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La Biblia enseña muy claramente que cada individuo debe tomar su propia decisión
para recibir a Jesucristo como Señor y Salvador. Esa decisión no puede ser tomada
por otra persona.
No hay razón de tardar. En cuanto haya recibido a Cristo en su vida, puede y debe
ser bautizado.
¡Sí! Si cada miembro de la familia comprende totalmente el significado del bautismo y cada
uno ha puesto su confianza en Cristo para salvación, animamos que las familias sean
bautizadas al mismo tiempo. Es una expresión maravillosa de un compromiso.
PARA RECORDAR
- Un discípulo es hacedor de la Palabra de Dios y no es solamente un
oidor. (Santiago 1:22)