y el origen del ser humano, así
1
Lo psíquico conceptuado en distintos momentos como el alma, el espíritu o la mente.
también las transformaciones que sufriría el estudio de lo psíqui- 9
co al confrontar la verdad científica y el dogma revelado.
El planteamiento de la moderna teoría de la evolución biológi-
ca estimuló los estudios sobre la naturaleza de la adaptación y la
inteligencia animal. George Romanes (1848-1894), amigo y joven
colaborador de Darwin, se preocupó por establecer la relación entre
la evolución mental del hombre y los animales, así como por encon-
trar la similaridad de los procesos cognitivos y sus mecanismos
entre ambos seres.
De la misma manera, Lloyd Morgan (1852-1936) trabajó
sobre la evolución mental. Uno de los títulos de sus obras refle-
ja con claridad su interés, The Springs of Conduct: An Essay in
Evolution (El salto de la conducta: un ensayo en evolución), publi-
cado en 1885. Ribes (2006) señaló que al dejar de ser la mente una
entidad funcional exclusivamente humana y romperse la identidad
de la experiencia mental con el alma racional, se abrió un primer
proceso de naturalización de la mente, iniciando tres líneas de
investigación: la cognición animal, los instintos humanos y la in-
teligencia animal.
La Psicología comparada o Psicología animal se originó en
el Reino Unido con Romanes y Morgan; no obstante, Robert M.
Yerkes (1876-1956), quien en la universidad de Chicago publicó
algunas investigaciones con Watson, es considerado el líder de la
Psicología comparada, siendo en Estados Unidos donde el movi-
miento se adaptaría tanto al conductismo como al funcionalismo.
Se incluyen en este movimiento a Thorndike (1874-1949), Köhler
COGNITIVO-CONDUCTUAL E INTERCONDUCTUAL
(1887-1967), Hunter, McDougall y otros. Estos estudios son reco-
gidos y proseguidos sobre todo por los funcionalistas. Los plan-
teamientos de Thorndike sobre el aprendizaje animal y humano
constituyeron un antecedente importante para los planteamientos
de B. Frederic Skinner, así como para el desarrollo de la investiga-
TRADICIÓN CONDUCTUAL,
NEUROLOGÍA EXPERIMENTAL
En Europa, sobre todo en Alemania, durante el siglo xix la Psicolo-
gía adoptó el método científico de las ciencias físicas y naturales, 1
10 volviéndose una disciplina experimental. La Fisiología experimen-
tal avanzaría en el estudio de los procesos psicológicos (la sensa-
ción y la percepción) como una extensión natural de la investigación
fisiológica realizada en ese siglo. Como resultado se formaría un
antecedente directo de la Psicología experimental en Europa, Ru-
sia y del conductismo watsoniano de inicios del siglo xx.
Mientras Darwin daba a conocer su obra, la teoría de la evo-
lución de las especies, los fisiólogos Ernst Weber (1795-1878) y
Theodor Fechner (1801-1887) investigaban, en sus respectivos la-
boratorios, las relaciones entre la estimulación externa y diferen-
tes reacciones de animales y humanos. El conocimiento generado
por Weber sobre la acción refleja tuvo implicaciones importantes
sobre todo para el surgimiento del condicionamiento pavloviano.
Elaboró el primer reporte acerca de que el incremento de la ac-
tividad de una parte del sistema neuromuscular decrementaba su
actividad en otra parte, demostrando que los reflejos espinales
individuales se integran a patrones adaptativos de acción. Por su
lado, Fechner investigó la relación y medición de las capacida-
des sensoriales del humano introduciendo el término psicofísica,
como la forma de nombrar el estudio de las relaciones cuantitati-
vas entre los fenómenos perceptivos y los acontecimientos físicos,
que incluía la creación de métodos de medición de la velocidad
de la transmisión nerviosa.
La demostración de los alcances de la investigación científi-
ca en los procesos sensoriales de la audición y la visión la realizó
Hermann von Helmholtz (1821-1894), quien pensaba que la Psi-
cología era en esencia fisiológica. Por lo que no tuvo que plantear-
se el problema del mentalismo. Para él, la Psicología era una ciencia
exacta que dependía del uso de las matemáticas y de la experimen-
tación. Tanto Wilhelm Wundt como William James estuvieron en su
laboratorio trabajando bajo su dirección en distintos momentos. Sin
embargo, cada uno de ellos marcaría un derrotero distinto al desa-
rrollo de la Psicología en Europa, la Unión de Repúblicas Socialis-
tas Soviéticas y los Estados Unidos.
Los trabajos realizados por los fisiólogos alemanes influyeron
de manera relevante en el desarrollo de la Psicología, al menos en
dos vías: el surgimiento de la Psicología introspectiva y subjetivista de
Wundt, y el surgimiento de la Psicología objetiva rusa. Wundt optó
por el camino de la Psicología experimental-introspectiva para el 11
estudio de los procesos simples como la percepción y la sensa-
ción, y una Psicología no experimental-culturalista para el estudio
de los procesos complejos; mientras que Sechenov, Pavlov y Bech-
terev tomaron el camino de la Psicología objetiva, experimental,
naturalista y fisiológica.
Ivan Sechenov (1829-1905) se interesó en la Psicología al ob-
servar en la conducta humana, que los movimientos involuntarios
eran susceptibles de control voluntario. El concepto de acción inhi-
bitoria del sistema nervioso central abría la puerta para el análisis de
la conducta refleja. Así pues, para Sechenov resulta claro que los
problemas de la Psicología los debe resolver la Fisiología, en tanto la
causa principal de toda acción se halla fuera del organismo, de forma
tal que el psiquismo no constituye una excepción a este principio.
Es considerado el fundador de la Psicología objetiva rusa. Creía que
en último término el pensamiento se reducía a las sensaciones gene-
radas por los estímulos físicos en los receptores, defendiendo una
Fisiología materialista y objetiva basada en un empirismo contrario
a las especulaciones, y adoptando una clara posición a mbientalista.
El trabajo de Ivan Pavlov (1849-1936) es una continuación
de la obra de Sechenov. La relación de Pavlov con la Psicología se
dio a partir del análisis de la manera en que los sujetos experimen-
tales pueden anticipar la ocurrencia de eventos ambientales. Esta
clase de investigación lo llevaría al estudio de los procesos psí-
quicos y a la explicación fisiológica de los mismos, dándoles más
tarde, una denominación más objetiva: reflejos condicionados (Pa-
COGNITIVO-CONDUCTUAL E INTERCONDUCTUAL
vlov, 1979). Con esto dio pie al surgimiento del primer paradigma
científico de la Psicología: el condicionamiento clásico.
Otro de los representantes más importantes de la escuela rusa
clásica es V. M. Bechterev (1857-1927), quien siendo fisiólogo se
interesó también por la Psiquiatría; aun cuando investigaba temas
TRADICIÓN CONDUCTUAL,
NEOCONDUCTISMO
La incorformidad con el reduccionismo del conductismo fisioló-
gico watsoniano generó que algunos psicólogos reformularan el
paradigma inicial Estímulo-Respuesta (E R) con el propósito de 21
incorporar otros constructos en la explicación del comporta-
miento, lo cual permitiría estudiar procesos conductuales de ma-
yor complejidad. Las reformulaciones se dieron principalmente en
dos sentidos. Por un lado, la inclusión de constructos mediaciona-
les o intervinientes entre el E y la R, que adoptaron el paradigma
E O R, en donde la “O” corresponde al organismo; por otro
lado, la inclusión de las consecuencias de la conducta como el fac-
tor más importante en la explicación de la misma, dando lugar, de
este modo, a la Psicología R E, en virtud de que es la conducta la
que opera sobre el medio.
Como se dijo al inicio de este capítulo, el conductismo no fue
una corriente teórica única, también había fuertes diferencias entre las
tres principales formas de neoconductismo que surgieron en la épo-
ca. Sin embargo, había coincidencias importantes que las mante-
nían dentro de esta tradición psicológica, entre ellas: a) la premisa
evolutiva de la continuidad entre las especies, con lo que se vali-
daba la investigación del comportamiento humano en sujetos no
humanos; b) el aprendizaje es fundamental para comprender la
conducta, por lo que en medio de la polémica entre naturaleza
y crianza, los neoconductistas se ubicaban con preferencia en el
polo de la crianza, y c) el énfasis de la Psicología estadounidense por
las aplicaciones prácticas. Diversos historiadores (Boring 1978;
Goodwin, 2009; Leahey, 2005) coinciden en que entre los princi-
pales representantes del neoconductismo están Edward C. Tolman
(1886-1959), Clark L. Hull (1884-1952) y B. F rederic Skinner (1904-
COGNITIVO-CONDUCTUAL E INTERCONDUCTUAL
1990)2. Debido al poco espacio disponible, presentamos aquí una
breve síntesis de su trabajo.
A partir de la lectura del libro Behavior: An Introduction to
Comparative Psychology, de Watson (1914), Tolman vio al con-
ductismo como una alternativa a la Psicología introspectiva de la
TRADICIÓN CONDUCTUAL,
2
Por lo extenso de sus obras, se recomienda al lector profundizar en las lecturas originales para 1
una mejor comprensión.
22 años treinta y finales de los cincuenta del siglo pasado, también
mantuvo ciertas consistencias, por ejemplo: a) la importancia del
comportamiento molar sobre el molecular, b) la intencionalidad
del comportamiento y, c) el empleo de variables intervinientes
(Goodwin, 2009).
Tolman introdujo el concepto de variables intervinientes, que
son factores hipotéticos no observables, que interactúan entre el es-
tímulo y la respuesta, influyendo de este modo en el aprendiza-
je. Ejemplos de estas variables son las “expectativas”, el mapa de
campo o “mapa cognitivo”, así como la distinción entre aprendi-
zaje latente y ejecución. Purposive Behavior in Animals and Men
de 1932, así como Principles of Purposive Behavior, de 1959 son
algunos de sus trabajos más importantes.
Por su parte, Hull pretendía elaborar un riguroso sistema cientí-
fico lógico para el análisis de los hechos del aprendizaje pavloviano
y de los estudios de la memoria tal como la estudiaba Ebbinghaus.
Boring (1978) describe el método hipotético deductivo elaborado
por Hull que consistía primeramente en el establecimiento de postu-
lados, los cuales habrían de permitir la deducción de conclusiones
comprobables, y evaluarlas de manera empírica. Si son ciertas,
los postulados forman parte de la ciencia, si no es el caso, enton-
ces los postulados tienen que modificarse. De acuerdo con Boring
(1978) entre sus trabajos más significativos se encuentran Mathe-
matico-Deductive Theory of Rote Learning: A Study in Scientific
Methodology, publicado en 1940 y Principles of Behavior, publi-
cado en 1943.
La lectura del trabajo de Watson y Pavlov condujo a Skinner a
interesarse en el conductismo, así como le sucedió a Tolman y a Hull.
Sin embargo, a diferencia de estos últimos, quienes suponían ne-
cesario postular variables intervinientes para explicar la conducta,
Skinner las rechazaba pues las consideraba ficciones explicativas.
Lo mismo sucedía con las explicaciones psicofisiológicas porque
reducen el comportamiento a la actividad del sistema nervioso.
Para Skinner era posible una descripción adecuada de la conducta
cuya finalidad es la predicción y el control de la misma. Debido
al impacto que el trabajo de Skinner tuvo sobre el desarrollo de la
terapia conductual, su postura se describe a continuación.
A diferencia de Hull y Tolman, Skinner estaba a favor del 23
método inductivo: analizar la conducta de manera exhaustiva bajo
diversas condiciones y extraer conclusiones generales (Skinner,
1938; 1957). Las ideas de Francis Bacon (1561-1626) y de Ernst
Mach (1838-1916) acerca de que la ciencia debería ser descriptiva
e inductiva en lugar de teórica y deductiva influyeron en la obra de
Skinner. Era necesario que la ciencia desechara los conceptos me-
tafísicos, aquellos imposibles de ser observados de manera directa
(como la causalidad, entendida como un “hábito de la conciencia
más que una ocurrencia en la realidad”) y se dedicara sólo al estu-
dio de los hechos y la manera en que se relacionan entre sí median-
te el análisis funcional, en el sentido matemático de los mismos.
La ciencia debe describir relaciones empíricas, no explicarlas. De
este modo, al adoptar el pensamiento de Mach, Skinner eliminó el
peligro metafísico de la explicación causal de la conducta humana.
Al igual que Watson, Skinner era un conductista radical que
se rehusaba a reconocerles un papel causal a los eventos menta-
les con respecto a la conducta humana. Pero contrario al mismo
Watson, Skinner tomó la ley del efecto de Thorndike como punto
de partida, estudiando la conducta controlada por sus consecuen-
cias (condicionamiento instrumental), sin importar la identificación
del estímulo antecedente, dando lugar, de este modo, a la psico-
logía R E, en virtud de que opera sobre el medio. Este tipo de
conducta fue designado como conducta operante por Skinner. Así,
mientras que para Watson los estímulos antecedentes provocan
respuestas reflejas (aprendidas o no aprendidas), para aquél el me-
COGNITIVO-CONDUCTUAL E INTERCONDUCTUAL
dio ambiente selecciona la conducta a través de sus consecuencias,
denominando a esto contingencias de reforzamiento.
De esta manera, Skinner adoptó la ley del efecto de Thorn-
dike, más no el mentalismo implícito en la misma (el “estado general
satisfactorio”). En vez de esto, para Skinner, es el incremento en la tasa
TRADICIÓN CONDUCTUAL,
ya está presente.
Una clasificación complementaria identifica a los reforzado-
res como primarios y secundarios. Los reforzadores primarios se lla-
man así porque son necesarios para la supervivencia (agua, sexo,
comida, abrigo, etc.). Los reforzadores secundarios adquieren su
valor al ser presentados de manera conjunta con la entrega de los
reforzadores primarios. Algunos de estos reforzadores secundarios o 1
26 condicionados pueden dar acceso a consecuencias variadas y de
diferente tipo, por lo que se denominan generalizados (como el di-
nero, las fichas, etc.).
Evitación y escape. En el caso de la evitación, la ocurrencia
de una respuesta elimina el estímulo condicionado que predice la
ocurrencia de un estímulo incondicionado aversivo. Por ejemplo,
cuando un niño escucha que se acercan sus padres a la puerta de
su recámara, se hace el dormido y evita el regaño paterno. En el
caso del escape, el estímulo aversivo está presente y la ocurrencia
de la respuesta lo elimina. Por ejemplo, cuando una pareja está
discutiendo, uno de los integrantes se sale de la habitación y de
esa manera termina con la situación aversiva.
Castigo. Lo podemos también clasificar como positivo o ne-
gativo. En el primer caso, la ocurrencia de la respuesta va seguida
por la presentación de un estímulo aversivo. En el segundo caso,
la ocurrencia de la respuesta va seguida por el retiro de un reforza-
dor positivo. Ambos tipos de castigo tienen como consecuencia el
decremento en la probabilidad de la respuesta. Aunque debe men-
cionarse que el castigo disminuye pero no elimina la ocurrencia
de la conducta, pues al desaparecer la contingencia de castigo, la
conducta tiende a reaparecer. Dentro de la teoría conductual, aunque
el castigo es efectivo, no es una técnica recomendada por razones
éticas y porque tiene efectos adversos.
Extinción. Otro principio que permite reducir la conducta
es la extinción, que consiste en que ante una conducta antes re-
forzada, se deja de presentar el reforzador cuando la conducta es
emitida. De manera gradual la tasa de respuesta se verá reducida,
dependiendo fundamentalmente de la historia previa de reforza-
miento, la cual está representada por lo que se conoce como pro-
gramas de reforzamiento. Existe una gran variedad de ellos, sin
embargo aquí mencionaremos los más básicos.
Programas de reforzamiento. Son reglas para presentar el re-
forzador con cierta probabilidad a una respuesta especificada. Se
clasifican en continuos e intermitentes. Los programas de reforza-
miento continuo consisten en la presentación de un reforzador ante
la emisión de cada conducta por parte del sujeto. Por ejemplo,
cada vez que la persona introduce el boleto del metro se abre el
torniquete. Estos programas son útiles cuando se está a prendiendo
una respuesta o habilidad particular por aproximaciones sucesivas 27
o moldeamiento.
Los programas de reforzamiento intermitente son útiles cuan-
do lo que se pretende es mantener de manera permanente una res-
puesta; son aquellos que asignan una probabilidad de entrega
del reforzador en términos de cantidad o tiempo, a los primeros se
les llaman programas de razón, mientras que los segundos son
conocidos como programas de intervalo.
a. Programas de razón. Requieren de una cierta cantidad de res-
puestas para obtener un reforzador. Esta cantidad puede ser
fija, por ejemplo, cada 10 respuestas se entrega un reforza-
dor (RF10); o variable, por ejemplo, en promedio cada 10 res-
puestas se entrega un reforzador (RV10). El patrón de respuesta
producido por cada programa, dependiendo si es de razón fija
o de razón variable, será diferente. En el primer caso el efecto
gráfico de la tasa de respuesta será parecido a una escalera,
en el cual se emiten respuestas de manera continua hasta
obtener el reforzador, para dar lugar a una pausa en la res-
puesta. En el programa de razón variable, este efecto de
escalera no ocurre puesto que el sujeto experimental no
tiene la posibilidad de predecir cuándo ocurrirá al reforza-
dor, por lo que la tasa de respuesta es constante.
b. Programas de intervalo. En contraste con los anteriores, el
factor determinante para la ocurrencia del reforzador en los
programas de tiempo, es el intervalo que debe transcurrir para
que una respuesta sea reforzada. Por ejemplo, en los programas
COGNITIVO-CONDUCTUAL E INTERCONDUCTUAL
de intervalo fijo, una respuesta se refuerza cada minuto (IF1)
no importa el número de respuestas que ocurran durante el
intervalo, puesto que sólo aquella que esté más próxima al
cumplimiento del intervalo será reforzada. Esto da lugar a
un efecto gráfico de “festoneo” durante el cual la tasa de
TRADICIÓN CONDUCTUAL,
DESARROLLO CONGNITIVO-CONDUCTUAL
En la segunda década del siglo xx se dio en la Psicología un
movimiento amplio y dirigido por una diversidad de psicólogos
conocido como “revolución cognitiva”. Dicho movimiento es-
tuvo motivado en gran medida por la insatisfacción de los resul-
tados obtenidos con la modificación de conducta derivada del
modelo de Skinner, así como por la emergencia de teorías, entre
ellas el procesamiento de información.
Esto propició al menos dos tendencias de intervención.
Por un lado que investigadores como Mahoney (1974), Thoresen
(1974) y Bandura (1986), entre otros, afirmaran que la terapia de la
conducta tenía que volverse cognitiva, lo mismo que la Psicología
en general. Por otro lado, los teóricos y practicantes de la terapia con-
ductual, sin rechazar los principios del aprendizaje respondiente
y operante, integraron los nuevos elementos de corte cognitivo y
social propuestos por Bandura (1997) y por otros para formular téc-
COGNITIVO-CONDUCTUAL E INTERCONDUCTUAL
nicas de intervención más efectivas, basadas en la evidencia, y
conocidas como terapia cognitivo-conductual.
De este proceso se han derivado diferentes técnicas de inter-
vención que, en ocasiones, tienden a confundirse porque el sus-
tento metodológico pueda ser ocasionalmente compartido, aun
TRADICIÓN CONDUCTUAL,
PSICOLOGÍA INTERCONDUCTUAL
Como indicamos en páginas anteriores, el conductismo fisiológico
de Watson fue impugnado por autores que, coincidiendo con él en
su rechazo a las posturas subjetivistas, diferían tanto en la manera
de abordar lo psicológico como en lo que era considerado obje-
to de estudio de la Psicología y relevante de estudiar. Uno de estos
autores fue Jacob Robert Kantor (1888-1984), quien obtuvo en 1917
el PhD en la Universidad de Chicago. Durante el tiempo que Kan-
tor estudiaba en dicha universidad, daban clases de Filosofía, Psi-
cología social y Psicología, John Dewey, George Mead y Donald
Angell, personajes centrales en el desarrollo del movimiento fun-
cional pragmatista en Psicología.
Durante sus estudios, Kantor, empezó a formular una pers-
pectiva naturalista alternativa a las perspectivas prevalecientes en
Psicología y Filosofía debido a sus concomitantes dualistas; no
se alineó con el funcionalismo y el conductismo prevalecientes
durante su formación, al considerar que ambas corrientes no se ha-
bían liberado del todo de las posturas dualistas (Hayes & Fredericks,
1999). Al inicio describió su planteamiento como “ Psicología
rganísmica”, en un intento por implicar al organismo completo
o 37
como el actor relevante en el evento psicológico y rechazar la no-
ción de que partes del organismo tuvieran responsabilidad causal
para el resto de la acción del organismo, ello fue una proclama-
ción contra el dualismo (Kantor, 1976).
No fue sino hasta 1937, en su publicación “Interbehavio-
ral Psychology in the Social Sciences” en el Journal of Social
Philosophy, que empezó a describir su planteamiento como Psi-
cología interconductual.
Kantor (1976) ubicó su desarrollo intelectual en un complejo
de eventos que facilitaron la maduración temprana y seria de la
progenie de familias recién llegadas del extranjero a Estados Uni-
dos. Entre este complejo de eventos se encuentran la xenofobia, y
al mismo tiempo, el privilegio de poder comparar y contrastar insti-
tuciones políticas, económicas y religiosas, así como las prácticas de
diferentes culturas. Empezó a notar que el vacío entre creencias/
aseveraciones y los eventos era fuente de ignorancia que llevaban a
conflictos entre individuos y grupos, así también que gran parte de
la sabiduría prevaleciente en esos momentos consistía sobre todo
de pronunciamientos tradicionales y en ningún sentido estaba basa-
da sobre la confrontación directa con los eventos. Esto le generó la
convicción de que los procedimientos científicos de la investigación
libre y sin trabas son prerrequisitos escenciales para entender los
eventos humanos, sociales y lingüísticos, incluso las instituciones.
Los pensamientos esenciales que penetraron en el espíritu
de Kantor fue por haber estudiado en la Universidad de Chicago,
COGNITIVO-CONDUCTUAL E INTERCONDUCTUAL
cuna del funcionalismo y el pragmatismo americanos, y por haber
convivido durante varios años en los edificios en donde Dewey y
Mead difundían sus ideas acerca de un naturalismo empírico (co-
rriente que ve al hombre pensante en la naturaleza y se pretende
evitar los dualismos heredados de espíritu y materia, de Filosofía y
TRADICIÓN CONDUCTUAL,
Planteamientos centrales
El sistema propuesto por Kantor para analizar los eventos psico-
lógicos es una perspectiva histórica, interactiva, contextual y de
campo. Para él la ocurrencia de cualquier evento psicológico es
el resultado de una larga serie de evoluciones. Por ejemplo, un
acto específico de enjuiciar implica una larga trayectoria de ante-
cedentes centrada en la vida del individuo y su especie, así como
en el ambiente cultural que lo rodea. La Psicología interconduc-
tual es planteada como una teoría de campo integrado, en donde
la estructuración del campo se relaciona con la interacción de un
individuo con objetos de estímulo3, bajo condiciones definidas y
con base en sus contactos previos con objetos estimulantes.
En su formulación se plantean cuatro intervalos evolutivos:
la evolución inorgánica, la evolución orgánica (filogenética), la
evolución ontogenética y la historia interconductual.
Evolución inorgánica y planetaria. Para la aparición del ser hu-
mano en la tierra se requirió de la evolución del planeta y del surgi-
COGNITIVO-CONDUCTUAL E INTERCONDUCTUAL
miento de un ambiente que propició el desarrollo de los eventos
biológicos y psicológicos.
Evolución filogenética. La conducta de un individuo está
fundamentalmente unida con la evolución de su especie. Por tal
razón, resulta relevante el conocimiento de cómo llegaron a existir
TRADICIÓN CONDUCTUAL,
los seres humanos en la tierra y cuáles son las etapas por las que
pasaron. Este proceso de desarrollo de la especie o de la variedad
constituye la evolución filogenética.
Para el psicólogo las potencialidades establecidas por la evo-
lución biológica del ser humano deben considerarse sólo como
3
Kantor utiliza el término objeto de estímulo en un sentido amplio, para referirse tanto a los 1
objetos como a los eventos, las personas y los acontecimientos.
40 posibilidades para el desarrollo de eventos psicológicos. Estas po-
tencialidades son algo sobre lo cual se puede construir, de tal ma-
nera que lo que se construye no está predeterminado por lo que ya
ha sido desarrollado. Por ejemplo, el desarrollo del sistema nervio-
so humano, así como su estructura de fonación, posibilitan el de-
sarrollo de interconductas de reflexión, planeación, razonamiento,
deducción, entre otras, a través de diversos idiomas y lenguajes
científicos, matemáticos o lógicos.
Sin embargo, el sólo hecho de la evolución previa de la estruc-
tura función, no determina que algunas de estas actividades tengan
lugar. Se requiere que la persona interactúe infinidad de veces con
las circunstancias ambientales, si tales interacciones favorecen el
desarrollo de ciertas formas de interconducta psicológica, enton-
ces se producirán, en caso contrario se crearán otras.
Evolución ontogenética. Ésta corresponde a la evolución
biológica que comienza en un punto cero antes de la unión de los
gametos. Tan pronto como ello ocurre, se desatan una infinidad
compleja de interacciones entre el nuevo individuo y las condiciones
ambientales. Lo que sucede en la forma de multiplicación celular está
influido por el desarrollo filogenético de la especie del organismo
en cuestión. Además, existen numerosas interacciones de tipo fí-
sico con las circunstancias ambientales inmediatas que rodean en
todo momento al organismo. Si en esta etapa suceden condicio-
nes anormales, las potencialidades normales del individuo para su
desarrollo se ven amenazadas. Si el desarrollo embriológico de un
organismo no es normal, no se puede esperar un desarrollo psicoló-
gico normal. Todas las actividades psicológicas son ejecutadas por
un organismo biológico.
Historia interconductual. La primera historia interconduc-
tual ocurre antes del nacimiento y se presenta en forma paralela a
la última maduración uterina. Tan pronto como el organismo nace
y tienen contactos por sí mismo con el complicado mundo que
lo rodea, la evolución psicológica se da a una velocidad asom-
brosa. Las primeras etapas posnatales siguen al proceso biológico.
Sin embargo, las actividades psicológicas son cada vez más inde-
pendientes del desarrollo biológico y están implicadas, de manera
más compleja, con los factores sociales: aquellos aspectos escen-
cialmente humanos que rodean a un niño. Como consecuencia, el
individuo construye formas concretas de hablar y sentir, de apre- 41
ciar los usos y características de los objetos, de reflexionar, anali-
zar y pensar sobre los mismos.
Para Kantor, la evolución psicológica está en coordinación
con la evolución de las cosas y los eventos culturales. El desa-
rrollo cultural brinda condiciones para grandes elaboraciones de
la conducta. Considera que los eventos psicológicos están tan rela-
cionados con los eventos de la Antropología como lo están con
los de la Biología. Todos los eventos psicológicos complejos están
penetrados a fondo por factores culturales. Por ejemplo, la ejecu-
ción real de un discurso constituye un patrón-dialecto específico
de interacción; el carácter preciso de todo pensar, creer, imaginar
y razonar está influido por las instituciones de la cultura de la per-
sona. Se reconoce que los rasgos conductuales son moldeados
por nuestra cultura.
Segmento de interconducta
Para el análisis de las interacciones psicológicas, Kantor propone el
segmento de conducta o campo interconductual. La conducta de un
organismo es continua a lo largo de su vida, siempre está interactuan-
do. Ésta debe ser vista como un manantial que fluye. El segmento
de conducta representa un corte de este flujo que se constituye en
la unidad más simple analizable de un evento interaccional.
Los eventos psicológicos son interactivos, por ello el segmen-
to central se representa con una línea de doble flecha, en donde el
COGNITIVO-CONDUCTUAL E INTERCONDUCTUAL
organismo está en interacción constante con el objeto, por ejemplo
una conversación o discusión intensa entre dos personas. Esta inte-
racción puede resultar difícil de aprehender cuando un individuo
interactúa con un objeto. No obstante, cuando un objeto es parte
de un evento psicológico, el objeto interactúa con el organismo
TRADICIÓN CONDUCTUAL,
tanto como el organismo interatúa con él; por ejemplo, una roca
contribuye a través de sus múltiples propiedades a la conducta de
percibir y juzgar de un geólogo. De la misma manera, una piedra
con bellos colores contribuye al acto de una niña de agarrar la
piedra, observarla y tal vez llevarla a su casa (Figura 1.1).
1
42
DESARROLLO EN MÉXICO
El desarrollo de la Psicología conductual en México también estuvo
ligado al movimiento de independencia de la Filosofía especulati-
va y al desarrollo de la Psicología experimental como alternativa
científica. Esto posibilitó en el país el reconocimiento oficial de la
Psicología como una profesión por derecho propio, con un amplio
campo de intervención.
En los años 40, 50 y principios de los 60 la Psicología en Mé-
xico se entendía sobre todo como psicoanálisis, Psiquiatría, feno-
menología y psicometría. Las prácticas profesionales prevalecientes
en esos años se enfocaban hacia la aplicación de pruebas psicomé-
tricas, de tal manera que la Psicología se entendía como una ciencia
de los tests y el psicólogo era apreciado como un auxiliar de diag-
nóstico psiquíatrico y pedagógico (Carrascoza, 2007).
A finales de los 60 y principios de los 70 debido al empuje de
la Psicología experimental, que englobaba a la transcultural, con-
ductual y cognitiva, la Psicología cambió su fisonomía de manera
radical. En el orden de la enseñanza de la disciplina se estableció
en la Universidad Veracruzana, en 1965, el primer plan de estudios
con orientación conductual y se creó en 1967 el Centro de Entrena-
miento y Educación Especial ligado a la enseñanza de la discipli-
na. Mientras que en la Universidad Nacional Autónoma de México
se logró, en 1967, el cambio del currículo de la licenciatura en
sicología con una marcada inclinación metodológica-experimen-
P 47
tal. En el plano de la profesión a finales de los 70 se inició la in-
corporación de los psicólogos en los campos de la educación, la
empresa, la salud, la intervención clínica y la investigación.
El movimiento conductista mexicano inició en Xalapa, Ve-
racruz, a mediados de los años 60 del siglo pasado, por un grupo
de entusiastas psicólogos formados en la Facultad de Filosofía y
Letras de la unam, conocido como Grupo Xalapa. En el nuevo cu-
rrículo de orientación conductual (1965), parte de los contenidos
filosóficos, médicos y pedadógicos fueron sustituidos por prácticas
supervisadas en escenarios naturales como guarderías, escuelas y
centros de educación especial impartidas por psicólogos. También
ahí se organizó el primer Simposio Internacional de Modificación
de Conducta (1971).
El Grupo Xalapa, se encontraba formado, entre otros, por
Víctor Alcaraz, Emilio Ribes, Antonio Gago, Serafín Mercado, Flo-
rente López, Javier Aguilar, Gustavo Fernández, Arturo Bouzas, y
Francisco Montes (Parra, Hickman, y Landesman, 2013). Posterior-
mente, el Grupo Xalapa se trasladó a la unam y, junto con otros
conductistas, fundaron en 1972, en la Facultad de Psicología, un
laboratorio para el análisis experimental de la conducta; de igual
manera en esa época se estableció la maestría en Análisis Experi-
mental de la Conducta.
En 1974 se realizó el Primer Congreso Mexicano de Análisis
de la Conducta. En 1975 apareció el primer número de la Revista
Mexicana de Análisis de la Conducta, que hasta la fecha se sigue
COGNITIVO-CONDUCTUAL E INTERCONDUCTUAL
publicando y, en 1976, se fundó la Sociedad Mexicana de Análisis
de la Conducta, que se hace cargo de la publicación de la revista
y de la realización de los congresos.
Con la fundación de la licenciatura en Psicología de la en-
tonces Escuela Nacional de Estudios Profesionales Iztacala (1975),
TRADICIÓN CONDUCTUAL,
REFERENCIAS
Bandura, A. (1969). Principles of behavior modification. New York: Holt, Rinehart and
Winston, Inc.
______. (1971). Social learning theory. New York: McCaleb-Seiler.
______. (1986). Social foundations of thought and action. New Jersey: Prentice Hall.
______. (1997). Self-efficacy: The exercise of control. New York: W. H. Freeman.
______. (1999). Auto-eficacia: Cómo afrontamos los cambios de la sociedad actual. Bilbao:
Desclée De Brouwer. (Obra original publicada en 1974).
______. y Ribes, E. (1975). Modificación de conducta. Análisis de la agresión y la delincuen-
cia. México: Trillas.
______. & Walters, R. (1963). Social learning and personality development. New York:
Holt, Rinehart and Winston, Inc.
Bechterev, W. (1953). La psicología objetiva. Buenos Aires: Paidós. [Original publicado
en 1904].
Beck, A. & Wright, F. (1992). “Cocaine Abuse”. In A. Freeman & F. Dattilio. (Eds.). Compre-
hensive casebook of cognitive therapy. New York: Plenum Press.
Bijou, S., Umbreit, J., Ghezzi, P., & Chia-Chen, C. (1986). Manual of instructions for identi-
fying and analyzing referential interactions. The Psychological Record, 36, 491-418.
_______, Chia-Chen, C. & Ghezzi, P. M. (1988). Manual of instructions for identifying and
analyzing referential interactions II, The Psychological Record, 38, 401-414.
Boring, E. (1978). Historia de la psicología experimental. México: Trillas. (Obra original pu-
blicada en 1950).
Burgos, J. & Ribes, E. (Eds.). (2008). The brain-behavior nexus: Conceptual issues. México:
Universidad de Guadalajara.
Carpio, C. (2005). Condiciones de entrenamiento que promueven comportamiento crea- 51
tivo: un análisis experimental con estudiantes universitarios. Tesis de doctorado de
investigación psicológica. Ciudad de México: Universidad Iberoamericana.
______. (2008). Competencias profesionales y científicas del psicólogo: investigación, ex-
periencias y propuestas. México: unam.
______. (Coord.). (2010). Comportamiento creativo en estudiantes universitarios. Lectura,
escritura y promoción. México: unam.
______ y Irigoyen, J. (Eds.). (2005). Psicología y educación. Aportaciones desde la teoría de
la conducta. México: unam.
Carrascoza, C. (2002). Luis Lara Tapia (1930-2000). Revista de Psicología y Ciencia Social, 5(1).
________. (2007). Terapia cognitivo conductual para el tratamiento de las adicciones: fun-
damentos conceptuales y procedimientos clínicos. México: unam/conacyt.
______. (2010). Elementos para una historia del origen de la Psicología Experimental en
México. Tesis de doctorado. México: Universidad Autónoma Metropolitana.
______. (2012). La terapia racional cognitivo conductual y el tratamiento de las adicciones:
fundamentos y estrategias. Iteraciones. Revista de la Facultad de Psicología de la
Universidad del Noreste, 9(1), 33-41.
Corral, V. y Domínguez, R. (2011). El rol de los eventos antecedentes y consecuentes en
la conducta sustentable. Revista Mexicana de Análisis de la Conducta, 37(2), 1-29.
Darwin, Ch. (2004). El origen de las especies. Libros en Red, edición digital de Amertown
International, S. A. Disponible en: http://web.ecologia.unam.mx/laboratorios/evo-
lucionmolecular/homes/pdfs/Darwin_1859_ElorigenDeLasSpp.pdf (Obra original
publicada en 1859).
Dewey, J. (2002). Democracia y educación (5ª ed.). Madrid, España: Ediciones Morata.
(Obra original publicada en 1916).
Domínguez, B. y Mateos, S. (2011). Máxima autoridad en dolor. Tratamiento integral del
paciente con dolor. México: Intersistemas, S. A. de C. V.
Domínguez, B., Rangel, G., Olvera, L., Rubalcaba, P., Hernández, T., Zaldívar, M., Oropeza,
C. (2013). Funcionamiento emocional en el dolor, estrés, ansiedad y depresión de los
sistemas: autonómico y central. México: Equipos Interferenciales de México, S. A. de
C. V., Facultad de Psicología, unam.
Ellis, A. & Grieger, R. (Eds.). (1977). Handbook of rational-emotive therapy. New York: Springer.
Faerna, A. (2009). Pragmatismo. En R. Reyes (Dir.), Diccionario crítico de las ciencias socia-
les. Madrid: Universidad Complutense de Madrid, Plaza y Valdés.
Ferster, C. & Skinner, B. (1957). Schedules of reinforcement. New Jersey: Prentice Hall.
Fryling, M. & Hayes, L. (2014). An interbehavioral investigation of remembering interac-
tions. The Psychological Record, 64(1), 1-12.
González, M. (1993). El conductismo watsoniano y la polémica herencia-ambiente. Psi- COGNITIVO-CONDUCTUAL E INTERCONDUCTUAL
cothema, 5(1), 111-123.
Goodwin, J. (2009). Historia de la psicología moderna. México: Limusa.
Harzem, P. (2004). Behaviorism for new psychology: What was wrong with behaviorism
and what is wrong with it now. Behavior and Philosophy, 32, 5-12.
Hayes, L., Ribes, E. y López, F. (Coords.). (1994). Psicología interconductual: contribuciones
en honor a J. R. Kantor. Universidad de Guadalajara.
TRADICIÓN CONDUCTUAL,
Hayes, S. & Hayes, L. (1989). “The verbal action of the listener as a basis for rule-gover-
nance”. En S. C. Hayes (Ed.). Rule-governed behavior: Cognition, contingencies, and
instructional control (pp. 153-190). New York: Plenum Press.
________, & Barnes-Holmes, D. & Roche, B. (Eds.). (2001). Relational frame theory: A post-
skinnerian account of human language and cognition. New York: Kluwer Academic,
Plenum Press.
Hook, S. (2000). John Dewey. Semblanza intelectual. Barcelona, España: Paidós.
Ibáñez, C. (2004). “La planeación del currículo universitario basado en competencias con-
ductuales”. En J. J. Irigoyen y M. Jiménez. Análisis funcional del comportamiento y
educación. México: Universidad de Sonora. 1
_______. (2007). Metodología para la planeación de la educación superior. Una aproxima-
ción desde la Psicología Interconductual. México: Universidad de Sonora.
52 Irigoyen, J. (2006). Análisis de las interacciones didácticas en la enseñanza de las ciencias.
Tesis doctoral no publicada. Facultad de Educación. Madrid, España: Universidad
Nacional de Educación a Distancia.
Kantor, J. (1920). Suggestions toward a scientific interpretation of perception. Psychologi-
cal Review, 27(3), 191-216.
________. (1970). An analysis of the experimental analysis of behavior. Journal of the Ex-
perimental Analysis of Behavior, 13, 101-108.
________. (1976). The origin and evolution of interbehavioral Psychology. Revista Mexica-
na de Análisis de la Conducta, 2(2), 120-136.
________. (1978). Psicología interconductual. Un ejemplo de construcción científica siste-
mática. México: Trillas. (Obra original publicada en 1958).
________, & Smith, N. W. (1975). The science of Psychology. An interbehavioral survey.
Chicago: Principia Press.
Lawton, K. (1999). Brief interventions and brief therapies for substance abuse. (Treatment im-
provement protocol Series, 34). samhsa. Center for substance abuse treatment.
Leahey, T. (2005). Historia de la Psicología (6ª ed.). México: Prentice Hall.
Macotela, S. y Romay, M. (2003). Inventario de habilidades básicas. Un modelo diagnósti-
co-prescriptivo para el manejo de problemas asociados al retardo en el desarrollo.
México: Trillas.
Mahoney, M. (1974). Cognition and behavior modification. Cambridge, Massachusetts:
Ballinger Publishing Co.
Mares, G. (1988). Análisis experimental de la relación entre diferentes competencias lin-
güísticas. Tesis de maestría. México: unam.
_______ y Bazán, A. (1996). “Psicología Interconductual y su aplicabilidad en la elabora-
ción de programas de lectoescritura”. En J. J. Sánchez, C. Carpio y E. Díaz-González
(Eds.). Aplicaciones del conocimiento psicológico (pp. 69-94). México: unam.
______ y Guevara, Y. (2001). Psicología interconductual. Avances en la investigación bási-
ca. México: fes Iztacala, unam.
______. (2002). Psicología interconductual. Avances en la investigación tecnológica. Mé-
xico: fes Iztacala, unam.
Mead, G. (1903). The definition of the psychical. Decenial publications of the University of
Chicago, vol. III, 77-112.
_______. (1990). Espíritu, persona y sociedad. Desde el punto de vista del conductismo
social. México: Paidós. (Obra original publicada en 1934).
Moore, J. (2011). Behaviorism. The Psychological Record, 61, 449-464.
Morris, Ch. (1984). “George H. Mead como psicólogo y filósofo social”. (Introducción). En
Espíritu, persona y sociedad. Desde el punto de vista del conductismo social (pp. 23-
48). México: Paidós.
Mougán, J. (2000). Acción y racionalidad: actualidad de la obra de John Dewey. Cádiz,
España: Servicio de Publicaciones Universidad de Cádiz.
Mountjoy, P. y Hansor, J. (2007). Biografía de Kantor. Disponible en: http://www.conducta.
org/biografias/jrkantor.htm
Pacheco, V. (2010). ¿Se enseña a escribir a los universitarios? Análisis y propuestas desde
la teoría de la conducta. México: fes Iztacala, unam.
Padilla, M. (Ed.). (2009). Avances en la investigación del comportamiento animal y huma-
no. México: Universidad de Guadalajara.
_________. y Pérez-Almonacid, R. (Eds.). (2012). La función sustitutiva referencial. Análisis
histórico-crítico/avances y perspectivas. New Orleans: University Press of the South.
Parra, G., Hickman, H. y Landesman, M. (2013). El Grupo Xalapa y la consolidación del con-
ductismo en México: Un acercamiento a la constitución de una disciplina a partir de
una red intelectual. Revista Electrónica de Psicología Iztacala, 16(1), 46-64.
Pavlov, I. (1979). Reflejos condicionados e inhibiciones. Barcelona: Península. (Obra original
publicada en 1926).
Piña, J. y Sánchez-Sosa, J. (Coords.). (2008). Aportaciones de la Psicología al problema de 53
la infección por vih: investigación e intervención. México: Universidad de Sonora,
Plaza y Valdés.
Putnam, H. (1997). La herencia del pragmatismo. Barcelona, España: Paidós.
Reynoso, L. y Becerra, C. (En prensa). Medicina conductual. Teoría y práctica. México: fes
Iztacala, unam.
Ribes, E. (1990). Psicología y salud: un análisis conceptual. Barcelona: Martínez Roca.
______. (1994). B. F. Skinner: in memoriam. México: Universidad de Guadalajara.
______. (2006). “Introducción al tomo 1”. En E. Ribes y J. Burgos (Eds.). Raíces históricas
y filosóficas del conductismo (t. 1). Guadalajara: Editorial universitaria, Universi-
dad Veracruzana.
______ & Burgos, J. (Coords.). (2004). Theory, basic and appplied research, and technologi-
cal applications in behavior science: Conceptual and methodological issues. México:
Universidad de Guadalajara.
_______. (Eds.). (2007). Knowledge, cognition, and behavior. New Orleans: University
Press of the South.
________. (Eds.). (2011). Consciousness, perception, and behavior: Conceptual, theoreti-
cal, and methodological issues. México: Universidad de Guadalajara.
_______, Fernández, C., Rueda, M., Talento, M. y López, F. (1980). Enseñanza, ejercicio e
investigación de la Psicología. Un modelo integral. México: Trillas.
_______ y López F. (1985). Teoría de la conducta. Un análisis de campo y paramétrico.
México: Trillas.
_______, Díaz González, E., Rodríguez, L. y Landa, P. (1986). El análisis contingencial: una
alternativa a las aproximaciones terapéuticas del comportamiento. Cuadernos de
Psicología, 8, 118-126.
_______, Moreno, R. y Padilla, A. (1996). Un análisis funcional de la práctica científica:
extensiones de un modelo psicológico. Acta Comportamentalia, 4(2), 203-235.
Ruben, D. (1984). Major trens in interbehavioral Psychology from articles published in the
Psychological Record (1937-1983). Psychological Record, 34, 589-617.
Sánchez-Sosa, J. (2002). El bienestar del paciente seropositivo al VIH/SIDA. México:
unam, Conacyt.
Schunk, D. (1997). “Aprendizaje Cognitivo Social”. En D. Schunk. Teorías del Aprendizaje.
México: Prentice Hall.
Skinner, B. F. (1938). The behavior of organisms. New York: Appleton-Century-Crofts, Inc.
________. (1953). Science and human behavior. New York: Macmillan.
________. (1957). Verbal behavior. New Jersey: Prentice Hall.
Thoresen, C. & Mahoney, M. (1974). Behavioral self-control. New York: Holt, Rinehart and
Winston, Inc. COGNITIVO-CONDUCTUAL E INTERCONDUCTUAL
Tolman, E. (1922). A new formula for behaviorism. Psychological Review, 29(1), 44-53.
________. (1932). Purposive behavior in animals and men. New York: Appleton-Cen-
tury-Crofts, Inc.
________. (1959). “Principles of purposive behavior”. In S. Koch (Ed.). Psychology: A study
of a Science (vol II, pp. 92-157). New York: McGraw-Hill.
Varela, J. (1998). Teoría de la conducta: extensiones sobre el desarrollo del comportamien-
TRADICIÓN CONDUCTUAL,
H
oy día, el enfoque cognitivo en la Psicología ha sufrido
una expansión considerable tanto en lo que se refiere a
los temas tratados, a los campos de la misma disciplina
en que se aplica, así como en las diferentes maneras de
abordar lo cognitivo. De ahí que la tarea de definir a la Psicología
cognitiva resulte difícil y comprometida.
Primero tendrá que hablarse, cuando menos, de dos niveles en
los que se aplica el término cognitivo. Uno de ellos tiene que ver como
una orientación general para estudiar muchos aspectos del compor-
tamiento y el otro más particular, en donde lo cognitivo estaría
destinado al estudio de los procesos intelectuales de mayor o me-
nor complejidad. Dentro de este último nivel podría decirse que
cuando se habla de Psicología cognitiva se incluyen distintas apro-
ximaciones con fundamento empírico que tienen la finalidad de
comprender y explicar procesos que dan cuenta del conocimiento
56 humano. Por tanto, y de manera general, la Psicología cognitiva es
el estudio experimental del procesamiento de información en los
seres humanos que puede manifestarse en la atención, el reconoci-
miento, la acción, el aprendizaje, la memoria, el procesamiento del
lenguaje, la solución de problemas y el razonamiento.
En el primer nivel, que implica una orientación general, es-
tán incluidos los diversos campos disciplinarios que tienen ele-
mentos comunes y se identifican como cognitivos. De acuerdo
con Gardner (1985) hay ciertas características que tienen que estar
presentes en las aproximaciones al estudio del conocimiento hu-
mano para incluirlas en lo que se ha dado por denominar como
ciencia cognitiva.
En primer lugar, las actividades cognitivas se deben conce-
bir como representaciones mentales que requieren de un análisis
separado del nivel biológico o neurológico, por un lado, y del
sociológico o cultural, por el otro. En segundo término se propone
la comprensión del funcionamiento de la mente humana teniendo
como analogía o modelo la computadora. Un tercer elemento im-
plicaría minimizar la participación de factores como los afectos,
emociones, y/o contextos históricos y culturales que pudieran ser
importantes para la cognición. Un cuarto elemento es la realiza-
ción de los estudios interdisciplinarios, con los cuales se obtiene
un conocimiento más completo de los procesos cognitivos. Final-
mente, otra característica de las propuestas de la Psicología cogni-
tiva, según Gardner, consiste en tener una afiliación, declarada o
no, con la Filosofía.
Estas características no son aceptadas de manera unánime
por todos los estudiosos de la Psicología cognitiva, pero en su
momento permitieron darle, de alguna manera, una delimitación.
Para llegar a ese punto y dar cuenta de cómo ha sido concebida en
las últimas décadas esta tradición, realizamos un breve recorrido
histórico de cómo se fue constituyendo. Aunque, según algunos
autores, aún no se encuentra del todo unificada, pero tiene un
denominador común en las diversas aproximaciones que la com-
ponen: el procesamiento de la información y la representación del
conocimiento por medio de análogos o de símbolos para explicar
el conocimiento y la conducta.
En este capítulo, en primer lugar presentamos algunos de
los principales aportes de varias escuelas psicológicas que fueron
retomados o transformados por la Psicología cognitiva. Después, 57
mencionamos diversos acontecimientos que influyeron en distin-
tos campos disciplinares, entre ellos en la Psicología, y que confor-
maron un movimiento denominado cognitivo. También abordamos
algunos aspectos de esta tradición, refiriéndonos a la postura pia-
getiana y su ubicación en la misma. De manera sucinta hablamos
de la presencia de la Psicología cognitiva en nuestro país y finali-
zamos con algunas consideraciones sobre el movimiento cognitivo
en la Psicología.
ANTECEDENTES
Si bien se ha establecido una fecha fundacional de dicha tradi-
ción, existen antecedentes de lo que fue concebido como la revo-
lución cognitiva. Varios historiadores (Gardner, 1985; Hergenhahn,
2009; Smith & Kosslyn, 2007) señalan que pueden encontrarse
algunos elementos de cognitivismo al inicio de la Psicología como
ciencia empírica en los trabajos realizados en el primer laboratorio
moderno de Psicología dirigido por Wundt en Leipzig, Alemania
(1879). También las ideas estructuralistas de Titchener, así como las
premisas de la denominada escuela de Würzburg, de la Gestalt y del
funcionalismo americano, ayudaron a configurar el campo que ahora
ocupa la Psicología cognitiva. A continuación mencionaremos
algunas particularidades de estas escuelas que influyeron de alguna
manera en el desarrollo de la denominada Psicología cognitiva.
VOLUNTARISMO
Wilhem Wundt (1832-1920) fue un investigador alemán que, jun-
to con sus colaboradores, se enfocaron en entender la naturaleza
de la conciencia; se guiaron por la idea de que los contenidos de
la conciencia podían ser estudiados al caracterizar las sensacio-
TRADICIÓN COGNITIVA
ESTRUCTURALISMO
Edward Bradford Titchener (1867-1927) llevó las ideas de Wundt a
América, continuando su trabajo y a la vez diferenciándose de ellas.
Titchener definió la conciencia como la suma total de la experien-
cia mental en un momento dado y la mente, como las experiencias
acumuladas a lo largo de la vida. Su interés radicaba en describir la
estructura de la mente por lo cual denominó su teoría como estruc-
turalismo. Postulaba la existencia de tres procesos elementales
que constituyen la experiencia consciente de la mente: las sensacio-
nes (elementos de las percepciones), las imágenes (elementos de las
ideas) y los afectos (elementos de las emociones). Los elementos se
pueden conocer a través de sus atributos que son cualidad, intensi- 59
dad, duración y extensión. Las sensaciones y las imágenes poseen
todos esos atributos, en tanto que los afectos carecen de la extensión.
Una vez identificados los elementos del pensamiento, la ma-
nera en que Titchener explicaba la combinación de tales elemen-
tos era en función del asociacionismo, estableciendo al proceso de
contigüidad como elemento central en sus explicaciones. Con ello
se alejaba de las nociones propuestas por Wundt que expresaban
que la apercepción y la síntesis creativa eran los procesos que ex-
plicaban la combinación de los procesos mentales.
LA ESCUELA DE WÜRZBURG
Otra línea de investigación, derivada de la de Wundt, se desarrolló
en la Universidad de Würzburg a principios del siglo xx, donde
Oswald Külpe (1862-1915) fue uno de los investigadores repre-
sentativos de esta línea denominada la escuela de Würzburg. Los
trabajos realizados en ella estaban encaminados al estudio expe-
rimental de fenómenos complejos o superiores; en especial los in-
vestigadores estaban motivados en dar cuenta del pensamiento y
fue justo por tal interés que se diferenciaron del trabajo de Wundt
quien, según ellos, manifestaba que todo contenido de la mente
era sensorial y que el estudio de los procesos mentales superio-
res eran científicamente inabarcable.
La escuela de Würzburg proponía que era posible estu-
diar al pensamiento por medio de la introspección, por lo que
desarrolló métodos sofisticados para lograrlo. Postulaba que la
introspección ofrecía la misma seguridad y facilidad que la ob-
servación de los objetos externos. No obstante, esta escuela ma-
nifestaba que existen estados de conciencia inanalizables e indes-
criptibles que llamarían pensamientos sin imágenes.
TRADICIÓN COGNITIVA
FUNCIONALISMO
Para algunos el funcionalismo no tenía una teoría propia y/o unifi-
cada, sino más bien era resultado de una oposición a los postula-
dos del estructuralismo con la fusión de algunas ideas biologicis-
tas (Keller, 1973). Los funcionalistas se oponían al estructuralismo 2
60 debido a que se interesaban más en para qué era la mente y no
tanto qué era la mente, es decir estaban atraídos por identificar las
funciones de la mente y no tanto su estructura. De alguna mane
ra, las ideas biologicistas y evolutivas influyeron en los funcionalis
tas pues consideraban que la mente o conciencia también había
evolucionado al igual que el ser humano, y de esta forma se aleja-
ban de la tradición estructuralista que estaba ligada a la Fisiología en
sus estudios de laboratorio. El estudio de la actividad psíquica no era
entendida como un fin en sí mismo por los funcionalistas, sino
como una parte de la actividad biológica y como una parte de la
totalidad del individuo.
La oposición a las propuestas de Titchener, también se dirigía
a la manera en cómo se relacionaban los asuntos estudiados con la
realidad, mientras los estructuralistas se alejaban del sentido común
y pretendían desarrollar una ciencia pura, analizando elementos
aislados y contenidos psíquicos; los funcionalistas tenían inten-
ciones de acercarse a las acciones de los individuos y hacia los
aspectos prácticos. La actividad de los funcionalistas consistía en
descubrir cómo operaba un proceso psíquico, bajo qué condiciones
ocurría y cuál era su efecto. Esta postura los llevó a incluir temas y
métodos de estudio que no habían sido abordados por los estruc-
turalistas, se ocuparon, por ejemplo, de problemas educativos y de
la anormalidad, entre otros.
La actividad mental era lo esencial e implicaba la realiza-
ción de procesos como el pensar, sentir, imaginar, percibir. Ellos
postulaban que estas actividades incluían muchos contenidos o
elementos que difícilmente pueden ser aislados y duplicados para
su observación como lo pretendieran los estructuralistas. Decían,
por ejemplo, que el pensar, es una función que se repite, pero ocu-
rre cada vez con diferentes imágenes mentales, lo que conduce
aparentemente a un mismo resultado, la solución de un problema,
pero con un contenido diferente.
Para el estudio de la actividad mental, se aceptaba la intros-
pección, pero su preocupación primordial era el aspecto físico de
tal actividad y por ende el método objetivo de observación. La ob-
servación objetiva posibilitaba aprehender las operaciones mentales
de otra persona, pues éstas se reflejan en su conducta; en tanto que
la observación subjetiva, la introspección, al ser la aprehensión
de las propias operaciones mentales, resultaba una forma de di- 61
fícil observación incluso para los observadores entrenados, cuyo
informe es inverificable. De tal suerte que se prefiriera el método
objetivo por ser de más fácil acceso.
La publicación en 1896 del artículo “The Reflex Arc Concept
in Psychology” de John Dewey, marca el punto de partida del fun-
cionalismo como movimiento definido, en el cual se sostiene que
la actividad psicológica no puede dividirse en partes o elementos,
sino que debe considerarse un todo continuo (Heidbreder, 1933).
El arco reflejo es considerado no como algo constituido por elemen-
tos separados o como una acción de partes desarticuladas, estímulo-
respuesta, sino como una unidad coordinada en sí misma y con
otras, de tal suerte que cuando un acto revela integridad su unidad
es funcional sin una separación existencial.
Esta posición llevó a Dewey a borrar la distinción entre lo psí-
quico y lo físico en el ámbito de la discusión conceptual. Si bien
hizo la distinción, consideró que no hay una separación, sino una
interrelación entre esos dos conceptos que en realidad son uno mis-
mo ya que la distinción es meramente metodológica más que real o
existencial (Leahey, 2013). Así pues, para el funcionalismo, la activi-
dad mental era entendida como una actividad psicofísica, integrando
lo psíquico y lo físico, donde no se puede hacer la distinción entre
esos elementos. Esta posición en apariencia rompe con el dualismo
pero en realidad mantiene la distinción mente-cuerpo.
Aun cuando el funcionalismo perdió su posición preponde-
rante en la Psicología americana su impacto perduró, debido a
que sus métodos de estudio y los problemas abordados por los
funcionalistas ampliaron la esfera de la investigación psicológica.
Además, se generalizaron de tal manera que es difícil distinguirlos
como propiedad de una tendencia o escuela particular de la Psico-
logía de inicios del siglo xx (Heidbreder, 1933).
TRADICIÓN COGNITIVA
GESTALT
Esta escuela se desarrolló en respuesta al estructuralismo y al conduc-
tismo. Su interés consistía en entender la percepción de las configu-
raciones de estímulos en lugar de las sensaciones elementales. La
percepción no podía ser explicada por la suma de sensaciones; ni 2
62 la percepción ni la excitación neural podían concebirse como una
mera suma de partes, más bien se postulaba que el proceso de
percepción es un todo unificado y no una integración de activi-
dades separadas, de unidades neurales distintas, ni una compo-
sición de sensaciones discontinuas (Heidbreder, 1933).
Max Wertheimer (1880-1943) publicó en 1912 un artículo
que trataba sobre la percepción del movimiento denominado fe-
nómeno phi. En ese artículo pone de manifiesto que determinadas
excitaciones continuas y discontinuas producen una percepción
de movimiento continuo, o movimiento aparente. Con ello se
muestran que las percepciones se estructuran de manera que no lo
hace la estimulación sensorial; las percepciones son diferentes de
las sensaciones que las conforman. Esta publicación fue consi-
derada como fundacional de la escuela gestáltica de la Psicología
(Hergenhahn, 2009). En ésta también se sostenía que el individuo
contribuye a su percepción con su conocimiento y experiencia, de
tal forma que el individuo agrega algo a lo percibido. En suma, la
Gestalt es una aproximación basada en la experiencia, pero difiere
del introspeccionismo, porque a diferencia de éste, en sus investi-
gaciones se emplearon individuos no entrenados.
Gestaltistas como Kurt Koffka (1886-1941) y Wolfgang Köhler
(1887-1967) exploraron la percepción y el pensamiento; en cuanto
a la primera, propusieron que la percepción de una figura depen-
de de su “pregnancia”, es decir de su contenido y/o significado.
Para Haberlandt (1997), los gestaltistas estudiaron los procesos
mentales, el pensamiento, pero enfatizando el fenómeno percep-
tual; Hergenhahn (2009) concuerda con esto, pues considera que
ellos vieron el aprendizaje como un fenómeno de percepción.
Los gestaltistas explicaron que la existencia de un problema da
lugar a un desequilibrio psicológico, o tensión, el cual se termi-
na cuando se encuentra la solución. Este hecho ocurre mediante
la percepción, además examina el entorno y pone en acción una
posible respuesta tras otra, hasta dar con la correcta, es decir por
ensayo o error. La solución también puede ocurrir por insight, pues
cuando al organismo se le presenta el problema y al mismo tiempo
todo aquello necesario para su resolución se puede dilucidar la
respuesta adecuada.
Se puede considerar que los intereses de la Gestalt se en-
cuentran presentes en el estudio cognitivo actual de la percepción,
en especial en las explicaciones del proceso de reconocimiento 63
y en el proceso de la solución de problemas. Su influencia en lo
cognitivo también se observa en el hecho de que esta escuela
enfatizó el papel que jugaban los procesos internos y conside-
raba las experiencias como una unidad, en lugar de analizarlas
de manera elementalista como estímulos y respuesta (Haberlandt,
1997; Groome, 2006).
La parte aplicada del funcionalismo es también una guía
para los cognitivos pues así como hay quienes desean estudiar pro-
cesos básicos, existieron investigadores, entre ellos Dewey, cuyo
interés especial era mejorar el aprendizaje y solución de problemas
en escenarios educativos (Haberlandt, 1997). Las ideas biologicis-
tas se encuentran presentes en el cognitivismo actual. Así como el
asociacionismo está presente en algunas aproximaciones de la Psi-
cología cognitiva, éste convive con explicaciones que aluden a la
intención y la voluntad como elementos cruciales de la cognición
a semejanza de lo propuesto por Wundt. El pensamiento sin imá-
genes, propuesto principalmente por la escuela de Würzburg, es
otro concepto que será retomado por la postura del procesamiento
de la información.
LA PSICOLOGÍA COGNITIVA
Ubicar a la Psicología cognitiva en el marco de las ciencias cog-
nitivas, no es una tarea fácil. Para Moya y García (1993) pueden
encontrarse dos subconjuntos de la Psicología cognitiva, uno de ellos
contemplaría el estudio de los procesos cognitivos y el otro el en-
foque de la Psicología. En la figura 2.1 se muestra el campo de
esta aproximación psicológica: la franja vertical rayada representa
el estudio de los procesos cognitivos, y la franja horizontal el enfo-
que de la Psicología; la unión e intersección de estos dos subcon-
juntos define a la Psicología cognitiva.
69
EL PROCESAMIENTO DE INFORMACIÓN
En términos generales, se considera que la publicación del artícu
lo de Newell, Shaw y Simon de 1958, “Elements of a Theory of
Problem Solving”, inició la conformación del campo de estudio
del procesamiento de información, pues en él se afirmaba que
los programas de computadora resolvían problemas en la misma
forma en que lo hacen los seres humanos.
Esto implicaba que la mente humana, al igual que las compu
tadoras, era un dispositivo para la resolución de problemas. Dicho de
otra manera, el ser humano y la computadora pueden ser concebidos
como sistemas cognitivos, o sistemas de procesamiento de infor
mación equivalentes, con propósitos generales para lo cual intercam
bian información con su entorno mediante la manipulación de sig-
nos (Pozo, 1989).
La información entra, se procesa y/o se almacena y produce
una salida o resultado. Al inicio el término entrada reemplazaba
al estímulo; la salida constituía la respuesta o conducta, y los con- 71
ceptos de almacenamiento, codificación, procesamiento, capa-
cidad, recuperación decisiones condicionales y programas, entre
otros, describen los hechos del procesamiento de la información
que ocurren entre la recepción de entrada y la salida, o genera-
ción del resultado. Se considera que la teoría del procesamiento
de la información se inscribe en la tradición racionalista y tiene un
fuerte componente nativista (Hergenhahn, 2009).
La analogía entre el funcionamiento cognitivo humano y el
funcionamiento de una computadora conlleva varias considera-
ciones: una de ellas es que la mente, como sistema cognitivo, no
responde a los parámetros físicos del entorno sino a la información
que se extrae de ese entorno. En suma, la mente requiere trans-
formar la energía del medio ambiente en información y para ello
necesita algún sistema que registre o almacene esos cambios. Ese
sistema es la memoria.
Para Pylyshyn (1984), un individuo y una computadora cons-
tituyen sistemas que requieren de la información e introduce el
término informívoros para dar cuenta que son sistemas cognitivos
cuyo alimento es la información. Sin embargo, dichos sistemas no
sólo contienen información sino que la usan para representar partes
o componentes del mundo que les rodea, y es precisamente esa
función representacional de la información lo que les caracteriza.
Para ello disponen de mecanismos de aprendizaje que les permi-
ten incorporar nueva información, e incluso cambiar sus represen-
taciones del mundo.
Hay que mencionar que las críticas a la postura informática
son diversas. Se dice que el procesamiento de información no es
un nuevo modelo, sino más bien una derivación del conductismo,
entre otros aspectos, porque se puede identificar un asociacionis-
mo similar al conductista (Pozo, 1989; Leahey, 2013).
También se menciona que existen algunas contradicciones, a
TRADICIÓN COGNITIVA
ELEMENTOS Y MÉTODOS
Como mencionamos, para la década de los 70 la Psicología cogniti-
va investigaba el procesamiento de información en los seres huma-
nos y para ello tenía que trabajar con elementos no directamente
observables, por lo que los investigadores tuvieron que desarrollar
TRADICIÓN COGNITIVA
PROCESOS ABORDADOS
Diversos son los procesos que estudia la Psicología cognitiva: la
TRADICIÓN COGNITIVA
¿REVOLUCIÓN O RENACIMIENTO?
Hay quienes veían a la Psicología cognitiva como una opción dife-
rente y era porque consideraban a la propuesta del psicoanálisis, a
la asunción de una mente al margen de la conciencia, a la in-
trospección como metodología y a la propuesta del conductismo,
entre otros elementos más, como insuficientes para dar cuenta del
hecho psicológico. Por lo que contemplaron pertinentes otras ini- 83
ciativas con matices interdisciplinarios (Restrepo, 2009).
Dado que en la Psicología cognitiva se continúan estudiando
algunos procesos básicos abordados por diferentes escuelas psico-
lógicas como el aprendizaje, la percepción, la memoria y el len-
guaje, y que, en algunos casos, la manera de aproximarse a ellos,
en realidad no resulta ajena a las primeras escuelas psicológicas,
para algunos teóricos no se puede hablar de una revolución cog-
nitiva o de una nueva Psicología cognitiva, ya que habían sido
estudiados por los psicólogos en épocas y tradiciones anteriores.
De ahí que para algunos, el interés siempre presente de explicar
los procesos mentales en la Psicología impida manifestar que la tra-
dición cognitiva tenga algún manifiesto fundacional y de partida de
nacimiento como lo han establecido algunos cognitivos e historia-
dores (Leahey, 2013; Pozo, 2001). Para otros, esta corriente con-
temporánea representa un retorno a la Psicología predominante
antes del conductismo, por lo que proponen más bien hablar de
una contrarrevolución (Hergenhahn, 2009).
El actual crecimiento exponencial de investigaciones cogni-
tivas parece reflejar más que nada un viejo interés, pero tratado de
manera quizás más técnica con la incorporación de los elementos
del procesamiento de información. Los primeros psicólogos cog-
nitivos como Neisser consideran que les guían las mismas motiva-
ciones que a los gestálticos, o que las inquietudes de Wertheimer
de ver el “mundo desde arriba” son las mismas para los cognitivos; no
obstante expresan que el concepto gestáltico de organización no cum-
ple ningún papel en la Psicología cognitiva y que fue superado por los
modelos mecanicistas de la computadora (Neisser, 1980, citado en
Gardner, 1985). También existen ideas diferentes, Moya y García
(1993) sugieren que los trabajos de Miller y Bruner, aun cuando
abordan aspectos relacionados con el proceso de la información,
tienen influencia y similitud con los trabajos gestálticos de Köhler
TRADICIÓN COGNITIVA
y de Wertheimer.
Por otra parte, si bien la Psicología cognitiva del procesa-
miento de información no puede ser vista como una vuelta al
mentalismo introspectivo, sí tiene afinidades con el funcionalismo
inicial estadounidense. De ahí que más que hablar de un salto re-
volucionario, más bien se trate de una evolución rápida, en la cual 2
84 se tiene un nuevo lenguaje y un nuevo modelo para un fin ya co-
nocido: describir, predecir y controlar la conducta (Leahey, 2013).
Otra interpretación es la que sugiere hablar de un renacimiento,
pues retomando a Carretero (1997), lo que define a las aproxima-
ciones cognitivas actuales no es su interés por los modelos internos
o representaciones, presentes de distintos ámbitos de la Psicología
anterior al movimiento cognitivo, sino más bien por los instrumen-
tos que se eligieron para estudiarlos y que estuvieron relacionados
con la metáfora computacional.
Así pues, para determinar si el proceso que ha seguido la
Psicología cognitiva es producto de una revolución, contrarrevo-
lución, evolución rápida o renacimiento, es un tema de estudio y
reflexión profunda y minuciosa que queda fuera del alcance de este
trabajo; pero que continúa como una invitación para que el lector
se adentre en el análisis de la corriente y llegue a su propia con-
clusión de manera fundamentada.
PRESENCIA DE LA PSICOLOGÍA
COGNITIVA EN MÉXICO
Podría considerarse que en 1916 comenzaron algunas manifes-
taciones de lo que será la Psicología cognitiva en nuestro país.
Es en esa fecha que el doctor Enrique O. Aragón, con apoyo del
doctor Ezequiel E. Chávez, fundó en el edificio de Mascarones
un gabinete de psicología experimental, el cual estaba equipado con
gran cantidad de aparatos alemanes y diseñado a semejanza del
laboratorio de Wundt. Dicho gabinete pertenecía a la Escuela
de Altos Estudios de la unam la cual se transformó en la Facultad de
Filosofía y Letras, y en esa etapa dominó el neotomismo y el psi-
coanálisis (Álvarez et ál., 1984).
El libro de Neisser, Cognitive Psychology (1967), y la obra
Educational Psychology: A Cognitive View de Ausubel, Novak y
Hanesian (1968), fueron traducidos en México a mitad de la dé-
cada de los años 70, por lo que era de esperarse que existiera un
desarrollo de la Psicología cognitiva desde esas fechas. Pero fue
hasta finales de la década de los años 80 que se manifestó un mar-
cado interés centrado en el cognitivismo (Carretero, 1997).
Atendiendo a los trabajos desarrollados en esos años por
psicólogos mexicanos se advierte que en los estudios de Rogelio
Díaz Guerrero, existe una inclinación hacia el cognitivismo que 85
será fortalecida a través de tres de sus discípulos: Manuel Capello,
María Luisa Morales y Serafín Mercado. El primero desde la Psico-
logía social, la segunda con una aproximación psicométrica y el
tercero incursionando en estudios sobre la percepción y el pensa-
miento, desarrollándose en el campo de la Psicología educativa y
más tarde en el de la Psicología ambiental.
Ellos fortalecieron este enfoque entre los psicólogos que for-
maron y fueron creando un espacio importante para la Psicología
cognitiva. Desde otro frente, Araceli Otero y Cecilia Mora partie-
ron a Ginebra para formarse en la orientación piagetiana y a su
regreso se formó otro grupo de investigadores dedicados al desarro-
llo infantil y al área educativa que, junto con la llegada de Emilia
Ferrerio y Rolando García, consolidaron el impacto de esta orienta-
ción psicológica en nuestro país. Gracias a ellos se logró una fuerte
influencia en los programas educativos de educación preescolar
y básica de la Secretaría de Educación Pública (Mercado, 2003).
Actualmente hay un número importante de profesores-inves-
tigadores de la fes Iztacala, fes Zaragoza y de la Facultad de Psico-
logía de la unam que siguen su trabajo desde la perspectiva de
la Psicología cognitiva en nuestro país. Mencionarlos a todos sería
una tarea complicada pues seguro habría omisiones involunta-
rias; basta señalar que esta orientación se ha venido consolidando
en diversas áreas realizando estudios tanto básicos como investi-
gaciones aplicadas. Diversos grupos de carácter interdisciplinario
realizan investigaciones cognitivas en laboratorios de neurocien-
cias pertenecientes a facultades e institutos que se han creado
en la unam. También se ha fomentado esta aproximación de la Psi-
cología en diversos programas de estudios de posgrado. No hay
que dejar de mencionar que la presencia cognitiva se encuentra
también en diferentes universidades.
TRADICIÓN COGNITIVA
CONCLUSIONES
Puede decirse que la tradición cognitiva predomina hoy día en el
escenario de la Psicología, lugar que retoma después de un periodo
dominado por el conductismo. Este retorno consistió en el estudio
de las representaciones mentales pero con la influencia de las nue- 2
vas tecnologías de la información, influencia nada extraña pues la
86 tecnología del conocimiento dominante en cada momento históri-
co se ha constituido en una metáfora para el estudio de la memoria
o en la cultura del aprendizaje.
Como puede observarse, en esta época donde predomina el
internet, la mente humana se concibe similar a una red de unida-
des de información interconectadas (Pozo, 2001). Dicho dominio
tecnológico también se ve en las nuevas metodologías y técni-
cas de estudio en las investigaciones realizadas en el campo de
la neurocognición. Así pues, un mérito de la Psicología cognitiva
contemporánea ha sido el explicar el pensamiento, la mente y las
representaciones de los seres humanos por medio de las novedades
tecnológicas de la época.
Los temas que interesaban a los investigadores al inicio de
los años setenta se han ido modificando y los campos de estudio
se han ampliado. El énfasis en el modelo computacional ha decre-
cido y se ha ido aumentando el interés por el acercamiento a las
funciones cognitivas a través de su organización neural.
Si bien se han realizado grandes avances y obtenido diver-
sas formulaciones del funcionamiento de la mente humana, en
especial sobre la memoria, no se puede dejar de señalar que esta
corriente carece de una teoría unificada que explique un rango
amplio de los hechos psicológicos (Groome, 2006; Hergenhahn,
2009; Leahey, 2013). Esto tiene que ver con la falta de un lenguaje
común para referirse a toda la gama de fenómenos representacio-
nales, y/o de una taxonomía de los mismos. Al ser la representa-
ción el elemento central de la Psicología cognitiva, éste debería
tener una mayor claridad y sistematicidad (Gardner, 1985).
Otro aspecto que es criticado en el cognitivismo es su dificul-
tad para dar cuenta de la conciencia en sí misma; no obstante algu-
nos elementos neurológicos y computacionales están empezando a
surgir con propuestas que aún no han sido analizadas profundamente
por la Psicología cognitiva (Groome, 2006; Hergenhahn, 2009). Tam-
bién se ha señalado que la corriente no toma en cuenta el papel que
desempeñan las emociones en la vida cotidiana.
Cerramos este capítulo mencionando que para muchos la
Psicología cognitiva es un intento de la mente humana de repre-
sentarse a sí misma, una empresa que para algunos resulta retado-
ra y fascinante, y para otros inalcanzable.
REFERENCIAS 87
Álvarez, G., Ramírez, M., Russo, S., Soto, E., Patiño, G. y Aréchiga, S. (1984). Notas para
la historia de la Psicología en México. En G. Álvarez y J. Molina (Eds.). Psicología e
Historia. México: Facultad de Psicología, unam.
Aparicio, J. (1980). Entrevista con D. A. Norman. Estudios de Psicología, 1, 6-29.
Ausubel, D., Novak J. & Hanesian, H. (1968). Educational psychology: A cognitive view. New
York, Holt, Rinehart and Winston. (Traducción al español: Psicología educativa: un
punto de vista cognoscitivo, 1976, México: Trillas).
Baddeley, A. (2000). The episodic buffer: A new component of working memory. Trends in
cognitive science, 4, 417-423.
Bruer, J. (1999). Education. En W. Betchel & G. Graham (Eds.). A companion to cognitive
science. Oxford: Blackwell Publishing.
Bruner, J. (1966). Studies in cognitive growth. New York: Willey and Sons.
_______, Goodnow, J. & Austin, G. (1956). Study of thinking. New York: John Willey
and Sons.
Carretero, M. (1997). Introducción a la psicología cognitiva. Buenos Aires: Aique.
Case, R. (1998). Contribuciones potenciales de la teoría neopiagetiana al arte y la cien-
cia de la instrucción. En M. Carretero (Comp.). Desarrollo y aprendizaje. Buenos
Aires: Aique.
Chomsky, N. (1965). Three models for the description of language. In R. D. Luce, R. R. Bush,
& E. Galanter (Eds.). Readings in mathematical psychology (vol II, pp. 105-124). New
York: Wiley. Disponible en: http://noam-chomsky.org/articles/195609--.pdf (Obra
original publicada en 1956).
__________. (2002). Syntactic structures. (2nd ed.). Berlin: Mouton de Gruyter. Disponible
en: http://padocss.com/download~54444a33335b7b3b248b456a (Obra original
publicada en 1957).
Eysenck, M. & Keane, M. (2010). Cognitive psychology. A student’s handbook. New York:
Psychology Press.
Flavell, J. (1963). The developmental psychology of Jean Piaget, (with a Foreword by Jean
Piaget). (Traducción al español: La psicología evolutiva de Jean Piaget, 1968, Bue-
nos Aires: Paidós). Princeton: The University Series in Psychology, Van Nostrand
Company. Disponible en: http://www.questia.com/read/42415796/developmental-
psychology-of-jean-piaget.
Fodor, J. (1983). The modularity of mind. Cambridge, Massachusetts: mit/Bradford Press.
García, E. (2007). Teoría de la mente y ciencias cognitivas. En L. Feito Grande (Ed.). Nuevas
perspectivas científicas y filosóficas sobre el ser humano. Madrid: Universidad Pon-
tificia de Comillas.
Gardner, H. (1985). The mind’s new science. A history of the cognitive revolution. New York:
Basic Book, Inc. Publishers.
Groome, D. (2006). An introduction to cognitive psychology. Processes and disorders. Hove
and New York: Psychology Press.
Haberlandt, K. (1997). Cognitive psychology. Boston: Allyn and Bacon.
Heidbreder, E. (1933). Seven psychologies. New York: Century. (Traducción al español: Psi-
cologías del siglo xx (s/a), Acevedo, Trad. Buenos Aires: Paidós).
TRADICIÓN COGNITIVA
E
l objetivo de este capítulo es ofrecer a los estudiantes de
nuevo ingreso a la carrera de Psicología una perspectiva so-
bre el origen, desarrollo y situación actual de una de las
tradiciones que encontrarán como parte de su formación en
el Plan de estudios, la cual, en pocas palabras, asume el carácter
social de la mente.
Con Danziger (1983), aceptamos que la historia de la Psico-
logía no implica el desarrollo progresivo de una sola disciplina,
sino la aparición a menudo simultánea de un número de diferen-
tes disciplinas, cada una de las cuales definió su objeto de estu-
dio de diferentes maneras. Así también que la segunda mitad del
1
Esta forma de entender la Psicología plantea problemas específicos para abordar su historia y
modo de existencia actual. En primer lugar, nos lleva a asumir que la disciplina nunca meramente
TRADICIÓN SOCIOCULTURAL
“descubre” algo que ya existía en el mundo (propiedades del aparato psíquico, leyes de la
conducta, mecanismos de procesamiento de información, etc.), sino que en alguna medida lo
produce dentro de la red de prácticas. En segundo lugar, y en relación con lo anterior, abre
Y DE LA ACTIVIDAD
un debate acerca de hasta dónde la construcción de los objetos disciplinarios de las diversas
aproximaciones psicológicas es una apropiación acrítica de objetos preconstruidos por
el sentido común o el discurso de determinadas instituciones. En tercer lugar, ilumina el
conflicto endémico dentro de la Psicología entre las diversas perspectivas disciplinarias con
respecto a su estatuto científico, así como la persistencia en el terreno profesional de prácticas
cuyos apuntalamientos teóricos no existen, son objeto de profunda sospecha o fueron blanco de
críticas presuntamente definitivas (Blanco, 2002; Bourdieu, 2005; Foucault,1976; Rose, 1998; 3
Valsiner, 2012).
92 a bordó algunos de los dilemas que se gestaron en ese proceso, así
como el contexto histórico y sociocultural dentro del que desarrolló
sus formulaciones. Por último, revisamos, en general, algunos as-
pectos de la diversificación actual de la idea del carácter social de
la mente y las implicaciones que ha tenido en la teoría y la práctica.
ANTECEDENTES2
Para entender esta tradición es necesario situar dos procesos histó-
ricos entrelazados. Por una parte, el conjunto de transformaciones
sociales, económicas y políticas en Europa occidental, encabeza-
da por el Reino Unido, a las que se designa por comodidad el
inicio de la Revolución Industrial. En este contexto surgen la teoría
política y la teoría económica como intentos de responder a las
preocupaciones que estos cambios suscitaron.
La reflexión política inglesa se retomó por la Ilustración eu-
ropea y se manifestó en su máxima expresión en la Revolución
francesa. Fue dentro de este contexto histórico que se conformó
la sociedad civil como objeto de reflexión distinto de la sociedad
política, enfocado en las relaciones de intercambio, de consumo y
de utilidad recíproca, en la división del trabajo fuera de la analogía
biológica que derivaba en una jerarquía natural, etc. Se rechazó
entonces el origen natural de las leyes y las relaciones sociales,
y se las empezó a concebir a partir del supuesto de que todos
los seres humanos tenían derechos derivados de una naturaleza
humana única y previa a las variaciones morales, religiosas o de
estatuto social que se le añadían luego (supuesto sustentado a su
vez en la res cogitans cartesiana, como fundamento de conoci-
miento y racionalidad).
Una pieza importante de esta concepción era el supuesto de
un estado de naturaleza originario, en que los individuos vivían se-
parados pero tenían el poder de fundar la sociedad mediante pacto
o contrato. Si el individuo era libre por naturaleza, su a sociación
2
Por economía, daremos por conocidos los aspectos centrales de la tradición ilustrada que
alimentaron el desarrollo de la Psicología contemporánea y que sintetizados en una frase se
refieren a la confianza en la capacidad de la razón para entender el mundo, incluyendo al propio
ser humano, y para construir una mejor sociedad; entretejidos con una manera de concebir la
ciencia y la tecnología. En otros capítulos de esta obra se encontrará información puntual que
ayuda a caracterizar la tradición ilustrada, que aquí obviamos.
implicaba someterse voluntariamente a la ley. La historia se con- 93
vertía así en una sucesión de contratos que se ajustaban mejor a la
naturaleza humana invariable, en un proceso de civilización pro-
gresivo. El individuo era ante todo un ciudadano que se realizaba
cumpliendo la ley y asumiendo sus obligaciones, aunque para ello
fuera necesario el recurso al poder e incluso al terror del Estado,
como ocurrió durante la Revolución francesa (Mairet, 1980a, 1980b;
Moreau, 1980a, 1980b).
En breve, la Ilustración asumió la fuerza excepcional de la
razón y la unidad del género humano; las diferencias de lengua-
je, raza y cultura no se consideraron importantes y se confió en
que al participar en las ventajas del progreso, se eliminarían los
prejuicios y se alcanzaría la felicidad (Valjavec, 1964).
HUMBOLDT Y LA VÖLKERPSYCHOLOGIE
Wilhelm von Humboldt (1767-1835) fue parte de la generación
que sobrevivió al derrumbe del Estado absoluto a raíz de la Revo-
lución francesa, y luego de la ocupación napoleónica, fue prota-
gonista activo en la reconstrucción educativa del Estado prusiano.
Trabajó como abogado del Tribunal de Cuentas de Berlín, pero lo
abandonó por su escepticismo con respecto al absolutismo y el
ejercicio del poder del Estado.
En un ensayo de 1792, Humboldt marcaba los estrechos lí-
mites que debía jugar el Estado (proteger a los ciudadanos en el
interior y defenderlos de los ataques exteriores), mientras que en
el plano educativo debía hacer lo posible para que cada uno desa
rrollara su individualidad, limitado sólo por su capacidad. En este
sentido, el individuo no debía sacrificarse al ciudadano, como
hizo la Revolución francesa en un punto. En su trabajo como refor-
mador educativo, sostenía que “la formación del individuo exige
socialización y, por consiguiente, comprometerse con el Todo”,
pero cada uno debía realizarlo por sí mismo (Hohendorf, 1993).
Humboldt introdujo völkerpsychologie como término para refe-
rirse al ‘estudio del espíritu nacional’ o ‘espíritu del pueblo’. Según
Greenwood (2003), Humboldt retomó la idea de Johann Herbart
y la desarrolló relacionando las diferencias en las formas de cog-
nición, emoción y conducta con las diferencias en las formas de
TRADICIÓN SOCIOCULTURAL
EL PROYECTO DE INTEGRACIÓN
DE LAS TRADICIONES DE VYGOTSKI4
En las últimas décadas y en diversos países se ha producido una avidez
generalizada por conocer la obra de Vygotski y se ha reconocido el
valor teórico y metodológico que sus planteamientos representan,
tanto para la Psicología como para las ciencias sociales en general.
Todo esto hace que se le considere un autor contemporáneo.
Vygotski construyó una síntesis personal e ilustrada de las tra-
diciones y reflexiones sobre la cultura, en una colección de hipóte-
sis e ideas no acabadas que no conforman un sistema y que no son
fáciles de clasificar. A manera de resumen y con fines de orienta-
ción, podríamos señalar las siguientes.
IDEAS BÁSICAS
En primer lugar, se opuso a los intentos de su época de “biolo-
gizar” la Psicología, así como a los planteamientos tradicionales
que concebían los procesos psicológicos como productos de un
psiquismo autónomo, abstraído del medio.
Como alternativa planteó y aplicó el método histórico-ge-
nético, sosteniendo que los distintos aspectos de la actividad psi-
cológica no pueden ser entendidos como hechos dados de una
vez y para siempre, sino como productos de una evolución filo y
ontogenética, con la que se entrelaza el desarrollo histórico cultu-
ral del individuo. Planteó que: “Es imposible enfocar los fenóme-
nos psicológicos como si se tratara de formaciones estáticas, ya
TRADICIÓN SOCIOCULTURAL
4
Esta sección se apoya principalmente en los trabajos de Rivière (2002), van der Veer y Valsiner
(1991), Valsiner y van der Veer (2000) y van der Veer (2007). Para facilitar la exposición, no se
cita puntualmente la fuente de cada una de las ideas o informaciones expuestas. Dimos prioridad
a trabajos que nos permitieran contextualizar los planteamientos de Vygotski en relación con las
condiciones de época y su trayectoria de vida; por tal razón no citamos directamente sus trabajos, 3
pues no interesa exponerlos.
104 En segundo lugar, Vygotski entendía que la vida del ser hu-
mano no sería posible si sólo tuviera que valerse del cerebro y
de las manos, sin los instrumentos que son productos sociales.
Concibió que tanto la vida material del individuo como la acti-
vidad psicológica son mediatizadas por instrumentos y estímulos
artificiales o convencionales, productos de la vida social, que
se convierten en medios auxiliares para actuar sobre el medio o
sobre la propia actividad.
En el estudio de esos instrumentos distinguió la mediación
por herramientas –que se orienta a la acción y/o transformación del
objeto o la naturaleza– de la mediación semiótica o actividad me-
diada por signos –principalmente el lenguaje– que no transforma
el objeto de la acción psicológica, sino que permite al ser humano
dominar sus propias fuerzas y regular el propio comportamiento y
el de los demás.
En tercer lugar, para el psicólogo ruso los procesos psíquicos
surgen a partir de la actividad externa interpsicológica. Esto signifi-
ca que la estructura mediatizada de los procesos psíquicos surge
siempre sobre la base de la asimilación por el individuo concreto
de las formas de actividad, que se dan en el plano de las re-
laciones intersubjetivas. De aquí se infiere que los procesos
psicológicos tienen en su inicio un carácter interpsicológico, sólo
después comienzan a realizarse por el propio individuo adquirien-
do así su carácter intrapsicológico.
Asimismo Vygotski postuló una de las tesis fundamentales de
la Psicología: el mecanismo central del desarrollo psíquico es la
apropiación por el ser humano de las diferentes formas de la acti-
vidad humana, de los diferentes medios e instrumentos materiales
y espirituales creados por la cultura, como un proceso dinámico
mediado por las relaciones sociales con quienes le rodean en su
contexto sociocultural.
En correspondencia con estos planteamientos hizo otras formu
laciones más específicas, destacan: el concepto de zona de desa-
rrollo próximo (zdp) como principio esencial para la evaluación y la
formación del desarrollo, la relación entre enseñanza y desarrollo, los
dilemas y contradicciones como fuerzas motrices de este proceso,
la unidad afectiva-cognitiva y la enunciación de la vivencia (pe-
rezhivanie) como una unidad de análisis.
De acuerdo con lo expuesto en la sección anterior, es cla- 105
ro que la mera enunciación de las ideas básicas es irrelevante si
no las contextualizamos, de modo que se entienda la relación
entre ellas y las cuestiones de fondo, a las que Vygotski trata-
ba de responder con base en ellas. Después, se intenta situar el
contexto sociocultural e histórico en el que se desarrollaron las
ideas. Esto ayudará a comprender que los problemas de fondo que
enfrentó Vygotski en alguna medida siguen presentes hoy día, por
lo que aquí radica el valor de su obra; no así como reliquia histó-
rica ni objeto de culto.
CONTEXTUALIZACIÓN
Nacido en una familia judía culta, desde niño Vygotski tuvo contacto
intenso con la literatura, la poesía, el teatro y varios idiomas. Uno de
sus primos fue un lingüista y filólogo que escribió artículos literarios,
realizó traducciones de poesía y prosa de varias lenguas al ruso y
estuvo cerca del grupo de la escuela formalista de literatura rusa. Lev
vivió algunas de las expresiones del antisemitismo latente en Rusia
y desde temprana edad se interesó por la historia judía. Presidió
a los 15 años un grupo formado por algunos de sus hermanos,
amigos y compañeros de clase para estudiar la historia judía,
pero pronto empezaron a abordar cuestiones más abstractas: ¿qué
hace que una nación sea tal?, ¿cuál es el papel de la personalidad
de los hombres de Estado en la historia?5.
Desde entonces, Lev defendía un método hegeliano, históri-
co y dialéctico. Con todo, se mantuvo apartado de las cuestiones
políticas prácticas relativas a la identidad judía, aunque su padre
se involucró en asuntos legales posteriores a uno de los pogromos.
Empezó a estudiar Medicina en Moscú y luego cambió a
Leyes, pero ninguna le atrajo demasiado; hacia el final de su vida
TRADICIÓN SOCIOCULTURAL
5
Preguntas parecidas a las que se habían planteado antes autores como Lazarus y Steinthal. 3
106 En Shanyavsky tomó cursos de Filosofía, Psicología y Educa-
ción; aquí se volvió más evidente su interés por la segunda discipli-
na, pero en conexión con la literatura y el teatro. Siendo estudiante se
fascinó con Hamlet y pasó muchos años estudiando la literatura so-
bre esta obra teatral y escribiendo sus propios análisis al r especto.
Esto resultó, eventualmente, en su tesis de maestría y parte de la
doctoral. Según su hija, se graduó en ambas universidades, de modo
que además de su tesis sobre Shakespeare debe haber otra en algún
lugar sobre la ley romana o el concepto de derecho natural o civil en
el Tractatus de Spinoza.
Justo cuando se graduaba, estalló la Revolución de Octubre6,
la cual constituye el contexto básico, pero no exclusivo, para situar
su obra. Aunque se sabe poco de sus convicciones políticas, es
muy probable que saludara la revolución y que sus ideales estuvie-
ran cerca de los de la Ilustración: la razón traería tolerancia, pro-
greso y mejora social, vía el desarrollo de las ciencias, incluida la
Psicología. Sin duda le atrajo la filosofía del marxismo, de cuya
antropología retomó las tesis de que los humanos son usuarios y
constructores de instrumentos, así como seres sociales.
Como consecuencia de la revolución, se vio involucrado
en Gómel (ciudad donde había crecido) en enfrentar el proble-
ma social que representaba la gran cantidad de niños que habían
perdido sus hogares y se dedicaban a la vagancia, el robo y la
prostitución. Fue maestro en diversas escuelas, ante la cantidad de
vacantes que se produjeron en toda la sociedad por quienes huye-
ron de los sucesos revolucionarios o renunciaron a sus puestos por
desacuerdo con el nuevo régimen. También se dedicó a promover
el teatro y a mejorar el nivel cultural general en Gómel.
Sus intereses estuvieron enfocados en los mecanismos psico-
lógicos de la creación literaria y las cuestiones semióticas relativas
a la estrucutra y funciones de los símbolos, signos e imágenes
poéticas. Como señala Rivière (2002:18), sus intereses psicológi-
cos “nacieron de una preocupación más primaria sobre la génesis
de la cultura”. Su giro hacia la Psicología se hizo más notorio al
6
Movimiento social considerado la primera revolución socialista declarada del siglo xx, que logró
su triunfo en octubre de 1917 e implicó la transformación del imperio ruso de los zares en la
fundación de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (urss). El dirigente de esta revolución fue
Lenin, bajo la orientación de una filosofía marxista-leninista.
trabajar en la Escuela Normal de Gómel. Ahí fue donde estableció 107
un pequeño laboratorio psicológico. En 1924 partió hacia Moscú.
En Moscú se incorporó al Instituto de Psicología Experimen-
tal de la universidad, dirigido por Kornilov, quien había sustituido a
Chelpanov. El grupo era heterogéneo: psicoanalistas (siendo Luria
uno de los principales), fisiólogos, algunos seguidores de la Psico-
logía subjetivista de Chelpanov, estudiosos de la conducta animal,
psicólogos aplicados y activistas marxistas. Vygotski (1928/2012)
señala que aun bajo la dirección de Chelpanov, el Instituto inten-
taba explícitamente la unificación de las tendencias científica y
metafísica en Psicología. Bajo la dirección de Kornilov estaban
unidos por la creencia en la posibilidad de crear una psicología
marxista, aunque sin tener claro en qué consistiría, lo que pronto
dio lugar a desacuerdos.7
En ese periodo, Vygotski pensaba que la teoría de los reflejos
condicionados de Pavlov era la base sobre la que se desarrollaría la
Psicología como ciencia natural, al mostrar los orígenes terrenales de
las formas superiores de conducta y los mecanismos mediante los
que se desarrollan, bajo la idea de que “el mundo de la historia, la
cultura y el lenguaje es el dominio de lo condicionado [conditio-
nality]” (2012:94).
Vygotski tuvo un conocimiento profundo de las corrien-
tes psicológicas de su época: Wundt, Pierre Janet, Freud, Kurt
Lewin, Psicología de la Gestalt, trabajos del joven Piaget, ade-
más de los trabajos de Durkheim y Lévy-Bruhl en Sociología
y Antropología. Estudió lo que cada corriente aportaba, con el
objetivo de integrarlas en una concepción general, que explicase
la especificidad del ser humano y su desarrollo histórico.
Fue de este modo que se interesó en los problemas teóricos
del desarrollo, que lo llevaron al estudio de la diversidad cultural,
TRADICIÓN SOCIOCULTURAL
7
Después de la partida de Vygotski hacia Moscú, un análisis minucioso de su red de relaciones
personales y de colaboraciones académicas ha llevado a Yasnitsky (2011) a identificar cinco fases del
Y DE LA ACTIVIDAD
8
Luego de su muerte, durante los peores años del terror estaliniano, con el control ideológico del
partido sobre el trabajo científico, su obra se censuró y sólo se rehabilitó después de algunas décadas.
No obstante, no dejó de circular y, en algunos casos, de comentarse explícitamente (Fraser & 3
Yaznitsky, en prensa).
112 cuando se usan medios semióticos. Además, el mediador externo
no predice cuál será el mediador semiótico. Por ello, el estado fi-
nal del desarrollo se vuelve elusivo e impredecible. El niño puede
transformar de modo creativo e idiosincrático la ayuda que reci-
bió, por lo que el intento de predecir el futuro determinando la
zdp es engañoso. Este problema está asociado con el de la trans-
formación que sufre el lenguaje al interiorizarse porque, si como
pensaba Vygotski, las palabras o conceptos adquieren diferentes
sentidos personales, esto hace que la predicción se vuelva arriesga-
da e inconsistente.
Así Vygotski quiso mostrar la continuidad animal-ser huma-
no en el sentido darwiniano y la singularidad humana en el sentido
del marxismo; que los seres humanos habían en algún momen-
to de la historia hecho el salto dialéctico entre la necesidad bioló-
gica y el autodominio y la libertad.9 Y aquí radica la especificidad
de su proyecto de integración, que deja un legado desarrollado en
diversas direcciones.10
9
Ésta es una cuestión que actualmente se ha reanimado, a raíz del ascenso de la llamada
Psicología evolucionista, según la cual los procesos psicológicos son el efecto de módulos
de procesamiento cerebral que surgieron por selección natural en el pasado evolutivo de la
especie (Tooby & Cosmides, 2005).
10
Aún reconociendo el riesgo, señalado por Manuel de la Mata, de que hacer una relación de autores
se puede convertir en una tarea interminable, y además, de que está destinada a ser injusta con
muchos de ellos, entre los que estarían incluidos nuestros colegas y amigos españoles, consideramos
que ofrece un conjunto de “palabras clave” para las búsquedas que deberán hacer los estudiantes.
Éstas eventualmente los llevarán a encontrar a muchos de los autores omitidos.
11
Yasnitsky (2011) presenta una relación detallada de los momentos en que los autores
mencionados a continuación colaboraron con Vygotski y los temas sobre los que trabajaron, así
como los cambios que sucedieron luego de su muerte.
Un importante colaborador y discípulo de Vygotski fue 113
Alexander Románovich Luria, quien es considerado el fundador
de una nueva rama de la Psicología, la Neuropsicología; y quien
además hizo varias aportaciones en este campo del conocimiento.
Según Sacks, sus obras constituyen “el mayor tesoro neurológico de
nuestra época, tanto desde el punto de vista del pensamiento como
de la descripción de casos” (2012:293). De acuerdo con la síntesis
biográfica de Shuare (1987), sus primeras investigaciones se orien-
taron a problemas de Psicología aplicada, después a estudios de
los estados afectivos cuyos resultados formaron parte de su primera
tesis doctoral La psicofisiología de los procesos afectivos.
En los años 20, Luria colaboró junto con Vygotski y otros psi-
cólogos, en la elaboración de la teoría del desarrollo histórico-cul-
tural de los procesos psíquicos, así como en investigaciones sobre
el lenguaje y el desarrollo de los procesos psíquicos en el niño. A
partir de 1926 iniciaron sus investigaciones en Neurología sobre
alteraciones de los procesos psíquicos en enfermos parkinsonia-
nos y afásicos, que orientaron la fundación de la Neuropsicolo-
gía. Algunas de sus principales obras son: Estudios sobre historia
del comportamiento, Problemas de la actividad nerviosa superior
en el niño normal y anormal, Las funciones psíquicas superiores del
hombre y su alteración en casos de lesiones locales del cerebro,
Fundamentos de neuropsicología.
Alexéi Nikoláevich Leóntiev fue otro colaborador y discípulo
de Vygotski que también trabajó en la elaboración de la teoría histó-
rico-cultural de las funciones psíquicas superiores, así como en es-
tudios sobre memoria y atención voluntarias. A partir de los años 30
se dedicó a la realización del problema considerado esencial para
la psicología marxista: la actividad material, sensorial-objetal como
fuente del origen y desarrollo de los procesos psíquicos. En esta
cuestión encabezó investigaciones teóricas y experimentales orien-
TRADICIÓN SOCIOCULTURAL
12
Para Leóntiev, en la sociedad humana la relación entre el individuo y el objeto está mediada por
la experiencia colectiva y la división del trabajo. En este sentido, la actividad es en primera instancia
una categoría social, y las acciones de los individuos así como las operaciones que las conforman
sólo tienen sentido en el marco de dicha actividad social. Kozulin (2000) dice que, para hablar de
la actividad, Leóntiev usó categorías de la filosofía marxista (producción, apropiación, objetivación,
etc.) que no tenían ningún vínculo inmediato con las categorías psicológicas para hablar de las
acciones y las operaciones. Como quiera que sea, incluso dentro del campo de los adherentes a
la teoría de la actividad, hay debate hasta la fecha: para unos la actividad es necesariamente
colectiva y subordina las acciones individuales, mientras que para otros la actividad se realiza
predominantemente por individuos (véase Mind, Culture and Activity, 2005).
por él aceptadas, adquieren una fuerza estimulante, o sea, se 115
convierten en motivos de su conducta” (Bozhovich, 1977:64), y
que los motivos propios del ser humano son los sentimientos mo-
rales, las intenciones formadas, la autovaloración, etc. Sus princi-
pales obras fueron: Cuestiones de psicología de la personalidad del
escolar, Estudio de la motivación del comportamiento en niños y
adolescentes y La personalidad y su formación en la edad infantil.
Otro discípulo de Vygotski fue Alexander Vladimirovich Zapo-
rózhets, quien además es creador y director del instituto de educa-
ción preescolar de la Academia de Ciencias Pedagógicas de la urss.
Él destacó sobre todo en el campo del desarrollo y la educa-
ción del preescolar. Llevó a cabo investigaciones sobre la percepción
y el pensamiento del preescolar, concluyendo que el punto de parti-
da del desarrollo de los procesos cognoscitivos es la acción práctica.
Después trabajó en la elaboración sistemática del aspecto ontogené-
tico de la teoría psicológica de la actividad. En la elaboración de su
teoría del desarrollo de la percepción infantil planteó que el desarro-
llo surge como proceso de formación de las acciones perceptivas,
que se fundan en la aplicación de medios específicos elaborados
socialmente: los patrones o modelos sensoriales (Shuare, 1987).
A este autor se le reconoce el mérito de crear la teoría de la
amplificación: el enriquecimiento del desarrollo infantil, de la for-
mación eficaz de su personalidad por la educación y la enseñanza
dirigidas. Entre sus principales obras destacan: La psicología de
los niños de edad preescolar, El desarrollo de la percepción en la
primera infancia y la edad preescolar y La percepción y la acción.
En la concreción y desarrollo del proceso de interioriza-
ción destacaron las elaboraciones realizadas por otro discípulo de
Vygotski, Piotr Yákovlevich Galperin, quien al inicio de su labor
científica fue colaborador cercano de Leóntiev en torno a la historia
del desarrollo de la teoría de la actividad. A partir de los años 50 ela-
TRADICIÓN SOCIOCULTURAL
13
Situación de tensión por el conflicto político-ideológico, económico, técnico, militar e incluso
deportivo, generado después de la Segunda Guerra Mundial, de 1945 a 1991, entre dos bloques
Y DE LA ACTIVIDAD
OTRAS ELABORACIONES
Tan sólo para dar una idea de la vitalidad de esta tradición en la
actualidad, mencionaremos algunos autores que han contribuido
o siguen contribuyendo a su desarrollo.
Michael Cole es un psicólogo que contribuyó notablemente
a difundir la obra de Vygotski. Luego de algunas investigaciones de
tipo transcultural en África, Cole cuestionó los supuestos universa-
listas en los que se basaba y desarrolló una perspectiva que pone
TRADICIÓN SOCIOCULTURAL
da nuestra singularidad.
Otra área de su trabajo tiene que ver con la historia de la
Y DE LA ACTIVIDAD
A MODO DE CONCLUSIÓN-INVITACIÓN
Y DE LA ACTIVIDAD
REFERENCIAS
Arias, B. G. (2005). La persona en lo histórico cultural. Sao Paulo: Linear B.
Berenchtein, N. N. (2011). Entrevista con la profesora Marta Shuare. Psicologia em Estudo,
16(4), 677-687.
Berlin, I. (1999-2000). Giambattista Vico. Cuadernos sobre Vico,11-12, 17-32.
Blanco, F. (2002). El cultivo de la mente: un ensayo histórico-crítico sobre la cultura psico-
lógica. Madrid: Antonio Machado Libros.
Bourdieu, P. (2005). “La práctica de la sociología reflexiva” (Seminario de París). En P. Bourdieu
y L. Wacquant. Una invitación a la sociología reflexiva (pp. 301-358). Buenos Aires: Siglo
TRADICIÓN SOCIOCULTURAL
XXI Editores.
Bozhovich, L. I. (1977). Estudio de las motivaciones de la conducta de los niños y adolescen-
tes. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.
Y DE LA ACTIVIDAD
Calviño, M. (2008). Breve ensayo sobre la Psicología en Cuba. Revista Cubana de Psicolo-
gía, Número especial conmemorativo, 9-17.
Casino, R. A. (2005). El pensamiento lingüístico de Humboldt y su influencia en el siglo xx.
Interlingüística, 16(1), 125-135.
15
Quien mantiene una página en internet donde se encuentra una buena cantidad de referencias 3
de y sobre Vygotski, traducidas al español: http://vygotski-traducido.blogspot.mx
128 Cole, M. (1999). Psicología cultural. Una disciplina del pasado y del futuro. Madrid: Edi-
ciones Morata.
Contreras, F. J. (2003). Las raíces del “Verstehen” en Vico y Herder. Cuadernos sobre Vico,
15-16, 255-270.
Danziger, K. (1983). Origins and basic principles of Wundt’s Völkerpsychologie. British Jour-
nal of Social Psychology, 22, 303-313.
Foucault, M. (1976). Vigilar y castigar. México: Siglo XXI Editores.
Fraser & Yaznitsky (En prensa). Deconstructing Vygotsky’s victimization narrative: A re-
examination of the “Stalinist suppression” of Vygotskian theory. History of human
sciences (special issue on Vygotski’s legacy).
Greenwood, J. D. (2003). Wundt, Völkerpsychologie, and experimental social psychology.
History of Psychology, 6(1), 70-88.
Hohendorf, G. (1993). Wilhelm von Humboldt (1767-1835). Perspectivas, XXIII (1-2), 707-719.
Jahoda, G. (2006). Johann Friedrich Herbart: Urvater of social psychology. History of the
human sciences, 19(1), 19-38.
Kaptelinin, V. & Miettinen, R. (Eds.). (2005). Mind, Culture and Activity, 12(1). Número
especial sobre “Perspectives on the object of activity”.
Klautke, E. (2010). The mind of the nation: The debate about Völkerpsychologie, 1851-
1900. Central Europe, 8(1), 1-19.
_________. (2013). The mind of the nation. Völkerpsychologie in Germany, 1851-1955.
New York & Oxford: Berghahn.
Kozulin, A. (2000). Instrumentos psicológicos. Barcelona: Paidós.
Latour, B. (2001). La esperanza de Pandora. Barcelona: Gedisa.
Mairet, G. (1980a). “Pueblo y nación”. En F. Châtelet (Dir.). Historia de las ideologías. Saber
y poder (del siglo XVIII al XX) (tomo III, pp. 43-62). México: Premia Editora.
________. (1980b). “Libertad, igualdad”. En F. Châtelet (Dir.). Historia de las ideologías.
Saber y poder (del siglo XVIII al XX) (tomo III, pp. 63-78). México: Premia Editora.
Moreau, P. (1980a). “Sociedad civil y civilización”. En F. Châtelet (Dir.). Historia de las ideolo-
gías. Saber y poder (del siglo XVIII al XX) (tomo III, pp. 11-19). México: Premia Editora.
________. (1980b). “Naturaleza, cultura, historia”. En F. Châtelet (Dir.). Historia de las ideolo-
gías. Saber y poder (del siglo XVIII al XX) (tomo III, pp. 20-42). México: Premia Editora.
Pérez, G. y Yoseff, J. J. (2012). Desarrollo psicológico. Un enfoque sociocultural. México: fes
Iztacala, unam.
Ribot, Th. (1898). La psychologie allemande contemporaine (5ème édition). Paris: Félix
Alcan, Éditeur.
Rivière, A. (2002). La psicología de Vygotski. Madrid: Antonio Machado Libros.
Rose, N. (1998). Inventing ourselves. Psychology, power, and personhood. New York: Cam-
bridge University Press.
Sacks, O. (2012). El hombre que confundió a su mujer con un sombrero. Barcelona: Edito-
rial Anagrama.
Schön, D. A. (1998). El profesional reflexivo: cómo piensan los profesionales cuando ac-
túan. Barcelona: Paidós.
Shuare, M. (Comp.). (1987). La psicología evolutiva y pedagógica en la urss. Moscú: Edi-
torial Progreso.
Shweder, R. A. (2005). “Psicología cultural - ¿Qué es?”. En G. Pérez, I. de L. Alarcón, J. J. Yo-
seff y A. Salguero (Comps.). Psicología cultural (vol 1, pp. 1-42). México: fes Iztacala,
unam. (Obra original publicada en 1990).
Teo, T. (2005). The Critique of Psychology. From Kant to Postcolonial Theory. New York: Springer.
Tooby, J. & Cosmides, L. (2005). Conceptual Foundations of Evolutionary Psychology. En
D. M. Buss (Ed.). The Handbook of Evolutionary Psychology (pp. 5-67). New Jersey:
John Wiley & Sons.
Valjavec, F. (1964). Historia de la Ilustración en Occidente. Madrid: Ediciones Rialp.
Valsiner, J. (2012). A Guided Science. History of Psychology in the Mirror of its Making. New
Brunswick & London: Transaction Publishers.
_________. & van der Veer, R. (2000). The Social Mind. Construction of the Idea. New York: 129
Cambridge University Press.
van der Veer, R. (2007). “Vygotsky in Context: 1900-1935”. En H. Daniels, M. Cole & J. W.
Wertsch (Eds.). The Cambridge companion to Vygotski (pp. 21-49). New York: Cam-
bridge University Press.
__________, & Valsiner, J. (1991). Understanding Vygotski. Oxford: Basil Blackwell.
Vico, G. (1978). Principios de una ciencia nueva en torno a la naturaleza común de las
naciones. México: fce.
Vygotski, L. S. (1987). Historia del desarrollo de las funciones psíquicas superiores. La Ha-
bana: Editorial Científico Técnica.
____________. (2012). The science of psychology. Journal of Russian and East European
Psychology, 50(4), 85-106. (Obra original publicada en 1928).
Yasnitsky, A. (2011). Vygotsky circle as a personal network of scholars: Restoring connec-
tions between people and ideas. Integrative Psychological and Behavioral Science,
45(4), 422-457.
TRADICIÓN SOCIOCULTURAL
Y DE LA ACTIVIDAD
3
Tradición en psicoanálisis
y teoría social 4
José Refugio Velasco García
E
l campo específico de la tradición en psicoanálisis y teoría
social en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala (fesi),
representa una forma particular de trabajo docente, de in-
vestigación y de servicio que se ha configurado en el interior de
nuestra institución a lo largo de más tres décadas.
Esta fórmula de trabajo recupera muchos elementos desarrolla-
dos por Sigmund Freud y por otros psicoanalistas importantes, pero
también reconoce y retoma aportes de algunas ciencias sociales que
han permitido reflexionar en torno a los fenómenos psicológicos. La
denominación tradición psicoanálisis y teoría social, corresponde a
procesos curriculares propios de la fesi, pero es una resonancia del
trabajo que se ha llevado a cabo en países como Alemania, Fran-
cia, España, Estados Unidos, Argentina y por supuesto en Méxi-
co. En cada uno de estos países, encontramos modalidades dis-
tintas de articulación entre el psicoanálisis y las ciencias sociales.
132 ínculo inaugurado por el propio Freud cuando publicó Tótem y
V
tabú (1913/1985d), lo cual significa que esta relación lleva más de
un siglo.
En el caso particular de nuestra escuela, podemos señalar que
en un principio la tradición se conformó a partir de una serie de cues-
tionamientos hechos al modelo conductista, que prevaleció hacia
finales de los setenta y principios de los ochenta del siglo pasado
en la entonces enep (Escuela Nacional de Estudios Profesionales) Izta-
cala. Muy pronto esas críticas derivaron en un conjunto de preo-
cupaciones específicas, que fueron tomando cuerpo alrededor de
la articulación ciencias sociales-Psicología; historia de la Psicología;
problemas epistemológicos de la Psicología; la diversidad teórica-
metodológica de nuestra disciplina; así como la problematización
de las distintas prácticas de intervención de la Psicología. Esas pre-
ocupaciones se reflejaron en los contenidos temáticos de algunas
áreas y asignaturas distribuidas en los diferentes semestres de la carre-
ra. Así, surgieron serios cuestionamientos en áreas como Teoría de las
ciencias sociales y Psicología social teórica, Educación y desarrollo,
Educación especial y rehabilitación, incluso en el área de Psico
logía social aplicada.
Primero se buscó reivindicar algunos elementos que dejaba
de lado la tendencia conductista, tales como: la ideología del cien-
tífico; la construcción social de la ciencia en el mundo capitalista
y específicamente en los países dependientes; la recuperación de
la singularidad como ámbito legítimo de exploración en oposición
a las obsesiones de generalización de una ciencia positiva, y el ori-
gen y uso de las necesidades sociales. Dentro de estos elementos
una duda se habría paso con fuerza: ¿lo psicológico abarcaba sólo
los fenómenos conductuales?
Al tratar de dar respuesta a este último cuestionamiento,
pronto apareció en el horizonte la noción de subjetividad, con-
virtiéndose en una temática importante. En este proceso, algunas
expresiones del marxismo permitieron cierto nivel de esclareci-
miento en la medida en que esa tendencia hizo posible pensar
ciertos problemas desde una óptica distante a la visión positivista:
Un doble espectro analítico se abre con la obra de Marx: el análisis
de las determinaciones materiales –económicas e históricas– en la
constitución de la subjetividad se conjugan con el análisis de la ins-
cripción de los procesos subjetivos en la creación de los movimientos
políticos. La reflexión sobre la identidad se desplaza. El perfil de la 133
subjetividad surge de la génesis histórica y política de las estructu-
ras de clase, las condiciones de la memoria histórica y las figuras
institucionales derivadas del vínculo social, de las formas de propie-
dad, de los procesos de intercambio y del destino del trabajo (Mier,
1998:18).
MODERNIDAD Y SURGIMIENTO
DE LA DIVERSIDAD EN LA PSICOLOGÍA
Es importante situar en principio algunos rasgos básicos que carac-
terizan a la modernidad. De entrada podemos decir que estamos
de acuerdo con Daniel Gerber (2005) cuando afirma: “La moder- 135
nidad se funda en el ideal iluminista que busca extender los límites
de la razón por medio del desarrollo de la ciencia, lo que posibi-
litó que las áreas dominadas por la autoridad eclesiástica comen-
zaran a volverse laicas. La autoridad religiosa fue progresivamente
sustituida por una autoridad cuyo fundamento no podía ser la fe sino
el razonamiento” (pp. 93-94).
Esa preocupación por la razón, esa fe en el conocimiento,
es uno de los rasgos importantes de la modernidad. Otra caracte-
rística de ésta tiene que ver con el proceso de consolidación del
capitalismo. Dobb (1971) señala que ese proceso se articula a las
transformaciones económicas, políticas y geográficas que se vivie-
ron en gran medida en occidente a partir del siglo xvi, metamor-
fosis estrechamente relacionada con esa forma de producción
que generó un conjunto de relaciones sociales cada vez más
complejas y conflictivas.
En esta línea, César Avendaño (2002) precisa que el proceso
capitalista ha llegado a ser un fenómeno internacional que trajo como
consecuencia política la emergencia y consolidación de lo que algu-
nos autores han denominado Estado-Nación. Nos estamos refiriendo
aquí a las formas en que un país se gobierna y a la posibilidad de
que las transformaciones en las modalidades de producción, los
sistemas de intercambio y comercio de productos, impulsen cam-
bios en ese orden gubernamental, en las leyes que rigen la vida
cotidiana de las personas dentro de una geografía específica.
En estrecha relación con esa legalidad que va impulsando
el proceso capitalista al tratar de organizar tanto las relaciones del
hombre con la naturaleza, como el conjunto de las relaciones socia-
les, encontramos una multiplicidad de instituciones comerciales,
políticas, laborales, científicas, educativas, de salud, de vigilancia,
TRADICIÓN EN PSICOANÁLISIS
hay espacio para la ‘libertad’ o para la ‘crítica’ pues para Comte son
elementos que sólo contribuyen a la anarquía intelectual (Ochoa,
Aranda y Aguado, 2002:116).
Y TEORÍA SOCIAL
un proceso, más que como una sustancia. Para Wundt, “los hechos
psíquicos son acontecimientos y no cosas, ocurren… en el tiempo, y
no son jamás, en un momento dado, los mismos que en el momento
precedente” (Wundt 1873, II, 9:26)… A la hora de delimitar los ob-
jetivos de la ciencia de la mente, Wundt adoptó una perspectiva 4
140 analítica similar a la utilizada por la química, una de las ciencias
naturales que había experimentado un mayor desarrollo en aquella
época. Wundt pensaba que las ciencias naturales habían avanzado
gracias a la búsqueda y análisis de los elementos básicos en los que
se descompone su objeto. Por ello propuso, como objetivo de la
Psicología, el estudio científico de los elementos últimos de la con-
ciencia (sensación, imagen y sentimientos) y de sus leyes de combi-
nación (Garrido y Álvaro, 2007:33).
Fue Wilhelm Dilthey (1833-1911) uno de los que mostró con clari
dad su inconformidad con la unidad positivista, al plantear una cla-
Y TEORÍA SOCIAL
LA METAPSICOLOGÍA
Así pues lo que acabamos de comentar mantiene una relación estre-
cha con una pregunta pertinente de plantear en este momento: ¿qué
es el psicoanálisis? Carlos Fernández (2002) nos dice al respecto 4
que para Freud el psicoanálisis es un procedimiento “para indagar
148 los procesos anímicos, difícilmente accesibles por otras vías… un
método para el tratamiento de las perturbaciones neuróticas” (p.
254). Podemos agregar que es un conjunto de intelecciones psico-
lógicas, que se convierten en una nueva disciplina.
Estas características se aprecian tanto en la práctica clínica
como en la permanente producción teórica de lo que Perrés deno-
minó epistemología del psicoanálisis. Ésta se refiere a los distintos
caminos que ha tomado la práctica y la teoría psicoanalítica una
vez que se ha configurando dicha institución, la cual ve su naci-
miento cuando Freud aún se encontraba con vida. Así también
alude a toda una serie de argumentaciones que se producen en la
medida en que el psicoanálisis se va extendiendo por el mundo, y
en donde van apareciendo distintos autores en geografías diversas,
quienes recuperan lo dicho por el fundador de nuestra disciplina.
Algunos se han alejado de él al cuestionarlo, otros lo han enri-
quecido con sus planteamientos considerando los nuevos problemas
clínicos y el desarrollo de otras disciplinas humanas.
¿Qué es lo que caracteriza a la epistemología freudiana y
qué podemos tomar como punto de referencia para separarla de
la epistemología de Freud y de la epistemología del psicoanálisis?
A principios del siglo xxi Assoun (2004) nos propuso una vía para
enfrentar esta interrogante. En principio, como era de esperarse,
colocó a la hipótesis del inconsciente como elemento central de la
argumentación freudiana, junto con esto encontramos lo que el aus-
triaco denominó metapsicología. Assoun señala que la metapsicolo-
gía es el conocimiento que nos lleva a extraer todas las consecuencias
de esa hipótesis del inconsciente.
Esa metapsicología permitiría darle cierta inteligibilidad a
un proceso psíquico en la medida en que se podrían ubicar sus
aspectos dinámicos, tópicos y económicos. La metapsicología
aparece como logos que pretende dar cuenta del complejo devenir
clínico: “En efecto, la referencia a la metapsicología está destinada
a intentar salir de una aporía en el terreno clínico. Lejos de ser algo
previo o a priori, la intervención de la ‘hechicera metapsicología’
intercede puntualmente para trazar, con claridad los contornos de
una incertidumbre clínica” (Assoun, 2004:16). La metapsicología
es la serie de construcciones freudianas para enfrentar el territorio
clínico, que en muchas ocasiones nos aparece como un callejón
sin salida o como un enigma irresoluble.
Un primer rasgo de esa metapsicología es concebir al psi- 149
quismo como un conjunto de procesos que se desarrollan en cier-
tos lugares, los cuales mantienen entre sí una relación compleja.
En el texto de Freud denominado Proyecto de una psicología para
neurólogos (1895/1985) establece una distinción entre las neu-
ronas y sus respectivas funciones, lo cual representó una primera
insinuación de la geografía psíquica, es decir, de aquello que des-
pués denominó aparato psíquico. A pesar de la tentación de situar
anatómicamente a éste, Freud no cedió, e insistió en hablar de un
aparato psíquico sin referentes anatómicos. También se le da prio-
ridad dentro de la metapsicología a la pulsión y sus destinos, por
lo que la represión nos remite a la dinámica o teoría de las fuer-
zas, sus relaciones recíprocas y contradictorias. Asimismo encon-
tramos la dimensión económica, donde se aprecian las cantidades
comprometidas e invertidas en el devenir de los conflictos, y en los
desplazamientos de las fuerzas.
Assoun (2004) nos hace pensar que es en el nudo de esos
tres procesos donde cobra forma “lo inconsciente” como “objeto
metapsicológico”, incluso llega a hablar de que el psicoanálisis y
la metapsicología pueden emplearse como sinónimos: “La meta
psicología es el ‘núcleo’ teórico del psicoanálisis, es incluso su
otro nombre… podría verse en ella a una especie de hijo bastardo
de la metafísica y de la psicología, en tanto que se mantiene en el
horizonte de la ciencia… la carne de la metapsicología es el ma-
terial clínico. La metapsicología no es otra cosa sino aquello que
eleva la experiencia analítica a la altura de un saber” (p. 9).
Después de ubicar a la metapsicología como un aspecto
central de la epistemología freudiana, conviene hacer una breve
descripción de ciertos momentos clave para la constitución de la
misma, para hacer referencias generales a la epistemología del psi-
coanálisis. Con esto intentamos apreciar la manera en que hemos
TRADICIÓN EN PSICOANÁLISIS
LA INSTITUCIONALIZACIÓN
Y EXTENSIÓN DE LA TRADICIÓN
Un momento crucial para la epistemología freudiana es el en-
TRADICIÓN EN PSICOANÁLISIS
CONCLUSIONES
Como ya lo hemos señalado, la recuperación de lo inconsciente
es central en nuestra tradición, así como el acercamiento a disci-
plinas humanas que aceptan tácita o explícitamente esta premisa.
Reconocemos que hay todo un campo de la Psicología que privi-
legia otras dimensiones del ser humano, incluso hemos identificado
cierto tipo de Psicología social que se concentra en fenómenos, ta-
les como el rol, el estatus, el altruismo, la influencia del grupo.
Un buen ejemplo de este tipo de acercamiento a la Psicolo-
gía social, lo encontramos en lo expuesto por David Myers (2000).
Vemos difícil conciliar nuestro trabajo con ese tipo de propuestas,
en la medida en que la dimensión inconsciente y la misma catego-
ría de sujeto están ausentes. En cambio, el acercamiento se facilita
con aquellos autores que aprecian al grupo, las instituciones, o
cualquier colectividad humana como espacios y tiempos investi-
dos por la pulsión y la fantasía. Así también, por un interjuego de
representaciones conscientes e inconscientes, donde se dan cita lo
libidinal y lo mortífero en una permanente relación intersubjetiva
e intrasubjetiva.
Por supuesto que también quedan incluidos aquí los proce-
sos articulados al poder, a los distintos discursos, y a las formas
en que el sujeto y el grupo se colocan ante su ejercicio. Todo este
conjunto de elementos producidos en tiempos y espacios especí-
ficos, nosotros los situamos bajo la denominación de subjetividad.
Es por eso que quienes trabajamos al interior de esta tradición nos
percatamos de la distancia que puede existir con una Psicología
social que ignora procesos subjetivos con estas características.
Esta manera de entender la subjetividad ha sido posible gra- 165
cias a que nos hemos aproximado con relativa facilidad a autores
que toman en serio los planteamientos freudianos y que provienen
de disciplinas como pueden ser la Filosofía, la Historia, la Antro-
pología, la Lingüística y la Sociología. El acercamiento a éstas y al
psicoanálisis, ha dependido de las trayectorias formativas e inte-
reses de cada uno de los compañeros que pertenecen a la tradición
dentro de la fes Iztacala. Esto trae como consecuencia que las proble-
máticas y los conceptos que se privilegian sean muy diversos en
nuestra tradición.
Encontramos así una diversidad que es valiosa, en la me-
dida en que en diferentes encuentros, coloquios, seminarios y
cursos compartidos, nos hemos visto en la obligación de repensar
los distintos marcos referenciales de quienes formamos parte de
esta tradición. Consideramos que esa labor ha repercutido favo-
rablemente en la formación de los estudiantes de la licenciatura
en Psicología. Pues los ha colocado en condiciones de ampliar
sus perspectivas teóricas y de intervención, al recuperar la relación
psicoanálisis-teoría social entrelazada a los procesos subjetivos
donde ocupan un lugar importante los fenómenos inconscientes.
En nuestra tradición hemos reflexionado, a través de la pro-
ducción de textos y la realización de intervenciones, las siguientes
problemáticas: la historia de la Psicología y el psicoanálisis; los pro-
blemas epistemológicos en la Psicología social y el psicoanálisis;
los fenómenos subjetivos y su relación con la salud y la enfer-
medad; la implicación en los procesos de intervención; el poder, las
instituciones y las disciplinas; los grupos vulnerables y su integración;
la ética en la Psicología y el psicoanálisis; la subjetividad en los es-
pacios de reclusión y en los fenómenos de migración; la sociedad
globalizada, el consumo y el ejercicio del poder; la posibilidad de
TRADICIÓN EN PSICOANÁLISIS
REFERENCIAS
Assoun, P-L. (1984). Introducción a la epistemología freudiana. México: Siglo XXI.
________. (2004). La Metapsicología. México: Siglo XXI.
Aulagnier-Castoriadis, P. (1997). La violencia de la interpretación. Del pictograma al enun- 4
ciado. Buenos Aires: Amorrortu.
166 Avendaño, C. (2002). “Contexto histórico-social del surgimiento de la psicología”. En I.
Aguado, C. Avendaño y C. Mondragón. Historia, psicología y subjetividad (pp. 49-
76). México: fes Iztacala, unam.
Bion, W. R. (1980). Experiencias en grupo. Buenos Aires: Paidós.
Bleichmar, N. y Leiberman, C. (1992). El psicoanálisis después de Freud: Teoría y clínica.
México: Eleia Editores.
Brentano, F. (1942). Psicología. Buenos Aires: Schapire.
Carrascoza, C. (En prensa). “Wilhem Maximilian Wundt”. En C. García (Coord.). Los mejores
psicólogos del mundo. México: Trillas.
Castoriadis, C. (1992). Psicoanálisis. Proyecto y elucidación. Buenos Aires: Nueva visión.
Dobb, M. (1971). Estudios sobre el desarrollo del capitalismo. México: Siglo XXI.
Fernández, C. (2002). “Una introducción al tema del sujeto en Jacques Lacan”. En C. Mon-
dragón. Concepciones de ser humano (pp. 172-188). México: Paidós.
Freud. S. (1985a). Proyecto de una psicología para neurólogos. En Obras Completas (tomo
I, pp. 323-389). Buenos Aires: Amorrortu. (Obra original publicada en 1895).
________. (1985b). La interpretación de los sueños. En Obras Completas (tomos IV y V, pp.
1-746). Buenos Aires: Amorrortu. (Obra original publicada en 1900).
______. (1985c). Tres ensayos para una teoría sexual. En Obras Completas (tomo V, pp.
109-224). Buenos Aires: Amorrortu. (Obra original publicada en 1905).
______. (1985d). Tótem y tabú. En Obras Completas (tomo XII, pp. 1-165). Buenos Aires:
Amorrortu. (Obra original publicada en 1913).
_______. (1985e). Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico. En Obras
Completas (tomo XIV, pp. 1-64). Buenos Aires: Amorrortu. (Obra original publicada
en 1914).
_______. (1985f). Psicología de las masas y análisis del yo. En Obras Completas (tomo
XVIII, pp. 63-136). Buenos Aires: Amorrortu. (Obra original publicada en 1921).
_______ y Breuer, J. (1985). Estudios sobre la histeria. En Obras Completas (tomo II, pp.
1-342). Buenos Aires: Amorrortu (Obra original publicada en 1893-1895).
Foulkes, S. H. (1981). Psicoterapia Grupo-Analítica. Método y Principios. México: Gedisa.
Garrido, A. y Álvaro, J. L. (2007). Psicología social. México: McGaw-Hill.
Gay, P. (1996). Freud. Buenos Aires: Paidós.
Gerber, D. (2005). El psicoanálisis en el malestar en la cultura. Buenos Aires: Lazos.
Hernández, V. y Mondragón, C. (2008). “¿Sociedad de consumo? Ensayo sobre econo-
mía, afectividad y objetos”. En C. Mondragón, C. Avendaño, C. Olivier y J. Gue-
rrero (Eds.). Saberes de la psicología. Entre la teoría y la práctica (pp. 176-198).
México: fes Iztacala, unam.
Hothersall, D. (1997). Historia de la psicología. México: McGaw-Hill.
Kaës, R. (1995). El sujeto y el grupo. Elementos para una teoría psicoanalítica del grupo.
Buenos Aires: Amorrortu.
_______. (1999). Las teorías psicoanalíticas del grupo. Buenos Aires: Amorrortu.
Lacan, J. (1995). El Seminario 2: El Yo en la teoría de Freud y en la técnica Psicoanalítica.
México: Paidós. (Obra original publicada en 1954-1955).
Leiberman, C. y Bleichmar, N. (2013). Sobre el psicoanálisis contemporáneo. México: Paidós.
Lourau, R. (1975). El análisis institucional. Buenos Aires: Amorrortu.
Mannoni, O. (1979). La otra escena. Claves de lo imaginario. Buenos Aires: Amorrortu.
Mier, R. (1998). “Bitácora de seducciones: contribuciones para la construcción de los
conceptos de sujeto y subjetividad en la uam-Xochimilco”. En I. Jáidar (Comp.).
Tras las huellas de la subjetividad (pp. 7-27). Colección Cuadernos del TIPI, 6. Mé-
xico: uam, Xochimilco.
Mondragón, C. (2002). “Surgimiento de la psicología moderna”. En I. Aguado, C. Avenda-
ño y C. Mondragón (Coords.). Historia, psicología y subjetividad (pp. 77-99). Méxi-
co: fes Iztacala, unam.
Mueller, F-L. (1980). La Psicología contemporánea. México: Fondo de Cultura Económica.
Myers, D. (2000). Psicología social. México: McGraw-Hill.
Ochoa, F., Aranda, B. y Aguado, I. (2002). “Contexto científico y el auge del positivismo”. 167
En I. Aguado, C. Avendaño y C. Mondragón. Historia, psicología y subjetividad (pp.
102-120). México: fes Iztacala, unam.
Perrés, J. (1988). El nacimiento del psicoanálisis. Apuntes críticos para una delimitación
epistemológica. México: Plaza y Valdés, uam, Xochimilco.
Pichon Rivière, E. (1981). El proceso grupal. Del psicoanálisis a la psicología social (tomo I).
Buenos Aires: Nueva Visión.
Robert, M. (1983). La revolución psicoanalítica. México: Fondo de Cultura Económica.
Velasco, J. y Pantoja, M. T. (2010). “El grupo como espacio de indagación e intervención”.
En C. Mondragón, C. Avendaño, C. Olivier, y J. Guerrero. (Coords.). Saberes de la Psi-
cología. Entre la teoría y la práctica. (vol. II, pp. 117-139). México: fes Iztacala unam.
_______________________. (2012). El sujeto y el grupo. Instrumentos conceptuales para
la exploración de la subjetividad. Revista Electrónica de Psicología Iztacala, 15(1),
marzo, 327-347.
TRADICIÓN EN PSICOANÁLISIS
Y TEORÍA SOCIAL
4
Tradición
existencial-humanista 5
Gabriela Delgado Sandoval
Roque Jorge Olivares Vázquez
L
o que inició con el doctor Juan Lafarga Corona, hace 49
años como un curso de Counseling –asesoría psicológica
con orientación terapéutica– en la Universidad Iberoame-
ricana, es ahora un movimiento ampliamente difundido en
México y en otros países de habla hispana. Nos referimos a la Psi-
cología existencial humanista y el desarrollo humano, los cuales
ofrecen una novedosa forma de enfocar el crecimiento de las perso-
nas desde la óptica de la salud y la educación y no solamente des-
de la patología, como comúnmente había sido a bordado el tema
por la psicoterapia.
Una de las más importantes aportaciones de esta tradición
de la Psicología, fue abrir a la investigación lo que sucede en el
proceso terapéutico, a través de los trabajos de Rogers (1989), y
recuperar la psicoterapia como campo de trabajo del psicólogo,
limitado por mucho tiempo a psiquiatras y psicoanalistas.
170 La breve historia de la Psicología humanista en México guar-
da un gran paralelismo con su historia en los Estados Unidos, aun-
que en nuestro país ha derivado en un movimiento más amplio
encabezado por el doctor Lafarga y que se conoce como “desarro-
llo humano”.
En la unam, particularmente en la Facultad de Estudios Supe-
riores Iztacala, la búsqueda de nuevas opciones profesionales que
respondieran a las necesidades de la realidad social de nuestro país,
nos llevó a un grupo de profesores egresados de la carrera de Psico-
logía a promover y consolidar la expansión de la tradición existencial-
humanista en el marco del desarrollo curricular de la licenciatura en
Psicología. Esto después de haber sido formados bajo el enfoque del
análisis experimental de la conducta que prevalecía en la década
de los setenta, cuando se fundó la carrera en la fesi.
Consideramos un logro para el movimiento del desarrollo
humano, la introducción de la Psicología humanista1 en la unam,
hecho que ha jugado y sigue jugando un rol importante en la histo-
ria de este movimiento en México ya que para cualquier enfoque
conceptual y metodológico, es fundamental contar con el aval de
la máxima casa de estudios de nuestro país.
Es por ello que en este capítulo pretendemos dar a conocer
puntualmente, las características de dicha corriente, exponiendo
sus bases teóricas, sus principios filosóficos, su soporte metodoló-
gico, las ideas centrales de sus más representativos exponentes y
por supuesto, sus principales campos de aplicación. La finalidad
es que los alumnos y alumnas de la fesi que serán formados en el
nuevo plan curricular, conozcan esta tradición disciplinar.
La Psicología humanista es una perspectiva dentro de la Psi-
cología académica que se nutre fundamentalmente de los principios
ideológicos y filosóficos de dos de las vertientes culturales más im-
portantes de nuestra civilización: el humanismo y el existencialismo.
HUMANISMO
Comúnmente se ha vinculado el término humanismo, al complejo
y multiforme movimiento cultural europeo de los siglos xiv a xvi
1
La Psicología con orientación humanista ha sido llamada “Psicología humanista” en todos los
países de habla hispana por diferentes autores y asociaciones.
que transformó nuestra civilización, y que se conoce en la historia 171
como Renacimiento o Edad del humanismo.
Sin embargo, el humanismo renacentista estaba implícito en
otras culturas que sirvieron de base para la construcción de nuestra
sociedad contemporánea, como lo son las culturas griega y romana.
Éstas corresponden al origen más antiguo de este movimiento que
surgió específicamente entre los siglos iv y v a. C., denominados
históricamente como la Edad de Oro del mundo helénico; época
en la cual se desarrolló el ideal umanitas, es decir, la confianza en
el poder formador y transformador del ser humano, a través de las
humanidades: la Filosofía, la poesía y las artes en general.
Prácticamente mil años después, durante el Renacimiento
se retomaron los vestigios del pensamiento grecolatino que ha-
bían sobrevivido a la depredación de la Edad Media y se crearon
los studia humanitatis, como el principal instrumento educativo de
transformación cultural de la época; que abarcaban el estudio y
comprensión de la Gramática, la retórica, la poesía, la Historia y la
Filosofía moral.
No obstante, debemos tener presente lo señalado por Puledda
(1996), con respecto a que los studia humanitatis, no son una simple
estrategia pedagógica, sino el más poderoso medio de transforma-
ción cultural que buscó el desarrollo de las cualidades humanas en
pro de una vida digna, libre y feliz del individuo en sociedad.
A partir de la época renacentista, el humanismo adoptó di-
versos significados en el marco de una multitud de enfoques filo-
sóficos, en los cuales sus promotores han definido la esencia del
ser humano y el camino que ha de seguir para su completa reali-
zación. De acuerdo con Puledda (1996), además del Renacimien-
to, el marxismo, el cristianismo y, por supuesto, el movimiento
filosófico existencialista, son las principales ideologías que a nivel
mundial han hecho suyos los principios básicos del humanismo.
El marxismo pretendió liberar a la humanidad de cualquier
EXISTENCIAL-HUMANISTA
EXISTENCIALISMO
El existencialismo representa una revolución cultural nacida en el
seno de la reflexión filosófica europea de finales del siglo xix, la
cual se extendió y penetró rápida y profundamente todas las esfe-
ras del quehacer humano del mundo occidental. Surgió a partir de la
crisis del paradigma racionalista, que había estado vigente desde fina-
les del siglo xvii bajo el cobijo de las ideas de Hegel (1770-1831),
así como del cuestionamiento que realizaron los intelectuales del
siglo xix, ante el creciente, desmesurado y deshumanizado indus-
trialismo, que cimentó su desarrollo en la progresiva interrelación
de la actividad científica y la evolución tecnológica. Esto último
fue justificado por sus defensores, a partir de las ideas de “orden y
progreso” postuladas desde la cosmovisión positivista del filósofo
y sociólogo francés, Auguste Comte. Además, a partir de la segun-
da mitad del siglo xix, impregnó la atmósfera intelectual, ideológi-
ca, política y cultural de la civilización occidental.
En la Filosofía, el existencialismo representa un m ovimiento
contrario al enfoque exacerbadamente intelectualista que pre-
tende explicar la naturaleza humana exclusivamente desde lo
racional, pues considera que con ello se promueve una compren-
sión parcial y desnaturalizada de la experiencia de los individuos.
Contrariamente a ello, el existencialismo pugna por rescatar la
experiencia subjetiva de las personas mediante la descripción
y la comprensión de la existencia concreta (Jolivet, 1976). En el
ámbito sociocultural, dicha corriente inició como expresión de la
crisis desencadenada por las profundas transformaciones psicoló-
gicas y sociales, que emergieron a partir de la voraz y v ertiginosa
r evolución motivada por el desarrollo del bucle tecnológico-cien- 173
tífico-industrial. En el arte y las ciencias humanas configuró una
extensa corriente literaria, así como una multifacética forma
de expresión plástica y artística, fiel reflejo de la manifestación de
múltiples formas de enfrentar la experiencia subjetiva y, por su-
puesto, la vida social.
Específicamente el inicio de la revolución existencialista pue-
de ubicarse en el centro de la crítica social que de manera con-
tundente expresó en su obra el filósofo danés Sören Kierkegaard
(1813-1855). Él manifestó su preocupación ante el vertiginoso y
despiadado desarrollo científico y tecnológico que comenzaba a
emerger en el Siglo de las Luces, el cual no sólo depredó la natu-
raleza, sino que acabó con los valores y las formas de vida social
que hasta entonces habían colocado en el epicentro de su interés,
lo esencialmente humano (1985 [1859]).
Pero, a pesar de la fuerza que por sí mismo tenía el pen-
samiento de Kierkegaard, fueron necesarias dos conflagraciones
mundiales para que sus ideas se propagaran, cuestionando las for-
mas de organización social y el comportamiento de los individuos
que se habían impuesto e imperado a partir de la Revolución In-
dustrial durante los siglos xviii, xix y primera mitad del xx. Sólo en-
tonces los intelectuales plantearon los problemas concernientes al
sentido de la vida, al destino del ser humano, a la libertad y sobre
todo a la responsabilidad personal y social que implica la existen-
cia, dando con ello pie al movimiento existencialista.
Al igual que los materialistas dialécticos, los existencialis-
tas consideran que la sociedad es la única que hace posible el
desarrollo de lo esencialmente humano. Pues la conformación de
una conciencia personal es un proceso sociohistórico y socioa-
fectivo que se lleva a cabo concretamente en la vida de relación,
como lo insinúa la fórmula Yo-Tú, planteada por el filósofo Martin
Buber (1878-1965).
EXISTENCIAL-HUMANISTA
3. Es consciente
4. Tiene capacidad de elección
5. Es un ser intencional que busca y crea significados.
TRADICIÓN
DESARROLLO HUMANO
EXISTENCIAL-HUMANISTA
El desarrollo humano existencial-humanista es uno de los concep-
tos más versátiles dentro de la psicología humanista contemporá-
nea que ha ido creciendo como una filosofía del hombre, de la so-
EXISTENCIAL-HUMANISTA
Primer periodo
Durante este periodo, que abarca de 1940 a 1945, tanto las hipó-
tesis derivadas de la práctica como sus verificaciones, se concen-
traron en las variables del proceso psicoterapéutico operantes en la
persona que recibía ayuda.
El paradigma utilizado para formular las hipótesis en forma
operacional fue el siguiente: si la persona que recibe ayuda siente la
necesidad de recibirla, tiene una inteligencia mínima suficiente y no
está rodeada de un medio ambiente adverso; si el terapeuta actúa
como facilitador de la expresión y no interviene directamente, y si
entre ambos se establece una buena relación, entonces, la persona
que recibe ayuda:
a. Sentirá una creciente aceptación de sus expresiones y ma-
nifestaciones de sentimientos como propias.
b. Reconocerá y aceptará la imagen que se forma gradualmen-
te de sí misma.
c. Tomará decisiones más responsables.
d. Adquirirá un conocimiento más profundo de sí misma.
e. Crecerá hacia la independencia personal.
El análisis y trabajo de verificación de estas hipótesis se hizo
con base en las transcripciones completas de procesos psicotera-
péuticos y los datos empíricos obtenidos en las entrevistas. Como
se indicó antes, en la investigación se analizó el proceso en la
persona que recibía ayuda. La única característica del terapeuta que 187
se tuvo en cuenta en este primer periodo fue su capacidad para es
tablecer una relación personal satisfactoria con la persona que reci-
bía ayuda, a fin de facilitar la manifestación del potencial de ésta y
evitar toda forma de intervención directa, circunstancias mínimas
para hacer posible el proceso.
El sistema teórico emanado de tales hipótesis básicas se cono-
ció como “psicoterapia no directiva”, apelación congruente con el
énfasis en las condiciones o circunstancias de la persona que reci-
bía ayuda y el conocimiento que se tenía entonces de la participa-
ción no directiva del terapeuta.
Segundo periodo
El segundo periodo, que se extiende de 1946 a 1953, estuvo orienta
do por una interrogante de suma importancia que dejaron sin res-
puesta los primeros estudios: ¿en qué consistía la participación del
psicoterapeuta en el proceso?
La impresión de aparente pasividad y falta de iniciativa en
este enfoque, se debió, en gran parte, a las primeras formulaciones
que no proporcionaron una descripción sistemática de la parti-
cipación del psicoterapeuta en el proceso. Así pues, durante el
segundo periodo los estudios se orientaron a proporcionar una for-
mulación más completa de todo el proceso, en la cual se incluyó,
en forma más explícita, la participación del terapeuta.
Hubo un gran número de investigaciones al respecto, y entre
las que podemos destacar están las de Snyder (1945), Seeman (1949),
Bergman (1951), Scherer (1949), Cartwright (1954); sin embargo, es
difícil incluirlas todas en el presente texto. Éstas llevaron a Ro-
gers al descubrimiento más importante del segundo periodo: el
movimiento dirigido a cambios positivos y permanentes en la in-
tegración de la personalidad, hacia actitudes más satisfactorias y
EXISTENCIAL-HUMANISTA
constructivas para con los demás y para con ellos mismos y hacia
cambios positivos en la conducta de los sujetos, se relacionó más
bien con el grado de empatía, actitud positiva y congruencia de los
TRADICIÓN
Tercer periodo
La investigación de este periodo se refiere a las “condiciones nece-
sarias y suficientes para el proceso psicoterapéutico” (Rogers, 1958).
Durante este periodo, de 1950 a 1955, las nuevas hipóte-
sis que subsumen y reformulan las anteriores, podrían expresarse
operacionalmente de la siguiente forma:
a. Si dos personas entran en contacto y una de ellas experimen-
ta ansiedad y necesidad de ayuda psicoterapéutica.
b. Si el terapeuta es congruente consigo mismo.
c. Si el terapeuta experimenta una actitud positiva incondicio-
nal hacia la persona que recibe ayuda.
d. Si el terapeuta muestra además una comprensión empáti
ca hacia la otra persona.
e. Si la persona que recibe ayuda percibe que haya en el te-
rapeuta congruencia, una actitud positiva incondicional y
comprensión empática, el proceso psicoterapéutico estará 189
en marcha.
Lafarga (2013) dice que Rogers después de sus investigacio-
nes que le permitieron reformular sus hipótesis, llegó a los plan-
teamientos siguientes:
a. En el proceso de la psicoterapia se manifiesta la tendencia que
tiene la persona a crecer, adaptarse y buscar su salud emocio-
nal. Así que el psicoterapeuta sólo tiene que facilitar que se li-
beren los obstáculos que impedían el desarrollo de la persona.
b. Para que se dé el proceso de crecimiento debe trabajarse
principalmente con los sentimientos de la persona más que
con la parte racional de la experiencia.
c. Es importante trabajar con el presente de la persona y la for-
ma en que vive sus experiencias en el aquí y ahora más que
trabajar con su pasado.
d. La relación que establecen el terapeuta y el cliente es funda-
mental para el crecimiento y el proceso de la psicoterapia.
Cuarto periodo
A partir de 1955 la práctica psicoterapéutica centrada en el clien-
te, con el cúmulo de datos obtenidos de la práctica clínica y de la
investigación, evolucionó hacia lo que hoy día se considera psicote
rapia experiencial. Se trata de una psicoterapia más amplia y cons-
ciente no sólo de los elementos que constituyen las experiencias de la
persona que recibe ayuda y del psicoterapeuta en un periodo determi
nado, sino también de los resultados de la interacción de estas expe-
riencias, mediante un proceso de clarificación, enriquecimiento e
integración (Lafarga, 2013).
La importancia de este cuarto periodo radica en el proceso
psicoterapéutico, considerado como un desarrollo de la persona
EXISTENCIAL-HUMANISTA
Quinto periodo
Carl Ransom Rogers llegó en 1964 a la Jolla, como residente del Ins-
tituto Occidental de las Ciencias de la Conducta en California, y fue
miembro fundador del Centro para Estudios de la Persona. A partir
de ello su labor como psicoterapeuta e investigador fue ininterrum-
pida y su fecundidad como escritor no tuvo paralelo en periodos
anteriores. Durante estos años Rogers analizó las implicaciones
de los descubrimientos y de las nuevas formulaciones de la teoría
centrada en la persona en el desarrollo de los grupos, a través de
la comunicación interpersonal, en 1970; en las relaciones inter-
personales del matrimonio, en 1972, y en el inmenso campo de la
educación, en 1969.
Un aspecto del enfoque centrado en la persona que es im-
portante mencionar, es que éste ha tenido desde sus inicios una
estrecha vinculación con las universidades, debido a que Rogers
trabajó con estudiantes universitarios. Por ello, fue sencillo para él
formular sus hipótesis acerca de las condiciones que facilitan un
aprendizaje significativo en los alumnos.
Sexto periodo
De 1980 a la fecha, los trabajos que se han llevado a cabo en di-
versas partes del mundo y especialmente en América y en Europa
han sido innumerables.
En una reunión de la Asociación Americana de Psicología del
Oeste llevada a cabo en la Universidad de San Diego, California,
Rogers moderó una sesión en que se discutió con qué calificativo
debería ser descrito el enfoque: “¿centrado en el cliente?” o “¿cen-
trado en la persona?”. A partir de esa memorable sesión hasta su
muerte, Rogers se refirió al enfoque como el enfoque centrado en
la persona. Es probable que haya pensado que la palabra persona 191
incluye a todos los que en alguna forma participan en cualquiera
de los procesos en que la relación interpersonal es la base. Por
tanto, se refiere también a la persona misma del psicoterapeuta, del
profesor, del administrador o del acompañante. De tal suerte que
puede, sin lugar a dudas, significar un enfoque centrado en todas
las personas participantes en una relación, sea ésta individual o de
grupo, educativa, psicoterapéutica o de trabajo.
LOGOTERAPIA
Como ya hemos mencionado, es la tercera escuela vienesa de
la psicoterapia, promovida por el neurólogo y psiquiatra Viktor
Frankl, y que se basa en el análisis existencial. En ésta la voluntad
de sentido es un concepto importante, pues es considerada como
una primera motivación de la persona.
Algunos conceptos que son importantes y que nos sirven
como marco referencial de este tipo de terapia son:
• Voluntad de sentido: es una característica inherente a nues-
tra existencia que lleva a los seres humanos a buscar con
ahínco sus ideales, valores y la misión de su existencia.
• Voluntad de libertad: se refiere a que todo ser humano es
capaz de tomar sus propias decisiones, llevándolo a elegir
libremente su destino.
• Neurosis noógena: es el producto de problemas existencia
les no resuelto, se dice que la persona se encuentra en cri-
sis existencial y espiritual.
• Depresión noógena: es un estado de inactividad, en el cual
la persona no encuentra el sentido de su vida, ni el signifi-
cado de su actividad.
• Noodinámica: es la confrontación interior a la que las perso-
nas estamos sujetas para tomar decisiones y es gracias a esta
EXISTENCIAL-HUMANISTA
EN LA CLÍNICA
TRADICIÓN
EN LA EDUCACIÓN
La educación centrada en el alumno es la cara educativa del enfoque
centrado en la persona, que surge desde los orígenes del plantea-
miento rogeriano. Los elementos principales de este proceso edu-
cativo, según González (1987) son:
1. Confiar en que el estudiante posee un potencial innato para
aprender, desarrollarse y relacionarse.
2. No es posible enseñar a una persona, lo más adecuado es
facilitar su propio aprendizaje hacia lo que le es significativo
en su vida.
3. Cuando el estudiante aprende de manera significativa, esto
se vuelve trascendental en su vida.
4. Cuando la persona aprende significa que tendrá un cambio,
lo cual en ocasiones puede ser percibido como amenazante y
se resiste; pero cuando el aprendizaje es significativo y tiene
una aplicación práctica en su vida, la resistencia es menor.
5. El estudiante no debe sentirse amenazado en su dignidad
por lo que se debe propiciar un clima de seguridad y confianza.
6. Al participar el estudiante de manera activa durante el proce-
EXISTENCIAL-HUMANISTA
EN LA COMUNIDAD
La Psicología de la comunidad es un campo que ofrece al psicó-
logo la posibilidad de desarrollar nuevos roles profesionales para
intervenir no sólo con individuos, sino a nivel de sistemas sociales de
diferentes grados de complejidad, y plantea nuevas ideas, como la
acentuación de la intervención en el sistema social para cambiar el
comportamiento del individuo. De este modo, el campo de la in-
tervención comunitaria, desde el punto de vista de la Psicología, se
ha expandido para incluir no sólo la promoción de la salud men-
tal, sino a todos aquellos programas que contribuyan al desarrollo
integral de la persona y de las comunidades en las que participa.
Según Gómez del Campo (1999), algunos de los supuestos bá-
sicos característicos de la Psicología comunitaria son:
• Acentúa la prevención primaria como un objetivo fundamen-
tal. Ésta se refiere a todo esfuerzo dirigido a evitar la aparición
de un problema, la alteración o mal que pudiera afectar al
individuo o a su comunidad.
• Es comprensivo u holista. Pretende actuar en la sociedad
como un todo, a diferencia de los enfoques tradicionalistas
que tienden a fragmentarla.
• Es desprofesionalizante. Una de las metas de la Psicología de
la comunidad es facilitar el proceso mediante el cual indivi-
duos y grupos asumen responsablemente su propio poder.
• Es interdisciplinario. Puede aplicarse a todas las profesiones. 199
La naturaleza de sus metas pide la colaboración estrecha en-
tre diversos campos profesionales y científicos.
• Es concientizador y politizante. En la medida de que la co-
munidad descubre sus necesidades, evalúa sus recursos y se
percata de su propio poder, tiene lugar el creciente desarro-
llo de la conciencia individual y social que se manifiesta en
mayor interés, participación y responsabilidad comunitaria.
En esta área es importante mencionar la labor de Ricardo Se-
rrano al frente del Centro de Desarrollo de la Comunidad, que
durante 30 años ha sido un espacio de aplicación de los enfo-
ques humanistas en comunidades marginadas.
EN LAS ORGANIZACIONES
Según O’ Reilly III y Pfeffer (2000, citados en Gómez del Campo,
2008) las organizaciones centradas en las personas encuentran
éxito a largo plazo en industrias altamente competitivas. Lo logran no
ganando la “guerra por el talento”, sino liberando el talento y la
motivación que ya tienen las personas.
Gómez del Campo (2008) nos plantea que existen seis prác-
ticas gerenciales y administrativas de las organizaciones centradas
en las personas, y éstas son:
1. Colocar en primer lugar los valores y la cultura. La caracte-
rística más visible que diferencia a una organización centra-
da en las personas de otras son sus valores y el hecho de que
éstos tienen prioridad incluso sobre el precio de las acciones.
2. Hacer que los valores sean reales por medio de la alineación y
la consistencia. Los ejecutivos deben creer en los valores, actuar
en congruencia con ellos y debe haber una congruencia entre
los valores de la organización y su expresión en la práctica.
EXISTENCIAL-HUMANISTA
REFERENCIAS
Buber, M. (1994). Yo y tú. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión. (Obra original publicada
en 1956).
Comte, A. (1980). Discurso sobre el espíritu positivo. Madrid: Biblioteca Nueva.
Corchado, A. (2012). Psicología Humanista: actualidad y desarrollo. La Habana: Editorial de
Ciencias Sociales.
Dicaprio, N. (1999). Teorías de la Personalidad. México: McGraw-Hill.
Frankl, V. (1994). El hombre en busca del sentido último. México: Harla.
________. (2004). El hombre en busca de sentido. México: Herder.
Fromm, E. (1986). El corazón del hombre. México: Fondo de Cultura Económica.
_________. (1987). La condición humana actual. Barcelona: Paidós.
Gendlin, E. (1999). El focusing en psicoterapia: Manual del Método Experimental. Ma-
drid: Paidós.
Ginger, A. y Ginger, S. (1993). Gestalt: una terapia de contacto. México: El Manual Moderno.
Goble, F. (1991). La Tercera fuerza: la psicología propuesta por Abraham Maslow. Mé-
xico: Trillas.
Gómez del Campo, J. (1992). “La intervención comunitaria desde el enfoque centrado en
la persona”. En J. Lafarga y J. Gómez. (Eds.). Desarrollo del potencial humano (vol. 4,
pp. 25–45). México: Trillas.
_____________. (1999). Psicología de la comunidad. México: Plaza y Valdés.
_____________. (2008). Características de una organización centrada en las personas.
Prometeo: fuego para el propio conocimiento, 54, 20-22.
González, A. (1987). El enfoque centrado en la persona: aplicaciones a la educación. Mé-
xico: Trillas.
_________. (1995). De la sombra a la Luz. México: Universidad Iberoamericana.
González, R. y Valdés, H. (1994). Psicología Humanista: actualidad y desarrollo. La Habana: Edi-
torial de Ciencias Sociales.
Gordon, T. (1988). Liderazgo y dirección centrados en el grupo. En C. Rogers. Psicoterapia cen-
trada en el cliente (pp. 217-278). Buenos Aires: Paidós.
Hegel, G. (1995). Fenomenología del espíritu. México: Fondo de Cultura Económica. (Obra 203
original publicada en 1807).
Jolivet, R (1976). Las doctrinas existencialistas: de Kierkegaard a Jean-Paul Sartre. Ma-
drid: Gredos.
Kierkegaard, S. (1985). Mi punto de vista. Madrid: Sarpe. (Obra original publicada en 1859).
Lafarga, J. (1986). Desarrollo del potencial humano (vol. 2). México: Trillas.
________. (1989). “Contexto histórico del enfoque centrado en la persona”. En J. Lafarga y
J. Gómez. (Eds.). Desarrollo del potencial humano (vol. 3, pp. 24-57). México: Trillas.
________. (1992). El desarrollo humano hacia el año 2000. Prometeo, 0, 5-19.
________. (2013). Desarrollo Humano. El crecimiento personal. México: Trillas.
Lindzey, G., Hall, C. y Manosevitz, M. (1992). Teorías de la Personalidad. México: Limusa.
Martorell, J. (2008). Fundamentos de psicología. Madrid: Ramón Areces.
Maslow, A. (1987). La personalidad creadora. Barcelona: Kairós.
_________. (1990). La amplitud potencial de la naturaleza humana. México: Trillas.
Matson, F. (1984). Conductismo y Humanismo: ¿enfoques antagónicos o complementa-
rios? México: Trillas.
Moreno, S. (2009). Descubriendo mi sabiduría corporal. Focusing. México: Focusing.
Naranjo, C. (1991). La vieja y novísima Gestalt. Santiago: Cuatro Vientos.
Olivares, R. (2005). La construcción socio-existencial de los varones hoy. Tesis de maestría.
México: Universidad Iberoamericana.
Pareja, G. (1990). El Mundo y el Tiempo de Viktor Frankl. México: San Pablo.
________. (1992). Las Manzanas cayendo sobre mi cabeza. México: San Pablo.
Puledda, S. (1996). Interpretaciones del humanismo. México: Plaza y Valdés.
Quitman, H. (1989). La psicología humanística. México: Herder.
Rogers, C. (1958). A process conception of psycotherapy. En American Psychologist,
13, 142-149.
________. (1989). “La psicoterapia centrada en el cliente y la vida familiar”. En C. Rogers. El
proceso de convertirse en persona (pp. 275–287). Buenos Aires: Paidós.
________. (1990). Grupos de encuentro. Buenos Aires: Amarrarte.
________. (1991). “La naturaleza del hombre”. En J. Lafarga y J. Gómez. (Eds.). Desarrollo
del potencial humano (vol. 1, pp. 29-34). México: Trillas.
Salama, H. y Castanedo, C. (1993). Manual de diagnóstico, intervención y supervisión para
psicoterapeutas. México: El Manual Moderno.
Sartre, J. P. (1983). El existencialismo es un humanismo. México: Quinto Sol.
_________. (1984). El ser y la Nada. Madrid: Editorial Lozada.
Velasco, L. y Quintanilla, L. (2009). “Quiénes abrieron brecha: el humanismo en psicología”.
En Manual para facilitar un camino para educar en el amor. México: Desafío.
EXISTENCIAL-HUMANISTA
TRADICIÓN
5
Tradición de la complejidad de la
Psicología, entre la catástrofe y el caos 6
Fernando Quintanar Olguín
E
l lector que se encuentre con el presente texto puede estar
tranquilo, pues el contenido que leerá es menos dramático
que lo que parece sugerir el título del mismo. Sin embargo,
el estudiante que desee estudiar Psicología, o aquel que ya
la estudia pero está definiendo sus preferencias intelectuales y sen-
tido profesional, deberá considerar que leer dicho documento
requiere tener en cuenta el momento en que se elaboró. La razón
es que el tema aquí abordado es todavía reciente, pero cada día es
más considerado en la Psicología moderna, ampliando la diversidad
de aproximaciones teóricas como las que conforman los otros capí-
tulos del libro y que rondan casi el siglo desde que hicieron acto
de presencia.
Por lo general el joven estudiante de Psicología, o quien se
interesa en ella, tiene una idea diferente de lo que es ser psicó-
logo y cómo se ejerce esta disciplina científica. A lo largo de mi
206 e xperiencia docente me he encontrado con alumnos que esperan
se les enseñen técnicas, trucos, procedimientos o indicaciones de
cómo poder influir en las personas; pero esta idea no siempre co-
rresponde con la realidad, generalmente el estudiante no cuen-
ta con información suficiente de cómo la Psicología ha llegado a
contar con estrategias para intervenir en diferentes áreas, niveles y
tipos de comportamiento. El alumno tiene el reto no sólo de aprender
el conocimiento que se ha generado en la disciplina, también tiene el
reto y la oportunidad de generar enseñanzas nuevas a partir de los
avances de ésta.
Este capítulo tiene la finalidad de integrar en un texto intro-
ductorio al estudio de la Psicología, las diferentes propuestas que
se han denominado como tradiciones. Pero en el caso de la pro-
puesta de caos y complejidad no hay una historia tan extensa que
ya se pueda tomar como tradición, más bien es una propuesta
que poco a poco se está construyendo para llegar a ser una. El es-
tudiante de Psicología tendrá que aprender que nuestra disciplina
se ha nutrido de diferentes aproximaciones filosóficas, ha elabo-
rado diferentes modelos y, quizá lo más importante, ha realizado
aportaciones que le han dado identidad propia como ciencia, y
sus avances han llevado a que en la práctica y enseñanza de la
Psicología deban incluirse en las propuestas curriculares contem-
poráneas. Para poder dar estructura a la información que el estu-
diante revisará aquí, se organizará en los seis apartados siguientes:
I. Condiciones histórico-sociales y académicas del surgimien-
to de la tradición.
II. Desarrollo teórico-metodológico a lo largo del tiempo, con
siderando los principales autores y sus planteamientos
conceptuales.
III. Campos de intervención que comprende la tradición.
IV. Desarrollo de la tradición en México.
V. El encuentro con el caos y la complejidad.
VI. Aportaciones del enfoque de la complejidad a la Psicología.
En cada uno de estos apartados se podrá ver de qué mane-
ra se fueron concretando las tendencias que, sin poder ser consi-
deradas como una tradición hasta este momento, sí han logrado
aportaciones que permiten pensar en un enfoque emergente en la
Psicología que pronto se convertirá en una tradición.
CONDICIONES HISTÓRICO-SOCIALES 207
Y ACADÉMICAS DEL SURGIMIENTO DE LA TRADICIÓN
El interés por la complejidad como concepto ha tenido una larga
trayectoria, no así como enfoque para comprender la realidad, y
uno de los psicólogos que más ha escrito sobre caos y compleji-
dad, desde mediados de los ochenta, es Frederic Munné, de quien
retomaremos muchos de sus planteamientos. Pero también abor-
daremos las ideas de uno de los pensadores más importantes sobre
la complejidad que es Edgar Morin.
Munné (1994) plantea que entender el caos como ausencia
de orden significa que el caos no es lo antagónico de orden (que
corresponde al desorden) sino la negación de éste, pues es el recono-
cimiento de que no hay una claridad conocida, lo que coincide con
la idea primigenia griega de lo indiferenciado y amorfo. Con base
en el trabajo de Parain en 1971, Munné plantea que desde la An-
tigüedad el caos fue visto como un desorden destructor de lo exis-
tente y fuente generadora del orden. Durante la época del Egipto
faraónico se desempeñó el rol de generador de caos al padre de
los dioses, Nut o Nun; también lo fue en la mitología babilónica
con Apsu y Tiamat, que surgen de un magma primitivo; así como
en el pensamiento chino, con el Yin y el Yang (p. 189).
Munné, retomando lo planteado por Cavendish en 1964,
también señala que en la filosofía presocrática griega hay dos tér-
minos importantes. El término apeiron, empleado por Anaximan-
dro, para designar lo indeterminado e infinito como origen de to- TRADICIÓN DE LA COMPLEJIDAD DE LA PSICOLOGÍA,
das las cosas, y el término caos, con el que Anaxágoras se refería
a la mezcla primitiva donde todas las cosas están en germen y
que hace posible que el nous, como principio del orden, las haga
realidad. Como se puede notar, desde la visión que se tenía en la
ENTRE LA CATÁSTROFE Y EL CAOS
y mucho más.
Morin considera que pareciera que el futuro está en crisis por-
que no hay más predicción sino hipótesis y posibles escenarios. Con
esto entramos en la era de la problematización generalizada y del fin
de los grandes mitos, además de que la mayoría de las grandes
soluciones se vuelven a convertir en problemas sin dejar de ser so-
luciones. Las propias revoluciones de la ciencia llevan a afrontar la
complejidad, y al seguir su proceso se encuentran con la presencia 6
210 de la catástrofe, que es otro concepto que se incorpora al lenguaje de
la ciencia, y que también debe ser revisado.
Después del Renacimiento llegó el Siglo de las Luces, con
una preponderancia (que Morin reconoce como hegemonía) de la
razón. El auge previo de la ciencia, con Galileo, Descartes y Bacon
se sustentó en bases empírico-racionales que favorecieron el acceso
al saber, pero separando a los objetos del conocimiento entre sí y
abriéndose, al mismo tiempo, una distancia entre estos objetos y el
sujeto que los conoce. De esta forma se disuelve la complejidad.
Morin señala que la razón se convierte en soberana en el siglo xviii
francés, y la ciencia tiene su auge con la idea de que el universo
es totalmente accesible a la razón. Esta razón soberana se volvió
casi un mito religioso, descartó otras culturas y otras formas de pen-
samiento no occidental, y con ello rechazó otras posibilidades de
riqueza del pensamiento humano, sobrevaloró el pensamiento occi-
dental y sacrificó el oriental y el de las culturas indígenas.
Todo esto generó un conflicto que se enfrenta con la necesi-
dad de una revolución epistemológica en la que es indispensable
una racionalidad compleja que afronte contradicciones e incer-
tidumbres sin que las desintegre o anule, que supere la primacía
del cálculo y la lógica abstracta. Se requiere reconocer que no hay
racionalidad sin afectividad.
Esta racionalización también llevó a la compartimentación
de la ciencia, construyéndose sectores conceptuales que rechaza-
ron ciertos vínculos e intercomunicaciones. Las arbitrarias fronte-
ras de la ciencia rompieron la sistematicidad y multidimensionalidad
de los fenómenos, la abstracción matemática escindió lo concreto
y lo separó del contexto. Cuestionar la racionalidad dominante lle-
vó a repensar diversos conceptos, entre los que se incluyen, el de
complejidad, caos y catástrofe, además se consideró que hay una
relación entre la subjetividad y el reconocimiento de la compleji-
dad. La nueva racionalidad ha buscado superar los límites artificia-
les de las ciencias y abrió la puerta a la transdisciplina.
Morin plantea una pregunta: ¿a qué llamamos complejo? Y
de ésta se desprenden dos señalamientos importantes: un plantea-
miento de lo que es la propia complejidad, y otro de lo que es el
pensamiento complejo.
La complejidad es una cualidad de la naturaleza, la cual es
tan incierta que parece que no podemos darle una definición; pero
el pensamiento complejo es el que intenta responder al desafío de 211
la complejidad, y no a la imposibilidad para entender algo que
pone en evidencia la incapacidad para responder a una pregun
ta o problemática. Por otra parte, el pensamiento complejo re-
gistra dos cosas a las que hay que responder, la primera es lo
incierto, y la segunda es re-ligar lo que se ha separado, se trata de
buscar siempre la relación de inseparabilidad.
En este sentido, según Morin, el pensamiento complejo
necesita:
a. Un pensamiento que una lo que está disjunto y compartido
b. Un pensamiento radical
c. Un pensamiento multidimensional
d. Un pensamiento organizador o sistémico
e. Un pensamiento ecologizado
f. Un pensamiento que relacione la ecología y la acción
g. Un pensamiento que reconozca que está inacabado y nego-
cie con la incertidumbre.
Esto implica que cuando la complejidad incorpora a la in-
certidumbre entonces se encuentra con el caos.
Al formular las preguntas ¿qué es la complejidad? ¿a qué
se refiere su contenido?, se han obtenido respuestas confusas a
estas cuestiones y han llevado a que en la Psicología se planteen
diferentes aproximaciones. En el lenguaje cotidiano los conceptos
de caos y complejidad suelen ser entendidos como algo negati-
vo y problemático, pero en el caso de las disciplinas científicas
TRADICIÓN DE LA COMPLEJIDAD DE LA PSICOLOGÍA,
las palabras se utilizan en un contexto determinado y se refieren a
instancias más específicas de lo que pensamos en la vida diaria. Su
uso requiere poder pensar en orden y de forma consistente, y el
estudiante debe aprender a pensar con disciplina en este sentido.
ENTRE LA CATÁSTROFE Y EL CAOS
obedecen a otras leyes que los explican, pero son leyes distintas
de las conocidas en el punto de equilibrio en que se encontraban
antes del cambio. En las crisis desaparecen fortunas, ríos, países,
culturas, especies biológicas, formas de comportamiento, etc.,
pero también aparecen nuevas. Crisis y caos no son sinónimos
ni equivalen a desastre o ignorancia, también es necesario tener
claro que una cosa es cambio y otra es progreso.
En el caso de la Psicología hay nuevas formas de comporta-
miento que surgen con nuevas formas de organización p sicosocial, 6
214 y un ejemplo de esto lo podemos ver en el uso de los sistemas
computacionales y medios de comunicación electrónica en la
vida diaria. Estos patrones de comportamiento en la convivencia y
las relaciones interpersonales antes no existían y, al igual que en la
Biología, toda nueva función comporta un cambio de estructura y
de comportamiento.
Hasta hace poco los sistemas complejos se abordaban descom-
poniéndolos en sus diferentes componentes. Se tenía la esperanza de
que al estudiar por separado cada uno de sus componentes y luego
conjuntar la información obtenida, se podría predecir cómo evo-
lucionaría el sistema. Pero esta idea resultó errónea aun cuando se
hacía lo que se podía hasta el momento; faltaba reconocer otros
aspectos que estaban presentes pero que todavía no se les había
especificado y considerado como era necesario.
logía futura. Esto lleva a tener que hacer una revisión de la actua-
lidad de varios de los enfoques, o tradiciones, que conforman la
Psicología contemporánea.
Para poder realizar este proceso se requiere empezar a de-
limitar el conjunto de planteamientos que se deberán conjuntar
para poder desarrollar el enfoque de caos y complejidad en Psico-
logía. Munné (2005) expone que la concepción de la complejidad
ha pasado por tres grandes etapas. La primera se originó a fines 6
216 del siglo xix y maduró hasta bien entrado el primer tercio del siglo
xx, gracias a los avances de la nueva física centrada en la mecá-
nica cuántica y la teoría de la relatividad. Además, se caracterizó
por incorporar la presencia de la complementariedad y la incer-
tidumbre, como conceptos necesarios para comprender la nueva
realidad donde se rebasa la geometría euclidiana y se revaloran las
ecuaciones no lineales.
En la segunda etapa que va de los años treinta a la década
de los sesenta emergieron las teorías de sistemas, cibernética e in-
formación. En ellas se generaron los conceptos de retroalimenta-
ción de constancia y tendencias, así como el de sistemas abiertos.
La tercera etapa se da en la época actual, y se inició en los se-
senta con las nuevas teorías que intentan explicar fenómenos in-
esperados y algunos resultados obtenidos por serendipia.
Antes de continuar es preciso comentar que para Munné
hay dos graves peligros, por parte de las ciencias sociales, en la
asunción de esa ciencia de la complejidad y de las nuevas teorías
que coadyuvan a su construcción. Uno proviene de percibir-
las como un paso más hacia la matematización del conocimiento
científico; otro es el de verlas como un factor de desideologización
del mismo conocimiento. Considerando estas observaciones y re-
tomando el agrupamiento en cuatro aproximaciones que se men-
cionaron antes, revisaremos brevemente cada una de ellas.
6
222 El caso de la teoría de catástrofe de cúspide
en el enfoque de caos y complejidad
Espinoza (1995) plantea que, en sentido estricto, pensar es crear
nuevos conceptos o estructuras que permiten ampliar el dominio
inteligible de la naturaleza, y en este sentido Thom (2000) es un
matemático original al desarrollar la teoría de catástrofe de cúspi-
de. Pues esta teoría no solamente tiene serias implicaciones mate-
máticas, sino incluso implicaciones epistemológicas.
En la teoría de catástrofe un concepto central es el de sin-
gularidad. Las singularidades aparecen cuando los puntos de una
superficie se proyectan sobre otra mientras que las superficies son
topológicamente deformadas. Pero hay que recordar que la Topo-
logía es el estudio de las propiedades de los objetos que quedan
invariables mediante una transformación continua.
El punto singular es aquel que no es ordinario, es un punto
en el cual no todos los coeficientes son continuos. Existe al menos
un valor de uno de los puntos que no es continuo y se pueden
tener funciones en puntos máximos y mínimos, donde se ve cómo
se deforma la imagen de un objeto al pasar a formar la imagen de
otro diferente al original, o cómo se puede pasar del dibujo de la
imagen de una cara al perfil de una mujer desnuda al transformar
la continuidad de los trazos que conforman las imágenes, según lo
señala Saunders (1980).
La presencia de singularidades en objetos y eventos con-
lleva a cambios cualitativos que se concretan en instancias bien
diferenciadas. Según el mismo Espinoza (1995), la teoría de catás-
trofe más que una teoría es una metodología para estudiar la for-
ma de las cosas. En última instancia el mundo consiste en formas
y fuerzas. Por esta razón en la metodología de catástrofes, Thom
combina los medios de los sistemas dinámicos (que son la génesis
dinámica de las formas) y de la topología diferencial (génesis está-
tica de las formas), para explicar las catástrofes o discontinuidades
en las instancias donde se producen cambios bruscos de estado.
La catástrofe elemental designa toda situación de conflic-
to entre regímenes locales. En un espacio abstracto el cambio de
un sistema es representado por la trayectoria de un punto que se
mueve sobre una superficie de comportamiento uniforme, y la ca-
tástrofe se presenta cuando el punto se ve forzado a saltar de una
región de la superficie a otra.
La teoría de catástrofe tiene dos tipos de aplicaciones. En 223
algunos campos de las ciencias “duras” permite un cálculo cuan-
titativo y predicciones precisas en fenómenos físicos o químicos
bien definidos. Se pueden detectar cambios en algunas cualida-
des del fenómeno observado, tales como modificaciones de su
inclinación en una gráfica, o variaciones en su simetría como en
los fractales o en los distintos modelos de catástrofes ya identifi-
cados por los matemáticos.
Pero la otra aplicación de la teoría de catástrofe correspon-
de a las ciencias como la Biología, Psicología y Sociología, en
donde la catástrofe puede verse más bien como un modelo cua-
litativo y hermenéutico que intenta captar el significado oculto en
los cambios de forma. En este sentido Thom (2000), hace la dis-
tinción entre significación y verdad verificada, pues considera que
hay confusión entre esta última y el sentido que pudiera dársele a
esa verdad.
La trayectoria del doctor Munné es, sin duda, muy rica. En una
entrevista que Soto y Cisneros le realizaron en 2001, él señaló que:
En la actualidad, si se examinan en conjunto las teorías e investi-
gaciones en el campo de la complejidad vemos que aunque van
ENTRE LA CATÁSTROFE Y EL CAOS
CUARTA APROXIMACIÓN:
LA PROPUESTA unam IZTACALA
En la fes Iztacala la aproximación a la complejidad tuvo dos cami-
nos. Uno quedó trunco por parte del área de métodos cuantitativos, TRADICIÓN DE LA COMPLEJIDAD DE LA PSICOLOGÍA,
CAMPOS DE INTERVENCIÓN
QUE COMPRENDE LA TRADICIÓN
Por principio de cuentas se debe entender que la Psicología, al
igual que todas las demás ciencias, tiene un amplio camino que se
ha sustentado en lo que en la Filosofía de la ciencia hoy se llama
enfoque científico de la investigación. Ya no se habla de método 6
236 científico pues este concepto ha sido superado por el de enfoque
(Méndez, 2013). Este cambio conceptual ha llevado a considerar
nuevas ideas que surgen en diferentes ciencias, pero que tienen
atributos que permiten que se les vincule a pesar de su origen tan
disímil. Es decir, ya no es suficiente con tomar ideas, por ejem-
plo de la Biología, para generar nuevos conocimientos biológicos,
ahora hay conocimiento biológico que se ha generado gracias a
que fue posible retomar conceptos de otras disciplinas como la Ci-
bernética o las Matemáticas. Lo mismo ha pasado con la Psicolo-
gía al retomar nuevos enfoques y visiones conceptuales que no se
originaron inicialmente en ésta, sino en disciplinas tan diferentes
como la Agricultura y la Economía.
En el caso de la Psicología hay psicólogos que se interesan en
revisar qué paradigmas aún tienen vigencia y cuáles aproximacio
nes epistemológicas permiten estudiar esos nuevos paradigmas. Se-
gún Munné (2005), la Psicología moderna está sufriendo una trans-
formación al tratar de dejar el estudio del comportamiento con
una visión simplista y reduccionista: partía de una visión lineal del
mundo, e incluso mecanicista; que parecía ser entendida a partir
de un armado de rompecabezas que paulatinamente iba tomando
forma, y donde las pequeñas desviaciones o errores eran pensa-
dos como consecuencia del azar o limitaciones en las mediciones
realizadas; que pensaba que los cambios ínfimos eran irrelevan-
tes; que asumía que nuestras formas de conducta eran secuencias
lineales o proporcionales a sus causas identificables que las pro-
ducen; o que pensaba que las irregularidades son anómalas y hasta
patológicas, incluso consideraba que pensar de la forma correcta era
pensar en una forma que no es contradictoria. Además, se conce-
bía que los procesos emergentes o autorganizativos son excepcionales,
que casi no existían.
El mismo Munné plantea que se ha llegado al momento en
que la Psicología tiene que hacer una revisión de sus bases episte-
mológicas y conceptuales, que han sido marcadas por la filosofía
griega y el pensamiento occidental; lo mismo que de sus estrate-
gias metodológicas y de la forma de realizar el análisis y revisión
de los datos obtenidos con nuevas técnicas y estrategias de investi-
gación, intervención y aplicación. Para que se pueda realizar esto
en Psicología se requiere ir más allá de los límites disciplinarios y
acercarse más al conocimiento transdisciplinario que comparten 237
muchas ciencias hoy día.
El paradigma de la complejidad en la Psicología tendrá como
implicación principal la revisión de cómo y desde dónde hemos ge-
nerado el conocimiento psicológico que hoy tenemos, en este sen-
tido son de utilidad los planteamientos de Morin ya menciona-
dos. Esto también conlleva a una revisión de la trascendencia del
conocimiento psicológico que hemos adquirido. Nos veremos en
la necesidad de revisar si con las propuestas que hemos realizado
también hemos resuelto los problemas que tanto lo necesitan, y si
nuestras propuestas de ejercicio profesional y científico de la Psi-
cología han sido lo más pertinentes que hubiéramos podido hacer
(Ardila, 2002).
36 6 17 3 1 8 71
enfoque de complejidad.
Su influencia ha permitido que se cuente con una serie de
elementos conceptuales que crea vínculos entre la Psicología y
otras ciencias, además ha permitido que los fenómenos psicológi-
cos se puedan reconocer en diferentes grados de complejidad que
naturalmente les corresponden. Entre los elementos conceptuales
que se pueden tomar en cuenta en dicha disciplina incluye pensar lo
psicológico como algo compuesto en forma de multicomponentes, 6
ver la condición de proceso y sistema, pensar en diferentes niveles
242 simultáneos de interacción, en repeticiones de lo psicológico en
diferentes escalas, y otros aspectos más.
2. En el desarrollo de alternativas para estrategias metodológi-
cas. En este sentido se han realizado algunas consideraciones sobre
cómo poder diseñar las investigaciones con el enfoque de compleji-
dad. Las principales propuestas se han centrado en realizarlas pen-
sando en diferentes niveles de interacción; en considerar la propia
dinámica de lo que se investiga tratando de evitar la rigidez y per-
cepción estática de lo que sucede; en la incorporación de técnicas
cualitativas que den sentido a los resultados cuantitativos; en to-
mar en cuenta la idea de los sistemas adaptativos complejos (sac),
entre otros.
3. En el desarrollo de diferentes opciones para el análisis de da-
tos e información. El enfoque de complejidad ha permitido el desarro-
llo de nuevos modelos estadísticos o matemáticos para el análisis de
datos, como por ejemplo, el análisis de la dimensión fractal en las
organizaciones de empresas, o la ley de Zipf sobre la aparición de
palabras en un texto o discurso donde se observa un efecto frac-
tal. En general se han desarrollado propuestas para el análisis de
diversos comportamientos sociales y dinámicas organizacionales
(Quezada, 2005).
4. En la apertura de otras opciones de intervención en Psico-
logía aplicada. Bütz (1993) ha señalado que muchos patrones de
comportamiento observados en psicoterapia parecen cumplir ciclos
en diferentes formas y hace referencia a las teorías de Freud, Jung y
Erikson como ejemplos que enfatizan comportamientos similares.
Bütz señala que en estos enfoques, y otros más, se da un proceso
en el que se presentan un ciclo trascendental y un self transi-
torio hacia el cambio. En este sentido la relación del terapeuta
como contenedor, el proceso terapéutico mismo y el cambio
terapéutico son una triada que conjunta los atributos de un
sistema complejo.
El enfoque de la complejidad invita a pensar de otra forma la
idea de lo cualitativo, además tiene serias implicaciones teóricas.
Según Sokal, hay riesgo de que por verlo como algo difícil y com-
plicado entonces se digan cosas importantes, tal como lo señaló
en su crítica a los textos de Lacan al señalar el uso erróneo de
conceptos matemáticos en los que cayó el propio Lacan y nadie
señaló. De ahí la importancia de tener honestidad intelectual. 243
Para Munné el enfoque de complejidad tiende a superar las
limitantes entre ciencias exactas y ciencias sociales. Si el paradig-
ma de la complejidad desarrolla su potencial es previsible que
las ciencias sociales dejen de ser dos modos alternativos de hacer
ciencia. El futuro estaría en una visión no dicotomizada del pano-
rama científico en general; se podría ver que el conocimiento del
mundo natural y del mundo humano es un mismo tipo de conoci-
miento y no dos tipos diferentes.
El estudiante de Psicología se va a encontrar con tendencias
teóricas que parecen ser divergentes, pero que desde el enfoque
de caos y complejidad tienen muchos elementos en común, y las
fronteras de las diferentes ciencias ya no serán tan rígidas. El
enfoque de caos y complejidad también obedece al momento his-
tórico que vivimos, y ha permitido reconocer que hay fenómenos
sociales, psicológicos, biológicos, físicos y químicos en los que
sus entidades básicas tienen patrones de desarrollo y comporta-
miento parecidos. Lo que ha permitido trascender los límites de
diversas disciplinas, convirtiéndose en una muestra de que la na-
turaleza tiene propiedades que atraviesan distintas dimensiones de
organización de sus componentes. Parte del reto que se tiene
es poder comprender cuáles son los límites que se deben trasto
car y trascender que llevan a que las distintas ciencias, incluida la
Psicología, puedan tener puntos de encuentro que llevan a una
transdisciplina en la que es indispensable que paguemos el costo
intelectual y emocional necesarios para su avance y desarrollo. TRADICIÓN DE LA COMPLEJIDAD DE LA PSICOLOGÍA,
REFERENCIAS
Ardila. R. (2002). La Psicología en el futuro. Madrid: Pirámide.
Bütz, R. (1993). Practical applications from chaos theory to the psycotherapeutic process:
ENTRE LA CATÁSTROFE Y EL CAOS
Pedidos:
Librería fes Iztacala: 5623-1194
Coordinación Editorial: 5623-1203
Correo-e: joseja@campus.iztacala.unam.mx
www.iztacala.unam.mx/coordinacioneditorial