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ACEPTACIÓN DE HERENCIA – BENEFICIO DE INVENTARIO – INTIMACIÓN –

INVENTARIO – PRESUNCIÓN IURIS TANTUM – SUCESIÓN.

“BIZET, JOSÉ L. C. SPATARO, NICOLÁS H.”, CÁMARA DE APELACIONES EN


LO CIVIL Y COMERCIAL DE LOMAS DE ZAMORA, SALA I, 26/09/2000
(PUBLICADO EN LLBA 2001, 240).

“La aceptación de la herencia se presume bajo beneficio de inventario, presunción “iuris


tantum” que puede ser desvirtuada, con la acreditación de la intimación judicial a efectuar
el inventario”.

“La confección del inventario no constituye en el actual régimen del Código Civil un
requisito para el goce del beneficio desde que los herederos, mientras no se produzca la
intimación, permanecen sin obligación de inventariar con la calidad presumida de
aceptante beneficiario”.

“La omisión del inventario no hace caducar el beneficio si no medió intimación judicial a
realizarlo”.

Texto Completo:

2ª Instancia. - Lomas de Zamora, setiembre 26 de 2000.


1ª ¿Es justa la resolución de fs. 50/1? 2ª ¿Qué corresponde decidir?
1ª cuestión. - El doctor Mazzetti dijo:
I. El juez titular del Juzgado en lo Civil y Comercial N° 8 Departamental decidió a
fs. 50/1 de las actuaciones “Bizet, José L. y otro c. Spataro, Nicolás y otra s/ incidente de
ejecución de sentencia”, admitir la excepción de título opuesta por la demandada, e impuso
las costas al actor.
II. Apelan los accionantes a fs. 52/59 constituyendo agravios en la misma pieza
procesal recibiendo réplica de la constancia a fs. 61/2.
III. Puestas en estado las actuaciones se hallan en condiciones de resolverse (arts.
133, 270, Cód. Procesal).
IV. Los agravios de los accionantes se hallan dirigidos:
1. a la improcedencia desde el aspecto procesal de la excepción de inhabilidad de
título admitida.
2. a la extemporaneidad de la interposición de la misma.
3. a la consideración errónea efectuada por el a quo respecto de la aceptación de la
herencia con beneficio de inventario, e invoca en tal sentido la valoración incorrecta de la
carga probatoria efectuada en la instancia de origen.
V. Cabe en primer término la consideración de la improcedencia desde el aspecto
procesal de la inhabilidad de título alegada por el quejoso.
Anticipo que tal argumentación la considero infundada. En efecto, si bien es cierto
que en el trámite de ejecución de sentencia se hallan limitadas las defensas que puede el
ejecutado oponer (art. 504, Cód. Procesal) entre las que no se menciona la excepción en
tratamiento, no lo es menos que la jurisprudencia se ha inclinado por su admisibilidad por
considerarla implícita en lo previsto en el inc. 1° de dicha norma legal, y ello cuando se
cuestionan las condiciones exigidas para que proceda la ejecución de sentencia (conf.
Morello, Sosa, Berizonce “...Código...” t. IV A ps. 84/5, ed. 1994, SC Buenos Aires, Ac.
56.649, 7/3/95).
Asimismo la alegación de la subsidiaridad de la excepción al planteo de nulidad al
no resultar propuesto en la instancia de origen no puede resultar objeto de tratamiento en
esta alzada (arg. art. 272, Cód. Procesal).
VI. Abordada como resultó la cuestión de la admisibilidad procesal de la defensa
mencionada corresponde que esta alzada se aboque al tratamiento de las restantes quejas
traídas.
En relación a la consideración errónea de la admisión de excepción opuesta con la
conclusión que los demandados en su carácter de herederos gozan del beneficio de
inventario y así desestimar la ejecución y venta del inmueble que les pertenece, puedo
anticipar que las quejas han de ser desestimadas.
En efecto, el recurrente invoca en tal sentido que la oportunidad procesal para
articular la defensa resultó la etapa introductoria de principal circunstancia que al no
verificarse impide en la ejecución de sentencia que ahora se promueve, sea admitida.
Ahora bien los demandados de la presente ejecución comparecieron en el proceso
principal en el carácter de universales herederos de su hijo Héctor H. Spataro (este último
conductor del ciclomotor y conforme la decisión firme y consentida: responsable del
accidente ocurrido), por lo cual en tal oportunidad y en tal carácter eran legitimados pasivos
de la acción deducida, así no podían válidamente oponer la excepción que ahora sí
invocaron al ejecutarse la sentencia que los condena en tal carácter y respecto a un bien
inmueble del cual son titulares por lo cual, en este punto cabe considerar y así lo dejo
propuesto infundada la queja traída.
VII. Constituyó también agravios el recurrente en cuanto el a quo admitió la defensa
opuesta considerando que la aceptación beneficiaria de la herencia continúa vigente por no
haber caducado cuando a su juicio se halla debidamente acreditado en autos que sí operó tal
circunstancia y por el propio reconocimiento de los demandados de no haber confeccionado
el inventario. Así, invoca, la falta de actividad probatoria no puede resultar fundamento,
concluye, para la solución arribada.
Ahora bien a partir de la sanción de la ley 17.711 se sustituyó el sistema
responsabilidad “ultra vires” y de la confusión del patrimonio del causante y sus herederos,
por el de responsabilidad “intra vires” como régimen ordinario.
Dispone el art. 3363 del Código Civil que toda aceptación de la herencia se
“presume” efectuada bajo beneficio de inventario, aceptación beneficiaria que continuará
vigente salvo, entre otros casos, si no se hiciese el inventario de los bienes dentro del plazo
de tres meses, “contados desde que el heredero hubiese sido intimado judicialmente por
parte interesada” (art. 3366, Cód. Civil).
Así la confección del inventario no constituye en el actual régimen del Código Civil
un requisito para el goce del beneficio desde que los herederos, mientras no se produzca la
intimación aludida, permanecen sin obligación de inventariar con la calidad presumida de
aceptante beneficiario.
En tal sentido la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires ha resuelto que la
omisión de practicar el inventario no hace caducar el beneficio si no medió intimación
judicial a realizarlo (causas Ac. 16.968 y Ac. 17.027 1971 - II 117 y 123) y que tal
aceptación beneficiaria se presume, aun cuando se trate de una aceptación tácita, derivada
de la ejecución por parte del heredero de un acto jurídico que no podía ejecutar legalmente
sino como propietario de la herencia (art. 3319, Cód. Civil) (SC Buenos Aires Ac. 48.968
28/12/93).
De manera que la aceptación de la herencia se presume bajo beneficio del
inventario, presunción “iuris tantum” que puede ser desvirtuado entre otros, con la
acreditación de la intimación judicial a efectuarse el inventario (confr. J. Llambías, “Código
Civil anotado”, t. V-A, ps. 181/2), así la interpretación del quejoso resulta errónea ya que
aun los propios demandados hubieran reconocido no haberlo efectuado, ello no produce
“per se” la caducidad del beneficio de inventario (arg. arts. 3363 y 3366, Cód. Civil).
Y al no haberse acreditado la configuración de alguna de las causales con tal
alcance, la conclusión arribada por el a quo a fs. 51 se halla ajustada a derecho, en
consecuencia dejo propuesto que la resolución de fs. 50/1 al resultar justa merece ser
confirmada. Voto por la
afirmativa.
Los doctores Tabernero y Basile, por compartir fundamentos, votan también por la
afirmativa.
2ª cuestión. - El doctor Mazzetti dijo.
Visto el acuerdo logrado al considerar la primera cuestión, corresponde confirmar la
sentencia apelada. Las costas de alzada será impuestas a la parte actora (art. 68, Cód.
Procesal). Se difiere la regulación de honorarios para su oportunidad (arts. 31 y 51, ley
8904). Así lo voto.
Los doctores Tabernero y Basile, por compartir fundamentos, votan también por la
afirmativa.
Que en el acuerdo celebrado ha quedado establecido que la sentencia apelada es
justa y debe ser confirmada.
Que las costas de alzada serán impuestas a la parte actora (art. 68, Cód. Procesal).
Por ello, consideraciones del acuerdo que antecede y citas legales: Confírmase la
sentencia apelada. Costas de alzada al recurrente.-

Roberto M. Tabernero. - Norberto H. Basile. - Angel M. Mazzetti.

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