Está en la página 1de 12

CASO

HOMICIDIO CON SEVICIA


Pablo y victoria son una pareja que llevan 5 años de casados y tienen 2 hijos.
Durante su convivencia matrimonial él ha maltratado y abusado de su esposa.
Pero ella por amor no lo ha denunciado, un día pablo que es un hombre
alcohólico, sale de su trabajo y decide ir con sus amigos a beber, esa noche al
llegar a casa sube a su habitación, donde lo esperaba su esposa dormida, el
totalmente borracho la empieza a maltratar. Causándole traumas y
provocándole una fractura en su brazo izquierdo. Victoria con miedo de que su
marido la vuelva a golpear decide ir con Daniela una amiga de infancia y le
cuenta como su esposo la maltrata, su amiga que es abogada de familia le
aconseja que lo denuncie y le pida el divorcio. Victoria por sentirse protegida
llama a su hermano para frente a él tener el valor de decirle a pablo que se
vaya de la casa. Este se va sin protestar, pero a los 8 días regresa, con
detalles y pidiendo perdón por todos maltratos y malos momentos que le había
hecho pasar y afirmándole que está asistiendo a terapias para controlar su
agresividad.
Victoria decide perdonarlo y el vuelve a casa. Para celebrar su reconciliación
invitan unos amigos a una pequeña fiesta, ella como una esposa ejemplar
atiende a sus invitados de buena manera. En ese momento se le acerca Danilo
un amigo de toda la vida, ellos empiezan a hablar sin percibir que pablo los
estaba viendo. este de la nada se les acerca y les pregunta ¡que pasa aquí!
Danilo responde ¡nada solo charlamos! la fiesta termina y la pareja de esposos
quedan totalmente solos, pablo que había tomado en la fiesta le hizo un
reclamo a victoria por su supuesta coquetería con Danilo, ella haciendo caso
omiso se va para no discutir. El de forma agresiva la jalonea y empiezan a
discutir cada vez más fuertes, llegando al punto de golpearla. la tira al suelo y
ella llorando le suplica que no la golpee más.
HECHOS
1-Victoria y pablo llevan 5 años de casados y tienen dos hijos, durante ese
Tiempo pablo maltrataba a victoria.

2- Pablo sale con sus amigos llega totalmente ebrio a su casa y le propina una
golpiza a victoria, dejándola con una fractura en su brazo izquierdo.
3- Victoria llena de miedo busca ayuda con su mejor amiga. Ella la aconseja
que se divorcié y lo denuncie.
4- Pablo vuelve pidiéndole perdón a victoria afirmándole que esta terapia, ella
lo perdona.
5- Ellos celebran su reconciliación pero surge un problema, cuando pablo ve a
su esposa hablando con Danilo, al terminar la fiesta de forma agresiva la
jalonea y empiezan a discutir cada vez más fuertes, llegando al punto de
golpearla. La tira al suelo y ella llorando le suplica que no la golpee más.

PRETENSIONES
Solicitó al señor juez que una vez probados los hechos arriba anunciados se
declare:
1. la culpabilidad del señor Pablo frente a las lesiones que le ocasiono a la
señora victoria.
2. que el señor Pablo pague ante la justicia penal el daño causado.
3. Que las lesiones de la señora victoria no queden sin castigo.

TERMINOLOGÍA JURÍDICA

 EL HOMICIDIO
Desde la Constitución Política vemos como la Asamblea Constituyente se
encargó de ofrecer una garantía institucional para un orden político económico
y social justo. De modo que desde el preámbulo de la Carta Magna los
colombianos estamos obligados a respetar estos valores fundamentales que
componen las bases de la misma.
Acudiendo luego al Título II – Capítulo I “DE LOS DERECHOS, LAS
GARANTIAS Y LOS DEBERES” de la Carta Nacional citamos el artículo 11:
“Artículo 11. El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte.”
Por consiguiente entendemos que la vida es el más importante de los derechos
fundamentales constitucionales, pues es evidente que si este bien tutelado no
existiese, de ningún modo podrían existir los demás derechos fundamentales.
Este derecho es inviolable, primae jure, lo cual quiere decir, que el Estado
garantizará que no se viole tal como precisase en  el artículo 2º de la Carta
Política. La mejor forma de hacer efectivo que este derecho sea inviolable es
que se garantice el mismo.
La ley protege la vida desde el momento de la concepción –sancionando el
aborto- hasta el momento que cesan en forma irreversible las funciones vitales
del cuerpo y la mente humana, por ello se considera homicidio el apresurar la
muerte al que está muriendo.
Etimológicamente hablando, homicidio proviene del latín “homo” que significa
hombre, y la palabra latina “cidium” que quiere decir matar, significando por lo
tanto: matar a una persona. Es un delito contra el bien más sagrado de la
humanidad, ya que sin la vida la protección de otros derechos carece de
sentido.
Del contexto “Del homicidio” se comprende la vida del ser de la especie
humana, sin importar su condición física, sexo, raza, religión, nacionalidad,
edad, posición social, política o ideología, o cualquier otra consideración
distinta de su propia naturaleza humana. Es homicidio la muerte de cualquier
persona, pero en el ámbito jurídico, persona es el sujeto de relaciones jurídicas,
susceptible de adquirir derechos y contraer obligaciones.
El artículo 90 del Código Civil manifiesta: “La existencia legal de toda persona
principia al nacer, esto es, al separarse completamente de su madre.

La criatura que muere en el vientre materno, o que perece antes de estar


completamente separada de su madre, o que no haya sobrevivido a la
separación un momento siquiera, se reputará no haber existido jamás.”
Citando las CONSIDERACIONES DE LA CORTE
CONSTITUCIONAL sentencia No. C-591 de 1995 M.P. Dr. Jorge Arango
Mejía  “Tercera.- La existencia legal de la persona y el comienzo de la vida
humana. Según el artículo 90 del Código Civil, "La existencia legal de toda
persona principia al nacer, esto es al separarse completamente de su
madre".  Y de conformidad con el artículo 1019 del mismo Código, "Para ser
capaz de suceder es necesario existir naturalmente al tiempo de abrirse la
sucesión..."
De las dos normas anteriores se deduce que la existencia legal comienza en el
momento del nacimiento; y la vida, en el momento de la concepción.  Pero el
comienzo de la vida tiene unos efectos jurídicos, reconocidos por algunas
normas, entre ellas, los artículos 91 y 93 del Código Civil.”
El artículo 91 de este mismo código pronuncia: “La ley protege la vida del que
está por nacer. El juez, en consecuencia, tomará, a petición de cualquiera
persona, o de oficio, las providencias que le parezcan convenientes para
proteger la existencia del no nacido, siempre que crea que de algún modo
peligra.”
De esta manera, Nasciturus es el término con el que se denomina al no nacido
o que está por nacer. La protección del no nacido se encuentra en el artículo 11
de la Constitución – Derecho a la vida- y artículo 43, con la protección de la
mujer en el estado de embarazo.
En efecto, tal y como lo afirmó la Corte Constitucional en la sentencia No C-355
de 2006, M.P. Dr. Jaime Araujo Rentería, “la vida del nasciturus es un bien
protegido por el ordenamiento constitucional y por lo tanto las decisiones que
adopte la mujer embarazada sobre la interrupción de la vida en gestación
trascienden de la esfera de su autonomía privada e interesan al Estado y al
legislador”
Por tanto, consideramos que el legislador quiso proteger la vida humana
dependiente desde el momento de su concepción, aun sin que esto signifique
que con ello le haya atribuido al nasciturus personalidad jurídica o que lo haya
hecho sujeto de derechos. En efecto, el aborto es un tipo penal distinto del
homicidio y aunque para la legislación civil colombiana el nacimiento es lo que
determina la personalidad jurídica, esto no significa “que antes de nacer el feto
era solo una cosa, se encuentra sometido a una condición resolutoria (…)
mientras que este segundo no habría existido jamás y nada habría impedido
hacerlo constar así. La protección mediante el aborto culmina con “la expulsión
o extracción del claustro materno que separa la vida dependiente y la vida ya
independizada”, momento en el cual comenzará el homicidio.
Vemos que la acción homicida inicia su curso antes de que el ser fuera persona
en el sentido civil; y al cortar el cordón  con dolo homicida, estaría iniciando su
acción sobre “algo que no es persona” y que no ha existido, pero que muere
como persona porque la acción homicida –al cortar el cordón- lo vuelve
persona. Para combatir tal absurdo es menester aceptar definitivamente que el
homicidio puede cometerse durante el parto  y aun antes de la separación de la
madre. No exige vitalidad en la víctima, pero sí vida, y no importa que esté a
punto de extinguirse por un proceso natural o de otros agentes; anticipar la
muerte de quien moría seguramente, es también homicidio.
En el Código Penal vigente el homicidio se radica en el Artículo 103 donde se
expone: “Homicidio. El que matare a otro, incurrirá en prisión de trece (13) a
veinticinco (25) años.”
El artículo 103 del Código Penal consagra la figura del homicidio simple
(doloso), así: “Quién matare a otro”, “Se entiende que mata tanto el que causa
la muerte como el que no la impide estando obligado a ello y pudiendo hacerlo,
es decir, las modalidad del homicidio por omisión impropia”.
El homicidio, considerado en sentido restringido y como delito, se define como
la muerte de un hombre cometida injustamente por otro. Concepto dogmático:
Segación o supresión, por conducta del agente, de una vida humana (tipicidad),
sin justificación jurídicamente atendible (antijuricidad), en forma intencional o
dolosa, o con culpa o preterintención (culpabilidad) y observándose relación de
causalidad entre el hecho del agente y la muerte producida (causalidad).
El delito de homicidio exige la vida como atributo del sujeto pasivo en el
momento de su consumación, y su muerte efectiva como evento de la acción.
Por muerte se entiende la supresión de las funciones vitales, que por lo general
se concreta en la cesación definitiva de las funciones básicas del hombre vivo:
Respiración y circulación.
Según los escritores Mario Arboleda Vallejo y José Armando Ruiz Salazar en
su libro “Manual del derecho penal”  enuncian el homicidio así:
“Por nuestra parte, definimos el homicidio como la “muerte reprochable”            
de un hombre ocasionada o no evitada por otro, sólo cuando hay culpabilidad
puede hablarse de un verdadero delito y no podría tachársenos de incluir
tácitamente en la definición los tres elementos del delito –tipicidad, antijuricidad
y culpabilidad-, pues sólo se puede haber delito cuando concurren los tres
requisitos. Si sólo consideramos como homicidio la muerte de un hombre
ocasionada por otro hombre, incluimos en el concepto de homicidio las muertes
justificadas y exculpadas; y si sólo añadimos, siguiendo el concepto de Carrara,
el requisito de la injusticia –homicidio es la muerte injusta de un hombre,
causada por otro hombre- seguimos incluyendo en la definición muertes
ocasionadas que no son delictivas por estar exculpadas.”
La mayoría de las definiciones de homicidio se limitan a describir el tipo de
homicidio y no el delito de homicidio; así, por ejemplo, PALACIOS
VARGAS y CELESTINO PORTE PETIT  al definir al homicidio “como la
privación de la vida de un hombre por otro”, simplemente están haciendo
referencia al tipo de homicidio y no al delito de homicidio, el cual requiere, para
que sea un verdadero delito, no solo de la tipicidad, de la antijuricidad, sino
también de la culpabilidad. El delito de homicidio no es sólo ocasionar la
muerte de otro hombre, sino también el no omitirla o no evitarla en ciertas
condiciones.
El homicidio se trata de un delito de resultado material, que consiste en la
producción de la muerte de un sujeto con vida humana independiente. En ese
sentido, cabe anotar que la Corte Suprema de Justicia de Colombia, viene
aplicando de manera reiterada  el análisis de la imputación objetiva a los delitos
de resultado y, particularmente, en relación con el delito de homicidio señala
que aquella se presenta “si con su comportamiento el autor despliega una
actividad riesgosa, va más allá del riesgo jurídicamente permitido o aprobado,
con lo cual entra al terreno de lo jurídicamente desaprobado; y produce un
resultado lesivo, siempre que exista vínculo casual entre los tres factores.
Con base a esto, en el Capítulo V- artículo 29 del Código Penal expresa lo
siguiente:
“Causales. El hecho se justifica cuando se comete:
1. En estricto cumplimiento de un deber legal. 
2. En cumplimiento de orden legítima de autoridad competente emitida con las
formalidades legales. 
3. En legítimo ejercicio de un derecho, de una actividad lícita o de un cargo
público. 
4. Por la necesidad de defender un derecho propio o ajeno contra injusta
agresión actual o inminente, siempre que la defensa sea proporcionada a la
agresión. Se presume la legítima defensa en quien rechaza al extraño que,
indebidamente, intente penetrar o haya penetrado a su habitación o
dependencias inmediatas, cualquiera sea el daño que le ocasione, y 
5. Por la necesidad de proteger un derecho propio o ajeno de un peligro actual
o inminente, no evitable de otra manera, que el agente no haya causado
intencionalmente o por imprudencia y que no tenga el deber jurídico de
afrontar.”
No obstante, añadimos lo siguiente en relación a la INCULPABILIDAD Capítulo
VI - artículo 40 del Código Penal:
“Causales de inculpabilidad. No es culpable:
1. Quien realice la acción u omisión por caso fortuito o fuerza mayor. 
2. Quien obre bajo insuperable coacción ajena. 
3. Quien realice el hecho con la convicción errada e invencible de que está
amparado por una causal de justificación. 
4. Quien obre con la convicción errada e invencible de que no concurre en su
acción u omisión alguna de las exigencias necesarias para que el hecho
corresponda a su descripción legal.
Si el error proviene de culpa, el hecho será punible cuando la ley lo hubiere
previsto como culposo.”
Por otro lado, en otra sentencia que analiza el delito de homicidio, la Corte
Suprema de Justicia ha señalado que no existe imputación objetiva en cuatro
casos: cuando la conducta se encuentra dentro del riesgo permitido, cuando es
producto de una acción a propio riesgo del sujeto pasivo, cuando se aplica la
prohibición de regreso y cuando se da la aplicación al principio de confianza.
Siendo así citamos la sentencia 22941de 2006 M.P. Dr. Alvaro Orlando Pérez
Pinzón:
“Para que exista la imputación jurídica del resultado es menester que la
creación del riesgo, por superación  o por intensificación del mismo genere el
resultado del mismo, es decir que haya nexo de fundamento a consecuencia
entre uno y otro.
Si una persona realiza una conducta contraria a las normas, pero su
comportamiento no es la razón de ser del resultado reprochable, puede invocar
el principio de confianza. Afirmar lo contrario equivaldría a admitir la imputación
a título de responsabilidad anómala o meramente objetiva.”
**HOMICIDIO AGRAVADO:
Circunstancias de agravación: Las circunstancias de agravación del homicidio
se encuentran contempladas en el artículo 104 del Código Penal siendo estas:
1. En la persona del ascendiente o descendiente, cónyuge, compañero o
compañera permanente, hermano, adoptante o adoptivo, o pariente hasta el
segundo grado de afinidad
Inicialmente, la ley 599 de 2000 incluía a todos los crímenes cometidos
respecto al ascendiente, descendiente, cónyuge, compañero permanente,
hermano, adoptante o adoptivo y pariente hasta el segundo grado de afinidad.
La Ley 1257 de 2008 realizó diversas modificaciones carentes de una correcta
técnica legislativa, agrega al padre y a la madre  de familia, aunque no
convivan en el mismo hogar, incluye solo al adoptado y no al adoptante; e
incorpora una curiosa clausula que incluye a “todas las demás personas que de
manera permanente se hallaren integradas a la unidad doméstica”. Esa norma
fue demandada, pero la Corte Constitucional en la Sentencia C-029 de 2009
M.P. Dr. Rodrigo Escobar Gil declaró: “Las circunstancias de agravación
punitiva implican la consideración sobre un mayor grado de reproche social de
la conducta en atención a la especial relación de afecto, solidaridad y respeto
que existe entre el sujeto activo de la misma y la víctima, y dado que el criterio
al que atiende el legislador en orden a establecer las circunstancias de
agravación punitiva tiene que ver con esa especial relación, que implica
consideraciones sobre proximidad, confianza, solidaridad o afecto, la situación
de los integrantes de una pareja homosexual es asimilable a la de los
integrantes de una heterosexual y no se aprecia la existencia de una razón que
explique la diferencia de trato.”
2. Para preparar, facilitar o consumar otra conducta punible; para ocultarla,
asegurar su producto o la impunidad, para sí o para los copartícipes.
Es motivo determinante del homicidio intencional cometido lo que explica esta
circunstancia agravatoria, por cuanto se manifiesta la gran temibilidad de quien
busca la muerte de una persona solo para cometer otro delito, obviamente
menos grave que el homicidio. Es esa especial intención, ese particular
propósito o dolo específico lo que toma en cuenta el legislador para
incrementar la pena del homicidio intencional.
No es menester que el delito fin tenga ocurrencia o que el agente inicie su
ejecución, ni que el agente, con el homicidio, realmente asegure el producto del
delito cuya consumación facilitó la muerte dada a otra persona, ni que el
delincuente consiga su impunidad o la de los participes.
3. Por ser cometido mediante delito de peligro colectivo o que afecte la salud
pública.
La mayor peligrosidad que denota el homicida, cuando para cometer el delito
acude a cualquiera de los ilícitos que constituyen peligro para otras personas
en su vida y bienes o para su salud, justifica ampliamente esta agravante.
Asimismo, si no hay intención de matar y del delito de peligro común resultan
una o más personas muertas, no se tiene homicidio simple agravado; sino
homicidio culposo en concurso con el delito de peligro.
4. Valiéndose de la actividad de inimputable.
Es sabido que la posición del inimputable  se da por carecer de capacidad para
conocer y querer, esto es el aspecto cognoscitivo y el volitivo.
Aspecto cognoscitivo: Exige la posibilidad de conocer el peligro que la conducta
representa para los bienes jurídicos. Esta conducta se da bajo dos
circunstancias: Bajo el influjo de sustancia que produzca dependencia física o
psíquica y abandonar sin justa causa el lugar de comisión de la conducta.
Aspecto volitivo: El resultado típico no debe estar comprometido con la
voluntad, o abarcándolo debe hacerlo con una causalidad distinta de la que el
agente programó.
La ley penal vigente señala que son inimputables quienes en el momento de
ejecutar el hecho legalmente descrito, no tiene la capacidad de comprender su
ilicitud o la de determinarse de acuerdo con esa comprensión, por inmadurez
psicológica o trastorno mental.
CON SEVICIA.
Sevicia es “crueldad excesiva”, en el campo jurídico-penal y en su alcance de
circunstancia agravatoria del homicidio, implica que el agente además de la
intención de matar, se haya propuesto a causar la muerte haciendo sufrir
atrozmente a la víctima, con padecimientos ya innecesarios a la realización del
fin homicida. Al respecto la Corte Suprema de Justicia ha destacado: “Si se
demuestra la multiplicidad de traumas –politraumatismos- ello implica incluir o
excluir de manera razonable <<la sevicia>>.
6. Colocando a la víctima en situación de indefensión o inferioridad o
aprovechándose de esta situación.
En este sentido, la Corte Suprema de Justicia en el proceso No 16359 M.P. Dr.
Jorge Luis Quintero Millanés ha señalado: “Por consiguiente, opina que el
estado de indefensión o de inferioridad de la víctima, constituye alevosía,
“porque no es necesario que el reo coloque a la víctima en esa situación
mediante actos previamente preparados por él, sino que es suficiente para que
surja esta agravante que el ofendido carezca de los medios o elementos que le
sirvan para repeler el ataque, estando así el victimario en condiciones de
superioridad en relación con el atacado .… en síntesis, las circunstancias de
indefensión o inferioridad pueden ser propiciadas por el victimario o
aprovechadas por él”.
·         Homicidio alevoso o insidioso: La insidia y alevosía son términos que se
equivalen mucho y bien se puede, con estos conceptos, comprender los
diferentes medios de que puede valerse el delincuente para colocar a la víctima
de homicidio en estado de indefensión o inferioridad. Alevosía se tiene cuando
el agente acude a la ocultación moral. Dice CARRARA que “del enemigo que
nos asalta amenazante podemos ponernos en guardia y con frecuencia
logramos defendernos; pero en imposible precavernos del enemigo que se nos
acerca con la sonrisa en los labios; siendo así la alevosía el aprovechamiento
de la indefensión en que se encuentra el sujeto pasivo, como cuando duerme.
En el caso de la insidia, el agente procura colocar a la víctima en imposibilidad
de defensa o en una situación de inferioridad para realizarla.
·         Homicidio por asechanza y envenenamiento: Acechar corresponde a
observar, mirar o atisbar desde un sitio oculto, aguardar cautelosamente con
determinado propósito. En el ocultamiento, el delincuente se esconde en
espera de la víctima para atacarla por sorpresa. Asimismo, es veneno cualquier
sustancia mineral, vegetal o animal capaz de obrar en forma insidiosa y
destructiva en el organismo. Para comprobar este medio, es necesario
establecer en la autopsia exámenes toxicológicos que comprueben la
presencia del agente en el cadáver.
7. Con fines terroristas o en desarrollo de actividades terroristas.
Con relación a este, dijo la Corte Suprema de Justicia en su Aprobado acta 73
M.P. Dr. Mauro Solarte Portilla: “En consecuencia, el delito de homicidio
agravado con finalidades terroristas o cometido con ocasión de actividades
terroristas, es el que se comete por quienes lo ejecutan en el marco de
acciones dirigidas a provocar estados de zozobra o temor en la población o
parte de ella, mediante actos que ponen en peligro la vida, la integridad física y
la libertad de las personas.
Por su parte, la Corte Constitucional también ha señalado al respecto: “… (la
finalidad terrorista) no se logra solo por miedo acentuado que sienta la
población o un sector de ella, como consecuencia de las aisladas o frecuentes
acciones de individuos, bandas o grupos armados; es necesario que ese
resultado se consiga, en razón de conductas y medios para causar estragos
(utilización de bombas, granadas, cohetes, etc.), siempre que dicho uso
produzca un peligro común o general para las personas, toda vez que además
de la ofensa del bien supremo de la vida, se trata de amenazar otros bienes
jurídicos  tutelados, como la seguridad y la tranquilidad pública”.
8. En persona internacionalmente protegida diferente a las contempladas en el
Título II del Código Penal y agentes diplomáticos, de conformidad con los
Tratados y Convenios Internacionales ratificados por Colombia.
Citamos el artículo 135: “Homicidio en persona protegida:
PARÁGRAFO: Para los efectos de este artículo y las demás normas del
presente título se entiende por personas protegidas conforme al derecho
internacional humanitario:
1. Los integrantes de la población civil.
2. Las personas que no participan en hostilidades y los civiles en poder de la
parte adversa.
3. Los heridos, enfermos o náufragos puestos fuera de combate.
4. El personal sanitario o religioso.
5. Los periodistas en misión o corresponsales de guerra acreditados.
6. Los combatientes que hayan depuesto las armas por captura, rendición u
otra causa análoga.
7. Quienes antes del comienzo de las hostilidades fueren considerados como
apátridas o refugiados.
8. Cualquier otra persona que tenga aquella condición en virtud de los
Convenios I, II, III y IV de Ginebra de 1949 y los Protocolos Adicionales I y II de
1977 y otros que llegaren a ratificarse.”
 9.   Si se comete en persona que sea o haya sido servidor público, periodista,
juez de paz, dirigente sindical, político o religioso en razón de ello.
Se pretende con este numeral, proteger especial y particularmente a ciertas
personas, ciertos habitantes del territorio nacional, bajo el supuesto de que el
homicidio patentizado sobre uno de ellos estaría reportando, en alguna medida,
un acto de “desestabilización” del orden social. De esta guisa, lógico resulta
concluir que no solo se desconoce el “principio de igualdad” ante la ley, sino
que, lo que es más importante aún, se pone de manifiesto carácter clasista y de
“instrumento de dominación y control” que ostenta la ley.
10.  Si se cometiere contra una mujer por el hecho de ser mujer.
Fue incluida por la Ley 1257 de 2008 inspirada en el terrible “feminicidio”
cometido por causas hasta ahora desconocidas en el norte de México.
TRABAJO DE PENAL ESPECIAL
CASO DE SEVICIA

PRECENTADO POR:
Cindy Johana Mosquera Hurtado
Andrés Felipe Copete Machado.
Luis Enrique Filigrana Plaza
Viviana Cruz Cisneros.

Presentado a
Hernán Zapata Bonilla
UNIVERCIDAD SANTIAGO DE CALI
2018ª

También podría gustarte