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Calabrese,

Eleonora María

Conformación y transformación de
la identidad colectiva: Del
movimiento de vanguardia Dadaísta
al Surrealista

Tesis presentada para la obtención del grado de Licenciada en


Sociología

Directora: Fernández Berdaguer, María Leticia. Codirectora: De


Rueda, María de los Angeles

Calabrese, E. (2017). Conformación y transformación de la identidad colectiva: Del movimiento de


vanguardia Dadaísta al Surrealista. Análisis de la acción colectiva según la propuesta de Alberto
Melucci. Tesis de grado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación. En Memoria Académica. Disponible en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.1412/te.1412.pdf

Información adicional en www.memoria.fahce.unlp.edu.ar

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Alumn na: Eleonoora María Calabresee


Legajoo: Nº 612333/6
Correoo electróniico:
eleonoora.calabreese@gmaiil.com
Directoora:
Lic. Leeticia Fernnández Beerdaguer
Co-dirrectora:
Lic. María
M de loos Ángeless de Ruedaa
Fecha:: 22/6/2017
UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA

LICENCIATURA EN SOCIOLOGÍA

TRABAJO FINAL

Conformación y transformación de la identidad colectiva:

Del movimiento de vanguardia Dadaísta al Surrealista.

Análisis de la acción colectiva según la propuesta de Alberto Melucci

RESUMEN DEL TRABAJO (ABSTRACT): El presente Trabajo Final teórico-conceptual

pretende analizar la relación entre los movimientos artísticos de vanguardia Dadaísta (o

‘Dadá’) y Surrealista; surgidos y desarrollados en Europa durante el período comprendido

entre 1916 y 1938; como formando parte de un mismo proceso; una única experiencia

colectiva, siguiendo la perspectiva analítica sobre la acción colectiva desarrollada por el

sociólogo y psicólogo clínico italiano Alberto Melucci (1943-2001). Considero que podemos

ver puntualmente en el ‘pasaje’ de un movimiento artístico a otro, el proceso dinámico de

constante construcción y permanente transformación de una identidad colectiva como nos

plantea Melucci en sus análisis. Pasaje que sugiero; tiene como principales referentes a las

destacadas personalidades del escritor y poeta francés André Breton (1896-1966) y del artista

plástico alemán Max Ernst (1891-1976); ya que ambos, perteneciendo originariamente al

grupo Dadá, luego se convertirán respectivamente: uno; en el fundador y líder del

Surrealismo, y otro; en su artista visual más emblemático. Porque será específicamente en el

2
seno del grupo Dadá parisino donde se irá gestando, conformando, en forma latente; el

surgimiento del grupo Surrealista que lo sucederá. Durante el seguimiento de las trayectorias

de las acciones colectivas de cada uno de los grupos, me interesa indagar, explorar, de qué

manera la identidad colectiva va mutando; modificando sus objetivos y medios de acción, con

sus respectivas adecuaciones o inadecuaciones entre sí, en relación a la obtención de logros;

de acuerdo a las posibilidades y límites del ámbito de acción; en los diversos contextos y

particulares coyunturas.

TÉRMINOS CLAVES: Dadaísmo, Surrealismo, Identidad colectiva, Acción colectiva,

Movimiento social antagónico o antagonista, Acción conflictual, Innovación cultural.

DEGREE IN SOCIOLOGY

FINAL JOB

Formation and transformation of collective identity: Dada art movement to Surrealism.

Analysis of collective action as proposed by Alberto Melucci

ABSTRACT: This final work aims to analyze theoretical and conceptual relationship

between the artistic avant-garde Dada (or 'Dada') and Surrealism emerged and developed in

Europe during the period between 1916 and 1938; as part of the same process a single

collective experince; Following the analytical perspective on collective action taken by the

Italian sociologist Alberto Melucci clinical psychologist (1943-2001). I think we can see

promptly in the ‘passage’ of an artistic movement to another, the dynamic process of constant

construction and permanent transformation of a collective identity as it raises Melucci in their

3
analyzes. Passage that I suggest; has as main referring ones to the outstanding personalities of

the French writer and poet André Breton (1896-1966) and the German artist Max Ernst (1891-

1976); both of which originally belonged to the Dada Group, then they will become,

respectively: one, the founder and leader of surrealism, and another, his most iconic visual

artist. Because it will be specifically in the bosom of the group parisian Dada where it will be

gestanding, forming, in a talent form, the emergence of the surrealist Group will take place

that will happen. During follow-up of the trajectories of the collective actions of each of the

groups, I am interested in investigating, exploring, in what way the collective identity is

changing, modifying its objectives and means of action, with their respective adaptations or

inadequacies among themselves, in relation to the achievement of achievements according to

the possibilities and limits of the scope of action, in the various contexts and particular

conjunctures.

KEY TERMS: Dada, Surrealism, Collective identity, Collective action, Social movement

antagonistic or antagonist, Conflictual action, Cultural innovation.

4
ÍNDICE

PRESENTACIÓN PÁG. 8

Justificación y objetivos.

PRIMERA PARTE PÁG. 11

Contexto de surgimiento y desarrollo de la teoría de Melucci sobre la acción colectiva y los

movimientos sociales en particular. Relación con Alain Touraine.

SEGUNDA PARTE PÁG. 28

Modernidad: Pensamiento Ilustrado y pensamiento Romántico. Modernismo. Crisis de la

Modernidad: Primera Guerra Mundial. Análisis del contexto histórico-social, cultural e

intelectual en el que produce el surgimiento de las llamadas ‘Vanguardias artísticas del siglo

XX’; y del Dadaísmo y el Surrealismo en particular. Seguimiento del abordaje teórico de

Alberto Melucci.

TERCERA PARTE PÁG. 47

La acción colectiva en movimiento: análisis e interpretación de la conformación de la

identidad colectiva del grupo Dadá (1916-1922/23) y sus diversos tintes y sesgos que fue

adquiriendo según los diferentes contextos y coyunturas de las ciudades donde se propagó.

Metamorfosis de la acción colectiva; la identidad colectiva redefinida: André Breton y Max

Ernst como destacados referentes continuadores del espíritu Dadá en el Surrealismo (1923/24-

1938); se convertirán respectivamente, uno; en el fundador y líder del Surrealismo, y otro; en

su artista visual más emblemático. Análisis e interpretación de la identidad colectiva

reformulada: rupturas y continuidades; modificaciones en objetivos y medios, con sus

respectivas adecuaciones o inadecuaciones entre sí; en relación a la obtención de logros y de

acuerdo a las posibilidades y límites del ámbito de acción; en los diversos contextos y las

particulares coyunturas.

5
CONCLUSIONES PÁG. 97

ANEXOS PÁG. 108

-Experimentación de innovadoras técnicas plásticas, otras invenciones y creaciones

literarias PÁG. 108

‘Ready-made’, Roto-relieves, ‘Dripping’ (‘Goteo’), ‘Décollage’, ‘Collage’, ‘Frottage’

(‘Frotación’), ‘Grattage’ (‘Raspadura’), Actividad ‘paranoico-crítica’ (‘Imagen múltiple’),

‘Objets trouvés’ (‘Objetos encontrados’) y ‘Objetos elaborados’ o ‘simbólicos’,

‘Fotomontaje’, ‘Rayografía’ (‘Rayogramas’), ‘Decalcomanía’ o ‘Calcomanía’ (Duplicación

simétrica de manchas), ‘Fumagge’ (‘Collage al fuego’), ‘Assemblages Merz’ (’Ensamblajes

Merz’). ‘Cadavre exquis’ (‘Cadáver exquisito’), ‘Azar objetivo’, ‘Humour negro’ (‘Humor

objetivo), Tipografía dadaísta (‘Poesía visual’), Tipos de poemas. Instrucciones de Tzara

(‘receta’) para la creación de un poema dadaísta y las de Breton para los textos automáticos

(Composición surrealista escrita). Modos de expresión de la pintura surrealista: ‘Automatismo

gráfico’ (‘Automatismo puro’) y ‘Automatismo simbólico’ (‘Onirismo’)

-Revistas y otras publicaciones PÁG. 117

-Exposiciones destacadas PÁG. 120

-Selección de obras PÁG. 124

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA PÁG. 137

ACLARACIÓN: Los esquemas, gráficos y cuadros explicativos que aparecen en este trabajo final fueron de mi

autoría para una mejor visualización del análisis desarrollado

6
Lejos de reproducir los valores de la clase económicamente dominante,
los innovadores artísticos de la segunda mitad del siglo XIX y del XX
preconizarán, inspirándose en el romanticismo, valores fundados en la
exaltación del yo, en la autenticidad y el placer, valores directamente
hostiles a las costumbres de la burguesía centrada en el trabajo, el ahorro,
la moderación, el puritanismo. De Baudelaire a Rimbaud y a Jarry, de W.
Woolf a Joyce, de Dadá al Surrealismo, los artistas innovadores radicalizan
sus críticas contra convenciones e instituciones sociales, se convierten en
contestadores encarnizados del espíritu burgués, menospreciando su culto al
dinero y al trabajo1.

Gilles Lipovetsky

Dadá se da a conocer de forma estruendosa (…) En el origen de la


revuelta está el sentido trágico de la existencia, la toma de conciencia del
escándalo intolerable y permanente que es la muerte. A lo que se le añade
la convicción de que todo acto importante es vano y la certeza de la nada.
La desquiciada época que vivían los dadaístas [pleno desarrollo de la
Primera Guerra Mundial], los hizo aún más sensibles. Sin embargo, frente
a la nada, experimentan un deseo de vivir, de actuar, de expresarse2.

Henri Béhar y Michel Carassou

Revolución, anticultura, lucha contra la razón y la sociedad en nombre


de un individualismo voluntarioso, prioridad del subconsciente, eso es lo
que todos [los surrealistas] sienten3.

Maurice Nadeau

1
Lipovetsky, Gilles: “La era del vacío”, Editorial Anagrama, Barcelona, 1986, pág. 83, citado en Rogliano,
Adriana: Estética. Temas y problemas, Ediciones Al Margen, Colección Universitaria, La Plata, 2001, Capítulo
II: ‘El estallido de las vanguardias’, Parte 1: ‘El individualismo romántico y las vanguardias’, 1.3: ‘La rebelión
en contra de la sociedad burguesa’, pág. 274-275.
2
Béhar, Henri y Carassou, Michel: Dadá. Historia de una subversión, Ediciones Península, Barcelona, 1996,
Tercera Parte: ‘Un estado de ánimo’, pág. 145.
3
Nadeau, Maurice: Historia del Surrealismo, Colección Caronte Estética, Terramar Ediciones, La Plata, Capital
de la Provincia de Bs. As., Argentina, año 2007, Segunda Parte: ‘El período heróico del surrealismo’, Capítulo 3:
‘Primeras armas’, pág. 64.

7
PRESENTACIÓN

El presente Trabajo Final teórico-conceptual pretende analizar la relación entre los

movimientos de vanguardia Dadaísta (o ‘Dadá’) y Surrealista surgidos y desarrollados en

Europa durante el período comprendido entre 1916 y 1938, siguiendo la perspectiva analítica

sobre la acción colectiva desarrollada por el sociólogo y psicólogo clínico italiano Alberto

Melucci (1943-2001). Me pareció interesante elegir ambos movimientos artísticos de

vanguardia, dada su importancia como iniciadores de una profunda revolución en el Arte del

siglo XX: desplegando una protesta radical sin precedentes contra los valores sociales y

culturales de la burguesía, denuncia de la Guerra y del Capitalismo, con una consecuente

reacción ante los modelos estéticos tradicionales, significando esto un cambio radical en la

manera de concebir, producir y recepcionar el arte. Considero a ambos movimientos artísticos

como formando parte de un mismo proceso, una única experiencia colectiva4 iniciada por el

Dadaísmo en 1916, como primer impulso; que hacia 1923/24 sería retomada y resignificada

posteriormente por el Surrealismo, como su heredero. Me pareció novedosa la idea de poder

abordar el estudio de la relación entre ambos, desde el punto de vista de la sociología de la

acción colectiva y, para cumplir con este propósito, considero apropiada la perspectiva teórica

planteada por Alberto Melucci. Si bien su propuesta analítica surge para poder dar una

explicación e interpretación más adecuada y compleja sobre los llamados ‘Nuevos

Movimientos Sociales’ (como las movilizaciones juveniles, feministas, ecologistas, contra el

racismo, la política nuclear, la pobreza, por los derechos humanos, la paz, el aborto, etc.)

aparecidos hacia fines de los años sesenta en el contexto de las sociedades de capitalismo

avanzado; podemos valernos de ella considerándola como una herramienta teórica

4
Coincido con Hans Richter: Ni Dadá ni el Surrealismo son fenómenos aislados. No se los puede separar
porque se condicionan mutuamente…En el fondo son una sola y única experiencia interdependiente…
Fragmento extraído de Richter, Hans: Historia del Dadaísmo. Ediciones Nueva Visión, Bs. As., 1973, Parte 6:
‘Dadá-París 1919-1922, Sección: ‘Sub-dadá, super-realismo’, pág. 205-206.

8
trascendente. Sugiero que podemos utilizarla para poder analizar las acciones colectivas

desplegadas por los grupos que conforman ambos movimientos artísticos de vanguardia

desarrollados cincuenta años antes en Europa; por ser una teoría innovadora y superadora de

las perspectivas explicativas vigentes hasta ese entonces. Esta perspectiva analítica nos

permite indagar sobre el proceso de formación del actor colectivo teniendo en cuenta su

complejidad como producto de significados, relaciones y orientaciones: buscando, de esta

manera, comprender a los fenómenos colectivos en términos de ‘acción’; introduciendo para

ello; la dimensión analítica clave de ‘identidad colectiva’. Melucci caracteriza a la acción

colectiva como un proceso constante de construcción de una identidad que nunca está

preestablecida ni terminada, que está en permanente transformación, implicando un proceso

dinámico constante: siempre en continuo movimiento, redefinición y negociación, en el que

cada momento se resuelve llegando a un cierto equilibrio e integración respecto a tres

dimensiones centrales, siempre presentes en la acción:

g Fines

g Medios

g Ambiente

Melucci argumenta que en cada acción colectiva hay una constante negociación entre los

protagonistas de esa acción en torno a estas tres dimensiones, que pueden implicar cierta

tensión entre sí. Lo que se negocia permanentemente es un ‘nosotros’, una identidad

colectiva: una definición compartida (construida y negociada) del campo de oportunidades y

constricciones ofrecidas a la acción. Melucci explica que para que se construya una identidad

colectiva, en la interacción entre los integrantes de la acción intervienen: recursos relacionales

(individuos ligados en ámbitos, insertos en redes, en los que esa interacción se da

naturalmente), recursos cognoscitivos (mecanismos de pensamiento, ideas, conocimientos que

9
enriquecen la interacción) y una cuota de inversión emocional (que permite a los individuos

reconocerse). Melucci entonces se refiere a recursos, intenciones y alcances (límites) en

relación con el posicionamiento de otros actores, del Estado, etc.

Siguiendo esta perspectiva innovadora aportada por Melucci, voy a analizar de qué manera las

acciones colectivas desarrolladas por los grupos que conformaron el movimiento Dadaísta,

serían retomadas y resignificadas por el grupo que integraría el movimiento artístico que lo

sucede: el Surrealismo. Durante el seguimiento de las trayectorias de las acciones colectivas

de cada uno de los grupos, me interesa indagar, explorar, de qué manera la identidad colectiva

va mutando; modificando sus objetivos y medios, con sus respectivas adecuaciones o

inadecuaciones entre sí, en relación a la obtención de logros y de acuerdo a las posibilidades y

límites del ámbito de acción; teniendo en cuenta los diversos contextos y particulares

coyunturas. Analizaré sus más destacadas producciones: manifestaciones, ‘obras’,

experimentación de innovadoras técnicas plásticas, otras invenciones y creaciones literarias,

exposiciones y documentos escritos como manifiestos y otras publicaciones.

El grupo Dadá se conformó originariamente por artistas europeos de múltiples nacionalidades,

refugiados en Zurich hacia 1916, en una Suiza neutral, durante la Primera Guerra Mundial.

Tendré en cuenta las diversas coyunturas de las principales ciudades donde se desarrolló y

propagó; integrando diversos grupos en: Zurich, Berlín, Hannover, Colonia y, finalmente,

París (Anteriormente en Nueva York ya se venía desarrollando una especie de

‘protodadaísmo’). El grupo Surrealista resultante, se conformaría de ex artistas dadás del

núcleo parisino (cuya disolución como movimiento se dio hacia el año 1922/23), y con el

‘Primer Manifiesto Surrealista’ de 1924 extendiendo su desarrollo aproximadamente hasta el

año 1938: año que alcanzaría su apogeo con la ‘Gran Exposición Internacional del

Surrealismo’ en París; ya que al siguiente año se daría inicio a la Segunda Guerra Mundial

provocando la disgregación del grupo con el exilio de muchos surrealistas.

10
PRIMERA PARTE

Contexto de surgimiento y desarrollo de la teoría de Melucci sobre la acción colectiva y

los movimientos sociales en particular. Relación con Alain Touraine

En la teoría social, el debate sobre la relación entre estructura (orden social), sujeto

(subjetividad) y acción, Martín Retamozo5 explica que se ha formulado de diversas maneras,

planteándose este problema como: ‘micro-macro’, ‘sujeto-objeto’, ‘sociedad-individuo’,

‘estructura-acción’, ‘actor-sistema’, ‘agente (agencia) y estructura’. Y específicamente, han

sido las teorías de los movimientos sociales las que han abordado este problema de la

construcción de sujetos en relación al orden social. Gilberto Giménez6 explica que fue gracias

a la sociología de los movimientos sociales que se ha reintroducido a los ‘actores sociales’,

esto es: “…a los sujetos dentro del escenario histórico-social, por reacción a la sociología de

los ‘escenarios vacíos’ -sin actores- que sólo se ocupa de estructuras, de sistemas o de

instituciones”7. Se trata de estudiar a los actores sociales por medio de su acción e interacción

con otros actores dentro de un determinado campo, introduciendo al actor como fuente

generadora de sentidos (Dimensión subjetiva). Gerardo L. Munk8 explica que, luego de 1968,

surgieron dos escuelas o tradiciones intelectuales en Estados Unidos y en Europa,

5
Retamozo, Martín, textos consultados:
-“Orden social, subjetividad y acción colectiva. Aportes hacia una configuración teórica para el estudio de los
movimientos sociales”, Documento de Trabajo para el taller: Desocupación: sujetos sociales, subjetividad
colectiva y acción en la disputa por el orden social en la Argentina, dictado durante el primer cuatrimestre de
2007, en FAHCE UNLP
-“El movimiento de trabajadores desocupados en Argentina. Subjetividad y acción en la disputa por el orden
social” FLACSO México Doctorado en Investigación en ciencias sociales con especialización en ciencia política
IV promoción 2003-2006, en http://www.es.scribd.com/doc/16204416/retamozo-martin-tesis
-“Orden social, subjetividad y acción colectiva. Notas para el estudio de los movimientos sociales”-ENSAYOS-
Athenea Digital - núm. 16: 95-123 (otoño 2009)
6
Giménez, Gilberto: “Los movimientos sociales. Problemas teórico-metodológicos”, Revista Mexicana de
Sociología, 2/94, año 1994.
7
Giménez, Gilberto, op. cit., Parte 1: ‘Un modelo analítico’, pág. 3.
8
Munk, Gerardo L.: “Algunos problemas conceptuales en el estudio de los movimientos sociales”, Revista
Mexicana de Sociología, 3/95, año 1995.

11
respectivamente, que analizaron los movimientos sociales generando la distinción entre dos

enfoques: el estadounidense; a partir de la noción de ‘estrategia’, y el europeo; a partir de la

noción de ‘identidad’. En Europa, el resurgimiento del interés por los movimientos sociales se

relacionaba con un análisis clasista que ya empezaba a ser criticado, ya que muchos conflictos

que surgían en la sociedad no podían ser explicados en términos clasistas tradicionales.

Profundizando este análisis, Juan Carlos Gorlier y Keith Guzik9 señalan que es

particularmente en el marco de la coyuntura de protestas y movilizaciones desarrolladas a

partir del Mayo Francés de 1968 que fueron surgiendo en Europa occidental autores que,

buscando analizar estos fenómenos, elaboraron un nuevo enfoque teórico identitario centrado

en la identidad de estos llamados ‘Nuevos Movimientos Sociales’; situando su mirada en la

producción de estos nuevos conflictos en las sociedades industriales avanzadas. Y son Henri

Béhar y Michel Carassou10 quienes verán una posible conexión que podría establecerse entre

la experiencia dadaísta y la rebelión estudiantil del Mayo Francés: consideran que recién

volvería a manifestarse esta voluntad destructora y nihilista tan característica de Dadá;

justamente reapareciendo en el accionar rebelde y desafiante de los movimientos estudiantiles

de Mayo del ‘68 contra la cultura de la sociedad de consumo. Béhar y Carassou definen a

Dadá como un movimiento contestatario sin precedentes que ataca a la sociedad burguesa, sus

falsos valores y al lenguaje que los encubre y transmite. Y observan que “algunas de las

octavillas distribuidas… se parecen mucho a los manifiestos dadás por su contenido, pero

también por su tono y por su violencia verbal. Por ejemplo una de ellas, publicada en Burdeos

en abril de 1968, ataca al lenguaje…e invita a dar a las palabras su sentido real…a reemplazar

‘sociedad’ por ‘estafa’, ‘trabajo’ por ‘prisión’, ‘arte’ por ‘cuánto cuesta esto’, ‘señor profesor’

9
Gorlier, Juan Carlos y Guzik, Keith: La política de género en América Latina, Ediciones Al margen, Colección
universitaria, La Plata, 2002.
10
Béhar, Henri y Carassou, Michel: Dadá. Historia de una subversión, Ediciones Península, Barcelona, 1996.

12
o ‘buenas noches, papá’ por ‘¡revienta cerdo!’”11. Si repasamos algunas de las numerosas

citas12 de pensadores y poetas; mezcladas con consignas y reflexiones que los estudiantes

espontáneamente plasmaron en las paredes en forma de grafittis, encontraremos que se citan a

poetas surrealistas como Breton, Artaud, Péret y Tzara; y a pensadores como Marx y

Bakunin.

Como principales representantes de este nuevo enfoque teórico identitario, referido al estudio

de los movimientos sociales emergentes en la nueva fase del capitalismo en países centrales,

se destacan el sociólogo francés Alain Touraine (n. 1925) y al sociólogo y psicólogo clínico

italiano Alberto Melucci (1943-2001). Alain Touraine13 es defensor de una perspectiva

accionalista de la sociología: haciendo hincapié en la capacidad de la sociedad de producirse

constantemente a sí misma, de modificarse, remarcando el papel activo, creativo, de los

actores sociales, individuales o colectivos, para transformar las estructuras. Argumenta que, a

mediados de los años setenta, las sociedades avanzadas contemporáneas estaban

experimentando una gran mutación porque ya habían atravesado cierto umbral en donde

11
Octavilla del Comité de Salvación pública de los vandalistas, reproducido en René Viénet, “Enragés et
Situationnistes dans le mouvement des occupations”, París, Gallimard, 1963, pp. 291-292, citado en Béhar,
Henri y Carassou, Michel, op. cit., Primera Parte: ‘La subversión Dadá’, Sección: 1. ‘Una revuelta necesaria’,
Apartado: ‘Un buen saqueo’, pág. 28.
12
Algunos de los principales lemas fueron: Cambiar la vida. Transformar la sociedad (Ciudad Universitaria);
La imaginación toma el poder (Sorbona); Olvídense de todo lo aprendido. Comiencen a soñar (Sorbona); El
sueño es realidad (Censier); Prohibido prohibir. La libertad comienza por una prohibición (Sorbona); Ni robot,
ni esclavo (Censier). Todo es Dadá (Odeón); ¡La pasión de la destrucción! es una alegría creadora (Bakunin)
(Sorbona); La libertad de los otros prolonga la mía hasta el infinito (Bakunin) (Condorcet); Creatividad.
Espontaneidad. Vida (Censier); Es necesario explorar sistemáticamente el azar (Censier); Abajo el realismo
socialista. Viva el Surrealismo (Condorcet); La violencia es la partera de la sociedad en génesis (Marx)
(Sorbona); La insolencia es la nueva arma revolucionaria (Medicina); La revuelta y solamente la revuelta es
creadora de la luz, y esta luz no puede tomar sino tres caminos: la poesía, la libertad y el amor (André Breton)
(Fac. de Derecho-Assas); La belleza será convulsiva o no será (André Breton) (Sorbona); La imaginación no es
un don sino el objeto de conquista por excelencia (André Breton) (Condorcet). Estos lemas fueron extraídos de
Pellegrini, Mario: La imaginación al poder, VII, Publicación de las Ediciones Insurrexit, Bs. As., 1968,
Apartado: ‘Las paredes hablan’, pág. 77-91.
13
Touraine, Alain, textos consultados:
- Los movimientos sociales, Almagesto, Bs. As., 1991
- La producción de la sociedad, IIS-UNAM, México, 1995.
- ¿Podremos vivir juntos? Iguales o diferentes, Fondo de Cultura Económica, Bs. As., 1997.

13
comenzaban a producirse a sí mismas14. Gorlier y Guzik explican que esta idea de la sociedad

actuando sobre sí misma tiene dos contenidos: uno simbólico, “que se conecta a la mutación a

partir de la cual la sociedad moderna deja de verse como un producto de designios divinos y

disuelve los garantes meta sociales del orden social”15, y otro contenido “tecnológico material,

como consecuencia del cual la sociedad acrecienta su capacidad de control, no sólo de la

naturaleza sino también de cada vez más ámbitos y procesos sociales”16. Aníbal Viguera17

contextualiza el enfoque tourainiano sobre los movimientos sociales dentro de lo que

Touraine define como nuevo tipo societal llamado ‘sociedad postindustrial’ o ‘sociedad

programada’, donde los movimientos sociales surgen como disputando por la libertad del

sujeto frente al avance del mundo de la técnica y la racionalización18. Viguera explica que la

categoría ‘movimiento social’ define cierto tipo de acción colectiva que implica la disputa en

torno al conflicto central de la sociedad, redefinido como una disputa de carácter simbólico y

cultural. Así, se producirá “…un desplazamiento en el modo en que se concibe a la sociedad

contemporánea, donde la condición capitalista se diluye (se naturaliza) y emerge lo

postindustrial, la sociedad de la información, como rasgo constitutivo que supone nuevos

conflictos sociales fundamentales que han desplazado del lugar central al clivaje capital-

trabajo propio del tipo societal anterior, la ‘sociedad industrial’”19. De esta manera, la visión

14
La preocupación de Touraine, tanto en el nivel micro como en el macro social, gira en torno a la relación entre
la acción, el actor (sujeto) y cualquier tipo de determinaciones estructurales. Es decir, en qué medida los actores
son capaces de transformar las estructuras, en qué medida la acción modifica al orden social. La perspectiva de
Touraine apunta a definir esta capacidad del actor para producir la sociedad y la llama ‘Historicidad’.
15
Gorlier, Juan Carlos y Guzik, Keith, op. cit., Cap. 2: ‘Enfoques teóricos’, Parte 3: ‘El enfoque identitario’,
Sección 2: ‘Grandes mutaciones’, pág. 97.
16
Gorlier, Juan Carlos y Guzik, Keith, op. cit..
17
Viguera, Aníbal: “Movimientos Sociales y Lucha de Clases”, Conflicto Social, Año 2, N° 1, Junio 2009.
Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262, Instituto de Investigaciones
Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales – UBA http://www.iigg.fsoc.uba.ar/conflictosocial/revista.
18
Touraine acuña la idea de ‘sociedad programada’ para referirse a la sociedad industrial vista tecnológicamente
y no en forma capitalista, donde el conflicto central es el sujeto con su doble lucha; ya que se encuentra
‘tironeado’, luchando por ser sujeto frente a estos dos peligros: el quedar subsumido en la racionalidad técnica
que lo invade todo o en la exacerbación de cada identidad cultural. Es decir que según Touraine, un movimiento
social implica la lucha permanente por la libertad del sujeto.
19
Viguera, Aníbal, op. cit., Parte 1:‘Movimientos sociales: breve itinerario de un concepto’, pág. 10.

14
tourainiana de lo social “…privilegia los actores a las estructuras y el conflicto sociocultural a

la competencia económica entre individuos”20.

Touraine identifica tres sistemas o niveles posibles de referencia de la acción colectiva21:

▬La Organización social: Sistema de relaciones que aseguran el equilibrio de una sociedad

y su adaptación al medio, mediante procesos de integración y de intercambio entre roles

normativamente regulados (Sistema global, instituciones y organizaciones concretas)

▬El Sistema político: Nivel en el que se producen las decisiones normativas de una sociedad

mediante la competencia de intereses en el marco de reglas compartidas, o también mediante

procesos de representación (Sistemas políticos, administrativos descentralizados, etc.)

▬El Modo de producción: Sistema de relaciones antagonistas donde se realizan la

producción, apropiación y destinación de los recursos fundamentales de la sociedad (Nivel

económico y recursos simbólicos)

De esta manera, la acción puede estar orientada, referida o ubicada en: el nivel de la

organización (Lucha por reivindicaciones), el nivel del sistema político (Lucha por capacidad

de decisión) o el nivel del ‘Sistema de acción histórica’ (‘Historicidad’). Touraine considera

que éste es el nivel máximo; el más elevado en el que los actores disputan por la manera de la

sociedad de producirse a sí misma o la manera por la cual se controlan sus recursos

fundamentales. Es decir que lo que está en juego sería el control sobre los recursos a través de

los cuales se producen:

™ Objetos de la producción (en sentido estricto)

™ Conocimiento e información

™ Valores éticos y pautas culturales

20
Gorlier, Juan Carlos y Guzik, Keith, op. cit., Sección 3: ‘Nuevos movimientos sociales’, pág. 98.
21
Giménez, Gilberto, op. cit..

15
Por lo tanto, son tres los niveles de producción: el de la economía, el del conocimiento y el de

los valores. Entonces, los actores tienden a modificar estos tres modos, componentes o

modelos (Sistema de acción histórica):

►Modo de acumulación: Manera en cómo la sociedad acumula su producto social; prácticas

que lo dividen entre lo que se consume, el ahorro y la inversión

►Modo de conocimiento: Creencias y saberes referidos a la sociedad generadas por los

actores (teorías, conceptos, nociones) buscando una pretensión de validez

►Modo ético-cultural: Valores o imágenes que se promueven de lo que la sociedad debería

ser

Entonces cuando la acción está centrada en el control de esa producción, en el dominio de los

recursos fundamentales en sus tres posibles dimensiones (Sistema de acción histórica),

estamos ante una acción colectiva que apunta a ese nivel de la historicidad y es en este nivel

en el cual Touraine ubica al concepto de ‘movimiento social’. Touraine explica que la lucha

propone un cambio, algo en disputa; se está definiendo a un adversario; sea en el nivel de

organización o en el nivel del sistema político. Y si se define en el nivel de la historicidad,

daría lugar a un movimiento social. Debemos pensar al sistema de acción histórica como un

corte de la sociedad en su devenir, como un momento cristalizado de la historicidad, de la

articulación de estos tres modos; que, a su vez, están entrelazados, vinculados, pero uno no

está determinado por el otro (VER ESQUEMA)

16
El Sistema de acción histórica está en constante lucha: algunos lo están sosteniendo y otros lo

están impugnando; puede estar establecido, consolidado, o en transformación, y ahí es donde

aparecerán los movimientos sociales que producirán ese cambio o lo rechazarán. La propuesta

de Touraine entonces, une el concepto de movimiento social con la idea de sociedad como

auto-creación: “…la historia, desde comienzos de la modernidad hasta el presente puede

concebirse como la historia de las luchas protagonizadas por distintos movimientos sociales,

rebelándose primero contra un orden sacralizado y luego contra un orden crecientemente

racionalizado y controlado por ‘tecnócratas’…Estas luchas deben concebirse como

luchas…por el control de la ‘historicidad’ de los recursos simbólicos, cognitivos y

tecnológicos que sustentan la creciente capacidad de auto-creación que tienen las sociedades

contemporáneas avanzadas”22.

22
Gorlier, Juan Carlos y Guzik, Keith, op. cit.

17
Melucci reconoce una pluralidad de conflictos en la sociedad; su posición difiere de la de

Touraine quien afirmaba que cada tipo societal tenía un conflicto que le era central (donde el

movimiento social surge cuestionando el control social de la historicidad). Melucci se ocupa

de los movimientos sociales buscando comprender los orígenes de la acción colectiva,

explicando cómo se forman y cómo se manifiestan nuevas creencias e identidades23. Melucci

considera que “uno de los corolarios más importantes de esta evolución de las orientaciones

teóricas es la posibilidad de aumentar la comprensión de los fenómenos colectivos en

términos de ‘acción’. Los avances en las teorías cognoscitivas y constructivas de la acción

humana nos ayudan a considerar los fenómenos colectivos como procesos en los cuales los

actores producen significados, comunican, negocian y toman decisiones”24. Entonces, en la

propuesta metodológica de Melucci es clave la idea de identidad colectiva como construcción

y nos invita a indagar, explorar este tipo de procesos. La multiplicación de nuevas formas de

acción colectiva en sociedades de capitalismo avanzado, ha dejado expuesta las carencias de

la teoría, su incapacidad para dar cuenta plenamente de estos fenómenos. Melucci explica que

en los análisis tradicionales de los fenómenos colectivos existían dos orientaciones o puntos

de vista recurrentes25; la acción colectiva apareciendo como una ‘acción sin actor’ o como un

‘actor sin acción’:

-‘Acción sin actor’: como sumatoria de acontecimientos individuales que la psicología de

masas puede identificar con irracionalidad, imitación, contagio o sugestión, y que la

sociología del comportamiento colectivo puede considerar como respuesta que reacciona ante

la crisis o desorden del sistema social

23
Melucci, Alberto: “Las teorías de los movimientos sociales”, Estudios Políticos, Nueva Época, vol. 5, Nº 2,
abril-junio 1986, Nº 2, págs. 97-113.
24
Melucci, Alberto: “Asumir un compromiso: identidad y movilización en los movimientos sociales”, Zona
Abierta, Nº 69, 1994, Sección 1: ‘La acción colectiva es una construcción social’, pág. 156.
25
Melucci, Alberto: “Asumir un compromiso: identidad y movilización en los movimientos sociales”, Zona
Abierta, Nº 69, 1994.

18
-‘Actor sin acción’: deducir la acción del análisis de las condiciones sociales que los actores

parecen compartir, tratándose del viejo problema de Marx de cómo pasar de la clase en sí

(condiciones de clase) a la clase para sí (a la acción de clase)

Melucci aclara que ambas orientaciones consideraban ingenuamente al fenómeno colectivo

como dato empírico unitario y como algo dado, como un hecho que no merecía indagación

alguna: asumiendo de entrada la unidad del fenómeno como si realmente existiera, según era

interpretada por el observador, como realidad colectiva que existía como objeto cosificado.

“La diferenciación de campos, actores y formas de acción no permite seguir con la imagen

estereotipada de los actores colectivos moviéndose en el escenario histórico como los

personajes de un drama épico, igualmente desacreditada se encuentra la imagen opuesta de

una masa amorfa guiada exclusivamente por sus instintos gregarios”26. Está cuestionando el

ingenuo supuesto que consideraba a los movimientos sociales como ‘unificados actores

empíricos’ dando por sentado sus valores, intenciones y fines. De esta manera, la ideología de

los líderes o los atributos que les podía sobreimprimir el observador eran inmediatamente

trasferidos convirtiéndose en la verdadera ‘realidad’ del movimiento27. Melucci considera que

la tarea del análisis sociológico debería ser el de cuestionar realmente este ‘dato’; explicar

para comprender el cómo y el por qué de la amplia gama de procesos sociales, actores y

formas de acción y de esta manera, poder descubrir la pluralidad de elementos analíticos que

convergen en un mismo fenómeno. Por lo tanto, entiende que debe tenerse en cuenta como

criterio fundamental, la naturaleza diversa y compleja del actor colectivo.

Melucci retoma estos análisis tradicionales, estos dos puntos de vista recurrentes que trataban

de explicar los fenómenos colectivos, para poder examinar críticamente a las consecuencias

26
Melucci, Alberto: “Asumir un compromiso: identidad y movilización en los movimientos sociales”, Zona
Abierta, Nº 69, 1994, Sección 1: ‘La acción colectiva es una construcción social’, pág. 154.
27
Melucci, Alberto: “La acción colectiva como construcción social”, Estudios Sociológicos, vol. IX, Nº 26,
mayo-agosto, 1991, págs. 357-364. Ponencia presentada en el Grupo Temático “Clases sociales y Movimientos
Sociales” en el XII Congreso Mundial de Sociología en Madrid, en julio de 1990.

19
que arribaban. Reflexiona que tanto la explicación basada en contradicciones estructurales o

disfunciones en el sistema social (factores macro-estructurales); como diferencias

psicológicas o motivaciones individuales (variables individuales), no podían dar cuenta de la

conexión entre la explicación propuesta y los procesos concretos que hacen posible el ‘actuar

juntos’ de ciertos individuos, ya que no explicaban cómo llegan a reconocerse, pertenecer y

conformar un ‘nosotros’. Y critica la explicación que se basaba en la existencia de

condiciones estructurales compartidas por los actores, ya no tiene en cuenta los procesos que

permiten o impiden a los actores definir la situación para una acción conjunta, dando por

sentada su capacidad para poder percibir, evaluar y decidir lo que tienen en común. También

critica a los observadores que describían una acción colectiva como simple ‘protesta’,

tratándose de un típico ejemplo de ‘reduccionismo político’ limitando el análisis, implicando

sólo un enfrentamiento contra la autoridad.

Melucci explica que la ‘sociedad informática’ no crea nuevas solidaridades, “el acelerado

ritmo de los cambios sociales, la abundancia de mensajes y las nuevas tecnologías tienden a

debilitar las adhesiones e identidades tradicionales y a crear individuos parias, encapsulados

en una suerte de hipertrofia de lo privado. La solidaridad deja de ser un a priori (…) En esas

condiciones, una de las funciones centrales de los nuevos movimientos sociales es

precisamente la de contrarrestar las tendencias a la atomización social, creando nuevos

valores y forjando nuevas solidaridades”28.

Tanto Melucci como Touraine rechazaron las distintas formas de reduccionismo económico

presentes en la tradición marxista previa “…la distinción ‘base económica-superestructura

político cultural’ utilizada por el marxismo para el análisis social es reduccionista…se expresa

en dos ideas centrales del marxismo: primero, que la dinámica de la base económica

determina en última instancia los procesos políticos y culturales, y segundo que la identidad

28
Gorlier, Juan Carlos y Guzik, Keith, op. cit., pág. 98-99.

20
de los principales movimientos sociales está organizada en torno a intereses de tipo

económico”29. Este reduccionismo impide interpretar la multiplicación de movimientos como

los movimientos de género, medio ambiente, pacifismo, etc., que no pueden agruparse en

torno a intereses de tipo económico. Gorlier y Guzik explican que “las sociedades

contemporáneas se caracterizan por la aparición de nuevas formas de dominación que se

combinan con las formas estudiadas por el marxismo tradicional (represión violenta y

explotación económica). Estas nuevas formas son productivas, no represivas, suelen ser

dispersas e invisibles y cubren cada vez más ámbitos de la vida social”30 como la creciente

manipulación de deseos, necesidades y opiniones a través de los medios de comunicación

masivos y la publicidad, y como las nuevas formas de control burocrático de los servicios del

estado benefactor. La característica central de lo que Touraine denomina ‘sociedad

programada’ es que el orden social es, de forma creciente, el resultado de diferentes formas de

intervención, donde los poderes hegemónicos se orientan a la manipulación de tendencias,

opiniones, actitudes y conductas, moldeando, de esta manera, personalidades y culturas, y no

orientándose ya a la explotación. Melucci y Touraine se distanciaron de la visión marxista de

la revolución; explicando que el poder se ha convertido en un fenómeno cada vez más

disperso y multifacético; y que un cambio radical en un ámbito social (Estado, economía, por

ejemplo) no producirá necesariamente cambios en los otros ámbitos.

Desde la década del setenta se han venido desarrollado formas de acción colectiva en ámbitos

que previamente quedaban fuera de los conflictos sociales. Melucci sugiere no subestimar las

dimensiones sociales y culturales de la acción colectiva contemporánea, fundamentales en los

‘nuevos movimientos’ con la producción y creación de nuevos modelos o códigos culturales y

retos simbólicos. Un fenómeno colectivo empírico es un fenómeno complejo conformado por

distintas dimensiones analíticas que debe identificar el observador, el analista. Para

29
Gorlier, Juan Carlos y Guzik, Keith, op. cit., Sección 1: ‘Reposicionamiento frente a la tradición marxista’,
pág. 96.
30
Gorlier, Juan Carlos y Guzik, Keith, op. cit.

21
analizarlas, Melucci construye un esquema complejo organizado en dos ejes; en torno a los

cuales se va a orientar la acción colectiva. Uno de los ejes, es el llamado ‘Sistema de

referencia de la acción’ que implica tres sistemas fundamentales pertenecientes a la tesis

clásica de Touraine: Modo de producción, Sistema político y Organización social. De estos

tres sistemas pueden distinguirse entonces tres formas de acción correspondientes. Y el otro

eje, a su vez, puede diferenciar varios tipos de acción colectiva según implique alguno de

estos tres pares de rasgos posibles:

➢ SOLIDARIDAD/AGREGACIÓN

➢ CONFLICTO/CONSENSO

➢ RUPTURA/ADAPTACIÓN (respecto de los límites del sistema)

Melucci explica que “el significado de una acción colectiva depende de su ‘sistema de

referencia’ y de sus dimensiones analíticas (…) El mismo comportamiento empírico puede

verse de maneras diferentes, si se refiere o no a la vida cotidiana, a un sistema organizacional,

a un sistema político, a un modo de producción (…) Además de eso, al usar la ‘solidaridad’,

el ‘conflicto’ y el ‘rompimiento de los límites del sistema’ como dimensiones analíticas

básicas… [Melucci afirma que estableció] diferencias entre los varios tipos de acción

colectiva”31. Entonces, su definición analítica de movimiento social, como forma específica de

acción colectiva, comprende tres dimensiones o características que nos permiten entonces

aislar a esta clase específica de fenómeno colectivo: basada en la solidaridad, desarrollando

un conflicto y rompiendo los límites del sistema en el que se desarrolla la acción. Melucci ha

elaborado este modelo analítico, para poder abordar el análisis y estudio de las acciones

colectivas, al estilo de Max Weber: construcción de ‘tipos ideales’ extraídos de la realidad

31
Melucci, Alberto: Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, El Colegio de México, México D. F., 1999.
Capítulo 1: ‘Teoría de la acción colectiva’, Sección: ‘La acción colectiva como construcción social’, Apartado:
‘De los objetos empíricos a las construcciones analíticas’, pág. 46.

22
empírica como herramientas para poder analizarla32. Estas dimensiones o distinciones

analíticas que introduce permiten identificar diversas orientaciones de la acción colectiva que,

en el fenómeno empírico, pueden presentarse de manera simultánea o combinada (VER

ESQUEMA). Melucci explica que cada vez que observemos a un número de individuos

actuando colectivamente nos encontramos ante lo que él denomina: ‘un sistema de acción

multipolar’, y que solo “en términos fenomenológicos, el carácter colectivo de un suceso se

podría describir por la simple presencia de varios individuos, quienes, en una continuidad de

espacio y tiempo, muestran un compromiso común”33. Melucci aclara que “incluso en los

niveles menos estructurados de la acción colectiva, los actores ‘organizan’ su

comportamiento, producen significados y establecen relaciones (…) Los investigadores,

cuando se enfrentan a las dimensiones ‘colectivas’ de la acción social, no pueden seguir

evitando preguntarse sobre las inversiones emocionales y cognoscitivas de los actores en esta

construcción interactiva y comunicativa”34.

32
Giménez, Gilberto, op. cit.
33
Melucci, Alberto: Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, El Colegio de México, México D. F., 1999.
Capítulo 1: ‘Teoría de la acción colectiva’, Sección: ‘La acción colectiva como construcción social’, Apartado:
‘La acción colectiva como pluralidad’, pág. 44.
34
Melucci, Alberto: “Asumir un compromiso: identidad y movilización en los movimientos sociales”, Zona
Abierta, Nº 69, 1994, Sección 4: ‘Conclusión’, pág. 176/177.

23
ESQUEMA PROPUESTO POR MELUCCI PARA EL ANÁLISIS DE LAS
ACCIONES COLECTIVAS:

S C R S C S S S R S C R
O O U O O I O I U I O U
L N P L N N L N P N N P
I F T I F I T F T
D L U D L R D C U S L U
DIMENSIONES
A I R A I U A O R O I R
DE LA
R C A R C P R N A L C A
ACCIÓN
COLECTIVA I T ✓ I T T I F ✓ I T ✓
D O D O U D L D O
A ✓ A ✓ R A I A ✓
D D A D C R
✓ ✓ ✕ ✓ T I
O D
✕ A
SISTEMA DE D
REFERENCIA ✕
DE LA
ACCIÓN Comporta_
COLECTIVA Movimiento Acción mientos
Acción
Social conflictual agregados
desviada

Modo de producción “Movimiento “Innovación “Marginalidad Ejemplo:


social cultural” salvaje”
antagónico Moda
económico de ó
valores antagonista”
de
conocimiento

Sistema político “Movimiento “Competencia “Desviación Ejemplos:


social política” política”
político” Tumulto
Ejemplo: Manías
colectivas
Actos
de terrorismo

Organización social “Movimiento “Acción “Desviación Ejemplos:


o conjunto de social meramente organizativa”
reivindicativo” reivindicativa” Boom
organizaciones
Ejemplo: Pánico

Hippies

24
Melucci explica que “la ‘identidad colectiva’ es una definición interactiva y compartida,

producida por varios individuos y que concierne a las orientaciones de acción y al ámbito de

oportunidades y restricciones en el que tiene lugar la acción: por ‘interactiva y compartida’

entiendo una definición que debe concebirse como un proceso, porque se construye y negocia

a través de la activación repetida de las relaciones que unen a los individuos”35. Y distingue de

forma analítica tres dimensiones que conforman la identidad colectiva, que en la realidad se

entrelazan: “1.Formulación de las estructuras cognoscitivas relativas a fines, medios y ámbito

de la acción; 2.Activación de relaciones entre actores, quienes interactúan, se comunican,

negocian y adoptan decisiones; 3.Realización de inversiones emocionales que permiten a los

individuos reconocerse”36.

Melucci define a la acción colectiva como “…resultado de intenciones, recursos y límites, con

una orientación construida por medio de relaciones sociales dentro de un sistema de

oportunidades y restricciones (…) los individuos actuando conjuntamente ‘construyen’ su

acción mediante inversiones ‘organizadas’: esto es, que definen en términos cognoscitivos,

afectivos y relacionales el campo de posibilidades y límites que perciben, mientras que, al

mismo tiempo, activan sus relaciones de modo de darle sentido al ‘estar juntos’ y a los fines

que persiguen”37. Así, los actores colectivos ‘producen’ la acción ya que son capaces de

definirse a sí mismos y de definir al campo de su acción. De esta manera, el sistema de acción

multipolar de un actor colectivo se organiza en tres ejes: fines, medios y ambiente, tres ejes

interdependientes entre sí pero en tensión mutua, existiendo también tensiones dentro de cada

eje en particular (VER ESQUEMAS)

35
Melucci, Alberto: “Asumir un compromiso: identidad y movilización en los movimientos sociales”, Zona
Abierta, Nº 69, 1994. Sección 3: ‘El compromiso individual: Expectativas, identidad y acción’, pág. 172.
36
Melucci, Alberto: “Asumir un compromiso: identidad y movilización en los movimientos sociales”, Zona
Abierta, Nº 69, 1994. Sección 3: ‘El compromiso individual: Expectativas, identidad y acción’, pág. 173.
37
Melucci, Alberto: “La acción colectiva como construcción social”, Estudios Sociológicos, vol. IX, Nº 26,
mayo-agosto, 1991, Sección 1: ‘La acción colectiva como producto’, pág. 358.

25
PROC
CESO DE FORMACIÓN DEEL ACTOR COLECCTIVO
Y CONNSTRUCC
CIÓN DE SU IDEN
NTIDAD

26
Meluccii aclara que “un movvimiento es siempre un
n sistema integrado
i dde acción en
n el que

converggen, de mannera más o menos esttable, muy diferentes significadoos, fines, fo


ormas de

solidariddad y orgaanización”38. Se trata de


d grupos que intentaan recuperaar la definición del

sentido:: redefinir significados


s alternativoos a los que ya vienen definidos
d exxternamentee por los

sistemas simbólicoos dominanntes. Produccen nuevos sentidos simbólicos qque represeentan un

desafío o cuestionaamiento al sentido


s impuuesto, afectando las definiciones ssimbólicas vigentes,
v

mente compaartidos, haciiendo visible el poder399.


los códiigos culturaales socialm

38
Meluccci, Alberto: “La
“ acción coolectiva comoo construcción n social”, Esttudios Sociolóógicos, vol. IX
X, Nº 26,
mayo-agoosto, 1991, Seección 3: ‘De losl objetos em mpíricos a las construccionees analíticas’, pág. 361.
39
Meluccci, Alberto: Accción colectivva, vida cotidiaana y democraacia, El Coleggio de Méxicoo, México D. F.,
F 1999.

27
SEGUNDA PARTE

Modernidad: pensamiento Ilustrado y pensamiento Romántico. Modernismo. Crisis de

la Modernidad: Primera Guerra Mundial. Análisis del contexto histórico-social, cultural

e intelectual en el que produce el surgimiento de las llamadas ‘Vanguardias artísticas del

siglo XX’; y del Dadaísmo y el Surrealismo en particular. Seguimiento del abordaje

teórico de Alberto Melucci.

Nicolás Casullo explica que “la Modernidad sería una condición de la historia, que comienza

a darse de manera consciente entre los pensadores, entre los actores de esta historia, en

Europa, básicamente entre los siglos XVII y XVIII (…) El hombre asiste por distintas vías a

descubrimientos científicos, avances tecnológicos, revoluciones industriales -como la que se

da en el siglo XVIII- que le hacen consciente una modernización de la historia, una

modernización del mundo (…) Lo que produce básicamente esta modernización cultural

acelerada de la historia es la caída, el quiebre, la certificación del agotamiento de una vieja

representación del mundo regida básicamente por lo teológico, por lo religioso”40

Coincidiendo entonces con Jürgen Habermas y Max Weber, Casullo define Modernidad como

un proceso de racionalización desarrollado en Europa occidental, que va a suplir la

representación desde lo sagrado consumando el llamado ‘desencantamiento del mundo’. Este

proceso se basaba en el optimismo esperanzador de la Ilustración; en el sueño utópico de un

progreso indefinido hacia la felicidad del hombre: el gran relato de la igualdad, de las ideas

liberales, de la Revolución, de la Democracia. Juan José Sebreli profundiza este argumento

sosteniendo que “el pensamiento racional y crítico de la ilustración francesa, el liberalismo

40
Casullo, Nicolás; Forster, Ricardo y Kaufman, Alejandro: Itinerarios de la modernidad. Corrientes del
pensamiento y tradiciones intelectuales desde la ilustración hasta la posmodernidad, Eudeba, Bs. As., 1999,
Teórico Nº 1: ‘La Modernidad como autoreflexión’ por Nicolás Casullo, pág. 10-11.

28
inglés y el idealismo filosófico alemán provocaron la desmitificación de los valores

tradicionales, de los dogmas religiosos, de las costumbres ancestrales, el fin de las

explicaciones mágicas, despojando de su halo de santidad todo lo venerable (…) En el siglo

XVIII, junto con la racionalidad de la ilustración y como reacción, emergía el

prerromanticismo antiiluminista. El siglo XIX fue el del positivismo cientificista y, a la vez,

el del romanticismo y el simbolismo…”41. Sebreli explica que “el desencantamiento del

mundo provocado por la explicación racional del universo trajo como consecuencia la

reacción de quienes, añorando el encanto de un imaginario paraíso perdido, se arrogaron la

misión del reencantamiento. Frente al grandioso proyecto de la ilustración de sustituir la

religión por la filosofía y la ciencia, los románticos, y en especial los alemanes, se

propusieron un ideal no menos trascendente: sustituir la filosofía y la ciencia no ya por la

religión en el sentido estricto, sino por la religión del arte o de la poesía; estos dos términos

eran usados indistintamente”42.

En el siglo XVIII llamado ‘Siglo de las Luces’; del proyecto del Iluminismo; de la Ilustración,

surgieron pensadores y críticos a las representaciones del mundo que Casullo define como un

nuevo poder: ‘el poder del autor’. Considera que “…la Revolución Francesa y sus secuelas,

las revoluciones de América Latina, serían la otra mano de este pensamiento de la Ilustración,

donde además aparecería impregnando la idea de revolución, un segundo momento de este

pensamiento ilustrado, que es el pensamiento romántico. El pensamiento romántico, que tiene

como centro, casi paralelo a la Ilustración del siglo XVIII, a Inglaterra y Alemania…si bien

celebra la libertad, esa nueva autonomía del hombre, de pensar por sí mismo, ejercerá por un

lado una crítica profunda a los sueños totalitarios de la razón científica, y trabajará en ideas de

sentimiento, de patria, amor, de nacionalidad, que combinando con la Ilustración conformarán

41
Sebreli, Juan José: Las aventuras de la vanguardia. El arte moderno contra la modernidad, Editorial
Sudamericana, Bs. As., 2000, Parte 1: ‘Del romanticismo al simbolismo: las primeras vanguardias’, pág. 12.
42
Sebreli, Juan José, op. cit., Parte 2: ‘Mito y utopía del arte’, pág. 52.

29
las dos grandes almas de lo moderno…”43. Adriana Rogliano explica que “el Romanticismo

histórico surge como un movimiento de ruptura respecto del Iluminismo y su imperio

universalista de la razón, que resalta el valor del individuo, la tradición, lo irracional, lo

inconsciente, frente al cosmopolitismo, el progresismo, el mecanicismo, las preceptivas, y

todo lo que puede coartar la libertad individual”44. Ernesto Sábato reflexiona que “el

Romanticismo es una rebelión contra la ciencia y el capitalismo: opone el individuo a la masa,

el pasado al futuro, el campo a la ciudad, la naturaleza a la máquina (…)”45.

Raymond Williams46 define ‘Modernismo’ como todo un movimiento y momento cultural

desarrollado aproximadamente durante el período comprendido entre 1890 y 1940; y Perry

Anderson precisa: “surgió en la intersección entre un orden dominante semiaristocrático, una

economía capitalista semiindustrializada y un movimiento obrero semiemergente o

semiinsurgente”47. Casullo explica que fue con la segunda Revolución Industrial que el

capitalismo se lanzaría de forma definitiva a dominar del mundo. El siglo XX comenzaría con

la hegemonía de la ideología burguesa liberal; situando aproximadamente entre 1830 y 1914

el apogeo de la Modernidad burguesa: época de la seguridad, de previsibilidad, del resguardo

de la vida privada, del imperio de la ley, de la creencia absoluta en la ciencia. También sería

una época de elevada explotación social, sin protecciones ni leyes laborales, pero sí con una

alta organización obrera: la Socialdemocracia alemana. El Marxismo era la teoría de

interpretación del capitalismo más afianzada. La vanguardia política criticaba el reformismo

proponiendo la revolución violenta asaltando el Estado burgués para derribar al sistema

capitalista, cuyo modelo se daría en Rusia en 1917. Casullo reflexiona que fue la Primera

43
Casullo, Nicolás; Forster, Ricardo y Kaufman, Alejandro, op. cit., pág. 16.
44
Rogliano, Adriana: Estética. Temas y problemas, Ediciones Al Margen, Colección Universitaria, La Plata,
2001, Capítulo I: ‘Del irracionalismo romántico a las vanguardias’, Parte 1: ‘El Movimiento Romántico’, pág.
241.
45
Sábato, Ernesto: “Hombres y engranajes”, Emecé editores, Bs. As., 1951, Capítulo III: ‘La rebelión del
hombre’, Apartado: ‘La rebelión de los románticos’, pág. 67, citado en Rogliano, Adriana, op. cit..
46
Williams, Raymond: La política del Modernismo. Contra los nuevos conformistas, Ediciones Manantial, Bs.
As., 1997.
47
Anderson, Perry: “Modernity and Revolution”, “New Left Review” 144, marzo-abril de 1984, pág. 105, citado
en Williams, Raymond, op. cit., pág 34.

30
Guerra Mundial la encargada de destruir los sueños de la modernidad ilustrada de un progreso

indefinido, con la implementación de la maquinización de la muerte y el posterior surgimiento

de los autoritarismos ideológicos de la primera mitad del siglo XX: la Italia fascista, la

Alemania nacionalsocialista y la URSS estalinista.

En este contexto, Mario De Micheli48 explica que el arte moderno iba a nacer de la ruptura

con los valores del siglo XIX. En los treinta años que anteceden, que preparan a 1848, ya

existía una tendencia revolucionaria protagonizada por el movimiento histórico de las fuerzas

burguesas-populares, afirmada en la Revolución Francesa, que influyó en el pensamiento

literario, político y filosófico, en el arte y en los intelectuales. La presión ejercida por las

fuerzas populares sobre este movimiento revolucionario burgués fue cobrando una

importancia creciente. El arte y la literatura fueron reflejando esta realidad, expresando

activamente al pueblo y alcanzando su esplendor la época del realismo donde la realidad

histórica aparecía como contenido de la obra. Se trataría entonces del apogeo de la relación

entre arte y pueblo (sociedad), produciéndose un rechazo tajante hacia el Romanticismo. De

Micheli entonces, marca a 1848 como el año en que se produjo el apogeo de esta unidad

histórica política y cultural de las fuerzas burguesas-populares, ya que de la crisis y ruptura de

esta unidad revolucionaria se iba a producir el nacimiento del arte de vanguardia. La crisis

comenzó con el fin de las revoluciones europeas a mediados del siglo XIX, pero se haría más

evidente después de 1871; con la derrota trágica de la Comuna de París: culminando entonces

el período en que pensadores, escritores y artistas comprometidos participaron en la acción

política. De Micheli considera que fue justamente por esta derrota trágica que se tornaron

extremadamente violentas en Europa las contradicciones en el cuerpo social; agudizándose la

discordia existente entre los intelectuales y su clase. El arte oficial burgués nació y se

consolidó una vez que, conquistado el poder, la burguesía repara en que se le empezaba a

48
De Micheli, Mario: Las vanguardias artísticas del siglo XX, Alianza editorial, Madrid, 1979.

31
volver en contra todo lo conseguido en su propia lucha. Es entonces que el arte oficial

mantendría sólo una apariencia realista volviéndose hipócrita y apologético. Y por su parte,

los intelectuales (artistas, poetas y escritores) comenzarían a distanciarse de posiciones

políticas y culturales de su clase; tomando esta protesta una forma de evasión y, luego de

1870, retomando la actitud de los primeros románticos de polemizar contra el ‘burgués’; pero

volviéndose un rechazo marcadamente contra el ‘mundo burgués’ (su sociedad, sus

costumbres, su moral, etc.). De Micheli explica que esta poética de la evasión u oposición al

arte oficial combinaba: pintura ingenua, valoración del dibujo infantil y actividad gráfica de

los alienados, interés por el arte arcaico (obras escultóricas primitivas), acercamiento al

folklore campesino, a lo bárbaro y a las civilizaciones preclásicas. Este hacerse ‘salvajes’ para

lograr evadirse de una sociedad insoportable, donde se buscaba superar la alienación del

hombre, se trataba de una fuga individual de la civilización, al verse frustradas las ‘ideas

generales’, al haber abandonado las ideas revolucionarias (Rebelión crítica). Pero el mito del

salvaje no era ya tomado como argumento para modificar la sociedad y volverla libre y

natural (‘mito convergente’), sino, como evasión de una sociedad ya perdida, para reencontrar

fuera de ella la felicidad (‘mito divergente’). Entonces el mito del salvaje y de lo primitivo era

considerado como una búsqueda individual de la felicidad fuera de la corrupción y la

hipocresía. De Micheli considera que esta actitud polémica rechazaba la herencia figurativa en

el arte de Europa occidental; aspirando alcanzar un estado puro, un lenguaje virgen lejos de la

tradición contaminada. Sebreli destaca que, al igual que el romanticismo, la vanguardia

artística también se interesaría por el retorno a la infancia considerada como el reino de la

fantasía y el juego. Charles Baudelaire afirmaba que “el genio es la infancia reencontrada a

voluntad”49. Williams destaca como sorprendente el hecho de que la vanguardia expresara el

rechazo hacia el orden social existente y su cultura; interesándose en el arte simple, primitivo

49
Baudelaire, Charles: “Écrits sur l´art”, Ed. Le Livre de poche, 1999, pág. 380, citado en Sebreli, Juan José, op.
cit. Parte 5: ‘Formas alternativas’ Apartado: ‘Niños’, pág. 200.

32
o exótico y los objetos y formas africanas, chinas, o folklóricas de sus propias culturas

natales. Ese ‘primitivismo’ se lo consideraba como vinculado con la creatividad innata, con lo

inconsciente e ingenuo. De Micheli observa que particularmente los artistas de vanguardia

fueron atraídos por el llamado ‘arte negro’ (escultura africana y de la Polinesia) rebelándose

de esta manera contra la cultura y los convencionalismos en boga. Su influencia marcó a

poetas como Guillaume Apollinaire (1880-1918) y Tristán Tzara (1896-1963) que iban a

jugar posteriormente un importante papel en el arte europeo de vanguardia. De Micheli

explica que estos síntomas de rebelión aislados dieron paso a la organización de movimientos,

donde el Dadaísmo y Surrealismo ocuparían un lugar relevante formando parte de la historia

de las vanguardias artísticas modernas. Williams comenta que estos movimientos artísticos de

vanguardia se autodefinían como antiburgueses. Lo burgués era considerado hostil o vulgar;

el burgués como figura moralista y obstinada que el artista de vanguardia debía atacar,

sacudir, escandalizar y ridiculizar haciéndole bromas agresivas; desarrollando conductas

inapropiadas, inesperadas y polémicas. En el arte vanguardista del siglo XX, Williams

distingue dos tendencias; dos orientaciones que podían combinarse: hacia la subjetividad

extrema (como redención o supervivencia) y hacia la revolución social y política o cultural.

De Micheli explica que muchos intelectuales (artistas, poetas y escritores) eran anarquistas o

simpatizantes del anarquismo y, posteriormente; fue inevitable su desplazamiento hacia la

izquierda; adoptando formas extremas y radicales. Califica de revolucionaria el alma de la

vanguardia artística europea; ya que confiaban en que la única salvación sería tener una

presencia activa en la realidad. Los intelectuales buscaban superar la fractura entre arte y

sociedad creada a fines del siglo XIX, al intentar reintegrarse al papel histórico de una nueva

clase. A menudo, la oposición del artista de vanguardia hacia las marcadas contradicciones de

la sociedad burguesa tomaba la forma de Socialismo. Williams destaca que a partir de fines

del siglo XIX se fueron produciendo los mayores cambios y avances en los medios de

33
producción cultural como la fotografía, cine, radio, televisión, etc. Como producto de estos

cambios en los medios de comunicación surgirían movimientos artísticos alternativos,

agrupamientos culturales radicalmente innovadores, conformados por artistas y escritores

experimentales que se expresaban apasionadamente a través de manifiestos. Estos medios y

formas culturales surgieron en las nuevas ciudades metropolitanas de París, Viena, Berlín,

Londres y Nueva York; como capitales de un arte sin fronteras realizado por el emigrado o

exiliado, el artista antiburgués. Específicamente con el término ‘vanguardias’ se designa al

conjunto de movimientos artísticos desarrollados desde fines del siglo XIX hasta mediados

del siglo XX; el término ‘Avant-garde’50 (en francés); se refiere al conjunto de tropas

militares más adelantada: primera línea de combate de un pequeño grupo; una vanguardia que

se destaca de un cuerpo mayoritario. Eduardo Subirats51 define a las vanguardias artísticas del

siglo XX como movimientos críticos con características combativas, agresivas, como un

fenómeno cultural que se oponía y resistía a la reificación de las formas culturales. A

comienzos del siglo XIX el teórico de la guerra Carl Von Clausewitz ya definía a la

vanguardia “como una fuerza de choque cuya tarea primordial consistía en la destrucción

instantánea del enemigo”52. Y Subirats explica que para mediados del siglo XIX, un grupo de

poetas franceses utilizaría el término ‘vanguardia’ metafóricamente tomando su significado

militar. Subirats considera que estas mismas características definen el principio estético de las

vanguardias pudiéndose comprender el ‘efecto shock’ del arte moderno, como presentando

dos dimensiones que se complementan:

-Dimensión revolucionaria: Choque estético violento, destructivo y de protesta que rompe con

los hábitos formales cristalizados y sus correspondientes expectativas estéticas (Aspecto

negativo)

50
AA.VV.: Arte Universal. Tomo: Arte del siglo XX de principios de siglo a la Segunda Guerra Mundial.
Editorial The Marketing Room S. A., Madrid 2009.
51
Subirats, Eduardo: El final de las vanguardias, Editorial Anthropos, Barcelona, 1989.
52
Von Clausewitz, Carl: “Vom Kriege”, Bonn, 1966, pág. 430, citado en Subirats, Eduardo, op. cit., Capítulo 4:
‘Dialéctica de la vanguardia’, pág. 87.

34
-Dimensión cultural: Orientado hacia el futuro, afirmando valores nuevos, utópico y

anticipatorio, y “el principio del ‘shock’… como ha precisado Walter Benjamin, introduce un

elemento automático, inconsciente e irreflexivo en la percepción y en la experiencia

estéticas”53 (Aspecto positivo). Esta ‘estética del shock’ sustituye la experiencia estética por

una percepción irreflexiva.

Entonces, Subirats entiende a las vanguardias como atravesadas por la dialéctica de la

destrucción-regeneración de las formas artísticas: visión apocalíptica combinada con un

impulso reorganizador. De esta manera, explica que la idea de vanguardia se fue

introduciendo de manera progresiva en la jerga artística y literaria, institucionalizándose su

valor político y desgastándose su definición militar. El término ‘vanguardia’ relacionada con

el arte aparece entonces por primera vez durante el primer cuarto del siglo XX en textos de

socialistas utópicos. Se consideraba que la vanguardia más auténtica era aquella que además

de las innovaciones formales, buscaba la transformación de la sociedad. Williams explica que

‘la vanguardia’ se utilizaría para calificar y describir a los movimientos cuyos miembros eran

militantes de una creatividad que iba a liberar a toda la humanidad. Y Subirats aclara que el

concepto de vanguardia adquiere su sentido más fuertemente estético, político-social y

revolucionario, durante el período de la Primera Guerra Mundial. Las vanguardias artísticas

buscaron transformar la sociedad, la civilización, comenzando de cero.

Subirats califica de múltiples y diversos los nexos entre los pioneros de las vanguardias

artísticas y los dirigentes de vanguardias revolucionarias europeas de principios del siglo XX.

Ambas vanguardias competían en sus tareas sociales y revolucionarias. Casullo coincide y

explica que “…son confluyentes en la configuración de esta época las experiencias de las

vanguardias políticas y las estéticas. Se pone de manifiesto un marxismo consolidado, una

53
Benjamin, Walter: “Discursos interrumpidos I”, Taurus, Madrid, 1989, citado Subirats, Eduardo, op. cit.,
Capítulo 4: ‘Dialéctica de la vanguardia’, pág. 88.

35
crítica al reformismo de izquierda. Esta crítica al reformismo es hija básicamente de una

lectura teórica que ve la posibilidad de la revolución al orden del día (…) la vanguardia,

estética, política, es el presente en estado absoluto, es esa carga moderna donde el presente

sólo puede comprenderse como futuro ya llegado antes de lo previsto, antes de que el

conjunto tome conciencia, antes de que la totalidad de la sociedad despierte (…) Para eso

hacen falta vanguardias, especialistas, profesionales, grupos de choque, comandos políticos y

artísticos que se adelanten y digan ‘por acá va el camino’ (…) el vacío que se despliega ante

el derrumbe del liberalismo burgués y su Estado político…abre un tiempo mesiánico no sólo

desde la izquierda sino también desde la derecha, habilita un tiempo redencional de categórica

fuerza sobre todo a partir de la revolución bolchevique en Rusia…”54. Las vanguardias

artísticas y políticas se relacionaron de diversas formas, pasando por momentos equívocos,

coincidentes, hasta insoportables, donde se alían y se separan.

De Micheli reflexiona que filósofos, escritores y artistas ya habían anticipado las primeras

grietas y derrumbes subterráneos; contradicciones que la sociedad incubaba y que iban a salir

a la luz desembocando en la Primera Guerra Mundial. Fue el filósofo francés Paul Ricoeur

quien calificaba a Marx, Nietzsche y Freud como los ‘maestros de la sospecha’55 ya que

fueron quienes cuestionaron los cimientos de la Modernidad, desarticulando la utopía del

progreso y la racionalización social. Y Forster destaca específicamente la relevancia de

Nietzsche como anunciador del derrumbe civilizatorio de Occidente. Nietzsche se autodefinía

como un espíritu libre, heredero de Voltaire, reivindicaba la vida, lo efímero, el fallido, el

azar, la incertidumbre, reclamando por un hombre libre, frente a las grandes certezas

decimonónicas racionalistas, revolucionarias y nacionalistas. Su ‘filosofía del martillo’ era

nihilista, destructiva, rompía con las verdades consagradas. Anticipó lo que sería el fin de la

54
Casullo, Nicolás; Forster, Ricardo y Kaufman, Alejandro, op. cit., Teórico Nº 4: ‘El tiempo de las vanguardias
artísticas y políticas’, por Nicolás Casullo, pág. 77-83.
55
Ricoeur, Paul: “Freud: Una interpretación de la cultura”, México, Siglo XXI editores, 1970, citado en Casullo,
Nicolás; Forster, Ricardo y Kaufman, Alejandro, op cit., Teórico Nº 16: ‘Nietzsche y el siglo XIX’, por Ricardo
Forster, pág. 347.

36
llamada ‘Belle Époque’: anunciando guerras, la muerte de Dios, el vacío. Rogliano señala que

“suele fijarse el nacimiento de las vanguardias en la mitad del siglo XIX, (…) [momento del]

choque entre el espíritu romántico y la situación social y política (reafirmación y

fortalecimiento de la burguesía, tanto en el plano económico como político) que trae como

consecuencia la construcción de la sociedad capitalista (…) Ahora bien, tanto el romanticismo

de mediados de siglo XIX como las vanguardias proclamaban la necesidad de una

‘sensibilidad liberada’. Si el romanticismo exalta la individualidad del sujeto, lo hace en el

plano del sentir (…) el sentir es el pivote sobre el cual se apoya la subjetividad (…) ese yo

sensitivo y sentimental no hace más que viajar, trasladarse, descubrir un nuevo mundo (…): la

realidad interior, el inconsciente. De ahí que el viaje se convierta en un tema romántico por

excelencia. El artista romántico viaja hacia el centro del inconsciente (…) Las vanguardias…

apoyándose en el psicoanálisis, indagan en la realidad profunda. La realidad concebida como

sueño es otro tema romántico que se continúa en las vanguardias”56. Sebreli, profundizando

este análisis, destaca la continuidad entre romanticismo y vanguardia artística, y la tajante

oposición entre arte moderno y modernidad. Entiende que “siguiendo el hilo invisible que los

une, puede llamarse al romanticismo primera vanguardia, o prevanguardia o protovanguardia;

y a la vanguardia, neorromanticismo o posromanticismo (…) El romanticismo…es la

negación a la vez de lo clásico y de lo moderno, y en ese sentido es posible encontrar una

intrincada red de influencias, similitudes, analogías, equivalencias, correspondencias,

afinidades electivas entre el romanticismo -y también el simbolismo- del siglo XIX y las

vanguardias del siglo XX”57. Giorgio De Chirico afirmaba que “el arte se liberó gracias a los

filósofos y poetas modernos. Schopenhauer y Nietzsche fueron los primeros en enseñar el

hondo significado del ‘no sentido’ de la vida, y en enseñar cómo ese sinsentido podía

56
Rogliano, Adriana, op. cit., Parte 5: ‘El surgimiento de las vanguardias’, pág. 264-265.
57
Sebreli, Juan José, op. cit., Parte 1: ‘Del Romanticismo al Simbolismo: Las primeras Vanguardias’, pág. 12-
13.

37
transformarse en arte”58. Sebreli explica que el rechazo de la razón llevó a los poetas

románticos alemanes a interesarse en exploración del inconsciente. Freud afirmó: “los poetas

y los filósofos descubrieron antes que yo el inconsciente”59 y con esta confesión reconocía su

deuda con los románticos alemanes y con las premoniciones psicoanalíticas de Schopenhauer.

Al adelantarse al psicoanálisis y éste, a su vez, influir en el Surrealismo; Sebreli observa otro

vínculo indirecto entre el romanticismo y vanguardia artística.

Forster define al siglo XIX como el tiempo del progreso y la expansión mundial del

capitalismo, “una época de proyectos y convulsiones, de consagración de la razón, pero

también del surgimiento de la sospecha frente a esa consagración. Ante la desmesura del

despliegue de proyectos tecno-científicos apoyados en una Razón absoluta (…) aparece

también la sospecha, la pregunta por el costo de la secularización de la vida, la pregunta por el

vacío que implica el reemplazo de lo sagrado por lo profano, por la muerte de ciertos valores

tradicionales, por el costo de lo nuevo”60. Subirats define a la conciencia moderna de

principios del siglo XX como basándose en los siguientes presupuestos: ruptura con el

pasado, triunfo de la razón, de los ideales de paz y justicia social, y progreso acumulativo y

lineal de la tecnología y conocimiento. Coincide y reflexiona que “…el principio racional en

el que se funda el maquinismo como proyecto de dominación no ha sido elevado a axioma

general de la civilización moderna sin producir al mismo tiempo su contrario: la

irracionalidad de su principio agresivo de dominio (…) se ha vuelto más drástico el

sentimiento cultural de angustia, la desesperación histórica o el nihilismo (…) Ambos

mundos, el de un orden cultural fundado en la razón científico-técnica y el de la destrucción y

la angustia, llegan a relacionarse íntimamente en los mejores exponentes del arte y la

58
De Chirico, Giorgio: “Sull l’ arte metafisico”, Roma, 1919. “Sobre el arte metafísico y otros ensayos”, Murcia,
Colección de Arquitectos, 1990, citado en Sebreli, Juan José, op. cit., Apartado: ‘Romanticismo y lo
inconsciente’, pág. 29.
59
Freud, Sigmund: “Obras completas”, Tomo IX, traducción de Ludovico Rosenthal, Bs. As., Santiago Rueda,
1953, citado en Sebreli, Juan José, op. cit..
60
Casullo, Nicolás; Forster, Ricardo y Kaufman, Alejandro, op. cit., pág. 346.

38
arquitectura de las vanguardias”61. José A. García Martínez entiende que la crisis y la

revolución caracterizaron al arte del siglo XX: “la crisis, primero, y la revolución, después,

llegan a todos los rincones de la realidad (…) Nunca…el producto de la creación estética dio

una impresión tan negativa y una visión tan gráfica de todo lo que oprime al hombre”62.

Durante el lapso que va de 1910 a 1930 se alzaron los movimientos de vanguardia

cuestionando la época y su arte institucionalizado, resistiendo para darle al arte el lugar de la

libertad. Las vanguardias artísticas expresaron las limitaciones o el fracaso del proyecto

ilustrado de secularización y racionalización sociales. Hacia los siglos XVIII y XIX, y sobre

todo para principios del XX; Casullo enumera el surgimiento de las diferentes problemáticas

de la nueva subjetividad en la sociedad moderna: la metrópolis (con su anonimato, la soledad,

la marginación, la dinerización de los vínculos y la irracionalidad de las relaciones humanas

alienantes), la relación con las masas y los medios masivos. Casullo explica que las

vanguardias artísticas rechazaron las tradiciones estéticas y denunciaron la moral, las

costumbres y los valores establecidos, cuestionando el espacio autónomo del arte burgués

instituido, consagrado, que plantea lo bello, lo orgánico. Las vanguardias, con una clara

influencia nietzscheana, iban a romper con el arte burgués como creación consoladora, como

alivio que buscaba el silencio, la belleza, la fastuosidad y mostraron todo lo que escondía su

falsa moral: la angustia, la muerte, lo marginal, lo corrupto, la violencia, la desesperación, la

soledad. Las vanguardias estéticas buscaban liberar la subjetividad creadora y receptora,

pensaron un tipo de arte no bello, un arte como arma crítica, redefinieron la sensibilidad,

buscando provocar y escandalizar al burgués, utilizando un humor corrosivo y satírico,

describiendo su época, contra toda autoridad. Casullo define a la vanguardia artística como

una experiencia grupal en el campo del arte; definiendo al artista de vanguardia como un

artista en la ciudad, un artista marginal, bohemio; opuesto al arte tradicional consagrado de

61
Subirats, Eduardo, op. cit., Parte 3: ‘La ambigua utopía del maquinismo’, pág. 78/79.
62
García Martínez, José A.: “Crisis y revolución en el arte de hoy”, Bs. As., EUDEBA, 1976, pág. 15; citado en
Rogliano, Adriana, op. cit., pág. 265.

39
los museos, un artista crítico, ácido, un personaje trágico, sufriente, consciente del dolor que

produce la vida; opuesto a la mediocridad burguesa. Reflexiona que el sueño de las

vanguardias estéticas era integrar arte y vida, que el arte se disolviera desapareciendo como

ámbito diferenciado, que todos seamos artistas, que el arte deje de ser considerado como un

don de elegidos o de genios. El burgués de aquella época, amante del gran arte, se indignaba

ante las irreverentes vanguardias, ya que su noción de lo que era el arte se relacionaba con los

museos y la literatura consagrada; la alta cultura burguesa era considerada como lugar

sublime y superior.

Rogliano explica que “El ‘buen burgués’ -poco sensible a los valores del arte- se interesa por

los valores económicos (…) La obra de arte tendrá un precio: valdrá en la medida en que lo

determine el mercado. Así nace el comercio artístico y la nueva figura del marchand cuya

prosperidad estará sujeta a su gusto y su capacidad comercial para divisar nuevas firmas en

artistas noveles”63. El arte se había transformado en una mercancía más que cotizaba en el

mercado. Rogliano considera que el arte de vanguardia buscaba establecer una nueva moral

diferente de la burguesa (puritana, del trabajo, del ahorro y consumo) suponiendo un cambio

social, proponiendo lo nuevo, una ruptura desde el arte, considerado como medio más

adecuado para la transformación del mundo y del hombre. Explica que “cuando las

vanguardias irrumpen en el escenario artístico y literario del siglo XX, el romanticismo,

aunque declinante, tiene aún vigencia (…) Los movimientos de vanguardia… representan una

ruptura radical con todo aquello que remita al pasado (…) Se trata de nuevas formas de ver,

de pensar y de sentir que para aparecer necesitan destruir lo ya existente…Y lo existente es la

creación del Renacimiento, una forma de ver, de pensar y de sentir antropocéntrica que había

sustituido a la de la cultura medieval (…) El cubículo, la perspectiva, el volumen, la

linealidad del relato, es suplida por el plano, la multiplicidad del tiempo y el espacio, el

63
Rogliano, Adriana, op. cit., Capítulo II: ‘El estallido de las vanguardias’, Parte 1: ‘El individualismo
romántico y las vanguardias’, 1.2: ‘El nacimiento de la sociedad burguesa’, pág. 269-271.

40
desorden. Refiriéndose a lo que para él es ‘el arte nuevo’, escribe Ortega64 que, -amén de la

metáfora, uno de los recursos más interesantes y que en el fondo une a todos los

movimientos-, se vale de la inversión de la jerarquía haciendo aparecer en primer plano lo

insignificante (…) La distancias quedan abolidas: el espectador deja de ser tal para estar

implicado en la obra, la unidad del punto de vista es remplazada por una multidireccionalidad

y la inclusión del observante”65. El culto del movimiento, las tensiones, la simultaneidad y

heterogeneidad y la ruptura con la perspectiva tradicional y la armonía, Subirats observa que

se relacionan con la destrucción de una visión totalizadora del mundo que las vanguardias

artísticas consideraban como falsa, buscando liberar y renovar lo formal y expresivo. Peter

Bürger66 profundiza este análisis considerando que para el siglo XX, este sistema de

representación tradicional dominante en el arte occidental, vigente desde el Renacimiento,

pierde autoridad universal calificando de trascendental esta transformación. Las obras de

vanguardia niegan las categorías que describen al arte anterior a la vanguardia: organicidad,

subordinación de las partes al todo, homogeneización de valores, producción y recepción

individuales. Bürger nos explica que, en tanto movimientos históricos de vanguardia, el

dadaísmo y el primer surrealismo critican y rechazan totalmente al arte de su época

posicionándose contra la ‘institución arte’67 desarrollada en la sociedad burguesa. Bürger

explica que desde que el arte se ha desligado completamente de toda referencia a la vida

práctica (desde que los contenidos de la obra de arte perdieron su carácter político) se produjo

entonces la diferenciación de un ámbito especial del saber: la estética. A esta autonomía del

arte se debió su falta de función social. Bürger destaca que la categoría de obra de arte ha sido

transformada completamente por la vanguardia artística en tanto ha producido


64
Ortega y Gasset, José: “La deshumanización del arte y otros ensayos de estética”. Revista de Occidente, 1976,
pág. 46, citado en Rogliano, Adriana, op. cit., Parte 2: ‘Las vanguardias literarias y artísticas de los siglos XIX y
XX’, pág. 276-278.
65
Rogliano, Adriana, op. cit..
66
Bürger, Peter: Teoría de la vanguardia, Ediciones Península, Barcelona, 1987.
67
Bürger aclara que con el concepto ‘institución arte’ se refiere al aparato de producción y distribución del arte
(al que se somete a la obra de arte) y también se refiere a las ideas de arte dominantes coyunturales de una época
que determinan la recepción de la obras (su status, su autonomía).

41
manifestaciones vanguardistas. De esta manera, califica a los movimientos históricos de

vanguardia como revolucionarios en tanto que han destruido la categoría tradicional de obra

orgánica (obra tradicional): esta obra de arte autónoma era considerada, en ese entonces,

como creación individual del artista como ‘genio’, concepto esencial del arte conformado

desde el Renacimiento. Entonces, la vanguardia destruía, negaba el concepto de ‘producción

(creación) individual’ y también la categoría de ‘recepción individual’. Los vanguardistas

buscaban la superación de la oposición entre productores y receptores, conceptos

considerados ya sin sentido. Bürger señala como meta de la protesta de la vanguardia el

intentar reintegrar, devolver el arte a la praxis vital emancipadora, liberadora de los hombres.

Buscaban la superación del arte autónomo como un ámbito separado de la praxis vital: lograr

la unidad arte-praxis, la unión del arte y la vida (Desacralización del arte).

Bürger hace una comparación de la obras de arte orgánicas (tradicionales) con las inorgánicas

(vanguardistas): para el artista que produce una obra orgánica, el material es utilizado

respetando su significado, función y contexto (totalidad); en cambio, para el vanguardista, el

material es arrancado de su contexto, separándolo, aislándolo, fragmentándolo, ya que él será

el único que le atribuirá un significado. Bürger considera la obra de vanguardia como

producto artístico, como artefacto, como ‘montaje’: obra ‘montada’ como descompuesta en

fragmentos de realidad destruyendo así la totalidad. De esta manera, la institución arte se

realiza paradójicamente en la obra de arte: con la reintegración del arte a la vida que pretende

revolucionar la vida y el arte. El artista tradicional entonces, produce su obra como un todo

orgánico, buscando una impresión global, que sus momentos concretos al observarlos por

separado remitieran a la totalidad de la obra, teniendo sentido en conexión, en relación a ese

todo (espacio del cuadro considerado como un continuo); en cambio, el vanguardista monta

su obra sobre fragmentos para fijar un sentido, sus momentos concretos son independientes;

pudiendo ser interpretados en conjunto o separadamente. Además, la obra de arte se ve

42
transformada al admitir fragmentos de la realidad. De esta manera, se violenta un sistema de

representación basado en la reproducción de la realidad donde era tarea del artista

transponerla. Bürger observa las consecuencias que todo esto tiene para la recepción de las

obras de vanguardia: ya que no produce una impresión general para su interpretación, ni

tampoco captando su sentido relacionando el todo con sus partes. De esta manera, esta

negación de sentido produce un shock o impacto en el receptor, reacción que es buscada

intencionalmente por el artista de vanguardia esperando que el receptor cuestione su conducta

y trate de transformarla. Pero esta reacción buscada es inespecífica. Bürger aclara que esta

estética del shock tiene el problema de poder lograr sostener, mantener su efecto a largo

plazo, ya que se vuelve algo esperado. Bürger rescata entonces que lo que queda es lo

enigmático del producto y el receptor tratará de entenderlo intentando encontrar los principios

constitutivos de la obra. Entonces, la obra de vanguardia provocará en el receptor una ruptura,

una fractura (inorganicidad de la forma): al renunciar a la interpretación del sentido, buscará

el principio de construcción de la obra. Este nuevo tipo de recepción provocado por los

movimientos históricos de vanguardia es calificado por Bürger como una transformación

decisiva para el desarrollo del arte, ya que la obra de vanguardia conlleva una nueva

comprensión: ahora la obra consiste en una conexión contradictoria de partes heterogéneas e

independientes, y no ya con un todo armónico.

Entonces, siguiendo el esquema analítico propuesto por Melucci, podríamos pensar que las

acciones colectivas desarrolladas por los grupos que conformaron el DADAÍSMO

conjuntamente con las del grupo que integraron el SURREALISMO, considerados como una

única experiencia colectiva, estarían orientándose o refiriéndose al nivel correspondiente al

Modo de producción y sugiero que podrían estar oscilando o circulando permanentemente

43
entre las dos siguientes dimensiones analíticas que Melucci distingue: ‘Movimiento social

antagónico o antagonista’ y ‘Acción conflictual’ (VER CUADRO)

DADAÍSMO SURREALISMO
Movimiento social Acción conflictual
(Antagónico o antagonista) (Innovación cultural)

S C R S C S
O O U O O I
L N P L N N
I F T I F
D L U D L R
DIMENSIONES
A I R A I U
DE LA
R C A R C P
ACCIÓN
COLECTIVA I T ✓ I T T
D O D O U
A ✓ A ✓ R
D D A
✓ ✓ ✕

SISTEMA DE
REFERENCIA
DE LA
ACCIÓN
COLECTIVA Movimiento Acción
Social conflictual

Modo de producción “Movimiento “Innovación


social cultural”
antagónico
económico de ó
valores antagonista”
de
conocimiento

44
➤‘Movimiento social antagónico o antagonista’, que implicaría la presencia de

solidaridad, conflicto y ruptura:

-Solidaridad: Capacidad de los actores de compartir una identidad colectiva, es decir,

capacidad de reconocerse a sí mismos y de ser reconocidos como parte de la misma unidad

social

-Conflicto: Oposición entre dos o más actores que compiten por la apropiación, control y

orientación de los mismos recursos a los cuales ambos atribuyen un valor. Se trata de una

situación en la que los adversarios luchan por el control y destino de los mismos objetos. En

este caso, el conflicto afectaría al Modo de producción de los recursos de una sociedad. Se

trataría de lucha entre quienes producen los recursos sociales fundamentales y quienes se lo

apropian

-Ruptura: Se trata de orientaciones de la acción que extienden el conflicto más allá de los

límites de compatibilidad del sistema de referencia (esto es el rango de variación que un

sistema puede tolerar sin que se modifique su propia estructura) Es decir que buscan correr o

romper los límites del sistema en el cual tiene lugar la acción; en este caso, el Modo de

producción, es decir, buscan transgredir las formas de apropiación y distribución de los

recursos sociales

Melucci explica que los movimientos antagonistas o antagónicos no pueden existir en un

‘estado puro’68, porque la acción colectiva se sitúa siempre en el espacio y en el tiempo de

una sociedad concreta (sistema político y organización social). En este caso; su origen podría

ser político; necesitaría de una base política. Entonces podríamos calificarlo como

‘antagonista de base política’; ya que su acción colectiva estaría dirigida a ampliar la

68
Melucci, Alberto: Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, El Colegio de México, México D. F., 1999.

45
participación de ciertos actores en los procesos de decisión, canalizando demandas excluidas,

además de desafiar la hegemonía de las fuerzas políticas que controlan esos procesos y los de

representación. Lucha por el control hegemónico de intereses dominantes sobre los recursos.

Y si llegara a fracasar en su cometido, este movimiento se podría desviar hacia la

‘Innovación cultural’. “Un movimiento político de contenido antagónico ataca el control

hegemónico ejercido sobre el sistema político por parte de las fuerzas que traducen los

intereses dominantes. La ruptura de las reglas del juego político… representa un ataque

directo a la estructura de relaciones sociales dominantes y al modo en que éstas se transcriben

en los límites institucionalizados del sistema político”69.

➤‘Acción conflictual’ (‘Innovación cultural’), que implicaría la presencia de solidaridad

y conflicto

Se trataría de una competencia entre actores sociales por ciertos intereses donde el conflicto

estaría situado dentro de los límites del sistema, respetándolo, en este caso; el Modo de

producción, es decir mostrando cierta adaptación al orden en el que se desarrolla la acción

colectiva

69
Melucci, Alberto: Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, El Colegio de México, México D. F., 1999.
Capítulo 1: ‘Teoría de la acción colectiva’, Sección: ‘Movimientos y cambio’, Apartado: ‘La dimensión
antagónica’, pág. 51.

46
TERCERA PARTE

La acción colectiva en movimiento: análisis e interpretación de la conformación de la

identidad colectiva del grupo Dadá (1916-1922/23) y sus diversos tintes y sesgos que fue

adquiriendo según los diferentes contextos y coyunturas de las ciudades donde se

propagó. Metamorfosis de la acción colectiva; la identidad colectiva redefinida: André

Breton y Max Ernst como destacados referentes continuadores del espíritu Dadá en el

Surrealismo (1923/24-1938); se convertirán respectivamente, uno; en el fundador y líder

del Surrealismo, y otro; en su artista visual más emblemático. Análisis e interpretación

de la identidad colectiva reformulada: rupturas y continuidades; modificaciones en

objetivos y medios, con sus respectivas adecuaciones o inadecuaciones entre sí; en

relación a la obtención de logros y de acuerdo a las posibilidades y límites del ámbito de

acción; en los diversos contextos y las particulares coyunturas.

Bürger destaca al Dadaísmo como el más radical de los movimientos históricos de vanguardia

artística europea. Béhar y Carassou70 califican su espíritu de subversivo y terrorista, cuya

actitud común era la negatividad. Subirats lo define como concepción nihilista del mundo,

activo y destructor. Dietmar Elger lo caracteriza como un movimiento artístico, literario,

musical, filosófico y a la vez todo lo contrario: “antiartístico, provocador en lo literario,

travieso en lo musical, radical en lo político y antiparlamentario, pero sobre todo infantil”71.

Dawn Ades72 lo define como un estado mental de disgusto que tiende hacia lo absurdo y lo

elemental. Lourdes Cirlot73 entiende que la subversión que significó el movimiento dadaísta

70
Béhar, Henri y Carassou, Michel, op. cit..
71
Elger, Dietmar: Dadaísmo, Editorial Taschen, Madrid, 2004, Parte 1:‘Antes de la llegada de Dadá, Dadá ya
estaba presente’, pág. 6.
72
Ades, Dawn: El Dadá y el Surrealismo, Editorial Labor, Barcelona, 1983.
73
Cirlot, Lourdes: Primeras Vanguardias Artísticas. Textos y documentos, Colección Caronte Estética, Terramar
Ediciones, La Plata, Bs. As., Argentina, año 2007.

47
se relacionaba con el contexto de su surgimiento, año 1916, en plena Primera Guerra Mundial

en la Suiza neutral, con la fundación del ‘Cabaret Voltaire’ el 5 de febrero, por parte del poeta

Hugo Ball (filósofo y poeta alemán, de personalidad mística) y su pareja Emmy Hennings

(bailarina y actriz), en un local de la ciudad de Zurich, ubicado en la calle Spiegelgasse Nº174

(En el Nº12 de la misma calle, vivía Lenin). Patrick Waldberg75 comenta que adoptaron el

nombre ‘Voltaire’ como símbolo de libertad y justicia. El grupo Dadá estaba compuesto, en

sus comienzos, por jóvenes intelectuales poetas y pintores extranjeros exiliados, pacifistas,

desertores y refugiados: Hans Richter (alemán), Richard Huelsenbeck (médico y poeta

alemán), Jean (Hans) Arp (poeta, pintor y escultor alsaciano, luego francés), Marcel Janco

(pintor rumano), Tristán Tzara (poeta rumano) y Walter Serner (médico y poeta austríaco).

García de Carpi76 califica de transgresores a los creadores de la propuesta dadaísta al haber

provocado la primera gran crisis del Arte moderno. Tzara en su ‘Manifiesto Dadá 1918’

explicaba: Después de la matanza todavía nos queda la esperanza de una humanidad

purificada (…) Así nació DADA, de una necesidad de independencia, de desconfianza hacia

la comunidad (…) Medida con la escala de lo Eterno, toda acción es vana (…) Hay una gran

tarea destructiva, negativa por hacer. Barrer, asear. La plenitud del individuo se afirma a

continuación de un estado de locura, de locura agresiva y completa de un mundo confiado a

las manos de los bandidos, que se desgarran y destruyen los siglos. Sin fin ni designio, sin

organización: la locura indomable, la descomposición (…)77.

Tzara en una entrevista radial en Francia en 1950, sostenía: Para comprender cómo nació

Dada es necesario imaginarse, de una parte, el estado de ánimo de un grupo de jóvenes en

aquella especie de prisión que era Suiza en tiempos de la Primera Guerra Mundial, y, de
74
Ball convenció al señor Ephraim, propietario del bar ‘Mierei’, para transformarlo en un cabaret artístico-
literario que fomentaría el consumo de bebidas y alimentos.
75
AA.VV.: Historia del arte SALVAT. Tomo 4: Del Simbolismo al Surrealismo. Edición especial del diario ‘La
Nación’. SALVAT Editores, Barcelona, 1995, Sección: ‘Dadá o la función repulsa’ por Patrick Waldberg.
76
García de Carpi, Lucía: “Dadá y Surrealismo”, Fascículo Nº 4, Anexo en Colección “Descubrir las
vanguardias”, Descubrir el arte, Nº 23, Arlanza editores, Madrid, enero del año 2001.
77
Tzara, Tristán: “Manifiesto Dada de 1918”; primer manifiesto publicado del movimiento en la Revista “Dada”
número 3 de Zurich, fragmentos extraídos de De Micheli, Mario, op. cit., Sección: ‘Dadaísmo’, pág. 294-302.

48
otra, el nivel intelectual del arte y de la literatura de aquella época (…) Hacia 1916-17 la

guerra parecía que no iba a terminar nunca (…) De ahí el disgusto y la rebelión. Estábamos

resueltamente contra la guerra, sin por ello caer en los fáciles pliegues del pacifismo utópico.

Sabíamos que sólo se podía suprimir la guerra extirpando sus raíces. La impaciencia de vivir

era grande, el disgusto se hacía extensivo a todas las formas de la civilización llamada

moderna, a sus mismas bases, a su lógica y a su lenguaje, y la rebelión asumía modos en los

que lo grotesco y lo absurdo superaban largamente a los valores estéticos. No hay que

olvidar que en la literatura un avasallador sentimentalismo enmascaraba lo humano, y que el

mal gusto con pretensiones de elevación campaba por sus respetos en todos los campos del

arte, caracterizando la fuerza de la burguesía en todo lo que tenía de más odioso…78. Y con

anterioridad Tzara había declarado: Dadá nació de una exigencia moral (…) nació de una

rebelión que entonces era común a todos los jóvenes (…) La frase de Descartes: ‘No quiero

ni siquiera saber si antes de mi hubo otros hombres’ la habíamos puesto como cabecera de

una de nuestras publicaciones. Significaba que queríamos mirar el mundo con ojos nuevos y

que queríamos reconsiderar y poner en tela de juicio la base misma de las nociones que nos

habían sido impuestas por nuestros padres, y probar su justeza 79.

Melucci argumenta que “entre el análisis de los determinantes estructurales y el de las

preferencias individuales falta el análisis del nivel intermedio relacionado con los procesos a

través de los cuales los individuos evalúan y reconocen lo que tienen en común y deciden

actuar conjuntamente”80. Destaca la gran importancia que tienen las redes de relaciones como

constituyendo ese nivel intermedio para poder comprender los procesos de compromiso e

implicación a nivel individual: “los individuos interactúan, se influencian recíprocamente,

negocian en el marco de estas redes y producen las estructuras de referencia cognoscitivas y

78
De Micheli, Mario: Las vanguardias artísticas del siglo XX, Alianza editorial, Madrid, 1979, Capítulo 5: ‘La
negación dadaísta’, Parte 1: ‘Una definición de Tzara’, pág. 151-152.
79
De Micheli, Mario, op. cit..
80
Melucci, Alberto: “Asumir un compromiso: identidad y movilización en los movimientos sociales”, Zona
Abierta, Nº 69, 1994, Sección 3: ‘El compromiso individual: expectativas, identidad y acción’, pág. 167.

49
motivacionales necesarias para la acción”81; y, de esta manera, se define como actor colectivo

delimitando su ámbito de acción. Explica que “los individuos construyen sus orientaciones, y

hacen elecciones y adoptan decisiones en el ambiente que perciben. En este contexto, el

concepto de ‘expectativa’ es fundamental para analizar la conexión entre un actor y su

ambiente. La expectativa es una construcción de la realidad social que permite al actor

relacionarse con el mundo externo (…) Cualquier teoría de la acción que introduzca el

concepto de expectativa implica una subyacente teoría de la identidad”82.

Tzara anunciaba Dadá no significa nada83: especie de maniquí fónico que podía recibir

cualquier contenido, adquiriendo así múltiples rostros. Béhar y Carassou explican que este

nombre no connotaba ni refería a nada en particular, pudiendo evitar así posibles

clasificaciones artísticas. Existen diversas versiones y teorías sobre el origen del término

‘Dadá’84. Y continuaba anunciando Tzara yo escribo un manifiesto y yo no quiero nada y, sin

embargo, digo algunas cosas y por principio estoy contra los manifiestos, como, por lo demás

también estoy contra los principios (…) Escribo este manifiesto para demostrar cómo se

pueden llevar a cabo al mismo tiempo las acciones más contradictorias (...) Asco dadaísta

(…) La abolición de toda jerarquía y de toda ecuación social de valores establecida entre los

siervos que se hallan entre nosotros los siervos es Dada (…) Libertad: DADA, DADA,

DADA, aullido de colores encrespados, encuentro de todos los contrarios y de todas las

contradicciones, de todo motivo grotesco, de toda incoherencia: LA VIDA (…) Yo destruyo

81
Melucci, Alberto: “Asumir un compromiso: identidad y movilización en los movimientos sociales”, Zona
Abierta, Nº 69, 1994, Sección 3: ‘El compromiso individual: expectativas, identidad y acción’, pág. 168-169.
82
Melucci, Alberto: Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, El Colegio de México, México D. F., 1999.
Capítulo 2: ‘Identidad y movilización en los movimientos sociales’, Sección: ‘Asumir un compromiso:
expectativas, identidad y acción’, pág. 63-64.
83
Por los periódicos sabemos que los negros Kru llaman al rabo de la vaca sagrada: DADA. El cubo y la madre
en una cierta comarca de Italia reciben el nombre de DADA. Un caballo de madera, la nodriza, la doble
afirmación en ruso y en rumano DADA. Fragmentos extraídos de Tzara, Tristán: “Manifiesto Dadá de 1918”;
primer manifiesto publicado del movimiento en la Revista “Dada” número 3 de Zurich, citado en De Micheli,
Mario, op. cit., Sección: ‘Dadaísmo’, pág. 294-302.
84
Las circunstancias de su elección y significado generaron polémicas y dudas: lo encontraron abriendo un
diccionario al azar; significa ‘si si’ en ruso y otros idiomas; balbuceo de un niño; caballo de madera de juguete
en el idioma francés.

50
los cajones del cerebro y los de la organización social (…) El pensamiento es una bonita cosa

para la filosofía, pero es relativo. El psicoanálisis es una enfermedad dañina, que adormece

las tendencias antirreales del hombre y hace de la burguesía un sistema (…) Yo estoy contra

los sistemas: el único sistema todavía aceptable es el de no tener sistemas85. Béhar y

Carassou se refieren al asco y rabia dadá, a su radicalidad, negación y duda. Su objetivo era

destruir por completo los cimientos de la civilización occidental, de la sociedad burguesa, sin

oponer otras bases o valores, porque no defendían nada. Buscaban escandalizar con su poder

destructivo. Defendían la libertad total del individuo; considerando que su espíritu nunca

debía aprisionarse, siempre debía ser libre. Dadá estaba contra la belleza eterna, las leyes de la

lógica, lo universal en general, defendiendo la espontaneidad, lo inmediato, lo aleatorio, la

contradicción, la anarquía, la imperfección. Dadá combinaba el sentido trágico con el cómico.

Béhar y Carassou consideran que “Dadá quiso ser subversivo y terrorista. Buscó derribar

todo lo que quedaba de un mundo hundido en el caos. Más que a los gobiernos y a las

instituciones, atacó al hombre, o a la imagen de sí mismo que él se había creado, responsable

del naufragio de la civilización occidental (…) expresó la esperanza de llegar, a una

humanidad mejor; quiso volverle a dar a la existencia su pleno valor de alegría, colocando la

vida por encima de todo”86. André Gide87 ve en Dadá su equivalencia con la guerra en el plano

del arte y del pensamiento; definiéndolo como ‘empresa de demolición’ que atacó

principalmente al ‘edificio del lenguaje’ por ser engañoso y contribuir al naufragio de la

civilización burguesa. Amalia Martínez Muñoz explica que “todo acto subversivo era una

afrenta a la cultura inmovilista y al arte que querían destruir… Por eso el antiarte dadaísta es

85
Tzara, Tristán: “Manifiesto Dada de 1918”; primer manifiesto publicado del movimiento en la Revista “Dada”
número 3 de Zurich, fragmentos extraídos de De Micheli, Mario, op. cit., Sección: ‘Dadaísmo’, pág. 294-302.
86
Béhar, Henri y Carassou, Michel, op. cit., Primera Parte: ‘La subversión Dadá’, Sección: 2. ‘La sublevación de
la vida’, pág. 55.
87
Gide, André: “Dada”, NRF, 1 de abril de 1920, pp. 478-480, citado en Béhar, Henri y Carassou, Michel, op.
cit, Primera Parte: ‘La subversión Dadá’, Sección: ‘Un buen saqueo’, pág. 25.

51
un derroche de energía, un estallido de vida manifestada como vehemencia destructiva”88.

Béhar y Carassou comentan que los dadaístas estaban escandalizados debido a la aprobación

y justificación de la Guerra por parte de los representantes de la cultura alineados con las

élites que la glorificaron. Martínez Muñoz explica “Frente a la cobardía de los intelectuales,

que durante la guerra se apresuraron a adherirse a las ideologías nacionalistas (con apenas una

excepción: Romain Rolland); ante la apatía de los Estados, que tienen prisa por volver a la

situación anterior; al contrario de los artistas, que prosiguen con sus creaciones como si no

hubiera pasado nada entre 1914 y 1918, Dadá midió la fuerza que suponía la asociación de

individuos de todas las nacionalidades, compartiendo en varios países un mínimo de

convicciones (…) Dadá creó una contrainstitución original, la primera en su género por su

internacionalidad y su ausencia de programa y de jefes autoproclamados”89. Melucci explica

que “los individuos crean un ‘nosotros’ colectivo (más o menos estable e integrado de

acuerdo con el tipo de acción), compartiendo y laboriosamente ajustando por lo menos tres

clases de orientaciones: aquellas relacionadas con los fines de la acción (el sentido que tiene

la acción para el actor); aquellas vinculadas con los medios (las posibilidades y límites de la

acción) y, finalmente aquellas referidas a las relaciones con el ambiente (el campo en el que

tiene lugar la acción)90. Destaca la importancia de esta identidad colectiva como precondición

para poder percibir una estructura de oportunidad y así llevar a delante determinados objetivos

o fines.

Los dadaístas celebraban espectáculos, exposiciones y sesiones públicas (veladas,

actuaciones, declamaciones, recitados) donde predominaban el humor sarcástico y prepotente,

la agresividad y el absurdo, para provocar la ira de los visitantes: el público burgués

88
Martínez Muñoz, Amalia: Arte y arquitectura del siglo XX: Vanguardia y utopía social, Tomo I, Editorial
Montesinos, Mataró-Barcelona, año 2001, Sección: ‘La estrategia de la provocación’, pág. 66.
89
Béhar, Henri y Carassou, Michel, op. cit., Tercera Parte: ‘Un estado de ánimo’, pág. 146.
90
Melucci, Alberto: Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, El Colegio de México, México D. F., 1999.
Capítulo 1: ‘Teoría de la acción colectiva’, Sección: ‘La acción colectiva como construcción social’, Apartado:
‘La acción colectiva como producto’, pág. 43.

52
reaccionaba indignado gritando con violencia y tirándoles objetos, etc. Dadá prefería la burla,

lo absurdo, lo insólito para asustar al burgués y todos los medios eran considerados adecuados

para provocar el escándalo. De Micheli define a Dadá como una particular disposición del

espíritu, un modo de vida, un acto extremo de antidogmatismo. Por eso lo importante para

Dadá era el gesto, la actitud provocadora y no la obra: su instrumento predilecto para

expresarse, publicitarse, era el escándalo. Ades explica que Dadá esperaba provocar, generar

alguna reacción utilizando la sátira, la parodia grotesca. Dadá reproducía la barbarie que se

estaba viviendo para movilizar a su auditorio. Casullo califica a Dadá de extremista y

altanero; con discurso panfletario, cuya fuerza expresiva de protesta revolucionaria radicaba

en la tensión generada en la yuxtaposición semántica incongruente. Su producción se

expresaba a través de la difusión de manifiestos y publicaciones utilizando un estilo nuevo,

insolente, sorprendente, satírico, lírico. Los dadaístas no ‘creaban’ sus obras; fabricaban

objetos; en cuya ‘fabricación’ predominaba el azar, la arbitrariedad y el gusto polémico.

Y continuaba anunciando Tzara Proclamamos el arte como única base de entendimiento (…)

La obra de arte no debe ser la belleza en sí misma, porque la belleza ha muerto (…) Una

obra de arte nunca es bella por decreto, objetivamente y para todos (…) Es necesario animar

el arte con la suprema simplicidad: novedad (…) Nos hacen falta obras fuertes, rectas,

precisas y, más que nunca, incomprensibles (…) No reconocemos ninguna teoría. Basta de

academias cubistas y futuristas, laboratorios de ideas formales. ¿Sirve el arte para

amontonar dinero y acariciar a los gentiles burgueses? (…) El nuevo pintor crea un mundo

cuyos elementos son sus mismos medios, una obra sobria y definida, sin argumento. El artista

nuevo protesta: ya no pinta (reproducción simbólica e ilusionista) (…) Toda obra pictórica o

plástica es inútil, que, por lo menos sea un monstruo capaz de dar miedo a los espíritus

serviles (…) Un cuadro es el arte de hacer que se encuentren dos líneas geométricas que se

ha comprobado que son paralelas, hacer que se encuentren en un lienzo, ante nuestros ojos,

53
en una realidad que nos traslada a un mundo de otras condiciones y posibilidades. Este

mundo no está especificado ni definido en la obra, pertenece en sus innumerables variaciones

al espectador. Para su creador la obra carece de causa y de teoría. Orden=desorden, yo=no-

yo, afirmación=negación, éstos son los fulgores supremos de un arte absoluto (…)91.

Melucci aclara que “factores de tipo coyuntural que facilitan (por ejemplo, oportunidades

políticas, la presencia de agentes animadores, el grado de integración, o la crisis del ambiente,

etc.), ciertamente contribuyen a la emergencia de fenómenos colectivos. Pero estos factores

no podrían operar sin la capacidad del actor de percibirlos e integrarlos en un sistema de

interacción y negociación de las orientaciones, respecto a los fines, medios y ambiente de su

acción”92. Melucci se está refiriendo “al desenvolvimiento del proceso de construcción y

negociación del significado de la acción colectiva, como identidad colectiva”93, utilizando el

término ‘identidad’ como identificación previa que proporciona la base para la definición de

expectativas y para el cálculo de los costos de la acción.

Ades explica que Dadá expresaba su frustración, furia, ironía, a través de dos vías:

9 el ataque violento y nihilista en contra del arte y

9 lo lúdico

Béhar y Carassou entienden que el dadaísta podía tomar tres diferentes actitudes:

ƒ Seguir destruyendo (pero ¿hasta dónde?)

ƒ Contemplar el desastre

ƒ Ser como un payaso que se burla de lo trágico

91
Tzara, Tristán: “Manifiesto Dada de 1918”; primer manifiesto publicado del movimiento en la Revista “Dada”
número 3 de Zurich, fragmentos extraídos de De Micheli, Mario, op. cit., Sección: ‘Dadaísmo’, pág. 294-302.
92
Melucci, Alberto: “La acción colectiva como construcción social”, Estudios Sociológicos, vol. IX, Nº 26,
mayo-agosto, 1991, págs. 357-364, Sección 1: ‘La acción colectiva como producto’, pág. 359.
93
Melucci, Alberto: “La acción colectiva como construcción social”, Estudios Sociológicos, vol. IX, Nº 26,
mayo-agosto, 1991, págs. 357-364, Sección 1: ‘La acción colectiva como producto’, pág. 359.

54
Dadá buscaba destruir el lenguaje oral, escrito o plástico, por considerarlo cómplice de la

jerarquía social. Entonces distinguía tres etapas en su ataque:

-Empezar de cero

-Mezclar modos de expresión

-Crear un nuevo lenguaje

Béhar y Carassou distinguen 3 etapas de ese ‘empezar de cero’:

1- Se apropiaron de nuevas tendencias artísticas

2- Hacia 1918; criticaron y rechazaron todas las escuelas literarias, artísticas y filosóficas

3- Dudaron de todo menos de su propia existencia y de lo que creían: reformulación de

Descartes ‘Creo, luego existo’

Pero entonces Béhar y Carassou encuentran dos paradojas en Dadá:

™ Su denuncia se expresaba con el mismo lenguaje que estaba denunciando: con

producciones, escritos, pinturas, manifestaciones que sólo querían ser protestas

™ Denunciando formas del lenguaje, fue descubriendo nuevos modos de

expresión, abriendo caminos inexplorados

Béhar y Carassou entienden que la falta de acuerdo entre los dadaístas pronto haría surgir dos

líneas de acción que los iban a dividir entre: quienes estaban a favor de destruirlo todo y

quienes consideraban que la destrucción era sólo una etapa para el surgimiento de un nuevo

orden. Si bien el nihilismo absoluto a largo plazo iba a ser insostenible, también el abandonar

toda negatividad iba a significar renegar de sí mismo. Entonces, Melucci define a la identidad

colectiva como un proceso de construcción interactiva de un sistema de acción donde el actor

55
tiene la capacidad para autodefinirse y definir su ambiente, elaborando expectativas,

evaluando posibilidades y límites de su acción invirtiendo energías emocionales, cognitivas,

discutiendo distintas vías de acción.

Hacia 1913, se estaba desarrollando una especie de ‘protodadaísmo’ en Nueva York,

destacándose la ‘Primera Gran Exposición de Arte Moderno Internacional Show de la

Armada’: donde causaron gran impacto las obras de Francis Picabia y Marcel Duchamp cuyos

títulos eran totalmente arbitrarios, irracionales; que no referían a su representación (VER EN

ANEXOS). Ian Chilvers explica que “el Dadaísmo en Nueva York surgió con independencia

del movimiento europeo y, de hecho, fue simultáneo (…) En general tiende a ser más lúdico y

menos violento que su homónimo europeo (…) Picabia fue el nexo entre el Dadaísmo

europeo y el americano (…)”94. Hans Richter relataba “con tal independencia de Zurich y

desconocido por nosotros hasta 1917-18, se desarrollaba en Nueva York otro proceso cuyos

protagonistas, aunque por razones en principio distintas de las nuestras, se alineaban en el

mismo coro del anti-arte”95. Se estaba gestando esta corriente ‘anti-arte’ en torno al fotógrafo

Alfred Stieglitz, sus revistas (‘Camera Work’ y ‘291’) y su Galería ‘291’ (situada en el

número 291 de la Quinta Avenida de Nueva York): creando el movimiento ‘Photo Secession’

con un grupo de jóvenes fotógrafos donde la fotografía era considerada como arte. Junto a

Duchamp y Picabia (ambos franceses exiliados) en este grupo se destacaba Man Ray

(norteamericano). Duchamp publicaba en Nueva York ‘The Blindman’ y ‘Rongwrong’ y

Picabia editaba la revista ‘391’. Cirlot explica que el primer ‘ready-made’ de Duchamp data

de 1913; ‘La rueda de bicicleta’: se trataba de una rueda invertida, que pertenecía

originariamente a una bicicleta, insertada en un banco (VER EN ANEXOS). Con sus ‘ready-

mades’ Duchamp ponía de manifiesto que “lo artístico es una atribución mental otorgada al

94
Chilvers, Ian: Diccionario del Arte del siglo XX, Editorial Complutense, 2001, Sección: ‘Dadaísmo’, pág. 209.
95
Richter, Hans: Historia del Dadaísmo, Nueva Visión, Bs. As., 1973, Capítulo 2: ‘Dadá-Nueva York 1915-
1920’, Sección: ‘291’, pág. 89.

56
objeto y que para ello, no se requiere más que el acuerdo cómplice entre artista y

espectador”96. Martínez Muñoz aclara que lo que determinaba su valor estético ya no sería un

procedimiento técnico, sino una actitud mental del espectador. Y explica que Duchamp estaba

en contra del virtuosismo técnico y de la belleza estética; significando el ready-made un acto

subversivo que buscaba desacreditar el sistema del arte (VER EN ANEXOS). Además

Duchamp realizaba dibujos mecánicos97, entre ellos se destacó ‘La novia puesta al desnudo

por sus solteros’ o ‘El gran vidrio’98 (VER EN ANEXOS). Cirlot explica que representó el

antimecanismo característico de todos los dadaístas: la máquina es criticada y ridiculizada por

ser destructiva. También se destacaba Picabia en la creación de estos dibujos de objetos

mecánicos, engranajes y absurdas máquinas inútiles, parodiando al género humano,

burlándose de la metáfora sexo-máquina, con títulos contradictorios, irónicos y críticos. Man

Ray inventó sus ‘rayogramas’ (VER EN ANEXOS) y también realizaba collages y ready-

mades como Duchamp.

J. C. Argan99 explica que los dadaístas consideraban que cada persona podía interpretar y

sentir estéticamente: la actividad estética se relacionaba con la libertad de comportamiento ya

que ser artista era ser o hacerse libre (Arte como juego). Gérard Durzoi reflexiona que “…en

el sentido estricto del término no existe la pintura dadaísta. La sustituye el collage (al igual

que assemblage monumental sustituye a la escultura) [‘Assemblage’ = Ensamblajes] (…)

Dadá utiliza en pintura imágenes técnicas ejecutadas de manera mecánica (Picabia, Marcel

Duchamp, Hausmann), y la glorificación sarcástica de la máquina (…) El accidente es

96
Martínez Muñoz, Amalia, op. cit., Sección: ‘Apogeo y declive del movimiento dadaísta’, pág. 68.
97
Ades comenta que Duchamp y Picabia para 1911 habían visto una obra de teatro de las ‘Impressions
d´Afrique’ de Raymond Roussel; de gran humor absurdo donde aparecen objetos y máquinas destacándose una
en particular que pinta automáticamente una obra de arte activada por la energía solar. Esta desmitificación del
mundo del arte y la destrucción del orden a través del absurdo influenciaron a ambos reforzando sus mismos
objetivos.
98
Esta obra enigmática, realizada en vidrio entre 1915 y 1923, abandonada sin finalizar, representaría una
especie de ‘máquina del amor’ donde la parte superior pertenece a la novia y la inferior, a los solteros, las piezas
se ven tridimensionales pero a la vez transparentes por la superficie vidriada.
99
Argan, J. C.: El arte moderno: Del Iluminismo a los Movimientos contemporáneos, Ediciones AKAL, 1998.

57
elevado al nivel de procedimiento estilístico… (…)”100. El crítico de arte Arturo Schwarz

considera que el nihilismo dadá (su lado negativo) se manifestó principalmente en los

escritores y que los pintores expresaron el carácter más positivo del movimiento: “…lo que

pudo ridiculizar Dadá fue el arte del conformismo tradicional. En su pasión innovadora, Dadá,

por el contrario, formuló las premisas del arte del porvenir, librándolo de toda traba moral,

material y formal”101. Dadá siempre atacó la concepción del arte establecido, sus apariencias

externas pero jamás su esencia: el arte como actividad y expresión inherente a todo individuo,

como origen y única base de entendimiento común a la humanidad. No puede dudarse de la

existencia del arte, del acto de crear. Dadá buscaba transformar la poesía en acción y de esta

manera soldar arte y vida, fractura que ya había sido vislumbrada por Van Gogh y Rimbaud.

Para poder fusionar poesía y vida los dadaístas consideraban que había que terminar con la

literatura. La poesía como el arte es una facultad inherente al individuo. Dadá buscaba llegar a

diluir el arte en el flujo de la vida transformándola: este era el objetivo de los ready-mades, de

los antipoemas y de las antipinturas. Dadá buscaba romper con los géneros artísticos y

literarios y fusionarlos: el cuadro-manifiesto-foto, poesías dibujadas, el grabado tipográfico y

poemas fonéticos (VER EN ANEXOS). Dadá se centraba en la duda, lo relativo y lo

subjetivo. Los dadaístas dejaron entrar en la creación al azar, al hallazgo, al encuentro. El

creador era libre de aceptar entre las varias posibilidades que el azar ofrecía combinando e

integrando nuevos y diversos materiales (como el de desecho y objetos, elementos ‘reales’) en

la obra de arte. Dadá buscaba la espontaneidad, confundiendo lo escrito con lo oral, lo gestual

con lo visual, lo mimético con lo imaginario (‘Arte total’). Por lo tanto, la obra dadá se

caracterizaba por ser indefinible e inclasificable. Al buscar abrir el arte a la vida, daban paso a

lo heterogéneo, lo efímero y lo caótico: la ambigüedad Dadá como reflejo de la ambigüedad

100
Durzoi, Gérard: Diccionario Akal de Arte del siglo XX, Ediciones Akal, 1997, Sección: ‘Dadaísmo’, pág.
164.
101
Schwarz, Arturo: “Dadá: mouvement en mouvement”, en “Dada 1916-1966”, p.20, citado en Béhar, Henri y
Carassou, Michel, op. cit., Primera Parte, Sección: 1. ‘Una revuelta necesaria’, Apartado: ‘El escándalo por el
escándalo’, pág. 38.

58
humana. De Micheli entiende que con su activismo provocador Dadá buscaba llenar el vacío,

la angustia, la desesperación y el asco que les provocaba la guerra y postguerra, como un

modo de sentirse vivos. Casullo entiende que Dadá interpretaba al mundo de posguerra desde

una visión nihilista: pérdida de sentido de todo discurso. Dadá llevaba al extremo,

radicalizaba esta pérdida de sentido. Ball afirmaba “Dadá es una gran payasada. Puesto que

nuestra época apunta a la destrucción de todo lo más noble y mejor de la vida, el dadaísta

corteja el absurdo, ama toda clase de disfraz, juego o engaño. El dadaísmo lucha contra la

angustia de los tiempos y la embriaguez de la muerte”102. Argan entiende que el arte se

convierte en un sin-sentido que utiliza cualquier instrumento y materiales: “…es el sin-sentido

del sin-sentido, pero positivo porque el comportamiento del mundo, que pretende ser lógico

es insensato, es un sin-sentido negativo y letal. Pero también el sin-sentido, la casualidad,

pueden tener coherencia y rigor. Privado de un fin y desvalorizado, el arte no es más que un

signo de existencia pero significativo, porque todo lo que hay alrededor de él es muerte”103.

Béhar y Carassou comentan que los dadaístas de Zurich veían en la Revolución Rusa una

esperanza que pondría fin a la Guerra. Sin embargo, De Micheli aclara que no estaban

comprometidos en el campo de acción revolucionaria, como si lo estaban los dadaístas

alemanes que se unieron a la Liga Espatarquista; y muchos de ellos, tanto en Berlín como en

Colonia, participaron de luchas callejeras. El pintor y poeta dadaísta Johannes T. Baargeld (su

verdadero nombre era Alfred F. Gruenwald) fundó el Partido Comunista de Renania. En

Zurich el movimiento Dadá duró hasta 1919 pero sus repercusiones fueron mucho más

amplias. En Zurich, en el Cabaret Voltaire se destacaba el desarrollo del lenguaje provocador

escrito y oral. Sus espectáculos se componían de la percusión de diversos objetos, bailes de

102
Giménez Frontin, J. L.: El Surrealismo. En torno al movimiento bretoniano, Editorial Montesinos, Biblioteca
Divulgación Temática, 1983, Parte 1: ‘La larga marcha hacia el surrealismo’, pág. 33.
103
Argan, J. C., op. cit., Sección: ‘Dadá’, pág. 324.

59
influencia africana y de recitado de poemas, destacándose los poemas simultáneos y los

poemas estáticos (VER EN ANEXOS). Estas interpretaciones colectivas implicaron además

del texto y la voz, trajes y máscaras, integrando las diferentes artes. De Micheli explica que el

Dadaísmo en Zurich se caracterizaba por su violenta negación intelectual, llegando al extremo

de la negación absoluta de la razón (Nihilismo). Ball planteaba liberar al lenguaje en poesía

como se libera al objeto en la pintura. Elger comenta que Ball inventó los ‘poemas fónicos’

que luego se convirtirían en la principal forma de expresión dadaísta: sonidos puros (Poemas

fonéticos y bruitistes) (VER EN ANEXOS). Los dadaístas combatían el vocabulario

convencional y la lógica por ser productos sociales. Se trataba de prescindir del lenguaje por

estar corrompido. Se buscaba la libertad de las palabras. Otra técnica utilizada por los

dadaístas de Zurich era el poema creado al azar y Tzara daba las instrucciones para poder

componerlo (VER EN ANEXOS). Bürger compara el aspecto de receta que tienen estas

instrucciones con las que posteriormente Breton indicaría para los textos automáticos (VER

EN ANEXOS). Utilizaban el collage y el fotomontaje para crear imágenes siguiendo el

procedimiento del poema creado al azar (Juegos de palabras de Tzara). ‘Liberar las palabras’

Tzara llama a esto la ‘espontaneidad dadá’: libertad creadora de dejarse llevar por el torrente

verbal, entregándose a la capacidad de invención; ‘Poesía automática’ la iban a llamar

posteriormente los surrealistas. Escritura automática, escrituras libres, automatismo verbal,

asociación de ideas. Este procedimiento luego sería trasladado al ámbito plástico con el

nombre de ‘Fatagaga’: para 1919, en Colonia, Arp se lo enseñaría a Ernst; se trataría de obras

en colaboración donde intervenía la espontaneidad y el azar.

Luego de la guerra, los dadaístas de Zurich se dispersaron difundiendo el Dadá por toda

Europa. Béhar y Carassou destacan que se diferenciaba de las demás vanguardias artísticas

por haber logrado un gran eco internacional: Zurich, Berlín, Hannover, Colonia, Nueva York,

París. Ades señala el cambio radical que había producido la llegada de Picabia a Zurich para

60
1918: los dadaístas al conocerlo se sintieron profundamente influenciados por su magnetismo,

su descreimiento en el arte y su opinión sobre la falta de sentido de la vida, y sobre todo tiñó

de nihilismo al ‘Manifiesto Dadá 1918’ de Tzara; manifiesto que posteriormente seduciría a

Breton. Es en la revista ‘Dadá 3’ donde apareció publicado este manifiesto; sellando el

encuentro entre los dadaístas de Zurich con Picabia y la unión con el grupo de europeos

refugiados en Nueva York desde 1915. En 1919 se produjo el encuentro de Picabia, Arp y

Tzara en Zurich. Así como Picabia unió al grupo de Zurich con el de Nueva York y París,

Huelsenbeck fue quien conectó al grupo de Zurich con Berlín desde finales de 1916. Melucci

entiende que “el proceso de construcción, adaptación y mantenimiento de una identidad

colectiva refleja siempre dos aspectos: la complejidad interna del actor (la pluralidad de

orientaciones que le caracterizan) y las relaciones del actor con el ambiente (otros actores, las

oportunidades y restricciones)”104. Entonces, Martínez Muñoz explica que “una vez finalizada

la guerra, el dadaísmo se articula en dos grandes ramas, la alemana, con núcleos en distintas

ciudades, que progresivamente se distanciará de los presupuestos iniciales para seguir un

camino de características propias, y la francesa, que continúa el camino emprendido en

Zurich. París fue el lugar de reencuentro para gran número de dadaístas (…) Picabia, Man

Ray y Max Ernst, entre otros, se habían unido a ellos en la difusión del dadaísmo desde la

capital francesa, y Tzara se trasladó allí en 1920, siendo recibido con un gran homenaje”105.

Patrick Waldberg106 coincide con Hans Richter en calificar al período 1916-1918 como de

incubación de Dadá; destacando su apogeo a partir de 1918: en Zurich con la dupla Tzara-

Picabia conjuntamente con el trío Arp-Ernst-Baargeld en Colonia. Melucci explica que “la

identidad colectiva es, por tanto, un proceso, a través del cual los actores producen estructuras

cognoscitivas comunes que les permiten valorar el ambiente y calcular los costes y beneficios

104
Melucci, Alberto: “Asumir un compromiso: identidad y movilización en los movimientos sociales”, Zona
Abierta, Nº 69, 1994, Sección 3: ‘El compromiso individual: Expectativas, identidad y acción’, pág. 172.
105
Martínez Muñoz, Amalia, op. cit., pág. 66.
106
AA.VV., op.cit., Sección: ‘Dadá o la función repulsa’ por Patrick Waldberg, pág. 1179.

61
de la acción: las definiciones que formulan son, por un lado, el resultado de interacciones

negociadas y de las relaciones de influencia y, por otro lado, el fruto del reconocimiento

emocional (…) La identidad colectiva así definida propone la exploración de una dimensión

analítica clave en el caso del análisis sociológico de los fenómenos colectivos. La estabilidad

o variabilidad, la concentración o difusión, la integración o fragmentación de tal dimensión

variará dependiendo del grado de estructuración del fenómeno colectivo (según una escala

ideal continua que se moviese desde la pura agregación a la organización formal) (…)”107.

Entonces, el Dadaísmo se propagaba por toda Europa, adquiriendo gran importancia en

Alemania: en Berlín, Colonia y Hannover; el Dadá se caracterizaba por estar más politizado al

experimentar el contacto directo con la guerra. Hacia 1918, en Alemania estallaba la

revolución: huía el emperador Guillermo II y se instauraba la República de Weimar. Durzoi

explica que a partir de 1918, Zurich y Berlín se relacionaron; se conectaron con la llegada de

Huelsenbeck a Berlín. Huelsenbeck lee su discurso ‘Première allocution dada en Allemagne’:

“ ‘La velada de hoy -…en enero de 1918 en el gabinete artístico I. B. Newmann- está

concebida como señal de simpatía hacia el dadaísmo, una nueva corriente artística

internacional fundada en Zurich hace dos años’. En los meses posteriores, Johannes Baader,

Georges Grosz, Raoul Hausmann, Hannah Höch y John Heartfield [su verdadero nombre era

Helmut Herzfelde], entre otros, se unieron al movimiento”108. Los dadaístas berlineses

expresaron su oposición a la guerra, al gobierno de Weimar y a la burguesía conservadora.

Cirlot destaca a los dadaístas berlineses por ser los más comprometidos políticamente con la

extrema izquierda en las revueltas sociales de posguerra, pero esto llevó: a los comunistas a

desconfiar de ellos considerándolos antiartistas y, a la burguesía, a tildarlos de bolcheviques.

El 12 de abril de 1918, Huelsenbeck y Hausmann organizaron ponencias y presentaron el

primer manifiesto del movimiento en Berlín y la fundación del Club Dadá: ¿Qué es, pues, el

107
Melucci, Alberto: “Asumir un compromiso: identidad y movilización en los movimientos sociales”, Zona
Abierta, Nº 69, 1994, Sección 3: ‘El compromiso individual: expectativas, identidad y acción’, pág. 174.
108
Elger, Dietmar, op. cit., Parte 3: ‘Berlín - Dadá es un negocio que marcha bien’, pág. 15.

62
dadaísmo? La palabra Dada simboliza la relación más primitiva con la realidad que nos

rodea: con el dadaísmo una nueva realidad toma posesión de sus derechos (…) Por primera

vez, el dadaísmo no se sitúa de manera estética ante la vida (…) Estar en contra de este

manifiesto significa ‘ser dadaísta’109. Hausmann, Huelsenbeck y el músico ruso Jefim

Golyscheff desarrollaron el manifiesto publicado en ‘Der Dada’ para junio de 1919 ‘Qué es el

dadaísmo y qué pretende en Alemania’: donde exigían la unión internacional basándose en un

comunismo radical. Transformaron al collage en fotomontaje conectándolo con la vida real,

como arma polémica (VER EN ANEXOS). De Micheli considera que con los fotomontajes se

había logrado esa fusión entre arte y vida tan ansiada por Dadá; inmerso en la crónica diaria,

en las paredes de la ciudad. Los dadaístas berlineses criticaban al Dadá de Zurich y se

llamaban a sí mismos ‘Monteure’ (‘montadores’ o ‘ajustadores’), destacándose en el aporte

del fotomontaje Hausmann, Heartfield y Höch. Grosz con sus caricaturas; Hertzfelde con sus

artículos satíricos y Heartfield con sus fotomontajes; denunciaban a la burguesía y a sus

representantes en el régimen de Weimar. Dadá duró en Berlín sólo de 1918-20, ya que la

mayoría de sus promotores adhirieron al Partido Comunista (PC) y, para 1919, Tzara se

trasladará desde Berlín hacia París.

Hausmann había conocido a Kurt Schwitters a fines de 1918 y le había propuesto su admisión

al Club Dadá, pero a Huelsenbeck no le había caído bien su personalidad; acusándolo de

oportunista y mercantilista. Para el verano de 1918, Schwitters ya se había unido al círculo

‘Der Sturm’ que le ofreció refugio artístico en Hannover luego del rechazo del Club Dadá.

Schwitters englobaba toda su obra bajo el nombre de ‘Merz’: esculturas merz, poesía merz,

arquitecturas merz (VER EN ANEXOS). Schwitters fue el máximo representante dadá en

Hannover, pero siempre fue rechazado por los dadaístas berlineses por motivos políticos.

Schwitters se identificaba más con los dadaístas de Zurich a quienes él mismo calificaba de

109
Huelsenbeck, Richard: “Primer Manifiesto Dadaísta”; se imprime en Berlín para 1918. Fragmentos extraídos
de De Micheli, Mario, op. cit., Parte 5: ‘Dada en Alemania’, pág. 162.

63
dadaístas ‘medulares’, en contraposición a los dadaístas ‘superficiales’. Y clasificaba dentro

de los ‘medulares’ a Arp, Tzara, Picabia y al escultor Alexandre Archipenko. Schwitters era

amigo y compartía actividades con Hausmann y Höch. Richard Sheppard110 coincide con

Schwitters quien distinguía en Berlín dos grupos de dadaístas: los que consideraban que

‘Dadá era un arma política’ y los que consideraban que el ‘comunismo era un arma dadá’.

Sheppard, profundiza esta distinción, agrupando:

• Los ‘dadaístas-marxistas’: Wieland Hertzfelde, su hermano John Heartfield y George

Grosz, como conformando el grupo influenciado por la ideología marxista (‘Dadá

como arma política’); dejaron de participar en el Club dadá luego de la ‘Gran Feria’ de

1920 y actuaron en el PC

• Los ‘dadaístas-anarquistas’: Huelsenbeck, Hausmann y Johannes Baader, como

integrando el grupo influenciado por la ideología anarquista (‘Comunismo como arma

Dadá’). No aceptaban una dictadura del proletariado

Pero Sheppard aclara que ambos grupos fueron apolíticos hasta fines de 1918; fecha en que

Grosz, Hertzfelde y Heartfield se afiliaron al Partido Comunista Alemán (KPD); cuando este

partido se había separado del Partido Socialista. Béhar y Carassou entienden que fueron

empujados hacia lo política por la coyuntura y su actuación se relacionaba más a la de

francotiradores conservando su independencia individual, antes que miembros organizados.

Elger comenta que en Colonia, las actividades del grupo se limitaron al trío Ernst, Baargeld y

Arp. Se destacaba Ernst como creador del ‘collage’ (con ilustraciones ensambladas) y del

‘frottage’ (que originaban diversas texturas) (VER EN ANEXOS). De Micheli considera que

fue determinante el aporte de Ernst en el fotomontaje dadaísta y sus collages fueron

110
Sheppard, Richard: “Dada and Politics”, “Journal of European Studies”, vol. IX, 1979, pp. 51, citado en
Béhar, Henri y Carassou, Michel, op. cit., Primera Parte: ‘La subversión Dadá’, Sección 2: ‘Dadá y la política’,
Apartado: ‘Alemania: el baile sobre el volcán’, pág. 45.

64
premonitorios del Surrealismo111. De Micheli explica que lo casual y lo absurdo dadaísta ya

estaban abriendo camino a la fantasía; a la realidad metafísica. Ernst en esta época conoció las

litografías ‘Fiat Modes’ de De Chirico que ejercieron gran influencia en él. Simón Marchán

Fiz112 explica que el grupo Dadá de Colonia sintonizaba con el de Zurich y luego se integraría

al de París. García de Carpi destaca la aportación plástica de Arp y Sophie Taeuber (luego su

esposa): construían obras con líneas simples, relieves y collages geométricos utilizando todo

tipo de materiales como madera, recortes de periódicos, etc. Su método era el dejar caer

papeles al azar y luego pegarlos. Estas obras de Arp de formas abstractas y relieves

policromos planos se irían acercando a lo que luego sería el Surrealismo. Arp fue uno de los

principales artistas dadá junto a Ernst.

Elger comenta que para 1919, regresaron de Nueva York Picabia y Duchamp y, dos años

después, Man Ray. Arp llegó a París para 1920. Tanto para Arp primero, como para Ernst,

que lo seguiría para 1922, Colonia significó un alto en el camino hacia París. Picabia animó a

Tzara para que transfiriera a Dadá en Francia. Tzara llegó a París a comienzos de 1920. Elger

marca el fin definitivo del dadaísmo en Zurich con la partida de Tzara hacia París. De Torre

destaca el apogeo de Dadá de marzo a junio de 1920 consolidándose París como central, y

propagándose hacia Ginebra, Madrid, Roma y Nueva York.

Breton relata que Tzara llega a París como un Mesías. Para esa época ya estaba funcionando

el grupo Dadá de París conformado por: Breton, Picabia, Louis Aragon, Paul Eluard, Phillipe

Soupault, Ribemont-Dessaignes, Péret, entre otros. Elger entiende que en París, el Dadaísmo

fue principalmente literario, desarrollando múltiples publicaciones (VER EN ANEXOS). Para

1917, Breton junto a Apollinaire ya habían leído la revista ‘Dada’. Y en el año 1919 el trío

Aragón, Breton, Soupault; habían fundado una revista antiliteraria a la que llamarían

111
Para 1919, Ernst quedó sorprendido después de ver un catálogo ilustrado: elementos distantes, absurdos que
le intensificaron unas visiones alucinatorias contradictorias, imágenes dobles, múltiples que se superponían
(planos desconocidos no convenientes).
112
Marchán Fiz, Simón: Summa artis. Historia general del arte. Las vanguardias históricas y sus sombras (1917-
1930), Volumen XXXIX, Editorial Espasa Calpe, Madrid, 1995.

65
sarcásticamente ‘Littérature’ (‘Literatura’): dando a conocer las ‘Lettres de guerre’ (‘Cartas de

guerra’) de Jacques Vaché; quien ejerció gran influencia entre los dadás parisinos, amigo

personal de Breton. Breton era estudiante de medicina, amante de la poesía y trabajando como

médico asistente en el departamento de neurología del hospital de Nantes conoció a Vaché

(herido de guerra). Breton lo calificaba de ‘protodadaísta’ por su personalidad excéntrica,

destructiva, irónica y su gran sentido del humor: sería quien anticipara el espíritu dadá;

determinando el pensamiento de Breton, sobre todo, luego de su muerte en 1918 (Se suicida

por sobredosis de opio). Breton leía a Freud, estaba interesado por los sueños y tomaba notas

de las asociaciones mentales de los dementes. Para 1917 Breton viajó a París donde conoció a

Apollinaire y a Soupault. Durante las guardias en el hospital psiquiátrico ‘Val-de-Grâce’

conoció a Aragon con quien compartía estudios de medicina y el interés por la literatura. Para

1918, Breton conoció a Eluard. Todos ellos, excepto Breton, pasaron por la terrible

experiencia de luchar en el frente.

Es entonces que, con la llegada de Tzara, en París empezaron las manifestaciones dadaístas.

Ades comenta que el 23 de enero de 1920 se produjo la primera manifestación Dadá en el

Palais des Fêtes, convocándose a una charla anunciada como ‘La crisis del cambio’ en la que

asistieron pequeños comerciantes. Pronto se convirtió en una charla de literatura; la audiencia

desalojó el lugar y luego Breton presentó pinturas de Picabia: un gran lienzo con las

inscripciones ‘arriba’ en la parte de abajo y ‘abajo’ en la parte de arriba, y al pie del cuadro la

obscenidad escrita en rojo ‘L.H.O.O.Q’113. Este insulto provocó gritos en el auditorio. A

continuación se presentó una cubierta llena de inscripciones con el título ‘Riz au nez’ que

Bretón borró rápidamente. Y la velada culminó con la llegada de Tzara al escenario: leyó el

último discurso de León Daudet en la Cámara de Diputados, mientras Breton y Aragon hacían

113
Leídas en francés ‘L.H.O.O.Q.’ provoca un obsceno juego de palabras que fonéticamente significa la
grosería: ‘Elle a chaud au cul’, que podría traducirse como ‘Ella está excitada sexualmente’. ‘L.H.O.O.Q.’
corresponde al título insolente del ready-made rectificado de 1919 en una reproducción de ‘La Gioconda’ de
Leonardo Da Vinci a la que Duchamp añade bigote y barba, burlándose de su veneración (VER EN ANEXOS).

66
sonar unas campanas. El auditorio reaccionó violentamente. Guillermo De Torre114 explica

que el 5 de febrero del mismo año (1920), ‘Littérature’ organizó la ‘Primera velada en el

Salón de Independientes’: se anunciaba la presencia de Charlie Chaplin, treinta y ocho

conferencistas y lectura de manifiestos. Pero Picabia expuso un dibujo en un pizarrón que

borró inmediatamente y Tzara al subir al estrado leyó un recorte de diario en voz baja

mientras sonaban unos timbres ruidosos que anulaban su voz. El público gritaba indignado y

terminó todo en escándalo. Hubo otras dos veladas ese mismo año que De Torre destaca: la

del 27 de marzo, en la ‘Maison de l’ Oeuvre’ y la última manifestación de la temporada el 26

de mayo fue el ‘Festival Dadá’ en la Sala Gaveau. Béhar y Carassou reflexionan que el

público ya se había acostumbrado a estas veladas y manifestaciones escandalosas con sainetes

y ‘sketches’ que ya no sorprendían; con su repetición se perdía su poder destructivo.

Béhar y Carassou explican que los dadás parisinos compartían un espíritu individualista

nihilista exacerbado: rechazando toda política115 (incluida la antiburguesa), todo orden y toda

jerarquía. Negaban las soluciones políticas porque lo que buscaban era la libertad absoluta del

ser humano como creador que y se lograra así la fusión con el fluir de la vida. Consideraban

que los valores reducían la libertad del hombre; reivindicando la total libertad individual. Pero

Béhar y Carassou comentan que la prensa los confundía considerándolos bolcheviques. Dadá

sólo duró sólo dos años en París. Ya para 1920 los conflictos internos al movimiento lo fueron

desintegrando: las diferencias irreconciliables se dieron entre los viejos dadaístas como Tzara

114
De Torre, Guillermo: Historia de las literaturas de vanguardia, Tomo I, Colección universitaria de bolsillo
Punto Omega 117, Ediciones Guadarrama, Lope de Rueda 13, Madrid, 1971.
115
Hans Arp, Kurt Schwitters, Tristan Tzara, Théo van Doesburg y Chr. Spengemann, afirmaban: El arte es una
función espiritual del hombre, cuya finalidad es liberarle del caos de la vida (tragedia) (…) El arte, como
nosotros lo deseamos, no es ni proletario ni burgués, ya que desarrolla fuerzas que son suficientemente
poderosas como para influir en toda la cultura, en lugar de dejarse influenciar por circunstancias sociales. El
proletariado es un estado que debe superarse, la burguesía es un estado que debe superarse (…) El comunismo
es ya una cuestión burguesa, al igual que el socialismo de una mayoría, que es lo mismo que el capitalismo,
bajo una forma nueva. La burguesía emplea al aparato del comunismo -que no fue inventado por el
proletariado, sino por los burgueses- como un ‘medio renovador’ para su propia compleja cultura (Rusia) (…)
En contraposición, nosotros preparamos la obra de arte total que se halla por encima de todos los anuncios, ya
sean de vino espumoso, dadá o de la dictadura comunista. Fragmento extraído del “Manifiesto del arte
proletario”, La Haya, 6 de Marzo de 1923, citado en Cirlot, Lourdes, op. cit. Capítulo 5: ‘Dadaísmo’, pág. 83-84.

67
y Picabia con el grupo francés más joven, entre los que estaba Breton. Béhar y Carassou

caracterizan al Dadaísmo como un movimiento atípico, de contornos inciertos, abierto a

todos, sin un jefe, no existía jerarquía, ni programa definido que marcara el rumbo a seguir.

Dadá era efímero voluntariamente, sin estrategia a largo plazo. Esta “ausencia de doctrina, de

líder y de disciplina, al mismo tiempo que su internacionalismo, hacían del grupo dadá una

contrainstitución poderosa y original, que favorecía la exaltación de todos los

individualismos. Pero ahí residía también la debilidad del grupo. Las individualidades

extremadamente fuertes que reunía podían encontrar múltiples ocasiones de enfrentarse, más

allá de las motivaciones comunes”116. De Torre explica que “en el curso de 1921 las

disconformidades sin objeto de los dadaístas comienzan a presentar ciertas finalidades

concretas. A este nuevo sesgo corresponde el proceso a Maurice Barrès (…) Les ofendía que

aquél gran escritor -al que, en el fondo, Aragon y Breton seguían admirando…-les hubiera

traicionado, les irritaba que…se hubiese convertido en un nacionalista predicador del

belicismo (…) Con este acto Breton desplazaba a Tzara y a los demás pasando a asumir las

iniciativas del dadaísmo, se cambia así lo bufonesco en trágico (sin que el primer carácter

desaparezca) (…) Breton había ya preconizado la necesidad de ‘pasar a las vías de hecho’,

transformando a Dadá en ‘una sociedad secreta’…encargada de hacer imposible la vida de

ciertos personajes conocidos e importantes. De esta suerte se constituyeron en tribunal para

juzgar a Maurice Barrès, ‘acusado de crimen contra la seguridad del espíritu’”117. En esta

agresiva farsa, faltó la presencia del propio acusado (que se fue de París ese mismo día) y fue

reemplazado por un maniquí caracterizado. Esta ceremonia que parecía una sátira, atrajo a

mucho público generando indignación. Giménez Frontin caracteriza al año 1921 como “…el

año del histórico proceso de Maurice Barrès, primera chispa de la rotura de relaciones entre

Breton y Tzara. La iniciativa, por supuesto, era de Breton. Se trataba…de un simulacro de

116
Béhar, Henri y Carassou, Michel, op. cit., Sección 3: ‘La fuerza del grupo’, Apartado: ‘Amenazas y
fragilidades: tendencias autodestructivas’, pág. 185.
117
De Torre, Guillermo, op. cit. Parte 4: ‘Dadaísmo’, Sección: ‘El proceso a Barrès’, pág. 350-351.

68
juicio a la obra y persona de Barrès… (…) Tzara, apoyado por Picabia, se opuso (…) porque

intuía en el proyecto de Breton una voluntad inquisitorial y una seriedad trascendente…”118.

De Torre señala que luego de este hecho, el dadaísmo perdería fuerza y cohesión por las

discusiones internas y divisiones que se fueron generando. Ya se haría imposible la

continuidad del dadaísmo como gran burla. De Torre entiende que lo colectivo dio paso a

ímpetus individuales y vanidades mutuas. Melucci comenta que “el progreso en la reflexión e

investigación dentro de los ámbitos sociológicos y psicológicos nos lleva a considerar los

fenómenos colectivos como resultado de múltiples procesos que favorecen o impiden la

formación y el mantenimiento de las estructuras cognoscitivas y los sistemas de relaciones

necesarios para la acción (…) El fenómeno colectivo es, de hecho, producto de procesos

sociales diferenciados, de orientaciones de acción, de elementos de estructura y motivación

que pueden ser combinados de diversas maneras”119. Y explica que “la forma ‘organizacional’

de la acción es la manera en la cual el actor colectivo intenta dar una unidad aceptable y

duradera a este sistema sometido a tensión constante. De hecho, la acción colectiva se

enfrenta a múltiples requisitos. No es nunca la simple expresión de una intención propositiva,

sino que se construye mediante los recursos disponibles para los actores y de acuerdo con las

posibilidades/obstáculos provistos por un determinado ambiente”120. Aclara que “esta

construcción social de lo ‘colectivo’ está continuamente trabajando cuando se da una acción

colectiva; un fracaso o ruptura de ese proceso hace imposible la acción”121.

Ades destaca la exposición de collages de Ernst de 1921 en París como de suma importancia

para el futuro desarrollo del surrealismo: Breton, Aragon y los demás dadaístas vieron en sus

118
Giménez Frontin, J. L., op. cit., pág. 34-35.
119
Melucci, Alberto: Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, El Colegio de México, México D. F., 1999.
Capítulo 2: ‘Identidad y movilización en los movimientos sociales’, Sección: ‘La acción colectiva como sistema
multipolar’, pág. 56-57.
120
Melucci, Alberto: “Asumir un compromiso: identidad y movilización en los movimientos sociales”, Zona
Abierta, Nº 69, 1994, Sección 1: ‘La acción colectiva es una construcción social’, pág. 158.
121
Melucci, Alberto: Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, El Colegio de México, México D. F., 1999.
Capítulo 1: ‘Teoría de la acción colectiva’, Sección: ‘La acción colectiva como construcción social’, Apartado:
‘La acción colectiva como producto’, pág. 44.

69
collages una imagen poética coincidente con sus ideas de búsqueda de una fórmula positiva

que superara a Dadá. Entonces De Torre marca al año 1921 como finalización del apogeo y

comienzo de la decadencia del movimiento Dadá: las manifestaciones colectivas ya no

tuvieron la misma afluencia de público como en la primera época, una vez aplacada la

curiosidad. Además para ese momento se hizo pública la escisión que venía dándose a pesar

de la aparente solidaridad. Iban surgiendo diferencias quedando muy debilitado el grupo y

Picabia se fue alejando: en su opinión, Dadá sólo existió entre 1912 y 1916, antes de su

aceptación por el público. Elger marca como el período de actividad del movimiento dadaísta

entre 1916 y comienzos de los años veinte (aproximadamente hasta 1922 en París). Cirlot

marca la desaparición del dadaísmo aproximadamente hacia 1923, debido a los grandes

desacuerdos entre el grupo que seguía a Breton y el que seguía a Tzara. Ya se empezaba a

vislumbrar el germen del Surrealismo que necesitaba expandirse. Giménez Frontin considera

que hacia 1922, ya el grupo se comenzaba a disolver por las fuertes internas entre las diversas

posturas sostenidas. Además se iban sumando hechos que fueron fomentando su disolución:

-El frustrado ‘Congreso de París para la determinación de direcciones y la defensa del espíritu

moderno’, que iba a celebrarse para 1922, promovido por Breton: Tzara renuncia a su

participación por considerar que Dadá no era moderno

-El escándalo de Eluard y Breton durante la representación de una farsa de Tzara ‘Le coeur à

gaz’ (‘Corazón de gas’)/‘Soirée du Coeur à Barbe’ (‘Corazón barbudo’) en el Teatro Michel

de París, el 6 de julio de 1923: Los actores atacaban al arte moderno; esto produjo la

indignación de Breton; quien interrumpió la representación agrediéndolos (De Torre explica

que este escándalo superó a las anteriores veladas ya que fueron los mismos dadaístas que se

pelearon en el escenario y finalizando con la entrada de la policía)

-La carta anónima injuriosa que recibió Tzara

70
-El episodio del mozo del café ‘Certà’ del pasaje de la Ópera en el centro de París, donde se

reunían periódicamente: Cierto día, un mozo olvidó su billetera y los dadaístas la tomaron y

comenzó una fuerte discusión moral sobre qué hacer con ella; si quedársela o devolverla;

Eluard se la quedó y al día siguiente la billetera fue devuelta; por esta actitud fue duramente

acusado. En opinión de De Torre, este último hecho daba cuenta de la imposibilidad del

Dadaísmo de pasar al plano fáctico, real. De esta manera, Martínez Muñoz explica que el

grupo francés se disolvería por profundas y agresivas desavenencias principalmente entre

Breton y Tzara: “mientras que el primero abandonaba el nihilismo para construir una doctrina

que desembocaría en el Surrealismo, Tzara persistía en el convencimiento de que la protesta

era medio y fin en sí mismo. Pero el final de Dadá estaba contenido en el mismo espíritu que

encarnaba, no podía prolongarse más allá de esa coyuntura de crisis bélica de la que era

manifestación”122. De Torre reflexiona que “aún reconociendo lúcidamente desde el primer

momento, su efimereidad, Dadá, llegado el trance final, no lo encaró de frente, buscando

también su prolongación por otras vías: en lo exterior, adquirió la piel del Superrealismo123

(…) Dadá bien pudiera representar sustancialmente un momento extremado de la oscilación

entre dos polos del espíritu permanentes. Destrucción y construcción (…)”124. Ribemont-

Dessaignes consideraba que “Dadá se cogía los dedos en los engranajes de la literatura, como

un verdadero movimiento literario. Tal es la marcha de toda construcción del espíritu, aunque

parezca consagrada a destruir. No hay revolución que no acabe por coagularse en un orden

nuevo”125. Breton afirmaba que “Dadá no subsistirá más que dejando de ser”126. En París,

Soupault le dijo a De Torre; en 1922: “Dadá no ha muerto por la sencilla razón que no puede

morir, o, si usted quiere, porque no ha existido nunca. Dadá no ha querido probar nada. Ha

suscitado muchas cóleras y muchas risas pero nadie ha podido definirlo (…) Tzara expresó:

122
Martínez Muñoz, Amalia, op. cit., pág. 67.
123
Al autor le parece más adecuado llamar ‘Superrealismo’ al Surrealismo.
124
De Torre, Guillermo, op. cit., Parte 4: ‘Dadaísmo’, Sección: ‘Para un balance final’, pág. 363.
125
De Torre, Guillermo, op. cit., pág. 358.
126
De Torre, Guillermo, op. cit., pág 359.

71
‘La nada de Dadá tomará siempre cualquier forma, se aplicará a todo y se transformará

siempre’”127. Wenceslao Rambla Zaragozá reflexiona que “la provocación con el continuado

cuestionamiento irónico de su propia posición, no podía eternizarse, pues si bien Dadá había

ridiculizado insolentemente el arte…no había hecho sin embargo una completa apuesta en

positivo, desde su ímpetu creativo, acerca de las posibilidades del ser humano en la creación

artística”128. Elger considera que los dadaístas hacían uso de la sorpresa y del escándalo

previendo la reacción del público y las autoridades: las sesiones dadaístas confundían al

público desembocando en disturbios y tumultos. Por este motivo se prohibían sus

publicaciones, se clausuraban sus exposiciones, se confiscaban materiales y hasta se llegó a

encarcelar a algunos artistas. Pero el público acudía a las veladas dadaístas para entretenerse

con las provocaciones planteadas, que pronto perderían eficacia y dejarían de ser ya

sorprendentes: la sarcástica risa dadá se transformaría pronto en carcajada esperada del

público. Su fracaso se debió a su propio éxito. De Micheli considera a Dadá como un

movimiento de emergencia que no podía prolongarse en el tiempo y era justo que Dadá

matara a Dadá. Y entiende que la repetición significó su muerte y considera que esa era la

verdadera explicación del final del dadaísmo y no las discusiones entre Breton y Tzara.

Waldberg entiende que “…Dadá fue de manera estrepitosa destructivo, brutal, pero al mismo

tiempo etéreo y sutil…fue violento e hilarante, pero no es raro descubrir en él una nota tierna,

más bien melancólica. Dadá es un peligro que se transforma en furor, en tornado”129.

Dawn Ades explica que “el Surrealismo nació de un afán de acción positiva, de empezar a

reconstruir a partir de las ruinas de Dadá. Pues Dadá, al negar todo tenía que terminar por

negarse a sí mismo…y esto llevó a un círculo vicioso del que era preciso salir. Quienes más

127
De Torre, Guillermo, op. cit., pág 360.
128
Rambla Zaragozá, Wenceslao: Principales itinerarios artísticos del siglo XX, Castellón de la Plana:
Universitat Jaume I, 2000, Capítulo 12: ‘Hacia el concepto y otros niveles de conciencia: Dadaísmo y
Surrealismo’, Parte 12.4 ‘Surrealismo’, pág. 169.
129
AA.VV., op. cit., Sección: ‘Dadá o la función repulsa’ Apartado: ‘Difusión por el resto de Europa’, por
Patrick Waldberg, pág. 1206.

72
claramente sentían esto eran los jóvenes franceses reunidos en torno a André Breton. La

inclinación de Breton hacia la formulación de teorías siempre había chocado con el nihilismo

de dadaístas como Picabia”130. Richter considera que “Dadá se aproximaba a una crisis sin

solución. Sus propias armas, la confusión y la provocación, utilizadas con éxito durante seis

años con tanta perfidia, ingenio, sentido y no-sentido, arte y anti-arte, se volvían contra él

mismo (…) …apareció una nueva figura dominante que reemplazó el capricho y la confusión

anteriores por una autoridad y una disciplina estrictas; nos referimos a André Breton (…)

Tzara y Breton se habían convertido en personalidades públicas gracias a Dadá y se hallaban a

la cabeza de una vanguardia parisiense que estaba ocupando un lugar predominantemente en

el mundo literario y artístico de Europa. Lo que estaba en juego era el liderazgo…”131.

Melucci considera que “la construcción de una identidad colectiva se refiere a una inversión

continua y ocurre como proceso. Según se aproxima a formas más institucionalizadas de

acción social, la identidad puede cristalizar en formas organizacionales, sistemas de reglas y

relaciones de liderazgo. En las formas menos institucionalizadas de acción, su caracterización

es la de un proceso que debe activarse continuamente para hacer posible la acción”132.

Georges Sebbag133 comenta que los historiadores le dan al Surrealismo quince años de vida,

entre 1924 y 1939: entre su Primer Manifiesto y la Segunda Guerra Mundial. Y Cathrin

Klingsöhr-Leroy134 especifica que esta experiencia colectiva finalizaría de golpe con la

irrupción del Fascismo que ocasionaría el exilio de muchos de los surrealistas. Cirlot

considera que el movimiento surrealista se inició oficialmente en París para 1924 con la

publicación del ‘Manifieste du Surréalisme’ (‘Primer Manifiesto’) de Breton. Pero entre 1919

130
Stangos, Nikos: Conceptos de arte moderno, Alianza, Madrid, 2000, Sección: ‘Dadá y Surrealismo’ por Dawn
Ades, pág. 105.
131
Richter, Hans, op. cit., Parte 6: ‘Dadá-París 1919-1922’, Sección: ‘Anti-anti y el Congreso de París’, pág.
196-197.
132
Melucci, Alberto: “Asumir un compromiso: identidad y movilización en los movimientos sociales”, Zona
Abierta, Nº 69, 1994, Sección 3: ‘El compromiso individual: expectativas, identidad y acción’, pág. 173.
133
Sebbag, Georges: El surrealismo. Hay un hombre cortado en dos en la ventana (1918-1968), Colección
Claves, Ediciones Nueva Visión, Bs.As, 2003.
134
Klingsöhr-Leroy, Cathrin: Surrealismo, Editorial Taschen, Madrid, 2004.

73
y 1922, ya venía gestándose en el núcleo dadaísta parisino, conformado por los mismos

miembros que luego pasarían a formar parte del surrealismo: Breton, Louis Aragon, Paul

Eluard y Benjamin Péret.

Fortini135 y García de Carpi coinciden en periodizar el desarrollo del surrealismo

distinguiendo tres fases:

ƒ Un primer momento o primera fase entre 1919 y 1925, de articulación y

experimentación del grupo y fundamentos teóricos

ƒ Segunda fase, entre 1925 y 1930, de acercamiento al PC y desarrollo de obras

ƒ Tercera fase, hacia los años treinta: de difusión internacional, y con la invasión nazi de

Francia exilio del grupo

Breton, junto con Soupault, tomaron el nombre ‘surrealismo’ en homenaje a Guillaume

Apollinaire136 para designar al movimiento; al nuevo modo de expresión. La palabra

‘surrealista’ aparece en el título de su obra ‘Les mamelles de Tirésias’ donde él mismo la

calificaba de ‘drama surrealista’. El ‘surrealismo’ de Apollinaire como nuevo método de

invención literaria que influiría decisivamente en Breton; se trataba de un automatismo

poético: cuando no llegaba la inspiración, Apollinaire aconsejaba escribir cualquier frase y

seguir adelante, de esta manera componía sus ‘poesías-conversaciones’ donde colaboraban

sus amigos que encontraba en el café. Fortini explica que Breton había estudiado la

posibilidad del ‘pensamiento hablado’ y con Soupault ensayaban lo que luego llamarían

‘escritura automática’: una literatura que renunciaba a todo control racional en el proceso de

creación utilizando la técnica del automatismo y el azar. De Micheli destaca la palabra

135
Fortini, Franco: El movimiento surrealista, Editorial Hispanoamericana, México, 1962.
136
Breton relataba: En homenaje a Guillaume Apollinaire, quien había muerto hacía poco (…), Soupault y yo
dimos el nombre de ‘surrealismo’ al nuevo modo de expresión que teníamos a nuestro alcance y que
deseábamos comunicar lo antes posible, para su propio beneficio, a todos nuestros amigos (…) Fragmento
extraído de Breton, André: “Primer manifiesto del surrealismo”; publicado en 1924, citado en De Micheli,
Mario, op. cit., Apartado: ‘Surrealismo’, pág. 313-353.

74
‘automatismo’ como clave de la poética surrealista. Ya se habían hecho presentes en el

dadaísmo la espontaneidad y el automatismo en la receta de Tzara para ‘fabricar’ poesías.

Pero comparando ambos métodos de composición literaria, el automatismo Dadá es menos

psicológico y más mecánico que el automatismo surrealista. El primer mensaje automático:

‘Hay un hombre partido en dos en la ventana’137 (1919). Y la primera obra surrealista: ‘Les

champs magnetiques’ (‘Los campos magnéticos’) escrita por Breton y Soupault (1921). Hacia

fines de 1922, René Crevel, Robert Desnos y Benjamin Péret escribían y dibujaban en un

estado semihipnótico. Le siguieron los relatos de sueños y los escritos dictados durante el

sueño. Consideraban que la inspiración brotaba del inconsciente. Querían encontrar la libertad

psíquica de la invención.

De Micheli coincidiendo con De Torre argumenta que “lo que Dadá no había podido hacer

por su misma naturaleza lo intentó hacer el surrealismo. Dadá hallaba su libertad en la

práctica constante de la negación, el surrealismo intenta dar a esta libertad el fundamento de

una ‘doctrina’. Es el paso de la negación a la afirmación. Muchas de las posiciones dadaístas

137
Breton relataba: Una noche, antes de caer dormido, percibí, netamente articulada hasta el punto de que
resultaba imposible cambiar ni una sola palabra, pero ajena al sonido de la voz, de cualquier voz, una frase
harto rara llegaba hasta mi sin llevar en sí el menor rastro de aquellos acontecimientos que, según las
revelaciones de la conciencia, en aquel entonces me ocupaban, y la frase me pareció muy insistente, era una
frase que casi me atrevería a decir que ‘llamaba a la ventana’. Grabé rápidamente la frase en mi conciencia, y,
cuando me disponía a pasar a otro asunto, el carácter orgánico de la frase retuvo mi atención. Verdaderamente,
la frase me había dejado atónito; desgraciadamente no la he conservado en la memoria, era algo así como ‘Hay
un hombre a quien la ventana ha partido por la mitad’, pero no había manera de interpretarla erróneamente, ya
que iba acompañada de una débil representación visual de un hombre que caminaba, partido por la mitad del
cuerpo aproximadamente, por una ventana perpendicular al eje de aquél (…) Pero, debido a que la ventana
había acompañado al desplazamiento del hombre, comprendí que me hallaba ante una imagen de un tipo muy
raro, y tuve rápidamente la idea de incorporarla al acervo de mi material de construcciones poéticas. No
hubiera concedido tal importancia a esta frase si no hubiera dado lugar a una sucesión casi ininterrumpida de
frases que me dejaron poco menos sorprendido que la primera…(…) En aquel entonces todavía estaba muy
interesado en Freud, y conocía sus métodos de examen, que había tenido ocasión de practicar con enfermos
durante la guerra, por lo que decidí obtener de mi mismo lo que se procura obtener de aquéllos, es decir, un
monólogo lo más rápido posible, sobre el que el espíritu crítico del paciente no formule juicio alguno, que, en
consecuencia, quede libre de toda reticencia, y que sea, en lo posible, equivalente ‘a pensar en voz alta’ (…)
Phillipe Soupault, a quien había comunicado las primeras conclusiones a que había llegado, y yo nos
dedicamos a emborronar papel, con loable desprecio hacia los resultados literarios que de tal actividad
pudieran surgir (…) En conjunto, lo escrito por Soupault y por mí tenía grandes analogías...también había en
aquellas páginas la ilusión de una fecundidad extraordinaria mucha emoción, un considerable conjunto de
imágenes de una calidad (…) Poéticamente hablando, tales elementos destacan ante todo por su alto grado de
‘absurdo inmediato’ (…) Fragmento extraído de Breton, André: “Primer manifiesto del surrealismo”; publicado
en 1924, citado en De Micheli, Mario, op. cit., Apartado: ‘Surrealismo’, pág. 313-353.

75
se mantienen en el surrealismo, lo mismo que muchos de sus gestos, muchas de sus actitudes

destructivas, el sentido general de su rebelión y hasta sus métodos provocadores, pero todo

ello adquiere una fisonomía distinta (…) Si el anarquismo puro del dadaísmo apuntaba

únicamente a los humores irrisorios de su polémica, llegando, todo lo más, a la concepción de

la libertad como inmediato y vitalista rechazo de toda convención moral y social, el

surrealismo se presenta con la propuesta de una solución que garantice al hombre una libertad

positivamente realizable. Al rechazo total, espontáneo y primitivo de Dadá, el surrealismo

opone la búsqueda experimental y científica, apoyándose en la filosofía y en la psicología

(…)”138. García de Carpi considera al Surrealismo como heredero inmediato de Dadá.

Intentando superar su nihilismo, promovía una actitud vital que liberaría al hombre de

restricciones mentales, restituyéndole su unidad, reivindicando lo irracional de la psique

humana. En el ‘Primer Manifiesto’ de 1924, André Breton lo definía de esta manera

SURREALISMO: sustantivo, masculino. Automatismo psíquico puro por cuyo medio se

intenta expresar, verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real

del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón,

ajeno a toda preocupación estética o moral. ENCICLOPEDIA: Filosofía. El surrealismo se

basa en la creencia en la realidad superior de ciertas formas de asociación desdeñadas hasta

la aparición del mismo, y en el libre ejercicio del pensamiento (…) Han hecho profesión de fe

de SURREALISMO ABSOLUTO los siguientes señores: Aragon, Baron, Boiffard, Breton,

Carrive, Crevel, Delteil, Desnos, Eluard, Gérard, Limbour, Malkine, Morise, Naville, Noll,

Péret, Picon, Soupault, Vitrac (…) Las palabras y las imágenes se ofrecen únicamente a

modo de trampolín al servicio del espíritu que escucha. Este es el modo en que se ofrecen las

palabras y las imágenes en ‘Los campos magnéticos’, primera obra puramente surrealista

(…) El valor de la imagen está en función de la belleza de la chispa que produce (…) Y del

138
De Micheli, Mario, op. cit., Capítulo 6: ‘Sueño y realidad en el surrealismo’, Parte 1: ‘El problema de la
libertad’, pág. 173

76
mismo modo que la duración de la chispa se prolonga cuando se produce en un ambiente de

rarificación, la atmósfera surrealista, creada mediante la escritura mecánica, que me he

esforzado en poner a la disposición de todos, se presta de manera muy especial a la

producción de las más bellas imágenes (…) Para mí, la imagen más fuerte es aquella que

contiene el más alto grado de arbitrariedad (…)…Lo maravilloso es siempre bello...(…) La

poesía lleva en sí la perfecta compensación de las miserias que padecemos (…) Pierre

Reverdy, escribió: ‘La imagen es una creación pura del espíritu. La imagen no puede nacer

de una comparación, sino del acercamiento de dos realidades más o menos lejanas. Cuanto

más lejanas y justas sean las concomitancias de las dos realidades objeto de aproximación,

más fuerte será la imagen, más fuerza emotiva y más realidad poética tendrá…’139.

Waldberg considera que “lo que habían experimentado individualmente los románticos: ‘El

sueño es una segunda vida’ (Nerval) se hizo objeto de una verdadera revelación colectiva y se

convirtió en el punto de partida de la búsqueda minuciosa de cada instante, con intención de

transformar radicalmente los modos de sentir, de aprehender y de concebir el mundo”140.

Originariamente el surrealismo fue literario destacándose los poetas: Paul Eluard, Louis

Aragon, Benjamin Péret, Philippe Soupault y Antonin Artaud. Luego se sumaron Francis

Picabia, Hans Arp, Man Ray y Max Ernst. Formaron parte del grupo surrealista: Joan Miró,

André Masson y los escritores Michel Leiris, Georges Limbour. De Micheli comenta que

quedaba planteado entonces el problema de la aplicación de este método en el ámbito

figurativo. Es cuando Pierre Naville, director junto a Péret, de la revista ‘Révolution

Surréaliste’ (‘Revolución Surrealista’) en 1925 publicó en sus páginas: ‘no existe ninguna

pintura surrealista’. Y Breton en 1928 le contestó con su ensayo ‘Le surréalisme et la

peinture’ (‘El Surrealismo y la pintura’): afirmando que la obra plástica para poder existir

debía inspirarse en un modelo interior y definiendo a De Chirico como principal surrealista;

139
Breton, André: “Primer manifiesto del surrealismo”; publicado en 1924. Fragmentos extraídos de De Micheli,
Mario, op. cit., Apartado: ‘Surrealismo’, pág. 313-353.
140
AA.VV., op. cit., ‘Surrealismo’ por Patrick Waldberg, Apartado: ‘Orígenes’, pág. 1216.

77
citando un escrito suyo de 1914 que anticiparía las ideas surrealistas “para que una obra de

arte sea verdaderamente inmortal, es necesario que salga completamente de los confines de lo

humano: el buen sentido y la lógica la perjudican. De este modo se acercará al sueño y a la

mentalidad infantil. La obra profunda será empujada por el artista a la profundidades más

recónditas de su ser (…) Lo que importa es, sobre todo, liberar al arte de lo que tiene de

conocido hasta hoy: toda idea y todo símbolo deben dejarse a un lado (…)”141. De Micheli

explica que al igual que en la poesía, en el ámbito plástico, se utilizaba una imagen para la

creación surrealista. La imagen surrealista buscaba lo disímil, aproximar hechos o realidades

inconexas, subvertir las relaciones entre las cosas; cuyo objetivo era provocar en el

observador un shock que estimule su imaginación y provoque una crisis de conciencia. Pero

también la pintura surrealista buscaba crear un mundo donde el hombre encontrara lo

maravilloso y pudiera alcanzar su libertad total (Fusión del sueño con la realidad).

Walter Hess comenta que “‘El encuentro casual de una máquina de coser con el paraguas en

una mesa de disecciones’ (Lautréamont) es hoy un ejemplo muy conocido, casi clásico, del

fenómeno descubierto por los surrealistas, según el cual ‘la aproximación de dos (o más)

elementos aparentemente heterogéneos, y en un plano que tampoco les sea habitual, provoca

la máxima ignición poética’”142. Y Max Ernst iba a ser quien explicara como se llegaba a la

creación de la imagen surrealista partiendo esta definición de Lautréamont sobre la ‘belleza

surrealista’: un acoplamiento de realidades inconciliables en un plano no conveniente. Los

‘objetos surrealistas’ se componían siguiendo también ese procedimiento análogo al del

fotomontaje o el collage en Ernst, donde el automatismo se ponía en juego por el impulso de

un ‘objeto hallado’ como ‘provocador óptico’. Los antecedentes de los ‘objetos surrealistas’

podrían encontrarse en Duchamp y Picabia (VER EN ANEXOS). La pintura fue una actividad

141
De Micheli, Mario, op. cit., Capítulo 6: ‘Sueño y realidad en el surrealismo’. Parte 4: ‘La expresión
figurativa’, pág. 188-189.
142
Hess, Walter: Documentos para la comprensión del Arte Moderno, Ediciones Nueva Visión, Bs. As., 1978,
Sección: ‘Surrealismo’, Apartado: ‘El frottage. Historia de una historia natural’, pág. 168.

78
subordinada en el surrealismo, ya que se había centrado principalmente en la poesía, la

filosofía y la política; pero se ha llegado a conocer más por su pintura. De Micheli explica que

esta poética del automatismo llevado al ámbito plástico hizo que los surrealistas descubrieran

determinados ‘procedimientos’ que sustrajeran al dominio de lo consciente la creación de la

obra: algunos de estos procedimientos como el fotomontaje, el collage, la pintura y escultura

de objetos, ya habían sido inventados por los dadaístas, pero el surrealismo les dio otros

significados.

Las ideas surrealistas se difundieron rápidamente por Europa gracias a sus revistas (VER EN

ANEXOS). La actividad surrealista además de ocuparse de la literatura, la poesía y las artes

plásticas, creó en París, para 1924, la ‘Oficina de Investigaciones Surrealistas’ (en el Nº 15 de

la calle Granelle). Sebbag explica que la historia del Surrealismo está marcada por encuestas

dentro del grupo o pidiendo respuestas al público o personalidades143.

Han ejercido gran influencia los aportes de Freud; con sus estudios sobre el sueño y el

inconsciente. Breton anunciaba (…) Debemos reconocer que los descubrimientos de Freud

han sido de decisiva importancia (…) Creo en la futura armonización de estos dos estados,

aparentemente tan contradictorios, que son el sueño y la realidad, en una especie de realidad

absoluta, en una sobrerrealidad o surrealidad, si así se la puede llamar. Esta es la conquista

que pretendo…144. Pero, sin embargo Sebreli145 comenta que Freud no se interesó por los

surrealistas. Breton visitó a Freud para 1925; pero éste se negó a reconocer rastros de su

doctrina en el surrealismo. Sebreli reflexiona que los objetivos de los románticos y luego de

sus continuadores los surrealistas, fueron opuestos a los de Freud: consideraban la realidad
143
Oficina de Investigación sobre la sexualidad (1924 y 1925), Investigaciones sobre la sexualidad (1928 y 1930-
32), ¿Por qué escribe? (1929), ¿Qué hace usted cuando está solo? (1922), ¿Algunas preferencias? (1922), ¿Es
una solución el suicidio? (1924), ¿Qué tipo de esperanza pone en el amor? (1929), ¿Puede decir cuál fue el
encuentro más importante de su vida? (1933), etc.
144
Breton, André: “Primer manifiesto del surrealismo”; publicado en 1924. Fragmentos extraídos de De Micheli,
Mario, op. cit., Apartado: ‘Surrealismo’, pág. 313-353.
145
Sebreli, Juan José: El olvido de la razón, Editorial Sudamericana, Bs. As., 2006, Parte 4: ‘El psicoanálisis:
entre la ciencia y la magia’, Apartado: ‘Los dos Freud’ pág. 147.

79
como si fuera un sueño y pretendían retornan a la infancia idealizando ese paraíso perdido; en

tanto que Freud trataba de volver racional lo irracional y consciente lo inconsciente. Breton

entendía que “El espíritu que se sumerge en el surrealismo revive exaltadamente la mejor

parte de su infancia (…) Gracias al surrealismo, parece que las oportunidades de la infancia

reviven en nosotros (…) En la infancia, la ausencia de toda norma conocida ofrece al hombre

la perspectiva de múltiples vidas vividas al mismo tiempo (...) Únicamente la palabra libertad

tiene le poder de exaltarme. Me parece justo y bueno mantener indefinidamente este viejo

fanatismo humano. Sin duda alguna, se basa en mi única aspiración legítima (...)146 .

Waldberg define al Surrealismo como un estado de ánimo; un haz de experiencias y

aspiraciones que buscaba restituir al ser su totalidad; el conocimiento del ser. Bürger afirma

que los surrealistas buscaban la provocación de lo excepcional, buscaban repetir lo

extraordinario a través del dominio del azar y así descubrir lo maravilloso en lo cotidiano. De

esta manera, el azar era visto como clave de la libertad. Y Waldberg explica que lo

consideraban como vía de acceso a la realidad poética en donde, según ellos, transcurría la

verdadera vida.

Fortini define a los surrealistas como promotores de escándalo y de diversos incidentes; como

lo fue el publicar cartas abiertas violentas o panfletos; referidos a algún acontecimiento o

insultando a varias personalidades como: Anatole France (publicación del panfleto ‘Un

cadáver’ en su contra, luego de su muerte, en 1924), a los rectores de universidades europeas,

al Dalai Lama, al Papa, a las escuelas de Buda, a los directores de manicomios, a Paul Claudel

(poeta y dramaturgo embajador de Francia en el Japón, en ese entonces) Klingsöhr-Leroy

destaca uno de los primeros escándalos provocados por los surrealistas ocurrido el 2 de julio

de 1925, en el café de la ‘Closerie des Lilas’ del Boulevard Montparnasse, se trataba de un

banquete literario en honor al poeta Saint-Pol-Roux, organizado por ‘Mercure de France’.

146
Breton, André: “Primer manifiesto del surrealismo”; publicado en 1924; fragmentos extraídos de De Micheli,
Mario, op. cit., Apartado: ‘Surrealismo’, pág. 313-353.

80
Hubo consignas revolucionarias, golpes, vajilla y vidrios rotos, desmanes y detenciones. El

grupo surrealista solía reunirse preferentemente en cafés como el ‘Certâ’, el ‘Grillon’ del

Passage de l’Opéra o el ‘Cyrano’ de la Place Blanche, cerca del hogar de Breton. El ‘Cyrano’

era un café que atraía mucho a los surrealistas por ser un lugar marginal.

De Micheli reflexiona que en el dadaísmo encontramos el sentimiento de fractura y crisis pero

sólo el surrealismo buscó su solución. El surrealismo fue consciente de la fractura entre arte y

sociedad, entre lo externo y lo interno, entre fantasía y realidad, y por eso se esforzaron por

encontrar una mediación, un punto de coincidencia. Pero el problema de la libertad siguió

siendo fundamental en el surrealismo. Se siguió manteniendo el lema de Rimbaud ‘La

literatura es una idiotez’: lo que está en juego es el destino del hombre. Por eso buscaba

superar la posición de protesta para llegar a una posición claramente revolucionaria. El

surrealismo heredó los mismos enemigos políticos que Dadá pero fue menos anárquico.

Klingsöhr-Leroy distingue dos alternativas: la persistencia de una actitud anarquista y

negativa o la vía del marxismo (vía revolucionaria). De Micheli explica la complejidad del

problema de la libertad para los surrealistas ya que tuvo dos facetas: la libertad individual y la

libertad social, donde cada una implicaba distintas soluciones, aunque la libertad social a

través de la revolución antecede al logro de la libertad del espíritu. En consecuencia, la

influencia de Marx (como teórico de la libertad social) y Freud (como teórico de la libertad

individual) tenían una importancia determinante en las investigaciones surrealistas. Estas dos

facetas definieron las dos almas del surrealismo (el alma heredera del espíritu romántico y el

alma que apoyaba la revolución socialista): junto a la revolución social estaba la revolución

individual. Estas dos almas del surrealismo reflejaron la fractura real entre arte y vida, entre

arte y sociedad; que llevaban a los surrealistas a soluciones unilaterales: literarias o políticas.

De Micheli considera que se veía en el surrealismo su voluntad de querer teorizar, crear las

81
condiciones de libertad material y espiritual del hombre irrumpiendo en el terreno político. En

el dadaísmo también surgió esta exigencia pero sólo con intentos individuales de resolverlo.

Nosotros nada tenemos que ver con la literatura (…) El surrealismo (…) es un medio de total

liberación del espíritu y de todo lo que pueda parecérsele. Nosotros estamos completamente

decididos a hacer la Revolución (…) somos especialistas en Rebelión. No hay un solo medio

de acción que no sepamos emplear en caso de necesidad…147.

Para 1925, se produjo el acercamiento del surrealismo a la política, al Partido Comunista

Francés (PCF). Maurice Nadeau148 comenta que ante la guerra de Marruecos, los surrealistas

se acercaron a los comunistas a favor de los rebeldes. Fortini especifica que la represión

armada de la insurrección de Marruecos fue la que los impulsó de forma urgente a participar

políticamente contactándose con la revista comunista ‘Clarté’ (‘Claridad’), pero sin renunciar

a su autonomía. Colocando sobre todas las diferencias nuestro amor por la Revolución y

nuestra decisión de eficacia, dentro del terreno aún muy restringido que es por el momento el

nuestro, nosotros, ‘Clarté’, ‘Correspondance’, ‘Philosophies’ y ‘La Révolution Surréaliste’,

declaramos que:…aprobamos plenamente y refrendamos el manifiesto lanzado por el Comité

de acción contra la guerra de Marruecos, y más porque sus autores se encuentran

amenazados de persecuciones judiciales (…) Somos la rebelión del espíritu. Consideramos a

la sangrienta Revolución como la venganza ineludible del espíritu humillado por la obra de

ustedes. No somos unos utopistas, esta Revolución sólo la concebimos en su forma social

(…)149. Nadeau entiende que, partir de este manifiesto, los surrealistas pasaron del idealismo

147
Declaración editada en opúsculo el 27 de enero de 1925. Fragmentos extraídos de Nadeau, Maurice, op. cit.,
Segunda Parte: ‘El período heróico del surrealismo’, Capítulo 3: ‘Primeras armas’, pág. 61.
148
Nadeau, Maurice: Historia del Surrealismo, Colección Caronte Estética, Terramar Ediciones, La Plata,
Capital de la Provincia de Bs. As., Argentina, año 2007.
149
“La revolución ante todo y siempre”; manifiesto publicado en el año 1925 en ‘La Révolution Surréaliste’ Nº
5; acordado entre los surrealistas y los grupos ‘Clarté’, ‘Philosophies’ y ‘Correspondance’. Fragmentos extraídos
de Nadeau, Maurice: Historia del Surrealismo, Colección Caronte Estética, Terramar Ediciones, La Plata,
Capital de la Provincia de Bs. As., Argentina, año 2007, ‘Notas y referencias’, pág. 175-176.

82
hacia el ‘materialismo dialéctico’, hacia una acción social y política; posicionándose a favor

de la Revolución social: y para poder existir ‘una revolución del espíritu’ primero debía darse

en lo social urgentemente. De esta manera, colaboraron con el grupo ‘Clarté’ y se proyectaba

una fusión con una nueva publicación que iba a llamarse ‘Guerre Civile’. Nadeau aclara que

el movimiento surrealista no se convertiría jamás en un simple anexo de la acción

revolucionaria, aunque estaba al servicio de la revolución. Breton ya se lo había advertido a

sus colegas políticos, su intransigencia referida a su autonomía haría fracasar el proyecto de

‘Guerre Civile’ para 1926. Entonces su acción sólo iba a quedar en el terreno moral. De esta

manera se iniciaba la complicada relación con el PC que daría lugar a debates y discusiones

en torno a las vinculaciones posibles entre surrealismo y actividades revolucionarias.

Pero Klingsöhr-Leroy aclara que aunque todos los miembros del grupo surrealista aceptaron

situarse en la izquierda política, consideraban que la individualidad estaba por arriba de la

agrupación política. Esta nueva orientación política generó tensiones en el grupo que

desencadenaron en una crisis interna.

Naville150 analizó la actitud surrealista de fines del año 1925 y principios de 1926, que se

reflejaba en el dilema: liberación del espíritu como previa e independiente a la abolición de

las condiciones burguesas de la vida material o la abolición de éstas como condición necesaria

para la liberación del espíritu. Aceptando la primera opción, los surrealistas seguirían una

actitud anárquica pero sin revolución, y aceptando la segunda, seguirían el único camino

revolucionario: el marxista. Dentro del grupo se produjeron discusiones y Breton escribe

‘Légitime défense’ (‘Legítima defensa’) en 1926, donde reafirmaba su adhesión al programa

comunista definiendo la aspiración y posición de los surrealistas: servir lo mejor posible a la

causa de la Revolución, pero manteniéndose fuera.

150
Naville, Pierre: “La Révolution et les Intellectuels (Que peuvent faire les surréalistes?)”, Gallimard, París,
1927, citado en Nadeau, Maurice: Historia del Surrealismo, Colección Caronte Estética, Terramar Ediciones, La
Plata, Capital de la Provincia de Bs. As., Argentina, año 2007.

83
Durante el período del surrealismo que comienza a partir de 1926, se vinculan con el

movimiento Picasso (pero nunca lo reconoció), Chagall y Klee. Luego el surrealismo se

extiende hacia muchos otros artistas.

En 1927, se afiliaron al PCF: Breton, Aragon, J. Baron, Eluard, Péret y P. Unik, y publicaron

‘Au grand jour’ (‘En el gran día’). También publicaron el texto ‘A plena luz’: recopilación

que da cuenta de debates y discusiones en torno a las vinculaciones posibles entre surrealismo

y actividades revolucionarias, la complicada relación con el PC. Luego declararon: En el

interior de un partido revolucionario y hasta tanto que la situación no sea insurreccional, no

existen buenas razones para privar a alguno del derecho a crítica, dentro de los límites en

que éste puede ejercerse válidamente (…) Pero queremos también decir cuán doloroso

resulta que la organización del Partido Comunista en Francia no le consienta utilizarnos en

un ámbito en el que nos sea realmente posible hacernos útiles, y que a nuestro propósito no

se haya tomado otra decisión que la de señalarnos, un poco en todas partes, como

sospechosos. De ahí una campaña en contra nuestra, hasta el presente apenas insinuada,

pero que no espera para hacerse más violenta que una manifestación cualquiera de nuestra

presencia en el seno del partido (…)151. Nadeau observaba la contradicción de Breton entre la

intransigencia referida a la autonomía del surrealismo y su posterior ingreso al PC:

interpretaba que Breton y su grupo adherían al PC como expresión sincera, pero no como

militancia política.

151
“Carta al Partido Comunista francés”; abril de 1927, firmada por Aragón, Breton, Eluard, Péret y Unik, luego
de adherirse al Partido Comunista francés. Fragmentos extraídos de Fortini, Franco: El movimiento surrealista,
Editorial Hispanoamericana, México, 1962. pág. 93-94.

84
Fortini destaca que, para 1928, el surrealismo ya excedía los límites de Francia conquistando

una audiencia cada vez mayor. Pero se producirían exclusiones en el grupo. De la mano de

Salvador Dalí y Luis Buñuel aparecía el cine surrealista con ‘Un chien andalou’ (‘Un perro

andaluz’) en 1928 y ‘L´age d´or’ (‘La edad de oro’) en 1931.

Klingsöhr-Leroy analiza que por estas divergencias; se desencadenaron entonces diferentes

opiniones de cada uno de los integrantes que se reflejaron en los ataques a algunas

personalidades del movimiento en el ‘Second Manifieste du Surréalisme’ (‘Segundo

manifiesto del surrealismo’) de 1929: donde Breton descalificaba a poetas y escritores otrora

venerados y depuraba al movimiento excluyendo a Francis Picabia, Tristán Tzara, Antonin

Artaud, Phillipe Soupault, André Masson y Robert Desnos, entre otros. Anunciaba…Será

preciso convenir que el surrealismo pretendía ante todo provocar, en lo intelectual y lo

moral, una ‘crisis de conciencia’...(…) Todo induce a creer que en el espíritu humano existe

un cierto punto desde el que la vida y la muerte, lo real y lo imaginario, el pasado y el futuro,

lo comunicable y lo incomunicable, lo alto y lo bajo, dejan de ser visto como contradicciones.

De nada servirá intentar hallar en la actividad surrealista un móvil que no sea el de la

esperanza de hallar este punto (…)…Es comprensible que el surrealismo no tema adoptar el

dogma de la rebelión absoluta, de la insumisión total, del sabotaje a toda regla, y que tenga

sus esperanzas puestas únicamente en la violencia152 (…) En materia de rebelión, ninguno de

nosotros necesita antepasados (…)…Es necesario desconfiad del culto a los hombres, por

grandes que sean. Con la sola excepción de Lautréamont (…)…Resolví…abandonar

silenciosamente a su triste suerte a ciertos individuos que, a mi juicio, se habían ya hecho

justicia, por sí mismos, de modo suficiente. Este es el caso de los señores Artaud, Carrive,

152
Y Breton especifica: El acto surrealista más puro consiste en bajar a la calle, revólver en mano, y disparar
al azar, mientras a uno le dejen, contra la multitud. Quien no haya tenido, por lo menos una vez, el deseo de
acabar de esta manera con el despreciable sistema de envilecimiento y cretinización imperante, merece un sitio
entre la multitud, merece tener el vientre a tiro de revolver.

85
Delteil, Gérard, Limbour, Masson, Soupault y Vitrac, nombrados en el Manifiesto (1924), y,

posteriormente, de algunos más (…) Nuestra adhesión al principio del materialismo

histórico... Si dependiera únicamente de nosotros -con eso quiero decir si el comunismo no

nos tratara tan sólo como bichos raros destinados a cumplir en sus filas la función de

badulaques y provocadores-, nos mostraríamos plenamente capaces de cumplir, desde el

punto de vista revolucionario, con nuestro deber. Desgraciadamente, en este aspecto imperan

unas opiniones muy especiales con respecto a nosotros…me vi obligado a defender al

surrealismo de la pueril acusación de ser esencialmente un movimiento político de

orientación claramente anticomunista y contrarrevolucionaria (…) Todos nuestros antiguos

colaboradores que proclaman haberse apartado del surrealismo por propia voluntad han

sido, sin una sola excepción, expulsados por nosotros (…) Las hordas de palabras

literalmente desencadenadas a la que el dadaísmo y el surrealismo han dado libertad,

abriéndoles todas las puertas, no son de aquellas que se retiran fácilmente (…) También es

cierto que el surrealismo, que en el aspecto social ha adoptado deliberadamente, tal como

hemos visto, las fórmulas marxistas, no tiene la menor inclinación a prescindir de la crítica

freudiana de las ideas, sino que, al contrario, la considera como la primera y única fundada

en la verdad (…) Sentimos ahora deseos de hacer justicia a un hombre de quien hemos estado

largos años separados, a hacer justicia a la expresión de su pensamiento, que siempre nos ha

interesado (…) nuestras desavenencias con él no estaban basadas en las graves causas que

creíamos (…) es muy posible que Tzara, quien, a principios de 1922, época de la liquidación

del dadaísmo en cuanto ‘movimiento’, había dejado de estar de acuerdo con nosotros en lo

referente a los medios prácticos de proseguir la actividad común (…)153.

153
Breton, André: “Segundo Manifiesto del Surrealismo”; publicado en 1930. Fragmentos extraídos de Breton,
André: Manifiestos del Surrealismo, Colección Caronte Estética, Terramar Ediciones, La Plata, Bs. As.,
Argentina, año 2006, pág. 103-149.

86
Se generaron grandes discusiones sobre los problemas internos al grupo. Breton quería

continuar con la autonomía del grupo y a la vez estar con la Revolución. Para 1930, ponerse a

las órdenes de la Revolución política y social: la revista ‘Révolution surréaliste’ se pasó a

llamar ‘Le surréalisme au service de la révolution’ (‘El surrealismo al servicio de la

revolución’) y publicó el telegrama de la Oficina Internacional para la Literatura

Revolucionaria de Moscú donde se declaraba que los surrealistas eran fieles a la III

Internacional. Sebbag marca al año 1930 como el año en que los disensos estallaron dentro

del movimiento surrealista. Fortini explica que Breton se negaba a subordinar al movimiento

surrealista a las exigencias estratégicas de los comunistas. Por este motivo, un grupo de

surrealistas abandonaron el movimiento atacando a Breton en un texto virulento llamado ‘Un

cadáver’ de 1930 (utilizando el mismo título del Panfleto que publicaron en contra de Anatole

France luego de su muerte en 1924).

De Torre explica que a principios de la década del ‘30 el Surrealismo se expandía hacia otros

países como Londres, Praga, Belgrado, Tokio, Copenhague y Tenerife. El escultor Alberto

Giacometti, René Magritte y Dalí son destacados por Klingsöhr-Leroy como los artistas que

dejaron su marca en el surrealismo en la década del treinta. Y Nadeau destacaba a 1930 como

el año en que el movimiento surrealista decidió tomar dos caminos paralelos: ponerse a las

órdenes de una Revolución política y concentrarse en la investigación y experimentación

surrealista; destacando su genial poder inventivo y creador. Para 1931, Dalí desarrollaba su

teoría de la ‘paranoia crítica’ que va adquiriendo en el grupo gran relevancia, promoviendo la

construcción de objetos surrealistas, ‘objetos de funcionamiento simbólico’ (VER EN

ANEXOS) Los ‘objetos’ inventados pueden clasificarse según su origen: ‘transustanciados’

(afectivo), ‘para proyectar’ (onírico), ‘máquinas’ (fantástico-experimental), ‘modelos’

(hipnagógico), etc. De esta manera, los ‘objetos surrealistas’ se caracterizaban por su hibridez

y su no preocupación por lo formal. Fortini considera este año (1931) como decisivo ya que

87
esta teoría de la ‘paranoia crítica’ iba a ir dejando de lado de forma excluyente otras

derivaciones posibles del movimiento sellando su destino (llegando a un callejón sin salida).

De Micheli comenta que De Chirico con sus ‘Plazas de Italia’ seguía influenciando y

fascinando a los surrealistas como Tanguy, Ernst, Dalí y Magritte, y particularmente a Ernst.

Esta pintura llamada ‘metafísica’ por De Chirico poseía aspectos oníricos que luego

desarrollarían los surrealistas: soledad, silencio, perspectivas. Y es aquí donde apareció el

problema de la relación entre el sueño y la representación en el arte surrealista. La noción de

automatismo se vio atenuada y transformada hasta llegar a un automatismo con ciertas

intenciones premeditadas. Cirlot coincide con García de Carpi en distinguir dos diferentes

modos de expresión de la pintura surrealista: el ‘automatismo puro’ (‘automatismo gráfico’) y

el ‘onirismo’ (‘automatismo simbólico’) (VER EN ANEXOS). De Micheli explica que el

surrealismo no definía ninguna regla formal para que los artistas siguieran, sólo exploraba

algunos ‘procedimientos’ o medios expresivos. Técnicas: ‘Azar objetivo’, ‘humor objetivo’,

‘frotagge’, ‘collage’ y ‘fotomontaje’, etc. (VER EN ANEXOS) Recursos utilizados: imágenes

reales e irreales en tiempo y espacio, imágenes equívocas e incongruentes, lo inanimado cobra

vida, objetos y formas sin su significado convencional, juegos de percepción ilusionista,

cambios de contextos, escalas contradictorias y absurdas, representación de fragmentos

anatómicos, metamorfosis de objetos, maquinismo fantástico, atmósferas espectrales y

perspectivas vacías. Fortini considera que el surrealismo recuperaba la tradición de lo

fantástico, lo mágico, lo absurdo y lo utópico, la literatura demonológica y alquimista

medieval.

Fortini comenta que a principios de 1931, Aragon trató pero no pudo lograr que el grupo

surrealista aceptara la política cultural comunista de la Unión Soviética y Francia que

condenaba a Freud y Trotsky, entre otras cosas. La relación de los surrealistas con la política

fue muy complicada ya que se manifestaron diferencias tanto con el PCF como entre los

88
mismos surrealistas. Pero ya para esa época la consolidación de los regímenes totalitarios y la

gran crisis económica hacía que Breton y su grupo participaran políticamente con gran

intensidad, a pesar del agravamiento de su relación con los comunistas franceses. Fortini

entiende que se produjo una grave crisis en el movimiento con la separación de Aragon del

grupo (‘Asunto Aragon’): ya que vuelve convertido al comunismo; como consecuencia de su

participación junto a G. Sadoul en el II Congreso Internacional de los escritores

revolucionarios realizado en Járkov (Rusia); donde se rechazaron tesis afines a los

surrealistas, y la polémica generada por la acusación judicial de Aragon por su poema de

propaganda ‘Front Rouge’ (‘Frente Rojo’) de 1931: …Fuego contra León Blum. Fuego

contra los osos de la social-democracia (…) Yo canto la dominación violenta del

Proletariado sobre la burguesía para el aniquilamiento de esta burguesía para el

aniquilamiento total… (…) El estallido de los fusilamientos añade al paisaje una alegría

desconocida hasta ahora (…)154. Aragon fue denunciado por incitación al asesinato. El grupo

surrealista lo defendió invocando irresponsabilidad penal de la obra de arte, para evitar su

condena. Breton lo defendió en su texto: ‘Misère de la poésie’ (‘Miseria de poesía’) (1932),

pero finalmente se rompieron las relaciones entre Aragon y los surrealistas.

Para el año 1933 comenzaron las persecuciones nazis en contra de los artistas considerados

‘degenerados’. Sebreli observa que “La batalla del arte fue tomada muy en serio por los

sistemas políticos absolutos, que conocían tan bien…el peligroso poder de seducción que

tiene el arte, y la necesidad, por tanto, de perseguir a los artistas enemigos y a la vez de

disponer de otros que ensalcen al régimen. Por eso tanta tinta y sangre humana corrieron en

los tiempos del nazismo y del estalinismo, dirimiendo lo que deberían hacer o no los pintores,

154
“Frente rojo”: poema publicado por Aragon en Octubre de 1931. Fragmentos extraídos de Fortini, Franco: El
movimiento surrealista, Editorial Hispanoamericana, México, 1962. pág. 112-117.

89
los escritores, los músicos, los arquitectos”155. Declaraciones de Hitler daban cuenta de la

amenaza que Dadá representaba para la cultura: “Pero semejante desarrollo de la epidemia

dadá, debía acabarse algún día; el día en que esta forma de arte correspondiera

verdaderamente a la concepción general, se habría producido uno de los trastornos de

mayores consecuencias en la historia de la humanidad”156. Melucci nos advierte sobre “La

respuesta del adversario. Las clases y grupos dominantes están muy atentos a salvaguardar el

orden existente. Si un movimiento ataca las bases de la dominación, la respuesta del

adversario se traslada normalmente a un rango superior de aquel en el cual se sitúa la acción.

Se tendrá así una respuesta política para un movimiento con contenido antagónico que surge

como reivindicativo (por ejemplo, mediante la represión estatal), y una respuesta directa de

las clases dominantes para un movimiento que ha surgido como político (por ejemplo,

mediante la crisis económica, el bloqueo de las inversiones, o la vía autoritaria)”157.

Hacia fines de 1933, fueron expulsados del PCF: Breton, Crevel y Eluard. Sin embargo,

Williams destaca que la mayoría de los surrealistas se unieron formando parte de la

resistencia contra el fascismo franquista, en la guerra de España en los años treinta en Francia.

Fortini marca el año 1935 como de ruptura definitiva con el PC: cuando se llevó a cabo el

‘Congreso de los escritores para la defensa de la cultura’ y con la publicación de ‘En el

tiempo en que los surrealistas tenían razón’. Harto significativo es que Romain Rolland, al

tratar de ‘la función del escritor en la sociedad actual’ llegue a la siguiente conclusión

lapidaria ‘Lenin dijo: ‘hay que soñar’, Goethe dijo: ‘hay que actuar’. El surrealismo jamás

ha pretendido otra cosa, ya que casi todos sus esfuerzos se han orientado hacia la resolución

dialéctica de esta oposición (…) ‘Transformemos el mundo’ dijo Marx, ‘cambiemos la vida’
155
Sebreli, Juan José: Las aventuras de la vanguardia. El arte moderno contra la modernidad, Editorial
Sudamericana, Bs. As., 2000, Parte 6: ‘Totalitarismo y vanguardia’, pág. 228.
156
Adolf Hitler: “Mon Combat” (1927), Nouvelles Éditions Latines, 1984, p. 258, citado en Béhar, Henri y
Carassou, Michel, op. cit., Primera Parte, ‘1. Una revuelta necesaria’, Sección: ‘El escándalo por el escándalo’,
pág. 36.
157
Melucci, Alberto: Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, El Colegio de México, México D. F., 1999.
Capítulo 1: ‘Teoría de la acción colectiva’, Sección: ‘Movimientos y cambio’, Apartado: ‘La dimensión
antagónica’, pág. 52.

90
dijo Rimbaud. Para nosotros, estas dos consignas se funden en una (…)158. Preguntamos si se

necesita otro balance para juzgar por sus obras a un régimen, y en particular al régimen

‘actual’ de la Rusia soviética, y al jefe omnipotente (…) Nosotros no podemos sino aclarar

formalmente nuestra desconfianza hacia dicho régimen y dicho jefe159. Breton fija posición

ante los primeros procesos de Moscú: reprobación de los métodos stalinistas y simpatía

hacia Trotsky. Breton anunciaba Compañeros: En nuestra simple calidad de intelectuales,

declaramos considerar como abominables e inexpiables el veredicto de Moscú y su ejecución

(…) Consideramos la puesta en escena del proceso de Moscú como una abyecta acción

policíaca que supera en mucho, en amplitud y trascendencia, a la que llevó al proceso

llamado de los ‘incendiarios del Reichstag’. Consideramos que semejantes acciones

deshonran a un régimen para siempre…Saludamos nuevamente la personalidad,

‘absolutamente por encima’ de toda sospecha, de León Trotsky (…) Saludamos a ese hombre

que ha sido para nosotros… un guía intelectual y moral de primer orden y cuya vida, desde el

momento que está amenazada, nos es tan preciosa como la nuestra160.

Fortini considera que es justamente a partir de ese momento (1935) cuando el surrealismo se

iba a ir pareciendo a cualquier otro movimiento artístico de vanguardia: al difundirse

internacionalmente y formarse grupos surrealistas en varios países europeos y americanos,

perdiendo ya su carácter intransigente para pasar a los cánones tradicionales del arte y la

literatura. Comenzando, a partir de ese momento, el predominio de las ‘técnicas artísticas’

tradicionales. Después de 1935, Breton llamaría surrealistas a Oscar Dominguez, Kay Sage,

Gorki, Victor Brauner, Matta, Wilfredo Lam y Esteban Francés. Para 1936, Dalí fue

158
“Discurso en el Congreso de Escritores”, año 1935, en París. Fragmentos extraídos de Breton, André:
Manifiestos del Surrealismo, Colección Caronte Estética, Terramar Ediciones, La Plata, Bs. As., Argentina, año
2006, pág. 165-173.
159
“En el tiempo en que los surrealistas tenían razón”, año 1935 fue firmado por veintiséis surrealistas, entre
ellos: Breton y Eluard (Fragmentos extraídos de Fortini, Franco: El movimiento surrealista, Editorial
Hispanoamericana, México, 1962. pág. 128-129.
160
“La verdad sobre el proceso de Moscú”; octavilla y declaración pública de Breton del 3 de septiembre de
1936. Fragmentos extraídos de Fortini, Franco: El movimiento surrealista, Editorial Hispanoamericana, México,
1962. pág. 138-139.

91
expulsado del grupo. Sebreli especifica que “la definitiva condena a la vanguardia fue

institucionalizada con la inauguración, en Munich, el 19 de Julio de 1937, de la Exposición de

Arte Degenerado… y fue paseada luego por diversas ciudades alemanas (…) No deja de ser

curioso que los responsables de esta muestra la organizaran imitando las exposiciones

vanguardistas en la forma de colgar los cuadros, amontonados, algunos puestos

deliberadamente al revés, grafittis en las paredes, violentas consignas…(…) Es significativo

que el mismo arte que los nazis llamaban ‘bolschewistische kultur’ [‘cultura bolchevique’]

haya sido vituperado por los estalinistas como ‘fascista’. El término ‘degenerado’ usado por

unos para calificar a la vanguardia es el equivalente al de ‘decadente’ proferido por los otros,

una muestra más de las similitudes formales entre fascismo y estalinismo. Al mismo tiempo

que la exposición de arte degenerado Hitler inauguró en la casa del Arte Alemán, con mucho

menos suceso, la primera gran exposición de arte nacionalsocialista. Éste consistía en una

amalgama de costumbrismo naturalista y retórica académica neoclasicista. Las escenas de

idilios rurales con humildes campesinos trabajando se mezclaban con las majestuosas

esculturas de héroes desnudos en actitudes agresivas, reflejando esa rara combinación de

populismo tradicionalista y neopaganismo heroico que constituía el nacionalsocialismo”161.

Joan Sureda y Ana María Guasch especifican que “con el concepto de ‘Entartete Kunst’

[‘Arte degenerado’] acuñado a principios de siglo [XX] por el filósofo M. Nordeau, el

nazismo alemán, en una actitud peyorativa e ideológicamente conservadora represiva y

demagógica, calificó toda manifestación plástica contemporánea. Como represalia a los

artistas de vanguardia, el poder nazi no solo confiscó importantes obras de arte de los museos

alemanes e ironizó y ridiculizó a los principales exponentes de la plástica alemana de

principios de siglo…, sino que llegó a destruir un buen número de importantes obras. La Ley

contra el Arte Degenerado, promulgada en 1939, dio cobijo teórico a un nuevo academicismo

161
Sebreli, Juan José, op. cit., Parte 6: ‘Totalitarismo y vanguardia’, Apartado: ‘Expresionismo y nazismo’ pág.
260-261.

92
que sacó a la luz los viejos principios de la pintura contra lo que en el último cuarto del siglo

XIX había empezado a luchar el impresionismo”162. Este señalamiento y estigmatización

realizados desde el poder por parte del Régimen nazi a los artistas modernos acusados de

‘degenerados’ fue el argumento condenatorio utilizado para justificar esta gran expropiación

del arte moderno: obras impresionistas, cubistas, expresionistas, dadaístas, surrealistas, etc.,

en contraposición al ‘Arte germánico’ (‘Deutsche Kunst’).

De Micheli comenta que el grupo surrealista original se fue rompiendo pese a los esfuerzos de

Breton de tratar de mantenerlo unido. De Micheli considera esto se debió a que su doble alma

social e individual, nunca llegó a fundirse. Breton insistió en mantenerlas separadas

considerándolas dos problemas distintos. Y el aceptar definitivamente ésto era adherir a la

distinción idealista entre dos esferas de actividad: la de la práctica y la del espíritu. Muchos

surrealistas no lo aceptaron y se terminaron separando del movimiento como Aragón, Eluard,

Picasso y Tzara. Los disidentes simpatizaron con el PCF, mientras que Breton se acercaba a

Trotski; que se encontraba refugiado en México, en la casa del pintor Rivera. Para 1938,

Breton se contactó personalmente con Trotsky y fundaron en México una ‘Federación del

Arte Revolucionario Independiente’. Y ambos escribieron un manifiesto llamado ‘Por un arte

revolucionario independiente’: en donde Breton retomaba el problema de las dos almas cuya

solución vuelve a considerarla como una fusión entre ambas; la necesidad de emancipación

del espíritu fundiéndose con la necesidad de emancipación del hombre.

El Surrealismo extendió su desarrollo llegando aproximadamente hasta el año 1938; año que

alcanzó su apogeo con la ‘Gran Exposición Internacional del Surrealismo’ en París (VER EN

ANEXOS). Ya que al siguiente año se daría inicio a la Segunda Guerra Mundial con la

invasión nazi de Francia; provocando la disgregación del grupo con el exilio desde París

hacia: Nueva York por parte de Breton, Ernst, Yves Tanguy, Kurt Seligmann y Roberto

162
Sureda, Joan y Guasch, Ana María: La trama de lo moderno, Ediciones Akal, Madrid, 1993, pág.194.

93
Matta; México por parte de Wolfgang Paalen, Leonora Carrington, Remedios Varo y

Benjamin Péret y; el Caribe por parte de Wilfredo Lam y Eugenio Granell.

POSICIONAMIENTOS Y TENDENCIAS ANTE EL DILEMA:

Voluntad de destruir Necesidad de crear


Negación/Destrucción Afirmación/Creación
Demoler/Aniquilar Construir/Producir

DADAÍSMO

SURREALISMO

De Micheli enumera las consignas que el surrealismo hace suyas:


‘Transformar el mundo’, dijo Marx
‘Cambiar la vida’, dijo Rimbaud
‘Es necesario soñar’, dijo Lenin
‘Es necesario actuar’, dijo Goethe
‘La poesía debe tener como objetivo la verdad práctica’, dijo Lautréamont
‘La poesía debe ser hecha por todos y no por uno sólo’, dijo Lautréamont

94
DADAÍSMO SURREALISMO
Inmediatos: Inmediatos:
Provocar, escandalizar, movilizar, sobresaltar, Impactar, movilizar, sorprender, conmover,
impactar, sorprender, descolocar, violentar, lograr una nueva poesía, descubrir lo
protestar, denunciar, cuestionar, caricaturizar. maravilloso en lo cotidiano
F Buscan impactar, conmover al público Buscan impactar, conmover al público
i (espectador) para hacerlos reflexionar. (espectador) para hacerlo reflexionar
Rechazar la razón por sobre lo irracional, lo
n inconsciente y la imaginación. Transgredir todos
e los límites posibles. Reaccionar en contra de
s todo lo establecido. Rebelión total.

Mediatos: Mediatos:
Liberación de la subjetividad creadora y
Liberación de la subjetividad creadora y
receptora. Está en juego el destino del
receptora. Alcanzar la liberación total del
Hombre. Introducir un cambio efectivo y
Hombre. Está en juego su destino. Integrar Arte y
trascendente en las conciencias y en la
Vida. Desacralización del arte, democratizarlo
sociedad. Integrar Arte y Vida

Desestructurar al lenguaje, vaciarlo de sentido, Desestructurar al lenguaje como búsqueda de


considerado por los dadaístas como nueva inspiración para la creación, como
contaminado y ya sin sentido y jugar con el nueva fuente creadora
M resultado de esta operación
e
Escándalo, burlas y provocaciones Forma de proceder más organizada que los
d negación, destrucción, duda, asco, rabia, dadaístas.
i absurdo, contradicción, ironía, sarcasmo, sátira,
o parodia, humor, risa, exhibicionismo,
irreverencia, rebeldía, violencia, transgresión, El ‘dictado automático surrealista’
s sorpresa, rechazo (‘automatismo psíquico puro’)

Forma de proceder espontánea y lúdica El azar visto como clave de la libertad


El ‘automatismo dadá’ (espontáneo y
mecánico) El azar visto como clave de la
libertad

A
Plena Primera Guerra Mundial (1914-18) Coyuntura de entre guerras
m
b Suiza neutral (Zurich) Simpatía creciente por el Comunismo que
i luego se traduciría en una relación conflictiva
Revolución Rusa (1917) con el PCF.
e
n Según las ciudades donde se propagó (diversas Ascenso los Estados totalitarios: de derecha;
t coyunturas), cobra diferentes sesgos Fascismo y Nazismo, y de izquierda;
Comunismo real
e

95
GUIENDO
SIG O EL ESQU
UEMA AN
NALÍTICO
O PROPUESTO PO
OR MELUC
CCI:

Commbaten: la Comba aten: la


definnición de concep pción
arte como Combaten: la a tradicioonal
merc cancía concepción d del que
que cotiza
c en artista conside era
DADAÍSMO: el meercado considerado que el arte
(marrchand), ‘genio’ que debe
Ideal anarquista, re
evolucionario, antiburgués de artista domina una respetaarse
considerado técnica, como algo
a
Profundo desprecio o a la sociedad como distante de un n elevad do,
capittalista burguessa con su supe erficialidad productor público sagrad do, un
mateerialista autoco
omplaciente y al receptor pasiv vo arte solemne
cuya fe en los logroos científicos y técnicos Capiitalismo de su obra, (Arte
on señalados por
fuero p los dadaísta as en ge eneral tajante tradicioonal de
como o responsabless de llevar a laa Guerra separación los musseos y
Propo onen: entre creadorr y literatura
En Alemania los da adaístas fueron n apolíticos un arrte espectador, y consag grada),
hastaa fines de 1918 8, luego se commprometieron libera
ador del entre disciplina
as como
con la extrema izqu uierda: Liga Espatarquista homb bre, (pintura, intocab ble,
(Izquiierda socialista
a). Se dividiero
on en 2 gene erador de escultura, inmutable,
grupoos: marxistas y anarquistas conc ciencia, poesía, cine, cerrado o en sí
moviilizador, música, etc) mismo,, la
reflexxivo de la existencia de
REALISMO:
SURR vida,, nuevo Proponen: un ámb bito
pape el del ‘Todos somos conside erado
atía creciente
Simpa e hacia la Revo
olución Rusa. artista en la artistas’, el como
socieedad, público activo o específfico del
Luego afiliación al PCF, pero rela ación nuev va forma y participe dee la arte (Esstética)
conflictiva: ‘Al serviicio de la Revo
olución’ pero de producir obra,
nsigencia en su
intran u autonomía; conservaron arte con su borrándose la Propon nen: un
su ind
dividualidad por encima de la respeectivo separación arte
agruppación política a; no pudiendo correelato en entre creadorr y democ crático,
comp prometerse en n la militancia la forrma de espectador, abarca ativo,
(Libertad artística versus
v Dogma) recepcionar nuevas técnic cas que de ebe
ese nuevo
n inspiradoras unirse,
mente repudia
Finalm aron las política
as stalinistas arte (collages, integraarse a la
que por
p ser autorita
arias contradic cen el ideal frotagges, vida, como
del grupo,
g ocasionando desercio ones fotomontajes, expresión
escritura intrínseca de
automática, cada ser
“cadáveres human no, el
exquisitos”) y arte deebe ser
fusión e mutablle,
integración maleab ble,
entre las inclasifiicable,
diferentes inesperrado.
disciplinas (Artte
total)

96
CONCLUSIONES

Mattheu Gale163 explica que la protesta de Dadá había iniciado un discurso crítico contra las

estructuras de la sociedad capitalista; alimentándose de la ‘densa telaraña’ de cultura exiliada

en Zurich influida por el Anarquismo y Socialismo. Béhar y Carassou entienden que la

Guerra hizo acelerar esa toma de conciencia que ya se había iniciado entre artistas y

escritores, favoreciendo el encuentro y el debate de ideas. Melucci considera que “la

propensión de un individuo a implicarse en la acción colectiva está así ligada a la capacidad

diferencial para definir una identidad, esto es, al acceso diferencial a los recursos que le

permiten participar en el proceso de construcción de una identidad. Estas diferencias también

influyen en la calidad de las expectativas representadas por los individuos o los subgrupos que

participan en los fenómenos colectivos. El grado de exposición de un individuo a ciertos

recursos (cognoscitivos y relacionales) influye en su posibilidad o no, de entrada en el

proceso interactivo de construcción de una identidad colectiva. De este grado de exposición

dependen las oportunidades individuales de participación en la negociación de esa identidad

y, en particular: a) la intensidad y calidad de la participación de un individuo y b) el punto de

inicio y la duración de su compromiso”164. Béhar y Carassou definen a Dadá como un

movimiento atípico que no contaba con un animador carismático que guiara el camino a

seguir, es así que durante el recorrido de su acción colectiva se iban a ir agregando

personalidades; sin sentirse del todo amalgamadas. Este ‘puñado de individuos’ se unió por

amistad, compartiendo los mismos rechazos, reconociéndose en un mismo estado de ánimo.

Sin embargo la cohesión del grupo parecía radicar justamente en el mantenimiento de esta

libertad individual de sus miembros: en la flexibilidad de su organización como grupo,

163
Guasch, Ana María, op. cit., Capítulo II: ‘El Zurich del Dadaísmo’ por Mattheu Gale.
164
Melucci, Alberto: Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, El Colegio de México, México D. F., 1999,
Capítulo 2: ‘Identidad y movilización en los movimientos sociales’, Sección: ‘Asumir un compromiso:
expectativas, identidad y acción’, pág. 67.

97
parecía basarse su fuerza. Al no permitir que existieran jerarquías entre ellos, todos sus

miembros podían presidirlo potencialmente: cada miembro podía hacer predominar su postura

en el grupo, logrando imponer así sus ideas y, de manera espontánea, ejercer alguna especie

de ‘liderazgo’ durante algún tiempo. El fundador-promotor de Dadá fue en un principio Ball,

pero luego se retiraría a la montaña por su personalidad mística y quedaría Tzara,

transformándose en una especie de líder del movimiento. Béhar y Carassou comentan que

Tzara era identificado por la opinión pública como el ‘padre’ de Dadá y por este señalamiento

fue atacado. Huelsenbeck fue otro destacado promotor de Dadá. Picabia, Ernst y Arp fueron

importantes e influyentes referentes. Pero pronto las diferentes posturas y vías de acción

representadas por personalidades como Breton, Tzara y Picabia, generarían posteriores

conflictos, rivalidades y desconfianza en el grupo, derivándose en la formación de subgrupos

distanciados entre sí, guiados por cada uno de ellos.

Rambla Zaragozá entiende que en el occidente capitalista se necesitaba del anti-arte para

evitar la alienación artística individual, ya que el sistema era capaz de asumirlo e integrarlo

todo. Casullo reflexiona que las vanguardias estéticas estaban predestinadas a morir: su

protesta, su crítica contra las formas institucionales del arte les hacía rechazar toda

consagración estética. Rambla Zaragozá explica que el artista de vanguardia se situaba al

margen de la sociedad porque la cuestionaba y rechazaba, pero quería transformarla. Y tenía

dos posibles caminos: la fuga (o huída) individual o la intención social. Explica que los

artistas de vanguardia propugnaron una transformación radical de la obra de arte, de la praxis

artística y del propio orden social, buscando minar sus bases. Rambla Zaragozá distingue dos

órdenes en el proyecto vanguardista, el orden lingüístico y el orden del proyecto social:

-Orden lingüístico: cuestionaban el arte como institución (transformación de esquemas

visuales heredados y nuevo lenguaje plástico)

98
-Orden del proyecto social: compromiso (proyectando modelos de acción basados en el arte

como guía transformadora)

Béhar y Carassou explican que Dadá rompía con las concepciones que consideraban al arte

como actividad específica. El arte tradicional era considerado con un valor sagrado, cada vez

más alejado de lo humano, distanciándose de la vida. Por eso Dadá buscaba desacralizar el

arte volviéndolo cotidiano, y, de esta manera, poder unir la actividad artística con la práctica

social, fusionando arte y vida. El Dadaísmo propició la renovación los medios expresivos

poniendo en jaque la función del arte y el artista en la sociedad. Buscaron borrar los límites

entre los géneros integrando todas las artes y ámbitos creativos. Rechazaron, cuestionaron y

se burlaron de los valores sociales, estéticos y culturales burgueses vigentes y consagrados en

la cultura dominante de la sociedad moderna occidental.

Rambla Zaragozá observa que el rechazo a instituciones como museos, academia, etc. y al

lenguaje artístico, puso en jaque la representación abandonando la mímesis y los hábitos

perceptivos. El interés se iba a centrar en la presencia misma de la obra como objeto y su

materialidad significando esto una contundente revolución plástica. Cuestionaron el rol del

artista: desaparece la figura mítica del genio creador (talentoso que domina una técnica),

reduciendo su importancia en tanto ‘autor’ de la obra, produciendo de esta manera una

democratización de la actividad creadora al desmitificar el arte, desacralizarlo. Lo importante

en el objeto artístico iba a centrarse en su construcción, el ‘cómo’ de la obra, cobrando

protagonismo el público-espectador, cuya participación activa en la obra completaría el

proceso creativo iniciado por el artista, la obra ya no sería más de su ‘propiedad’: el

espectador la resignificaría, recrearía, reinterpretaría, diluyendo, de esta manera, la separación

entre artista y público (ya no más actitud pasiva y contemplativa). Béhar y Carassou explican

que se buscaba interpelar al espectador a través de lo trivial e inusual (lo extraño) provocando

99
un impacto, un choque: sorpresa, desconcierto y desorientación. Predominaría la integración

de nuevos y diversos materiales como los de desecho y objetos: se daría entonces una

combinación contrastante entre lo real (material) y lo irreal (dibujado), trastocando materia y

forma. Y se introducirían nuevos métodos como el azar. De esta manera, revolucionarían los

principios de creación artística (lenguaje artístico). Béhar y Carassou explican que para los

dadaístas vivir y crear eran lo mismo; entienden que el proceso creativo conllevaba

necesariamente una parte de destrucción: “siempre será necesario destruir para impedir que la

creación se petrifique, se aleje de la vida y engendre la muerte”165. Michel Sanouillet

considera que “nadie ha ido tan lejos como los dadaístas en el camino de la subversión. Pero a

pesar de su declarada voluntad de cuestionarlo todo…nos traen un descubrimiento capital,

insospechado hasta para sus inventores, y es que el nihilismo integral en materia de arte o de

poesía no existe. Toda negación se acompaña de una afirmación simultánea, toda destrucción

acarrea una construcción”166. Béhar y Carassou reconocen que Dadá fue el único movimiento

que creaba arte de la nada. El Dadaísmo “pretendió romper con los sistemas convencionales

del arte. En lo ideológico tuvo ciertos contactos con la doctrina anarquista de Bakunin, de ahí

su lema: ‘la destrucción puede ser creación’”167 : la destrucción y la construcción (creación)

siempre van de la mano.

Hacia 1920, Dadá comenzaba su decadencia, y la mayor parte de sus miembros formarían

parte del Surrealismo. Dadá ya no estaba causando sorpresa ni novedad en el público y

tampoco podía institucionalizarse, cristalizarse. El movimiento surrealista ya se estaba

gestando hacia 1921 en el grupo Dadá parisino. Sebbag para ese momento ya los llama:

‘dadás-surrealistas’. Los futuros surrealistas: Breton, Ernst, Aragon, Soupault, René Crevel y

165
Béhar, Henri y Carassou, Michel, op. cit., pág. 203.
166
Sanouillet, Michel: “Dadá à París”, Pauvert, 1965, p. 428, citado en Béhar, Henri y Carassou, Michel, op. cit.,
Tercera Parte: ‘Un estado de ánimo’, Sección: 2. ‘El principio de contradicción’, Apartado: ‘La dialéctica
destrucción-creación’, pág. 177.
167
AA.VV.: Arte Universal. Tomo: Arte del siglo XX de principios de siglo a la Segunda Guerra Mundial,
Editorial The Marketing Room S. A., Madrid 2009, Parte III: ‘Escultura. Las nuevas corrientes en escultura’.
Sección: ‘El Dadaísmo’, pág. 92.

100
Robert Desnos. Hacia 1922, comenzaba la disolución paulatina del grupo debido a las

diversas posturas/líneas de acción a seguir (objetivos) que originaron tensas rivalidades entre

sus integrantes determinando posturas irreconciliables. Se iba a ir perfilando y definiendo el

liderazgo de Breton y el de Tzara. Es así que Gorlier y Guzik advierten que diferentes

orientaciones internas pueden cristalizarse en diversos grupos con la capacidad de influenciar

sobre las decisiones del curso de acción a seguir. La fuerte personalidad de Breton, por sobre

Tzara, iba a ir imponiendo su influencia en el grupo. Se produciría entonces una reorientación

de Dadá: se ‘convertiría’ en Surrealismo.

Béhar y Carassou reflexionan que Dadá, para poder tener más eficacia colectiva, iba a

necesitar una línea conducción clara, definida: un jefe y una disciplina. El movimiento

surrealista iba a retomar parte de su herencia, pero se diferenciaría de Dadá en su

organización. El jefe del grupo surrealista exigía adhesión total. El surrealista no tenía que

trabajar, de esta manera sus adeptos abandonaron sus profesiones y estudios. Se controlaba las

actividades de cada miembro: no podían dedicarse a determinadas actividades lucrativas como

el periodismo. En cambio al dadaísta no se le exigía nada: todos expresaban su personalidad,

el grupo se caracterizaba por el individualismo de sus miembros. De Torre compara a Dadá

con el Surrealismo: “…exteriormente, ciertos rasgos persistían, por ejemplo, la protesta

continua, el ademán insolente, si bien cambiando el objetivo. Antes era la broma

intrascendente, la mofa cruel del público que ‘quería comprender’ y solo encontraba una

risotada en réplica. Antes era, en último caso, el ataque literario…Ahora, la risa jovial se

trocaba en mueca severa y la protesta rebasaba el plano de lo literario, llegando al metafísico

y alcanzando implicaciones políticas o sociales (…) Antes no había disciplina de grupo. Cada

cual era libre de buscar sus afinidades (…) La ‘libre espontaneidad dadaísta’ desaparece. Se

crea una atmósfera de ‘pureza’ y de intransigencia (…) El superrealismo [surrealismo] -a

partir de cierta fecha- se transforma en un equipo regimentado, de código fijo y leyes

101
inexorables. A su frente álzase la figura imperturbable del que fue llamado ‘gran inquisidor’,

‘Papa negro’ del superrealismo [surrealismo], Andre Breton (...) imponiendo normas,

fulminando anatemas (…)”168.

Rambla Zaragozá reflexiona que el proyecto vanguardista fue un proyecto insatisfecho sólo

en lo que se refiere a la transformación social/ideológica, pero no así en la renovación de

lenguajes artísticos. Califica de ingenua y esperanzadora su propuesta revolucionaria por ser

inviable, ya que su capacidad transformadora no pudo proyectarse hacia el exterior: su crítica

y rechazo se mantendrían dentro de los límites de la producción de la obra de arte, a pesar de

sus intentos por trascender al ámbito artístico.

De Micheli señala el problema de la libertad para los surrealistas (sus dos almas):

-Libertad social (Material) Marx: implicaba una solución política - Revolución socialista

(Vida, sociedad)

-Libertad individual (Espiritual) Freud: implicaba una solución literaria - Revolución

individual (Arte)

Esta búsqueda de fusionar las dos almas quedaba planteada entonces como nostalgia o deseo.

Frustraciones y logros que van apareciendo en el recorrido. Sebbag observa que hubo diez

años, entre 1925 y 1935, de relaciones tensas y desconfianza mutua entre surrealistas y

comunistas. Este acercamiento al comunismo hacia 1925 se produjo cautelosamente, ya que

éste era todavía un pequeño partido al margen de la ley y dispuesto a buscar posibles alianzas.

Gorlier y Guzik nos advierten de observar la conformación y mantenimiento de la solidaridad

interna, el liderazgo e interacciones entre los miembros y las negociaciones con otros actores,

aliados o antagónicos. Sebbag distingue los dos objetivos, difíciles de conciliar que Breton

pretendía: una actividad artística (que implicaba permanecer independiente del PC) y otra

168
De Torre, Guillermo, op. cit., Sección: ‘Diferencias y afinidades con Dadá’, pág. 17-19.

102
actividad política (paralela al PC). De esta manera, la Revolución surrealista poética se

enfrentaba con la Revolución política. De Torre considera que los surrealistas tendían a una

‘revolución espiritual’ pero no en abstracto, acercamiento al plano empírico adhiriendo hacia

una revolución concreta: la comunista. Cuanto más se trataron de aproximar surrealistas y

marxistas, más se fueron notando las diferencias. Mientras que los marxistas exigían sumisión

absoluta a sus principios; los surrealistas se negaban a abandonar los suyos, rechazando el

alinear su arte a fines de propaganda. De Torre destaca que era evidente la imposibilidad de

armonizar cualquier actividad libre del espíritu con cualquier sistema político dogmático.

Breton se negaba a resignar la libertad artística: defendía y preservaba la autonomía del arte

pero aún sin resignar las esperanzas revolucionarias.

Sebbag define al grupo surrealista como una asociación libre de poetas y artistas que se

reunieron para llevar a cabo una actividad colectiva no conformista. Klingsöhr-Leroy como

‘experimento de individualidad colectiva’. Nadeau define al movimiento surrealista como

“una ‘organización’ colectiva, una secta de iniciados, un partido, análogo a los partidos

políticos revolucionarios, que siempre tienen, más o menos, su apariencia conspiradora. Se

entra allí con pleno conocimiento de causa, se sale o se es excluido por razones precisas y se

realiza un trabajo en común (…)”169. Coincidiendo con Nadeau, Fortini examina la relación

entre el grupo surrealista y el PCF comparando la organización surrealista como imitando a

los partidos políticos revolucionarios en cuanto a procedimientos, disciplina, exclusiones, etc.

La dinámica del grupo surrealista estaba definida por las continuas exclusiones y adhesiones.

De Torre define al surrealismo como un fenómeno polifacético y contradictorio, ambivalente.

Podemos observar el tajante contraste entre la disciplina inflexible que imponía Breton dentro

del movimiento surrealista y sus ideas de liberación del hombre. A su vez este dogmatismo se

parecía al del PCF, sin embargo Breton rechazaba justamente el hecho que el partido

169
Nadeau, Maurice: Historia del Surrealismo, Colección Caronte Estética, Terramar Ediciones, La Plata,
Capital de la Provincia de Bs. As., Argentina, año 2007, Segunda Parte: ‘El período heróico del surrealismo’,
Capítulo 3: ‘Primeras armas’, pág. 62.

103
pretendiera una intervención en su libertad de la creación artística. Debilidad en las

definiciones políticas del grupo surrealista: se unieron a los comunistas pero seguían sin

aceptar su dogma. Sebbag considera que Breton y sus amigos nunca terminaron de convertirse

en militantes políticos, ya que no quisieron someterse al PCF. La protesta se exteriorizaba en

el plano social, al comunismo, pero la angustia individual persistía.

Los surrealistas se alejaron definitivamente de los comunistas tras condenar los procesos de

Moscú de 1936. Sebbag entiende que los surrealistas se alinearon tras el PC como militantes

comunistas ocasionales, inflexibles en el campo cultural. Ruptura política con el comunismo:

denunciaron a la URSS rechazando el stalinismo. Para 1938, Breton viajó a México para

encontrarse con León Trotsky exiliado. De Torre destaca que su ambición era liberar el

espíritu y la vida humana, aspirando a una libertad integral. Su prioridad: liberación del

hombre interior. Desilusión en la acción política. De Torre señala la contradicción en que

incurrieron algunos dadaístas que pertenecieron posteriormente al Surrealismo: al adherir al

comunismo estaban aceptando una sociedad que ya se mostraba extremadamente más

absolutista, esclavizante y destructora que la sociedad contra la que ellos se habían rebelado

originariamente y rechazado.

Melucci define a la acción colectiva como producto o resultado de interacciones dinámicas,

flexibles (en continuo cambio) de negociaciones y decisiones entre actores que actúan

colectivamente haciendo acuerdos temporarios sobre las diferentes orientaciones posibles de

acción. Se trata de grupos que forman redes solidarias, redes de sentido (Dimensión

emocional de la identidad colectiva). La acción colectiva está expuesta al riesgo permanente

de: fragmentación, desestructuración, como ser reducidos a sectas marginales; o integración,

como ser integrados en circuitos de mercado. Rambla Zaragozá advierte que la clase

dominante no iba a tardar en asimilar el proyecto vanguardista con su capacidad

neutralizadora en lo que se refiere a la transformación social. A Fortini le sorprende la total

104
inadecuación de los instrumentos culturales utilizados por los surrealistas a comparación de

sus grandes finalidades. Su relación con la organización cultural del capitalismo moderno se

expresaba como abstención y protesta. No comprendieron que en el tiempo transcurrido entre

las dos guerras habían madurado fuerzas de opresión política y masificación cultural que

hacían que sus obras y manifestaciones sean aceptadas, no provocaban ya escándalo alguno.

Melucci advierte que “Fines, medios y ambiente continuamente generan posibilidades de

tensión: los objetivos no se adecuan a los medios o viceversa; el ambiente es pobre o rico en

recursos importantes; los medios son más o menos congruentes con el campo de acción, etc.

Continuamente existen tensiones aún dentro de cada eje, por ejemplo, en la definición de los

fines; entre los objetivos de corto y largo plazos; en la selección de los medios, entre el uso de

los recursos para tener eficacia y su uso para consolidar; en las relaciones con el ambiente,

entre el equilibrio interno e intercambios externos, etc.”170.

Fortini explica que “la empresa surrealista se sitúa en una fase precisa del doble movimiento

de la sociedad contemporánea: el movimiento hacia una división cada vez más exacerbada

(especialización técnica, reducción de la unidad humana a la suma inorgánica de las

conductas) y el movimiento opuesto, hacia una reunificación, como reivindicación de la

unidad personal del hombre y, al propio tiempo, de la intersubjetividad (…) Pues bien la

empresa surrealista se sitúa en un período que, si bien había presenciado el terrible resultado

de los conflictos imperialistas y la aparición de la antítesis revolucionaria, no había con todo

visto desplegarse todavía el poder de la segunda revolución industrial (…)”171.

Fortini advierte que en un texto automático el surrealismo alteraba el orden de la lógica

discursiva pero sin alterar la sintaxis ni la gramática. Fortini comenta que el procedimiento de

la ‘paranoia crítica’ excluía la noción de automatismo, proponiendo la organización

170
Melucci, Alberto: Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, El Colegio de México, México D. F., 1999.
Capítulo 1: ‘Teoría de la acción colectiva’, Sección: ‘La acción colectiva como construcción social’, Apartado:
‘La acción colectiva como producto’, pág. 43-44.
171
Fortini, Franco: El movimiento surrealista, Editorial Hispanoamericana, México, 1962, Capítulo 5:
“Conclusiones”, pág. 43-44.

105
consciente y voluntaria de elementos para poder expresar alucinaciones, símbolos del

subconsciente, etc. De ahí que en los cuadros de Dalí y en los filmes realizados con Buñuel, lo

representado era un mundo en el que el naturalismo casi fotográfico de los detalles hacía

patente lo irreal. Otro ejemplo de esto son los collages de Max Ernst y los poemas surrealistas

compuestos por recortes de diarios. Fortini observa que estas contradicciones se hacen más

evidentes en la actividad práctica y política del surrealismo.

Ribemont-Dessaignes afirmó: “El superrealismo [Surrealismo] ha nacido de una costilla de

Dadá”172 y Tristán Tzara concidió: “El superrealismo [Surrealismo] nació de las cenizas de

Dadá”173. Richter reflexionaba que “el surrealismo, en sus comienzos, se parece a Dadá como

dos gotas de agua (…) El surrealismo devoró y digirió a Dadá (…) El método y la disciplina

del surrealismo son esencialmente obra de Breton. Con el Dadá explosivo como punto de

partida, creó en el surrealismo, y sobre una base racional, un movimiento que aunque

absorbió totalmente a Dadá codificó la rebelión Dadá en una estricta disciplina intelectual.

Pero Breton no sólo se apoderó de Dadá: lo perpetuó desarrollando una amplia teoría y un

método que engloba el sueño y el azar llevándolos hasta el punto de la alucinación. Esta

infraestructura teórica y metódica diferencia el surrealismo de Dadá... La teoría y la disciplina

debían, en último término, engendrar el academicismo (…) Esos frutos se convirtieron por

último en un producto popular con una repercusión que Dadá jamás podría haber alcanzado…

El Surrealismo confirió significado y sentido a Dadá…Dadá dio vida al Surrealismo”174.

Béhar y Carassou entienden que la influencia de Dadá impregnó la cultura occidental

resurgiendo a través de la protesta de la sociedad de consumo en 1968; así como en los

172
Ribemont-Dessaignes: “Déjà jadis! ou Du mouvement dada à l’ espace abstrait”, 1958, UGE, “10/18”, París,
1973, citado en De Torre, Guillermo: Historia de las literaturas de vanguardia, Tomo II, Colección universitaria
de bolsillo Punto Omega 118, Ediciones Guadarrama, Lope de Rueda 13, Madrid, 1971, Capítulo 5:
“Superrealismo”, Sección: ‘Un fin y un recomienzo’, pág. 15.
173
Tristán Tzara: “Le Surréalisme et l’ après-guerre”, citado en De Torre, Guillermo, op. cit., Capítulo 5:
‘Superrealismo’, Sección: ‘Un fin y un recomienzo’, pág. 15.
174
Richter, Hans, op. cit., Parte 6: ‘Dadá-París 1919-1922, Sección: ‘Sub-dadá, super-realismo’, pág. 206.

106
múltiples experimentos artísticos: neodadaístas, pop-art, happenings, y corrientes de la

literatura contemporánea. Consideran que “…Dadá puede volver a aparecer en cualquier

ocasión, en cuanto algunos individuos decidan no representar el papel que les asigne la

sociedad (…) Los movimientos estudiantiles de mayo del 68, al poner en tela de juicio

globalmente a la cultura y a la sociedad, tenían más de nihilismo de Dadá que de la búsqueda

surrealista de nuevos mitos (…)”175. Fiona Bradley comenta que “a menudo se considera el

dadaísmo como el precursor del surrealismo. De hecho, la descripción que Breton hace de la

situación es más precisa: los dos movimientos eran ‘como dos olas sobrepasándose la una o la

otra alternativamente’176…El dadaísmo precedió al surrealismo y el surrealismo sobrevivió al

dadaísmo, pero por un tiempo los dos movimientos coexistieron en un continuum de energía y

agitación compartidas”177.

175
Béhar, Henri y Carassou, Michel, op. cit., Sección: ‘Conclusión’, Apartado: ‘Dadá aquí y ahora’, pág. 200-
201.
176
Breton, André: “Entretiens” (1952), Gallimard, “Idées”, París, 1972; citado en Bradley, Fiona: Surrealismo,
Movimientos en el Arte Moderno, Serie Tate Gallery, Ediciones Encuentro 1999, Parte 1: ‘Como dos olas
sobrepasándose la una o la otra alternativamente’, Sección: ‘Surrealismo y Dadá’, pág. 12.
177
Bradley, Fiona, op. cit..

107
ANEXOS

-Experimentación de innovadoras técnicas plásticas, otras invenciones y creaciones

literarias

-Revistas y otras publicaciones

-Exposiciones destacadas

-Selección de obras

Experimentación de nuevas técnicas plásticas, otras invenciones y creaciones literarias

‘Ready-made’, Roto-relieves, ‘Dripping’ (‘Goteo’), ‘Décollage’, ‘Collage’, ‘Frottage’

(‘Frotación’), ‘Grattage’ (‘Raspadura’), Actividad ‘paranoico-crítica’ (‘Imagen múltiple’),

‘Objets trouvés’ (‘Objetos encontrados’) y ‘Objetos elaborados’ o ‘simbólicos’,

‘Fotomontaje’, ‘Rayografía’ (‘Rayogramas’), ‘Decalcomanía’ o ‘Calcomanía’ (Duplicación

simétrica de manchas), ‘Fumagge’ (‘Collage al fuego’), ‘Assemblages Merz’ (’Ensamblajes

Merz’). ‘Cadavre exquis’ (‘Cadáver exquisito’), ‘Azar objetivo’, ‘Humour negro’ (‘Humor

objetivo), Tipografía dadaísta (‘Poesía visual’), Tipos de poemas. Instrucciones de Tzara

(‘receta’) para la creación de un poema dadaísta y las de Breton para los textos automáticos

(Composición surrealista escrita). Modos de expresión de la pintura surrealista: ‘Automatismo

gráfico’ (‘Automatismo puro’) y ‘Automatismo simbólico’ (‘Onirismo’).

Duchamp fue el creador del ‘Ready-made’: objeto ‘ya hecho’, de uso cotidiano fabricado

industrialmente en serie, que por decisión arbitraria e intencional era sacado de su contexto

habitual, donde cumplía una determinada función utilitaria, descontextualizándolo para luego

reinsertarlo en un nuevo contexto artístico, y de esta manera, exhibirlo como si fuera una

‘obra de arte’. Se los podía modificar (‘rectificar’) alterando su forma o función, o

108
renombrarse con un título insólito o incongruente. En el proceso de su selección intervenía la

indiferencia estética que generaba; pasando desapercibido; ya que no se lo contemplaba. Ades

comenta que cuando Duchamp expuso su ready-made ‘Perchero’ (1916), el público nunca lo

reconoció como obra y colgaron en él sus abrigos (VER EN SELECCIÓN DE OBRAS).

Ades reflexiona sobre el debate que esto había generado: ¿Fue la elección del artista la que

hacía elevar a la categoría de ‘obra de arte’ al objeto manufacturado en serie? ¿O lo que hizo

fue igualar, equiparar objetos y obras de arte? Duchamp no buscaba ir más allá del aspecto del

objeto, que no generara ninguna emoción estética, que provocara una indiferencia visual.

Duchamp definía al gusto estético como un hábito, una repetición de algo que ya era

aceptado. Buscaba evitar el ‘arte’ (hábito). Bürger entiende que con la firma de productos en

serie enviados a exposiciones, Duchamp se burlaba del valor otorgado a la firma por sobre la

obra misma cuestionando al arte como creación individual. La contradicción estaba en que la

firma se realizaba sobre un objeto ya producido en serie, y justamente era la firma la que

legitimaba que la obra fuera creación individual e irrepetible. Sería entonces este acto

provocador el que pasaría a ocupar el puesto de la obra. Esta provocación iba dirigida contra

la institución social del arte atacando directamente a la obra de arte: un cuestionamiento de las

definiciones sobre ‘obra de arte’ y el rol de las instituciones que las juzgaban.

Duchamp también fue el creador de los ‘Roto-relieves’: grafismos sobre discos de vinilo que,

al ponerlos en movimiento, creaban una ilusión óptica de relieve. Man Ray filmó estos discos

ópticos, otorgándoles dimensión temporal (‘Arte cinético’) Con esta creación, Duchamp

prefiguraría lo que luego sería la llamada ‘Teoría de la forma’ (Gestalt). Duchamp es

considerado el ‘padre del Arte Moderno’ por sus revolucionarios hallazgos e invenciones. Las

experimentaciones de Ernst originaron nuevas técnicas plásticas como el ‘Goteo’ (Dripping)

y el ‘Décollage’. La técnica del ‘Goteo’ consistía en dejar caer gotas de pintura en forma de

mancha sobre una tela con una lata. La técnica del ‘Décollage’ consistía en desgajar papeles

109
pegados. García de Carpi destaca a Ernst también como el creador del ‘Collage’ (con

ilustraciones ensambladas) y del ‘Frottage’ (que originaban diversas texturas). Elger lo

califica como un genial creador de imágenes a través de la técnica del collage: se trataba de

imágenes recortadas de periódicos y revistas pegadas aleatoriamente (desmontaje y

descomposición). Según Ernst: la técnica del collage es la explotación sistemática del

contacto casual o artificialmente provocado de dos o más realidades ajenas entre sí sobre

una superficie inadecuada a simple vista para tal cometido, y la chispa de poesía que salta en

el acercamiento de dichas realidades178. Para 1925, Ernst descubría el procedimiento del

‘Frottage’ (‘Frotación’) y comenzaría a aplicarlo para crear sus obras: se trataba de una

forma de interrogar los diversos materiales como maderas, telas, hojas, etc. ejerciendo una

fricción con un lápiz sobre una superficie de papel encima de una base de textura rugosa o con

relieve, y de esta manera transferir formas sugerentes e imágenes inesperadas que van

apareciendo. Al aplicar la técnica del Frottage a la pintura, Ernst iba a descubrir el ‘Grattage’

(Raspadura): se cubría el lienzo con varias capas de pintura y por debajo se colocaban

objetos o superficies para luego raspar al azar la superficie del lienzo y, de esta manera, se

podían obtener formas y texturas imprevistas y arbitrarias. Klingsöhr-Leroy destaca que tanto

en el frottage como en el collage intervenía lo casual en el proceso creativo. Como el

precursor de la teoría del ‘provocador óptico’, Ernst recordaría un texto de Leonardo Da

Vinci: cuando se arroja a la pared una esponja empapada en un color para observar luego la

mancha así producida, surge un efecto de sugestión: la mancha moviliza imágenes que

llevábamos en nosotros179. Una ‘mancha’ en la pared podía provocar la fantasía de buscar

imágenes. Ernst también investigó que un color, una forma o un objeto podían sugerir dos o

más imágenes. Posteriormente para 1931 lo retomaría y desarrollaría Salvador Dalí en su

178
Max Ernst: “Apuntes biográficos”, citado en Elger, Dietmar, op. cit., Parte 5: ‘Colonia - ¿Dadá como
comercialización burguesa del arte?’, pág. 24.
179
Hess, Walter: Documentos para la comprensión del Arte Moderno, Ediciones Nueva Visión, Bs. As., 1978,
Sección: ‘Surrealismo’, Apartado: ‘El frottage. Historia de una historia natural’, pág. 169.

110
teoría de la ‘imagen múltiple’ o ‘paranoica’, ‘actividad crítico-paranoica’ definida como:

método espontáneo de conocimiento irracional, basado en la objetivización crítica y

sistemática de asociaciones e interpretaciones delirantes. Dice Dalí: Mediante un proceso

claramente paranoico ha sido posible obtener una imagen doble, es decir, la representación

de un objeto que, sin la menor modificación figurativa o anatómica, sea al mismo tiempo la

representación de otro objeto absolutamente diferente, representación, esta última, que

también está exenta de todo tipo de deformación o anormalidad que pudiera revelar la

presencia de cierto tratamiento180. Dalí iba a promover la construcción de objetos

surrealistas, que podían ser de dos clases: los ‘Objetos encontrados’ (‘objets trouvés’) y los

‘Objetos elaborados’ o ‘simbólicos’:

- ‘Objetos encontrados’ (‘objets trouvés’), que Bürger los define como la cosa hallada de

forma fortuita (Hallazgo ocasional) donde se veía claramente la intención vanguardista de

unir arte y vida; y que, según Pilar Berganza Gobantes181, podían ser de dos tipos: naturales

(de aspecto sugerente como piedras, raíces, etc.) o de uso común (que en colocados en

posiciones o lugares inusuales, provocaban inquietud, generaban misterio). El artista lo elegía

y tal como fue encontrado se incluía directamente en la obra. Schwitters los utilizó por

primera vez

- ‘Objetos elaborados’ o ‘simbólicos’, confeccionados con materiales cotidianos que al

descontextualizarlos se volvían extraños, insólitos (‘objetos de funcionamiento simbólico’)

alterando su destino habitual, aludiendo deseos reprimidos con sus formas, etc.: ‘El objeto

surrealista’…definido por Salvador Dalí…objeto que se presta al mínimo funcionamiento

mecánico, y que se basa en los fantasmas y representaciones que pueden ser provocados por

180
“Situación Surrealista del objeto. Situación del objeto surrealista”, año 1935. Fragmentos extraídos de Breton,
Andre: Manifiestos del Surrealismo, Colección Caronte Estética, Terramar Ediciones, La Plata, Bs. As.,
Argentina, año 2006, pág. 175-201.
181
Berganza Gobantes, Pilar: Vanguardias y artistas del siglo XX, Editorial Edetania, Valencia, 1994.

111
la realización de actos inconscientes (…) Es importante hacer constar la considerable

aportación de Marcel Duchamp en la elaboración del objeto surrealista…gran influencia

ejercida…por los ‘ready-made’…182.

El ‘Fotomontaje’ considerado como derivado del collage, producto de combinar fotos y

dibujos recortados tomados de revistas y diarios logrando imágenes realistas impactantes,

para realizar una crítica social. Fue Hausmann a quien se le ocurrió la idea del fotomontaje

inspirándose en una costumbre de la isla de Usedom (Mar Báltico), donde en cada casa había

colgada una litografía representando a un granadero cuya cara era sustituida por la foto de un

familiar soldado. Ya para 1914, Heartfield creaba sus ‘montajes’ enviando postales

compuestas con imágenes contrastantes recortadas. Ambos pueden considerarse como los

pioneros del fotomontaje político dadaísta.

Para 1921, Man Ray crea la ‘Rayografía’: método fotográfico sin aparato; donde un objeto se

coloca directamente sobre un papel fotosensible y se dejaba actuar a la luz, obteniendo

imágenes insólitas de triviales objetos cotidianos al aparecer sólo su silueta en negativo. Man

Ray llamaba ‘Rayogramas’ a las fotografías resultantes de este método fotográfico.

Oscar Dominguez fue el inventor de la ‘Decalcomanía’ o ‘Calcomanía’ (Duplicación

simétrica de manchas): especie de monotipia en la que el color se colocaba en una superficie

lisa y se presionaba contra ella una hoja de papel para luego retirarla despegándola.

Wolfgang Paalen inventó la técnica del ‘Fumagge’ (‘Collage al fuego’): marcar con la llama

de una vela unos trazos de tizne sobre un papel previamente coloreado; trazos que

posteriormente se iban a resaltar en un nuevo proceso pictórico.

Ensamblajes de Schwitters llamados ‘Merz’ (‘Assemblages’): collage con papeles y el

montaje de diversos objetos y materiales. En los cuadros Merz, además de utilizar pintura al

óleo, se integraban todo tipo de materiales cotidianos como billetes de tranvía, maderitas,

182
“Situación Surrealista del objeto. Situación del objeto surrealista”, año 1935. Fragmentos extraídos de Breton,
Andre: Manifiestos del Surrealismo, Colección Caronte Estética, Terramar Ediciones, La Plata, Bs. As.,
Argentina, año 2006, pág. 175-201.

112
alambre, latas, trozos de vidrio, etc., conformando, de esta manera, una imagen abstracta.

‘Merz’ provenía de ‘kommerz’ que Schwitters había recortado para uno de sus primeros

collages llamado ‘Cuadro Merz’. Posteriormente adoptaría el término ‘Merz’ para llamar a

toda su obra, al serle denegado el uso del término ‘dadá’ para su arte. La obra de Schwitters se

caracterizaba por ser constructivista, opuesta al espíritu destructivo y nihilista del dadaísmo

más extremo. Sus construcciones extravagantes se alejarían de la anarquía Dadá para

acercarse a un proyecto constructivo donde se equiparaba valorativamente cualquier material

como restos de objetos, fragmentos pintados, etc. Fundó una central publicitaria ‘Merz’ que, a

diferencia de la dadaísta, llevaba a cabo gran cantidad de proyectos comerciales y, para fines

de la década de 1920, diseñaba documentos oficiales de la administración municipal de

Hannover.

El juego del ‘cadavre exquis’ (‘cadáver exquisito’) fue creado en 1926: se comenzaba

doblando un papel para que varias personas rotativamente crearan una frase o dibujo; sin que

nadie pueda ver el aporte realizado por la antecesora. La primera frase surgida que dio

nombre al juego: ‘Le-cadavre-exquis-boira-le vin-nouveau’ (‘El-cadáver-exquisito-beberá-el

vino-nuevo’).

Los surrealistas definen al ‘Azar objetivo’ como los fenómenos que manifestaban lo

maravilloso en la vida cotidiana: los sucesos o acontecimientos que se conectaban por una o

más ‘coincidencias’ insólitas como siguiendo un patrón; como habiendo un sentido en las

cosas azarosas. Los surrealistas entendían que los encuentros fortuitos, las aproximaciones

casuales, inesperadas y sorprendentes, no eran hechos circunstanciales sino episodios dictados

por una ley superior que escapaba a la lógica humana; que parecían estar guiadas de antemano

con un valor premonitorio (De aquí iban a derivarse técnicas como el collage y el frottage).

De Torre define al ‘Humor objetivo’ (‘Humour negro’) como la síntesis de la imitación de

la naturaleza en sus formas accidentales, por una parte, y del humor, por otra.

113
Tipografía dadaísta (‘Poesía visual’): collage verbal con tipografía liberada en folletos y

documentos dadá, en donde se jugaba con la disposición espacial de las palabras. Tanto en el

collage verbal como en el collage plástico se desestructuraba la realidad recomponiendo otra.

Poemas ‘estáticos’: colocando carteles con una palabra escrita en cada uno, sobre sillas

intercambiables

Poema ‘fonético’ o ‘fónico’ (‘Sonidos puros’): inventado por Ball, especie de poesía sin

palabras siguiendo una línea melódica de fonemas, anotados previamente en una partitura

Poemas ‘bruitistes’ (‘Bruitismo’): experimentos con ruidos

Poemas ‘simultáneos’ recitados: escrito individualmente pero interpretado colectivamente o

compuesto por varios e interpretado por cada uno en diferentes lenguas, al unísono, con el

acompañamiento de diversos ruidos

Elger explica que “en el poema fónico se quiebra el orden tradicional de las cosas, la

correlación entre signo y significado. Las palabras quedan reducidas a simples sílabas fónicas,

con lo que se vacía el lenguaje de todo sentido. Finalmente, se reordenan rítmicamente los

sonidos. Este proceso priva al lenguaje de su funcionalidad… (…) Hugo Ball justificaba así

su opinión: ‘Con aquellos poemas fónicos pretendíamos renunciar a una lengua devastada e

impracticable por culpa del periodismo’. Los dadaístas se habían propuesto precisamente lo

contrario: devolver a las palabras su pureza e inocencia original. Otros dadaístas centraron sus

esfuerzos en la estética de sus textos, ordenando las sílabas de tal manera que la repetición

rítmica diese lugar a poemas fónicos en un proceso similar a la composición musical (...)

Estos experimentos literarios y musicales se vieron superados por los llamados poemas

simultáneos, recitados al mismo tiempo por varias personas. De este modo, los distintos textos

se solapaban…”183.

183
Elger, Dietmar, op. cit., Parte 2: ‘Zurich - El caballito de madera viene al mundo’, pág. 12.

114
Bürger compara el aspecto de receta de las instrucciones de Tzara para la creación de una

poesía dadaísta, con las de Breton para los textos automáticos:

PARA HACER UN POEMA DADAÍSTA. Tomad un periódico. Tomad unas tijeras. Elegid

en el periódico un artículo que tenga la longitud que queráis dar a vuestro poema. Recortad

con todo cuidado cada palabra de las que forman tal artículo y ponedlas todas en un saquito.

Agitad dulcemente. Sacad las palabras una detrás de otra colocándolas en el orden en que

las habéis sacado. Copiadlas concienzudamente. El poema está hecho. Ya os habéis

convertido en un escritor infinitamente original y dotado de una sensibilidad encantadora,

aunque, por supuesto, incomprendida por la gente vulgar (…)184.

En el Primer Manifiesto del Surrealismo de 1924, André Breton explica los Secretos del

arte mágico del surrealismo. Composición surrealista escrita, o primer y último chorro.

Ordenad que os traigan recado de escribir, después de haberos situado en un lugar que sea

lo más propicio posible a la concentración de vuestro espíritu, al repliegue de vuestro

espíritu sobre sí mismo. Entrad en el estado más pasivo, o receptivo, de que seáis capaces.

Prescindid de vuestro genio, de vuestro talento, y del genio y del talento de los demás. Decíos

hasta empaparos de ello que la literatura es uno de los más tristes caminos que llevan a todas

partes. Escribid deprisa, sin tema preconcebido, escribid lo suficientemente deprisa para no

poder refrenaros, y para no tener la tentación de leer lo escrito. La primera frase se os

ocurrirá por sí misma, ya que en cada segundo que pasa hay una frase, extraña a nuestro

pensamiento consciente, que desea exteriorizarse. Resulta muy difícil pronunciarse con

respecto a la frase inmediata siguiente, esta frase participa, sin duda, de nuestra actividad

consciente y de la otra, al mismo tiempo, si es que reconocemos que el hecho de haber escrito

la primera produce un mínimo de percepción. Pero eso poco ha de importaros; ahí es donde

Tzara, Tristán: “Manifiesto sobre el amor débil y el amor amargo”; leído en la Galería Povolozky de París el
184

12 de diciembre de 1920 y luego publicado en la revista “La vie des lettres”; fragmentos extraídos de De
Micheli, Mario, op. cit., Sección: ‘Dadaísmo’, pág. 302- 312.

115
radica, en su mayor parte, el interés del juego surrealista (…) Seguid escribiendo cuanto

queráis. Confiad en la naturaleza inagotable del murmullo (…)185.

Cirlot coincide con García de Carpi al distinguir dos diferentes modos de expresión de la

pintura surrealista; el ‘automatismo puro’ (‘automatismo gráfico’) y el ‘onirismo’

(‘automatismo simbólico’):

• ‘Automatismo puro’ (‘Automatismo gráfico’): el pintor se dejaba llevar por el

impulso gráfico como el escritor; abandono puro y simple a la fuerza del impulso

gráfico186 donde la mano era guiada por impulsos no controlados, de esta manera los

elementos del cuadro surgían del inconsciente del artista y del azar. Se destacaron los

surrealistas abstractos Miró, Masson, Arp y Tanguy. Masson con sus dibujos

automáticos (que comienzó a realizar para 1924) y sus ‘pinturas de arena’ (se cubría

un lienzo con pegamento que luego se rociaba con arena que quedaba adherida sólo en

los lugares donde había pegamento, para luego completar con líneas o color que

evocarán imágenes diversas)

• ‘Onirismo’ (‘Automatismo simbólico’); también llamada ‘vía onírica’: el pintor

fijaba las imágenes espontáneas (oníricas), fijación efectista de la imágenes oníricas187

donde el automatismo solo aparecía formulando las imágenes que luego se trasladaban

al lienzo siguiendo las técnicas pictóricas tradicionales de representación como las

normas de perspectiva lineal (‘trompe-l´oeil’ cuya traducción del francés significa

185
Breton, André: “Primer manifiesto del surrealismo”; publicado en 1924; fragmentos extraídos de De Micheli,
Mario, op. cit., Apartado: ‘Surrealismo’, pág. 313-353.
186
“Situación Surrealista del objeto. Situación del objeto surrealista”, año 1935. Fragmentos extraídos de Breton,
André: Manifiestos del Surrealismo, Colección Caronte Estética, Terramar Ediciones, La Plata, Bs. As.,
Argentina, año 2006, pág. 175-201.
187
“Situación Surrealista del objeto. Situación del objeto surrealista”, año 1935. Fragmentos extraídos de Breton,
André: Manifiestos del Surrealismo, Colección Caronte Estética, Terramar Ediciones, La Plata, Bs. As.,
Argentina, año 2006, pág. 175-201.

116
‘engaña el ojo’: sombras y luces que recrean la ilusión óptica realista). De esta manera

se lograban imágenes impactantes que surgían del choque de dos realidades dispares.

Se destacaron los surrealistas figurativos o realistas: Magritte, Delvaux, Domínguez y

Ernst. Y se generalizaría hacia fines de los años veinte, con la llegada de Dalí al grupo

de París.

Cirlot considera que Ernst y Arp podrían mediar entre ambas vías de manifestación de la

pintura surrealista, ya que en sus obras aparecían tanto elementos automáticos como los

relacionados con el sueño. Breton consideraba que la obra dadaísta de Ernst no se

diferenciaba de la surrealista.

Revistas y otras publicaciones

Revistas:

-En Zurich: ‘Cabaret Voltaire’ (1916), ‘Dadá’ (1917) que va cambiar de nombre ‘Dadá II’;

‘Dadá III’; ‘Dadaphone’, etc.

-En Berlín: ‘Der Dada’, ‘Der blutige Ernst’ (‘Absoluta seriedad’), ‘Die Pleite’ (‘La ruina’) y

‘Die freie Straβe’ (‘La calle libre’)

-En Colonia: Ernst y Arp publican ‘Die Schammade’

-En Nueva York: Duchamp y Man Ray publican ‘New York Dada’ (1921)

-En París: ‘Bulletin Dadá’ de Tzara; ‘Proverbe’ de Eluard; ‘Cannibale’ de Picabia; ‘Z’ de Paul

Dermèe, ‘Littérature’ (‘Literatura’) de Aragón, Breton ySoupault 1919-24; ‘Révolution

Surréaliste’ (‘Revolución Surrealista’) 1924-29; ‘Le Surréalisme au service de la Révolution’

(‘El surrealismo al servicio de la revolución’) 1930-33; ‘Minotaure’ (‘Minotauro’) 1933-39.

117
Otras publicaciones:

-‘Manifiesto Dada de 1918’, primer manifiesto de Tzara, Zurich

-‘Primer Manifiesto Dadaísta’ de Huelsenbeck, Berlín, 1918

-‘Première allocution dada en Allemagne’ de Huelsenbeck, Berlín, 1918

-‘Qué es el dadaísmo y qué pretende en Alemania’: manifiesto de Hausmann, Huelsenbeck y

Jefim Golyscheff, Berlín, 1919

-‘Manifiesto sobre el amor débil y el amor amargo’ de Tzara, 1920

-‘Les champs magnetiques’ (‘Los campos magnéticos’) de Breton y Soupault, 1920

-‘Anicet ou le Panorama’ (‘Aniceto o el Panorama’) de Aragon, 1921

-‘Manifiesto del arte proletario’ de Hans Arp, Kurt Schwitters, Tristan Tzara, Théo van

Doesburg, Chr. Spengemann, La Haya, 1923

-‘Manifieste du Surréalisme’ (‘Primer manifiesto del surrealismo’) de Breton, 1924

-‘Un cadáver’: Panfleto en contra de Anatole France luego de su muerte (1924)

-‘La revolución ante todo y siempre’ manifiesto acordado entre surrealistas y los grupos

‘Clarté’, ‘Philosophies’ y ‘Correspondance’ (1925)

-‘Le paysan de París’ (‘El campesino de Paris’) de Aragon, 1926

-‘Légitime défense’ (‘Legítima defensa’) de Breton (1926)

-‘Au grand jour’ (‘En el gran día’) de Breton, Aragon, J. Baron, Eluard, Péret y P. Unik

(1927)

-‘A plena luz’ (1927)

-‘Carta al Partido Comunista francés’ de Aragón, Breton, Eluard, Péret y Unik (1927)

-‘Traité du Style’ (‘Tratado de estilo’) de Aragon: Agrede a la literatura de la época, ataca la

vulgaridad, defiende al surrealismo de sus vulgarizadores (1928)

118
-‘Nadja’ de Breton: Los hechos relatados son verdaderos; Nadja existió; Breton conoció a esta

mujer en la calle por azar; luego se vuelven a encontrar una y otra vez; se creyó que eran

invención de Breton se consideró como novela (Sebbag lo considera como el relato por

excelencia del ‘azar objetivo’) (1928)

-‘Le surréalisme et la peinture’ (‘El Surrealismo y la pintura’) de Breton (1928)

-‘Second Manifieste du Surréalisme’ (‘Segundo manifiesto del surrealismo’) de Breton (1929)

-‘Un cadáver’ (1930): utilizando el mismo título del panfleto que publicaron en contra de

Anatole France luego de su muerte en 1924

-‘L’ Immaculée conception’ (‘Inmaculada Concepción’) de Breton y Eluard (1930): serie de

poemas en prosa

-‘Front Rouge’ (‘El frente rojo’): poema publicado por Aragon (1931)

-‘Misère de la poésie’ (‘Miseria de poesía’) Breton defiende a Aragon en su texto (1932)

-‘Les Vases Communicants’ (‘Los vasos comunicantes’) de Breton (1932)

-‘Discurso en el Congreso de Escritores’, en París (1935)

-‘En el tiempo en que los surrealistas tenían razón’ firmado por veintiséis surrealistas, entre

ellos, Breton y Eluard (1935)

-‘Situación Surrealista del objeto. Situación del objeto surrealista’ (1935).

-‘La verdad sobre el proceso de Moscú’ de Breton: octavilla y declaración pública (1936)

-‘L’ Amour fou’ (‘El amor loco’) de Breton (1937)

-‘Por un arte revolucionario independiente’ manifiesto de Breton y Trotski (1938)

119
Exposiciones destacadas

1913: ‘Primera Gran Exposición de Arte Moderno Internacional Show de la Armada’

(‘Armory Show’), realizada en el 69º Regimiento de la Guardia Nacional de Nueva

York: entre los artistas europeos que participaron se destacaron Francis Picabia con sus obras

órficas y Marcel Duchamp con su pintura ‘Desnudo descendiendo por una escalera’ de 1912

(VER EN SELECCIÓN DE OBRAS)

1917:

-Exposición de ‘Los Independientes’ en la galería ‘Grand Central’ de Nueva York, en

donde Duchamp fue invitado a ser jurado y envió un urinario de porcelana con el título de

‘Fuente’ y firmado con el pseudónimo de ‘R. Mutt’ (referida a la firma fabricante de

sanitarios) (VER EN SELECCIÓN DE OBRAS). Al ser rechazado renunció al jurado. En la

inauguración de la exposición; su amigo Arthur Cravan, que tenía que dar una conferencia

sobre pintura, asistió borracho, vestido de forma elegante con una valija de ropa interior sucia

que vació sobre una mesa y luego realizó una strip-tease.

-Exposición de obras Dadá en la Galería ‘Corray’, en Enero, en Zurich, cuyo dueño Han

Corray propuso que llamaran a su establecimiento ‘Galerie Dadá’. Dirigida por Ball y Tzara,

la galería abrió para marzo, pero la actividad sólo duró tres meses.

1918: Exposición Dadá en la Galería ‘Wolfsberg’, en Septiembre, en Zurich, donde junto

a otros dadaístas, Picabia expuso pinturas en las que incorporó palabras

120
1919: Exposición de Schwitters en la Galería ‘Der Sturm’, en Julio, primera exposición

personal en la que presentó su trabajo bajo el término ‘Merz’ (VER EN SELECCIÓN DE

OBRAS)

1920:

-Exposición ‘Anteprimavera Dadá’ o ‘Primavera temprana Dadá’ (‘Dada Vorfruhling’),

en Abril, en Colonia, en la cervecería ‘Bräuhaus Winter’, organizada por Ernst, Baargeld

y Arp. Ades destaca esta exitosa exposición desarrollada en un patio interno al que se accedía

por los baños: una niña vestida de primera comunión recitaba poemas obscenos; en la entrada

había una ‘escultura’ de madera de Ernst en la que se invitaba a destruirla con un hacha; se

exponía el ‘Fluidoskeptrick der Rotzwitha van Gandersheim’ de Baargeld que consistía en

una pecera con agua teñida de rojo simulando sangre con un despertador, una cabellera

flotando y un brazo femenino de maniquí que sobresalía (que fue destruida en el transcurso de

la exposición). Sólo algunas obras pudieron sobrevivir a las agresiones del público. A los

pocos días de su inauguración, fue clausurada por denuncia de pornografía: uno de los

collages de Ernst contenía una reproducción de un grabado de un desnudo de Alberto Durero:

‘Adán y Eva’. Luego de retirarlo se reabrió la exposición con un nuevo cartel con el lema:

‘DADÁ vence’, y la irónica frase ‘DADÁ a favor de la seguridad y el orden!’. De Micheli

destaca los fotomontajes que expuso Ernst por su violencia provocadora típicamente dadaísta.

-‘Primera Feria Internacional Dadá’ (‘Erste Internationale Dada Messe’), desde el 30 de

junio hasta el 25 de agosto de 1920, en Berlín, en la galería del doctor Otto Burchard. Se

destacaron: el complejo ensamblaje de Johannes Baader ‘El Gran Plasto-Dio-Dadá-Drama’,

John Heartfield y Rudolf Schlichter colgaron del techo la escultura ‘Arcangel prusiano’

compuesta por un maniquí vestido con uniforme del ejército y máscara de cerdo, y ‘Cabeza

121
mecánica’ de Raoul Hausmann (VERLAS EN SELECCIÓN DE OBRAS). La exposición

recibió una denuncia por injurias al ejército imperial alemán y el público no demostró mucho

interés.

1921: Exposición de collages de Ernst en la Galería ‘Au Sans Pareil’, en Mayo, en París:

premonitorios para el Surrealismo

1925: ‘Primera Exposición de Pintura Surrealista’, el 14 de noviembre, en la Galería

‘Pierre’ de París

1926: Exposición de Man Ray en la inauguración de la ‘Galerie Surréaliste’ (‘Galería

Surrealista’) en Marzo, en París: conjuntamente con ‘Las Ediciones surrealistas’ (que se

encontraban dentro de la Galería)

1928: Exposición surrealista en la Galería ‘Sacré du Printemps’ y en la Galería

‘Goemans’ de París

1935: Exposición Internacional del Surrealismo en Santa Cruz de Tenerife y en

Copenhague

1936:

-‘Exposición surrealista de objetos’ en Mayo, en París en la Galería ‘Charles Ratton’: se

destacaron el ‘Secador de botellas’ de Duchamp y ‘Taza y plato de desayuno de piel’ de

Meret Oppenheim (VERLAS EN SELECCIÓN DE OBRAS)

122
-Exposición Internacional del Surrealismo, desde el 11 de Junio al 4 de Julio, en Londres

en las ‘New Burlington Galleries’

-Exposición ‘Fantastic Art, Dada, Surrealism’ en el Museo de Arte Moderno de Nueva

York (MOMA)

1937:

-Exposición Internacional del Surrealismo en Tokio

-Exposición ‘Arte degenerado’ (‘Entartete kunst’) el 19 de Julio, en Munich (VER EN

SELECCIÓN DE OBRAS)

-Primera Gran exposición de arte nacionalsocialista ‘Arte germánico’ (‘Deutsche

Kunst’): inaugurada por Hitler en la casa del Arte Alemán

1938: Exposiciones Internacionales del Surrealismo en París y en Amsterdam. En la

‘Gran Exposición Internacional del Surrealismo’ realizada en París; se presentaron

objetos e instalaciones de aproximadamente setenta artistas de catorce países. Duchamp colgó

mil bolsas de carbón del techo (VER EN SELECCIÓN DE OBRAS). El suelo estaba cubierto

de hierba y hojas secas alrededor de un estanque, en el centro un brasero de carbón encendido,

y en las esquinas camas matrimoniales. Se destacaron: ‘Taxi lluvioso’ de Dalí y ‘Una calle

surrealista’ con maniquíes de mujer vestidos. Tuvo gran éxito, provocando la indignación de

los críticos.

123
Seleección de ob
bras

‘Desnud do descend
diendo por una
u escalerra’ (1912): Óleo
sobre lieenzo

Marcel Duchamp

Extraído de:
d
http://cultturacolectiva.ccom/desnudo--bajando-una--escalera/

EXHIBID RAN EXPOSICIÓN DE AR


DA EN LA ‘PRIMERA GR RTE
MODERNNO INTERNA ACIONAL AR
RMORY SHO
OW’, NUEVAA YORK,
1913

‘Ruedaa de bicicletta’ (1913): Rueda de bbicicleta invertida


encastraada en taburrete

Marcell Duchamp

Extraído de:
https://ww
ww.pinterest.ccom/pin/4025509903901403395/

‘Secaddor de boteellas’ (19144): Objeto dde hierro


galvannizado

Marcel Ducham
mp
Extraíddo de:
http://w
www.proa.org//exhibiciones//futura/paginaa1.html

EXHIB
BIDA EN LA ‘EXPOSICIÓ
ÓN SURREAL
LISTA DE OB
BJETOS’
EN LA
A GALERÍA CHARLES
C RA
ATTON, PAR
RÍS, MAYO DE
D 1936

124
‘Fuente’ (1917): Urinario de porcelana

Marcel Duchamp
Extraído de:
http://www.elangelcaido.org/creacion/010/010duchamp.html

EXHIBIDA EN LA EXPOSICIÓN DE ‘LOS INDEPENDIENTES’ EN


LA GALERÍA GRAND CENTRAL DE NUEVA YORK, 1917

‘Perchero’ (1917): Objeto

Marcel Duchamp

Extraído de:
http://nadaesvanidad.blogspot.com.ar/2013/03/perche
ros-tropiezos-y-patafisica.html

‘L.H.O.O.Q’ (1919): Lápiz sobre una reproducción de


la Mona Lisa de Leonardo da Vinci (Ready-made
rectificado)

Marcel Duchamp

Extraído de:
http://espina-roja.blogspot.com.ar/2010/10/lhooq-obra-de-
duchamp-propiedad-del.html

125
‘La novia puesta al desnudo por sus solteros’ o
‘El gran vidrio’ (1915-23): Técnicas mixtas:
Óleo, hilo de plomo y papel sobre cristal

Marcel Duchamp

Extraído de:
http://www.pensarte.es/2009/08/claves-para-entender-el-
arte-contemporneo-vi-marcel-duchamp/

‘Alarde amoroso’ (1917): Óleo sobre lienzo

Francis Picabia

Extraído de:
http://ciberestetica.blogspot.com.ar/2012_01_01_archive.html

‘Retrato de Cezanne - retrato de Rembrandt - retrato de


Renoir – Naturalezas muertas’ o ‘Cuadro Dadá’ (1920):
Mono de peluche fijado a una tela con inscripciones

Francis Picabia
Extraído de:
https://www.usc.edu/schools/annenberg/asc/projects/comm544/library/i
mages/294.html

126
‘El enigma de Isidore Ducasse’ (1920): Objeto
envuelto en una tela gruesa

Man Ray

Extraído de:
http://nga.gov.au/exhibition/softsculpture/Default.cfm?IRN=43
741&BioArtistIRN=20076&MnuID=3&ViewID=2

‘Regalo’ (1921): Ensamblaje de plancha de hierro y clavos

Man Ray
Extraído de:
http://flaminiogualdoni.com/?attachment_id=636

‘Rectángulos ordenado según las leyes del azar’


(1916-17): Collage

Hans Arp

Extraído de:
http://revistanada.blogspot.com.ar/2012_01_01_archive.html

127
‘Plancha con huevos’ (1922): Madera
recortada y pintada

Hans Arp

Extraído de:
http://artcontemporanigeneral.blogspot.com.ar/2012/08/je
an-arp-1887-1966-y-su-relacion-con.html

‘Cabeza mecánica’ o ‘El espíritu de nuestro tiempo’


(1919): Ensamblaje de madera y otros objetos

Raoul Hausmann

Extraído de:
https://calabozo.wordpress.com/2008/06/03/cabeza-mecanica-el-
espiritu-de-nuestra-era/

EXHIBIDA EN LA ‘PRIMERA FERIA


INTERNACIONAL DADÁ’, BERLÍN, 1920

‘Lisiados de la guerra’ (1920): Óleo sobre


tela

Otto Dix
Extraído de:
http://profesordavid1976.blogspot.com.ar/2014/02/a
rte-e-historia_28.html?m=1

EXHIBIDA EN LA ‘PRIMERA FERIA


INTERNACIONAL DADÁ’, BERLÍN, 1920

128
‘Los jugadores de cartas’ (1920): Óleo sobre tela

Otto Dix

Extraído de:
http://imagologiajorge.wordpress.com/2012/02/17/world-press-photo-y-
espana-de-nuevo-en-la-encrucijada-historica/

EXHIBIDA EN LA ‘PRIMERA FERIA


INTERNACIONAL DADÁ’, BERLÍN, 1920

‘Alemania un cuento de invierno’ (1917): Óleo y collage

George Grosz

Extraído de:
http://olga-totumrevolutum.blogspot.com.ar/2011/07/la-nueva-
objetividad-alemana-la-obra-de.html?m=1

Extraído de:
EXHIBIDA EN LA ‘PRIMERA FERIA
INTERNACIONAL DADÁ’, BERLÍN, 1920

‘Dada-merika’ (1919): Fotomontaje

George Grosz y Heartfield

Extraído de:
http://olga-totumrevolutum.blogspot.com.ar/2011/07/la-nueva-objetividad-
alemana-la-obra-de.html?m=1

EXHIBIDA EN LA ‘PRIMERA FERIA


INTERNACIONAL DADÁ’, BERLÍN, 1920

129
‘El Gran-Plasto
G o-Dio-Dadaa-Drama: G Grandeza y
decadencia de Alemania’
A o ‘La fantáástica biogrrafía del
dadáá supremo’ (1920): Ennsamblaje

Johaannes Baader

Extraíído de:
http:///hcorredera.blo
ogspot.com.arr/2011/04/johannes-baader--gran-
plasto-dio-dada.htm ml

EXHIIBIDA EN LA
A ‘PRIMERA FERIA
INTERRNACIONALL DADÁ’, BE
ERLÍN, 1920

‘El burrgués Hearrtfield se haa vuelto sallvaje’ o


‘Esculttura electroomecánica de Taltin’ (1920):
Ensamb blaje de objjetos y varioos materialees

Georgee Grosz y John


J Hearttfield

Extraídoo de:
http://ww
ww.arkiplus.ccom/historia-ddel-dadaismo

EXHIBIIDA EN LA ‘P
PRIMERA FE
ERIA
INTERN
NACIONAL DADÁ’,
D BER
RLÍN, 1920

‘Arcaangel prusia
ano’ (1920)): Esculturaa para techo
compuuesta por un
n maniquí con cara de ccerdo y unifforme
del ejéército

John Heartfield y Rudolf Schlichter


S

Extraíddo de:
http://kkinomoriarti.bllogspot.com.aar/2013/06/proopuesta-para-lla-tarde-
de-hoy--dia-1-de.htmml

BIDA EN LA ‘PRIMERA FERIA


EXHIB F
INTER
RNACIONAL DADÁ’, BERRLÍN, 1920

130
‘Meerzbau’ (19
923-36): Ennsamblaje

Kurt Schwitteers

Extrraído de:
http://www.momaa.org/explore//inside_out/20012/07/09/in-ssearch-of-
lost--art-kurt-schw
witterss-merzbau

‘Plaza de Italia’’ (1913): Ólleo


sobre tela

Giorggio De Chirrico

Extraíddo de:
http://eeducacion.ufm
m.edu/giorgio--de-
chiricoo-plaza-de-itallia-oleo-sobree-tela-
1913/

‘Celebes’ o ‘El elefan


nte celebes’’ (1921): Ólleo
sobre lienzzo

Max Ernstt

Extraído de:
http://en.wikiipedia.org/wikki/The_Elephaant_Celebes

131
‘Ed
dipo Rey’ o ‘Öedipus R
Rex’ (1922): Óleo
sobrre lienzo

Ma
ax Ernst

Extrraído de:
http:://www.appeaau-vert.com/arrticle-2124070
08.html

‘Eva, la ún
nica que no
os queda’ (11925): Óleoo y escayolaa sobre
cartulina

Max Ernstt
Extraído de:
http://es.wahoooart.com/@@
@/6WHKQ5-Max-Ernst-Evva,-la-%C3%B
BAnica-
que-queda-paara-nosotros

Collaage perteneeciente a la novela grááfica llamad da ‘Una


semaana de bond dad’ (1934)): Compuesta por una series de
imágeenes impressas e ilustraciones tomaadas de nov velas,
revisttas de cienccias naturalees y catálogoos de ventass del
siglo XIX

Max Ernst

Extraíddo de:
http://ccarpetashistorria.fahce.unlp..edu.ar/carpetaa-2/arte/los-
surreallistas-entre-la-exploracion-de-lo-inconscciente-y-el-
comprromiso-politico

132
‘Taza y plato de d desayuno de piel’
(1936): Taza, platoo y cuchara
cubiertoos de piel

Meret Oppenheim
O m
Extraído de:
http://pinnturassurrealisstas-
tamara.bllogspot.com.aar/2014/10/jueego-de-
desayunoo-de-piel-mereet.html

EXHIBID
DA EN LA ‘E
EXPOSICIÓNN
SURREAALISTA DE O
OBJETOS’ EN
N LA
GALERÍÍA CHARLESS RATTON, PARÍS,
P
MAYO DE
D 1936

‘El uso
u del lengguaje’ o ‘Esto no
es unna pipa’ o ‘La traición de las
imággenes’ (19228-29): Óleoo sobre
lienzzo

René Magritte

Extraaído de:
http:///www.tuiteartte.es/no-es-pip
pa-rene-
magrritte/

‘La llavee del campo’ (1936): Óleo


Ó sobre lienzo

René Magritte

Extraído de:
d
http://wwww.historiadelaarte.us/pintores/surrealismo//surrealismo-rrene-
magritte-laa-llave-del-caampo.html

133
‘Laa tierra lab
brada’ (1923-24): Óleo
o sobre
lien
nzo

Joa
an Miró
Extrraído de:
http
p://www.directoalpaladar.coom/restaurantees/tierra-
la-eesencia-de-mirro-convertida--en-manjar-en
n-el-
miraador-del-thysssen

‘La presisstencia de lla memoria


a’
(1931): Ólleo sobre lieenzo

Salvador Dalí

Extraído de:
http://jaststyyle.com/2014/10/28/casa-saalvador-
dali-portlligaat-figueras/

‘Mu
ujer con (una) rosa’ (1936): Óleoo sobre lien
nzo

Pau
ul Delvaux

Extrraído de:
http:://buzondepintturaporjuanjosebarajas.bloggspot.com.ar/2
2012/01/p
aul-ddelvaux.html

134
‘Dia de apatía’ (1937): Óleo sobre lieenzo

Yvess Tanguy

Extraíído de:
http:///pinturassurrealistas-tamaraa.blogspot.com
m.ar/2014/10/d
dia-de-
apatiaa-yves-tanguy.html

SALA DE LA
L ‘PRIMERRA FERIA
INTERNACCIONAL DA
ADÁ’ (‘ERSTE
INTERNATTIONALE DAADA MESSEE’),
GALERÍA DEL DOCTO OR OTTO
BURCHARRD, BERLÍN,, 1920

Extraído de:
http://2.bp.blogspot.com/__Tyk2yoqzVk
kE/TA6q
QZ-
Q_WI/AAA AAAAAAANgg/8hBzco5aCU UI/s1600/
z.jpg

VIISTA DE LA A
‘E
EXPOSICIÓN N
SUURREALIST TA DE
OB BJETOS’
ENN LA GALER RÍA
CH HARLES RA ATTON,
PAARÍS, MAYO O DE
19936
(F
FOTOGRAFÍÍA
TOOMADA POR R MAN
RA AY)
Exxtraído de:
htttp://www.historiadelart
e.uus/pintores/surrrealismo/
surrealistas-el-
miisticismo-de-lo-
inaanimado.htmll

135
VISTA INTERIOR DE UNA DE
LAS SALAS DE LA
EXPOSICIÓN ‘ARTE
DEGENERADO’ (‘ENTARTETE
KUNST’), EN MUNICH, 19 DE
JULIO DE 1937

Extraído de:
http://www.carpetashistoria.fahce.unl
p.edu.ar/carpeta-2/arte/cuerpos-
extranos-exposiciones-edificantes-
arte-y nazismo/exposicion-arte-
degeneradoexposicion-arte-
degenerado-1937

A. HITLER, J.
GOEBBELS Y A. ZIEGLER
VISITANDO UNA DE LAS
SALAS DE LA
EXPOSICIÓN ‘ARTE
DEGENERADO’

Extraído de:
http://www.carpetashistoria.fahce.un
lp.edu.ar/carpeta-2/arte/cuerpos-
extranos-exposiciones-edificantes-
arte-y-nazismo/exposicion-arte-
degeneradoexposicion-arte-
degenerado-1937

SALA CENTRAL DE LA EXPOSICIÓN


INTERNACIONAL DE SURREALISMO
EN ‘GALERIE DE BEAUX-ARTS’,
PARÍS, 1938

Extraído de:
http://2.bp.blogspot.com/-
Fpj2Yk9R_pY/Th72AMnoRGI/AAAAAAA
AADA/xpdndIVg0bc/s1600/3.jpg

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