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En efecto, se acentuó el aspecto fenomenológico, el interés por los aspectos cognitivos internos,
el reduccionismo psicologista e individualista, experimentalismo, el anti- historicismo y el
acercamiento con el interaccionismo simbólico.
La teoría del campo (Lewin) parece reconocer el carácter determinante del entorno, ya que
presenta al individuo como un ser inmerso en un campo de fuerzas, cuya composición ultima
decide la manera en que actúa la persona. Lo que realmente importa para predecir la conducta no
es tanto la forma en que una persona ha llegado a una determinada situación, sino la propia
situación tal y como esa persona la vive en el momento presente. Esta teoría se apoya en el
concepto de sistema pero adoptando una perspectiva dinámica que considera los sistemas en un
estado de permanente tensión. Estos mismos conceptos constituyen elementos nucleares de la
otra gran fuente de inspiración de las teorías de la herencia cognitiva, es decir, de la teoría del
equilibrio estructural (Heider). Ambos autores consideran que para poder explicar la conducta no
es suficiente con tomar en cuenta las características de la situación, sino que también es necesario
conocer la forma en que la persona constituye psicológicamente esa situación.
Otro autor importante es Asch, que contribuye con sus estudios a la formación de las
impresiones, según la cual la percepción presenta propiedades estructurantes de la
representación de la realidad y esta modulada por factores subjetivos. Años después, estudio el
fenómeno del conformismo social, que marco una generación de investigaciones de la presión
social del grupo y sobre los procesos de influencia desembocando en otros trabajos.
2.3 Las orientaciones psicoanalíticas
El propio fundador de la escuela psicoanalítica desarrollo su peculiar análisis de algunos
fenómenos psicosociales, publicando textos sobre la génesis del hecho social, las características de
la cultura y la psicología de las masas.
La influencia del psicoanálisis se dejó sentir esencialmente a través de tres corrientes:
Los neo-freudianos se inspiraron básicamente en la crítica que Adler dirigió al biologismo de Freud
y a su excesiva centración sobre la libido. Autores como Kardiner, Fromm, Horney, Sullivan,
Erikson, analizaron la relación entre persona y sociedad, otorgando mayor importancia a los
factores culturales de la sociedad. A través de Kardiner, los neo-freudianos, incidieron en el
desarrollo de la antropología cultural.
Los freudo-marxistas provinieron de la escuela de Frankfurt, como es el caso de Marcuse y
Adorno, y a través del trabajo realizado por este último sobre la persona autoritaria se ejerció la
influencia más visible de esta corriente en la psicología social.
Los post-freudianos recalcaron la relativa autonomía del yo respecto de las otras instancias de la
personalidad, desembocando en el Ego Psychology que no tendría mayor influencia en la
psicología social.
La orientación psicoanalítica nunca ejerció una influencia preponderante en la psicología social.
a. El reconocimiento de que lo propio de los seres humanos radica en actuar en relación con los
objetos a partir del significado que éstos representan para ellos. Es importante entender cuál es la
definición subjetiva que da a la situación el propio individuo. Es decir, que la génesis de los
significados se ubica en la propia interacción.
b. El significado de los objetos emerge a partir de las interacciones que el individuo teje con sus
semejantes. No se trata de que los demás nos enseñen cuál es el significado, ni que los demás nos
transmitan, sino que son las propias personas quienes lo construyen o reconstruyen, a través de
sus interacciones sociales. Este punto de vista, guarda una evidente relación la tesis de Vigotsky
acerca de la anterioridad de lo interpsicológico sobre lo intrapsicológico, apunta dos supuestos
básicos:
• Reflexividad: propiedad esencial del ser humano. Para que la interacción social pueda
desarrollarse, es necesario que el individuo tenga la capacidad de situarse en la posición
de los demás y de contemplarse a sí mismo como objeto para los demás.
Nociones capitales: significados compartidos, de intersubjetividad y de propositividad de
la conducta.
• Actividad de la construcción de conocimiento: se construye a través de la intervención
concreta de las cosas. Ésta proporciona un feed- back o una información en retorno. El
conocimiento de lo social se adquiere, a través de la propia actividad desplegada por el
sujeto en el transcurso de las interacciones sociales. Esta idea apunto al ser humano como
un agente activo y también marca la diferencia entre el interaccionismo simbólico y las
orientaciones cognitivas.
EPÍLOGO
El autor ha intentado aportar elementos para ayudar a la comprensión de lo que significa la
psicología social en tanto que institución social comprometida con la producción, organización y
sistematización del conocimiento en un campo delimitado de la realidad social.
Es necesario sortear los escollos de la historia wighish y emprender una genealogía critica que
permita entender el presente en termino de sus condiciones de constitución histórica sin
privilegiar aquellas orientaciones que, se han convertido en las orientaciones vertebradoras de la
configuración actual de la disciplina.
La americanización de la psicología social ha tenido un impacto esencialmente reduccionista sobre
la disciplina afectando simultáneamente:
• al campo sustantivos de los fenómenos abarcados por la psicología social
• a la fundamentación epistemológica de la disciplina
• a su apertura interdisciplinar
• a las raíces históricas y a la pluralidad cultural de la psicología social
• al propio concepto de lo ‘social’
• al ámbito de las metodologías disponibles
f. Reducción metodológica
La reducción epistemológica trajo como consecuencia el hecho de que casi todos los sistemas de
incentivación articulados por la disciplina para “recompensar” a sus miembros, descansaran sobre
la realización de investigaciones experimentales. Promociones académicas, recursos para la
investigación, reconocimientos institucionales; eran función esencialmente de las investigaciones
publicadas y las revistas sólo aceptaban textos con resultados estadísticamente significativos. De
esta forma, el método experimental tendió a constituirse como el método de validación
cuasiexclusivo de los conocimientos psicosociales.
En definitiva, la configuración contemporánea de la psicología social se realizó a través de una
serie de reducciones que dejaban al margen de la disciplina muchas otras opciones teóricas y
procedimientos prácticos. Se ha manifestado una clara tendencia a superar esos reduccionismos y
a abrir la psicología social a horizontes más plurales en todos los aspectos mencionados. La
diversidad de perspectivas y planteamientos solo puede contribuir a enriquecer nuestro
conocimiento social.
Dentro de un marco plural cada investigador puede desarrollar sus propias opciones y situarse en
la orientación precisa que le parezca más convincente.
Las vías más provechosas para la disciplina pasan por tres cuestiones esenciales:
- La reformulación de lo social
La dimensión social no puede definirse en términos de una tipología de objetos. No es la
naturaleza del objeto sino el tipo de relación en que está prendido quien quien le confiere su
dimensión social.
Lo “social” posee una consustancialidad con lo simbólico. No aparece hasta el momento en que se
constituye un mundo de significados compartidos entre varias personas. Es este fondo común de
significaciones el que permite investir a los objetos con una serie de propiedades que no poseen
de por sí, sino que son construidas conjuntamente a través de la comunicación y que se sitúan por
lo tanto en la esfera de los signos. Lo “social” es distinto de lo colectivo e incluso de las relaciones
interindividuales y de las actuaciones conjuntas.
Por su vinculación con la dimensión simbólica y con la construcción y circulación de significados,
cualquier cosa que denominemos “social” está íntima y necesariamente relacionado con el
lenguaje y con la cultura.
Lo “social” sólo existe en el marco y por medio de la intersubjetividad. Nada es social si no es
instituido como tal en el mundo de significados comunes propio de la colectividad de seres
humanos.
Lo “social” no radica en las personas, ni tampoco fuera de ellas, sino que se ubica precisamente
entre las personas, en el espacio de significados del que participan o que construyen
conjuntamente.
Lo “social” se construye efectivamente en la interacción entre las personas. La interacción de lo
que surge lo social se articula en torno a una serie de prácticas muy concretas, entre las cuales
figura la comunicación en un lugar privilegiado. El propio lenguaje conlleva una serie de
preinterpretaciones constitutivas. Los significados elaborados en el espacio intersubjetivo no son
ni mucho menos independientes del bagaje acumulado a través de la historia de la colectividad a
la que pertenecen las personas.
El ser humano se construye como agente social. Las personas son seres sociales
independientemente de la forma en la que se las trate. El ser biológico empieza a constituirse
como ser social en el preciso momento en que viene al mundo, y esta construcción se prosigue
precisamente a través de la comunicación que establece con los demás y a través de su
participación en el espacio de la intersubjetividad. Lo social no es algo que “incide sobre” la
persona o que la “condicione” de alguna forma, sino que es la sustancia misma con la que esa
persona está constituida como tal persona. El individuo, cuando lo reconocemos como persona es,
esencialmente, una entidad socialmente construida.
El individuo se construye como realidad social gracias a la reflexividad y mediante su participación
en la construcción de la intersubjetividad. El individuo es intrínsecamente un objeto social, y sería
absurdo separar individuo y sociedad como si se trataran de objetos distintos. Desde esta
concepción de lo social, las estructuras sociales tan sólo existen a través de su continua
producción por parte de los individuos a través de las prácticas que desarrollan y de los
significados que construyen, y los individuos sólo existen a través de su participación en las
estructuras sociales.
Son muchas las implicaciones que esta ampliación tiene para la psicología social. El lenguaje, la
comunicación y las actividades simbólicas adquieren un estatus particular en las prioridades de
investigación. El interés por el lenguaje implica así también conceder una importancia particular al
enfoque histórico de la cultura de los pueblos, e implica, a nivel metodológico prestar especial
atención a los aportes de la hermenéutica. El campo de la psicología social se extiende mucho más
allá de lo individual, para abarcar las prácticas sociales, la intersubjetividad, la construcción de los
significados sociales y la continua reproducción y transformación de las estructuras sociales a
través de las prácticas sociales individuales y colectivas. La difuminación de la dicotomía
individuo/sociedad obliga a la consideración simultánea de varios niveles de realidad. El hecho de
que lo social sea obra de los seres humanos y resulte de sus propias actividades de construcción le
otorga un estatus particular en cuanto a objeto de conocimiento.
- La redefinición de los supuestos epistemológicos
Además de considerar que el interés por el control y la predicción no debería primar sobre otros
intereses, como por ejemplo el de la comprensión, entiendo que la concepción verificacionista del
conocimiento y la teoría de la verdad como correspondencia con la realidad han dejado de
constituir un punto de referencia legítimo para la investigación científica. Frente a la epistemología
neopositivista es preciso recoger las aportaciones de la nueva filosofía de la ciencia y los aspectos
más interesantes de esas dos epistemologías contrapuestas, que son el realismo y el
neopragmatismo.
Realismo: resulta provechoso conservar la idea de que los fenómenos que observamos obedecen
a causas que radican en las estructuras de la realidad, y están conectadas con sus efectos
mediante relaciones necesarias. La realidad que describimos existe con independencia de nuestras
descripciones, aunque sólo pueda ser conocida bajo descripciones particulares. El realismo es
compatible además con la idea de que las causas pueden no producir necesariamente sus efectos
porque, por ejemplo, se ven neutralizadas con otras causas que actúan en la estructura de la
realidad. El realismo permite rehabilitar de esta forma el concepto de causas sociales e impide que
se disuelva la realidad de las estructuras sociales en el nivel fenomenológico de su percepción.
Neopragmatismo: resulta provechoso retener su anticartesianismo y la negación de la dicotomía
entre espacio mental “interior” y realidad “exterior”, así como su antiesencialismo.
Es preciso retener también su rechazo a todo fundamentalismo epistemológico. Es preciso aceptar
su crítica del conocimiento como espejo de la realidad y su concepción construccionista del
conocimiento científico. Se pueden considerar válidas también tanto su crítica de la epistemología,
y la correspondiente sugerencia de sustituirla por una sociología de la ciencia, así como su
consideración del diálogo racional.
La reconceptualización de la ciencia como producto y práctica social orienta la atención hacia los
ineludibles efectos sociales que el diálogo científico ejerce sobre la conformación misma de la
sociedad. Los conceptos y el lenguaje científico, sobre todo los que se elaboran en las ciencias
sociales, infiltran el lenguaje del sentido común engendrando nuevas formas de concebir el mundo
social y el propio ser social. Esto plantea la necesidad de considerar la psicología social no sólo en
términos de su “objeto”, sino también de sus “objetivos”: asumir el objetivo de la psicología social,
reconocer el sujeto, tiene sendas implicaciones prácticas y teóricas que van desde el moverse en la
cotidianeidad, hasta aceptar las escalas de valores como ingredientes contextuales de toda
situación.
La psicología social es científica si enfatizamos el aspecto de conocimiento organizado con la
función de producir interpretaciones sistematizadas de su campo de estudio. Como conocimiento
fundamentado socialmente, produce interpretaciones que alteran necesariamente, y en mayor o
menor grado, la propia organización social. Como psicólogos sociales somos personas que se
proponen de modo riguroso hacer transparentes ciertos procesos del vivir cotidiano que no
aparecen con claridad a primera vista.
La reinserción teórico-práctica del conocimiento científico en el seno de la sociedad reinserta
también ese tipo de conocimiento en el contexto más amplio del conocimiento humano,
difuminando de esta forma la tajante ruptura epistemológica introducida por el neopositivismo.
El conocimiento científico vuelve a compartir muchas de sus características con el conocimiento
elaborado por las propias personas en el transcurso de sus prácticas cotidianas.
En los años 70 Gergen reclama para la psicología social un nuevo lugar como ciencia histórica,
alejándose de las ciencias naturales positivistas, rechazando el método científico y la posibilidad
de establecer leyes sobre la conducta social. Apostaba por una compresión de la realidad social en
la que los mismos fenómenos estudiados son transformados por el desarrollo socio histórico. No
solo consideraba que las teorías psicosociales estaban determinadas y dependían del momento
socio histórico, sino que los conocimientos elaborados constituyen un factor de cambio de los
fenómenos estudiados.
El texto de Gergen aparecía en un momento clave en la formación de una nueva psicología social,
contribuyendo al clima de crisis que impregno en los años 70 y 80. Proceso de convulsión meta
teóricas y metodológicas que transcendían a una revisión habitual del cuerpo de conocimiento, y
constituía un cuestionamiento al sentido global de la propia disciplina.
Se acusaba a la psicología social de carecer de relación con la realidad social, llevando a cabo
investigaciones insustanciales y de poca relevancia, crisis que surge como como efecto retardado
de la crisis que enfrentaba el positivismo. Dando lugar a dos alternativas a seguir: a) continuar
dentro de la corriente dominante, la psicología social como ciencia positivista. B) abrir el paso a
una nueva corriente, la psicología social como critica.
Pareciera que la psicología social como critica solo se limita a desmantelar las creencias de la otra
corriente, sin aportar nada original. Sin embargo, hay una propuesta alternativa, ya que la
deconstrucción de algo siempre implica la reconstrucción.
1. Predominio del método hipotético deductivo (científico por excelencia), con la tendencia a
descalificar como ilegítimas a otras vías metodológicas.
2. Atemporalidad, predominio de estudios sincrónicos. Carácter histórico de hechos y fenómenos
como no científico.
3. Modelo metodológico experimentalista predominante. Las reglas relativas al control de
variables (que expresan dominio del investigador sobre la situación experimental) son vistas como
condiciones ideales y la vía más adecuada, segura, objetiva, válida, confiable para producir
conocimiento.
4. Clara separación entre el investigador y el sujeto de conocimiento. Investigador: activo,
controla, dirige, conoce los objetos y fines, inicia y finaliza la acción investigativa, que previamente
ha seleccionado o diseñado, sabe, es un experto, busca el conocimiento. Sobre el objeto de
investigación: se ejercen influencias, es sometido a la acción de determinadas variables, de él se
extraen u obtienen respuestas, acciones, reacciones; es pasivo y manipulable.
5. Los fenómenos psicosociales se rigen por procesos causales que actúan seleccionando pautas
de comportamiento de acuerdo con sus consecuencias.
6. Se reconoce la existencia de fuerzas sociales antagónicas, pero se supone una tendencia
teleológica: la necesidad de mantener un estado, de alcanzar un fin. Un postulado de este modelo
puede expresarse diciendo que conocido un fenómeno de él pueden deducirse sus causas. No hay
necesidad de introducir la dimensión histórica.
La inconformidad con este paradigma se venía haciendo sentir desde la década del ‘70. Aludimos a
las voces críticas dirigidas contra los postulados mismos del paradigma, contra una forma de ver la
ciencia, de hacer ciencia y de interpretar a los seres humanos en relación con su ambiente. El
surgimiento de la psicología comunitaria latinoamericana es un buen ejemplo. Esta rama de la
psicología se inicia en los ’70 en varios países latinoamericanos. Otro tanto va a suceder con la
psicología política, en la cual se da una evolución del paradigma dominante a un paradigma
coincidente con el que venía desarrollando la psicología comunitaria. La crisis de la psicología
social pro fin da frutos en el sentido de estructurar un nuevo paradigma.
1. Carácter histórico de la psicología. Su objeto de estudio debe ser ubicado en el devenir, y está
constituido por hechos cultural y espacialmente anclados. Los fenómenos psicosociales se dan en
realidades específicas, teoría y método deben relacionarse con los cambios socioculturales.
Lo que supone:
a- la impredictibilidad de la conducta humana. Ya el hecho ocurrió y mientras se lo estudia, otras
cosas están ocurriendo, la situación se está transformando, es otra.
b- no se puede hablar de verdad. La psicología busca el conocimiento y este es histórico y
transitorio.
2. La realidad social como orientadora fundamental de los estudios psicológicos, lo que indica que:
a- la realidad es una construcción cotidiana.
b- la realidad social debe ser entendida desde una perspectiva dialéctica. Persona y sociedad se
construyen mutuamente.
c- la naturaleza de la realidad social supone un carácter simbólico. Se construye subjetivamente,
se comunica y por ende el producto es una realidad construida intersubjetivamente.
d-la psicología debe tomar en cuenta la realidad en la que se hace; tomar en cuenta la estructura
económica y social y sus efectos en la formación del ser social; ubicar la conducta en su contexto
social.
3. La psicología no es una ciencia objetiva a la manera de las ciencias naturales ya que su objeto es
diferente sus paradigmas provienen de modelos del hombre y no de modelos del mundo:
a- El método de la psicología debe apartarse de los cánones dictados para las ciencias naturales en
la medida en que estos pasan a constituirse en estructuras limitantes, y no asumir como modelo
fundamental el experimento. El método sigue el objeto y no viceversa, por lo cual debe ser
generado en función de la realidad estudiada.
b- No existe neutralidad ni en el modo de producción de conocimiento ni en los resultados que
produce.
c- Se abre la posibilidad y se reconoce la necesidad de producir métodos alternativos
(investigación, acción participativa, técnicas cualitativas, análisis de discurso…)
d- Se reconoce un nuevo rol para el psicólogo: el de agente y facilitador del cambio social, lo cual
supone una toma de consciencia de su inserción social y de los intereses históricos a los que sirve.
4. Los seres humanos poseen un carácter activo: son actores y constructores de su realidad. Por lo
tanto:
a- Quienes van a ser estudiados deben participar en la formulación de los objetivos de la
investigación, así como poder hacerlo en otras fases de la investigación.
b-Los sujetos de la investigación tienen derecho a conocer los resultados en tanto que
coproductores del conocimiento.
c- Se debe incluir la autogestión y participación en los modelos metodológicos.
d-La investigación psicosocial tiene dos sujetos: uno investigador externo y otro investigador
investigado, interno, proveniente de la situación investigada. Debe darse una relación horizontal,
ambos poseen conocimientos que deben ser objetos de intercambio.
9. La psicología debe trabajar porque sus objetos de estudio, seres humanos, adquieran
consciencia y control sobre sus vidas y circunstancias vitales. Estudiar los procesos mediante los
cuales las victimas pueden devenir dueños de su destino.
12. Rechazo a la noción de progreso como elemento básico del paradigma de la psicología.
B. La visión psicosocial
Ningún límite preciso separa a la psicología social de otros campos de la psicología. Tampoco hay
frontera precisa entre la psicología social y la antropología. Todas estas disciplinas comparten un
mismo interés por las interacciones humanas y los grupos humanos.
¿Cómo se distingue la psicología social de estas disciplinas?. Para responder a esta pregunta se
podría hacer un análisis histórico y lógico.
En realidad, nuestra disciplina, no se distingue tanto por su territorio como por el enfoque que le
es propio. Es, una manera de observar los fenómenos y las relaciones. Existe, en este sentido, una
visión psicosocial.
Conocemos por la manera con que el psicólogo, y el sociólogo, enfocan los hechos. Utilizan una
lectura binaria, que corresponde a la separación del sujeto y el objeto, que son dados y definidos
independientemente uno del otro. El psicólogo pone de un lado al ego( individuo, organismo) y del
otro el objeto. O bien, de una parte un repertorio de respuestas y de la otra el estímulo.
El esquema de la relación seria:
b. Existe una visión psicosocial que se traduce por una lectura ternaria de los hechos y las
relaciones. Su particularidad consiste en sustituir la relación de los dos términos, entre sujeto y
objeto, heredada de la filosofía clásica, por una relación en clave de tres términos: Sujeto
individual- Sujeto social- Objeto (Ego- Alter- Objeto)
Ego Alter
Esta relación de sujeto a sujeto en su relación el objeto puede concebirse de manera estática o
dinámica, es decir, puede corresponder a una simple co-presencia o a una interacción que se
traduce en modificaciones que afectan el pensamiento y el comportamiento de cada individuo.
Se pueden distinguir dos mecanismos:
La especificidad de la visión psicosocial: “Por el solo hecho de practicar la psicología social nos
hallamos fuera de la ontología objetivista, en la que no pondría en entredicho la investigación. Si la
psicología social quiere realmente ver nuestra sociedad tal cual es, no puedo partir de este
postulado que en sí mismo forma parte de la psicología occidental”. El desplazamiento operado
implica pasar de una concepción binaria de las relaciones humanas, a una concepción ternaria.
Esta visión, se encuentra concretada en las prácticas de la psicología social. En la mayoría de los
casos, se trata de prácticas de observación directa de relaciones o gestos, de reacciones afectivas
o simbólicas de los individuos entre ellos en una situación precisa. Ver es sin duda más importante
que escuchar.
¿Qué puede ser más necesario y permanente que una manera de ver las cosas? Eso me lleva a
hablar de prejuicios, que constituyen obstáculos epistemológicos, para alguien que desee
dedicarse a la investigación y práctica de la psicología social. Me parece útil precisar la naturaleza
de dichos obstáculos:
• Agregar un suplemento espiritual a los fenómenos sociales. Esto significa que se debe
explorar el aspecto subjetivo de los acontecimientos de la realidad objetiva. Por esta
última, se entiende la realidad económica y social.
Se comienza por analizar los aspectos del sujeto colectivo. Luego, se constatan las
diferencias con respecto a lo que debería pensar o hacer ese sujeto colectivo si obedeciera
a los amplios determinismos económicos o sociales, y para esto se invocan factores de
tipo subjetivo. Entonces nos volvemos hacia la psicología social y le pedimos que
comprenda lo que la gente piensa y siente y mida sus efectos.
• La psicología estudia una suma impresionan de fenómenos pero los estudia en el individuo
aislado, como si fuese autista. Nos damos cuenta en el laboratorio, de que el individuo por
estar aislado, no deja de pertenecer al grupo y a una clase social.
El psicólogo se cree obligado a volver a estudiar los mismos fenómenos en el seno de la sociedad,
después de haberlos estudiado en el vacío social. Encarga a la psicología social, a situar en el
contexto de la sociedad aquello que ha sido analizado fuera del contexto. Se le pide, que analice el
juicio social, la percepción social, etc. Vemos en la psicología social el medio de satisfacer una
carencia: llenar al sujeto social de un mundo interior y resituar al sujeto individual en el mundo
exterior, es decir, social.
El carácter original e incluso subversivo de su enfoque consiste en cuestionar la separación entre
lo individual y lo colectivo, en contestar la participación entre psíquico y social en los campos
esenciales de la vida humana. En realidad, la psicología social analiza y explica los fenómenos que
son simultáneamente psicológicos y sociales.
Los tres tipos de teorías coexisten dentro de la Psicología Social. Ninguna de ellas constituye un
tipo pura y cada uno podría incluso ser clasificada en varias rubricas. Cada una de ellas,
corresponde a un estado de las investigaciones en un campo y posee su propia fecundidad.
La Psicología Social es probablemente la única ciencia social que recurre de manera predominante
a la experimentación. Numerosos psicosociólogos se rebelan contra esta tendencia y rechazan de
manera radical el espíritu que la anima. Han buscado métodos de recambio a fin de aflojar la
tenaza del laboratorio. También, se ha propuesto el juego de roles, en el cual, se pide a los sujetos
que describan su reacción a una situación determinada, sin confrontarlos directamente con ella.
Los dos métodos han sido concebidos y puestos a punto en la Psicología Social. Luego, se han
deslizado hacia otras ciencias sociales. Este manual, es el reflejo de la Psicología Social tal como se
la práctica. La Psicología Social es criticable y nosotros no dejamos de criticarla. Actualmente no
existe una psicosociología social que sea puramente clínica o de observación. Posiblemente, ha
sido la diversidad de métodos la que ha permitido a la Psicología Social trabajar a varios niveles de
realidad social y comprender fenómenos diferentes.
“Es necesario aceptar que las propias ciencias sociales, y en especial la psicología social, deben
girar hacia sí mismas las armas críticas, considerándose a sí mismas como objetos de análisis
social y como prácticas sociales que se deben investigar” (Ibañez Gracia 1990)
PROPÓSITO DEL TEXTO: Realizar una periodización en el proceso histórico orientada por los
problemas que enfrenta la psicología social como disciplina, para enunciar su objeto de estudio, de
sus resoluciones provisorias y las prácticas sociales de conocimiento. Por otro lado, se hace
referencia a la importancia de la producción de conocimientos en investigación y extensión en la
universidad pública y la importancia del ejercicio personal, en los dominios de la vida cotidiana.
Desarrollo de la disciplina
- Algunos precursores:
La creación de la psicología fisiológica experimental coincide con el primer Laboratorio de
Psicología creado por Wundt en 1879. Las ideas del creador tienen un antecedente importante en
la Psicología Social rusa, de corte etnográfico que estudia los procesos mentales como un
producto histórico y cultural, otorgándole relevancia al papel del lenguaje en la construcción del
pensamiento compartido.
También se reconocen como antecedentes a pensadores de otras disciplinas como la Filosofía, la
Política, Hobbes, Locke, Rousseau, entre otros.
Psicología Social. A la que se apunta se inscribe en una crítica de la vida cotidiana. Las ciencias
sociales encuentran su realidad en la profundidad sin misterio de la vida cotidiana. La Psicología
Social que se postula tiene como objeto de estudia el desarrollo y transformación de una relación
dialéctica, la que se da entre estructura social y fantasía inconsciente del sujeto.
Para el autor, el ser humano, es un ser de necesidades, que sólo se satisfacen socialmente en
relaciones que lo determinan. El sujeto es producido en una praxis. Si esa relación es el objeto de
la Psicología Social, su campo operacional privilegiado es el grupo, que permite la indagación del
interjuego entre lo psicosocial y sociodinámico a través de la observación de las formas de
interacción, los mecanismos de adjudicación y asunción de roles.
La Psicología Social como disciplina que indaga la interacción en sus dos aspectos: intersubjetivo e
intrasubjetivo, es significativa, direccional y operativa. Se orienta a una praxis. Su punto de partida,
entonces, es la práctica. La experiencia de esa práctica, conceptualizada como una crítica y una
autocrítica, realimenta y corrige la teoría mediante mecanismos de rectificación y ratificación,
logrando una objetividad creciente.
Solo la praxis, introduce inteligibilidad dialéctica en las relaciones sociales y restablece la
coincidencia entre representaciones y realidad.
El ECRO, es un instrumento interdisciplinario, articula aportes de distintas disciplinas, en la medida
en que resulten pertinentes al esclarecimiento del objeto de estudio.
La dialéctica emerge del campo mismo de la Psicología Social. Es una estrategia destinada a
comunicar conocimientos, y también a desarrollar aptitudes y modificar actitudes. La articulación
de lo informativo y formativo se cumple en construcción de un instrumento: ECRO, que ubica al
sujeto en el campo, le permita abordarlo a partir de elementos conceptuales, comprenderlo y
operar sobre él mediante técnicas adecuados. Nuestra dialéctica puede ser caracterizada como de
núcleo básico, interdisciplinario y grupal, instrumental y operacional.
La técnica operativa. Está centrada en la tarea, privilegia la marcha hacia el logro de sus objetivos.
Toda situación de aprendizaje, genera en los sujetos dos miedos básicos, dos ansiedades:
Ambos miedos coexisten y cooperan para configurar, cuando su monto aumenta, la ansiedad ante
el cambio, generadora de la resistencia al cambio. Esto se expresa en dificultades en la
comunicación y el aprendizaje.
El esclarecimiento implica el análisis, del aquí y ahora, de la situación grupal, de los fenómenos de
interacción, los procesos de adjudicación y asunción de roles, las formas de la comunicación, en
relación con las fantasías que generan esas formas de interacción; los vínculos entre los
integrantes, los modelos internos que orientan la acción y los objetivos y tarea prescripta del
grupo.
La técnica operativa apunta a que el grupo constituya un ECRO de carácter dialectico, donde las
contradicciones relativas al campo de trabajo deben referirse al campo mismo de la tarea grupal
(praxis).
Itinerario del grupo y relaciones cotidianas. El grupo operativo es la primera instancia de aporte
de lo cotidiano. Tienden a reproducirse relaciones cotidianas. Este técnica facilita, a través de la
confrontación de esos modelos internos en una nueva situación de interacción y en el análisis de
sus condiciones de producción, la comprensión de las pautas sociales internalizadas que generan y
organizan las formas observables de interacción. La técnica operativa de grupo tiene por finalidad
que sus integrantes aprendan a pensar en una coparticipación del objeto de conocimiento,
entendiendo que pensamiento y conocimiento no son hechos individuales sino producciones
sociales.
La tarea de coordinador. Su rol específico es de: co-pensor. Su tarea consiste en reflexionar con el
grupo sobre la relación que los integrantes estableen entre sí y con la tarea prescripta. Cuenta con
dos herramientas:
A quienes está dirigida la escuela de la Psicología Social. Está abierta a todos aquellos que se
interesen en realizar un aprendizaje centrado en la comprensión de los fenómenos de interacción
y análisis del proceso social.
La postura crítica en situación, nos conduce a la profundidad de la vida cotidiana, “las cosas
sociales solo son comprensibles si pueden ser reducidas a actividades humanas; y a éstas se las
hace comprensibles solamente mostrando sus motivos”, proponiendo problematizar las demandas
sociales en el ámbito de la vida cotidiana donde se despliegan las temas o textos de los sujetos en
la realidad.
La Psicología Social es una construcción provisoria de conocimiento que estudia (analiza,
comprende y aborda) la trama psicosocial (relacional, vincular) en un orden socio-histórico en
que se configuran representaciones sociales que enlazan sujetos y realidad, propuesta a superar
la lectura dilemática e ingenua de la relación individuo- sociedad, por una construcción en
desarrollo y transformación en la realidad de la vida cotidiana.
Los recaudos de su estudio son:
Enfoque y perspectiva.
El enfoque de la visión analítica psicosocial aborda la “realidad” como problemática abierta,
poniendo énfasis en la noción de proceso, abierto e inacabado y construido. El enfoque se
sustenta en un modo de “lectura” que implica un modo de pensar-hacer- ser en el juego incesante
de la acción.
Es en la construcción de esquemas y categorías de análisis donde va decidiéndose en un mismo
proceso la elección de la metodología. La metodología y sus métodos son resultantes de opciones
y decisiones acerca los diferentes caminos supuestamente más lógicos para leer la realidad desde
un enfoque. Según el esquema y su metodología, algunos aspectos de lo real adquieren más
visibilidad que otros.
Desde este enfoque se opera por interrogación, observación, y la escucha como criterio de
coherencia y consistencia.
• Nivel empírico: la misma se presenta como malestar, queja o urgencia, con escaso nivel de
elaboración y trabajo de representación. Expresa obstáculos.
• Nivel de formulación: la misma presenta una mayor “razonabilidad” o cálculo. Plantea,
una lógica de costo/beneficio y manifiesta un “plan” o visualización más técnica de la
“dificultad”.
La observación.
No la observación como una simple recogida de información, sino como orientada a la elaboración
de un marco teórico.
Cuando se alcanza el nivel de la formación conceptual, la elaboración desde este punto de partida
en la dialéctica entre lo explicito/implícito entre lo subjetivo/objetivo alcanza un nivel de
convergencia metodológica.
Interesa acercarse a las condiciones que posibilitaron su emergencia, enfocando en el efecto de
sentido que ello desencadena promoviendo acciones e interpretaciones.
La observación requiere de contraste con las unidades de observación, dado que están en íntima
relación con la definición de problema a indagar, y los objetivos que se ha propuesto.
Es de remarcable significatividad para el enfoque psicosocial, la capacidad de observación de la
situación. Es importante definir criterios que permiten decidir la pertenencia de los fenómenos
que se han de tener en cuanto y disponer de categorización con los cuales pueden ser registrados.
La utilización de guías de observación sistemática presenta, inconvenientes especialmente el
riesgo de dejar escapar fenómenos importantes no previstos.
En “Notas para una Psicología Social como crítica a la vida cotidiana” escrito en 1999 y revisado en
una nueva edición en 2003, de autoría de miembros de la cátedra de la Facultad de Psicología se
realiza una propuesta de Psicología social Crítica para la construcción de conocimiento acerca de
los problemas, exigencias, tensiones sociales y la subjetividad en un proceso histórico. La
inquietud surgió ante la permanente dificultad de trasmitir a los lectores (en buena medida
estudiantes cursantes de la asignatura) la complejidad del problema de este campo de
conocimiento en instituciones, grupos, comunidades, movimientos sociales, otros, que requieren
aportes de diversas disciplinas en relación a temas/problemas de salud, educación, trabajo
seguridad entre otros. En efecto, dice Tomas Ibáñez Gracia en el Prólogo de su libro
Aproximaciones a la Psicología Social “es dar cuenta de una materia problemática que debe
acrecentar las inquietudes y el deseo de saber, de quienes se acercan a ella, en lugar de
apaciguarlos y calmarlos” (Ibáñez, 1990).
La fecha de nacimiento de la Psicología Social está dada con la aparición de los primeros textos en
1908. Desde entonces se definieron tendencias o tradiciones en Psicología Social más psicológica e
individual y otra más sociológica en la búsqueda de conocimiento de las relaciones sociales. Una
época cuyos “temas” problemas según Ibañez Gracia (1990) se presentan como el de la
reproducción de la sociedad, la construcción social de la persona y la conducta colectiva de masas.
En este sentido las estrategias institucionales estuvieron orientadas por la eficacia socializante de
formas distintas de gobierno mediante disciplinamiento de los cuerpos, como define Michel
Foucault para explicar cómo surge un modelo de institución, en el Estado-Nación. Se ha nombrado
a este momento “Instrumentalización de la ciencia, porque (las disciplinas) fueron captadas para el
servicio del capital haciendo cuerpos dóciles” (Correa de Jesús, Figueroa Sarriera y López, 1994) y
de esta manera contribuían a dar respuestas a principio del siglo XIX a la intensa transformación
de las ciudades en el proceso de industrialización, al aumento de la pobreza y enfermedades por
procesos migratorios, al escaso sentido de pertenencia. En este sentido, la Psicología Social dicen
los mencionados autores resulta una fisura a la normalización y aborda cuestiones referidos a
“comportamiento en grupos y el desarrollo del espíritu de pertenencia a un determinado orden
social” (Correa et al., p. 34. 2do. período: Norteamericanización de la Psicología Social A partir de
la segunda guerra mundial, el modelo de trabajo en serie -taylorista- se vuelve eficiente y
hegemónico, en términos de producción. Prometen pleno empleo a los trabajadores mediante
formas de relaciones contractuales con una idea de progreso y desarrollo de la tecnología que
garantizan el crecimiento económico y el papel del Estado es velar por ello. Es un período de gran
desarrollo industrial, de expansión colonizadora (desarrollismo) que requiere un llamado a la
integración social. Desde el Estado se producen campañas gubernamentales con proyectos de ley
que ponen énfasis en el trabajo de investigar aspectos de la conducta, en tanto son claramente
observables y medibles y, por lo tanto, podrían ser manipulables a los fines de alcanzar al máximo
de utilidades y ganancias. En este período se da énfasis a estudios cambios de actitudes y se
produce una psicologización de problemas sociales. Así las grandes orientaciones teóricas
“tradicionales” dieron lugar a elaboraciones de teorías en Psicología Social (Ibáñez Gracia, 1990;
Fernández Villanueva, 2003).
3er. Período: Crisis de confianza de la Psicología Social La crisis internacional económica a mitad de
los sesenta, se muestra por el decaimiento de las ganancias, subas de salarios, desigual desarrollo
tecnológico y la desconfianza de los trabajadores ante la crisis del Estado. La Guerra de Vietnam y
el cuestionamiento al sistema colonial, producen una sub-versión de lo establecido. En dicho
contexto se producen fuertes críticas a la psicología social, sobre todo a la relevancia social de sus
investigaciones, a la “neutralidad” política de los psicólogos sociales y a la dificultad en recuperar
aportes transdisciplinarios. En ese marco de controversias académicas y políticas surge en Francia
la Teoría de las Representaciones Sociales de Moscovici (1961) cuya relevancia posibilitó entender
que las representaciones sociales, como forma de conocimiento cotidiano que orientan
comportamientos y reconstruyen posiciones y relaciones del sujeto en los grupos sociales. Una
teoría que se expandió hacia diferentes campos disciplinarios con una diversidad de enfoques y
metodologías analizando el conocimiento de sentido común sobre la locura, la salud, los roles
sexuales, el SIDA, entre otros objetos sociales relevantes.
4to Período: la Psicología Social campo de problemas La creciente supremacía del mercado en los
modos de regulación social y las recurrentes dictaduras militares en América Latina durante largos
períodos de gobierno desde los mediados de los años 70 hasta mediados de los 80, posibilitaron
los juegos de poder de la libre empresa, despedazando las tramas sociales mediante estrategias de
miedo, amenaza, silenciamiento. Fue un largo período en el que la producción y los productores
de un pensamiento crítico, también en Psicología Social fue particularmente perseguida por
subvertir el orden establecido. Es en la restauración de la democracia, que se rediscute y
resignifica la posición crítica, produciéndose una profunda crisis epistemológica. Se cuestionan
supuestos en los discursos (oficiales) y reduccionistas de las disciplinas para tomar y pensar más
complejamente (Ardoino, 1990). Por ello, preferimos hablar de campo de la psicología social y no
de objeto discreto. Un campo como el del campesino, dice Ana Fernández (1992)
metafóricamente, pues sirve de lecho de semillas, donde brotan pensamiento y acción. En este
período abonan Teorías Construccionistas que se ocupan de explicar los procesos por medio de los
cuales las personas describen, explican y dan cuenta del mundo (incluidos ellos mismos) en el que
viven. Toma relevancia los asuntos del lenguaje en la construcción de la realidad, en las prácticas
sociales y los procesos de invención o creación de nuevos sentidos. Importancia actual de la
producción de conocimiento psicosocial. Aportes de las investigaciones e intervenciones en el
ejercicio profesional. “La Psicología Social, como todo ciencia, es una empresa colectiva e histórica
que no es independiente del resto de los saberes. Tampoco es independiente de las definiciones
que demos de ella los que nos incluimos en su quehacer. La reflexión sobre este quehacer es una
necesidad continua, incluso un deber, en la medida en que todo saber está en relación con unos
efectos de poder y es necesario preguntarse por las consecuencias sociales de dicho saber.”
(Fernández Villanueva, 2003, p. 243)
Desde la posición asumida se considera el objeto de estudio como campo de problema. Un modo
de pensar y construir el problema-objeto mediante interrogantes que se hacen con otros, sin
buscar respuestas únicas y mucho menos esenciales, sino avanzando por aproximaciones
sucesivas en situaciones cotidianas y explicitando hasta donde nos sea posible, los recaudos de
métodos (de hacer camino), la importancia de reconocer los aportes y referencias de distintas
disciplina; de analizar las experiencias y las implicaciones de los propios psicólogos como asimismo
los dispositivos a utilizar en la indagación psicosocial.
• La elaboración conceptual no tomara las teorías y/o los autores. Se trata de construir
instrumentos para pensar problemas.
• Su composición no puede realizarse más que gradualmente a partir de la elucidación de
situaciones específicas.
Pensar problemáticamente implica construir estrategias de pensamiento que eviten adhesiones u
oposiciones a los autores con los que se trabaja; supone interrogar los problemas que sus
teorizaciones han hecho posible.
Problematizar es abrir a la elucidación. Entendiéndola, como una labor propositiva, una
exploración acerca de, sujeta a revisiones y ajustes provisorios, aunque no por eso menos
rigurosos; se tratara de pensar sobre lo hecho mientras buscara conocer con mayor precisión eso
que, como hecho, deberá ser deshecho, para entender su irradiada composición. Los más
frecuentes en el estilo de trabajo que se ha conformado son:
• Las desnaturalizaciones de sentidos comunes disciplinarios
• Las desconstrucciones de las lógicas de la diferencia con que opera un campo de saberes y
prácticas.
• El rastreo genealógico de la construcción de las nociones de los cuerpos teóricos con que
se trabaja.
Lo que una teoría no ve, o no enuncia, no son sus eventuales errores o defectos, sino sus objetos
prohibidos, sus objetos denegados, sus impensables.
Por todo lo dicho, es necesario, el trabajo de pensamiento desde un criterio de caja de
herramientas. Esta misma, permite:
Se propone una subjetividad política en términos de cómo el orden socio-político produce las
subjetividades en sí, resultando este enfoque incompatible con la idea de dos esferas separadas
(subjetividad y política) que se juntan.
Hablar de subjetividad política significa reconciliar al sujeto con sus capacidades de reflexividad.
Para Rancière, lo que se denomina tradicionalmente “política” él lo denomina “policía”, en la
lógica del orden a partir del cual se da forma institucionalizada al “estar juntos” como sociedad.
Este orden policial ha agraviado el principio de igualdad quitándoles la palabra e invisibilizando a
algunos para legitimar la palabra de otros.
La socialización política de los jóvenes de sectores populares aparece habitada por la presencia
cotidiana de la actividad política territorializada, que interviene de distintas formas organizativas.
Se realizó un trabajo con un grupo de jóvenes que a pesar de los significantes negativos asociados
al término “piquetero”, ellos sostenían que los dignificaba en tanto les permitía una forma de
existir públicamente, en la sociedad. Este tipo de hecho, produjo en la argentina el efecto político
de “escuchar como discurso lo que no era escuchado más que como ruido”. Dotarse a sí mismo de
la identidad piquetera opera efectos subjetivantes.
Los discursos de subjetivación política que se escuchan con frecuencia entre los jóvenes del
movimiento remiten a un rechazo de ubicarse en la posición del dominado. Se busca construir
desde la subjetivación política un sentimiento de “nosotros” ya que se fabrica una trama colectiva
en el encuentro con el otro cuando se comparten los mismos sufrimientos y deseos de
transformación de la opresión. Este “nosotros” adquiere distintos sentidos. Es un sujeto colectivo
que actúa como escenario psicosocial pero además opera como soporte vincular en el cual
sostenerse.
La política aparece como un momento donde se desestabiliza la creencia que instituye el orden
policial respecto de una supuestas igualdad, por lo que implica poner en jaque aquella certeza en
la que se asume que la democracia representa un escenario común donde todos tenemos los
mismos derechos y condiciones de igualdad.
Desde la sociología:
- Durkheim define a la sociología como el estudio de las relaciones de los individuos con
las instituciones-en términos de costumbres, representaciones colectivas, normas y
leyes- analizando los limites del comportamiento posible y como es posible convivir y
considera clave la función del derecho para ejercer el control social.
- Marx define la sociedad por el modo de producción: sus formas y relaciones de
producción y reproducción social que hace la historia. La sociedad es producto de la
acción reciproca de los hombres cualquiera sea su forma, según el modo concreto de
producción.
- Weber elabora una teoría acerca de la racionalidad que orienta las relaciones sociales
y establece categorías de fin y medios llegando para establecer la distinción entre
comunidad (lo comunitario) y sociedad (lo asociativo).
- Tomas Ibañez Gracia precisa dos rasgos relevantes de lo social, el carácter simbolico y
cultural por una parte y el carácter psicosocial. En cuanto al primero acentua el papel del
lenguaje siendo el carácter psicosocial de lo social lo relacional resultante de la
internalización de la experiencia en la interaccion humana en las practicas concretas e
históricas.
- Moscovici define lo social como fenómeno de la ideología y la comunicación que producen
procesos psicosociales de influencia y facilitación social en una cultura dada. Va a tratar de
analizar el conflicto entre el individuo y la sociedad indagando las representaciones
sociales en grupos y minorías activas es decir según la distribución de poder.
- Pichon Riviere define, la interaccion como proceso intersubjetivo y motivado por las
necesidades haciendo de la interaccion social un proceso eficaz, en tanto transforma y es
transformado. Habla entonces de lo social como proceso inter e intra subjetivo en
condiciones concretas en la cual se produce una modificación mutua hombre-naturaleza
dando forma dialéctica, de lo social, en tanto praxis humana.
- Castoriadis da visibilidad al carácter dinamico que se da por la dialéctica entre la
dimensión del sentido instituida, establecida por acuerdos, consensos, pactos y contratos
y la dimensión del sentido instituyente que transforma y convierte en momentáneo
cualquier orden y cualquier institución.
Estas teorías psicosociales nos permite afirmar que lo social es un producto producido y productor
de la acción humana y constituye al sujeto en agente social.
Las instituciones nos preexisten. Establecen la ley que pone un limite a las pulsiones humanas
constituyentes del sujeto. La institución siempre marca un limite que genera malestar y
sufrimiento institucional.
Las instituciones crean sentimientos de pertenencia y fidelidad, sin que medie una clara y explicita
decisión de parte de los individuos. Reproduce lo establecido por la cultura, lo actualiza, mantiene
y/o transforma.
Señala Enriquez, Castoriadis, Lourau, las instituciones fabrican sujetos aptos para la vida en
sociedad, construyen la certeza de que se hace lo que se tiene que hacer; sabiendo además que
allí anida la resistencia, pues es posible hacerse de otra manera. Las instituciones son por ello
paradojales pues plantean en el seno mismo de lo establecido, la indeterminación, es decir,
aquello que no deja de agotar la posibilidad de nuevos sentidos.
Lourau señala que el concepto de institución esta en crisis pues oculta su contingencia. La
institución no es univoca sino que se presenta al mismo tiempo en su carácter universal es decir
que la institución se define por el valor de la norma considerada como universal; por su carácter
practico encarnado en las practicas en la vida cotidiana y, su carácter simbolico por las maneras en
que los sujetos se representan la institución.
La institución designa al mismo tiempo, la norma universal (momento positivo) abstracto, ideal
(efectivo) que apela lo sagrado, al mito fundador, a la leyenda para que sostenga cierta idea o
ideal. Sin embargo la norma universal, en el momento en que se encarna en una época
determinada en la vida cotidiana, encuentra su negatividad mostrando la distancia entre lo
normado y lo legitimo; o señalando brechas entre la norma y las practicas sociales. Segundo
momento es la negatividad del momento positivo de la norma y se materializa por las acciones de
los individuos. El concepto institución, interpreta una lógica de movimiento incesante entre lo
instituido-instituyente en búsqueda de resolver la tensión anterior, institucionalizándose.
Sin instituciones el mundo seria relación de fuerzas y funcionan para enmascarar la violencia
fundadora instaurando una violencia legal
Una institución no puede vivir sin producir un conjunto de mitos unificadores, sin instituir ritos de
iniciación de pasaje y de realización, sin relatar o inventar una saga que ocupara un lugar en la
memoria colectiva. El rito institucional establece una diferencia entre quienes tienen las
características para ser dignos del ritual, y aquellos que jamás resibiran la legitimación del rito de
institución.
Toda institución va a producir sobre todo, un sistema imaginario sin el cual los sistemas simbolico
y cultural tendrían dificultades de establecerse para sostener deseos de afirmación ante la
fragmentación social.
Para castoriadis toda actividad humana es con anterioridad a su función productiva una acción
humana cuyo nucleo no es el fin (racionalidad) sino el sentido. De ninguna forma es posible hablar
de ser humano extra social o asocial ya que, solo es posible pensar y hablar del hombre, como ser
social. El ser social del hombre, es su humanidad, esta presente con anterioridad a la posibilidad
de concebir al individuo y se da en el lenguaje y las instituciones.
Castoriadis afirma que el hombre es ser social y por ende ser político, la reflexión y la deliberación,
son actividades creativas y productivas que posibilitan la continua renovación de lo dado.
El poder se ejerce y mediante este ciertas acciones modifican otras y estructuran su posible campo
de acción. La relación adecuada del poder no es la violencia ni el consenso sino el gobierno en el
sentido amplio de guiar la posibilidad de dirigir y poner en orden un resultado posible. El poder no
es sustancia, es relación en las que algunas personas intentan dterminar las conductas de otros y
donde hay poder hay resistencia. El poder se ejerce únicamente sobre sujetos libres y solo en la
medida en que son libres, enfrentados a un campo de posibilidades donde pueden tener lugar
diversas conductas, acciones y diversos comportamientos.
Foucault dice que existen fundamentalmente donde tipos de técnicas de gobierno: las técnicas de
soberanía, las disciplinarias y las técnicas de seguridad.
La disciplina encierra, fija limites y fronteras, mientras que la seguridad garantiza la circulación. La
disciplina impide, la seguridad permite, incita, favorece y solicita. La disciplina es centrípeta,
concentra y encierra; la segurida es centrigufa porque lo que hace es ampliarse para integrar
incesantemente nuevos elementos en el arte gobernar.
La técnica disciplinar, lo que hace es confinar o recluir a los enfermo y separarlos de los que no
están enfermos que son quienes componen la sociedad; es una técnica de encierro, al igual que la
fabrica o la escuela.
Con las técnicas de seguridad se tiene la capacidad de analizar todas las diferencias en relación con
la norma y se establece asi un cuadro que dibuja las diferentes curvas de normalidad mediante la
determinación del riesgo.
Existen dos procesos de normalización diferentes. La disciplina distribuye los elementes a partir de
un código, de un modelo, de una norma que determina lo que esta permitido y lo que esta
prohibido, lo que es normal y lo que es anormal. La seguridad procede por una gestión diferencial
de la normalidad y del riesgo; traza una cartografia de esta distribución de diferencias, y la
operación de normalización consiste en poner a jugar los diferenciales de normalidad los unos con
relación a los otros. Una diferencia fundamental entre seguridad y disciplina, es que la seguridad
interviene sobre el acontecimiento, es decir, interviene sobre el tiempo, sobre lo que esta
sucediendo. En el régimen disciplinario, la diferencia es que tenemos un espacio-tiempo. El poder
se ejerce sobre el individuo, sobre su cuerpo, se regulan los gestos del individuo de una manera
disciplinaria, o sea que se regula el tiempo.
La técnica de seguridad es una técnica que se ejerce sobre las cosas que están sucediendo, es
decir, deja que las cosas se desarrollen, que se desenvuelvan. Mientras en la sociedad disciplinaria
se predetermina el tiempo y el espacio, en la sociedad de control o de seguridad se hace surgir el
espacio y el tiempo desde el interior; por consiguiente, los dos conceptos de libertad son muy
diferentes.
• La fuerza o violencia
• El discurso del orden
• El imaginario social
Concurren como instancias diferentes, pero no independientes. Están articuladas entre sí,
agrupadas e intersectadas dentro del dispositivo en forma variable.
El discurso del orden es un espacio de racionalidad. Pertenece al ámbito del conocimiento, de la
teoría y las representaciones racionales. Se incluyen en este dominio la moral, la filosofía política y
la religión aisladamente o en conjunción como el segmento jurídico del discurso del orden al que
suministran los últimos fundamentos, los referentes divinos o seculares. El discurso del orden es el
topos de legitimación de este sistema, lugar de emisión de los enunciados normativos y de las
reglas de justificación.
Los dispositivos de poder exigen también practicas extradiscursivas; necesita de soportes
mitológicos, emblemas, rituales que hablen a las pasiones y en consecuencia disciplinen los
cuerpos. Este universo de significaciones (Imaginario Social) hace que el poder marche haciendo
que los miembros de una sociedad enlacen y adecuen sus deseos al poder. El imaginario social
interpela emociones, voluntades, sentimientos, sus rituales promueven las formas que adquirirán
los comportamientos de agresión, de temor, de amor, de seducción que son las formas en que el
deseo se anuda al poder. La función del Imaginario Social es fundir y cincelar las llaves de los
cuerpos para el acceso a la ley y la continuidad y reproducción del poder.
Aquello que mantiene unida a una sociedad es su institución, dice Castoriadis, es decir, el proceso
por el cual la sociedad se instituye como totalidad; la institución de normas, valores y lenguaje no
son solo herramientas o procedimientos para hacer frente a las cosas, sino mas bien son los
instrumentos para hacer las cosas; en particular para hacer individuos.
En el termino imaginario social, lo imaginario remite a otro orden de sentido; ya no como imagen
de, sino como capacidad imaginante, como invención o creación incesante social-histórica-
psíquica, de figuras, formas, imágenes, en síntesis, producción de significaciones colectivas.
No hay sociedad sin mito. El mito es para Castoriadis un modo por el que la sociedad catectiza
como significación el mundo y su vida en ese mundo; de otra manera sus “individuos” estarían
privados de sentidos. Los mitos que una sociedad instituye son cristalizaciones de significación que
operan como organizadores de sentido en el accionar, pensar y sentir de los hombres y mujeres
que conforman esa sociedad, sustentando a su vez la orientación y legitimidad de sus
instituciones. El desorden social se despliega cuando aparecen nuevos organizadores de sentido.
Es decir que los nuevos organizadores de sentido y las practicas sociales que los hacen posibles
refieren a lo imaginario social no instituido, radical, instituyente siempre, utópico a veces, que da
cuenta de la existencia de deseos que no se anudan al poder, que desordenan las practicas,
desdisciplinan los cuerpos, delegitiman sus instituciones y en algún momento instituyen nueva
sociedad.
El imaginario radical por un lado, establece la relación entre imaginario social, deseo y producción
de utopías y por otro instala la cuestión del poder en el centro mismo de la producción de
subjetividad. Si las utopías dan cuenta de deseos que no se anudan al poder habrá que pensarlas
ya no como aquello que advendrá en un futuro mejor, sino como actualidad radical, actualización
de deseo, denegación de finalidades, que opera resignificacion y produce realidad.
El conjunto de significaciones que lo imaginario social instituye con la modernidad en relación con
la familia se encarna en el cotidiano de todas y cada una de las instituciones de una sociedad;
sostienen las formas que el publico y lo privado adquieren para esa sociedad, delimitando el
conjunto de atribuciones, prescripciones y prohibiciones, lo bello, lo feo, etc. de tal periodo
histórico.
Los mitos sociales (imaginario efectivo o instituido) en tanto cristalizaciones de sentido son una
pieza clave en el sostenimiento de lo instituido,constituyen piezas claves en el disciplinamiento y
policiamiento de una sociedad.
La institución de las instituciones de una sociedad y su continuidad es posible no solo por las
condiciones materiales económicas que la producen sino por la eficacia simbolica de sus
mitologías, emblemas y rituales que la sostienen y reproducen.
Otra de las características de lo totalizador de sus enunciados es que, en tanto sus principios son
establecidos como universales, es decir, para todos los hombres y mujeres, deniegan las
estrategias biopoliticas que operan en forma muy diferente según las clases sociales o grupos
étnicos o culturales que conforman una sociedad.
- Por otra parte operan por deslizamientos de sentido que vuelven equivalentes
cuestiones muy disimiles. En el mito mujer-madre no es lo mismo decir que para ser
madre se necesita ser mujer, que para ser mujer se necesita ser madre; sim embargo
esta ecuación de gran eficacia simbólica en nuestra cultura ha vuelto equivalentes
ambos términos de la ecuación.
Estas cristalizaciones de sentido, los mitos sociales, al instituir un “real”, pero vivido por los
actores sociales como la realidad objetiva, organizan las formas de los lazos sociales, es decir que
institucionalizan tanto las relaciones materiales como las subjetivas de las personas. Por lo tanto,
prescriben en forma explícita e implícita como deben ser desde los contratos laborales hasta las
relaciones sentimentales entre géneros sexuales; son, por ende, una verdadera fuerza material del
campo social.
Los mitos sociales obtienen su eficacia simbólica a través de la repetición, insistencia de sus
tramas argumentales, que se multiplican en innumerables focos del tejido social. A través de
enunciaciones totalizadoras y totalizantes, deslizamientos de sentido, producción de invisibles y
eliminación de contradicciones, gestionan su violencia simbólica.
Un grupo no solo es tributario de las producciones de significación mas generales que la sociedad
instituye; si fuera pertinente hablar de un imaginario grupal habría que pensar en las figuras y
forma que ese numero numerable de personas inventa a lo largo de su historia común, para dar
cuenta de sus razones de ser como colectivo. Un grupo se instituye como tal cuando ha inventado
sus significaciones imaginarias.
El termino ilusión, ha sostenido y sostiene dos líneas de significación: ficción o engaño de los
sentidos y quimera, sueño, esperanza. Puede observarse que, aun cuando una conceptualización
acentua una de las líneas de significación, la otra no desaparece, por lo que podría decirse que
ambas líneas se despliegan en una tensión por la cual aquella que aparece como predominante
soporta la insistencia que ejerce la otra en su latencia.
Foucault sostiene que para comprender cómo funcionan las relaciones de poder es necesario
distinguir entre relaciones de poder propiamente dichas, relaciones de dominación y técnicas de
gobierno. Las Relaciones de Poder propiamente dichas son relaciones diferenciales de fuerzas.
Presentan una asimetría entre ellas, pero esta asimetría no es necesariamente negativa. Una de
las fuerzas en juego siempre quiere conducir a otra, por lo que las relaciones son móviles,
reversibles y modificables. Pero a pesar de ello, en las relaciones de poder siempre hay libertad. A
diferencia de la violencia, donde no hay libertad ya que trata a los otros como objetos. Al
introducir la violencia, se genera una Relación de Dominación, donde la relación ya no puede
invertirse porque se pierde la libertad. En una relación de poder, aquel sobre quien se ejerce el
poder es reconocido y puede reaccionar e intervenir. El poder es definido como la capacidad de
estructurar el campo de acción del otro.
Para Foucault la forma de analizar las relaciones de poder en la sociedad es partiendo de una
libertad estratégica y no de una relación de dominación. Hay que situarse fuera del Estado para
poder observar cómo se da la relación de fuerzas que tienen un margen de libertad que están
institucionalizadas en el Estado. El Estado se constituye como una capacidad de intervenir en estas
relaciones y de crear con ellas instituciones, a través de tecnologías gubernamentales.
Foucault sostiene que las relaciones entre estos ámbitos no se pueden llevar a una unidad y que el
liberalismo propone una técnica de gobierno que trata de resolver esta situación. Dicha técnica se
aplica sobre lo que él llama “la sociedad civil” o “lo social”, ligado a esto, está el nacimiento de las
ciencias sociales. Pero esta sociedad civil no es autónoma, sino que es una técnica de gobierno. El
entrecruzamiento entre estos tres problemas (económico, político y las técnicas de gobierno)
constituyen el liberalismo, el cual, para Foucault, es el arte de gobernar que asume al mercado
como una manera para hacer inteligible la sociedad. Sostiene que existen dos tipos de técnicas de
gobierno, las técnicas disciplinarias y las técnicas de seguridad (o de control), a ellas se añade un
tercer tipo, las técnicas de soberanía. Las tres coexisten sólo que en cada época una prima sobre
las demás.
Las técnicas de disciplina, por un lado, encierran, quitan la libertad, determina lo que está
permitido y lo que no. En tanto que las técnicas de seguridad permiten la libertad, traza una
cartografía de esta distribución de diferencias y la operación de normalización consiste en poner a
jugar los diferenciales de normalidad.
Segunda Parte
Surgen así dos conceptos diferentes de libertad. Por un lado, en el régimen disciplinario, el control
del espacio se da mediante un encuadramiento, el poder se ejerce sobre el cuerpo del individuo,
delimitando el espacio por donde habita el individuo, se regula su tiempo. En el régimen de
seguridad se interviene sobre el acontecimiento, se permite surgir el espacio y el tiempo desde
adentro del individuo, es decir, el Estado moldea como va a ser la conducta del individuo desde el
inicio.
Debido a esto, surge la pregunta acerca de ¿en cuál sociedad hay más libertad?, ya que en las
sociedades disciplinarias el sujeto es libre en el espacio y tiempo delimitado por el estado, pero en
las sociedades de control, el individuo puede actuar libremente, pero sus acciones ya estaban
controladas. Se puede decir entonces que las sociedades disciplinarias se controlaban de forma
superficial, sólo el espacio y el tiempo. En cambio, en las sociedades de control se moldea la
subjetividad.
2. Las instituciones son lugares que no pueden impedir la emergencia de lo que estuvo en su
origen y contra lo cual surgieron a la existencia: la violencia fundadora. Pese a los esfuerzos que
las instituciones ponen en práctica para encubrir las condiciones de su nacimiento, son y siguen
siendo herederas de uno o varios crímenes. Si bien renunciaron formalmente a la violencia de
todos contra todos, instauraron la violencia legal. Esta, al definir la esfera de lo sagrado y lo
profano, al enunciar las prohibiciones, al desarrollar el sentimiento de la culpabilidad, se enuncia
no como violencia sino como ley estructural. La ley prohíbe lo que los hombres serían capaces de
hacer bajo la presión de ciertos instintos. Lo que la naturaleza prohíbe y castiga no necesita ser
prohibido y castigado por la ley. La violencia institucional no se reduce a la violencia legal.
Las instituciones no favorecen la indagación de la verdad sino las luchas por el poder, esto implica
que esperamos encontrar en las relaciones de grupo manifestaciones de irrealismo, de clivaje, de
hostilidad, de suspicacia.
Si admitimos que la institución, no instaura una pantalla suficiente como para impedir que sus
miembros se sientan mutuamente invadidos por las proyecciones de unos y de otros, y que
experimenten un sentimiento de intrusión de psique y desecamiento de sus pensamientos y
emociones; que difícilmente logra que sus miembros acepten la necesidad de controlar y
simbolizar la separación dado que ellos tienden a negarla o a fijarla en lucha por el poder y en
agresividad.
Resulta urgente una reflexión sobre el trabajo de la muerte en a las instituciones. Esa reflexión ha
de elucidar las metamorfosis, los procesos de sustitución, desplazamiento y metaforización que
hacen que la institución juegue siempre a quien pierde gana, que la muerte puede estar presente
fuera del lugar que se tendería a asignarle, etc. De este modo, tenemos que tratar de poner un
poco de orden para no caer en lo insensato, aun cuando sepamos de entrada que lo impensado, lo
innombrable, lo indecible tendrán siempre la última palabra.
A- Socialización primaria
El individuo no nace miembro de una sociedad: nace con una predisposición hacia la socialidad y
luego llega a ser miembro de una sociedad. En la vida de todo individuo, por lo tanto, existe
verdaderamente una secuencia temporal, en cuyo curso el individuo es inducido a participar en la
dialéctica de la sociedad. El punto de partida de este proceso lo constituye la internalización: la
aprehensión o interpretación inmediata de un acontecimiento objetivo en cuanto expresa
significado, o sea, en cuanto es una manifestación de los procesos subjetivos de otro que, en
consecuencia, se vuelven subjetivamente significativos para mi. La congruencia total entre los dos
significados, y el conocimiento reciproco de esa congruencia presupone la siginificacion.
La socialización primaria suele ser la mas importante para el individuo. Los otros significantes que
mediatizan el mundo para el, lo modifican en el curso de esa mediatización. La socialización
primaria se efectua en circunstancias de enorme carga afectiva. El niño acepta los roles y actitudes
de los otros significantes, o sea, que los internaliza y se apropia de ellos.
Las apropiaciones subjetivas de la identidad y del mundo social son nada mas que aspectos
diferentes del mismo proceso de internalización, mediatizados por los mismo otros significantes.
La socialización primaria crea en la conciencia del niño una abstracción progresiva que va de los
roles y actidudes de otros específicos, a los roles y actitudes en general. Esta abstracción de los
roles y actitudes de otros significantes concretos se denomina el otro generalizado. Su formación
dentro de la conciencia significa que ahora el individuo se identifica no solo con otros concretos, si
no con una generalidad de otro, o sea, con una sociedad. La formación dentro de la conciencia del
otro generalizado señala una fase decisiva de la socialización. Implica la internalización de la
sociedad en cuanto tal y de la realidad objetiva en ella establecidad y al mismo tiempo, el
establecimiento subjetivo de una identidad coherente y continua. La sociedad, la identidad y la
realidad se cristalizan subjetivamente en el mismo proceso de internalización. Esta cristalización se
corresponde con la internalización del lenguaje.
En la socialización secundaria, las limitaciones biológicas se vuelven cada vez menos importantes
es las secuencias de aprendizaje, el cual ahora llega a establecerse en términos de las propiedades
intrínsecas del conocimiento que de adquirirse, o sea, en términos de la estructura fundacional de
ese conocimiento.
Los roles de la socialización secundaria comportan un alto grado de anonimato, vale decir, se
separan fácilmente de los individuos que los desempeñan.
La socialización secundaria adquiere una carga afectiva hasta el grado en la inmersión en la nueva
realidad y el compromiso para con ella se definen institucionalmente como necesarios.
PAULIN, H. y TOMASINI, M. (2007) Inducción, apropiación y resistencia.
Discusiones sobre el concepto de socialización en las prácticas educativas.
Conciencia Social.
Socialización como inducción social
Se supone cierta equivalencia entre las normas sociales y las conductas de los individuos, quienes
interiorizan reglas y valores de su medio sociocultural y los siguen en sus comportamientos
cotidianos. Se supone que los individuos interiorizan las normas y valores imperantes en su cultura
y las utilizan a modo de instrucción que hay que seguir en la vida cotidiana.
El primer ítem resulta en esta secuencia una condición necesaria. Simultáneamente comienza aquí
un proceso de interpelación que se presentar como una instancia cuyo objetivo es que el alumno
reconozca, recapacite, tome conciencia, se haga cargo de las consecuencias que le acarrea la
transgresión, el énfasis esta puesto en las consecuencias que la sanción puede generar para el
sancionado.
La socialización entendida solo como inducción social es una posición por demás debatida en
ciencias sociales, y los principales puntos en discusión son:
A. En las perspectivas que siguen los trabajos de Piaget, Mead o Vigotsky, con mayor o
menos énfasis en los procesos individuales o sociales, se jerarquiza la actividad
constructiva del sujeto en vez de pensar en mecanismos casi automaticos de reproducción
de las normas y reglas que rigen los comportamientos. Se abandona la idea de
equivalencia entre normas y conductas y se orienta la mirada teorica hacia el terreno de
las versiones de uso de las reglas por parte de los actores para interpretar los significados
de la construcción social de las normas.
B. Habermas señala que el funcionalismo reifica los objetos culturales, a los cuales trata
como uno mas de los elementos de una situación dada y con ello soslaya aspectos
centrales de la vida simbolica. La particularidad de las normas y las reglas es que solo
pueden ser entendidad o generadas por via de la participación en procesos de
comunicación y su condición de determinantes de la acción se constituye por media de la
apropiación interpretativa que hacen los actores de los contenidos culturales recibidos.
C. Las prespectivas funcionalistas y culturales han definido la socialización como una forma
de integración social o cultural unificada que se sostiene mayormente sobre un
condicionamiento icc y se basan en el supuesto de una unidad del mundo social tanto
alrededor de la cultura de una sociedad tradicional como de una economía generalizada.
En vez de pensar que nos socializamos en un mundo sociocultural homogéneo, es posible
sostener que el sentido de las reglas y las estrategias de acción se elaboran en un dialogo
conflictivo con otros, en el cual se ponen en juego expectativas normativas diversas y
contradictorias.
Desde otro marco de comprensión de la socialización resultan fértiles dos categorías conceptuales:
resistencia y apropiación.
En cuanto a los procesos de resistencia de los alumnos de la escuela, Felicity Hayness evidencia la
importancia de las “normas globales” que aparecen en los grupos de alumnos, muchas veces sin
ninguna discusión ni reflexión, que son cumplidad en parte por costumbre y en parte por un deseo
de “encajar” en el estilo comportamental de los pares.
Según nuestros propios análisis las manifestaciones de resistencia de los alumnos cobran
especificidad también en relación a las frecuente oposición al trabajo pedagógico propuesto o
impuesto por los educadores. También se observa en la fuerte recurrencia de los pedido de
sanciones por un abanico interminable y cotidiano de actos indisciplinarios leves relacionados con
la evitación y alteración de las tareas y actividades propuestas por los docentes en las clases y
hasta con las fugas del establecimiento.
Por otro lado la categoría de apropiación nos permite enfocar la mirada en la actividad de los
niños y jóvenes en la internalización de lo social, que es reconstructiva y no meramente
reproductiva, y el papel de los adultos de mediación en este proceso.
Este modo de entender a la apropiación como proceso central de la socialización pone de relieve
el papel de los adultos y de los jóvenes y sus relaciones con las instituciones y sus ordenes
normativos, en la socialización de las nuevas generaciones.
PAULIN, H. (2014). Socialización, sociabilidad y subjetivación. Tres
categorías claves para el estudio de la subjetividad en Psicología Social
La socialización
La teoría de socialización de Talcott Parsons postula que la sociedad puede ser pensada como un
sistema funcional compuesta por tres subsistemas, el social, el cultural y el de la personalidad. El
cultural organiza normativamente las interacciones del subsistema social por vía de ciertas
orientaciones culturales de valor que proporciona a los sujetos.
Mead construye una teoría de la socialización cuyo logro central es la identidad personal y social
del individuo. Coloca el proceso de comunicación como conjunto de acciones significativas
intencionales de los individuos en las que los otros significativos señalan, mediante sus opciones
de valor, expectativas y actitudes, las premisas culturales transmitidas a las nuevas generaciones.
Ese proceso se completa con la internalización de dichos valores, expectativas y actitudes por
parte del individuo socializado, a modo de una aprehensión significativa, es decir, principalmente
mediante la función simbólica del lenguaje. En la interacción comunicativa de la socialización se va
constituyendo en el niño un sí mismo (self) primero como objeto de significación de los otros (mi)
para abrir paso a intereses y aspiraciones propias (yo).
Berger y Luckman siguen a mead para formular su planteo en torno a la socialización como el
proceso de “inducción amplia y coherente del individuo en el mundo objetivo”. La socialización
primaria o familiar se realiza en circunstancias de enorme carga afectiva con sus figuras parentales
lo que se constituirá en motor de la identificación del niño con sus otros significativos. Esta
culmina luego de la constitución del otro generalizado medeano: una abstracción de roles y
actitudes correspondientes a los otros significantes que formar parte del grupo de referencia
sociocomunitario del infante. Este logro conlleva el aprendizaje de pautas culturales, roles sociales
y la comprensión del mundo desde el punto de vista de sus otros significativos.
En el análisis de las socialización secundarias será importante reconocer aquellos conflictos que se
producen entre el conjunto de exigencias sociales, mandatos institucionales e imperativos
familiares a los que los sujetos deben responder, preservando en mayor o menor medida sus
identidades, expectativas y aspiraciones.
Hemos definido a la socialización desde una perspectiva psicosocial como un interjuego entre la
inducción/imposición y la apropiación/recreación considerando tres supuestos contrapuestos a la
concepción funcionalista de la socialización: a) una concepción activa del sujeto en relación con la
acción social como practica significativa, b) el papel de la intersubjetividad y c) la consideración de
la diversidad del mundo social.
En el caso de la institución familiar, la familia llamada tradicional se concibe como una alianza
entre familias que asegura las herencias económicas y la firme regulación de los sujetos a través
de una diferenciación de los roles sexuales y las generaciones. Por otra parte la familia llamada
nuclear, caracterizada por la presencia de convivencia de un matrimonio heterosexual
monogámico y sus hijos en un espacio domestico de convivencia “el hogar” en la que coinciden
“privadamente” la práctica sexual y la procreación, vino a constituirse en el modelo ideal de la
familia en la historia occidental de los últimos dos siglos. En el modelo de la socialización clásica
que venimos analizando está implícito este modelo naturalizado de familia, que se ha construido
como “normal” y como referencia para determinar las desviaciones, patologías y
disfuncionalidades familiares las cuales explican supuestamente porque no se cumple
correctamente con la función de integración social en ciertas situaciones sociales construidas
como problemáticas.
La subjetivación
Para Dubet y Martuccelli, la subjetivación comprende una posibilidad de trabajo activo del
individuo sobre las prescripciones de rol que lo inducen a comportarse de determinada manera en
los distintos momentos de su vida.
Simmel se refiere a las formas lúdicas de asociación, es decir, las relaciones entre sujetos, mirada
como modos de ser y estar con otros, analizando los múltiples afectos del dar y recibir y
suponiendo un abanico de relaciones estables y pero también fugaces, más allá de formas de
regulación social como el estado, las instituciones y la familia que se analizan.
Para Martuccelli la sociabilidad incluye un sistema de reglas para construir una relación con otros,
pero se encuentra actualmente resquebrajada por diferentes grietas como por ejemplo: a) las
tensiones subjetivas entre la adhesión a la comunidad de origen y a expresarse individualmente, b)
la demanda de singularizarse a partir de las nuevas formar de relacionarse entre los sujetos
géneros y c) un malestar cultural que se vislumbra como crisis del sentimiento de solidaridad hacia
los otros en las sociedad posindustriales.
Juventudes y sociabilidades
Las sociabilidades pueden pensarse como procesos múltiples, a partir de relaciones, intercambios
y significaciones sobre el estar juntos y convivir donde los sujetos son activos en dichos procesos
de participación social construyendo la sociedad no solo a partir del desempeño de roles en las
instituciones como había planteado la concepción de socialización de corte más estructural
funcionalista.
La sociabilidad juvenil, es decir, la participación en los grupos que conforman el proceso identitaria
y las formas de apropiarse de un espacio social es muchas veces obstaculizada y negada por el
orden escolar. Las diversas formas de practicar la sexualidad, las identidades de género, la
ocupación del espacio de la ciudad y el barrio, la comunicación en las redes sociales, los gustos
musicales y estilos juveniles son criterios de agrupación/distinción entre los jóvenes y se
constituyen en un campo de disputa simbólica en el cual se definen a sí mismos.
Las sociabilidades permiten construir identidad social, entendida como algo complejo y
contradictorio porque el actor se construye en varios niveles de la práctica, de los cuales cada uno
tiene su propia lógica y remite a tipos específicos de relaciones sociales.
Síntesis
SOCIABILIDAD: conjunto de prácticas y vínculos asociativos que incluyen la reunión entre sujetos
que se visualizan como pares, en torno al disfrute compartido y los afectos, la participación
informal en redes de ayuda y solidaridad que se activan en situaciones críticas y se constituyen en
formas de convivir cotidianas atravesadas y en tensión con las lógicas de las instituciones más
formalizadas.
Las RS se construyen a través de una forma particular de conocimiento: el sentido común, el cual
se genera a través de una actividad comunicativa en la que la interacción constante de individuos y
grupos construyen, comparten y dotan de sentido a la realidad social.
Moscovici se refiere a tres tipos de RS que verían según el tipo de relación que predomine entre
los miembros del grupo: 1) Representaciones hegemónicas, que dado su carácter coercitivo y
predominante se asemejan a las representaciones colectivas. Su rasgo principal es que
ampliamente compartidas por los miembros de un grupo altamente estructurado; 2) Las
representaciones emancipadas son aquellas que son compartidas por subgrupos que tienen un
contacto más o menos cercano y que poseen un cierto grado de autonomía de los elementos que
interactúan en la sociedad y 3) Las representaciones polémicas que surgen de las relaciones
conflictivas y polarizadas entre diversos grupos de la sociedad.
La objetivación
✓ Construcción selectiva: proceso a través del cual los grupos sociales criban el nuevo
concepto a representar. Su función principal es la de filtrar todos los rasgos del concepto
que sean admisibles a las normas y a la cultura del grupo, apartando, al mismo tiempo, a
los elementos incomodos o desagradables.
✓ La esquematización estructurante: se construye, con todos los conceptos seleccionados
del concepto a representar, un esquema figurativo que expresa gráficamente y de manera
sintetizada las relaciones que entablan los componentes principales de la RS, con el fin de
facilitar su uso y expresión.
✓ La naturalización: consiste en humanizar el esquema figurativo que ha sido adquirido por
un determinado grupo social. Imprime en los elementos de la representación una
existencia fáctica, de tal forma que se les dota de una naturaleza particular. Con la
naturalización los conceptos originalmente abstractos culminan su transformación en RS
tangibles y por lo tanto reales.
El anclaje
Tiene como finalidad integrar el concepto objetivado dentro de nuestra red de conocimientos
previos, ya que ninguna RS puede existir si no esta anclada en un sistema de RS que le otorga un
sentido determinado. En el anclaje se observa una constante dinámica de modificación de las RS
ya que los conceptos a representar son sometidos a transformaciones de ajuste a las categorías
que les darán alojamiento, pero también las RS preexistentes se modifican con la nueva inserción.
Intervienen dos mecanismos activos:
La RS como producto
✓ La actitud: puede ser considerada como la evaluación positiva o negativa que el sujeto o el
grupo tiene del objeto a representar.
✓ La información: que poseen los grupos del objeto de la representación es posible
analizarla en términos de calidad y cantidad. Ibañez considera que el grado de información
que un grupo tiene de la RS esta estrechamente relacionado con su inserción social, ya
que según el nivel socioeconómico se facilita o dificulta el acceso a los diversos medios de
comunicación social. Otro factor que incide sobre la cantidad y calidad del conocimiento
presente en la representación, es la forma como el grupo social se aproxima al objeto a
representar, ya sea a través de un medio de comunicación o de un contacto directo.
✓ El campo de representación: hace referencia a la manera como se integran
jerárquicamente los elementos de la representación. Aquí también la ideología de los
grupos determina la composición y la organización de los elementos y define cual estará
en el núcleo central.
Las representaciones sociales se presentan bajo formas variadas. Imágenes que condensan un
conjunto de significados; sistemas de referencia que nos permiten interpretar lo que nos sucede, e
incluso, dar un sentido a lo inesperado; categorías que sirven para clasificar las circunstancias, los
fenómenos y a los individuos con ellos. Y a menudo, cuando se les comprende dentro de la
realidad concreta. Una manera de interpretar y de pensar nuestra realidad cotidiana, una forma
de conocimiento social.
Lo social interviene de varias maneras: a través del contexto concreto en que se sitúan los
individuos y los grupos; a través de la comunicación que se establece entre ellos; a través de los
marcos de aprehensión que proporciona su bagaje cultural; a través de los códigos, valores e
ideologías relacionadas con las posiciones y pertenencias sociales específicas.
Así pues, la noción de representación social nos sitúa en el punto donde se interpretan lo
psicológico y lo social. Antes que nada concierne a la manera como nosotros, sujetos sociales,
aprendemos los acontecimientos de la vida diaria, las características de nuestro medio ambiente,
las informaciones que en el circulan, a las personas de nuestro entorno próximo o lejano. En pocas
palabras el conocimiento de sentido común. Este conocimiento se constituye a partir de nuestras
experiencias, pero también de las informaciones, conocimientos y modelos de pensamiento que
recibimos y transmitimos a través de la tradición, la educación y la comunicación social. Se trata de
un conocimiento práctico.
En 1961 Moscovici considera que este mismo conocimiento constituye el eje central de una
psicología del conocimiento. Producción mental social, como la ciencia, el mito, la religión y la
ideología, se distingue de ellos, no obstante, por sus modos de elaboracion y funcionamiento en
sociedades caracterizadas, como la nuestra, por el pluralismo de las doctrinas y las ideas, el
aislamiento y el esoterismo de la ciencia, la movilidad social, etc.
El hecho de que la representación social constituya una forma de conocimiento implica el riesgo
de reducirla a un acontecimiento intraindividual, donde lo social tan solo interviene de forma
secuandaria. El hecho de que se trate de una forma de pensamiento social entraña el peligro de
diluirla en fenómenos culturales e ideologicos.
El concepto de representación social designa una forma de conocimiento especifico, el saber del
sentido común, cuyos contenidos manifiestan la operación de procesos generativos y funcionales
socialmente caracterizados. En sentido mas amplio, designa una forma de pensamiento social. Las
representaciones sociales constituyen modalidades de pensamiento practico orientados hacia la
comunicación, la comprensión y el dominio del entorno social, material e ideal. En tanto que tales,
presentan características especificas a nivel de organización de los contenidos, las operaciones
mentales y la lógica.
El acto de representación es un acto de pensamiento por medio del cual un sujeto se relaciona con
un objeto. Representar es sustituir a, estar en lugar de. La representación esta emparentada con el
símbolo, con el signo. No existe ninguna representación social que no sea la de un objeto, aunque
este sea mitico o imaginario. Representar es re-presentar, hacer presente en la mente, en la
conciencia. La representación es la reproducción mental de otra cosa: persona, objetos,
acontecimiento material o psíquico, idea, etc.
Las metáforas teatral y política permiten avanzar en la comprensión del concepto, pues, señalan
aspectos fundamentales de la representación social: sus aspectos de significado, de creatividad, de
autonomía. La representación teatral permite que un publico vea actos y escuche palabras que
hacen presente algo invisible: el destino, la muerte, el amor, la incomunicabilidad, etc.
- Una primera óptica se limita a la actividad puramente cognitiva a través de la cual el sujeto
constituye su representación. La representación presenta dos dimensiones. Una
dimensión de contexto: el sujeto se halla en situación de interaccion social o ante un
estimulo social y la representación aparece entonces como un caso de la cognición social,
tal como es abordada por la psicología social. Una dimensión de pertenencia: siendo el
sujeto un sujeto social, hace intervenir en su elaboracion ideas, valores, y modelos
provenientes de su grupo de pertenencia e ideologías transmitidas dentro de la sociedad.
- Un segundo enfoque pone el acento sobre los aspectos significantes de la actividad de la
actividad representativa. Se considera que el sujeto es productor de sentido, que expresa
en su representación el sentido que da a su experiencia en el mundo social. Cuando es
propia de sujetos que comparten una misma condición social o una misma experiencia
social, la representación frecuentemente se relaciona con una dinámica que hace que
intervenga lo imaginario.
- Una tercera corriente trata la representación como una forma de discurso y desprende sus
características de la practica discursiva de sujetos situados en la sociedad. Sus propiedades
sociales provienen de la situación de comunicación, de la pertenencia social de los sujetos
que hablan y de la finalidad de su discurso.
- En la cuarta óptica es la practica social del sujeto la que es tomada en consideración. El
sujeto produce una representación que refleja las normas institucionales derivadas de su
posición o las ideologías relacionadas con el lugar que ocupa.
- Para el quinto punto de vista, el juego de las relaciones intergrupales determina la
dinámica de las representaciones. El desarrollo de las interacciones entre los grupos
modfica las representaciones que los miembros tienen de si mismo, de su grupo, de los
otros grupos y de sus miembros.
- Finalmente, una ultima perspectiva, mas socializante y que hace del sujeto el portador de
determinaciones sociales, basa la actividad representativa en la reproducción de los
esquemas de pensamiento socialmente establecidos, de visiones estructuradas por
ideologías dominantes o en el redoblamiento analógico de relaciones sociales.
Moscovici puso de manifiesto dos procesos principales que explican cómo lo social transforma un
conocimiento en representación y como esta representación transforma lo social. Estos dos
procesos, la objetivación y el anclaje, se refieren a la elaboración y al funcionamiento de una
representación social, pues muestran la interdependencia entre la actividad psicológica y sus
condiciones sociales de ejercicio.
El anclaje implica otro aspecto. Este aspecto se refiere a la integración cognitiva del objeto
representado dentro del sistema de pensamiento preexistente y a las transformaciones derivadas
de este sistema, tanto de una parte como de la otra.
El proceso de anclaje situado en una relación dialéctica con la objetivación articula las tres
funciones básicas de la representación: función cognitiva de integración de la novedad, función de
interpretación de la realidad y función de orientación de las conductas y las relaciones sociales.
El proceso de anclaje se descompone en varias modalidades que permiten comprender: 1) como
se confiere el significado al objeto representado, 2) como se utiliza la representación en tanto que
sistema de interpretación del mundo social, marco e instrumento de conducta, 3) como se opera
su integración dentro de un sistema de recepción y la conversión de los elementos de este último
relacionados con la representación.
Para Allport la actitud se definía como: “estado nervioso y de preparación, organizado a partir de
la experiencia, ejerciendo una influencia directriz o dinámica sobre las respuesta del individuo ante
todos los objetos o situaciones con los que se ve confrontado”.
Actitud, entonces, se conceptualiza como una disposición interna del individuo respecto del
objeto, se reserva a un estado particularmente estable de una situación a otra, es adquirida y tiene
que ver con todo lo que evoca el sujeto.
Breckler propone una definición más amplia de actitud, compuesta por tres elementos:
Se puede definir actitud como organización psicológica de orientación negativa o positiva ante un
objeto. Su carácter definitorio es el de la estructuración evaluativa de un conjunto de respuestas y
tiene dos funciones: de regulación (selección de las manifestaciones u orientaciones de la
conducta) y dinamizante y motivacional (mediante la carga afectiva que se le supone).
Actualmente se considera que los estudios de las representaciones sociales se basan en tres
dimensiones analíticas:
-Actitud: considerada como una dimensión evaluativa positiva o negativa hacia un objeto de
representación. Orientación global con relación al mismo en la vida cotidiana. Se entiende como
dimensión afectiva que expresa la orientación evaluativa y actitudinal, positiva o negativa hacia el
objeto representado, lo cual imprime a las representaciones sociales un carácter dinamizador y
orientador de las conductas.
Estas tres dimensiones son un intento de Moscovici de avanzar en la definición teórica de una
representación social que permita el abordaje metodológico de los fenómenos que este concepto
plantea explicar y describir. Son dimensiones operativas para orientar la investigación empírica y
no deben tomarse como una modelización teórica de su estructura.
Los hechos de la V.C. solo pueden ser intuidos y para lograrlo es necesario estar impregnado del
espíritu de la época. Intuir es comprender, reconstruir en mí los estados psíquicos de los otros.
-El problema que plantea este método para la sociología es el de la subjetividad, en el sentido del
investigador, plantea el problema de la imposibilidad de reconstruir reglas que permitan a dos
investigadores unificar criterios de comprensión de un mismo fenómeno.
Weber: si lo que vamos a analizar es la acción humana, definimos acción; toda conducta
subjetivamente significativa, toda conducta que para el propio individuo tiene un significado. Para
que haya una acción, el actor debe reconocer el motivo, si no, es una conducta. Para que una
acción sea social, su significado o sentido debe estar orientado por la conducta de otros.
La interpretación del mundo se da mediante las experiencias propias o recibidas, a las cuales se
denomina “conocimiento disponible”. Esta configuración, funciona como clase de interpretación
anticipada para situaciones similares posibles en el futuro.
Los modelos de acción que se activan frente a estas situaciones similares, y que nos permiten
movernos eficazmente en la V.C. se denominan tipificaciones. El medio tipificador por excelencia a
través del cual se transmite el conocimiento socialmente derivado es el vocabulario, el lenguaje.
Las representaciones sociales circulan en los discursos, en las palabras, en los mensajes, en los
medios de comunicación, cristalizadas en las conductas y las disposiciones materiales o espaciales.
Las representaciones son expresión de los individuos o grupos que la forjan dando al objeto
representado una definición específica.
Aproximación a la noción de RS
Las RS son fenómenos complejos, siempre activos y determinantes en la vida social. Son una forma
de conocimiento, socialmente elaborado y compartido, con una orientación práctica y orientada a
la construcción de una realidad común en un conjunto social.
Podemos reconocer generalmente que las RS, en tanto que sistemas de interpretación que rigen
nuestra relación con el mundo y con los otros, orientan y organizan las conductas y las
comunicaciones sociales. Las RS intervienen en procesos tan variados como la difusión y la
asimilación de conocimiento, el desarrollo individual y colectivo, la definición de las identidades
personales y sociales, la expresión de los grupos y las transformaciones sociales. Las RS engarzan la
pertenencia social de los individuos con las implicaciones afectivas y normativas, con la
interiorización de las experiencias, de los modelos de conducta y de pensamiento, socialmente
inculcado o transmitido por la comunicación social. Son abordadas a la vez como el producto y el
proceso de una actividad de apropiación de la realidad exterior al pensamiento y la elaboración
psicológica y social de esta realidad.
El papel de la comunicación
La comunicación juega un papel fundamental en los cambios e interacciones que propician la
construcción de un universo consensuado.
En fin la comunicación concurre a forjar representaciones que, apoyadas sobre una energética
social, son pertinentes para la vida practica y afectiva de los grupos. Energética y pertinencia
sociales que dan cuenta, al lado del poder performativo de las palabras y discursos, de la fuerza
con la que las representaciones instauran versiones de la realidad, comunes y compartidas.
Módulo 6: Acción colectiva y movimientos sociales en la vida cotidiana.
La vida cotidiana se presenta como una realidad interpretada por los hombres y para ellos tiene el
significado subjetivo de un mundo coherente. El mundo de la vida cotidiana no solo se da por
establecido como realidad por los miembros ordinarios de la sociedad en el comportamiento
subjetivamente significativo de su vida.
El método que consideramos más convenientes para clasificar los fundamentos del conocimiento
en la vida cotidiana es el del análisis fenomenológico, método puramente descriptivo y como tal
“empírico” pero no científico, el análisis fenomenológico de la vida cotidiana o más bien de la
experiencia subjetiva cotidiana, es un freno contra todas las hipótesis causales o genéticas, así
como contra todas las hipótesis causales o genéticas, así como contra las aserciones acerca de la
situación antológica de los fenómenos analizados.
Entre las múltiples realidades existe una que se presenta cm la realidad por excelencia, es la
realidad de la vida cotidiana, su ubicación le da derecho a que se llame suprema realidad. La
realidad de la vida cotidiana se presenta ya objetivada, o sea, constituida por un orden de objetos
que han sido designados como objetos antes de que yo apareciese en la escena.
La estructura en todo momento a una facilidad con la que debo encontrar, es decir, con la que
debo tratar de sincronizar mis propios proyectos el tiempo en la realidad cotidiana es continua y
limitada, toda mi experiencia en la vida cotidiana se ordena por tiempo. La estructura temporal
sirve en la vida cotidiana no solo para imponer secuencias preestablecidas en la agenda de un día
cualquiera, sino que también se impone secuencias establecidas en la agenda de un día
cualquiera.
La realidad de la vida cotidiana abarca los dos tipos de sectores, en tanto lo que parece un
problema no corresponda a una realidad completamente distinta, en tanto las rutinas de la vida
cotidiana prosigan sin interrupciones, serán aprehendidas como no problemáticas. El sector no
problemático de la realidad lo sigue siendo solamente hasta nuevo avis, es decir, hasta que su
continuidad es interrumpida por la aparición de un problema.
La realidad de la vida cotidiana es algo que comparto con otros, es un intercambio continuo entre
mi expresividad y la de los demás, un ejemplo de ello es un saludo una expresión facial cuando veo
a alguien.
La situación cara a cara, es el prototipo de la interacción social y del que se derivan todos los
demás casos. En la situación cara a cara la subjetividad del otro me es accesible mediante un
máximo de síntomas, que yo puedo interpretar correctamente o no. Las situaciones en cara a cara
son sumamente flexibles, es difícil imponer pautas rígidas a la interacción. Por otra parte, yo
aprehendo al otro por medio de esquemas tipificadores.
La realidad de la vida cotidiana contiene esquemas tipificadores en cuyos términos los otros son
aprehendidos y tratados en encuentros cara a cara. Todas estas tipificaciones afectan
continuamente mi interacción.
Un caso especial de objetivación, pero que tiene importancia crucial es la significación, o sea, la
producción humana de signos.
Para la interrelación son necesarios los signos puede distinguirse de otras objetivaciones por su
intención explicita de servir como indicio de significado subjetivo, los signos se agrupan en una
cantidad de sistemas así pues, existen sistemas de signos gesticulatorios, de movimientos
corporales pautados, de diversos grupos de artefactos materiales y así sucesivamente, los signos y
los sistemas de signos son objetivaciones en el sentido de que son accesibles objetivamente más
allá de la expresión de intenciones subjetivas ”aquí y ahora”. El lenguaje tiene origen en la
situación cara a cara, pero puede separarse de ella fácilmente. El posee la cualidad inherente de
reciprocidad que lo distingue de cualquier otro sistema de signos, en la conversación puede
sincronizarse sensiblemente con las continuas intenciones subjetivas de los que conversan.
El lenguaje es importante, el lenguaje que comparto con mis semejantes es esencial para cualquier
comprensión de la realidad de la vida cotidiana, se toma como referencia primordial, la continua
producción de signos vocales en la conversación puede sincronizarse sensiblemente con las
continuas intenciones subjetivas de las continuas intenciones subjetivas de los que conversan.
Por su carácter de ser y de necesidades, su vida depende de que a partir de esas necesidades, y en
función de ellas, establecen entre sí relaciones en las que producen y en función de ellas,
establecen entre sí relaciones en las que producen, en una acción planificada y social que se
denomina trabajo, los bienes para satisfacerla.
El enfoque psicosocial considera al sujeto como emergente; producido en una complejísima trama
de vínculos y de relaciones sociales. Producido y emergente en tanto determinado, pero a la vez
productor, actor y protagonista.
Cotidianidad: el objeto, los medios y las formas de producción, axial como la inserción de los
sujetos en ese proceso productivo, la distribución de lo producido, y la relación que guarda lo que
se produce y su distribución con las necesidades de los hombres que constituyen una organización
social, determinan sus formas de vida, su cotidianidad.
Vida Cotidiana: espacio y tiempo en que se manifiestan en forma inmediata las relaciones que los
hombres establecen entre sí y con la naturaleza en función de sus necesidades, configurando sus
“condiciones concretas de existencia”.
Crítica a la Vida Cotidiana: La crítica implica una interpelación (cuestionamiento) a los hechos, su
problematización. Como consecuencia de la crítica, aparece la desmitificación, la recuperación de
ilusiones o ficciones en relación a los hechos. La crítica es un interrogar a los fenómenos y las
relaciones, en la búsqueda de sus leyes internas, de su esencia. Incluye conciencia y reflexión.
Romper con los mitos y la familiaridad acrítica.
Mayorías y minorías
Mayoría es muchos, minoría es pocos. Y los muchos, por serlo, pueden más que los pocos.
Parecería una paradoja: grupos menores en tamaña, compuestos por menor cantidad de
personas, dominan e incluso oprimen a grupos muchos mayores en cantidad. Mayoría en la
detenta y ejerce el poder, con independencia de su número. Minoría es el grupo al cual se priva
del ejercicio de determinados poderes, o se impide su acceso a las condiciones para adquirirlos.
Definido así, el concepto permite que se consideren mayoría tanto a los grupos de pocos
miembros como de muchos. Mayoría y minoría, entonces, son cuestión de poder y, como hemos
visto, el poder es una relación muy compleja que no depende solamente de la fuerza, si no de
muchos otros recursos, entre los cuales se encuentra la influencia social en sus diversos aspectos
El estudio de los procesos de influencia social, en situaciones naturales, suministra una visión mas
integradora del problema, en el sentido de que ambas perspectivas pueden coincidir en la
dinámica de las relaciones cotidianas.
Se supone que el poder reside exclusivamente en una fuente de influencia, cuyo sujeto receptor es
visto como mas o menos pasivo, según los autores, pero, en todo caso, como alguien que se
somete, identifica, obedece, adhiere o conforma.
Los procesos de influencia social no circular en una sola via, son dinamicos, móviles y en su seno se
produce constantemente un juego dialectico de presiones y oposiciones, en multiples sentidos.
Tanto en el caso de las mayorías como en el de las minorías esta presente esta tensión y
movimiento dialectico, y es esa nocion de poder, que muchas veces los psicólogos rehuyen tratar,
la clave de la comprensión del fenómeno de influencia social como una totalidad y no solo como
algo que es producido por uno u otro de los elementos involucrados en ella.
La tensión entre las influencias de las minorías y de las mayorías es continua, no descansa nunca, y
en el momento es que uno de los polos de la relación baja su presión, el otro avanza
inmediatamente. Al mismo tiempo, la dinámica de la relación hace que las areas o ámbitos en los
que se enfrentan unas y otras cambien y se modifiquen en el tiempo por efecto de esas mismas
influencias. Por eso el proceso de concientización es tan importante.
La cotidianidad es ante todo el tejido de tiempos y espacios que organizan para los practicantes los
innumerables rituales que garantizan la existencia del orden contruido.
La vida cotidiana tiene su tiempo y espacio a contrapunto del tiempo y del espacio de excepción,
de los cuales extrae, sin embargo, la fuerza de sentido para explicarse a si misma.
Por un lado, lo cotidiano se constituye por aquellas practicas, lógicas, espacios y temporalidades
que garantizan la producción social, es el espacio de lo que una sociedad particular, un grupo, una
cultura considera como “lo normal” y lo “natural”; y por otro lado, la rutinizacion normalizada
adquiere visibilidad para sus practicantes tanto en los periodos de excepción como cuando alguno
o algunos de los dispositivos que la hacen posible entra en crisis.
Para Michel De Certeau, la primera condición de la comunicación es de las redes sociales que
aseguran su dinámica y gestión. La primera condición de la vida cotidiana es esencialmente la
comunicación.
El sentido de las practicas cotidianas adquieren su pertienencia y relevancia cuando se verifica que
tras ese conjunto de rituales practico existe un colectivo que sanciona y legitima esas practicas.
Legitimación que se opera a través del acervo cognitivo y lingüísticamente disponible en una
sociedad.
Balandier, los discursos cotidianos tienen como función proteger contra el acontecimiento, es
decir, contra aquellos eventos disruptivos que trastocan el continuo de la vida cotidiana.
Protección que se opera mediante dos vías: de un lado, cerrar mediante la repetición y la sanción
del ámbito de lo normal cotidiano; de otro lado, mediante los dispositivos rituales que permiten la
transgresión oficial.
No puede existir una vida cotidiana sin un discurso que la explicite y la fundamente, por lo que lo
social, lo colectivo tendera a restituir el sentido a través de una intersubjetividad que busque
nuevos postulados socioculturales asibles en el nivel de lo cognitivos-linguitico, para garantizar la
continuidad y sobrevivencia del grupo o sociedad. Esta búsqueda, puede reconocerse en dos
grandes tendencias. De un lado, en la reemergencia de ciertos discursos totalitarios o intolerantes
que interpelan la subjetividad mediante argumentos centrados en la recuperación de lo perdido.
De otro lado, el desdibujamiento de los referentes, al debilitar el significado compartido ha hecho
posible la emergencia de relaciones horizontales en las que es posible establecer una
comunicación centrada en la selección de códigos que tienen como base la definición en común de
la situación.
Tanto el tiempo como el espacio en relación con la vida cotidiana, deben ser entendidos
simultáneamente como delimitaciones que equivale al tiempo social y como una movilidad que
refiere a las apropiaciones y usos diferenciales de tiempo y del espacio.
Las revanchas
Puede pensarse que en la vida cotidiana se articulan mediante las prácticas, unos micropoderes
que se enfrentan chapuceramente a la intención normalizadora del poder.
Se trata de pequeñas revanchas con las que los actores subvierten lo programado y afirman sus
existencia como autores al imprimir la huella de su propio hacer en las practicas socialmente
compartidas.
La reflexividad es la competencia del actor para pensar su propio pensamiento, para objetivar el
sentido de su estar y su actuar en el mundo o en otras palabras es la capacidad de referirse al
mundo en actitud objetivante.
El movimiento feminista a mediados de los 60, puso en debate la división publico/privado a través
de la politización de aquellas cuestiones que se presentaban social y culturalmente como
personales. La crítica feminista a las fronteras establecidas entre mundo público y mundo privado
señalaba la desigual valoración de ambos mundos, donde el mundo público es “objeto de
reflexión, teorización y legislación, mientras que la esfera domestica (familiar y sexual) se trivializa,
aceptando como dato natural las relaciones patriarcales.
Uno de las estrategias que desarrolla el movimiento feminista latinoamericano para irrumpir en l
espacio público y en el mundo político, va a ser la creación de fechas claves, que van a ser
definidas y acordadas en encuentros y reuniones feministas en distintos puntos de América Latina.
Estas fechas claves van a organizar la lucha y la agenda pública feminista en el continente. En las
fechas claves confluyen distintas organizaciones y grupos feministas en acciones públicas, donde
se expresan demandas y reivindicaciones específicas en relación a esa fecha, matizadas por el
contexto social e institucional presente en cada país y ciudad.
Reguillo afirma que si bien los mecanismos y lógicas rutinizadas en la vida cotidiana, constriñen a
los sujetos, existe un margen que de acuerdo a su uso puede subvertir, desde dentro, el mismo
orden establecido. Refiere que si entendemos, siguiendo a Foucault, que a todo poder se opone
otro poder en sentido contrario, puede pensarse que estas acciones constituyen micropoderes
que se enfrentan a la intención normalizadora del poder patriarcal, afirmando su presencia e
imprimiendo un sentido particular en su practica política.
Basta de violencia hacia las mujeres. Una intervención feminista en el espacio publico
Una de las primeras lecturas que se pueden realizar de la intervención se refiere a las dimensiones
de tiempo y espacio. La intervención se realiza en una fecha clave para el activismo feminista y el
movimiento de mujeres, ya que constituye un hito histórico en la lucha contra la violencia hacia las
mujeres y es parte de las estrategias de visibilizacion de la agenda feminista. El espacio donde se
desarrolla la intervención en un lugar con una fuerte impronta política-institucional, la estrategia
de ubicar la intervención en dicho espacio constituye una interpelación al sistema judicial, y por su
intermedio al Estado, que permite, omite, o no sanciona, los crímenes contra las mujeres. La
intervención se desarrolla en la acera, espacio cotidiano para las personas que transitan el lugar.
La intervención irrumpe en dicha cotidianidad e interpela a estas personas, que, en su mayoría
acuden a tribunales.
La acción de atravesar una soga y colgar ropa de mujeres con broches en la vereda de tribunales,
alude en principio a recuperar una acción cotidiana adjudicada a las mujeres pero en un momento
y lugar que no se corresponde con la acción. La ropa se cuelga cotidianamente en el espacio de lo
privado, aquí se sustrae esta acción y se la coloca en el espacio publico. Son las muertes, los
asesinatos, los abortos de mujeres y niñas, aquello que se busca ocultar y dirimir en el espacio de
lo privado, lo que exponen las activistas. Se cuestiona asi cierto orden cultural que avala que “los
trapitos sucios se lavan en casa”. Las diferentes prendas colgadas refieren a distintas mujeres
victimas, visibilizando las perdidas, el sufrimiento, las consecuencias de la violencia patriarcal que
se vive cotidianamente. Al misto tiempo la prenda remite a un cuerpo ausente, a un cuerpo que
no vestirá mas esta prenda. Un cuerpo que se hace presente, haciéndolo hablar, a través de la
primera persona del singular: “SOY”
El volante que se distribuye en la intervención callejera apela al uso de la tercera persona del
singular.
En la intervención, las organizaciones y movimientos feministas retoman el termino femicidio,
produciendo una mirada diferente a la que significa violencia contra las mujeres como “crimen
pasional”, o como “una muerte mas”. Menos aun la remiten a “actos de locura” para explicar y
justificar los actos de violencia, como se presentaba hasta hace muy poco tiempo en la mayoría de
los artículos periodísticos que trataban el tema y en fallos de la justicia.
A modo de cierre
La intervención analizada se puede pensar como una estrategia que expresa, articular y potencia la
necesidad/deseo/voluntad de transformar la realidad opresiva de genero que permite y tolera la
violencia hacia las mujeres. El espacio publico es intervenido, al mismo tiempo que la vida
cotidiana de un espacio de la ciudad y de una institución como es la justicia. La intervención
trastoca las relaciones en el espacio publico y señala “la transformación en los modos de hacer
política”
Lo que debemos analizar es la forma que adoptan estos conflictos cuando se tornan
empíricamente visibles en una sociedad concreta y, en particular, en sociedades como las de
América Latina.
Remarca que las sociedad, en proceso de democratización, los conflictos se plantean no solamente
en la esfera de lo político sino también al acceso a la ciudadanía que va a dirimir estas cuestiones
también en los espacios de la vida cotidiana y en las experiencias individuales.
Los actores colectivo producen entonces la acción colectiva, porque son capaces de definirse a si
mismos y al campo de su acción.
La forma organizada de la acción es la manera mediante la cual el actor colectivo busca darle una
aceptable y duradera unidad a ese sistema, que esta continuamente sujeto a tensiones.
Foucault sostiene que el pensamiento crítico es “aquello que permite que uno se libre de uno
mismo, el esfuerzo por saber cómo y hasta qué punto podría ser posible pensar de manera
diferente, en lugar de legitimar lo que ya se conoce. Aprender hasta qué punto el esfuerzo de
pensar la propia historia puede liberar al pensamiento de lo que piensa en silencio, para así
permitirle pensar de manera diferente”.
El pensamiento crítico tiene que ver con poder volver sobre los propios pasos, sobre la propia
historia, sobre la propia mirada, con poder regresar hacia nosotros mismos en función de ver
como hemos sido constituidos para hacer posible el pensar-ser-hacer-nos de otro modo si eso
fuera necesario.
El pensamiento critico acerca de los movimientos sociales en America Latina, tendrá que ver con
volver la mirada hacia el proceso a través de cual lo que hoy llamamos movimientos sociales en
america Latina han ido constituyéndose como tales.
Entendemos por movimientos sociales al conjunto de luchas erigidas en contra del capitalismo y
en función de la construcción de un mundo mas justo, mas humanos y mas solidario que se dan en
un periodo y en un espacio determinado. Hablamos de movimientos sociales como sujeto de
estudio porque entendemos al otro como compañero de lucha y para enfatizar el carácter vivo y
dinamico de los procesos por los cuales nos interesamos y con los cuales nos queremos articular.
En america latina los análisis predominantes a nivel de los procesos sociales y políticos habían sido
realizados, primero, desde una perspectiva estructural-funcionalista y luego desde el desarrollismo
y la escuela de la dependencia. Mientras las teorías desarrollistas habían hecho hincapié en los
procesos de modernización, industrialización y aculturación planteando que lo que se movia en la
sociedad eran sectores sociales que paulatinamente iban cambiando su comportamiento de lo
tradicional a lo moderno, la escuela de la dependencia había centrado sus análisis en la estructura
y en el comportamiento de las clases sociales.
En la teoría desarrollista, la teoría de la dependencia, etc , los movimientos sociales habían sido
poco estudiados y mas bien concebidos como reflejos voluntaristas o como acciones determinadas
por el poder económico o estatal o por la acción partidaria. Dos supuestos habia implícitos en
estas teorías: el de concebir a los movimientos sociales como practicas subordinadas a los partidos
y el de implicar cierto reduccionismo estructural de las relaciones de clase, donde, si bien todo
actor esta formando parte de las relaciones de clase, es necesario reconocer que también existen
otras formas de relación.
Lo nuevo ha sido caracterizado por centrarse en los nuevos actores sociales y no tanto en las
estructuras, por pensar la transformación social en términos de pequeños cambios que se pueden
ir generando desde el aquí y ahora a través de las practicas cotidianas que tienden a la autonomía
y a través de la construcción de identidades sociales y por el énfasis en los elementos ideologicos y
culturales de la acción social.
El paradigma de los nuevos movimientos sociales se caracteriza por: 1) un modelo teorico basado
en la cultura que deja de lado la cuestión de la ideología como falsa representación de lo real; 2) la
negación del marxismo como campo teorico capaz de explicar la acción colectiva en la sociedad
contemporánea; 3) la eliminación del sujeto histórico predeterminado y el establecimiento de un
nuevo sujeto colectivo difuso, no jerarquizado, en lucha contra las discriminaciones de acceso a los
bienes de la modernidad y una critica a los efectos nocivos de esta; 4) una concepción donde la
política gana centralidad en el análisis y pasa a ser una dimensión de la vida social que abarca a
todas las practicas sociales; 5) el análisis de los actores sociales principalmente desde sus acciones
e identidades colectivas.
Scott se ocupa de las formas de resistencia que se dan en los espacios cotidianos, en los espacios
de lo que el llama la infra-politica y ofrece una perspectiva original en el estudio de las relaciones
de poder entre dominados y dominadores. Parte de la idea de que los actores sociales no reducen
sus intervenciones al escenario público sino que, mas alla de las formas aparentes de hegemonía,
existen desde dichos actores practicas cotidianas de encubrimiento linguistico, códigos ocultos,
formas de aprovechamientos del anonimato y de la ambigüedad intencional, etc, que constituyen
el arte de la resistencia.
Los estudios sobre conflictividad social clase obrera realizados desde una perspectiva marxista
Los aportes que consideramos indispensables rescatar desde el marxismo para el entendimiento
de los movimientos sociales son:
a) El énfasis en la unión teoría-practica desde donde decimos que no hay pensamiento critico
en términos de movilización social sin una practica concreta y transformación en dichos
procesos.
b) Un visión de totalidad desde la cual podamos mirar lo que ocurre en los espacios
microsociales de los movimientos sociales en relación a lo que ocurre a niveles mas
estructurales de la sociedad; lo fenomenológico, lo empirico y lo mas inmediato adquieren
profundidad solo si son entendidos dentro de los aspectos mas estructurales de la
totalidad social.
c) La critica a lo ideologico como desmantelamiento de una operación de poder que hace
aparecer a los intereses particulares de determinados grupos sociales como intereses
generales y universales.
d) El conocimiento como vinculación de los visible a lo invisible donde el desafio será vincular
aquellos aspectos mas visibles de la experiencia cotidiana de los movimientos sociales, es
decir, lo mas concreto, con las dimensiones y las lógicas menos visibles de la realidad
social, es decir, lo mas abstracto.
e) El reconocimiento de la centralidad de la explotación de la lógica de generación de
desigualdades de clases frente a otros ejes de dominación y opresión.
f) El carácter material de las ideas.
g) La relación dialéctica sujeto-estructura.
h) La modificación del mundo como modificación del sujeto.
i) La dimensión utópica como horizonte de sentido de nuestras practicas de transformación
social.
j) El concepto de fetichismo.
k) El entendimiento del análisis marxista.
l) La transformación de la realidad como condición para su conocimiento.
m) Una teoría materialista de la hegemonía.
n) El conflicto.
La importancia de estas orientaciones viene dada porque de alguna manera actualizan los debates
marxistas que tanta influencia han tenido en el pensamiento y en los procesos
Módulo 7: Quehaceres en psicología social.
Las practicas grupales enfrentan el desafio de ser recreadas en sus sentido de alternativas reales
para pensar y accionar “de otra manera” en el campo psicosocial, o simplemente acomodarse
como recursos de aplicación de las disciplinas “psi”.
Cuando hablamos de lo grupal como ámbito de la experiencia humana nos estamos refiriendo a
los grupal como una dimensión empirica que es constitutiva de la fundación de la subjetividad;
todos los seres humanos somos, en tanto tales, “grupales”. Habría que pensar que lo grupal, esa
dimensión de el otro, los otros, que son también de alguna manera una parte de si mismo, aspecto
fundante de la condición humana, es esencialmente enigmático, es decir, no se accede a el por via
de una buena lectura ingenua, en cambio, nos confronta e interroga y demanda el estar abiertos a
la utilización creativa de un reservorio inmenso de experiencia que es patrimonio de cada uno de
nosotros.
Por otro lado, lo grupal como una línea de investigación y conocimiento científico, es decir como
un campo problemático que ha sido reconocido como pertinente para ser abordado por distintas
disciplinas.
Un nivel de análisis, en este caso estaríamos apuntando a un recorte metodológico para observar,
comprender y actuar sobre ciertos procesos de la realidad psicosocial.
Deseo hacer hincapié en el desplazamiento al que obliga del termino individuo a la nocion de
sujeto. El primero solo nos servirá de ahora en adelante para efectos puramente descriptivos; en
cambio, las nociones de subjetividad y sujeto, nos colocan ante los procesos de creación de
sentido y ante el estatuto de la condición humana, que es el pasaje de la naturaleza a la cultura,
mundo social histórico que consiste en tramas de significación desde las cuales se teje la
experiencia humana. La subjetividad se gesta en esa paradoja donde la función de sujetacion,
contención y sosten que provee el tejido social, es condición imprescindible de la subjetivación,
proceso de diferenciación sin el cual no entenderíamos la creación de cultura y de instituciones.
La dimensión de lo colectivo contiene varios planos: uno es el registro simbolico que nos funda
como humanos, campo de la regulación transindividual por excelencia representado por el
lenguaje; los otros planos están constituidos por las instituciones, que constituyen el campo
normativo, y por el territorio de la intersubjetividad, de la grupalidad propiamente dicha, del
intercambio
El para que de una intervención es un interrogante necesario que debería ser invariablemente
reflexionado, tarea critica que brinda la condición básica, a partir de la cual los dispositivos
concretos utilizados se caracterizan por ser flexibles y operativos, donde distintas formas pueden
cumplir los principios metodológicos básicos.
Puedo decir que trabajo con un modelo de intervención que pretende promover las condiciones
para que colectivos diversos construyan miradas nuevas que sean esclarecedoras de los procesos
de la subjetividad que se verifican en los aconteceres de la vida cotidiana; esto apunta a
transformaciones en los posicionamientos subjetivos y a la apropiación de mejores recursos de
inteligibilidad de los vínculos que tejen las tramas simbolicas e intersubjetivas que los sostiene.
El proceso grupal se establece con dos criterios básicos: la construcción del ámbito grupal y la idea
de aprendizaje como proceso, proceso no lineal si no tensionado siempre por tendencias
contradictorias.
También nos parece fundamental distinguir entre el método, las técnicas y las estrategias. El
método es “ayudar al grupo a pensar”.
En la referencia a los criterios objetivos a través de los cuales se puede ubicar un problema social,
se apela a los métodos de observación y medición científica validados como formas de
descubrimiento de la realidad. Estos acercamientos parten del supuesto de que, las condiciones
sociales están en la realidad y que es posible delimitarlas, conocerlas y tener conciencia de ellas
como problema. Estos modelos se basan en: 1) La idea de que existen condiciones sociales
determinadas en una sociedad; 2) Que estas condiciones son cognoscibles a partir de métodos de
investigación científica; 3) Que estas condiciones afectan a los individuos y grupos sociales
creando situaciones de malestar social y 4) Que es posible, a través de ciertas técnicas y recursos,
implementar intervenciones que solucionen el malestar causado por los problemas sociales.
Los criterios objetivos a través de los cuales se entiende y se actúa sobre la realidad se conforman
a través de conceptos como por ejemplo calidad de vida o bienestar social.
Por su parte, las perspectivas participativas se basan en dos aspectos importantes: 1) la relevancia
social que debe tener la investigación e intervención en las ciencias sociales y 2) el conocimiento
esta mediado por los sujetos que lo producen, por lo tanto, no hay neutralidad ni en la forma de
conocer ni en el conocimiento que se produce. Esto trae como consecuencia la necesidad de
posicionamiento de quien investiga/interviene con relación a las personas con las que trabaja. En
las perspectivas participativas la apuesta que se hace es estar del lado de las comunidades y
grupos con los que se trabaja, estableciendo un compromiso explicito con esos grupos hacia la
transformación de sus condiciones de opresión.
Dentro del marco de las posturas teóricas marxistas, se asume la existencia de una realidad
opresora producto de ciertas condiciones históricas y prácticas sociales. Pero esta realidad esta
enmascarada por contenidos de conciencia que no permiten su adecuada representación por
parte de la mayoría de las personas. Esta realidad es cognoscible o bien a través de la reflexión
científica de las causas y mecanismos del mantenimiento de las relación sociales o bien a través
del dialogo entre personas que sufren directamente la opresión del sistema social e intelectuales
comprometidos/as con el cambio social.
La solución a problemas sociales concretos que afectan a las personas puede partir de la
conciencia de las causas de estos y del intento de transformación de las relaciones de dominación
que los sustentan. En las perspectivas participativas las personas afectadas por problemas sociales
protagonizan a través de su participación, la propia definición de aquello problemático y de las
vías de solución posibles. En el caso de las perspectivas participativas, el conocimiento de lo real se
adquiere en el dialogo entre interventores/as e intervenidos/as de lo cual se desprende que,
justamente por la diferencia de posiciones entre estos dos grupos y sus diferentes conocimientos
se puede acceder al conocimiento sobre la realidad.
La concientización se da cuando los miembros de la comunidad o grupo con el que trabaja el/la
interventor/a se dan cuenta de que las razones por las cuales están insertos/as en ciertas
condiciones de vida tienen que ver con las relaciones sociales y de producción asimétricas en
sociedades determinadas.
En resumen, las perspectivas participativas proponen una solución al problema de cómo actuar
sobre la realidad para transformarla: la realidad es producto de las relaciones asimétricas de poder
en la sociedad aunque esta oculta a través de los elementos ideológicos de conciencia que
enmascaran estas relaciones y las situaciones que se derivan de ellas. A través del dialogo entre
personas de la comunidad y profesionales comprometidos/as con el cambio social se puede
develar cuales son las reales relaciones de opresión a la que están sometidos.
Según este enfoque, el significado es visto como algo que deriva de intercambios microsociales
incrustados en el seno de amplias pautas de vida cultural. Proponen que nuestros conceptos son
fundamentalmente producidos socialmente, a través del lenguaje, en comunicación con otras
personas.
En resumen, estas corrientes cuestionan, por un lado, la relación entre conocimiento y realidad en
el sentido de que no se asume la posibilidad de acceso a una realidad fuera de los discursos y
prácticas que la conforman; por otro lado, que las formas de construcción propias de la retorica
científica producen objetos, sujetos, practicas y subjetividades que, por ser avalados por las redes
de poder donde opera la institución académica, son difíciles de cuestionar, y por último, estos
desarrollos denuncian los efectos de control, clasificación y gobernabilidad que pueden tener las
tecnologías de intervención derivadas del conocimiento científico, sobre las vidas de personas y
colectivos en momentos y contextos específicos.
Se reconoce que la realidad sobre la que se quiere incidir es relativamente independiente de las
acciones concretas de individuos puntuales y que muchas de las intervenciones son “paños
calientes” a la espera del necesario cambio estructural que genera el problema concreto sobre el
que se intenta intervenir. Al centrarnos en la persona, vemos sus acciones como consecuencia de
la estructura social a la vez que, cuando nos centramos en la estructura, apreciamos su carácter
histórico y humanamente producido.
Las perspectivas construccionistas, al situar en el mismo plano realidad social y lenguaje, apuestan
por la conciencia de la estructura social y la negación de una realidad “ahí afuera” que deba ser
descubierta. Hay que considerar la posibilidad de que las acciones institucionales no son
conscientes por igual para todas las personas involucradas en la interacción, probablemente, hay
factores institucionales de carácter histórico que en un presente dado, no forman parte del
conocimiento de las participantes. Siguiendo a Bourdieu podemos considerar que las relaciones
sociales no son puramente lingüísticas y subjetivas y que hay disposiciones estructurales que se
actualizan a través de la practica social. Para este autor, lo que existen en el mundo social son
relaciones objetivas que existen independientemente de la voluntad y conciencia de los
participantes, relaciones que, sin embargo no determinan la acción social.
✓ Partiendo de estas premisas se hace necesario responsabilizarse por las formas de ver la
realidad social.
✓ Ofrece la posibilidad de expresar visiones parciales y encarnadas sobre los fenómenos a
tratar en contextos concretos de intervención desde lugares materiales y semióticos
contingentes y específicos.
✓ Se sostiene que la realidad y su conocimiento son contingentes a cada posición de sujeto.
✓ Desde su posición en la red de articulaciones, el/la profesional se involucran en la
articulación.
✓ Al asumir que cada agente, incluyendo el equipo profesional, tiene un conocimiento
parcial, se enfatiza en la búsqueda de puntos de acuerdo y de compromiso mas que la
revelación o la concientización.
✓ Lo que es definido como problemático involucra al proceso de articulación y de dar
significado tanto a posiciones de sujeto como a aquello digno de transformación.
Nosotros/as hemos elegido un camino algo distinto, nos hemos propuesto una investigación con
dos objetivos: 1) La revisión de desarrollos en las teorías sobre intervención social, para analizar
los conceptos y principios que fundamentan la idea de intervención social de algunos sistemas y
modelos de intervención; y 2) La construcción de una mirada para la reflexión sobre la
intervención social basada en discusiones en el ámbito de la definición de problemas sociales,
agentes de la acción de transformación y posturas sostenidas en torno al conocimiento.
En primer lugar, comenzamos a investigar desarrollos teóricos que trabajasen el tema del cambio
social.
En el pensamiento de la sociedad vista como sistema social se estudia la función que tienen
diversas prácticas sociales e instituciones en el mantenimiento de la sociedad. La intervención es
posible o bien para la integración de lo desviado a la norma general, o bien para hacer planes de
transformación con el objetivo de que ciertas instituciones puedan equilibrar los desperfectos del
sistema.
Ahora bien una vez estudiadas diferentes formas de comprender el orden y cambio social,
pasamos a analizar cuales ideas son fundamentales para la posibilidad de pensar en la
intervención social. Estas son:
✓ Cierto descontento con el orden social: para poder intervenir hacia la transformación
social es necesario pensar en que existe algún desperfecto con el orden social que debe
ser transformado.
✓ Posibilidad y deseabilidad del cambio social: la intervención social se basa también en la
idea de que es posible lograr cambios a partir de acciones humanas sistemáticas y,
además, que es deseable que ocurra dicha transformación.
✓ Acción colectiva: una de las bases de la intervención social es que la acción hacia
transformaciones concretas se haga colectivamente.
✓ El conocimiento como guía de la acción: el conocimiento guía definiciones de problemas y
de acciones hacia la transformación
✓ Intervención como dialogo entre diferentes actores: es necesario el dialogo entre estos
dos entes colectivos para poder lograr una acción efectiva de transformación.
• Intervenciones dirigidas
El diagnostico que se presenta es el de la desigualdad social. Hay colectivos que se encuentran
excluidos o en riesgo de exclusión de los recursos económicos, sociales y culturales de la sociedad.
Esta intervención se hace a partir de demandas sociales. La transformación social se da a través de
la injerencia en ciertos contextos definidos como problemáticos, a partir de la lectura hecha por
parte de los sistemas de intervención, de dichas demandas. La intervención busca adecuar o
normalizar los espacios problemáticos haciendo uso de los conocimientos y técnicas desarrollados
en los ámbitos científicos y de experiencia profesional. Las intervenciones dirigidas se plantean
integrar a colectivos con carencias.
Los principales agentes involucrados son, por un lado, el proceso, persona, grupo o institución que
necesita de una transformación; y, por otro lado, los sistemas de intervención definidos como
capaces de planificar y ejecutar acciones sistemáticas con la finalidad de provocar esta
transformación en el primero.
El cambio social deseable es lograr una mayor calidad de vida para las personas beneficiarias de la
acción interventiva. Se propone ayudar a integrar a quienes están excluidos/as –o en riesgo de
exclusión- a los mecanismos de la sociedad. La posibilidad de este cambio es a través de la
intervención en diferentes contextos locales.
• Intervenciones participativas
Conceptualizan al grupo afectado por algún problema social como interlocutor y actor privilegiado
para la transformación social. Ellas hacen énfasis en que las personas que están afectadas por los
problemas sociales deben ser parte de la solución de aquellos problemas. El diseño, ejecución y
evaluación de los programas y acciones se hace a partir del dialogo entre aquellas personas que
intervienen y las personas afectadas por problemas concretos.
Los problemas sociales están definidos como producto de estructuras sociales donde se dan
relaciones de opresión de ciertos grupos sociales por parte de otros grupos. Para la solución,
parten de la necesidad de que las personas afectadas con problemas concretos deben tomar parte
en la solución de dichos problemas; se busca promover la participación de dichas personas en
trabajos en lo que, conjuntamente con profesionales comprometidos/as con la transformación
social, se busquen vías de acción para trabajar sobre estas problemáticas. El dialogo en el que se
comparten los diferentes conocimientos permite elaborar una comprensión de las formas de vida
de las personas con las que se trabaja y, al mismo tiempo, producir procesos de concientización en
el que estas personas se den cuenta de las relaciones de opresión que sostienen estas situaciones.
Los agentes sociales relevantes son, por un lado, las personas de la comunidad o grupo con el que
se trabaja y, por otro, los/as interventores/as o intelectuales comprometidos/as con los procesos
de transformación social.
Aunque el cambio social deseable sea la transformación de las situaciones de injusticia estructural
y asimetrías de poder presentes en la sociedad, se hacen intervenciones en escala micro social
para la transformación de situaciones que son vistas como problemáticas por los grupos con los
que se trabaja. Se plantea la posibilidad de la transformación social a pequeña escala.
En primer lugar, para trabajar sobre la definición de problemas sociales acudimos a la literatura
que critica las formas en las que es entendido el conocimiento científico como representación fiel
de la realidad. Desarrollamos una forma alternativa de definir aquello que es necesario
transformar; ya que consideramos que una perspectiva situada para la intervención social debía
dar cuenta de los aspectos de las vidas de las personas, de las relaciones, discursos y prácticas
sociales que es necesario transformar.
La principal crítica que formulamos a las propuestas de intervención social estudiadas es que los
problemas sociales se definen básicamente a partir del conocimiento experto. En las
intervenciones dirigidas la definición de que es un problema social se da a través de la
lectura/definición de políticos y equipos de intervención de las demandas de diferentes entes
sociales. En las perspectivas participativas el concepto de ideología, en tanto contenidos de
conciencia que naturalizan/ocultan las relaciones de opresión, legitima ciertas lecturas de las
causas de las situaciones problemáticas en las que viven las personas de la comunidad.
En una perspectiva situada para la intervención social aquello digno de transformación se define
en fijaciones (temporales y precarias) de significados a partir de las articulaciones de diferentes
posiciones de sujeto. La definición de aquello digno de transformación se da en las alianzas,
negociaciones, posiciones contrarias, etc. de diferentes agentes sociales tales como equipo de
intervención, personas afectadas, asociaciones con intereses en juego, instituciones, etc. imbuidas
en relaciones de poder, autoridad y legitimación.
En las perspectiva situada para la intervención que hemos desarrollado cobra relevancia la noción
de “posición de sujeto” como concepto que, por un lado, critica la idea de sujeto unitario y
coherente y, por otro, trabaja con las posiciones que se construyen a través de articulaciones
enmarcadas en contextos sociales. En esta perspectiva, las posiciones de sujeto no solo se
referirían a la posición de interventor/a o intervenido/a, sino que se referirían a múltiples
posiciones que diferentes individuos o grupos pueden ocupar en dichas articulaciones.
PAULÍN, H. Y RODIGOU NOCETTI, M. (Comp.)(2002). Cuaderno del campo
psicosocial nº 1: Hacer/es en psicología social. Panel sobre Roles y Prácticas
en Psicología Social. Silvia Plaza, Andrea Pujol, Cristina Petit y Ana María
Correa
-Las nuevas perspectivas de la psicosociología: aporte para la construcción
del rol. Eugène Enríquez
-Interrogando el rol del/a psicólogo/a social y sus modos de construcción y
transmisión. Maite Rodigou Nocetti
-Psicología Social y escuela: supuestos y líneas de trabajo en los “problemas
de disciplina y convivencia” Horacio Paulín.
1) Hacer/es en psicología social. Panel sobre Roles y Prácticas en Psicología Social. Silvia Plaza,
Andrea Pujol, Cristina Petit y Ana María Correa
Psicología Comunitaria
-El nombre aparece por primera vez en EEUU en la década de los 60.
Hay dos grandes campos que otorgan una orientación y un perfil a las prácticas de los que
trabajan en la comunidad:
1. Ciencias de la Salud: Hay una fuerte articulación con el Estado y las políticas públicas. Se intenta
democratizar un servicio (de salud), se incluye a la comunidad, como población y sujetos que
puedan acceder en forma igualitaria y democrática al servicio público.
Intervención Comunitaria, se incluye en el campo de las Cs. Sociales, articulando desde allí con el
campo de la salud.
La Psicología Comunitaria tiene como objeto a los procesos comunitarios, es su foco de atención.
Los procesos refieren a la potencia de lo que viene siendo y de lo que aún no es:
-Lo previsible: Desde su trayectoria histórica con posibilidad de abordarlo como desarrollo de algo
que ya está.
-Lo no previsto: Lo no visto, lo no escuchado, a la emergencia de un nuevo acontecimiento, de
nuevos sentidos.
Lo Comunitario:
-Alude a Comunidad
-Da lugar a concebir a lo comunitario como homogéneo y armónico, con efecto de neutralización
y/o anulación de lo diverso, heterogéneo y del conflicto.
¿Qué es lo compartido?
-La localización geográfica / territorial: Espacio delimitado donde la gente habita (comunidad).
-Grupos
Formaciones grupales o Instituciones, tienen como base y condición de su existencia, estas redes
en el proceso comunitario. Realizan para su emergencia, recortes de necesidades, objetivos y
acciones. El Psicólogo Comunitario debe mirar la red que sostiene cualquier grupo u organización
que se instituye como configuración diferenciada en ese territorio.
-Interno: Proyectos diseñados desde la participación comunitaria, articulando con los procesos, las
condiciones, las necesidades, modalidades en la propia dinámica de las comunidades.
-Momentos de Ingreso
Rol
-Interesa saber por qué trabajamos, quien encarga nuestra tarea y a quien respondemos.
-Permite construir una manera de hacer en contexto y en situación, con estos sujetos y
comunidad, también con la dimensión ética.
2) Las nuevas perspectivas de la psicosociología: aporte para la construcción del rol. Eugène
Enríquez
Psicosociología
→ Ciudadanía
-Como conductas que viene generando acontecimiento, y que pueden hallar su forma en una
figura determinada.
-Nutrida de militancia.
-Tiene como motivaciones:
1. Posee un SABER sobre los procesos, las pasiones humanas y el funcionamiento del
pensamiento. Y debe compartirlo con otros, por compartirlo puede desarrollar en el otro el deseo
de sublimación.
-Propone
-Comenta
-Reacciona
(Como un chamán)
2. Como HOMO VIATOR (sujeto de pasajes) para permitir a los otros desplazarse en el espacio de
su propia vida: Representar nuevos roles, renovar sus inversiones y los objetos de esa inversión.
3. Trabajar en las REDES DE INFLUENCIA, de las que son tomados los individuos y los grupos. El
trabajo del Psicosociólogo es:
-Captar el rol que quieren hacerle jugar y que ellos quieren jugar
-Frecuentemente, aceptar ser el mediador entre diferentes instancias, a fin de que c/u pueda
formular un diagnóstico más justo sobre las personas en cuestión, sobre su propia acción y sobre
las actitudes subyacentes.
-Ser el interviniente, ensayar, poner en comunicación esas instancias, ya que está en el centro de
estas
4. Ser ANALISTA: Las conductas actuales son fruto de una larga historia. La labor es favorecer la
anamnesis, la reproducción de su historia individual y colectiva, a fin de que puedan escapar al
ciclo de la repetición.
-Trabajar con los grupos que tienen una historia, que pueden crear espacios que son tomados en
sus redes, que están en una búsqueda de verdad, pondrá su atención en los grupos abiertos a las
“comunidades”, en situación de desorganización y reorganización.
-La urgencia (en nuestra sociedad) es ayudar a los individuos a situarse como sujetos de una
historia individual y colectiva, a ser ciudadanos activos de una democracia, a inventar, a definirse
como creadores de la historia.
El Psicosociólogo:
-Tiene que favorecer (en cada individuo y en los grupos) la voluntad de encontrar en la sociedad
el lugar que le conviene y que responde a sus posibilidades reales actuales.
-Comprender mejor los fenómenos globales como las influencias sociales específicas para poder
compartir su análisis, permitiéndoles aprender mejor las situaciones en las cuales se encuentran.
-Ver de qué manera los hombres habitan las estructuras y son capaces de reaccionar a las
situaciones.
Objetivo: Hacer que cada uno, en cooperación con otros, pueda desarrollar los nudos en los cuales
se encuentra, tener de sí mismo y de los otros una visión realista e imaginativa. Que se pueda
conducir, como sujeto dirigido hacia la autonomía y creador de instituciones, en las cuales la
invención democrática encontrará su lugar de refugio.