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Psicología Evolutiva de la
Adolescencia
B
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Fechas de parciales ◊-:-
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FRANJA
M"'RADA
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Unidad 1
INTRODUCCIÓN HISTÓRICO-CRÍTICA
A LA PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO DE LA
ADOLESCENCIA Y JUVENTUD.
Contexto socio- histórico de los estudios psicológicos del desarrollo de les
adolescentes y jóvenes. Marcos de referencia teóricos y métodos de investigación
en el siglo XX. El problema de su objeto de estudio. Los aportes de Piaget, Vygotsky
y del Psicoanálisis para comprender el desarrollo humano.
especie, la ro.za y la mente. Prototipo del camino que llew la inwstigacióO: evolutiva, lo
constituyen los estudios de Ch. Darwin interesado cm la contribución rela~lva de la dotación
genética y de la experíencia ambiéntal, por la identificación de las características que
diferencian a los humanos de los aiµmales.
En esta linea el bebé es representado como un organismo biológiqo separado de su
' .') 4
.)
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28
naturalización yregulación del desarrollo. Criterio segun el cual el desarrollo quedaba ligado
a la universalidad, donde las car~cter!sticas de cada fase son independientes de la sociedad o ·
cultura del que se formara parte, y, también, bajo un sentido a-histórico, por fuera de las
circunstancias históricas.
Por su parte, A Gesell, indica q_ue las transformaciones evolutivas pueden ser
constantes por lo que, pueden servir a la hora de ser diagnosticado. En este sentido, la
psicología evolutiva debe ser estudiada de forma descriptiva y· a través de una muestra
ondó gena con potencialidades inoatas.
Visualizando la historia de la psicoh,gla del desarrollo, se puede observar como ella
110 culructurn. "por medio de una graduaciól). ordenada y progresiva a través de unas etapas
111111 \n nmt competencia y una madurez cada vez mayores" (Burrnan, 1998), as! como también
11\11 tocnologlas que fundamentan la base del conocimiento evolutivo dan cuenta de dicba-
arnd11nolón lineal, las cuales son la descripción, comparaci6ny medición infantiL
Uoy, cou ulguoas modificaciones, las teor[as evolutivas siguen en el campo de
l11~nll 1snoló11 do In psicología, cuyas tesis, rescatan en parte el" contexto social en el cual el
H11lulo m1t1\ lnm.irto, pel'D que más allá de eso hay que hacer hincapié en la parte detenninista
do 111111nclnruu ióny lo biológico (Del'lal 1994). ·
J)undo nucu"trn perspectiva podemos disentir y establecer que, la psicología del
du111u ro llo e~ hcrccloda de los distintas disciplrnas como la filosofía, biología, antropología y
opl1olcmt>log(11. Rclomnndo los a¡iortes de autores como Emilio Mira y López establece que la
p~lonln¡¡l11 evolutiva es una ciencia que estudia al sujeto individual y puede anticipar su salud
pnlqulon. (Lópoz Molina, 2008).
Uoodo hncc tiempo y en la actualidad de manera protagónica, los discursos médico,
p11lq11lillr!co y psicológico, lambiéuban interpelado los espacios educativos. De acuerdo a los
pl11nlao11 do Lópoz Malina (2008), se puede iudicar que las instituciones escolares
uu11olllllyoron un onpncio visible paru la observación y clasificación de los comportamientos
du l.0 11 11Hfo:1-ns, y n los resultados de la cual emergerá un cuerpo de especi~istas de la
l11f1111ol11 m1111idos de grillos exhaustivns, que serán los encargados de construir detallados
11111ptu1do I uoiwrno infantil y de utopías calendari:zación del llamado ciclo vital.
l'1•l·11 11ll0, !J<l couslruyc un diugrama espacio- temporal llamado laboratorio humano,
tlurtdo 110 dou1111·0ll1m\ lu relación docente-alumno. A partir de ello, surgen distintas
uhcil flu11olt.moo y oxpreuioucs pntologizantes mencionadas en principio, por docentes como- la
1il¡}ll1klno1J ln, ol llot1·uso montul, Trastorno Generalizado _del Desarrollo, personalidad
...... 0011lllo1lv,1, J1111111cl11roz, clófi cit utcncional, Mutismo, entre otras; y posteriormente acuñadas
1111 ION 111111111111011 tlius11ó11llcos como el D.S.M IV y el C.I:E 10, publicados por la
0 11,;111!11w l~11M1111di11I do In Snl11cl.
1111 lltli1ol'CitJ n lo c11tnblccido hasta aquí, ¿qué es ser un sujeto normal? ¿cuál sería la
..
,~11111-ll1h1tl'I 1 ~1¡,01. 1Vlnl1110 (2008), en su aitículo, establece quc·e l ''sujeto normal es el único
hll11 1\11'1, dq 1111 1111111 110 :11)purucla, con sensibilidad media, con comportamiento que no
¡i!l1t111h, ,1 11111w111 111 ft1llo significativo y con una ortografía tal que le permita superar
decorosamente todos los desafíos de la escritura, entre otras virtudes." (p. 50). En relación a
esto, la psicología académica responderá a la demanda en relación a dos aportes: la
psicomJtria, donde toma los aportes de Skinner respecto a todÓ lo que está contenido en la
medida puede ser medido; y la psicología evolutiva tomando autores que trabajan con
motivación como Maslow. ·
Por su parte, Baquero (2009) establece que uno debe recordar algunas cuestiones del
sujeto en relación a su contexto sociocultural donde desarrolla su crecimiento. Este planteo
se lo relaciona a un espectro de los desarrollos neo o posvygotskianos. Es por ello, que los
abordajes en las escueles_pueden relacionarse a ciertas regularidades que confluyen en este
aspecto en ponderar a la actividad intersubjetivamediada semióticamente como una suerte de
denominador común o componente ineludible de cualquier explicación del desarrollo humaoo
en su especificidad (Baquero, 2 009).
Con respecto a la psicología del desarrollo, podemos sefíalar a modo, de súitesis,
según los plnnteos de López Molina (2008), una diferenciación entre teorías de tipo
"descriptivas", con representantes como Gesell, etc.; y otras denominadas
"explicativas/interpretativas", tales como el psicoanálisis, la epistemología y la Psicología
genética.
En su teoda eiciste unmomento bisagra, de cnmb!o antre la primera y segunda tópica, conocido como ol nlro ,tul
20, como consecuencia de la obra "más allá del principlo del placer".
Enfrentando un cáncer, y como consecuancla vnrios malestares, el padre delps!coanálisls no dojó úo p11bllORf y
revlsnr obras anteriores pararepensar su teoría.
Muere en 1939 en Londres, Freudresidla alli por su exilio a causllde su carácter jud(o
La
gran revolución generada en el pensamiento de la época atribuida n Frond, fuo ln
de postular que la conducta humana no está gobernada por la razón, o al mono3 no 011 uu
mayor parte, sino que se halla determinada por motivaciones inconacientcs:
30
Al mismo tiempo, en relación estrecha con su terapéutica, Freúd es llevado a
closcubrir que el contenido de este psiquismo inconsciente es sexual, es decir que está ligado a
mm vida sexual que comienza en el nacimiento y no en la pubertad. Nuevamente esta tesis
provocó grandes criticas en la sociedad. Cuando Freud presentó sus ideas sobre sexualidad
infüntil por primera voz, el público vienés al que se dirigió no estaba preparado para hablar de
11oxo en los adultos, y desde luego menos aún en los ni.fías. Freud plantea que la pulsión
omcuot, en oposición a la creencia popular que ubica su.despertar en la pubertad, está presente
on 111 l.nfouciu. Postuia la "amnesia infantil" y la señala como la razón que explica aquel error
do In crceucinpopulnr.
l111lru 11111pulo iones se pueden distinguir: la autoconservación o las del yo, que tienden
11 lil l!llOUill vut:!ón y dolindividu0; y las pulsiones sexualessonlaconservaciónde la especie.
J,IW ¡ml11l.011os del yo o autoconservaciónserefiere alas satisfacciones ffsicas que posee cada
l11tllvlduo como la respiración, el hambre, el sueño, entre otros. Su satisfacción se lleva a
c11lm por MI solu o·on forma directa y su interés psicológico es menor. Las pulsiones sexuales
11000111111n lmportoncia psicológica mayor ya que aquí se entre juega el ello y el súper yo. No
110 puudou 11uti11focor, de forma directa sino existe un cambio de objeto pulsional que, en
,,l¡;um111 oporlunidudes son reprimidas.
Por otro lado,Frcud considera que la mente consciente es todo aquello de lo que nos
du1110:1 cuentu en un momento particulnr: las percepciones presentes, memorias,
ponunmiuntoó, füntll!llll!l y sentimientos. Cunndo trabaja.mos·muy centrados en estos apartados
011 lo que Frcud llamó prcconsciente, algo que hoy llamaríamos "memoria disponible": se
....
refiere n tocio nquollo que somos capaces de record.ar; aquellos recuerdos que no están
dinpnnlblc3 cu el momento, pero que somos capaces de traer a la conciencia Freud, establee e
tn111blcl11, q110 bny Ullll parle de nuestra conciencia que no accedemos y la denomina
l11co1111clu11tu. l'.iiitu incluye todas aquellas cosas que no son accesibles a nuestra consciencia,
l11oluyo11do muchus que se hablan origínado alll, tates como nuestros impulsos o instintos, as l-
oomo otnw quo no podJmnos tolerar ea nuestra mente consciente, tales como las emociones
•~•oo l11d1UJ 11 lou Lrnuó:m:i. De ucuerdo con Freud, el inconsciente es la fuente de nuestras
111oliv.10!0110:1, yn ia:an simples deseos de comida o sexo, compulsiones rnmróticas o los
moll vou du tllJ urti11t11 o científico. Además, tenemos uoa teodenciá a negar o resistir estas
hlO llv,rn lón ti do llll percepción consciente, de manera que solo son observables· de forma
111~11 H1Jldtl
La realidad. psicológicafreudiana empieza' con el mundo lleno de objetos. Entre ellos,
hay uno especial: el cuerpo. El cuerpo en tanto actúa para sobrevhir y reproducirse y está
guiado a estos fmes por sus necesidades (hambre, sed, evitación del dolor y sexo). Una parte
(muy importante, por cierto) del cuerpo lo cocstituye el sistemanervioso, del que una de sus
características más prevalentes es la sensibilidad que posee ante las necesidades corporales.
En el nacimiento, este sistema es poco más o menos como el de cualquier animal, una "cosa",
o más bien, el Ello. El sistema, nervioso como Ello, traduce las _necesidades del cuerpo a
fuerzas motivaciona!es llamadas pulsiones (en alemán 'Triebe"). Freud también los llamó
deseos. Esta traslación de necesidad a deseo es lo que se ha dado a conocer como proceso
primario. El Ello tiene el trabajo particulllr de preservar el principio de placer, el cllh! puede
entenderse como una demanda de atender de forma inmediata las necesidades. Imagínese por
ejemplo a un bebé hambriento en pleoa rabieta No "sabe" lo que quiere, en un sentido
adulto, pero "sabe" que lo quiere ... Jaboramismo l El bebé, según la concepciónfreudiann, es
puro, o casi puro Ello. Y el Ello no es más que la representación psíquica de lo biológico.
Pero, aunque el Ello y la necesidad de comida puedan satisfacerse a través de la imagen de un
füete jugoso, al cuerpo no le ocurre lo misI!).O. A partir de aqw, la necesidad solo se hace más
grande y los deseos se mantienen aún más. Uno se habrá percatado de que cuando no ha
satisfecho una necesidad, como la de comer, por ejemplo, ésta empieza a demandar cada vez
más su atención, hasta que llega un momento en que no se puede pen.snr en otra cosa. Este
sería el deseo irrumpiendo en la consciencia. Menos mal que existe uoa pequefía porción de
la mente a la que nos referimos antes, el consciente, _que está agarrado a la re_alidad a tra~s
de los sentidos. Alrededor de esta consciencia, algo de lo que era "cosa" se vn convirtiendo ·
en Yo en el primer afio de vida del niño. El Yo se apoya en la realidad a través de su
consciencia, buscando objetos para satisfacer los deseos que el Ello ha, creado para
representar las necesidades orgánicas, Esta actividad de búsqueda de soluciones es llamada
proceso secundario. El Yo, a diferencia del Ello, funciona de acuerdo con el principio de
realidad, el cual estipula ·que se "satisfaga una necesidad tan pronto haya un objeto
dispo~•. Representa la realidad y hasta cierto punto, la razón. No obstante, aunq~e el Yo
se las ingenía para mantener contento al Ello (y finalmente al cuerpo), se encuentra con
obstáculos en el mundo externo. En ocasiones se encuentra con objetos -que ayudan a
conseguir lai; metas. Pero e I Yo capta y guarda celosamente todas estas ayudas y obstáculos,
~specialmente aquellas gratificacíoaes y castigos que obtiene de los dos objetos más
. importantes del mundo de un niño: mamá y papá. Este registro de cosas a evitar y estrategias
para conseguir es lo que se convertirá en Superyo. Esta ics tancia no se completa b,ista los
siete años de edad y en algunas personas nunca se estructurará Hay dos aspectos del
Superyo: uno es la consciencia, constituida por la intemalización de los castigos y.
advertencias. El otro es llamado el Ideal del Yo, el cual deriw. de las recompensas ymodefos
positivos presentados al nifio. La consciencia y el Ideal del Yo comunican sus requerimientos
al Yo con sentimientos como el orgullo, la vergüenza y la culpa. Es como si en la niñe;,:;
hubiésemos adquirido un nuevo conjunto de necesidades y de deseos acompa.llantes, esta vez
de naturaleza más social que biológica. Pero, por desgracia, estos nuevos deseos pueden
establecer un conflicto con los deseos del Ello. Ya ve, el Superyo representaría la sociedad, y
la sociedad poca5 wces satisface sus necesiclacles.
Teorlade Piaget
Piaget cree que los organismos humanos comparten dos ''funciones invariantes'~
organización y adaptación. La mente humllDll, de acuerdo con Piaget, también opera en
términos de estas dos funciones no cambiantes. Sus procesos psicológicos están muy
orgBru211dos en sistemas coherentes y estos sistemas están preparados para adaptarse a los
est!mulos cambiantes del entorno. La función de adaptación en los sistemas psicológicos y
fisiológicos opern a través de dos procesos complementarios: la ASIMILACIÓN Y LA
ACOMODACIÓN. . /
Por otro lado, Piaget plaoteael concepto de esquema que tiene relación con el ti"po do
orgaoización cognitiva que, necesariamente implica la asimilación: los objetos exteruotJ 110 11
siempre asimilados a algo, a un esquema mental, a una estructura mental organi:zacln. Pnm ol
autor, un esquema es una estructura mental determinada que puede ser transforldl\ y
generalizada. Un esquema puede producirse enmuchos niveles distintos de abstracción, UJlO
de los primeros esquemas es el del objeto permanente, que permite al nif¡o respomlor ñ
. objetos que no_están presentes sensorialmente. Más tarde el niño coooigue ei esquema do mu, J
clase de objetos, lo que le permite ágruparlos en clases y ver la relación que tionon Ion
miembros de una clase coa.los de otras.En muchos aspectos, el esquema de Piaget so pnrooñ
a la idea tradicional de concepto, salvo que se refiere a operaciones mentales y estruol\ltn!t
cognitivas en vez de referirse aclasificacionesperceptuales.
l1
Piaget, también, plantea el proceso de equilibraoión. Estab1eco quo, nunquo 1~ 11
asimilación y acomodación son funciones invariantes en el sentido de estar proo011l II f\ ltl
largo de todo el proces!) evolutivo, la relación. entre ollas es cambinnto do mo'clo q1111 1ll
evolucióninteleotual es !a evolución de estarelaciónasimilnción/ acomodnción.
4
en tres niveles sucesivamente más complejos:
acontecimientos externos.
32
esencialmente cualitativo: la evolución de la inteligencia supone la aparición progresiva de
diferentes etapas que se diferenci"a entr~ sí por la construcción de esquemas cualitativamente
diferentes.
...
t
tr
~IPll'!!!II~ y.~ Lov Semenovieh Vygotsky fu~ un referente do la psicoJogfa del siglo XX. Nncido
en BiolomJsln en 1896 y fallecido, con tan sólo 37 nllos por tuberculosis, dejó un
grnn aporte al pensnmfonto pslco16gico.
Vygotsky fue testigo y agente activo de la rovoluoión rusa, una de las mayores
' tronsformaciones poUticas y culturales del siglo XX (Rottemberg, 2016). So percibo
el impacto 9.ue tuvo el contexto en su manero do pensar ya que su obrn está
inspiradll por "una visión mnrxlsta y cvolucioais1a, alejada do todo dogmalismo y
con profundas ralees hwnanistns".(Rottcmberg, 2016).
·· ···:-- ~.
,'.. Realiznndo investigaciones en base al método do estudio evolutivo, Vigostky
,, su3icro una nueva oproxim•ción evolutiva, )a cual debo construksc sobro las
funciones mentales superiores, el desarrollo cultural y ol control de los procesos
'
personales de comportamiento (Kozulin, 2016).
El planteamiento del origen social do los procesos psicológloos llevó a VigolSky n un nuevo enfoque en la
vnlornci6n del desarrollo mental del oiflo, No se debe contor sólo coa la cepacidad actual quo el nillo prescoto,
~ino que es preciso oucstionnrso hasta d6cdc pucdoUegar si el conloxto social y cultural lo hoce avonzar. Eslo le
llevó • formular el concepto do "zonn da dcsarroDo potencial", catead.ido como "la distWJcia entre el nivel actual
do desarrollo; detennin•do por la capacidad de resolver independientemente uo problema, y el nivel de
desarrollo polc11oial, dclermioado a través de la resolución do un problema bajo la guía de ua ndul10 o en
colabornción con otro compnficro más copaz
Vygotsky rechazará por completo los enfoques que reducen la psico log{a, y en este
cuso el aprendizaje, u una meru acumulación de reflejos o asociaciones entre estímulos y
ro~pucslns. De todas maneras, su posición está más cerca a los supuestos organicistas que a .
lus ideo~ mccunicistos ll!JOciuclooistns, tnf es el caso de los análisis por globalidades en lugar
do por olcmoutou, cnróctor cuolitntivo del cambio en lugar de cuantitativo, procesos
connciontes y no só lo nulo1rulticos, etc. Se puede coosiderar asu teorlacomo una variante del
enfoque orgn11iciuln 'fíe no una clara infü1encia del materialismo histórico, donde se basa en la
co11copc1ó11 quo lo11lt1 F.11gci11 de In actividad como motor de la humanización, una psicología
bnauda 0 11 lu nclivid:KI.
La actividad, para el' autor, es un proceso de transformación del medie a traVlls del uso
de instrumentos. Al basar su psicología en el' concepto de actividad, Vygotsky comidera que
. el hombre no se limita a re~ponder a los estímulos, sino que actúa sobre ellos,
transformándolos. Ello es posible gracias a 111 mediación do instrumentos que se interponen
entre el estím~o y la respuesta. ·
Hace referencia a la mediación que cumplen los diferentes ill.'ltrumentos, que en los
divid~ ~n herramientas y signos,'dándole la importancia mayúscula a l?s signos, en el caso
del lenguaje hablado, el que tendrámucba influencia en esta teoría cognitiva.
Distingue entonces dos clases de instrumentos en función del tipo de actividad que
hacen posible. El tipo más simple de instnmento sería la herramienta que actúa
materialmente sobre el estímulo, modificándolo. Así, un martillo actúa de manera directa
sobre el clavo, de tal forma que la acción a que da lugar no sólo responde al entorno, sino que
lo modifica materialmente. Este es el tipo de instrumento al que hacia referencia Engels
cuando consideraba la importancia del trabajo en el proceso de homi.ni.zación.
Para Vygotsky los significados provienen del medio social externo, pero deben ser
asimilados o interiorizados por cada nifio o individuo concreto. Su posición coincide con la
de Piaget ai co~iderar que los signos se elaboran en interacció; con el ambiente, pern, en o1
caso de Piaget, ese ambiente está compuesto únicamente de objetos, algunos de los cuales son
objetos sociales, mientras que, para Vygotslcy está compuesto de objetos y de personas que
median en la interacción de! nmo con los objetos.
J.1
Conclusiones
Lo que hoy conocemos como psicologla del desarrollo existe hace mucho y ha pasado
por vários momentos, así como también varias influencias de diferentes teorías. Si bien el
nombre ~e la materfo es "psicología e'tl:>!utiva de la adolesceticia y la juventud" ya no se la
reconoce con la denominación de "evolutiva" si no más bien de "desarrollo". Y de ello se
desprende la idea de complejidad, por que los seres humanos no evolucionamos en una sola
linea, si no que sonmúltiples los factoros que se involucr~ en nuestro desarrollo.
34
Edgar Morin .
INTRODUCCION
AL PENSAMIENTO COMPLEJO
Serte C LA DE · MA
0
CIENCIAS COGNITIVAS
:-...----------
INTRODUCCION
AL PENSAMIENTO
COMPLEJO
. 36
El paradigma de
complejidad *
,:, De Culture, signes, cT'itiques, Presses ele l'Uni versité do Québec, 1988
ICahlers Rechel'ches et théories, Colección uSymbolique et idéologieu, nro. S
IG), pp. 65-87, Tex~os publicados bajo la dirección de Josiane Boulad-Ayoub.
87
en ing-iés, se llama a eso self-deception, el engaño de sí
mismo. Sólo conocemos una apariencia del sí mismo¡ uno
FJe engaña acerca de sí mismo, Inclu.so los escritores más·
·---~~~~~-·como ean-J
.J
0
88
,,
lí paradigma de simplic.idad ' i1
Pirra comprender el problema de la complejidad, hay que ',1
ffi.bert antes que nada, que hay un paradigma de simplici- ;1
lád. La palab:ra paradigma es empleada a menudo. En
' 1~
~ t r a5:.9.1;-~q~J2.S!i:r;i;,_,~_P:3::_~-~-g~,ª. ~~~~- 9.?.A~YÍ:~~i.9-.9..P.f)r.~P: ,q
QJ.erto tipo de relación 16gica extremadamente fuerte entre
~C{o"ñes'"ñi.iestras, ño'cione'sCra:ve;priñc'f!)Io~··'c"ía;~: '·'.fü~~ 1~
réi.acióñyesospriñcip'fos van agob;r~'tociosióá"a'.íscur-
st>s que obedecen, inconscientemente, a su gobierno. 1◄
Así es que el paradigma de simplicidad es un paradig-
).
ma que pone orden en el universo, y persigue al desorden. l◄
El orden se reduce a tina ley, a un principio. La simplici-
dad ve a lo uno y ve a lo múltiple, pero no puede ver que lo
Uno _puedet al ·mismo tiempo, ser Múltiple. ~l principio <;le )4
~implicidad o bien separa lo que ei:¡tá ligado (disy~ci6n:);· o ' l◄
bien unifica lo· que es diverso (reducción). lfj
·--·· ·=•Tom·émos".cómoeJempioai-ii~mnre~'ifü.hombre es un
ser evidentemente biológico. Es, al mismo tiempo, un ser
evidentemente cultural, meta-biológico y que vive en un
universo de lenguaje, de·ideas y de conciencia. Pero, a esas ..
).
,)..
dos realidades, la realidad biológica y la realidad cultural,
)t
el paradigma de simplificación nos obliga ya sea a desu-
nirlas, ya sea ·a réducir la más compleja. a la menos com- ).
pleja. Vamos entonces a estudiar al hombré biológico en el ).
departamento de Biología, como un ser anatón:µco, fisioló- l
gico, etc., y vamos a estudiar al hombre cultural en los de-
partamentos de ciencias humanas y sociales. Vamos a es-
tudiar al cerebro como órgano biológico y vamos a estudiar
al espíritu, the mind, como función o realidad psicológica.
Olvidamos que uno no existe sin el otro; ;más aún, que uno
es, al mismo tiempo, el otro, si bien son tratados con tér-
minos y conceptos diferentes.
Con esa voluntad de simplificación, el conocimiento
científico se daba por misión la de develar la. simplicidad
escondida detrás de la aparente multiplífidad y el aparen-
89
38
te desorden de los fenómenos, Tal vez sea que, privados de
un Dios en el que no podían creer más, los científicos
tenían una 'necésidad, inconscientemente, de verse rease-
gurados. Sabiéndose vivos en un universo materialista,
mortal, sin salvación, tenían necesidad de saber que había
algo perfecto y eterno: el universo mismo. Esa mitología
extremadamente poderosa, obsesiva aunque oculta, ha
animado al movimiento de la Física. Hay que reconocer
que esa mitología ha sido fecunda porque la búsqueda de
la gran ley del universo ha conducido a descubrimientos
de leyes mayores tales como las de la gravitación, el elec-
tromagnetismo, las interacciones nucleares fuertes y lue-
go, débiles.
Hoy, todavía, los científicos y los físicos tratan de en-
contr?r la conexión entre esas diferentes leyes, que repre-
E10ntaría una verdadera ley única.
La misma obsesión ha conducido a la búsqueda del la-
drillo elemental con el cual estaba construido el rmiverso.
Hemos, ánte todo, creído encontrar la unidad de base en la
molécula. El desarrollo de instrumentos de bbservación ha
revelado que la molécula misma estaba compuesta de áto-
mos. Luego nos hemos dado cuenta que el átomo era, en sí
mismo, un sistema muy complejo, compuesto de un núcleo
y· de electrones, Entonces, la partícula devino la unidad
primaria. Luego nos hemos dado cuenta que las partículas
eran, en sí mismas, fenómenos que podían ser divididos te-
ói·icamente en quarks. Y, en el momento en que creíamos
haber alcanzado el laddllo elemental con el cual nuestro
universo estaba construido, ese lac3.r:illo ha desaparecido
en tanto ladrillo . Ea una entidad difusa, compleja, que no
Uce;amos a aislar. La ob[lesión de la complejidad condujo a
ln aventura científica .a. descubrimientos imposibles de
con cebir en términos de simplicidad.
Lo que es más, en el .sigl;XX'¡tuvo lugar este,_?,9.onteci- ;,i-•
.. _ •...,_.._ _ ,,... --.1 .......... _ ...... . -~ ...... _ . · ··-· .... ·- ·~ • , ......... --·-·· ... .... . ... •• - . .. . . . ., ••
!)( 1
formulado por Carnot y por ·c1ausius, es, primeramente,
un principio de degradación de energía. El primer princi-
pio, que es el priricí.p1o"'d~T~i"cioiís'ervación de la energía, se
acompaña de un principio qu¡3 dice que la energía se de-
grada bajo la forma de calor. 1'oda actividad, todo trabajo,
produce calor; dicho de otro modo,, toda utilización de la
energía tiende a degradar dicha energía.
Luego nos hemos dado cUe):l.ta, con Boltzman, que eso
que llamamos calor es, en realidad, la agitación en desor:.
den de moléculas y de átomos: :cualqui~ra puede verificar,
al comenzar a calentar un recipiente con agua, que apare-
cen vibraciones y que se produ,ce un arremolinamiento de
moléculas. Algunas vuelan hada la atmósfera hasta que
todas se dgm_ersan. Efectivamm1te, llegamos al desorden
total. El1~~~~e~?.~•- e~~?.~?~.ª•. ~1: ~~- ~I1:i,:7er~o ~si~o, .~~-
gado a to o traba.io, a toda transformac1on.
- - - - · · · 1 _,_.,........ -~~--."1-.. ~ - J , ........... "".____ •
91
viduos¡ la evolución biológica se paga con la muerte de in-
numerables especies; hay muchas más especies que desa-
parecieron desde el origen de la vida, que especies que ha-
yan sobrevivido. La degradación y el desorden con.ciernen
también a la vida:- ·--
--·1?or lo táñto,'ia dicotomía. no era posible.·Hicieron fal-
ta estos últimos decenios para que nos diéramos cuenta
que el desorden y el orden, sie!ldo enemigos uno del otro,
cooperabañ~C:realgunam~era> para o:rgañlzaf ari:¡ci~-
,~------◄--..-•
_ ....• - - - - - - · - - - - - - - · -.. - ·•··· • _.....,h,-,..\1;'
• • •••'-~~•_,._
so.
Nos damos cuenta, por ejemplo, al considerar los re-
molinos de Benard. Tomemo~ un recipiente cilíndrico en el
-·· ·· q_ue -hay un Hquido, al que calentamos por debajo. A una
cierta temperatura, el rp.ovimiJnto de
agitación, en lugar
de acrecentarse él mismo, prod.Ü.ce una forma arremolina-
'da 9rganizada _de carácter estable, formando sobre la su-
perficie células J:i.exagonales regularmente ordenadas.
A menudo, en el punto d~. encuentro ~ntre un fluj o y
un obstáculo, se crea un remolino, ea decir, ·µna forma or~
ganizada constante y que se. reconstituye· sin cesar· a sí
;m.i.sma¡ la unión del flujo y del contra-flujo produce esa for-
ma organizada que va a durar indefinidamente, ep.,ta me-
dida en que el flujo dure -y en 'q ue el obstáculo esté alli. Es
decir que un orden organizacional (remolino) puede nacer
a partir de un proceso que produce desorden (turbulencia).
Esta idea ha debido ser amplificada de manera cósmi-
ca cuando llegamos, a partir de los años 1960-1966, a la
opinión cada vez más plausible de que nuestro universo,
que sabíamos estaba ~n curso de dilatarse a partir del des-
cubrimjento de Hubble de la expansión de las galaxias, era
también un universo del cual provenía, desdé todos los ho-
rizontes, una radiación isotrópica, que semejaba ser el res-
to fósil de una suerte de explosión inicial. De allí la teoría
dominante en el nnmdo actual de los astrofísicos, de un
origen del universo que fuéra una explosión, un big-ba,ng,
Eso nos condujo a una idea -sorprendente: el universo co-
92
mienza como una desintegración, y es desintegrándose
que se organiza. En efecto, es en el curso de esa agitación
calórica intensa: -el calor es a-gitaciór¡., remolino, movi-
miento en todos los sentidos- que se van a formar las par-
tículas y que ciertas partículas van a unirse unas a otras.
Van a' crearse también los núcleos de helio, de hldró-
geno, y luego otros procesos debidos, evidentemente, a la
gravitación, van a reunir a los polvos de partículas y esos
polvos van a concentrarse cada vez más hasta llegar a un
momento en el que, al incrementarse el calor, se generará-
una temperatura de explosión mediante la cual se produ-
cirá el -a1umbramiento de las estrellas, y esas mismas es-
trellas se auto-organizarán entre implosión y explosión.
Más aún, podemos suponer que en.. el interior de esas
estrellas van, tal vez, a unirse, en condiciones extremada-
mente desordenadas·, tres núcleos de helio, los cuales van
a constituir el átomo de carbono, En los soles que sé han
sucedido hubo·, tal vez, suficiente carbono para que, final~
·mente, sobre un pequeño planeta excéntrico, la Tierra, hu-
biera ese material necesario sin· el cual no habría eso que
;llamamos vida. .
Vemos cómo la agitación, el encuentro al azar, son ne-
crsarios para la organización del univers0, Podemos. decir
1eré·cFi'li.""tf:gTcámentecompiefa~-[En-qúé
u e el mundo se organiza desintegrándose, He aquí una
q~~ de1:i'eñ;oitüñir
a dos
séñtido?
Nñ-'éf sentido
noci'óñesque:··16g{cameiite,"pá-
:reciera.n- e·xclufrse: orden ydesota.enTIYfas'aú'ñ;-póa-éiños .
.peñsa:flfüirfa"cómplejiaadaéiesta-fa:'e•á es aún mas funda-
mental. En efecto, eJ universo nació en un momento indes-
criptible, que hizo nacer al tiempo del no-tiempo, al espa-
cio del no-espacio, a la materia de la no-~ateria. Llega-
mos, por medios completamente racionales.a ideas que lle-
van en sí una contradicción fundamental. ,_...
La complejidad de la relación orden/desorden/organi-
zación surge, entonces, cu~ndo se constata empíricamente
qué fenómenos desordenados son necesarios en ciertas
93
40
- ,
Auto-organi1,aci6n
95
.11
ta,1cial ha desaparecido. Reemplazan, entonces, J,a mate-
1.;ia con. el espíritu. Pero el espiritualismo generálizado_no
vale mucho más que el máterfailimo-geneiiiizá.do. Se re-
gocijan en una visi6n unificadora y simplificadora°del uni-
verso.
He hablado de la física, pero podríamos también ha-
blar de la Biología. La Biología h~ 11egado hoy, desde mi'
punto de vista, a las puei·tas de la comglejidad, sin disol-
ver a lo individual en lo general.
Pensábamos que no p.abía ciencia sino de lo general.
JiQY., n.ó solamente la Ffuiea nQs introdu,ce en un CO§ffiOI?
sii:ig.l!!.~F, sino que las ciencias biol6gicas nos dicen que la
especie no es un marcó general dentro del cual·nacen indi-
viduos singulares, J~t.~~P..~~~ misma WJ._p_gJ_t__g_m
zjng',l;lar muy preciso; un produ_gj;or de siu~idades.
Más aún, los µidividuo·~ d·e una misma especie son muy di:'
ferentes unos de otros ... '
Pero hay que compre~der 'que hay. algo más que. la
singularíd:ad o la diferencia de un indiv;iduo a otro, el he-
cho de que cada individuo sea un sujeto.
;@l. t~E1:11!-1?:~L~P,-j~-~.9...~~.:tP:° ~.e)~~i~!~~-~~-1E-~ _4~fí9:les.,
!!:.~~ .m~1~.;l-!~~~9-9!Lgl-):~.P.1,1E?d~ haq~r. ¿Por qué? ?9.rq,~e e71._
la visión tradicional d~ la ciencia en la cual toao es deter-
miriis't'á;~·h-;:r~$to:·moñay-cóñcieñcia.~ñol:iai,:il1ioño·~--
·mía. ···-..-....__,,......... """~· :·. ··· ..................,..-· · ...... - -,.......... _...,.-.. _.,,..,..
Si concebimos un tiniverso que no sea más un de~er-
minismo estricto, sino . un universo en el cual lo ·que· se
crea, se crea no solamente en el azar y el desorden, sino
mediante .l:~9~.~~º?., _8;utoo~g_a~za9-9_:i::~;. es decir, donde
cada sistema crea sus propios determinantes y sus propias
finalidades, podemos qomprender entonces, como mínimo,
la autonomía., y podernos luego comenzar a comprender
qué quiere decir ser su;jeto,
Ser ~;:;:i~fu)IJ.o quíere decir ser consciente; no quiere
tampocodecii'tener afectividad, sentimientos, aunque la
subjetividad humana· se desarrolla, evide1:-temente, con
96
)4
)
)4
..
.,,, --•, ... ' )4
.afectividad-i con sentimientos...Ser /sujeto Jes ponerse en el
centro de su propio mundo, ocupir-e11Úgar del «yo» . Es )4
evidente que cada uno de nosotros puede decir «yo1,; todo <31 )4
mundo puede decir «yoi,, pero cada uno de nosotros no pue-
de decir «yoa más que por sí mismo. Nadie puede decirlo .).
)t
Autonomía
•
La noción de autononúa humana es compleja porque
depende de condiciones culturales y sociales. Para ser no-
sotros mismos, nos hace falta aprender un lenguaje, una
cultura, un saber, y hace .falta qµe esa misma cultura sea
suficientemente variada como para q-u.e· podam9s hacer,
nosotros mismos, la elección dentro del surtido de ideas
existentes y reflexionar de manera aut6noma, Esa autono-
mía se nutre, por lo tanto, de dependencia.; dependemos de
una educación, de un lenguaje, de una cultura, de una so-
ciedad, dependemos, por cierto, de un cerel:¡_ro, él mismo
42 97
(_
Complejidad y completud
99
.A1!!.ht.Yi~jón clásica, fU!'J-J?.40. uru¡. contra dicctóI_J. _ap~re•
cía en un razonamiento, era una señal de error. Significa-
. 'ba a.ár~·~;cha.á1;iis'y"empréncfér';t~o~oñamiento. Pero
en la visión compleja, cuando se llega por vías empírico-ra-
cionales a contradicciones, ello no significa un error sino el
hallazgo de una capa· profunda de la realidad que, justa-
mente porque es profunda, no puede ser traducida a ·nues: .
tra lógica: .... -· .... . . •····· . '-··"-~~-·"-··-••~""'······..-· ... ..........._...
". --·'Pór "eso es que lá complejidad es diferente de la coro-
, pletud. Creemos, a menudo, que los que enarbolan la com-
plejidad pretenden tener visiones completas de las cosas.
¿Por qué lo pensarían así? Es verdad que pensamos que no
pode,n_¡.g13 aislar los objetos· unos de otros. En última instan-
cia, todo es solidario. Si tenemos sentido de la comP.leji_daft,
tenemos sentido de la solid~ridad. Más ;Jñ;·teñ;~~; se'.;:t-i-
·do del""'carácter-mttltRITiñensional de toda realidad.
La visión n:o compleja de las ciencias-humanas, de las
ciencias sociales, hnplica .p ensar que hay•una realidad eco-
nóm~ca, por una parte, una realidad p~icológica, por la
otra, una realidad demográfica más allá, etc. Creemos que
esas categorías creadas por las universidades son realida~ .
'
100
)
)
)
101
44
La racionalidad es eljueg_Q, el,.diálogo.incesante, entre
,1 nuestroe~íritÜ, que cr~·alas estrÍ.ictnras lógicas, que las
aplic'a al mundo, y que dialoga con ese mundo real. Cuan-
do ese mundo no está de acuerdo con nuestro sistema lógi-
,, co, hay que admitir que nuestro sistema lógico es insufi-
ciente, que no se encuentra más que con una parte de lo
real. La racionalidad, de algún modo, no tiene jamás la
pretensión de englobar la totalidad de lo real dentro de un
sistema lógico, pero tiene la voluntad de dialogar con
aquello que lo resiste. Como lo decía ya Shakespeare: «Hay
más cosas en el mundo que en toda nuestra filosofía.» El
universo· es mucho más rico que lo que las estructuras de
nuestro cerebro, por más desarrolladas que sean, p.uedan
concebir.
¿_9~.L~~~.9illl....adt?~<t?~? Raqionalización, palabra
nmpleada muy apropiadamente para hablar de patología,
poi.' Freud y por muchcJs psiquiatras. La racionalización
eomds'te en querer encerrar la realidad dentro .de un siste-
ll111 coherente. Y todo aquello que contradice, en la reali-
llnLl, él 0se sistema coherente, es descartado,' olvidado,
puesto al margen, visto como ilusión ·o apal'iencia.
Nos damos cuenta E).hora que racionalidad y racíonali-
r.11ciqn tienen exactamente la misma fuente, pero al desa-.
nollurso 00 vuelven enemigas una de otra. Es' muy dificil
nnl,m· on qué momento pasamos de la racionalidad a la ra-
1:lonnlizo.ción; no hay fronteras¡ no hay señales de alarma.
'lbrlou tonemos una tendencia inconsciente a descartar de
1\lloutro espíritu lo que lo va a contradecir, tanto en políti-
<'ll t omo en Filosofía. Vamos a minimizar o rechazar los ar-
lllllJ\unto1:1 contrarios. Vamos a tener una atención select i-
.
.,v 11 hnC'in _____,_
aquello que favorece a nuestra idea y una,,,inaten-
1: i~11 rrnloctiva hacia aquello que la desfavorece. A menudo,
1
103
zer: 11¿C6mo es que todos esos salvajes, que se pasan el
tiempo haciendo sus rituales de hechicería, sus rituales
propiciatorios, sus encantamientos, sus diseños, etc., no se
olvidan de hacer flechas reales con arcos reales, con estra-
tegias reales?n • Efectivamente, esas sociedades llamadas
primitivas, tienen una gran racionalidad, presente, de he-
cho, en todas sus prácticas, en su conocimiento del mundo,
<?,ifundida y mezclada con una otra cosa, que es la magia,
la religión, la creencia en los espíritus, etc, Nosotros mis-
mos, que vivimos en .\1lla cultura que desarrolló ciertas
áreas de racionalidad, como la Filosofía o la ciencia, vivi-
..moá también imbuidos,de mitos, ·de magia; ·pero de otro
tipo, de otra clase. Tenemos, entonces, necesidad de-una
\ ...raciqnali_g.ad autoctiti~a./que pueda ejercer un comercio in-
c~sante con el mundo _empírico, el único corrector del deli-
rio lógico, , .....,
~L~?.!.~ Jl~B:~ .<19.~.-~}EEJ~.-~~-·~-~~iri~';'IUno es, evidente-
mente, bien visible, es el de la i11coherencia· absoluta, las
onomatopeyas, ·las palabras pronunciadas al-azar, El otro
es mucho menos visible, es el delirio de la coherencia abso-
luta. El recurso contra esle 'segund~ deÍix:i~"';;Ia:-i.=-;~ionaJ.i-
''él;dautocrítica y la utilización de la experiencia,
J a.más la filosofía hubiera podido concebir esta formi-
dable complejidad del ·universo actual, tal como pudimos
observarla con los q\:,:;futa, los quasars, los agujeros ne-
gros, con su origen increíble y. su devenir incierto. Jamás
un pensador hubiera podido imaginar que una bacteria
fuera~ ser de tan extrema complejidad. Tenemos nece1ü-
dad de un diálogo permanente con el descubrimiento. La
la
virtud dé ciencia;· ciü."itI~'lmpiaezoz·ob;~;·en ~elirio' es
que datos nuevos arriban sin cesar y la llevan a cambiar
sus visiones y sus ideas.
104
Necesidad de macro-conceptos
1res principios
.-... .----.....
Diré, finalmente, que ~~esJEEÍ.~~i:R,~~~)que pueden
ayudarnos a pen,a~f!1PleJ1aad, El·pl'1mero es el prin-
cipio que llamo(dialógj,c<9Tomemos el ejemplo de.la orga-
nización viviente:··Ei1á":ó.ació, sin duda, del encuentro en-
tre dos tipos de entidades ñsico-químicas, un t!P.o estable
que puede reproducirse y. cuya estabilidad puede llev·ar
en sí misma una memoria que se vuelve hereditaria: el
46 105
ADN y, por otra parte, los aminoácidos, que forman las
proteínas de formas múltiples,_~~tremadamente inesta-
bles, que se degradan :pero se recoñ;fü'üyi;:r(si'ii' -éesar··a:-
partir de mensajes qm'¡ surgen del ADN. Dicho de otro
modo, hay dos lógicas: una, la de una proteína inestable,
que vive en contacto con el medio, que permite la exis-
tencia fenoménica, y otra, que asegura la reproducción.
Estos dos principios no están simplemente yuxtapuestos,
son necesários uno para el otro. El proceso sexual produ-
ce individuos, los cuales producen al proceso sexual. J.,os .
.9EE..J?.!!~~~E!--~s, el de la reproduc~~?1! tra~si;11~~:10~u~~- y el
de la.._exist~x;i.9ia individµal hic et nonc, son complementa-
rios, per·o· también· á:ñt'ágonistas . A veces, uno se sorpren-
de de ver mamíferos comiendo a sus crías y sacrificando
su p'rogenie por su propia supe:i;-vivencia, Nosotros mis-
mos podemos oponernos violentamente a nuestra familia
y preferir nuestro interés al de nuestros niños o el de
nuestros pad~es. Ha? una dialógica entre estos ,dos pri:p.-
cipios.· .
Lo que he dicho del orden y el desorden puede ser con-
cebido en términ.os dialógicos. Orden y desorden son .dos
enemigos: unó suprime al otro pero, al mismo tiempo, \:lil
c~ertos casos,· colaboran y producen la organización y la
complejidad. ~l.P.!..in~_tpj2,_5!i_aj9.gi~9.}~!?.§_J?.~X.Mttt~~-te_Jler_
la dualidad en el seno de la unidad. Asocia dos términos a
iavez
.----·--· ---
complem'e~tarios antagonistas:~,-=
· ..... -,~... .....~......,_,_,...,.~y-··---·"' ,.•..., - ............. ,.
__ ~".- ..-
_,. ~.. ~-·· .. .
J(J[j
también válida soct9lógicamente. La sociedad ea produci-
da por las interacciones entre individuos, pero la sociedad,
una vez producida, r etroactúa sobre los individuos y los
pr oduce. Si no existiera la sociedad y su cultura, un len-
guaje, un saber adquirido, nd seríamos individuos huma-
nos. Dicho de otro modo, los· 'individuos producen la socie-
-~-~-~-S.~,~:yi2.~~~~~.i-lj~"}'~·aivi~~i~;~,ºinós, 1a"vez;·
a produc-
tos y productores. La~ª·~}. ~ecl'~r~1vales, ez:..to,n_s~.~!.~~f:l_Í,~~!;l;.
q~~-t9JP..P,~ 5:~E-..~1:_ idea ~~.~-~e_p_~§.i~_e!e.~.tq, de pr~~uc-
to/p~?d'l!:ctor, de estrlfctura/s~~P.~!!'l~t~~~t:i:ii:a, porque todo
1ó-que es producido r eentra sobre aquello que lo ha produ-
cidp: §:n:~-~iclo en sí mism.o•:; ~t~~constitÜtivo, auto-orga-
ni~a_dpr, y ·~utó-piodJÍ~tor:·.. . ... ... .. ... . ,...,,,..,__.~-....___.., -
~-~~.~!:~-~!_P~~-~-S~1?2? es el principio~ologramático)En
un holograma físico, el menor punto de 'híf'mag'Efüwd'él ho-
lograma contiene la casi tota,lidad d~ la información del
o·bjeto representado. No solamente la parte está en el
t odo, sino que el todo está: en la parte, El__principfo hola-
gramático está presente en el mundo. biólógico"y·e-n-··e1
muná.O ·socio16gÍco."EÍ1. el muncfo· bfó:fógico,· c'ada ·célÜfa de'
la
ñ.ué;"t;;·;rgañisi:i:i.o-contiene totalidad de la información
genética de ese 'organismo. La idea, entonces, del hologra-
ma,. trasciende al reduccionis~o que no ve m:ás que las
partes 1 y al holismo que no ve más que el todQ. Es·, de al•
guna manera, la idea formul~Ú,ia por Pascal: «No puedo
concebir al todo sin concebir a las partes y no puedo con-
cebir a las partes al todo sin concebir al todo.» Esta idea
aparentemente paradójica inmoviliza al espíritu lineal.
Pero, en la lógica recursiva, sabemos muy bien que aque-
llo que adquirimos como conocimiento de las partes reen-
tra sobre el todo. Aquello que aprehendemos sobre las
cualidades emergentes del todo, ~odo que no exis.te sin or-
ganización, reentra sobre las partes. Entonces podemos
enriquecer al conocimiento de las partes po1· el todo y del
todo por las partes, en u n mismo movimient o productor
de conocimientos.
107
De allí qu,e la idea: ;h9~!)fil.'.§;.Wática:. esté ligada, ella
misma, a la id~a recursiva que está, ella misma, ligada a
·la idea 9-4.~J.ggi,~ de la que partimos,
108
,E1e~~.:l2E;~J9J~de vista sobre nuestra sociedad, exactamente
como· en uii campo de concentr.aci6n en ~l cual podríamos
edificar miradores que nos permitieran observar mejor
nuestra sociedad y su ambiente exterior, Nunca podremos
llegar al meta-sistema, es decir, al sistema superior, que
sena meta-humano y meta-social. Incluso si pudiéramos
lograrlo, no sería un sistema absQluto, porque tanto la ló-
gica. de Tarski como el teorema de Godel nos dicen que nin- >'
gún sistema es capaz de auto-explicarse totalmente a sí
mismo ni de auto-probarse totalme:qte.
)
' ¡JI
'
/ .P.ich~--~~-~-~E-'?-.~.º~º.! .. ~~~~ .~f.~t~P.:1:~. 4!::, J!~!l:;!~~~t9.. 1,
está afüerto y comporta un.a brecha, up.a laguna en su
~;~ª ~'iñisñ:i.a:. · :rero··tenemos. ra. posíbiiidaci .. dé · 't'éñer'
...E........_,,_,,.......
) lj
) meta-puntos ae vrnta. el meta-punto de V1sta es poslble
"''.i''"-·' ...... .. . . . . . "--........ ··-· - " ;······.. ····--- ·-'
)1~
.
' • - - .. - - ~ l j f , ~ • - •••..,-- • ..~~\..,l,...l.J...!• 101•,..., 1• ,. o o •• • • o t
..s~l~-~~~.L?.!?~-~!.Y~~9f:~9.!1~~P.~1:1~}~ad~~~l?.i~~§@P?;,~P.-l:3-.,.~.!?.: 1"~
servac16n y en la cóncepc16n. He allí p_or que ~!_pensam10n-
tode°"lacomple)fcia'cftféñitn¡:lcesidad de;fo~gi-ru:"ar cib'ser- Vt
yador y.a.1· conc·eptüaiizadoreñsü'observ~t~~i'i~i"'9,o'ricep~ )
tiiruizaci'i'>n. ":··~ ,. ,.,... · ·-·---·--"-···· -·----·- .....
,,
\,,._\•IJ ,.,_, ••• •• •..,., 1 ~
~
Hacia la complejidad
)
Podemos diagnosticar, en la historia occidental, el do-
minio de un paradigma formulado por Descartes, Descá.r-
.J.~~ !J:~ sepai:ag.~, por una parte, al dominio del sujeto, r e-
a
servado laJU~~qf,ía, a la meditaci6ri foterfor·y;'p§r otr:a.
parte, aj 9-~AJ,inio de la cosa en 19 ~_2!:tep,¡% dominio del co-
. n~cixµi~p ~g ~ie~tífico; de lti'medida y de la preéis'ión~··Dei
cartes ha formulado muy bien ese principio de disyunción,
Y esta disyunción ha reinado en nuestro universo. •Ha se-
parado cada vez más ciencia y Filosofía'.. Ha separado la
cultura que llamamos humanista, la de la literatura, la
P,oesía, las artes, de la cultura científica. La primera cultu-
ra, fundada sobre la reflexión, no puede alimentarse más
en las fuentes del saber objetivo, La segunda cultura, fü.n-
48 109
dada sobre la especialización del saber, no puede reflexio-
nar ni pensarse a sí misma.
J!J....P.~F.~<?á[I!?;.~...9.-.~•.~t~P.,?:P.,~8.-..?-~?!1 (disyunción y reduc-
ción) ~o~~~·'='·-~-!.:.~~.!:.~J~~~E~ )-?:9.Y, ')!. ~~ D.?.Y. ..~1:.~-~~~~~3;-~~
!_,a__7_e~cc10;n gont:t:E!, _su. ~mP..r.esa. Pero no poaemoa, yo no
puedo, yo no pretendo, sacar de mi bolsillo un paradigma
de complejidad. /Un .paradigma, 1,.si bien tiene que ser for-
mulado por alg,rien, p~r Descartes por ejemplo, es en el
fondo, el producto de todo un desarrollo cultural, histórico;
civfüzacional. 'El paradigma de complejidád provendrá del'
. 'conjunto de nuevos conceptos, de nuevas visiones, de nue-
vos 'descubrimientos y de nuevas reflexiones que van a co--
nectarse y reunirse. Estamos en 'llna batalla incierta y no
sabemos aún qu1én la llevará adelante. Pero podemos de-
cir, d~sde ya, que si el pensamiento simplificante se funda
sobre la do_minación de dos tipos de operaciones 16gicas:
cli~rµ~~~l !~_du~i9.~! ambas brutalizantes y mutilantes,
los princ1p1os del pensamiento complejo, entonces, .serán
necesariamente los P,rincipios de, distinción, conjunción e
im lü:a ·~n. · · . ·-~,_,......,...,,. "---~---·-··
. ,,,_P.,, •. J1W.~,-.... .
Unamos- la causa y el efecto, el efecto volverá sobre la
causa, por retroacción, el produéto sei;á también produc-
tor. Vamos a distinguir estas n ociones y las haremos jwi-
tnrse o.l mismo tiempo. Vamos a reunir lo Uno y lo Múlti-
ple, los uniremos, pero lo Uno no se disolverá' en lo múlti-
ple y fo Múltiple será, asimismo, parte de lo Uno. ;.!.Pr:\n-
cipio ~e la _comp~e-~~-~8:Sh 1!:l-~t.lP?.:1?:8:..::1~:i?-.~!~J..~.e /~dará ·so:~.
bre la predoininancia de la conjunción compleja. Pero,
.. tmñb"ién-·an'í;cre'oqüees""i.i'riatár'ea"'cúlturát; .histórica, pro-
funda y múltiple. Se puede ser el san Juan Bautista del
paradigma de complejidad, y anunciar su llegada, sin ser
ol Mesías.
l .10
/
,PI
Érica Burman
La Deconstrucción de la Psicología Evolutiva
Capítulo 1
Los orígenes
El estudio de lo infant/1
6
¡'
,,
mentales», quienes llegaron a significar la desintegración
ffsica, moral, mental y política1 ·se convirtieron en el objeto de
la ansiedad política y de la intervención clentíflca. En lo que se
refi~re a la creciente actualidad ..de las ideas sociales
darwinistas (la apllcaclón de las nociones de «la supervivencia
de los mejor adaptados» a.las sociedades humanas), el hecho
de que las secciones más deprivadas de la población se
estuvieran reproduciendo a un ritmo superior que las clases
medias educadas provocó temores · -de -.. contaminación ·y · -
cataclismo. Un Handbook of Ch/Id Deve/opment que planteaba
el estado de la cuestión en 1933 todavía dedicada un capítulo
a «~!.Ni~o D_E3_
bi1Jy1erit?I», d,onde se discute la relación entre 11;1
debilidad mental y la delincuencia. Este capftulo termina de la
siguiente forma:
10
(ll\ f
11
Psychological Societyr C. W. Valentina, titulado The Normal
Child and Sorne of his Abnormalities, · que llevaba once
reedioiones en 1974. Como dice en el prefacio editorial el
profesor C. A. Maqe, este libro intenta
12
( ,.
(
( 'r
1.1
conexiones. En palabras de Valerie Walkerdine, no se puede
decir que las motivaciones polfticas hayan
.... _ CEl_U.sado e_
n ningún se11tid9 Ingenuo ciertos
desarrollos en la ciencia de lo individual. Por el contrario,
deberfa tomarse cada uno de ellos como mutuamente
Implicados, haciendo y volviendo a hacer que el otro sea
posible, entrelazándose para producir un nexo
discursivo y-político. Lo racional; lo salvaje,--lo-animal, lo
humano, lo degenerado, lo normal, todo se convierte en
características de la moderna regulación y la moderna
normalización científica de las niñas.
··· · ·- · ·-· · (Walkerdine, 1984: 173).
14
desarrollo y la popularización de uno de los principales tests
estandarizados:
Lecturas adicionales
16
En relación con el movlmiento del estudio infantil,
consultar:
Riley, D. {1983), War in the Nursery Theoríes of Chifd
and Mother. Londres: Virago (especialmente el capítulo 3).
Urwin, C. (1986), «Developmental Psychology and
Psychoanalysis: Splitting the Ditference», en M. Richards y P.
Light (eds.), Chí/dren of Social Worlds. Oxford: Pollty.
Actividades propuestas .
,¡. A partir de Rose (1985), Rose (1990) y Cooter (1992),
comentar los extractos que ilustran la preocupación de la
psicología por la regulación y el control de la población.
2. A partir de extractos del libro Educatíon, the Child and
Society: A Documentry History 1900-1973, de Van der Eyken
(1973), como por ejemP,lo el de Cyril Burt sobre «los deficientes
mentales», comentar los supuestos y los discursos
subyacentes que estructuran estas explicaoiones.
3. Discutir sobre el cambiante léxico de la «educación
especial», destacando las relaciones entre la terminología y las
prácticas sociales (c. g. «imbécil)>, «débil mental», etc., hasta
las más recientes for·mulaclones de «niñas/personas con -
dificultades de apréndi:zaje» ). Observar qu e esto no implica
ninguna afirmación de que el lenguaje se esté utilizando de
algún modo para referirse a lo que es básicamente «la misma»
entidad - esto iría en contra de las ideas elaboradas en este
capítulo sobre los efectos constitutivos de los discursos
psicológicos. La cuestión no es trazar semejanzas ni
comparaciones, sino explorar las posturas establecidas dentro
de las diferentes prácticas.
17
Claudlo A. Urbano/ José A. Yun·1
Psicología
del Desarrollo
Enfoques y perspectivas del Curso Vital
•
•• -fg,oitoria[Brujas
......
•
Urbílno, Cloudio A,
l'sicologln dol desarrollo: enfoques y pcrn_peolivns do! curso
vilnl /Clnú<llo A. Urbano y Jo~éA. Yunl - lo ed'. - Córdoba : Brujos,
148 p. ; 24Xl 5 cm.
.JSllN 978-987-591-001-0
J. l'sicologlo.Bvo!utlvu, l. JoséA. Yuni, II. Tltulo
CDD 155,1
Ildlclón 2015
Impreso en Argentino
ISBN: 978-987-591-001-0
Queda hecho el depósito que mnrcn In loy 11,723
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~~· .l . MlembrosdclaCÁMAílA
~v1tor1a BYUJllS ARGENTINA DEt tlB!tO
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UNCUUN'rRO
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Tel/fax: (0351) 4606044 / 4691616- rasafe Espafla 1485 CórdobD • Argentina.
1'1
PARTEI
EL DESARROLLO HUMANO
DESDE LA PERSPECTIVA
PSICOLÓGICA
lNTRODUCCIÓN
20
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••
Capítulo 1
LAPSICOLOGÍADELDESARROLLO
in.fJ.hi,~ÍiiQ~il>Ú>l~gipqs.cy:fo:s1&iYcíihte~~y)Unm,m.®Jt1ilirtfri:cil_ó~u~p;~c.1º~Íl;la~J¡
1¡;J.!)gi:fi~l.lm.Qtt<!1!i\d~)ll_M:füliüJtWdei alffo/1ifrg9\g'óf.l_~-vi}ia·71Tns 'fuférncéloñe"s
rii"ó.Ipro~~r-~ntro:ro"llas. En "Iiunlama é_poc~:Gnlto~i(1822-191 l) se interesó
por e1 ~.t.u4JQJ?'diiJ"'.ii'.ó.~1¡f~: ir!)lñ~iq1,1nmfw}lºª' ~c~mbiºIJ. ?(>(roi.!llO.QSj 'ti-
OÓ~~~~Q~!!l!''9~l·~~e~:p,tifc1µ~1~~¡~1).'i\lit:f~M1.t~;r,t19::'~Í_~j~t_:{i~~.;~llfiil,~qt l
c_o~RrQfinlill;~ren;ll!i1 esf~~'íg~lii::pªi9Qm.Pt;r.!:P.lQ.!ld; ·de1los'proceeos•pe.rceptl•
VQQll;yJ(d_b'l(ci'.füiil:;pro_c~ifüs1.í~§tí_l~lef;si,ip~~lpt~si Dentro de los pll!ótnctros
científicospropfosaoesñópoca Oníton intontabn estnblecer el coeficiente
de incremento del desnttoUo o fa rn_pidez del cambio, con el fin de
formulnr las loyes q_ue -do acuetdo n su ooncepclón- deblnn regir el
desnrrollo humnno. ·
Pose n la nmplitud de perspectivas do !lstos pioneros de la psicologla
· cvolutivn;-la-prod_1,1_c_!!l6J!. tc;Q.tjq_n._~~e_.:fln~les de1 siglo-XIX y la primero.
mitnd del XX S~l\)~!'~t15~i~9)íp,Qr\t1ñ;\1JPt&il~és,wib'jqlií.~l!í'~~®./,l~ijm6:~r- 7
tolJ!_P,tll.ll.n~m'rnnto en Estndos Unidos como en Europii;JJwinvééfigaéion:'ée'- -
<ili~~cit~\w\~11,tti!fr~~~i~j_~~n}_ii~!~n,v@t.!ID@J§f:í~$!i'.B9Jgo~!gd~B~l\<»]
lnfn_ijti;1~fla¡p!ltl.Qlqg!.!!\d!lll.hlfiº'J/(ifü1ao1~@:@hl_),l~.-ªtn,t!l~d.e1:19Ja.tc,61:lQ11)~
ailá(elifó: :oi).\fl~•1pJ~t~~i_@\(0len&lsta¡,•pró'pfa1ral-,:ífo1(6poíiít¡-.;8al:oficéipJ!~i
loyos univor~!ll!l~-'>~Ífli@lÍ~V.lt~J(d~@[q~Q~P.fil@l!WÍll~~n.l :fslpt
1111·!~.! \~~·:~~:_~~Q'~Jt~~~jlSJE@ªíl:ª~~~i:i:Rl!b1 ;ggm"§l~~lliil~é!~ti~~~(~tijB~fi
,R2:!filX~~'~?J~t1E;?!lP.~\~~~~J~W!1~tgXdf¿I'{ieJ~~~~~~-!~~,PJ)QJ!llmo~t~'~_g
6
-nntjiJ.:a1~XQ.!o1~g~Qll1.mor oli:o laoó, estos· autores iniol1uon y consolidaron
i1Iilltrai!iCióñ metodológica que !egn hn~tli nu~tros __d[11~conocida,,o~Bl9~
psicometria" )P.:~l®ó1ilílTie}kg~fu<I~UQ.sJ©11mlfüfªlip~foblQ'gj}ig,s!íl!éJ(g_~b51
-i;~~~~~~v!)~~iSi~~~~~"i?JJf.~v.ñJ!WfaÍ~~fJnélon~a~~9iil:fi~~~~~~~VAfá;J
desipre.cis.11s1ae.mealaiwd11toe'cunntlt11t1vosy-cAlculos·estadfstfoos; · -
• ~- e;;·:::-..,
La década del 30 .nlm~!_l> los nportea de Charlottct B5iEl~y fa décndo.
siguiente los de Erik.Erlksoñfq\liones plantearon de unmó'dó original !deas
que luogo serían oln'7iis pnrál!!,fQtmüiil~lótt~d~,._1J!!.((}~q9.~~Cí!l.~~~tpJi.ll,fil::eaj
até)>\a~,~fucJiorEi~l§)l~~~toJl~flltvt~~-.i;ip,i6Jii:iiTuª:P,riro~qs,esm~tw,
del désilrfoUo; í,'ef.i.mismq¡:¡pti1moyleron~uñvgfro,méfü'üoló'gilifüenvel~mqclo))
¿¡_~-iq{ltifüjt{)lif~J©:[m'6fü~1c~_v_óJiiJiYl>.ei>lí1-~:i~){iifilµ:~@i,Mfu§1@i~lsLtit•vnr(l~la
comfüma:éfQn(dell'®iperápetítlVüsf11éfüáléeríl\$.:~fü'fjfü:(clelfo~il11n-ófi9; ..)
En 1933 la investlgndorn nlemnnn Chnrlottiffe~ublicó su ~bm 11Bl
ourao de 1n vidahumnna oomo problem11 Pl1!9Qlqgi_c_g,~:QÍ!.la_g_"!JJ::~oji:e(}{!I \IDl;\-.s
porJp;iténv.i; iil~@#j)mi1}i-1i!ilkci .J i~fó.lúgig_ n,~ fa,,exfatenoia•.. desde,,lnJ
pi:futet1t:$.tnMfoil\i(~tjJ.'{¡ffüffi1~l1<fo 'fo vla~.-~ s aportes de_esta autora son
:fuñdamentales {lor-v~foii :razones. Lrt prim_~a, es que pJilrite.~~q9~;lil'.,o.v.Qlit-
ci6.p:1seJpf.Q~4@l1%}P:<:W1iiía1$~~ci!t'f~)&sx~Ml~$(0ijáibJ,.ilos1srijet(Js,proo~t'ñíi 1
rg~ijªJ(@..MJªr[~_li~si@.ID"¾v.onó!lí'f:1l<Jij][:feñómenosl('l}(~'-')o••iíc~nfüéei:ft'if~i
Cl.Qµir;i)p:or.r~ll'ostª1J1~lmfoiít9xfl~1~éfüsKvitil'M1:trrPRilis,i>1ü:~f®Q.~:'i,1!)11,,diflñs:1
foses y una aot[tud-de•ojtie:tcJá~'un oonJuntoYB.~)'.\irilores·socfales, t)tra. !QZÓn
Pslcolo11la del dll!lltrollo, Enfoq11oa yporspcollvas dcf Cnrao Vital 17
22
Por oh:n parte, es!IB leyes Bvolutivns deberlon explicar la. dinámica
Dvolutivn según el esquema 11acimiento-creoimiento-mndurnción-decli-
nnción,mue1'te que era 1n fonnn h·adicional do representar el curso de lo.
vldn, Ln iwportancin dodn a lo. investigación de los primel'Os años de
viún so rolnclono. con esta. represenfnción del desa11:01lo evolutlvo en el que
,' !na primeras fases eran entendidas como per!odoa de complejiznción y
( mojara de ]ns capacidade¡i y cnraclerfslicas psicológicas, mientras que las
·últimos ernn ldentificn<les con momentos de deterioro, pérdidas, declinQ-
r!~
ltl .
clóu, rog1·esl611 e iavoluoión,
El oonceplo de uormatividad se asociaba al de uormnlldad ya que eu ln
moclld n cn que se puedén establecer normas evolutivas pnro. onda perlodo
Ji(
.,••
' '
<lo la vidn, os posible estnblecoL' un parómetro que pcl'.lllitiera delimitar si
un Jndlvlduo pndlculer se encuadra dentro o fuera de lo esperado para el
~\ ooitjuuto de sujetos que ah·aviesan la misma etapa evolutiva definida
~l ~oomo yn so dijo- llar fo ednd cronológica, Esta concepción do ncimmlldad
11utnb11 llgnún nl coucepto de universatfdad del desarrollo, Según este
urllOl'(o, lnu 1101·rnns o leyes evolutivas que desctlbe11 y explícnn las
tmrttolo1'lutlons de las diferentes fasos del desarrollo, son 11plio11bles n todos
1011 mlombl'Ou de fo espeo!e humana independientemente de la sociedad o
..1 do In cullurn do la que formen parte, Asimislllo, In idea de_universnlldªd tje
•'
. - 1
c¡uo luu regulnddudes esperables eu onda pedodo del desarrollo serian
luclopouclioute¡¡ de las circuustoucias J1ls16dcas,
Lnu Jli'1tnorns teorlas de 1n psicologln. ovolutiva supo1únn que todos
uqnellou aujctos ouyo des111·i·ollo entraba denh·o de los pnrámelrns de
•••'
Jii 1101·mulidnd, deblun presentar ciertos cnracterlsticas psicológicas acordes
con Ult edad cronológica, Adem11s lns corncter!stlcns propJus de onda etnpn
uo lo11dr!u11 que presentar en todos los sujetos, independientemente del
oontoxlo socio-cullurol.
. fu1111g9Jiil'Jñjp.o~ii\Í;1·tn!S~lP.~ciVJ,b)°i_g~g~pfi;:ffurp;cir1~!i.t~J.~lflfiÍ(~l'.in¿. ai,i
J>llllílont1' (0[1 1ostudfü) ¡ofoñtlficij•rdeli 18eslittoll0\ íuÍlnfal,i9.l,IBu ]as últimas
••
;Jlj
nnllnfnéolóm .élo, ;slt~l rnec.'lts'i'tfo:pcs1 l!Ji'Ql~'gfü1isl 1piiiññffii'~h CAaciñils, ·se
xeoo11ocló,l)!)Jiiífltrc11f$i'!i'(dcclsi\ln1rquex(il\(éJii11iüi'ilJi-xaeinm(P.{lfüj1:li~•pilelíwe1iio
aoolul, .tioUQ!l< ,~ll1\qli &./~SOl'l'Qlio,,de; 11~~¡(Dlft¡i'ótei'lsl
¡1ro.ccsos•(éfuvcwfi6'ib.d~Q.r:ºh'.1!.Jl!lt~,-,!Lg.§J¡P,:(Q~sos:
loJt]llllli\ 'f/;1¡~'Q~,
:jco~:y .'ll>'1.:<:v~!M~~, ¡
111,ofüloa 'fl\o~iín'. :re'é§.q!)·ci~a-~· ~c~mó: ~o?t/1§4~~~~ .si~. '~'Qs )~~(I~-~~gs éJ~J ·
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l'uloolosl• tlol do.1arrol10, Ilnfoquoo y porapootlvoo do[ Curso Vital l9
--· .- - - -- · - ---·
Palcolo¡¡ln dol de~urrollo, Enfoques y porapontlvna dnl Cumo Vital 2.1
lii
. ,-
serla el equilibrio_y tadn. nlteraci6u o crisis era considerada uun
clisfüucl6n), Aden-i'ós, demostraron que el desauoHo de las funoloues
• r biológicas y psicológicas lejos de expresar un plan iuscripto en lo genético
.íljt' ·
er
Jli{
(
o en el pote11cinl bio1ógico1 era el producto de 1a interacción e
interdependenoio con el medio (que siempn1 sigue unos patrones especl:fi-
cos propios de ondn sietemn de mediación socio-culturnl): ínterncolón en ln.
que se configura una estructura pnrticulal' que luego vn n coudiciouat el
proplo desarrollo de ias funciones, nsi como sus modos de uso.
Las Wp6tesia explicativas del cambio desde esta perspeoli.va son
resumidos por Sinnott {1994:98) ea. uu conjunto de _proposiciones, de las
.(
• 1'
que tomamos lns más relevantes: ·
.,.,
l) El cntnbio puedo ocurrir solnmcutc si existe potencinl y éste se
bns11 en 111 pt-esea.cla do cierto grado de dosordeu o desostructuración en ol
.a1 sistema. El potoncinl no es interpretado como lo que quodn por desnrrollnr
o desplegar do t1nn onpnoidnd o función 11sicológica que conserva cierta
lutenciu, sino como un elemento nuevo {no por ello de nnumilezu po~itivn
o iucremcntal) que •·báslcame11t0 tiendo a modificar 1n estructura del
•• sistema. De nlll que, por ejemplo el mismo concepto de cdsis no puedn ser
p1msndo solnmeuto :como unn alternci6u del equilibrio alcanzado, siuo
•'-e'
. como una situación e·structural de inostnbllidad que puedo dar luglll' n uun
nuevu configurnoión1 í10 siempre logrnudo un nuevo equilibrio.
2) El sujeto e11 tanto sistema se construye a sí mismo y consh:uyo su
,,.
.. A'
.. 1
rcnlidnd en la i11teracción con el mundo olroundnl\te. El sujeto es un
uMcrnn abierto, que interactúa con otros sistemas de mayor o menor
nlouuoo o clo diferente nnlurnleza. Así el sistema humano npn1·ece intog~au-
....... \
do illforontcs subsistemas tales oomo el bloi6gioo, el f!aioo, el psioo-sooial
y ol oulh1ral. El desal'rollo del sistemn humuno en. tauto sistema abierto se
buun on In rolnoión de i11terdepe11dencin e intercambio con el medio y entre
-....~••
l11nlll11olo11uu, In aoclodud) pnrn logrnr su desol'l'ollo, Por el cout1·111fo1 el
n1~010 uo dofino por al limite do su mismidud, l!mite abierto y permeable
11110 mnrcu 1111 dtforc11ci1tcl611 respecto del nfüera/Jos otros y que preserva su
1111ld11d ulounlílcn y existeucinl. El establecimiento de ese llmlte ltlcntital'io
..
un poulblo por el doble lrobujo pe1mancnlc (a lo largo ele lacio el ciclo vitnl)
tlu cll lbro11olncl611/conoln1cci611 tic su Yo.
:e
,
.a
i ~
';...,..íi
1¡¡;~•
l'alcologln del do1Q1tollo, llnfüquo:y pornpootlvos do! Curfto Vllol 23
progresivo,
Yn la cnseflonza fundamental de la teoría de la selección natural de Darwln -contra Lamal'ck-
hnb[n puesto de relieve el hecho de que asl como n~ había una tl'ansmislón genética de lo
nprondldo, la evolución no tiene un plan prefijado, Y los nuevos desarl'Ol!os de la puleontologfa,
con Slcphen J, Oould a la cabeza, avanzan en esta dirección pal'a planteat· que la adaptación, sea
i " , blológloa o cullural, representa un mejor 11iuste a entornos locales especlficos, y no una fase
lnevllnblo en lo. escalinata del pl'Ogreso. La _selección naturnl se nos presenta as[ como el
mconnlamo lncxornblc de un proceso adaptativo, pero queda despojada de toda lntcnci6n., de
lodn 'finnlldnd, )' loma lnsoste11ible cualquiet· ldeologfa que vea en este proceso un ideal
co11úucc11tc n la máxima perfección,
CJould(l) hizo, n su vez, ~u propio apol'tc parn uno modificación sustancial de la teoría de la
ovoluclón lal como la hemos conocido. La evolución, efecto de la selección natural, se da bajo
un modo discontinuo, a saltos, teniendo lo acontencial, azaroso, una función centml. La
ulscontlnuldnd pone en tela de juicio la posibllidad de hallazgo del famoso "eslabón perc:ldo'',
on l'azón de que al no haber cadena lineal que conpuzca al homo sapiens, bien pudo este no
' 1
haber existido nunca, En última Instancia, no hay pian divino que vaya del mono al hombre -
1.,
slomp1·c la1·dade, aún cuando blenvenlda la autocritlcs, la Iglesia acepta la teorla de la evoluclón
pn1:a poner en su cúspide al hombre como rey de lo creación, tratándose su aparición de un11
ovc11tualldad más de una mutoción c¡ue en lo azaroso de sus vicisitudes bien podría haber
oonclucldo hacia otra parte,
A modo de ejemplo, para que se pueda apreciar en toda su dimensión esta teoría y el salto que
acat'rea para nuestro pensamiento, tratemos de Imaginar lo siguiente: Supongamos que la
hlllnanldad esluviern al borde de su desaparición en razón de que un ruido muy fuerte, de
carácter inédito, destruyera los cerebros de quienes lo padecen, Es indudable que los sordos no
serían puestos en l'iesgo, y que una vez desapa1·ecidos todos los oyentes, sólo aquel lospodl'lan
continuar viviendo, reproduciéndose y rearmando colonias humanas capaces éÍe conservat· In
especie, Esta, de todos modos, habrla mutado, Serfa una especle a la cual le faltaría un sentido,
y en ta cual otras cualidades se desarl'Ollal'lan con carácter compensatorio; pero, además, si
eventualmt:1nte, del nacimiento de dos sordos naciera un nlfio en el cual algún gen 1·eceslvo
pudiera segull' produciendo la audlclón, el sonido mot'tffero se enmll'gal'fa de que no dure
demasiado sin que, por otm pa1te, se pudiernn detectar las causas de su muerte, El set• sordo
constltuiria una Indudable ventaja pam adaptal'se a las nuevas condiciones, sin que ello
representara, necesarlamente, i.i.n escalón más en la pe1•fección evoluclonlsta. Se tomaría otl'a
dirección, cuyos alcances serfQn imposible de prndeclrporque una vez lanzuda en un ~lerto
sentido, su dinámica sólo sel'Ía p~~dictiblc desde un nuevo ordenamiento., y la cultura misma
tomaría otl'O sesgo: no sólo la música perdería todo sentido, sino que gran parte de las
comunicaciones regidas por la transmisión de sonido serían archivadas y sólo se mantendl'lan
los aspectos visuales de los mass media, y posiblemente se desa.1·1·01lal'an otrns Impensables hoy
en día,
La selección natural se sostiene en este esta p1·emisa: la adaptación 110 pueae producirse slno
llevMdo a st~'dmn potencialldad un rasgo presente -aún cuando este rasgo sea, en el caso
del ser humano, una hipótesis, una leo1'!a capaz de comprender la realidad a la cual se enfrenta,
algo que permita monta!' lo novedoso sobre lo ya conocido, Es imposible generat· mecanismos
totalmente nuevos frente a algo absolutamente desconocido, ·y· no hay ser vivo capaz de
sobrevivir al intento.: para no sucumbir oigo debe potencial'se, desplegarse, obtener una
trnnsfol'mación cada vez mós eficaz, no puede se1· creaC.:o de tu nada sólo como efecto de In ,,,,-
acción del medio.
En razón de ello, todos los organismos capaces de tener algún tipo de percepción del mundo
que los rodea pa1·~~obrevlviÍ· poseen ya Ja posibilidad de lnterpl'etar y Ol'denar la información
antes de acceder a ella, Cuando estas capacidades son Jnstintlvas, innatas, y se pl'oduce un
desajuste entl'e tas posibilidades de supervivencia y la 1·ealidad a la cual hay que enfrentarse, no
hay modo de lib1·a1· la batalla: el individuo sucumbe, solo o con su especie., y solamente I
sobreviven aquellos que ya poseían, aún cuando fuera de modo rndimental'io, las herramientas
53
,/" '
Que el conocimiento hipotético que pl'ecede a la acción sea patrimonio del sujeto o de algún )
otro ser hLunano que lo toma a cm·go disminuye la prnbabilldad de erro1· que llevada al fracaso •
en este caso a la mueite, Lrui lmpasses a la cual conducen tanto la posición originaria del ',\
.,
psicoanálisis respecto a In prueba de l'ealidad como el Innatismo que la sucede coexisten con ..,.,,,
otrn corriente, marginal en la obrn freudiana pero fündamental para salir del encle1m, la cual
,)
plantea, desde otra perspectiva, que la debllldad de los montantes adaptativos Innatos da
Ingreso, y pone en primer plano, la función que ocupa el otro humano en la supervivencia do la
~,
)
•
crfa y en la instauración de esa "prueba de realidad" qL1e no puede ser realizada, de !nielo, slno
por aquel que tiene a cat·go la conservación con vlda de la c1ofa,
En este sentldo, ~1 salto de la naturaleza a la vida repl'esentaclonal que Heva a concebir ni yo
,,..,
como provisto de un deseo orlglnar!o de, autoconservaclón constltuye sólo una ilusión )
i-etrospectlva, una teoda de carácte1· "r'obinsoniano",. en razón de que la~ conservación en los
-· - :--··- · --- ·- · - . .,....- '')
01·lgenes no tiono nada de "outo": lncluye al cachorro humano como ser de naturaleza-
natural~z~ q~~.e~~( ml;1na, sólo tiende a Sll permanencia sln que esto implique ningún Upo do
~
intenclonalldad, ningún tipo de "conciencia lritenclonal", si nos plantamos en una·poslolón qlll)
se nbstenga de concebit' a la natul'aleza como pt'Ovista de "alma", habltE1da poi' algo clol ord(m do
,,,,
lo divlno-, oon alguien provisto do lntenclonalldad, capnz do establecer "acciones con nrroglo n )
metas", y de represental'se el presente y el futuro, otorgándole sentido desde un pasado en o! ,.t¡
cual la libido ocupa un lugal' central. /
Pero la presencia del adulto, como presencia constitututlva del psiquismo lnfantll, debe
1
llevarnos a evaluar, por otl'II parte, que 111;_intencionálidad autoconservatlva; en l'azón do la
'»~
disparidad esencial do estructuras y posibilidades, pone en juego o! inconcienle de qulon ojoroo
lus t\1~~lones, In~onclente que si blen implica ;~p~ctos sext1ales, tanto pulslonnles como
ed!picos, -.::.,,•..;•,,.;...--'-·"·•...
acarl'en consigo los modos . de' representm·so
•.·.• . ' .
la SL1pervlvenoia:
. . . ...
-atl'avosado el
11a1·clslsmo del adulto tanto por la historia edíplca singular, como por los modos más gonornloR1
'
·,,
)
111111
do un,mundo rnpt·esentacional que no se agota en la resolución de las tensiones biológicas, sino
quo dn también curso a los fantasmas sexuales y de supervivencia, autoconservatívos en el
ft011lldo humano, social del término, rcnitzando ns{ el movimiento que va desde un principio de
l'llDl!dnd tendiente a la conservucion con vida, a la lmnsmisión de un conjunto de valores,
l'Oproao11tuoiones del mundo, lugar de constitución de la Ideología que sostiene en su núcleo un
"principio do realidad" como reaUdad humana, singular, histórica.
lf /
Dooll', n C!lln allurn tle la historia, que en estas articulaciones de sentido el lenguaje tiene un
popal cuntral, os tan vot·dadero como banal. Porque la cuestión esta no en el lengllE\ie como
1 '
nriloulndol' gonernl, sino en los ensamblajes dlsourslvos que poslbllltan el alraprunlento y la
00nnlruool611 do unn 1·enlidnd que serla llternlmente "Impensable" si no hubiera un código desde
11 ounl 0101•gtll'lo permanencia y densidad slmbóllca, J'?sé S~ramago construye, al l'especto, en
BU libro Bl nrto do l 993, una parábola sobre la represlón y el podel' ni dar cuenta, de modo
polillao y lcm'iblo, do una sociedad en In cual los dominados ya no tienen nada que deoi1· porque
no hny palabras porn oponerse a un podel' no-discul'sivo: "Unn vez mós el lmposlble quedarse o
In almplo inomorln de haber sido,., "As! mirar apat'tado la prnpln s01nb1·acon ojos Jnvlslbles y
IClll'Cll'(r pol' ello mlontl'as la gente perpleja busca donde nada hay,,,"
l11tna 111·l10L1(nclones dlscurslvas, que dan una Ol'ganizaclón al mundo, genernn el cafl.amazo de
tcdn oxpt11fo11ola, No so trata de afirmar, de modo Idealista, que la oxpedenoia¡no exista sln
l1n¡ull,)01 sino que sin él es imposible situarla, organiznrln, dal'ie sentido: de ahí que la.
'~nor1ló11 clt1I nlrto en el mundo de los simbo los no se realice ingenuamente: no hay "túbula
1
l'Dtn11 DM razón do que el adulto que tiene a .su cargo los cuidados precoces tiene su propiu
1¡.lznulón almb61lca de la experiencia, Y esta está atravesada poi' la expel'ienoia singular de
111Úll Llll0 1 !)Ol'O hnbricada tnmbión en la experiencia hlstól'ica del grupo social de pertenencia,
IUI trnumallHmQs y fantasmas,
IJ Oll 1180 H011lldo qt1c podríamos afil'mar que los sel'es humanos pueden tmnsmi_tir In
11ti,orlonola do ln especie, no de modo gcnétlco, y que el lamorckismo, del'J'otado en la b!olog!a,
ln0U011ll'tl un lugar en los procesos de intel'cambio y transmisión si11166lica. A condición, por
.aupuouo, do lomar en cuenta que no es In ndaptación en sf misma,, natural o biológica lo que se
, 'trn111n1lto 1 sino los rnsgos lnscl'lplos en la culturn, las formas de resoluclón imaginados,
1lmb6ll00s, quo la aco111panan,
Junto II l06 modos de representar el mundo para sobl't:vi1· en él, los adultos lnsol'iben en los
rtln01 BU8 lc111ores y fantasmas, su "neurosis" y sus anhelos, y la prueba de realidad toma un
carácter radicalmente distinlo a aquel que lleva u 1·econocer en el pecho el recipiente de la leche
con la cual nutrirse,
La realidad es realidad, entonces, no sólo presente sino anhelada, fantaseada y codiciada,
añorada o perdida, nunca puromenle autoconservativa, Por eso el niño Neanderlhal ten/a
objetos C!'omagnon en la sepultura ... Tal vez sus padres habían querido dotarlo de algo que no
posefan, pero que constituía patie de los ideales de su época: ''En el otro mundo, quizás, logl'e
ser un Cro~1agnon ... ".
Silvll,l BlelcJunar
Psicoanalista
Notas
l. Oould, Stephen Je.y: de este autor, profesor de Paleontologla de la Universidad de Harvard,
se pueden encontrar referencias en, entre o'trns obras: Dientes de galllt1a y dedos de cabal lo, Ed,
Hermann Blume, Madrid, 1984 o en La vida maravillosa, Ocho cerditos o El pulgar del panda.,
los 3 publioados por Ed, Crltlca, Ba1·celona, en 1989, 1994 y 1994 respectivamente.
/
55
/
Úl\lma Déoada
ISSN: 0717-4691
. oldpa@oldpa,r¡J
Oentro de Estudios Soolale,<¡
Chile
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D.~vll.a.h.e.9~,JWm,r.• ,,. · 1 ,, • • ,·: • ,. ,.
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0
ADOLESCENCIA Y JUVENTUD:
DE LAS NOCIONES A LOS ABORDAJES
4
OSCAR DÁ\TILA LEÓN
11.lISUMltN
,¡,
Asistente Sool"l, crorA Vnlparufso, E-Moill aso~r@oldp11,ol,
57
"
/
/ MSUMO
De las noai011e,r a /o.s abordqjes
A!JS'l'RACT
ln thlu toxt we disouss about the notlo11s of adoleaoenoo nnd you~,, as well na tb~
dlsolpllnnry npp1·oaoh to the 11foretne11tlo1\ed oottoepta nt tho ¡wosont thuo, whoro lt's
no lon¡¡~r ii newness -but n neoesslty- to plurnllze: tho Mod to t¡¡{k 1111d concelvo
d!ffcront «adolosoeooes» and <<youths», in nwldo rnnge ofhotero¡¡eniiltlos that WCI oa11
tltid and vJauatlzo among adolosoobtG and young people, 'Ihls tfllcoa valldlty aud
1nalm aensci 1it the ttioment we oonoolvo tho oatogodos of ndo)esoenoo ~na youth as n
sooio•hlstorlo, cultural a1\d :rolatlonal 0onst111otlon in· oontem_pornry sooloties, whero
tl10 offorts !11 sooM tomtoh In genornl, and the stud!Qa ou yo1;1lh ln _p111·Hoular, 11avo
beon oontorod !11 lettlng lcnow tho singo botwoe11 tho ohildhood und tho ndulthood, tlmt
-at tllolr ow11 time- 11r,; ftlso oatogorlQP orlgl11Rted by soohtl algnltioat[ona 1111d
co1wt111otlo11s In hlstorlo oontoxts and doflned socfat!cs, wlthln a proooss of 0011stant
ohunges and new slgnlfloatlons,
We hlghllghnlit~ flQVQnoea In the. fleld ofr\lllearoh ln mntto1·0 ohdol~soonoo and yo11th
nowudnys and sot forth ootta.ln q\lestfona abol!t the transllloll i1•0111 adolescenoe/yo\1th
to thCI aduLt agQ, ln orcl~r to holp doflne the dlmenslons and 1.111rl11blos tb.at oan provld<1
more oh1.rlty to the nMlyals r,.nd tl1el.r eventual lmpnote ln the. desl¡¡n und sottlng 011t-of
polloiea ol'lented to soolal lndlvld11als,
lQWWORDSi A.DOLTlSCl!NC!!, YOUTH, JUVBNl[,l!'J'\lAJBCTOtllllS
O,iaar Dá.vila León 85
l, l'NTROUUCCTÓN
58
86 De la~ 11oa/011e,r a /o;¡ abordgie.r
•·.¡
00J1ooptual, h1 hMorlognrffo -y la :filosofü\~ nos ~portan los antece•
' J clonlea más remotos, _ptfooi_pi:1lmentc po1• ol tl'abajo de fuentes doou•
11\ontalos aooeslblos, donde a pnrtlr de la tensión sietnp1'e presente en
1 I
••
ol unáHsls soolsl sobre la. oonstltuol6n de categoxlas sociales y 1100!0•
nos que den cuenta del proceso en que los sufetos atl'avlesan por un
•• ,, .
•.
87
59
88 De la~ nooidncs a los crborclqjes
60
90 De las 1100/oneJ a /o.r abot'dajes
: 1
61
92 De las 1100/one;r a lo.r ahóI'dajes
I
las categorías de juventud?
Lq noolón má6 ¡¡onorill y US\lal dol t61·mlno Juvontud, so 1•oflcre n unn ll·AnJa de
od,d, un porfodo d!l yJdq, on qua se oompletn el dosal'l'ollo i1sloo del ltu.llvlduo y
1
Parn sltunr al sajoto J1,venll ein un oontexto lifot61'1oo y noolo¡¡olH!oo, rosultan fh- ' )
suflolentes lnn concrooloMs omp(rloAs1 si 6stns Ro plonsnn 0011 lndopondo!tch1 do
los orltel'ios de olnsltioaolán y principios d~ dli'oro11olnol6n social quo !ns dls•
Untns sooledndea establoo~n pnrti sus distintos m!ombros y olnses de 0d11d (Re•
Bllillo, 200M~),
.
tnayor, en utt grupo aoolal q\1e define y que determina a su vez e,, el ,) 1
coinpartir i1na situación 001nfo de vid11 y conviveuola. L!l identidad .) 1
1·efiete obllgatorfomente al ento1110, el a.mbhmte, Los contenidos que ,)
orlgl11añ la Identidad get1e1·aolonal imp1!oan modos de vida, partlou- )
la1•m1;inte :práotloas sociales jiweuiles y comportamientos colectlvos,
T1.1tnbié11 involucrnt1 valol'es y Ylslones de mundo que guían esos ) 1
001npo1·tamientos,
En este contexto, las tareas de desarrollo y específioatnentc. el
procoso de co11struooi6n de identidad juvenil; se entiendo como \In 1
•
••
62
) .
94 De las nociones a los abol'daje,r
Juventud (~ deoh·, d~ lua fortms 111ocllanto !ns ouflloa onde soolodad tnodnlu laN
mano1•as do sor Joven), 011 so¡¡u11do lugnr, 111 oarndlo de la oonstrucolón Juvenll
do la oulti.trn (os dooll', do lns fo1mas medl"nto las ouulos los Jóvenes participan
011 los p1·ooosoa do 01•cnol611 y o!1'0ulaol6n 01Jltutol6.!), El primer oaml110, muoho
más trillado, se oontra en el Impacto do las lnsllt11olones adultas sobro ol mundo
juvenil, y puedo oonduolr al ostudlo transoultural d11 la juvon~d y u la 01füon do
las visiones otnoo6nttlons y ahlst6rioas q,uo p1·edomln1111 «111 buona parto de 111 ll•
tornrura noud6inion sou1·() ln misma. El seg,¡ndo oftmino 1 muoho menos explora•
do, so oontrn on, \a lnflucinola dol mundo J11vonil aobro la ~oolodad 011 sl1 oon-
jun\o, y 0ond11oe Al estudio de las mlorooult\lras Juvon!les, ontendldPB oomo ma•
11lfoslnol611 do In onpnoldnd 01·oatlva y 110 soln111011te lrnitatlvn do Ion J6vones
(Folxn, 1999: 11 ),
63
96 De hi.~ 1toc/one,v a los ab01•dajes
oión ·de una 11\levn sooledad (of, Ghfol'do, 2004), Poi• aq\ie11os misnwi!
afies, ap11teoe ou esoena la «Bsouola do Chicago» -con Thrasher co-
mo m1bdmo exponente-y s-u. elabot'!1ol6n sobre fos bandas y 1as sub-
ci1lturaa espeofñoas: la 1rubou.ltu1·a deHnoueute y la subcultura juvenil,
la prhnei·a oot1pl\da del estt1d!o do los jóvenes de clases populares y la
segunda, do los jóvenes estudiantes alasemedieros, Un te1·cer mo•
mento lo 0011stltuye la denoml11aoló11 de «la oonetruool6n pslool6gloa
de la t1dolesoenola», oonsig11a11do a Stauley Hall como el autor .!mis
oélobro sob1·0 el tema de la épopa, donde 1a luoha ent1·0 la natt.rraleza
del lnsttnto y la oultuta de la ol-vllizaol611 es lo que oarnoterlz11 la tul'•
b\1lenola del adolescente, Por su parte, en 1.1n ouai:to momehto, fo. oit/·
t~/1'(1. juvenil, segqn l>arsons, se oaraotedzada por Sll hedonismo e
frresponsablllda~ en un análisis futlolouaHsta quo tiende a cot1oob!r a
la Juvont;i1d oomo gn1po uult1oado, negando 0011.ello la hnportanoh1 de
laa ·diferenciaciones de clases aooii\lea, Desde una _perspe'otlVII- com-
pletamente diferente y en co11fl'o11t!lol6n dfreota 0011 el estruotu1·11l~
funoio11alismo, surgo fa «miova sooiolog{a de la juventud bdtáuioro>,
conocida oomo la «Eooue1a de Bfrminghaw> y denominad!\ como
ooriiente te61'ioa de <mu.ova teorla aubculturnl)), stt,;iando la clase sooM
en el oentt·o de su anáHsts, y n la Juventud y las subo\1ltu1·11s Juvetiiles
son prlnoipaltnente s,1botlltur¡¡s de clases: las subculturas son 0111npoa
de Batalla politlcos entre clases, Ciei'ra Mal'tín Cdado esta rnvls16n
con las apo1taolo11es del <<Centl'o de Soolologla de 1a Eduoaolóu y In
C\Ühltm> (CSEC)> -teniendo como figura tnás relevante a Bomdlen-,
pa1'a el ottal el problema de la juve11tt.1d debo Jnsodbfrse en el contexto
de lns lucl1as soci11les pol' la reproducción, luchas ent1'e g111pos sociales
_por el control dr:il 11cceso a lns dlstintas posiciones en la sociedad
(Martín Criado, 1998:21-39), -
Desde los estudios soolooulh11·ales e1l ju.ventiid, y espeoíf1oamet1te
<:11 relaol6n a fos p1·áct!o11s de los Jóvenes, Regnlllo (2000), nos $efialn
quo «a11aH:znr, desde una perspeotl.vR sooicoultural, el arnbito de las
prnoticaa juveniles, hace visibles las relaciones entre est1,1oti.i-rns -y
sujetos, entre ooutrol y foxmas de partlcipao!61,, entre el momento
objetLvo de la oultura y el mo1minto subjetivo» (Reguillo, 2000:16),
64
98 De /as 11oaiones a /o.r aborda.fes
65
100 De las noa/one.i a To.s- abordaje.~
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1
67
: 1
104 be las nooiones a los· abo1•dqJes
ADOLESCENCIA •.
ELADIOS
·A LA INFANCIA
EDITORIAL PAIDOS
BUENOS AIRES - BARCELONA - MEXICO
. 69
CAPITULO 1
ADOLESCENCIA
T.RIVIALIZACIONES Y GLORiflCACION~S
'J3
r
24
un registro permanente de los dilemas de la existencia. Establecen con-
trastes tales como masculino/femenino, línea/círculo, Í inaje/gru,po de
edad, antecesores/descendientes y, sobre todo, pasado/futuro. Las
oposiciones se resuelven por medio de las marcas. En la última de las
_oposiciones mencionadas, la del pasado y el futuro, la marca representa
el surgimiento de un momento presente capaz de inspirarse en el pasa-
do para crear el futuro . El presente no se concibe como una línea delga'..
da entre "lo que fue" y "lo que será", sino como un espacio cargado de
historia y potencialidades.
0
· -
Las esca rificaciones, amputaciones, extirpaciones y perforaciones
son transformaciones permanentes del cuerpo. Son signos de l¡¡ perte-
nencia a una comunidad de pares, sel'lales de la incorporación a la edad
adulta. En su sentido más directo, d.enotan las diferencias irreversib es
entre la mujer y el.hombre. Las iniciaciones rituales viriles y fo, eniñás
· también incluyen, norm ente, algunas transformaciones corpora es
temporarias, como cortarse las ufias, arrancarse el cabello o cortár
· ·algunas mechas; enbadurnarse e cuerpo con barro, sangre menstrual,
-s'eiñen o saliva , o usar determinadas ropas, máscaras o joyas. Ya sean
permanentes o temp9rarias, las transformaciones corporales tienen la
finalidad de privar a las energías sexuales juveniles de su carácter de
( ) amenaza social y transformarlas en una fuente de rejuvenecimiento de
la sociedad. ;
Por lo general, los ritos de la pubertad de la nifia están es~recha-
mente vinculados a su efectiva pubescencia fisiológica, la que al menos
en un aspecto resulta inocultable: en muchas sociedades se piensa que
una niñ.a se convierte en mujer cuando empieza, a menstruar. No existe"
ningún cambio definitivo, comparable a ése, que seflale el inicio de la
virilidad. Para los varor¡.es, los ritos a menudo tienen lugar varios afias
antes o después del comienzo de los cambios físicos que condÜceñ a a
virilidad. En ciert.o's casos, los ritos oficiales de la pubertad se cel~
cada oÜatro o cinco aflos, por lo que la inidación es compartida por
muchachos de distintas edades y diferentes grados de desarrollo sexual.
Cualquiera que sea la edad seflalada para convertirse en adulto, la
significación global de este acontecimiento es siempre la misma: se apar-
. ta a un individuo del mundo asexuado de la infancia y se lo inicia enTa
sexualidad y la responsabilidad moral adultas. La autorización para
funcionar sexualmente como un adulto se otorga. con la condición de
ser iniciado en el' orden moral. En todos los ritos de transición, pero
especialmente en los vlnculados ala pubertad, se entrelazan los dorñ'i:=
nios de lo sexual y lo moral. - - -
- Las ceremonias de, los varones con frecuencia emanan de alguna
~ación de separación respecto del mundo de las mujeres y los nifios. ·
25
70
En un momento u otro, dentro de cierto lapso de tiempo, se exige ~ ,
clvar6n renuncie a su apego emocional hacia la madre, 1a que llora
por él. El varón pasa a apegarse a todos los hombres. Deja atrásios"
deportes y los juegos de su niñez junto con.las ataduras domésticas qi
iounían a su madre. Tras la ceremonia de ruptura de los lazos de la ín-
fancla, se designa aÜna persona responsable o a un grupo de maestros
para que ensefien al varón los deberes y las responsabilidades morales
de su comunidad.
En algunas tribus se procede como si él varón estuviera muerto
durante el tiempo, que dura su noviciado. Se lo separa de su ambiente
habitual y se lo recluye; solo o con un grupo de pares del mismo sexo.
Se le hace sufrir un debilitamiento físico o mental con la finalidad de
erradicar todo recuerdo de su infancia. Se lo somete a la flagelación y
a otros castigos físicos. La intoxicáción con vino de palmera, tabaco
o mescal le produce anestesia y amnesia. Se borra su personalidad
anterior. Hacia el 'final de este pe'ríodo de prueba tienen lugar los ritos
de transición, que pueden incluir mutilaciones corporales y la pintura
del cuerpo. Durante el período de transición, a veces llamado '.'tiempo
sagrado", el niño-adulto habla un lenguaje especial e ingiere ¡¡.limentos
especiales. Después de semanas, meses o afies, se lo considera preparado
para recibir instrucción sobre la ley tribal, las ceremonias totémicas y la
recitación de cantos y mitos.
En muchas sociedades, las mujeres son equiparadas a los nifios.
Se considera que están más cerca de la naturaleza, que están más con-
troladas por la naturaleza y guardan con ésta una relación más íntima
que los hombres . La ruptura de la nifia con su infancia, a medida que
se aproxima a la pubertad, no es necesariamente tan definitiva comofa
del varón. Sin embargo, la intimidad de 1a·mujer con las fuerzas rniste-
riosasdela naturaleza ha:ce que su fisiología pubescente deba ser con-
trolada lo antes posible. ¡,os ritos de transición femeninos suelen tener
el efecto de ligar a la niflaa un hogar, que en la mayoría de los casos
será el hogar de su infancia. Mientras .que a los varones se los inicia en la
esfera pública, las'ñ.ifias soñ iñicTadas en la esfera doméstica.
- En el momento de la primera menstruacióñ , en algunas sociedades
se acostu mbra insertar ortigas y hierbas en la vagina para "provocar" la
J1emorragia y empujar a la nifia a la femineidad adulta. La joven recibi-
rá instrucciones, por parte de las mujeres mayores, sobre las pautas de
conducta que prescribe su sociedad para las mujeres menstruantes. Las
tradiciones de la tribu asumen la forma de reglas destinadas a prevenir
la contaminación; los tabúes culinarios y sexuales asociados a la mens-
truación. ·
El comienzo de la menstruación es la ocasión más común de la
26
iniciación de la niña, pero no es la única 1• Se puede considerar que una
ni.fía está en condiciones· de ser iniclada cuando se le empiezan a formar
ios pechos, y esto precede en algunos alías a la menstruación. S~ frotañ
Íos peciios de la :riiflacon grasa, o se pinta un círculo con ocre rojo
alrededor de c~da pezón. En algunas sociedades se instruye a la nifla
cuyos pechos comienzan a desarrollarse para que agrande los labios de
su vulva por medio de tirones o golpes suaves, o i.ntroduciendo plantas
urticantes, hierbas u hojas en su vagina. También puede encargarse de
esto una mujer mayor, 1a que procederá a estirnr los labios de la vulva
y a punzar levemente el tejido vaginal en varios puntos. Se considera
más bella a una mujer con labios vulvares gruesos.
El moldeamiento de la niña para que llegue· a la femineidad adulta
tiene por objeto controlar su corporalidad, pero también modificarrus
~ alidades interiores. Será una mujer hermosa y buena si es bond ~
alegre, amistosa, desinteresada, fuerte y resistente. -
- El crecimiento de la nifia,,si bien no implica una ruptura violenta
de los lazos que la unen a su infancia, le impone la necesidad de sojuz-
gar su yo físico a fin de lógrar la virtud femenina. Su cuerpo es marcado
y moldeado.' Se la encierra en un espacio preestablecido de su casa o de
la aldea, en una choza o cámara de reclusión, rodeada por un montícu-
lo de tierra, enterrada hasta la cintura en un pozo lleno de arena. Su
separación de la infancia no requiere que se traslade a otro lugar. Como
la oruga, que debe encerrarse en su capullo y sufrir una metamorfosis
silenciosa y oculta para luego emerger de la crisálida como mariposa,
la nlña experimenta una transformación que la lleva a la madurez, p ero
a•través de avei:ituras imaginarias. Estas pueden consistir en identificar-
se con una heroína mítica o en emprender un viaje cósmico. La meta-
morfosis suele contener estos dos patrones míticos. Por largo que sea
el trayecto del viaje' imaginario, éste tiene lugar dentro de un capullo:
el nido familiar o la choza vecina.
A través de su identificación con una heroína mítica, la niña que
se inicia abandona el momento histórico en que vive. Penetra en una
zona primordial y atemporal. Sus actos tienen una duración eterna, se
renuevan y repiten una y otra vez. Al igual que la heroína que persa-
'27
71
nifica, la ni.lía es infinitamente creativa y virtuosa. Los dones que
adquiere nunca son para ella sola, Se apropia para sí de las cualidades
personales de la heroína mítica: fecundidad y valor. Se vuelve a apro-
piar, esta vez para su sociedad, de los dones de la civilización: los cerea-
les, la agricultura, la _p1edicina. Su iniciación personal beneficia a la
sociedad en su totalidad, y más allá de ~sta, a todo el cosmos. Aunque
al concluir el ritual debe volver a entrar en su tiempo histórico, la nifia'
· conserva sus poderes creativos. De allí en adelante su existencia tendrá
algo de virtud divina.
Cuando la niña emprende un viaje cósmico, se libera simbólica•
mente de las limitaciones de su hogar o su aldea. Queda libre de las
restricciones del mundo seguro de la infancia. S~ viaje es una odisea, ·
un descenso al mundo subterráneo o al fondo del mar, o un vuelo hacia
lo alto a través del oscuro cosmos; ·es una confrontación con poderes
d!lmoníacos de todas las especies, La niña vuelve de su viaje totalmente
. transformada. Ya no es una criatura inmadura, cuyo campo de acción
se limita a los asuntos domésticos. Ahora es una mujer-madura, y'de eTia
se espera que trascienda las fronteras de la existencia mundana a la que.
de aquí en adelante se verá relegada; es un ser cósmico que contiene
dentro de sí al universo en su totalidad. Aunque vuelve a ingresar en el
hogar y en la aldea de su infancia, conserva para. siempre las virtudes
y los poderes cósmicos de todos aquellos que han emprendido el viaje
sagrado, Las mujeres y los hombres que la han acompafiado en su viaje,
o que han escuchado su relato, o han cantado las canciones y bailado las
danzas junto a ella, verán nuevamente, a través de los ojos de la jo-ven,
todo lo que en un tiempo conocieron bien y más tarde . olvidaron.
Ya sea que emprendan su transición a la edad adulta en el tiempo y
el espacio reales o encerrados en un capullo doméstico, los varones y
las ni.lías pubescentes son considerados neófitos. El neófito es una piza-·
rra en blanco en la que se inscribe la sabiduría de la sociedád. ·un ne6.
fito no tiene -;xo; es a,nónimo como un trozo de madera ;-üñ montón
de arcilla o una mota de polvo; es materia pura a la que la sociedad dará
forma. En algunos casos los neófitos actúan como si fueran recién naci•
dos que no saben caminar ni comer. Simulan que se les deben volver
a ensefift! todos los gestos de la vida cotidiana. A medida que vuelven
a aprender las formas de proceder en el mundo, se van haciendo adul-
tos. Justo antes de convertirse en adultos, participan en una dramatiza-
ción de la confrontación entre las generaciones,. En el caso de los varo-
nes, el tyma es una pelea o competencia que pone de relieve la discon-
tinuidad entr¡; la infancia y la adultez; en el caso de las,niflas, se trata de
una confrontaclón con las fuerzas cósmicas. El novicío toma una-nueva
identidad y a menudo también un nuevo nombre. El niño muerto ha
resucitado como adulto.
Todos los ritos de transición abarcan una doble seri~ de separa-
se
ciones, con un cambio en el medio. Los ritos de la pubertad inicTa;'.i
~ unasepiiración de la infancía, la que al mismo tiempo constituye .
una incorporación a un medio sagrado. EÍ ññinno sagrado es un •
traÜsitotlo, una frontera, es entraday salida al mismo tiempo, esoo
capullo, un montículo de tierra, una puerta, un pasaje, un viaje entre la
infancia y la adultez. En este reino sagrado, el indlviduo está suspendi-
d o, quizá por encima de la tierra o bajo el mar o en el mundo subterrá-
neo, temporariamente aislado de las amarras de la vida cotidiana. Aqu í
se deja a un lado el pasado y comienza a prepararse el foturo. Agüf
el nifio ap:rende que el acceso a la sexualidad adulta requiere una revi-
sión de la vida moral de la infancia, una vicia moral que se basaba exclu-
sivamente en los apegos familiares y la camaradería entre pares. El
pasaje por el reino sagradb dota al inqividuo de cualidades que no
poseía cuando niño. - - .
Aunque pueda no recbrdar los hechos, la, persona conservará p ara
siempre un aura de la experiencia del hambre, el miedo, la aflicción y
la soledad asociados a su separación del mundo de la infancia. El joven
a12rende que su familia ya no es su único refugio, su protección y su
segÜridad. Las ceremonias del reino sagrado son un medio culturnl ¿;,
desviar las energías emocionales, apartándolas del pasado infañílipiir:1
poder émplearlas en formar identificaciones emocionales y amarras
~ tro del grupo _!ocial.~ ás amplio. - . --~
Más adelante se debe producir una segunda separación, esta vez del
reinosagrado "irreal", a ,la que sigue una reincorppración en la cual
las emociones asociadas a la fisiología de la sexualidad y la reprodu c-
~ on despojadas el.e sus cualidades ªIEiº~ -
Existe la pretensión de que la sociedad ha controlado los proceso s
naturales y de que los ritos han evitado que el'mundo de la naturaleza
usurpara el orden social. Se impone una apariencia de orden a los he-
chos desordenados, a la naturaleza indócil y ,a los deseos socialmente
incompatibles. Las ceremonias del reingreso reafirman la autoridad de
la tradición. El rito del reingreso enfatiza la obediencia a las form as
Qrescriptas de realiz,ar el acto sexual, de dar a luz y de ed~ ar a los
nifios. Se asignan al individuo roles domésticos, sociales y religio sos
prefijados. Se coñcede permiso para participar activamente en los ritos
que rodean al nacimiento, e.111).atrimonio, la pubertad y el s_epelio. 'Por. ..-
Io tanto, al concluir las ceremonias de la pubertad, e} orden queda res-
-
tablecido; un nifio se ha convertido en protect or y orientador. El men .
.
29
72
saje es que, aunque se haya producido un drama de amenazadora inten-
sidad emocional, nada nuevo sucederá.
Pero los ritos también proclaman la exjstencia de algo más grande
9o.u e lo personal o lo social, Al participar en la transicí6n desde un reino
de la exJstencia a otro, aun el más desgraciado de los seres humanos es ·
testigo de los dilemas de los dioses omnipotentes, los que a pesar de
gobernar el cosmos también tienen que habérselas con sus poderes para
crear y destruir. El mortal se encuentra ante los eternos dilemas de la
virtud, el pecado y la respcmsabilidad ética. El sí-mismo ha sido agran-
dado para dar cabida a lo divino. El individuo se ha vuelto un partici-
pante del sístema que gobierna el cosmos.
'.En t odo tiempo y lugar" -en Constantinopla, en el noroeste de
Zambia, en la Inglaterra victoriana; en Esparta, en Arabia, en el río
Machado , afluente del Amazonas, en la isla Española, en la Francia
medieval, en Babilonia, en el valle de Kidepo, en Cartago, en la ciudad de \ ) \
Mohenjo-Daro, en la Patagonia, en la isla Kyüshü, en Nouakchott y en
Dtesden- el lapso entre la infancia y la edad adulta, sea breve o prolon•
i ado , ha sido asociado a la adquisición de la virtud, ·tal como la define
cada socíedad. Un nifio puede ser bueno y mora mente obediente, pero
sólo en el proceso de llegar a la adultez es capaz el ser humano de adqúr
rír la virtud, es decir, las cualidades de la mente y del cÜerpo qÜe curñ:
len con los ideales de la sociedad. -
El peñsamiento clásicoconcebía las virtudes de la ·prudencia, la
valentía, la justicía y la templanza como formas de conducta que
podían imp onerse a la naturaleza humana a través del entrenamiento y
la disciplina. En la teqlogía crístiana se asumía que las virtudes de la fe,
la esperanza y la caridad eran predisposiciones innatas de todos los
seres humanos que se encontraban en estado potencial en los bebés y
los niñ os y sólo podían concretarse en las muj eres y los hombres.
Hacia el ~iglo XIV, las virtudes cristianas clásicas y primítivas se combi-
naron para dar Jugar a las siete virtudes cardinales, que se oponían a los
siete pecados capitales: la prudencia dominaba a la codicia; la ·valentía
vencía a la lujuria; fa. justicia apaciguaba la ira; la templanza triunfaba
s9bre la gula ; I¡¡. fe derrotaba a la, pereza; la e·speranza controlaba al
orgullo y la caridad mitigaba la envidia.
El vocablo latino virtus, que significa "virilidad" o "valor", torna
explíc ita la asociación entre la excelencia moral y la potencía sernl
iñascüITña. Virtus también es una seflal de que la virtud, como el pro ce=
so de la adolescenci_a, es a menudo un privilegio que sólo se otorga a las
personas especíales . En su significado original, la virtus estaba restrin•
_gida a los seres sobrenaturales o dívii-ios. Un ser humano podía adquirir
el poder de la virtud por medio de su identificación con alguna figura
30
divina. La virtud es una coµstante, pero sus interpretaciones varían. Con
frecuencia se consideri que la castidad es una virtud en las mujeres
jóvenes, pero se la ve como una falta de valor en los hombres jóvenes.
D,e una mujer que no es casta se dice que es "de virtud liviana".
Si bien virtud y ética no son sinónimos, el conéepto de virtud
implica que si ,una persona alberga esas cualidades ideales, será capaz d
reflexionar sobre las conductas humanás y de ·evaluar las consecuencias _..
ue tendrán esas conductas para otras personas ,• sean miembros de la
familia, vecinos, colegas o la sociedad en su conjunto, y luego podrá
actuar de acuerdo ~ ha evaluaciór¡.. Sin embargo no odemOS..!fil!.·
mir que el sentido ético sigue a la virtud tal como la noche sigue al día.
Como sabemos, en ocasione s se°fomentan ciertos ideales de virtud en
una clase o sector de la sociedad como forma de excluir o dominar a
otros.
Resulta claro que el orden social no. confiere todas las ventajas n'
impone las mismas pruebas a todos los varones y ni:fl~s en proceso de
crecimiento hacia la edad adulta. Algunos nifios,son incitados a pasar
a la ~ ul.!_ez con tranquilidad y discreción, o bien, si es inevitable gue
incurran en ciertas travesuras juveniles,,!: espera 9.ue lo hagan con la
mayor rapidez posible y luego se deslicen pacíficamente hacia una vida
adulta convencional -con o sin virtud o responsabilidades éticas-.
Los cambios provocados por el crecimi~nto en el período de la pu-
besc;ncia pueden, y a ~enudo así lo hacen, prnducirse sin ningún rito
de transición reconocible. No todas las sociedades cazadoras-recolec-
toras tienen ritos asoeiados a la. pubertad. Eh algunas sólo se inicia a los
vawnes y en otras solamente a las nifias. En las sociedades occidentales,
al igual que en-algunas sociedades cazadoras-recolectoras y en todas las
civilizaciones de la Antigüedad, el tiempo de adolescer, o "crecer hasta
alcanzar la edad adulta", originalmente se otorgaba sólo a los hombres
jóvenes de las clases altas y a unos pocos varones y nlñas de excepcio-
nales dotes intelectuales, religiosas, artísticas o de otro tipo. Hasta la
· 'emancipación de la clase obrera y el advenimiento de los movimientos
juveniles a comienzos del siglo XX, el término '1uventud" por lo gene-
ral se refería al hombre joven que disfrntaba de ciertas ventajas intelec-
tuales o económicas y que seguramente podría sacar partido de las
convel)iencías y los inconvenientes de la virtud. Las clases inferiores,
como también la mayoría de las mujeres, eran tratadas como ni!los
sumisos que ingresaban, en forma refleja y sin los \ieneficlos de la tran-
sición, a una etapa adulta caracterizada por la obediencia y el cumpli-
miento del deber. Cualquier fuerza moral que hl).bleran adquirido
durante la infancia resultaría suficiente para las vidas monótonas y sin
complicaciones, que habrían de llevar de ahí en adelante. La vi,rtud del
31
73
marido podría proteger a la esposa, la del amo a sus vasallos y la del
caballero a sus pajes y damas.
En la actualidad, los beneficios y las pruebas de la adolescencia
están t écnicamente al alcance de toda persona entre los trece y los vein-
tltrés a!l.os de edad. Es una característica de la modernización el hecho
de gue los privilegios de la adolescencia se hayan convertido en dere-
chos concedidos a todos los jóvenes. La adolescencia se vinculaba coh
la ideología del Romanticismo: revolución, naturalidad, espontaneidad,
idealismo, emancipación, independencia y hbertad sexu . No es de
extrafiar que los padres, los educadores, los teólogos y los filósofos vie-
ran con aprensión esa aparente facilidad para acceder a la independen-
cia y a la libertad sexual. Una respuesta a esa aprensión ha consistido en
tratar 1_ los adolescentes co n tolerante condescendencia.. PodcmoscoñsT:
derarlos, provisoriamente, como víctimas inocentes, a la vez que inde-
fensas e ingenuas. Pero tarde o temprano se los comenzará a percibir
como victimarios, como lnvasores siniestros, amorales y hostiles del
terrjtorlo adulto . . -
~ ora q_ue la adólescencia está al alcance de las multitudes, y no .
ya restríngida a los caballeros y los sefioritos, muchos adultos comie ñ:
zan a inquietarse ante lo ,que parece ser una horda bárbara de suelos
muchachitos, empefiados en desmantélar las estructuras de la sociedacl
Resulta 'dífícil ver alguna virtud en todo esto. Lo que ven los adultos,
en cambio, es una·considerable demostraci n de orgullo, codicia, ira,
gula, envidia, pereza y mucha lujuria. En varias ocasiones, no hace
. mucho tiempo, la enemistad entre adultos y adolescentes dio l1Jgar a
verdaderas guerras, con armas de fuego, cuchillos, piedras y gases lacri-
mógenos. Pero lo habitual es que los antagqnismos generacionales se
den en forma encubierta y más S(?lapada.
Una característica privativa de la especie humana es su enorme
~dad mental, sobre todo cuando se trata de hacer frente al temor.
Un método es la negación lisa y llana. Nuestras mentes miran hacia otro
lado y hacen como ·sí n ad; estuviera sucediendo. Una versión más
tramposa de la negación es la trivialización de lo que tememos. Enton-
ces inventamos los "jovencitos", las muchachitas chillonas quepersi-
~uen a sus ídolo s de la televisión, íos adictot a los juegos electrónicos,
todo el ejército de indolentes amodorrados, cuyos pensamientos en
clase se concentran en un solo punto: volver a casa para mirar las~
novelas. Otra de las trivializaciones más populares de la juventud es a
el "vago" inculto · e ignorante, de cabellos grasientos y campera de
cuero, que tien e un corazón e óro. Puede que no sepaíñucho de gra-
mática ni de historia, pero déjenloenun a pista de baile y se trans~
74
ma en un ser divino. Tiene ritmo. Y lo q_ue es más, asiste regularmente
a misa.
- La más difundida de las imágenes. es la del muchachito arrellanado
en un sillón, con los pies arriba de la mesa, parloteando horas y horas
por . teléfono, rodeado de un simpático revoltijo de libros escolares
nµnca abiertos, ropas de gimnasia, el secador de pelo, el osito de felp a,
la raq_ueta de terús, una pizza o una salchicha a medio comer, una bote-
lla de Coca-cola y afiches de los cantantes de moda pego-te.adosen cada
centímetro cuadrado de las paredes y las puertas. Qué fastidiosos y
exasperantes son estos c:hicos tontos. Pero pronto van a superar esa
ct~L .
Otro método para reducir la angustia consiste en volverse tan par11·
oído como sea posible al objeto del temor. E~ta técnlca,lade identifi-
carse con e agresor, surge naturalmente en los nlños pequefl.os, 9.uc
temen y envidian el extraordinario poder g_ue atribuyen a los padr~ ,
a os dentistas y a los pollcías-:- Por eso rugen como leones y se isfra-
zan de monstruos, mientras con toda calma aplican inyecciones a mufie-
cas, soldaditos de plomo, animales de trapo y camioncitos de juguete .
Los adultos, cuando se sienten intimidad.os por el bárbaro compor-
tamirurto de los adoléscentes, pueden llegar a ponerse bastante revol-
tosos también. -Además, parece ser q_ue estos envidiables muchac~
mes se divierten en grande. Después de la tregua generacional que se
redujo durante la Segunda Guerra Mundial, en que los jóvews ~
entre diecisiete y vei;itiséis alías estaban demasiado ocupados como
paraconstituír un reto para sus mayores, los antagonismos genera¡:~ -
les tomaron un rumbo sorprendente: los adultos comenzaron a emular
a la juventud. J;,os progenitores de mediana edad resucitaron sus apeti-
tos sexu es. Vestían llamativas remeras, jeans, equipos deportivos y
usaban alhajas psicodélicas. Se sacudían en 1as discotecas. CorñpeTiari
~ hljos en la conquista de compafieros sexuales juvenile-s.- -
Para no dejarse sobrepasar por los jóvenes, los adultoscopiaron el
estilo del festival de Woodstock. En las reuniones profesionales era
común ver a grupos de psicólogos, filósofos, pastores, profesores uni-
versitarios, doctores, asistentes sociales y abogados, todos en sandalias
o_ descalzos, ataviados cor¡. plum~s, camisas y faldas regionales, jenns,
collares de cuentas y vinchas, mientras rasgueaban guitarras y entona-
ban mantras, desparramados en salas de reuniones, en jardines o alrede-
dor de las psicínas de las diversas sucursales de los hoteles Hilton y
Sheraton. Pero la "Ern de Acuario" pronto terminó. Al mirar hacia
atrás, muchas de estas personas mayores sosega,das, canosas y apagad as
han comenzado a ver como algo deplorable.esas caricaturas de la juven-
tud en que una vez se p(lrmitieron c·onvertirse.
' .
33
Durante toda esa etapa de turbulencia y confusión generacional,
los ; anajes del sistema educativo continuaron funcionando. En sÜs
hábitos personales y en las salas de reunión de los hoteles, algunos pro-
fesores pueden haber imitado a la generación adolescente que temían
y envidiaban, pero en las universidades todos se las arreglaban para
seguir adelante con la tarea de ensefiar, dar· conferencias, escribir e
investigax. Los biólogos, los historiadores sociales y los psicólogos socia•
les Investigaban temas tales como los ritmos• circadianos, el sueño,
las costumbres del siglo XIV, la situación de la mujer durante la Re-
forma, las descendientes de Jane Eyre, la biología evolutiva, la recom-
binación genética, los dolores de cabeza, las úlceras, los tests de inteli-
gencia, el poder, el amor, la prlmera infancia, la niñez y 1a adolescen-
cia. Aunque hacían todo lo posible por proteger su trabajo de cual-
quiel' prejuicio, era inevitable que los métodos científicos empleados
para llevar adelante las investigaciones y los modos en que info rma an
sobre los rest:lta os obtenidos se vieran influidos por sus puntos de vista
políticos y personales. - -
- Sobre el temade la psicología de la adolescencia, el resultado ha
sidouna exótica amalgama de.la difunta ideología de la "Era de AcÜa-
rio" yu n retroceso coñservador. La negación, la triviallzación y laideÜ-
tíficacíón están apenas debajo de la superficie. Sólo que ahora, adem4.§.,
sella corrido la voz de que la adolescencia quizá no ~ a. O de que si
existe,- no es en absolutoTo que habíariios supuesto. Cuando la ado les,
cencja se propagó, much as personas decidieron que nada les gustaría
más que aboTida. A medida que nos aproximamos a las últimas déca•
das del siglo XX, la aqolescencia se ha vuelto algo más que una moles-
tia. Parece haberse convertido en una amenaza.
En julio de 1981, la sección científica del New York Times in-
cluía este título: _1,a adolescencia parecese'r mucho m! s feliz de lo que
los adultos normalmente se imaginan". Cuatro días más tarde, el Times
Iñsistia con un editorial titulado: "Adiós, Holden Caulfleld". Allí Ü
afirmab a: "Los adultos se han enredado en la eyencía de laadolesce.ñ-'
cia atormentada y la creen a pie juntillas. Pero los chicos saben que la
verdaf es otra". El informe establecía que el 85 por ciento de todos los
adolescentes normales son felices. Los adolescentes no son en absoluto
~ s proro~dores ~ evolucionarios, mwcionalmente tensos: qu ~
habíamos acostumbrado a imaginar. No son codiciosos ní-haragaÜes.
35
75
más profundamente sumergidos en esa mítologfa que otros. Hay
quienes, como Offer, se mantienen bastante cerca de la superficie; se
coritentan con demostrar (normaJ,mente recogiendo, por medio de un
cuestionario, una muestra de las opiniones y las actitudes de los adoles-
centes) que los desorientados psicólogos, padres, novelistas, docentes y
filósofos han exagerado el alcance y la profundidad de la tensión emo-
cional que acompafia a1 pasaje a la edad adulta, ·
Otros efectúan un sondeo más profundo. Basan sus conclusiones en
I
mét~ de investigación más complejos, como entrevistas clínicasÜ
observacione~ del comportamiento real. Estos investigadores afümaii
que los adolescentes norteamericanos y europeos, en particular lo;-a;
clase media y alta, son conformistas cínicos, interesados, indolentes y
ñó comprometidos políticamente, y que no son en absoluto esos idea•
listas politizados que describen las novelas románticas y ciertos trata'=
dos filosóficos y psicológicos similarmente anticuados e ingenuos. .
~ paso o dos más en esa dirección, se encuentran los que áec a-
ran que el té~mino técnico "adolescencia"e s meramente un artefacto
social. Se lo inventó para apuntáiar formas de pensar y hábitos el.e cria!Íc
zainfantil compatibles con nuestras sociedades urbano-industriales. No .
es difícil, si se compulsa la bibliografía pertinente, hallar pruebas eñ
a oyéi de esta generalización. Casi invariablemente se cita el diccion;
ria. Se nos informa que hasta 1940 el idioma alemán no incluía ningu-
na palabra para designar la adolescencia y que el término "pubertad"
bastaba para. abarcar tanto las realidades biológicas como las manifes-
,tacione~ emocionales. Puesto que la palabra inglesa que significa "ado-
lescencia" sólo se remonta al siglo XV, el invento debe haberse produ-
cido en esa época.
Las pruebas etimológicas van seguidas de una cadena de razona•
mientas tendientes a demostrar las íntimas relaciones existentes entre e1
término inventado "adolescencia" y las necesidades econ6n1icas cie
ñuestras sociedades industriales y postindustriales. Durantee ste proceso
se rinde trfüuto a las .descripciones que aportara Margaret Mead de la
manera tranquila en que se llega a la mayoría de eqad en Samoa.
Otra ref~rencia. frecuente es el estudío Youth and the Social Order,
de F. Musgrove, que contiene un capítulo titulado "La invención de la
adolescencia". Musgrove atribuye e·sta invención al ingenuo idealismo
político y educacional de J ean-J aoques Rousseau. Y muchos siguen, sin
cuestionarlo , el ejemplo de Musgrove.
Algunos partidarios de la teoría de la invención son idealistas s_ocia-
les 'que desean llamar la· atención -sol:ire las paradoJas inherentesa.nues- .
tras disposiclones legales con respecto a los nifios y los adolescentes':-
. Alegan que la ensefianza obligatoria entre los 3-eis y los diecioclio afio~
71
las leyes sobre el trabajo infantil, el concepto de la delincuencia juvenil.
.=t°odos los cuafes fueron supuestamente creados para proteger a lo .~
ióvenes de las exigencias de la responsabilidad adulta--han producid"ñ:
en cambio, un submundo de niños y jóvenes des ajados de sus dere-
chos, quienes se ven ahora como prlsioneros de un sistema social .9.~
les promete éxito, poder y riqueza a cambio de demorar su adquisición
del status sexual y legal adulto, pero que en los hechos proporcio~
muy pocas de estas ventajas a la mayoría de los chicos. -
- En sí mismos, los argumentos que vinculan la prolongación artifi-
cial de la infancia con algunas de las desigualdades de nuestro sistema
social son dignos de elogio. Al poner en evidencia esa vinculación, los
investigadores nos hacen ver las inquietantes discrepancias existentes
entre nuestro objetivo manifiesto de proteger a los niños y nues tra
forma solapada de suprimirlos. Tienen mu.cha razón cuando sefl.aliin
que la marcada preocupación por salvag1,1ardar la seguridad de los jóve-
nes puede ser un método encubierto de impedir su avance hacia la inde-
pendencia. Los propios adolescentes detectan con rapidez la hostilid ad
oculta detr s áe la soficitud, y éste es el motivo por el que a veces r"eñ;
cionan tan violentamente cuando "sólo procuramos protegerlos". sTn
embargo, al enrolar sus bienintencionacfos comentarios soore la desi-
gualdad social en el esfuerzo de legitimar la trivialízación de la adoles-
cencia, estos críticos del orden social pasan a ser portavoces invohm-
tarios de algunas de las posiciones más conservadoras, cuando no reaG•
cionarias, respecto de las relaciones entre la naturaleza humana y .la
sociedad. •
~ nociva conexión entre el deseo de igual~ad social y los p~
de vista reaccionarios sobre la naturaleza humana es ejemplifica.da
por el libro de Philippe Aries, Centuries of Chtldhood. Este libro ha
pasa o a ser el texto más frecuentemente citado para respaldar la teoría
de la invención de fa adqlescencia. Con la misma pasión, tanto reforma•
dores sociales como moralistas reaccionarios se han aferrado alas ímeR•
tigaciones de Aries como documentación probatoria de que antes del
siglo XVII lo·s adultos no tenían prácticamente ninguna noción de la
primera infancia y la niñez, y mucho menos nn concepto de la prolon-
gación de la infancia más allá del séptimo afio de vida.
Pero Aries nunca sostuvo, como invariablemente lo hacen todos los
que lo citan, que la infancia y 1a adolescencia no ·existían antes del
siglo XV. Aries tiene plena conciencia de la tendencia medieval a dividir
la vida del hombre en etapas como niñez, adolesc_encia, juventud, an-
cianidad. Además, si bien considera que la tradición de las "edades.
del hombre" es descai:table por guardar poca relación con lo que la
gente realmente concel)ía como crecimiento humano, establece qu e el
origen de esta traclfoión se remonta a las filosofías ]ónicas del siglo VI
a.C,, y nos hace saber, aunque en pocas líneas, que está igualmente
familiarizado con los significativos agrupamientos.por edades de la era
neolfüca y con la paedía hel~nica, la que "pl'esuponía la existencia de
una diferencia y una transición entl'e el mundo de lbs niños y el de los
adultos, transición que se hacía por medio de una iniciación o una
educación".
Para realzar su provocativa tesis de que, la condescendencia exce-
siva y la devoción hacia los nil'ios durañte la Ilustración pre-sagíaba a
expulsión de éstos de la vida real y su aprisionamiento dentro de los
límites sofocantes del aula y del capullo familiar, Aries restói:Inportan-
cia a· las desastrosas condiciones de vida que imperar~n durantelos
siglos comprendidos entre .la caída delirnperio Romano en el afio 476
de a era cristiana y los comienzos del Renacimiento en el siglo XV.
Ala luz de -lo que sabemos sobre la Edad Media, resultan grotescas las
alegres descripciones que hace Aries de los siglos anteriores a la supues-
ta invención de la infancia y la adolescencia.
La alta Edad Media en Europa occidental fue un época extremada-
mente sombría para el hombre común, más que nin~na otra que hubie-
ra conocido hasta entonces, pe_se a que su suerte en las sociedades civi-
lizadas de la Antigüedad nunca fue demasiado brillante. Después del
siglo IX, con el advenimiento del feudalismo, el Sacro Imperio Ro-
mano, el auge de la ,cristiandad, las Cruzadas y la Guerra de los Cien
Años, las condiciones generales de vida mejoraron un poco. P~r otra
parte, las Cruzadas a Jerusalén, Egipto y Constantinopla dieron lugar al
saqueo en gran escala de la Tierra Santa y del Imperio Bizantino. Las
plagas, la peste, la ignorancia, la extrema pobl'eza, las pésimas condi-
ciones de trabajo, el hambre y las guerras perpetuas tenían como con•
trapeso el código de la Júdalgufa, que era una fusión de virtudes cris-
tianas y militares: piedad, honor, lealtad, valor y la castidad del joven
caballero y de la dam.a virgen o casada a la que cortejaba. Lo~ aspectos
exteriores de la JúdMguía se mantuvieron constantes durante la baja
Edad Media, pero el aJ'llor cortesano.muy pront.o se deterioró hasta con-
vertirse en un pretexto glorificado para el adulterio y la promiscuidad,
mientras que el valor se puso al servicio de las guerras bárbaras. Con la
excepción de ciertas· aspiraciones culturales irreprimibles, esas metá-
foras de 1a existencia humana que se _elevaban por en9ima de las bruta-
lidades personales y sociales para hacer. a la vida más tolerable -la
arquitectura gótica, la universidad, los versos de los trovadores, La.
Dívina CornedÚl-, la Edad Media constituyó una ruptura violenta del
progreso humano, que prácticamente destruyó los avances filosóficos,
38
artísticos, científicos y morales de las antiguas civilizaciones que la
precedieron.
Sin embargo, tal como la describe Aries la Edad Media fue un
magnífico espectáculo: "La gente vivía en un estado de contrastes; la
alcurnia y la opulencia convivían codo a codo con la pobreza, el vJcio
con la virtud, el escándalo con la devoción. Pese a sus estridentes con-
trastes, esta mezcla de colores no causaba sorpres¡¡ alguna. Un hombre
o una mujer de encumbrada posición no sentían ninguna turbación
al visitar, +~josam'ente ataviados, a los pobres desdichados que en las
cárceles, los hospitales o las calles apenas cubrían su desnudez con
harapos. La yuxtaposición de estos extremos ni turbaba a los ricos ni
humillaba a los pobres".
La colorida mezcla de vicio y virtud, escándalo y devoción que des•
crlbe Aries pasa totalmente por alto las dimensiones éticas de la vid.a en
la Hociedad medieval. Este autor ensalza la espontaneidad y la libertad
del movimiento social como si se pudieran desestimar las obligaciones
morales de una persona hacia su prójimo y como si los pobres lo
pasaran mucho mejor cuando sus miserables existenclas no turban a los
ricos. En un ensayo posterior, un comentarlo sobre la relación entre la
historia familiar moderna y la historia urbana, Aries contrasta los espa-
cios abiertos y la libertad de territorio en el mundo medieval con la
separación infranqueable entre los espacios privados y los públicos qu.e
caracterlza a nuestras ciudades modernas. En los espacios abiertos y
libtes de la baja Edad Media, el niño corriente de más de siete afl.os
podía participar de todas las prerrogativas de la vida adulta. Cuando un
nifio se soltaba de los lazos que lo ataban a su madte, "como un animal
o un pájaro, tenía que establecer su territorio, un lugar propio, y tenía
que lograr que la comunidad lo reconociera". A estos efectos, el talento
natural valía más que los conocimientos. "Era un juego en el que lleva•
b a ventaja el niño osado, dotado de elocuencia y con aptitudes histrió-
nicas". Todos los demás, debemos suponer, podían ser relegados a un
estado de subsistencia marginal y atormentada.
La textura de la sociedad medieval, continúa Aries, era floja y
de'aba mucho- lugar p-ara el juego y la libe rtad de movimiento. Los señ-
timientos también estaban desatados. Po-dían ser difusos, "esparcidos
sobr~ numerosos o5jetosnaturales y sobrenaturales entre los quese
incluíañNos, los santos, los padres, los nmos, los amigos, los caballos,
losperros, -los huertos.y los jardines". Talc omo haba sugeri o ante-
riormente en Centuries of Childhood, asta e período'ck 1a Ilustración
eiñlft.o ~ que el Príncipito, era libre, ','libre de ese peso de las rela:: .
cienes humanas que estor ba el avan ~ , deesis lágrimas, esas despedidas,
esos reproc~es, esas a egrías, todo lo que un hombre acaricia o desgarra
39
77
cuando esboza un gesto, los innumerables lazos que lo atan a los demás
lo tornan pesado" .,Desde el siglo XVll en adelante, la solicitud a.e la
familia y la Iglesiab.i°brían de imponer a aquel niflo libre de problemas
y de ataduras, "el látigo y la celda, es decir, los oastígos normalmente
re-;;vados a los crlminales provenientes de los estratos inferiores. de ia
;¡;-cieda d". --
- Pero Aries seguramente debe saber que antes de la Ilustración a los
reyes locos y a los príncipes díscolos, los receptores del mejor cuidado
posible, se los encadenaba, se los azotaba, se los lastimaba, se les hacía
pasar hambre y se los amenazaba para curarlos de su "en_fennedad".
A menos que se tratara de uno de los elocuentes, el nifio común, •que
era librec omoun pájaro pa ra ir adonde .quísiera,no tenía ciportunldad
alguña de mejorar su suerte por medio de la educación. Sus probabili-
dadesdesobrevivir hasta los veinte afios eran escasas. La vida e.ra corta
y brutal, admite Aries. Pero era dulcemente vitaC
~ cierto, algunos de losargumentos de Aries sobre los efectos de
la crianza excesivamente escrupulosa de lo s niflos se ven conf~
pol' la historia de la Jnfancia a partir del siglo XVlI. Cuanto ' más s;
mimó y se idealizó al nilio, tratándolo como a un objeto de supremo
valor, tanto más suscitó actitudes intensas y ambivalentes en sus padres,
educadores .Y mentores -religiosos. En .el siglo XIX la sombra del calvi-
nismo rondó la vida familiar: todó"cifio era~ inocente mientras o.be-
decíay la encarnación- del pecado cuando temporaríamente caía en des-
gracia. Como sabemos, el niño de la época victoriana y calvinista éred a
hacia la adultez bajo el peso de una exagerada idealización de la devo-
ción filial, plagado por las dicotomías del bien absoluto y el mal abso-
luto y perseguido por una conciencia siempre alerta.
acia el siglo XX, con el ascenso de la individualidad y la realiza-
ción personal a la categoría de valores principales, la conciencia cedió
eñsu vigilancia y fue parcialmente reemplazada por la opinión pública,
el coÜseñso general y la moralidad pragmática. El nifio y el adolesMñ-
te contemporáneos ;-a, quienes esta socieda centrada ert el nlño ha
conferido tanto valor, soportan los pesos combinados de una conclencia
incierta y un sentido grandioso de sus propios derechos; es ésta una
combinación quimérica que lleva a la desesperanza, el cinismo y el
desencanto.
El capullo familiar originalmente pensado para resguardar al indi-
viduo de las indignidades de la era industrial y mecánica se convirtió
éñiiñajaula de hierroqueparaproteger a sus ocupantes les cerr~
puerta -a las realidades sociales 1el exterior. Y en la medida en que la
a
faiñITiaaislaba sÜs miembros de . a ·coinunídaif,Tasociedad iba inva-
·diendo el capullo, subrepticia y progresivam~ Como señaló Ciüir.
40
1 ""' QJL .., -
. . . ' . .
topher Lasch, la familia terminó por no servi! de refugio. Se fue pare•
ciendo cada vez más al duro mundo exterior. "Las relaciones dentro d;
l"alamilia tomaron el mismo carácter de ·fas relaciones en- otros ámbito7:
elindividualismo y la búsqueda del propio interés reinaban aun eñia
más íntima de fas instituciones." -
- -
Arles no está totalmente errado en lo que afinna sobre las indigni-
dades de la modernización. Sus escritos han arrojado considerable luz
sobre la medída en que el surgimiento de la infancia en las conciencias
occidentales puede considerars.e un síntoma de la conmoción provo-
cada por la modernización. Aries lamenta la vacuidad y la alienación
espiritual de la vida urbana moderna, de la expansión industrial, de la
política social consciente, de la división del trabajo y de todas esas ins-
tituciones sociales recientemente inventadas para compensar la destruc-
ción dll. las formas tradicionales: la unidad familiar moderna dedicada
al consumo, al ocio y la crianza infantil; la educación formal; el hospital
para enfennos mentales. Aries contrasta el cálculo y la fría abstracción
de la modernJ.dad con lo mágico y lo sagrado, la benevolencia y la
comunidad, la espontaneidad y el instinto.
En lo que Aries no resulta convincente es en su interpretación de
· los efectos psicológicos y morales de la vida cotidiana en la sociedad
medieval. Al referirse al fácil compaflerismo entre nifios y adultos y al
eclio de que todos los miembros cíe la comunidad practicaban los ~
mas juegos y tenían los. mismos vicios, virtudes y libertad sexual, ~
ad¡níte que esos adultos nos parecerían hoy bastante puer' es. •Esta
admlsi n, hecha a pasar, sugiere que la falta de una fase de. transición
bien marcada eñtre lainfancia y la adultez pueúe dar lugar no sólo a
~ rápida entrada de los nifios en la adultez, sino también a u; a
ersistente puerilidad en los adultos. Tal como lo reconoceñ los jefus
tnbe.les y ]os psicoanalista.s, a una vida s~x:ual infantil corresponde un a
vida moral infantil.
· La exa,ltación retórica que hace Aries de la libertad y la inexis-
tencia de clases sociales tiene un dejo de la ideologf~ agraria derechista,
con su· visión bucólica del siervo feliz y de los buenos viejos tiempos de
las- plantaciones de algodón; Los críticos sociales que niegan la univer-
salidad de la fase adolescente de la vida suelen ser iñciucidos a error.
aligualu e Aries, por lasdivisiones ex.i~te ntés dentro de la propia
modernidad, las 'que a meñü do dan un carácter fa~ a las categorías
políticas de i~uíerda yderecha. En l_os debafos sociales y. artísticos
modernos, aparece de modo predominante la imagen occidental de la
infancia, a veces corno· reflejo· de lá'·perdída comunidad medieval de la
espontaneidad, la espfrítualidad y el instinto, y otras veces como la
41
abanderada del progreso social, con sus criterios de racionalidad, igual-
dad e individualidad.
Algunos críticos identificados con la ideologfa de izq_uierda son
idealistas sociales que defiend;m con vehemencia la tesis de que sói;
ias formas sociales pueden crear la personalidad del nifio y moldear ;i
adulto para convertirlo en un ciudadano digno. Para ellos, la natura!e".'
za humana es infinitamente maleable. Lo únTéo que se necesita para
concretar el potencial psicológico es modificar las estructuras socJales.
Estos reformadores desdefi a,n los aspectos biológicos. Son suspicaces
·<,ante términos tales como "naturaleza humana", "leyes de la naturale-
za" o "imperativo biológico". Alegan qu(l en el diálogo entre la natu-
raleza y la sociedad es la sociedad la que impone sus pautas a la natu-
raleza. En otros momentos históricos, los idealistas de izquierda toman
el rumb o opuesto; exaltan entonces las virtudes de la supuesta inocen•
cla natural y de la libertad de movimiento . La socledad es ahora el
enemigo. .
En el otro extremo se encuentran los agentes de la derecha, quienes
dese;:; mantener a toda costa el statu qu·o. Nada nuevo debe suceder.
To do cambio potencial debe ser ·dirigido, canalizado por la senda d e
To tradicional. No se debe permitir jamás que las tensiones propias de ia
vida individ.Üal perturben los engranajes de la maquinaria social. La b o-
logh. es una traba, un inconveniente que interfiere con el adoctrina.:
miento social. Pero a veces predominan otras consignas., en especial
cuando a!gdñ sector de la sociedad está a punto de sacarse de encima ~
- go de la tradición. Se dice entonces que "la naturaleza es buena~
y que "los instintos w n inmutables dones de Dios".
La posibilidad de una t_ens16n inherente.1p.ente valiosa entre lo natu-
ra] y lo social, una tensió,n que podría proteger al individuo de la tira-
nía de cualquiera de ambos, es vista como una aberración reaccionaria
por parte de la izquierda y como una inquietante insinuación del derr~
camiento de las autoridades por parte de la derecha. El solo hecho de
qucactualmente ambos bandos resulten indistingiilb1es en cuanto al
acuerdo que prestan a la idea de que la adolescencia es una ficción ~
la mt>dernízación, un mero invento, nos lleva a. deducir que hay algo
tremendamente amenazador en está translcíón de la Jnfancia a la edad
adulta. ,-
La pubertad, con la madurez sexual que ella implica, es un hecho
biológico . Lo que sigue siendo oscuro, y por lo tanto potencialmente
amenazante, son las relaciones entre la madurez sexual y la madurez
moral. En toda la controversia sobre la existencia de la adolescencia hay
cierto consenso acerca de que la pubertad supone un· conflicto con las
es tructuras de la sociedad. La generación adulta, frente al desafío que
42
representa la p:resencia. de personas a punto, de convertirse en la 11r6-
x.lma generación, invariablemente ínventa alguna forma social que ins-
titucionaliza y regula fa sexualidad de la pubertad. Más asombroso aun
que la supuesta hon:,ogeneización de la infané1a-pubertad-adultez
durante la Edad Media es el hecho de que aun en esos tiempos terribles
una forma de-la adolescencia, o del crecimiento hasta la edad adulta,
estaba institucionalizada en el código de hidalguía, por el cual un mu-
chacho podía avanzar desde ser paje a los siete at'ios a ser escudero a los
catorce y virtuoso caballero a los veintiún años de edad. Se observaban
progr~siones similares en la iniciación de los novicios en la Iglesia y en el
pasaje del ·aprendiz a oficial y luego a maestro arte·sano en el sistema de
gremios.
Toda sociedad hurn,ana trata de protegerse inventando la adoles-
cencia que requiere. En otras palabras, cada sociedad inventa la adole·s-
cencia que se merece y luego considera a.ese invento monstruoso santo
o llero1co. Los adultos tienden a crear mitos sobre el significado de la
adolescencia. Cualesquitita que sean sus inclinaciones políticas o perso-
nales, ya sea que glorifiquen a la naturaleza o reverencien a la sociedad,
se identifiquen con la juventud o la detracten, la mayoría de los adultos
se sienten obligados a apaciguar la temible vitalidad de .esos monstruos,
santos o héroes.
43
79
ENTRE ADOLESCENTES Y ADULTOS'
EN LA ESCUELA
Puntuaciol'i.es de época
Daniel Korinfeld
Daniel Levy
Sergio Rascova n
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1. ENTRE ADOLESCENTES,
JÓVENES Y ADULTOS 1
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dos a. decons.trulr, desocultar y elucidar críticamente lo que se
ha .armádo y.'consolidado düránté' muchos'.afios/desae el origen
de los .diferentes objetos discipl(narios. ., .
-t-a búsqüeda áeün nuevo paradlgrria ~ds permitirá animarnos)
0
'
,
•
Se hace irresistible seguir reproduciend.o estos esquemas de
pensamiento, El mapa no es el territorio.
1 .
87
•
cencia, juventud] es, entonces, consecuencia del .desarrollo ·
de las fuer-zas productivas, de las exigencias que fueron im-
poniendo las incipientes sociedades burguesas para preparar
a los individuos en su integración efoctlva a la vida social y
productiva,
Esta estructura, que existe et1 otros casos (como en las relacio-
nes entre los sexos). recuerda que en la división lógica entre jó-
venes y viejos está la cuestión del pod~r. de la división (en el sen-
tido da repartición] de los poderes, Las clasificaciones por edad
(y también por sexo, o, claro, por clase) vienen a ser siempre una
forma de Imponer límites, de producir un orden en el cual cada
quien debe mantenerse, donde cada quien debe ocupar su lugar
(Bourdleu, 2002: 164).
88
,f
SUBJETIVIDAD., SUJETO, YO
89
tura, su.fqrma de apropiación por los sujetos y los efectos sobre
sus acciones prácticas. Lc1 subjetividad no es otra cosa que una
producción histórica d"e las significaciones Imaginarlas que ins-
tituyen formas de vivir la existencia humana.
Através de. lo que llamamos "subjetlv!dad", el ser humano se
constituye como tal, ingresando al mundo simbólico, cultural y
regido por las lógicas del. lenguaje. En ese sentido, al hablar de
subjetividad nos enfrentamos con aquello que resulta irreduc-
tible a la trama que conforman la soc-ledad y los sujetos que la
componen. No hay sujeto sin sociedad, ni sociedad sin sujeto.
Los procesos de acogida al mundo hwmano y los r.ecorridos pos-
teriores que se transitan a lo largo de lEJ vida van cambiando da
acuer~o con las época~ y produciendo diferentes formas de vivir,
de producir subjetividad.
Las Instituciones sociales son la!:l que instituyen las form_)ls
de organizar la subjetividad. Si la familia y·la escuela fueron-iy en
buena medida siguen, siendo) las principales agencias de sub-
Jetlvaclón, en la acNalidad la comparten con los discursos me ..
díátlcos y las tecnologías de la información y la comunicación o
pierden terreno frente a ellos (véase el capítulo 3 d~ este libro).
En la actualidad, la subjetividad socialmente instituida es
mercantil y está en tensión con la subjetivid°ad estatal debilita-
da, $Ubjetividad que se configura como consecuencia de los po".'
deres hegemónicos pero, también, con la existencia de un plus
singular como efedo de los procesos de subjetivación. Frente a
la subjetividad mercantil, socialmente instituida como hegemó-
nica, surgen otras formas de habitar el espacio y el tiempo, un
campo de cierta autonomfa respecto de las formas dominantes.
En este sentido, la subjetivación serfa el revés de la subjetividad
instituida. . -· - · .
~~-. '
.J
90
El concepto de iden~;ad, al igual que tantos otros, se cons-
truyó desde un para 'i'gma moderno sustancia lista, esenciallsta.
Surgió como intento de articulación entre lo Individual y lo so-·
cial, pero terminó explicándose en sf mismo, como una entidad
cerrada, verdadera y única. El individuo fue considerado un ser
¡' I autónomo, racional, co_nsciente, libre, capaz de determinarse a
sf mismo. Precisamente, es la noción de sujeto la que viene a en-
frentar esta concepción de Jndlviduo como indiviso, homogéneo
y encapsulado en-sus propios límites,. .
. La construcciqn del sujét.o se _configura alrededor de un
proceso de unión a los otros, es decir, de_pertenen~ia, pero al
mismo tiempo de separación con los otros, o sea, de diferencia.
Identidad y diferencia des-;3ustancializadas.
Los procesos de subjetivac16n representa_n un momento
constitutivo de los procesos de sentido y significación que rom-
pen con una pretendida homogeneización. Si hay subjetivación,
hay condiciones para su producción, de modo que los procesos
de subjetivaclón infantil, adolescente yjuvenil remiten a las con-
diciones materiales, simbólicas y discursivas que los producen.
No hay infancia; adolescencia ni juventud; hay sujetos portado-
res de ciertos signos. Son niños, adolescentes, jóvenes y adul- ·
tos que viven sus vidas de una manera socialmente instituida,
es decir, sometidos a ciertas lógicas de poder (de significaciónL
aunque, Justamente, serán los procesos de subjetivación los
responsables de producir ese plus sobre lo establecido hege-
mónicamente.
Retomando .las lógicas clasificatorias de la m·o~ernidad, hoy
aparecería una nueva cartografía que pretende visib.ilizar las
relaciones sociales y simbólicas, y la producción cultural para
luego ser utiUzad~_,t1JJ9ime.r.ca.nJ;illtación de la vida cotidiana.
Si la l6.gJé~·.:;~lasifit"1:11cír'i111e....raenlliEifia: fue oportunamente
el
funcional eñ 1aaistribot16n-de=:suJeto-S eh campo social, edu-
c1ªtlvo y productivo, en lí:! actualidad lo es, además, para soste-
mir y reproducir la lógica ·de merca.do. E:n _un es~enario social
dominado por el mercado que promueve una cultura homoge-·
neizadora d'e la condici6n juvenil, surgen y se desarrollan di- ·
ferentes experiencias de carácter c·onti-ahegem6nico, distintas
formas de resistencia en las que sujetos ll 9mados "adolescen-
tes" y "jóy!3nes" consti-uyen procesos de subjetiva.cióh alterna-·
tivos con sus prop'los saberes, relaciones de poder y estéticas.
A esta altura, conV.iene aclarar que subjetividad no es 'asimi-
lable a sujeto, El sujeto es un organismo vivo perteneciente a
una especie. Es una configuración única e Irrepetible, una or- 1
ganización corpórea con un aparato psíquico, anclada en una
civilización particular, Sujeto, entendido como singularidad
constituida·a través de marcas, Inscripciones e identificaciones,
La denominación "sujeto del inconsciente", Instituida por el psi-
coanálfsis, marca la relación del sujeto con el deseo, es decir,
sujeto de deseo inconsciente, sujeto constituido a pai-tir de una
faltª'-es.tr-1:1et~ral~BH~:;.e,r:od.Uí:.e su división; de alU sujeto barrado,
~~~tcr'fámpaco es-igual-~Para el psicoanálisis se trata
de ctná'.'.íns1á.m;léLd.ªt~·p_ara1c(psfq'uico, una construccl6n que se
produce de manera Inconsciente a partir de la relación que el
sujeto establece con los otros y con su cuerpo. La prlmei-á t6-
pica freudiana es determinante al dividir el aparato psíquico en
los sistemas consciente, preconsciente e Inconsciente. De este
modo, el aparato psíquico se presenta heterogéneo, escindido, ·
dividido, disociado. Esta particularidad del aparato psíquico es
estructural y, obviamente, na se limita a sus formas patológicas.
En este sujeto escindido, el yo deja de ser un todo, lo uno con-
gruente, coherente, quedando ligado directamente al fenómeno
del narcisismo, vfa defensas inconscientes, El yo tendría, enton-
ces, una dimensi6n inconsciente a través de la cual potíe en fun-
cionamiento sus propias defensas, de manera que ese meca-
nismo no es voluntaria. Es decir, las defensas Inconscientes del
yo no se eligen libremente sino que sencillamente se. cumplen.
El yo es la instancia encargada de inscribir y dar continuidad
a la existencia a través del tiempo. Desde el nacimiento hasta
91
la muerte, es decir, desde la infancia hasta la ancianidad, como
denominaciones que marcan el paso por la vida, en el que el
desarrollo corporal-que va más allá de los límites de su cuerpo
físico- es uno de los trabajos permanentes. Es ya legendaria la
frase f,eudiana en el texto Elyo y el ello, "el yo es ante todo un yo
corpo,al" (Frsud, 19?.3).
Pat'a el psicoanálisis, el cuerpo es cuerpo erógeno, llbldlnal.
La relación yo-cuerpo es ineludible. Los procesos de crecimien-
to, desarrollo y maduración corporal··[que caracierizan a los su.-
jetos niños, adolescentas y jóvenes) exigen un trabajo psíquico
de anudamiento e Integración psicosomática, Los cambios cor-
porales imponen al psiquismo un trabajo de ligazón constante.
Nacemos y nos construimos a través de un trabajo incesante
que tiene gran impacto en los primeros año·s de vida del sujeto
humano. Los procesos madurativos, a nivel neurológico, endó-
crino y psicológico, permiten reconocer una sucesión de eventos
que se articulan a través de intercambios con el medio ambiente
social, cultural y natural.
El registro de un yo, asiento de la identidad, solo será posible
desde la otredad, Hay yo porque hay otros. EL proceso de identi-
ficación es Justamente la operatoria psicológica por la cual el yo-
establece relaciones con los otros, hace lazo.
Para comprender la dinámica del psiquismo, slntéticamen~
te podrfamos decir que la ldentlficaci6n, desde una perspectiva
psicoanalítica¡ se despliega en dos ~entidos: un lugar en el que
se Identifica, la imagen, y el lugar dasde don~e se identifica, la
posición social y cultural. El primero, de orden Imaginario, está
B$oclado con lo que se conoce como yo ideal. El segundo sentido
corresponde al registro simbólico y se relaciona con el denomi-
nadó ideal del yo, ·
La dialéctica de lo imaginario parte del sujeto que establece
una relación libidlnal con su imagen ante la cual queda fasci-
nado, lo que resulta en una primera unificación libldinalmente
Investida. Este proceso se constituiría a partir de una primera
' 1
' 1
[Rodulfo, 1989). ~ 1
>-
Podemos reconocer una cronología en el devenir humano, ffJ
que ho es lo mismo que constituir entidades, cosificarlas a tra-
vés de criterios evolucionistas, Los efectos de esta distinción -..,~ , '1
~
sujeto que migra de uria dependencia absoluta a una dependen- 1
cia relativa en busca de la autonomía, · · ' 1
El paradigma de la complejidad colabora ·a pen~ar estos fe-
nómenos de la subjstividad desde el "entre", fuera de las esen- 1
•
'1
92
cias, Sl:lpone el desplazamiento concep·tual desde los sistemas
cerrados y'cerc-a del equilibrio hacia los' si'stem'as abiertos erí
interrelélció11 constante c·on su ambiente; Desde esta perspec-
tlva concépfüa(el sujeto río' és Lci dado .biológicarñénte,· nitma
estructura psíquica-aislada, sino que adviené·y devieríe ébmo
una cónflgúraeión 'única e irrepe_tiblé en· el Intercambio 'con el
amblente·y el éfitorho soéial y cülfural hómáh6, •·
Siguiendo con la disquisición entre sujeto y-subjetividad, De-
nlse Najmánovich, sugiere una distinción: · ,.
93
dad en su versl6n más radical: el extranjero, la muerte y la sexua-
lidad (0rassl y Córdova, 201 D: 25),
Para pensar acerca de las figuras de la alteridad en su ver-
sión más í'ildical, debemos puntualizar que en la constitución
del sujeto quedará siempre un resto Imposible de ser simbo-
lizado y, por lo mismo, será vivido como lo radícatmente ajeno,
como "lo Otro". Sobre esta experiencia de ajenidad, rechazada
por Indomable, se asienta la construccl6n del Otro en relación
con el cual se articularán las tres figwras de la alteridad en su
versión más radical: el e;<i;ranje,0 1 para ubicar la categorla de
lo extraño: la muerte, como lo Irrepresentable que atentaría
contra la Integridad del yo; y la sexualidad, que bajo la fonna
del exceso surgi,á en el trasfondo de lo traumático lnaslmllable.
(Vénere, 2012).
Al decir que los adolescentes agitan las figuras de la alteri-
dad en su versión más radical, sostenemos que provocan a los
adultos allí donde se muestran más preocupados por "defen-
der" su propio "ombligo" identitario.
La condición adolescente, de este modo, se convierte -al me-
nos en nuestra cultura- en una forma privilegiada de deposi-
tadón de esa a,tlculaclón entre "lo Otro" y "el Ot,o". El sujeto
(adulto), frente a lo inasimilable de la experiencia de vivir, en-
cuentra en su propia "identidad''. un elemento apaciguador y es-
tabilizador que 1.e permite sostener la Ilusión de poder dominar
al diferente (adolescente).
Si el sujeto se construye a partir del Otro simbólico es por-
que, el ser hablante, debe someterse a las leyes del lenguaje aun
antes de nacer, en tanto las relaciones entre sus progenitores
están reguladas por la palabra. Si se Incluye en un linaje, llevará
un nombre y apellido, marcas que se producen más allá de lavo-
luntad de quienes lo engendra_ron. Quedará incluido y atravesado
por la historia de las generaclon~s precedentes, con sus corres-
pondientes leyendas familiares y mitos socioculturales.
l
i ¡
' 1
El "trabajo" que los adolescentes deben efectuar (de~aslmlento
de la autoridad de los padres y hallazgo de un objeto no Incestuo-
so, al decir de Freud) se llevará a cabo bajo coordenadas socio- 1
culturales muy diferentes a las de la modernidad. Sostenemos 1
1
que la adolescencia puede ser entendida desde el psicoanálisis
)
como una contundente conmocl6n estructural, un fundamental
y trabajoso replanteo del sentlmi"ento de sí, de la Identidad del , l
sujeto, Pero lo afirmado no ,educe la i::uestlón a una temática /
exclusivamente subjetiva (Barrionuevo, ?.011: 51.
'>
la integración sociocultural de las generaciones J6venes ,1
es una adaptación activa, dialéctica con el medio, que permite,
a partir del registro de las coordenadas epocales, promover
procesos de cambios y !ransformaciones que, al producirse
-no necesariamente de manera efectiva-, modifican a los pro-
pios sujetos. ,'
94
•
El cachorro humano· necesita del sostén (holding en inglés]
para ·sú •armado subjetivo. Como proponÍcl Fernando Ulloa, el
"sosfén está relacionado con los dispositivos soci'ócülturáles liga-
a la
dos al ·cuidado y ta· terliura;y es'resultado•dé coartación del
'fin Í'.Jltlmo·aeta'pülslón.' Es· una p'rimela i:ista'c_lóri de suollrñadón,
,qüf h'abrá'c!e"proobdr dos o~dena'doré~ fundament~les)>ar_a los
illmitíistrgs qú~ le·so~ próplps en re la.ció·~ con, _e[ n[ño.J0 primer
_téri:nln.o, la_empatla que garántlz? ·el ad~cuado suministro, esen-
cialmente el abrigo y el alimento. En~segundo término, el mira-
miento, un mlrélr con ~moroso interés a algu.ien que, ·aun salido
( \ .de· las propias entrabas,. es advertido como sujeto otro; sujeto
ajeno. El miramiento garantizar:~ el gradual desprendimiento de
este sujeto a través _de los años, La madre (entendi<:Ja como fun-
dón) l~á d9nando s'u códig~ simbólico a quien n~ció Inválido de:él.
Prontq el infa11tll sujeto p,ondrá_vocablos audibles en las huellas
que han dejado las experiencias de satisfacción y de frustración,
huellas inscriptas en el aparato psfquico como letras capaces de
resonar con la palabra propia y ajena (Ulloa, 2003], .
1
Podrfamos pensar lo adulto, en tanto sostén, como una fun -
dón social encarnada por diferentes sujetos que hospedan al
recién llegado. Una hospitalidad y un sostén que generan con-
~
::i
diciones favorables para la construcci6n subjetiva, Por eso, hay
u
fil un trabajo pslquico especifico que llevan a cabo niños y adoles-
5 centes de identificaci6n, desidentitlcaci6n y resignlficación iden-
m
V]
tificator"ia' que requieren· la presencia · de otro que asuma una
o posición adulta particular, sustentada en el reconocimiento de
Ci
::i
esa producción psfqulca. Una posición que, al mismo tiempo que
~
>- ofrece sostén, soportb la 'cti1ífrontación: · , · ·~ · ·
~
(J
La construcci6n subjetiva se produee, entonces, en ese entre
del niñó; ·adolescente y/o jov.en con el adulto, fo adulto como fun-
~o ción/expresada en la responsabilidad de atenderlos y acompañar-
'· ) ~ los en la búsqueda dé la autcínomla,
liJ
·· En este sentido, consideramos a los niños, adolesce.ntes yj6ve-
--~ ·"Hes 'éorñci 'iú'.!jetós de deredios, y'2. los· aóultos no c·omo represen-
11 ¡
t. .., 1
~i::7
1'1
95
,.; ,
' )
)
)
en otras épocas? ¿Es posible que su carác~er menos confronta-
tivo lo lnvlslbllice? .. )
En la etapa hist6rica en la que comenzaron a configurarse la
adolescencia y la juventud como fenómenos socioculturales, es 1
,1
decir, el capitalismo industrial, habla can~les muy centraliza-
dos de ci'rculación de mensajes, A la par había muchos medios )
alternativos donde se buscaban rasgos, .cualidades de perte- ' ,l
.nencia, esto es, de constitución identitaria que, por lo general, )
funcionaban como de oposición, de rebeldía contra el orden
instituido,
En la actualidad, no hay más canales centrales; la tenden-
cia es que todo llegue a convertirse en alternativo y que señ
rápidamente metabollzado por un sistema que Le ofrece como
mercan da. Los jóvenes tienen sueños y los adultos los comer-
ciatizari,
Si algo caracteriza lo ad.olescente y lo Joven en su interrela-
ción con lo adulto, es la búsqueda de autonomía, de un espacio
propio para desarrollar la vida, Ur:ia búsqueda de autonomía que
supone recorridos marcados por las condiciones de época.
Lo adolescente y lo joven como búsquedá de autonomía im-
plican replantea!" críticamente la noción de transición, ab,rn-
donar la Idea de un mero pasaje a Jo adulto [véase el capítulo
1 ,1
9 de este tib.rol. La búsqueda de autonomía tiene un estatuto U)
96 e
Frente a esta slgr.ificnción hegemónica se oponen otras entendidas
' · "como procesos que basculan entre lo subjetivo y lo soda!. La auto-
nomfa siempre involucra al otro y al colectivo social. La autonomía
es una interrogación Ilimitada 91.10 apela a un nuevo modo de la ló-
~ gica, la lógica de los magmas, que Implica establecer una noción no
'I'. . , ., excluyente entre la racionalidad y la Imaginación, entre la determi-
nacl61,1 y la lndeterm!naci6~ !Franco, Freira y Loret!, 2007r 38).
(, ·:,
@
Se trata d9 generar y apoya r, desde rT,lUY diferentes ámhi-
tos,, esta.tales y privados, 1.niclatlvas que reconozcan, respeten
y promuevan L? pluralidad y \a tolerancia hacia las diferentes
manifestaciones culturales Juveniles y, qu~, al mismo tiempo,
enfrenten la exclusl6n basada en la desigÚ'~ldad socic1l. "Estas
acciones· deb~rfan alentar el desarrollo de espacios protegi-
dos para el intercambio entre pares y cor.i adultos que faciliten
el encuentro. Y donde adquiere particular relevancia incluir la
perspectiva de généro y estimular la más amplia participaci6n
Juvenil" (Balardlnl, 2004: 20).
Un sujeto de derecho referido a condiciones materiales y ·
simb6licas de existencia,, Un sujeto con derecho a desplegar to-
das las potencialidades a las que un ser humano puede acceder.
La obligatoriedad de la escueta secundaria es, sin duda, una
conquista de los d~rechos tje los Jóvene:5 a Ja. educación aunque
no parece suficiente. Se.requiere. la aplicación de un cor ijunto de.
decisiones políticas para dejar de reproducir procesos de seg-
mentaci6n al. Interior de. las. diferentes Instituciones escolares,
romper la transmisión intergeneraclonAl de la pobreza y la ex-
clusión. SI en la actualidad existe la voluntad política de recupe-
.rar el lugar del Estado frente a la hegamoníadel mercado, son
necesarias polfticas de induslón a través de acciones concretas,
no soto,de retención, sino de respeto, protecci6n y garantí~ para
el pleno eje.rciclo de los derechos de adolesce~tes y jóvenes,
Será Imposible llevar , adelante políticas del conocimiento
mientras no se institÚyan "políticas del reconocimiento" par::i to-
dos los sujetos, porque para coi:iocer _:3e necesita ser recono cido
bajo laJ orma de la confianza en la mirada del otro, Se necesita
pensar :que to_dos son pares, que todos tienen que formar parte,
que todos tienen derecho a ser parte (Frigerio y Diker, 2005i.
.Un cambio _histórico se .ha producido coíl la recient~ inclusión
democrática de nJños y adolescentes al ampliar los atributos da
la ciudadanía con la promoción de los derechos humanos. Con la
Convención lnternacl9nal detos O_erechos del Niño, que entien-
97
de la·ciudadanía como "la adquisici6n de derechos que permiten
a las personas menores de edad pronunciarse e Involucrarse en
las decisiones que afectan sus vidas", la ciudadatlfa ha deja~ de
ser entendida exclusivamente como el derecho al voto ack¡úlrido
con la mayoría de edad.
Las áreas prioritarias en la formulación de polfticas da juven~
tlid según la CEPAL (2007: 321 l tienen que ver con las siguientes
cuestiones:
1 )
\ )
1
·,
1
OJ
' 1
98 ------------1@.
Unidad 3
MÉTODOS DE ESTUDIO EN ADOLESCENTES Y JÓVENES.
Diseños de investigación actuales. Técnicas de observación, registro y análisis de
información utilizadas en el campo de la clínica e investigación del desarrollo: la
entrevista, los cuestionarios, la observación, el estudio de casos, producciones literarias,
gráficas, entre otros.
1
Agradecemos a Gualberto Buela-Casal que nos convenciera de la pertinencia de preparar esta clasificación.
2
Correspondencia: Facultad de Psicología. Universidad Autónoma de Madrid. Cantoblanco. 28049 Madrid.
E-mail: nacho.montero@uam.es
RIPCS/IJCHP, Vol. 2, Nº 3
504 MONTERO Y LEÓN. Clasificación de metodologías
ABSTRACT. In this work, a classification system for different research methods currently
used in Psychology is presented. Based on the type of research plan, the system is
composed by nine main categories. The first category is constituted by theoretical
studies, with no empirical data. The second category includes observational descriptive
studies. The third category is constituted by survey descriptive studies. A fourth category
is formed by qualitative studies. Experiments are included in the fifth category. The
sixth one includes cuasi experiments. “Ex post facto” studies constitute the seventh
category. The eighth one includes single case experimental studies, and the last one are
formed by instrumental studies. Main characteristics for each category are briefly described.
In addition, subtypes of categories and exemplar publications are also presented.
RIPCS/IJCHP, Vol. 2, Nº 3
MONTERO Y LEÓN. Clasificación de metodologías 505
Estudio teórico
Se incluirá en esta categoría todo trabajo en el que no se aporten datos empíricos
originales de los autores; es decir, todos los trabajos de revisión que no son el informe
de una investigación empírica. Ejemplo: Corraliza (2001).
Estudios cualitativos
Se considerarán como tal aquellos que utilicen un plan de investigación autocalificado
como cualitativo. Presentamos a continuación algunas subcategorías.
- Etnografía. Estudio de un grupo en el que se integra el investigador y recoge la
evidencia mediante un conjunto de técnicas no estructuradas en las que predo-
mina la observación participante. Ejemplo: Burgois (1995).
- Estudio de casos. Estudios descriptivos no estructurados que se refieren a una
única unidad muestral, bien sea una persona, un grupo, una organización, etc.
Puede ser intrínseco –el investigador no lo elige- o instrumental –el investigador
lo elige. Ejemplo: Anyon (1981).
- Investigación-Acción. Estudio de un contexto social donde mediante un proceso
de pasos sucesivos en espiral se investiga al mismo tiempo que se interviene.
Ejemplo: Withmore y Mckee (2001).
Experimentos
Para catalogar un estudio como experimental es necesario que al menos una de las
variables independientes estudiadas sea manipulada explícitamente por el investigador.
- Experimentos simples. Experimentos con una sola variable independiente. Ejem-
plo: Díaz y Vallejo (1987).
- Experimentos complejos. Experimentos con más de una variable independiente,
pudiendo ser, por ejemplo, factoriales, anidados, con reducción de grupos, etc.
Se anotará la forma de estudiar cada variable independiente –manipulada o no
manipulada- y el tipo de diseño –inter o intra sujetos- empleado con cada una
de ellas. Ejemplo: Diges, Rubio y Rodríguez (1992).
Cuasi experimentos
Dentro de esta categoría y la siguiente se han incluido todos aquellos estudios que,
aún teniendo el objetivo de contrastar una hipótesis de relación causal, tienen limita-
ciones –más o menos serias- para conseguirlo con éxito. Dentro de este primer grupo
se incluyen los diseños con intervención en los que se hacen aplicaciones en situaciones
RIPCS/IJCHP, Vol. 2, Nº 3
506 MONTERO Y LEÓN. Clasificación de metodologías
RIPCS/IJCHP, Vol. 2, Nº 3
MONTERO Y LEÓN. Clasificación de metodologías 507
- ABAB. Diseño básico de caso único con retirada del tratamiento y finalización
con intervención. Ejemplo: Heard y Watson (1999).
- Variantes de ABAB. Cualquier variante del diseño básico ABAB, indicando la
secuencia usada con la terminología al uso. Por ejemplo, para el estudio de la
interacción: A-B-A-C-A-B-B-C-C véase Bernard, Kratochwill y Keefauver (1983).
- Línea base múltiple. En esta categoría están los casos de línea base en varias
conductas en el mismo sujeto, la misma conducta en varias situaciones y la
misma conducta en varios sujetos. Ejemplo: Fernández et al. (1997).
Estudios instrumentales
Se han considerado como pertenecientes a esta categoría todos los estudios enca-
minados al desarrollo de pruebas y aparatos, incluyendo tanto el diseño como la adap-
tación de los mismos. Ejemplo: Montero y Alonso (1992b).
Referencias
Anyon, J. (1981). Social class and school knowledge. Curriculum Inquiry, XI, 3-42.
Berk, L. E. (1986). Relationship of elementary school children’s private speech to behavioral
accompaniment to task, attention, and task perfomance. Developmental Psychology, 22,
671-680.
Bernard, M. E., Kratochwill, T. R. y Keefauver, L. W. (1983). The effects of rational-emotive
psycotherapy and self-instructional training on chronic hair pulling. Cognitive Therapy
and Research, 7, 273-280.
Burgois, P. (1995). In search of respect. Selling crack in El Barrio. Nueva York: Cambridge
University Press.
Corraliza, J. A. (2001). El comportamiento humano y los problemas ambientales. Estudios de
Psicología, 22, 3-9.
DeCharms, R. (1976). Enhancing motivation: Change in the classroom. Nueva York: Irvington.
Díaz, A. y Vallejo, M. A. (1987). Influencia del placebo en el tratamiento de la cefalea. Estudios
de Psicología, 31-32, 53-68.
Diges, M., Rubio, M. E. y Rodríguez, M. C. (1992). Eyewitness memory and time of day. En F.
Lösel y T. Bliesener (eds.), Psychology and law (pp. 317-320). Berlín: De Gruyter.
Fernández, F., Ayats, N., Jiménez, S., Saldaña, C., Turón, J. V. y Vallejo, J. (1997). Entrenamiento
en habilidades conversacionales en un grupo ambulatorio de pacientes anoréxicas. Un
diseño de línea base múltiple. Análisis y Modificación de Conducta, 87, 5-22.
Heard, K, y Watson, T. S. (1999). Reducing wandering by persons with dementia using differential
reinforcement. Journal of Applied Behavior Analysis, 32, 381-384.
Huertas, J. A. y Ochaíta, E. (1988). Diferentes procedimientos de externalización de la represen-
tación espacial. Un estudio evolutivo en niños ciegos. Estudios de Psicología, 36, 53-74.
Juste, M. G., Ramírez, A. y Barbadillo, P. (1991). Actitudes y opiniones de los españoles ante
la infancia. Estudios y Encuestas, 26, entero.
León, O. G. y Montero, I. (2002). Métodos de investigación en Psicología y Educación. Madrid:
McGraw-Hill.
Montero, I. y Alonso, J. (1992a). Achievement motivation in high school. Contrasting theoretical
models in the classroom. Learning and Instruction, 2, 43-57.
RIPCS/IJCHP, Vol. 2, Nº 3
508 MONTERO Y LEÓN. Clasificación de metodologías
RIPCS/IJCHP, Vol. 2, Nº 3
Volumen 2
TIPOS DE OBSERVACIÓN
La técnica de observación es utilizada por diferentes
, discipli-
nas empíricas que la han perfeccionado y adaptado según las par-
ticularidades del fenómeno que se somete a estudio. En rasgos
generales encontramos los siguientes tipos de observación:
FASES DE LA QBSERVACIÓN
La observación supone por parte del investigador el trabajo en
terreno, es decir exige su presencia en ·el entorno en el que se
presenta la situación que le interesa. De ahí que, e1 investigador
en el trabajo de observación deba cumplimentar una serie de fa- .
ses para llevar a cabo su indagación. Estas fases si bien suponen
su realización de una manera se~uencial y consecutiva se ponen
en juego a lo largo de todo el trabajo de campo. En la presenta-
46 I Técnicas Para Investigar
En la observación descriptiva~· ·
l. En base al problema de investigación planteado y a los ob-
jetivos _de la investigación el investigador decide qué· tipo
de fenómenos debe observar para obtener informacióri:
2. Decide et campo de observación y lo define teóricamente
del modo más preciso posible.
3. Elige entre los aspectos de la realidad de_lcampo de observa-
ción los que considere que sean de mayor interés para la ·
investigación.
4. Especifica las-dimensiones de los aspectos seleccion_ados
y los indicadores observacionales de estas dimensiones.
5. Construye como instrumento de observación un cuadro de
recogida de datos, en el que registra los hechos descripti- •,
vos básicos de la unidad de observación y la frecuencia e
intensidad en que ocurren los indicadores elegidos. Este
instrumenta, de observación debe probarse antes de empe-
zar la observación, para comprobar si es adecuado, válÍdo .
y seguro.
En la observaciqn explicativa:
También llamada observación -s istemática pues implica por
parte del investigador los sigui~ntes modos de proceder: ·
1. En base al problema de investigación -p lanteado, a los obje-
. 52 I Técnicas Para Investigar
' '
de la realidad.
5. Construcción de categorías teóricas construidas
• inductivamente partiendo de los atributos·de los datos; pa- ·
sando luego a los valores y finalmente a la categoría con- .
ceptual.
"densidad"
' . de las situaciones observadas..
'
CARACTERIZACIÓN GENERAL
DE LA TÉCNICA DE ENTREVISTA
Fairchild define la entrevista como ·"la obtención de infonna-
ción mediante una conversación de naturaleza profesional". -La
entrevista, en tanto técnica de recolección de datos, se encuadra
dentro de las técnicas de autoinformes, ya que ·se basa en las res-
puestas directas que los actores sociales dan al investigador en una ·
situación de interacción comunicativa.
Existe una variedad de formas de entrevista que, en gran modo,
dependen del grado de regulación de la interacción entre el inves- _
tigador y los actores. Las investigaciones basadas en entrevistas
son relevantes para.l a investigación social y cultural porque permi-
ten obtener información provista por los propios sujetos, y con
ello se·obtiene un acceso más directo a los significados que éstos
le otorgan a su realidad. _ ·
Mediante la entrevista
- el investigador obtiene descripciones e .
.
informaciones que proveen las mismas-personas que actúan en
una realidad social dada. Por lo tanto, a través .de las entrevistas ·
se obtiene información sobre ideas, creencias y concepciones de
821 Técnicas Para Investigar
TIPOS DE ENTREVISTA
La entrevista como técnica de recolección.de información _se
puede clasificar en diferentes tipos:
FASES DE LA TÉCNICA
,, ' DE ENTREVISTA
. '
- a) Procesos de interacción
Por tratarse de·tina técnica basada en la i_nteracción social, el
.: entrevistador debe cuidar ciertos aspectos que favorecerán la co-
laboración del entrevistado: creando un clima favorable, mos-
trándose tranquilo, siendo abierto, respetuoso y no ofensivo con
.. las· respuestas de su interlocutor, escuchando y no cortando el
- discurso del entrevistado.
-En .la entrevista·el investigador es parte del instrumento de la
ini:es#gación, ya ~que ·su rol implica no sólo. obtener respuestas,
sino también aprender qué preguntas hacer y cómo hacerlas. La
presencia del entrevistador "Gondiciona" el establecimiento del
.· vínculo que se establece entre las 'partes involucradas (entrevis-
t~dor y entrevistado). _: .
De la habilidad del entrevistador para establecer el "contacto"
con el entrevistado dependerá la colaboración e intercambio de
información por parte del entreyistado. Ello involucra no sólo el
despliegue de habilidades del investigador, sino también de l?s
características personales de los sujetos entrevistados.
Respecto ~e la selección de sujetos a entrevistar no siempre
se puede especificar de antemano ni el número ni el tipo de suje-
- tos. E~ difícil determinar a cuántas personas se debe entrevistar
sobre todo en un estudio cualitativo. En cambio, en los estudios
cuantitativos las decisiones respecto a la cantidad, perfil y condi-
. ción de -los e_ntrev1stados, así coino la modalidad de la entrevista,
son establecidas p_reviamente. -
- Se presentan diferencias en los procesos de selección de los
sujetos a entrevistar según el paradigma de investigación. En la
lógica cuantitativa, los criterios de selección de infO!ffiantes son
generales, en tanto los sujetos se consideran c~m_o miembros de
una clase por poseer determinada característica. El supue~to es
.- que quien posee ese atributo _pertenece a la clase o grupo que
La Técnica de Entrevista I 89
Silvia Cauhé (1996) sostiene que ·hay que tener en cuenta una
serie de efectos .interactivos que ocurren durante la entr_evista,
pues •éstos pueden sesgar la valoración final que el -investigador
- tiene sobre el entrevistado y su discurso. Estos ·efectos pueden
La Técnica de Entrevista l 95 _·
ser:
~ -Efecto de proyección: se da cuando el entrevistador depo-
sita en la figura del entrevistado algo que es propio y que
nole causa placer verlo en sí mismo. Esto puede producir
distorsiones en la escucha del entrevistador, pues el discur- ·
so o alguna característica del entrevistado le genera resis- -
tencia. r ,
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LA
APLICACIÓN DE LA .ENTREVISTA
Se sugiere el empleo de las entrevistas cuando:
~ La muestra está constituida por personas analfabetas o que
leen y escriben con dificultad. '(¡ ·
189
canismos complejos, también aquí pueden sobrevenir pertur-
baciones patológicas por interrupción de esos reordenamien-
tos. Todas las perturbaciones patológicas de la vida sexual
han de considerarse, con buen derecho, como inhibiciones del
desarrollo.
190
portante para comprender los problemas sexuales. A pesar de
la diferencia de opiniones que reina sobre este punto en la
psicología, debo sostener que un sentimiento de tensión tie-
ne que conllevar el carácter del displacer. Para mí lo decisivC'
es que un sentimiento de esa clase entraña el esfuerzo a alte-
rar la situación psíquica: opera pulsionalmente, lo cual es por
completo extraño a la naturaleza del placer sentido. Pero si
la tensión del estado de excitación sexual se computa entre
los sentimientos de displacer, se tropieza con el hecho de que
es experimentada inequívocamente como placentera. Siempre
la tensión producida por los procesos sexuales va acompaña-
da de placer; aun en las alteraciones preparatorias de los
genitales puede reconocerse una suerte de sentimiento de sa-
tisfacción. Ahora bien, ¿cómo condicen entre sí esta tensión
displacentera y este sentimiento de placer?
Todo lo concerniente al problema del placer y el displacer
toca uno de los puntos más espinosos de la psicología actual.
Procuraremos aprender lo posible a partir de las condiciones
del caso que nos ocupa, y evitar el abordaje más ceñido del
problema en su totalidad.' ·
Echemos primero un vistazo al modo en que las zonas
erógenas se insertan en el nuevo orden. Sobre ellas recae un
importante papel en la introducción de la excitación sexual.
El ojo, que es quizá lo más alejado del objeto sexual, puede
ser estimulado {reizen} casi siempre, en la situación de cortejo
del objeto, por aquella particular cualidad de la excitación
cuyo suscitador en el objeto sexual llamamos «belleza». De
ahí que se llame «encantos» {Reize} a las excelencias del
objeto sexual.6 Con esta excitación se conecta ya, por una
parte, un placer; por la otra, tiene como consecuencia au-
mentar el estado de excitación sexua1, o provocarlo cuando
todavía falta. Si viene a sumarse la excitación de otra zona
er6gena, por ejemplo la de la mano que toca, el efecto es
el mismo: una sensación de placer que pronto se refuerza
con el que proviene de las alteraciones preparatorias [de los
genitales], por un lado y, por el otro, un aumento de la
tensión sexual que pronto se convierte en el más nítido dis-
placer si no se le permite procurarse un placer ulterior. Quizá
más trasparente aún es este otro caso: el de una persona no
excitada sexualmente a quien se le estimula una zona erógena
por contacto, como la piel del pecho en una mujer. Este
cbntacto provoca ya un sentimiento de placer, pero al mis-
mo tiempo es apto, como ninguna otra cosa, para despertar
t [Nota agregada en 1924:] Cf. un intento de solucionar este pro-
blema en las observaciones introductorias de mi ensavo «El problema
económico del masoquismo» (1924c). ·
11 [Cf. pág. 142, n. 24.]
191
la excitación sexual que reclama más placer. ¿De qué modo
el placer sentido despierta la necesidad de un placer mayor?
He ahí, justamente, el .problema.
192
PELIGROS DEL PLACER PREVIO. Ahora bien, el nexo del
placer previo con la vida sexual infantil se acredita por el
papel patógeno que puede corresponderle. Del mecanismo en
que es incluido el placer previo deriva, evidentemente, un
peligro para el logro de la meta sexual normal: ese peligro se
presenta cuando, en cualquier punto de los procesos sexuales
preparatorios, el placer previo demuestra ser demasiado gran-
de, y demasiado escasa su contribución a la tensión. Falta
entonces la fuerza pulsional para que el proceso sexual siga
adelante; todo el camino se. abrevia, y la acción preparatoria
correspondiente remplaza l la meta sexual normal. La expe-
riencia nos dice que este perjuicio tiene por condición que la
zona erógena respectiva, o la pulsión parcial correspondiente,
haya contribuido a la ganancia de placer en medida inhabi-
tual ya en la vida infantil. Y si todavía se suman factores
que coadyuvan a la fijación, fácilmente se engendra una
compulsión refractaria a que este determinado placer previo
se integre en una nueva trama en la vida posterior. De esta
clase es, en efecto, el mecanismo de muchas perversiones,
que consisten en una demora en actos preparatorios del pro-
ceso sexual.
El malogro de la función del mecanismo sexual por cuipa
del placer previo se evita, sobre todo, cuando ya en la vida
infantil se prefigura de algún modo el primado de las zonas
genitales. Los dispositivos para ello parecen estar realmente
presentes en la segunda mitad de la niñez ( desde los ocho
años hasta la pubertad). En esos años, las zonas genitales se
comportan ya de manera similar a la época de la madurez;
pasan a ser 1a sede de sensaciones de excitación y alteraciones
preparatorias cuando se siente alguna clase de placer por la
satisfacción de otras zonas erógenas; este efecto, no obstante,
sigue careciendo de fin, vale decir, en nada contribuye a la
prosecución del proceso sexual. Por eso ya en la niñez se en-
gendra, junto al placer de satisfacción, cierto monto de ten-
sión sexual, si bien menos constante y no tan vasto. Y ahora
comprendemos la razón por la cual, cuando elucidábamos las
fuentes de la sexualidad, pudimos decir con igual derecho que
el proceso respectivo provocaba una satisfacción sexual o
bien una excitación sexual. [Cf. pág. 183.] Ahora notamos
que, en nuestro camino cognoscitivo, al comienzo concebimos
exageradamente grandes las diferencias entre la vida sexual
infantil y la madura; enmendemos, pues, lo anterior. Las ex-
teriorizaciones infantiles de la sexualidad no marcan sola-
mente el destino de las desviaciones respecto de la vida se-
xual normal, sino el de su conformación normal.
193
[ 2.] El problema de la excitación sexual,
194
espinal; el estado de este es percibido por un centro supe-
rior, engendrándose así para la conciencia la conocida sen-
sación de tensión. Si la excitación de zonas erógenas aumenta
la tensión sexual, ello sólo puede deberse a que tienen una
prefigurada conexión anatómica con esos centros, elevan el
tono mismo de la excitación y, cuando la tensión es sufi-
ciente, ponen en marcha el acto sexual, pero cuando no lo
es incitan la producción de las sustancias genésicas. 8
Los puntos débiles de esta doctrina, que encontramos, por
ejemplo, en la exposición que hace Krafft-Ebing de los pro-
cesos sexuales, residen en lo siguiente: creada para expli-
car la actividad genésica del hombre maduro, toma poco en
cúenta tres situaciones cuyo esclarecimiento debería brindar
al mismo tiempo. Son las situaciones de los niños, de las mu-
jeres y de los varones castrados. En ninguno de esos tres
casos puede hablarse de una acumulación de productos gené-
sicos en el mismo sentido que en el hombre, lo cual estorba la
aplicación sin tropiezos del esquema; empero, debe admitirse
sin más que sería posible hallar ciertos expedientes a fin de
subordinarle también estos casos. De cualquier modo, que-
da en pie la advertencia de que no debemos atribuir a la
acumulación de productos genésicos operaciones de las que
no parece capaz.
195
practic¡¡da a una tierna edad, antes de la pubertad, se apro-
xima por su efecto a la meta de suprimir los caracteres se-
xuales; pero en tal caso, además de la pérdida de las glándu-
las genésicas mismas, también podría ser que entrara en
cuenta la inhibición del desarrollo de otros factores, vincu-
lada con esa pérdida.
196
mulos puramente tox1cos y fisiológicos, que se producen a
raíz de estos procesos sexuales, tales problemas sólo pueden
tratarse por vía de hipótesis y no es este el lugar para ocu-
parnos de ellos. Bástenos establecer, como lo esencial de esta
concepción de los procesos sexuales, la hipótesis de que~xis-
ten ~stancias particulares que provienen del metaboflsmo
sexuaL 1:! En efecto, esta tesis, en apariencia arbitraria, viene
sustentada por una intelección poco tenida en cuenta, pero
digna de la mayor atención. Las neurosis que admiten ser
reconducidas a perturbaciones de la vida sexual muestran la
máxima semejanza clínica con los fenómenos de la intoxica-
ción y la abstinencia a raíz del consumo habitual de sustancias
tóxicas productoras de placer (alcaloides).
l:! [En su forma actual, todo el párrafo hasta este punto data de
1920. En la primera edición {1905) y en las dos subsiguientes apa-
recía en su lugar el siguiente: «La verdad es que no podemos infor-
mar nada acerca de la naturaleza de la excitación sexual, sobre todo
porque no sabemos a qué órgano u órganos está ligada la sexualidad,
puesto que advertimos que hemos sobrestimado la importancia de
las glándulas sexuales. Después que sorprendentes descubrimientos
nos han enseñado el importante papel de la tiroides en la sexualidad,
nos es lícito suponer que el conocimiento de los factores esenciales
de esta última es todavía cosa del futuro. Quien experimente la ne-
cesidad de llenar esta gran laguna de nuestro conocimiento mediante
alguna hipótesis provisional, puede formarse el siguiente cuadro,
apoyándose en las sustancias eficaces que se han descubierto en la
tiroides: Por la estimulación apropiada de zonas erógenas, así como
en las otras situaciones en que nace una coexcitación sexual, una sus-
tancia diseminada por todo el organismo se descompone, y los pro-
ductos de su descomposición aportan un estímulo específico a los
órganos de la reproducción o al centro espinal enlazado con ellos (ya
conocemos, en el caso de otras sustancias venenosas introducidas en
el cuerpo como algo extraño, una trasposición así de un estímulo
tóxico en un particular estímulo de órgano). Todavía no es tiempd
de tratar por vía de hipótesis las combinaciones entre efectos de
estímulos puramente tóxicos y fisiológicos, que se producen a raíz de
los procesos sexuales. Por lo demás, no asigno ningún valor a la
hipótesis propuest~, y estaría dispuesto a abandonarla en el acto en
favor de alguna otra, siempre que esta conservara su carácter fun-
damental: la insistencia en el quimismo sexual». - Merece destacarse
qué pocas modificaciones debieron introducirse en la hipótesis de
Freud por el descubrimiento de las hormonas sexuales, que en reali-
dad él había anticipado no ya en 1905 sino por lo menos en 1896,
como puede comprobarse en sus cartas a Fliess del 1~ de marzo y el
2 de abril de dicho año (Freud, 1950a, Cartas 42 y 44). Volvió a in-
sistir en la importancia del quimismo en su segundo trabajo sobre el
papel de la sexualidad en las neurosis (1906a), publicado más o me-
nos simultáneamente con la primera edición de los Tres ensayos (cf.
infra, pág. 270). Véanse también sus puntualizaciones al respecto en
«Sobre la sexualidad femenina.. ( 1931b), AE, 21, pág. 241.]
19i
( 3. J La te<>Qa de la libido 13
198
de objeto, la llamamos también libido narc!Slsta. Desde el
psicoanálisis atisbamos, como por encima de una barrera que
no nos está permitido franquear, en el interior de la fábrica
de la libido narcisista; así nos formamos una representación
acerca de la relación entre ambas.1 5 La libido narcisista o li-
bido yoica se nos aparece como el gran reservorio desde el
cual son emitidas las investiduras de objeto y al cual vuelven
a replegarse; y la investidura libidinal narcisista del yo, como
el estado originario realizado en la primera infancia, que es
sólo ocultado por los envíos posteriores de la libido, pero se
conserva en el fondo tras ellos.
Una teoría de la libido en el campo de las perturbaciones
neuróticas y psicóticas tendría como tarea expresar todos los
fenómenos observados y los procesos descubiertos en los tér-
minos de la economía libidinal. Es fácil colegir que los des-
tinos de la libido yoica poseen con relación a ello la mayor
importancia, en particular cuando se trata de explicar las per-
turbaciones psicóticas más profundas. La dificultad reside,
entonces, en el hecho de que el medio de nuestra indagación,
el psicoanálisis, por ahora sólo nos ha proporcionado noticia
cierta sobre las mudanzas de la libido de objeto,16 pero no
pudo separar claramente la libido yoica de las otras energías
que operan en el interior del yo.17 Por eso, una prosecución 18
de la teoría de la libido sólo es posible, provisionalmente, por
vía especulativa. No obstante, se renuncia a todo lo ganado
hasta ahora gracias a la observación psicoanalítica cuando,
siguiendo a C. G. Jung, se disuelve el concepto de la libido
haciéndolo coincidir con el de una fuerza pulsional psíquica
en general.
La separación entre las mociones pulsionales sexuales y las
otras, y por consiguiente la restricción del concepto de li-
bido a las -primeras, encuentra un fuerte apoyo en la hipó-
tesis, ya considerada aquí, de un quimismo particular de la
-función sexual.
199
[ 4. l Diferenciación entre el hombre y la mujer
111 [Antes de 1924, la frase que va desde «la libido» hasta el final
de la oración aparecía destacada tipográficamente. - Nota agregada
en 1915:] Es indispensable dejar en claro que los conceptos de
«masculino» y «femenino», que tan unívocos parecen a la opinión
corriente, en la ciencia se cuentan entre los más confusos y deben
descomponerse al menos en tres direcciones. Se los emplea en el sen-
tido de actividad y pasividad, o en el sentido biológico, o en el socio-
lógico. El primero de estos tres significados es el esencial, y el que
casi siempre se aplica en el psicoanálisis. Á eso se debe que en el
texto la libido se defina como activa, pues la pulsión lo es siempre,
aun en los casos en que se ha puesto una meta pasiva. El segundo
si~nificado, el biológico, es el que admite la más clara definición. Aquí,
masculino y femenino se caracterizan por la presencia del semen o
del óvulo, respectivamente, y por las funciones que de estos derivan.
La actividad y sus exteriorizaciones colaterales (mayor desarrollo
muscular, agresión, mayor intensidad de la libido) suelen, en general,
ir soldados con la virilidad biol6gica; pero no es un enlace necesario,
pues existen especies animales en las que estas propiedades correspon-
den más bien a la hembra. El tercer significado, el sociológico, cobra
contenido por la observación de los individuos masculinos y femeni-
nos existentes en la realidad. Esta observación muestra que en el
caso de los seres humanos no hallamos una virilidad o una feminidad
pi.iras en sentido psicol6gico ni en sentido biológico. Más bien, todo
individuo exhibe una mezcla de su carácter sexual biológico con ras-
gos biológicos del otro sexo, así como una unión de actividad y pasi-.
Desde que me he familiarizado con el punto de vista de la
bisexualidad,!!0 considero que ella es el factor decisivo en
este aspecto, y que sin tenerla en cuenta difícilmente se lle-
gará a comprender las manifestaciones sexuales del hombre y
la mujer como nos las ofrece la observación de los hechos.
201
difícil. A menudo se requiere cierto tiempo para que se rea-
lice esa trasferencia. Durante ese lapso la joven es anestésica.
Esta anestesia puede ser duradera cuando la zona del clítoris
se rehúsa a ceder su excitabilidad; una activación intensa en
la niñez predispone a ello. Como es sabido, la anestesia de
las mujeres no es a menudo sino aparente, local. Son anesté-
sicas en la vagina, pero en modo alguno son inexcitables des-
de el clítoris o aun desde otras zonas. Y después, a estas
ocasiones erógenas de la anestesia vienen a sumarse todavía
las psíquicas, igualmente condicionadas por represión.
Toda vez que logra trasferir la estimulabilidad erógena del
clítoris a la vagina, la mujer ha mudado la zona rectora para
su práctica sexual posterior. En cambio, el hombre la con-
serva desde la infancia. En este cambio de la zona erógena
rectora, así como en la oleada represiva de la pubertad que,
por así decir, elimina la virilidad infantil, residen las princi-
pales condiciones de la proclividad de la mujer a la neurosis,
en particular a la histeria. Estas condiciones se entraman en-
tonces, y de la manera más íntima, con la naturaleza de la
feminidad. 21
202
relación originaria. No sin buen fundamento el hecho de
mamar el niño del pecho de su madre se vuelve paradigmá-
tico para todo vínculo de amor. El hallazgo {encuentro} de
objeto es propiamente un reencuentro. 22
203
tales. Ahora bien: si la madre conociera mejor la gran im-
portancia que tienen las pulsiones para toda la vida anímica,
para todos los logros éticos y psíquicos, se ahorraría los auto-
rreproches incluso después de ese esclarecimiento. Cuando
enseña al niño a a!.l'lar, no hace sino cumplir su cometido; es
que debe convertirse en un hombre íntegro, dotado de una
enérgica necesidad sexual, y consumar en su vida todo aque-
llo hacia lo cual la pulsión empuja a los seres humanos. Sin
duda, un exceso de ternura de parte de los padres resultará
dañino, pues apresurará su maduración sexual; y también
«malcriará» al niño, lo hará incapaz de renunciar tempora-
riamente al amor en su vida posterior, o contentarse con un
grado menor de este. Uno de los mejores preanuncios de la
posterior neurosis es que el niño se muestre insaciable en
su demanda de ternura a los padres; y, por otra parte, son
casi siempre padres neuropáticos los que se inclinan a brindar
una ternura desmedida, y contribuyen en grado notable con
sus mimos a despertar la disposición del niño para contraer
una neurosis. Por lo demás, este ejemplo nos hace ver que
los padres neuróticos tienen caminos más directos que el de
la herencia para trasferir su perturbación a sus hijos.
104
LA BARRERA DEL INCESTO?~ Cuando la ternura que los pa-
dres vuelcan sobre el niño ha evitado despertarle la pulsión
sexual prematuramente -vale decir, antes que estén dadas
las condiciones corporales propias de la pubertad-, y des-
pertársela con fuerza tal que la excitación anímica se abra
paso de manera inequívoca hasta el sistema genital, aquella
pulsión puede cumplir su cometido: conducir a este niño,
llegado a la madurez, hasta la elección del objeto sexual.
Por cierto, lo más inmediato para el niño sería escoger como
objetos sexuales justamente a las personas a quienes desde
su infancia ama, por así decir, con una libido amortiguada.2 6
Pero, en virtud del diferimiento de la maduración sexu::11,
se ha ganado tiempo para erigir, junto a otras inhibiciones
sexuales, la barrera del incesto, y para implantar en él los
preceptos morales que excluyen expresamente de la elección
de objeto, por su calidad de parientes consanguíneos, a las
personas amadas de la niñez. El respeto de esta barrera es
sobre todo una exigencia cultural de la sociedad: tiene que
impedir que la familia absorba unos intereses que le hacen
falta para establecer unidades sociales superiores, y por eso en
todos los individuos, pero especialmente en los muchachos
adolescentes, echa mano a todos los recursos para aflojar los
lazos que mantienen ·con su familia, los únicos decisivos en
la infancia. 2¡
205
Pero la elección de objeto se consuma primero en la [ es-
fera de la] representación; y es difícil que la vida sexual
del joven que madura pueda desplegarse en otro espacio de
juego que el de las fantasías, o sea, representaciones no des-
tinadas a ejecutarse.~s A raíz de estas fantasías vuelven a
206
emerger en todos los hnmbres las inclinaciones infantiles,
sólo que ahora con un refuerzo somático. Y entre estas, en
primer lugar, y con la frecuencia de una ley, la moción se-
xual del nifío hacia sus progenitores, casi siempre ya dife-
renciada por. la atracción del sexo opuesto: la del varón
hacia su madre y la de la niña hacia su padre. 29 Contempo-
ráneo al doblegamiento y la desestimación de estas fantasías
claramente incestuosas, se consuma uno de los logros psí-
quicos más importantes, pero también más dolorosos, del pe-
ríodo de la pubertad: el desasimiento respecto de la auto-
ridad de los progenitores, el único que crea la oposición,
tan importante para el progreso de la cultura, entre la nue-
va generación y la antigua. Un número de individuos se
queda retrasado en cada una de las estaciones de esta vía
de desarrollo que todos deben recorrer. Así, hay personas
que nunca superaron la autoridad de los padres y no les
retiraron su ternura o lo hicieron sólo de modo muy parcial.
Son casi siempre muchachas: de tal suerte, para contento de
sus progenitores, conservan plenamente su amor infantil mu-
cho más allá de la pubertad. Y resulta muy instructivo en-
contrarse con que a estas muchachas, en su posterior matri-
monio, se les ha quebrantado la capacidad de ofrendar a
sus esposos lo que es debido. Pasan a ser esposas frías y
permanecen sexualmente anestésicas. Esto enseña que el amor
a los padres, no sexual en apariencia, y el amor sexual se
alimentan de 1as mismas fuentes; vale decir: el primero co-
rresponde solamente a una fijación infantil de la libido.
A medida que nos aproximamos a las perturbaciones más
profundas del desarrollo psicosexual, más inequívocamente
resalta la importancia de la elección incestuosa de objeto.
En los psiconeuróticos, una gran parte de la actividad psi-
cosexual para el hallazgo de objeto, o toda ella, permanece
en el inconciente. Para las muchachas que tienen una exa-
gerada necesidad de ternura, y un horror igualmente exage-
rado a los requerimientos reales de la vida sexual, pasa a
ser una tentación irresistible, por un lado, realizar en su
vida el ideal del amor asexual y, por el otro, ocultar su li-
bido tras ui;ia ternura que pueden exteriorizar sin autorre-
proches, conservando a lo largo de toda su vida la inclina-
ción infantil, renovada en la pubertad, hacia los padres o
hermanos. El psicoanálisis puede demostrarles sin trabajo a
que digo en este texto, deriva la barrera del incesto de la impresión
traumática provocada por la angustia del nacimiento. [Véase Inhibi-
ción, síntoma y angustia ( 1926d), capítulo X.]
:!O Véanse mis puntualizaciones sobre el hado inevitable en la
fábula de Edipo ( La interpretación de los sueños ( 1900a) [Af. 4.
págs. 270 y sigs.] L
207
estas personas qu~ están f'llamoradas, en el sentido corrien-
te del término, de esos parientes consanguíneos suyos; lo hace
pesquisando, con ayuda de los síntomas y otras manifesta-
ciones patológicas, sus pensamientos inconcientes, y tradu-
ciéndolos a pensamientos concientes. También en aquellos
casos en que una persona, antes sana, enferma después de su-
frir una experiencia de am~r desdichada, se puede descubrir
con certeza, como mecanismo de su enfermedad, la rever-
sión de su libido a las personas predilectas de la niñez.
208
PREVENCIÓN DE LA INVERSIÓN. Una de las tareas que
plantea la elección de objeto consiste en no equivocar el
sexo opuesto. Como es sabido, no se soluciona sin algún
tanteo. Con harta frecuencia, las primeras mociones que
sobrevienen tras la pubertad andan descaminadas ( aunque
ello no provoca un daño permanente). Dessoir [ 1894] hizo
notar con acierto la ley que se trasparenta en las apasionadas
amistades de los adolescentes, varones y niñas, por los de
su mismo sexo. El gran poder que previene una inversión
permanente del objeto sexual es, sin duda, la atracción re-
cíproca de los caracteres sexuales opuestos; en el presente
contexto no podemos dar explicación alguna acerca de estos
últimos. 3:: Pero ese f_ac.tor no basta por sí solo para excluir
la inversión; vienen a agregarse toda una serie de factores
coadyuvantes. Sobre todo, la inhibición autoritativa de la
sociedad: donde la inversión no es considerada un crimen,
puede verse que responde cabalmente a las inclinaciones se-
xuales de no pocos individuos. Además, en el caso del va-
rón, cabe suponer que su recuerdo infantil de la ternura
de la madre y de otras personas del sexo femenino de quie-
nes dependía cuando niño contribuye enérgicamente a diri-
gir su elección hacia la mujer; 33 y que, al mismo tiempo,
el temprano amedrentamiento sexual que experimentó de
parte de su padre, y su actitud de competencia hacia él, lo
desvían de su propio sexo. Pero ambos factores valen tam-
bién para la muchacha, cuya práctica sexual está bajo la par-
ticular tutela de la madre. El resultado es un vínculo hostil
con su mismo sexo, que influye decisivamente para que la
elección de objeto se haga en el sentido considerado nor-
mal. La educación de los varones por personas del sexo mas-
culino ( esclavos, en el mundo antiguo) parece favorecer la
homosexualidad·; la frecuencia de ]<l. inversión en la nobleza
de nuestros días se vuelve tal vez algo más comprensible
si se repara en el empleo de servidumbre masculina, así
como en la escasa atención personal que la madre prodiga
a sus hijos. En muchos histéricos, la ausencia temprana de
uno de los miembros de la pareja parental ( por muerte, di-
209
vorcio o enajenación recíproca), a raíz de la cual el miembr()
restante atrajo sobre sí todo el amor del niño, resulta ser 1a
condición que fija después el sexo de la persona escogida
como objeto sexual y, de esta manera, posibilita una inver-
sión permanente.
210
Adolescencia: reorganización y ~uevos modelos
de subjetividad
Adrián Grassi
El des-orden
Lo puberal-lo adolescente
Los cambios corporales piden una revisita de la imagen especular. Un nuevo pasaje
por el estadio del espejo como formador de la función del yo (Lacan, 1975), el cual
no es sin su imagen corporal, anuncia la importancia que toma la mirada, el tacto y el
tiempo dedicado a decorar sus cambios. A la vez que con la apertura hacia la genirali-
dad, el cuerpo pre-genital queda chico y limita al/la adolescente para registrar sus
nuevas experiencias y exploraciones (Wassermann, 2005). Con il erotismo ligado a la
genitalidad, la eyaculación y lo orgásmico en general, se f~gistran nuevas vivencias,
experiencias y sensaciones que requieren de inscripciones psíquicas para su significa-
ción 1.
Es común en los anos de pubertad y adolescencia la aparición de fenómenos de
alteración de funciones corporales, tales como trastornos digestivos y alimentarios, las
alteraciones de los rítmos del sueno, trastornos corporales producidos por el exceso en
la ingesta de bebidas alcohólicas y otras sustancias, las actuaciones sobre el terreno de
lo corporal con autoagresiones y automutilaciones, las diversas marcaciones (volunta-
rias e involuntarias) sobre la superficie de la piel, la aparición de enfermedades psico-
somáricas, fenómenos conversivos y angustia hipocondríaca. Todos estos desarreglos
funcionales acampanados además de temores, cuando no terrores referidos a lo cor-
poral y sus límites, son una muestra suficiente para dimensionar que la subjetividad
requiere de trabajos de integración psicosomática y que no alcanza con el decurso del
proceso de maduración biológica per se para qm¡,esta quede establecida.
La subjetividad demanda encontrar nuevos ordenamientos, re-ordenar, des-orde-
nar las relaciones del cuerpo infantil con la propia historia, con los padres de la infan-
cia, con la infancia de los padres, con su lugar en el circuito de deseo familiar.
Demanda replantear las identificaciones infantiles enraizadas en lo somático y en la
familia. Se requieren nuevas organizaciones que signifiquen, que den sentido al creci-
miento y la genitalidad. La simbolización del crecimiento del cuerpo (erógeno) con su
naciente genitalidad implica trabajos psíquicos en relación con el estadio del espejo y
sus categorías (narcisismo e identidad, "lo extraño", fort-da) y del complejo de Edipo
(identificaciones sexuales, de género y generacionales) que comprometen toda la
estructura del aparato psíquico.
Es conocido y aceptado el planteo de la adolescencia como un período de crisis y
duelo. Crisis de identidad, duelo por el "ser infantil". Son los duelos por los padres de
la infancia, por la historia de las relaciones inf¡1Hiles de objeto, por la mismidad, por
el seif,r,i se quiere, que toman un carácter distintivo respecto de otros duelos como la
pérdida de un objeto. Aberastury y Knobel (1971) se han ocupado ampliamente de
describir los trabajos de duelo del adolescente. No obstante, no puede soslayarse un
planteo que contenga la idea de que los duelos y las crisis de la adolescencia se juegan
1. Estas nuevas experiencias son en principio registradas como tales por el proceso origínario.
Puede seguirse la participación del proceso originario con el concepto de cxcorporación
del objeto como previo a su hallazgo en Grassi, A "Metamorfosis de la pubertad: el
hallazgo (?) de objeto, su registro originario", capítulo 4 del presente libro.
32 Adrián Grassi
'
( ... ) no corresponden a dos fases de una misma sexualidad, sino a dos sexuali-
dades diferentes: una desgranada de los cuidados precoses, implantada por el
adulto, productora de excitaciones que encuentran vías de ligazón y descarga
bajo formas parciales y otra con primada genital, establecida en la pubertad y
ubicada en el camino madurativo que posibilita el ensamblaje genital, no cons-
tituyendo entonces una simple reedición del acmé de la sexualidad infantil,
sino un modo de recomposición ordenado y guiado por la existencia de una
primada de carácter genital (Bleichmar, 2006: 95). ·
nación de la sexualidad (infantil) no se produce (si es que alguna vez lo hace) automá-
ticamente y deviene en su conformación normal definitiva (adulta). Requiere de
estaciones de recambio de su identidad infantil, de des-orden del cuerpo, del objeto
familiar, del reposicionamiento generacional. Entre re-edición y repetición, lo puberal
adolescente tiene urgencia de transformar y crear. Urgencia por la inscripción de un
cuerpo que conlleve una identidad diferenciada de lo infantjl, dt lo conocido y paren-
tal, con rasgos originarios y que contenga el deseo genital lfgado a un objeto no-fami-
liar2. Entre repetición de lo viejo e inscripción de lo nuevo, lo puberal adolescente
demanda un proceso identiflcatorio que se debate entre principio de permanencia y
principio de cambio (Aulagnier, 1991).
Sabido es que la pubertad y adolescencia requieren de un tiempo de maduración,
período variable más o menos prolongado y duradero, intervalo con diferentes capítu-
los como finales abiertos e inciertos. Estación de recambio del cuerpo, del objeto, del
emplazamiento generacional. Si bien es momento propicio para las repeticiones de los
modelos de las relaciones de objeto de la infancia, del narcisismo, del complejo de
Edipo, de la historia infantil y el pasado familiar, también es empuje y oportunidad
para el origen y los nuevos comienzos.
No habría que olvidar que la conclusión del momento infantil de la sexualidad,
final del complejo de Edipo previo a la latencia, plantea varias posibilidades respecto
del destino de la libido:
2. Aquí 'familiar' toma la doble acepción de parental y de conocido, capital diferencia que
Sami Ali (1980) desarrolla tomando distancia del clásico (unheimlíche) o inquietante
extrañeza freudiano.
34 Adridn Gra,si
3. Sea que éste se haya logrado y matice el hallazgo-creación, sea relativamente logrado y
empañe el objeto, sea por oposición al mismo; o bien, lo obstaculice, inhiba o impida.
Adolescencia: reorganización y nuevos modelos de subjetividad 35
Liliana Palazzini
CONSIDERACIONES INICIALES
137
rrollo biológico de la pubertad constituye un estado de
perturbación que obliga al niño a re-situarse fuera de
la posición infantil, careciendo, a su vez, de tiempo su-
ficiente para construir representaciones acordes. Ex-
ceso y vacío que reclaman una adecuación.
Las concepciones sobre adolesceneia han oscilado en-
tre el subrayado de angustias y duelos concomitantes y
una acentuada idealización como tiempo pleno de vida,
probable consecuencia de la confusión entre adolecer y
adolescer. Pero crecer y padecer no son lo mismo; aun-
que el movimiento adolescente acarrea trastorno y an-
gustia, más lo ocasiona la ausencia de su despliegue. El
sentido de potencialidad que aloja en sí la adolescencia
se enlaza a la tramitación psíquica activada con los cam-
bios corporales pues, al mismo tiempo que hace recom-
posición de lo existente, instala funciones nuevas: crece
la capacidad de pensar, se complejiza el universo emo-
cional, el encuentro sexual es orientado por la genitalidad,
instalando nuevos sentidos y formas de vinculación, se
potencia la creatividad junto a la apropiación simbólica
de la capacidad re-productiva y se afirma la identidad
sexual. De allí, la consecuencia de trastorno o patología
cuando este proceso no encuentra espacio y condiciones
apropiadas para su instauración. Es decisivo haber po-
dido ser adolescente. Frarn;oise Dolto lo destaca al des-
cribir la adolescencia como un segundo nacimiento en el
que individuación y vulnerabilidad van de la mano.
La metamorfosis corporal inaugura una centralidad
genital del cuerpo erógeno, consecuencia del despliegue
biológico en la organización libidinal constituida hasta
entonces. Lo puberal indica un anclaje biológico pero a
su vez crea el acontecimiento adolescente de estructu-
ración y re-estructuración psíquica como trabajo
elaborativo de este tiempo. Todo cambia: junto a la
transformación del cuerpo, también se produce la del
psiquismo. El psicoanálisis ha especificado estas trans-
formaciones describiendo el movimiento de la libido
hacia la primacía genital y el cambio en la elección de
138
objeto exogámico, además de ofrecer un marco de com-
prensión profunda de la subjetividad adolescente y de
la articulación entre psiquismo, cuerpo, pulsión y rea-
lidad. Aunque el adolescente se vale de instancias y
operatorias ya habilitadas en la infancia, basadas en la
identificación y el Ideal del yo, su tramitación incluye
modalidades nuevas. Su fin es una desexualización de
las representaciones incestuosas conducentes a la elec-
ción de un objeto potencialmente adecuado (Gutton,
1993). La llegada de la pubertad indica que la sexuali-
dad no puede ser diferida, lo cual reinstala la depen-
dencia del objeto y el sentido de complementariedad de
los sexos. La incómpletud va dando lugar a la ilusión.
Recortada como especificidad del psicoanálisis, mucho
después y con mayores dificµltades que el psicoanálisis de
niños, la adolescencia es una constelación compleja de teo-
rizar. El múltiple anudamiento que la constituye -cuerpo,
cultura y psiquismo- se halla atravesado por el sentido de
espera y preparación para el cambio. Recuerdo el concepto
de Erickson de moratoria psico-social como espacio y tiem-
po de tránsito insumido en la organización de soportes
asentados en el campo social. Este concepto ha perdido la
placidez contenida en la idea de una espera descansada;
lejos de ello, la adolescencia se basa en la conquista de una
condición subjetiva estructurante que sólo es alcanzable
con trabajo. La noción de trabajo es medular en la teoría
psicoanalítica: contiene la idea de movimiento pulsional, de
construcción representacional, de dinámica en juego, de
creación, de elaboración. Lleva implícita la noción de fuer-
zas en el interior del aparato, que de ningún modo es vir-
tual sino que se hace tangible en la producción de
pensamiento, acto y discurso, capaz de investir un espacio
diferente y una representación de sí diferente.
139
la transmisión y de la herencia como la participación
del sujeto en un campo intersubjetivo. En tal sentido
hay una exigencia de trabajo impuesta al psiquismo
por el hecho de estar en juego la sujeción a las relacio-
nes de generación como la necesaria individuación"
(Faimberg, 1993).
140
posiciones clásicas del psicoanálisis, la de, resignificar lo
existente. En la medida que está en juego la instalación
del sujeto en posiciones inéditas, una de las labores cen-
trales del analista consistirá en ser testigo, y partícipe
transferencia!, de la creación de nuevas condiciones psí-
quicas, capaces de generar representaciones acordes.
Me interesa describir en este trabajo algunas de las
tramitaciones involucradas en la transformación ado-
lescente que posibilitan un despliegue en el campo de
la salud y, por lo tanto, son verdad.eras construcciones
psíquicas que hacen posible la inscripción de la noción
de ca:riibio.
141
lo ha sido la apuesta de capital libidinal sobre los hijos.
La paradoja es que si todo ha ido bien, se instalará un
campo de malestar insoslayable ya que sus efectos bené-
ficos no son visibles de manera directa .ni inmediata.
Winnicott se ha referido ampliamente a la confronta-
ción general y sus connotaciones en la organización ado-
lescente destacando en ella la presencia de componentes
agresivos y de ternura. Parte de la idea de inmadurez
adolescente como elemento esencial de la salud, que no
requiere otra cura que el paso del tiempo, aunque re-
sulte indispensable la función de sostén de la familia y
la sociedad.
142
nada más ni nada menos que la presencia como precon-
dición de la investidura de un tiempo futuro que pueda
comenzar a imaginarse, a anhelarse, a construirse.
La evitación de la confrontación a través de la toleran-
cia o el autoritarismo equivale a la claudicación e implica
el desmantelamiento del sentido de oportunidad. Si los
adultos resignan la oposición, al adolescente no le queda
otra alternativa que volverse adulto en forma prematura,
falsa madurez por cierto no exenta de consecuencias. La
supervivencia, en cambio, permite la paradoja de que sólo
un padre vivo se deja matar. Lo sustancial de esta opera-
ción es que una sustitución acontezca sin cerrar el acceso
simbólico a una nueva posición subjetiva que busca el
adolescente. Por eso se cura con el paso del tiempo, una
vez jugado este juego el saldo que arroja tiene contenidos
superlativos: el odio da paso a la creación y la manipula-
ción da lugar al uso del objeto.
En este contexto altamente libidinal, la agresividad
es inherente al proceso de estructuración subjetiva, en
la medida que hay corte y separación, el objeto se vuelve
real y externo. La adolescencia reactualiza la fluctua-
ción entre unión y separación, pérdidas y adquisicio-
nes, y a la vez el encuentro con la exterioridad y la
diferencia re-quiere el impulso agresivo. Estos encuen-
tros y desencuentros irán dibujando el derrotero
identificatorio. Para René Rousillon la paradoja de la
destructividad sería a la vez originaria y terminal en la
medida que inaugura el ingreso a la problemática
edípica pero también marca su disolución. El padre
muerto en la fantasía sobrevive en la función.
Tiempo tumultuoso, tanto para los hijos que crecen
como para los padres en quienes se reactivan algunos
puntos olvidados de su propio transcurrir adolescente.
El proceso de uno cabalga sobre las huellas del otro.
Según Filippe Gutton, los padres deben afrontar el con-
vertirse en objetos inadecuados. Introduce así el con-
cepto de obsolesceni:ia, definiendo el proceso de
desinvestidura parental en beneficio de la _búsqueda de
143
nuevos objetos. Como la capacidad para estar solo, la
obsolescencia es posible en interacción, es una defensa
que permite la elaboración de conflictos frente a un
objeto incestuoso -cuyo deseo es un obstáculo- y ade-
más se opone a lo residual adolescente de los propios
padres. Implica superación y renuncia del deseo y del
objeto incestuoso, provoca caducidadr establece la dife-
renciación entre el tiempo de la infancia que conduce a
la represión del deseo y la madurez que conduce a su
dominación, vía factible de conducción hacia el encuen-
tro con un objeto potencialmente adecuado. Este deve-
nir confronta a los progenitores con circunstancias
difíciles de metabolizar: la genitalización del hijo, su
desprendimiento y el propio envejecimiento. Es una
verdadera puesta a prueba de la regulación narcisística
del conjunto, debido a que el hijo pierde el sentido
majestuoso de la infancia, pero también hay una pérdi-
da que opera en la fantasmática narcisística parental
respecto del hijo como expectativa de continuidad
indiferenciada o de oportunidad reparatoria.
El tránsito que describimos se verá perturbado por el
competitivo afán de juventud de los padres, tan fre-
cuente en los códigos de la cultura posmoderna. La
adultez pierde peso como modelo y la sociedad propone
la adolescentización, no sin producir algo del orden de
lo corrupto: los adolescentes quedan obligados a ser pa-
dres de sí mismos. Esta situación más que aportar
sentido de libertad arroja un sentimiento de abandono.
También las respuestas autoritarias de los padres sofo-
carán su alcance, dejando tras de sí estados de someti-
miento y hostilidad incapaces de transformarse en
potencia. Si se eclipsa su resultado -por cualquiera de
las vías posibles- el adolescente no reconoce un lugar
ganado sino que se queda con un lugar perdido; la ins-
cripción del crecimiento no tendrá cabida. Sin posibili-
dad de confrontación en un marco saludable el
adolescente no alcanzará el plus que acarrea .su trami-
tación: por un lado hacer una brecha -marcando se-
144
T
'i
i
¡
paración de territorios- por otro, apropiarse de la fuer-
l
lj
base de sentimientos de individuación y de cohesión
que aportan confianza y seguridad -las que nunca se-
rán ciegas ni absolutas-.
La confrontación suministra entonces un capital
libidinal: además de aportar un sentido organizador del
psiquismo, separa y a la vez conserva la articulación de
espacios. El adolescente que se diferencia no pierde el
sentido de pertenencia ni el reconocimiento de los demás,
de modo que su tránsito, además de promover alteridad
-tral>ajo que nunca se asegurará definitivamente- abona
el terreno para la remodelación identificatoria.
REORGANIZACIÓN IDENTIFICATORIA
145
que determinan cambios en la subjetividad. Éste es un
trabajo que insume tiempo y exige el vencimiento de
las propias resistencias.
La remodelación identificatoria permite un progreso,
desde la primacía del yo ideal del tiempo de la infancia
a la construcción de ideales propios vinculados con la
categoría del ideal del yo, categoría que también deberá
ser despejada de las condiciones infantiles de estructu-
ración, tarea primordial para un nuevo diseño. La forma-
ción del ideal del yo tiene importancia teórica como
así también visibilidad clínica en la medida que invo-
lucra las vicisitudes alrededor de la creación de
apoyaturas transicionales que, separando al adoles-
cente de la posición de hijo, abren la dimensión de la
posición paterna.
Inmerso el adolescente en la tarea de resignificación,
se abrirá un juego entre la dimensión narcisista y la
dimensión relacional. El jugar a ser otro será con otros
y estará movido por ideales, ilusiones y fantasías como
propiedad de un yo que empieza construir su propio
proyecto identificatorio. Piera Aulagnier (1986) designa
de este modo a:
146
Queda planteada una reformulación de la historia a
partir de la cual el adolescente puede desprenderse del
niño que fue y del ideal infantil constituido en super-
posición de su deseo con el de sus padres. El proyecto
identificatorio incluye la idea de un cambio y conlleva
una distancia temporal en su alcance o consecución.
Al incluir la brecha del tiempo favorece la resignifica-
ción de la temporalidad, se abre la dimensión de futu-
ro -que ya no es ''hoy'' como en el tiempo de la infancia-.
Además de contener una promesa de placer como con-
dición necesaria para la remodelación del yo, el proyec-
to identificatorio implica movilidad psíquica y acciones
específicas. Por definición ofrecerá una salida, y en su
trárisitó el campo social alcanzará otra significación: la
de imprescindible. Efectivamente, sostener un proyecto
y desplegarlo requiere de la creación de soportes
vinculares exogámicos que comprenden la libidinización
del encuentro con otros. Ningún proyecto se realiza en
aislamiento.
Sabemos que las identificaciones son portadoras de una
historia que no sólo se ciñe al entorno de advenimiento
del sujeto sino que transmite la historia de las generacio-
nes que le precedieron. Plantea en su seno la paradoja
inevitable de' constitución y alienación al mismo tiempo,
y es por este doble carácter que la remodelación
identificatoria estará atravesada necesariamente por el
trabajo de desidentificación, tarea que sólo es posible
emprender dentro de un sostenido trabajo de historización
del yo. Desidentificarse tiene un registro de desgarro y
encierra la amenaza de pérdida del amor y del reconoci-
miento en términos identitarios, pero su instrumentación
deviene en oxígeno vital para el psiquismo. El complejo
interjuego identificación-desidentificación tiene un papel
preponderante en la tramitación adolescente aunque no
es privativo de ella. Una vez habilitado, este interjuego se
convierte en posibilidad permanente del psiquismo que
aporta complejización y produ,ce rearticulación continua
entre pasado, presente y futuro.
147
Haydeé Faimberg acuñó el término "telescopage" de
las generaciones para describir la condensación
identificatoria que produce alienación del yo: describe la
existencia de identificaciones condensadas e inconscien-
tes por las que el sujeto se somete a la historia de otro.
La identidad guarda un sentimiento de extrañeza y la
diferencia generacional enlazada a la remodelación
identificatoria muestra su ausencia en los signos de la
psicosis. La historia no vivida por el sujeto mismo pero
encriptada en él, promueve un tiempo repetitivo, resul-
tado de un proceso de intrusión que no dio lugar a ser.
Este anudamiento identificatorio contiene un mudo
secreto y constituye un vínculo entre generaciones in-
capaz de ser representado. El pasaje a su representa-
ción sólo será posible a través de un trabajo
interpretativo que --habilitando la desidentificación- re-
establezca la liberación del deseo y la constitución del
futuro.
El trabajo de historización en la adolescencia per-
mite la operación de construcción del pasado, la cons-
trucción de un fondo de memoria que hará posible
poner al amparo del olvido al tiempo de la infancia, el
cual funciona como garantía de certidumbre
identificatoria. La posibilidad de investir el futuro que-
da en interdependencia con la investidura del pasado
y la historia personal suficientemente retenida deviene
garantía de la apuesta en el espacio relacional. No se
define aquí a los contenidos representacionales pre-
conscientes ni a aquellos que están bajo el efecto de la
represión sino que este fondo de memoria no llega a
ser percibido -ni por el sujeto ni por los otros- como
un elemento de su pasado, pero tampoco está separa-
do del tiempo presente del cual forma parte (Hornstein,
1993). Está en juego entonces la construcción de una
memoria que resguarda un capital, no solamente como
continente de recuerdps, sino como verdadero organi-
zador psíquico que facilita el sentido de integración y
continuidad.
148
La historización en la adolescencia tiene una ampli-
tud y un ritmo un tanto vertiginoso en la medida que,
si todo ha ido bien, el adolescente tiene que efectuar un
reprocesamiento de todas sus representaciones: su cuer-
po cambia, sus referentes cambian, su relación con los
otros se modifica, su relación con la sociedad también.
La inclusión de las diferencias tiene un sentido organi-
zador para el psiquismo y si no hubiera referencias
identificatorias estables tendríamos como saldo un Yo
severamente afectado, pero si nada cambia no habría
adolescencia (Hornstein, 1993).
Identidad y adolescencia guardan una vinculación
de parentesco que· se hace evidente en el desconcierto
que eón frecuencia se observa frente a la pregunta que
· la interroga: ¿qui('in soy yo? Definir la identidad re-
quiere cierta traducción al lenguaje psicoanalítico ya
que no pertenece a su bagaje teórico. La identidad es
imagen y sentimiento. Por un lado es una operación
intelectual que describe existencia, pertenencia, acti-
tud corporal; por otro, es un sentimiento, un estado
del ser, una experiencia interior que corresponde a un
reconocimiento de sí que se modifica con el devenir
(Rother Hornstein, 2003). Sin duda la identidad es un
concepto fuertemente enlazado al narcisismo y a las
identificaciones, al propio cuerpo como cápsula que
contiene el autoerotismo residual, y a todo aquello que
la historia aportó al estado actual de una persona.
Señala él investimiento positivo de la representación
de. sí al que se alude con el término "autoestima".
Incluye la idea de continuidad temporal y por lo tanto
requiere ciertos anclajes inalienables que permitan el
reconocimiento a través de los cambios, reconocimien-
to de sí mismo y de los demás.
149
zac10n de las identificaciones existentes hasta la pu-
bertad (Ladame, 1999),
CONS'l'RUCOIÓN DE AFUERA .
'' Q)J
El acceso adolescente a un lugar s· olico distinto se c...:
define por la construcción de un afuera como categoría D.
g_ue inscribe el crecimiento. Ello supone atravesar los ~
límites del territorio endogámico a través de una salida
capaz de habilitar el encuentro con lo nuevo y diferen,-
te: "la clave del proceso adolescente reside en que lo (
eJttra-familíar devenga más importante que el campo ,
familiar, incluso sobre todo en términos de pconomfa (\
libidinal" (Rodulfo, M. y Rodulfo, R., 1986). '}
Por supuesto que la búsqueda de nuevos objetos ín~ (}
cluye la tramitación pulsional, pero lo que agr ega su s-
Q
tancia psíquica es la pos1c10n de protagonismo que
debe_rá asumir el adolescente en la consecución de la
salida exogámica. También aquí se hace presente la
desidentificación con los objetos de la cultura
endogámica. Podemos pensar la inserción del adoles-
cente en los grupos de pares como apoyaturas necesa-
rias para la remodelación identificatoria; el grupo es un
campo de concreción y elaboración con otros, Sin la
interferencia de los adultos el adolescente podrá crear,
pensar, imaginar y jugar poniendo en evidencia la in-
vestidura de espacios y objetos en este nuevo ámbito,
recorrido en el cual queda subrayado el valor de la
amistad como entramado de sustento vincular. Además
de ser un escenario privilegiado de circulación libidinal,
la creación de lazos amistosos facilita la salida del
ámbito familiar, soporte por excelencia en el tiempo de
la infancia.
Piera Aulagnier introduce la noción de contrato nar-
cisista para indicar que cada sujeto viene al mundo
como portador de la misión de asegurar la continuidad
generacional y, así, la del conjunto social al que perte-
nece. Tiene un lugar en el grupo y a su vez. éste lo
inviste narcisísticamente. Esta voz comunitaria incluye
ideales y valores, transmite la cultura y los enunciados
que la identifican. Cada sujeto tomará eso para sí, de
manera que se pone en evidencia la función identifican-
te que el contrato tiene. Un primer contrato emerge de
los vínculos primarios e inviste al sujeto antes de na-
cer, pero hay otro contrato que se establece en los vín-
culos secundarios, ya sea en relaciones de continuidad,
de complementariedad, de cooperación, de producción,
de oposición, que siempre reactivará las condiciones en
que fue instaurado el primero aunque constituyan ver-
daderas posibilidades de apertura en el encuentro con
nuevos soportes identificatorios, situaciones eficaces ·
para investir la grupalidad, el compromiso, el estudio y
demás funciones valorizadas de lo social.
152
El trabajo psíquico en el espacio de la intersub-
jetividad es el de hacer vínculos. El vínculo impone un
trabajo al psiquismo, como lo es la creación de operacio-
nes comunes, ya sean defensivas o de producción. Esto
sólo es posible si se logra investir un "nosotros" fuera
de las gamias de pertenencia como dimensión en la que
acción, pensamiento y erotismo encuentren destinata-
rios habilitados para el intercambio. Inclusión que com-
prometerá un cuerpo erotizado y erotizante capaz de
involucrarse llegada la ocasión. Surgirán así nuevos
consignatarios que garanticen a su vez el retorno de
una cuota de placer como moneda circulante. Siempre
y cuando estos ariclajes referenciales mantengan este
"nosó'tros" investido, la noción de libertad podrá consti-
tuirse como motivación de sostén de estos espacios so-
ciales, verdaderas plataformas para la acción con
sentido, con afecto y con principios. Acción que se dife-
rencia de la actuación.
El desarrollo del pensamiento abstracto, propio del
momento adolescente, contribuye a dar mayor profun-
didad a los cuestionamientos y planteos de este tramo,
favoreciendo la búsqueda de nuevos tránsitos. Pero
este desarrollo es gradual e inacabado, por lo que nos
obliga a distihguir el andar exploratorio -en el que el
pensamiento transcurre muchas veces por la acción-
de aquellas conductas vacías que no tienen fin ni prin-
cipio. Filippe Gutton señala aquí un fracaso en la
subjetivación adolescente en tanto el vagar reemplaza
los vínculos intersubjetivos, y el lugar concreto -andar
de aquí para allá- no da espacio al lugar emocional. La
acción así concebida desaloja la imaginación, despoja de
la posibilidad de fantasear, desviste al pensamiento de
la capacidad desiderativa que contiene. El movimiento
sobreinvestido constituye una defensa contra sensa-
ciones de inquietud o momentos de des-integración que
amenazan la continuidad del ser y pueden constituir
la base de ciertos actos de fuga -actos bulímicos,
adicciones severas, accidentes reiterados, etc.- ya sea
153
con sentido de descarga o como medidas extremas de
encuentro con un cuerpo al que no se siente propio.
Errancias de acción que justamente señalan lo opues-
to a la construcción del afuera como lugar emocional
de existencia compartida.
Pero debemos señalar que el pasaje a la exogamia
requiere condiciones para su instauración, siendo una
labor que lleva una extensión considerable en el tiem-
po, extensión hecha de ensayo y error y no siempre
alcanzada. En la transición adolescente el medio tiene
por función ofrecer oportunidades que transformen al
espacio social en un campo de ensayo apto para la
exploración, en una zona transicional definida esencial-
mente por la coexistencia de lo existente y lo aún no
advenido. Recordemos que la adolescencia también re-
presenta un intervalo entre una pérdida segura y una
incierta adquisición, un momento en que todavía no se
han establecido lazos seguros y confiables que hagan
posible la sustitución del ambiente endogámico. Como
ningún espacio social articula tan rápido ni tan bien lo
antiguo con lo nuevo se produce a menudo la vivencia
de un tiempo en cierto modo suspendido.
El espacio del afuera es proveedor continuo de matri-
ces identificatorias, marcas de la cultura portadoras de
ideales y valores instituidos en cada momento histórico,
de modo tal que se establece un proceso identificatorio
social. Pero la situación de crisis de las significaciones
imaginarias sociales (Castoriadis, 1997) señala la dilu-
ción de los apuntalamientos y la peligrosidad de un
vaciamiento de sentido bajo la primacía de la imagen,
de la inmediatez y la banalidad. El trabajo analítico
con adolescentes, más que ninguno, instala la vigencia
del interrogante acerca de las condiciones bajo las cua-
les es posible investir el futuro como categoría de aper-
tura y continuidad y el "nosotros" como modo de
producción en la realidad compartida.
154
ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES
155
caso el trabajo analítico podrá apuntalar la expansión,
la conquista de nuevos territorios, la modulación de·
los alcances. Transicionalidad y juego serán un hecho
en un campo donde la acción no está excluida, ya que
el adolescente en la medida que "hace", construye pen-
samientos, elabora ideas, procesa emociones, inscribe
representaciones. En cambio, aquellos adolescentes que
han tenido una historia de déficit, de traumas, de obs-
táculos en la narcisización -con afectación en la con-
tinuidad del existir, en términos de Winnicott- están
en desventaja para realizar el trabajo que supone este
tiempo, aunque ello no signifique -en el sentido tera-
péutico- una situación sin salida. Veremos a adoles-
centes en términos cronológicos pero no en cuanto a la
movilidad psíquica propia de la tramitación reseñada.
Es menester reconocer en estos casos una clínica dife-
rente, tanto en la modalidad del paciente como en la
intervención del analista. Aquí, la labor terapéutica
transita por el límite sinuoso entre restitución y pér-
dida de la organización psíquica, lo que puede ser ex-
presado de muy diversas maneras, por ejemplo, con
silencio sostenido, ruptura de la cadena asociativa,
ausencia de recuerdos o de producción onírica, déficit
en la simbolización, indiferencia hecha de aislamien-
to, acciones de riesgo, etc., en combinatorias diversas,
singulares. El problema de la identidad es reflejado en
la organización misma del sentimiento de sí, esto es,
en el ser, más que en los vaivenes del hacer o del
tener. El analista ocupa un lugar central en la reorga-
nización subjetiva, según Winnicott queda comprome-
tido en persona. Esto incluye el aporte de su propio
potencial simbolizante para hacer el enlace de repre-
sentaciones de las que el paciente no dispone, es decir
implica que funcione como su fondo de memoria, aun-
que el paciente sea el único que posea el registro de su
historia. Sólo espacio y tiempo en el trabajo de análi-
sis podrán quizás iluminar las facetas del rompecabe-
zas identificatorio, no sin incluir períodos en los que
156
analista y paciente estarán en espera, como dice Piera
Aulagnier (1984),
157
bulimia/anorexia) cuando no hay acceso al cuerpo so-
cial. El riesgo, en definitiva, es el de vivir en encierros
o en errancias.
He querido destacar el trabajo psíquico comprometi-
do en la búsqueda y la inclusión de lo nuevo -como
marca inédita o transformación de lp existente- que
ubica a la adolescencia en su carácter de tramitación
psíquica, subrayando en la misma el sentido de resignifi-
cación y advenimiento necesarios para la instalación en
un espacio-tiempo que permita el placer que deviene
del cuerpo en intercambio y del pensamiento cuando es
propio. En tal sentido, la adolescencia lleva implícita la
idea de permeabilidad y movimiento, de modo que pue-
de decirse que no es adolescente quien llega sino quien
puede llegar a ser.
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160
7. LA TERMINACIÓN DE LA ADOLESCENCIA
161
los éxitos musicales y deportivos? ¿Cómo promover su
fin si deja el sufrimiento para el interior de las familias
y reserva para el adolescente el desparpajo, la omnipo-
tencia, el desafío, si se impone el ideal de cuerpos
sexuados perfectos en detrimento de adolescentes con
una genitalidad desarrollada, pero co;n una psicosexua-
lidad incipiente y grandes desafíos por delante? ¿Cómo
encarar el desafío que implica, en una etapa de conmo-
vedora crisis vital, integrar pasado y presente hacia un
futuro con identidad y proyecto personales?
A pesar de estas dificultades, consideraré algunos
parámetros que permitan vislumbrar el pasaje de la
adolescencia hacia la adultez, con la convicción de que
es el abandono de la infancia la circunstancia más con-
movedora de este período de la vida.
BRECHA GENERACIONAL
162
dres, temerosos de perder la juventud, lo evitan, o por-
que temen perder el amor infantil de sus hijos y no se
animan a poner límites, actúan, en ambos casos, como
cómplices, idealizando la fuerza de los adolescentes pero
impidiendo la natural necesidad de ser "matados" por
ellos. El miedo a poner límites por parte de los padres,
contrastará con la búsqueda de los adolescentes de di-
chos límites, a veces "sea como sea", porque es la posi-
bilidad de crecer.
Por otra parte, la necesidad que tiene el adolescente
de encontrar nuevos parámetros identificatorios, de
romper ataduras con los estilos relacionales previos (sin
"romperse" en el iritento), creando un estilo personal y
original, genera a veces en los padres tal fuerza de
oposición, de rigidez, de incomprensión y de intoleran-
cia, que los lleva a ver a esta etapa de crisis positiva
como una afrenta a los modelos y pautas familiares y
sociales establecidos. Por ende, los padres la conside-
ran digna de coartar o de limitar, no con la autoridad
adulta que renueva y alienta el cambio, sino con un
autoritarismo vejatorio de la búsqueda que implica la
adolescencia.
La sociedad, con sus particulares políticas educati-
vas y laborales, tiene una fuerte responsabilidad en la
necesidad de establecer un límite afectuoso, un límite
que, reconociendo su propia necesidad, no mande "al
frente" (¡tantas veces es y ha sido así!) al adolescente,
creyendo que, como suele "enfrentar", puede todo ilimi-
tadamente.
163
te, tanto para la inteligente joven como para su entor-
no, que estos síntomas se relacionan con su próxima
graduación, ya que nunca tuvo dificultades en el estu-
dio, siempre supo lo que quería hacer, y por influencias
familiares tiene buenas posibilidades laborales. Se pien-
sa independizar próximamente, hecho que toda su fa-
milia toma con "naturalidad". Todas estas explicaciones
que se da a sí misma y comparte con otros, no alivian
su malestar. Dice que esto que siente (angustia) quisie-
ra sacárselo de encima, pero que, a su vez, le hace
poder decir "no sé". Éste es un pensamiento que mu-
chas veces escuchó en otros, pero nunca lo había podido
sentir como propio.
Al indagar sobre el comienzo del síntoma, recuerda una
situación que la conmocionó intensamente. Estaba en un
bar cercano a la :facultad, con un grupo de amigos, y de
casualidad entraron sus padres; al verla se acercaron a la
mesa y saludaron a todos. Uno de los amigos, al volver del
baño, le preguntó: ¿Esa pareja son amigos tuyos? Risas,
comentarios ... Mariel recuerda que tras las risas, sintió
como una puñalada en el pecho (angustia). ¿Cómo los
padres van a parecer amigos? O ellos son "demasiado"
chicos o Mariel es "demasiado" grande... ¡¡Confundirlos
con compañeros!! Si son iguales a ella, seguirán siendo
siempre iguales ... ¿Y la brecha generacional que los dife-
rencia? ¿A quién se parece ella? ¿Tiene algún proyecto
"distinto y propio''? ¿Qué va a dejar o cambiar?
Si bien Mariel, en el comienzo de la adolescencia,
alrededor de los 14 o 15 años, tuvo fuertes peleas y
rebeldías y cree verse a la distancia como una "perfec-
ta" adolescente, ahora piensa que para dejar de serlo,
tiene que pasar -y desea hacerlo- por ciertos cambios,
pero especialmente tiene que transitar incertidumbres
mayores que las perfecciones acostumbradas. Está en
juego algo tan vital como concluir la exogamia. Recono-
ce que si sus padres parecen una pareja tan joven, es
un tema de ellos y no implica que Mariel deba ubicarse
en el medio o a su lado, replicando la triangularidad
164
vivida en su infancia. La alienta la juventud que pre-
servan, pero ella no puede permanecer como una nena
para impedir su envejecimiento: debe armar su propio
y verdadero proyecto de vida y de realización personal.
Éste es una "graduación" que le resulta más ardua
que su graduación universitaria, pero ambos procesos
concluyen con formas de procesamiento más personales
y auténticas.
165
relaciona (además de sus pares) con adultos en los que
la proporción entre el pasado y el futuro es opuesta a la
suya, teniendo en cuenta que el presente de sus padres
es habitual que coincida con la edad media de la vida.
En ambos polos, las estructuras triangulares se conmue-
ven. Los adolescentes comienzan a ver a sus padres no
solamente desde esta perspectiva, sino como hombre y
mujer, con todas las fantasías, deseos, conflictos y temo-
res, y son mirados por ellos como hijos que ya son tam-
bién hombre y mujer, y que deben preservarse del incesto
y lograr la exogamia, eligiendo a otro hombre o mujer.
Los padres también reactualizan dicha conflictiva edípica,
tanto frente a la renuncia del deseo sexual sobre sus
hijos adolescentes como del que debieron ejercer, en su
adolescencia, frente a sus propios padres.
Puede parecer una falacia el hecho de que esté plan-
teando que, para dejar atrás la adolescencia, en rea-
lidad lo que hay que concluir es la infancia, esa infancia
que contenía todas las expectativas largamente acu-
ñadas para cuando "uno fuera grande". ¿Quiénes son
los "grandes" de la infancia? Los padres y los que des-
empeñen una función y/o rol que permita una depen-
dencia afectiva que sostenga y a su vez dé posibilidades
de crecimiento yoico. La dependencia afectiva respecto
de los objetos de amor no cede en el curso de toda la
vida. Cambia en cuanto a su función, su singularidad
y su potencial estructurante. Pero, si hablamos de
concluir la infancia, es una particular dependencia
afectiva la que se interrumpe. Podríamos pensar que,
al promediar la adolescencia, el joven está en condi-
ciones afectivas favorables para acoger a otro en esta-
do de dependencia, tal como él lo fue en sus orígenes.
Esto puede implicar llegar a un estado mental en donde
la paternidad es posible, o todo tipo de relación en
donde el joven-adulto puede sostener a alguien (o al-
guna actividad o proyecto) que dependa de él.
Estoy propiciando, entonces, considerar esta posibili-
dad como un parámetro de terminación de la adoles-
166
cencia -con la relativividad que se debe considerar di-
cha superación- y, esto sí es más taxativo, la infancia
y el particular vínculo de dependencia con las figuras
parentales. A su vez, es necesario recordar --de acuerdo
con lo conceptualizado por Peter Blos (1980) al hablar
de la transición adolescente- que este gran movimien-
to, con adhesiones y rechazos tan marcados, con cuer-
pos que se desarrollan y se mueven llenando el espacio,
imponiéndose y haciéndose notar, produce el sufrimiento
que conlleva la contradicción entre la grandiosidad nar-
cisista y el sentimiento contrario de "no ser nadie", con
vivencias de impotencia, de no ser comprendido y de
desesperación en tanto existe la perentoriedad de la
pérdida objeta!. Así, los cambios de estados de ánimo
son intensos y frec,uentes, a veces sienten que se puede
modificar el mundo y confiar en el cambio que pueden
proponer y realizar, y en otros momentos creen que
nada ni nadie es posible, sienten tristeza, sensación de
vacío y de falta de sostén benévolo, como la pérdida de
un medio ambiente -parafraseando a Winnicott- "sufi-
cientemente bueno".
Promediando este período, hay un trabajo que cede,
que cambia el estilo de dependencia infantil y promue-
ve un humor,} estado de ánimo con menos "sobresal-
tos". Con los proyectos, se comienza a armar una nueva
versión de la historia infantil, es frecuente el interés
por los antepasados, las polaridades se atenúan y se·
empieza a "ser grande" con el dolor y la fuerza de de-
pender más de las propias posibilidades. En aquella
ambivalencia y lucha --dejar de ser el niño que depen-
de, ser el grande con proyectos de independencia- el
conflicto debe ser externalizado, lo qué por otra parte,
ªl igual que acontece en la infancia, da posibilidades
de\resolverlo. La agresión se dirige a las instituciones,
-
a la' soci~ad, como otrora fue predominantemente con
respecto a'las figuras parentales. Se comienza a conso-
lidar la visión del mundo y de sí mismo, la manera de
ser y el conocimiento de los "puntos débiles", y así,
167
poder tolerar, esperar, confiar, conocer la vulnerabili-
dad y falencias propias y ajenas es otro "gran" y posible
desafío.
Miguel, de 24 años, acude a la consulta muy angus-
tiado, luego de que su novia Claudia, dos años menor,
le plantea el deseo de terminar la relación que tenían
desde hacía más de dos años. El joven relata
pormenorizadamente la diferencia entre las dos fami-
lias, la suya y la de Claudia. La propia, con pautas de
exigencia, esfuerzo, orden, realización personal y ma-
yor bienestar económico. Miguel es un reciente gradua-
do en ingeniería y ya ha comenzado a trabajar, luego
de algunas pasantías. La familia .de Claudia es un
"desbole", a veces no hay comida, no se organizan, no
respetan horarios. Claudia a su vez es irregular en el
estudio, empieza y deja actividades, no parece ser res-
ponsable. Miguel señala cómo la ha ayudado ¡;,. estu-
diar, a que se organizara mejor, incluso proponiéndole
ayuda económica frente a dificultades de su familia y
regalándole cosas que pudiera necesitar. Hace un rela-
to minucioso -casi reiterativo- de la familia, y de Clau-
dia como parte de ella. ¿De quién está enamorado?,
¿quién lo deja? Claudia lo quiere como novio, si bien a
veces le resulta facilitador que Miguel le resuelva sus
necesidades. Pero Miguel se ubica casi siempre en un
rol familiar paterno-materno y evita así su propia ur-
gencia de "ruptura" filial y de armado del proyecto
personal de su posible familia, con su propio estilo.
Siente que su madre y padre dadores, "ordenados" (or-
denadores) le reclaman una fidelidad que vulnera la
conclusión de una modalidad de dependencia infantil.
La angustia que ha generado lo inesperado de esta
ruptura, dará posibilidades a Miguel de revisar que,
como novio, se ubica en el lugar de un padre o madre
"dador", reactualizando esa misma ubicación para sí
mismo y por lo tanto evitando su propio "rompimiento"
con las figuras parentales, hacia la exogamia. Poder
tolerar que en dicha ruptura hay un acopio afectivo y
168
no un desligamiento implica el dolor de dejar de ser el
chico protegido y sustentado por sus padres, en pos de
su propio proyecto afectivo.
IDENTIDAD SEXUAL
169
medios que se obtienen en la infancia, el proyecto de
vida se hace en la adolescencia y, por ende, la
psicosexualidad en su sentido más amplio también se
concreta y se apuntala en dicha etapa.
Pareciera que nuestra sociedad está tendiendo a
"infantilizar" -en tanto se exalta la ambigüedad en de-
trimento de los hitos que marcan la diferenciación de
identidad sexual- en la medida en que sobrevalora el
cuerpo y el estilo adolescente. Esto lleva a una tendencia
a lo "indefinido", que se halla cargado, a su vez, de men-
sajes ambivalentes: por un lado, la permanencia de una
identidad de niño, idealizada pero fallida, y, por otro, la
exigencia de desempeños y logros acordes con lo "espe-
rado", lo cual no propicia proyectos identificatorios que
vehiculicen el pasaje de la adolescencia hacia la adultez.
El permanecer adolescente da garantía de no diferencia-
ción, de no cambio, en un momento en que el logro de
una remozada identidad otorga, a su vez, la posibilidad
de establecer un propio proyecto de vida afectiva.
Los chicos, hasta alrededor de los 3 años y debido a
que la represión aún no está enteramente instalada, no
asumen la identidad del sexo con el que han sido dota-
dos, y es así como pueden ser alternativamente nena o
nene, que "tiene" y "hace" bebés. Y es en este sentido
que hablo de una perpetuación social de lo infantil, de
la cual los medios y la publicidad son sus más fuertes
transmisores, dado que vierten mensajes de ambigüe-
dad y de valorización de este rasgo, el "vale todo" que
indica los fallos de la represión necesaria para concre-
tar, en la adultez, los proyectos adolescentes. Porque
los proyectos se van tejiendo en esta etapa, pero se
necesita un medio (familia, sociedad) que los avale y
que permita su concreción. Esto resulta tan válido y
necesario en el aspecto de la identidad sexual como en
el plano de las oportunidades del desarrollo educativo
y laboral. El mecanismo de la represión, que implica un
importante logro yoico y de identificación con el proge-
nitor del mismo sexo, requiere, por supuesto, ciertas
170
condiciones vinculares y, de manera fundamental, la
aceptación y el dolor, en tanto duelo, por '.'no tener todo".
Es por esto que, cuando se "infantiliza" u, opuesta-
mente, se "adultiza" al adolescente, poniéndolo en el
pedestal del que todo lo puede o en la ignominia de
carecer de todo, en referencia a las posibilidades que la
sociedad le restringe, no se lo ayuda a dilucidar uno de
los dilemas que más lo acechan, esto es, tener que elegir,
y elegir supone desechar y perder. Esto se refiere tanto
a la asunción de la identidad sexual como a la elección
de pareja, o a la elección vocacional. Esa elección es una
posibilidad, un logro y una concreción que, en la instan-
cia de la asunción de la identidad sexual, requiere, como
ya ocíirrió a temprana edad, una adecuada represión. Y
también requiere una sociedad y un marco familiar in-
serto en ella que 'acepte la brecha generacional y la
pérdida -y el logro- que implica la terminación de la
infancia-adolescencia en el camino hacia la adultez. Si-
tuación que se engarza con el otro parámetro que consi-
deré como salida de esta etapa: la posibilidad de ejercer,
con y hacia otros, un vínculo de dependencia afectiva.
CONCLUSIONES
171
de su propio proyecto vital. Por supuesto que, en este
recorrido, suelen acontecer muchos temblores y terremo-
tos. Esta metáfora intenta reflejar la intensidad y la
ambivalencia de las emociones que se transitan: omnipo-
tencia-impotencia, certeza-incertidumbre, fortaleza-debi-
lidad, plenitud-vacío, reconocimiento-desconocimiento,
soberbia-inocencia, ternura-odio. Al concluir la adolescen- ·
cía, este tembladeral de oposiciones y cambios permanen-
tes va cediendo, en la medida en que el adolescente se
consolida en su identidad y se reconoce a sí mismo y a
los demás en su propio estilo y manera de ser.
Quisiera resaltar acá que la facultad del adolescente
de "pensar" a otro dependiendo de él, instala en la sub-
jetividad la posibilidad de ser padre o madre. Ello no
implica que él/ella necesite esa concreción, pero sí le
permite salirse del lugar "único" de hijo y tener la viven-
cia de reconocer a los padres, con sus fallas y sus acier-
tos, sus carencias, sus posibilidades, su presencia y su
ausencia. Tal vez sea por esta causa que la conclusión de
la adolescencia traiga muchas veces tanta "calma" frente
a la turbulencia pasada, pero también tanto dolor de
dejar de ser el hijo y el chico que se ha sido. Proceso
arduo y doloroso en el que a veces permanecen algunos
adultos, lejos ya de la edad de la adolescencia, en la
perpetua ilusión, reclamo, demanda o eterna espera del
encuentro con los padres anhelados de la infancia, ya
sea por su previa bonhomía o benevolencia, o por la
experiencia opuesta de distorsiones o carencias vinculares,
reales o imaginarias.
BIBLIOGRAFÍA
172
Freud, S.: "La metamorfosis de la pubertad", en Tres ensayos
pára una teoría sexual, Buenos Aires, Amorrortu.
Nizan, P. (1981): Adén Arabia, Buenos Aires, Ediciones de
La Flor.
Radiguet, R. (1970): El diablo en el cuerpo, Madrid, Alianza
Editorial.
Salinger, J.D. (1961): El cazador oculto, Buenos Ain,s, Com-
pañía General Fabril Editora.
Winnicott, D.W. (1979): El proceso de maduración en el niño,
Barcebna, Editorial Laia.
- (1979): Escritos de pediatría y psicoanálisis, Barcelona,
Editorial Laia.
- (1993): La naturaleza humana, Buenos Aires, Paidós.
173
SUBJETIVIDAD Y ADOLESCENCIA
Rubén D. Efron1
1. Introducción
“TODO ES DE TODOS”
dice Teodoro Flores, indio mixteco, héroe de tres guerras.
–¡Repítanlo!
Y los hijos repiten: Todo es de todos.
Teodoro Flores ha defendido a México contra los norteamericanos, los conservadores y los franceses. El presidente
Juárez le dio por premio tres fincas, con buena tierra. Él no aceptó.
–La tierra, el agua, los bosques, las casas, los bueyes, las cosechas. De todos ¡Repítanlo!
Y los hijos repiten.
Abierta al cielo, la azotea está casi a salvo del olor a mierda y a fritanga, y hay casi silencio. Aquí se puede tomar el
fresco y conversar, mientras en el patio de abajo los hombres disputan una hembra a cuchilladas, alguien llama a gritos
a la Virgen y los perros aúllan trayendo muerte.
–Cuéntenos de la sierra –pide el hijo menor.
Y el padre cuenta cómo se vive en Teotitlán del Camino. Allá trabajan los que pueden y se reparte a cada cual lo que
necesita. Está prohibido que nadie tome más de lo que necesita. Eso es delito grave. En la sierra se castigan los delitos
con silencio, desprecio o expulsión. Fue el presidente Juárez quien llevó a la cárcel, que allá no se conocía. Juárez llevó
jueces y títulos de propiedad y mandó dividir la tierra común:
–Pero nosotros no hicimos caso a los papeles que nos dio.
Teodoro Flores tenía quince años cuando aprendió la lengua castellana. Ahora quiere que sus hijos sean abogados,
para defender a los indios de las artimañas de los doctores. Por eso los trajo a la capital, a esta pocilga estrepitosa, a
malvivir amontonados entro hampones y mendigos.
–Lo que Dios creó y lo que el hombre crea. Todo es de todos ¡Repítanlo!
Noche tras noche, los niños lo escuchan hasta que los voltea el sueño.
–Nacemos todos iguales, encueraditos. Somos todos hermanos ¡Repítanlo!
Eduardo Galeano
Memorias del fuego
2. La adolescencia hoy
Esta ubicación histórica aparece francamente contrapuesta con otra conceptualización de vigencia actual y ampliamente
socializada y valorizada desde ciertas corrientes hegemónicas ligadas al posmodernismo.
Es en esta perspectiva que la adolescencia sería la coronación del ideal social. Ideal de carácter superior y sublime. La
aspiración mayor sería entrar a la adolescencia para no salir nunca más. Los más chicos deben apurarse para llegar lo
antes posible. De ahí el amplio repertorio de ofertas que tienen ese objetivo acelerador. Sólo como ejemplo valen las
distintas propuestas sexualizantes, incluso para los niños, o los estímulos para la atletización precoz. Mientras en el otro
extremo el cuerpo cae en las vicisitudes estigmatizantes de la vejez, en el medio, los adultos posmodernos apuran a
unos, desechan a otros y reivindican el estandarte imaginario: “el mundo actual es de los adolescentes”.
No sólo la juventud corporal o la potencia y capacidad vital son reivindicadas como modelo. También son exaltados
otros supuestos valores, como por ejemplo la ambigüedad en tanto expresión de identidad sexual, el egoísmo como
expresión del narcisismo infantil, la omnipotencia, etcétera. No poca responsabilidad tienen los medios en estos modos
de definir y jerarquizar. Obviamente no son los únicos responsables. Entre estos dos polos, se ubica la idea de una
adolescencia construida socialmente y en algún sentido en forma casi artificial por necesidades demográficas y de
seudorracionalidad laboral, para demonizarla y controlarla después y una adolescencia idealizada, homogeneizada, sin
conflictos, ni matices, ni diferencias.
MAÑANA
¿Tuve una vez, una juventud agradable, heroica, fabulosa, como para ser escrita sobre páginas de oro? –¡demasiada
suerte! ¿Por qué crimen, por qué error, he merecido mi flaqueza actual? Vosotros que pretendéis que existen animales
que lloran de pena, enfermos que se desesperan, muertos que sueñan mal, probad de explicar mi caída y mi sueño. Yo
no puedo explicarme mejor que como lo hace el mendigo con sus sempiternos Pater y Ave María. ¡Yo ya no sé hablar!
No obstante, hoy creo haber terminado el relato de mi infierno. Verdaderamente, era el infierno: el antiguo, aquél del que
el Hijo del hombre abrió las puertas.
Siempre en el mismo desierto, en la misma noche, mis ojos cansados se despiertan ante la estrella de plata, sin que se
conmuevan los reyes de la vida, los tres magos, el corazón, el alma, el espíritu. ¿Cuándo iremos más allá de las playas
y los montes, a saludar el nacimiento del trabajo nuevo, la nueva sabiduría, la huida de los tiranos y de los demonios, el
fin de la superstición, para adorar -¡los primeros!- la Navidad en la tierra?
¡El canto de los cielos, la marcha de los pueblos! Esclavos, no maldigamos la vida.
Arthur Rimbaud
Obra Completa
La verdad se resiste a cualquier intento de absolutización como los antes mencionados. La totalización enturbia la
posibilidad de comprender los fenómenos inhibiendo los modos de operar sobre los mismos.
La verdad también se resiste a cualquier tipo de parcialización, ya sean de características medicalizantes,
sociologizantes o psicopatologizantes. Las parcializaciones tienden más a un descuartizamiento y aplastamiento que a
una verdadera comprensión.
Una de las maneras como se expresa la medicalización es ubicando la adolescencia como un fenómeno
exclusivamente biológico hormonal o a través de la idea casi bizarra de lo “patológico normal”. Un momento anormal,
aunque encuadrable evolutivamente, que todos debemos pasar de acuerdo a las leyes de la biología. Por lo tanto la
adolescencia es un problema médico con las consiguientes medidas higiénico-dietéticas para abordarlo.
La psicopatologizadón incorpora algo de la concepción medicalizante aunque, fundamentalmente tomando en
consideración el peso de las estadísticas, reivindica la potencialidad del adolescente para la explosión esquizofrénica.
De ahí la idea de una edad psicopatológicamente lábil. Por lo tanto la adolescencia es un problema psiquiátrico.
La psicologización también distorsiona cuando propone categorías interpretativas universales (del tipo actualización del
complejo de Edipo o la actualización pulsional) que desdibujan en su generalidad la complejidad del fenómeno.
La sociologización tiende a caracterizar al adolescente sólo como un receptor mecánico de circunstancias externas. Por
lo tanto es el reflejo de condiciones exteriores y por consiguiente es un problema social.
Mirarte distinto es andar todos los días por todos tus caminos... para no hacerte piedra.
Tal vez podríamos situar la adolescencia como configurando un territorio. Territorio que no es especificable ni
delimitable con trazos rígidos. Las categorías médicas psicopatológicas y psicológicas, sociológicas e incluso las
cronológicas, son insuficientes en forma aislada para abarcarlo.
Es un territorio que se va delimitando y construyendo en forma irregular en el curso del tiempo. En un tiempo que no
es lineal, un tiempo de avances y retrocesos, de circuitos laterales, circuitos progresivos y también regresivos. Es
esta irregularidad, estos circuitos supuestamente anómalos, la plataforma misma sobre la que se edifica el mundo
adolescente, en el que se canaliza por lo tanto no sólo lo progresivo sino también lo regresivo e incluso lo transgresivo.
La transgresión, por lo tanto, desde un cierto marco, bajo ciertos límites, es uno de los tantos relieves geográficos de
este territorio.
En este territorio se despliega la subjetividad adolescente, considerando a la subjetividad como la forma de existencia
de los sujetos. Los saberes, las disciplinas que se refieren a ella deben reconocer que lo hacen desde un cierto
recorte, desde una cierta parcialidad. Es en el entrecruzamiento de los saberes y las disciplinas, que se va armando
una concepción dinámica de la subjetividad, pensada como lo no dado, como lo no estático, como en proceso de
estructuración y de construcción. De ahí la idea de subjetivación, de una subjetividad que se hace.
Esta mirada por lo tanto es heterogénea y contradictoria. No reconoce propietarios exclusivos. Son estas características
las que la toman compleja pero también superadora, en tanto se convierte en un desafío que requiere un esfuerzo
colectivo.
Por lo tanto el pensamiento psicoanalítico que orienta el conjunto de las ideas de este trabajo se inscribe dentro de esa
mirada pero no la gobierna.
¿Cuál es el eslabón común de todos los saberes en la caracterización de la subjetivación? Principalmente, aunque
con las diferencias inherentes a las especificidades, el elemento común es la presencia del otro. Otro, representado
en un comienzo por los padres, pero que con el correr del tiempo se va diversificando y encarnando en otras figuras,
otras personas, otras instituciones. Este “otro” configura la madeja de lo social, pero no sólo en tanto representación
de personas e instituciones concretas sino que queda representado también a través de formas mediatizadas como
por ejemplo la simbolización. Y esto es muy importante porque el “otro” tiene encarnaduras aparentemente invisibles
cuando aparece en forma simbólica a través de figuras supuestamente distanciadas del modelo original. Un ejemplo
muy claro y muy actual de esto son los distintos artificios que pueden servir para representar y/o simbolizar la figura de
la autoridad. En síntesis, la subjetivación tiene dos articuladores esenciales: la idea de “en construcción” y la presencia
del “otro”.
En una tira de Mafalda un joven recibe un cascotazo después del siguiente comentario del personaje. “¿Pensaste
alguna vez que estos jóvenes que hoy sufren porque los adultos no les dejan camino son los mismos que mañana
cuando sean adultos, no nos va a dejar camino a nosotros?” A lo que Miguelito responde: “Nunca lo había pensando”.
Esta tragicómica idea de inexorabilidad es la que marca la noción de continuidad, de un antes con referencias en la
infancia y un después en la adultez.
Noción de continuidad que incluye también la de espacio, justamente de un espacio sin limites precisos.
Como decíamos anteriormente, en este territorio se va desplegando la subjetividad. Despliegue que se desenvuelve
en algunos escenarios que operan en forma simultánea e interrelacionadamente. Estos escenarios son discernibles e
identificables. Trataremos de ubicar alguno de ellos. Tal vez los más paradigmáticos, y formando parte de la dinámica
de la subjetivación, son los procesos de construcción de la identidad, de apropiación y de construcción del espacio
subjetivo y los procesos de emancipación. Los fracasos en el pasaje por cualquiera de estos escenarios darán lugar a
fenómenos de desubjetivación que implican vivencias de desapropiación y vaciamiento emocional e intelectual, anomia
o sujetamiento a pautas arcaicas o infantiles, bloqueos o directamente detención en el desarrollo.
El fracaso en cualquiera de estos procesos deja marcas irreversibles. Françoise Dolto, psicoanalista francesa, toma el
modelo de la langosta de mar o del bogavante que en un determinado momento pierden su concha y se ocultan bajo la
roca mientras segregan una nueva. Si reciben un golpe quedan heridas para siempre. Reconstruyen su caparazón que
recubrirá sus heridas, formará cicatrices pero no las borrará.
¿Cuáles son las heridas y las cicatrices que dejan su impronta definitiva en la vida llamada adolescente mientras fuera
del abrigo de las rocas va reconstruyendo su caparazón?
La característica clave del recorrido adolescente es la vulnerabilidad precisamente porque etá cambiando su
caparazón y porque la sociedad ofrece muy pocas rocas para protegerlo. Es vulnerable entonces porque mientras
realiza esta operación queda a la intemperie y las heridas que se le producen afectan todoel andamiaje sobre el que
fue construyendo su estructura. La caparazón también se herirá al recubrir el cuerpo herido.
Los escenarios que se despliegan en el proceso de subjetivación requieren la puesta en juego de varios procedimientos.
Lo podríamos imaginar como una especie de collage escenográfico permanentemente móvil e intercambiable, donde
nada se borra en forma definitiva y donde lo nuevo, cuando menos, tiene la marca de lo anterior. Y hablamos de
procedimientos porque la subjetivación es un proceso en constitución fundamental y a veces sorprendentemente activo
de algo, en algún sentido incompleto, aunque el resultado final no sea una supuesta completitud adulta sin fisuras ni
grietas.
Estoy habitado –hablo de los que fui y los que fui me hablan–. Experimento la molestia de sentirme extranjero, los que
fui constituyen ahora toda una sociedad y acaba de ocurrirme que ya no me entiendo a mí mismo.
Henri Michaux
Poemas
Tal vez uno de los procedimientos más significativos es la condena (sin connotaciones penales) de las identificaciones
pretéritas para ir muy lentamente configurando un repertorio de identificaciones nuevas. Esta condena no implica una
abjuración completa de lo anterior, sino una radical reestructuración, la construcción de la identidad. Las identificaciones
pasadas, fundamentalmente organizadas alrededor de la figura de los padres, o de sustitutos muy directos, se
reorganizan en identificaciones más complejas y alejadas del modelo original. En esa reorganización siempre el
adulto tiene un lugar fundamental. Pero la referencia en la construcción de la identidad no es únicamente la histórica
parental ni la de los adultos en general. Existen referencias horizontales: los grupos de pares. Los intercambios y
los movimientos que se suscitan a través de estos grupos son un eslabón clave en la conformación de la identidad
adolescente porque se trata de un ensamblaje cualitativamente distinto entre lo histórico que se va reestructurando
y lo actual. La cotidianidad de las relaciones grupales opera como una especie de cemento de todo lo nuevo que
se va gestando. Y son precisamente las vicisitudes de los intercambios que proporciona la grupalidad las que van a
contribuir a consolidar o fragilizar este proceso. Por ejemplo, los grupos estructurados sobre la base de lazos solidarios,
consolidan. Los grupos estructurados con proyectos creativos, consolidan. Los grupos que se permiten el ocio y al
mismo tiempo una circulación ni estática ni pasivizante también consolidan.
¿Cómo transitar este proceso ante la descomunal oferta consumista, oferta que lleva implícitos un conjunto de valores,
y la dificultad significativa, y en ocasiones la imposibilidad, de acceder a dichos valores, como a las identificaciones que
ellos arrastran y proponen? Oferta homogeneizante (en tanto tiende a ocultar las diferencias) y que de esta manera
incide e interfiere en los procesos de subjetivación, lo que lleva a un trastocamiento complejo en la marcha hacia la
construcción de la identidad.
Césare Pavese
El oficio de vivir
Con relación a la apropiación, se trata de una compleja mecánica que requiere de una paulatina metabolización de
los cambios corporales que son físicos y psíquicos y que desembocan como resultado esperable en la apropiación
del cuerpo. Estos cambios van generando vivencias de extrañamiento y desorientación que, con el tiempo y con un
continente adecuado, llevan a la reapropiación de ese cuerpo que parecía perdido. El cuerpo se va habitando.
No se trata de una ocupación masiva y de una sola vez. Es una ocupación paulatina y contradictoria. Las interferencias
en esta mutación dejan distinto tipo de secuelas o determinan mecanismos compensatorios o de sobreadaptación que
pueden o no tener carácter patológico pero siempre implican una sobreexigencia en ese programa de habitabilidad.
Simultáneamente se produce otro hecho. El pasaje de lo familiar a lo extrafamiliar, con sus vicisitudes, conflictos y
tensiones deviene en otro tipo de apropiación: la de lo social. Ahora lo social se ha extendido, ya no son sólo las figuras
primarias (padres y hermanos), aparecen los amigos, los amores, los diferentes actores sociales. Cuerpo y sociedad se
entrelazan, se interpenetran.
¿Cómo transitar este camino lleno de pasajes y movimientos de distinto tipo frente a la brutal sobreestimulación
erotizante, las propuestas seductoras e inalcanzables y a veces hasta directamente perversas y como contrapartida una
casi nula oferta para instrumentarlas y tramitarlas?
Una consecuencia de estas interferencias en el proceso de mutación y transformación del cuerpo y de tránsito de lo
familiar a lo extrafamiliar es el embarazo adolescente debido a que tales interferencias no son necesariamente sólo la
violencia directa sobre el cuerpo sino también, por ejemplo, la omisión o ausencia de información sexual (sin embargo
hay que resaltar que es una problemática compleja que responde a múltiples determinaciones y que no admite ningún
tipo de simplificación).
Sin embargo, hay otras consecuencias desapropiadoras que atraviesan y desgarran el cuerpo y repercuten en lo
social; la fundamental de ellas es la drogadicción y también el sida cuya incidencia en los adolescentes ya es altamente
significativa, tema que requeriría un tratamiento particular y profundo.
Alejandra Pizarnik
Semblanza
Al contrario de un tour donde todo está organizado y planificado previamente, el recorrido del viaje adolescente se
organiza desde la imprevisibilidad. Pero no desde la imprevisibilidad absoluta. Este recorrido va configurando los modos
en que se construye su espacio subjetivo, para lo que son necesarios algunos mojones, algunas guías que permitan
trazar el territorio de cada uno. Esos mojones pueden ser monumentos infranqueables y enceguecedores o luces claras
que orientan. Puede ser la rigidez, el autoritarismo y la represión que bloquean y hasta cierran los espacios o la voz
firme, segura, pero al mismo tiempo autorizadora que ayuda a trazar el camino. Estos mojones, estas guías, estas
voces, estas luces las pueden encarnar adultos conscientes y responsables.
Pero no sólo esto. También necesita de los espacios reales, escuela y trabajo, porque son los verdaderos y más
importantes anclajes articuladores para la construcción de su espacio subjetivo. ¿Cuáles son las consecuencias para la
construcción de este espacio subjetivo, cuando dicho espacio real directamente no existe, o si se ofrece tenuemente es
para segregar o expulsar?
Aquella voz firme del adulto y las instituciones que lo respaldan, al existir y autorizar, de alguna manera también
previenen y no porque muestran el camino verdadero sino porque evitan quedar fuera del camino.
5.4 La emancipación
Fernando Pessoa
Poemas de Alberto Caeiro
La emancipación es tal vez uno de los eslabones principales de la vida adolescente. Marca más que un pasaje, más
que un tránsito, marca una metamorfosis. Metamorfosis en la que el cambio incluye lo nuevo y lo anterior. Metamorfosis
que va de lo familiar a lo extrafamiliar, del juego al trabajo, de la endogamia a la exogamia, de los modos horizontales y
contiguos de relación y vínculos a formas más mediatizadas y complejizadas.
Los ritos de iniciación, tan estudiados por los antropólogos en las mal llamadas sociedades primitivas, aun cuando
homogeneizaban en base a una edad, cuando probablemente no todos estaban preparados para enfrentarlo, dejaban
una marca. Marca que oficiaba de referencia ordenadora, de jalón y pertenencia a un cierto contexto social.
Nuestra sociedad no homogeneiza con ritos de iniciación que dejan marcas estructurantes, homogeneiza con sus
propuestas consumistas y anomizantes e interfiere en el proceso de emancipación.
¿Cómo transitar este camino cuando las alternativas son tan polares y ninguna de ellas propidadora del tránsito?
Las alternativas son una precocidad y precipitación emancipatoria sin referencias ni jalones ordenadores y
estructurantes (ejemplo de ello es el embarazo adolescente) o como contrapartida un retardo y hasta la detención
misma en las posibilidades de autonomía con diversas consecuencias factibles, tal vez la más invalidante: la
infantilización.
Por otra parte, más vale el joven pobre pero sabio que el rey viejo pero necio, porque éste ya no admite consejos.
Aunque el joven que luego reinará en lugar de ese rey haya llegado de la cárcel al trono o haya subido de la pobreza
al reinado, he visto a la gente de este mundo darle su apoyo.
Las concepciones de recorrido, tránsito, viaje, metamorfosis, mutación, denotan el paisaje de un proceso que se
despliega en el tiempo. Tiempo que no es rígidamente cronológico sino que es el tiempo de la singularidad de cada
adolescente. Tiempo que implica un proceso en estructuración antes de la llegada de lo que deviene en cristalización, el
sujeto adulto.
Es la última oportunidad de intervenir antes de lo finalizado de estructurar. Es la última oportunidad de intervenir para
reforzar o destruir lo que se comenzó a construir en la infancia.
Lo construido en la infancia es la base, el fundamento desde el cual se irradian los diferentes caminos del recorrido
adolescente. Este camino puede ser entorpecido o facilitado. Por consiguiente es la última posibilidad de prevenir,
no en el sentido mecánico de la vacuna que inmuniza, sino de una manera activa y creadora, insertándose en el
frondoso mundo de la transformación adolescente. Porque el intento de la prevención apunta a no confirmar una de las
consecuencias más negativas del tránsito adolescente: la exclusión.
Porque la exclusión conduce a la pasividad y ésta se puede instrumentar reactivamente con mecanismos opuestos; de
ahí las diferentes modalidades de actuación y violencia. Porque la exclusión lleva a la anomia, a borrar las referencias
identificatorias, incluso a la falta de sentido en la misma existencia. Porque la exclusión destroza las posibilidades de
singularización, de ser cada uno sujeto de un proyecto genuino gestado desde el propio deseo. De ahí la necesidad de
promover demandas subjetivantes, singularizadoras, activantes y emancipadoras.
Si la invalidación de algunos derechos impugna la misma noción de ciudadanía, los adolescentes no tienen estatuto de
ciudadanos. Se trata de invertir los términos y no quedar ahogados por las demandas socialmente institucionalizadas
y propiciadas. Se trata más bien de promover y calificar las demandas adolescentes ubicándolos a ellos como los
verdaderos protagonistas. Protagonistas activos y conscientes.
Como decía Donald Winnicot, psicoanalista inglés, no hay que remediar ni reprimir la “crisis adolescente”, sino
encararla. Encararla: que el adolescente ponga la cara, no ponerle la cara que queremos nosotros.
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Hugo Lerner
Es cierto que apenas nacemos nos sentimos solos; pero niños y adultos pueden
trascender su soledad y olvidarse de sí mismos a través de juego o trabajo. En
cambio, el adolescente, vacilante entre la infancia y la juventud, queda suspenso
un instante ante la infinita riqueza del mundo. El adolescente se asombra de ser. Y
al pasmo sucede la reflexión: inclinado sobre el río de su conciencia se pregunta si
ese rostro que aflora lentamente del fondo, deformado por el agua, es el suyo. La
singularidad de ser —pura sensación en el niño— se transforma en problema y
pregunta, en conciencia interrogante […]. Por eso la adolescencia no es solo la edad
de la soledad, sino también la época de los grandes amores, del heroísmo y del
sacrificio. Con razón el pueblo imagina al héroe y al amante como figuras
adolescentes.
Octavio Paz
El laberinto de la soledad.
Comentarios iniciales
1
En este texto presento una síntesis y una reelaboración de diferentes ideas que he desarrollado en
escritos publicados con anterioridad.
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, M. Serres.
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2
El phubbing es un término inglés compuesto a partir de las palabras phone (teléfono) y snubbing
(despreciar), que nace para describir la situación en la que la persona resta atención a sus acompañantes
para dedicársela a su teléfono móvil o a otros aparatos electrónicos.
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distintas posibilidades. Los jóvenes quedan comprendidos en los mismos grupos por
compartir los mismos espacios determinados por sus gustos y elecciones.
Habrá grupos con inclinación a consumos “intelectuales” y “elitistas”, que
concurren a actividades literarias, aborrecen el deporte, intentan marcar con fuerza
lo diferente que son al resto de sus compañeros de escuela que siguen a algún
programa popular de televisión y, más adelante, se encaminan hacia algún tipo de
elección universitaria humanística.
Otros grupos escogerán el deporte y no le dan valor a las actividades intelectuales,
eligen música de consumo popular, aprecian la televisión cuando están reunidos en
sus casas y en correspondencia con la vida al aire libre valoran un deporte al que le
consagran mucho tiempo.
Sé que estamos refiriéndonos a sectores de la clase media, pero lo que intento es
que se distinga en la acción de los grupos de pares la gran diferenciación en gustos
y predilecciones que acaban expresando coincidencias electivas aptas para enlazar
grupos, demarcar circuitos de consumos culturales, consolidar identificaciones
grupales y propulsar procesos de socialización diferentes, enmarcados en
territorialidades alejadas y que favorecen a la construcción de comunidades con
destinos desiguales entre sí.
En adolescentes de sectores populares asiduamente se valora el encuentro en “la
esquina” o el club de barrio, esto no es igual que elegir la “vagancia”, pertenecer al
grupo de “vaguitos” o de “guachitos” con los que “se para” y en los que se admiten
diferentes formas de delito menor y “la transa” de drogas a baja escala. Aunque son
grupos socialmente objetados y rechazados es indudable que para ellos estas
pertenencias son una urdimbre identitaria.
Los grupos de adolescentes muestran un cierto orden preponderante dentro de
los planes de interacción posibles, una suerte de organización que identifica de modo
similar en cada uno de los miembros de un grupo, y así resulta que se dan cita los
más disímiles tipos de prácticas acompañando patrones simbólicos análogos; podrán
ser las formas del comer y del beber, los modos de concebir la higiene, la vestimenta,
las preferencias musicales o artísticas en general, qué red social utilizan con más
frecuencia, etcétera.
El grupo aporta seguridad, atención y dignidad al adolescente, en un mundo que
a menudo le resulta anónimo, complejo, insensible y debilitante. La necesidad de
tener un grupo de pertenencia y de ser admitido en él define su comportamiento. En
medio de una confusión de roles y al no poder ya mantener la dependencia infantil
ni poder asumir todavía la independencia adulta, el adolescente delega en el grupo
gran parte de sus propiedades.
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Tribus urbanas3
No me voy a detener en todas las tribus urbanas actuales con sus singulares y
variadas nomenclaturas, que indican metafóricamente alguna de sus características
y que, como ha señalado con acierto Caffarelli (2008), son modos de “cazar
identidades”. Enumeraré solo algunas: los Emos, los Floggers, los Darks, los
Heavies, los Punks, los Góticos, los Indies, los Ravers, los Hipsters…
Los Punks se distinguen por un tipo de música y un estilo de vestimenta (prendas
rotas, gastadas, tachas, borceguíes, como un intento de manifestar un desprecio por
la moda instituida), todo ello acoplado a un enfoque que está relacionado a la
consigna “no hay futuro”. Lo más distintivo es el cabello: crestas de colores fuertes
y llamativos (verde, violeta, fucsia). Este “no future” de los Punks nació en Inglaterra
a mediados de los años setenta, en correspondencia con la profunda inestabilidad
socioeconómica que atravesaba la sociedad británica.
Los Góticos también brotaron en Inglaterra a comienzos de los ochenta en
correlación con la aparición del movimiento musical llamado “rock gótico”. Se
3
Una parte de este tema lo he desarrollado en “Ser o Estar Adolescente” (Lerner, 2015).
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popularizaron por toda Europa, y en Alemania se los llamó “grufties” (criaturas de las
tumbas). Si bien esta tribu está en repliegue hace años, todavía quedan algunos
exponentes. Su estética se basa en usar vestimenta negra. Algunos miembros han
adoptado formas de vestir con reminiscencias medievales y “vampirescas”. Una
característica sustancial es el maquillaje tanto en mujeres como en hombres. Se
colorean cuello y cara con maquillajes que dan un aspecto de intensa palidez,
recalcando ojos y labios con lápiz negro. Asimismo el piercing es primordial, ya sea
en la nariz, las cejas, la lengua o las orejas. Cuando esta tendencia alcanzó a
Latinoamérica, se los denominó también los “Dark” (oscuro en inglés).
Los “Heavies” o metaleros es un grupo que se identifica por su vocación al estilo
de música llamado “Heavy metal” o “Rock pesado”. En sus comienzos utilizaban un
planteo contrapuesto a la consigna hippie de “paz y amor” y exhibían una actitud de
descontento y enojo frente a la sociedad y sus problemas. Black Sabbath, conjunto
musical pionero en este grupo, compuso una canción llamada “War Pigs” (Cerdos de
la guerra) en la que planteaba su clara actitud de rechazo ante ciertos contextos
sociopolíticos. La estética: pantalones y chaquetas de cuero, tachas, camisetas
negras con leyendas que refieren al grupo musical favorito, zapatillas de básquetbol,
botas militares y cabello largo en ambos sexos, al cual los varones le añaden patillas
y barbas.
Los “Indies” germinaron en la década de los noventa. Su nombre es una
contracción de “independents” (“independientes” en español) y alude a la
independencia de algunos sellos discográficos que promovieron la música llamada en
ese entonces “alternativa” frente a las ofertas de la corriente más comercial y de
consumo. Sustentan una actitud contracultural, según la cual repudian todo lo
comercial y valorizan la autogestión en iniciativas culturales como la producción de
libros o discos, el diseño de indumentaria, etc. Hacen gala de estar a la vanguardia
y de ser creativos. Cultores del llamado “Indie rock”, repudian todo lo conectado con
el consumo masivo, desprecian al mundo en que prevalece el “tener” sobre el “ser”
y valorizan la calidad y el gusto por lo excelso. Están identificados por una actitud de
“pesimismo existencial”, que asocia una insatisfacción parecida a la de los Punk con
un rechazo al materialismo que rememora las posturas del movimiento hippie.
Declaran la desilusión ante una sociedad en la que ha triunfado el consumo, con la
consecuente marginación que genera en extensos sectores de la población y la
demanda de libertad. Asumen un interés por la literatura y el arte, este último
principalmente si es transgresor y de vanguardia. El icono en este terreno es Andy
Warhol. En relación al cine, escogen el de autor y rechazan las producciones
comerciales. En su estética se incluyen gafas con marcos gruesos y de colores,
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remeras con logos de sus grupos musicales preferidos, jeans gastados o rotos, viejos
sacos o chaquetas de fajina, zapatillas de lona, cabello corto y peinado con un
“desarreglo prolijo” que procuran mostrar como “casual”; las mujeres llevan flequillo
recto y lacio. Este modo de vestir y de presentarse procura mostrar una
despreocupación por la imagen y el desprecio por todo lo artificial o desviado de lo
natural.
Los Ravers son jóvenes a quienes les cautiva la música electrónica y las fiestas
(“rave parties”) en las que se escucha este tipo de música. Por esto último, asimismo,
se los conoce como “electrónicos” o por su apócope, “electros”. Los “ravers”
(“fiestero” o “juerguistas” en español) emergen en Inglaterra durante la década del
cincuenta; el nombre hacía referencia a los sujetos apasionados por las fiestas. Más
tarde, a finales de los ochenta, se llamó “raves” a los que asistían a fiestas de larga
duración. Los Ravers son, pues, integrantes de una tribu urbana que frecuentan las
fiestas electrónicas y que comparten la filosofía y el gusto por la música que se
escucha en estas reuniones, muchas veces multitudinarias, realizadas en sitios muy
amplios, ya sea abiertos o cerrados. Las fiestas electrónicas más afamadas,
originadas en Europa pero que se han difundido en diversos países latinoamericanos,
son el “Love Parade” y la “Creamfields”.
Estas fiestas o festivales, en que lo central es la música y el baile, suelen durar
doce o más horas. En ellas se prioriza el encuentro pacífico, tranquilo y no debe
haber lugar para enfrentamientos, conflictos ni, mucho menos, peleas. Los
concurrentes a estos eventos plantean compartir momentos en los cuales se deben
abandonar las diferencias tanto personales como sociales. Debe reinar un marco de
amistad, amor y gozo. El lema que los identifica es PURA: paz, unidad, respeto, amor.
En estos jóvenes impera el “vivir y dejar vivir”. Su búsqueda tiene que ver con la
libertad interior y desean distanciarse de la tristeza y de los escenarios desgraciados
de la realidad. No sienten afinidad por la política. Lo central reside en gozar la música
y en el transcurrir de la fiesta. Así como en muchas de las tribus que antes retraté
circula la marihuana, en esta, la droga que reina es el éxtasis (llamada la “droga del
amor”). Dudo que hoy día haya algún terapeuta que no tenga experiencia con
jóvenes pertenecientes a esta cultura tan presente y extendida, por lo menos en
Buenos Aires y alrededores, especialmente en las clases medias acomodadas.
Los Emos han surgido alrededor de los últimos 15 años. El término deriva del
género músical “emo” = emotional hard core (núcleo emocional fuerte). Esta música
gira en torno de emociones y estados de ánimo oscilantes. Los Emos, un tanto en
retirada, prevalecen en sujetos entre 13 y 17 años y se caracterizan por asumir un
aspecto melancólico y por expresar libremente sus sentimientos, en particular la
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en menor medida, al Perú. Los cumbieros se caracterizan por usar zapatillas caras
a las que denominan “llantas”, y eligen usarlas desatadas y con las lengüetas hacia
afuera, para resaltar la marca. Usan pantalones de telas sintéticas o de tela de avión,
comúnmente anchos y también de buena marca, al igual que las remeras o camperas.
Tienden a hacerse reflejos rubios o platinados en el pelo, a utilizar gorras de equipos
de básquetbol y camisetas de equipos de básquet o fútbol. La cumbia villera ha
originado múltiples polémicas, sobre todo en relación a las letras de las canciones,
ya que se considera que su contenido es obsceno, machista y delincuencial. Muchos
han aseverado que su apología del delito siembra la delincuencia, de ahí la gran
cantidad de detractores que ha tenido esta tribu. Si bien, como he indicado, este
grupo prepondera en sectores vulnerables de la sociedad, vale la pena señalar que
la música de esta tribu ha tenido desde hace algunos años seguidores provenientes
de las clases medias y medias altas. Era frecuente que en las reuniones sociales, las
fiestas o los lugares de veraneo (Punta del Este, Pinamar, etc.) de estas clases
sociales, la música central fuese la cumbia villera.
En los últimos años apareció un grupo de jóvenes a los que se los conoce como
hipsters: se identifican por tener gustos e intereses asociados a lo vintage, lo
alternativo y lo independiente.
Los hipsters están en contra de las convenciones sociales y objetan los valores de
la cultura comercial preponderante (el mainstream), en favor de las culturas
populares locales. En este sentido, poseen una sensibilidad variada, con estilos de
vida alternativos que van desde seleccionar la comida orgánica hasta beber cervezas
de elaboración artesanal.
Su vestimenta es un tanto extravagante, con un look inusual y una interpretación
de la moda muy irónica. Adoptan prendas de ropa de estilo moderno y vintage.
Rescataron algunos accesorios antiguos, como los sombreros de ala, los lentes de sol
al estilo wayfarer (cuadrados y negros), los pantalones de pitillo y los estampados
con lunares o con patrones a cuadros. El corte de cabello en los varones es típico:
corto y dejan en la parte superior de la cabeza el pelo más largo. Suelen usar barba.
Por lo general son de clase media y media alta, que viven en las grandes ciudades
del mundo. Últimamente muchos deportistas -especialmente los futbolistas- han
elegido esta moda.
Se caracterizan por escuchar jazz e indie, músicos del estilo de Tom Waits, Bob
Dylan, y bandas de rock alternativo; ver películas clásicas y de cine independiente;
ir a las ferias de ropa usada y objetos de segunda mano; visitar galerías de arte y
museos; tener las últimas novedades tecnológicas; usar las redes sociales para
comunicarse, publicar fotos, compartir música, videos, etcétera.
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Ana María Fernández (2013) ha retratado a los “jóvenes de vidas grises”, sujetos
con varios tipos de sufrimientos pero que ante diversas preguntas manifiestan
siempre: “Todo bien, nada, todo tranquilo”, y esta autora plantea que es como si se
4
Este tema también lo he desarrollado en “Ser o Estar Adolescente” (Lerner, 2015).
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ubicasen en un modo de espera para que el otro les explique qué les pasa. ¿Ausencia
de una postura interrogativa? ¿Vacíos existenciales?
Fernández describe una modalidad en la que funciones como “definir, decidir,
optar, elegir” estuviesen inhibidas. Una elección vocacional, una opción de elección
sexual, una elección laboral, o algo tan simple como elegir algún programa con
amigos, por ejemplo, entran para los adolescentes contemporáneos en el terreno de
la indefinición, de la parálisis para elegir. Expresan pocos deseos y tienen escasos o
ningún proyecto.
La llamada generación Y tiene entre 18 y 30 años. Crecieron rodeados de
tecnología, consumo y publicidad. No creen en el trabajo para toda la vida ni en la
política, aunque la ecología logra movilizarlos. El núcleo del grupo, dicen los
sociólogos, está en los sujetos que tienen entre 22 y 28 años, que suceden y
trastornan a los miembros pragmáticos e individualistas de la Generación X, los que
hoy tienen entre 35 y 45. También se los llama “millennials” (los jóvenes del nuevo
milenio), “generación Google” o “iGeneration”, en referencia al significativo lugar que
ocupan en sus vidas herramientas de la tecnología como los “iPads” y los teléfonos
inteligentes, no en tanto dispositivos útiles para alguna aplicación determinada, sino
como una ramificación significativa de sus cuerpos; en estos se encontrarán con sus
intereses y sus maneras de informarse, comunicarse y entretenerse.
La Generación Y transita por sus trayectos universitarios y arriba a sus
potenciales empleos y a cualquier escenario en general con un estilo hedonista,
inquieto y de atención múltiple. Esto entra en conflicto con las expectativas de
docentes y jefes, que se sorprenden cuando, en una entrevista laboral, el postulante,
llevado por su interés cardinal, realiza preguntas como: “¿Cuántas semanas de
vacaciones tengo?”, o cuando en una clase no formulan preguntas sino que sus
participaciones comienzan ordinariamente con “Yo opino que...”.
Parecería que para esta generación el trabajo perdió su valor de estabilidad; son
jóvenes que valorizan el consumo más que la acumulación de bienes; que quieren
percibirse contemporáneos y ser dueños de su propio tiempo; que consienten la
diversidad de buen grado; que arman sus salidas improvisando y sobre la marcha;
que quieren ser registrados como adultos sin dejar de vivir con sus padres; que
desprecian la política tradicional pero se apuntalan con ganas en las causas
ecológicas y solidarias.
Son más autónomos que los jóvenes de antes, pero con menos convicciones. Se
sienten libres para ir cimentando su propia biografía, pero con menos certidumbres.
Habitan un mundo que ya no tiene aquellas organizaciones que daban protección y
seguridad, sobre todo en el ámbito laboral.
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personalizado y móvil, pero sobre todo debe ser ostentable. El aspecto estético de
los aparatos que manejan es medular, como bien saben las compañías que los
producen.
Según los científicos sociales, ha surgido un grupo nuevo que ya ocupa un lugar:
los Z. Sus hermanos mayores, los Y que recién describimos, fueron considerados
egocéntricos y poco comprometidos; al grupo de los Z se los califica de ansiosos y
contradictorios; sus características psicosociales específicas los diferencian de los
miembros de las generaciones anteriores, aunque también se encuentran
encadenamientos con la generación Y, su precedente. Son “nativos digitales” en
forma categórica y la tecnología está presente en sus vidas desde que nacen. Son
ansiosos y esperan respuestas cada vez más vertiginosas en todas las esferas. Son
curiosos, indagadores e investigan todo en internet, por lo que no siempre manejan
información precisa. Anhelan ser sus propios jefes y cimentar su propio proyecto, el
cual relacionan potentemente con el desarrollo de una profesión a la que le dará
acceso su formación universitaria. Cuando eligen su carrera, lo hacen infiriendo el
desarrollo profesional más autónomo y emancipado que puedan imaginar. Por
ejemplo: desean recibirse de ingenieros, transitar una experiencia en una empresa
de tecnología, para después arrojarse a su propio emprendimiento. La expresión
“nacieron con un chip en la cabeza”, que se suele aplicar a niños pequeños que
utilizan los iPads o los teléfonos celulares, es sencillamente lo normal en el caso de
los Z. Esto hace que predomine en esta generación una inteligencia práctica y una
agilidad mental que seguramente no se han observado en las anteriores, y parecería
traer algunas derivaciones en cuanto a la educación de esta generación todavía
joven. Por tratarse de individuos ampliamente sensoriales, su falta de lectura es un
problema que todos los docentes padecen. Leen cruzado, escogen los cuadros o los
gráficos y se entusiasman con las presentaciones interactivas. Para que puedan
aprender, su educación tiene que estar finalmente acompañada por diversión y por
el uso de todos los sentidos, ocupando los elementos tecnológicos un lugar central.
Se suele afirmar que la generación Z privilegia el trabajo flexible y que intentan
aprender nuevas destrezas en el trabajo. Les interesa agregar nuevas aptitudes a
aquellas con las que ya cuentan. Las tareas repetitivas les resultan aburridas,
monótonas; se orientan al cambio, de modo tal que pueden cambiar de contexto y
aprender fácilmente nuevas destrezas. Son ambiciosos en lo que concierne a los
objetivos de su trabajo. Son, sin lugar a dudas, consumistas implacables, y se
caracterizan por su capacidad para realizar muchas tareas a la vez (“multitasking”)
y por la pretensión de entrar velozmente en el universo de los adultos. Es común que
mientras un Z habla con alguien que está junto a él, tenga su iPad prendido y esté
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Abandonemos ahora por un momento a los X, los Y y los Z, y echemos una ojeada
a los “Ni–Ni”: los jóvenes que no trabajan ni estudian.
Es un fenómeno en ampliación que se da en varios países; viven sin saber qué
hacer o para qué esforzarse, lo que les genera angustia.
En los últimos años, muchas consultas de adolescentes son por estados de
angustias difusas más que por vivencias traumáticas o peleas con los padres; la
angustia que se relaciona con la falta de bordes precisos, de límites claros, de reglas
a las cuales oponerse y así poder transgredir. Este universo indiferenciado se vio
ampliado últimamente con la demanda de terapia para jóvenes de 18 a 21 años que
debían materias de la secundaria, y no sabían qué seguir haciendo después. Sin saber
en quién y en qué creer, o para qué esforzarse, una sensación de sinsentido
acompaña a estos adolescentes. En algunos puntos se parecen a los “jóvenes de
vidas grises” que describió Fernández.
En toda evolución hay pérdidas y ganancias, e indudablemente estamos
marchando hacia una nueva percepción de la vida más realista en cuanto a lo incierta
y frágil que es, cuando un número considerable de valores anteriores se sostenían
en una idea errónea e ilusoria de las certezas. En esta transición actual, al haberse
perdido muchas certidumbres y garantías, se está extraviando también el sentido,
y surge la pregunta: para qué hago lo que hago si, finalmente, nada permanece.
Mientras existió un “Estado de bienestar”, la escolaridad estaba articulada a un
soporte social más amplio, y se conjeturaba que, una vez acabado el proceso de
aprendizaje, los jóvenes accederían a algún trabajo digno. Hasta para quienes
quedaban excluidos de las instituciones educativas se encontraban mecanismos
paralelos de integración social.
Este contexto permitía aplazar la satisfacción por medio de un sacrificio que luciría
sus frutos en un futuro próximo. Esto no es lo que ocurre en este momento con
numerosos jóvenes para quienes no hay futuro. En tal sentido, hay que precisar que
la deserción escolar se relaciona con las relaciones de clase y económicas y que se
da con mayor intensidad en los sectores de bajos recursos, aunque está presente en
diferentes clases sociales.
Los problemas que atraviesan las instituciones educativas para relacionarse con
los nuevos alumnos se enlazan con la dificultad de sostener una rutina de sacrificio
en pos de un futuro mejor cuando no se percibe futuro alguno. Por lo tanto, la rutina
escolar no solo se vuelve poco seductora -situación que se intensifica cuando se la
compara con el formato flexible de los medios de comunicación- sino,
primordialmente, insoportable.
La familia está en desorden (Roudinesco, E., 2003) y la autoridad de los padres,
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del docente, de la ley, ha sido degradada; básicamente, dado que el fenómeno social
implica el respeto de determinadas pautas, la sociedad toda presenta signos de
desintegración. La falta de trabajo, de autoestima (Hornstein, L., 2015), de una
persona que sea “cabeza de familia”, ha llevado a la creación de un grupo humano
sin metas y esperanzas en el futuro. Actualmente, un conjunto significativo de la
juventud no abriga proyectos o tiene dificultades para concretarlos, tiende al
facilismo y a la satisfacción de sus escasas metas por medio de métodos no
convencionales, impensables en otra época, donde prevalecía una cultura del trabajo,
de la corrección, de la urbanidad, o sea, la proyección de un yo-social. Hoy, el
objetivo último de algunos jóvenes es con frecuencia formar parte de barras que se
congregan por un partido de fútbol, integrar alguna tribu urbana o reunirse para
tomar alcohol en las esquinas.
Es importante remarcar que en las clases sociales bajas hay una clara relación
entre este posicionamiento sociocultural de los “Ni-Ni” con el contexto
socioeconómico, que impide estructurar y cumplimentar proyectos personales y
colectivos. En estos, el marco social y económico funciona en muchos jóvenes como
generador de “no hay futuro”.
Los medios de comunicación generan la capacidad de hacer entrar en el universo
de lo posible un acto a veces pensado, pero circunscrito a la esfera de lo imaginario.
El sentimiento de que “otros también lo hacen” puede conferir un carácter de
“normalidad” a un gesto desesperado. Si otros “no hacen nada, también yo puedo
no hacer”. En otras palabras, crea una forma de oportunismo cognitivo.
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Resumen
Descriptores
Summary
Keywords
Rèsumè
L´adolescence est frequenté par des ouragans émotionnels qui font frémir l´identité
et le
moi du sujet. L´identité, dans cette étape de la vie, est agité et fragile. Le désir
d´être un
sujet dans le monde entraîne une urgence pas aidée par le principe de réalité.
Retarder
l´action est frequemment vécu comme mortel. Les groupes de pairs se comportent
comme des réseaux de soutènement en ce qui concerne le passage adolescent en
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Mots Clés
Referencias
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Unidad 5
CONSTITUCIÓN SUBJETIVA: SALIDA EXOGÁMICA
Transmisión generacional. Crisis en el proceso identificatorio. Sexualidad y
Género. Hallazgo de objeto: enamoramiento, amor de ideales.
Adrt'dn Grassi
-Desde la escritura de Tres ensayos de teoría sexual (Freud, 1905) es conocido y acep ...
tado que, en relación con las transformaciones de la pulsión, se produce en la puber~
tad c,el hallazgo de objeto)) (Freud, 1978: 202). Sin embargo, no debic:ra descuidarse
que tal formulación referida a la organización sexual, en la cual la genitalidad alcanza
su conformación normal definitiva, soslaya el hecho de que con la pubertad se inicia
un largo capítulo que recién comienza a abrirse. .
El hallazgo de objeto, la reuniflcación de las pulsiones (parciales), su subordinad6n
a la geniralidad y orientación hacia la nueva meta, la.reproducción, no acaecen auto-
máticamente por maduración dél cuerpo o evolución natural del crecimiento. Las
transformaciones de lo pregenital y el escenario de lo genital con sus nuevas ~xperien-
cias sexuales implican una exigencia de trabajio psíquico desarrollada en el tiempo,
que se realiza en espacios determinados y su resultado final no está ·garantizado por
predisposid6n de fa esp~cie, es incierto.
Se abren con la llegada de la pubertad, a posteriori de la latencia y antes 'del
hallazgo de objeto, una trayectoria de recorridos pulsionales que es sinuosa, con cam-
bios, desvíos y correcciones de rumbo, impasses y actos, confrontaciones; retiros, acierw
tos, desaciertos y desconciertos. Años de turbulencias (Rother Hornstein, 200~) y
(mas)turbadones que transcurren entre la sexualidad infantil y la conformación n~r-
mal definitiva, entre el despertar genital. y que la pulsión·devenga altruista. Con lími-
tes difusos e indeterminados, son los afios del entretiempo de la sextt:ación 1 en el
espado transicional-corporal, familiar, generacional- que especifican y diferencian
los procesos y trabajos psíquicos de lo puberal-lo adolescente.
Fre~d y el hallazgo
¿Qué es lo que postula Freúd cqn el hallazgo de objeto? Sigamos su texto Las meta,
morfosis para puntuar cuáles son las distintas po.sibilidades llegada su hora.
El Psicoanalisls enseña que exlsten dos caminos para el hallazgo de objeto: en primer
lugar el que se reallza por apuntalamiento en los modelos en la temprana infanda y en
segundo lugar el narcisista. Cada un;0 de estos modos de hallazgo de objeto requiere de
'ciertas consideraciones. No hemos inferido que los se1'es humanos se descomponen
tajantemente en dos grupos según su elección de objeto responda a uno de los dos
tipos. Promovemos esta hipótesis: todo ser humano tiene abiertos frente a s( ambos
caminos para la elección de objeto, pudiendo preferir uno u otro (Freud, 1978: 203).
La pulsióli tenía un o·bjeto por fu~ra del cuerpo propio: el pecho materno. Lo
perdió sólo mas tarde, quizá justo en la época en que el niño pudo formarse la
representación global de la persona a quien pertenecfa el órgano que le dispen-
saba satisfacción. Después la pulsión sexual pasa a ser regularmente autoerótica
y s6lo- lu-ego de superado el perfodo de latencia se reestablece la relación origi-'
naria. No sin buen fundamento el hecho de mamar el niño del pecho de su
madre· s~. vuelve paradigmático para todo vínculo de amor. E) hallazgo
(encuentro) de objeto es propia:mente un reen-cuentro (Ibld.: 203).
Hallazgo no es encuentro
No es equivalente directo, no es sinónimo. Situado en un campo semántico más
. amplio 1 el térmlno hallazgo comporta elementos inesperados ligados a la creatlvidadi
como por ejemplo cuando se dice: "el título -de esta película es un hallazgo» o "el
11
encuentro del actor que representa tal persoriaje en una obra es un hallazgo • Nótese
que n'o es la aparlci6n de algo pre-visto, tal como "eso estaba ahC' y sencillamente se
trataba de tomarlo. No podía preverse cómo el actor iba a representar dicho perso-
naje, como tampoco se diría qµe el nombre de la obra ya ~m.ba y sólo había que agre-
garlo. Mucho más que eso, hallazgo implica la actividad que hace aparecer un objeto
mediatizado por la creatividad del sujeto, pot su capta~ión de lo Imprevisto. En su
Metamortosis de la pubertad: el hallazgo (?) de objeto 39
literalidad, hallazgo es descubrir con ingenio algo hasta entonces n() conocido. Por- lo
cual, hallazgo no es tanto la acci6n de encontrar, como una cualidad de la actividad
subjetiva. Si el encuentro de objeto es un hallazgo, lo es porque el proce~o estuvo
comandado por la creatividad del sujeto, En este sentido, lo novedoso, lo imprevisto
en el hallazgo se opone a lo ya dado, a lo ya conocido, a lo ya establecido y prefijado.
A la inmovilidad. J "'- •
Este objeto es un hallazgo del sujeto, resulta una forníulación cercana a los pl~n,.
teas de Winnicott (1972: capltulo 5) sobre creatividad y espacio transicional, y corno
las de P. Aulagnier (1991) sobre lo imprevisto del sentido que pueda tomar el pro-
yec.to iden tificatorio en la adolesce11da. En lo que a hallazgo se refiere,· la ae::tivi<;fad
espontánea (Rodulfo, 1989) creativa propia del sujeto no podrla estar ausente, corno
tampoco la actividad intersubjetiva de mutuo intercambio con el mismo.
Hallazgo y r(#-encuentro
Apoyados en la multiplicidad de sentidos que permite despleg~r la idea 1'hallazgo
1
es reencuentrd partamos de ese primer tiempo descripto por Freud en que "la pulsión
tenla un objeto por fuera dd propio cuerpo (el pecho materno) lo perdió sólo mas
tarde, quizá justo en la época en que el niño pudo formarse la representación global
de la. persona a quien pertenecía el órgano que le dispensaba satisfacción,, (Fréud,
1978: 202).Las metamorfosis de la pubertad ·i,
El bebé se encuentra con un objeto exterior a sí, fuera de su cuerpo, aunque él no
experimente nada aún de la exterioridad del mismo, y esa exterioridad hace al objeto
"no-yo ajeno". Que en los comienzos, esa ajenidad esté al servicio del bebé y de la ilu-
s16n de objeto propio¡ creado, depende de que la funci6n materna ·sea suficientemente
adecuada2 • Se reduce así (sin que se pierda) la exterioridad del objeto y pictograma de
fusión mediante!\ la pulsión pasa a ser regularmente autoerótica¡ eJ objeto toma cuerpo
en el niño,
Luego y una vez que alcanza. la representación del obj_eto por fuera de la propia cor-
poreidad, "(.: .) quizá justo en la época en que et· niño pudo formarse la representa-
ción global de la persona a. quien pertenecía el órgano que le dispensaba satisfacción"
(Ibíd.: 203) 1 se producirá la elección infantil de objeto.
~Cómo se produce la exterioridad del ob-jefp? Tengamos e11 cuenta qu~ cuando
Freud habla de objeto se refiere a representaci()nes psíquicas de los objetos y. no al
objetdtdel mundo exterior. Ese es un trabajo que no es mera "toma de conciencla" de
su exterioridad y su globalidad1 sino que es trabajo de e,xpulsión. Recordemos que el.
"lo trago lo escupo,, de la denegaci6n (Freud 1 1979)1 lo bueno adentro, lo malo
afuera, requiere de actividad agresiva por parte del bebé. Al escupir, el bebé expulsa el
objeto creando la exterioridad a s.í. Se crean e inician las diferencias yo-no yo, sujeto
objeto, interno externo, dentro fuera y la representaci6n global de la persona a quien
pertenecía el órgano que le dispensaba satisfacci6n. Proceso este que no se da de una
vez y para siempre, sino que a lo largo de toda la esctructuraci6pn psíquica vuelve y
re~vuelve desde el pecho Y. lo oral, y todos los momentos de la constitución del psi-
quismo en la nifiez/adolescenda. Modelo que no va a ser ajeno a la genitalidad y al
hallazgp de objeto. Pasan los a.ños y el hecho de que la pulsi6n, ahora genital, se dirige
nuevamente a un objeto exterior, entendemos un objeto exterior no conocido, un
11
objeto que "~ún no es .en el universo de las rep.resentaciones psíquicas.
El cuerpo puberal
las vías de las corrientes tierna y sensual de la pulsión por el olor, la mirada, el tacto, la
voz, por todo lo no corporal propio, por todo lo no familiar ya conocido y con
mucho gusto intrageneracional. Se reencontrarán en el objeto rasgos de aquellos
bocetos de infancia, mascarada y semblante, pero hallazgo es fundamentalmente
nueva inscripción e inscripción de lo nuevo, 11creatividad propia", por fuera del cuerpo
familiar. Objeto marcado a fuego con la (angustiosa) extrañeya del afuera. Re-encon-
trar la exterioridad del objeto es reencontrar su recreado~. " ,. ·
Al muchacho. a la muchacha les está llegando la hora de salir a crear afuera, a con-
quistar-se genitalmente e inscribir diferencias de sex.o, de cuerpo y nuevas categodas 4
en una relaci6n o vínculo de intersubjetividad, de alteridad, apuntalada en los mode-
los de la temprana infancia. bocetos de la obra. Apuntalamiento plataforma· y
· momentQ de salida adolescente, el cuerpo requiere de n·uevas inscripciones con el
· objeto que es reinventado en la alteridad, se adiciona así el otro modo de elección por
alteridad y radical diferencia (subjetiva) del (sexo) objeto. To~amos el concepto de
·apuntalamiento, anáclisis o apoyo Freud (1976) en el sentido de que lleva a Ia· consi-
deración de primer apoyo como sostén y plataforma de lanzamiento., ~spacialidad
· primera donde algo se constituye para luego abrirse ~ otros espa~ios y objetos. Apun.:
talamiento es sostén- transitor.ío hasta .. , /.tt.,partida'. · ·
·El deambulado.r que en sus primeros pasos requiere para caminar tomarse ·de una
mano familiar, Luego·se lanza a la búsqueda d1~ otro sostén. Nótese la Iniporcancia que
tiene el hecho de que primero camina agarrado, para I uego dar pasos sin ·el apoyo éon-
servando el equilibrio y lanzarse hasta la próxima parada, en un obJew sostén, no
(hu)m¡no, no conocido, por fuera de lo ya re-presentado> hasta lograr ser su propio
sostén.
Paradoja y cuerpo
El trabajo clínico de proces~s adolescentes se detiene como uno de sus lugares pri.-
vilegiados en el especial uso del cuerpo puberal. Y esto· tanto en el campo de los proce-
sos saludables como en el amplio abanico que se despliega en patologías que se
entrevén graves (accidentes frecuentes, desarrollo de enfermedades psicosomáticas,
procesos adictivos que comp-rometen de manera muy importante funciones vitales
como en la ano·rexia y bulimia, actuaciones que recaen sobre e1· cuerpo con cortes y
amputaciones que sin ser necesariamente declarados intentos de suicidio ponen en
riesgo su integridad, temores hipocondríacos, cambios bruscos de peso, obesidad),
además de todos los ropajes que acompañan el cambio de piel, con sus dibujos. ador-
nos y perforaciones.
Pasando a otro·registro, se llega a lo descrito como vivencia de extrañamiento cor-
poral. El sentimiento de extrañeza (bajo la forma de angustia no mentalizada) aso-
ciado ~1 cuerpo puberal, la pérdida- de los reparos y los límites corporales. llevan al
adolescente a tratar su cuerpo como un "objeto externo (extraño)". Este cuerpo tratado
como ajenidad y el uso de defensas paradojales que supone traen resonancia·s en direc-
oión de la autodestructividad y el masoquismo·. En este sentido h~ sido señalada la
función del cuerpo como (objeto subjetivo}: pantalla donde dirigir moclQnes pulsio-
nales con sentimientos de bdio y agr:esividad, lo que libera a las representaciones psí-
quicas del objetq, los padres aún idealizados de (im)pulsinnes destructivas.•. Este traro
paradoja! del cuerpo (eróge.no):y de la yoidad inscripta en ~l mismo trato como ajeni-
dad tan común en- la adolescencia abre a: procesos de identificación-desidentiflcación.
V~ejas e históricas identificaciones, inscrípdones reunidas en el cuerpo infantil-niño
-ideal-.padres de la infancia. Identificados en el auerpo del niño, las caídas·de los obje.-
tos de la infancia no se producen sin un pasaje por lo corporal,-porque las identifica-
ciones con los objetos (parciales) son (también inscripciones) corporales. Estas caldas
violentas de los objetos inscriptos en el cuerpo -estrepitosas1 ruidosas- son proce-
sos de inscrtpciones-reinscripdones-transcripdones de Jo· corporal por la c·omplemen-
tariedad zona-objeto,
Los conceptos de originario y originario puberal (GuttOil'1 1993) abren perspecti-
vas donde situar la problemáticas del jbjeto inscripto en lo corporal y sus tratos. Si los
cambios corporales toman importanlia- ·eon relación al hallazgo de objeto es porque,
como el autor plantea:1 "las re~structuraclones objetales y narcisistas encuentran su
origen en las capas mas profundas dd incondente inscriptas en la máxima proximi-
dad de lo som~tico'' (1993: 21). Son las inscripciones pictogramáticas. La pubertad
por su anclaje en lo biol6gico es un momento privilegiado y cuali~ativamente inédito
de este· feti6meno, "La forma en que la experiencia· pub eral se dota forzosa e inadecua ..
damente de representaciones y signiflcacione~ que hicieron de~ destino de Edipo antes
del Complejo: Edipo narcisista o genitae' (Ibíd.: 21).
Por el trabajo de lo originario puberat la pulsi6n busca el objeto (complementario)
inscripto en el propio cuerpo' er6geno. Recordemos que este es uno de los caminos
que nos advierte Freud (1976) como posible desviación o perversión dé la pulsión
Metamorfosis de la pubertad: el hallazgo (?) de objeto 43
208
44 Adridn Grassi
Para finalizar
1
aporte fundamental: el hecho de que la sexualidad humana no sólo comienza en la infancia, sino
que se caracteriza por ser no reductible a los modos genitales, articulados por la diferencia de
los sexos, con los cuales la humanidad ha establecido, desde lo manifiesto, su carácter.
Este aporte fundamental, que consiste en considerar como sexual todo aquello que siendo
del orden del placer implica un plus que no se reduce a las actividades auto conservativas, viene
aparejado, desde el comienzo, de una propuesta de sexualidad en dos tiempos; tiempos que Freud
consideró, a dominancia, como biológicamente determinados, si bien dejó abierto, aun cuando
sólo fuera en los márgenes, la posibilidad de que el primer tiempo, aquel que corresponde a lo
"pre genital", fuera efecto de la introducción de la sexualidad del adulto, de la implantación
precoz de la sexualidad adulta, pulsional, genital y para-genital, en el niño.
Un párrafo notable de Tres ensayos propone una línea que no siendo dominante a lo largo
del trabajo, da cuenta sin embargo de estas ideas que pretendemos exponer. Se trata del apartado
relativo al "Objeto sexual del período de lactancia", curiosamente incluido en la tercera parte del
libro, destinada a la metamorfosis de la pubertad, en la cual pone en correlación el hallazgo del
objeto genital con el objeto sexual de los primeros tiempos de la vida: "El trato del niño con la
persona que lo cuida es para él una fuente continua de excitación y de satisfacción sexuales a
partir de las zonas erógenas, y tanto más por el hecho de que es persona - por regla general la
madre - dirige sobre el niño sentimientos que brotan de su vida sexual, lo acaricia, lo besa lo
mece, y claramente lo toma como sustituto de un objeto sexual de pleno derecho. La madre se
horrorizaría, probablemente, si se esclareciese que con todas sus muestras de ternura despierta
la pulsión sexual de su hijo y prepara su posterior intensidad. Juzga su proceder como un amor
"puro", asexual, y aun evita con cuidado aportar a los genitales del niño más excitaciones que
las indispensables para el cuidado del cuerpo... Sin duda, un exceso de ternura de parte de los
padres resultará dañino, pues apresurará su maduración sexual... son casi siempre padres
neuropáticos los que se inclinan a brindar una ternura desmedida, y contribuyen en grado notable
con sus mimos a despertar la disposición del niño para contraer una neurosis... Este ejemplo nos
hace ver que los padres neuróticos tienen caminos más directos que el de la herencia para
transferir su perturbación a sus hijos."
¿Dónde quedan nuestros dos tiempos canónicos, uno que corresponde a la pulsión parcial
y otro a lo genital, cuando incluimos la sexualidad del adulto como productora de excitaciones,
si el adulto está atravesado simultáneamente por sus deseos inconscientes, "pre genitales",
infantiles, y ellos se ensamblan, necesariamente, en su sexualidad genital ya no sólo conocida
sino experienciada, excitante y que rige todo su movimiento libidinal? Nos vemos obligados a
sostener entonces, y sobre esto hemos hablado largamente en otros textos, que los dos tiempos
de la sexualidad humana no corresponden a dos fases de una misma sexualidad, sino a dos
sexualidades diferentes: una desgranada de los cuidados precoces, implantada por el adulto,
productora de excitaciones que encuentran vías de ligazón y descarga bajo formas parciales
(siempre de carácter "frustro", ya que se olvida con demasiada facilidad que aún la masturbación
genital infantil no logra carácter orgásmico, no siendo por ello equivalenciable a la sexualidad
adulta, salvo en ciertos casos que han sido convocados precozmente a su ejercicio), y otro con
primacía genital, establecido en la pubertad y ubicado en el camino madurativo que posibilita el
ensamblaje genital, no constituyendo entonces una simple reedición del acmé de la sexualidad
infantil, sino un modo de recomposición ordenado y guiado por la existencia de una primacía de
carácter genital. Pero la paradoja consiste, diría Laplanche, en que el "instinto sexual", si es que
algo queda de ello, la maduración puberal, encuentra todo el campo ya ocupado por la sexualidad
2
para-genital: los primeros tiempos han marcado fantasmática y erógenamente un camino que si
no encuentra vías de articulación establece que el recorrido se oriente bajo formas fijadas, las
cuales determinan, orientan u obstaculizan, los pasajes de un modo de goce a otro.
Sin embargo, y he aquí otra cuestión que se plantea como compleja, estos movimientos
pulsionales son en principio anteriores, o más bien tienen su origen en tiempos previos, al
reconocimiento del niño de que hay un modo de bipartición de la especie humana que está
determinado por el sexo. La diferencia entre hombres y mujeres con las cuales se establece la
bipartición marcada por signos de cultura no remite de origen, necesariamente, a
masculinofemenino. Está articulada por la diversidad de signos, y no por la diferencia anatómica,
y en función de ello, no tiene incidencia en la orientación del deseo sexual-pulsional del niño,
sino en los modos con los cuales se determina su pertenencia a uno u otro género.
La sexualidad no es un camino lineal que va de la pulsión parcial a la asunción de la
identidad, pasando por el estadio fálico y el Edipo como mojones de su recorrido, sino que se
constituye como un complejo movimiento de ensamblajes y re significaciones, de articulaciones
provenientes de diversos estratos de la vida psíquica y de la cultura, de las incidencias de la
ideología y de las mociones deseantes, y es necesario entonces darle a cada elemento su peso
específico.
La importancia que ha cobrado en los últimos tiempos la noción de género como elemento
central diferenciador respecto a las categorías sexuales puede ser considerada en el marco de dos
grandes cuestiones que no pueden ser soslayadas. En primer lugar el hecho de que los nuevos
estudios de género se inscriben, indudablemente, en el interior de un avance político progresivo
respecto a la visión vigente a dominancia a lo largo del siglo - pero que tiene su arrastre desde
la antigüedad - a partir de la cual si "Dios los hizo hombre y mujer", afirmación tramposa que
bajo la apariencia del reconocimiento de una anatomía diferencial y de modos de representación
y formas de inserción en la vida social y política, encubre la subordinación a uno de los términos,
el hombre, la articulación fundamental que los define. Su mérito consiste, precisamente, en hacer
estallar este modo de concebir el ensamblaje, el cual implica la subordinación a un solo modo
de representación, el masculino, y no sería desacertado, posiblemente, enmarcar los estudios de
género en el interior de un movimiento de más amplio alcance, presente tanto en la historia como
en la antropología, y ahora en psicología con sus rebrotes en psicoanálisis, que tiene un punto de
articulación importante con los estudios culturales, al pasar de concebir a las culturas subalternas
en la sociedad no ya como culturas producidas sino como culturas impuestas, y sobre todo al
poner en discusión el carácter de cultura subalterna, dependiente, de aquella que no ha
constituido el pensamiento oficial .
Desde esta perspectiva, los estudios de género implican un avance importante al propiciar
un desasimiento de los enunciados que hacen a los modos de representación, tanto femeninos
como masculinos, de una presunta dependencia de la biología, como un correlato directo de la
anatomía constituida en tanto sustrato de toda producción ideático-ideológica, y generando
nuevas posibilidades de abordaje de la cuestión.
La segunda cuestión, y es la que compete al psicoanálisis en tanto acoge y pretende otorgar
un lugar a los llamados "estudios de género", remite a la delimitación y reposicionamiento
3
conceptual de esta noción respecto a su objeto y al corpus central que considera las posibilidades
de delimitación de la operatoria que sobre el mismo define.
Hemos dedicado los primeros párrafos de este escrito a demostrar que la sexualidad, en
términos del psicoanálisis, no se reduce a los modos de ordenamiento masculino-femenino, y
mucho menos a las formas con las cuales la función sexual establece los ensamblajes de la
genitalidad una vez dadas las condiciones para que el sujeto pueda acceder a ella. Vayamos ahora
a la diferencia necesaria a establecer entre los movimientos deseantes, anárquicos, pulsionales,
que atraviesan la sexualidad a lo largo de la vida (genitales o para-genitales, en razón de que no
constituyen un "pre" destinado a armonizarse), y aquello que es del orden de la identidad sexual,
vale decir, de los modos con los cuales el sujeto se reconoce como perteneciendo a uno u otro
sector en el cual, no sin dificultad, se ubican la mayoría de los seres humanos.
Es desde esta perspectiva que se hace necesario señalar, haciendo una afirmación que no
por sabida es menos olvidada, que la identidad sexual tiene un estatuto tópico, como toda
identidad, que se posiciona del lado del yo. En tanto tal, ésta, sea cual fuera, es del orden de la
defensa, en razón de que los enunciados que articulan la identidad lloica se caracterizan por la
exclusión, no sólo de los elementos de diferenciación respecto al exterior, sino también al
externo-interno del inconciente. Toda afirmación: "soy mujer", "soy hombre", "soy argentino",
"soy generoso", operan al modo de un centra miento que deja inevitablemente, del lado de afuera,
los elementos que intenta excluir, jugando en particular una función en el establecimiento de la
denegación, vale decir en el aserto que se sostiene bajo el modo de aquello que conocemos como
"negación determinada" a partir de Hegel, y que Hyppolite retomara poniéndolo a disposición
de Lacan en su comentario acerca de la Verneinung . El "soy mujer" o el "soy hombre", núcleo
de la identidad sexual, no sólo recoge los atributos del género sino que funciona como
contrainvestimiento, en particular, de los deseos homosexuales sepultados a partir de la represión
los elementos que acostumbramos a considerar, siguiendo a Freud, como del orden del Edipo
invertido.
Esta afirmación es solidaria con aquella otra que venimos proponiendo desde hace ya
varios años, respecto a que el inconciente se define por su des-subjetivización radical: no es una
segunda conciencia, no se rige por la lógica de la exclusión, ni de la temporalidad, ni de la
negación, de modo tal que sería impensable que en él se asentara la alternativa masculino-
femenino, que implica, necesariamente la lógica de la disyunción ( "o" masculino, "o" femenino,
muy por el contrario, en el inconciente coexisten bajo la forma inclusiva, las categorías que para
el yo son del orden de la disyunción). Tampoco es el inconciente del orden de un sujeto, incluso
de signo opuesto, al del preconciente: no se trata de que en el interior de cada uno de nosotros,
haya alguien - como muchas veces ha sido degradado y vulgarizado - que quiere lo opuesto a lo
que aparentemente queremos (si odiamos, es porque "en realidad" amamos; si somos generosos,
porque "en realidad", otro egoísta, dentro nuestro, quiere tenerlo todo; si somos heterosexuales,
porque "en realidad", nos defendemos de nuestro otro interior, homosexual - y viceversa). Si lo
que caracteriza al inconciente es la ausencia de sujeto - no hay en él un verdadero yo opuesto al
yo falso que creemos ser - la afirmación de Freud respecto a que en el fondo todos somos
homosexuales debe ser tomada en su justo término: en el inconciente, de todos los seres
humanos, hay deseos, mociones deseantes, que "paran mientes" en el carácter masculino o
femenino del objeto. Sin embargo, estos deseos, de emerger, son cualificados por el yo como
homosexuales , del mismo modo que ocurre con aquellos sentimientos ocultos pero eficientes
4
respecto de los cuales afirma Freud, en la Metapsicología - tercer capítulo de "Lo inconciente"-
debe ser establecido su estatuto a posteriori : son inconscientes una vez que han sido cualificados
por el preconciente, una vez que el yo se ha hecho cargo de su cualificación, una vez que el
investimiento se reconoce como afecto al ser ligado por un enunciado que lo devela.
La universalidad de estos deseos es indudable en razón de que - al menos en su mayoría y
hasta el presente- las relaciones libidinales que marcan la sexualidad infantil son el efecto de
acciones realizadas por seres humanos que luego se reconocerán como portadores de diferencias
sexuales. Ya que en la medida en que se constituyen antes de cualquier diferencia, esta relación
con estos objetos no está atravesada por las preocupaciones que va a asumir luego la identidad
sexuada en tanto organizador del yo, por un lado, y de la diferencia anatómica, por otro. Esto,
por supuesto, del lado del niño, pero no del adulto que lo toma a cargo. Si el adulto ejerce una
apropiación ontológica, si le dice qué y quién es, en principio es indudable que en este ejercicio
la determinación masculino femenino es central, y se rige por cierta propuesta de concordancia
establecida socialmente entre el sexo biológico y la identidad propuesta. Sabemos que no en
todas las culturas es la bipartición tan estricta como la nuestra: el caso de los berdaches, de las
culturas aborígenes americanas, modo de transexualismo regulado a partir de una legislación
que da cabida, en última instancia, a tres géneros, marca, en un mismo movimiento, la
posibilidad de otras formas de regulación y, al mismo tiempo, la imposibilidad de eludir cierta
regulación.
Es indudable que esta clasificación está sostenida en algo del orden de lo real, y da cuenta
de ello no en sus contenidos sino en los modos con los cuales el objeto se ofrece a la captura de
lenguaje. El hecho de que los padres digan que el infantil sujeto es niño o niña no está definido
por sus deseos, sino por una arbitrariedad de repartición de cultura que se sostiene en su relación
con la diferencia anatómica, la cual opera de sustrato en lo real a partir de la cual se establece la
pautación básica con la cual se define la diferencia que organiza a los seres humanos más allá
de otros atributos. Es en este sentido que podemos afirmar que los enunciados que remiten a la
sexuación masculino – femenino está instituido en el ser mismo del sujeto, se enraíza en la
estructura del yo y son anteriores al reconocimiento de la diferencia anatómica - más allá de que
puedan ser retomados del lado de los ideales: el ser hombre o ser mujer forma parte de la trama
básica del yo, pero el "ser todo un hombre" o "toda una mujer" puede, evidentemente, ser
adscripto al ideal del yo.
Las nociones de "diversidad" y "diferencia", introducidas por Freud, intentan dar cuenta de
este procesamiento por el cual se articula el género en la diferencia anatómica: la primera para
aludir al conjunto de atributos que ponen en marcha el reconocimiento con el cual se pautan
modos diferentes de organización entre hombres y mujeres; la segunda para ofrecer un lugar a
la teoría espontánea con la cual el niño ordena bajo el modo de la lógica binaria las categorías
masculino - f femenino a partir de la percepción de la diferencia sexual anatómica.
Una consecuencia teórica y clínica se desprende de esto: si la atribución de género es
anterior al reconocimiento de la diferencia anatómica, coexiste con la sexualidad pulsional sin
obstaculizarla. Se pueden sostener deseos pulsionales por el padre sin que esto entre en
contradicción con el ser varón, pero no puede un varón vestirse de mujer sin entrar en conflicto
con la identidad propuesta. La extensión del concepto de polimorfismo perverso infantil a los
trastrocamientos de género, constituyen si no uno de los mayores pecados sí uno de los más
grandes errores del psicoanálisis de niños: creer que un varoncito de 4, 6 u 8 años que quiere ser
niña, realiza esta elección porque está aún está atravesado por el polimorfismo perverso, y no ha
5
definido su identidad sexual, es de una cortedad intelectual sólo equiparable a la
irresponsabilidad que implica.
Las razones de este trastrocamiento de la identidad son múltiples, y no corresponde acá
extendernos al respecto, sino para señalar, simplemente, que no se reducen al posicionamiento
del niño ante la castración, sino a cuestiones mucho más complejas de las cuales hay que dar
cuenta. Señalemos someramente que no es lo mismo el trasvestismo anterior al reconocimiento
de la diferencia, que puede sostenerse más allá de ella y poner en jaque la identidad sexual
cuando esta se instala, producto de una falla primaria en el recubrimiento envolvente de las
membranas yoicas con una regresión de la elección a la identificación con el objeto - en el caso
del varón -, que el trasvestismo posterior al descubrimiento de la diferencia, en el cual el género
ensambla con el sexo, o, para ser más precisos, entra en discordancia con este, y se entrecruza
en las complejidades de las elecciones con las cuales deben establecerse las relaciones entre
deseo e ideales.
Polimorfismo perverso: ¿a qué se refiere Freud, más precisamente, con este concepto?
Sabemos que la perversión, entendida como reverso de la neurosis, alude a la ausencia de
represión de aquellos deseos que el neurótico guarda celosamente en su inconciente - tan
celosamente, que él mismo los desconoce. De modo tal que esta perversión es, en principio, el
ejercicio de la pulsión parcial, vale decir, el ejercicio del autoerotismo, opuesto al amor de objeto.
En la relación de amor al semejante, se ceden los modos del autoerotismo que pueden causar
sufrimiento moral o físico al otro: sea este sufrimiento del orden del asco o del pudor, sea del
dolor. El infantil sujeto debe abandonar esos modos de goce que tropiezan en principio con
escasas resistencias, una vez que se establezcan los diques anímicos que forman parte de los
atributos de la moral ¡"sin que se sepa bien - dice Freud - qué quiere decir moral"! El
polimorfismo perverso es entonces anterior a la formación del criterio moral en el niño, y este
último está atravesado, siempre, por el amor al semejante. Las renuncias pulsionales se
establecen en el momento en el cual su satisfacción atentan contra el amor del yo - por sí mismo,
como autoestima, o por el objeto -, y sólo se conservan en la soledad del goce deshabitado de la
relación al otro, en los límites mismos del placer compartido.
Redefinamos entonces la perversión, como proceso en el cual el goce está implicado a
partir de la des-subjetivización del otro. No se trata ya de la transgresión de la zona, ni del modo
de ejercicio de la genitalidad, sino de la imposibilidad de articular, en la escena sexual, el
encuentro con otro humano. La perversión, en su fijeza, en la inmutabilidad del goce propuesto,
no es sino en el límite mismo el autoerotismo ejercido sobre el cuerpo de otro, despojado este
otro de la posibilidad de instalarse como sujeto que fija los límites mismos de la acción, no sólo
sexual, sino intersubjetiva.
Los elementos precedentes permiten entender, mucho más claramente, por qué mi
rehusamiento a considerar a la homosexualidad del lado de la perversión, en tanto lo que define
esta última no es el posicionamiento del sujeto ni ante la sexualidad genital ni ante la castración
- como ha sido dicho hasta el cansancio en los últimos años, en una equivalencia fácil entre
diferencia anatómica y reconocimiento de la alteridad - sino su posibilidad de establecer, en la
relación genital al otro, un reconocimiento de la intersubjetividad que da acceso al placer
compartido y liga el sadismo con el cual la pulsión parcial inevitablemente ejercita su descarga.
Es en este sentido que la perversión en la cual el niño es inmerso por parte del adulto es un
arrasamiento de la subjetividad, ya que la genitalización precoz a la cual es arrastrado no es un
6
rasgo que se suma al polimorfismo perverso, sino un encaminamiento de toda la vida libidinal
en la dirección fijada por el goce del adulto - o del partenaire más o menos mayor.
Algunos fragmentos del relato de un joven travesti, recogido en una zona marginal de
México llamada Ciudad Nezahualcoyotl, puede servir para ampliar nuestra reflexión en aras de
articular las categorías que venimos proponiendo. La complejidad del caso no permite un
encasillamiento fácil, ni mucho menos un encuadramiento psicopatológico, mucho menos dado
que la entrevista la entrevista fue realizada en el marco de una investigación llevada a cabo sobre
personas que se reunían en casa de Mema (femenino de Memo), un homosexual de la zona que
acoge jóvenes del barrio, y sobre todo jóvenes homosexuales afeminados. Todo el trabajo
realizado por Annick Prieur, la investigadora que nos permite el acceso al material, da cuenta de
la dificultad para articular estas cuestiones relativas a sexualidad, género y sexuación, en razón
de la estrechez con la cual la bipartición masculino femenino no termina de posibilitar el dar
cuenta de estos modos de la sexualidad: homosexuales masculinos y femeninos, denominación
de jotas -versión femenina de "joto" (trolo) para los homosexuales femeninos. Se trata de un
joven llamado Martin - Marta en la actualidad - que relata cómo desde su primera infancia se
siente atraído por los roles femeninos (trastorno, en este caso, de género): "Yo jugaba a la
muñeca, y quería hacer siempre de mamá. Tenía ya esta tendencia, me gustaban las muñecas,
las adoraba. Para navidad recibía un regalo, un autito o un camión. Entonces, durante un
momento, jugaba con mis autitos, pero lo que me interesaba eran las muñecas de mi hermana...
“Este trastorno de género, anterior a la diferencia, se engarza luego con la curiosidad por los
genitales: "Me gustaba ver a los varones hacer pipi... lo que más me fascinaba, era ver a los
adultos en la sala de baño, ver su aparato. Ya tenía yo esta... eso... lo que me llevaría a la
homosexualidad. Y no lo lamento. Pero lo que ocurrió, es que antes de que yo quisiera hacerlo,
se me forzó a hacerlo. Un vecino me forzó a hacer el amor con él... yo tenía seis años". Ante la
pregunta, realizada por la entrevistadora, acerca de si él creía que el vecino había notado aspectos
feminizados en él antes de tener relaciones sexuales responde: "Sin duda. ¿Pero yo qué sé?
Imagino que él había notado que tenía tendencias homosexuales... Tal vez él lo notó, o tal vez
era precisamente un perverso, uno de esos que les gusta hacer el amor con chicos, y que hacen
de ellos homosexuales, incluso si no tienen tales tendencias..."
El trastorno de identidad - cuya causa desconocemos, en razón de que la entrevista no está
tomada bajo un modo psicoanalítico, sino sociológico, y en particular, constructivista, aparece
precozmente. Se trata de un deseo por los objetos femeninos, un deseo de ser mujer, antes de
que ello represente algo desde el punto de vista de la sexualidad genital. Luego, sobre esto, se
impone el abuso, y el abuso inscribe un modo de goce que el niño no ha escogido; no porque no
pudiera escogerlo a posteriori, sino porque es "anticipado", por el adulto, y es en este movimiento
donde se forja algo del orden de la articulación trastorno de género - elección de objeto sexual.
Señalemos entonces dos tiempos:
Uno, relativo al trastrocamiento de la identidad de género, entendido este como las
atribuciones realizadas por la cultura respecto a aquello que corresponde asumir como conducta
social en concordancia con el sexo biológico. Estas atribuciones son del orden social y político,
y corresponden a lo que hemos denominado, en otros momentos, del orden de la "producción
de subjetividad" - modos histórico-políticos de producción de sujetos sociales. El segundo,
caracterizado por el lanzamiento precoz a la sexualidad genital, intromisionada por el adulto
que genitaliza el momento de descubrimiento y fascinación por la diferencia anatómica. En este
7
segundo tiempo, podemos decir, siguiendo a Freud, que por regla general la diferencia
anatómica - que él denomina etapa fálica - anticipa a nivel representacional la fase genital, que
tendrá lugar en el momento de la pubertad. En el caso de Martín-Marta, la genitalidad produce
un abrochamiento precoz entre enigma de la diferencia y goce genital anticipado, fijando el
modo de evolución de toda la constitución psicosexual.
Vayamos ahora a un tercer tiempo: Se constituye cuando, al llegar al colegio, sus
compañeros de colegio y profesores significan este modo de elección genital, estableciendo un
anudamiento entre identidad y deseo sexual: ·"Ellos me llamaban puto, incluso los profesores...
Yo decía que no, porque tenía terror que se lo dijeran a mis padres... “Expulsado de la escuela
por sus inclinaciones sexuales, se produce el siguiente movimiento.
Cuarto: Descubre otros homosexuales, en este caso travestis. "Yo creía que eran mujeres,
pero alguien me dijo: `no, son hombres vestidos de mujeres´. Yo no lo podía creer, pero me dije:
si son hombres, entonces puedo ir con ellos, ser como ellos, quiero parecerme a una mujer.
Entonces ellos me sostuvieron, me ayudaron..." (En este momento, el trasvestismo es el modo
de poder acceder a la relación con un hombre a partir de la asunción de una identidad femenina.
El deseo de vestirse de mujer no aparece en la infancia, sólo de poseer los objetos que las mujeres
poseen - no es difícil, a partir de otros desarrollos que hemos ya iniciado, sospechar que se trata
de obtener algo del orden del padre a partir de asumir el lugar de la niña: es notable que la
curiosidad se establezca con el pene, que quiera ver cómo son los penes de otros hombres).
Última etapa: Martín, asumido definitivamente como Marta, decide desembarazarse de la
ropa masculina y devenir mujer a través del intento de una cirugía. Sin embargo, es acá donde
se plantea el conflicto: El continúa considerándose homosexual, no mujer: "Siento mucho
orgullo. Soy un homosexual, pero sé que he devenido casi una mujer. Quiero decir físicamente,
todo, mi cara, mi cuerpo. Soy una mujer, ¿no? Eso no quiere decir que, para ser una mujer, yo
renuncie a ser un homosexual... Es porque tengo miedo de la gente, que me camuflo en mujer.
Pero en mí mismo, estoy orgulloso de ser homosexual... Porque he oído decir que muchos
homosexuales han sido gente importante en la historia, ¿verdad? Escritores, pintores... Entonces,
sí, se puede estar orgulloso..." (No muy distinto, su discurso, al de todas las otras minorías que
apelan a las realizaciones del estamento para revalorizar su posición: Einstein, Freud, Salk...
Todos los judíos comparten, de uno u otro modo, sus logros, así como Martín-Marta quiere
compartir los de Jean Gené, Foucault, Bacon, Oscar Wilde..., los cuales lo salvan del desprecio
y la marginación).
Cada uno de los elementos presentes en este somero material dan cuenta de que la identidad
sexual, los rasgos atribuidos al género, la elección sexual de objeto, la curiosidad fálica, el goce
genital, no forman parte de un continuo ni se manifiestan en una línea de articulación por
sumatoria, o que dependa uno del otro. Cada uno de ellos debe ser remitido a sus propias
determinaciones, cada uno juega como causa eficiente en la adquisición del otro, pero sin que
ello implique que se puedan ordenar genéticamente.
8
las formas de articulación del deseo que se genera en la intersección entre los sistemas psíquicos.
Los estudios de género deben entonces encontrar su lugar preciso, como parte del sistema
ideológico-representativo que intenta una bipartición representacional respecto a los sexos
biológicos, pero en modo alguno puede retroceder el psicoanálisis ante la afirmación realizada
por quienes propician el sexo del lado de la biología, y el género del lado de la representación.
Entre la biología y el género, el psicoanálisis ha introducido la sexualidad en sus dos
formas: pulsional y de objeto, que no se reducen ni a la biología ni a los modos dominantes de
representación social, sino que son, precisamente, los que hacen entrar en conflicto los
enunciados atributivos con los cuales se pretende una regulación siempre ineficiente, siempre al
límite.
La perversión, como categoría, debe resituarse en el estatuto que implica el ordenamiento
de una psicopatología sometida a la prueba metapsicológica. Entre las dos opciones de
ordenamiento propuestas a lo largo de la obra freudiana: el ejercicio de la pulsión parcial (en los
textos de la primera época) y la dominancia de la Verleugnung (desestimación por el juicio,
desmentida, renegación, según las diversas traducciones) a partir de la primacía de la premisa
fálica en la última parte de la obra, algo eficaz sigue circulando, si bien en su absolutización al
margen de la historia y de los modos con los cuales se constituyen las diversas corrientes de la
vida psíquica conlleva el riesgo de un moralismo decadente que empuja al psicoanálisis hacia el
siglo XIX en lugar de convocarlo hacia el XXI.
9- Ver al respecto Robert Stoller, que define en un texto como Presentations of gender, la
cuestión en los siguientes términos: el estado de macho o hembra tienen una connotación
biológica, la identidad de género implica un comportamiento psicológicamente motivado. Yale
University Press, New Haven and London. 1985.
9
Universidad de Buenos Aires.
Facultad de Psicología.
Marzo de 2015.
1
Verónica Vega, Jésica Maza,
Denise Roitman y Magalí Sánchez.
Intentaremos plasmar algunas ideas sobre un tema tan complejo y amplio con
la intención de que surjan interrogantes y un pensamiento crítico sobre la vigencia o no
de algunos conceptos psicoanalíticos.
1
Frase tomada de Napoleón en conversación con Goethe 2-10-1808. Napoleón se refiere que
más allá del destino trágico griego está la mano del hombre: La geografia es el destino.
2
Esta idea de ser atravesado por la cultura y también por deseos, goces y
palabras de Otros es lo que Lacan llama “el baño del lenguaje” (Lacan, 1975). En la
Conferencia en Ginebra sobre el síntoma (pronunciada en Octubre de 1975), Lacan
habla de lalengua, del laleo, como un baño del lenguaje que impregna a un ser
humano aún antes de haber nacido. Un niño deseado o no, es pensado y nombrado
desde afuera antes de haber llegado al mundo, el nacimiento lo empapa con un
mundo de palabras, baño de palabras que no entiende todavía.
El ser humano nace entonces inmerso en una cultura que indica también
“cómo son y deben ser” los hombres y las mujeres, cómo deben comportarse y
relacionarse entre sí. A través de esos elementos simbólicos va construyendo la
escena fantasmática de quién es cada uno. Los significantes que provienen del Otro,
entonces nos harán pasar de una dimensión biológica a una subjetiva, de machos y
hembras a hombres y mujeres. Ahora bien, ¿qué define a un hombre o a una mujer
como tal? La cuestión anatómica ya no es una categoría útil para entender si un sujeto
es un hombre o una mujer. En este sentido solo nos indica si es macho-hembra.
2
Se refiere a la bisexualidad constitucional.
3
los emblemas en los medios de comunicación, el ambiente socio- cultural en el que se
vive, para mencionar solo algunos.
Atravesado por otros discursos, el discurso sobre lo sexual establece
diferencias y desigualdades en sustento de intereses político-económicos, criterios
morales e ideológicos, y objetivos hetero-normativos. Por ejemplo, Freud describe la
niña como “un pequeño varón” (Freud, 1933) que va emergiendo a través del dolor de
reconocerse castrada. En ese trayecto, que va desde el complejo de castración a la
sexualidad femenina, la feminidad surge de la oscuridad, de la profundidad, como algo
oculto, escondido, como un enigma. En numerosos escritos, Freud vincula a la mujer
con el narcisismo, la pasividad y el masoquismo (Freud, 1914, 1924 a y b, 1925, 1931,
1933), cuestión que en definitiva no hace sino denunciar la encarnadura de la mujer en
la edad moderna y la contemporánea.
4
individuos según su sexo biológico y su práctica sexual. Todo este contexto cultural es
telón de fondo en la teoría freudiana.
5
Sobre la adolescencia:
Jesica Benjamin (1997) trabaja sobre la superación del Edipo que clásicamente
fue abordado por Freud y plantea que la capacidad de ir más allá del Edipo permitiría
pensar la diferencia sin necesidad de que la misma aluda a la psicopatología, tal como
se hace al equiparar heterosexualidad con normalidad y homosexualidad con
perversión. Benjamin propone los conceptos de intersubjetividad, complementariedad
post-convencional y el de identificaciones plurales. Considera que el desarrollo no es
unilineal y que es fundamental que pueda sostenerse la diferencia. “La forma
postconvencional más diferenciada de la complementariedad simbólica, que ya no es
concreta y proyectiva, requiere el acceso a las capacidades identificatorias flexibles de
la vida preedípica”. El objeto mantiene entonces solo una ubicación temporaria en la
mente del otro, puesto que cada quien constituye un centro de subjetividad en sí
7
mismo. La relación intersubjetiva no es ni recíproca ni acorde. La tensión se da entre
el deseo de cada sujeto de incorporar al otro y el de restringirlo a ser una imago
intrapsíquica, una parte de su sí-mismo.
8
La necesidad de experimentar nuevas sensaciones con innovadoras
experiencias le permite ensayos en el camino hacia el hallazgo de objeto. Lo esencial
resulta el logro psíquico que representa que el sujeto pueda tomar un posicionamiento
sexual y desde allí logre relacionarse con otro sujeto, reconocido en su alteridad como
otro, externo y diferente a sí. El devenir como sujeto sexuado encuentra al adolescente
ante su propio real, inmerso en una sociedad en donde la sexualidad no le está
totalmente velada sino habilitada y que lo cuestiona desde los nuevos paradigmas de
la diversidad, sin obturar su propio deseo en el camino hacia la elección de objeto
exogámico.
Bibliografía:
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9
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Vega, V. (2001). Conducta sexual y Género en adolescentes con TCA. Cap. III
el Género. Tesis de Doctorado, Facultad de Psicología, UBA, Bs.As. Argentina.
10
artículos
acerca de cómo cuidar la salud de los adolescentes y enseñarles cuáles son sus
derechos al respecto.
Las crisis colectiva y subjetiva individual vincias. Mientras que en la ciudad de Buenos
que caracterizan la adolescencia confluyen y Aires el 6% de los partos pertenece a adoles-
se condicionan mutuamente. Al estar fuera centes, en provincias como Chaco asciende
de su alcance la inserción en estructuras al 23%; Jujuy, Salta y la Rioja se ubican todas
educativas o laborales, se ven privados de por arriba del promedio nacional entre el 15
anclajes y guías continentes necesarios para y el 20%. Inclusive en la ciudad de Buenos
la construcción de su subjetividad (Efrón, Aires se asiste a esta fuerte heterogeneidad,
1996). En esta situación predominan las ya que el promedio del 6% es superado en
conductas impulsivas apoyadas en estereoti- las áreas de mayores índices de pobreza con
pos de género naturalizados. Entre ellas, el promedios entre el 8 y el 9%.
ejercicio de la sexualidad sin considerar las El embarazo y la maternidad precoz
consecuencias para sí mismos y para los otros afectan principalmente a las jóvenes más
encuentra su expresión en la salud de los/las vulnerables: las adolescentes embarazadas
adolescentes. Basta mencionar temas como o madres tienen menor instrucción y mayor
el embarazo en la adolescencia, el aborto y el participación en la actividad económica que
vih-sida u otras its. las no embarazadas o sin hijos (Indec, 1996).
El embarazo es uno de los problemas de Otro riesgo grave en esta etapa es el conta-
este grupo etario ya que es alto comparado gio del vih-sida, que tiene alta incidencia en
con el nivel general de fecundidad del país, los menores de 25 años. La Organización
caracterizado como de fecundidad modera- Mundial de la Salud (oms) señala que el
da entre los países de la región. La informa- vih-sida se expande rápidamente entre las
ción proporcionada por el Ministerio de Sa- mujeres de 15 a 24 años que, en promedio,
lud y Ambiente de la Nación indica que en se contagian de 5 a 10 años más jóvenes que
2001 la tasa de fecundidad adolescente (15 a los varones.
19 años) era de 59,70%. La relación egresos Una investigación en curso sobre sexua-
por parto y aborto en esta misma franja y lidad en adolescentes varones y mujeres
período fue de 6,53%. de sectores populares (en el marco del
A escala nacional, en el año 2003 aproxima- Programa Vigía) abordó la problemática de
damente el 14% de los partos correspondió a la sexualidad en aquellos que viven en una
menores de 20 años. Este promedio esconde, villa de la zona sur de la ciudad de Buenos
sin embargo, una fuerte heterogeneidad se- Aires con elevados índices de pobreza, y
gún el nivel de desarrollo de las distintas pro- focalizó su objetivo en examinar las acti-
Hasta ahora los servicios de salud reproducti- ¿Qué pasa en las escuelas?
va existentes han descuidado en gran parte las Un tema polémico en el país es el de la edu-
necesidades en esta esfera de los adolescentes cación sexual en las escuelas. Para abordar
como grupo. La respuesta de las sociedades a adecuadamente la problemática de la salud
las crecientes necesidades de salud reproduc- sexual y reproductiva de los adolescentes
tiva de los adolescentes debería basarse en urge que en los establecimientos educativos
información que ayude a estos a alcanzar el la educación sexual sea incorporada a la currí-
grado de madurez necesario para adoptar de- cula escolar. Si bien la ley nacional prevé que
cisiones en forma responsable. En particular se brinde educación sexual en las escuelas,
debería facilitarse a los adolescentes informa- no obliga a las instituciones privadas o confe-
ción y servicios que les ayudaran a compren- sionales a incluirla –planteo que fue llevado
der su sexualidad y a protegerse contra los adelante por la Iglesia católica y contemplado
embarazos no deseados, las enfermedades de en la ley–, en las instituciones educativas
transmisión sexual y el riesgo subsiguiente de públicas no se la aplica y en la mayoría de
infecundidad. las provincias no se dicta ninguna materia en
Notas
1
Nos referimos al género como la categoría analítica referida a la simbolización y
construcción de lo que es propio de los varones y lo que es de las mujeres. Constituye
un cuerpo de ideas, representaciones, prácticas y normativas sociales internalizadas
en los individuos. Es así un elemento básico de la cultura. Si bien se asienta en la
diferencia biológica, la asignación cultural y social de una identidad sexual es más
importante que la carga cromosónica, genética y hormonal. Algunas definiciones
del concepto de género ponen el acento en la dimensión simbólica que otorga la
cultura (Lamas, 2002). Otras enfatizan la desigualdad de poder que se asienta sobre
esta construcción cultural. Pero todas las definiciones coinciden en que el género
Bibliografía
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. .
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.'¿Es posíl:>Íe· que exísfa.n en futuro. ·vestigios fósiles d,~'.Jo ,re.a({ .
como· existen eras geológicas pasadas?.¿Ún:cu/to :dan.de.sfjnq•.:·.
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rép~idináme'i!te un v~i~r.mitÍÚJf: ·:·.·
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... ; ••,•·;···
El.:desdoblatniento def.mundo
Al desdoblar la vida. ordinaria;· el ciberespacio se convierte en :un modd. .· ..
de· existencía compieto, portador de lenguajes, de culturas, de ''litopía,s/ ·
Desarrolla 'simultáneamente : un mundo . real e. imaginario; de·i s.e·~ud;:: i\
de. valores, que no existen· sino a través de la colaboraci6n. de:·:rnillone~\ .·
de computadoras y del entr.ecruzamietito de. di~.logos¡ de im~genes/qe: ...
interrogaciones, :de datos; . de diséusiones · eh' foros:;. mundo: yirtu~l,: d~I •: ·. ··'
1
'entre nosotros11 , provtsional ypermanente 1 real yficticio, ínmenso··e~pacio :: ..
inmaterial.·de comunicación, de-encuentros,· de información,·d~· difusióÓ,\,:·:.,.',
de Cohocimiento, de· comercio, 'qué pone rnómentanearrienfo en
cont~~to ' ' '
a individuos alejados .en el tiempo, en el espado, yque ignoran con frecue·n~
cia todo de ellos mismos. Un .mundo en el cual las fronteras· se:: di_i'uyt3Í,;\.; ·.
en el cual el cuerpo se esfuma, en el que el Otro existe en la. interlase.:de.... '
la comunicación peró sin cuerpo, sln rostro, stn otro tacto que ef que tbc~.€31 ·
teclado de la computadora, sin otra mirada que la.de la pantalla; ~I cib.e'r.e~~: ..
pacio es ''celebración.del espíritu [...]. Es un reino en donde lo:rrientalesM.
liberado de los límites cótporales, un lugar favorable a la om~ip~t~n'~ia: d~I
pensamlento 11 (i3ukatman¡ 199s,· 2oa-209). Uná defirilción clásicfdef ciber-
espacio concebida por Randy.Walsersubraya la dualid~d d~ h:,s niÚndos Y'
la evicción carporál·que exige: •~el ,ctb~respao1o·es un medio'qüe, da
a sus
usu~rios la 1mpre;ión de ser transportados corporalmente del mÚ~do físico
ordinario a rnundos de lmaginación pura11 (Wal.ser1 19~2, .264t
El cúerpq :
no oüenta ya como máterialidad y in·e~~s aún :~º~º
sust~~to cia id~ntidad¡~
211
puesto que todos los juegos c6ri ·él son posibles. En el ~iberespácio-~e da;!:;
a las personas minusválidas 6 gravemente"enfermas üna oportunidad d~)l
.. moverse a su a~tojo sin preocuparse por obstáculos físicos, sin tem~/¡:¡
·a la estigrhatización. El peso del cuerpo se 'disipa cualesquleraqúe ~eari:~
su edad, su salud, su conformación física. Los ínternautas se ubican err;
un plan de igualdad justamente porque hacen .a un lado el cuerpo. El dbe..:lj
· respacio. es la apoteosis de la sociedad. del· espectáculo, de un múndó::¡
. reduc;:Jdo a la mirada82 1 a la movilidad del imaginario, pero también eJa:::¡
: exclusión de los cuerp_os vueltos inútiles y estorbosos, Es un sucedáneo· de}
lo reai cuya apariencia des.borda en _ocasiones la aceptación de la realidad;::
ffsíc'á del individuo; i..a navegación enl~ Red, los intercambios en los foros,·:\
etcótera, ·]es procuran a los internautas una "perturbadora sensación de =
. ' .. Lo virtual hace _posible otros usos del cuerpo mediante la simulación'
. de situaciones a través .de instalaciones específicas. Provisto de Un cascó
de visión y ·de guantes sensoriales, el índividuo se sumerge en un universo
· , . compuesto de imágenes sintéticas, en relieve, simuladas por fa computa-
dora; experimenta la ·sensación de lo real, vive emociones, p'asion-es o temo-
' res que reproducen 16s de la existencia, Aigunos dispositivos adicionales le
.permiten moverse, ·sentir objetos virtuales que pueblan el espacio o explora(
un lugar. El desplazamiento es facilitado en ocasiones por un uso ínusifadó ·
. ' . .
. 62 . Investigadores amerlcanós lnt~nlan r~mplazar al 'ratón' po; Ía mlr~dt.i.: para hacér elle sería suficiente con .
parpaclear; · ·
138
':' . . : ' ', . . . ·. ' ,:;·
del cuerpo: la respiración, un movimiento de la.mano, de lao~b~za:_del torso._·
Con .guantes táctiles el individuo manipul~ objetos, moldea formas, invent~ ·•
la
universos. .Se proyecta en el cuerpo de hormiga y aprehende el mund~'. .
a su manera; hace suya la virtuosidad _de la bailarina; asume los miedos •¡
y las sensaciones extremas de un surfeador del cielo siri otro límite de iden~ •··
tifioación que la panoplia.que encuentra a su_dispósición, pues sü cuerpo
es solamente el maniquí que proporciona los diferentes roles. Liberado
de las restricciones corporales habituales frente a un mundo stmplificado
cuyas llaves son fácilmente manipulables 1 el viajero virtual conoce· real-
mente un mundo artificial, experimenta físicamente un mundo sin carne. En··
ese universo de ~fntesis, el juego proporciona todas las apariencias de lo :
verdadero sin correr los riesgos que esconde el mundo y con la posibilidad•
de ·vivir mil experiencí~s nuevas (simulac;;iones de vuelo aéreo, de caída'.).
A pesar de su reducida movilidad, el sujeto experímenta una plenitud
sensorial que la sociedad no le prodíga- con tanta generosid<?-cl, El indivi~
duo se desplaza concretamente en un universo reconstituido. Disociando
cuerpo y experiencia, restándole realídad a su relación con el mundo
y transformándola según ciertos datos, lo vlrtual legítima la oposición radl.,.
cal entre espíritu y cuerpo y desemboca en el fantasma de la omnipotencia·
del espíritu. La realidad virtual está más allá y más acá del cuerpo; éste
permanece pasivo aun si vibra con los innumerables efectos de $ensacio,.
nes y de emociones provocados por. la imagen. "El discurso visionario de
aquellos que concibieron el ciberespacio abunda en imágenes de cuerpos
no reales liberados de ]as restricciones que la carne impone. Ellos prevén -
un tiempo en el cual se podrá olvidar el cuerpo" (Stone, 1991 1 1 '13)ªª·
139
212
de piloto): el individuo se sumerge desde el inicio en un mundo que nil
le presenta amenazas y del. cual se apropia mediante el· juego, sin bart~~i:;¡
ras espaciales· o· geográficas. Frente a la pantalla, el sujetó ~s' semejant~}:
al astronaüta en su cápsula, su Cuerpo es un volumen esto.rbaso que ¡~'ji;
impide conocerla ·p~rfección de la Red, al no· Óonvertirse:él mismo ·en .intoi{{;
máción pura, ni ·desÜzarse entre los intersticios de los mundos sin límit~t!{
El sujeto se hunde en otra dimensión de la realidad. Estar fuera dei espacid)
y fuera del tiempo implica la sustracción del cuerpo 1 sin perder el estrerné~{
cimiento de las s~nsaci~nes fuertes, de los vértigos, de. las sensorialidades)
reducidas pero interisas,·del despegue, de la libera~ió~ 1 ·dela.fatÍga,·~tcé~:i'
tera, "Nuestro destino, dice M~Kenna, es convertirnos
' .
en lo que.
pen~amos,\:.
ver· nuestros· ·pensamientos transformados· en. cuerpo, y. nuestro cuerpo'i:,'.
en. pensamientos!J (eri Dery, 1997, 312). El deslumbramiento que se vive ¡:
es,· ciertamente, el de la ingravidez del ·cuerpo, de la· ausencia de impre<!:
siones sensoriales ordinarias con lo .que implican: Eri el mundo· virtUal¡\
· IEi ,: sensorialidad .es infinitamerite simplificada, lo que protege dé · málas.:::
. sorpresas artiempo q~E3 asegura la impresión plena de lo real.
140
En el ciberespacio, el sujeto se libera de las limitaciones _di, s_u identi"
dad para metamorfose¡;i.rse provisionalmente. o permanenterrient~ que en lo
quiere sin temer ser. contradicho ·por· la re~lidad>El ·sujeto se .d$sva11ece
corporalmente para· transf~rmar~e según una multitud de p~siples:_m,ás.ca-
ras; para oonyertírse en información pura 1 cuyos contenido y destinatarios
coqtroÍa- ~on precaución. Privado de rostro,· no ·tien~ qu'e: temer nó ·poder
mírarse de frente: está libre de toda responsabilidad pues no ·posee. s,ino ·
una· ídentidad volátil. En los channels, 16s caracteres sexuales y ta>e_dad
son texto puro 1 rasgos, objetos de una descripción' 6~yo origen es i,nve- .
rífioable y que facilita cualquier licencia. La escritura inventa el mundo sin
tener que exhibir pruebas, Inmaterial, el sujeto se reduce estrictamente
a las informaciones que da_, encarna un cogito puro¡ es lo que pie11sa que
es Cl,land~ está qqnectado.a un universo en el cual los nosotrqs son. igual~
mente jugadores. : No
corre el riesgo de que su cuerpo .1~. :traioion~.· lo o
delate. 'La el
Red favorece la pluralidad del yo; el juego, esca·rceo virtual¡
libera al. sLijet~ ·de su identidad y favorece· en.
todo ro'omento 'ta. pósíbili"
c;iad· de desaparecer..: La identidad se ·declina a la' manera d~I. fo,lla:jei°~s . · 0
una sucesión de. 11.yo 11 provisional!' un· disco. duro que ~o~tieri_e ·unf:l. s~rie:
de
ficheros que se _activan segú_n_,Jas· circunstancias:· 1=1 sujetó'.es·un~ li~~noi_a
para experimentar posibles. Como l.o dice un, estudiante· entr~vi~tádo p~r .
S. Turkle: 11 ¿por qué conceder.más importancia al YÓ del cuerpo:que. a_l9$' ··
si
múltipl_es Ot'ros'qt.¡e'.ho lo tierien; éstos últimos permit.envivfr otrcÚi~q-:d~:, •.
experiencia~'?" _(Tu~kle;-1·997:1 .'14) Ese mundo,• por <:>ira ~~rte· ·¡.elativarn.~nte :. ''
.at16t1im~, 'es pr_opioio a un ejerdcÍO'sin'.barrérás.de ta'·úb~:rt~d patcij)i~n
o para'rnal.fa.úna másqara formidable, e·s d~ofr, u~ motivo, de rela¡~IJ).tent<J . :'
de. toda civilidad {Lé· Br~ton, 1993). La.··responsabilidad '.se_:itjé.~V~~-~~~;. : .
Un crinwn virtual no deja rastro; 'El ciberespacio es un útil de,.mu,l_tip_Ii9a9(ón,: ..
de ~í.mismo,· una prótesis de existencia <?:uandoes: el cuerpo ·mi~inÓ,:~tqG~' s{ ·;::
en
tr~nsforma prótesis de. una.computadora todopoderosa. Cie~a'rn~~te, ~1-·
individuo penetra los mundos imaginarios que se despliegan ~m,·:ef (Í,oriitor;
vive a tr~vás' de·~nos aventuras sucm3iVa_s;_cliafoga¡ constn.iye/p~~c/no está
en pos,ibilklad de' conocer -~Sta .ubicuidad.más que. a·tráyés:::c1i.1a pu~_~ta:
1¡3ntre_.pa_rértesis,de ·su cuerpo.real. lntnerso en la.' ~ealidac:(virt,~al_;·;al~.~~z
fuéra del cúerpo;y realm~nte presenté en sus movimJ~nto_~;:qí}~:',i.li:r'y_l~n su.·
experiencia, está 'a IE!, vez ae1üíy allá, en níngun~ p~rt~ y' si.n -~~b~~g'o,,
:ahí.
.El.. ciberesp~cio ~s en· ,e·ste·.sentido ·una _especie. de ',;u,~60 despie.rtó:·par;1
.aqu~ll~~-qu~
.. '. .
juega~
' . ,,
'
prof~nd~me:rite. ~Ón: :su' :identidad·_~¡¡,'
' ' ',··;·:"'. .
~n
.tem·e; choque
..
141
213
·c;:uando la-realidad esté•de vuelta; el ciberespacio permite la construcol?fü\i_!:
de"• innumerable·s mundos y de formas múltiples· de encarnación· virtüáI;:~!1
.ya no- sometidos al principió efe realidad $ino completamente bajo la dire8{\¡l
· · ción del placer y del imaginario. .. '·'
142
y.
de personas .. muertas_ los epit~fios redactados por·, su farniiif
o por
internawtas · ocasionales.· La página consagrada · a cada ·c1esaparecido
contiene fotos .O t~xtos •.S$ pueden deposítar flores virtuales en su tumlta.
El abandono del cuerpo. hace po_sible todas las metamorfosis: convertirse
en piedra que rueda, en piano; en pez; volador, en salmón· que· remonta un ·
río, en águila girando en la cumbre de una montaña o en piloto de avión.
El principio de la separación es abolido; con las herramientas adecuadas,
las fronteras .del reino caen también. Y ese mundo de sueños en vigilia
puede ser compartido con otros simultáneamente o por interacción. Si la ·
computadora (;)S una oportunidad para la persona afectada por. una. limita• ,
oión motriz e impedida por..lo tanto en sus movimientos, la inercia motriz-:
que provoca en los otros usuarios es una fuente de ambigüedad,· El cuerpo
se convierte con el paso del tiempo· en una cosa embarazosa, excrescencia::. ·.
desafortunada de la computadora. ·
143
214
, .. ,
,: ¡ ;~(ti}
· ..::::',
\~{?!:~
::,).;¡~
1
Los ciberamigos son en ocasiones más familiares que los familiares 1 pue,~~$
que no se les encuentra jamás y el misterio planea positivamente sobre ell_~:~~j
En última instancia¡ sé· püede imaginar que dos; usuarios de un ·toro ,tj~:;!
se apasionan uno por el otro sean vecinos de pisol qüe no se s~luden jaJTiá~t::
y que se encuentren mutuam~rite antipáticos. La -supresión del .cúerp:~'.
favorece los 11 contactos" con numerosos interlocllto~e~. Todo_ a príori.~iJ
en efecto suprimido, toda molestia, todó prejuicio, cualquier timldei y e~tª:
tanto más cuanto. que la comunicación es simplificada, y que nadle sa~ii
quién está .realmente al otro lad9 de la pantalla. No. solamente el ob-stácµi,~l
... / ;.;.\,;
.geográfico o temporal es anulado sino también, de manera radical,· el _d_~p
buerpo, lo que permite el_ intercambio inmediato. sin el esfuerzo de entr~{
en materia64 • Es sintomático a este respecto el amor apasionado que nao~¡
entre c:los nerds en la narración de Coupland: No se han visto jamás_ perq:'
tienen una oorresponde~cia regular por e-mail desde hace meses, lg~orad:
inciuso su sexo, puesto que uno y otro usan seudónimos. En cuanto Üegi:
el motn~ntó del encuentro, presa del miedo de ese primer 11 cbntaoto"; uno tj~::
los dos envtá un amigo a la cita (Coupland 1 1996 1 364 ss.). El cuerpo es vi~id~)
claramente como una penosa prueba de verd~d que am enaz~oon h?ce r añÍco.J: 1
:
Sí bien ei' ciberespacio es una simulación dei m,undci, ·da una Impresión
de la realidad física de su universo·¡ Las percepciones son realmente expe•
rimantadas aunque.reposen en una simulación¡ ya que el cuerpo de la reaíi~
daq virtÚal ,es incbrpóreo. El cine proporciona también ,emoción y ."olvidoll
del cuerpo, pero lo virtual propone pasar detrás de la pantaÍla .Y situarse
en el corazón de la acción. Tímothy Leary se
regocija· porque, el. ciberes•
pacio libera al hombre de "la esclavitud del ·cuerpo". Según· é:li ·ló:9 · pr6xi•
mos años van a alejarfísicamente al Otro haciéndolo; siíl' émbargo, má.s
cercano: "l~s intercambios directos/frente .a frente; '.serán reserv~d~s para
las grandes ocasiones, para los eventos íntimos y preciados, :,.pási' sacra*
mentales; .Los· encuentros·'físicos serán raros, ·exalfantes. En::.ün ·futuro
próximo participaremos en ~umerosas cyber-relaciones ccm r,~rsonas:·q~.e
sin .duda,·· no. veremos,. nunca· en persona [... ]. Mañana volárem'os por la
gracia de. nuestros :cerebros en·: las alas de los electrori'es: para trábajEi·r
en.Tokio, degustar una deHcíosa comida con una compañía encantadóra
en un restaurante parisino antes de.hacer una breve visita a unos parient:es
de Seattle; todo esto sin abandonar físicamente nuestra ~alaU· (Leary, 1996;
e
22·33). Para Negropontef vivimos 11 el paso irrevooabié' irrever~Íble de I~~
átomos a los bits'\ una transformación de la.carne del mundo o: de.1 cante~
nido de las cosas en información. La frontera entre los mundos·; los obje•
tos Y, los hombres se borra; todo se vuelve conmutable en potencia pu.~sto '
que todo está regido en ·ulti'ma.instanoia por las mismas unidades de baie:
La confusión res.id~· en é>caslones 'en el precio qUe hay que pagar, Y.que
puede ser la vida. Algurios individuos' no'
perciben ya lá 'dife're,ncia eb,tre' '
10 virtual y·10:real,:como esos niños' que matan a un'a comercianté cuando
la
queríflrt solam.,ente·· disparar y no prov~car muerte. Esas, confi.isiones s;i;i
frecuentes .. El .hecho ,devivir en· un: muricÍ~. sin 6oi-t:apisas;:.E3n,,~.1 .cuai '1o's ·
mu~rt6s son.:relev.ados y en el cual los saltos. al vacío no :o~Úsan· n,i11gún
mal,· amenaza' con:hacer olvidarlas'oons~c~endaS'reales:,de ¡~;··~cció'nes'
e·n ·el mundo :rei. hjs radaristas ·de un navío· amerícan~. qo~' ~onfund~~. en
su pantalla 1~ irt1ágin virtuaf de 'Ún' Airbus iranf
con· la: d~\i~{ Mi~ pr6vocan
215
la rT)Uerte .de centenares de pasajeros, ~os ejemplos de este orden son
numerosos. ".La generalización de las técnicas de simulación yde repre-:
sentac.ión virtual vendrá segUramente de la .mano de una miopía filosi;>fica
y moral que tenderá a ocultar la diferencia de naturaleza entre lo real y lo:
virtual" (Quáau, 1993, 74).
Virtwal viene del latín vfrtus que significa fuerza 1 energía (Quéau, 1993;
26)'.. Lejos de .ser.una ilusión, la cibercultura es Lin campo de·fuerzay de
acción 1 otra dimensión de. lo real, susceptlble 1 en este sentido, de movm,.,
zar poderosos afectos. Los internautas .tienen con frecuencia la impresión:
de:. vivir físicamente y afectivamente sus intercambios con ·1os otros en}a.
Red; un universo virtual desdobla 'la realidad trivial de un hombre sentadot
de.tr~s. de su ·aparato, disuelto~ su cuerpo y su identidad pero inten~a~
mente comprometido, eón su juego. En la cibercultura, lo ima,ginario ligadó
a la pantalla alimenta la rela~ión con el mundo; no es un ensueño gue: se
desprende de las posas sino otro principio de .realidad, más f1,Jerte induso
que·Ja reladón viva con el otro, p·uesto que .se realiza en una esfera ·qÚe
el sujeto controla totalmente y siguiendo un juego que despeja las .limitado~.
nes .de la. realidad. Al sirrwlar lo real a su antojo y al alimentar 1,m fantasma
d~ omn.!potenoia_en sl,I usuario, la cibercultura e~ con frecuenciaüna tenta~
ción terrible f_rente _a la infinita complejidad y a la ambivalencia <;iel mundo,
· ,.Lo, real ·.termina por. escapar a cualquier control; se resiste a_ los intentos
d~ ~'dmeted~1:de ha~e~hmanejablé, según 1,Jna intención personal. LO real.
.·Tmplica. un debáte'pernianente con sí mieimo yC0/1 los otros. La ambigÓe4·
. dad del· m~hdo ~e concentra er.i una ventana colocada frente a él. ·
. : 6)6~'.·:~i.rh1~l ..
D~~p~u§~ -~e, _una experiencia virtual en un espacio cie ·.síntesis· en. la Red:
es. difícil_"aterrizarH_, vqlve_r a sentir el peso del ouerpQ y ias preocupaclo~e'~·:
· de la. vida. cotidiana. Eri este. contexto, .el discurso religioso resulta partH
culármente.propicio. P. Quéau señala la fascinación de las jóvenes g~ne~;
raciones por los mundos virtuales del Internet y las imágenes de síntesis:
que se ofrecen corno alternativas .a un mundo conflictivo: 11 es posible que·:
se decida cada vei más contentarse con esos simulacros de realidad, sÍ:et:
.mundo. real parece ·de pronto cJemasiado hostil, demasiado inhospitalario;.'
o sLsus vfas de ~cceso parecen fuera· de .alcancé. No háy d~da. de q·u·e:
lo vlrtuai se convertirá desde entonce~ en. un' n~~vo 11
opío dei'pueblo'':.:
146
(Quéau 1 1993 1 41). Él mismo cede 1 sin embargo, al ca,nto de_ !así sir~rias'
algunas paginas despues, olvidando sus resquemores; se éxtasfa en un
lenguaje religioso de navegador de la Red; llse viaja !3íl sinf~nfas •visu~lé~ ...
disfrutando .la -textura de su materia más o.. menos
' . ilusoria. Esos mundos·
.. '
M.. Dery (1997, _43 ss.) desarrolla ampliamente l_a. dimensión rell- ·
giosa de la Red presente en muchos de nuestros contemporáneos; entre
ellos. Mao Luhan y su idea de que la noósfera, la conexión de todos los
campos. de la conciencía humana concebida por.Teilhard .de. _Char_din,
es realízada por el ciberespacio. Para K. Kelly, de la revista Wired, "ouando ·
seamos suficientemente numerosos los que. nos reunim<?s de esta manera,.
habremos creado una. nueva form.a de vi~a. fa,to forma. parte de la ev9Ju.; ·
ció11;. a esto. estaba· destinado el espíritu_ humano'.'. (en. Déry, : 1997, 58) ...
La Red ne> .es. solamente una tecnología, un modo eficaz de comunica_-
ción, se convierte .en lugar de salvación, en el umbral del nuevo míllenium
en el cual no se espera ya la redención.de Dios sino lt3. de.la.corrwutad~ra.
:En la novela de w_. Gibson, Mona Usa, uno de los personajes se pregunfa.1
durante una dis9usiót1 ace·rca de_ la naturaleza del ciberespacio; si_ 1il~,r,natrtz
no es Dios". J. Campbel!, fascinado por el interior de su PC, de.clani'.a un
periodista:. "es· verdaderamente increíble, Toda una jerarquía· de 'áiigel'es
en pequeñas laminillas d~ cobre" .(en Déry1 1997, 83). T. Léary ha expre-
sado a menudo sü entusiasmo por la Red .. o ia realld.ad_'Virtual. Para él,
147
216
. ·-:·:·.:;:
148
El sí mismo informático
El vocabulario informático penetra en las formas que· expresari -ál hombre.
ya su cuerpo; de esta manera,. se evaporan· 1as fronteras. entre .la ~ame •
del hombre y. el poder de la máquina;:·entredos proce,sos·~e~.taleiyI9~/<
técnicos. La informatización' del lenguaje acompaña la inform'at1zadór1: di:: :.J:<;
la sociedad. Formas recientes de expresión se apli~an indistintamentE) :
a la compu_tadora ·y al hombre: éste 11 comprende", las informaciones que.·
se le dan y 11asimila 11 ·10~ datos .. Ahorá que la computadora tiene una,"me~~-,::.:. ·.
es·
riaº. uno se pregunta si el cerebro .hutnáno_ capaz .d.e)'almace~ar'i temt~\ ,
fnformacíón. Al mismo tiempo que el vocabulario .oómputaoional se.hum_a~-
niza, en un movimiento recíproco, el hombre se mecaniza: alguien es_tá bien·: .· ..
"formateado" para ün empleo o una tarea; se está 11 i:::onectado 11 . cuando se : .
integra una información; Uh error en uri'razonamiento, un 'gesto o .u~a pala/''
bra inadecuados son percibidos .como un bug o Un "error de programa. 11(
11
Tiehes que· agregar megas a tu. disco duro11 dice un joven a su amigo'
sofocado después de .~n ligero esfuerzo físico (Coupland, 1~96 1 297): Un ...
problema afectivo es perbibido como un problema de 11 interf~se"; Si ·~e trata' .
de dificultades para establecer una relación eón L(na mujer ºes nec~_sarío
esperar la sal.ida de una nueva-versión rriás convivial" (Id. 262).· Hablar cc:>n:
un amigo susc,ita en ocasiones sorpresa: /'no, nó es que me aburrai_viejo·;
a
pero mi ventana proteínioa·se Va a cerrar" ••. y'corre la oocina·a pre·p~.; ·
rarsé de comer (Id. 302). Los biólogos hablan normalmente de 41 programa: :
ciónll genética· o del "programa" con.tenido en ei ADN. Del mismo modp,.
un 11 virus" destruye información, 11 infecta" datos. 11Tales metáforas tom.ad,ás :
de la virología son en parte resultado de la omnipresencia del. re.ciente_:. ·
discurso sobre el'SIDA presente en todas partes.'' (Sontag, :1989, 91);::;: :·'
A las precauciones que se· toman. para intercambiar disquetes o·'. dato~:· .
a fin. de 'limitar los contactos y por lo tanto los riesgos de·Virus· se les Ji~~~·,:· ..
el llsafe hex"·(Channell, 1991 .. 135). La metáfora del virus es~-~~prú~p_¿(.:
de· 1a atención prodigada a ia computadora,. de la personalización_'.qúe.· fa ·:
transforma a los ojós' de los usuarios,· al punto de medioalizar sus di~func,io-
rtes. De la misma manera, las aplicaciones contra los virus adopt~n a; rnei~'udó .
termínólogía ·de.· la. m~dicina ·o· de la. farmacéutio~. · L~: informáti~~, Contri-
buye actualmente al. desarrollo d~ ·1a persó.nalidad ·de _un. riúmero ;reclente
de usuarios; Las fronteras ídentitarias ,entre.·el indivi~y(t_y)a herramienta
·se confunden con frecuenda; nuévaé formas de intimid~d -salen ·a la luz
con una máquina percibida como un ser vivo, con sentimient.os y suficiente
149
217
inteligencia para propiciar una interacción fructífera ·y· de fácil acce~tg;;
a _todoun :univers~. de conocimiento y de cornunicac1ón. La. comp\.lfadc>tll
.·se tr~msforma .en. compañera: d~ vida¡. en amigo,. en ventana .i
niundJ;i~
. El inte~nf.luta que la. percibe como ~náináquina pensant~ y viva llega a ter\$fif
la sospecha d~ que él mismo está encer~adq en un cuerpo con capaéid~~!l
des terriblemente limitadas; sueña una fusión con la máquina, disolverne eq\~
ella.a fin-de no ~star ya sometido a la necesidad .trivial de comer, de bebeff(
de d_ormir, ele preoéupan~e por un cuerpo que. le recuerda.s,in cesar· S(f~~'
límites.· Su hibridación con la, máquina, si fuera un día posible, resolverrJI
este problema, •. ,1P:
· En: 1~2~, ura célebre narraci6n 1 ._RLIR deK. Capek (199?), tmagin~'por;~
pi'iriiera:vez·láreivindicacióri de la dignidad de los robotf:l (Capek iiwen.ta.t¡
el_ término de origen checo robota: trabajo forzado). Un. biólogo.llamad6:i
HossE¡3n descubre un material orgánico constructible que reproduc~ fie1:.:ii
mente la apariencia de la vida, e intenta en vano fa,bricar con él un hombre.,¡
Su sobrinoi un ingeniero_, considera que se podría construir en masa cria;.)
t~ras; incluso imperfectas, para trabqjar ·o hacer la guerra en lugar. de. los:·
hombres._Su apariencia humana y su competencia ii:,telectual se agregár'.
a la. carencia .de. afr:3otiyidad y a su total indiferencia hacía_ el mundo;-i
$e detjicfltÍ a realizar lo mejor posible las actividades a las cuales las desti-
nan \os hombres, Al inicio de la obra1 una mujer encuentra a los responsablé~
.de la.fábrica y se rebela para defender la dignidad de los robots y por la suerte.
que les d~para su explotación; ella busca.en va,no despertar a loá robots-
y
sirvientes, pero éstos la esquchan le responden que no comprenden sus
palapras .Y quE1 se encuentran. muy bien como están. ·Los qerechos ofvi~. :
cos o la dignidad nq tienen casi ningún sentido para ellos. Pasan los años:
y uno de los ingenieros de la fáprica tiene. la idea de cambiar el. modo·,
de ~abrrcación de los robots para mejorar. su comportamiento: ·sentirán_
el .doJor_y la$ emoqiones humanas, A partir de entonces, los robots se.
rE:lbelan, toman el poder y destruyen a los hombres. El último sobreviviente,·
un médico _9u~ busca el secreto de fabricación de las rqbots, cuya fórmula
ha sido quemada, comienza por hacer la disección de uno de ellos con el fin
de analizar sus cqmponentes! Pero renuncia, desgarrado, porque no puede
evitar la impresiór1 de que comete un asesinato.
150
. . . .
· Uno c;fe los promotores 'dé las criaturas artificiales es T. Ray1 un biólogo
.que construye anímales m1mérícos autorreproductivos, .que integran en su
programa errores, mutaciones destinadas a producir una forma de evolu~
ción a su escala. Ray concibe esta idea cuando un estudiante le cuenta qué
los peones de un mismo grupo del juego Go 11 morían si no lograbao perma._
necer en contacto.: con e·I espacio libre11 •. Ray im~gina entonces la ecós, ·
fera de las criaturas y simula su autoreproducdón. Publica en el Internet.
un artículo basado en esta experiencia intitulado: '¡Jugué a ser .Dios y creé
vida en una compúfadora" 66 , Ray d~scrib~ el espacio conflictivo de ·coexis-
tencia de gusanos artificiales en torno a·:1a información, la maneril en ·que:.
ejercen su poder unos sobre otros, las técnicas d~ salvaguarda! etcét~ra'. .
Lentamente, dice Ray, "la evolución borr6 los contornos del müné:lo origi~
nal'1. Incluso . la sexualidad aparece bajo una forma ru~imentária que, Ray .
se esfuerza por mejorar con el deseo de dar un "sistema' ·nervioso" sus a
crlaturi:l.S, Su intención. es liberc\rlas un día en la r:ed a fin de. que ·conti-
núen su existencia tje manera autónoma.· Algunos le hacen ver el ·peligro
latente en los virus, pero el biólogo ·virtual considera qu~ son ln~fen~Ívos
puesto que no se comunican más que entre ellos. No ·cabe duda de, que
65 Miles de 91/ots, de narradores, de escritores y da artistas han creado universos, pero ninguno se ha tornado
por Plos. Inversamente, es !iorprendenle ver cómo esta áuloproclamaclón se ba(laliza hoy en. día on la
biología, la medicina o la cibercultura,
151
218
los organismos biológicos o las realidades numéricas son percibidas COIT\Ri]
pertenecientes al inismo orden, foque alimenta en el creador del proyectq}l
la idea tje haberse convertido en .Dios, amo. de la vida y de ·1a muert~]\\
(Libération, .14~4~ 1995). S. Levy1 uno d~ los artesanos más co~prometldo~I1
en este domini~, explÍca·:que .el tejido . de la vida artificial es una materia no:i
orgánica cuya esencia es· ,a información. 11 Exactamente como los médico{I
han reproducido in vítro los.mecanismos de la vida, los biólogos y los info1{2;i:
máticos ·d~ la vida a·rt,ificial
.
espe,ran crear vida in sllico'1 ·(Levy, 1992,5) . .
.
¡·· · ·
. . . ' . . ; ...:;::
152
se manifiesta en favor de los der~chos civiles d~ _los robots. Piensa que_ es· .'.
útil Jrata(a estos ú_ltimo~ como personas .. s~_lta~do algunas etáp~~l toma'.
el ej~·mplo de un rqbot llamado Harry,· capaz de ''conve~sar..int~iÍgent~~,: ·.
mente sobre 'cualquier tema,· jugar ~1 goif,: es~ribir un poerná·. aoept~ble 1:..
controlar. su .r,erviosisnio/ ~on .un. amor. ~pasi~nad~' a'om'probar t~;r~h1á~.¡ .
matemáticos! asistir. con :e11tusiasmo. a r'euniones. políti6as 11 .- ·.Harry: ~lént'e'\.:.
desde luego dolor y placer1 es ·\Jna cri~tura de síntesis, p~ro, escribe Ly6s.n,·.
11
si nosotros. reprobamos la disoriminadón racial·o.· étnica en la soci,ed~'c{\:
actuaf 1 · de.berfarnos rechazar !a discrimi_nación. en contra de. H~riy, :.débi.~a·. ·. ·
a su ()rigen" (Reichardt, 197.8,. ·162)·; Los juegos de leng~;j~' que tiend~n:: · · ·
a calificar.a las máquinas cqmo inteÍigentes y con sentimientos llevan .a.'ia :. ·.
conclusión_ lógica de conferirles ·derechos y debere~1 - de protegerla~ '.el~·
la arbítrarledad de los, comportamientos, hurn~nos. D.· Channe.!t per~ibe
también ·un serlo problema ético,: naqido. del desarrollo de la 'ingeniería.
gei:iétic~. y de..Ja: ititeligencia artífícia[ La "máquina· viva"· exige¡_ :según' éÍi, .
una nueva trama ·moraL Piensa que una,· 1'ética biónic:a 11 • debe tom~r: en·: · ·
consideración a la VE3Z los aspectos mecánicos y orgánicos de la ecol9gf~
cibernética de tal mant3ra que mantenga una., integridad¡ 'üria· diversidad
y una f~ncionalidad _del sistema '[...]. La tecnológíaJ la· ~ida orgáni6·a deben
ser inteligentemente protegidas [.. ,]: Nosotrqs ·no podremos ·construir una
nueva Jerusalén si no es encontrando una armonía entre la vida orgánica
y la tecnología" (Channell, 1991 1 151-164). En 1993',:.C. Langton.~écla,ra
a L Sfez su convicción de que en "diez años construire,mos máquipas aútó.
organizadas.: ¿Tendremos el derecho de ·matarlas ~ nu.estro an.tojo? -¿Cuál
sería. ,nuestra legitimidad al hac~~lo?. ¿Pero si. éstas co.meten crímen~s.. :
o faltas, qué castigo fnfligir? ¿La muerte, la mutilación, la prisión? [;..j Es'~' .
sucederá dentro de diez años; Es necesario preparar~e para ello" (Sfez;.
i,
19951 258) Los problemas sociales o políticos, los innumerab_les· coilfll~-..
tos étnicos del fin.del siglo pierd1;in _impo.rtancia frente a la necesidad_.rpór~I.
de protegE3r. a las máquinas.· S.. Lem lleva irónicamente a. su extrem~':J~gíco
tal . preooupáción · justiciera·. hacia. fas máquinas inteligentes. : Imagina. Uh
futuro próximo en el cu.al no será ihconcebible.que:un hombr~.,~i~le ~ u.na
máquina· de. coser.: P. K. Dick responde que u·¡a máquina de co:s·e¿ :pódrá ·
hacerlo arrestar, ·demandarlo¡ incluso con, Una· a_ctitud liger~rQente histé-
rica. -Esta situación sugiere toda olas.e da. refinamientos co.mplenientarios:
falsos.testimonios de máquinas de cósefsóbo,rnadas que, -~cu;an lnjustá•
y
mente a hombres inocentes; pruebás de ·paternidad desde luego aborto
153
219
de máquinas de ooserernbarazadas contra :su voluntad" (Diok 1 19~8, 25)-..
. No ha habido todavfa manifestaciones de ·robots o.de ·computador~s, .pero:
ya,.muchos defet1sores se apresuran a apoyarlos previendo las inevítctbles
crueldades que.tos hombres les infligirán. En un mundo en el OUijl la insig~
. nlfidanoia del hombre no deja· de acenti.Jarse 1 la dlgnidad y la importanoia
· de las máquinas adquieren también una dimensión también creciente. ·
. Ci~ncia ·ficción
Desde Dick, Ballard o muchos otros, la ciencia,ficción no esya un universo.
de. sueños críticos:acerca 'del mundo sino una experimentación de lo
contemp6rán~o; L!na proyección imaginaria de las cuestiones que aoeohán ..
a nuestras sociedades. El mundo mismo se ha cohvertido en un unlverso de
ciencia ficción (Bukatman 1 1993), por no considerar más que el alucinante
co/Jage:de prácticas·e imaginarios analizados aquí y la realida,d de socie-
dades destinadas·a la exclusión, al desempleo, a la etnicidad, al abandono:
en el dominio técnic6 y económico, a Una miseria endémica y al subdesa- •
. rrollo tecnológico. Janieson considera, así, la.ficción cyberpunk como una
expresión literaria adecuada a loE! dilemas existenciales de nuestras socie-
dades occiqentales (1991). La ciencia ficción toma el relevo de la sociedad·
o de la antropología para expresar en forma narrativa las tensiones de lo ·
contemporáneo y plantear st1s dilemas bajo una forma existencial que no
tiene, a menudo, el discurso· de las ciencias sociales ..
154
a·un cuerpo que no es ya más ·que 11 carne\ obstáculo radical para lá"'
lnmaterializaoíón indispensable para una navegación .plena;:: La. forma
humana' es ,inadéouada, si no es suprimida o remodelada mezclándola .·
a.la informática.:EI mundo misr:no compite de manera desleal c6n los:aúto-
res de ciencia ficción, mejorando.sus hipótesis o dando formá a un medio
.social y técnico que parece en ocasiones salido directamente de su.ímagj.,
mi:rio:· humanización de la máquina, reificación del hombre, diseminación
o asimilaci.ón ~e los componentes corporales humanos, apropiadón de la
tecnología por empresas sin escrúpuios, digitalización del espíritu humano 1
etcétera. No solamente la ciencia ficción no.se opone a lo real.sino qÜé
parece con frecuencia ejemplificar los fundamentos sociales dé la' exis-
tencia. contemporánea. La fuerza de los imaginarios que determinan las
orientaciones colectivas que habrán de suscitarse encuentra en la ciencia
ficción una vía dorada de desarrollo y de proyección en la trama social;:
este género experimenta loS' escenarios del futuro próximo e iiumina:'ya; ios
procesos que están en juego en el presente;
'155
220
6. La cibersexualidad o el erotismo sin· cuerpo
Villíers de.L'lslehlam,i;Eve.fufure ·
157
221
la presencia carnal del. Otro ya no es necesaria. La cibersexualidad ·traeJ\!
consigo ia desaparición sin equívoco de la carne, Por el hecho de ser'j¡¡
de. manera' privilegiada un himno al cuerpo, él erotismo n·o podía esca• :•:V,
. par a_ las tentativas de extirparlo de un ouerpo perdido en el ímagiriario 1;:
de - lá. d·enigración, ouy~s variantes hemos mostrado. _En las pantallasr t:
el sexo se transforma en t~xto y espera las coml;>inac~ones sensoriales que !]:
.permitan estimular a di_stancia el cuerpo· del Otro, sin tocarlo. La indigni- -::
dad corporál vive ·una forma de reivindicación en el androide; cibernético
que s~rá muy pá:irito c~paz de interactu~r sexualm~nte y de responder
activarhetite a todos fos fantasmas de· su propietario. Ciertamente, el tema.
es víé}ó: Ovidio, en Las Metamorfosis, cuenta los amores de Pigmaleón
quien prefiere la compañía de una mujer de marfil' a la.mujer real para evitarse
cualquier confronta6i6n. Moldear con sus propias manos su ideal del Otro
femenino es una manera de amarse a sí mismo, ocultando la confronta~
· ción de [a alteridad que es necesariamente el enigma del cuerpo del Otro, ··
comenzando por [a de su rostro (Le Breton 1 1992); El sueño de sustituir .
el cuerpo por la máquina1 de ahorrarse el miedo del desnudo, reaparece en -:
muchas narraciones de la literatura occidental, e$pecialmente· en la pluma
de Hoffmann y de Villiers de L1 fsle·Adah1, En sus relatos, que tienen valor; .·.
d·e_mitósj·cuentán el odio celoso del cuerpo 1 la. indignidad de la mujer dt
carne, el gozo del dominio del Otro ·tanto más sometido cuanto que rid
ni
tiená alma, interioridad 1 _ni _historia. ··. .
158
. .
cülarldad. EUa les ha parecido ''tiesa e inanimadaº; _su mirada. desr:irovista '
de vida;· su paso medido corno marcado por un mecanismo. "Su canto y sLJ ·
interpretación musical tienen la precisión convenida, la exactitud monótona: ·
y sin alma de una máquina de cantar; lo mismo sucede con la danza. En fin¡ ·
esta Olympia nos ha causado una impresión penosa y ninguno de nosotros •·
desearía tener algo que ver con ella 11 (Hoffmann 1 19941 43). Es precisa- .
mente la distancia c;!e Olympia lo que fasclna a Nathanael, quien encuentra
sospechosa la insensibilidad o los celos de sus amigos. El silencio da la
joven es para él la perfección misma del lenguaje; su inmovilldad, el colmo .
de la gracia; él expresa en su presencia un arrebato que se repite con cada
gesto de su compañera.
159
222
amor. La mujer de sus sueños, Alicia 1 no lo rechaza, pero él la encuentra)::
formidablemente tonta y de una "misteriosa miseria moral". 11 Su cuerpó/i:i
dice, ofrece un conjunto de líneas que sorprendería a los más grandeiKj:
esculforesn, Lord Ewald experimenta un hiato sin remedio entre la m~ra/\!i'
villósa seducción de la joven y su manera; según él., interesada, .medio{:'i:
ore, de comportarse en la vida. 11Entre el cuerpo y el alma de Miss Aliciai"\;
no había una desproporción que desconcertara o inquietara mi entendí-;)
miento: era un disparate ... su ser íntimo revel~ba una contradicción con·.su}
forma, .. 11 ( 44). Ella paree.fa 11 enoerrada en una suerte de castigo oculto en el,::
engaño p·erpetuo de su cuerpo ideal" (44). Lord Ewald, quien no se cues~)
tio~a evidenteniente
. acerca de él mismo, .considera a Alicia un desastre.-
' . '.
La joven mujer es para él el oo/lage disonante de un cuerpo divino y de un •
espíritu mezquino, un ''templo profanado". La imposibilidad de reconciliar
uno y otro, lo obsesiona y, en consecuencia, desea morir.
160
arrugadas, flacas y sombr1as11 (174) .. Sutilmente, el texto de. Villiers es un
juicio definitivo en contra del cuerpo (fundamentalmente .ei de la· mujer).
Evelyn engañaba con su apariencia mediante una serie de maquillajes, de,, . ,.
prótesis, de peÍucas, de corsés, de mentiras. Sin artiflcio, el ~oerpó de: la. . .
mujer no es más que una piltra.fa obsc.ena e irrisoria.
Para 'Edisonl ' muchos hombres son, por estos metjios,' víctimas ' ''
de esas mujeres inapropiadamente.carnales que la 'ciencia no ha p~dido·
todavía• rectificar. · Si Lord Ewald titubea para aceptar la. maravillo:sa .
propuesta .de Edison, debe recordar ·esta vez la imperfeccion del origi~
nal que exi.ge ·otra ·forma de artificio (esta vez 11 ciéntíflco 11 ) para 11 recupe~
rar el amor11 · (184). Finalmente, es la mujer de carne la q1.Je es una copí~
inapropiada de la Andréiae (tal es el térmíno empleado por Villiers para
designar a Hadaly). Retomando la.s actitudes del anatomista apasiona~o ·
por los·arcanos que descubre pero que se inclina por las piezas de metal,
Edison continúa su demostración:·abre el pecho de Hadaly para 9escribir.
a· su interlocutor extático los materiales de los que está hecha. Cada argu-
mento de Edison, quien insiste en la perfección de. los organos artificiales
de Hadalyl' denigra paralelamente el 'cuerpoj falible y frágil: piezas en oro
o en ácero 1 hilos perfectos, sutilmente anudados a mecanismos minuciq-
so~; los pulmones son fonógrafos de oro, cilindros que contienen la memo-
ria de las palabras o gestos que alimentan la existencia¡ unas veinte hmas
de grabación 1 . de réplica para .las conversaciones. Ec;fison se. regocija por
no tener ya el temor de ser atrapado en una discusión ·sin sentldo 1 el domi-
nio: de la ·palabra queda asegurado: nno más tedios ,~stéríles .. La palabra.. ·
esperada cuya belleza dependerá de sus mismas sugerencias '1 ( 1$4). .
161
223
al cuerpo que corrige, Puesto que, sobra decirlo 1 si· la Andréí'de tiene ·~i~j~
rnismc;, olor que Alicia 1 h~y.en ella una particular suavidad que no .tení~';1i
el modelo .. Al no ser carnal 1 desprende rnaravillosos efluvios .. Edis.on, i~~
11
propone robar la presencia 11 de Alicia 1 efectuar una duplicación de la jov~Aft!~
que volverá a ésta superflua y cómica frente. a la superioridad de la copi*'i,Í~~
Algunas semanas más tarde 1 Lo~d Ewald vive una terrible prueba q~w:~i
lo enfrenta a· la verdad .. Se imagina vivir un encuentro perclido de amor pqf::I!!
una Alicia finalmente digna de su afecto: 11 ¡Qh bien qrnada! ¡Te recc;inozo.tj;f:[l~
¡Tú existes! ¡Eres de carne y de huesos como yol. ¡Siento latir tu corazón'!¡J
1
¡Tt.is ojos hah llorado! ¡Tus labios se han estremecido al contaoto con lóáj!'
una
m'íosf. 1Eres. mujer que el amor pu~de volver ideal ..como tu l:,ellez?\::f:~
•.(284). Y trastornado, Lord Ewald se prepara para recrlmiharle a Edis9~;\i
· sµ ingenuldac;I, que lo llevó a prestarse a ese juego y:a creer por un instant~S;
eh su· criatura .. Pero la joven le revela que ella es Hadaly. El amor loco h'~j
. elegido los caminos del artificio, la mujer de carne ha perdido deflnlt1v~tli
mente-: la partida. El cuerpo humano. carece de la gracia, irrisorio en; ~@.fo 1
162
completarnente sus átomos cada siete años aproximadamente. ¿El cuerpo
existe todavía? ¿Nos parecemos en algún momento a nosotros mismos?
[... ] ¡Parecerse! ¡Qué prejúicio es ese de tiempos lacustres o trogloditasi 11 · ·
(95). Es por eso que la copia es tan superior al modelo: de esta manera,
Hadaly será de hecho "mil veces más.idéntica" a Alicia, puesto que escapa
a la temporalidad que destruye a.esta última. En cuanto a la ilusión,· Edison
la refuta considerando que toda relación. con 'eL mundo no es· más· que
un engaño y que.el amor no es más que un ejemplo entre otr'os de esto.
Muy pronto 1 anuncia, 11 la manufactura de ideales producirá miles . de sústra~·
tos como ésteu (216); ..
163
224
. . ,:.:I;-:
164
El texto substituye al sexo y prescinde del cuerpo, la excitación verba.!
se comunica al cuerpo entero como a una terminal de placer. La sexualidad
se transforma en textualidad, intercambio de procedimientos .cu1,a:_·ci~ve :,.: ..
es el placer. Algunos de los que viven una experiencia sexüaÍ°tel~tTláti~~- ·
confirman su entusiasmo; "insisten en la veracidad del adagio según.el cual
lo esencial del sexo es mentalll (Turklel 1997; 21}. Los foros de di~cu:sión
abundan¡ en ellos le es posible al internauta flirtear con ~na paré)a virtual·
en su 11 recámara 11 y llevarla a ófra parte para evitar el controi de los ºguía{,_.
Una vez llegado a la recámara virtual, cada uno de los amantes describe ..
textualmente su. acción y su emoción y metaforiza con éxclamacio_n~s . ·
el placer: experimentado. "El sexo-texto, dice M, Dery,_ es amor furtivo,
hecho por amantes invisibles que no ven nada y cuya identidad es emri~s-: .
carada por un medium 11 (Dery, 1997, 213) .. Cuando un internauta encuentra
el modo de contratar a su interlocutor y de obligarlo. a una relación .se~ual
(o más bien textual), llegan a producirse violaciones virtuales.··
165
225
hombres fingen ser mujeres en el' ambiente del ciberespacio es que desea~/ii
:ser tales": (Velena,· .19951 : 108). "Saber si el otro es realmente un hómbr,~)i
o una·mujer se·ha convertldo en una forrna de·artell, dioe·S,: Turkle· (1997-f{
21 :1) con. más prudenc,ia. El internauta, según S. Turkle, asume en ocaslófVi
nes·. rasg6s:dé personalidad múltiple y se entrega "a ·diferentes rutináá~(
diferentes amigos, :diferentes: nombres'\ (15) haciendo de la pantalla uá\
terreno.de juegos. Algunos MUO hacen posible ta elección de· sexo entté,\
hombre 1 mujer y neutró;•Otros amplían la variedad de los géneros: hombre{{
mujer, plural 1 rieutro,:hermafrodita 1 etcétera. El paso al otro lado del espeJo};
que· se hace posible por la ausencia de un rostro en la interacción; líberJ}i
tas fantasías sexuaies y los juegos de identidad'. El descubrimiento o la\
duda sobre el verdadero sexo del interlocutor generan a menudo violenfo~f
conflictos y solicitudes de prueba, incluso vía telefónica, Se pide entonce$\
a la pequeña parte del cuerpo que es la Voz dar constancia de su identi;}:
dad sexual. En cambio, la edad o la apariencia son menos dudosas; hechc/
curioso, si se piensa que en esas clrounstanoias la ilusión encuentra urt:
terreno singularmente propicio. :
i66
Se trata,. de hecho, de un elemento fálico, penetrante y vibrante, en _el caso :
de· que el traje sea vestido por. una criatura que tiene ·órganos genitales .. ·
femeninos, o de un falo ·cóncavo¡ si es vestido. por una criatura con órga~ .
nos genitales masculinos. Un segundovibrador,.en este caso ánal, se sitúa· _ ·
en ·la parte posterior del traje 11 (Velena¡ 1~5 1 i 50). Lo táctil se convierte
éri digital, el teclado. reemplaza. la piel, el ratón sustituye la mano.,:Y lo
interactivo suplanta lo dialógico. Aun si té.cnicarriente quedan mejoras por.
hacer. -"Si bien es fácil producir sensaciones en el cuerpo, dice B. Leeding 1 ·
ia caricia sigue. siendo compleja: no está re$ervada a una parte predeter-
minada sino que cubre una gran superficie. Para ·simularlo¡ sería necesario ·
que_ el cuerpo- estuviera casi completamente· recubierto, a la manera de un
traje de hombre-rana con sensores continuos en el caucho" (Libération,
19-1-1994}.
167
226
será suficiente con· conectarse al ciberespacio vestido .con. un traje tj'~.f
estimulación. sensorial y dar al otro las informaciones con las cuáié;·.cre~H(
.una identidad eternamente modificable( obtenida de Un vasto inventad~:]:
de fantasmas; será suficiente coá presionar tal o cuál parte del icono ,q4q'!¡
simboliza a la pareja para .que la estimulación virtual s.ea experimentadij~fü
En última instancia, la criatura puede perfectamente ser un programa det~tii
minado; y la sensación será la misma: La seducción del Androide sofl~d~~¡:
por Villier~ de L'lsle Adam está a la orden del día. Las identidades sexuJfi~
les se disuelven puesto·que nadie está ya seguro del sexo o de. la apariE1~\'tj
cia de SÜ par~ja én la interfase, puesto que cada uno es susceptible .cf~]i
asumir numerosas definiciones provisionales dé si mismo; según las cit;un~ri:
ta.ricias. La identidad es de modulación variable¡ el ciberespacio per~it~~¡j
un oarna~al perm.anE3nte: Ueva la lógica de la· máscara al extremo·. Úni~~
vez que se· ha dislmuÍado el rostro 1 todo es posible (Le Breton, 1992kLa}
Red libera l~s imperativos de identidad al liberar al sujeto de
su o~erpo}';!
ya rio hay temor de no poder mirarse de frente o de rendir cuentas d~ :sLI~}!
actos; puesto .que el Otro es igualmente i11material. El interjocut¿r irivisibl~'.1(
no puede· mirar más allá de toda moral y no tíene 1 . por lo tantó; el p~d~:r;¡~
de juzgar. ta presencia. mutua no es más que un haz de inforrnacionE;i(¡!
desprovisto de carne, '\?¡
169
227
lo
. . Para A ·e: Clarke, escritor de ciencia ficción; uel sexo tal corno prac~.
ticamos hoy éti día no existirá ·en setenta años" {1,.e Courier lnternational/
16~ 12, 1993) •. Ballard confirma: ¡¡creo qÚe )<;l, sexualidad órgánica cuerpo
a cüerpo, pier con piel, ya n~. es posible: por el simple hecho que nada.'.
puede tener ia menor importancia para nos~tras fuera de los valore~'.':
y de las experíenciás del paisaje tecriomediático 1i· (en oe'ry, 1997,.204): ·.
El SIDA ha acentuado el desprecio hacia el ·cuerpo. al cotivertirio en tin
y
lug~r peÜgroso lleno de sospecha. El Otro se ha vuelto Uff peligro pote·n~
cial. ·11 Concíencla infeliz de estar encerrado en·· u·n cu~rpo que 1 . dé palacio
de los placeres se transforma .e'n carnara.de tortura ... El sentido trágico d~
la:~exÚalídad reside actualmente' en que.es el ~scenário de una Únplosió'n .•
·vi~lent~yfrérú~tica ma~cada ·porun~,'lógícá de exterminÍ0 (Kroker,.i9871:.
11
170
· Sexualidad sin cuerpo y sin Otro, de posibilidades ilimitadas puesto
que el fantasma tiene la ventaja de no temer las decepcione~ d_~_la realidad
ni !.os· reproche:~ de. la pareja definitivamente mud~ y sin rostro: Sexualidád
_que protege de la prueba que es el Otro y de las debilidades del cúerpo,
además de proporcionar la gratificación nacida de la atracción por lo inusi-
tad~ y la impresión de participar como pionero en una nueva era. Algunos
~nsían el desarrollo del" cibersexo· como forma ·de prevención de las e·nter•
.medades sexualm.ente transmisibles, como una alternativa a los. azé.res
psic_ológic_os dél encuenfro o como _un modo eficaz de evitar embarazos no
deseados (Springér, 1996; _89). El sexo vrrtual es, ·a frn de cuentas 1 pura-
mente cerebral; da a los fanta,smas sólidos cimientos·imaginarios; ofrece la
ventaja de prescindir del cüerpo y de protegerse en una versión higiénica
y sin riesgo de placer, preservativo perfecto, En esas experiencias, el cuerpo
del sujeto es ·necesario. únicamente como sitio de conexión; el cuerpo del
Otro es superfl~o. Un progra~a de reaiidad virt~al o un disco grabado son
y
~uficiemtes. El erotismo cambia de d1mensíón oculta en esas prácticas la
se
·prueba sim:bólicá de la muerte que lo constituye secretarrient~. No corre
ya et riesgo de desnudarse, ahora se teme una falla eléctrica. La fragilidad
: del ~uerpo del Otro· y del propio no existe ya, puesto que no hay un ¿uerpo
cuya d~snúdez sea nec_esario cubrir.·
171
228
ENTRE ADOLESCENTES Y ADULTOS
EN LA ESCUELA
Puntuacioríes de época
Daniel Korinfeld
Daniel Levy
Sergio Rascovan
z
'º
u
(3
:J
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I.J.J
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UJ
o
ti}
u
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tí)
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D
<i:
o...
229
3. SUBJETIVIDADES
EN LA ERA DIGITAL
por Daniel Levy
230
Creemos no exagerar si reconocemos que lo que hoy nos
parece una nueva adquisición personal sobre un saber tecnoló-
gico mañana nos parecerá un dominio arcaico; que las nuevas
generaciones, aquellas que nacieron inmersas en estas tenden-
cias, asumen como naturales sus habilidades en el manejo de
tas tecnologías, que las han incorporado a su vida cotidiana y se
rodean de ellas.
Creemos que, como adultos, el nuestro es un trabajo de
montaje y asimilación, de descubrimiento y aprendizaje, con sus
costos, sus tiempos y sus beneficios a largo plazo. Este traba-
jo, que por momentos se describe en términos generacionales,
también abarca las desigualdades sociales, donde la inmersión
en la era digital no es homogénea. Las diferencias están atrave-
sadas tanto por la posibilidad de su uso como por los dominios
tecnológicos para llevarla a cabo y las capacidades simbólicas
en su utilización. Convive en esta época una juventud, desafilia-
da de las instituciones y con dificultades cotidianas para inser-
tarse, con jóvenes que transitan y habitan la red.
La gran difusión de las tecnologías digitales caracteriza la
época. Sí bien no todos los jóvenes disponen de estas herramien-
tas ni despliegan las mismas habilidades, todos se encuentran
::í
w
:::, afectados o inmersos en estos fenómenos. Jóvenes conectados
u
l:O y jóvenes desconectados.
j Insistimos: creemos no exagerar si logramos describir un
zw
1./)
paisaje en el que las creaciones informáticas, como vanguardias
o
~
de las tecnologías, han variado los modos de trabajo, de recrea-
::J
o ción, de producción, de comunicación y de información a los que
<(
>- estábamos acostumbrados,
~z Sin duda, estos cambios, con estas nuevas tecnologías que
LJJ
u se incorporan a nuestra vida cotidiana, han impactado en las so-
l:O
_J ciedades, en las instituciones y en las subjetividades.
o
o
<(
Nos proponemos .explorar la constitución de estos desarro-
~
¡....: llos describiendo sus efectos.
6:i
LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN Y,DEL
CONOCIMIENTO
~
asienta la sociedad del conocimiento, esa que se genera a partir cS
5
de la incorporación y el tratamiento de la información que circula.
~
w
Hay opiniones contrapuestas acerca de su caracterización,
:5
su influencia y los modos en que la información circula. Tampo- z
LU
co son conver.gi=rntes Las opiniones en relación con los efectos. ti}
o
usos y acceso a la información. <(
o
Hay quienes ponderan los desarrollos tecnológicQs y realizan 5
~
-,
descripciones desideologizadas, y quienes ven en esta manera co
::>
U')
231
de describir la sociedad actual un modo de ocultar las formas
en que se producen y manipulan los datos, y las restricciones de
grandes sectores sociales al acceso a la información.
Manuel Castells (1997) prefiere la denominación "sociedad
informacional", siguiendo la modalidad usada para describir a
la sociedad industrial, y caracteriza este período como aquel en
el cual la novedad no está dada en el valor de la información
como fuente de productividad y poder, sino en el modo en que
se procesa. Su razonamiento es que;a lo largo de la historia de
la humanidad, la información fue siempre fuente de generación
de riqueza; lo mismo sucede con las tecnologías disponibles
para cada momento histórico. Lo verdaderamente diferente,
que inaugura un nuevo paradigma tecnológico, es el modo en
que se procesa esa información y el conocimiento que de ello
se desprende, "el impacto de esta tecnología en la generación
y aplicación del conocimiento" [Castells, 2001: 171 l. Se desta-
can tres rasgos propios de estas tecnologías: su capacidad para
ampliar por sí mismas el procesamiento de la información en
volumen, complejidad y velocidad; su capacidad recombinato-
ria [de expansión); y su flexibilidad distributiva (la facilidad de su
acceso). Es decir, poder de procesamiento, de distribución y de
::í
L!.l
::, comunicación. La nueva economía, global, se sustenta en las
o
83 redes; a su vez la revolución tecnológica impacta en lo cultural.
::í Las formas de ponderar y nombrar los desarrollos tecnoló~
zw
(./)
gicos no es unánime, y muchas producciones se originan en los
o países llamados "centrales", generando corrientes de opinión
~
::)
o y posiciones encontradas según los intereses en pugna. Bus~
,<(
>- camas diferenciar aquellas corrientes que tratan de describir y
[i]
l- definir el estado de situación de las que establecen a partir de
zw
u estas nociones una descripción potencial o un anhelo acerca de
~o sus alcances.
o
<{ Sostener una posición crítica frente a estos discursos nos
UJ
permitirá diferenciar, desocultar y deconstruir ciertas intencio-
~
LJ..j nalídades que se establecen como verdades inobjetables.
En primer término, debemos alertar que cualquier descrip-
ción de la sociedad debe implicar. una pluralidad de realidades
que no siempre se manifiestan al integrarlas en un tipo único.
Preferimos seguir pensando "las sociedad~s" con sus diversi-
dades y h~terogeneidades en forma plural '!Burch, 2005). A su
vez, no podemos reducir lo social a lo tecnológico. Sin duda, los
avances tecnológicos impactan en la sociedad, pero Las lógicas
con que deben analizarse estos procesos no pueden ser redu-
cidas a las caracterizaciones tecnológicas o a Las voluntades
personales.
Sostenemos un pensamiento de lo complejo y utilizamos
este encuadre para poder pensar estos fenómenos. Habrá una
interacción mutua entre los desarrollos tecnológicos y las diná-
micas sociales, y producto de estas se generarán cambios en
ambas partes.
El análisis de las nuevas tecnologías no puede estar divor-
ciado de la visíón del poder y la economía. Pretender hacer una
lectura de estos fenómenos desligados de las cuestiones del po-
der es un modo de negarse a analizar un tipo de ideología, vin-
culada a ponderar el mercado y la libertad de comercio, que los
presenta como hechos culturales o técnicos desideologizados.
El concepto "sociedades de la información" se acuña en el apo-
geo del neoliberalismo económico y la globalización, y muestra
una sociedad cuyos destinos serán fijados por las revoluciones
tecnológicas, que descarta las luchas y Los conflictos sociales. _J
¡:5
En esa: línea, las descripciones futuristas hablan de desarrollos ©
tecnológicos que por sí solos democratizarían el acceso a la in- o
formación y al conocimiento al plantear una distribución equita- ffij
tiva de saberes y dominios.
Por nuestra parte, consideramos que la tecnología es un so-
m
83
porte y no un fin en sí mismo. Desde esta perspectiva, enten- ~
o
demos que la información debe ser un bien público y su acceso ~
debe estar garantizado (ONU 2001). Este principio debe regir las ti
.....,
1
ro
::)
políticas de distribución y acceso a los bienes tecnológicos, pero (./')
232
está enmarcado en una concepción cqmpleja de lo social a la luz
de intereses y pujas sectoriales.
Los flujos de información y la cantidad de datos a los que esta-
mos expuestos son los escenarios cotidianos de cualquier sujeto
de esta época. En ese sentido, el protagonismo de los medios de
comunicación es notable, incluyendo en esta categoría a Inter-
net. A la vez se observa, como un rasgo propio de la sociedad de
la información, la heterogeneidad de la información que circula,
heterogeneidad que está dada tanto por el origen de la informa-
ción, es decir, las diferentes fuentes en que se genera, como por
su veracidad. La superposición entre aquellos datos fidedignos,
con cierta objetividad, y los que se generan como duplicación de
informaciones y artículos de opinión o datos no verificables.
La comunicación en nuestros días, salvo fallas técnicas, se
ha vuelto instantánea. Los tiempos de propagación de la infor-
mación a través de los medios de comunlcación son casi inme-
diatos; las imágenes y comunicaciones satelitales, desde los
lugares donde se originan las noticias, han modificado la veloci-
dad de tratamiento de la información.
Cuando solo existían los diarios impresos, las noticias tenían
una caducidad de por lo menos 24 horas; actualmente, los por-
::í
UJ
:::>
tales digitales de los grandes periódicos del mundo se actuali-
ü
Kl zan a cada segundo; la generación de la noticia y su propagación
::í en términos temporales prácticamente coexisten.
zw
V)
Algo similar sucede con el correo. Antes de La invención del
o correo electrónico,· las comunicaciones postales abarcaban
~
:::> días, mientras que en la actualidad son inmediatas, pero con
o
<{
>-
V)
un agregado muy significativo respecto del anterior: pueden
,-
w
1- enviarse simultáneamente. y se puede mantener contacto con
zw
ü múltiples pérsonas. Estos desarrollos alcanzan a los mensajes
Kl
....J de texto emitidos por teléfonos móviles y a los mensajes en dife-
o
D
<{ rentes formatos vía Internet.
lJ.J
A estos fenómenos se une la velocidad del procesamiento de
[
Li] datos que caracteriza el tratamiento informático.
--
Disponemos de una apabullante y diversa cantidad de datos.
Esta superabundancia de información se ha caracterizado como
una forma de desinformación por saturación (Ballester, Canta-
relli y Lewkowicz, 2002). Es imposible proce,s,ar mentalmente la
cantidad d_e inforniadón a la que una persona está expuesta a
diario.
En estos flujos de información, el consumo prevalece sobre
la creatividad y el intercambio mercantil es más frecuente que el
intercambio de conocimientos (Trejo Delarbre, 2001).
La nueva generación de Internet inaugura la posibilidad de
interacción de los usuarios, superando las pantallas estáticas
que la precedieron. Estas formas de participación, generalmen-
te individuales, perf"0iten que los usuarios oscilen entre consu-
midores y autores de información. Cada usuario, a su vez, es
productor de información o reproductor de información que ge-
neran diversos polos; de este modo se multiplica la información
circulante. Muchos de estos mensajes no revisten más que in-
formación personal o pasajera. Aun en estos casos es notable la
cantidad de rnensajes que brindan y absorben los usuarios.
Al convivir con la interactividad de los usuarios hay una cen-
tralidad en la producción y en el tratamiento de la información.
Esta centralidad determina selecciones temáticas al tiempo que
establece modos particulares de significación. Si bien la red se
expande y encuentra puntos dispersos a lo largo de su malla,
se destacan nodos de poder en la generación, acumulación y .J
provisión de datos. · ~
fü
Grandes empresas ocupan estos sitiales y tienen un amplio o
~
poder en sus manos, ya que manejan y codifican cuantiosos UJ
233
la cantidad de usuarios que tiene Facebook equivale al quinto
país en población mundial; son más de 180 millones de usua-
rios. Por minuto, en el mundo, se consulta el buscador Google
690.000 veces; en ese mismo tiempo se envían 168 millones de
correos electrónicos y se realizan 510.000 comentarios en Face-
book, así como se envían 98.000 comentarios a Twitter. 1
Las cifras que proporciona el Instituto Nacional de Estadís-
ticas y Censos (INDEC) en Argentina muestran que el 48% de la
población tiene acceso a Internet. Ut1 poco menos de la mitad
'1
está conectada a las redes sociales y, de esos, el 28% son jóve-
nes de entre 18 y 24 años.
Lejos de los anuncios que pronosticaban una democratiza-
ción de la información y un alcance masivo· de la tecnología, lo
que hasta ahora venimos presenciando es que la información
no está distribuida homogéneamente, ni el acceso a los bienes
tecnológicos está garantizado para todos.
La "brecha digital" es el modo de nombrar esta desigualdad
(Levy, 2008). Se denomina así a la diferencia que existe entre
los usuarios/consumidores de las nuevas tecnologías y aquellos
que quedan relegados de estas. La diferencia entre unos y otros
está marcada por la idea de un espacio, una geografía disruptiva,
~
::::)
denominada "brecha". Tal vez poner el acento exclusivamente
ü
fil en lo digital sea una manera de disimular otras brechas vitales:
:5 alguien con mayor cinismo podría describir las brechas alimen-
z
UJ tarias, o las habitacionales, o las de bienes de consumo. Estas
<.n
o diferencias no nacen a partir de las tecnologías; son expresiones
!J
:::::)
· de la vida social que muestran sus desequilibrios también en La
~
>- posibilidad de acceso a las producciones digitales.
81
1- Muchas veces es comparada con la alfabetización. Saber leer
m
(.) y escribir se suponen dominios básicos para nuestra cultura,
ffJ
_J aunque grandes masas en el mundo vivan hoy en el territorio
o
o
<(
iletrado. Una nueva forma de medir estas adquisiciones es la
UJ
~
m 1 Véase <www.go-globe.com>.
que propone el uso de la lectoescritura en ,forma sistemática y
continua, que denomina a quienes quedan fuera de estas prác-
ticas analfabetos funcionales, es decir, aquellos que, aunque
han adquirido los conocimientos de la Lengua escrita, no los de-
,i1
sarrollan y, por ende, la falta de uso los haée disfuncionales al
sistema alfabético.
En la era digital, hay más población desvinculada de los avan-
ces técnicos que conectados en red.
Cuando pensarnos en el uso, estamos proponiendo sujetos
que no solo dominen las técnicas que les permitan ingresar
en las computadoras, sino que puedan constituirse en activos
protagonistas de las ofertas que allí se despliegan. Usuarios
críticos, si cabe el término, que puedan navegar Los diferentes
espacios que ofrece la red. Se trata no solo de poder acercar
las tecnologías sino de faci_litar su apropiación; de este modo,
habría posibilidades de acercamiento reales a las producciones
que ella cobija.
Si bien Las cifras de usuarios se incrementan geométrica-
mente año tras año, son más los que aún no tienen acceso a la
virtualidad que los que formamos parte de esta cofradía.
Estas diferencias van marcando imposibilidades de inclusión
a nivel laboral y determinan aislamientos culturales y sociales.
La brecha digital no se limita al uso técnico de las compu-
tadoras; se traslada a la adquisición de manejos simbólicos, es
decir, adquisiciones culturales necesarias para manejarse en
las redes sociales, desarrollar sentidos críticos, ampliar las mi- ~
c:5
radas y las ideas acerca de lo que nos rodea. a
~
Esos bienes no están solamente restringidos al uso técnico; w
j
La tecnología brinda el medio en que estas capacidades pueden zw
desarrollarse, sobretodo para aquellos que están familiarizados lfl
w
con este medio por características generacionales (Levy, 2008). o
<(
o
La brecha también se extiende a La diferencia generacional ~
en el uso y manejo de las tecnologías. Algo significativo y propio ,t:ü
.
ro
:::,
de estas adquisiciones es que se invierten Los dominios gene- U)
234
racionales sobre los saberes. Hasta la aparición de las tecno-
logías de la información y la comunicación (TIC), la transmisión
de conocimientos se daba desde las generaciones mayores a
las más jóvenes. En lo que respecta al uso de las TIC, esta si-
tuación se modificó y pasaron a ser los jóvenes quienes asisten
o enseñan a los adultos. Se trata de la transmisión de un sabe·r
hacer o un conocimiento operativo, del mismo modo que an-
taño se transmitían oficios o profesiones, donde el joven era el
aprendiz del mayor.
Este circuito está invertido, con algunos elementos que vale
la pena destacar: en primer lugar, seguramente puede haber
otras áreas en las cuales los jóvenes tengan un mayor dominio
que los adultos, pero la particularidad de las TIC es que los adul-
tos necesitan conocer sobre estos dominios, valoran los modos
con los que operan y requieren ayuda para pode~ integrar esos
conocimientos. Ante la dificultad o el desconocimiento, suelen
acudir al auxilio de los menores, quienes les brindan las herra-
mientas, los consejos, los trucos y las habilidades para sortear
las dificultades. Es decir, se trata de conocimientos valorados,
ponderados y necesitados por los adultos que en su mayoría
manejan los jóvenes.
:5
u.J
.'.::) Otro elemento distintivo es que se trata de un conocimiento
u
U)
UJ
que no ha pasado necesariamente por la experiencia personal
:5 del joven. Ante la demanda del adulto, el joven resuelve la dificul-
z
UJ
U)
tad recurriendo a sus dominios generales y transfiriendo desde
o ellos las posibles soluciones. Cuando se solicita su asistencia
!:::i
::> en un programa determinado o en una dificultad específica, re-
D
<(
>- curre a un conocimiento global que le permite desenmascarar
ill
¡....... la problemática a partir de ensayos. Resuelto el problema, si se
zUJ
u le pregunta cómo llegó a la resolución, por lo general le cuesta
~
o
recordar o recuperar el camino recorrido, lo que evidencia una
o
<( lógica de resolución muy diferente a la que emplearía el adulto.
li.J
~ La diferencia que hacemos notar es que, donde el adulto trata
as de aplicar un saber adquirido con anterioridad, el joven ·realiza
una investigación práctica, con el preceptq del éxito en la inda-
gación y en la resolución, Así, los jóvenes asumen un dominio
que les permite manejar diferentes alternativas, convencidos
de encontrar una solución y desplegando h~bilidades generales
más que particulares. Los adultos, por el .,éontrario, se limitan
a las adquisiciones conocidas, con baja capacidad de ensayo ·y
temor a la novedad, presumiendo que su ir.itervención podría ha-
cer fracasar la totalidad del sistema y asumiendo una desventa-
ja sobre la transferencia de conocimientos.
Cabe preguntarse si esta inversión de la transmisión en tér-
minos generacionales se agota en las tecnologías o, por el con~
trario, marca un modo de vínculo novedoso en la relación inter-
generacional.
Como corolario de estas descripciones, vemos que, de la
mano de los nuevos desar~ollos tecnológicos, abunda la infor-
mación, la comunicación y el intercambio, niodifícando las for-
mas en que se establecen las relaciones interpersonales e in-
tergeneracionales.
235
ferentes sitios web y extraer de ellos distintos datos. Tal vez la
metáfora que mejor la describa sea una biblioteca donde cada
usuario podía consultar un texto que remite a otros a los que
también podía acceder, pero no era capaz de generar textos pro-
pios que estuvieran en esa biblioteca.
La segunda generación concibe sitios participatívos donde el
usuario no solo es consumidor de información sino que a su vez
es productor. El surgimiento de estas posibilidades de interac-
ción crearon las "redes sociales", sitios en los que se nuclean
los usuarios y producen intercambios.
La nueva generación de Internet contempla la participación
de los usuarios en tres niveles: creación de contenidos, desarro-
llos tecnológicos que pueden sumarse a la red y nuevas formas
de comercialización y estrategias de marketing.
Conviene detenerse en La producción de programas, entendi-
dos como desarrollos tecnológicos. En los últimos años ha cre-
cido notablemente el número de usuarios asociados en forma
Ubre y abierta para desarrollar programas de trabajo. Común-
mente, estos programas reciben el nombre de "software libre" y
su uso, así como su copia, ampliación y modificación, no poseen
licencias, además de que son gratuitos.
:::í
l.l.J
:::i
Algunos sistemas operativos como Linux, servidores como
o
Kl Apache, plataformas de contenidos como Moodle o enciclo-
:::í pedias como Wikipedia son ejemplos de estos desarrollos. La
zl.l.J
filosofía con la que operan es la formación de comunidades
Ul
o abiertas de desarrolladores donde Los saberes y las produc-
~
:::::,
o ciones se comparten para brindar productos de uso libre que,
<(
>- a diferencia de los programas comerciales, son de código
83
1- abierto y pueden modificarse.
zl.l.J
u Esta concepción de la red es contraria a Los criterios mercan-
83
....J tiles y entiende que la circulación de los contenidos y los produc-
o
o
<( tos debe ser irrestrlcta, y que cada usuario tiene el derecho de
l!J
conocer el código fuente con el que funcionan los programas y
~LLl modificarlo para su uso y hacer circular esas innovaciones. La
concepción de comunidad remite a una !:)ropiedad común que
se mejora y amplía con los aportes de cada uno, propiciando los
intercambios, el asesoramiento, la creación y la facilitación de
desarrollos. El copyleft, contraponiéndose JIªl copyright.
Estas comunidades basan sus esfuerzos en socializar sus
producdones y compartir los logros, y son solidarias al momen-
to de asistirse en dificultades, transmitiendo experiencias per-
sonales o sugiriendo alternativas de solución. Conforman lazos
de cooperación y ayuda, donde el dinero no aparece como factor
motivador de las relaciones.
El trabajo cooperativo sobre determinados programas per-
mite una autodepuración y control de errores, asf como un signi-
ficativo incremento de posibilidades a partir de los aportes crea-
tivos de sus miembros (Himanen, 2001). Estas acciones sobre
los programas se pueden ~levar a cabo por tratarse de códigos
fuente compartidos con acceso libre, donde la información está
disponible, co_ntrariamente a lo que ocurre en los programas de
uso bajo licencia.
El modelo inicial de Internet preveía una conectividad de tipo
radial, un centro que era el generador de datos e información, y
terminales en los que esta se recibía. Esta segunda etapa con-
figura una geografía muy diferente donde las conexiones se dan
en red y cada uno de los nodos de esa red puede funcionar como
emisor y receptor de datos de manera simultánea. Así, en la red
se intercambian archivos de imágenes, textos, videos, audio, et- ...J
236
Hasta la creación de los blogs, la construcción de una página
web requería de un proceso de programación y diseño y una di-
rección donde alojarla. La llegada de los blogs permite que cual-
quier usuario de Internet tenga la posibilidad de armar su propia
página web. Pero, a la vez, ·los blogs admiten no solamente la
publicación de notas, sino también la escritura de comentarios
de los visitantes, generando un espacio de interlocución. _
ral vez uno de tos desarrollos que mayor impulso le dio a la
web 2.0 fueron las creaciones de la.s "redes sociales". La más
conocida y usada es Facebook, que permite que cada usuario
tenga un sitio donde publicar imágenes, textos, videos, opinio-
nes, etc., y mostrar ese contenido a otros usuarios. Cada usua-
rio en Facebook tiene una sesión propia y privada, un espacio al
que ingresa con una clave. La sesión personal funciona como
una suerte de escritorio con varias tareas disponibles.
Pero si bien es una de las más difundidas y usadas, no se
trata de la única; hay redes de intercambio profesional, de foto-
grafías, sitios de videos, lugares de intercambios en deportes, de
mensajes, de chat, de juegos interactivos, etcétera.
La red pasó a ser un espacio de interacción, comunicación e
intercambio. Las nuevas generaciones, sobre todo las urbanas,
5
w
::::, suelen habitar estos espacios consumlendo gran cantidad de
(.)
237
VIVIR EN LA RED
238
accion-ar es el devenir en las imágenes. Son formas de lectu-
ras desde la superficialidad de las pantallas y de los contenidos.
Esta condición también la llevan al uso de las redes y en general
a la navegación por Internet. El barrido de la pantalla es ico"-
nográfico: hay zonas de detención y zonas que se saltean. los
párrafos son recorridos en su superficialidad y generalmente no
se presta demasiada atención a los textos ext~nsos. Hay un re-
conocimiento y detección de los datos que se quieren encontrar,
y en esos espacios se sumergen.
Las pantallas que indican procedimientos o contratos, co-
munes cuando se instalan o navegan programas nuevos, se
aceptan sin detenerse en las cláusulas o indicaciones. En este
sentido, es muy descriptiva la forma que se usa para nombrar
el recorrido por la red; se trata efectivamente de una navega-
ción. Un surcar las aguas sin mucho tiempo para sumergirse
en ellas, un recorrido que suele cubrir ciertas necesidades que
encuentra zonas de interés y zonas desechables, que ante las
dificultades suele apelar a nuevos itinerarios en un contraste
permanente entre avances y retrocesos. Estos itinerarios en la
mayoría de los casos no son identificados como tales y difícil-
mente se repitan, renovándose ante una nueva búsqueda, como
::S
w
::J
estelas en la mar.
(J
(/)
w Esta modalidad de lectura de la pantalla implica un conoci-.
-
-- ::í miento de la estructura comunicacional de los sitios o progra-
zw
(f)
mas transitados, y Lleva implícita una habilidad de decodificación
o y de reconocimiento del medio sobre el cual se seleccionan, sin
~
:::,
D mayores detenimientos, las áreas de interés. Un saber habitar
<(
>-- la red en términos de metalenguaje, de conocimiento intrínseco
Kl
1- de su estructura y organización.
zw
o La velocidad y diversidad de comunicación simultánea entre
tD
_, varios chats (conversaciones simultáneas!, poder sostener una
o
o
<( conversación con una veintena de personas al unísono, se basa
Lu
~
en la misma lógica: respuestas inmediatas, cortas, pragmáticas
65 y superficiales. Incluso con caracteres iconográficos creados a
partir de signos, paréntesis, guiones, punto,s .o diseñados por la
industria como los "emoticones". Situaciones similares se dan
en los intercambios de mensajes de texto o chats usados desde
los teléfonos celulares.
Estas destrezas combinan habilidades iÁtelectuales con do-
minios tecnológicos, apropiaciones en el uso de las nuevas tec-
nologías que se realizan con criterios personales y de intercam-
bio con otros.
Un fenómeno también a destacar como patrimonio de las
nuevas generaciones es la condición de autoaprendizaje que
realizan en las TIC. Basándose fundamentalmente en la prueba,
el ensayo y el error, van descubriendo los secretos de ciertos
programas y van incluyendo nuevos usos o modalidades a los
ya conocidos. No requieren manuales de uso, ni clases, ni otros
modos de instrucción; suel~n dominar una lógica que atravie-
sa genéricamente el_ uso de las TIC y exploran y transfieren co-
nocimientos entre programas. El autoaprendizaje rompe con
los modelos clásicos de enseñanza, donde un agente (docen-
te) transmite a uno o varios su saber, La actividad exploratoria,
autónoma e independienter aliada a la seguridad en el ensayo,
genera la posibilidad de incrementar dominios o solucionar pro-
blemas. En su mayoría, se trata de saberes técnicos o prácticos
incrementados a partir de la experimentación o la consulta a
pares, en forma dirigida o en foros de interacción.
La comunicación en la red combina distintos tipos de m~n- _J
239
Es interesante observar cómo muchas actividades culturales
que eran de la esfera pública pasaron al interior de los hogares.
La producción tecnológica de reproductores de video o DVD, sus
bajos costos en el mercado y la difusión de películas que se ca.:
mercializan casi en simultáneo con los estrenos en los cines y
la fragmentación de audiencia que hizo la televisión ofreciendo
programaciones para diferentes tipos de televidentes hicieron
que muchos de los consumos culturales que acontecían en los
espacios públicos se trasladaran a las casas. La llamada" cultu-
ra hogareña", un espacio de reclusión en el hogar para consu-
mos culturales y de entretenimiento. Paradójicamente con este
movimiento de reclusión de los espacios públicos a los espacios
íntimos, se da la propagación en la red de una cantidad de ac-
tos que otrora quedaban en el confín de la vida hogareña. Una
suerte de exposición a través de las redes de una colección de
narraciones e imágenes privadas.
Las nuevas formas de exposición inauguran modos diferentes
de tratamiento de la intimidad, revelando las formas en las que
ha ido modificándose el espacio personal, propio, de intimidad,
llegándose a lo que Paula Sibilia denomina la "expansión del yo",
tomando alyo como una construcción moderna de la interioridad
.'.:Í
LJJ
:::> personal y describiendo un proceso en el cual aquellos elemen-
(.)
240
La· publicación de lo propio cobra un efecto de autoafirma-
ción. Las colecciones de imágenes que pueblan Los perfiles de
cada usuario son r:nodalidades de darse a conocer, de mostrar-
se ante los otros, pero a la vez ante uno mismo. Lo que otros ven
de uno es aquello que cada uno quiere ver de sí mismo, una (re)
presentación que lo configura, que arma, articula, define una fi-
gura. A veces como imagen anticipada, otras como constitución
adquirida.
Tal vez en esta suerte de constttución subjetiva subyace la
diferencia en el uso de las redes para los jóvenes y los adultos.
Para las nuevas generaciones, La red es un lugar, un espacio ha-
bitable, un sitio vívible, en el que se e11cuentran pero no de forma
coyuntural. Están sumergidos en la red, forman parte desuco-
tidianidad. Para los adultos que tienen un perfil en las redes, su
pertenencia es diferente, ya que ingresan con una intención, en
busca de alguna persona o dato, o para actualizarse sobre las
novedades sociales.
Para exagerar los términos, pero resaltando las diferencias,
en un caso se convive con la red, en el otro se vive dentro de ella.
Los jóvenes publican casi simultáneamente lo que viven, y lo
j
viven a partir de su publicación¡ ambos hechos conforman una
w
:::, misma unidad, lo qué sucede y su pubUcación. La realidad y la
ü
ill virtualidad conforman una misma vivencia; estas situaciones, en
:sz los adultos, aparecen diferenciadas y hay un mayor cuidado de
w
f./)
los eventos que se hacen públicos.
o Estos modos de "mostrarse" en la red, maneras que com-
~
:::,
o binan situaciones banales con producciones más profundas,
<(
>- permitió que salieran a la luz producciones personales que no
t{l
1--
zw
hubieran tenido lugar en el mercado tradicional.
ü Estas producciones fueron posibles, entre otras cosas, por la
ill facilidad de uso de las nuevas tecnologías, que ubica a las nue-
-'
o
o vas generaciones en el lugar de prosumídores, neologismo que
<(
llJ
~ combina "productor" con ''consumidor", dando a entender que
a:¡ pueden producir como consumir lo circulante en ·ta red.
Estas cualidades de interacción han moqificado la dimensión
de los espacios públicos y privados, han reconvertido la idea de
un espacio interior y las formas de darse a conocer. Conviven, a
la vez, situaciones de anonimato que permiten las expresiones
personales con bajo nivel de exposición. ,,
Sin duda, estas prácticas que estamos describiendo contri-
buyen a moldear la subjetividad actual, un cruce entre la biogra-
fía personal con La historia de cada sociedad que posibilita cier-
tas cualidades y características de los jóvenes a partir de las TIC.
JUGAR EN LA RED
241
de los•videojuegos son varias las• habilidades que se ponen de
manifiesto: las tácticas y las estrategias que deben desplegar-
se, la capacidad de anticipación, Las Lecturas de conjunto, las
habilidades motoras combinadas con decisiones intelectuales,
la rapidez de respuesta, el conocimiento de las posibllida9es de
los otros {los juegos en redl y la capitalizaéión de la experienciaJ
entre varias de las que podemos mencionar.
En la literatura psicoanalítica abunda la importancia dada al
juego como espacio de constitución !3ubjetiva, En "El poeta y los
sueños diurnos", Sigmund Freud diferencia la realidad del jue-
go~ "El niño distingue muy bien la realidad del mundo y su juego,
a pesar de la carga de afecto con que lo satura, y gusta de apoyar
los objetos y circunstancias que imagina en objetos tangibles y
visibles del mundo real" (Freud, 1907: 1345).
En Realidad y juego, Donald Winnicott (2003] destaca la actitud
de concentración y dedicación del niño en el juego y en la crea-
ción de su propia realidad.
El juego se emparenta con la elaboración de situaciones
traumáticas sufridas por los más chicos. La frase que sintetiza
estos procesos -"hacer activo lo vivido pasivamente"- habla de
la participación infantil en el jugar como modo de elaboración.
::i
tu
'.:)
También tiene un papel importante en el despliegue de la fanta-
ü
l:f] sía, que se vincula con el acto creativo.
5 Jean Piaget [1973) conceptualizó el juego como una de las
zL1.J características de la función simbólica, donde la actividad lúdica
t.rJ
o permitía la representación de la realidad.
~
:'.'.)
No vamos a ahondar en este tema, pero querríamos plasmar
~
>- algunos interrogantes o reflexiones que hacen a la relación entre
81 los videojuegos y la actividad lúdica en el proces? de subjetivación.
!z
w
{.) Sin desechar el grado de creatividad que cada jugador des-
U)
242
Sin duda, los usuarios de estas redes están capacitados para
buscar y encontrar la información que necesitan y operar con
ella, es decir, poder transformarla para su uso.
Sintetizando las cualidades que venimos desarrollando, dire-·
mas entonces que los nativos digitales cuentan con la posibili-
dad de:
,i"
también de la periferia a la periferia. Hay más níchos y fragmen-
taciones. La cultura se muestra como un mosaico variado con
tendencias que no logran una uniformidad. La centralidad está
difusa y la horizontalidad toma en gran partelsa referencia [Ba-
lardini, 2002]. '
Si pensamos la cultura como aquella manera de habitar el
mundo, tendremos que incluir los espacios.virtuales de interac-
ción, los modos de intercambio, los consumos y hábitos genera-
dos a partir de la red, las distintas propuestas y tendencias que
por ahí circulan, y los modos de transmisión y transformación
que priman.
El capital cultural será el acervo personal con que cada indi-
viduo traza su relación con el mundo. Este capital es un volumen
de significaciones que le permiten interpretar, decodificar y sig-
nificar la realidad que lo rod.ea. Los consumos culturales inci-
den en la construcción del capital cultural y, cuanto más vasto
es este, mayores amplitudes de significación permite. La cultura
digital interviene en la construcción de ese capital cultural y mo-
difica las formas convencionales de adquirirlo e incrementarlo.
Entendemos a los sujetos en una interacción dinámica donde la
participación y el consumo cultural presentan simultáneamente
la polaridad del consumo pasivo y la transformación activa. Si
bien esta dinámica no es exclusiva de las culturas digitales, sino
un fenómeno propio de las relaciones de los individuos con la
cultura, la novedad que trae la digitalización es la incorporación
de nuevas experiencias y formatos culturales. Nuevos modos de ~
ci5
establecer lazos sociales y maneras diversas de comunicación e ci
~
interacción que conforman redes de intercambios y nuevas mo- LU
243
ros contactos que luego se dan en La vida real, sirviendo Inter-
net como antesala del encuentro real.
El modo de presentación en la red, la manera en que se es-
tablecen Los perfiles de los usuarios, los íconos o fotos que los
representan, Las elecciones sobre gustos que describen y los
modos en que se traslucen u ocultan sus biografías conforman
un diseminado mosaico de identidades que van conjugándose
en procesos dinámicos, cambiantes, variables y por momentos
contradictorios.
Si tomamos estas presentaciones como re-presentacion~s
de cada uno de Los participantes de ,La red veremos cómo este
sustento tecnológico permite el armado de identidades indivi-
duales y colectivas, inscribiendo rasgos y características propias
a los trayectos vitales que están atravesando. Es un modo de
constitución identitaria que reúne los aportes del conjunto y de-
canta en impresiones, rasgos, huellas, pinceladas personales.
Son procesos que, si bien no son novedosos por su constitución,
albergan novedades en las formas y en las variedades de mode-
los circulantes. Se trata de representaciones de uno que se dan
a conocer por la facilidad del anonimato o la distancia, anticipa-
j
ciones en algunos casos o deseos tal vez, de lugares a Los que
w
=> se aspira a converger.
o
!il
::S
ro
U)
o
~
=>
o
<{
>-
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Li.l
(.)
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....J
o
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IJ.J
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di
Salud y Bienestar de los Adolescentes y Jóvenes: Una Mirada Integral
yCapítulo 10
Adolescencia y modelos de identificación
Entre la globalización y el nuevo siglo
La frase, si bien remanida, no por ello menos cierta: vivimos tiempos de cambio intenso y
vertiginoso. En consecuencia, para estar en condiciones de abordar la especificidad de nuestro campo,
es necesario dar un paseo contextual que nos permita dotarnos de una mirada dinámica y relacional,
siempre histórica y situada.
Un marco general lo plantea la reorganización mundial del mercado de trabajo y de producción
de bienes y servicios, también llamada globalización (soportada en las nuevas tecnologías). Estas
transformaciones afectan a las múltiples dimensiones de la vida humana, tanto estructurales como
culturales; y a las relaciones económicas, desde las comprometidas en forma directa en la producción,
distribución y comercialización de bienes, hasta a las comprendidas en las estructuras del consumo.
Por otra parte, la generación de conocimiento se ha disparado, y su cada vez más estrecha
vinculación con el mundo productivo, deriva en el desarrollo de tecnología aplicada a nuevos bienes,
siempre más potentes en alcance y funciones, que desplazan sin descanso a los producidos, ayer
nomás, en una escalada que prescribe su consumo, tanto por razones culturales, como de incremento
productivo. Así, ingresamos en un modo de consumo, dinámico, voraz y omnipresente, en el que se
despliegan nuevos universos simbólicos transnacionales. Y, más allá de la modalidad específica de
incorporación a la globalización de cada Estado-Nación, vía afectación de los mercados de trabajo
nacionales, las nuevas configuraciones del mundo productivo terminan por impactar en las familias y
en sus dinámicas, sus posibilidades y sus proyectos. A su vera, la presencia de esta realidad obliga a
una revisión de la escena sociocultural que, en términos de García Canclini, deriva en que, si las iden-
tidades modernas eran territoriales y monolingüísticas, las identidades del «nuevo tiempo», posmo-
dernas, pasan a ser transterritoriales y multilingüísticas. En consecuencia, la identidad más integrada
a la sociedad del cambio global, como acto de apropiación simbólica, cede parte del dominio o raíz
territorial para situarse, centralmente, en la dimensión del consumo (material y simbólico). Al mismo
tiempo, los excluidos refuerzan su territorialidad articulándola con las nuevas exigencias del consumo
que se apropiará a como dé lugar.
En este marco, los medios de comunicación, vehiculizados en pantallas y traducidos en juegos
de imágenes, se convierten en agencias privilegiadas de socialización, que, de manos de la publicidad
y la propaganda, promocionan el consumo en continuado, la identificación a las marcas y a la dotación
de emblemas. Pensemos en las horas de televisión que consumen los niños, niñas y adolescentes, y
advertiremos que ésta se ha convertido en una principal fuente de experiencias e información para
organizar su mundo (en franca competencia con instituciones como la familia y la escuela).
Asimismo, estos procesos, deben enmarcarse en la caída de los grandes relatos de la moderni-
dad, que, sin entrar a juzgarlos, organizaban la racionalidad histórica moderna alrededor de proyectos
políticos generacionales que eran marcas de época y aportaban una visión de totalidad dadora de
sentido a cada experiencia particular. Hoy, en todo caso, el único gran relato parece ser el del mercado
102
Participación juvenil y políticas de juventud
–y si es global, mejor– ámbito insuficiente, ya que, entre otras cosas, en el mercado no están todos,
y, entre los que están, suele haber una fuerte desigualdad. Si somos iguales en tanto ciudadanos –un
hombre, un voto–, no lo somos en tanto consumidores. El viejo reino de la libertad frente al reino de
la necesidad.
Vivimos un tiempo en el que se promueven incesantemente los valores del mercado, con pa-
labras clave como «competencia» y «productividad», cuyo pragmatismo desprecia su impacto en los
individuos, sus familias y su comunidad. Su correlato, el desdén por el compromiso personal con
los otros, y el mensaje de modelos de vida más superficiales o light: «hacé la tuya»; el incentivo a la
satisfacción inmediata, y la cultura de vivir el momento.
Este presente orienta la instrumentalización de la vida hacia un mundo de valores definido por
la «utilidad» y la «practicidad» de los bienes, sean materiales o simbólicos. Así, por ejemplo, los «bie-
nes culturales» pasan por un tamiz ideológico –la ideología mercadista– que los convierte en «bienes
de mercado», dando lugar a una «industria cultural» que pierde autonomía respecto del orden de su
producción o, en el mejor de los casos, se reconstruye como otro aparato conceptual y productivo. El
«paradigma eficientista», pasa a ser el valor dominante por el que se miden todas las cosas.
En este marco, las personas terminan siendo clasificadas en dos categorías básicas: los gana-
dores, los que «existen», y los perdedores, que «no existen». Pero, en estos términos, una significa-
tiva porción de nuestras sociedades, en ocasiones la mayoría, no puede quedar sino del lado de los
perdedores, por lo cual para «existir» habrá que buscarle la vuelta al asunto y aplicarse a medios que
resuelvan la ecuación. En este contexto, plantear el destino final del esfuerzo (y el esfuerzo como
valor), como le gusta señalar a las generaciones anteriores, puede parecer –o padecer– una suerte de
alienación de lo dado.
Anudando el cuadro, asistimos a un tiempo de crisis de sentido y pérdida de peso de valores e
ideales históricamente instituidos (y encarnados en que se pensaron fuertes), que expresa un cambio
de época.
Así pues, nuestros adolescentes y jóvenes, «pateando» su presente real, pueden parecernos
muchas veces más «realistas» que sus padres, no porque dejen de tener «ideales», sino porque se pre-
guntan sobre el margen posible de sus logros, sin por ello convertirse en cínicos, como parece ser el
caso de tantos adultos que navegan entre una simulación de sujetos críticos y una realidad de sujetos
funcionales. La incertidumbre sobre su futuro, pasa a ser una preocupación que carecía de tal enti-
dad para sus padres, e incluso, sus hermanos mayores. La realidad ha llevado a estos jóvenes a tener
menos vocación para intentar cambiar el mundo, que para luchar por integrarse a él, con algún éxito.
Son, en caminos que desencuentran (desde la invisibilización al maltrato, pasando por una pobreza
de difícil salida) el joven de clase media en dificultades, incluido y vulnerable, y el joven «piquetero»
que corta una calle o una ruta para pedir por un plan, excluido y sospechado.
Y, sin embargo, si la mayoría de los jóvenes manifiesta menos interés por los temas públicos
que en otro tiempo (y el análisis debe incluir el desprestigio de la política como herramienta de cam-
bio por su deslizamiento al lugar de mero espacio de administración de lo dado, debido a su subor-
dinación a la economía), no debe concluirse de ello que no experimenten disconformidad o carezcan
de mirada crítica, sino que ésta se expresa por otros medios, modos y alcances; el rock, el hip hop,
las murgas, las manifestaciones artísticas, son un buen ejemplo de ello, tanto como sus denuncias y
reclamos concretos ante la violencia institucional o ante la necesidad diaria. Un sentimiento juvenil
de escepticismo sobre un futuro que valga la pena ser vivido, convive con energías vitales, fermentos
creativos, demandas e interpelación a los adultos.
Junto con ello, la exclusión de ingentes sectores juveniles, signos de violencia social creciente,
el descreimiento colectivo en la justicia de los hombres, el adelgazamiento de la perspectiva solidaria
y un consumismo exacerbado, como razón social hegemónica.
103
Salud y Bienestar de los Adolescentes y Jóvenes: Una Mirada Integral
Pensar en los adolescentes, hasta hoy, nos lleva a imaginar a chicas y chicos entre los 14 y los
18 años de edad con una serie de rasgos, que, si no prototípicos, los definen por agregación de carac-
terísticas comunes: el proceso de construcción de una identidad personal autónoma; la importancia
otorgada al grupo de pares; el despliegue gradual de una sexualidad madura; el logro de una intelec-
tividad abstracta; los ideales tomando el mando, entre otros.
Sin embargo, también aquí las cosas han cambiado –en cantidad y calidad, con complejidad
creciente– y los rasgos tradicionales no alcanzan ya para nombrarlos en la novedad de una sociedad
que se «juveniliza», deificando lo «joven» con un sentido en sí mismo, y que extiende los límites de
la antes llamada fase juvenil, desestructurándola hacia arriba y hacia abajo. Hacia arriba, por efecto
de la mayor exigencia de acreditaciones y certificaciones educativas, por las dificultades de insertarse,
con cierta estabilidad, en el mercado de trabajo –del que se entra y se sale inopinadamente–, y la con-
siguiente dificultad de salir del hogar de origen, o, en otro lugar de la escala social, por una demanda
de imagen juvenil cuya dinámica se renueva, presiona y permanece. Y hacia abajo, por la presencia
temprana de demandas antes demoradas en el tiempo, iniciaciones precoces, e incluso, el desarrollo
de «culturas preadolescentes» motorizado en el consumo de bienes e imágenes.
Tenemos, entonces, adultos juvenilizados como contracara de una juventud extendida, junto
a otros jóvenes (y niños, niñas, y adolescentes) adultizados por la necesidad, urgidos en responder al
«día a día», entre exigencias, violencias, y exclusiones de todo tipo, sin posibilidad de pensar futuros,
porque ni siquiera tienen sus presentes asegurados. Párrafo aparte, por su singularidad, merece el
embarazo precoz o adolescente, el cual, según escuchamos a las chicas en nuestras investigaciones,
no debe pensarse linealmente que se debe al desconocimiento de métodos anticonceptivos o su in-
accesibilidad (real en muchos casos), sino a la expectativa que les genera (motorizando el deseo) de
sentirse queridas y de tener alguien a quien querer, como también a imaginar un cambio de estatus
de niña a madre que les proveería de mayor respeto en su familia y comunidad, lo que, sabemos, esta
lejos de concretarse.
En los hechos, junto a la afirmación de que se extienden la adolescencia y la juventud, debe-
mos reconocer, que las distancias entre quienes comparten una edad cronológica se abren hasta con-
vertirse en brechas, materiales y socioculturales, que amplían las diferencias en una talla creciente.
Tomando en cuenta el Índice de Desarrollo Humano (IDC), alguna de nuestras provincias tienen un
índice cercano al de Luxemburgo o Israel, y, otras, al de Irak o Jordania, para ilustrar esas diferencias.
Lo mismo pasa en nuestros barrios del conurbano. Nuestra adolescencia y nuestra juventud están lejos
de ser un sector social homogéneo estructuralmente. A lo que debe agregársele la enorme segmenta-
ción cultural existente.
En definitiva, en el amplio abanico de quienes discurren por estas edades, los hay desde seme-
jantes hasta casi irreconocibles, en una suerte de taxonomía que se complejiza. En ella, los próximos,
pueden pasar a ser de distintos a distantes, y, globalización mediante, los distantes, resultar próximos.
Podemos afirmar, en consecuencia, que ya no es posible hablar de «adolescencia» en singular,
como en aquellos tiempos en que cierta homogeneidad de clase media idealizada permitía sintetizar
experiencias modelizantes, en tanto que los sectores populares producían individuos jóvenes sin «con-
dición juvenil» (los «menores» o adultos tempranos), quienes, hoy, aún asumiendo responsabilidades
«adultas», están atravesados por un universo comunicacional juvenilista que facilita su constitución
en «tribus juveniles» diferenciadas. Por ello hablamos de adolescencias y juventudes, en plural.
104
Participación juvenil y políticas de juventud
frente a las dinámicas de ayer. En cada acto, aparece el mensaje. Investirse de una marca, de una ima-
gen, permite cierto reaseguro, aporta una locación, un lugar, una posición desde la cual mirar, mirarse
y ser mirado.
Y, junto al advenimiento masivo de las pantallas y la primacía de la imagen, se privilegia una
nueva arquitectura de modelos, que, por definición, exigen individuos que deben dar bien, o sea, tener
buena imagen. «Producirse» de modo virtual, casi evanescente, constituye el lecho de la identidad
para quienes pueden acceder a su menú desplegable. Y, en esta movida, de paso, se adjudica el estatus
de «objeto».
Aparecen en esta época nuevas exigencias: la belleza corporal, el cuidado del cuerpo, la moda
de la exhibición de masas, la telepresencia (incluyendo la activa subida de videos a YouTube). Una
película en donde la persona queda fuertemente relacionada con su aparecer físico, no integral, con
dificultades para establecer vínculos profundos, o más plenos. Su ambiente de velocidad, la multipli-
cidad en redes, y un mundo de «contactos», favorecen vínculos de bajo compromiso o de compromiso
localizado. O dónde se consumen en un fuego efímero. En la omnipresencia de la dimensión narcisis-
ta, el otro queda reducido a su aparición, con la misión de confirmar nuestra imagen.
No en vano, y no es juego de palabras, las modelos se han convertido en modelos de identifi-
cación para muchas adolescentes. Casi paradigmáticamente, aquí se dan cita en forma concurrente:
la imagen, el consumo, la adolescente, el desafío del sexo próximo. Demasiado obvio. Tanto, que no
hace falta pensar.
Pero, volviendo al tema de la imagen y del cuerpo, no podemos ignorar la creciente presencia
de síntomas de bulimia y/o anorexia en las jóvenes (también en los varones). Trastornos en la alimen-
tación que se hacen fuertes en una época en que se introyectan demandas poco racionales de delgadez
que hasta llegan a comprometer la vida de las famosas. Claramente, no olvidamos la singularidad de
cada sujeto, pero afirmamos que las características de cada sociedad, de cada tiempo, poseen la fuerza
necesaria para sesgar las neurosis, bañando los aparatos psíquicos con significados y sentidos epoca-
les. No hay patologías sin historia del sujeto, pero tampoco sin historia social.
Insistimos, estamos en presencia de nuevos valores, o si esta palabra queda grande, nuevas
expectativas y demandas sociales: tener un cuerpo bien trabajado, ser fuertes, bellos, poderosos. El
énfasis puesto en triunfar y en ser exitoso. Claro que, para muchos, si se trata de ganar, poco importan
los medios, y hasta el otro se convierte en un medio, se lo instrumentaliza. Hace un par de años, se vio
una publicidad en la que un padre le decía a su hijo que no quería perder, y se desató una polémica
por una agresiva campaña de una conocida marca de calzado deportivo, que aconsejaba: «Trata a tu
enemigo con respeto. Aplástalo rápidamente» y «Nunca son suficientes los clavos que puedas poner
en el ataúd de tu enemigo».
Ante (y pese a) este panorama, los adolescentes expresan en las encuestas no tener modelos
para seguir, sí, en todo caso, personajes de los medios y del deporte a los que admiran, y se replie-
gan en la familia (el último refugio, aún con sus menos), en la que la mayoría dice confiar, frente al
descreimiento masivo en las instituciones (Iglesia y escuela resisten –pese a la caída de su imagen–;
bajo la línea de flotación aparecen partidos políticos, sindicatos, justicia, legisladores, fuerzas arma-
das, y, obviamente, en la vereda de enfrente, ubican mayoritariamente a la policía). Paradoja: cuando
lo joven es tomado por la sociedad como modelo de deseo, los jóvenes tienen dificultades en hallar
modelos.
En efecto, podemos afirmar que en este nuevo tiempo, los adolescentes enfrentan un período
histórico crecientemente conflictivo para integrarse creativa y constructivamente a la sociedad, lugar
que se les exige, pero que no se les facilita. En donde, ante la ausencia de externalidades valorativas
relevantes, se estimula a la «juventud» como valor en sí mismo, dimensión narcisista que se da de bru-
ces ante los hechos, mostrando su raíz ilusoria, alimentando frustraciones y generando un sentimiento
de inseguridad ante las crecientes dificultades de integración.
En cuanto al impacto de las tecnologías en la subjetividad, diremos que las nuevas generacio-
nes viven la tecnología como entorno y medio ambiente (en uno u otro sector social, la diferenciación
105
Salud y Bienestar de los Adolescentes y Jóvenes: Una Mirada Integral
está en el interior de la tecnología disponible, no en su ausencia, excepto para los excluidos de exclu-
sión mayor). La instantaneidad y el reino del presente representan su lugar de residencia dinámica.
El tiempo y el espacio adquieren una dimensión que los distingue de aquellas épocas en donde las
distancias eran inabarcables, y la espera parte de la cotidianeidad. Sus quehaceres son múltiples, sin
linealidad, con trayectorias que se multiplican en paralelo sin colisionar y sin necesidad de concluir
una para comenzar otra. Produciendo un nuevo entrelazamiento entre texto e imagen, de fuerte pre-
sencia. Con la necesidad de estar «conectados» (sea por chat –vía internet– o por SMS –celular–), en
un continuo entre vida «real» y «digital», que no sustituye, sino agrega, suma espacios. Con un estí-
mulo constante y orientados a la resolución de problemas. Construyendo su experiencia sobre la base
de ensayo y error. Y con una nueva percepción acerca de lo público y de lo privado (nociones que, por
otra parte, se construyen histórica y socialmente). Muchos cambios para ser obviados, que dan lugar
a un modo de vivir, relacionarse y construir percepciones, que habilita a pensar en sujetos con los
que nos veremos obligados a construir puentes, a ir hacia ellos, habitantes del mismo y de otro lugar.
4. Consumación o consumo
Finalmente, entramos de lleno en el fenómeno del consumismo. De los ciudadanos como mo-
delos de consumidores. Cada vez más, participamos en una «socialidad» construida predominante-
mente en procesos de consumo, rodeados e inmersos en tecnología. Una participación segmentada
que se vuelve el principal procedimiento de identificación. Como señala García Canclini, el consumo
es «un conjunto de procesos socioculturales en los que se realizan la apropiación y los usos de los
productos», y en el que se construye buena parte de la «racionalidad integrativa y comunicativa de
una sociedad».
¿Cómo podrían los jóvenes resistir –¿deberían?– a una propuesta que ni siquiera es enunciada
como tal, sino que es la propia forma histórica de presentarse la sociedad misma? Dícese, «la sociedad
es de consumo».
La diferencia, una al menos, entre los jóvenes y los adultos comprometidos en la vorágine
consumista, es que, mientras los unos, socializados en otro tiempo, pero tensionados por la fuerte
demanda de juvenilización, articulan sus identidades deslizándose en el consumo; los otros, en pleno
desarrollo de sus capacidades, están destinados a constituir su identidad en torno a aquel. Consumir,
incorporar, es un hecho egoísta por definición.
Se nos estimula a la posesión como valor, también como signo de éxito. Y se supone que tal
consumo nos hará exitosos, libres y felices, ¿acaso no nos lo dice a toda hora la publicidad? Ahora
bien, ¿qué hay si no podemos acceder a tal consumo?; ¿qué del malestar, de la frustración, de la vio-
lencia? Así, volvemos a los otros adolescentes. A los unos y los otros. Porque, si en el consumo se
constituyen las identidades, ya no se trata del tener, sino del ser. Camino que puede explicar algo de la
violencia, en un sentido «retaliativa» (y no es justificación, sino paso a la comprensión), del despojo
material en hechos delictivos.
A nuestro juicio, si verdaderamente algo de la identidad misma está en juego, no podrá senci-
llamente abandonarse la in-tensión al consumo, ya que no se trata cándidamente de un tercero exterior
al ser, de un otro objeto, sino que hay algo del sujeto en juego. De allí, que no debe extrañarnos un
consumo compulsivo. La fórmula de las adicciones. Tampoco, las violencias para apropiación simbó-
lica o material. De poderosos y famosos, de profesionales, de ricos y pobres. Del turismo sexual, a la
violencia familiar. Una campera, una vida. Todo se consume, no se ve el negocio.
Se consume veloz y vorazmente, mientras la publicidad empuja hacia la novedad. Y hay que
restablecer, de constante, el flujo del consumir.
Y, un hecho más, relevante, que observamos en los nuevos procesos de construcción de iden-
tidad, es que los mismos se dan entre pares sin impares, en un tiempo de ausencia o retiro de adultos
que representen la diferencia, y con los cuales haya que contrastar. Porque no es lo mismo, el grupo
106
Participación juvenil y políticas de juventud
de pares que tiene frente a sí a impares con los que tensionar, que el grupo de pares frente a sí mismo,
sin tercero por conquistar o con el cual disputar. El adulto fuerte, con frecuencia autoritario, trocó en
adulto líquido o liquidado. Va siendo hora de dejar de debatir sobre adolescencias y juventudes y co-
menzar a debatir sobre adulteces. O, mejor aún, hacer ambas cosas, pero al mismo tiempo, sin trucos
de parte de quien posee mayor poder.
107
Salud y Bienestar de los Adolescentes y Jóvenes: Una Mirada Integral
menos temor al cuerpo, a la sexualidad, poseen más información para la vida, pero, al mismo tiempo,
viven entre enormes restricciones materiales y simbólicas, que hacen, para muchos, de las oportuni-
dades, una realidad virtual.
6. Bibliografía
108
Jóvenes: comunicación e identidad
F. Cruz Kronfly
¿Hay algo realmente nuevo en la juventud actual?. Y si lo hay, ¿cómo pensarlo sin mixtificar
tramposamente la diversidad social de la juventud en clases, razas, etnias, regiones?. La
respuesta a esas preguntas pasa por aceptar la posibilidad de fenómenos trans-clasistas y
trans-nacionales, que a su vez son experimentados siempre en las modalidades y
modulaciones que introduce la división social y la diferencia cultural. Lo que exige un trabajo de
localización de la investigación, que no es el propósito de este texto ya que lo que se propone
es algo mucho más limitado: introducir algunas cuestiones cuya ausencia han estado lastrando
seriamente la investigación, el debate y las políticas que conciernen a los jóvenes.
Para dibujar un primer campo de procesos en que se insertan los cambios que experimentan
los adolescentes y los jóvenes hoy voy a servirme de dos reflexiones especialmente
orientadoras. La primera es un libro de Margaret Mead, la antropóloga quizá más influyente que
han tenido los Estados Unidos, publicado en inglés el año 70. La segundo corresponde a los
provocadores trabajos de Joshua Meyrowitz en los que estudia los cambios que atraviesan las
relaciones entre las formas humanas de comunicar y los modos de ejercer la autoridad.
En su libro, Margaret Mead escribe: “nuestro pensamiento nos ata todavía al pasado, al mundo
tal como existía en la época de nuestra infancia y juventud, nacidos y criados antes de la
revolución electrónica, la mayoría de nosotros no entiende lo que ésta significa. Los jóvenes de
la nueva generación, en cambio, se asemejan a los miembros de la primera generación nacida
en un país nuevo. Debemos aprender junto con los jóvenes la forma de dar los próximos pasos;
Pero para proceder así, debemos reubicar el futuro. A juicio de los occidentales, el futuro está
delante de nosotros. A juicio de muchos pueblos de Oceanía, el futuro reside atrás, no
adelante. Para construir una cultura en la que el pasado sea útil y no coactivo, debemos ubicar
el futuro entre nosotros, como algo que está aquí listo para que lo ayudemos y protejamos
2
antes de que nazca, porque de lo contrario, será demasiado tarde” .
Lo que ahí se nos plantea es la envergadura antropológica de los cambios que atravesamos y
las posibilidades de inaugurar escenarios y dispositivos de diálogo entre generaciones y
pueblos. Para ello la autora traza un mapa de los tres tipos de cultura que conviven en nuestra
sociedad. Llama postfigurativa a la cultura que ella investigó como antropóloga, y que es
aquella en la que el futuro de los niños está por entero plasmado en el pasado de los abuelos,
pues la matriz de esa cultura se halla en el convencimiento de que la forma de vivir y saber de
los ancianos es inmutable e imperecedera. Llama cofigurativa a la que ella ha vivido como
ciudadana norteamericana, una cultura en la que el modelo de los comportamientos lo
constituye la conducta de los contemporáneos, lo que le permite a los jóvenes, con la
complicidad de su padres, introducir algunos cambios por relación al comportamiento de los
abuelos. Finalmente llama prefigurativa a una nueva cultura que ella ve emerger a fines de los
años 60 y que caracteriza como aquella en la que los pares reemplazan a los padres,
instaurando una ruptura generacional sin parangón en la historia, pues señala no un cambio de
viejos contenidos en nuevas formas, o viceversa, sino un cambio en lo que denomina la
naturaleza del proceso: la aparición de una “comunidad mundial” en la que hombres de
tradiciones culturales muy diversas emigran en el tiempo, inmigrantes que llegan a una nueva
era desde temporalidades muy diversas, pero todos compartiendo las mismas leyendas y sin
modelos para el futuro. Un futuro que sólo balbucean los relatos de ciencia-ficción en los que
los jóvenes encuentran narrada su experiencia de habitantes de un mundo cuya compleja
heterogeneidad no se deja decir en las secuencias lineales que dictaba la palabra impresa, y
que remite entonces a un aprendizaje fundado menos en la dependencia de los adultos que en
la propia exploración que los habitantes del nuevo mundo tecno-cultural hacen de la imagen y
la sonoridad, del tacto y la velocidad.
Además de “la esperanza del futuro”, los jóvenes constituyen hoy el punto de emergencia de
una cultura otra, que rompe tanto con la cultura basada en el saber y la memoria de los
ancianos, como en aquella cuyos referentes aunque movedizos ligaban los patrones de
comportamiento de los jóvenes a los de padres que, con algunas variaciones, recogían y
adaptaban los de los abuelos. Al marcar el cambio que culturalmente atraviesan los jóvenes
como ruptura se nos están señalando algunas claves sobre los obstáculos y la urgencia de
comprenderlos, esto es sobre la envergadura antropológica, y no sólo sociológica, de las
transformaciones en marcha.
3
J. Meyrowitz apoya su trabajo en investigaciones históricas y antropológicas sobre la infancia ,
en las que se descubre cómo durante la Edad Media y el Renacimiento los niños han vivido
todo el tiempo revueltos con los mayores, revueltos en la casa, en el trabajo, en la taberna y
hasta en la cama, y es sólo a partir del siglo XVII que la infancia como tal ha empezado a tener
existencia social. Ello merced en gran medida al declive de la mortalidad infantil y a la aparición
de la escuela primaria, en la que el aprendizaje pasa de las prácticas a los libros, asociados a
una segmentación al interior de la sociedad que separa lo privado de lo público, y que al interior
de la casa misma instituye la separación entre el mundo de los niños y el de los adultos. Desde
el XVII hasta mediados del siglo XX el mundo de los adultos había creado unos espacios
propios de saber y de comunicación de los cuales mantenía apartados a los niños, hasta el
punto que todas las imágenes que los niños tenían de los adultos eran filtradas por las
imágenes que la propia sociedad, especialmente a través de los libros escritos para niños, se
hacía de los adultos. Desde mediados de nuestro siglo esa separación de mundos se ha
disuelto, en gran medida por la acción de la televisión que, al transformar los modos de
circulación de la información en el hogar rompe el cortocircuito de los filtros de autoridad
parental . Afirma Meyrowitz: “Lo que hay de verdaderamente revolucionario en la televisión es
que ella permite a los más jóvenes estar presentes en las interacciones de los adultos (...)"Es
como si la sociedad entera hubiera tomado la decisión de autorizar a los niños a asistir a las
guerras, a los entierros, a los juegos de seducción eróticos, a los interludios sexuales, a las
intrigas criminales. La pequeña pantalla les expone a los temas y comportamientos que los
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adultos se esforzaron por ocultarles durante siglos” . Mientras la escuela sigue contando unas
bellísimas historias tanto de los padres de la patria como de los del hogar - héroes abnegados y
honestos, que los libros para niños corroboran- la televisión expone cotidianamente los niños a
la hipocresía y la mentira, al chantaje y la violencia que entreteje la vida cotidiana de los
adultos. Resulta bien significativo que mientras los niños siguen gustando de libros para niños,
prefieren sin embargo - numerosas encuesta hablan de un 70 % y más- los programas de
televisión para adultos. Y ello porque al no exigir un código complejo de acceso, como el que
exige el libro, la televisión posibilita romper la largamente elaborada separación del mundo
adulto y sus formas de control. Mientras el libro escondía sus formas de control en la
complejidad de los temas y del vocabulario, el control de la televisión exige hacer explícita la
censura. Y como los tiempos no están para eso, la televisión, o mejor la relación que ella
instituye de los niños y adolescentes con el mundo adulto, va a reconfigurar radicalmente las
relaciones que dan forma al hogar.
Es obvio que en ese proceso la televisión no opera por su propio poder sino que cataliza y
radicaliza movimientos que estaban en la sociedad previamente, como las nuevas condiciones
de vida y de trabajo que han minado la estructura patriarcal de la familia: inserción acelerada de
la mujer en el mundo del trabajo productivo, drástica reducción del número de hijos, separación
entre sexo y reproducción, transformación en las relaciones de pareja, en los roles del padre y
del macho, y en la percepción que de sí misma tiene la mujer. Es en ese debilitamiento social
de los controles familiares introducido por la crisis de la familia patriarcal donde se inserta el
des-ordenamiento cultural que refuerza la televisión. Pues ella rompe el orden de las
secuencias que en forma de etapas/edades organizaban el escalonado proceso del aprendizaje
ligado a la lectura y las jerarquías en que este se apoya. Y al deslocalizar los saberes, la
televisión desplaza las fronteras entre razón e imaginación, saber e información, trabajo y
juego.
Lo que hay de nuevo hoy en la juventud, y que se hace ya presente en la sensibilidad del
adolescente, es la percepción aun oscura y desconcertada de una reorganización profunda en
los modelos de socialización: ni los padres constituyen el patron-eje de las conductas, ni las
escuela es el único lugar legitimado del saber, ni el libro es el centro que articula la cultura. La
lúcida mirada de M.Mead apuntó al corazón de nuestros miedos y zozobras: tanto o más que
en la palabra del intelectual o en las obras de arte, es en la desazón de los sentidos de la
juventud donde con más fuerza se expresa hoy el estremecimiento de nuestro cambio de
época.
Lo que el rápido mapa trazado avizora es tanto la des-territorialización que atraviesan las
culturas, como el malestar en la cultura que experimentan los más jóvenes en su radical
replanteamiento de las formas tradicionales de continuidad cultural: más que buscar su nicho
5
entre las culturas ya legitimadas por los mayores se radicaliza la experiencia de desanclaje
que, según A. Giddens, produce la modernidad sobre las particularidades de los mapas
mentales y las prácticas locales. Los cambios apuntan a la emergencia de sensibilidades
“desligadas de las figuras, estilos y prácticas de añejas tradiciones que definen „la cultura‟ y
6
cuyos sujetos se constituyen a partir de la conexión/desconexión con los aparatos” . En la
empatía de los jóvenes con la cultura tecnológica, que va de la información absorbida por el
adolescente en su relación con la televisión a la facilidad para entrar y manejarse en la
complejidad de las redes informáticas, lo que está en juego es una nueva sensibilidad hecha de
una doble complicidad cognitiva y expresiva: es en sus relatos e imágenes, en sus sonoridades,
fragmentaciones y velocidades que ellos encuentran su idioma y su ritmo. Estamos ante la
formación de comunidades hermenéuticas que responden a nuevos modos de percibir y narrar
la identidad, y de la conformación de identidades con temporalidades menos largas, más
precarias pero también más flexibles, capaces de amalgamar, de hacer convivir en el mismo
sujeto, ingredientes de universos culturales muy diversos.
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Quizá ninguna otra figura como la del flujo televisivo para asomarnos a las rupturas y las
formas de enganche que presenta la nueva experiencia cultural de los jóvenes. La
programación televisiva se halla fuertemente marcada, a la vez, por la discontinuidad que
introduce la permanente fragmentación –cuyos modelos en términos estéticos y de rentabilidad
se hallan en el videoclip publicitario y el musical- y por la fluida mezcolanza que posibilita el
zapping, el control remoto, al televidente, especialmente al televidente joven ante la frecuente
mirada molesta del adulto, para armar “su programa” con fragmentos o "restos" de deportes,
noticieros, concursos, conciertos o films. Más allá de la aparente democratización que introduce
la tecnología, la metáfora del zappar ilumina la escena social: hay una cierta y eficaz travesía
que liga los modos de ver desde los que el televidente explora y atraviesa el palimpsesto de los
géneros y los discursos, con los modos nómadas de habitar la ciudad –los del emigrante al que
le toca seguir indefinidamente emigrando dentro de la ciudad a medida que se van urbanizando
las invasiones y valorizándose los terrenos, y sobre todo con el trazado que liga los
desplazamientos de la banda juvenil que constantemente cambia sus lugares de encuentro a lo
largo y ancho de la ciudad.
Y es que por la ciudad es por donde pasan más manifiestamente algunos de los cambios de
fondo que experimentan nuestras sociedades: por el entrelazamiento entre la
expansión/estallido de la ciudad y el crecimiento/ densificación de los medios masivos y las
redes electrónicas. “Son las redes audiovisuales las que efectúan, desde su propia lógica, una
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nueva diagramación de los espacios e intercambios urbanos” . La diseminación/ fragmentación
de la ciudad densifica la mediación y la experiencia tecnológica hasta el punto de sustituir, de
volver vicaria, la experiencia personal y social. Estamos habitando un nuevo espacio
comunicacional en el que “cuentan” menos los encuentros y las muchedumbres que el tráfico,
las conexiones, los flujos y las redes. Estamos ante nuevos “modos de estar juntos” y unos
nuevos dispositivos de percepción que se hallan mediados por la televisión, el computador, y
dentro de muy poco por la imbricación entre televisión e informática en una acelerada alianza
entre velocidades audiovisuales e informacionales. Los ingenieros de lo urbano ya no están
interesados en cuerpos reunidos, los prefieren interconectados. Mientras el cine catalizaba la
“experiencia de la multitud” en la calle, pues era en multitud que los ciudadanos ejercían su
derecho a la ciudad, lo que ahora cataliza la televisión es por el contrario la “experiencia
doméstica” y domesticada: es desde la casa que la gente ejerce ahora cotidianamente su
conexión con la ciudad. Mientras del pueblo que se tomaba la calle al público que iba al cine la
transición era transitiva, y conservaba el carácter colectivo de la experiencia, de los públicos de
cine a las audiencias de televisión el desplazamiento señala una profunda transformación: la
pluralidad social sometida a la lógica de la desagregación hace de la diferencia una mera
estrategia del rating: es de ese cambio que la televisión es la principal mediación. Pues
constituida en el centro de las rutinas que ritman lo cotidiano, en dispositivo de aseguramiento
de la identidad individual, y en terminal del videotexto, la vídeo compra, el correo electrónico y
la teleconferencia, la televisión convierte el espacio doméstico en el más ancho territorio virtual:
aquel al que, como afirma certeramente Virilio, "todo llega sin que haya que partir".
A la inseguridad que ese descentramiento del modo de habitar implica, la ciudad añade hoy la
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expansión del anonimato propio del no-lugar : ese espacio –centros comerciales, autopistas,
aeropuertos- en que los individuos son liberados de toda carga de identidad interpeladora y
exigidos únicamente de interacción con informaciones o textos. En el supermercado usted
puede hacer todas sus compras sin tener que identificarse, sin hablar con, ni ser interpelado
por, nadie. Mientras las "viejas" carreteras atravesaban las poblaciones convirtiéndose en
calles, contagiando al viajero del "aire del lugar", de sus colores y sus ritmos, la autopista,
bordeando los centros urbanos, sólo se asoma a ellos a través de los textos de las vallas que
"hablan" de los productos del lugar y de sus sitios de interés. No puede entonces resultar
extraño que las nuevas formas de habitar la ciudad del anonimato, especialmente por las
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generaciones que han nacido con esa ciudad, sea agrupándose en tribus cuya ligazón no
proviene ni de un territorio fijo ni de un consenso racional y duradero sino de la edad y del
género, de los repertorios estéticos y los gustos sexuales, de los estilos de vida y las
exclusiones sociales. Enfrentando la masificada diseminación de sus anonimatos, y fuertemente
conectada a las redes de la cultura-mundo de la información y el audiovisual, la heterogeneidad
de las tribus urbanas nos descubre la radicalidad de las transformaciones que atraviesa el
nosotros, la profunda reconfiguración de la sociabilidad
Ante el desconcierto de los adultos vemos emerger una generación formada por sujetos
dotados de una “plasticidad neuronal” y elasticidad cultural que, aunque se asemeja a una falta
de forma, es más bien apertura a muy diversas formas, camaleónica adaptación a los más
diversos contextos y una enorme facilidad para los “idiomas” del vídeo y del computador, esto
es para entrar y manejarse en la complejidad de las redes informáticas. Los jóvenes articulan
hoy las sensibilidades modernas a las posmodernas en efímeras tribus que se mueven por la
ciudad estallada o en las comunidades virtuales, cibernéticas. Y frente a las culturas letradas -
ligadas estructuralmente al territorio y a la lengua- las culturas audiovisuales y musicales
rebasan ese tipo de adscripción congregándose en comunas hermenéuticas que responden a
nuevas maneras de sentir y expresar la identidad, incluida la nacional. Estamos ante
identidades más precarias y flexibles, de temporalidades menos largas y dotadas de una
flexibilidad que les permite amalgamar ingredientes provenientes de mundos culturales
distantes y heterogéneos, y por lo tanto atravesadas por dis-continuidades en las que conviven
gestos atávicos con reflejos modernos, secretas complicidades con rupturas radicales.
Quizás sea el fenómeno del rock en español el que resulte más sintomático de los cambios que
atraviesa la identidad en los más jóvenes. Identificado con el imperialismo cultural y los
bastardos intereses de las multinacionales durante casi veinte años, el rock ha adquirido, desde
los años 80, una capacidad especial de traducir la brecha generacional y algunas
transformaciones claves en la cultura política de nuestros países. Transformaciones que
convierten al rock en vehículo de una conciencia dura de la descomposición de los países, de la
presencia cotidiana de la muerte en las calles, de la sin salida laboral y la desazón moral de los
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jóvenes, de la exasperación de la agresividad y lo macabro . El movimiento del rock latino
rompe con la mera escucha juvenil para despertar creatividades insospechadas de mestizajes e
hibridaciones: tanto de lo cultural con lo político como de las estéticas transnacionales con los
sones y ritmos más locales. De Botellita de Jerez a Maldita Vecindad, Caifanes o Café Tacuba
en México, Charly Garcia, Fito Paez o los Enanitos verdes y Fabulosos Cádillac en Argentina,
hasta Estados Alterados y Aterciopelados en Colombia. “En tanto afirmación de un lugar y un
territorio, este rock es a la vez propuesta estética y política. Uno de los „lugares‟ donde se
construye la unidad simbólica de América Latina, como lo ha hecho la salsa de Rubén Blades,
las canciones de Mercedes Sosa y de la Nueva Trova Cubana, lugares desde donde se miran y
12
se construyen los bordes de lo latinoamericano” afirma una joven investigadora colombiana .
Que se trata no de meros fenómenos locales/nacionales sino de lo latinoamericano como un
lugar de pertenencia y de enunciación específico, lo prueba la existencia del canal latino de
MTV, en el que se hace presente, junto a la musical, la creatividad audiovisual en ese género
híbrido, global y joven por excelencia que es el videoclip.
Atravesado por los movimientos que le impone el mercado, desde las disqueras a la radio, en el
rock latino se superan las subculturas regionales en una integración ciertamente mercantilizada
pero en la que se hacen audibles las percepciones que los jóvenes tienen hoy de nuestras
ciudades: de sus ruidos y sus sones, de la multiplicación de las violencias y del más profundo
desarraigo. Sin olvidar ese otro fenómeno cultural que son las mezclas de las músicas étnicas y
campesino-populares con ritmos, instrumentos y sonoridades de la modernidad musical como
los teclados, el saxo y la batería. Ahí el “viejo folklor” no se traiciona ni deforma sino que se
transforma volviéndose más universalmente iberoamericano. Aunque producto en buena
medida de los medios masivos y de la escenografía de tecnológica de los conciertos esas
nuevas músicas vuelven definitivamente urbana e internacional una música cuyo ámbito de
origen fue el campo y la provincia.
Una segunda dinámica, que hace parte del ecosistema comunicativo en que vivimos, se anuda
pero desborda el ámbito de los grandes medios, se trata de la aparición de un entorno
educacional difuso y descentrado en el que estamos inmersos. Un entorno de información y de
saberes múltiples, y descentrado por relación al sistema educativo que aun nos rige, y que tiene
muy claros sus dos centros en la escuela y el libro. Las sociedades han centralizado siempre el
saber, porque el saber fue siempre fuente de poder, desde los sacerdotes egipcios hasta los
monjes medievales o los asesores de los políticos actualmente. Desde los monasterios
medievales hasta las escuelas de hoy el saber ha conservado ese doble carácter de ser a la
vez centralizado y personificado en figuras sociales determinadas: al centramiento que
implicaba la adscripción del saber a unos lugares donde circulaba legítimamente se
correspondían unos personajes que detentaban el saber ostentando el poder de ser los únicos
con capacidad de leer/interpretar el libro de los libros. De ahí que una de las transformaciones
más de fondo que puede experimentar una sociedad es aquella que afecta los modos de
circulación del saber. Y es ahí que se sitúa la segunda dinámica que configura el ecosistema
comunicativo en que estamos inmersos: es disperso y fragmentado como el saber puede
circular por fuera de los lugares sagrados que antes lo detentaban y de las figuras sociales que
lo administraban.
La escuela ha dejado de ser el único lugar de legitimación del saber, pues hay una multiplicidad
de saberes que circulan por otros canales y no le piden permiso a la escuela para expandirse
socialmente. Esta diversificación y difusión del saber, por fuera de la escuela, es uno de los
retos más fuertes que el mundo de la comunicación le plantea al sistema educativo. Frente al
maestro que sabe recitar muy bien su lección hoy se sienta un alumno que por ósmosis con el
medio-ambiente comunicativo se halla “empapado” de otros lenguajes, saberes y escrituras que
14
circulan por la sociedad. Saberes-mosaico, como los ha llamado A. Moles , por estar hechos
de trozos, de fragmentos, que sin embargo no impiden a los jóvenes tener con frecuencia un
conocimiento más actualizado en física o en geografía que su propio maestro. Lo que está
acarreando en la escuela no una apertura a esos nuevos saberes sino un fortalecimiento del
autoritarismo, como reacción a la pérdida de autoridad que sufre el maestro, y la descalificación
de los jóvenes como cada día más frívolos e irrespetuosos con el sistema del saber escolar.
Y sin embargo lo que nuestras sociedades están reclamando al sistema educativo es que sea
capaz de formar ciudadanos y que lo haga con visión de futuro, esto es para los mapas
profesionales y laborales que se avecinan. Lo que implica abrir la escuela a la multiplicidad de
escrituras, de lenguajes y saberes en los que se producen las decisiones. Para el ciudadano
eso significa aprender a leer/descifrar un noticiero de televisión con tanta soltura como lo
aprende hacer con un texto literario. Y para ello necesitamos una escuela en la que aprender a
leer signifique aprender a distinguir, a discriminar, a valorar y escoger donde y cómo se
fortalecen los prejuicios o se renuevan las concepciones que tenemos de la política y de la
familia, de la cultura y de la sexualidad. Necesitamos una educación que no deje a los
ciudadanos inermes frente a las poderosas estratagemas de que hoy disponen los medios
masivos para camuflar sus intereses y disfrazarlos de opinión pública.
De ahí la importancia estratégica que cobra hoy una escuela capaz de un uso creativo y crítico
de los medios audiovisuales y las tecnologías informáticas. Pero ello sólo será posible en una
escuela que transforme su modelo (y su praxis) de comunicación, esto es que haga posible el
tránsito de un modelo centrado en la secuencia lineal - que encadena unidireccionalmente
grados, edades y paquetes de conocimiento- a otro descentrado y plural, cuya clave es el
“encuentro” del palimpsesto y el hipertexto. Pues como ante afirmé el palimpsesto es ese texto
en el que un pasado borrado emerge tenazmente, aunque borroso, en las entrelíneas que
escriben el presente; y el hipertexto es una escritura no secuencial, un montaje de conexiones
en red que, al permitir/exigir una multiplicidad de recorridos, transforma la lectura en escritura.
Mientras el tejido del palimpsesto nos pone en contacto con la memoria, con la pluralidad de
tiempos que carga, que acumula todo texto, el hipertexto remite a la enciclopedia, a las
posibilidades presentes de intertextualidad e intermedialidad. Doble e imbricado movimiento
que nos está exigiendo sustituir el lamento moralista por un proyecto ético: el del fortalecimiento
de la conciencia histórica, única posibilidad de una memoria que no sea mera moda retro ni
evasión a las complejidades del presente. Pues sólo asumiendo la tecnicidad mediática como
dimensión estratégica de la cultura es que la escuela puede hoy interesar a la juventud e
interactuar con los campos de experiencia que se procesan esos cambios: desterritorialización /
relocalización de las identidades, hibridaciones de la ciencia y el arte, de las literaturas escritas
y las audiovisuales: reorganización de los saberes y del mapa de los oficios desde los flujos y
redes por los que hoy se moviliza no sólo la información sino el trabajo, el intercambio y la
puesta en común de proyectos, de investigaciones científicas y experimentaciones estéticas.
Sólo haciéndose cargo de esas transformaciones la escuela podrá interactuar con las nuevas
formas de participación ciudadana que el nuevo entorno comunicacional le abre hoy a la
educación.
Por eso uno de los más graves retos que el ecosistema comunicativo le hace a la educación
reside en planearle una disyuntiva insoslayable: o su apropiación por la mayoría o el
reforzamiento de la división social y la exclusión cultural y política que él produce. Pues
mientras los hijos de las clases pudientes entran en interacción con el ecosistema informacional
y comunicativo desde el computador y los videojuegos que encuentran en su propio hogar, los
hijos de las clases populares - cuyas escuelas públicas no tienen, en su inmensa mayoría, la
más mínima interacción con el entorno informático, siendo que para ellos la escuela es el
espacio decisivo de acceso a las nuevas formas de conocimiento- están quedando excluidos
del nuevo espacio laboral y profesional que la actual cultura tecnológica ya prefigura.
Si las políticas sobre juventud no se hacen cargo de los cambios culturales que pasan hoy
decisivamente por los procesos de comunicación e información están desconociendo lo que
viven y cómo viven los jóvenes, y entonces no habrá posibilidad de formar ciudadanos, y sin
ciudadanos no tendremos ni sociedad competitiva en la producción ni sociedad democrática en
lo político.
Notas:
Salud y
adolescencias
LGBTI
HERRAMIENTAS DE ABORDAJE INTEGRAL
PARA EQUIPOS DE SALUD
, , . ,COBERTURA
UNIVERSAL
Ministerio de Salud
de SALUD Presidencia de la Nación
1
Salud y adolescencias LGBTI
Herramientas de abordaje integral para equipos de salud
Elaboración de contenidos:
Argentina. Ministerio de Salud de la Nación
Matías de Stéfano Barbero, Salud y adolescencias LGBTI : herramientas
Martín Boy. de abordaje integral para equipos de salud. -
1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires :
Ministerio de Salud de la Nación, 2017.
Coordinación: 120 p. ; 21 x 21 cm.
Juan Carlos Escobar,
ISBN 978-950-38-0256-4
Agostina Chiodi.
1. Atención a la Salud.
Colaboraciones: CDD 613
Tabla de contenidos
24 SALUD Y 03
ADOLESCENCIAS 46 ATENCIÓN CLÍNICA A 06
LGBTI ADOLESCENTES LGBTI 96 INSTITUCIONES Y
25 2.1. ¿Grupos de riesgo o 48 3.1 Atención general a ORGANIZACIONES DE
factores de vulnerabilidad? adolescentes LGBTI LA SOCIEDAD CIVIL
26 2.2. El “estrés de la 62 3.2 Atención específica
minorización”
28 2.3. Vulnerabilidades
a adolescentes LGBTI
según orientación sexual e
07
específicas en identidad de género. 104 MARCO NORMATIVO
adolescencias LGBTI 66 3.3. Recomendaciones
34 2.4. Barreras generales para la atención clínica a
dentro del sistema de adolescentes LGBTI 116 BIBLIOGRAFÍA
salud: disponibilidad, 69 3.4. Recomendaciones para
accesibilidad, aceptabilidad la asesoría de familiares y/o
y calidad cuidadorxs de adolescentes
LGBTI
Prólogo
Nuestro país cuenta con un extenso marco jurídico Dr. Juan Carlos Escobar
que garantiza el ejercicio del Derecho a la Salud Coordinador
de lxs adolescentes en general y también de los Programa Nacional de Salud
adolescentes LGBTI. Sin embargo, sabemos que Integral en la Adolescencia
Introducción
Para diseñar e implementar intervenciones Debemos destacar que bajo ningún aspecto 1. Al igual que otros
documentos elabora-
adecuadas a cada caso, los equipos de salud existe una atención “diferente” para adolescen-
dos por organismos
debemos tener en cuenta la diversidad de tes LGBTI que pueda distinguirse de la atención públicos de Argen-
adolescencias LGBTI, sus singularidades y vul- en salud integral a adolescentes. 2 Nuestra pro- tina, por ejemplo, la
nerabilidades específicas construidas sociocul- puesta pretende construir un marco de atención publicación Atención
de la Salud Integral de
turalmente. Es importante advertir entonces que en salud integral que comprenda simultánea- Personas trans (2015),
algunxs1 adolescentes precisarán que nuestra mente e interseccionalmente la diversidad se- este material cues-
atención esté centrada en el acompañamiento xual, de expresión e identidad de género, pero tiona el binarismo del
sistema sexo-género
de la salida del closet y del proceso de visibili- también la diversidad de clase social, étnica,
y por ese motivo no
zación de su orientación sexual, expresión y/o funcional, cognitiva, idiomática, religiosa, ideo- se han utilizado pro-
identidad de género en el ámbito familiar, social, lógica y todas cuantas diversidades puedan nombres como “el” y
escolar o laboral; otrxs quizá necesiten informa- expresarse, sin perder de vista la singularidad de “la”, sino que se han
marcado con una “x”
ción sobre el cambio de nombre registral, la mo- cada una de ellas y los contextos en los que se las vocales que gene-
dificación de caracteres sexuales secundarios o inscriben. rizan los pronombres,
la hormonización; muchxs también se acercarán reconociendo y visi-
bilizando así los para-
a nuestros equipos de salud buscando escucha, Consideramos fundamental comenzar este ma- digmas e identidades
asesoramiento y atención sobre cuestiones que terial ofreciendo los conceptos y herramientas que cuestionan el
no están relacionadas necesariamente con la teóricas que cimientan la perspectiva de reflexión sistema binarista.
diversidad sexual, de expresión y/o de identidad y atención que se ofrece a lo largo de estas pá-
de género. Sin embargo, no tener en cuenta es- ginas. En este capítulo se definen cuestiones 2. Ver Ministerio de
tas cuestiones al brindar nuestra atención puede fundamentales como la perspectiva de salud Salud de La Nación,
desembocar en la vulneración de su derecho a integral, los deseos fluidos, la diversidad sexual, PNSIA (2012).
la salud. la expresión e identidad de género, pero también
6
Introducción
7
Introducción
'+ e
9
01 — Conceptos y herramientas teóricas
1.1.
Salud adolescente:
cuerpos en contexto o
contextos en cuerpos
goo.gl/7bpKcj
Conceptos y herramientas teóricas — 01
1.2.
Para abordar la salud adolescente de manera otros’ (…) [adjudicándoles] nuestras propias fan-
integral y respetando la diversidad, resulta ade- tasías” (2006: 7). Una construcción del “Otro”
cuado reflexionar sobre nuestras percepciones apresurada puede transformar las diferencias en
acerca de la salud y ese “Otro” encarnado en lxs desigualdades (Grimson, 2005) y convertirse en
usuarixs de nuestro sistema sanitario. Durante la una suerte de frontera simbólica que nos separa
práctica profesional se ponen en juego nuestras de lxs adolescentes comprometiendo la calidad
construcciones de la “normalidad” y la “anorma- de la atención que brindamos. A lo largo de este
lidad”, y los prejuicios que arrastramos afectan documento invitamos a explorar dichas fronteras
nuestras intervenciones. Lxs profesionales de la a fin de evitar que se transformen en desigualda-
salud, no suelen estar preparadxs para la aten- des en cuanto a la disponibilidad, accesibilidad,
ción de niñxs y adolescentes LGBTI. Los conteni- aceptabilidad y calidad en la atención socio-sani-
dos curriculares sobre esta cuestión son escasos taria. Pero también, como veremos en el capítulo
y las prácticas durante la formación refuerzan “Salud y adolescencias LGBTI”, a fin de eludir
los modelos de atención heterosexistas, y repro- procesos de neutralización, evitación, segrega-
ducen discriminaciones y/o prejuicios. ción y exotización de lxs adolescentes LGBTI.
11
construir estereotipos caricaturescos sobre ‘los
01 — Conceptos y herramientas teóricas
1.3.
De la heterosexualidad
como norma a los deseos
fluidos
Como se mencionó anteriormente, es frecuente la fluidez de la sexualidad tal como lo hicieron 4. Estos autores
realizaron un estudio
que en el proceso de construcción de la relación Kinsey, Pomeroy y Martin4 (1948), quienes en la
conocido como El
entre los equipos de salud y lxs adolescentes segunda posguerra mostraron que la sexualidad informe Kinsey en el
depositemos en el “Otro” nuestras creencias so- y el deseo de las personas son variables y que que se entrevistó a
bre lo que se debe ser y hacer a partir de lo que tanto la heterosexualidad como la homosexuali- veinte mil hombres
y mujeres cis en
consideramos “normal”. Esto muchas veces nos dad son, en realidad, dos extremos de un conti- forma anónima. Este
impide realizar preguntas sumamente útiles en nuo por donde las personas transitan a lo largo estudio demostró
la atención, para conocer mejor cómo lxs ado- de su vida. que las prácticas
sexuales que se con-
lescentes construyen su mundo y cómo viven y
Esto implica repensar nuestras experiencias en cebían minoritarias
sienten sus prácticas. Un ejemplo muy común o marginales eran
la atención en la salud, identificar de forma críti-
es cuando los equipos de salud partimos de la más comunes de lo
ca cuál es nuestra percepción de la “normalidad” que se creía en aquel
heterosexualidad como norma, también llama-
y cómo esta puede invisibilizar una parte vital contexto.
da heteronormatividad. ¿Qué quiere decir esto?
de la identidad y de las prácticas de lxs adoles-
Quiere decir que no deberíamos dar por senta-
centes. Y, sobre todo, reconocer que la forma en
do que lxs adolescentes son heterosexuales o
la que el “Otro” se construye y las prácticas que
que, por autodefinirse como heterosexuales en
lleva a cabo son tan legítimas como las propias.
el presente, no mantienen ni mantendrán prác-
ticas sexuales con personas del mismo sexo/
género. Muchas veces, los deseos y prácticas de Las categorías que las personas utilizan para
las personas no responden a lo que unx imagina;
por eso es necesario tener una escucha atenta y
presentarse ante el mundo poco nos hablan de lo
no dar nada por sentado. Solemos pensar que los que realmente practican, fantasean o sienten. El
deseos personales son estancos: creemos que las
personas “son”, cuando, en realidad, “están sien-
deseo se construye permanentemente y, por tanto,
do”. Es decir, la forma en la que experimentamos es imprevisible. Si unx adolescente se autopercibe
con nuestros cuerpos es un constante devenir im-
previsible, que puede cambiar con las experien-
heterosexual, no implica necesariamente que no
cias que vamos teniendo a lo largo del tiempo. mantiene ni mantendrá prácticas sexuales con
Esta perspectiva nos invita entonces a reconocer personas del mismo sexo/género.
12
Conceptos y herramientas teóricas — 01
13
01 — Conceptos y herramientas teóricas
Lxs adolescentes, al igual que lxs adultxs, están RECORRIDOS CONCEPTUALES: DEL
explorando continuamente con su cuerpo y es SEXO-GÉNERO AL RECONOCIMIENTO DE
importante que desde el equipo de salud acom- LA HETEROGENEIDAD DE LOS DESEOS
pañemos este proceso brindando información
y creando lazos de confianza, evitando prejuz- Desde la década de 1970, las feministas de la
gar o estigmatizarlos, a ellxs o a sus prácticas segunda ola (Firestone, 1970; Rubin, 1975, entre
y creencias. La diversidad y los deseos de ese otrxs) señalaron que el sexo remite a la genita-
“Otro” son tan válidos como los propios; la idea lidad de los cuerpos y que el género responde
es reconocer qué nos separa en la atención de a la expectativa social que se genera a partir
lxs adolescentes para derrumbar estas fronteras del sexo, incluso antes de nacer. En este senti-
y ver cómo acercarnos para acompañar y lograr do, distinguían el plano biológico, anclado en el
una relación estable, de confianza y respeto. Una cuerpo y la genitalidad, del plano cultural vincu-
vez identificadas cuáles son las limitaciones que lado a las expectativas que existen sobre el gé-
tenemos para afrontar lo que nos resulta desco- nero femenino y el masculino. Esto le permitió al
nocido o diferente, debemos incorporar algunos feminismo cuestionar los estereotipos de género
conceptos que son de suma utilidad a la hora de con los que nos criamos y con los que aprende-
atender a aquellxs que se acercan para consultar mos a ser varones o mujeres en el seno de una
sobre su salud. sociedad que tiene ciertas expectativas sobre
nosotrxs en un momento histórico particular. La
distinción entre sexo y género permitió denun-
ciar, entre otras cosas, cómo nuestras culturas
otorgan diferentes oportunidades a mujeres y
a varones a la hora de designar quiénes ocupan
posiciones de decisión o de influencia en la po-
lítica, las familias, la ciencia y la ciudad.
14
Conceptos y herramientas teóricas — 01
No poder ser abiertamente salud desde una perspectiva integral y acompa- general, estigmatiza.
ñar el deseo de pasar inadvertidxs con informa- 8. Más información
quienes somos puede repercutir ción adecuada y recomendaciones sobre cómo sobre “el arte de tru-
carse”, se encontrará
significativamente en nuestra intervenir el cuerpo sin dañarlo, también llamado
en el capítulo “Aten-
en la jerga trans como “el arte de trucarse” (Capi-
salud física y psíquica. cüa Diversidad, 2014: 31). 8
ción clínica a adoles-
cencias LGBTI”.
16
Conceptos y herramientas teóricas — 01
La teoría queer sostiene que la genitalidad no Cuando nace unx intersex, ¿qué deciden usual-
puede ser explicada exclusivamente por la biolo- mente las familias, los equipos de salud y el poder
gía. Butler (2001) concibe que el sexo también es judicial? Por lo general, se inician intervenciones
una construcción política y cultural, es decir, que quirúrgicas sobre estos cuerpos para adaptarlos
no remite ni se explica solo por la naturaleza. La a la norma. Estas intervenciones denotan la exis-
intersección entre el plano natural y cultural se tencia de una normalidad a la que la genitalidad
visibiliza claramente en los cuerpos que nacen debe atenerse. En ocasiones, estas decisiones son
con una genitalidad que nuestra cultura entien- tomadas por lxs adultxs con la intención de evitar
de como “ambigua”, ya que no responde a los supuestos sufrimientos futuros, y no parten de la
parámetros esperados para el sexo femenino voluntad ni cuentan con el consentimiento de quien
o masculino. Algunas características de estos habita esa corporalidad.
cuerpos son la presencia de micro penes o clí-
Las intervenciones sobre los cuerpos intersex9 re- 9. A nivel mundial, el
toris híper desarrollados al momento de nacer. movimiento intersex
flejan que existe una construcción cultural e histó-
Estxs niñxs son denominadxs intersexuales. ha iniciado campañas
rica sobre cómo deben ser los genitales y, por eso, que discuten con la
En el marco del Consejo de Derechos Humanos desde la teoría queer se entiende que la interpre- idea de intervenir
de la Organización de las Naciones Unidas, el tación de lo que los penes y las vaginas “son” no los cuerpos inter-
sexuales a edades
informe elaborado por Juan Méndez insta a los puede reducirse a lo natural, sino que está atrave-
tempranas poniendo
Estados a derogar cualquier ley “que permita la sada por matrices históricas, políticas y culturales en tela de juicio la
realización de tratamientos irreversibles e intru- que dictan cómo deben ser. Esta perspectiva nos patologización de los
sivos, como la cirugía reconstructiva urogenital habilita a concebir que no existen solo dos sexos y mismos.
obligatoria, la esterilización involuntaria, la expe- que el binomio varón-mujer denota más un deseo
rimentación contraria a la ética, las demostracio- social que una realidad concreta. Siguiendo esta
nes médicas y las ‘terapias reparativas’ o ‘terapias línea de pensamiento, es interesante que los equi-
de conversión’” si se aplican o administran sin el pos de salud tengamos presente que existe una
consentimiento libre e informado del paciente variedad de sexos y que estos no necesariamente
(ONU, 2013a: 25). se ajustan a las dos posibilidades que nuestra cul-
17
tura considera “normales”.
01 — Conceptos y herramientas teóricas
1.4.
Realidades emergentes
y nuevos abordajes
En 2007, Julia Serrano publicó el libro Whipping que los estudios sobre las comunidades negras
Girl: A Transsexual Woman on Sexism and the fueron indispensables para dar cuenta luego de
Scapegoating of Femininity en Estados Unidos, la blanquitud y que se requirieron los estudios
donde se incluyó el término “cisgénero”, luego gay-lésbicos para comenzar a problematizar la
retomado por activistas, artistas y académicxs heterosexualidad. Podríamos agregar entonces
(muchas veces trans) para diferenciar, por un que se necesitaron las investigaciones sobre los
lado, a lxs trans y, por el otro, a lxs cisgénero. El cuerpos e identidades trans para comenzar a
concepto “cis” comprende a aquellas personas estudiar a las personas cisgénero. Todos estos
que se identifican con el género asignado al “nuevos temas” implican analizar la norma y las
momento de nacer. Mientras, el término “trans” configuraciones del poder sexo-genérico, en vez
refiere a aquellas que a lo largo de sus vidas de poner el énfasis solo en aquellos cuerpos y/o
no se identifican o autoperciben con el género identidades considerados como diferentes, exóti-
asignado en el nacimiento. La diferenciación en- cos, minoritarios o desviados.
tre cis y trans parte de la necesidad de observar
los cuerpos e identidades históricamente más Lxs cis son quienes se identifican con el
cercanos a la norma social (cisgénero) y, así, dejar
de centrarnos sobre aquellos que son percibidos
género que le asignaron al nacer y lxs trans
como excepciones o periféricos. De esta forma, son quienes no se identifican con el género
la categoría cisgénero obligaría a todas las per-
sonas no trans a dar explicaciones sobre cómo se
asignado. La distinción conceptual entre
identifican y cómo habitan este mundo. Se trata cis y trans propone dejar de pensar solo
de una invitación a pensarnos sin poner la lupa
en las identidades y cuerpos que aparecen
en quienes usualmente son consideradxs diferen-
tes. Al respecto, Louis-George Tin (2012) señala como “periféricos” o “exóticos” y nos invita
que primero se necesitaron los estudios de las a reflexionar sobre cómo las sociedades
mujeres para luego analizar las masculinidades;
conciben qué/quién es normal o no.
19
01 — Conceptos y herramientas teóricas
La discriminación por orientación sexual, ex- • Cuando se consideran legítimas las expre-
presión e identidad de género no solo afecta siones de afecto heterosexuales en espacios
a las personas LGBTI, sino a toda la sociedad, públicos mientras que las manifestaciones de
ya que limita y castiga cualquier expresión que afecto no heterosexual son cuestionadas y se
ponga en cuestión el sistema heteronormativo. concibe que deben recluirse al ámbito privado.
En este sentido, una investigación sobre acoso • Cuando las normas y el funcionamiento de las
escolar en España, evidenció cómo la discrimi- instituciones rechazan, invisibilizan y discrimi-
nación por orientación sexual, expresión e iden- nan sistemáticamente a las personas LGBTI.
tidad de género –perpetrada generalmente por
21
01 — Conceptos y herramientas teóricas
--
22
Conceptos y herramientas teóricas — 01
Mapa de conceptos
trabajados
Perspectiva de salud inte- Sexo: en su acepción tradi- social y cultural en general, Cisgénero: este concepto
gral: es aquella mirada que cional remite a la genitalidad en aspectos tales como alude a todas aquellas per-
recupera la importancia que presenta un cuerpo, a el trabajo, la economía, la sonas que se identifican con
del medio social en el que un plano biológico. Sin em- política, el parentesco y la el género asignado al nacer.
las personas desarrollan su bargo, el sexo también es sexualidad. Emerge a partir de la necesi-
vida para diseñar prácticas una construcción histórica, dad de comenzar a estudiar
profesionales que apunten a política y cultural. Identidad de género: refie- los cuerpos e identidades
mejorar su salud física, men- re a la vivencia interna e in- considerados “normales”
tal y social, es decir, un con- Género: este concepto des- dividual del género tal como por nuestras culturas.
junto de factores biológicos, taca que las diversas prác- cada persona la siente pro-
emocionales y espirituales ticas, roles y capacidades fundamente y no se deriva Trans: este concepto indica
que contribuyen a un estado promovidas y esperadas de del sexo que a cada persona una identidad de género y
de equilibrio en el individuo. forma diferencial a partir del le asignaron al nacer. reúne a las personas que a
Desde esta perspectiva, se sexo asignado al nacer no lo largo de sus vidas no se
entiende que el abordaje son atributos naturales e in- Expresión de género: refie- identifican con el género
de la salud no puede re- dividuales sino productos de re a la vivencia personal del que le asignaron al nacer.
ducirse al plano corporal o una relación social de poder cuerpo y a cómo las perso-
biológico. construida históricamente, nas expresan su identidad Orientación sexual: remite a
y por ende plausible de ser a través de modales, ves- un patrón de atracción emo-
Deseos fluidos: las perso- desafiada y modificada. timenta, modos de hablar, cional, romántica, sexual y/o
nas pueden autodefinirse Las diferencias de género modificaciones de la apa- afectiva hacia otrxs. Algunas
con una orientación sexual normativizan y ordenan los riencia del cuerpo (quirúrgi- de las orientaciones sexua-
determinada (heterosexual, vínculos sociales a partir de cas y/o “trucadas”). les posibles son: la heterose-
gay, bisexual), pero eso no las nociones de masculini- xualidad, la homosexualidad
implica que no tengan fan- dad y feminidad, que impac- y la bisexualidad. Las per-
tasías, deseos y/o prácticas tan tanto en la percepción sonas pueden identificarse
sexuales no esperadas para que las personas tienen de con una misma orientación
la orientación sexual con la sí mismas (y de lxs otros) sexual toda su vida o puede
que se autoperciben. como en la organización ir variando su identificación.
23
CAPÍTULO 2
Salud y
adolescencias
LGBTI
24
Salud y adolescencias LGBTI — 02
2.1
¿Grupos de riesgo o
factores de vulnerabilidad?
Como señalan la Gay & Lesbian Medical Associa- Lxs adolescentes LGBTI no tienen, por el mero 10. El término “co-
lectivo LGBTI” no
tion (GLMA, 2006) y la Comunidad Homosexual hecho de serlo, ningún tipo de enfermedad
debe llevarnos a
Argentina (CHA, 2016), entre otras organizacio- física o mental. Como señala el principio 18 de considerarlo como un
nes, detrás de la idea de que el colectivo LGBTI10 Yogyakarta “con independencia de cualquier cla- colectivo homogé-
es un “grupo de riesgo” subyacen prejuicios sificación que afirme lo contrario, la orientación neo, unificado o libre
de cuestionamientos
discriminatorios. El ya superado paradigma de sexual y la identidad de género de una persona internos, ya que está
los “grupos de riesgo” dejó paso al de las “vul- no constituyen, en sí mismas, trastornos de la compuesto por una
nerabilidades”, definidas como las posibilidades salud y no deben ser sometidas a tratamiento o diversidad de expe-
riencias y prácticas
que tiene una persona o grupo de exponerse a atención médica, ni suprimidas”. Despatologizar
heterogéneas vincu-
agentes de enfermedad (Ayres et al., 2006). Las la orientación sexual y las expresiones e identida- ladas, por supuesto,
vulnerabilidades afectan a toda la población, ya des de género no normativas es el primer paso a la diversidad sexual
que corresponden primordialmente a factores para garantizar el acceso a la salud y el respeto y de identidades de
género, pero también
conductuales, sociales e institucionales. En lo de los derechos de lxs adolescentes LGBTI. Para con particularidades
que refiere específicamente al colectivo LGBTI, evitar la patologización y el estigma es aconseja- ligadas a la clase
estas se deben fundamentalmente a la discrimi- ble centrarnos siempre en las realidades, percep- social, etnia, idioma,
religión, opinión po-
nación, estigmatización, exclusión y acoso que ciones y prácticas sexuales de lxs adolescentes, lítica o ideológica,
históricamente ha sufrido este colectivo. ya que el hecho de que sean lesbianas, gays, nacionalidad, diver-
bisexuales, trans o intersex no supone necesaria- sidad funcional o
cognitiva, etc.
mente que existan riesgos para la salud.
25
02 — Salud y adolescencias LGBTI
2.2.
El “estrés de la
minorización”
El denominado “estrés de las minorías” (Meyer, De esta manera, podemos decir que el estrés de
2003) está vinculado a los procesos de minori- la minorización está configurado por:
zación de identidades que son percibidas fuera
de las normas sociales y la cultura hegemónicas. 1. Factores externos vinculados a condiciones y
Estos procesos sirven como sustento de diver- eventos cuya hostilidad puede resultar objetiva-
sas formas de discriminación, estigmatización, mente estresantes tales como la discriminación,
invisibilización, subordinación y violencia. Si bien el prejuicio, la exclusión, la ridiculización y la
la idea de “minoría” puede remitirnos a lo cuan- invisibilización.
titativo, debemos tener en cuenta el aspecto
cualitativo del concepto. Sabemos, por ejemplo, 2. Estados de expectación y autovigilancia ante
que la población de mujeres cis, a nivel mundial, la posibilidad de que esas condiciones y eventos
es mayoritaria en términos cuantitativos y, sin sucedan, lo que aumenta el riesgo de estados
embargo, son consideradas y tratadas como una depresivos y de ansiedad.
minoría dado el sistema patriarcal en el que se
inscriben. En este sentido, hemos optado por 3. Procesos de internalización del rechazo so-
alterar el concepto “minorías” para referirnos a cial traducido en vergüenza, discriminación in-
“minorización” y enfatizar así el carácter socio- ternalizada y autocensura.
cultural de un proceso que, más allá de cuestio-
nes estadísticas, construye minorías como una Todo esto lleva a la posibilidad de ocultamien-
forma de crear fronteras con el “Otro” en el mar- to o negación de la propia orientación sexual,
co de diferentes relaciones de poder. expresión o identidad de género, lo que genera
una fuente extra de malestar y estrés con la que
lxs adolescentes LGBTI deben lidiar. Además,
debemos tener en cuenta la posibilidad de que
existan variables añadidas vinculadas al género,
la clase social, la religión o la etnia, entre otras,
que inciden sustantivamente en el padecimiento
del estrés de la minorización.
26
Salud y adolescencias LGBTI — 02
27
02 — Salud y adolescencias LGBTI
2.3.
Vulnerabilidades
específicas en
adolescencias LGBTI
29
mayoritariamente se abordó la educación sexual la escuela (INADI, 2012: 15).
02 — Salud y adolescencias LGBTI
31
02 — Salud y adolescencias LGBTI
Las ITS son una de las principales causas de en- La fragilidad e inestabilidad en las relaciones y
fermedad a nivel mundial y los mayores índices vínculos sociales, las situaciones de desamparo
se encuentran en la población de 15 a 24 años y vulnerabilidad y las dificultades presentes en
(Ministerio de Salud de la Nación, PNSIA, 2016). lxs adolescentes y jóvenes para construir pro-
yectos de vida son algunas de las cuestiones que
Debemos tener presente que en niñxs y adoles-
debemos tener en cuenta en el consumo proble-
centes, entre 2003 y 2013 se registraron 4461
mático de sustancias (Kornblit et al., s/f).
casos de VIH o sida (44% de 0 a 14 años y 56%
de 15 a 19 años). La principal vía de transmisión El consumo de sustancias puede ser problemá-
en menores de 14 años es vertical (a través del tico cuando afecta negativamente –en forma
embarazo, el parto o la lactancia, sin el trata- ocasional o crónica– a una o más de las siguien-
miento adecuado), mientras que a partir de los tes áreas: la salud física o mental; las relaciones
15 años son las relaciones sexuales: en varones sociales primarias (familia, pareja y amistades);
cis, la principal vía de exposición radica en las las relaciones sociales secundarias (ámbitos de
prácticas sexuales desprotegidas con otros va- trabajo y de estudio); las relaciones con la ley.
rones cis (48,8% entre 2012 y 2014) y en mujeres
Aunque no contamos con estadísticas para
cis, en las prácticas desprotegidas con varones
nuestra región, las investigaciones disponibles
cis (80% en el mismo período) (Ibid.).
en otras partes del mundo sugieren que el consu-
Es importante mencionar que la clandestinidad mo problemático de sustancias en adolescentes
de las prácticas sexuales de lxs adolescentes LGBTI o bien puede ser superior al de adolescen-
cis heterosexuales –fundamentealmente debido tes cis heterosexuales o es de igual proporción
a prejuicios sociales–, pero especialmente las (Marshall et al., 2008). Ryan y Futterman (1998)
prácticas sexuales de lxs adolescentes LGBTI señalan que los motivos para el consumo de sus-
–debido a factores sociales como la estigmati- tancias en adolescentes LGBTI pueden ser los
zación y la discriminación– puede incrementar mismos que para sus pares cis heterosexuales,
la posibilidad de exponerse a riesgos sin saberlo pero que para lxs primerxs presenta mayores
debido a la desinformación, aumentando –entre riesgos debido a los impactos personales y so-
otras cosas– su desprotección frente a las ITS. ciales asociados al estrés de la minorización.
https://goo.gl/Z7B2QJ
Salud y adolescencias LGBTI — 02
Si bien aún no existen estadísticas concluyentes Además, debemos tener en cuenta, de acuerdo
en nuestra región, la GLMA (2006) y la Asocia- con cada contexto, la posibilidad de que lxs ado-
ción Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexua- lescentes LGBTI sufran otras formas de violen-
les, Trans e Intersex (ILGA, 2007) advierten cia que pueden comprender desde la violencia
sobre el gran número de personas LGBTI que verbal o física en la vía pública, hasta formas de
sufre violencia en sus vínculos sexo-afectivos, violencia expresadas por instituciones de la sa-
que podría ser igual o mayor a la violencia entre lud, la justicia, la seguridad pública y los ámbitos
parejas cis heterosexuales. Dada la invisibilidad educativos.
de esta cuestión, especialmente en nuestra
región, debemos advertir, por una parte, la po-
sibilidad de que a lxs adolescentes LGBTI les
Es importante tener en cuenta
cueste aceptar que están viviendo una situación
de violencia; y, por otra parte, que el estigma, la que, dentro de la diversidad
discriminación y/o el ocultamiento de su orien- de adolescencias, es posible
tación sexual, identidad y expresión de género
dificulte la búsqueda de ayuda o la denuncia de que las vulnerabilidades
esta situación. En cualquier caso, debemos estar mencionadas estén atravesadas
preparadxs para detectarlo y ofrecer contención
y asesoramiento. Al igual que en otras situacio- por múltiples variables, tales
nes complejas, se recomienda articular con la como la dependencia económica
red intersectorial local y regional disponible, en-
tre las que se incluye a las organizaciones de la
–especialmente frecuente
sociedad civil especializadas en la temática. durante la adolescencia– y las
diversidades sexuales, étnicas,
físicas, motrices, cognitivas,
idiomáticas, socioeconómicas,
religiosas y políticas.
33
02 — Salud y adolescencias LGBTI
2.4.
Un enfoque de la salud desde la perspectiva de Disponibilidad: la atención, así como los cen-
los derechos humanos implica la incorporación tros, bienes, servicios, programas y personal
de estrategias para visibilizar, afrontar y subver- de salud deben estar disponibles en cantidad
tir las prácticas discriminatorias y las relaciones suficiente.
de poder históricamente asimétricas que subya-
cen a la inequidad en salud que aún hoy sufren Accesibilidad: la atención, así como los centros,
lxs adolescentes LGBTI frente a sus pares cis bienes, informaciones, servicios y programas
heterosexuales. de salud deben ser física, psicológica y econó-
micamente accesibles para todas las personas
De acuerdo con la OMS, la OPS y los marcos
sin discriminación por motivos de sexo, etnia,
normativos nacionales, el derecho a la salud
idioma, religión, opinión política o ideológica,
incluye el acceso disponible y aceptable a ser-
nacionalidad, nivel socioeconómico, nacimiento,
vicios de atención de salud de calidad. Sin em-
discapacidad física o mental, estado de salud,
bargo, en lo relativo a la población adolescente
orientación sexual, identidad de género o cual-
LGBTI hay algunas consideraciones que deben
quier otro motivo.
ser tenidas en cuenta para que dichas carac-
terísticas sean desarrolladas adecuadamente.
Estos cuatro criterios –disponibilidad, acepta- Aceptabilidad: la atención, así como los centros,
bilidad, accesibilidad y calidad– están, como bienes, servicios y programas de salud deben
veremos, íntimamente relacionados entre sí y el respetar la ética médica, ser culturalmente apro-
detrimento de cualquiera de ellos puede vulne- piados y sensibles a la diversidad sexual y de
rar el derecho humano a la salud de la población identidades de género, pero también a las diver-
adolescente LGBTI. sidades étnicas, físicas, motrices, cognitivas idio-
máticas, socioeconómicas, religiosas y políticas.
35
02 — Salud y adolescencias LGBTI
2.5.
0
EVITACIÓN: SEGREGACIÓN: EXOTIZACIÓN:
muchas veces queda en evidencia a diferencia de las conductas de neu- las conductas de exotización parten
que el abordaje de la orientación se- tralización, las conductas de segrega- de una suerte de “caricaturización”
xual y las identidades y expresiones ción reconocen la especificidad de la de las personas LGBTI, producto de
de género no se lleva a cabo desde diversidad sexual y de las identidades estereotipos y prejuicios muchas ve-
una perspectiva inclusiva. En muchas de género. Pero lo hacen partiendo de ces influidos por los medios masivos
ocasiones, como integrantes de equi- procesos de identificación de las per- de comunicación que mercantilizan
pos de salud podemos sentirnos des- sonas LGBTI con una serie de estereo- la imagen de las personas LGBTI con-
informadxs o que no contamos con tipos y prejuicios que las sitúan como siderándolas alegres, raras, frívolas,
herramientas teóricas y prácticas per- personas “enfermas” o como personas excepcionales, liberales, artistas, etc.
tinentes. Las conductas de evitación peligrosas, poco confiables, inestables La consecuencia de este proceso, apa-
surgen frente al temor de no saber mentalmente, promiscuas, potencial- rentemente irrelevante, es que puede
cómo abordar la especificidad LGBTI mente adictas o como un grupo de llevar a tomar la diversidad sexual, la
y del miedo a nombrar, incomodar, alto riesgo. Estas consideraciones identidad o expresión de género como
ofender o discriminar. Como resultado subyacen a una homogeneización objeto de broma, risa o frivolización en
de los mecanismos de evitación en la estigmatizante en la que deberíamos público o durante la consulta y gene-
atención en salud, es posible que se evitar incurrir. Como ya hemos men- rar resistencias o desavenencias en la
eluda abordar cuestiones relativas a cionado, es importante centrarnos en relación médicx-paciente y abonar la
la sexualidad o al género, vulnerando sus conductas, percepciones y prác- adopción de conductas de neutraliza-
entonces el derecho a la salud de lxs ticas sexuales individuales y no en su ción y evitación ya mencionadas.
adolescentes LGBTI. “condición”.
37
02 — Salud y adolescencias LGBTI
2.6.
Barreras específicas en la
atención a adolescentes LGBTI
madres.
Salud y adolescencias LGBTI — 02
39
sangre.12 kBSnF1).
02 — Salud y adolescencias LGBTI
q
sos requeridos.
de VIH en particular e ITS • Se desconocen las prác-
en general, lo que mucha ticas sexuales de lxs ado- • No se suele contar con
veces reduce la atención lescentes trans y se parte equipos de salud sensibi-
en salud a esta cuestión. de supuestos y conceptos lizadxs ni capacitadxs es-
erróneos, lo que termina pecíficamente en técnicas
• Solo existen adolescen-
por traducirse en dificul- de modificación corporal
tes trans femeninas (y no
tades para la atención (hormonización, cirugías,
masculinos).
y genera sensaciones etc.), por lo que los tiem-
• Las adolescentes trans tie- de exclusión, invisibili- pos de espera se multi-
nen necesariamente sexo zación y rechazo en lxs plican exponencialmente,
con hombres cis. adolescentes. disminuyendo la disponibi-
lidad y la accesibilidad a la
• Las adolescentes trans tie- • No se tiene conocimiento
atención integral en salud
nen únicamente sexo anal sobre los derechos de lxs
de lxs adolescentes trans.
receptivo. trans mencionados en la
Ley de Identidad de Géne- • Se considera que lxs jó-
• Lxs adolescentes trans no
ro, especialmente los que venes trans no pueden
desean o desearán ser pa-
postulan que los equipos donar sangre.
dres o madres.
de salud (estatales, priva-
dos o del subsistema de
obras sociales) deberán DISCRIMINACIÓN
DESINFORMACIÓN
garantizar en forma per-
• La cis heteronormatividad
• Se ignora la especificidad manente los derechos que
a la que muchxs jóvenes
de las realidades trans, dicha ley reconoce.
trans se enfrentan en las
que en muchas ocasiones
• En el primer nivel de consultas de salud genera
implican historias de vida
atención, no están sufi- barreras de acceso que
dolorosas, situaciones de
cientemente difundidas asiduamente se traducen
abuso físico y psicológico
las especificidades que en una menor frecuencia
e incluso exclusión del
atañen a las personas de consulta y en diagnós-
seno familiar.
trans, lo que, por una par- ticos e inicio de tratamien-
• Se confunde la identi- te, interfiere en la atención tos tardíos.
40
OMISIÓN PATOLOGIZACIÓN
41
02 — Salud y adolescencias LGBTI
ADOLESCENTES • Se desconoce que las in- disminuir el tamaño del “trastornos del desarrollo
INTERSEX tervenciones quirúrgicas clítoris con el que nacen sexual” para los casos en
no urgentes, invasivas e para ajustarlo a la norma los que el desarrollo de
ireversibles sobre lxs niñxs cultural, persigue repro- las gónadas, los cromo-
intersex conllevan conse- ducir al cuerpo estandari- somas y/o la anatomía
cuencias gravísimas en su zado y olvida preservar el sexual fuera considerada
corporalidad, goce sexual goce sexual de la persona. atípica. Esta perspectiva
y salud mental. fue denunciada por el mo-
• No se ofrece atención psi-
vimiento intersex debido
MITOS • No se proporciona infor- cosocial a lxs Intersex ni a
a que la utilización del
mación suficiente a las sus familiares para acom-
• Se parte de la idea de que término “trastorno” refie-
familias para poder tomar pañar las implicaciones
en la construcción de la re a la presencia de una
una decisión informada personales y sociales de
identidad de género es patología.
sobre las intervenciones la variación de las carac-
vital la apariencia física de médicas propuestas para terísticas sexuales, sean • La intervención sobre lxs
la genitalidad, sobre todo sus hijxs. intervenidas o no. intersex tiene consecuen-
en los dos primeros años cias negativas para su sa-
de vida. lud. Algunas de ellas son:
• Se considera que la “am- DISCRIMINACIÓN PATOLOGIZACIÓN 13 dolor crónico, esterilidad,
bigüedad genital” debe mutilación, insensibilidad
• En pos de ajustar los cuer- • La idea de ambigüedad
intervenirse para nor- genital, trauma posquirú-
pos a la norma social, no pone de manifiesto una
malizar los cuerpos de gico, fístulas e infecciones
se respetan la integridad creencia sobre la existen-
acuerdo a alguna de las crónicas, cambios meta-
corporal ni la autonomía cia de solo dos opciones
dos opciones disponibles bólicos por extirpación de
decisional de lxs intersex. “naturales” estandariza-
(masculino o femenino) en gónadas o por tratamien-
das de ser masculino o fe-
pos de preservar la salud tos farmacológicos de
menino. Esta perspectiva
de lxs intersex. “normalización corporal”.
OMISIÓN binaria implica considerar
a lxs intersex como po-
• Las cirugías correctivas,
blación a ser intervenida y
DESINFORMACIÓN invasivas e irreversibles
“normalizada” y no como
implementadas a edades
• Se ignora que la inter- parte de la diversidad
tempranas sobre la ge-
sexualidad no es una pato- natural.
nitalidad de lxs intersex
logía sino que representa no permiten a la persona • En 2006, la Conferencia
variaciones respecto de decidir a partir de sus pro- Internacional del Consen-
los promedios corporales pios deseos. so sobre Intersexualidad
femeninos y masculinos. propuso dejar de utilizar el
• Las cirugías implementa-
concepto “intersexual” y 13. Fuentes: INADI (2016) y
das sobre intersex para
42
43
02 — Salud y adolescencias LGBTI
2.7.
Recomendaciones 05
generales para equipos Evitemos referirnos a las
personas, sus conductas o
de salud
deseos con palabras como
“normal” y “natural”: normal
y natural es la diversidad
humana.
01 03
06
El primer paso es reconocer Quizá seamos la primera o
que todas las personas única persona que ofrezca El lenguaje es importante:
hemos sido educadas a lxs adolescentes LGBTI un evitemos expresiones
en un sistema binario de espacio seguro y que brinde como “trolo”, “maricón”,
dos sexos-géneros que la contención que pueden “puto”, “torta”, “trava”, etc.
plantea la heterosexualidad no encontrar en su ámbito Pueden resultar ofensivas
como norma. Reflexionar familiar, escolar y social. para las personas LGBTI, y
sobre nuestros prejuicios reducir la accesibilidad a las
individualmente y al interior consultas.
de los equipos de salud en 04
espacios de ateneos y dis-
cusión institucional es indis-
El personal administra- 07
tivo es generalmente el
pensable para poder ofrecer Conozcamos los estereo-
primer contacto que lxs
una atención de calidad y tipos y el contexto social
adolescentes tienen con el
libre de discriminación. y cultural: hay muchas
sistema de salud. Por ello,
es importante que, para brin- formas de ser adolescente
y muchas maneras de ser
02 dar una atención integral, lxs
consideremos como parte heterosexual, gay, bisexual,
Es importante que ten- del equipo de salud y, por trans e intersex y todas han
gamos en cuenta que es tanto, compartamos este de ser reconocidas y respe-
posible y comprensible material con ellxs. tadas. Utilizar los plurales
que, debido a la histórica (heterosexualidades, homo-
exclusión de la población sexualidades, etc.) puede
LGBTI de los sistemas de ser una buena estrategia.
salud, nos encontremos
con actitudes defensivas o
elusivas por parte de ellxs,
44
08 11 14
Demos el ejemplo: hacer Consideremos la posibilidad No dudemos en solicitar el
que los espacios de salud de hacer que los baños sean apoyo y asesoramiento de
sean accesibles y seguros inclusivos y no exclusivos organizaciones de la socie-
es una tarea de todas las para hombres o para muje- dad civil y referentes de la
personas involucradas res cis. Esto puede ayudar comunidad LGBTI.
(desde lxs administrativxs, a que las personas trans se
enfermerxs, personal de sientan más cómodas duran-
farmacia, medicxs, etc). te su visita al centro de salud.
Ante comentarios y actitu- 15
des que puedan vulnerar
derechos, es importante 12 Impliquemos a toda la
comunidad de salud
intervenir siempre.
Revisemos que los materia- compartiendo este y otros
les informativos y gráficos materiales que contengan
45
Unidad 6
LA SOCIALIZACIÓN EN GRUPOS FORMALES
E INFORMALES.
Contexto sociocultural actual de las adolescencias y juventudes. Socialización:
sociabilidad y socialidad con otros. Familia, escuela, trabajo como espacios de
socialización. La socialización con pares. Socialización y vulnerabilidad social.
Nuevos modos de socialización: La socialización en los espacios virtuales.
Socialización y consumo. Identidades del ciber espacio.
por
MICHEL MAFFESOLI
))((1
stglo
velntfuno
ecllto,_
l. 1A COMUNIDAD EMOCIONAL
ARGUMENTOS DE UNA INVESTIGACIÓN
EL AURA ESTÉTICA
Aunque adopte a veces una forma lancinante, habrá que volver regu-
larmente sobre el problema del individualismo, aun cuando sólo fue-
ra porque obnpbila, de manera más o menos pertinente, toda la re-
flexión contemporánea. Como tal, o bajo una forma derivada cuando
se habla de narcisismo, se halla en el centro de numerosos libros, ar-
tículos y tesis que lo abordan desde un punto de vista psicológico, na-
turalmente, pero también desde un punto de vista histórico, socioló-
gico o político. Es, en cierto modo, un paso obligado para quien
pretende contribuir a la construcción de un saber sobre la moderni-
dad. Esto no es, en absoluto, inútil. Lo que sí plantea más problemas
es cuando las circunstancias hacen que el individua1ismo se convier-
ta en el sésamo explicativo de un sinnúmero de artículos periodísti-
cos, discursos políticos o propuestas moralistas. Éstos, sin menoscabo
de cualquier tipo de pntdencias o de matices eruditos, difunden por
ello mismo un conjunto de pensamientos convencionales y un tanto
catastrofistas sobre el ensimismamiento, sobre el fin de los grandes
ideales colectivos o, entendido en su sentido más amplio, del espacio
público. Nos encontramos entonces confrontados a una especie de
dvxa, que quiz.á no esté destinada a durar mucho, pero que está am-
pliamente aceptada y que corre el riesgo, por lo menos, de disfrazar
o negar las nueva$ formas sociales que se elaboran en nuestros días.
Tanto, que algunas de ellas pueden tener expresiones muy vistosas,
mientras que otras se mantienen completamente soterradas. El aspec-
to espectacular de las primeras sirve, por otro lado, a clasificarlas en
las rúbricas de las extravagancias inconsecuentes que se dan regular-
mente en los períodos problemáticos, lo cual facilita la propensión a
la pereza, característica de toda doxa.
No tengo la intención de abordar aquí frontalmente el problema
del individualismo, pero a menudo hablaré de ello a contrario. Lo
esencial es indicar, describir y analizar las configuraciones sociales
que parecen sobrepasarlo; a saber, la masa indefinida, el pueblo sin
[53]
54 EL TIEMPO DE LAS TRIBUS
na1idad" que sólo permite existir en "la mente de los demás".l Tal
perspectiva nos obliga a superar la clásica dicotomía entre el sujeto y
el objeto que sirve de fundamento a toda la filosofía burguesa. El
acento no está puesto sobre lo que une, sino en lo que separa. Tam-
poco en la historia que construí contractualmente asociada con otros
individuos racionales, sino en un mito en el que participo. Los hé-
roes, los santos o las figuras emblemáticas pueden existir, pero son en
cierto modo ideales-tipo, "formas" vacías, matrices que permiten a ca-
da quien reconocerse como tal y comulgar con los demás. Dionisia,
Donjuan, el santo cristiano o el héroe griego; se podrían desgranar
hasta el infinito las figuras míticas y los tipos sociales que permiten
una "estética" común y sirven de receptáculo a la expresión del "no-
sotros". La multiplicidad de tal o cual emblema favorece infaliblemen-
te la emergencia de un fuerte sentimiento colectivo. Esto es algo que
vio bastante bien P. Brown al analizar el culto de los santos·en la An-
tigüedad tardía. 2 Al crear una cadena de intermediarios, este culto
permitió desembocar en Dios. I..a persona desmembrada y esas nudo-
sidades específicas que son los santos: tales son los elementos que for-
man la deidad y el colectivo eclesiástico que le sirve de vector.
Se puede aplicar este análisis a nuestro asunto: hay momentos en
los que lo "divino" social toma cuerpo por medio de una emoción co-
lectiva que se reconoce en tal o cual tipificación. El proletariado, el
burgués pudieron ser "sujetos históricos" que tenían una tarea por
realizar. Tal o cual genio teórico, artístico o político pudo entregar
un mensaje cuyo contenido indicara la dirección que había que se-
guir. Tanto unos como otros no pasaban de ser entidades abstractas
e inaccesibles que proponían un o~etivo. Por lo contrario, el tipo mí-
tico tiene una simple función de agregación; es puro "continente".
No hace sino expresar, durante un momento determinado, el genio
colectivo. Tal es, pues, la diferencia que se puede establecer entre los
periodos abstractos o racionales y los periodos "empáticos". Los pri-
meros descansan sobre el principio de individuación, de separación,
1
Cf. G. Durand, "Le retour des immomr. ú tnnps de la rijfo:i,,n. Paris, Gallimard,
1982, pp. 207,219. Sobre el •paradigma estético•. d'. mi libro, A.u ,:mo,, d a ~
( 1990), París, Le Livre de Poche, 1995, d'. igualmente T. Adorno, Noles ffll'" fa li#értll-,
Paris, Flammarion, 1984, p. 210, !!Obre d búnker del indMduaHsmo.
i P. Brown, /.1.cullede.Jsairns, Paris, Gerf, 1984, p. 72.
56 E.L TIEMPO DE U$ TRIBUS
l A. Berque. Vi1~, lhpa« a11Jap,,11, París, PUF, 1982, p. 54. Se encontrará un ejem-
plo del uniforme en F. Valen te, "Les Paninari", en Sociilif, París, MaSl!On, núm. 10, sep-
tiembre de 1986. Sobi-e b "orientalización", cf. P. Le Quéau, La t.entalúm brruMAi.11,>, Pa-
rís, DDB. 1998.
LA COl.fUNIDAD EMOCIONAL 57
4 M. W.-,ber, Éamumi, d Jocíiti, Parfs, Pion, 1971, por ejemplo, pp. 475-478.
• Me!áfora que hace alusión al hilo rojo que se amarra a las cuerdas usada! por I011
marinos, .-,! coal significa .-,n <'Cstt ca,o, el hilo conductor qoe pennite goiane en las búa--
quedas dificilcs, y llegadlnalmcnte a lo profundo de la idea que se está esbo2alldo [f.].
58 EL TIEMPO DE LAS TKISUS
erróneo interpretar tos valores dionisíacos a los que remite esta temá-
tica como si fueran la manifestación suprema de un activismo colec-
tivo propio del burguesismo. Plimero fue la marcha común hada el
Espíritu, luego hacia el dominio concertado de la naturaleza y del de-
sarrollo tecnológico y, por último, tendríamos la instrumentación
coordinada de los afectos sociales. Esta perspectiva es demasiado fi-
nalizada o dialéctica. No cabe duda de que algunas realizaciones co-
mo el uparadigma~ constituido por el Club Mediterranée, • militan en
este sentido. Pero nuestro an~isis debe estar atento a1 hecho de que
lo que predomina de manera masiva en la actitud grupal es el desgas-
te, el azar, la desindividllalización, aquello que no permite ver en la
comunidad emocional 1'ºª nueva etapa de la patética y lineal marcha
h~tórica de la humanidad. Las conversaciones con el filósofo italia-
no Mario Pemiola, atrajeron mi atención sobre este punto.!>Ypro-
longando, desde un punto de vista sociológico, sus trabajos, yo diría
que la estética del "nosotrOS" es una mezcla de indiferencia y de ener-
gía puntual. De manera paradójica, encontramos aquí un curioso
desdén hada toda actitud proyectiva y una innegable intensidad en
el acto mismo. Es lo que caracteriza la potencia impersonal de la
proxémica.
A su manera, Durkheim hizo también hincapié en este hecho. Y si,
como acostumbraba, se muestra bastante prudente, no por ello deja
de hablar de la "naturaleza social de los sentimientos" y de destacar
con fuerza su eficacia. "Nos indignamos en común", escribe, y su des-
cripción evoca claramente la proximidad del barrio y su misteriosa
'ºfuerza atractiva", que hace que algo tome cuerpo. Es en este marco
en donde se expresa la pasión, donde se elaboran las creencias comu-
nes o, simplemente, se busca la compañía "de los que piensan y de los
que sienten amw n<>Sotros". 6 Estas observaciones, por triviales que parez-
can, pueden aplic~ a múltiples objetos, y destacan, sob1·e todo, el
aspecto insuperable del substrato cotidiano. Éste sirve de matriz, a
• Club Mediterranée es uno de los primeros clubes turísticos que inventaron 108 via-
jes organizados, en donde se proponen mliltiples actividades en grnpo de tipo cultu-
ral, también es considerado una 3ll0Ciación de encuentros. En la actualidad ha,-cen-
tros de recepción en casi todo el mundo !!Obre todo en 108 lugares paradisíaco, [T.]
5 M. Pemiola, Transiti, Bolonia, Capela, 1985.
t.
6 Durkheim, /h la divilion Ju tmvail social, Paría, Alean, 1926, p. 70. El s11br~yado
es mío.
LA COMUNIDAD EMOCIONAl 59
7 M. Halbwachs, La mi,n,,m rolkctive, París, PlW. 1968, p. 78, sobre la ideología tr.tm-
i11dividual, cf. igualmente J. Freund, Soeioloffe du amjlil, París, PUF, 1983, p. 204.
60 EL TIEMPO DE U.S TRIBUS
el aum política del siglo XVIll o el aum progresista del siglo XIX; inclu-
so es posible que estemos asistiendo a la elaboración de un mm, este-
tica, en la que se encontrarán, en proporciones diversas, elementos
que remiten a la pulsión comunitaria, a la propensión mística o a una
perspectiva ecológica. A pesar de lo que pueda parecer, existe una só-
lida relación entre términos tan distintos. Cada uno, a su manera da
cuenta de la organicidad de las cosas, de ese glutinum mundi que ha
ce que, pese a (o a causa de) la diversidad, el conjunto tome cuerpo
Esta solidaridad orgánica no deja de expresarse de múltiples ma-
neras, y es ciertamente en este sentido que hay que interpretar el re-
surgimiento del ocultismo, de los cultos sincréticos y, de manera más
común, la importancia que se le concede a lo espiritual o a la astro-
logía. Esta última en particular, no es practicada ya únicamente pn1
señoritas soñadoras. Numerosas investigaciones en curso dan fe rle '-11
doble inscripción cultural y natural. Gilbert Durand muestra, a esle
respecto, que la astrología centrada en el individuo es de origen re-
ciente, toda vez que la astrología clásica tenía "como primera meta el
destino del, grupo, de la ciudad Lerrenal". 8 La astrología se inscribe en
una perspectiva ecológica figurada por las "casas~ que predisponen a
cada uno a vivir en un entorno natural y social. Sin desarrollar a fon-
do esta cuestión, se puede afirmar que participa claramente del aura
estética ( aisthesis) que se cimienta sobre la unión, por más precisa que
ésta sea, entre el macrocosmos y los microcosmos, y entre cada uno
de éstos a su vez. Lo que nos puede enseñar esle ejemplo, así como
otros ligados a él, es que son éstos los reveladores del dima holístico
subyacente al resurgimiento del solidarismo o de la organicidad de
todas las cosas.
Así, contrariamente a la connotación que se le suele atribuir con
demasiada frecuencia, la emoción o la sensibilidad deben considerar-
se en cierto modo como una mezcla de objetividad y de .~uhjetividad.
En mi reflexión sobre "la importancia de la proxémica"· {cf. capítu-
5 G. Durand, La foi du rm'Mrmier, París, Denoel, 1983, p. 222, cf. igualmente la te--
sis en cuno sobre la a11trología de E. Teissier, CEAQ-París V. Las inve11tigaciones del
Centro de estudios sobre el actual y el cotidiano (CEAQ), París V. pueden ser consul-
tadas en: <www.unív-París5.fr/(CEAQ)> o <(CEAQ)@univ-Paris5.fr>. Se podría ha-
blar asimismo de ~transmigración" de las almas en la cábala, que se inscribe en la pers-
pectiva holístíca aquí desarrollada. A este respeclo cf. G. Scholem, r,p. ril., pp. 215 y
253ss.
LA COMUNJD,\D EMOCIONAL 61
., LA EXPERIENCIA ÉTIC..\
vos, cuyo emblema sería el Silicon Valley, hasta eso que yo llamo el
"grupismo" en el seno de la empresajaponesa, nos percatamos de que
la tendencia comunitaria puede correr a la par con la alta operativi-
dad tecnológica o económica. Tomando buena nota de diversos estu-
dios a este respecto, A Berque puntualiza que "el grupismo se dife-
rencia del gregarismo por el hecho de que cada uno de los miembros
del grupo, conscientemente o no, se esfuerza ante todo por senil' al
interés del grupo en vez de buscar simplemente refugio en él". 11 El
término "grupismo", aunque no resulte particularmente eufónico en
francés, posee empero el mérito de poner en relieve esa fuerza del
proceso de identificación que permite la solicitud que conforta lo que
es común a todos.
Tal vez sea prematuro extrapolar la significación de algunos ejem-
plos aún aislados o de una sin.ración particular, como la de Japón; que
si no valen más, tampoco valen menos que aquellos otros ejemplos
que privilegian el narcisismo contemporáneo y que, además, se cen-
tran en la esfera de la economía, fetiche preferido, al menos aún en
nuestros días, de la ideología dominante. Por mi parte, veo en ellos
una ilustración más del holismo que se dibuja ante nuestros oj08: for-
zando las puertas de la p,ivacy, el sentimiento toma lugar, o en cier-
tos países conforta su presencia en el espacio público, produciendo
a.-.í, una forma de solidaridad que ya no se puede ignorar. Por supues-
to, es necesario recalcar que ésta, más el desarrollo tecnológico, in-
vade de nuevo la forma comunitaria que se creía superada.
Podemos interrogamos acerca de la comunidad, de la nostalgia
que le sirve de fundamento o de las utilizaciones políticas que se pu-
dieron hacer de ella. Por mi parte, vuelvo a repetir que se trata de una
"forma" en el sentido que he dado antes a este términoYl Que ésta
haya o no existido en tanto tal importa poco, basta que a manera de
telón de fondo esta idea permita hacer resaltar tal o cual realización
social, que puede ser imperfecta, e incluso puntual, pero que no por
ll A. Berqu<", Vmrt l'espaa aujapon, Paris, PUF. 1982, pp. 167 y 169.
ti En el momento de tenninane este libro, acaba de aparecer un análisis agudo y
desenmohecedor:J.•L Nancy, la cmnmuPUJult dhonrork, París, C. Bourgoit. 1986: '°"
bre el "formismo", véase mi libro, M. Maff'esoli, la ron'lfOWIJnaonlinam. Paris, Klinck-
sieck, 1985. Sobre el tribalismo y la tttnología, cf. la tC!lis de F. C-asalegno, ~
lis, París V, junio 2000.
&! EL TIEMl'O DE LAS TRIBUS
1~ L.-V. Thomas. Ritr,.,b mor~ París, Faya«l, 1985, pp. 16y 277, Se puede notar igual-
fn('nte que J.-L Nam.:y, op. ril., pp. 42 ss., ('Stabltte una aproximación entre cOIJluni--
dad y mucne. Sobre el aspecto dcli<:o y trágico del ritua1, remito a mi libro, M. Maffe-
soli, Lo amquit.e d" fniw,l. Paris, naa, 1998.
6ó EL TIEMPO t>E .U.S TRIBUS
18 Hay que citar, por supuesto, el libro clásico de L Wierth, LegMUn. París, Champ
Urbain, 1980. Sobre la metrópolis del imperio amtro-húngaro, cf. W. M.Johnaton. L'es-
prit Wflnoís, Paris, PUF, 1985, pp. 25-28, sobre los trabajos de la Escuela de Chicago, ~
.se U. Hannerz, Exf,1m,,r fa ui&, París, Minuit, pp. 62-67 y 91.
70 EL TIEMPO DE LAS TRIIIUS
LA COSTUMBRE
19 Cf. por ejemplo el artículo de G. Ri!t, "La notion médiévale d' hahüu., dans la so-
ciologie de P. Bourdieu•, Rroueeuropi,mne des 5CÍetlas sociales, XXII, 1984, pp. 67, 210-212,
y M. Maffesoli, la r.onnais.Janaonfina#'t, op. cit., p. 224 y notas 60 y6I.
20 G. Simmd, ªProblemes de !IOCiok>gie des religions", Afl:hroffl' da scienaJ sod,Jlsd#
?l"/igíom, París, CN~ 1974, núm. 17, pp. 17 y 21 y G. P.- Watier, Simmd, la .wriologiut lP.
p;riena, París, Méridiens Klincbied,.1986.
21 Ya he desarrollado esta idea d.., •centra1idad subtenánea" en mis libroolanteriOI'-"
mente citados; con respecto a M. Halbwadu, d. la mimoin! ~ . op. al., pp. 180-
72 EL TIEMPO DE LAS TRIBUS
138; y sobre el análisis, en este sentido, de los libros de Goffmann, cf. U. Hannerz, Ex•
fJÚrm' la vilk, op. ál., pp. 271 ~.
22 Sobre lo lmnerulmn, fÍ', R. Otto, {,e wcri, París, Payot, 1921; en lo que concierne
a la religión popular, cf. M. Mesli, MLeph..:nom.;ne religieux populaireff, {,es ,wgiun~ p,,-
pu.laim, Quebec, Univemdad Laval, 1972.
LA COMUNIDAD EMOCIONAL
23 P. Brown, ú rolle dn sainL!, ttad. A. Rouselle, París, Cerf, 1984, p. i 18. Sobre la
religación contemporánea, sin compartir la mayoria de .ms análisis pesimistas ni de SW1
esperan:cas, los remito al libro bien inforinado. de M. Bol](- de Bal, La lentalitm roinmu-
naulai,r., les pam,tous de la rdiana ti de la wntrH:i.dJun,, Bruselas, Univenili de Bruxe-,
1les, 1985 y V ~ au !U'UT des scimUJ htt-~. De la rdia11a, L'Hannattan, l 996.
~4 La Escuela de Palo Alto es actualmente bien conocida en Francia; en g.:neral; las
obras de Bateson y de Watzalawic se encuentran traducidas al francés en la ediciones
74 EL TIEMPO DE LAS TRIBUS
del Seuil. Cf. d "digest" que propone de estos autores Y. Winkin, La mnmf'lle romm1mi-
wtion, París, Seuil, 1982; el ténnino "trayectivo" es utilizado por A. Berque en su am·
culo "Expressing korean mediance" op. cit. Sobre el barrio, cf. K. Noschis, La Sig,1ifi,"
lion ajfective d11 (flUlrlw, París, Ubrairie des Méridiens, 1983, y F. Pelletier, "Lenm,
anthropologique du quartier", fat-'f el .'i,x;úiu, París, Anthroprn, 1975, núm. 15.
~ E. Morin y K. Appel, N,vrm Yorlt, París, Galilée, 1984, p. 64. Sobre el "trayeclO ,,.,
tropolágioo", pienso naturalmente en el libro clásico de G. Durand, Le. slmcl1m,, ,1111/,
ropologi.tp,a tú l'i~nairn, Paiís, Bordas, 1969.
LA COMUNIDAD EMOCIONAL 76
Jan cada vez más la vida cotidiana de los grandes conjuntos. Cienas
investigaciones ponen claramente de manifiesto que tales redes tor-
nan,obso1eta la et.tructura ai¡ocia.tiva. 27 Y, sin embargo, esta última
p~etendía ser flexible y cercana a los residentes, en contacto directo
con sus problemas; empero, por estar demasiado finaJizada y organi-
zada, se ha cimentando la mayoría de las veces sobre una ideología
política o religiosa en el sentido abstracto (lejano) del término. En
las redes de amistad, la religación es vivida por sí misma. sin ningún ti-
po de proyección. Además, dichas redes pueden ser sumamente es-
pecíficas. Es gracias a la tecnología, en el caso, por ejemplo, de los
reagrupamientos privilegiados con Minilel, * donde el marco efíme-
ro de tal o cual ocasión especifica que un determinado número _de
personas va a (re)encontrarse. Estas ocasiones pueden suscitar rela-
ciones continuas o no. En todo caso, lo que sí realizan efectivamente
es la creación de "cadenas" de amistades que, según el modelo for-
mal de las redes analizadas por la sociología estadunidense, permi-
ten una multiplicación de las relaciones únicamente mediante el jue-
go de la proxémica: un tal me presenta a un cual que conoce a un
otro, etcétera.
Semejante concatenación proxémica, sin proyecto, no deja de pro-
ducir efectos secundarios. Así, por ejemplo, el de la ayuda mutua. És-
ta resulta de una antigua sabiduría; aquella sabiduría popular, en la
cual es preferible no creer, que afirma que, en todos los sentidos del
término, la "vida es dura con los pobres ... el dinero se gana dificil-
mente y, por lo tanto, entre prójimos hay que prestarse ayuda y asis-
tencia mutuas". 28 Así resume E. Poulat el sustrato popular de la ideo-
logía "democristiana". Por más de un motivo, es un modelo que
rnerece atención, pues, más allá de la democracia cristiana stricW sen-
su, podemos aquí percibir en forma de eco lo que fuera durante mu-
29 CT.. en este sentido, el ejemplo africano en E. de Rosny, /..a Jl!IIZ de ma chiuR, Pa-
rís, Pion, 1981, pp. 81 y 111. Sobn:el rumory~ufunción, cf. M. B. Bemard yV. Cam-
pion, Ugmb., wbaines, París, Payot., 1992. El artículo de G. Simmel, •Les société secd-
tes•, Nm1vtlk ffl./lU ,k fr.'Jchanal].~ Paris, Gallimard, 1977.
18 EL TIEMPO DE LAS TRIBUS
¡Ser sólo uno con todo lo que vive! Ante tales palabras ... la dura Fatalidad
abdica, la muerte abandona el círculo de las criaturas y el mundo, sanado de
la separación y el envejecimiento, irradia intensificada belleza.
HÓLDERUN, Hyperión
:111 Está por hacerse, en este sentido, un amplio estudio sobre los lugares pllblicos.
Las inw.stigaciones sob"' los ba....,s, bajo la dirección de S. Hugon, se est:in "'al izando
actualmente en <.'I CEAQ; sin embargo, nos podemos remitir a C. Bougle, fast1U mr fe
nigim, des w..11,,,,, Parí~, PIIF, 1969, p. 47, así como a U. Hannerz, Expl,om- la vifk, np. ót.
pp. 249 n., igualmente J. M. lacrosse ~1 al., "Normas espaciales e interacción", en R,i-
drnrhn ~ r t f . Lovaina, vol. \1, núm. 3, 1975, p. 336, donde se habla en particular
del bar como "región abierta".
LA COMUNIDAD !:NOCIONAL 79
1
' M. Halbwachs, La mémoiu aHlHlive. ap. ciJ.., pp. 51 ss.
'En francé!, ronMmt.lfl<e (conocimiento) puede dividín,e wn na.i.uanuque signifi-
ca 11acercon [T.].
80 EL TIDIPO DE LAS TKIBU8
ji! Nos podemos remitir aquí un poco al informe elaborado por M. de C-eneau y L
Girad, I.imfína.irr ,/" lo romm,mfralion, Paris, 1984 (Informe del Ministerio de Cultura
francés); cf. igualmente, en un ámbito más especialbado, la tesis de P. DelmM, L'eliv,¡
termino/,, mjem; socin."x~_finahti rk., nouv..ll,,., t n : I , ~ id,u:alive:;, Universidad de París
VIII, 1986, y la tesis de F. Casalegno, Cybn-sorímilh, Paris V,junio 2000, MÍ como de S.
G. Lee, Mi4ia., n. t!xJlmer,a-.1 de /'e,,¡,ar, /mblic, París V, 1999.
n F. Dumont trata acerca de la rioción de cultura popular en C1tllun., pofndai,r.; d
sonáis amtnnporai-.\ Quebec, Universidad de Quebec, 1982, p. 39. Del mismo aut,',r
se puede leer con provecho L'a11tl1ropologie m l'n.bsmu de /'hume. Paris, PUF. 1981.
LA COMUNIDAD EMOCIONAL 81
pamos escuchar las conversaciones de las oficinas, las fábricas, los pa-
sillos de los colegios o incluso de las sempiternas tertulias de café, 1an
instructivas para el observador social. Yo incluso tendría tendencia a
mostrarme un poco más radical al respecto y afirmaría que fonna par•
te de la lógica de los medios de comunicación el no ser más que un
simple pretexto para la comunicación, como pudieron serlo la diatriba
filosófica en la Antigüedad, el sermón religioso en la Edad Media o
el discurso político en la Era Moderna.
El contenido de las formas que acabamos de citar no es por supues-
to desdeñable para algunos, pero conforta el sentimiento de partid•
pación en un gru.po más vasto, el sentimiento de salir de•sí mismo, lo
que les confiere su valor para la gran mayoría. En este sentido, la aten-
ción se concentra en el continente que sirve de telón de fondo, que
crea ambiente y que por ello mismo une. En todo caso, lo que está en
cuestión es, ante todo, lo que permite la expresión de una emoción
común, lo que hace que nos reconozcamos en comunión con los de-
más. Habría que ver si la multiplicación de las televisiones o de las ra-
dios locales no va a favorecer precisamente dicha sensibilidad. Es, en
todo caso, una hipótesis que se puede vislumbrar y que no priva por
completo de fundamento la importancia que se le pueda conceder a
la costumbre. Al tornar visible lo próximo, la costumbre secreta la
"argamasa" destinada a una comunidad dada. Los barrios, o incluso
los inmuebles "con cable" de servicio de televisión van a vivir quizás
unos valores que finalmente se encuentran poco alejados de aquellos
que animaban a las tribus o a los danes que constituían las socieda-
des tradicionales.
Sobre la base de lo dicho, y dando al término comunicación su
sentido más fuerte, es decir, lo que estmctura la realidad social y no
lo que se da por añadidura, se puede ver en la costumbre una de sus
modulaciones particulares. Modulación que cobra importancia cuan-
do, como consecuencia de la saturación de las organizaciones y de
las representaciones sociales impuestas desde arriba, los valores pro-
xémicos (re)aparecen en el escenario. Se puede afirmar incluso que,
en esta fase del péndulo, el aspecto comunicacional destaca tanto
más cuanto que es vivido por sí mismo, sin tomar como pretexto nin-
gún tipo de finalización. Existe una relación directa entre una acen-
tuación de la comunicación, cuyo único objetivo es la comunicación
misma, y la superación de la actitud crítica, que, por su parte, está li-
gada a una orientación más instrumental, más mecanista, más ope-
82 EL TIEMl'O DE LAS TRIIIUS
Hoy solitarios, ustedes que viven separados serán un día un pueblo. Los que
se han designado a sí mismos formarán un día un pueblo designado, y de es-
te pueblo ha de nacer la existencia que supere al hombre,
l-1 A. Bt-rque analiza este principio de alonomía en japón en Vwn, l'e.sf,aa aujaptm.,
París, PUF, 1982. p. 52, sobre la primacía del ri1ual consuetudinario en Sra.sil, cf. R. Da
Matta, Canwval et /,a,,,Jj~ París. Seuil, 1983, sobre d Brasil en general, cf.J. Machado,
J_,, BTésil, j,ays d11 p,ismt, París, DDB. 1999.
84 EL TIEMPO DE 1.AS TRIBUS
Eduardo WeissI
Resumen
Palabras clave
Educ. Pesqui., São Paulo, v. 41, n. especial, p. 1257-1272, dez., 2015. http://dx.doi.org/10.1590/S1517-9702201508144889 1257
Beyond socialization and sociability: Youth and high school
in Mexico
Eduardo WeissI
Abstract
Keywords
1258 http://dx.doi.org/10.1590/S1517-9702201508144889 Educ. Pesqui., São Paulo, v. 41, n. especial, p. 1257-1272, dez., 2015.
Introducción Gran parte de los estudios sobre
estudiantes y jóvenes parten del concepto de
La línea de investigación que he socialización, que implica la integración a
desarrollado en los últimos quince años con los valores y normas adultas por los actores
mis estudiantes de maestría y doctorado se juveniles y estudiantiles. Investigadores
centra en el tema Jóvenes y escuela. Como estadounidenses señalaron desde los años
señala el nombre buscamos enfocar a la vez cincuenta más allá de esta socialización inter-
la doble condición, la de ser estudiante y la generacional, la importancia de la socialización
de ser joven. Y más recientemente ampliamos intra-generacional: los adolescentes y jóvenes
nuestra mirada hacia una tercera condición: no tienen un mundo separado de los adultos, y en
sólo son estudiantes y jóvenes/adolescentes, la cultura del colegio crean sus propias valores,
también y en primer lugar, son hijas e hijos de reglas y jerarquías. El estudio de Coleman
familia. El presente artículo busca dar cuenta (1961), The adolescent society, en high-
del desarrollo de esa línea y establecer desde schools estadounidenses, mostraba que lo más
nuestros hallazgos sobre la vida juvenil en importante era lograr popularidad. Este tipo de
las escuelas una discusión con dos conceptos, estudios de mediados del siglo pasado se vuelve
el concepto de socialización en el campo de pertinente para el caso de nuestros países
los estudios sobre alumnos y el concepto latinoamericanos en la época actual cuando la
de sociabilidad en el campo de los estudios mayoría de los jóvenes pasa gran parte de su
sobre jóvenes. Considero necesario agregar vida en las escuelas.
el concepto de subjetivación para poder dar En los estudios actuales sobre jóvenes
cuenta de las vivencias de los estudiantes y tribus urbanas ha tenido gran impacto el
adolescentes y los procesos de reflexión sobre concepto de socialidad de Maffesoli (2004),
esas vivencias. quien postula que nuestra sociedad no es
La línea de investigación busca construir enteramente moderna, racional y civilizada;
un puente entre los estudios sobre alumnos y al contrario, en la sociedad de masas emergen
los estudios sobre jóvenes. Los estudios sobre los microgrupos o tribus con su emotividad
alumnos enfocan usualmente su procedencia comunitaria. Maffesoli plantea que en lugar de
social y las trayectorias escolares, así como enfocar la socialización, se debería enfatizar la
el logro de aprendizajes. Los estudios sobre socialidad. Su concepto de socialidad se basa
juventud(es) las investigan dentro de ambientes en el concepto de sociabilidad de Simmel (lo
extra-escolares, como agentes de culturas refiere sólo de pasada) quien había postulado
juveniles: punks, grafiteros, cibernéticos, en 1917 que “las asociaciones [modernas]
etc. (URTEAGA, 2007). Desde al año 2000 se están acompañadas de un sentimiento y una
está abriendo camino la investigación sobre satisfacción en el puro hecho de que uno
los estudiantes como actores inmersos en se asocia con otros, y de que la soledad del
diferentes experiencias con sus pares y en individuo se resuelve dentro de la unidad: la
prácticas socio-culturales, como señala el unión con otros” (SIMMEL, 2002, p. 95). Esta
estado de conocimiento de Guzmán y Saucedo sociabilidad —“el gusto por estar juntos”— es
(2005). A ello contribuyó la presente línea de caracterizada también por el mismo Simmel
investigación que encontró que para muchos como la “forma lúdica de la asociación” (p.
estudiantes la escuela es sobre todo un espacio 197). Maffesoli agrega, desde la lectura de
de vida juvenil y enfocó la doble condición de Nietzsche (autor a quien refiere extensamente),
estudiantes y jóvenes: los estudiantes son a la la noción de los excesos festivos dionisíacos y
vez jóvenes y gran parte de la vida juvenil se del predominio de la estética sobre la ética. En
desarrolla en la escuela. nuestros estudios sobre la vida juvenil en las
Educ. Pesqui., São Paulo, v. 41, n. especial, p. 1257-1272, dez., 2015. 1259
escuelas podemos observar la importancia de la la escuela. No queremos ni podemos negar estas
sociabilidad y socialidad como veremos. afirmaciones ya que nuestras investigaciones se
Sin embargo, sostenemos que la vida han centrado en estudiantes que asisten a las
juvenil en la escuela, más allá de constituir un escuelas y sabemos de los excluidos sólo mediante
espacio de socialización intrageneracional y de las voces de los que se quedan en o regresan
sociabilidad, es un espacio de interacción con otros a la escuela. La integración de estudiantes
y de subjetivación. El trabajo que nos alertó con de sectores urbano-populares y rurales al
relación al concepto de subjetivación fue el libro bachillerato es relativamente reciente en México
En la escuela, de Dubet y Martucelli (1998). Una y enviar a los hijos e hijas al bachillerato con
subjetivación, no entendida (sólo) en el sentido la aspiración de que consigan un mejor trabajo
actualmente hegemónico, difundido por los remunerado y después tal vez puedan cursar una
seguidores de Foucault, como sujeción del sujeto carrera profesional a nivel superior constituye
mediante discursos dominantes, sino en su sentido una estrategia de reproducción familiar en el
original en la tradición marxista de Lukács, como contexto de las crisis del empleo. Muchas de
emancipación colectiva e individual, la reconquista las expectativas de ascenso social y económico
del sujeto convertido en objeto por el capitalismo mediante la escolaridad no se cumplirán. Pero
(MARTUCCELLI, 2007). Los estudiantes-jóvenes habrá que considerar la persistencia de las
siguen discursos dominantes de las familias, expectativas positivas fincadas en la escolaridad
escuelas y medios de comunicación, pero también por una parte considerable de los sectores
se emancipan de valores y normas hegemónicos populares que aparecen en nuestros estudios.
y desarrollan normas, gustos e intereses propios
al reflexionar y conversar con sus pares, como Los estudios de la línea de
trataremos de mostrar. investigación
La perspectiva dominante en los estudios
sobre jóvenes -como critican acertadamente He desarrollado la línea de investigación
Obiols y D’Segni (2006)- los presenta como sobre jóvenes y escuela principalmente a
agentes creadores de nuevas culturas y partir de las tesis de maestría y de doctorado
desestima la investigación psicológica que he dirigido. Nuestra línea comenzó
tradicional sobre la adolescencia como una fase con la tesis de maestría de Irene Guerra y
de crecimiento, de desarrollo hacia la adultez, Elsa Guerrero que compara el sentido del
con incertidumbres y crisis (ERIKSON, 1974). bachillerato1 para estudiantes del Colegio de
En nuestras investigaciones los jóvenes hablan Ciencias y Humanidades (CCH), un bachillerato
de haber madurado a partir de experiencias general sostenido por la Universidad Nacional
negativas. Nos parece importante recuperar Autónoma de México (UNAM), con el sentido
la perspectiva dinámica y las personas en sus que tiene para estudiantes del Centro de
múltiples dimensiones. Bachillerato Tecnológico Industrial y de
El título del presente trabajo más Servicios (CBTIS) en ciudad Nezahualcóyotl, en
allá de la socialización y de la sociabilidad la zona metropolitana de la ciudad de México.
alude también a un segundo eje de discusión
1- El sistema educativo mexicano se estructura por los siguientes niveles:
relacionado con nuestras investigaciones sobre el preescolar (3 años), la primaria (6 años), la secundaria (3 años) y la
el sentido del bachillerato para los jóvenes y educación media superior (3 años, edad 15-17). Dentro de la educación
sus familias. Múltiples publicaciones enfocan la media superior se distingue entre los bachilleratos que certifican la acce-
sibilidad a la educación superior (tradicionalmente llamado preparatorias) y
socialización como reproducción y sostienen que la educación profesional-técnica, aunque ésta ahora también otorga el cer-
las escuelas reproducen la dominación mediante tificado de bachillerato válido para acceder a la educación superior. Entre
los bachilleratos hay bachilleratos generales y bachilleratos tecnológicos.
los mecanismos de selección y de socialización Por su sostenimiento se distinguen entre bachilleratos federales, estatales
y que los jóvenes de clases populares resisten a y universitarios, a cargo directamente de las universidades.
1260 Eduardo WEISS. Más allá de la socialización y de la sociabilidad: jóvenes y bachillerato en México
(GUERRA; GUERRERO, 2004). Personalmente de los tesistas en diferentes tipos de escuelas
abordé el tema en ocasión de una evaluación de bachillerato en varias partes del país. He
curricular de una modalidad de bachilleratos buscado dar cuenta del desarrollo de la línea
comunitarios indígenas en tres municipios en conjunto en tres publicaciones: una primera
(WEISS, 2006) y Guillermo Tapia (2015) recién formulación de la línea de investigación (WEISS
lo profundizó al estudiar en su tesis doctoral el et al, 2009), en un libro (WEISS, 2012a) que
sentido de la escolaridad en comunidades rural- contiene capítulos de cada una de las tesis y
urbanas, en particular para estudiantes mujeres, en un artículo (WEISS, 2012b) que aborda más
en el Bajío, estado de Guanajuato. bien discusiones teóricas.
En la investigación de Guerra y Guerrero
(2004) sobre los significados de la escuela surgió Una línea de investigación
la importancia del encuentro con compañeros, cualitativa: etnografía, entrevistas,
amigos y novios. El tema de la escuela como narrativa y hermenéutica
espacio juvenil fue profundizado en varias
tesis. Job Ávalos (2007) observó en el CCH Sur Para recuperar la voz de los estudiantes,
la vida juvenil en el salón de clase y participó nuestra línea de investigación usa diversos
en las conversaciones de un grupo de jóvenes. métodos y técnicas cualitativas. La técnica
Beatriz Vega (2013) analizó las conversaciones más frecuentemente usada es la entrevista
de estudiantes en el transporte público en el cualitativa, que toma la forma de entrevistas
oriente de la ciudad de México. autobiográficas narrativas en los trabajos de
En su tesis doctoral, Elsa Guerrero (2008) Guerrero (2008), Guerra (2008) y Tapia (2015).
profundizó sobre la experiencia escolar en el Algunos trabajos (GUERRERO, 2008; TAPIA,
CCH, desde la doble perspectiva de ser joven 2015) usan adicionalmente cuestionarios o una
y estudiante. Joaquín Hernández (2007) abordó cédula al final de la entrevista.
la formación de la identidad en el bachillerato Otros trabajos usan la observación
a partir de esta doble condición y profundizó etnográfica y la conversación con los sujetos
en los significados del encuentro con amigos y en sus ambientes naturales, en el patio y
novios y de la sexualidad. Olga Grijalva (2010) los jardines escolares (HERNÁNDEZ, 2008;
investigó las identificaciones que desarrollan GRIJALVA, 2010; TAPIA, 2015) o la observación
los jóvenes de un bachillerato público sostenido participante como Ávalos (2007) quien convivió
por la Universidad Autónoma de Sinaloa, en el con un grupo de estudiantes del CCH Sur durante
puerto de Mazatlán, en sus grupos de pares a un semestre en sus clases de lectura y redacción
través de la ropa, la música y las actividades de y de biología y participó en sus conversaciones
estudio y diversión. dentro y fuera del salón de clases. Vega (2013)
El tema de las trayectorias escolares presenció las conversaciones en voz alta de
y sus virajes, está presente en las tesis antes estudiantes en el transporte público en sus
mencionadas de Guerrero y de Hernández y viajes de la casa a la escuela y de regreso. Para la
constituye el centro de la tesis de doctorado evaluación curricular de Weiss (2006) visitamos
de Irene Guerra (2008), quien estudió los tres escuelas, de lengua zapoteca, mazateca y
recorridos escolares y laborales de jóvenes de mixteca respectivamente, por una semana cada
sectores populares, alumnos y egresados del una, con un grupo de investigadores.
Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial Nuestra línea de investigación cualitativa
y de Servicios en la zona metropolitana del se inscribe en buena parte en la tradición
Distrito Federal. etnográfica del Departamento de Investigaciones
Como se pude apreciar, las investigaciones Educativas (DIE) del Centro de Investigación y
se realizaron -aprovechando la procedencia de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico
Educ. Pesqui., São Paulo, v. 41, n. especial, p. 1257-1272, dez., 2015. 1261
Nacional (Cinvestav) que propuso “documentar interpretaciones pertinentes a lo que dice el texto
lo no documentado”, es decir, la vida escolar (la espiral hermenéutica) (WEISS, 2005).
(ROCKWELL, 1987, 2009, p. 21) no documentada No puedo comprender nada si no
por los informes burocráticos, pero tampoco por parto de ciertas anticipaciones de sentido
la investigaciones pedagógicas, sociológicas, -pre-juicios o juicios previos, como los llama
psicológicas o antropológicas que se acercan Gadamer (2005)-, anticipaciones que contienen
con un marco teórico preconcebido a partir elementos de nuestra experiencia de vida, pero
del cual constatan la presencia o ausencia también elementos teóricos. No se trata de
de determinados fenómenos. El enfoque imponer nuestra experiencia y forma de ver,
etnográfico del DIE-Cinvestav nació desde la sino de escuchar y comprender lo que el otro,
perspectiva de vida cotidiana en términos de el texto, tiene que decir; se trata de comprender
Schütz, Gramsci, Heller y Berger y Luckmann en primera instancia la otredad. Luego, en
(ROCKWELL, 1987), así como desde la varias vueltas de lectura y de anticipaciones
perspectiva del interaccionismo simbólico modificadas, logro interpretaciones (juicios)
(PARADISE, 1994). Actualmente enfatiza más pertinentes.
la apropiación de recursos culturales, una Actualmente está otra vez de moda
apropiación que integra simultáneamente la señalar que el trabajo en cuestión se basa en
cultura —concebida como compleja, múltiple, la teoría fundamentada de Glaser y Strauss
situada e histórica— como algo que constriñe y (1967). Estos autores promovieron, en contra
a la vez posibilita, enfatiza la agencia activa y del enfoque hipotético deductivo que prevalecía
transformadora de los sujetos y la multiplicidad en su época, una concepción inductiva de
de flujos culturales (ROCKWELL, 2001). A generación de categorías teóricas –si bien
diferencia de la etnografía estadounidense a lo largo del texto del libro reconocen el
centrada en minorías, busca fijar su atención interjuego constante entre observables y
en la vida escolar de los sectores populares en teorías preexistentes. A mi ver partimos de
un sentido amplio, sectores que en América algunas teorizaciones iniciales que anticipamos
Latina constituyen la mayoría de la población como pertinentes; en el transcurso del análisis
(ROCKWELL, 1998, 2001). podemos en algunos casos precisarlas, en
Como ha señalado en diversas ocasiones otros tenemos que encontrar teorizaciones
Rockwell (1987, 2009), en el enfoque cualitativo el más pertinentes. Muchas tesis de doctorado
análisis no es una fase posterior al levantamiento pretenden generar nuevas categorías teóricas
de datos sino está presente desde la formulación en una sola investigación, pero los ejemplos
de las preguntas de investigación y a lo largo del de Glaser y Strauss mismos, indican que eso
trabajo de campo como continua modificación y se logra a través de líneas de investigación
cambio de las preguntas iniciales. No obstante, sostenidas. Es así como pudimos en nuestra
el trabajo más difícil llega cuando se trata de línea generar y dar vida a los conceptos de la
analizar el cúmulo de registros generados. escuela como espacio juvenil y de subjetivación.
Considero que el enfoque de esta fase del trabajo Considero exagerado –promovido por
es fundamentalmente hermenéutico: se busca programas de análisis de datos cualitativos–
comprender las transcripciones como si fueran el énfasis actual en las categorías analíticas
un texto de varias voces. Se trata de comprender o intermedias entre grandes teorías y los
determinado significado en el contexto de otros observables concretos. La herramienta
significados simultáneos (como partes de un tradicional de la hermenéutica de textos y de
todo; el círculo hermenéutico como configuración la etnografía es más bien la descripción, una
de sentidos), y se trata de modificar nuestras descripción que es a la vez condensación y
anticipaciones de sentido hasta que logren ser paráfrasis, generación de nuevos significados
1262 Eduardo WEISS. Más allá de la socialización y de la sociabilidad: jóvenes y bachillerato en México
como dice Barthes (1966), o traducción estudio sobre la escuela rural multigrado en
como dicen Velasco y Díaz (2007). En las los estados de Guerrero y Oaxaca (EZPELETA;
investigaciones particulares, dialogamos WEISS, 2000). Muchas niñas no terminaban
con diversas teorías a partir de nuestros su estudios de primaria, aun cuando habían
datos empíricos, luego buscamos exponer lo llegado sólo a 4º grado, por haber comenzado
encontrado en una argumentación coherente, tarde sus estudios de primaria al haber cuidado
sustentada teórica y empíricamente, y buscamos a sus hermanos pequeños o por haber reprobado
que lo expuesto sea considerado por otros como algún grado; a la edad de 13 años eran sacadas
una aportación al conocimiento, y a veces como de la escuela por sus padres al estar en edad
nueva propuesta de teorización. reproductiva y expuestas a los peligros del
rapto por varones en el camino.
El sentido de la escolaridad En cambio en 2006, en el estudio del
bachillerato en tres comunidades indígenas de
En México la matrícula de la educación Oaxaca, el número de mujeres era igual que el
media superior ha crecido de manera continua de hombres, en una escuela incluso era mayor.
de 2,1 millones de alumnos en 1990-1991 a En zonas de pobreza las familias de los y las
4,4 millones en 2012-2013 –muy por encima estudiantes reciben becas; desde 2002 se otorgan
del aumento poblacional de los últimos veinte también para los estudios de bachillerato y con
años– basado en el crecimiento de la educación un monto mayor para las mujeres. La asistencia
secundaria (media básica), en el aumento de la a la escuela es considerada equivalente a un
oferta institucional y sobre todo de la demanda trabajo remunerado y forma parte del ingreso
de las familias y sus hijos. El crecimiento es familiar; como me dijo un padre: “Nosotros
apoyado por una política de otorgamiento trabajamos en el campo, ellos en la escuela”
de becas, que actualmente cubre a 50% de (WEISS, 2006, p. 90). Hubo un cambio profundo
los matriculados en la educación pública de en los patrones culturales.
ese nivel con montos de 650 y 1055 pesos La investigación de Guerra y Guerrero
mensuales; hoy en día casi todos los egresados (2004) sobre el significado del bachillerato,
de la educación secundaria mexicana (educación muestra que en un bachillerato afiliado a
media básica) se inscriben al primer año de la la universidad el sentido predominante
educación media superior. (WEISS, 2014) Aun que otorgan los estudiantes es el ingreso a
así, la población escolarizada de 17 años llega las carreras de educación superior; en un
sólo a 57.9% en 2010, muy por debajo de la de bachillerato tecnológico de la zona conurbada
Argentina y Brasil donde asciende a 82.5% y del Distrito Federal, también tiene este sentido
75.9% respectivamente (ITZCOVICH, 2014). Un para la gran mayoría, si bien estos estudiantes
40% de los que se inscriben al primer grado de no están seguros de obtener el ingreso a las
primaria abandona la escuela antes de terminar instituciones superiores, ya sea por su situación
la secundaria y de los que se inscriben en primer económica o porque sus calificaciones y
grado de la educación media superior un 40% habilidades académicas no lo permitan. Incluso
la abandona antes de concluirla, de manera que en el bachillerato intercultural comunitario,
de los 100 que iniciaron la primaria en 1999 en municipios rurales indígenas de Oaxaca,
sólo 36 lograron terminar la media superior en alrededor de un tercio de los estudiantes piensa
2010 (ENDEMS, 2012). seguir estudiando -las carreras que más anhelan
Es impactante el cambio en el acceso son: médico, maestro, abogado, enfermera,
a la escolaridad en zonas rurales e indígenas, ingenierías, contabilidad e informática-, otro
sobre todo con relación a las mujeres. En 1993 tercio no está tan seguro si puede seguir y
realizamos con mi colega Justa Ezpeleta un todos piensan trabajar mientras estudian si
Educ. Pesqui., São Paulo, v. 41, n. especial, p. 1257-1272, dez., 2015. 1263
no obtienen una beca. A las mujeres que no una enfermedad grave de algún miembro o el
piensan estudiar, el certificado les sirve para padre que abandona la familia (GUERRA, 2009).
obtener un mejor trabajo, por ejemplo, en una Los motivos para cursar el bachillerato no
tienda en la ciudad en lugar de ser sirvientas sólo son económicos, también se menciona en
en casas, y a los hombres para conseguir un sectores urbanos populares y rurales el prestigio
empleo urbano en Estados Unidos, en lugar de social: ser alguien en la vida3 sobre todo si se
los tradicionales trabajos agrícolas temporales logra ser profesionista. Reiteradamente aparecen
o de albañil. (WEISS, 2006). motivos de logro personal, es decir, demostrar a
Para los jóvenes de zonas populares, sí mismos y a la familia que sí pude.
el certificado del bachillerato también abre la Entre mujeres de sectores populares y con
posibilidad de empleos formales –“ahorita para mayor fuerza en zonas rurales, está presente la
cualquier trabajo más o menos están pidiendo, motivación de “superar la condición de género”
por lo menos, el bachillerato” (GUERRA, como la llamaron Guerra y Guerrero (2004), por
2009, p. 188) – que antes se conseguían con unas parte como reacción a la discriminación
el certificado de secundaria. De los egresados por parte de familiares y vecinos y por otra
entrevistados por Guerra (2008) apenas la mitad parte en un sentido propositivo: serán futuras
había logrado un empleo formal, lo lograron madres más instruidas. Tapia (2015) muestra
después del bachillerato y en algunos casos sólo que en el Bajío – en una zona de transición
después de cursar los estudios superiores. rural - urbana y de un catolicismo arraigado–
En los sectores populares, urbanos, rural- aún esta difundido entre padres y abuelas el
urbanos e indígenas uno de los principales modelo cultural4: para qué estudias si de todos
motivos para estudiar de las familias y sus hijos modos te vas a casar. Sin embargo, las madres
es superar la condición social y económica: apoyan a sus hijas para que asistan a la escuela
tener una vida mejor. Esta mejora económica a para poder valerse por sí mismas, en caso de que
veces no sólo se plantea en el plano personal, el marido no cumpla con las obligaciones. Estas
sino como parte de un esfuerzo familiar. Son jóvenes desplazan el noviazgo, el matrimonio
frecuentes los casos donde los jóvenes pudieron y la procreación de hijos –usual en la edad de
estudiar gracias a un hermano mayor que tuvo 16 a 19 años- hasta terminar cuando menos el
que dedicarse a trabajar para poder ayudar a los bachillerato e incluso planean primero tengo mi
ingresos familiares o en los que ellos mismos carrera. Es decir, el bachillerato, al romper con
proyectan, en el futuro, sostener el estudio de el encierre doméstico y abrir las posibilidades
sus hermanos menores con un mejor trabajo; de un trabajo remunerado, contribuye a la
se plantean retribuir los esfuerzos de la familia. emancipación femenina.
(GUERRA, 2009; TAPIA, 2015). En el contexto Evidentemente estas motivaciones
de la transición rural- urbana en el Bajío, las positivas no aparecen con igual fuerza en
familias incorporan la escolaridad de los hijos todos los alumnos. Hay estudiantes que asisten
entre sus estrategias de reproducción2 (TAPIA, porque sus familias los envían y van a la
2015). Aún con las becas sigue habiendo escuela para encontrarse con sus compañeros.
familias para las que el costo del bachillerato Guerra (2008), al estudiar los recorridos
es demasiado oneroso, pero la gran mayoría escolares y laborales de los estudiantes del
de familias con hijos que lograron terminar la bachillerato tecnológico, distingue entre los
secundaria está dispuesta a afrontar el gasto. que se adhirieron a la cultura escolar y los
Los problemas surgen cuando salen imprevistos:
3- La frase “ser alguien en la vida” se escucha en varios países de
América Latina entre los jóvenes, padres y madres de familia de sectores
2- Concepto usado por Cragnolino (2002) en el contexto de la zona rural populares.
al norte de la ciudad de Córdoba, Argentina. 4- La noción de modelo cultural proviene de Quinn y Holland (1987).
1264 Eduardo WEISS. Más allá de la socialización y de la sociabilidad: jóvenes y bachillerato en México
que nunca desarrollaron una adhesión a los notas, jóvenes con estética dark intercambiando
valores y normas de la escuela y consideraron música y otros con peinados y vestidos al estilo
más importante el trabajo y, en el caso de rastafari tocando sus bongos; se observan claras
las mujeres, la vida en pareja o los hijos5, y manifestaciones eróticas y algunos estudiantes
los que entraron en conflicto con los valores consumen a escondidas alcohol (HERNÁNDEZ,
y normas de la escuela y prefirieron la vida 2008). La vida juvenil no se limita a los
juvenil en la calle. En los casos de abandono espacios intersticiales de la actividad académica
escolar las razones o motivos se entrelazan: (es decir, antes, entre y después de clases), sino
el joven tiene dificultades académicas; en su que se despliega también durante el tiempo de
barrio o en la escuela se une a un grupo que clase, sustrayendo tiempo a la actividad escolar
se dedica poco o nada a los estudios y, en para bromas o intercambios (de tonos y juegos
consecuencia, falta a clases, no atiende sus en celulares, música y cómics, entre otros)
deberes y reprueba crecientemente materias; hasta las diversas conversaciones que surgen
en este contexto cualquier incidente, una espontáneamente sobre los temas más variados,
riña, una enfermedad, una oferta de trabajo especialmente durante los trabajos grupales,
temporal atractiva, otra reprobación o una como muestra el estudio de Ávalos (2007).
mala palabra de un maestro impulsan al joven La doble condición de ser estudiante y
a abandonar la escuela o a ser expulsado ser joven es central en nuestros estudios. Las
(GUERRA, 2009). diversas posibilidades de vida juvenil suelen
competir con los requerimientos escolares.
La escuela como espacio de vida Grijalva (2010) encuentra en el patio de un
juvenil bachillerato dependiente de la universidad
en el puerto de Mazatlán, grupos de alumnos
Nos causó gran impacto encontrar en que privilegian el trabajo escolar (los menos),
las entrevistas para el estudio sobre el sentido los que privilegian la diversión y la vida
del bachillerato de Guerra y Guerrero (2004) juvenil (los más) y grupos que combinan
con frecuencia expresiones como las siguientes: estratégicamente la diversión con el trabajo
estoy en la escuela para ver a mis amigos, escolar. Vega (2013) señala que en las
encontrarme con mi novia, en casa me aburro. conversaciones que sostienen los estudiantes
Para dar cuenta de estas expresiones creamos con compañeros y amigos en el transporte
la categoría “la escuela como espacio de vida público hacia y desde la escuela, las tareas y las
juvenil”. Este hallazgo fue tan sorpresivo para calificaciones tienen un lugar preponderante.
nuestra mirada pedagógica y sociológica que Además, sorprende la agresividad con la
decidimos profundizar en el tema de la vida que negocian sus calificaciones con los
juvenil y su importancia en la experiencia profesores según relatan a sus compañeros.
escolar y en la construcción de la identidad en Dubet y Martuccelli (1998) sostienen que
las tesis siguientes. entre estudiantes franceses del bachillerato
En el bachillerato afiliado a la la estrategia es la lógica de interacción
universidad nacional en la ciudad de México, la predominante para decidir qué cursos tomar
vida juvenil se despliega en toda su amplitud. y cuáles materias privilegiar. Los estudiantes
En la explanada y los jardines se pueden mexicanos estrategas invierten el tiempo
encontrar jóvenes estudiosos comparando sus necesario para conseguir sus fines: sean éstos
lograr buenas calificaciones para poder entrar
5- En la Encuesta Nacional de Deserción en la Educación Media Superior a la universidad y a la carrera de su elección,
las dos razones de abandono que siguen en importancia a la falta de dinero
fueron en el caso de las mujeres: “se embarazó o tuvo un hijo” (23.8%) y sean éstos obtener el mínimo necesario para
“se casó” (22.9%) (ENDEMS, 2012, p. 65). pasar los exámenes extraordinarios.
Educ. Pesqui., São Paulo, v. 41, n. especial, p. 1257-1272, dez., 2015. 1265
Sociabilidad, socialización, subjetivación y accesorios, considerando en sus decisiones
las características de su cuerpo y personalidad.
En varios de nuestros estudios (GRIJALVA, 2010).
(HERNÁNDEZ, 2008; ÁVALOS, 2007; GRIJALVA, El concepto de socialización, al enfatizar
2010) podemos observar la importancia de la transmisión de valores y normas de la
la sociabilidad (SIMMEL, 2002), del disfrute sociedad a sus miembros y la integración del
de estar juntos con compañeros, amigos y actor a los valores y normas de determinado
novios. También se manifiesta la socialidad grupo o institución, no es capaz de dar
(MAFFESOLI, 2004), que está presente en el cuenta de la riqueza de las vivencias de
relajo, los juegos físicos y las bromas. Las interacción con otros y de la reflexión sobre
fiestas y los eventos musicales son de lo ellas. Más allá del alcance de los conceptos de
más importante para muchos jóvenes; en la sociabilidad y de socialización se requiere de
escuela se comentan las experiencias en los una conceptualización que permita abordar la
últimos eventos y fiestas, además, se planea individuación de la persona. Propongo rescatar
la asistencia a los próximos. Sin embargo, el concepto de subjetivación con las siguientes
las experiencias de los jóvenes no se limitan características (WEISS, 2012 b):
al hedonismo ni a la sociabilidad. En tanto Las normas y valores no se absorben, se
estudiantes tienen obligaciones escolares y modifican en los procesos de interiorización y
aún la convivencia juvenil y los encuentros apropiación (CHARTIER, 1991 apud ROCKWELL,
con compañeros, amigos y parejas significan 2005); se desarrolla la capacidad de reflexionar
más que sólo vibrar juntos. (GIDDENS, 1997) desde el self sobre las distintas
Las investigaciones de nuestra línea demandas y sobre la posición propia en ellas
abordan escasamente el tema de la socialización (MEAD, 1934 apud HERNÁNDEZ, 2008); de ahí
intergeneracional de los jóvenes estudiantes nacen la emancipación de las normas y valores
por parte de las familias y de la institución dominantes y el desarrollo de normas y valores
escolar. En cambio podemos observar cómo propios (MARTUCCELLI, 2007), así como el
diferentes grupos de estudiantes de bachillerato desarrollo de gustos, intereses y capacidades
desarrollan sus propias normas y valores propios (TAYLOR, 1996) que fundamentan la
respecto al comportamiento con los maestros y agencia del sujeto, la capacidad humana de
a la dedicación a las tareas, al look, a la música hacer (BRUNER, 1990) y decidir (KIERKEGAARD
aceptable y al tipo de diversiones preferidas apud HONG, H.; HONG, E., 2000).
(GRIJALVA, 2010; ÁVALOS, 2007). En este Estos procesos de subjetivación se
sentido podemos hablar con Coleman (1961) de desarrollan a través de diversas prácticas
una socialización intrageneracional en oposición mediante la interacción con otros –sobre
a la intergeneracional pretendida de los adultos. todo con compañeros, amigos, y novios– y
Desde una perspectiva crítica podemos constatar mediante la conversación sobre sus vivencias,
que en cuestiones de look los estudiantes se pero también se vuelven observables cuando
identifican con determinadas culturas juveniles y hablan de sus reflexiones sobre sus recorridos
sus dictados de moda, en términos de Foucault se y señalan que han madurado, como veremos en
constituyen como sujetos en tanto son sujetados los apartados siguientes.
por los discursos de las industrias de consumo
juveniles. Pero también es interesante observar Las experiencias y las
el desarrollo de un gusto propio entre las mujeres conversaciones con otros
estudiantes de más edad en el bachillerato en
el puerto de Mazatlán: ellas destacan la forma A diferencia de los estudios sobre culturas
personal en la que combinan ciertos atuendos juveniles, donde destaca el “otro antagonista” –la
1266 Eduardo WEISS. Más allá de la socialización y de la sociabilidad: jóvenes y bachillerato en México
“alteridad radical” que a su vez permite construir alemán para experiencia es Erfahrung y contiene
un sentimiento de nosotros (REGUILLO, 2000, la noción existencial de diversas vivencias
p. 41)–, en nuestros estudios prevalece el otro en los caminos de la vida: fahren significa
semejante. El otro más importante es la pareja viajar. Erfahrung suele referirse a los eventos
amorosa o sexual. Los estudiantes en el CCH en memorables durante la vida y a veces el concepto
la ciudad de México establecen diferentes tipos de experiencia se confunde con la transferencia
de relaciones: como chocolate (tomándose de las de conocimientos de generaciones anteriores a los
manos), amigovio (medio amigo, medio novio), jóvenes. Pero, como señala Gadamer (2005) con
free (encuentro erótico o sexual casual) o como respecto al concepto de Erlebnis (vivencia): las
novio (HERNÁNDEZ, 2008). Los Bachilleratos vivencias las tiene que realizar cada uno, no solo
Interculturales Comunitarios constituyen un en el sentido positivo sino también en el negativo,
espacio público inédito para el encuentro entre las vivencias dolorosas y las equivocaciones; las
jóvenes mujeres y hombres en los municipios vivencias son, sobre todo, vivencias del Tú y de
indígenas. Las relaciones eróticas son más comprensión del Tú, es decir, de la convivencia
reservadas pero observables. (HERNÁNDEZ; con otros humanos. Las vivencias (y yo diría
WEISS, 2010). El conocimiento práctico del otro las experiencias) son, por un lado, inseparables
pasa por la sensualidad corporal, pero también por del mundo en que vivimos y de sus tradiciones
compartir, abrirte al otro, por el apoyo recíproco, culturales, a la vez que requieren de la conciencia
el ensayo y el error. En las relaciones amorosas los de la existencia como persona en la finitud de
jóvenes aprenden a manejar los vínculos sociales la vida. Parafraseando a Gadamer podríamos
de intimidad, confianza, cuidado del otro e decir: para que las vivencias (individuales y
incertidumbre amorosa, así como las capacidades colectivas) se conviertan en experiencias, es
de expresar los afectos, descubrir otras maneras necesario tomar conciencia del mundo cultural e
de sentir y atender las necesidades del otro, como histórico en el que vivimos y de la historicidad y
muestra Hernández (2008). vulnerabilidad de nuestra vida como persona. El
Hernández (2008) enfatiza el ensayo concepto de experiencia implica la reflexión sobre
y el error, la exploración de prácticas, las vivencias. Y una de las formas de reflexión
comportamientos, sentimientos y pensamientos. privilegiada es la conversación.
El concepto de experiencia implica la noción Bourdieu ya caracterizaba a los
de experimentación, como se puede apreciar estudiantes herederos como conversadores.
en los escritos del ámbito anglosajón, donde Dubet y Martuccelli confirman: “Así, en el liceo,
la noción de experiencia alude desde Bacon los alumnos consagran lo esencial de su tiempo
a lo empírico sensual corporal y a la prueba libre… a practicar el arte de la conversación”
de experimentación y alcanza con Dewey ser (DUBET; MARTUCCELLI, 1998, p. 334). En
concebida como reflexión sobre la acción. México los jóvenes no suelen juntarse en cafés
Dayrell en su estudio sobre jóvenes y escuela pero en las escuelas sí. Ávalos (2007) relata
en Brasil enfatiza que sus aventuras y algunas de las conversaciones dentro y fuera
experimentaciones implican retos personales: del salón de clase: los jóvenes hablan de sus
las múltiples experimentaciones de los jóvenes vivencias en la última fiesta y de la próxima a
“buscan superar la monotonía de lo cotidiano y organizar, discuten sobre los grupos musicales
procuran aventuras y excitaciones” (DAYRELL, o eventos deportivos, comentan algunos
2007, p. 1117). programas de televisión y hablan de sus
Pero los jóvenes no solo viven aventuras, inquietudes y experiencias afectivas o sexuales.
también reflexionan, aprenden de sus Vega (2013) identifica que en las conversaciones
experiencias, les sirven para conocerse mejor a sí entre jóvenes bachilleres en el transporte público
mismos y trazar caminos y proyectos. El término predominan temas del ámbito juvenil como los
Educ. Pesqui., São Paulo, v. 41, n. especial, p. 1257-1272, dez., 2015. 1267
amigos y compañeros, las relaciones con el otro (GUERRERO, 2012, p. 132). Después de un ingreso
género y noviazgos, y la música y las fiestas; lleno de expectativas positivas suele surgir el
y obviamente – realizándose en el transporte atractivo del espacio juvenil: “el ambiente, ¿no?,
hacia y desde el escuela – se tratan temas te va jalando, te gusta pues, andar conviviendo y
escolares como las tareas, entrar o no entrar todo” (p. 132). El grupo de amigos invita a faltar
a clases, las calificaciones y las relaciones con a clases (GUERRERO, 2008; HERNÁNDEZ, 2008).
los profesores. En menor medida se tematiza la También por eso muchos jóvenes terminan
relación con la familia en términos de apoyos con malas calificaciones y otros abandonan
y conflictos. Escasas son las menciones de la escuela. Pero no pocos logran el retorno:
temas relacionados con el trabajo y la religión. estudiantes del CCH se dedican otra vez más a
Es notable –al igual que en las conversaciones los estudios en los últimos semestre para poder
atestiguadas por Ávalos (2007) – la ausencia de concluir el bachillerato (GUERRERO, 2008) y
temas políticos. jóvenes del bachillerato tecnológico retornan a
Las conversaciones entre los estudiantes, la escuela después de haberla abandonado y de
aun cuando versan sobre temas triviales, les pasar un tiempo en la banda y el alcohol o en
permiten conocer otras opiniones y son una experiencias poco gratas en trabajos informales
forma de reflexión, como señala Hernández (GUERRA, 2009). En los virajes en la dirección
(2008). Al platicar en confianza entre ellos, los del curso de vida -usando un concepto acuñado
jóvenes pueden mostrarse de manera más íntima por Elder (1994) y referido por Guerrero (2008)-
y conocer puntos de vista diferentes al suyo. A el aprendizaje más significativo para algunos
las amigas “sí les puedo contar todo mi sentir y estudiantes parece haber sido el siguiente:
todo.... y si estás haciendo algo donde la estés “todas estas experiencias me sirvieron para
regando pues también te lo van a decir para que te hacerme más responsable… me sirvió mucho
des cuenta” dice una joven entrevistada (WEISS et porque, este, híjole! Fue una época en la que me
al, 2009, p. 90). Las conversaciones de los jóvenes hice responsable” (GUERRERO, 2012, p. 148).
con sus pares dan cuenta de las vivencias que Es significativo el uso de palabras como
tienen en otros ámbitos, por ejemplo el familiar; adquirir responsabilidad, reflexionar y madurar
así la conversación se convierte en un vehículo por parte de los estudiantes (HERNÁNDEZ,
para la interconexión (DREIER, 2010) de distintos 2008; GUERRERO, 2008). Dubet y Martuccelli
ámbitos y prácticas de los jóvenes. (1998) señalan que para crecer, para pasar de
niño a adolescente (y a adulto, agregaríamos),
Recorridos y retornos un factor importante es la madurez y las
características emocionales de seguridad e
En el bachillerato, tanto las escuelas como independencia asociadas a ella. Hernández
las familias otorgan a los jóvenes un mayor margen (2008) considera -usando la expresión de Beck
de libertad y decisión propia, si bien eso no es y Beck-Gernsheim (2003)- que hacerse cargo de
homogéneo entre las diferentes familias ni entre los sí mismo y de su vida es una parte importante
diferentes tipos de escuela. La mayor capacidad de del proceso de individuación.
decisión propia de estos estudiantes permite vivir
la vida juvenil en sus diferentes manifestaciones A modo de cierre
y experimentarla con sus riesgos, y los riesgos
siempre han atraído a los jóvenes (WEISS et al, Habría mucho más que contar sobre la
2009). Hay muchas libertades: “muchísimas, línea de investigación pero el espacio disponible
por ejemplo, aquí tú ves a la gente fumando... en una revista es limitado.
por ejemplo si quieres entrar a tus clases, si no Enfocamos a los sujetos de nuestra
quieres no entras, porque aquí no hay prefectos…” investigación en su triple condición de estudiantes,
1268 Eduardo WEISS. Más allá de la socialización y de la sociabilidad: jóvenes y bachillerato en México
de jóvenes-adolescentes y de hijos/hijas de familia. vivencias, éstas se constituyen en experiencias.
Los estudiantes que aparecen en los trabajos Conocer y comprender a otros les permite
de nuestra línea de investigación pasan gran conocerse y comprenderse mejor a sí mismos e
parte de su tiempo escolar en las interacciones ir construyendo sus identificaciones. A través de
con sus pares, les gusta estar asociados con sus múltiples vivencias y experiencias, los jóvenes
compañeros y amigos (sociabilidad) y divertirse se socializan, en el sentido de saber manejar las
con ellos (socialidad). En cada grupo establecen normas y valores en diferentes ámbitos de la
sus propias normas y valores (socialización entre vida, y se subjetivan al elaborar valores, normas
pares). A la vez, ser estudiante requiere seguir y decisiones propias; a la vez construyen sus
ciertas normas de la escuela y de la sociedad de identidades en diferentes ámbitos de su vida y
adultos (socialización inter-generacional). esbozan sus proyectos (siempre temporales).
Tanto las familias como los establecimientos Los jóvenes exploran diferentes formas de
escolares suelen otorgar a los estudiantes del vivir y cometen errores, pero también reflexionan
nivel medio superior mayor libertad para decidir y cambian. Por ello creemos importante recuperar
sobre el uso de su tiempo. Esta mayor libertad es el concepto del adolescente que crece, no como
consecuencia y requisito de un creciente proceso una etapa en una concepción evolutiva, sino
de subjetivación de los jóvenes, del desarrollo de como proceso continuo. No nos interesa el proceso
gustos, intereses y capacidades, de la emancipación intrasubjetivo, sino el proceso que se gesta en
de normas y valores, de la creciente reflexión sobre prácticas y vivencias con otros y que se convierte,
las exigencias y necesidades de otros, y de la a través de las conversaciones intersubjetivas y
creciente capacidad de elección y decisión. la reflexión, en experiencias intra-subjetivas.
La subjetivación no es -en la mayoría de los Estamos interesados en el sujeto psicológico,
casos- un proceso solitario. Los jóvenes comparten social y cultural, es decir, en la persona. Para
con compañeros, amigos y novios vivencias y futuras investigaciones educativas propongo
conversan sobre ellas. Estas conversaciones se recuperar el concepto de persona – más allá de los
realizan por el placer de conversar (sociabilidad), conceptos de actor, sujeto o agente – y recuperar
pero son también una forma de reflexión que el concepto de (auto) formación – más allá de los
alienta la subjetivación. Al reflexionar sobre las conceptos de socialización y de subjetivación.
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COLEMAN, James. The adolescent society. Nueva York: Free Press, 1961.
6 - Las publicaciones de partes de las tesis como capítulos en el libro Jóvenes y bachillerato y como artículos en revistas no se reportan aquí por falta de
espacio. Artículos derivados de las tesis pueden encontrarse con los nombres de los autores en Redalyc o SciELO.
Educ. Pesqui., São Paulo, v. 41, n. especial, p. 1257-1272, dez., 2015. 1269
CRAGNOLINO, Elisa. Trayectorias educativas en familias de origen campesino del norte cordobés. Cuadernos de Educación,
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DARELL, Juarez. A escola ‘faz’ as juventudes? Reflexões em torno da socialização juvenil. Educação & Sociedade, Campinas, v.
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Eduardo Weiss es doctor en ciencias sociales, Universidad de Erlangen en Alemania, investigador del Departamento de
Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (CINVESTAV)
desde 1979, miembro del Consejo Mexicano de Investigación Educativa y de la Academia Mexicana de Ciencias.
LA ADOLESCENCIA
Amparo Moreno
3) EL MUNDO SOCIAL
(Fragmento)
1
adolescentes menores de 15 años tienen la madre como figura
central de afecto, y un 5 por cien el padre o un amigo. Entre
los 15 y 20 años, las cifras cambian. Sin embargo, el 40 por
cien de estos adolescentes y jóvenes colocan la madre como
figura central de inclinación.
La diferencia fundamental es que en un 32 por cien de los
casos los amigos ocupan la figura central.
Los datos de la investigación mencionada confirman, por
una parte, el papel preeminente de la madre como fuente de
apoyo afectivo y, de la otra, las transformaciones que se
producen a lo largo del período.
Las nuevas capacidades de reflexión hacen posible que
aquello que los padres representan para los niños sea muy
diferente de lo que significan cuando estos crecen y caminan
hacia la madurez. Al principio, los niños ven a los
progenitores como personajes sabios y omnipotentes, de cuya
protección dependen, y que merecen su obediencia y respeto.
En la adolescencia esta visión cambia: el padre y la madre son
examinados tanto personalmente como por la función de
autoridad que tienen.
Esta transformación de las relaciones entre los
adolescentes y sus padres está marcada por la ambivalencia.
De acuerdo con López, esta ambivalencia tiene múltiples
manifestaciones: en algunos momentos los adolescentes
parecen no necesitar a los progenitores, mientras que en otros
los necesitan tanto como cuando eran niños; pueden confiar
incondicionalmente en sus progenitores y, al mismo tiempo,
distanciarse cada vez más de ellos; en unas situaciones las
relaciones pueden ser armoniosas y positivas, y en otros,
conflictivas, y finalmente, pueden sentir hacia los
progenitores afectos contradictorios: aceptación y rechazo,
orgullo y vergüenza, amor y odio.
Las conductas o sentimientos ambivalentes no constituyen
patrimonio exclusivo de los hijos adolescentes. Así, puede
2
haber progenitores que animen los hijos a asumir
responsabilidades, al mismo tiempo que los acompañan en el
largo camino hacia la autonomía.
Junto a eso, podemos encontrar formas de conducta en los
progenitores que manifiestan intolerancia hacia la inmadurez
de los adolescentes o, por contra, exhiben una actitud
excesivamente protectora, motivada o bien por el miedo a los
problemas que pueda encontrar el hijo, o bien por el temor a
quedarse solos en un momento determinado de la vida.
Todo eso pone de manifiesto la inseguridad que crea la
transición de ser padres de niños a ser padres de adolescentes
y la necesidad de recapacitar sobre qué nuevas demandas
suponen los cambios en los hijos. En esta tarea los padres y
madres reciben una ayuda escasa. Este déficit lo palia la
publicación de un buen número de obras divulgativas sobre
cómo afrontar la gravosa tarea de la maternidad y la
paternidad de adolescentes.
En relación con los estilos de educación paterna y la
consecución de la independencia, se han realizado varios
estudios, donde aparecen dos dimensiones que estructuran
los tipos de comportamiento de los padres y las madres hacia
los hijos: el apoyo afectivo y el control.
La combinación de estas dos dimensiones da ocasión a
cuatro tipologías: los progenitores con autoridad que
proporcionan apoyo y control; los progenitores autoritarios
que se centran solo en el control; los indulgentes que ofrecen
apoyo sin control, y los negligentes, que no dan ni apoyo ni
control.
En un trabajo de Lamborn se preguntó a una amplísima
muestra de adolescentes sobre la actuación de sus padres
tomando como referencia estas dos dimensiones. Los
resultados apuntan a un predominio de los dos estilos
opuestos: progenitores con autoridad y progenitores
negligentes (32 por cien y 38 por cien, respectivamente).
3
Estos hallazgos están sujetos a variaciones que dependen
de las características personales de cada adolescente o de
otros factores, por ejemplo, la coherencia entre las prácticas
del padre y de la madre o el entorno. Rechazamos además la
posible noción de culpa que podría desprenderse de estas
relaciones.
Sin embargo, resultan útiles en tanto en cuanto muestran
una dirección: la consecución de la autonomía por parte de
los adolescentes está unida a la existencia en la familia de
normas claras, coherentes, negociadas en la medida del
posible y susceptibles de modificarse de acuerdo con la edad
de los hijos.
Las familias en que los hijos y los padres interactúan
democráticamente y están unidas por fuertes lazos afectivos
que posibilitan la comunicación son las que se encuentran en
mejor posición para ayudar a los adolescentes a progresar en
la tarea de formación de la identidad. En cambio, cuando los
adolescentes carecen de posibilidades de expresarse o de
poseer una mínima independencia (familias autoritarias), o
bien no cuentan ni con el afecto ni con el control de sus
padres, aumenta la posibilidad de tener problemas a la hora
de llegar a su identidad.
En último lugar, en relación con las cuestiones familiares,
hay que mencionar un aspecto relacionado con los conflictos
entre padres e hijos. En contra de la opinión no experta, en
general, no se encuentra un nivel alto de conflictividad en la
mayoría de los casos. Por lo que respecta a la evolución de los
problemas, los estudios señalan un patrón que consiste en una
disminución en el número de conflictos si se compara la
adolescencia temprano con la adolescencia media y tardía.
Por otro lado, aunque disminuya el número de conflictos,
el tono afectivo negativo parece que aumenta conforme
avanza este período. La naturaleza de los problemas tiene que
ver con la convivencia diaria (horas de llegada, ayuda en el
4
trabajo doméstico) y los estudios. Algunos trabajos han
detectado diferencias entre las visiones o los problemas que
recaen en hijos o hijas.
Por lo que respecta a los valores, resultaría lógico pensar
que los adolescentes, en la búsqueda de su definición, crean
valores diferentes a los adultos y, a veces, rechazan totalmente
los de estos. Sin embargo, este abismo generacional no se da
actualmente.
Estudios recientes señalan la existencia de este abismo en
los años sesenta; pero constatan que este se reduce en los
setenta y casi llega a desaparecer en los ochenta. En nuestro
país, el informe Juventud a España 2004 señala la presencia de
nuevos modelos de relación entre generaciones en los que se
aceptan los espacios propios y la vida de cada generación. Los
padres, con las inseguridades antes mencionadas, han optado
por la negación de las formas autoritarias.
2. Los amigos
Los niños tienen como horizonte social privilegiado la
familia; en el adolescente, la situación se modifica y su vida
social pasa a centrarse en los amigos o el grupo. De esta
manera, los jóvenes empiezan a salir solos con sus amigos al
cine, bares, discotecas o espectáculos deportivos. En el
mundo socio afectivo del adolescente predomina el interés
por hacer nuevas amistades, sentirse bien en el grupo de
compañeros y, por supuesto, aprender a relacionarse
íntimamente con individuos del sexo opuesto o del mismo
sexo.
En la adolescencia no solo cambia la importancia asignada
a las diversas relaciones sociales, sino también el sentido de la
amistad y la conformación de los grupos. En general, lo que
los niños esperan de los otros, en concreto de sus padres, es
seguridad. En contraste, los adolescentes se mostrarán más
preocupados por lograr relaciones basadas en la intimidad y
5
la búsqueda de soluciones comunes a los problemas que
encuentran en este período.
La noción de amistad también se transforma durante la
adolescencia. Así, Douvan y Adelson han descrito los
diferentes significados que tiene esta relación durante sus tres
fases. En la fase temprana (de 11-12 a 13 años), la amistad
aparece centrada en la actividad más que en la interacción en
ella misma. Los amigos son personas con las cuales se pueden
hacer cosas, pero no aparecen las nociones de intensidad,
reciprocidad, ni un sentimiento propio de la relación de
amistad.
En la fase intermedia (14-16 años), nos encontramos con
la “explosión” del sentimiento de amistad. Un amigo se
caracteriza por la lealtad y la confianza, alguien con quien
poder hablar con sinceridad de los problemas y de quien se
puede recibir apoyo y consejo. En el último período de la
adolescencia (a partir de los 17 años), continúa siendo
importante compartir las confidencias, pero la forma de vivir
la amistad es más relajada, sin la obsesión de ser abandonados
o traicionados. Eso se relaciona con el mayor grado de
independencia de los jóvenes junto al establecimiento de
relaciones de pareja.
Las transformaciones anteriores en el concepto de relación
amistosa generan una organización diferente de los grupos de
las edades. Dunphy, en un estudio clásico con adolescentes
australianos entre 13 y 21 años, encontró una pauta evolutiva
de cinco estadios: en el primer estadio, hay grupos aislados de
un solo sexo.
En un segundo estadio, los grupos de chicos o chicas
interactúan. A continuación, en el tercer estadio, los
miembros con un nivel superior forman grupos
heterosexuales. El cuarto estadio comporta la asociación
entre grupos heterosexuales. Y, en las edades superiores,
6
empiezan a disgregarse los grupos para pasar a las relaciones
de pareja y a los grupos de parejas asociados libremente.
La relación con los amigos, independientemente de la
forma que adopte, cumple una función importante de apoyo
psicológico. Proporciona la seguridad que antes provenía del
entorno familiar, afecto, empatía, una definición social y
modelos de actuación. La falta de amigos puede generar
sentimientos de soledad, tensión y baja autoestima.
La interacción con los iguales beneficia el desarrollo
personal y social en los dos aspectos siguientes. Primero, por
lo que respecta al desarrollo intelectual, la adopción de la
perspectiva del otro y la necesidad de solucionar los conflictos
hace avanzar el desarrollo intelectual, contribuye al
conocimiento de uno mismo y de los otros, al aprendizaje de
estrategias de interacción social y a la autonomía moral. Y
segundo, por lo que respecta al desarrollo social, promueve el
desarrollo de competencias sociales, estimula la
autorregulación de la conducta, socializa la agresividad y
coopera en la transmisión de las normas culturales.
La vida en grupo no sólo implica a aportaciones positivas.
Los adolescentes también sufren presiones por parte de sus
coetáneos. Estas presiones se ejercen sobre varios aspectos
de su vida: actividades sociales, comportamientos
desadaptados, conformidad, actividades escolares, asuntos
familiares.
Las posibilidades de resistir las presiones grupales, en
referencia a conductos negativas como la drogadicción o la
pequeña delincuencia, parecen depender de las relaciones
establecidas anteriormente en la familia y de las características
individuales del adolescente.
El peligro reside en la aceptación acrítica de las normas
grupales, y este riesgo es más real en la adolescencia temprana
(hasta los 14 años), en adolescentes con escasa supervisión
paterna y dificultad en las relaciones familiares y en
7
adolescentes confusos con respecto a su identidad. Hay
ejemplos históricos de grupos de jóvenes que sirven los
intereses del poder adulto marcados por el totalitarismo de su
época –grupos nazis o fascistas– y, en la actualidad, nos
encontramos con fanáticos de una ideología, de un equipo
deportivo o grupos xenófobos.
La imagen de la familia y los compañeros como mundos
sociales separados para los adolescentes está siendo
rápidamente reemplazada por la toma de conciencia de
importantes nexos entre ellos. Un primer hecho congruente
con las afirmaciones anteriores es que los adolescentes
parecen seguir los consejos de padres o amigos en función de
la cuestión de que se trate. Así, hay datos sobre la mayor
probabilidad de que los adolescentes escuchen a sus padres
en relación con cuestiones de moral, planes educativos y
profesionales, mientras que atienden preferentemente a sus
amigos cuando se trata de elegir otros compañeros, asumir las
relaciones de grupo o dedicarse a diferentes actividades en el
tiempo de ocio.
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Resumen Abstract
Las nuevas tecnologías han profundizado las transfor- The new technologies have made deeper the trans-
maciones en las percepciones del tiempo y el espacio, las formations in the perceptions of the time and the space,
definiciones de lo real y las constituciones de lo corpóreo. the definitions of what is real and the constitutions of the
Además, han transformado los modos de organización y corporeal. In addition, the new technologies have trans-
de pertenencia de los jóvenes. Estos cambios, que ya sig- formed the manners of organization and of belonging of
naban tecnologías anteriores, se han dinamizado y acele- the young people. These changes, which already existed
rado por la velocidad de la innovación técnica y la veloci- with previous technology, have increased and accelerated
dad con que las generaciones más jóvenes incorporan by the speed of the technical innovation and the speed in-
esas innovaciones a su vida. to which the new generations incorporate these innova-
En el desarrollo de la investigación de cátedra que da tions into their lifes.
origen a este artículo trabajamos las relaciones entre estu- In the development of the research of our group of
diantes de comunicación, nuevas tecnologías y modos de work, that gives origin to this article, we study the rela-
socialización y cómo a partir del uso de determinados me- tionships between students, new technologies and man-
dios los jóvenes se vinculan y se comunican con los otros ners of socialization. We tried to answer the question of
y construyen o retoman imaginarios sobre el mundo a par- how from the use of certain technologies and from the
tir de esas nuevas maneras de relacionarse. new ways of relating, the young people communicate
with others and construct or recapture imageries of the
world.
Oficios,•••••t•••
“Una cosa es reconocer el peso decisivo de los procesos y las tecnologías En el presente artículo presentaremos las refle-
de comunicación en la transformación de la sociedad y otra bien distinta es afirmar xiones que hasta el momento se han construido en
aquella engañosa centralidad y sus pretensiones de totalidad”. el marco de la investigación de la Cátedra II de Co-
Jesús Martín Barbero municación y Medios de la Facultad de Periodismo
y Comunicación Social (UNLP) “Modos de socializa-
ción de los estudiantes de comunicación social: uso
y apropiaciones de las TICs”, presentada para el
Programa de Incentivos del Ministerio de Educación
de Nación.
En el desarrollo de esta investigación trabajare-
mos las relaciones entre estudiantes de comunica-
ción, nuevas tecnologías y modos de socialización,
cómo a partir del uso de determinados medios los
jóvenes se vinculan y se comunican con los otros y
construyen o retoman, a partir de esas nuevas ma-
neras de relacionarse, imaginarios sobre el mundo.
En principio resulta necesario definir a qué nos
referimos con Nuevas tecnologías de Comunicación
e Información (TICs) Entendiendo que las tecnolo-
gías están producidas por sus contextos históricos y,
por lo tanto, son siempre sociales. Castells y otros
definen a las Nuevas Tecnologías como aquellas
que “comprenden una serie de aplicaciones de des-
cubrimiento científico cuyo núcleo central consiste
en una capacidad cada vez mayor de tratamiento
de la información” (Castells, 1986).
Por su parte, Delia Crovi Druetta, en su libro
Tecnología satelital para la enseñanza define a las
nuevas tecnologías como aquellas que “reempla-
zan el sistema analógico por el digital, con el que
inauguran, en el área de las comunicaciones, nue-
vos sistemas de transmisión a distancia [...]. Ade-
más las nuevas tecnologías poseen una parte dura
(hardware) que corresponde a la maquinaria en sí;
y una blanda (software) que constituye su parte ló-
gica. Se les ha definido como reflexivas e interacti-
vas. Reflexivas, por ser producto de la racionalidad
instrumental del hombre que al relacionarse con
ellas, pueda adaptar el servicio que prestan ajustán-
dolas en su parte lógica a las necesidades que po-
sea. Interactivas, porque en algunos casos permiten
una respuesta al usuario y porque, a diferencia de los modos de organización y de pertenencia de los
los medios tradicionales, éstas no constituyen un jóvenes. Estos cambios, que ya signaban tecnologías
simple listado de medios, sino sistemas integrados anteriores, se han dinamizado y acelerado por la ve-
en los que se combinan e interactúan entre sí” locidad de la innovación técnica y la velocidad con
(Crovi Druetta, 2000). Ésta es otra de las caracterís- que las generaciones más jóvenes incorporan esas
ticas de las nuevas tecnologías, que tienden a la innovaciones a su vida. La inclusión de las nuevas
convergencia, vinculando, incluso, a tecnologías ya tecnologías en las rutinas cotidianas presupone una
existentes como la radio y la televisión. Basta con transformación de esas rutinas, de esas dinámicas.
tomar el ejemplo de un celular, ya no es sólo un te- Las percepciones de lo temporal espacial se
léfono, es también una cámara de fotos, un repro- transforman al punto tal de hacernos sentir que vi-
ductor de música, un navegador de Internet, una vimos en una suerte de presente permanente, de
agenda, un despertador. instantaneidad signada por el atravesamiento de las
En este punto, es importante señalar que lo nuevas tecnologías que han cambiado las formas
que interesa a esta investigación no son las TICs en de representación del mundo. María Cristina Mata
sí mismas, sino los usos y apropiaciones que reali- dice que “Los cuentos infantiles ocurren en países
zan los jóvenes ingresantes a la Carrera de Comu- muy lejanos y por eso son cuentos […]. Porque nin-
nicación Social. Nos preguntamos por el consumo gún lugar es muy lejano” (Mata, 1999).
de las TICs y su relación con la configuración de En este contexto, la pregunta que nos hacemos
identidad(es). es cómo los jóvenes estudiantes de periodismo tran-
En este punto es importante recuperar el con- sitan este nuevo ordenamiento mundial, cómo esto
cepto de mediatización de la cultura trabajado, en- transforma sus modos de representación del mundo
tre otros autores, por J. B. Thompson (1998) quien y cómo, en cierta forma, estos cambios transforman
lo describe como un proceso de transformaciones sus prácticas educativas y profesionales.
profundas e irreversibles en los modos de producir, Si bien nuestro universo de estudio son los jóve-
distribuir y poner en circulación los bienes simbóli- nes ingresantes a la Carrera de Periodismo, enten-
cos a partir de la aparición de ciertas tecnologías demos que sería reduccionista pensar que los jóve-
como la imprenta que posibilitan, entre otras cosas, nes son una categoría homogénea, estática, cons-
la separación entre los espacios de producción y re- truida de una vez y para siempre. El concepto de jo-
cepción, y la reproducción en serie. Desde el mo- ven ha cambiado a través de los años e incluso es-
mento de creación de la imprenta es que podemos ta categoría podría pensarse como relativamente
referirnos a sociedades mediatizadas, sociedades nueva. Según plantea Rossana Reguillo: “La juven-
en las que cada una de las prácticas está atravesa- tud como hoy la conocemos es propiamente una
da por lo mediático. Sin embargo, a seis siglos del ‘invención’ de la posguerra, en el sentido del surgi-
surgimiento de la imprenta, esos procesos de trans- miento de un nuevo orden internacional que con-
formación se han dinamizado y, sin duda, son los formaba una geografía política en la que los vence-
jóvenes los que marchan a la vanguardia de estos dores accedían a inéditos estándares de vida e im-
cambios. ponían sus estilos y valores. La sociedad reivindicó
Las nuevas tecnologías han profundizado las la existencia de los niños y los jóvenes como sujetos
transformaciones en las percepciones del tiempo y de derecho y, especialmente, en el caso de los jóve-
el espacio, las definiciones de lo real y las constitu- nes, como sujetos de consumo” (Reguillo Cruz,
ciones de lo corpóreo. Además, han transformado 2000). Siguiendo a Margulis y Urresti podríamos
decir que lo que define a la juventud es la morato- ca es también determinante, aún cuando se la pro-
ria vital, es decir son jóvenes aquellas personas que cese atendiendo a las determinaciones de clase.
están lejos de la muerte, que tienen lo que él llama Además de las diferencias sociales explícitas, hay
un “capital temporal”. Sin embargo, esta morato- que atender al encadenamiento de acontecimientos
ria vital se transforma a lo largo de la historia y tam- que van constituyendo la estructura, a su carácter
bién de acuerdo a los lugares, a las distintas regio- sedimentado de experiencias acumuladas. La gene-
nes, ya que los promedios de vida van variando. Si ración es el juego en el que las clases se van hacien-
bien esta moratoria vital sería una especie de mar- do cargo de la tradición, del tiempo que corre para-
co, es importante tener en cuenta que hay múlti- lelo al desarrollo de las luchas sociales. La genera-
ples maneras de ser joven y que estos modos tienen ción es una estructura transversal, la de la experien-
que ver con lo sociocultural: las desigualdades de cia histórica, la de la memoria acumulada” (1996).
clase, las diferencias de género, diferencias de per- Aquí podría entrar a jugar, entonces, la distin-
tenencia institucional, etcétera. ción entre los llamados “nativos tecnológicos” y
“La juventud como plus de energía, moratoria “migrantes tecnológicos”. Es decir, la diferencia en-
vital (y no solo social como dicen todos los estudios) tre los jóvenes que se socializaron en la época de la
o crédito temporal es algo que depende de la edad, computadora e Internet y aquellos que las fueron
y esto es un hecho indiscutible. A partir de allí co- incorporando a lo largo de su juventud. Una marca
mienza la diferencia de clase y de posición en el es- generacional, entendiendo por generación aquella
pacio social, lo que determina el modo en que se la que se expone a una misma época, a un mismo
procesará posteriormente. Como dijimos antes, no contexto histórico, más allá de las diferencias o de-
se puede obviar ninguna de las dos rupturas objeti- sigualdades que puedan darse entre clases. En este
vantes –la cronológica y la sociocultural– si se quie- sentido, es importante resaltar que las mediatiza-
ren evitar los peligros del etnocentrismo de clase y ciones ocurren más allá de que las personas estén o
del fetichismo de la fecha de nacimiento” (Margu- no expuestas a la tecnología; las transformaciones
lis y Urresti, 1996). que se producen en lo cultural y social serán rasgos
Los mismos autores describen otro aspecto im- de época a los que esa generación deberá enfren-
portante para definir la juventud, el de la memoria tarse. Esto complejiza nuestra mirada sobre la ju-
social incorporada. Esta categoría se vuelve muy im- ventud, ya que no sólo se refiere a un capital tem-
portante a los fines de la investigación ya que da poral (de vida por vivir), sino a experiencias comu-
cuenta de la experiencia social vivida, de los modos nes, a una memoria social compartida. Y las trans-
en que las personas se han socializado y ése es un formaciones de estas experiencias, las transforma-
punto de inflexión para pensar la relación de los in- ciones en los modos de socialización se dan de for-
gresantes con la Facultad de Periodismo y los usos ma cada vez más dinámica por lo que las genera-
tecnológicos. “No es lo mismo haberse socializado ciones se suceden cada vez con mayor rapidez.
antes o después de la radio, de la televisión en color Teniendo en cuenta la complejidad que reviste
o por cable, o de la computadora multimedia, aún la categoría de juventud, es importante establecer
cuando no estén presentes en todos los hogares. que a los fines de esta investigación se tomará co-
Tampoco es lo mismo haber llegado a la madurez mo universo de análisis a los ingresantes a la Carre-
sexual en los años de la liberación durante la déca- ra de Periodismo comprendidos en el rango etario
da del sesenta que en los años noventa, cuando pe- que va de los 18 a los 30 años. El rango inicial cons-
sa la amenaza del Sida. La marca histórica de la épo- tituye una decisión obvia, ya que esa es la edad mí-
nima requerida para ingresar en una facultad ar- logías los entiende como un grupo con, más o me-
gentina. El rango más alto fue establecido, no sin nos, estas delimitaciones y dirige sus estrategias de
dificultades. En primer lugar, sabemos que hemos marketing en este sentido.
constituido una franja amplia en cuanto a lo que a En este punto también es válido preguntarse
tecnologías se refiere, principalmente si tenemos en qué implica ser estudiante de una carrera universi-
cuenta la categoría de memoria social incorporada, taria y quiénes tienen acceso a la Universidad.
ya que los que están cerca de los 30 no pueden in- Anualmente ingresan a la Facultad de Periodismo y
cluirse en el grupo de los llamados nativos tecnoló- Comunicación Social cerca de 800 alumnos. En los
gicos, la mayoría tuvo acceso “privado” –desde sus últimos años se produjo un giro interesante para
hogares y no desde cybers– y periódico a Inter- otro análisis y es que es similar el número de estu-
net recién cuando ya tenían 20 años o más, mien- diantes que vienen del interior del país al de quie-
tras que el grupo más cercano a los 18 práctica- nes son de La Plata y alrededores (antes los estu-
mente ha crecido con Internet y otras tecnologías diantes del interior superaban ampliamente en
como el celular y el MP3. Sin embargo, esta franja cantidad a sus pares de La Plata). También es lla-
tiene un sentido dentro de los objetivos de nuestra mativo cómo este último año (2007-2008) han in-
investigación, ya que los pensamos como un gru- gresado a la carrera alumnos procedentes del exte-
po que parece poder apropiarse de las tecnologías rior, principalmente de países latinoamericanos co-
y asignarles distintos usos en la vida cotidiana. Ade- mo Chile, Brasil y Perú. Otro dato significativo es
más es un grupo etario que, más allá de las diferen- que el 30% de los alumnos trabaja. Generalmente
cias de época, ha crecido rodeado de pantallas: la se desempeñan en comercios o en actividades re-
televisión, los videojuegos en sus distintos forma- lacionadas con atención al público, principalmente
tos; es decir el grupo más cercano a los 30 se co- call centers (lo que marca también una nueva for-
nectó a Internet o al celular con una habilidad da- ma de inserción laboral generalmente signada por
da por el uso de esas otras pantallas que eran na- los contratos cortos o el trabajo en negro que se
turales en su vida. Esas habilidades le permiten ac- piensa como temporario).
ceder desde otros lugares, hacer otros usos de es- En este sentido, la universidad argentina siem-
tas nuevas tecnologías. pre ha aparecido en el imaginario social de ciertos
Además esta franja etaria comparte una carac- sectores como una forma de ascenso social, y a pe-
terística importante al momento de definir qué im- sar de que los nuevos contextos han transformado
plica ser joven –teniendo en cuenta las dinámicas los modos de acceso al trabajo, nos podríamos
de las grandes ciudades y este contexto histórico– aventurar a decir que, en las clases medias, la uni-
son sujetos en preparación para el futuro: sujetos versidad sigue contando con cierto prestigio y cier-
en su etapa de formación profesional, en la bús- ta idea de movilidad social.
queda de un empleo relativamente estable, de una En esta línea, y vinculado a los usos de las nue-
independencia económica de sus padres. Por otro vas tecnologías, podemos pensar junto a Rosalía
lado, también el mercado los posiciona como per- Winocur que “ la universidad pública, independien-
tenecientes al grupo jóvenes: dirige productos es- temente del origen socio-cultural de los jóvenes,
pecíficos a esta franja generacional, genera trayec- constituye un ámbito privilegiado de socialización
tos de consumo cultural –espectáculos, circuitos de informática vinculado no sólo a las exigencias curri-
bares y discotecas, grupos musicales de moda–. Y, culares sino también a la cultura universitaria” (Wi-
en cierta forma, también el mercado de las tecno- nocur, 2006).
Primeras aproximaciones a nuestra problemática de parte sólo con otros jóvenes. Es uno de los espacios
estudio que los diferencian e identifican.
Así como el televisor se trasladó (o se duplicó)
Nuestra investigación se encuentra en una pri- del living o comedor familiar a la habitación, lo mis-
mera etapa. Hemos realizado, hasta el momento, mo está ocurriendo con la computadora. La habita-
dos tipos diferentes de encuestas semi-dirigidas a ción, el ámbito privado por excelencia, se transfor-
alumnos que cursan materias de primer año en la ma de esta manera en un umbral, en términos de
sede de La Plata y en dos de las extensiones áulicas Silverstone, al mundo; un espacio multimedial des-
de la Facultad de Periodismo y Comunicación So- de donde, en soledad física, se puede estar en con-
cial: Moreno y Formosa. tacto con el otro y lo otro.
La primera encuesta estaba referida a hábitos Antes los límites entre lo público –aquel espacio
de lo que se conoce como consumo cultural (pro- que durante varios siglos perteneció sólo a los hom-
gramas de televisión, libros, películas). La segunda bres blancos, aquel espacio donde parecía darse el
encuesta estuvo específicamente destinada a los debate por lo político, aquel espacio de lo común–
usos de las nuevas tecnologías (usos de Internet y lo privado parecían estar claros. Hoy esa línea no
–chats, fotologs, comunidades virtuales– de los jue- sólo se ha corrido, sino que principalmente se ha di-
gos en red, del celular). En una segunda etapa se fuminado. ¿Cuánto de las nuevas prácticas y usos
realizarán entrevistas individuales y grupales. de los medios ha posibilitado este borramiento?
A partir del primer análisis de los dos tipos de ¿Cuánto de las nuevas maneras de participar y es-
encuestas realizados encontramos algunas tenden- tar en el mundo de los jóvenes contribuyen a trans-
cias respecto de las transformaciones en los modos formar estas esferas que parecían tan claramente
de socialización a partir de los usos y apropiaciones dadas?
de las nuevas tecnologías. A continuación desarro- Los medios ocupando el espacio privado del ho-
llaremos algunos de los que consideramos aspectos gar, pero jugando a ser la conexión con el mundo,
centrales para pensar el vínculo con las TICs. jugando a que el living, a que la habitación sean lu-
gares desde donde ser parte de lo común.
Espacios públicos, espacios privados. La casa y el Sin embargo, esta posibilidad de estar en lo pú-
cyber blico desde lo privado también tiene que ver con
sectores, con posibilidades de acceso. Mientras al-
Uno de los datos que surgió del primer análisis gunos pueden convertir el espacio privado de su
de las encuestas es desde dónde se conectan a In- habitación en un umbral al mundo, otros tienen
ternet. En La Plata, la mayoría de los encuestados que hacer nuevos usos de lo público, resignificar el
dice conectarse, principalmente desde su casa. Y espacio de lo común y, de algún modo, darle usos
aquí es interesante reflexionar sobre el lugar físico privados.
que ocupa la computadora en el hogar. La ubica- En Formosa, por ejemplo, la mayoría de los es-
ción delimita lo colectivo y lo individual dentro del tudiantes manifestó que, principalmente, se conec-
espacio familiar, habla sobre expectativas y condi- tan a Internet desde un cyber. Partiendo de este
ciones de uso. Por ejemplo, la presencia de la com- punto, podemos empezar a ver las diferencias en
putadora en la habitación marca un uso individual, los modos de apropiarse de las nuevas tecnologías.
solitario (en términos físicos). La habitación para un Conectarse desde un cyber adquiere otros sentidos
joven es un espacio íntimo, reservado, que se com- que hacerlo desde la intimidad de la habitación.
Acá la relación entre lo público y lo privado entra a actividades comunes entre los jóvenes. Así, estas
jugar de un modo distinto. El cyber es en sí un es- prácticas suponen, al menos, un doble tipo de en-
pacio público y, a la vez, un umbral a esos otros cuentro: uno con el mundo que se abre desde la
mundos que se nos abren a través de la ventana de pantalla y otro con el más cercano de la habitación
Internet. Y también existen diferentes modos de o el cyber.
transitar ese espacio público del cyber que, en mu- En este sentido es importante resaltar una dife-
chos casos, intenta reproducir el ámbito de privaci- rencia encontrada entre las encuestas de La Plata y
dad, una intimidad simulada, endeble, construida las de Formosa. En La Plata muy pocos estudiantes
de tabiques de madera terciada. Lo importante es aseguraron juntarse físicamente para jugar en red o
que no se pueda ver la pantalla del otro, del vecino. conectarse a Internet; en Formosa, en cambio, no
Y, sin embargo, muchas veces el cyber se vuelve un sólo se produce este encuentro, sino que muchas
espacio de encuentro físico, un lugar para estar cor- veces también hasta comparten un nick en el mes-
poralmente con el otro. senger, es decir que chatean en grupo desde un
Se vuelve interesante pensar en el cyber como mismo usuario.
lugar de encuentro virtual, pero también físico. El
cyber resignificado y apropiado con la lógica que Comunidades virtuales, un espacio para estar con
antes tenían otros espacios como el club o la esqui- el otro
na. Entonces, el cyber es un espacio social urbano
emergente sustentado en las prácticas con las nue- Facebook y Hi5 son ejemplos de los nuevos es-
vas tecnologías de la comunicación y la informa- pacios de sociabilidad que surgen en Internet. Allí,
ción. En Formosa, a diferencia de La Plata, pode- los jóvenes construyen un perfil, crean una imagen
mos observar que hay otras formas de habitar la de sí mismos para mostrar a los otros, se conectan
ciudad. Mientras que en la capital de la provincia con sus conocidos, hacen nuevos amigos, suben fo-
de Buenos Aires hay cada vez más un circuito por tos, videos, se mandan regalos virtuales y mensajes.
espacios privados, en Formosa hay uno vinculado a “En el corazón de las redes sociales está el inter-
lo público: la plaza, la rambla, la costanera. En es- cambio de información personal” (Bauman, 2007).
te sentido, en Formosa, el cyber es un espacio más Los motivos que movilizan a participar de estas
de encuentro social. Lejos de elegirlo por meras comunidades virtuales son cada vez más variados y
cuestiones técnicas vinculadas a la cantidad de má- es esta variedad, esta diversidad, la que viene a
quinas disponibles o la velocidad de las mismas, el aportar un interés de la cátedra por investigar y
cyber se elige con relación a los grupos de perte- analizar los usos en torno a estas nuevas formas de
nencia. Y allí el encuentro puede ser para chatear estar con el otro, de constituirse en comunidad. Co-
o jugar en red, principales actividades que recono- munidades que ya no se delimitan por la pertenen-
cieron los estudiantes formoseños en relación con cia a un territorio –lo local, lo nacional– ni tampoco
las nuevas tecnologías; pero también puede ser un simplemente por una sensación abstracta de perte-
lugar de referencia, un lugar para juntarse y ver nencia –las comunidades virtuales de las que habla-
“qué se hace después”. ba Anderson: sentirse parte del público de un pro-
Si bien el uso de la computadora se presume grama de televisión, parte de los lectores de un dia-
como individual, muchas veces se convierte en una rio o de un libro– estas comunidades virtuales se
actividad en grupo: juntarse a jugar juegos en red, definen de maneras distintas: ya no están unidas al
a chatear, a subir fotos a los fotologs parecen ser territorio, ni tampoco son simplemente imaginadas;
son espacios de encuentro que se delimitan a partir sentirnos ligados, unidos a aquellos que hemos de-
de otras características: gustos, intereses, pertenen- jado atrás. Las tecnologías permiten seguir en con-
cias institucionales. tacto a pesar del desarraigo. Es en este contexto que
En las encuestas pudimos ver que el 30% de los Facebook o Hi5 se constituyen en espacios en los
alumnos que contestó el cuestionario participa de cuales encontrarse sigue siendo posible.
comunidades virtuales como Facebook, Hi5 o tiene Pero como todo espacio, también es resignifica-
un fotolog, o un blog. Cuando empezamos a ras- do, cargado de otros sentidos que hoy permiten
trear los perfiles de estos alumnos encontramos al- que los alumnos de Comunicación Social generen
go que nos resultó interesante. Algunos de los en- un vínculo más allá de las aulas de clase e, incluso,
cuestados participan de un espacio de Facebook en puedan compartir experiencias con alumnos que
donde postean sus impresiones de la carrera, se ha- cursan en las extensiones que tiene la Facultad, con
cen recomendaciones en torno a qué materias cur- los que no podrían encontrarse en las aulas.
sar y comparten bibliografía. También suben pro- Uno de los aspectos significativos de este ejem-
ducciones que realizan en distintas cursadas. plo, de este facebook donde los alumnos compar-
Lo significativo de este espacio on line es que ten sus experiencias académicas, es que lo que los
fue creado por los propios alumnos, no es un espa- nuclea es ser estudiantes de Periodismo de la UNLP;
cio institucional, son ellos mismos los que sienten la el objetivo es construir lazos que les permitan tran-
necesidad de compartir sus impresiones y produc- sitar la carrera; pero también que les abran vínculos
ciones de la carrera. Muchos de estos participantes al futuro1. Se juntan como grupo a partir de una
del grupo de Facebook quizás cursen juntos, pero institución, una carrera en común. Es decir, un mo-
como expresan en sus comentarios muchos no se do de organización que todos transitan en el espa-
conocen físicamente, sino sólo a través de este es- cio off line es lo que los nuclea en el espacio de lo
pacio virtual. on line. Pero este espacio adquiere nuevos sentidos,
Facebook surgió como un lugar que permitía se rige por otras reglas de lenguaje, de permitidos
ponerse en contacto con personas que habías perdi- y no permitidos. No es un aula virtual, funciona qui-
do de vista, personas de otra época de la vida con zás más como un recreo, un buffet en el que se reú-
las que era posible volverse a contactar en el espa- nen después de clase, con la diferencia de que no
cio de lo on line. Facebook abrió la posibilidad de re- limita el contacto a los que ya se conocen, a los que
conocer caras en la multitud, seguir conectados a cursan juntos, sino que lo extiende a personas que
través de los años, vincularse en un mundo que se incluso nunca cursaron en la UNLP pero han hecho
vuelve paradójicamente cada vez más extenso. Por- la misma carrera en otras universidades del país o
que a la vez que las distancias se acortan en tiempo, del mundo y quieren compartir experiencias. Ade-
el mundo se vuelve –al menos para aquellos que más, es un ámbito que posibilita compartir en mul-
pueden trasladarse– más transitable no sólo para timedial, por lo que se constituye también en un es-
viajes y placer, sino también para conseguir mejores pacio para mostrar y dar a conocer producciones
1 Encontramos al menos cuatro condiciones laborales y oportunidades educativas. periodísticas realizadas en las distintas materias.
grupos en Facebook creados por Antes las migraciones eran poco comunes, las per- Para aquellos que creen que estas comunidades
estudiantes de Periodismo con el sonas estaban más ancladas a su lugar, a su comu- virtuales son sólo para postear fotos o conseguir ci-
fin de compartir experiencias mate-
nidad. Hoy lo local y la pertenencia se construyen tas, la experiencia de estos alumnos da cuenta de
riales de la carrera. Uno de ellos de
alumnos de la Extensión que la Fa- desde otros lugares. Son las nuevas tecnologías las otros usos, de otras significaciones. Este grupo de
cultad tiene en el ISER. que nos permiten, como señala Arjun Appadurai, alumnos encontró en Facebook un ámbito para de-
Q/jcioSTerrestres
batir, reflexionar y compartir sus producciones. Un Como docentes, como investigadores, como
ámbito de construcción social del conocimiento. Y, miembros de una cátedra que estudia la comuni-
aunque suene utópico, las comunidades virtuales cación y los medios, no podemos permanecer im-
abren estas posibilidades, la de encontrarse y com- pasibles frente a esos cambios. Debemos analizar
partir con los otros no sólo los intereses, sino tam- los usos y significaciones que dan nuestros alum-
bién las dudas y las problemáticas cotidianas. ¿Po- nos a las nuevas tecnologías para comprender así
dremos empezar a pensar las comunidades virtua- sus nuevas representaciones, sus nuevos imagina-
les como nuevos modos de organización? Ya exis- rios sobre el mundo. Y debemos entender a esas
ten experiencias en el mundo que dan cuenta de tecnologías en un contexto atravesado por los in-
que la organización en pos de objetivos comunes es tereses del capital, un contexto en el que las rela-
posible en Internet. ciones laborales, las relaciones interpersonales han
cambiado.
Palabras no tan finales En un momento del presente trabajo nos refe-
ríamos a las transformaciones en la percepción del
Lo que presentamos hasta aquí es parte del re- tiempo, a la sensación que todo debe darse ya, en
corrido inicial en el que nos hemos embarcado des- el instante; esta sensación se construye no sólo a
de la cátedra con el proyecto de investigación “Mo- partir de la velocidad que se les imprime a las nue-
dos de socialización de los estudiantes de comuni- vas tecnologías, no sólo gracias a la velocidad de
cación social: uso y apropiaciones de las TICs”. En- los satélites, esta sensación de presente perma-
tendemos este trabajo como un primer trazado, nente que los discursos de los medios de comuni-
una primera puesta en común de ciertas pinceladas cación ayudan a instalar se construye también des-
de un estilo de época y, cuando uno hace pincela- de las relaciones con el mercado, con las marcas y
das de lo general, a veces deja inevitablemente fue- lo efímero de la moda; pero también con lo ines-
ra lo particular. Conocemos estas limitaciones que table de los puestos de trabajo, con lo inestable de
presenta cualquier trabajo que intenta explorar las economías mundiales.
prácticas, usos, resignificaciones en el mismo mo- En este contexto se inscriben los jóvenes que
mento en que se están dando y sabemos también usan hoy las nuevas tecnologías y es a partir de esas
que este artículo seguramente ha abierto más pre- prácticas, de esas vivencias, que las resignifican,
guntas de las que ha podido responder. que las incorporan en sus dinámicas cotidianas, que
Sin embargo, consideramos que es a veces tan les imprimen la urgencia de los tiempos, lo simultá-
valioso como dar respuestas, empezar a interrogar- neo de las acciones, lo (des)ordenado de las bús-
se, empezar a desnaturalizar lo que resulta obvio y quedas y lo hipervincular de las lecturas. Son esos
cotidiano para analizar qué representaciones, qué los nudos que debemos desatar para entender la
imaginarios, qué maneras de pensar el mundo en- conformación de los nuevos modos de tejer las re-
tran en juego en eso que transitamos diariamente. des sociales, de los nuevos modos de ser y estar en
Como señalamos numerosas veces a lo largo el mundo, en los mundos de lo on line y lo off line.
del trabajo, los modos de vincularnos con los otros
y con el mundo se han transformado y los jóvenes BIBLIOGRAFÍA
son los principales protagonistas y dinamizadores
de esa transformación; son ellos los que viven esos -BAUMAN, Zygmunt. Vida de consumo, Fondo de
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68, N° 3, Universidad Autónoma de México-Institu-
to de investigaciones Sociales, México, 2006.
QjjcÍOStierrestres
LOS JÓVENES
Y LAS PANTALLAS
Nuevas formas de sociabilidad
ISBN: 978-84-9784-269-3
Impreso en Argentina
Printed in Argentina
Roxana Morduchowicz
l
1
carga en los medios audiovisuales.Ja-causalidad de.la crisis de la
lectura y del empobrecimiento cultural en general. Mientras el li-
bro es declarado espacio propio .de la razón y el argumento, del
cálculo y la reflexión, el mundo de la imagen masiva es reducido a
espacios de las identificaciones primarias y las proyecciones irra-
cionales de las manipulaciones consun:listas,,,. Y s.i en la prensa es-
crita se gestó el espacio público, en la imagen televisiva se engen-
dra hoy la más masificada homogeneización y el repliegue hacia lo
privado (Martín-Barbero, 20036).
En virtud de ello, las pantallas fueron desvalorizadas por la es-
cuela. Nacida de la letra impresa, la institución escolar consideró
al cine y a la televisión influencias negativas que amenazaban la
cultura. El «poder de corrupción» de las pantallas alcanzaba espe-
cialmente a los niños y jóvenes, sobre quienes ejercía sus máximos
1 efectos. El auge del lenguaje audiovisual fue para muchos, el inicio
de una degradación cultural. Durante décadas los docentes dedica-
j r()n -~u1__~~fuer:;¡:q~__<l__dt:Je_nderse de «la amenáza )) que representaban _
las pantallas para la cultura.
La televisión, enérgicamente cuestionada, h;1bía nacido como
un medio de evasión, por oposición a la disciplina, al esfuerzo y a
la austeridad con las que se asociaba a la escuela y a la alta cultu-
20 / LOS JÓVENES Y l.AS PANTALlAS
Bibliografía
Jesús Martín-Barbero .
1. Margulis et al., 1994; Pérez Islas, 2000; Reguillo, 1991 y 2000; Feixa, 1994.
28 / LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS
2. la relación medios/culturas/jóvenes
lugar donde el uso del ordenador es más pasivo, casi inerte, es la es-
cuela, donde los .niños y niñas solo pueden hacer en aquel las activi-
dades que les «dicta» el apren.dizaje -en muchas escuelas, sobre
todo públicas, se trata de un aprendizaje con manual-, y donde
cualquier intefacción no «autorizada» por el maestro es penalizada.
Y lo que es peor, pues resulta ofensivo para el nacionalismo rilex'i-
cano: en las escuelas públicas el manual de aprendizaje de compu-
tación es de Microsoft, que al. final de los dos años les otorga a los
alumnos ¡un certificado firmado por Bill Gates! Todo lo que en el
ordenador hay de interfaz entre el trabajo y el juego -que es la cla-
ve de la creatividad en esa etapa de la vida- es prohibido, y de esta
manera lo que la escuela les enseña no es a jugar/disfrutar del orde-
nador, sino tareas predisefiadas que castran de raíz las potencialida-
des de búsqueda arriesgada y de escrituras diversas; en definitiva,
las posibilidades de buscar y perderse, sin las cuales es imposible el
interactuar, el _descubrir y el innovar. Puesto que el juego es única-
mente para la hora del recreo, la escuela resulta ll1capaz de entender
el más antiguo y el más nuevo sentido que tiene el verbo navegar, que
es a la vez conducir y explorar, manejar y arriesgar. En· cuanto a la
utilización del-ordenador en la casa, enc_ontramos_un uso_a mitad de
-camfr10 ~entre-ef Control q~e-ejerce-Ia- escuela y la libertad cjue permi-
te el cibercafé: la preocupación .de los padres por lo malo
que puedan ver los niños en la televisión se traslada a todo lo perni-
cioso que pueden encontrar los adolescentes eil Internet, pero la in-
geniosidad de los adolescentes en su rclacióa con la tecnología les
permite evadir-o {<ir más allá,, de lo que la censura 1noral o electró-
nica les veta, Y de ese modo el uso casero del ordenador permite el
chat y la participación en blogs, y no poca navegación en mar abier-
to. Lo que no parece tan frecuente en la casa es el uso grupal del ore-
nador entré adolescentes: prevalece así un uso mucho más individual
y privado, y en :gran medida no «dictado>, pero sí convencional.
lugar del cerebro radicalmente distinto y distante del lugar que alo-
ja a las emociones, la imaginación y los deseos. Aún queda entre
nuestros intelectuales no poco de aquel racionalismo que identifica
el sujeto humano con el sujeto del conócimiento acuñado pür Des-
cartes, al identificar a su vez el conocimiento con aquello que da
<<realidad y sentido» a toda la existencia humana. En tal sujeto, la
capacidad de reflexionar sobre su propio saber proviene de un ges-
to de separación radical entre mente y cuerpo: el axioma «pienso,
luego existo» es la postulación de un yo independiente o separado
del espesor viscoso de lo corporal, de «sus» pasiones o sentimien-
tos, fobias o afectos. El sujeto moderno del conocimiento quedó
así definido como un espacio de relaciones geométricas, esto es
«claras y distintas» pero sin profundidad de campo. Similar al
efecto de realidad que se produce en la pintura desde la perspecti-
va renacentista, la racionalidad del conocímiento propicia una sen-
sación de realidad más fuerte que la realidad misma. ¿No llevó
Hegel esa razón a su éxtasis cuando identificó lo real con lo racio-
nal y viceversa? Pero, como sucede en la pintura engaña-ojo, en la
que lo que se ve es lo real, el ojo del_pintor p;;~r_t:cer(ª--d~_~apir_e_cer_ __
del cuadro que mira el espectador escamoteando todo lo que en él
hay de punto de vista y de sujeto pintor que también mira. Con lo
que el mundo, lo real, ~esu.lta constituido por el sujeto en su propia
capacidad de pensar, de razonar. Es contra esa idealidad esquizoi-
de que Maurice Merleau-Ponty (1945; 1964) escribió su obra filo-
sófica, toda ella rescatando el lugar propio y activo de la percep-
ció_n -cuerpo/espíritu- en el.proceso del conocer, proceso insc_ripto
en los mundos de vida, yacimientos del sentido a los que nos da ac-
ceso la fenomenología.
Esta, en apariencia, divagación filosófica, está aquí porque po-
ne sobre el tapete, y en debate, la soterrada base sobre la que-aún
buena parte de los adultos, y especialmente de los maestros, cons-
truyen la visión que tienen de lo que de los jóvenes cabe en la es-
cuela, reducidos a sujetos del aprender. Y ello hoy, cuando el suje-
to joven que habita nuestras ciudades, nuestros hogares y escúelas
se halla a años luz de la estabilidad postulada por el sujeto carte-
siano,-La- identidad del su¡ero-qm, liabitá ñtiestrn-inundo occiden-
tal es la de un individuo que sufre de una constante inestabilidad
i<lentitaria y una fragmentación de la subjetiVidad cada día mayor.
Hasta gente tan poco posmoderna como Jürgen Habermas acepta
qrie en nuestras sociedades, donde ya no hay una inst.ancia central
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36 / LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS
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- 40 / LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS
De retorno a Colombia
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1 Lo que hay de certero en ese modo de comprensión es que
torna legibles e inteligibles algunas de las narrativas más aparen-
1 temente opacas. Me refiero a aquella que trata de la recuperación
por parte de los jóvenes urbanos de los más viejos y tradicionales
1 relatos rurales de miedo y de misterio, de fantasmas, ánimas y re-
sucitados, de figuras satánicas y cuerpos poseídos, en «tenaz
1
trar en esa amalgama de relatos rurales y urbanos un ámbito es-
tratégico de moldeamiento activo de sus culturas, para d9tarlas de
supervivencia tanto en sus dimensiones más largas y raizales como
en sus valort'S más utilitarios: los ligados al éxito en los noviazgos
o en las operaciones del contrabando. Pero en todo caso, lo que
aparece de valioso en esas narrativas es el ejercicio de un especial
saber proveniente de una experiencia sensorial -los módos como
el joven habita el territorio y sus memorias- y de una competen-
cia colectiva que es capaz de torna_r visible la geografía de la me-
moria colectiva, y a señalar su temperatura en el termómetro de
las violencias y en el de los gustos, especialmente los del sonido,
los del olor y los del sabor.
Bibliografía _____ --
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44 / LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS
RESUMEN.
El estudio de los derechos gremiales de los estudiantes secundarios en las escuelas públicas ha sido
una temática escasamente indagada en nuestro medio. Las dificultades organizativas se encuentran
relacionadas con las trayectorias estudiantiles en las instancias organizativas como los centros de
estudiantes, las estructuras de poder institucional y normativo instaladas en las escuelas, y las
particulares condiciones de los escenarios escolares. El juego de los diversos sujetos presentes en la
institución se complejiza por la dinámica y ejercicio del poder en la escena institucional escolar. Al
respecto nos preguntamos: ¿Qué parámetros organizativos se plantean respecto de la participación
ciudadana de los jóvenes estudiantes? ¿Qué viabilidad plantean los gérmenes organizativos de
estudiantes secundarios en los formatos actuales para la agremiación juvenil? Los derechos
ciudadanos sean civiles, políticos, sociales gremiales o reproductivos, permanecen condicionados en
términos estructurales, por la lógicas de organización social tanto como por los espacios sociales e
institucionales, incluida la escuela. En tal sentido, la investigación que planteamos pretende hacer un
aporte al estudio de las particularidades de los procesos de institucionalización de centros de
estudiantes en escuelas medias y su relación con la construcción de representaciones sociales de los
jóvenes en torno a la ciudadanía.
Palabras clave: AGREMIACION JUVENIL – CIUDADANÍA
Introducción.
El estudio de los derechos gremiales de los estudiantes secundarios en las escuelas públicas ha sido
una temática escasamente indagada en nuestro medio y pareciera que sólo es objetivada ante
situaciones de conflicto, como por ejemplo las tomas de escuelas del 2010 en Buenos Aires y
Córdoba. Por otra parte, las dificultades organizativas planteadas por los estudiantes secundarios en
esas instancias, se encuentran relacionadas con diversos aspectos de sus propias trayectorias
estudiantiles de participación, en centros de estudiantes, en las estructuras de poder institucional y
normativo instaladas en las escuelas, y en otras organizaciones escolares. El interjuego de los
diversos sujetos institucionales por motivos gremiales, se complejiza con la dinámica y ejercicio del
poder en la escena institucional escolar. Ante esta cuestión surgen diversos tipos de interrogantes.
¿Es posible fortalecer el proyecto institucional en la escuela pública involucrando a los estudiantes
en su dimensión gremial? ¿Qué parámetros organizativos se plantean respecto de la participación
ciudadana de los jóvenes estudiantes? ¿Qué viabilidad plantean los gérmenes organizativos de
estudiantes secundarios en los formatos actuales? ¿Qué aporta el Trabajo Social en este tipo de
instancias?
1 Gabriela Rotondi, Lic. en Trabajo Social, Magíster en Ciencias Sociales, Doctoranda de Ciencia política. Universidad Nacional de Córdoba.
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Teniendo en cuenta los rasgos institucionales de las escuelas públicas de Córdoba intentaremos
entonces, reflexionar sobre los aspectos organizativos de los estudiantes secundarios, a partir del
estudio de los procesos de agremiación al interior de un espacio institucional educativo: las escuelas
públicas y su aporte a la condición ciudadana de los estudiantes secundarios. Consideraremos
particularmente como marco, aspectos normativos propios de la política educativa respecto de la
participación juvenil en nuestro medio (Legislación nacional y Normativa de centros de estudiantes
Res. 124/10 del Gobierno Provincial de Córdoba)
2 Investigación desarrollada en la Escuela de Trabajo Social, Universidad Nacional de Córdoba con el apoyo de la Secretaría de Ciencia y Técnica UNC. 20010 – 2011. Dirigida por Mgtr.
Gabriela Rotondi, Investigadores principales. LIc. Cristina Fonseca y Lic. Dolores Verón. Investigadores Auxiliares. Lic. Marcelo Corona, Lic. Adriana Varela; Lic. Elizabeth Barraza,
Lic. Paula Gaitán-
3 ARTÍCULO 4°.- El Estado Nacional, las Provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene la responsabilidad principal e indelegable de proveer una Educación integral,
permanente y de calidad para todos/as los/as habitantes de la Nación, garantizando la igualdad, gratuidad y equidad en el ejercicio de este derecho, con la participación de las
organizaciones sociales y las familias.
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4 Se han realizado a la fecha 4 Encuentros de centros de estudiantes, con la participación de más de 4000 jóvenes de escuelas públicas prioritariamente, organizados por la Cátedra
Teoría, espacios y Estrategias de Intervención IV – Institucional desde la línea de Extensión del equipo. Esta experiencia y sus antecedentes han sido premiados en diversas ocasiones
obteniendo fondos para su desarrollo de El Programa de Mejora de la escuela media, Ministerio de Educación de la Nación (2004/2007); Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
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Estos espacios despliegan particularmente la posibilidad de estudiar las maneras en que los jóvenes
instalan posibilidades de agremiación en ámbitos institucionales, con lógicas de mayor formalidad y
con marcos que si bien abren el juego a la chance organizativa de los jóvenes, simultáneamente
obturan estas mismas posibilidades con otras normativas y/o discursos que plantean el cierre a los
canales de participación en las escuelas. Estas prácticas y en particular los encuentros de centros de
estudiantes, en los cuales el debate de la agremiación han sido el eje que motoriza a los estudiantes
secundarios, junto a una demanda social construida con las tomas estudiantiles nos plantea algunos
datos relativos a lo que los jóvenes piensan respecto de la agremiación juvenil.
En primera instancia entonces queremos recuperar algunos elementos derivados de las conclusiones
de los encuentros de centros de estudiantes. Particularmente recuperar elementos respecto del
interrogante: ¿Qué plantean los estudiantes secundarios cuando se les pregunta sobre: ¿qué es un
Centro de Estudiantes?5.
Al respecto se expresa respecto de los Centros de estudiantes en los encuentros: “Son el lugar donde
se plantean dudas y se realizan ideas” “Nuestro lugar”; “Para hacer frente a los profes y
directivos”; “Trabajo en conjunto”; “El centro de estudiantes es un conjunto de personas que se
reúnen para un fin que es el bien común”; “Expresar lo que se piensa”; “Colaborar”
Esta diversidad aporta respecto de las miradas de la cuestión organizativa, y obviamente no
encontramos en el colectivo estudiantil elementos que hagan a una lectura única o compacta respecto
de lo que significa organizarse. Participar y organizar aparecen como caras de una misma cuestión,
que además expresan objetivos diversos, que son en definitiva lo planteado por los jóvenes cuando se
pregunta qué es un centro de estudiantes. Es claro que prima la idea de lo colectivo como elemento
que los aglutina en un centro de estudiantes así como también la idea de comunicar y expresar,
cuestiones propias. Esto se repite además en las entrevistas realizadas desde la investigación que
reflejan algunos particulares rasgos de la organización estudiantil expresados en los siguientes
testimonios: “El Centro de Estudiantes. Es un medio de comunicación que hay entre los directivos
mayormente, y los profesores, entre los alumnos es el medio que nos comunica más directamente,
entre lo que es realidad del alumnado y los directores, a los Inspectores de los Colegios, los chicos
nos dan sus quejas, nosotros lo ponemos en nota, o se lo pasamos oralmente a Cecilia, o leemos
notas, de lo que hagamos depende nuestro éxito, si tenemos algún problema, tratamos de
solucionarlo con los profesores, que hay veces mal entendidos entre los alumnos con los profesores,
a veces mal entendido entre los alumnos con los preceptores de modo que sean equitativamente y
que las cosas no sean injustas, hay veces que hay profesores o profesoras que vienen con un mal
día…y se la agarran con nosotros y esos son días de discusiones que siempre pasan. El fin del
Centro de Estudiantes es esa comunicación que existe entre los alumnos y los profesores para
solucionar los malos entendidos y problemas que hay”
“Aparte trabajar por nuestros derechos, también hacer el Colegio menos aburrido en sí, plantear
actividades como campeonatos, como el tema del mete gol, la fecha de la primavera, partes de
trabajo en gimnasio…”
“Hay que tener en cuenta que son relaciones humanas, que estamos hablando de personas y por
más que seamos centro de estudiante nosotros somos alumnos también, y no tenemos por ahí la
autoridad como para ir y cuestionar y solucionar problemas que están fuera de nuestro alcance.
Flacso (2007); Voluntariado Universitario Nacional (2009). Y reunió a diversos sectores docentes, estudiantiles y egresados universitarios que colaboraron e hicieron posible la
experiencia.
5 Nos basaremos en los testimonios de alumnos entrevistados en la investigación pertenecientes a las escuelas de la Escuela jerónimo Luis de Cabrera y Carolina Visca. Córdoba
2010.
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Hay cosas que muchas veces nos piden y que nosotros no podemos ir a solucionar, que están fuera
del centro de estudiante…” “Yo creo que el hecho de que se llame centro de estudiantes es porque
está liderado por estudiantes, y me parece que es importante que cada curso tenga su líder o
representante ante la colectividad de la institución. Me parece que el centro es algo como la
minoría de los alumnos en conjunto, y sirve un montón para la hora de manifestarnos nosotros, en
lugar de ir todo el curso a hablar sobre tales puntos, sino que un representante hable con la
directora en nombre de todos...” La participación yo creo que es escuchar y ser escuchado. Me
parece que es comunicarse, requiere de otras personas, uno no puede participar de algo si esta solo,
también necesita de una organización”
“Yo creo que participar en cualquier ámbito no solo nos podemos referir a un centro de estudiante.
Yo creo que el hecho de levantarse y hablar con los compañeros del curso ya es un modo de
participación, opinar sobre algo es participar. Manifestarse artísticamente es participar. Es un
concepto amplio en el que uno puede referirse distintos tipos de manifestaciones”
Estos elementos derivados de las entrevistas cualitativas de la investigación, señalan algunas
cuestiones significativas respecto de los procesos de conformación de un centro de estudiantes:
En segundo lugar esta interlocución implica poder expresar “cosas del colectivo”,
cuestiones comunes que requieren ser tratadas por algún motivo (dificultades escolares,
reclamo de derechos, puesta en común).
En tercer lugar pareciera que emerge una necesidad de participación vinculada también a
las posibilidades de hacerse escuchar como colectivo que acciona ante sus propios
problemas de agremiación.
Y en cuarto lugar no queremos dejar de mencionar que desde los disciplinar planteamos la
existencia de una nueva demanda profesional que se plantea desde la institución escuela
para el abordaje, apoyo y fortalecimiento a una organización estudiantil.
Se complementan estos testimonios con las expresiones respecto de aquello a lo que aluden los
estudiantes cuando se les interroga sobre los para qué de los centros de estudiantes. En los
encuentros aparecen como respuestas del por qué organizarse: “Permite el ejercicio de la
capacidad de asociarse”; “Armar iniciativas”; “Escuchar y aportar”; “Mejorar la calidad de vida
en la escuela (académica, infraestructura, etc.)”; “No solo es un espacio sólo para quejas, sino para
iniciarse en la experiencia democrática”; “Plantear proyectos”; “Respaldo”; “Acompañamiento”;
“Pertenencia”
Estas expresiones puntuales que señalan las aspiraciones de los jóvenes estudiantes, tienen su
correlato en las demandas que las instituciones realizan, concretamente a la cátedra Teoría,
Espacios y Estrategias de Intervención IV – Institucional y Trabajo Social V Intervención en
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Las demandas muestran que si bien pareciera que en la escuela está presente la normativa relativa
a la conformación de centros de estudiantes y aun la necesidad de los mismos, no aparecen – al
menos en las demandas relevadas-procesos de acción institucional previos a la conformación de
centros de estudiantes, por lo que la expectativa vincula la posibilidad de participación a acciones
específicas de Trabajo Social. O en los casos donde si existe antecedente la demanda se centra en
fortalecer canales de encuentro, diálogo, etc. entre la institución y el centro de estudiantes.
Si está claro, que los desarrollos organizativos aparecen aun débiles y cuenta de ellos dan las
demandas que realizan docentes o directivos sobre el tema, y no necesariamente son realizadas
por los estudiantes.
Podemos dejar constancia que:
Demandan en 2006 a la Cátedra 53 escuelas, de las cuales solo 2 (dos) expresan claramente
una demanda para apoyar la conformación de centros de estudiantes.
Durante 2008, demandan a la cátedra 23 escuelas, de las cuales 7 solicitan atención para el
centro de estudiantes.
En 2010 sobre 30 demandas diez –un tercio de ellas- solicitan apoyo, o aporte al
fortalecimiento de centros de estudiantes. Podemos observar un crecimiento de la demanda
para apoyo a organizaciones estudiantiles que podemos relacionar con al menos tres
cuestiones: la convocatoria en sí que realiza la cátedra; las normativas existentes y sus
modificaciones y el impacto de los Encuentros de Centros de Estudiantes que definen no solo
una progresión respecto de la participación; sino además una divulgación y con ella
requerimientos sobre el tema.
6
Todos los miembros del equipo de investigación pertenecen o se han formado en el marco de esta cátedra, del
mismo modo que la experiencia de trabajo con los Centros de estudiantes ha tenido su inicio y desarrollo en este
ámbito. Las demandas a las que aludimos la realizan instituciones escolares que desean contar con equipos de ésta
cátedra para realizar trabajos anuales entre estudiantes y docentes.
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Otro elemento que podemos leer de la expresión de estas demandas son las diferentes
posiciones de los adultos ante el tema: Crear o conformar un centro, sin duda es tarea de sus
principales actores, los estudiantes. La demanda de crear, conlleva, o al menos eso pareciera, una
iniciativa de actores institucionales que tal vez consideren necesario dar el puntapié inicial en estos
procesos. ¿Qué implica esto para las organizaciones juveniles? ¿Podemos pensar en adultos
llevando la delantera organizativa en un espacio como la escuela que además conducen los mismos
adultos? Sin duda es un tema de reflexión. Por otra parte emerge de las expresiones de las demandas
otra cuestión, el hecho de que las organizaciones estudiantiles se encuentran en diverso tipo de
procesos de gestión organizativa, donde no tiene la misma relevancia crear, que apoyar, o fortalecer.
Estos matices expresan estas posibles diferencias en los procesos de organización de los estudiantes.
Podemos aun leer otro elemento de estas demandas, y es el hecho de las problemáticas colaterales
que expresan los adultos cercanas a lo organizativo, la comunicación; el abordaje de conflictos,
pareciera que son una vía de entrada al tema –al menos para los adultos– que también hay que
considerar a la hora de relevar experiencias.
7 Rotondi, Gabriela, Proyecto de Investigación: Género y Educación Sexual: Institucionalización de una política pública. (En el marco de la implementación de la ley 26150, Programa de
Educación Sexual en las Escuelas)
8 Encuentro Regional realizado en la Ciudad de Oliva 2010.
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la demanda mediada por estas instituciones, ofrece un punto de apertura a las tradicionales pautas de
sujeción a los mandatos institucionales definiendo desde la demanda un punto de autonomía para el
ejercicio profesional que se valida también en esa demanda. Si bien la autonomía de la disciplina es
derivada de las correlaciones de fuerzas construidas en un campo profesional, que históricamente ha
desarrollado esa pauta profesional, esto tampoco podemos plantearlo como una mera instancia de
acción profesional, y queremos entonces registrar este antecedente de cinco años, donde instituciones
públicas establecen particulares tipos de demanda de acción a un Trabajo Social que presuponen
puede abordarlas. Cabe señalar que desde esta cátedra se trabaja con modalidad de demandas desde
el año 1994.
Por otra parte y ya volviendo a la posibilidad de abordar el estudio de los procesos de
institucionalización de estas organizaciones, ligado a las representaciones sociales y el entrenamiento
ciudadano que propician estas instancias organizativas, queremos señalar algunos elementos
particulares de la lectura de esta cuestión. Los procesos de democratización en orden a la ciudadanía
en las instituciones, tienen relación con diverso tipo de dimensiones presentes en la vida institucional
tales como la dimensión organizativo normativa; cultura; comunicación; el proyecto institucional;
entre otras: Pero además estos procesos se vinculan a las posibilidades que los sujetos tienen de
conformar y dar desarrollo a sus organizaciones de acuerdo a sus propias necesidades en el seno de
las instituciones. Este hecho cuenta para nosotros como uno de los disparadores de las demandas de
acción profesional. En relación a esto además, es significativo para nosotros recuperar la noción de
necesidad planteada por Nancy Fraser (1991) respecto de “las políticas de interpretación de las
necesidades” donde ruptura la relación necesidad – satisfactor y plantea que las respuestas políticas
a las necesidades de los sujetos no obedecen solamente a una relación con los recursos disponibles,
sino que considera el discurso de las necesidades como un espacio de contienda donde los grupos
con recursos discursivos (y no discursivos) desiguales compiten por establecer como hegemónica
sus interpretaciones respectivas sobre lo que son las legítimas necesidades sociales Se trata de una
lucha por las necesidades comprendidas en términos analíticos por tres momentos: la disputa por
otorgar estatuto público; la lucha por la interpretación y la lucha final por la satisfacción. Es claro
que la necesidad de organización estudiantil en este ámbito es un asunto que se empieza a debatir en
los espacios públicos fundamentalmente en los últimos años y en tal sentido, la conformación de
organizaciones juveniles en la Escuela, involucra una lectura de la lucha de las necesidades; sus
procesos de desarrollo y fortalecimiento institucional, y el estudio de los procesos de representación
que contribuyen a la construcción de prácticas, valores y representaciones en torno a los derechos y
la ciudadanía entre los jóvenes. “El acto de institución es un acto de comunicación, pero de un tipo
particular: significa a alguien su identidad, pero a la vez en el sentido que la expresa y la impone
expresándola frente a todo…” “Instituir, dar una definición social, una identidad, es también imponer
límites.” Bourdieu (1998) En este sentido el estudio del proceso de institucionalización - en este caso
de organizaciones juveniles surgidas en espacios escolares - plantea particulares desafíos que se
vincularán a las huellas que plasman las instituciones, en los sujetos. Pero además y cuando aludimos
a huellas tendremos que inventariar y analizar los procesos políticos por los cuales circulan las
chances organizativas de los jóvenes. Hay que considerar además que se trata de procesos que
desarrollan al interior de instituciones – organizaciones y en ese sentido el pedido de ayuda –
demanda está de alguna manera garantizado por ese respaldo institucional que se le ofrece desde la
escuela a los centros de estudiantes.
Las cuestiones abordadas con los jóvenes en las instancias organizativo/ políticas de los centros de
estudiantes definen un primer foco de articulación en orden a la condición y formación ciudadana.
En la participación estudiantil se plantean particularidades. Diversas podrían ser las formas de
planteamiento, descripción y/o explicación de la participación estudiantil de los secundarios; tanto
como acción individual; derecho durante las instancias formativas; la mirada de la participación
juvenil desde identidades sociales particulares; la participación desde, o, en la política y/o espacios
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públicos. Sin embargo es también necesaria la lectura de las instancias de participación política
desde una posición y conflicto de intereses de esa situación y posición particular: la de estudiantes
secundarios que operan en un espacio organizativo, los centros de estudiantes, cuyo contexto es la
institución escuela. Los procesos de participación en las instituciones educativas, plantean además
relación con dimensiones analíticas presentes en la vida institucional tales como la dimensión
organizativa normativa; la historia y cultura institucional; las pautas de comunicación; el proyecto
institucional Garay, L (1994); la comunicación y sus discursos, la circulación del poder, los procesos
de institucionalización Berger y Luckman (1968) y los ritos de institución Bourdieu (1985), entre
otras. Pero además si se trata de estudiar organizaciones presentes en las instituciones, estos procesos
plantearán otras complejidades, vinculaciones por ejemplo con las posibilidades que los sujetos
tienen de conformar y dar desarrollo a sus propias organizaciones, de acuerdo a su propia lectura de
sus necesidades en el seno de las instituciones. Cuestión que de por si plantea una primera dificultad,
la de estudiar organizaciones sociales en el seno de instituciones -como la escuela- cuyas misión
puede validar o contraponerse a las definiciones de las organizaciones estudiantiles.
El abordaje involucra la Participación y Organización de los estudiantes; y simultáneamente
problemáticas que tienen su propuesta de abordaje en espacios públicos. Estas cuestiones abordan
una particular noción de derechos, y entrenamiento colectivo en ámbitos de acción pública,
abordando la titularidad y el ejercicio ciudadano. Aún sigue siendo rígida, desde algunos espacios, la
apertura a la participación de adolescentes, suele considerarse un ámbito sin autoridad y sin chance
de decisiones, planteadas como desafiantes y transgresores de normativas, rebeldes. Esta visión
obviamente, que no compartimos, aleja de los debates y entrenamientos de su condición ciudadana a
los jóvenes. Es fundamental apostar entonces a la promoción de espacios de encuentro donde
jóvenes pueden discutir junto a otros jóvenes cuestiones que conforman su dinámica cotidiana y se
convierte en signos de preguntas cuando desde las autoridades son pasadas por alto o no valoradas
con la relevancia que deberían serlo.
Las dificultades encontradas en los estudios y experiencias previas pareciera que tienen relación con
la posibilidad de instalar en la trama institucional de la escuela una organización estudiantil de
carácter gremial. Nos interrogamos entonces respecto de estos procesos de conformación y/o
consolidación de organizaciones juveniles en el ámbito escolar como centros de estudiantes; las
acciones y problemas que los nuclean, las normativas que los avalan, las articulaciones posibles. Nos
interesa estudiar los procesos de institucionalización de estas organizaciones, en el marco de las
acciones que los jóvenes realizan como pautas de entrenamiento de su condición ciudadana ya que
consideramos que las prácticas desarrolladas en organizaciones gremiales estudiantiles podrían
aportar en orden a las representaciones sociales relacionadas con la condición ciudadana de los
sujetos. Y al respecto observamos además que aun no han sido exhaustivamente relevados los
procesos de constitución de organizaciones gremiales estudiantiles en el ámbito institucional de la
escuela media salvo en los casos citados y por ende aun no podemos arriesgar conclusiones
apresuradas. Esta cuestión demanda la necesidad de identificar y hacer visibles acciones que
contribuyen al protagonismo juvenil y el desarrollo de la condición ciudadana en los ámbitos
escolares teniendo en cuenta además las nociones planteadas de: demanda social a los profesionales
de trabajo social; y el cruce que plantea la existencia de una organización al interior de una
institución – organización en la que se juegan procesos y poderes de manera simultánea. Observamos
además que algunas de las dificultades organizativas se encuentran relacionadas con las estructuras
de poder institucional, en el caso particular de los escenarios escolares, el interjuego se complejiza
por la dinámica de los diversos actores y el ejercicio de poder que cada uno hace –donde los
estudiantes son actores con relativo poder institucional asociados a un profesional que tampoco
cuenta con una validación social que lo empodere- poniendo en evidencia la complejidad de las
relaciones en el campo abordado. En este transcurso de cuestiones la realidad organizativa de los
estudiantes cobra la fuerza necesaria que impulsa a la gestión de acciones con eje en la dimensión de
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la participación y la construcción ciudadana entre los jóvenes. Los derechos ciudadanos -sean civiles,
políticos, sociales o reproductivos- permanecen condicionados en términos estructurales, por la
lógicas de organización social capitalista, tanto como por los espacios que resultan cada vez más
estrechos para su ejercicio efectivo en el marco social y político. Es en la práctica de todos los días,
en sus relaciones, en la vida cotidiana, donde se construye la credibilidad y la confianza de los
ciudadanos/as. Este hecho trae aparejado entonces la necesaria búsqueda de posibilidades de la
escuela de transformarse en una de las instituciones viables para la formación y el fortalecimiento de
la ciudadanía. Nos enfrentamos, en las sociedades latinoamericanas, a la paradoja de sociedades
democráticas con ciudadanos nominales o ciudadanos incompletos, es decir, con falsos ciudadanos o
con ciudadanos que no pueden ejercer plenamente los atributos correspondientes a esa condición. Sin
duda, el análisis de este problema conecta, en una trama conceptual compleja, las categorías de
ciudadanía, democracia, igualdad y derecho. La democracia presupone, pues, ciudadanos iguales en
términos de sus derechos, y la noción de ciudadanía no se entiende sin un sistema de derechos. Y
entre ellos los derechos sociales, como la educación son tal vez una clave para esa constitución
ciudadana de los sectores juveniles, si operan como instancias de entrenamiento de las prácticas
ciudadanas y de los procesos de formación de las representaciones sociales en orden al tema, y en
este caso en orden al aprendizaje de derechos gremiales.
Conclusiones.
Es complejo para nosotros ofrecer conclusiones definitivas, en primera instancia porque estamos
aludiendo a una investigación y experiencia en curso, y por otra parte porque pretendemos dejar
planteados algunos mojones de nuestro debate respecto del ejercicio de Trabajo Social en el ámbito
institucional.
Respecto de lo primero vemos necesario señalar la importancia que plantea el estudio de los procesos
de institucionalización de las organizaciones estudiantiles atento a los procesos sociales – gremiales
políticos planteados en nuestro medio en relación a un actor social que no solamente ha sido
silenciado en diversos períodos históricos de nuestro país, sino que además es una actor al que suele
remitírselo a acciones en el marco institucional de escaso poder organizativo o gremial, como pueden
ser: “pinten la escuela” “limpien el patio”, entre otros pedidos institucionales. En este sentido la
novedad de demanda para el apoyo y fortalecimiento gremial de los estudiantes secundarios es una
novedad en nuestro medio y en nuestra práctica profesional que abre el juego a una acción directa de
agremiación y de debate y abordaje de las representaciones sociales en el tema.
Por otra parte reconocemos que las lecturas realizadas por los estudiantes respecto de la importancia
de la agremiación para gestar nuevas formas de interlocución, planteada además en términos
colectivos y tomando como eje los derechos que los vinculan a las prácticas ciudadanas, es una
cuestión que consideramos motivo suficiente y necesario para desarrollar estrategias de trabajo,
acompañamiento y acción junto a este sector emergente como actor social.
Teniendo en cuenta además que en una realidad como la de Córdoba, transcurrieron muchos años
para que el movimiento secundario estudiantil tuviera una normativa concreta (Res. 124 Ministerio
de Educación de Córdoba) que avale su chance de agremiación; y un movimiento que accione ante
problemáticas comunes, como fueran las tomas de escuelas durante 2010. Esto hace para nosotros
relevante el estudio y su articulación con los debates de autonomía profesional en tanto implica que
los Trabajadores/as sociales tomemos iniciativas respecto de demandas sociales efectuadas desde un
ámbito particular –en este caso como la escuela-, respecto de cuestiones organizativas que pueden
derivar en el abordaje de derechos concretos interviniendo tanto en la necesidad que de por si
expresan como en las representaciones sociales y las relaciones sociales que en ese ámbito se
construyen. Así como también en el mismo ámbito institucional que demanda y que puede abordarse
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Bibliografía:
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303
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24 - Unlversltas
J1-rvc11/ll(f, Ide¡¡tidady Rifltc!les
Por lo anterior> nos interesó comprender á los jóvenes desde dos di-
mensiones o modos de existencia: como agentes sociales, 15 jóvenes, en
su relación con el momento· histórico que les toca vivir, en la lucha ge-
neracional, y en su pasaje por las diversas instituciones que en el terreno
de lo simbólico, los constituyen como sujetos. Y en su condición de
''juventud", en tan.to constit1;1ción de un modo particular de subjetivi-
dad, como un emergente histórico, social y cultural. Esta definición
resulta lo suficientemente amplia como para posibilitar el análisis en la
discursividad social del sujeto construido en y por el texto, es decir co-
mo. construcción discursiva de un momento histórico, social, y cultural
determinado. Los sujetos sociales se diferencian en lo textual a partir de
nna variedad de opciones y modalizaciones discursivas que les permiten
construir un simulacro de sí mismos en_ relación con los otros. Esta
construcción ímaginatia de sí, favorece. el desarro.llo de un "hacer en el
decir" -en términos de John ~ustin- a partir del cual se promueven
identidades sociales, personales y colectivas.
(1999) compiladas en De eso 110 se Habk, Ed. Eudeba, Buenos Aires; S. Duschatzky )' C.
Corea, (2Q02) Chicos ft!J Ba11da, entre otras. Paidós> Bs. As.
14 En Lr Se111iosü Social (199 8), Eliseo Verán en tiende por condiciones de producción a
las determinaciones y condiciones de generación de ese discurso, en relación con un
conjunto significante,
15 Nos interesa retomar la dimensión social presente• en el decir, en el marco de la
teoría de la acción humana. Para ello, tomamos los aportes de la Teoría de los actos
del habla. (Auscin, 1962) Pensmnos que el valor. performatiyo de los enunciados da
cuenta de este hacer de los jóyenes en el decir,
25 - Unlversltas
305
Las Ide!ltldtrde,r j,11 1011iles c11 Ril!tales de J/IJa &mela Sm111darin
26 - Unlversltas
jJfl1&11t11d, IdmtidadJ' RitJm/es
306 27 - Unlversltas
Lcr.r Idmtidade.s jmwtilcs en Rit11ct!e.r de tlllct E.rmclc1 Scm11dct1ict
Las formas organizativas juveniles que hoy asumen los jóvenes en las
escuelas, estos modos de agregación e interacción juvenil, pueden pre-
sentarse como:
28 - Unlversltas
j11¡,e11f110 Ide11tid{{d)' Rifl.1nlcs
29 - Unlversltas
307
Las lda11ti&,det }/.tl'eJJl!e.r e11 Ritt1ale.r de Jt/lQ E.rC11elt1 Secm1dtm'cr
30 - Unlversltas .
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308 31 - Unlver.sltas
La.r IdlJfltid,rde.r Jm efliles ett Rit11e1/c.r de JI/la Esmela Sec1111dcrria
1
intentamos simbolizar una temática más amplia de los jóvenes: "la alte-
ridud". En tal sentido, la identidad es ·e1 otro nombre de la alteridad,
pues entendemos que las identidades se inscriben en huellas del discur-
so que nos hacen reconocibles como sujetos, a. través de otros.
Política del sujeto y sujeto de ln poUtica". E111,mcipC1cÍÓ11J1 Df(erc11cicr, .Ariel. Bs. A~.
22 Para Norbert Elfo.s los sujetos se constituyen en la .red de interacciones sociales
inte.cdependientes. La noción de configuración permitió, en este trabajo, armar las
categorías-ídentitarias como configuraciones colectivas o comunitarias. Para este au-
tor, los agtupa111.ientos de los indhriduos pueden observarse en su dinámica a partir de
32 - Unlversltas
La toma de escuelas secundarias en la ciudad
de Córdoba: condiciones de escolarización,
participación política estudiantil y ampliación del
diálogo social
MARIANA BELTRÁN*
OCTAVIO FALCONI**
Introducción
La toma de escuelas secundarias sucedidas en Córdoba durante el último trimestre del 2010
puede entenderse como un fenómeno de apropiación cultural y de desarrollo de una ciudada-
nía activa por parte de los jóvenes-estudiantes en el espacio público social.
En la primera parte de este texto se realiza una descripción analítica de algunas de las condicio-
nes socio-históricas de producción1 de las “tomas estudiantiles”. En esta dirección, se aborda el
reclamo estudiantil emparentándolo con los movimientos sociales de las últimas décadas que
interponen demandas a las políticas públicas, al papel del Estado y a la construcción de una ciu-
dadanía participativa en un escenario político-social posneoliberal conflictivo (Svampa, 2008).
De manera articulada, este trabajo propone una construcción de sentidos por medio de la
triangulación de datos elaborados desde fuentes periodísticas, blogs, redes virtuales y algunos
documentos públicos. Al respecto, consideramos que las interpretaciones que se publican en
notas de los diarios y revistas son versiones de los hechos sociales. Como señala Darnton (1990)
los periódicos no consisten en repositorios de hechos reales sino en colecciones de relatos. Por 27
ende, se recuperan las voces de los actores sociales presentes en los medios periodísticos, para
orientar el análisis de algunas de las “condiciones de producción” que dieron lugar al fenómeno
de las tomas de escuelas en Córdoba. Por lo tanto, no se trata de realizar un análisis exhaustivo
de cómo abordaron los medios el caso que analizamos, sino que interesa reconstruir este acon-
Las prácticas culturales de los sujetos se constituyen en apropiaciones plurales que siempre
transforman, reformulan y exceden los productos sociales tanto materiales como simbólicos,
sorteando, de este modo, los diversos dispositivos que intentan sujetar y regular los significa-
*
*Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba. E-mail: mbeltran63@gmail.com
dos y utilización de los mismos (Chartier, 1997). Desde esta perspectiva conceptual, las des-
cripciones analíticas de este trabajo abordan algunos tipos de apropiaciones de elementos
culturales que efectuaron los jóvenes estudiantes en el fenómeno de la toma de escuelas: las
modalidades de luchas sociales en Latinoamérica, las apropiaciones del territorio escolar, el uso
de la palabra, como así también de las imágenes en el debate público social, y por último, de los
recursos tecnológicos-virtuales.
Como subraya esta autora, durante las décadas de neoliberalismo en Latinoamérica se dio un
nuevo “internacionalismo” regional con las luchas de los movimientos sociales. En el marco de
estas luchas, algunos estudios refie-
ren al fenómeno de las protestas de
estudiantes secundarios. Entre algu-
nos de los casos cabe mencionar: el
de México generado en los Colegios
de Ciencias y Humanidades-Sur en
el marco de la huelga de la Universi-
dad Nacional Autónoma de México
durante 1999-2000 (Falconi, 2003,
2004a, 2006a, b), en Chile con “La Re-
volución de los Pingüinos” (Alvarado
Rocha, 2010; de la Cuadra, 2008; ver
en este dossier: Aguilera Ruiz, 2011),
y en la Ciudad de Buenos Aires a me-
diados del 20106.
En acuerdo con lo que afirman Kroff y Núñez (2010), la toma estudiantil de Córdoba se inscribe
en un movimiento continuo de los modos en los cuales las nuevas generaciones se involucran
en la vida política y, que a su vez, ponen en cuestión un escenario posneoliberal (Svampa, 2008).
Como afirma esta última autora, “las políticas neoliberales conllevaron una reformulación de la
intervención del Estado a partir “del deterioro de los servicios públicos estatales, lo cual profundizó
la crisis en la educación”8. Aun teniendo en cuenta el viraje de las políticas públicas desde 2003
hasta la fecha por parte del Estado nacional, ello no alcanza aun para paliar las desigualdades
sociales estructurales que atraviesan a la escuela pública estatal en muchas de las jurisdicciones
del país9.
Sin embargo, para que surja un movimiento social no bastan las razones de la protesta (de-
terioro edilicio, ampliación del debate de la ley) sino que es fundamental disponer de recur-
sos y de oportunidades para la acción colectiva (López Sánchez, 2005). No sólo la privación
o el malestar social facilitan la aparición y el auge de los movimientos sociales y/o estudian-
tiles, sino también, la amenaza de retroceso del lugar social alcanzado en la reproducción
familiar.
A lo largo del siglo XX y lo que va del siglo XXI los movimientos estudiantiles en nuestro país y en
Latinoamérica han estado vinculados con el acceso a mayores estándares educativos y ciudada-
nos. Este proceso ha sido una constante por la incorporación de nuevos sectores a la escuela se-
cundaria10, y la universidad en Argentina y Latinoamérica (Jiménez, 2007; Ferrero, 2005; Aguiar,
1994; Bonavena y otros, 2007; Buchbinder y otros, 2010).
Al respecto, es importante destacar que muchos de los estudiantes de las instituciones edu-
cativas tomadas en Córdoba, provienen de hogares que pertenecen a franjas sociales que han
mejorado sus condiciones de acceso y de asistencia a la escuela secundaria. No obstante, es
importante destacar la existencia de circuitos y “fragmentos” (Tiramonti, 2008) dentro del siste-
ma educativo estatal según el sector
social, y la geografía urbana de per-
tenencia de los alumnos11.
El 29 de septiembre de 2010, los estudiantes del septuagenario Colegio Jerónimo Luis de Ca-
brera (IPEM 38), los del IPEM 270 Manuel Belgrano y los de la Escuela Superior de Comercio
Manuel Belgrano (dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba) declaran tomados sus
establecimientos. En conjunto, las demandas se concentraban en las condiciones de deterioro
edilicias y la ampliación del debate público del anteproyecto de la Ley Provincial de Educación
(LPE). Al día siguiente sus compañeros de la centenaria Escuela Normal Superior Alejandro
Carbó tomaron su edificio sumándose a la protesta.
En los veinte días sucesivos fueron tomados dieciséis establecimientos secundarios más, e in-
clusive, también algunas escuelas de nivel primario e Institutos de Educación Superior No Uni-
versitaria Provinciales. Posteriormente la protesta continuó con movilizaciones por las calles de
la ciudad de Córdoba y campamentos en plazas céntricas principalmente por la modificación
del anteproyecto de la LPE. La acción estudiantil concluyó paulatinamente, por una parte, con
las actas de acuerdo entre el Ministerio y los estudiantes, en la cual se suscribió la realización
de obras de refacción de los establecimientos educativos, el debate de la LPE en las escuelas y,
finalmente, con la sanción de la LPE, el 15 de diciembre, día en el cual, en las puertas de la Le-
gislatura se produjo una brutal represión por parte de las fuerzas policiales a los manifestantes
que protestaban por la promulgada Ley. Durante estos dos meses y medio los estudiantes no
pasaron desapercibidos en la vida política y social y ocuparon las portadas de los principales
diarios de la ciudad de Córdoba.
La protesta estudiantil estuvo organizada por algunos de los Centros de Estudiantes, tanto de
escuelas tomadas como de otras que no transitaron esa modalidad (inclusive en algunas de las
instituciones se fueron constituyendo al calor de la protesta), y por medio de delegados estu-
diantiles. Unos y otros se encolumnaron y participaron en diferentes agrupamientos, principal-
mente, Secundarios Unidos de Córdoba (SUC) y la Coordinadora de Escuelas Secundarias (CES)
-que participaba en la Asamblea Interestudiantil junto a estudiantes de nivel no universitario y
universitarios que rechazaban en su totalidad el anteproyecto de la LPE13.
Con la toma de los establecimientos y la participación ampliada, los alumnos de nivel secunda-
rio asumieron con su voz y su cuerpo la responsabilidad de reclamar por las condiciones norma-
tivas y edilicias de la educación estatal y de amplificar un reclamo social por los acuerdos sec-
toriales establecidos y las políticas públicas insuficientes para el desarrollo de su escolarización.
Como expresaba una alumna en la toma del Colegio Alejandro Carbó, a una semana de iniciada
la misma: “nos resulta triste tomar una escuela y es desgastante estar ahí”14.
30 ¿Por qué eclosionó en este momento la protesta? Parte de la respuesta debemos buscarla, y sólo
en parte, en las tomas de escuelas de sus pares de escuelas secundarias en la Ciudad de Buenos
Aires, a mediados del 2010. A los estudiantes cordobeses sólo les bastó mirar a su alrededor y darse
cuenta que compartían condiciones estructurales similares, con el adicional de una LPE controver-
sial15 y muy poco conocida y debatida por la ciudadanía cordobesa, a punto de ser sancionada.
DOSSIER / ENTREVISTA / ARTÍCULOS / RESEÑAS
Asimismo, es importante recordar que a principios del 2010, los estudiantes marcharon y de-
mandaron por el boleto estudiantil. Durante ese mismo año, se consolidó una estructura de
reclamos y participación que otorgó condiciones para la organización y lucha de los estudiantes
en las escuelas.
Al respecto, sólo basta recordar el episodio de abril del año 2008, en los comienzos de la gestión
del Gobernador Schiaretti, en el cual se desplomó el techo de 200 m2 de la cantina de la antigua
Escuela Normal Superior Alejandro Carbó17. En esta oportunidad, en protesta frente a la Direc-
ción de Enseñanza Media, Especial y Superior (DEMES), el Presidente del Centro de Estudiantes
del “Carbó” señaló:
“El año pasado fue por el mismo tema y porque se había caído un ventilador; nos dijeron que ya
lo iban a arreglar y lo único que hicieron fue revocar una pared(…) Hasta que no tengamos una
escuela digna no vamos a parar con las medidas. Queremos que cumplan con lo que prometen.
Es probable que hagamos una asamblea general de estudiantes secundarios entre varios cole-
gios para ver qué se puede hacer”18.
El crecimiento acelerado de la matrícula del nivel medio en las últimas décadas, la concentración
de los sectores más vulnerables en las escuelas de gestión estatal, y la limitada atención por
parte de las políticas públicas a las dificultades que ocasionan, en el trabajo docente, las preca-
rias condiciones materiales y simbólicas de numerosos IPEM de Córdoba, constituyen una base
estructural e histórica en la cual irrumpe el fenómeno de la toma estudiantil, en consonancia
coyuntural con los reclamos hacia la LPE.
A pocos días de iniciadas las tomas, el titular de la UEPC (Unión de Educadores de la Provincia
de Córdoba) manifestó: “no es el camino ideal” (…) fue necesaria para que los alumnos sean escu-
chados (…) evidentemente han servido para que se abra el debate en la comunidad educativa”20.
No obstante, cuando el conflicto con la LPE se agudizó el mismo titular gremial manifestó su 31
pleno apoyo al anteproyecto de la misma. Por su parte, el Secretario General de SADOP (Sin-
dicato Argentino de Docentes Privados) expresó: “sospecho que hay un tufillo político detrás de
todo esto…” y agregó “…apoyamos la participación de los chicos y que tengan voz y voto, pero me
parece que este reclamo excede la participación”21.
Asimismo, los alumnos instaron al Ministro a que se acercara a los colegios a dialogar, para que
“muestre donde está la inversión realizada… porque se caen los techos e inundan las aulas todos
los días (…) No necesitamos más actas ni planes de obras, necesitamos poder entrar a los colegios y
estar seguros (…) papeles ya coleccionamos muchos estos últimos años”26. Además, una estudian-
te de la agrupación estudiantil “Secundarios Arriba” se sumó a las expresiones e indicó:
“Los estudiantes secundarios que hoy estamos tomando los coles creemos que lo que no en-
tiende el Ministro es el significado de la educación pública, gratuita, laica y democrática. Pre-
tende que mientras se nos caigan los coles sigamos mandando notas a su ministerio y que nos
sigan prometiendo millonadas pero sin ver gente trabajando para solucionar los colegios”27.
Por su parte, los estudiantes de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano manifestaron
en un comunicado dirigido a la prensa: “Nuestra escuela también presenta problemas edilicios
y, sin exclusión del resto de las instituciones educativas, presenta problemas presupuestarios para
encarar los diversos gastos anuales y el déficit continuo a raíz de los escasos ingresos aportados por
la universidad”28.
Ante la intensidad del debate, y a tres días de iniciadas las tomas, más exactamente el 1º de
octubre de 2010, y con la adhesión de más escuelas a la protesta, el Ministro de Educación
de la provincia se reunió en Casa de Gobierno con delegados estudiantiles de diferentes
establecimientos tomados, y entregó un plan de avance de obras para solucionar los pro-
blemas edilicios en las escuelas. También ofreció la constitución de una comisión (en la cual
participarían los alumnos) para que los mismos pudieran hacer un seguimiento de las ac-
ciones a realizar. En consecuencia, los estudiantes se reunieron esa noche del jueves en una
asamblea estudiantil para deliberar acerca de la oferta ministerial. Finalmente, el sábado 2
de octubre decidieron continuar con las tomas de escuelas y señalaron en un comunicado
dirigido a la prensa:
Posteriormente, el 5 de octubre,
séptimo día de las tomas, se realizó
una nueva reunión entre las autori-
dades del Ministerio de Educación y
los representantes de los Centros de
Estudiantes de las escuelas ocupa-
das, en la cual la cartera educativa
se comprometió a enviar a las insti-
tuciones educativas una nueva ampliación del plan de refacciones presentado el día anterior,
incorporando mejoras edilicias que no estaban previstas en el presupuesto.
Al día siguiente, la Presidenta del Centro de Estudiantes del Colegio Alejandro Carbó manifestó
a la prensa:
“Vamos a seguir con las tomas por tiempo indefinido, no estamos conformes con la discusión
de una hora por turno de la ley; aunque hemos notado que hay voluntad de diálogo por el tema
de infraestructura”.
A su vez, su par del Centro de Estudiantes del IPEM, Nicolás Copérnico, expresó:
“Las tomas siguen, estamos pidiendo que a todos los colegios se les den planes de obras de in-
fraestructura, pero no nos conforma el debate que nos ofrecen para la ley. Lo hacemos todos o
ninguno (refiriéndose al levantamiento de las tomas)”30.
“Un acto intolerante, antidemocrático, totalitario y profascista (…) los adultos deben decirles
a los jóvenes ‘participen, organícense’ (…) pero tienen responsabilidades y tienen límites y
cuando están teniendo una actitud antidemocrática hay que señalárselos (…) nuestra obli-
gación es encausarlos para que lo
hagan a través de los mecanismos
de la democracia y no con accio-
nes violentas”31.
En este lapso de tiempo, entre idas y vueltas de negociaciones con el Ministerio de Educación,
los estudiantes comenzaron paulatinamente a levantar “las tomas” en distintas escuelas, y con-
cluyeron con esta medida de fuerza, durante la tercera semana de octubre, en la totalidad de los
establecimientos educativos.
Entendemos que los posicionamientos de los adultos en relación con los significados de “la
lucha” estudiantil y la toma de escuelas, permiten conjeturar el modo con el cual una sociedad
se vincula con el conflicto cuando el mismo implica al sector juvenil (Kroff y Núñez, 2009). En
continuidad con el pensamiento de estos autores consideramos que esta vinculación se mani-
festó en el fenómeno de las “tomas estudiantiles de Córdoba” mediante un intento de negación
del conflicto, o bien a través de la caracterización de los jóvenes como “conflictivos”.
Por otra parte, e hipotéticamente, se puede sostener que la contundencia de la protesta es-
tudiantil sorprendió e interpeló tanto al gobierno provincial, como también, aunque indirec-
tamente, a los principales gremios docentes de la provincia en razón de que los jóvenes estu-
diantes “hicieron propias”, es decir, se apropiaron, a la vez que asumieron la responsabilidad
de dar respuesta, en una actitud épica de “poner el cuerpo” (Kroff y Nuñez, 2010), a demandas
históricas, acalladas en directivos y docentes.
El reclamo de los estudiantes se encadenó a una “lógica equivalencial” (Laclau, 2006) de de-
mandas heterogéneas: políticas, sociales, educativas y culturales, entre otras. En continuidad
con los movimientos sociales-estudiantiles, este fenómeno se constituyó a su vez, en una par-
ticular resignificación de las luchas y reclamos juveniles en el espacio escolar.
A modo de cierre
Las acciones de tomas de escuelas por parte de los jóvenes-estudiantes constituyen un proce-
Las diferentes expresiones que han adquirido las luchas estudiantiles y las tomas de escue-
las en el transcurso de la primera década del siglo XXI en Latinoamérica, forman parte de un
acontecimiento epocal de participación social de los jóvenes que expresa rupturas y continui-
dades en el vínculo generacional con los adultos, como así también, en su participación en la
trama configurada por el Estado, las políticas públicas y las instituciones escolares. Asimismo,
si bien en las últimas décadas la educación de gestión estatal se ha expandido en la oferta de
propuestas y programas tendientes a garantizar la inclusión de todos los jóvenes; entendemos
que el fenómeno de la toma se constituye en una demanda concreta por una mejora en las
condiciones de escolarización. Siguiendo a Torres Rivas (2010) podemos hipotetizar que los
jóvenes-estudiantes se manifestaron ante una distribución inequitativa de la renta pública y
social, la cual es reflejo de un “Estado débil” (con ciudadanos mal informados y con bajo interés
político), y reclamaron desde una acción de ciudadanía acotada, transitoria, pero efectiva, por
la presencia de un Estado fuerte, democrático, pro-igualitario, pro-mayoría, pro-distributivo y
pro-justicia social. La incomodidad que provocó la protesta de los jóvenes estudiantes se de-
bió, en parte, a que pusieron en cuestión la calidad de la democracia en construcción que les
ofrecen hoy los adultos. En esta dirección, se puede interpretar que la acción estudiantil, aun-
que apeló a una democracia directa, de empoderamiento y de gestión horizontal, no es una
demanda antidemocrática, sino por el contrario, es una demanda por más y mejor presencia
del Estado (Thwaites Rey, 2010).
Asimismo, podríamos decir retomando a Svampa (2002) que los movimientos sociales (inclui-
dos los estudiantiles) no se constituyen en demandas de desintegración ni de desestabilización
social sino por el contrario, se plantean como mejores oportunidades para la integración a
la sociedad, a las políticas públicas del Estado y al fortalecimiento de la vida ciudadana. Son
fenómenos que refuerzan las democracias desde movimientos surgidos “desde abajo”. En este 35
proceso, el movimiento estudiantil trastocó los límites de la frontera escolar entre el espacio
público escolar y urbano, e hizo visible una fuerte crítica a las condiciones de existencia, la for-
mación de la subjetividad y el ejercicio de la ciudadanía que se ofrecen hoy en muchas de las
escuelas estatales (Beltran, 2011).
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Notas
1 Entendemos por condiciones de producción a las determinaciones de generación de discursos y prácti-
cas culturales, en relación con un conjunto significante y material en un contexto histórico político espe-
cífico. Ver al respecto: Verón, 1998; Geertz, 1997; Williams, 1997.
3 Geertz afirma “El análisis cultural es intrínsecamente incompleto […] de suerte que estudiar la materia
que se tiene entre manos es intensificar las sospechas (tanto de uno mismo como de los demás) de que
no se está encarando bien las cosas. […] Abrazar un concepto semiótico de cultura y un enfoque interpre-
tativo […] es abrazar una concepción ‘esencialmente discutible’ …es conjeturar significaciones, estimar
las conjeturas y llegar a conclusiones explicativas partiendo de las mejores conjeturas, y no el descubri-
miento del continente de significación y el mapeado de su paisaje incorpóreo” (1997 pág. 32-39).
5 En relación con esta ultima dimensión, el artículo 12 inciso e) del anteproyecto de la Ley Provincial de
Educación (LPE) sancionada con modificaciones el 14 de Diciembre de 2010, como Ley Nº 9.870 refiere a
los modos de agremiación y asociación estudiantil. El reclamo de los estudiantes era que la LPE expresara
explícitamente en el texto la “obligación” de las escuelas de garantizar la participación, funcionamiento y
expresión de los centros de estudiantes u otras formas de agremiación estudiantil, dictando sus propias
normas e inclusive a integrar otras instancias organizativas en las instituciones educativas.
6 Ver opiniones incluidas en este dossier.
8 En la actualidad sólo el 50% de las escuelas secundarias son públicas, atendiendo al 60% de la población
estudiantil, cifra sólo superada por Ciudad de Buenos Aires donde sólo el 34% de las escuelas son de
gestión pública estatal receptando al 53% de la matrícula.
9 Un estudio estadístico realizado por el SITEAL en doce países de la región Latinoamericana, muestra la
tendencia a la concentración, en la escuela secundaria pública de gestión estatal de áreas urbanas de Ar-
gentina, de adolescentes y jóvenes provenientes de hogares con menores recursos socioeconómicos, los
cuales sus padres y/o madres han estado históricamente excluidos, no han terminado ni superado en un
70% dicho nivel (Pereyra, 2009).
38 10 La tasa de escolarización secundaria en el país era del 21% en 1950, 32% en 1960 y 37 % en 1970 (Filmus,
2001). El crecimiento de la mencionada tasa continuó durante las décadas del ochenta y noventa con in-
dicadores del 42,2% en 1980, del 59,3% en 1991 y del 71,5% en el año 2001. Por su parte, este incremento
se refleja en las tasas netas de escolarización de los jóvenes de entre 13 y 17 años que estaban en el 30%
más pobre de la sociedad que aumentaron su asistencia a la escuela en un 40,1%; de un 53,1% en 1990
DOSSIER / ENTREVISTA / ARTÍCULOS / RESEÑAS
mática que está presente en otros lugares […] El tema ya fue polémico en el Consejo de Políticas Edu-
cativas que elaboró el anteproyecto”, (La Voz del Interior, 6/10/2010). Al mismo tiempo, los estudiantes
rechazaban la participación del sector privado en el financiamiento de la educación y señalaban riesgo
de dar lugar a la manipulación de intereses económicos de las empresas con el uso de las pasantías es-
tudiantiles. Asimismo, los mismos solicitaban incluir explícitamente en la LPE la obligación por parte de
las instituciones educativas de constituir Centros de Estudiantes. No obstante, como se señaló anterior-
mente, otro sector estudiantil planteaba anular el anteproyecto y volver a redactarlo a partir de nuevas
instancias y espacios de debate, más precisamente, en un Congreso Educativo.
16 Esimportante mencionar que en esta ocasión se suspendieron las clases por varios días y alumnos/as
junto con profesores/as, padres y madres y otros integrantes de la comunidad educativa realizaron asam-
bleas, cortes de calles y marchas por la ciudad de Córdoba reclamando por las condiciones edilicias del
establecimiento. Inclusive el año anterior (2007) ya se habían firmado actas con las autoridades minis-
teriales por los deterioros y desprendimientos de elementos en las instalaciones. Asimismo ya en esta
ocasión se programó una asamblea general de estudiantes secundarios para definir acciones conjuntas
para reclamar. Disponible en: http://archivo.lavoz.com.ar/nota.asp?Inicio=1&Pagina=2¬a_id=179395
39
22 Disponible en: http://www.cbanoticias.net/noticias/rebelion-estudiantil-en-cordoba-los-estudiantes-
respondieron-al-ministro-grahovac /2144930; La voz del Interior 01/10/2010.
23 La Voz del Interior, 01/10/2010.
24 La Voz del Interior 06/10/2010
25 Disponible en: http://www.cbanoticias.net/noticias/rebelion-estudiantil-en-cordoba-los-estudiantes-
documento que como Anexo se acompaña y que contiene el posicionamiento crítico de este Honorable
Consejo Superior sobre el Anteproyecto de Ley de Educación Provincial. En tal sentido este cuerpo no
avala el texto del Anteproyecto de Ley propuesto por el poder ejecutivo provincial”.
34 Por ejemplo, se puede ver, entre muchos otros links, “Video sobre las condiciones edilicias en el IPEM 155-
Resumen Abstract
El crecimiento acelerado de la matrícula del nivel me-
dio, la concentración de los sectores más vulnerables The article analyzes the phenomenon of high-school
en las escuelas estatales y la limitada atención de las facilities occupation in Córdoba as occurring at a time
políticas públicas a las dificultades que ocasionan las when young students took it as their own responsibility
precarias condiciones materiales y simbólicas en las ta- to expand a social demand in the face of established area
reas de directivos y docentes de numerosas escuelas se- agreements and insufficient public policies for their own
cundarias de Córdoba, constituyen una base estructural education, a complaint which also aimed to create and
e histórica en la cual irrumpe el fenómeno de la toma develop democratic mechanisms to advance a dialogue
estudiantil, en consonancia coyuntural con la demanda between youth and adults in schools. These efforts were
de un debate público de la Ley Provincial de Educación. intended to give students social recognition as ethically
La ocupación de establecimientos de nivel secundario and politically driven subjects. The territorial and symbo-
a fines de 2010 muestra cómo los jóvenes alumnos asu- lic appropriation of school institutions shows both a sen-
las escuelas, en pos de alcanzar el reconocimiento so- protests and school occupations throughout the first
cial de los estudiantes como sujetos con accionar ético- decade of the 21st century in Latin America are part of a
político. period of youth social participation expressing ruptures
and continuities in generational relations with adults.
El fenómeno de apropiación territorial y simbólica de
las instituciones de educación secundaria de Córdoba
es la expresión de la pertenencia y compromiso vital de
los estudiantes con el espacio público escolar, y al mis-
mo tiempo de un movimiento estudiantil que trastocó
los límites de la frontera escolar con el espacio urbano.
En este trabajo se concluye que las diferentes expre-
siones que han adquirido las luchas estudiantiles y
las tomas de escuelas en el transcurso de la primera
década del siglo XXI en Latinoamérica forman parte
de un acontecimiento epocal de participación social
de los jóvenes que expresa rupturas y continuidades
en el vínculo generacional con los adultos, como así
también en su participación en la trama configurada
por el Estado, las políticas públicas y las instituciones
escolares.
Oa.niel Korinfeld
Daniel Levy
. Sergio Rascovan .
311
9.~ LOS CAMINOS DE LA VIDA ~1,
.st:Jít'P.,
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _____¡¡1 '
í
312
to de partida de los recorridos posteriores con sus trayectos,
puntos, cortes, articulaciones y fracturas.
La vida humana en las sociedades actuales se desenvuelve y
se organiza alrededor de diferentes elecciones, entre ellas, las
que los sujetos realizan respecto de su hacer [estudio, trabajo
y actividades en general) que podemos denominar -provísoria-
mente- "vocacionales".
Retomando algunas de las investigaciones 1 realizadas en los
últimos años, en este capítulo, nos interesa puntualizar las pélr-
ticularidades de lo que denominamos "elecciones vocacionales"
y las trayectorias que los jóvenes efectúan al finalizar la es.cue-
la secundario, interrogando la eficada del dispositivo escolar y
analizando las diferencias existentes en las representaciones de
futuro de los estudiantes de diferentes sectores sociales.
Hubo irreconciliables diferencias de intereses sobre las que el Estado procuró arbitrar. g
313
Podemos decir que en su apogeo, la carrera fue una verdade-
ra institución productora de subjetividad. Se la concebía como
una ruta que duraba toda la vida, construida centralmente en el
mundo laboral. Expresaba generalmente una vocación, entendi-
da ~orno disposición hacia un único objeto, que los sujetos defi-
nían principalmente al finalizar la escuela secundaria, pero para
la que se preparaban desde la niñez. De este modo, las carreras
se desplegaban durante toda la vida económica y laboral.
Así podría caracterizarse el escenario propio de la segunda
mitad del siglo XX, en el que las carreras proporcionaban una
posición de empleo formal en una cultura profesional estable-
cida y, para muchos, suponía progreso dentro de la jerarquía de
una organización.
El deterioro de La carrera profesional como institución es con-
secuencia del derrumbe de la sociedad salarial, del debilitamiento
del Estado, de la preeminencia del capitalismo finandero sobre
el industrial. Muchas de las prácticas Laborales y de las institu-
ciones heredadas de fases anteriores del capitalismo industrial
son actualmente inadecuadas para el mundo del trabajo que el
capital financiero y sus nuevas tecnologías han generado .[Ras-
covan, 2005: 23].
::5
LU La conriguración de una sociedad salarial creaba las posibili-
::,
o
¡iJ dades para que los sujetos organizaran sus recorridos de vida al
:5 amparo del Estado, con la seguridad y solidez que este otorga-
zLW ba. Se transitaba de esta manera por caminos lineales, rígidos,
U)
o
~
continuos y progresivos en una cultura que, con sus indisimu-
::,
o lables desigualdades, alimentaba la ilusión de poder arribar a
<(
>-
U)
los lugares que otrora estaban reservados _exclusivamente a los
LU
sectores más acomodados.
~
LI.J
ü El derrumbe (hoy podríamos decir de manera más mode-
¡iJ rada el "debilitamiento") de la sociedad salarial, provocado por
_¡
o
o
<(
la crisis económica del capitalismo, el deterioro de los Estados
LU
de bienestar y la primada del capital financiero, generó que la
~
l¡j llamada "sociedad posindustrial" -dominada por el mercado-
comenzara a desestructurarse a través de los procesos de pre-
carización lab··oral, de fragmentación social, con un dramático
aumento del desempleo y la pobreza.
Los sujetos fueron perdiendo seguridad en sintonía con el
desplazamiento del Estado de su rol de garante del bien común,
y los caminos de la vida se hicieron más frágiles y vulnerables.
Una consecuencia evidente de-este proceso ha sido la cre-
ciente exclusión social, los fenómenos de desafiliación y su
impc1cto en la construcción de itinerarios subjetivos que, a dife-
rencia de la lógica meritocrática, se fueron organizando a tra-
vés de los procesos de individualización en los que los sujetos
debieron autogestionarse sus vidas sin anclaje colectivo (Beck
y Beck-Gernsheim, 2003}. Este fenómeno supuso el debilita-
miento -y la pérdida en muchos casos- de las posibilidades de
ascenso social, de las aspiraciones de "hacer carrera", provo-
cando resignación respecto de reproducir o mejorar el estatus
social de sus progenitores.
314
hasta el momento, en la actualidad asistimos a la búsqueda y
concreción de algunas políticas de los Estados de la región para
paliar y recuperar su rol estratégico, procurando resistir el em-
bate de los grupos económicos má5 concentrados.
A pesar de sus evidentes diferencias, la construcción de iti-
nerarios vitales en tiempos de incipiente·capitalismo industrial
(determinadas por el origen de clase} y de sociedades salariales
(regidas por la modalidad meritocrática) compartían la misma
lógica de organización subjetiva a la manera de la flecha del
tiempo/ es decir, considerar que el curso temporal de la vida
apuntaba a un destino último seguro y previsible. '
Los itinerarios vitales construidos a la manera de la flecha del
tiempo apuntan a objetivos estratégicos previamente definidos.
En esos casos, las diferentes etapas constitutivas con sus pro-
cesos de transición se suceden de una manera lineal. La r:neta
prefijada de antemano unifica la trayectoria entera integrándola
en un todo continuo y le aporta significación.
De esta manera, los caminos de la vida se organizaban -apo-
geo de la sociedad salarial mediante- de una manera gradual,
acumulativa y jerárquica que les permitía integrarse e-n un con-
junto que les proveía continuidad, marco referencial y sostén.
::í
w
::::J
"Hacer cárrera" y "tener una vocación" son consecuencias de
o
ti] ese escenario social. La particularidad de estos procesos en la
::í actualidad es que se han. hecho discontinuos y fragmentarios,
zw
sin configurarse de un modo integrado. Como resultado, las
r.n
o transiciones, como puntos de ese itinerario, se transitan con
~
::::J
o incertidumbre y sin arreglo a esquemas totalizadores. La no-
<(
>- ción de vocación pasa de ser un organizador de la vida subjetiva
ti]
1- a tener un carácter persecutorio, en el sentido de vivir bajo el
zw
(.)
Kj
_¡
o 0 La noción "flecha del tiempo" tiene su origen en la astronomía !acuñada por Arthur
o
<( Eddington) y comenzó a aplicarse a las ciencias sociales. Se refiere a la dirección que
Lu registra y que transcurre en un fluir sin interrupción desde el pasado hasta el futuro,
~ pasando por el presente, con su marca de irreversibilidad. De este modo, el pasado
as resulta inmutable, distinguiéndose claramente del futuro, cuya cualidad es lo incierto.
imperativo de tener que buscar un objeto absoluto que otorgue
identidad y, desde luego, ante la imposibilidad de obtenerlo, pro-
voca que muchos j6venes vivan el momento de elegir qué hacer
como si estuviesen desamparados, sintiendo que "han fallado".
315
como entidades discretas. En ocasiones, los trayectos incluyen
las transiciones como procesos simultáneos, no necesaria-
mente sucesivos. Esta particularidad hace que Las tradicionales
conceptualizaciones de las transidones como "pasaje", como
"salto" de una institución a otra, como un proceso temporal que
se abre al terminar un ciclo educativo, al cambiar y/o perder el
empleo, requieran ser revisadas críticamente.
En virtud de ello es que en la actualidad podríamos hablar de
trayectorias transicianales, 4 entendidas como un salir y entrar de
diferentes actividades, con más movimiento y menos estabili-
dad, a veces sin rumbo fijo.
Las trayectorias transicionales serían la trama que en un iti-
nerario v1tal configuran los trayectos y las transiciones cuando
tienen un carácter dinámico, abierto, discontinuo. Se trata de.
experiencias que no encajan en las categorías preestablecidas
de "trayecto" entendido como tramo de un recorrido (educativo/
laboral] ni de "transición" pensada como proceso a partir de
su corte. La falta de Linealidad, los escenarios sociales cam-
biantes, La simultaneidad y multiplicidad de actividades, la in-
certidumbre como rasgo sobresaliente nos permiten pensar en
itinerarios que no están formados por trayectos ni transiciones,
:5
UJ
:::)
al menos· no en la forma en que se venían conceptualizando
(.)
t{l clásicamente.
:5 Si bien .trayectos y transiciones -como acabamos de seña-
zLU
U}
lar- en ocasiones se entremezclan, los itinerarios vitales si-
o guen conservando cierta estabilidad, al menos mientras dura
~
::J
o el trayecto educativo. Por eso, la finalización de la escuela se-
<{
>- cundaria despierta u·n conjunto de vivencias asociadas· con la
~
m
u 4 Luego de escribir este capítulo, encontramos el concepto "trayectorias transicíonales"
ta
_¡ en Blggart. Furlong y Cartmel {2008]. Si bien la denominación es similar, no se refieren
o estrictamente a los mismos fenómenos implicados en los procesos de trayectorias y
o
<( transiciones. Entre los autores que pueden consultarse sobre esta temática podemos
lJ..t mencionar a Analfa Otero, Ana Miranda, Joaquim Casal, Maribel García, Rafael Merino,
~ Miguel Quesada, Manuela Du Bois~Reymond, Andreu López Blasco y Ana Drolas.
d:j
elección de un quehacerfuturo, lo que supone vivir experiencias
desestructura·ntes junto al inevitable proceso de reacomoda-
miento subjetivo.
Finalizar el trayecto de la escuela secundaria conlleva iniciar
un proceso de transición entendido como dinámica temporal
signada por el cambio, es decir, un corte en el recorrido que
produce ruptura y reconfiguración. A partir de este momento
Los sujetos irán recorriendo caminos que comenzarán a entre-
cruzarse de manera tal q·ue las transiciones puedan conside-
rase como trayectos en sí mismos y no necesariamente como
pasaje. Desde luego, esta descripción les cabe más a los secto-
res medios y altos, mientras que, para los sectores populares,
la estabilidad de los trayectos escolares es relativa, ya que son
rnuchos los y Las jóvenes que trabajan mientras estudian en la
escuela secundaria.
Los itinerarios se recorren, entonces, sobre surcos preesta-
blecidos (hojas de ruta que conforman los trayectos instituciona-
les, tanto académicos como laborales). Sin embargo, insistimos,
los itinerarios no son los trayectos misrnos, sino la trayectoria
vital que se efectúa a través de ellos y el plus de subjetivación
como marca de singularidad.
Una de las cualidades en la forma de vi~ir ·de los sectores
rnás desfavorecidos, vulnerables, pobres, podría ser, justamen-
te, transitar la vida por itinerarios que circulan por cauces difo-__
rentes de los instituidos socialmente, es decir, fuera de los tra-
yectos educativos y laborales prefigurados, o bien sin transitar
por ellos de manera regular y sistemática.
Podríamos aventurarnos a afirmar que, en la actualidad, jun- e§
to a los trayectos educativos y laborales socialmente instituidos, >
::i
existen otros trayectos "institucionalizados", vinculados a circui- UJ
o
tos paralelos, entre ellos, los relacionados con la delincuencia U)
o
z
organizada, por lo general ligada al negocio de la droga. Los tra- ~
yectos vinculados con el negocio ilegal de las drogas (produc- c3
(/)
o
ción, almacenamiento y comercialización] se organizan como _,J
316
una industria, con jerarquías diferenciadas, formas de promo-
ción estipuladas, y sus prácticas "laborales" se han "profesiona-
lizado" de manera notoria en los últimos años. Quienes transitan
por esos circuitos -niños, jóvenes y adultos- tienen chances de
acceder de modo más inmediato (aunque de manera altamente
riesgosa) a las mercancías que el mercado propone como más
apetecibles, seductoras y fascinantes (Magaña Vargas, 2011].
Algunos de ellos son quienes han resultado desencantados ·de
las promesas que la sociedad les ofrece -a través del estudio y
el trabajo- y viven con la sensación de que toda una vida no se-
ría suficiente para obtener lo que podrían conseguir a través de
esos trayectos "paralelos".
Para estos casos, cabría también la denominación de trayec-
torias transícionales, es decir, un salir y entrar entre los trayectos
.. oficiales" y '' paralelos" determinando un ítinerario más com-
plejo y sinuoso en el que conviven actividades de distinto tipo,
legales e ilegales. Indudablemente, la desigualdad social está
. en la base de este problema, que requiere la aplicación de polí-
ticas públicas capaces de disminuir esa brecha generadora de
trayectorias diferenciadas.
j
Para ser claros, no se trata de estigmatizar la pobreza y de
w
:::)
asociarla·a la delincuencia, sino de visibilizar cómo ciertos gru-
ü
~ pos de poder económico b-uscan en las poblaciones más pobres
::5 y en ·los más jóvenes reclutar mano de obra para ejercer actos
zw
u;
delictivos, ubicándolos como "carne de cañón" de sus espurios
o negocios multimillonarios.
!:::i
::J
~
>-
V)
w
,-. LAS ELECCIONES VOCACIONALES
z
w
o
1.1)
317
O, dicho de otro modo, pretender circunscribir el horizonte de
las elecciones a la utilidad de un sistema que, en nombre de
la libertad, se desentiende de las decisiones por considerarlas
"Libres". Las elecciones vocacionales y los dispositivos de acom-
pañamiento deberían ubicarse en una posición que promueva
elegir más allá de los mandatos, aunque reconociendo los cir-
cuitos que producen inclusión social (Rascovan, 2010: 5'1.).
Las elecciones vocacionales están referidas, entonces, a
todo el universo del hacer: estudio, trabajo y actividades de di-
ferente tipo. Sin embargo, lo que las define no es tanto el qué
{de lo elegido) sino el cómo, es decir, la posición subjetiva. Las
elecciones -y el itinerario que se organizará en torno a ellas-
estarán asociadas, por lo tanto, al plus que permite que un suje-
to intente ubicarse más allá de su condición de engranaje de un
maquinaria social.
Las elecciones vocacionales en tanto decisiones sobre el
hacer tienen un aspecto consciente, ligado a los valores y las
expectativas que se ponen en juego, como obtención de empleo
y dinero, reconocimiento social, prestigio, fama, poder, y un as-
pecto inconsciente que nos hará pensar que más que elegir so-
mos elegidos por el Otro. Las elecciones vocacionales producen
::í
UJ
::>
una parttcular ligazón libidinal que une un sujeto a uno o varios
ü
lfl
w "objetos" del quehacer. En ese sentido, podríamos considerarla
::S como una particular relación amorosa entre el sujeto y la acti-
m
ti)
vidad elegida.
o Entre Las variadas actividades humanas, el trabajo y el es-
~
::)
tudio sobresalen ya que, en las sociedades capitalistas, son las
~
>-
l/)
que producen anclaje social, otorgan una posición simbólica y
~ el reconocimiento por parte de Los otros. La libertad de elegir
zLU
(.) se ha transformado en esta época en una gestión individual que
ill
....J deja a Los sujetos librados a sus propios recursos. Los itinera-
o
o
<( rios de vida están, de este modo, muy restringidos a las condi-
ltJ
~ ciones materiales de existencia, que serán determinantes de
ctj sus vidas futuras, a menos que haya un Estado con decisión y
capacidad política para revertir los procesos de reproducción y
desigualdad iocial.
Las políticas sociales son justamente herramientas que tie-
nen el poder de revertir un destino previsible y, a la vez, trágico.
La necesidad de diseñar e implementar políticas públicas en el
área no serán para Limitar la libertad individual, sino para alterar
un camino de reproducción acrítica de las situaciones sociales
que se vienen heredando desde hace mucho tiempo.
Hace unos años acuñamos la noción de itinerario vocacional,
advirtiendo que, si bien el empleo como forma de organizar el
trabajo es el principal proveedor de identidad social, no es ex-
cluyente en su armado, ya que también intervienen otros facto-
res. Junto al er:npleo, habremos de mencionar un aspecto más
amplio en el que aquel se inscribe: la actMdad. De este modo, el
itinerario se configurará alrededor de las variadas actividades
1
qu e el sujeto realiza a lo largo de su vida, dentro de las cuales el
empleo es una de las privilegiadas.
Un itinerario vocacional se nutre de las experiencias asocia-
das con actividades de todo tipo que, desde Luego, incluyen las
actividades escolares para los sujetos que participan del siste-
ma formal y no formal de educación y Las Laborales, sean estas
empleo o simplemente trabajo.
Podemos considerar el itinerario vocacional como el conjun-
to amplio de experiencias que realizan los sujetos sociales eo_ .
torno a su hacer, con un plus de satisfacción [Rascovan, 2005].
En síntesis, entre la diversidad de denominaciones que circu-
lan, sostenemos la noción de ,.itinerario vital" ya que reconoce
el entramado de las trayectorias entre lo subjetivo y lo soci?l.. Es <(
o
decir, un itinerario que, a la vez que significa "hoja de ruta" como >
:5
mapa socialmente establecido, supone las formas singulares de LU
o
encarar el recorrido. El itinerario vocacional será, pues, parte de ~
z
un itinerario vital. ~
(3
U)
g
318
LA ESCUELA COMO PRODUCTORA DE SUBJETIVIDAD
319
una suerte de medio que hay que soportar para poder acceder a
la universidad o a otras instancias de estudios superiores que sí
serían los Lugares en Los que se resolvería lo que antes se hacía
con la secundaria y mucho antes con la primaria. "En este senti-
do, el valor del secundario está en una suerte de ·doble vínculo',
por un lado no sirve para nada, pero por el otro sirve para todo"
(Enrique, 201 O: 39).
La escuela en general y la media en particular es una institu-
ción llamada a igualar oportunidades, a incidir en los itinerarios
vitales para otorgar las mismas posibilidades para encarar la
vida adulta. Sin embargo, ha perdido su capacidad de homog~-
neizar las oportunidades de aquellos que la finalizan. Así, se ob-
servan distintas estrategias a partir de las opciones que tienen
Los jóvenes pertenecientes a diferentes grupos sociales.
Existe consenso respecto de la existencia de corresponden-
cia entre la segmentación educativa y laboral. Los egresados de
escuelas de sectores populares, a pesar de poseer las mismas
credenciales que sus pares de las escuelas de Los sectores me-
dios y altos, se ven desfavorecidos en el ingreso al mercado la-
boral, ya que la promocionada igualdad de oportunidades no se
j
corresponde con Las oportunidades diferenciales para tos jóve-
w
::i
nes de distintos niveles sociales.
(.)
320
duda, constituyó una muestra significativa aunque no represen-
tativa de los jóvenes escolarizados de nuestro país. 6
Comenzaremos por recordar -sintéticamente- las principa-
les observaciones que hicimos oportunamente sobre esa inves-
tigación:
0
Los estudiantes secundarios próximos a egresar manifes-
taron, casi en su totalidad, su intención de estudiar al año
siguiente de terminada la escuela. A su vez, una gran ma-
yoría expresó la necesidad de trabajar y estudiar a la vez,
., Las posibilidades de solo trabajar al terminar la escue-
la fueron desestimadas por una gran mayoría. De este
modo, esa opción ha sido una intención elegida por un
escaso 6% de la población encuestada .
.• Se mantiene la tradición histórica de valorar los estudios
universitarios por sobre otras opciones de educación
superior. Casi el 70% de los jóvenes optó por seguir sus
estudios en el nivel universitario, de ellos, el 82% privile-
giaba el ámbito público.
• La principal expectativa para el año siguiente de termi-
nar la escuela secundaría ha sido estudiar. El estudio fue
::í
w
:::> considerado como valor en sí mismo y asociado princi-
ü
t{l palmente con obtener satisfacción personal, conseguir
::í un empleo y con tener dinero (en ese orden jerárquico).
zw
U)
e Complementariamente a lo antedicho, La mayoría de los
o
~
estudiantes ha considerado muy poco valorado y/o con
:::>
o bajas posibilidades de cumplimiento las expectativas que
<{
>- no ubiquen el estudio en un lugar central. Es decir, obte-
t{l
~
ner satisfacción personal, conseguir un empleo y tener
w
ü dinero sin estudiar fue señalado como poco importante.
t{l
_J
o
o
<l'.
Ll.J 6
A partir de los trabajos de algunos de los equipos participantes de esa investigación
f_l::
nacional, se editó Las elecciones vocacionales de los jóvenes escolarizados: Proyectos,
65 expectativas, obstáculos, compilado por Sergio Rase ovan (20 l O).
• Se destacaron como principales factores que ayudarían a
cumplir las expectativas la motivación personal para em-
prender actividades, la estabilidad económica, personal
y/o familiar, el compromiso y la constancia en las tareas
proyectadas. A su vez, en evidente sintonía con lo ante-
rior¡ la inestabilidad económica, personal y/o familiar,
la falta de motivación personal, la falta de compromiso
y constancia para emprender actividades fueron señala-
dos como los principales factores que obstaculizarían el
cumplimiento de las expectativas.
e La familia sigue vigente como institución productora de
subjetividad. El 70% de los padres de los jóvenes encues-
tados terminó la escolaridad secundaria, lo que estaría
indicando que progenitores que han estudiado producen
expectativas de estudio por parte de sus hijos, al menos
la intención de comenzar a estudiar.
• Persiste7 una alta correlación entre los estudios secun-
darios cursados (más que nada en las orientaciones de
las escuelas técnicas) y la elección de carrera terciaria
y/o universitaria. El dispositivo pedagógico estaría de-
mostrando -al menos en este aspecto- cierta eficacia de
su misión, en tanto aparece como productor de represen-
taciones de proyectos futuros.
• Coincidente con otros estudios ICibeira, 201 Ol, es noto-
ria la desinformación de los jóvenes respecto de la oferfa -
educativa, los campos profesionales y las relaciones en-
tre carreras y profesiones.
0 Probablemente como efecto de discursos dominantes, e§
es manifiesta la sobrevaloración existente por parte de 5
::5
los jóvenes encuestados de los aspectos subjetivos, en LU
o
::g
z
~
7 Datos coincidentes con la investigación realizada por Sergip Rascovan en su tesis de (3
Maestría en Salud Mental Comunitaria {UNLa) cuyos resultados figuran en Rascovan lJ1
(2005). g
321
detrimento de las variables sociales ql momento de to-
mar decisiones futuras. Por ejemplo, la importancia de la
existencia de políticas públicas que colaboren con el cum-
plimiento de las expectativas futuras fue sensiblemente
inferior a la in~stabilidad económica, personal y/o fami-
liar, la falta de motivación personal, la falta de compromi-
so y constancia para emprender actividades.
322
Muchos estudiantes que participaron de la segunda etapa de
investigación consideraron que el 6% que había expresado en
La investigación de los años 2006 y 2007 como proyecto futuro
"solo trabajar" era escaso, ya que pareciera que hoy fueran más
los estudiantes dispuestos a trabajar solamente, sin estudiar.
Probablemente este aspecto se relacione con el proceso de cre-
cimiento económico experimentado en Argentina desde el año
2003 a la fecha, con un aumento en la tasa de empleo y con la
disposición subjetiva favorable a la incorporación en el mercado
laboral. 9 También con la baja en la tasa de desocupación respec-
to de los años siguientes· a la crisis de 2001-2002. Esto ocurre a
pesar de que la tasa de desempleo juvenil sigue duplicando la
general, por lo que podríamos suponer que habría poco registro
subjetivo de este aspecto.
Por su parte, ese muy bajo porcentaje de intención de "solo
trabajar" fue rechazado visiblemente en aquellas escuelas cuya
población necesita "trabajar para vivir". La expresión de un joven
puede resumir una idea compartida por muchos de los partici-
pantes de la Fase II de investigación: "Me sorprendió que pocos
alumnos quieran 'solo trabajar·, ya que pensaba que iba a ser un
número íf1ás grande el que no quería estudiar para g~narse la
::í
UJ
=>
vida y crécer".
o
1../)
w Insistimos en pensar que la mejoría socioecon·ómica refleja-
;,J
sz da en los datos estadísticos habría producido cierto ~fecto en las
':!•·i:
UJ
1../)
representaciones de los jóvenes escolarizados que están termi-
o nando la escolaridad media. Junto a ello, pareciera que estuvie-
~
- I: ::,
o ra operando cierta idealización como mecanismo psíquico, con-
1·· <(
., >- sistente en juzgar a· los otros jóvenes (quienes participaron en
!-,
81
1- la Fase 1) como más comprometidos, esperanzados, optimistas.
z
UJ
o
!i]
_J
o ? Según el INDEC, la tasa de actividad en 28 conglomerados urbanos en el año 2003
.,
'¡
o
,-
·/ <( era de 45%, la tasa de empleo, 36%, y la desocupación, 20%; mientras que en el primer
,¡ lJJ trimestre de 2006 la tasa de actividad era del 46%, la tasa de empleo aumentó al 40%
1::: y la tasa de desempleo disminuyó al 11%. Para el año 2010 los porcentajes eran 45%,
65 42% y 7%, respectivamente (véase <www.indec.gov,ar>I. . .
-- :
~
y
Si otrora, en un contexto socioeconómico más hostil, tenían
mucha pregnancia frases como: "vos podés", "con esfuerzo
individu;:Ü todo se consigue", hoy serían otras las expresiones
menos ligadas, al discurso neo liberal de hiperresponsabilización
individual y desresponsabilización del Estado.
Hemos recortado algunas expresiones·que podrían dar cuen,..
ta de la articulación entre ambos aspectos señalados:
Pareciera que los jóvenes del año 201 Otomaran las expresio-
nes de los estudiantes encuestados en el año 2006 como si iie·
tratasen de proyectos efectivamente realizados y no como inten-
ciones a tumplir. La idealización antes r:nencionada muy proba-
blemente se deba a las ansiedades que despierta la finalización <(
C)
323
tan pretender hacerlo con una modalidad proyectual más próxi-
ma a las características tradicionales de la modalidad "flecha
del tiempo" [mencionadas anteriormente bajo el apogeo de la
sociedad salarial) que a las señaladas como discontinuas, frag-
mentarias, sin conflgurarse de un modo integrado. Este aspecto
contrasta con lo que ocurre en sectores populares, no necesa-
riamente escolarizados.
:5
w En torno al papel y grado de valoración que los estudiantes le
:::i
(.)
(J}
w
asignan al estudio, nos interesa compartir algunas expresiones
::s -consideradas emblemáticas- que se pusieron de manifiesto en
zw
los grupos de intercambio. Allí los jóvenes compartieron sus im-
U)
o presiones sobre los resultados obtenidos en la primera fase de
~
::::>
D la investigación. Algunas de ellas fueron:
<(
>-
83
1-- • ''Pensaba que no se le daba tanta importancia al estudio."
zLJ..I
ü • "Creo que me equivoqué al pensar que los chicos le daban
ill
_J más importancia al trabajo,.al dinero, que a lo intelectual."
o
i Cl
<(
• "Hoy muchos no quieren estu9iar si no que quieren tener
:¡ LU
plata en sus manos cada mes, no esperar para poder tra-
~
d:j bajar."
• "Me sorprenden los resultados de la investigación, por-
que hoy en día los alumnos solo desean dejar el colegio
y trabajar."
º En la Investigación de los años 2006 y 2007, un 70% de los alumnos eligió estudiar y
1
~
C/1
trabajar como proyecto futuro. g
324
contexto de informalidad o marginalidad económica. Incluso, en
estos casos, las altas tasas de rotación poco tienen que ver -tal
como se cree- con decisiones voluntarias por insatisfacción de
expectativas, sino mucho más con la precariedad de los puestos
a los cuales pueden acceder estos jóvenes. Asimismo, la discri-
minación que afecta a los jóvenes no es generalizada ni es ajena
a signos de distindón social. La evidencia es clara en que son los
jóvenes pobres los sectores sobre quienes pesa una particular es-
tigmatización cultu'ral (Salvia, 20,08).
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Unidad 8
POLÍTICAS PÚBLICAS Y ABORDAJE DE PROBLEMÁTICAS
EN EL CAMPO DE LA SALUD MENTAL CON
ADOLESCENTES Y JÓVENES.
Marcos normativos de regulación de las Políticas públicas para adolescentes y jóvenes en
el marco de una perspectiva de género y de la Ley de Salud Mental. El rol de los organismos
del estado, planes y programas específicos en las distintas políticas de protección de los
derechos de les jóvenes y adolescentes. Jóvenes y adolescentes en situación de
vulnerabilidad. Adolescentes y jóvenes judicializados. Adolescentes y jóvenes excluidos
del sistema educativo formal. Modalidades de abordaje. Estrategias intersectoriales e
interdisciplinarias de atención primaria y /o asistencia de los equipos profesionales en la
comunidad.
Documentos:
-Educación sexual integral. Conceptualizaciones para su abordaje (2010). Secretaria de Educación.
Subsecretaria de Promoción de la Igualdad y Calidad Educativa.
Leyes:
-Ley de Protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes - N° 26.061
-Ley de Salud Mental - N° 26.657
-Ley de Educación sexual integral - N° 26.150
-Ley de Identidad de Género - N° 26.743
-Código Civil y Comercial dela Nación. Ley 26.994 - Cap. 2.
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L!!!gislativa y Presidencia de la Nación
LIBRO PRIMERO
PARTE GENERAL
TITULO I
PERSONA HUMANA
CAPITULO 2
Capacidad
SECCION 1ª
Principios generales
ARTÍCULO 22.- Capacidad de derecho. Toda persona humana goza de la aptitud para ser titular
de derechos y deberes jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos,
simples actos, o actos jurídicos determinados.
ARTÍCULO 23.- Capacidad de ejercicio. Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus
derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en este Código y en una sentencia judicial.
SECCION 2ª
Persona menor de edad
ARTÍCULO 25.- Menor de edad y adolescente. Menor de edad es la persona que no ha cumplido
dieciocho años.
Este Código denomina adolescente a la persona menor de edad que cumplió trece años.
ARTÍCULO 26.- Ejercicio de los derechos por la persona menor de edad. La persona menor de
edad ejerce sus derechos a través de sus representantes legales.
No obstante, la que cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí los actos que
le son permitidos por el ordenamiento jurídico. En situaciones de conflicto de intereses con sus
representantes legales, puede intervenir con asistencia letrada.
La persona menor de edad tiene derecho a ser oída en todo proceso judicial que le concierne así como
a participar en las decisiones sobre su persona.
Se presume que el adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud para decidir por sí respecto
de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen su estado de salud o provocan
un riesgo grave en su vida o integridad física.
Si se trata de tratamientos invasivos que comprometen su estado de salud o está en riesgo la
integridad o la vida, el adolescente debe prestar su consentimiento con la asistencia de sus
progenitores; el conflicto entre ambos se resuelve teniendo en cuenta su interés superior, sobre la
base de la opinión médica respecto a las consecuencias de la realización o no del acto médico.
A partir de los dieciséis años el adolescente es considerado como un adulto para las decisiones
atinentes al cuidado de su propio cuerpo.
ARTÍCULO 27.- Emancipación. La celebración del matrimonio antes de los dieciocho años emancipa
a la persona menor de edad.
La persona emancipada goza de plena capacidad de ejercicio con las limitaciones previstas en este
Código.
La emancipación es irrevocable. La nulidad del matrimonio no deja sin efecto la emancipación, excepto
respecto del cónyuge de mala fe para quien cesa a partir del día en que la sentencia pasa en autoridad
de cosa juzgada.
Si algo es debido a la persona menor de edad con cláusula de no poder percibirlo hasta la mayoría de
edad, la emancipación no altera la obligación ni el tiempo de su exigibilidad.
1nfÜ- LE G Información
Legislativa
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y De,ec:llos Humanos
Presidencia de la N<1ción
LEY DE PROTECCION INTEGRAL DE LOS DERECHOS DE LAS NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES
Ley 26.061
TITULO I
DISPOSICIONES GENERALES
ARTICULO 1° — OBJETO. Esta ley tiene por objeto la protección integral de los derechos de las niñas,
niños y adolescentes que se encuentren en el territorio de la República Argentina, para garantizar el
ejercicio y disfrute pleno, efectivo y permanente de aquellos reconocidos en el ordenamiento jurídico
nacional y en los tratados internacionales en los que la Nación sea parte.
Los derechos aquí reconocidos están asegurados por su máxima exigibilidad y sustentados en el principio
del interés superior del niño.
La omisión en la observancia de los deberes que por la presente corresponden a los órganos
gubernamentales del Estado habilita a todo ciudadano a interponer las acciones administrativas y judiciales
a fin de restaurar el ejercicio y goce de tales derechos, a través de medidas expeditas y eficaces.
ARTICULO 2° — APLICACION OBLIGATORIA. La Convención sobre los Derechos del Niño es de aplicación
obligatoria en las condiciones de su vigencia, en todo acto, decisión o medida administrativa, judicial o de
cualquier naturaleza que se adopte respecto de las personas hasta los dieciocho años de edad. Las niñas,
niños o adolescentes tienen derecho a ser oídos y atendidos cualquiera sea la forma en que se manifiesten,
en todos los ámbitos.
Los derechos y las garantías de los sujetos de esta ley son de orden público, irrenunciables,
interdependientes, indivisibles e intransigibles.
ARTICULO 3° — INTERES SUPERIOR. A los efectos de la presente ley se entiende por interés superior de
la niña, niño y adolescente la máxima satisfacción, integral y simultánea de los derechos y garantías
reconocidos en esta ley.
Debiéndose respetar:
a) Su condición de sujeto de derecho;
b) El derecho de las niñas, niños y adolescentes a ser oídos y que su opinión sea tenida en cuenta;
c) El respeto al pleno desarrollo personal de sus derechos en su medio familiar, social y cultural;
d) Su edad, grado de madurez, capacidad de discernimiento y demás condiciones personales;
e) El equilibrio entre los derechos y garantías de las niñas, niños y adolescentes y las exigencias del bien
común;
f) Su centro de vida. Se entiende por centro de vida el lugar donde las niñas, niños y adolescentes hubiesen
transcurrido en condiciones legítimas la mayor parte de su existencia.
Este principio rige en materia de patria potestad, pautas a las que se ajustarán el ejercicio de la misma,
filiación, restitución del niño, la niña o el adolescente, adopción, emancipación y toda circunstancia
vinculada a las anteriores cualquiera sea el ámbito donde deba desempeñarse.
Cuando exista conflicto entre los derechos e intereses de las niñas, niños y adolescentes frente a otros
derechos e intereses igualmente legítimos, prevalecerán los primeros.
TITULO II
PRINCIPIOS, DERECHOS Y GARANTIAS
ARTICULO 8° — DERECHO A LA VIDA. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la vida, a su
disfrute, protección y a la obtención de una buena calidad de vida.
ARTICULO 10. — DERECHO A LA VIDA PRIVADA E INTIMIDAD FAMILIAR. Las niñas, niños y adolescentes
tienen derecho a la vida privada e intimidad de y en la vida familiar.
Estos derechos no pueden ser objeto de injerencias arbitrarias o ilegales.
ARTICULO 11. — DERECHO A LA IDENTIDAD. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a un
nombre, a una nacionalidad, a su lengua de origen, al conocimiento de quiénes son sus padres, a la
preservación de sus relaciones familiares de conformidad con la ley, a la cultura de su lugar de origen y a
preservar su identidad e idiosincrasia, salvo la excepción prevista en los artículos 327 y 328 del Código
Civil.
Los Organismos del Estado deben facilitar y colaborar en la búsqueda, localización u obtención de
información, de los padres u otros familiares de las niñas, niños y adolescentes facilitándoles el encuentro
o reencuentro familiar. Tienen derecho a conocer a sus padres biológicos, y a crecer y desarrollarse en su
familia de origen, a mantener en forma regular y permanente el vínculo personal y directo con sus padres,
aun cuando éstos estuvieran separados o divorciados, o pesara sobre cualquiera de ellos denuncia penal o
sentencia, salvo que dicho vínculo, amenazare o violare alguno de los derechos de las niñas, niños y
adolescentes que consagra la ley.
En toda situación de institucionalización de los padres, los Organismos del Estado deben garantizar a las
niñas, niños y adolescentes el vínculo y el contacto directo y permanente con aquéllos, siempre que no
contraríe el interés superior del niño.
Sólo en los casos en que ello sea imposible y en forma excepcional tendrán derecho a vivir, ser criados y
desarrollarse en un grupo familiar alternativo o a tener una familia adoptiva, de conformidad con la ley.
ARTICULO 14. — DERECHO A LA SALUD. Los Organismos del Estado deben garantizar:
a) El acceso a servicios de salud, respetando las pautas familiares y culturales reconocidas por la familia y
la comunidad a la que pertenecen siempre que no constituyan peligro para su vida e integridad;
b) Programas de asistencia integral, rehabilitación e integración;
c) Programas de atención, orientación y asistencia dirigidos a su familia;
d) Campañas permanentes de difusión y promoción de sus derechos dirigidas a la comunidad a través de
los medios de comunicación social.
Toda institución de salud deberá atender prioritariamente a las niñas, niños y adolescentes y mujeres
embarazadas.
Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la atención integral de su salud, a recibir la asistencia
médica necesaria y a acceder en igualdad de oportunidades a los servicios y acciones de prevención,
promoción, información, protección, diagnóstico precoz, tratamiento oportuno y recuperación de la salud.
ARTICULO 15. — DERECHO A LA EDUCACION. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la
educación pública y gratuita, atendiendo a su desarrollo integral, su preparación para el ejercicio de la
ciudadanía, su formación para la convivencia democrática y el trabajo, respetando su identidad cultural y
lengua de origen, su libertad de creación y el desarrollo máximo de sus competencias individuales;
fortaleciendo los valores de solidaridad, respeto por los derechos humanos, tolerancia, identidad cultural y
conservación del ambiente.
Tienen derecho al acceso y permanencia en un establecimiento educativo cercano a su residencia. En el
caso de carecer de documentación que acredite su identidad, se los deberá inscribir provisoriamente,
debiendo los Organismos del Estado arbitrar los medios destinados a la entrega urgente de este documento.
Por ninguna causa se podrá restringir el acceso a la educación debiendo entregar la certificación o diploma
correspondiente.
Las niñas, niños y adolescentes con capacidades especiales tienen todos los derechos y garantías
consagrados y reconocidos por esta ley, además de los inherentes a su condición específica.
Los Organismos del Estado, la familia y la sociedad deben asegurarles el pleno desarrollo de su personalidad
hasta el máximo de sus potencialidades, así como el goce de una vida plena y digna.
ARTICULO 16. — GRATUIDAD DE LA EDUCACION. La educación pública será gratuita en todos los servicios
estatales, niveles y regímenes especiales, de conformidad con lo establecido en el ordenamiento jurídico
vigente.
ARTICULO 19. — DERECHO A LA LIBERTAD. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la libertad.
Este derecho comprende:
a) Tener sus propias ideas, creencias o culto religioso según el desarrollo de sus facultades y con las
limitaciones y garantías consagradas por el ordenamiento jurídico y ejercerlo bajo la orientación de sus
padres, tutores, representantes legales o encargados de los mismos;
b) Expresar su opinión en los ámbitos de su vida cotidiana, especialmente en la familia, la comunidad y la
escuela;
c) Expresar su opinión como usuarios de todos los servicios públicos y, con las limitaciones de la ley, en
todos los procesos judiciales y administrativos que puedan afectar sus derechos.
Las personas sujetos de esta ley tienen derecho a su libertad personal, sin más límites que los establecidos
en el ordenamiento jurídico vigente. No pueden ser privados de ella ilegal o arbitrariamente.
La privación de libertad personal, entendida como ubicación de la niña, niño o adolescente en un lugar de
donde no pueda salir por su propia voluntad, debe realizarse de conformidad con la normativa vigente.
ARTICULO 20. — DERECHO AL DEPORTE Y JUEGO RECREATIVO. Los Organismos del Estado con la activa
participación de la sociedad, deben establecer programas que garanticen el derecho de todas las niñas,
niños y adolescentes a la recreación, esparcimiento, juegos recreativos y deportes, debiendo asegurar
programas específicos para aquellos con capacidades especiales.
ARTICULO 21. — DERECHO AL MEDIO AMBIENTE. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a un
ambiente sano y ecológicamente equilibrado, así como a la preservación y disfrute del paisaje.
ARTICULO 22. — DERECHO A LA DIGNIDAD. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a ser
respetados en su dignidad, reputación y propia imagen.
Se prohíbe exponer, difundir o divulgar datos, informaciones o imágenes que permitan identificar, directa
o indirectamente a los sujetos de esta ley, a través de cualquier medio de comunicación o publicación en
contra de su voluntad y la de sus padres, representantes legales o responsables, cuando se lesionen su
dignidad o la reputación de las niñas, niños y adolescentes o que constituyan injerencias arbitrarias o
ilegales en su vida privada o intimidad familiar.
ARTICULO 23. — DERECHO DE LIBRE ASOCIACION. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho de
asociarse libremente con otras personas, con fines sociales, culturales, deportivos, recreativos, religiosos,
políticos, laborales o de cualquier otra índole, siempre que sean de carácter lícito y de conformidad a la
legislación vigente. Este derecho comprende, especialmente, el derecho a:
a) Formar parte de asociaciones, inclusive de sus órganos directivos;
b) Promover y constituir asociaciones conformadas exclusivamente por niñas, niños, adolescentes o ambos,
de conformidad con la ley.
ARTICULO 24. — DERECHO A OPINAR Y A SER OIDO. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a:
a) Participar y expresar libremente su opinión en los asuntos que les conciernan y en aquellos que tengan
interés;
b) Que sus opiniones sean tenidas en cuenta conforme a su madurez y desarrollo.
Este derecho se extiende a todos los ámbitos en que se desenvuelven las niñas, niños y adolescentes;
entre ellos, al ámbito estatal, familiar, comunitario, social, escolar, científico, cultural, deportivo y
recreativo.
ARTICULO 25. — DERECHO AL TRABAJO DE LOS ADOLESCENTES. Los Organismos del Estado deben
garantizar el derecho de las personas adolescentes a la educación y reconocer su derecho a trabajar con
las restricciones que imponen la legislación vigente y los convenios internacionales sobre erradicación del
trabajo infantil, debiendo ejercer la inspección del trabajo contra la explotación laboral de las niñas, niños
y adolescentes.
Este derecho podrá limitarse solamente cuando la actividad laboral importe riesgo, peligro para el
desarrollo, la salud física, mental o emocional de los adolescentes.
Los Organismos del Estado, la sociedad y en particular las organizaciones sindicales coordinarán sus
esfuerzos para erradicar el trabajo infantil y limitar toda forma de trabajo legalmente autorizada cuando
impidan o afecten su proceso evolutivo.
ARTICULO 26. — DERECHO A LA SEGURIDAD SOCIAL. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a
obtener los beneficios de la seguridad social.
Los Organismos del Estado deberán establecer políticas y programas de inclusión para las niñas, niños y
adolescentes, que consideren los recursos y la situación de los mismos y de las personas que sean
responsables de su mantenimiento.
ARTICULO 29. — PRINCIPIO DE EFECTIVIDAD. Los Organismos del Estado deberán adoptar todas las
medidas administrativas, legislativas, judiciales y de otra índole, para garantizar el efectivo cumplimiento
de los derechos y garantías reconocidos en esta ley.
ARTICULO 30. — DEBER DE COMUNICAR. Los miembros de los establecimientos educativos y de salud,
públicos o privados y todo agente o funcionario público que tuviere conocimiento de la vulneración de
derechos de las niñas, niños o adolescentes, deberá comunicar dicha circunstancia ante la autoridad
administrativa de protección de derechos en el ámbito local, bajo apercibimiento de incurrir en
responsabilidad por dicha omisión.
ARTICULO 31. — DEBER DEL FUNCIONARIO DE RECEPCIONAR DENUNCIAS. El agente público que sea
requerido para recibir una denuncia de vulneración de derechos de los sujetos protegidos por esta ley, ya
sea por la misma niña, niño o adolescente, o por cualquier otra persona, se encuentra obligado a recibir y
tramitar tal denuncia en forma gratuita, a fin de garantizar el respeto, la prevención y la reparación del
daño sufrido, bajo apercibimiento de considerarlo incurso en la figura de grave incumplimiento de los
Deberes del Funcionario Público.
TITULO III
SISTEMA DE PROTECCION INTEGRAL DE LOS DERECHOS DE LAS NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES
ARTICULO 32. — CONFORMACION. El Sistema de Protección Integral de Derechos de las Niñas, Niños y
Adolescentes está conformado por todos aquellos organismos, entidades y servicios que diseñan, planifican,
coordinan, orientan, ejecutan y supervisan las políticas públicas, de gestión estatal o privadas, en el ámbito
nacional, provincial y municipal, destinados a la promoción, prevención, asistencia, protección, resguardo
y restablecimiento de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, y establece los medios a través de
los cuales se asegura el efectivo goce de los derechos y garantías reconocidos en la Constitución Nacional,
la Convención sobre los Derechos del Niño, demás tratados de derechos humanos ratificados por el Estado
argentino y el ordenamiento jurídico nacional.
La Política de Protección Integral de Derechos de las niñas, niños y adolescentes debe ser implementada
mediante una concertación articulada de acciones de la Nación, las provincias, la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires y los Municipios.
Para el logro de sus objetivos, el Sistema de Protección Integral de Derechos de las Niñas, Niños y
Adolescentes debe contar con los siguientes medios:
a) Políticas, planes y programas de protección de derechos;
b) Organismos administrativos y judiciales de protección de derechos;
c) Recursos económicos;
d) Procedimientos;
e) Medidas de protección de derechos;
f) Medidas de protección excepcional de derechos.
ARTICULO 33. — MEDIDAS DE PROTECCION INTEGRAL DE DERECHOS. Son aquéllas emanadas del
órgano administrativo competente local ante la amenaza o violación de los derechos o garantías de uno o
varias niñas, niños o adolescentes individualmente considerados, con el objeto de preservarlos, restituirlos
o reparar sus consecuencias.
La amenaza o violación a que se refiere este artículo puede provenir de la acción u omisión del Estado, la
Sociedad, los particulares, los padres, la familia, representantes legales, o responsables, o de la propia
conducta de la niña, niño o adolescente.
La falta de recursos materiales de los padres, de la familia, de los representantes legales o responsables
de las niñas, niños y adolescentes, sea circunstancial, transitoria o permanente, no autoriza la separación
de su familia nuclear, ampliada o con quienes mantenga lazos afectivos, ni su institucionalización.
ARTICULO 34. — FINALIDAD. Las medidas de protección de derechos tienen como finalidad la
preservación o restitución a las niñas, niños o adolescentes, del disfrute, goce y ejercicio de sus derechos
vulnerados y la reparación de sus consecuencias.
ARTICULO 36. — PROHIBICION. En ningún caso las medidas a que se refiere el artículo 33 de esta ley
podrán consistir en privación de la libertad conforme lo establecido en el artículo 19.
ARTICULO 38. — EXTINCION. Las medidas de protección pueden ser sustituidas, modificadas o revocadas
en cualquier momento por acto de la autoridad competente que las haya dispuesto y cuando las
circunstancias que las causaron varíen o cesen.
ARTICULO 39. — MEDIDAS EXCEPCIONALES. Son aquellas que se adoptan cuando las niñas, niños y
adolescentes estuvieran temporal o permanentemente privados de su medio familiar o cuyo superior interés
exija que no permanezcan en ese medio.
Tienen como objetivo la conservación o recuperación por parte del sujeto del ejercicio y goce de sus
derechos vulnerados y la reparación de sus consecuencias.
Estas medidas son limitadas en el tiempo y sólo se pueden prolongar mientras persistan las causas que les
dieron origen.
ARTICULO 40. — PROCEDENCIA DE LAS MEDIDAS EXCEPCIONALES. Sólo serán procedentes cuando,
previamente, se hayan cumplimentado debidamente las medidas dispuestas en el artículo 33.
Declarada procedente esta excepción, será la autoridad local de aplicación quien decida y establezca el
procedimiento a seguir, acto que deberá estar jurídicamente fundado, debiendo notificar fehacientemente
dentro del plazo de VEINTICUATRO (24) horas, la medida adoptada a la autoridad judicial competente en
materia de familia de cada jurisdicción.
El funcionario que no dé efectivo cumplimiento a esta disposición, será pasible de las sanciones previstas
en el Capítulo IV del Código Penal de la Nación.
La autoridad competente de cada jurisdicción, en protección de los derechos de las niñas, niños y
adolescentes dentro del plazo de SETENTA Y DOS (72) horas de notificado, con citación y audiencia de los
representantes legales, deberá resolver la legalidad de la medida; resuelta ésta, la autoridad judicial
competente deberá derivar el caso a la autoridad local competente de aplicación para que ésta implemente
las medidas pertinentes.
ARTICULO 41. — APLICACION. Las medidas establecidas en el artículo 39, se aplicarán conforme a los
siguientes criterios:
a) Permanencia temporal en ámbitos familiares considerados alternativos. Las medidas consisten en la
búsqueda e individualización de personas vinculadas a ellos, a través de líneas de parentesco por
consanguinidad o por afinidad, o con otros miembros de la familia ampliada o de la comunidad, según
costumbre local, en todos los casos teniendo en cuenta la opinión de las niñas, niños y adolescentes;
b) Sólo en forma excepcional, subsidiaria y por el más breve lapso posible puede recurrirse a una forma
convivencial alternativa a la de su grupo familiar, debiéndose propiciar, a través de mecanismos rápidos y
ágiles, el regreso de las niñas, niños y adolescentes a su grupo o medio familiar y comunitario. Al considerar
las soluciones se prestará especial atención a la continuidad en la educación de las niñas, niños y
adolescentes, y a su origen étnico, religioso, cultural y lingüístico. Estas medidas deberán ser supervisadas
por el organismo administrativo local competente y judicial interviniente;
c) Las medidas se implementarán bajo formas de intervención no sustitutivas del grupo familiar de origen,
con el objeto de preservar la identidad familiar de las niñas, niños y adolescentes;
d) Las medidas de protección excepcional que se tomen con relación a grupos de hermanos deben preservar
la convivencia de los mismos;
e) En ningún caso, las medidas de protección excepcionales pueden consistir en privación de la libertad;
f) No podrá ser fundamento para la aplicación de una medida excepcional, la falta de recursos económicos,
físicos, de políticas o programas del organismo administrativo.
TITULO IV
ORGANOS ADMINISTRATIVOS DE PROTECCION DE DERECHOS
CAPITULO I
SECRETARIA NACIONAL DE NIÑEZ, ADOLESCENCIA Y FAMILIA
ARTICULO 43. — SECRETARIA NACIONAL. Créase en el ámbito del Poder Ejecutivo nacional, la Secretaría
Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, organismo especializado en materia de derechos de infancia y
adolescencia, la que funcionará con representación interministerial y de las organizaciones de la sociedad
civil.
La misma será presidida por un Secretario de Estado designado por el Poder Ejecutivo nacional.
CAPITULO II
CONSEJO FEDERAL DE NIÑEZ, ADOLESCENCIA Y FAMILIA
ARTICULO 45. — Créase el Consejo Federal de Niñez, Adolescencia y Familia, el que estará integrado por
quien ejerza la titularidad de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, quien lo presidirá y
por los representantes de los Organos de Protección de Derechos de Niñez, Adolescencia y Familia
existentes o a crearse en cada una de las provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El Consejo Federal de Niñez, Adolescencia y Familia dictará su propio Reglamento de funcionamiento, el
cual deberá ser aprobado en la primera reunión.
ARTICULO 46. — FUNCIONES. El Consejo Federal de Niñez, Adolescencia y Familia tendrá funciones
deliberativas, consultivas, de formulación de propuestas y de políticas de concertación, cuyo alcance y
contenido se fijará en el acta constitutiva.
Tendrá las siguientes funciones:
a) Concertar y efectivizar políticas de protección integral de los derechos de las niñas, niños, adolescentes
y sus familias;
b) Participar en la elaboración en coordinación con la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia
de un Plan Nacional de Acción como política de derechos para el área específica, de acuerdo a los principios
jurídicos establecidos en la presente ley;
c) Proponer e impulsar reformas legislativas e institucionales destinadas a la concreción de los principios
establecidos en la Convención sobre los Derechos del Niño;
d) Fomentar espacios de participación activa de los organismos de la sociedad civil de las provincias y de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, reconocidas por su especialidad e idoneidad en la materia,
favoreciendo su conformación en redes comunitarias;
e) Promover la supervisión y control de las instituciones privadas de asistencia y protección de derechos;
f) Gestionar en forma conjunta y coordinada con la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia la
obtención de recursos financieros nacionales e internacionales para la efectivización de las políticas públicas
de niñez, adolescencia y familia;
g) Efectivizar juntamente con la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia la transferencia de
los fondos a los Estados Provinciales para la financiación de dichas políticas;
h) Gestionar la distribución de los fondos presupuestariamente asignados para la formulación y ejecución
de las políticas previstas en el Plan Nacional de Acción;
i) Promover en coordinación con la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, mecanismos de
seguimiento, monitoreo y evaluación de las políticas públicas destinadas a la protección integral de los
derechos de las niñas; niños y adolescentes.
CAPITULO III
DEFENSOR DE LOS DERECHOS DE LAS NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES
ARTICULO 47. — CREACION. Créase la figura del Defensor de los Derechos de las Niñas, Niños y
Adolescentes, quien tendrá a su cargo velar por la protección y promoción de sus derechos consagrados
en la Constitución Nacional, la Convención sobre los Derechos del Niño y las leyes nacionales.
ARTICULO 48. — CONTROL. La defensa de los derechos de las niñas, niños y adolescentes ante las
instituciones públicas y privadas y la supervisión y auditoría de la aplicación del sistema de protección
integral se realizará en dos niveles:
a) Nacional: a través del Defensor de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes;
b) Provincial: respetando la autonomía de las provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, así
como las instituciones preexistentes.
Las legislaturas podrán designar defensores en cada una de las jurisdicciones, cuya financiación y funciones
serán determinadas por los respectivos cuerpos legislativos.
ARTICULO 49. — DESIGNACION. El Defensor de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes será
propuesto, designado y removido por el Congreso Nacional, quien designará una comisión bicameral que
estará integrada por diez miembros, cinco de cada Cámara respetando la proporción en la representación
política, quienes tendrán a su cargo la evaluación de la designación que se llevará a cabo mediante un
concurso público de antecedentes y oposición. Las decisiones de esta Comisión se adoptarán por el voto
de las dos terceras partes de sus miembros.
El Defensor deberá ser designado dentro de los NOVENTA (90) días de sancionada esta ley y asumirá sus
funciones ante el Honorable Senado de la Nación, prestando juramento de desempeñar fielmente su cargo.
ARTICULO 50. — REQUISITOS PARA SU ELECCION. El Defensor de los Derechos de las Niñas, Niños y
Adolescentes, deberá reunir los siguientes requisitos:
a) Ser Argentino;
b) Haber cumplido TREINTA (30) años de edad;
c) Acreditar idoneidad y especialización en la defensa y protección activa de los derechos de las Niñas,
Niños y Adolescentes y familia.
ARTICULO 51. — DURACION EN EL CARGO. El Defensor de los Derechos de las Niñas, Niños y
Adolescentes durará en sus funciones CINCO (5) años, pudiendo ser reelegido por una sola vez.
ARTICULO 52. — INCOMPATIBILIDAD. El cargo de Defensor de los Derechos de las Niñas, Niños y
Adolescentes es incompatible con el desempeño de cualquier otra actividad pública, comercial o profesional
a excepción de la docencia, estándole vedada, asimismo, la actividad política partidaria.
Dentro de los DIEZ (10) días siguientes a su nombramiento y antes de tomar posesión del cargo, el
Defensor debe cesar en toda situación de incompatibilidad que pudiere afectarlo, bajo apercibimiento de
remoción del cargo.
Son de aplicación al Defensor, en lo pertinente, las normas en materia de recusación y excusación previstas
en el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
ARTICULO 53. — DE LA REMUNERACION. El Defensor de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes
percibirá la remuneración que establezca el Congreso de la Nación, por resolución de los presidentes de
ambas Cámaras.
ARTICULO 54. — PRESUPUESTO. El Poder Ejecutivo nacional destinará una partida presupuestaria para
solventar los gastos del funcionamiento administrativo del Defensor de los Derechos de las Niñas, Niños y
Adolescentes.
ARTICULO 56. — INFORME ANUAL. El Defensor de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes deberá
dar cuenta anualmente al Congreso de la Nación, de la labor realizada en un informe que presentará antes
del 31 de mayo de cada año.
Dentro de los SESENTA (60) días de iniciadas las sesiones ordinarias de cada año, el Defensor deberá rendir
dicho informe en forma, verbal ante la Comisión Bicameral a que se refiere el artículo 49.
Cuando la gravedad o urgencia de los hechos lo aconsejen podrá presentar un informe especial. Los
informes anuales y especiales serán publicados en el Boletín Oficial, en los Diarios de Sesiones y en
Internet.
El Defensor de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes en forma personal, deberá concurrir
trimestralmente en forma alternativa a las comisiones permanentes especializadas en la materia de cada
una de las Cámaras del Congreso Nacional a brindar los informes que se le requieran, o en cualquier
momento cuando la Comisión así lo requiera.
ARTICULO 57. — CONTENIDO DEL INFORME. El Defensor de los Derechos de las Niñas, Niños y
Adolescentes deberá dar cuenta en su informe anual de las denuncias presentadas y del resultado de las
investigaciones. En el informe no deberán constar los datos personales que permitan la pública
identificación de los denunciantes, como así tampoco de las niñas, niños y adolescentes involucrados.
El informe contendrá un anexo en el que se hará constar la rendición de cuentas del presupuesto del
organismo en el período que corresponda.
ARTICULO 58. — GRATUIDAD. El Defensor de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes
determinará en forma exclusiva los casos a que dará curso; las presentaciones serán gratuitas, quedando
prohibida la participación de gestores e intermediarios.
ARTICULO 59. — CESE. CAUSALES. El Defensor de los Derechos de las niñas, niños y adolescentes cesa
en sus funciones por alguna de las siguientes causas:
a) Por renuncia;
b) Por vencimiento del plazo de su mandato;
c) Por incapacidad sobreviniente o muerte;
d) Por haber sido condenado mediante sentencia firme por delito doloso;
e) Por notoria negligencia en el cumplimiento de los deberes del cargo o por haber incurrido en la situación
de incompatibilidad prevista por esta ley.
ARTICULO 60. — CESE Y FORMAS. En los supuestos previstos por los incisos a), c) y d) del artículo
anterior, el cese será dispuesto por los Presidentes de ambas Cámaras. En el caso del inciso c), la
incapacidad sobreviniente deberá acreditarse de modo fehaciente. En los supuestos previstos por el inciso
e) del mismo artículo, el cese se decidirá por el voto de los dos tercios de los miembros presentes de la
Comisión, previo debate y audiencia del interesado.
En caso de muerte del Defensor de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes se procederá a
reemplazarlo en forma provisoria según el procedimiento establecido en el artículo siguiente,
promoviéndose en el más breve plazo la designación del titular en la forma establecida en el artículo 56.
ARTICULO 61. — ADJUNTOS. A propuesta del Defensor de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes
y conforme el procedimiento establecido en el artículo 56 podrán designarse dos adjuntos que auxiliarán a
aquél en el ejercicio de sus funciones, pudiendo además, reemplazarlo en caso de cese, muerte, suspensión
o imposibilidad temporal, en el orden en que fuesen designados.
ARTICULO 62. — OBLIGACION DE COLABORAR. Todas las Entidades, Organismos y personas jurídicas,
ya sean públicas o privadas, y las personas físicas están obligadas a prestar colaboración a los
requerimientos del Defensor de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes con carácter preferente y
expedito.
ARTICULO 63. — OBSTACULIZACION. Todo aquel que desobedezca u obstaculice el ejercicio de las
funciones previstas en los artículos precedentes incurrirá en el delito previsto en el artículo 239 del Código
Penal. El Defensor de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes debe dar traslado de los antecedentes
respectivos al Ministerio Público Fiscal para el ejercicio de las acciones pertinentes. Puede requerir la
intervención de la justicia para obtener la remisión de la documentación que le hubiera sido negada por
cualquier organismo, ente, persona o sus agentes.
CAPITULO IV
DE LAS ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES
ARTICULO 65. — OBJETO. A los fines de la presente ley se consideran organizaciones no gubernamentales
de niñez y adolescencia a aquellas que, con Personería Jurídica y que en cumplimiento de su misión
institucional desarrollen programas o servicios de promoción, tratamiento, protección y defensa de los
derechos de las niñas, niños y adolescentes.
ARTICULO 67. — INCUMPLIMIENTO. En caso de incumplimiento de las obligaciones a que se hallan sujetas
las organizaciones no gubernamentales de niñez y adolescencia mencionadas por esta ley, la autoridad
local de aplicación promoverá ante los organismos competentes, la implementación de las medidas que
correspondan.
ARTICULO 69. — La Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia y el Consejo Federal de Niñez,
Adolescencia y Familia deberán en forma conjunta y coordinada garantizar la distribución justa y equitativa
de las partidas presupuestarias y de todos los recursos nacionales o internacionales destinados a la
efectivización de los objetivos de esta ley.
ARTICULO 70. — TRANSFERENCIAS. El Gobierno nacional acordará con los gobiernos provinciales y de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la transferencia necesaria de los servicios de atención directa y sus
recursos, a las respectivas jurisdicciones en las que actualmente estén prestando servicios y se estén
ejecutando.
Esta ley será aplicable a las situaciones jurídicas pendientes o en curso de ejecución.
ARTICULO 71. — TRANSITORIEDAD. En un plazo máximo de CIENTO OCHENTA (180) días corridos
prorrogables por igual plazo y por única vez, el Poder Ejecutivo nacional arbitrará las medidas necesarias
incluidas las afectaciones presupuestarias y edilicias, que garanticen la contención y protección de las niñas,
niños y adolescentes, comprendidos dentro del marco de la Ley N° 10.903 que se deroga.
ARTICULO 72. — FONDOS. El Presupuesto General de la Nación preverá las partidas necesarias para el
funcionamiento del Consejo Federal de Niñez, Adolescencia y Familia, la Secretaría Nacional de Niñez
Adolescencia y Familia, el Defensor de los Derechos de las niñas, niños y adolescentes y todas las que
correspondan para el cumplimiento de la presente ley, atendiendo lo previsto en el artículo 70.
La previsión presupuestaria en ningún caso podrá ser inferior a la mayor previsión o ejecución de ejercicios
anteriores. Dispóngase la intangibilidad de los fondos destinados a la infancia, adolescencia y familia
establecidos en el presupuesto nacional.
Para el ejercicio presupuestario del corriente año, el Jefe de Gabinete reasignará las partidas
correspondientes.
TITULO VI
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS
ARTICULO 73. — Sustitúyese el artículo 310 del Código Civil, por el siguiente:
"Artículo 310.- Si uno de los progenitores fuera privado o suspendido en el ejercicio de la patria potestad,
continuará ejerciéndola el otro. En su defecto, y no dándose el caso de tutela legal por pariente
consanguíneo idóneo, en orden de grado excluyente, el juez proveerá a la tutela de las personas menores
de edad."
ARTICULO 74. — Modifíquese el artículo 234 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, el que
quedará redactado de la siguiente forma:
"Artículo 234: Podrá decretarse la guarda:
Inciso 1) De incapaces mayores de DIECIOCHO (18) años de edad abandonados o sin representantes
legales o cuando éstos estuvieren impedidos de ejercer sus funciones;
Inciso 2) De los incapaces mayores de DIECIOCHO (18) años de edad que están en pleito con sus
representantes legales, en el que se controvierta su curatela".
ARTICULO 75. — Modifíquese el artículo 236 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, el que
quedará redactado de la siguiente forma:
"Artículo 236: En los casos previstos en el artículo 234, la petición podrá ser deducida por cualquier persona,
y formulada verbalmente ante el asesor de menores e incapaces, en cuyo caso se labrará acta con las
menciones pertinentes, la que será remitida al juzgado que corresponda."
ARTICULO 76. — Derógase la Ley N° 10.903, los decretos nacionales: N° 1606/90 y sus modificatorias,
N° 1631/96 y N° 295/01.
ARTICULO 77. — Esta ley deberá ser reglamentada en un plazo máximo de NOVENTA (90) días, contados
a partir de la sanción de la presente.
y
M In llterlo d@ Ju!tk li
y De,ec:llos Humanos
Presidencia de la N<1ción
SALUD PÚBLICA
Ley 26.657
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc. sancionan con
fuerza de Ley:
Capítulo I
Derechos y garantías
ARTICULO 1° — La presente ley tiene por objeto asegurar el derecho a la protección de la salud mental
de todas las personas, y el pleno goce de los derechos humanos de aquellas con padecimiento mental que
se encuentran en el territorio nacional, reconocidos en los instrumentos internacionales de derechos
humanos, con jerarquía constitucional, sin perjuicio de las regulaciones más beneficiosas que para la
protección de estos derechos puedan establecer las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
ARTICULO 2° — Se consideran parte integrante de la presente ley los Principios de Naciones Unidas para
la Protección de los Enfermos Mentales y para el Mejoramiento de la Atención de Salud Mental, adoptado
por la Asamblea General en su resolución 46/119 del 17 de diciembre de 1991. Asimismo, la Declaración
de Caracas de la Organización Panamericana de la Salud y de la Organización Mundial de la Salud, para la
Reestructuración de la Atención Psiquiátrica dentro de los Sistemas Locales de Salud, del 14 de noviembre
de 1990, y los Principios de Brasilia Rectores; para el Desarrollo de la Atención en Salud Mental en las
Américas, del 9 de noviembre de 1990, se consideran instrumentos de orientación para la planificación de
políticas públicas.
Capítulo II
Definición
En ningún caso puede hacerse diagnóstico en el campo de la salud mental sobre la base exclusiva de:
b) Demandas familiares, laborales, falta de conformidad o adecuación con valores morales, sociales,
culturales, políticos o creencias religiosas prevalecientes en la comunidad donde vive la persona;
ARTICULO 4° — Las adicciones deben ser abordadas como parte integrante de las políticas de salud
mental. Las personas con uso problemático de drogas, legales e ilegales, tienen todos los derechos y
garantías que se establecen en la presente ley en su relación con los servicios de salud.
ARTICULO 5° — La existencia de diagnóstico en el campo de la salud mental no autoriza en ningún caso
a presumir riesgo de daño o incapacidad, lo que sólo puede deducirse a partir de una evaluación
interdisciplinaria de cada situación particular en un momento determinado.
Capítulo III
Ámbito de aplicación
ARTICULO 6° — Los servicios y efectores de salud públicos y privados, cualquiera sea la forma jurídica
que tengan, deben adecuarse a los principios establecidos en la presente ley.
Capítulo IV
ARTICULO 7° — El Estado reconoce a las personas con padecimiento mental los siguientes derechos:
a) Derecho a recibir atención sanitaria y social integral y humanizada, a partir del acceso gratuito, igualitario
y equitativo a las prestaciones e insumos necesarios, con el objeto de asegurar la recuperación y
preservación de su salud;
b) Derecho a conocer y preservar su identidad, sus grupos de pertenencia, su genealogía y su historia;
c) Derecho a recibir una atención basada en fundamentos científicos ajustados a principios éticos;
d) Derecho a recibir tratamiento y a ser tratado con la alternativa terapéutica más conveniente, que menos
restrinja sus derechos y libertades, promoviendo la integración familiar, laboral y comunitaria;
e) Derecho a ser acompañado antes, durante y luego del tratamiento por sus familiares, otros afectos o a
quien la persona con padecimiento mental designe;
f) Derecho a recibir o rechazar asistencia o auxilio espiritual o religioso;
g) Derecho del asistido, su abogado, un familiar, o allegado que éste designe, a acceder a sus antecedentes
familiares, fichas e historias clínicas;
h) Derecho a que en el caso de internación involuntaria o voluntaria prolongada, las condiciones de la
misma sean supervisadas periódicamente por el órgano de revisión;
i) Derecho a no ser identificado ni discriminado por un padecimiento mental actual o pasado;
j) Derecho a ser informado de manera adecuada y comprensible de los derechos que lo asisten, y de todo
lo inherente a su salud y tratamiento, según las normas del consentimiento informado, incluyendo las
alternativas para su atención, que en el caso de no ser comprendidas por el paciente se comunicarán a los
familiares, tutores o representantes legales;
k) Derecho a poder tomar decisiones relacionadas con su atención y su tratamiento dentro de sus
posibilidades;
l) Derecho a recibir un tratamiento personalizado en un ambiente apto con resguardo de su intimidad,
siendo reconocido siempre como sujeto de derecho, con el pleno respeto de su vida privada y libertad de
comunicación;
m) Derecho a no ser objeto de investigaciones clínicas ni tratamientos experimentales sin un
consentimiento fehaciente;
n) Derecho a que el padecimiento mental no sea considerado un estado inmodificable;
o) Derecho a no ser sometido a trabajos forzados;
p) Derecho a recibir una justa compensación por su tarea en caso de participar de actividades encuadradas
como laborterapia o trabajos comunitarios, que impliquen producción de objetos, obras o servicios que
luego sean comercializados.
Capítulo V
Modalidad de abordaje
ARTICULO 8° — Debe promoverse que la atención en salud mental esté a cargo de un equipo
interdisciplinario integrado por profesionales, técnicos y otros trabajadores capacitados con la debida
acreditación de la autoridad competente. Se incluyen las áreas de psicología, psiquiatría, trabajo social,
enfermería, terapia ocupacional y otras disciplinas o campos pertinentes.
ARTICULO 9° — El proceso de atención debe realizarse preferentemente fuera del ámbito de internación
hospitalario y en el marco de un abordaje interdisciplinario e intersectorial, basado en los principios de la
atención primaria de la salud. Se orientará al reforzamiento, restitución o promoción de los lazos sociales.
ARTICULO 10. — Por principio rige el consentimiento informado para todo tipo de intervenciones, con las
únicas excepciones y garantías establecidas en la presente ley.
Las personas con discapacidad tienen derecho a recibir la información a través de medios y tecnologías
adecuadas para su comprensión.
ARTICULO 11. — La Autoridad de Aplicación debe promover que las autoridades de salud de cada
jurisdicción, en coordinación con las áreas de educación, desarrollo social, trabajo y otras que
correspondan, implementen acciones de inclusión social, laboral y de atención en salud mental comunitaria.
Se debe promover el desarrollo de dispositivos tales como: consultas ambulatorias; servicios de inclusión
social y laboral para personas después del alta institucional; atención domiciliaria supervisada y apoyo a
las personas y grupos familiares y comunitarios; servicios para la promoción y prevención en salud mental,
así como otras prestaciones tales como casas de convivencia, hospitales de día, cooperativas de trabajo,
centros de capacitación socio-laboral, emprendimientos sociales, hogares y familias sustitutas.
ARTICULO 12. — La prescripción de medicación sólo debe responder a las necesidades fundamentales de
la persona con padecimiento mental y se administrará exclusivamente con fines terapéuticos y nunca como
castigo, por conveniencia de terceros, o para suplir la necesidad de acompañamiento terapéutico o cuidados
especiales. La indicación y renovación de prescripción de medicamentos sólo puede realizarse a partir de
las evaluaciones profesionales pertinentes y nunca de forma automática. Debe promoverse que los
tratamientos psicofarmacológicos se realicen en el marco de abordajes interdisciplinarios.
Capítulo VI
ARTICULO 13. — Los profesionales con título de grado están en igualdad de condiciones para ocupar los
cargos de conducción y gestión de los servicios y las instituciones, debiendo valorarse su idoneidad para el
cargo y su capacidad para integrar los diferentes saberes que atraviesan el campo de la salud mental.
Todos los trabajadores integrantes de los equipos asistenciales tienen derecho a la capacitación permanente
y a la protección de su salud integral, para lo cual se deben desarrollar políticas específicas.
Capítulo VII
Internaciones
ARTICULO 15. — La internación debe ser lo más breve posible, en función de criterios terapéuticos
interdisciplinarios. Tanto la evolución del paciente como cada una de las intervenciones del equipo
interdisciplinario deben registrarse a diario en la historia clínica. En ningún caso la internación puede ser
indicada o prolongada para resolver problemáticas sociales o de vivienda, para lo cual el Estado debe
proveer los recursos adecuados a través de los organismos públicos competentes.
ARTICULO 16. — Toda disposición de internación, dentro de las CUARENTA Y OCHO (48) horas, debe
cumplir con los siguientes requisitos:
a) Evaluación, diagnóstico interdisciplinario e integral y motivos que justifican la internación, con la firma
de al menos dos profesionales del servicio asistencial donde se realice la internación, uno de los cuales
debe ser necesariamente psicólogo o médico psiquiatra;
b) Búsqueda de datos disponibles acerca de la identidad y el entorno familiar;
c) Consentimiento informado de la persona o del representante legal cuando corresponda. Sólo se considera
válido el consentimiento cuando se presta en estado de lucidez y con comprensión de la situación, y se
considerará invalidado si durante el transcurso de la internación dicho estado se pierde, ya sea por el
estado de salud de la persona o por efecto de los medicamentos o terapéuticas aplicadas. En tal caso
deberá procederse como si se tratase de una internación involuntaria.
ARTICULO 17. — En los casos en que la persona no estuviese acompañada por familiares o se
desconociese su identidad, la institución que realiza la internación, en colaboración con los organismos
públicos que correspondan, debe realizar las averiguaciones tendientes a conseguir datos de los familiares
o lazos afectivos que la persona tuviese o indicase, o esclarecer su identidad, a fin de propiciar su retorno
al marco familiar y comunitario lo antes posible. La institución debe brindar colaboración a los
requerimientos de información que solicite el órgano de revisión que se crea en el artículo 38 de la presente
ley.
ARTICULO 18. — La persona internada bajo su consentimiento podrá en cualquier momento decidir por
sí misma el abandono de la internación. En todos los casos en que las internaciones voluntarias se
prolonguen por más de SESENTA (60) días corridos, el equipo de salud a cargo debe comunicarlo al órgano
de revisión creado en el artículo 38 y al juez. El juez debe evaluar, en un plazo no mayor de CINCO (5)
días de ser notificado, si la internación continúa teniendo carácter voluntario o si la misma debe pasar a
considerarse involuntaria, con los requisitos y garantías establecidos para esta última situación. En caso de
que la prolongación de la internación fuese por problemáticas de orden social, el juez deberá ordenar al
órgano administrativo correspondiente la inclusión en programas sociales y dispositivos específicos y la
externación a la mayor brevedad posible, comunicando dicha situación al órgano de revisión creado por
esta ley.
ARTICULO 19. — El consentimiento obtenido o mantenido con dolo, debidamente comprobado por
autoridad judicial, o el incumplimiento de la obligación de informar establecida en los capítulos VII y VIII
de la presente ley, harán pasible al profesional responsable y al director de la institución de las acciones
civiles y penales que correspondan.
ARTICULO 20. — La internación involuntaria de una persona debe concebirse como recurso terapéutico
excepcional en caso de que no sean posibles los abordajes ambulatorios, y sólo podrá realizarse cuando a
criterio del equipo de salud mediare situación de riesgo cierto e inminente para sí o para terceros. Para que
proceda la internación involuntaria, además de los requisitos comunes a toda internación, debe hacerse
constar:
a) Dictamen profesional del servicio asistencial que realice la internación. Se debe determinar la situación
de riesgo cierto e inminente a que hace referencia el primer párrafo de este artículo, con la firma de dos
profesionales de diferentes disciplinas, que no tengan relación de parentesco, amistad o vínculos
económicos con la persona, uno de los cuales deberá ser psicólogo o médico psiquiatra;
b) Ausencia de otra alternativa eficaz para su tratamiento;
c) Informe acerca de las instancias previas implementadas si las hubiera.
a) Autorizar, si evalúa que están dadas las causales previstas por esta ley;
b) Requerir informes ampliatorios de los profesionales tratantes o indicar peritajes externos, siempre que
no perjudiquen la evolución del tratamiento, tendientes a evaluar si existen los supuestos necesarios que
justifiquen la medida extrema de la internación involuntaria y/o;
c) Denegar, en caso de evaluar que no existen los supuestos necesarios para la medida de internación
involuntaria, en cuyo caso debe asegurar la externación de forma inmediata.
El juez sólo puede ordenar por sí mismo una internación involuntaria cuando, cumplidos los requisitos
establecidos en el artículo 20, el servicio de salud responsable de la cobertura se negase a realizarla.
ARTICULO 23. — El alta, externación o permisos de salida son facultad del equipo de salud que no requiere
autorización del juez. El mismo deberá ser informado si se tratase de una internación involuntaria, o
voluntaria ya informada en los términos de los artículos 18 ó 26 de la presente ley. El equipo de salud está
obligado a externar a la persona o transformar la internación en voluntaria, cumpliendo los requisitos
establecidos en el artículo 16 apenas cesa la situación de riesgo cierto e inminente. Queda exceptuado de
lo dispuesto en el presente artículo, las internaciones realizadas en el marco de lo previsto en el artículo
34 del Código Penal.
ARTICULO 24. — Habiendo autorizado la internación involuntaria, el juez debe solicitar informes con una
periodicidad no mayor a TREINTA (30) días corridos a fin de reevaluar si persisten las razones para la
continuidad de dicha medida, y podrá en cualquier momento disponer su inmediata externación.
Si transcurridos los primeros NOVENTA (90) días y luego del tercer informe continuase la internación
involuntaria, el juez deberá pedir al órgano de revisión que designe un equipo interdisciplinario que no
haya intervenido hasta el momento, y en lo posible independiente del servicio asistencial interviniente, a
fin de obtener una nueva evaluación. En caso de diferencia de criterio, optará siempre por la que menos
restrinja la libertad de la persona internada.
ARTICULO 25. — Transcurridos los primeros SIETE (7) días en el caso de internaciones involuntarias, el
juez, dará parte al órgano de revisión que se crea en el artículo 38 de la presente ley.
ARTICULO 26. — En caso de internación de personas menores de edad o declaradas incapaces, se debe
proceder de acuerdo a lo establecido por los artículos 20, 21, 22, 23, 24 y 25 de la presente ley. En el caso
de niños, niñas y adolescentes, además se procederá de acuerdo a la normativa nacional e internacional
de protección integral de derechos.
ARTICULO 27. — Queda prohibida por la presente ley la creación de nuevos manicomios,
neuropsiquiátricos o instituciones de internación monovalentes, públicos o privados. En el caso de los ya
existentes se deben adaptar a los objetivos y principios expuestos, hasta su sustitución definitiva por los
dispositivos alternativos. Esta adaptación y sustitución en ningún caso puede significar reducción de
personal ni merma en los derechos adquiridos de los mismos.
ARTICULO 28. — Las internaciones de salud mental deben realizarse en hospitales generales. A tal efecto
los hospitales de la red pública deben contar con los recursos necesarios. El rechazo de la atención de
pacientes, ya sea ambulatoria o en internación, por el solo hecho de tratarse de problemática de salud
mental, será considerado acto discriminatorio en los términos de la ley 23.592.
ARTICULO 29. — A los efectos de garantizar los derechos humanos de las personas en su relación con los
servicios de salud mental, los integrantes, profesionales y no profesionales del equipo de salud son
responsables de informar al órgano de revisión creado por la presente ley y al juez competente, sobre
cualquier sospecha de irregularidad que implicara un trato indigno o inhumano a personas bajo tratamiento
o limitación indebida de su autonomía. La sola comunicación a un superior jerárquico dentro de la institución
no relevará al equipo de salud de tal responsabilidad si la situación irregular persistiera. Dicho
procedimiento se podrá realizar bajo reserva de identidad y contará con las garantías debidas del resguardo
a su fuente laboral y no será considerado como violación al secreto profesional.
Debe promoverse la difusión y el conocimiento de los principios, derechos y garantías reconocidos y las
responsabilidades establecidas en la presente ley a todos los integrantes de los equipos de salud, dentro
de un lapso de NOVENTA (90) días de la sanción de la presente ley, y al momento del ingreso de cada uno
de los trabajadores al sistema.
Capítulo VIII
Derivaciones
ARTICULO 30. — Las derivaciones para tratamientos ambulatorios o de internación que se realicen fuera
del ámbito comunitario donde vive la persona sólo corresponden si se realizan a lugares donde la misma
cuenta con mayor apoyo y contención social o familiar. Los traslados deben efectuarse con acompañante
del entorno familiar o afectivo de la persona. Si se trata de derivaciones con internación, debe procederse
del modo establecido en el Capítulo VII de la presente ley. Tanto el servicio o institución de procedencia
como el servicio o institución de destino, están obligados a informar dicha derivación al Organo de Revisión,
cuando no hubiese consentimiento de la persona.
Capítulo IX
Autoridad de Aplicación
ARTICULO 34. — La Autoridad de Aplicación debe promover, en consulta con la Secretaría de Derechos
Humanos de la Nación y con la colaboración de las jurisdicciones, el desarrollo de estándares de habilitación
y supervisión periódica de los servicios de salud mental públicos y privados.
ARTICULO 35. — Dentro de los CIENTO OCHENTA (180) días corridos de la sanción de la presente ley, la
Autoridad de Aplicación debe realizar un censo nacional en todos los centros de internación en salud mental
del ámbito público y privado para relevar la situación de las personas internadas, discriminando datos
personales, sexo, tiempo de internación, existencia o no de consentimiento, situación judicial, situación
social y familiar, y otros datos que considere relevantes. Dicho censo debe reiterarse con una periodicidad
máxima de DOS (2) años y se debe promover la participación y colaboración de las jurisdicciones para su
realización.
ARTICULO 36. — La Autoridad de Aplicación, en coordinación con los ministerios de Educación, Desarrollo
Social y Trabajo, Empleo y Seguridad Social, debe desarrollar planes de prevención en salud mental y
planes específicos de inserción socio-laboral para personas con padecimiento mental. Dichos planes, así
como todo el desarrollo de la política en salud mental, deberá contener mecanismos claros y eficientes de
participación comunitaria, en particular de organizaciones de usuarios y familiares de los servicios de salud
mental. Se promoverá que las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires adopten el mismo criterio.
Capítulo X
Órgano de Revisión
ARTICULO 38. — Créase en el ámbito del Ministerio Público de la Defensa el Órgano de Revisión con el
objeto de proteger los derechos humanos de los usuarios de los servicios de salud mental.
ARTICULO 39. — El Órgano de Revisión debe ser multidisciplinario, y estará integrado por representantes
del Ministerio de Salud de la Nación, de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, del Ministerio
Público de la Defensa, de asociaciones de usuarios y familiares del sistema de salud, de los profesionales
y otros trabajadores de la salud y de organizaciones no gubernamentales abocadas a la defensa de los
derechos humanos.
Capítulo XI
Convenios de cooperación con las provincias
ARTICULO 41. — El Estado nacional debe promover convenios con las jurisdicciones para garantizar el
desarrollo de acciones conjuntas tendientes a implementar los principios expuestos en la presente ley.
Dichos convenios incluirán:
a) Cooperación técnica, económica y financiera de la Nación para la implementación de la presente ley;
b) Cooperación para la realización de programas de capacitación permanente de los equipos de salud, con
participación de las universidades;
c) Asesoramiento para la creación en cada una de las jurisdicciones de áreas específicas para la aplicación
de políticas de salud mental, las que actuarán en coordinación con la Autoridad de Aplicación nacional de
la presente ley.
Capítulo XII
Disposiciones complementarias
ARTICULO 42. — Incorpórase como artículo 152 ter del Código Civil:
Artículo 152 ter: Las declaraciones judiciales de inhabilitación o incapacidad deberán fundarse en un
examen de facultativos conformado por evaluaciones interdisciplinarias. No podrán extenderse por más de
TRES (3) años y deberán especificar las funciones y actos que se limitan, procurando que la afectación de
la autonomía personal sea la menor posible.
ARTICULO 43. — Sustitúyese el artículo 482 del Código Civil, el que quedará redactado de la siguiente
manera:
Artículo 482: No podrá ser privado de su libertad personal el declarado incapaz por causa de enfermedad
mental o adicciones, salvo en los casos de riesgo cierto e inminente para sí o para terceros, quien deberá
ser debidamente evaluado por un equipo interdisciplinario del servicio asistencial con posterior aprobación
y control judicial.
Las autoridades públicas deberán disponer el traslado a un establecimiento de salud para su evaluación a
las personas que por padecer enfermedades mentales o adicciones se encuentren en riesgo cierto e
inminente para sí o para terceros.
A pedido de las personas enumeradas en el artículo 144 el juez podrá, previa información sumaria, disponer
la evaluación de un equipo interdisciplinario de salud para las personas que se encuentren afectadas de
enfermedades mentales y adicciones, que requieran asistencia en establecimientos adecuados aunque no
justifiquen la declaración de incapacidad o inhabilidad.
DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS AIRES, A LOS VEINTICINCO
DIAS DEL MES DE NOVIEMBRE DEL AÑO DOS MIL DIEZ.
V
M In l1t .rlo d@ Jusfü 1~
y De, ec~os Humanos
Presi dencia de la ,Nación
IDENTIDAD DE GÉNERO
Ley 26.743
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc. sancionan con fuerza de Ley:
ARTICULO 2° — Definición. Se entiende por identidad de género a la vivencia interna e individual del género tal como
cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo
la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de
medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras
expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales.
ARTICULO 3º — Ejercicio. Toda persona podrá solicitar la rectificación registral del sexo, y el cambio de nombre de
pila e imagen, cuando no coincidan con su identidad de género autopercibida.
ARTICULO 4º — Requisitos. Toda persona que solicite la rectificación registral del sexo, el cambio de nombre de pila
e imagen, en virtud de la presente ley, deberá observar los siguientes requisitos:
1. Acreditar la edad mínima de dieciocho (18) años de edad, con excepción de lo establecido en el artículo 5° de la
presente ley.
2. Presentar ante el Registro Nacional de las Personas o sus oficinas seccionales correspondientes, una solicitud
manifestando encontrarse amparada por la presente ley, requiriendo la rectificación registral de la partida de nacimiento
y el nuevo documento nacional de identidad correspondiente, conservándose el número original.
3. Expresar el nuevo nombre de pila elegido con el que solicita inscribirse.
En ningún caso será requisito acreditar intervención quirúrgica por reasignación genital total o parcial, ni acreditar
terapias hormonales u otro tratamiento psicológico o médico.
ARTICULO 5° — Personas menores de edad. Con relación a las personas menores de dieciocho (18) años de edad la
solicitud del trámite a que refiere el artículo 4º deberá ser efectuada a través de sus representantes legales y con
expresa conformidad del menor, teniendo en cuenta los principios de capacidad progresiva e interés superior del niño/a
de acuerdo con lo estipulado en la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de protección integral de
los derechos de niñas, niños y adolescentes. Asimismo, la persona menor de edad deberá contar con la asistencia del
abogado del niño prevista en el artículo 27 de la Ley 26.061.
Cuando por cualquier causa se niegue o sea imposible obtener el consentimiento de alguno/a de los/as representantes
legales del menor de edad, se podrá recurrir a la vía sumarísima para que los/as jueces/zas correspondientes resuelvan,
teniendo en cuenta los principios de capacidad progresiva e interés superior del niño/a de acuerdo con lo estipulado en
la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de protección integral de los derechos de niñas, niños y
adolescentes.
ARTICULO 6° — Trámite. Cumplidos los requisitos establecidos en los artículos 4° y 5°, el/la oficial público procederá,
sin necesidad de ningún trámite judicial o administrativo, a notificar de oficio la rectificación de sexo y cambio de
nombre de pila al Registro Civil de la jurisdicción donde fue asentada el acta de nacimiento para que proceda a emitir
una nueva partida de nacimiento ajustándola a dichos cambios, y a expedirle un nuevo documento nacional de identidad
que refleje la rectificación registral del sexo y el nuevo nombre de pila. Se prohíbe cualquier referencia a la presente
ley en la partida de nacimiento rectificada y en el documento nacional de identidad expedido en virtud de la misma.
Los trámites para la rectificación registral previstos en la presente ley son gratuitos, personales y no será necesaria la
intermediación de ningún gestor o abogado.
ARTICULO 7° — Efectos. Los efectos de la rectificación del sexo y el/los nombre/s de pila, realizados en virtud de la
presente ley serán oponibles a terceros desde el momento de su inscripción en el/los registro/s.
La rectificación registral no alterará la titularidad de los derechos y obligaciones jurídicas que pudieran corresponder a
la persona con anterioridad a la inscripción del cambio registral, ni las provenientes de las relaciones propias del derecho
de familia en todos sus órdenes y grados, las que se mantendrán inmodificables, incluida la adopción.
En todos los casos será relevante el número de documento nacional de identidad de la persona, por sobre el nombre
de pila o apariencia morfológica de la persona.
ARTICULO 8° — La rectificación registral conforme la presente ley, una vez realizada, sólo podrá ser nuevamente
modificada con autorización judicial.
ARTICULO 9° — Confidencialidad. Sólo tendrán acceso al acta de nacimiento originaria quienes cuenten con
autorización del/la titular de la misma o con orden judicial por escrito y fundada. No se dará publicidad a la rectificación
registral de sexo y cambio de nombre de pila en ningún caso, salvo autorización del/la titular de los datos. Se omitirá
la publicación en los diarios a que se refiere el artículo 17 de la Ley 18.248.
ARTICULO 10. — Notificaciones. El Registro Nacional de las Personas informará el cambio de documento nacional de
identidad al Registro Nacional de Reincidencia, a la Secretaría del Registro Electoral correspondiente para la corrección
del padrón electoral y a los organismos que reglamentariamente se determine, debiendo incluirse aquéllos que puedan
tener información sobre medidas precautorias existentes a nombre del interesado.
ARTICULO 11. — Derecho al libre desarrollo personal. Todas las personas mayores de dieciocho (18) años de edad
podrán, conforme al artículo 1° de la presente ley y a fin de garantizar el goce de su salud integral, acceder a
intervenciones quirúrgicas totales y parciales y/o tratamientos integrales hormonales para adecuar su cuerpo, incluida
su genitalidad, a su identidad de género autopercibida, sin necesidad de requerir autorización judicial o administrativa.
Para el acceso a los tratamientos integrales hormonales, no será necesario acreditar la voluntad en la intervención
quirúrgica de reasignación genital total o parcial. En ambos casos se requerirá, únicamente, el consentimiento informado
de la persona. En el caso de las personas menores de edad regirán los principios y requisitos establecidos en el artículo
5° para la obtención del consentimiento informado. Sin perjuicio de ello, para el caso de la obtención del mismo respecto
de la intervención quirúrgica total o parcial se deberá contar, además, con la conformidad de la autoridad judicial
competente de cada jurisdicción, quien deberá velar por los principios de capacidad progresiva e interés superior del
niño o niña de acuerdo con lo estipulado por la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de protección
integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. La autoridad judicial deberá expedirse en un plazo no mayor
de sesenta (60) días contados a partir de la solicitud de conformidad.
Los efectores del sistema público de salud, ya sean estatales, privados o del subsistema de obras sociales, deberán
garantizar en forma permanente los derechos que esta ley reconoce. Todas las prestaciones de salud contempladas en
el presente artículo quedan incluidas en el Plan Médico Obligatorio, o el que lo reemplace, conforme lo reglamente la
autoridad de aplicación.
ARTICULO 12. — Trato digno. Deberá respetarse la identidad de género adoptada por las personas, en especial por
niñas, niños y adolescentes, que utilicen un nombre de pila distinto al consignado en su documento nacional de
identidad. A su solo requerimiento, el nombre de pila adoptado deberá ser utilizado para la citación, registro, legajo,
llamado y cualquier otra gestión o servicio, tanto en los ámbitos públicos como privados.
Cuando la naturaleza de la gestión haga necesario registrar los datos obrantes en el documento nacional de identidad,
se utilizará un sistema que combine las iniciales del nombre, el apellido completo, día y año de nacimiento y número
de documento y se agregará el nombre de pila elegido por razones de identidad de género a solicitud del interesado/a.
En aquellas circunstancias en que la persona deba ser nombrada en público deberá utilizarse únicamente el nombre de
pila de elección que respete la identidad de género adoptada.
ARTICULO 13. — Aplicación. Toda norma, reglamentación o procedimiento deberá respetar el derecho humano a la
identidad de género de las personas. Ninguna norma, reglamentación o procedimiento podrá limitar, restringir, excluir
o suprimir el ejercicio del derecho a la identidad de género de las personas, debiendo interpretarse y aplicarse las
normas siempre a favor del acceso al mismo.
DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS AIRES, A LOS NUEVE DIAS DEL MES DE
MAYO DEL AÑO DOS MIL DOCE.
Ley 26.150
Establécese que todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los
establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional,
provincial, de la CiudadAutónoma de Buenos Aires y municipal. Creación y Objetivos de dicho
Programa.
SEXUAL INTEGRAL
ARTICULO 1º — Todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los
establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial,
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal. A los efectos de esta ley, entiéndase como educación
sexual integral la que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos.
ARTICULO 2º — Créase el Programa Nacional de Educación Sexual Integral en el ámbito del Ministerio de
Educación, Ciencia y Tecnología, con la finalidad de cumplir en los establecimientos educativos referidos
en el artículo 1º las disposiciones específicas de la Ley 25.673, de creación del Programa Nacional de Salud
Sexual y Procreación Responsable; Ley 23.849, de Ratificación de la Convención de los Derechos del Niño;
Ley 23.179, de Ratificación de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer, que cuentan con rango constitucional; Ley 26.061, de Protección Integral de los Derechos
de las Niñas, Niños y Adolescentes y las leyes generales de educación de la Nación.
ARTICULO 3º — Los objetivos del Programa Nacional de Educación Sexual Integral son:
a) Incorporar la educación sexual integral dentro de las propuestas educativas orientadas a la formación
armónica, equilibrada y permanente de las personas;
d) Prevenir los problemas relacionados con la salud en general y la salud sexual y reproductiva en
particular;
ARTICULO 4º — Las acciones que promueva el Programa Nacional de Educación Sexual Integral están
destinadas a los educandos del sistema educativo nacional, que asisten a establecimientos públicos de
gestión estatal o privada, desde el nivel inicial hasta el nivel superior de formación docente y de educación
técnica no universitaria.
ARTICULO 7º — La definición de los lineamientos curriculares básicos para la educación sexual integral
será asesorada por una comisión interdisciplinaria de especialistas en la temática, convocada por el
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, con los propósitos de elaborar documentos orientadores
preliminares, incorporar los resultados de un diálogo sobre sus contenidos con distintos sectores del sistema
educativo nacional, sistematizar las experiencias ya desarrolladas por estados provinciales, Ciudad
Autónoma de Buenos Aires y municipalidades, y aportar al Consejo Federal de Cultura y Educación una
propuesta de materiales y orientaciones que puedan favorecer la aplicación del programa.
a) La difusión de los objetivos de la presente ley, en los distintos niveles del sistema educativo;
b) El diseño de las propuestas de enseñanza, con secuencias y pautas de abordaje pedagógico, en función
de la diversidad sociocultural local y de las necesidades de los grupos etarios;
c) El diseño, producción o selección de los materiales didácticos que se recomiende, utilizar a nivel
institucional;
f) La inclusión de los contenidos y didáctica de la educación sexual integral en los programas de formación
de educadores.
a) Ampliar la información sobre aspectos biológicos, fisiológicos, genéticos, psicológicos, éticos, jurídicos y
pedagógicos en relación con la sexualidad de niños, niñas y adolescentes;
c) Vincular más estrechamente la escuela y la familia para el logro de los objetivos del programa.
La presente ley tendrá una aplicación gradual y progresiva, acorde al desarrollo de las acciones
preparatorias en aspectos curriculares y de capacitación docente.
La autoridad de aplicación establecerá en un plazo de ciento ochenta (180) días un plan que permita el
cumplimiento de la presente ley, a partir de su vigencia y en un plazo máximo de cuatro (4) años. El
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología integrará a las jurisdicciones y comunidades escolares que
implementan planes similares y que se ajusten a la presente ley.
DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS AIRES, A LOS CUATRO DIAS
DEL MES DE OCTUBRE DEL AÑO DOS MIL SEIS.
Secretaría de Educación
e Promoción de Igualdad y Calidad Educativa
ral de Planificación e Información Educativa
~
«
Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 2
1. DERECHOS HUMANOS 4
2. SEXUALIDAD HUMANA 11
2.1. Introducción al concepto de sexualidad 11
2.2. La constitución del sujeto sexuado 12
2.3. Las dimensiones que componen la sexualidad 13
2.4. La perspectiva de género como herramienta de análisis de ESI 14
2.5. Sexualidades - El respeto a la diversidad 17
REFLEXIONES FINALES 32
GLOSARIO 34
BIBLIOGRAFIA 36
EQUIPO DE TRABAJO 39
2
Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
Reafirmando este compromiso y para acompañar a las y los docentes de todos los
niveles y modalidades del sistema educativo cordobés, se han implementado
distintas líneas de acción:
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
Por último, resulta importante señalar que este Documento se complementa con
los Cuadernos y láminas didácticas del Programa Nacional ESI, para cada unos de
los niveles: Inicial, Primario y Secundario. Dichos materiales ofrecen excelentes
aportes acerca de cómo abordar el proceso de enseñanza y aprendizaje de la
Educación Sexual para concretar los Lineamientos Curriculares de ESI en las
instituciones escolares (Ministerio de Educación de la Nación; 2010)
'-....../ 4
Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
“Los derechos humanos son aquellos inherentes a las personas” (Faur, 2005, 41),
puesto que nacen con ellas. Promueven, además, la igualdad en materia de
derechos y libertades de cada persona sin ningún tipo de discriminación, principio
del cual se desprende su universalidad. A su vez, son por definición indivisibles,
interdependientes e interrelacionados; esto implica que todos los derechos son
igualmente importantes; unos y otros se potencian entre sí. La falta o violación de
uno de ellos desequipara la plenitud de los demás. Del mismo modo, la concreción
de un grupo de derechos humanos (por ejemplo, vivienda, salud, condiciones de
vida digna), no justifica la resignación o no reconocimiento del resto.
En este sentido, las Naciones Unidas estipulan que “la negación de los Derechos
Humanos y libertades fundamentales no es sólo una tragedia individual y personal,
sino que además crea condiciones de intranquilidad social y política”. Por ello los
Estados tienen la obligación ineludible de garantizar y proteger los derechos de
todas las personas mediante dos herramientas básicas: las leyes y las políticas
públicas” (Faur, 2005,41).
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
En este sentido, la demanda histórica de las mujeres - desde el primer reclamo por
los Derechos Humanos de las Mujeres y las Ciudadanas 1 ha contribuido a la
expansión y perfeccionamiento de los Derechos Humanos con la consideración de
nuevas exigencias y problemáticas a ser tenidas en cuenta. Así, desde las
movilizaciones articuladas por el derecho al voto femenino (derecho de primera
generación), desarrolladas en paralelo con las luchas obreras (salarios,
condiciones de salubridad, duración de jornadas laborales en función de la
1
En 1789, en el marco de la Revolución Francesa, se redactó la Declaración de los derechos del
hombre y del ciudadano, con la que se proclamaba el fin de la servidumbre y el paso a la ciudadanía;
la distribución de derechos de dicha declaración excluía a las mujeres. Como contestación a esta
elipsis jurídica, en 1791, una luchadora revolucionaria, llamada Olimpia de Gouges redactó la
Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana, por lo que fue condenada a morir en la
guillotina y sus compañeros fueron recluidos en hospicios para enfermos mentales, por orden de
Robespierre. La condena se apoyaba en “el delito de haber olvidado las virtudes de su sexo para
mezclarse en los asuntos de la República”. El delito en cuestión estaba dado por la demanda y
pretensión de extender los derechos, supuestamente, universales a la mitad olvidada: las mujeres – y
bajo la misma lógica a los niños.
6
Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
maternidad, etc.), las demandas de género2 han posibilitado, por un lado, mejores
niveles de comprensión y acción sobre la necesidad de legislar a nivel de la
cotidianeidad de las personas y, por el otro, han promovido y garantizado medios
para que incluso la vida privada encuentre marcos de dignidad, seguridad y
respeto.
2
La expresión “demandas de género”, alude a todos aquellos reclamos iniciados por las mujeres.
Hace referencia tanto a demandas actuales, como a las más antiguas y primigenias. El concepto de
Género se desarrolla como categoría de análisis recién a fines del siglo XX. Sin embargo, son las
primeras organizaciones de mujeres en rededor de reclamos por derechos, igualdades y mejoras en
su calidad de vida y en la de sus hijos las que darán lugar al surgimiento del feminismo (como
movimiento social y político) –tributante del ideario en que se inspirara la Revolución Francesa, del
mismo modo que el igualitarismo, el democratismo y el liberalismo-; que a su vez se proyectará, casi
dos siglos después, en el plano de los conocimientos teóricos a través de la Perspectiva de Género.
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
Al respecto, como lo expresa Faur (2005), “…las sociedades con una democracia
plena abren cada vez más y mejores espacios para la participación de sus
ciudadanos/as, ya desde pequeños. Y, por otro lado, cuanto más participan los
niños, las niñas y los adolescentes en la construcción de su sociedad, más se
fortalece la democracia”.
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
nivel más elevado de salud sexual y procreación responsable con el fin de que
pueda adoptar decisiones libres de discriminación, coacción o violencia; disminuir
la morbi-mortalidad materno-infantil; la prevención de embarazos no deseados; la
promoción de la salud sexual en los adolescentes; contribuir a la detección y
prevención de enfermedades de transmisión sexual y garantizar a la población el
acceso a información, educación, métodos y servicios referidos a la salud sexual y
reproductiva.
9
Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
Es importante tener en cuenta que en el espíritu de toda ley deben plasmarse, por
un lado, los mecanismos que habiliten su efectivo cumplimiento –eso que posibilita
que se traduzcan en políticas públicas y acciones reales capaces de modificar y
mejorar la vida de los individuos- y, por el otro, deben, esencialmente, estar
abocadas a generar cambios y mejoras profundas en la vida de los pueblos para
los cuales rigen. Esos cambios no se concretan ni se hacen visibles sino sobre la
base de la comprensión, compromiso y construcción permanente por parte de los
ciudadanos, en la convicción y esperanza de un futuro –tal vez de características
inimaginables- pero mucho más justo, igualitario y habitable que el presente.
En este sentido, una cuestión que se presenta como desafío para el desarrollo y
concreción efectiva de la E.S.I. es la relativa a las estrategias que permitan
sostener una perspectiva de derechos acerca de la sexualidad en las instituciones
educativas. Al respecto, Villa (2007; 235), plantea que “existe una tensión entre las
prácticas y normas escolares y la legislación vigente en materia de sexualidad,
relaciones de género…, etc.”, para lo que recomienda “diferenciar dos lógicas”.
Es así que los docentes en las escuelas, al incluir en sus reflexiones, debates y
proyectos acciones basadas en la consideración de las personas como sujetos de
derecho, posibilitarán en los niños, niñas y adolescentes el conocimiento,
experimentación y ejercicio de sus derechos mediante la habilitación de espacios
de activa participación en la vida institucional.
10
Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
En este sentido
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
12
Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
Puede decirse que la sexualidad es “el modo humano de ser y habitar el propio
cuerpo desde los comienzos de la vida; es la manera de vincularse con otros, de
experimentar y transmitir placer, ternura, amor, erotismo, de constituirse como
sujeto sexuado en cada momento vital, teniendo en cuenta determinadas
condiciones históricas y contextos de existencia; de posicionarse en el marco de
relaciones de poder entre sujetos, tanto en espacios públicos como privados o
íntimos” (Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, 2007).
13
Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
Un individuo se constituye como sujeto sexual en “un proceso que se inicia con el
nacimiento, en el seno de los indispensables vínculos que lo sostienen y le proveen
mucho más que satisfacción a las necesidades vitales de subsistencia. Los
cuidados, la atención, la alimentación se despliegan en el marco de los afectos
humanos fundamentales: amor, hostilidad, ternura, indiferencia. Las caricias,
miradas, palabras que acompañan a dichos afectos se graban como sensaciones
de bienestar y de malestar y, a partir de ese momento primario, permanecen
ligadas al placer o displacer” Con el transcurso del tiempo y el desarrollo del sujeto,
estas experiencias y sentimientos iniciales comienzan a complejizarse.
Así, la sexualidad es una trama de múltiples hilos que “hacen” a nuestra vida en
tanto humanos; es mucho más que un hecho o un conjunto de procesos biológicos
que, sin duda, forman parte de ella pero que se ven continuamente transformados
por prácticas sociales, procesos psicológicos, decisiones políticas, marcos
regulatorios, leyes, normas, disposiciones escritas y tácitas, posiciones éticas, etc.
Todos estos elementos están articulados de manera que no es sencillo
diferenciarlos con total claridad. Sin embargo, es posible mencionarlos y
caracterizarlos a fin de que se comprendan en su especificidad. Parafraseando a
Greco (2008), sintetizaremos las dimensiones que componen la sexualidad:
14
Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
verse, sentirse y vivirse. Comprende los modos en que los humanos nos
hacemos mujeres o varones, nos relacionamos con otros y otras, formamos
parte de una familia, ejercemos la maternidad y la paternidad (o no), nos
vinculamos en pareja, etc.
15
Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
Para muchos niños/as y adolescentes ésto depende de los espacios que se les
ofrezcan, a partir de la acción de adultos comprometidos, de miradas habilitantes,
de palabras y sostenes institucionales.
Todas éstas son cuestiones que pueden ser generadas desde procesos educativos
que forjen una subjetividad responsable.
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
Para sintetizar:
Si bien todos los seres humanos son iguales en materia de derechos, todos son
diferentes en el modo de expresar las emociones, los sentimientos. A su vez, los
cuerpos, los gestos, las caras, los pensamientos están determinados e influidos por
las distintas familias, nacionalidades, religiones, ideologías, épocas, culturas, que
hacen sujetos únicos.
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
Desde la perspectiva que plantea la ley 26.150, y retomando las palabras del
Ministro de Educación de la Nación, Prof. Alberto Sileoni (2009) “Comprendemos
a la ESI como un espacio sistemático de enseñanza aprendizaje que
promueve saberes y habilidades para la toma de decisiones conscientes y
criticas en relación con el cuidado del propio cuerpo, las relaciones
interpersonales, el ejercicio de la sexualidad y los derechos”.
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
Muchas veces, las personas adultas tienen enormes dificultades para hablar con
los y las adolescentes y púberes sobre sexualidad, en la familia, la casa, la
escuela, el club, la iglesia y otros ámbitos. Niños, niñas, y adolescentes
interpretarán que "de eso no se habla". Se practica, se mira por televisión, pero no
se verbaliza con las personas adultas significativas, no forma parte del discurso.
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
Existen otros modelos que han realizado diversos aportes para la construcción de
un enfoque integral.
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
estas diferencias que expresan los estudiantes sean tenidas en cuenta para
realizar las contextualizaciones necesarias. En estas condiciones, reconocer las
diferencias tiende a consolidar la equidad y no, por el contrario, a naturalizar
desigualdades. (Tedesco, 2008).
Este tipo de confianza reconoce que hay niños, niñas y jóvenes con diferentes
posibilidades y limitaciones, modos de ser, identidades, sexualidades, experiencias
de vida y mucho para pensar y decir, sin pretender volverlos semejantes a una sola
manera de vivir, hacer, ser, pensar y amar.
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
En este sentido, la ESI no debe necesariamente ser una asignatura específica, sino
que los contenidos transversales son ejes integradores que impregnan
plenamente la organización curricular de una disciplina, de un área o de todo el
currículo.
Toda temática transversal deberá ser abordada desde una propuesta coherente y
precisa en relación al contexto y a partir de sistematizarse los contenidos
correspondientes de todos los espacios curriculares.
El trabajo institucional de los contenidos transversales constituye todo un desafío,
por lo cual no es conveniente dejarlo librado al azar y a la voluntad de los
involucrados, sino abordarlo a partir de una propuesta debidamente planificada,
gestionada y evaluada en el marco de las normativas vigentes.
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
compromiso sostenido hacia uno mismo, hacia los otros y hacia la tarea
“Entendemos por red un sistema organizativo comunicacional, es decir una manera
de organizar en forma sistemática la comunicación entre las instituciones y las
personas que deciden compartir un proyecto de trabajo” (Lombardi; 2006).
La estructura de red remite a la idea de unión de los puntos separados entre sí,
que sujetan y dan soporte. Supone también el reconocimiento de las
capacidades y aportes de todos y cada uno de sus miembros, vinculados en
una relación de respeto y equidad y que comparten una preocupación e
interés común y saben que lo los que los convoca requiere de la participación de
todos/as.
Para diseñar acciones y estrategias de trabajo con los y las estudiantes, resulta
pertinente identificar, previamente, los diversos espacios que co-existen en la
escuela en virtud de los objetivos, las características de los grupos y los propósitos
planteados.
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
Narrativa
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Estética
Experimental o práctica
Interpersonal
Las técnicas y dinámicas de trabajo que puedan diseñarse para tratar la ESI,
deberán tomar en consideración algunos aspectos claves para su mejor desarrollo.
A modo de sugerencia, y siempre en concordancia con la edad de los estudiantes,
se puede señalar:
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Bisexualismo
Orientación sexual, romántica y afectiva que se dirige hacia personas del sexo opuesto y/o
mismo sexo de la persona. La identidad bisexual engloba la posibilidad, y no sólo el hecho,
de este comportamiento sexual con más de un sexo o género.
Determinismo biológico
Las relaciones, interacciones y vínculos que se establecen en sociedad son consecuencia
de las características biopsicosociales de los individuos. Desde aquí, la estructura social
patriarcal “es” así porque la biología de los individuos así lo dice. En este sentido, lo social
es inmutable. La “naturaleza” humana condiciona nuestra sociabilidad, así como la
naturaleza femenina de las mujeres (débiles, privadas y dependientes) y la naturaleza
masculina de los hombres (fuertes, insensibles y públicos).
Diversidad
El concepto de diversidad engloba e incluye en su definición todas las formas de expresión
humana. El concepto es utilizado en distintos ámbitos, desde la biodiversidad (variedad de
seres vivos) a la diversidad étnica y sexual, donde en esta última se incluyen todas las
formas de sexualidad y el erotismo humano.
Feminismo
Movimiento social del siglo XX que propone un cambio en las relaciones entre hombres y
mujeres y una transformación en la sociedad para lograr una igualdad de género.
Género
Conjunto de valores, caracteres, creencias y actitudes que se adjudican o asocian a
mujeres y hombres en relación a lo femenino y lo masculino. El género es la construcción
cultural del sexo, son construcciones humanas, y por lo tanto, son mutables.
Heterosexismo
Creencia que la relación heterosexual es “lo natural” y por lo tanto hay que establecer
normas, valores y estructuras éticas y estéticas que encaucen a las personas desde la
infancia hacia la heterosexualidad. Paradójicamente “lo natural” no tendría porque ser
educado/a, y si lo requiere, deja de ser “natural”.
Heterosexualidad
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Orientación sexual, romántica y afectiva que se dirige hacia personas del sexo contrario.
Homosexualidad
Orientación sexual, romántica y afectiva que se dirige hacia personas del mismo sexo de la
persona. La identidad de género de un homosexual permanece acorde con su anatomía
sexual.
Identidad de género
Autodefinición con respecto al conjunto de valores que se consideran propios de la
feminidad y de la masculinidad (género), que puede o no corresponder con el sexo
biológico y la orientación sexual.
Masculinidades
Masculinidad se refiere a la forma de ser hombre, es decir, a la identidad masculina. Pero
no hay una sola masculinidad, sino que existen masculinidades, refiriéndose a una
dimensión mucho más amplia y plural: En cada cultura existen mecanismos y códigos
aprendidos que explican las múltiples fórmulas de ser hombres y por lo tanto permiten la
formación de diferentes ideologías de las masculinidades. Su desarrollo consolida la
identidad masculina de cada pueblo, con una cultura propia que determina a los hombres
en sus relaciones sociales. Hay muchos modos de ser hombres.
Orientación sexual
Gusto personal, sexual y romántico por un determinado sexo. Las orientaciones sexuales
pueden ir de la heterosexualidad a la homosexualidad, pasando por un abanico de
variantes donde en el punto medio se encuentra la bisexualidad.
Patriarcado
Toma de poder histórica por parte de los hombres sobre las mujeres cuyo agente ocasional
fue de orden biológico, elevado éste a la categoría política y económica.
Pasa forzosamente por el sometimiento de las mujeres a la maternidad, la represión de la
sexualidad femenina y la apropiación de la fuerza de trabajo total del grupo dominado, del
cual su primer y único producto son los hijos. Desde esta perspectiva, existe una
supeditación al patriarca (el hombre-marido) de “su” patrimonio (la mujer y los hijos).
Sexualidad
Se refiere a la actitud psicología frente al sexo e implica la expresión de sentimientos. De
este modo engloba sexo (biológico), sensualidad, erotismo, amor, entre otros conceptos.
Sistema sexo/género
Sistema sociocultural por el que se asocia al sexo reproductivo un conjunto de valores,
creencias y actitudes. En occidente a una mujer se asocian conceptos como sensibilidad,
dulzura, belleza, espacio interior, altruismo, paciencia, familia, etc., y estas características
son asumidas como naturales por la sociedad. De forma opuesta y complementaria se
adjudica al hombre las características de proveedor, conquistador, cazador, agresivo,
dueño del espacio público, etc. Desde ahí se construye una relación simbólica desigual de
la mujer privada y débil, y el hombre público y fuerte en un juego de sometimiento –
dominación.
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Documentos consultados
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
OMS: www.who.int/reproductive-health/gender/sexual_helth.htm#4
FEIM - Argentina: www.feim.org.ar
Instituto Interamericano de Derechos Humanos: www.iidh.ed.cr
LEYES
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Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
MINISTERIO DE EDUCACIÓN
Secretaría de Educación
Subsecretaría de Promoción de Igualdad y Calidad Educativa
Dirección General de Planeamiento e Información Educativa
Elaboración
Corrección de estilo
Claudio Barbero
Silvia Vidales
Diseño gráfico
Marcia López
40
Políticas sociales en discapacidad: una
aproximación desde las acciones del Estado en
Argentina
Social policies related to disabilities: an approach from the actions of
the State in Argentina
diferentes políticas específicas y que conducen La ley establece en qué aspectos se prestará
al bienestar como un bien público, es decir, para protección a la población con discapacidad
todas las personas (Fantova, 2014). En el caso por parte del Estado. El artículo 4 indica que
de las personas con discapacidad, uno de los deben ser garantizados los servicios de: a)
aspectos nodales para favorecer su inclusión Rehabilitación integral b) Formación laboral o
es revertir su expulsión del mercado laboral. profesional c) Préstamos y subsidios destinados
En tal sentido, las principales dimensiones a facilitar su actividad laboral o intelectual d)
de la exclusión se refieren al empleo, Regímenes diferenciales de seguridad social e)
consumo, participación política, educación, Escolarización en establecimientos comunes con
vivienda, salud, conflicto social y aislamiento los apoyos necesarios previstos gratuitamente, o
social (Anaut y Arza, 2015). Esto señala la en establecimientos especiales f) Orientación o
importancia de avanzar en políticas para este promoción individual, familiar y social.
sector, a fin de garantizar su inserción mediante
el empleo y otras vías que garanticen su Desde su sanción se han presentado
inclusión y protección social. Para el análisis del modificaciones en algunos artículos y se
marco de las políticas sociales en discapacidad desarrollaron nuevas normativas que resultan en
en Argentina, a continuación se presentan sus un conjunto de leyes sobre discapacidad donde
principales leyes. conviven diversas perspectivas sobre el tema
(Fara, 2010).
brinda la ley, a la vez que reconoce necesidades contexto democrático de expresión. Los canales
y ofrece atenciones en rehabilitación, formación institucionales de participación política y social
y subsidios para ayudar al desempeño laboral se encontraban clausurados por la dictadura
reproduce un modo de control social. Afectados militar. De este modo, antes que el resultado de
por las desventajas que resultan de la discapacidad, demandas sociales locales, esta norma responde
la integración posible se presenta como una a la movilización internacional de las PCD y
aproximación a la vida “normal”. La discapacidad a intereses personales y familiares de algunos
aparece en esta declaración como un problema funcionarios con peso en el gobierno militar,
de origen biológico, cuyas consecuencias sociales lo cual cercena su capacidad de expresar una
la ley contribuye a reducir mediante las ayudas discusión plural y democrática (Fara, 2010; Joly
en servicios de salud, educación y accesibilidad. y Venturiello, 2012).
Esta protección se brinda a la vez que se destaca
como condición para la integración la importancia Los marcos legales son el resultado de los
del esfuerzo que la persona debe realizar para contextos institucionales y políticos, donde
desempeñarse en la sociedad. Tal condición existen tensiones de intereses que, en el caso
expresa el sentido que adquiere la discapacidad analizado, dio prioridad a las definiciones
para el modelo rehabilitador, según el cual internacionales promovidas en torno a la
la recuperación física y la integración social declaración del Año Internacional del Impedido
constituyen un problema y una responsabilidad en 1981. Este fue declarado junto a un plan de
del individuo. Desde esta mirada se ignoran acción por parte de la Naciones Unidas y su
los condicionantes sociales que conducen a enfoque contempla a los impedimentos como
vivencias discapacitantes, las cuales conforman resultado de la relación entre la persona y su
unas condiciones de posibilidad restringidas en medio (Pantano, 1993).
las que se plasman los esfuerzos de superación
personal. Esta noción voluntarista expresa los Las propuestas de los organismos
valores extendidos dentro de las instituciones internacionales usualmente tienen efectos
de rehabilitación de la época, caracterizadas ambivalentes a escala nacional (Bregain, 2014).
por ofrecer integración social mediante las Por un lado, brindan un punto de apoyo para
competencias deportivas (Ferrante, 2014). las movilizaciones políticas de algunos actores
locales, pero por otro, tienden a reducir el
En efecto, durante el período de sanción de alcance de las utopías y alternativas imaginadas
la ley, en las luchas por la definición de la por éstos de acuerdo con las soluciones políticas
discapacidad se observa la preeminencia de “aceptables” desde los intereses de los agentes
un enfoque médico-asistencial, aun cuando más influyentes en la escala internacional
habían llegado a construirse otras nociones (Bregain, 2014). Las miradas críticas hacia
que desafiaban esta mirada. Varios estudios el modelo médico refieren a que las clásicas
dan cuenta de las demandas por el acceso al conceptualizaciones de estos organismos,
trabajo de movimientos políticos de personas orientadas a destacar la interacción de la
con discapacidad en años previos a la sanción personas con las barreras sociales, continúan
de esta normativa. En efecto, estas ideas se destacando los problemas de salud e individuales
vieron expresadas en la Ley 20.923 “Comisión en el origen de la discapacidad en detrimento
Nacional del Discapacitado”, sancionada de los aspectos contextuales (Barnes, 2009).
en 1974, que no llegó a reglamentarse y fue Como resultado de este proceso, la normativa
derogada por la dictadura militar. Este tipo de expresa un sentido de la vida de la personas con
enfoques implicaban un desafío a la noción discapacidad supeditado a su rehabilitación:
asistencialista y dependiente de la discapacidad, a través de lo médico asistencial, el trabajo
que era la más extendida (Testa, 2011; Joly protegido y la educación especial (Fara, 2010).
y Venturiello, 2012; Ferrante, 2014). Años
más tarde al momento de sancionar la Ley La variedad de temas que aborda esta ley implica
22.431 estas voces no contaron con un un avance en la inclusión en el terreno público
integrales tendentes a prevenir deficiencias, pero una vez que Así, el valor político de la Convención reside en
se hubieran consumado, evitar que tengan consecuencias físi-
cas, psicológicas y sociales negativas. Asimismo, se enuncian la intención de profundizar y extender en todas
diferentes obligaciones estatales acerca de medidas específicas las leyes el enfoque de derechos en discapacidad.
de rehabilitación y atención integral y la disponibilidad de El sentido transformador de esta perspectiva
recursos y servicios. En su texto se presentan conceptos tales
como no discriminación, vida independiente, autonomía, se encuentra en el desplazamiento y cambio
participación, respeto al propio contexto y vida digna. de estatus de la consideración estatal sobre
determinados sectores marginales. Estos pasan En lo que respecta a las personas con
de ser objeto del asistencialismo, para adquirir discapacidad, el reconocimiento de sus derechos
el rango de titulares de derechos; de este modo, requiere ser concebido dentro de una sociedad
se genera una nueva distribución de derechos y que los segrega y estigmatiza y a su vez excluye
responsabilidades hacia el Estado. Con este fin del sistema productivo (Kipen y Vallejos, 2009).
se desarrollan mecanismos para el otorgamiento Así, el reconocimiento legal se da en un contexto
de poder a los sectores postergados y excluidos cultural donde los valores predominantes
que supone la responsabilidad del Estado, la se vinculan a las categorías de normalidad
igualdad, la no discriminación y la participación y anormalidad que implican su desmedro
social (Abramovich, 2006). Cuando las simbólico y material.
normativas sobre discapacidad adoptan
este enfoque se concibe a las personas con
discapacidad como ciudadanos activos, víctimas
de las desigualdades generadas por el sistema y
no por sus condiciones individuales, dimensión 5. Condiciones de vida de la población con
clave en el reconocimiento de la ciudadanía discapacidad
plena de esta población (Díaz Velázquez, 2016).
Esta perspectiva, que tiene impactos legislativos
y burocráticos, se contradice en términos Para describir las condiciones de vida de esta
conceptuales con la noción de discapacidad población se utilizaron los datos del Censo
como problema privado, donde el Estado brinda Nacional de Población, Hogares y Viviendas
una asistencia a quienes no pueden valerse por 2010 (Cen 2010) (INDEC, 2014). En esta
medios propios o familiares. No obstante, su medición, el diseño conceptual se basó en el
relación con prácticas y ejercicios concretos que enfoque bio-psicosocial de la discapacidad
modifican la situación efectiva de las personas que propone la Clasificación Internacional
con discapacidad se encuentra matizada por del Funcionamiento, de la Discapacidad y de
dificultades culturales e institucionales en la Salud (CIF) del año 2001. Los resultados
torno a la modificación de prácticas arraigadas del Cen 2010 refieren a las dificultades o
que responden a una actitud que segrega y limitaciones permanentes (físicas y/o mentales)
medicaliza a las personas con discapacidad que la población declaró en el cuestionario
(REDI et al., 2012). censal. Aquí se utiliza el término personas
con discapacidad para agilizar la lectura. La
El concepto de los derechos humanos no solo unidad de análisis “Población”, se ubicó en el
se entiende como un límite a la opresión, cuestionario ampliado que se aplicó al 100 %
sino también como un programa que puede de las viviendas en localidades de menos de 50
guiar las políticas públicas de los Estados mil habitantes y a un 10 % de las viviendas de
orientadas al fortalecimiento de las instituciones las localidades de más de 50 mil habitantes. A
democráticas (Abramovich, 2006). Sin embargo, continuación se presentan datos generales socio-
la perspectiva de derechos encuentra sus demográficos sobre sexo y edad, educación,
límites en las dificultades para convertir los condiciones de vida, ocupación, salud y
preceptos de no discriminación y opresión en previsión social.
políticas estatales integrales. Crear instituciones
y mecanismos que funcionen de acuerdo a
estos parámetros depende de las idiosincrasias
institucionales, las luchas de intereses, y la
estructura socioeconómica de cada sociedad. Su
implementación requiere formar parte en la vida
cotidiana de ciudadanos encarnados en sujetos
particulares, dentro de una cultura, sociedad y
economía específicas.
Cuadro 6. Población total de 14 años y más y Cuadro 7. Tasa de empleo de la población total y
población de 14 años y más con discapacidad de la población con discapacidad por grupo de
por condición de actividad económica en edad en Argentina (2010). Porcentajes
Argentina (2010). Porcentajes
Población Poblacion con
Grupo de edad
Condición de Población Población con total discapacidad
actividad total discapacidad
14-24 44,8 38,4
Población
económicamente 25-34 77,5 64,3
activa 65,6 47,7 35-44 80,6 67
Población 45-54 78,2 66,5
económicamente
inactiva 34,4 52,3 55-64 65 54,2
Total 100 100 65 años y más 25,3 18,3
Fuente: elaboración propia en base a Censo Nacional Fuente: elaboración propia en base a Censo Nacional
de Población, Hogares y Viviendas 2010. INDEC. de Población, Hogares y Viviendas 2010. INDEC.
de las personas con discapacidad, indican una obra social a la que aportan trabajadores
algún tipo de barrera para acceder a un empleo y empleadores. El subsistema privado se
adecuado entre las que se destacan la falta de caracteriza por la adhesión voluntaria y el pago
oportunidades, los motivos de salud y la falta total de servicios por parte del beneficiario.
de cualificaciones o experiencia (SIIS Centro de
Documentación y Estudios, 2014). En cuanto al acceso a la salud, en el marco de
los subsistemas mencionados, casi el 70 % de las
personas con discapacidad tiene algún tipo de
Cuadro 8. Población de 14 años y más ocupada cobertura en salud, proporción que supera a la
y población de 14 años ocupada y más con población total (64 %) (Cen, 2010). Es posible
discapacidad por condición de actividad
económica (2010). Porcentajes que esto obedezca al mayor peso de la población
adulta mayor en este grupo poblacional,
Categoría Población Población con las cuales al contar con jubilación tienen la
ocupacional total discapacidad
cobertura correspondiente denominada PAMI,
Obrero o obra social para jubilados.
empleado 71,7 60
Patrón 6,6 7,5 Entre las personas con discapacidad que
Cuentapropista 18,5 27,5 declaran tener cobertura, el 92,5 % tiene
obra social5, lo que incluye a PAMI.
Trabajadores
familiares 3,1 5 Aproximadamente el 4 % tiene cobertura
por contratación voluntaria y otro 4 % tiene
Total 100 100
cobertura por programas estatales de salud6, ello
Fuente: elaboración propia en base a Censo Nacional evidencia que una pequeña proporción puede
de Población, Hogares y Viviendas 2010. INDEC. acceder a servicios de salud prepagos, los cuales
indican un mayor potencial económico en esas
personas respecto al resto. En la población total
quienes acceden a prepagas duplican (8 %) a las
Cuadro 9. Obreros o empleados por sector personas con discapacidad y también derivan
laboral: población total y población con dificultad
aportes de sus obras sociales a prepagas en
o limitación permanente. Porcentajes
mayor medida que este grupo. Estos datos
Población Población con muestran una segmentación en el tipo de acceso
Sector laboral
total discapacidad
a la salud y en la contratación de servicios
Público 27,9 31,1 prepagos que implican desigualdades (Cuadros
Privado 72,1 68,9 10 y 11).
• Salud
En Argentina, el sistema de servicios de salud 5. De este grupo, el 10,5 % deriva sus aportes a una prepaga.
consta de tres subsistemas: público, seguro Esta opción, implica un costo adicional obligatorio y no todas
las personas pueden afrontarlo.
social y seguro privado. El primero indica las 6. Se trata de PROFE, cobertura de salud que incluye todos los
prestaciones y el financiamiento por parte del servicios detallados en el Plan Médico Obligatorio, que deben
Estado. El seguro social refiere a la cobertura tener garantizados la “canasta básica” de prestaciones médicas
asistenciales, según la Superintendencia de Servicios de Salud. Sin
que obtienen los trabajadores y sus familiares embargo, debido al desfinanciamiento de este programa, sólo en-
a cargo, mediante la filiación obligatoria a trega medicamentos y cobertura en el subsistema público.
Cuadro 10. Población total y población con Cuadro 12. Población total y población con
dificultad o limitación permanente por tenencia de discapacidad por percepción de jubilación o
cobertura de salud en Argentina (2010). Porcentajes pensión en Argentina (2010). Porcentajes
la población con discapacidad. Según Esping- por estar incluidos en el mercado de trabajo
Andersen (2000), la configuración de las formal o poseer recursos para acceder a una
instituciones que brindan protección social se prepaga, y quienes están desocupados o sus
corresponden con la forma en que se reparten trabajos están dentro del mercado informal y
el riesgo social entre las políticas públicas dependen de las prestaciones del Estado. De
sociales, el mercado de trabajo y la familia, este modo, la condición de acceso al trabajo
generando equidad o desigualdades en el acceso. formal y las desigualdades socioeconómicas
En Argentina, la protección social se organiza generan inequidades en el acceso a la salud y la
principalmente sobre una base contributiva y protección social. Esto profundiza un proceso
el sistema de servicios de salud consta de tres de individuación en el que el Estado traspasa su
subsistemas: público, seguro social y seguro responsabilidad en el sujeto y en las entidades
privado. Las discusiones acerca de este sistema que lo deberían amparar.
de salud refieren a que promueve un acceso
a la salud fragmentario, inequitativo y que En efecto, el gasto social se concentra en el
reproduce desigualdades sociales (Findling, componente contributivo mediante los aportes
2012; Belmartino, 2009). que realizan los trabajadores, de modo que
la condición de asalariado se constituye en
En este marco, y en conjunto con las normativas un requisito para acceder a los servicios
específicas y los derechos reconocidos, se necesarios para la reproducción social de los
configuran las instituciones responsables ante las sujetos (FLACSO, 2014). Esta condición se
necesidades de la población con discapacidad. constituye en un modo de inequidad social entre
las personas que se encuentran desocupadas,
En 1997, se sancionó la Ley 24.901: “Sistema inactivas o forman parte del mercado informal,
de prestaciones básicas en habilitación y dado que la población destinataria del gasto
rehabilitación integral a favor de las personas social se concentra en aquellos que pueden
con discapacidad” que define las prestaciones en constituirse, mediante el régimen laboral, en
prevención, asistencia, promoción y protección, contribuyentes. Esto deviene en un problema
con el objeto de brindar una cobertura para quienes, a raíz de la creciente informalidad
integral a las necesidades y requerimientos de laboral, quedan por fuera de la posibilidad de
esta población. En correspondencia con una ser aportantes y resultan excluidos del sistema
política de retracción de garantías sociales contributivo de protección social7. De acuerdo
ciudadanas propia de la década de los 1990, a los datos presentados en la sección anterior,
esta ley sostiene una ambigua atribución de las personas con discapacidad presentan menos
responsabilidades hacia el Estado y se focaliza posibilidades de acceso a este tipo de cobertura
en quienes carecen de recursos. De acuerdo mediante la condición laboral asalariada.
con su artículo 3: “El Estado, a través de
sus organismos, prestará a las personas con
discapacidad no incluidas dentro del sistema de
las obras sociales, en la medida que aquellas o
las personas de quienes dependan no puedan 7. Atención en salud y cuidados
afrontarlas, los siguientes servicios”. Con esta
modificación de la Ley 22.431, donde el Estado
se constituía en el responsable de atender las La atención especializada y la rehabilitación
necesidades, se presenta a las obras sociales y la que en muchos casos debe ser permanente se
medicina prepaga como principales prestadoras, garantiza mediante la obtención del certificado
las familias como soporte permanente y, de discapacidad. Este es el requisito para el
solo en caso de fallar ambas instancias, se acceso al mencionado sistema de protección
recurre al Estado. El resultado de ello es una
segmentación de la protección entre quienes 7. Cabe aclarar que desde 2003 los monotributistas pueden
están afiliados al sistema de seguridad social acceder a una obra social.
responsabilidades del riesgo social otorgan el del tiempo se encontró un desplazamiento desde
protagonismo a las familias, en articulación las nominaciones despectivas que asocian la
con la protección social que brinda el Estado. discapacidad a la anormalidad hacia las que
Este modalidad se sostiene en una ideología evitan las connotaciones negativas mediante
familista que supone que la consanguineidad y una progresiva preocupación por las barreras
el parentesco son los criterios básicos para las sociales. Estas denominaciones responden a las
responsabilidades y obligaciones hacia los otros propuestas de un conjunto de actores en disputa
(Jelin, 1994). que adquieren alternativamente preponderancia
en contextos constitucionales diversos y se
El desarrollo de la protección social se vincula reflejan en los documentos de los organismos
a las nociones de quienes son los responsables internacionales, los intereses particulares
del cuidado de los sujetos y si éste es concebido de quienes detentan el poder político y las
como un derecho o como una carga familiar. demandas de los colectivos de derechos de
En Argentina, las políticas públicas no expresan personas con discapacidad.
un reconocimiento del cuidado como parte
de los derechos ciudadanos. La ausencia de En relación con la protección social, en
políticas públicas en ese sentido deja en manos el trabajo se observó que gran parte de la
de las personas, según su disponibilidad de población con discapacidad accede a jubilación
recursos económicos, la posibilidad de cubrir o pensión y, mediante ello, a cobertura en
las necesidades del cuidado de familiares y salud (INDEC, 2014). Sin embargo, también
reproduce las desigualdades sociales (Rodríguez se observaron desigualdades en el acceso a la
Enríquez, 2005). salud, la educación y una mayor prevalencia de
indicadores de pobreza en esta población.
efectivo debe analizarse en un marco institucional Propiciar un enfoque que avance sobre el
donde priman prácticas contradictorias y un modelo social de la discapacidad implica una
contexto de desigualdad social. No obstante, consolidación de la perspectiva de derechos en
continúa siendo responsabilidad ineludible del el diseño e implementación de acciones públicas,
Estado y de la sociedad recrear las condiciones de así como la participación de los principales
igualdad de oportunidades por medio de políticas actores sociales involucrados: movimientos
diferenciales o políticas compensatorias que les sociales de personas con discapacidad, familias y
garanticen iguales condiciones de acceso a los organismos de la sociedad civil.
bienes económicos, sociales y culturales (Velandia
y Hernández Jaramillo, 2006). A pesar de estas Por último, resulta necesario profundizar
contradicciones, la población con discapacidad en el análisis de las implicancias teóricas y
requiere de intervenciones estatales para mitigar prácticas de la incorporación de la perspectiva
sus condiciones vulneradas, de menores ofertas de derechos en la normativa vigente ya
de trabajo, menor nivel de educación, mayores que presenta una alternativa a las acciones
necesidades de cuidados y de condiciones de asistencialistas y biomédicas.
fragilidad en salud (OMS, 2011).
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