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Aristótelesi

Vivió en el siglo IV a.C. (entre el año 384 y el 322 a.C).


Nació en Estagira, Macedonia, una región al norte de Grecia.
Como Epicuro, se trasladó a Atenas, donde tras aprender con Platón, fundó su propia
escuela filosófica, el Liceo, donde enseñó su pensamiento.
A diferencia de Epicuro, cuyas obras escritas se han perdido en su práctica totalidad, las
obras de Aristóteles han llegado hasta nuestros días.
En una de sus obras, titulada Ética a Nicómaco, Aristóteles presenta sus ideas sobre
Ética. El título nombra a Nicómaco, hijo de Aristóteles y a quien está dedicada la obra.

La felicidad
Al igual que Epicuro, Aristóteles también se interesa por la felicidad. Todos estamos de
acuerdo en que la felicidad es aquello que perseguimos, aquello que más deseamos.
Pero ¿qué es la felicidad? Si preguntamos a distintas personas obtendremos distintas
respuestas, Aristóteles estudia varias:

 Las riquezas, el dinero, dan la felicidad. Aristóteles está de acuerdo en


que sin cierto grado de riqueza no se puede alcanzar la felicidad. Aquel
que no tenga nada y no pueda siquiera comer no puede ser feliz. Pero
¿cuánto dinero es necesario para ser feliz? Además, no son las riquezas
las que nos hacen felices, sino lo que logramos con ellas. Es decir, el
dinero por sí mismo no nos hace felices, lo que nos hace felices es lo que
conseguimos con él. Y depende de qué compremos, seremos felices o
infelices. Por tanto, concluye Aristóteles, la respuesta felicidad = riqueza
es insuficiente, necesitamos seguir investigando para saber en qué
emplear nuestras riquezas para ser felices.
 El placer es la felicidad. Aristóteles está de acuerdo en que una vida feliz
es una vida placentera pero, como Epicuro, el problema surge cuando
tenemos que elegir qué placeres buscar y cuáles evitar. Además, el placer
es el resultado, el producto de lo que hacemos, de modo que debemos
investigar qué conviene hacer para ser feliz. La respuesta felicidad =
placer es, como en el caso de la riqueza, una respuesta insuficiente; es
necesario seguir investigando.
 La fama, el afecto y la admiración son lo que nos hace felices. Esto es
muchas veces cierto, pero Aristóteles señala que el afecto y la admiración
de los seres queridos son algo que nos dan ellos, y por tanto no depende
por completo de nosotros. Además, aunque sea cierto que los demás nos
den su afecto y admiración en respuesta a nuestras acciones, queda aún
por resolver qué debemos hacer para conseguirlos, pues hay distintos
caminos para lograr el afecto y la admiración. No siempre la fama
conduce a la felicidad, muchas veces puede conducir a todo lo contrario.
Tras este análisis de las respuestas más habituales a la pregunta ¿qué es la felicidad?
Aristóteles extrae algunas conclusiones:
1. La felicidad está relacionada con cierto grado de riqueza, o dicho al revés:
la completa pobreza nos hace infelices.
2. El placer también está relacionado con la felicidad, no es posible una vida
feliz si estamos padeciendo constantemente.
3. El afecto y la admiración de otros tienen también relación con la felicidad:
somos más felices si otros nos quieren o nos admiran que si nos odian o
nos desprecian.
En estas conclusiones vemos importantes puntos en común con Epicuro:
1. La necesidad de satisfacer ciertos deseos naturales y necesarios para la vida. Y
de ahí la necesidad de cierto bienestar material (riquezas) como primera
condición para ser felices.
2. La importancia del placer dentro de una vida feliz. Aunque Aristóteles no haga
del placer el centro de la felicidad, sí considera que una vida feliz conlleva, como
un resultado, el placer y el disfrute.
3. La autosuficiencia es un ingrediente importante de la felicidad. Una vida feliz
tiene que ser fundamentalmente el resultado de nuestras propias decisiones y
no de lo que otros hagan.
Si no podemos identificar la felicidad con la riqueza, con el placer ni con la fama, la
admiración o los o el afecto, ¿qué es para Aristóteles la felicidad?
Aristóteles entiende la felicidad como la culminación, como la perfección de la vida. Una
vida feliz es una vida perfecta.
Si la felicidad es la culminación de la vida, la felicidad tiene que ser algo estrechamente
relacionado con nuestra naturaleza, con lo que somos.
¿Qué somos los seres humanos? ¿Qué nos caracteriza y diferencia de otras especies?

 Somos animales racionales.


 Somos animales sociales.
Por tanto, la vida humana alcanza su culminación (felicidad) cuando se cumplen dos
condiciones:

 Vivimos empleando la razón, en lugar de seguir los instintos.


 Vivimos en sociedad, en lugar de vivir aislados.

¿Qué necesitamos para ser felices? Virtudes sociales


La unión de ambas condiciones se da cuando los hombres consiguen la virtud: cuando
somos virtuosos somos a la vez racionales y vivimos junto a otros seres humanos. Y
siendo virtuosos, seremos felices, pues llevaremos una vida acorde a nuestra naturaleza.
Practicar las virtudes nos acerca a la felicidad.

La teoría aristotélica de la virtud


Aunque entender cada virtud como un extremo, con su correspondiente vicio en el otro
extremo, puede parecer correcto, Aristóteles no lo cree así. En su opinión, cada virtud
es un punto medio entre dos extremos.
Consideremos de nuevo los ejemplos de la sinceridad y de la valentía. Está claro que
mentir no es una virtud, pero ¿es realmente una virtud decir siempre la verdad?
Aristóteles cree que puede ser contrario a la virtud ser completamente sincero, como lo
es ser completamente mendaz.
Decir siempre la verdad >---------- Virtud de la sinceridad -----------< Mentir siempre
Y lo mismo con la valentía: es claro que la cobardía no es una virtud, pero atreverse con
cualquier reto no es ser valiente, es ser temerario. Y la temeridad no es una virtud.
Temeridad >---------- Virtud de la valentía ----------< Cobardía
En general, Aristóteles considera que la virtud siempre se encuentra entre dos extremos
perniciosos. Puede que, de los dos extremos, uno sea menos pernicioso que el otro, pero
en ninguno de ellos está la virtud.
Es importante entender que ese punto medio es diferente para cada persona. Depende
de las condiciones pesonales de cada uno:
 ¿Cuánto dinero aportará una persona generosa? Depende de su
capacidad económica.
 ¿Hasta dónde debo arriesgarme y tratar de rescatar a alguien en peligro?
Depende de mi capacidad física y de mi entrenamiento.
El punto medio depende también de las costumbres sociales:
 ¿Cuánto puedo retrasarme sin ser impuntual? En algunas culturas, sólo
cinco minutos. En otras el margen es mayor.
 ¿Hasta dónde puedo hablar de mis méritos sin parecer demasiado
modesto ni tampoco caer en la fanfarronería?

¿Cuántas y cuáles son las virtudes sociales?


Aristóteles no nos da una lista cerrada y definitiva de cuántas y cuáles son las virtudes
sociales. Pero sí nos da un criterio general para considerar si algo es una virtud o por el
contrario un vicio: una virtud social mejora nuestra vida en sociedad. Mejora nuestra
vida y la de quienes nos rodean. ¿Y en qué consiste una vida mejor? En una vida en la
que podamos desarrollar todas nuestras capacidades y así alcanzar la felicidad.
Cuáles sean las virtudes depende en cierta medida de cómo sea nuestra sociedad.
Nuestra sociedad no se parece mucho a la Atenas del siglo IV a.C. Algunas virtudes se
mantienen, pero otras se han incorporado. Aristóteles estudia virtudes como las
siguientes:
 Valentía
 Moderación
 Generosidad
 Honestidad
 Paciencia
 Laboriosidad
 Justicia
Pero podemos añadir otras más:

 Solidaridad
 Igualdad
 Protección del medio ambiente
 Respeto a los animales
 Respeto a la privacidad
¿Cómo lograr ser virtuosos?
Puede que estemos de acuerdo con Aristóteles en que una vida feliz consiste en
desarrollar de la manera más perfecta posible nuestras capacidades racionales y de vida
en común. Pero más que debatir el objetivo a conseguir, interesa ahora conocer cómo
ser virtuosos. Aristóteles nos da varios consejos:

1. No se nace virtuoso ni su contrario (vicioso). Todas las personas tienen la


oportunidad de llegar a ser virtuosos y alcanzar así la felicidad. No hay
personas que por su raza, sus antepasados o sus genes sean ya de
nacimiento virtuosas. Ni tampoco otras que por estos mismos factores
estén condenados a no alcanzar la felicidad.
1. La virtud se desarrolla en las personas como resultado de la práctica, de la
costumbre. E igualmente sucede con sus opuestos los vicios. Nos
acostumbramos ser virtuosos practicando primero pequeños actos, luego otros
más importantes. Mediante la costumbre se va formando nuestro carácter
moral.
1. A diferencia de otros animales, los seres humanos gozan de mayor
libertad para controlar nuestros deseos e impulsos. Nuestra inteligencia,
y más concretamente nuestra prudencia, nos ayuda a encontrar en cada
situación concreta nuestro punto medio.

La importancia de la amistad
Al igual que Epicuro, también Aristóteles concede una gran importancia a la amistad
para llevar una vida feliz. ¿Por qué hacemos amigos y nos ocupamos y preocupamos por
mantener los que ya tenemos? Aristóteles considera que hay tres motivos por los que
las personas queremos hacer amigos:

1. Ayuda mutua. Interés común. Somos amigos de quienes pueden


ayudarnos y a quienes a su vez ayudamos. El beneficio común es la base
de este primer tipo de amistad.
2. Disfrute, diversión mutua. Somos amigos de quienes nos hacen disfrutar
o nos agradan. Puede ser por su belleza, o por su temperamento, su
modo de ser.
3. El buen carácter, los buenos hábitos. Somos amigos de quienes son
virtuosos y refuerzan en nosotros el hábito de serlo también.
Sin despreciar a los dos primeros, el tercer tipo de amistad es para Aristóteles el mejor
y preferible de los tres. Una razón es que el objetivo que persiguen las personas que son
amigas (la virtud y la felicidad) es más importante que los objetivos que se persiguen en
las otras dos (el interés material y el placer o disfrute).

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