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1. PRIMERA CAUSAL INIMPUTABILIDAD: La locura o demencia.

a) Las enfermedades mentales.


Sólo enunciaremos esta materia por corresponder a medicina legal; es útil, en todo caso, señalar que
de acuerdo a las conclusiones antes indicadas, no todo enfermo mental es inimputable.
Lo será exclusivamente aquel que por su afección queda privado en forma ostensible de las
facultades intelectivas o volitivas. “Enfermedad mental” es un proceso patológico o morboso que
trae como resultado una intensa alteración de la personalidad del paciente, con cierta
permanencia.
Las enfermedades mentales que la doctrina y la jurisprudencia aceptan como posibles causales de
inimputabilidad son las siguientes:
En el grupo de los denominados “TRASTORNOS FUNCIONALES”, que genéricamente se
conocen como psicosis, las más frecuentes son la paranoia, la esquizofrenia o demencia precoz,
la locura maníaco-depresiva (denominada también locura circular) y la oligofrenia. Estas
enfermedades, como son de naturaleza progresiva o evolutiva, para que el que las sufre se
considere inimputable deben haber alcanzado cierto grado de desarrollo; de no ser así, sólo
atenúan la imputabilidad. Por ejemplo, en las oligofrenias (retraso mental), sólo los grados de
imbecilidad e idiotez, en que la persona logra un desarrollo mental no superior al de un niño de
unos seis o siete años en el primer caso y de unos dos años en el segundo, constituyen causales de
incapacidad penal plena (inimputabilidad); no así tratándose del “débil mental”, cuyo desarrollo
psíquico es de un menor de entre ocho y once años, que disminuye la imputabilidad, pero no la
elimina (art 10 N° 1- en relación con el art. 11 N° 1 CP) y configura una eximente incompleta (art.
73 cp).
Existen las llamadas afecciones mentales, que son simples alteraciones de la personalidad,
conocidas con la denominación “GENÉRICA DE PSICOPATÍAS”, entre las cuales están las
personalidades esquizoides, paranoides, la locura moral. El criterio mayoritario de la doctrina
y de la jurisprudencia es no reconocerlas como causales de inimputabilidad, sin perjuicio de
que puedan atenuarla (arts. 11 N° 1 y 73) como eximente incompleta.
Otra anormalidad psíquica es la “neurosis”, que consiste en situaciones de conflicto del sujeto
consigo mismo o con el mundo circundante, que lo presionan emotivamente, provocando los
estados de angustia cuyo origen no siempre logra determinar; frecuentemente llegan a causarle
efectos orgánicos, como parálisis, ahogos u otros. Las neurosis no siempre afectan a la aptitud
razonadora y, por ello, no repercuten en la imputabilidad, sin perjuicio de que al alcanzar
intensidad puedan provocar efectos psíquicos que constituyan pérdida o privación temporal
de la razón, pero no locura o demencia.
Lo que se entiende por enfermedades mentales evoluciona constantemente y es acorde con el
avance de la ciencia psiquiátrica
Se incluyen entre muchas otras a las siguientes:
 Esquizofrenia (hoy según el DSM-V no se subclasifica, el DSM-IV subclasifica en 5
tipos: paranoide/ desorganizado o hebefrénica/ catatónico/ indiferenciado/ residual)
 Trastorno bipolar (antiguamente denominado psicosis maníaco-depresiva)
 Trastorno delirante o delirio paranoide
 Demencia senil de base artereosclerótica
 Alzheimer (desde grado II)
 Parálisis general progresiva
 Epilepsia (ciertos cuadros donde se provoca vacíos de conciencia)
De las enfermedades mentales se diferencia un conglomerado vasto de anormalidades que no
implican un desquiciamiento completo, pero a pesar de ello alteran la personalidad del
paciente
La psiquiatría moderna distingue así entre las siguientes alteraciones:
A) Oligofrenias
Desarrollo insuficiente de facultades intelectuales, que se presentan en grados:
- Débiles mentales (IQ 51-70)
- Imbéciles (2 - 7 años, IQ 21-50)
- Idiotas (0 - 2 años, IQ 0-20)
La doctrina y jurisprudencia nacional han estimado que la oligofrenia en modalidad de debilidad
mental, no configura por si sola la eximente de locura o demencia y, a lo mas, sobre su base es
posible configurar una eximente incompleta: imputabilidad disminuida (art.11 N°1 CP).
Sin embargo, ciertos autores como Jaime Naquira sostienen que lo anterior es discutible si se
consideran los siguientes aspectos:
- La ley penal presume de derecho (no admite prueba al contrario) que los menores de 14 años
son absolutamente inimputables.
Tratándose de mayores de 14 años y menores de 18 años, su responsabilidad penal se rige por la
ley de responsabilidad penal juvenil.

- Si por razones de edad se es imputable a determinada edad, se puede perder dicha calidad si se
padece de alguna forma de perturbación psicopatológica susceptible de encuadrarse dentro de lo
que la propia ley penal califica de locura, demencia o privación total de razón.

B) Psicopatías o personalidades psicopáticas


Según el manual DSM-IV, un trastorno de personalidad es un “patrón permanente e inflexible de
experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de
la cultura del sujeto, tiene su inicio en la adolescencia o principio de la edad adulta, es estable
a lo largo del tiempo y comporta malestar o prejuicios para el sujeto”.
En este caso se apunta específicamente a las personalidades psicopáticas, entendiéndose por tales
“perturbaciones graves de uno o más rasgos del carácter o la voluntad del sujeto, en razón de los
cuales éste sufre o hace sufrir a los demás”.

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