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El espacio narrativo

1.- El espacio

Corresponde a el lugar o los lugares donde transcurren los acontecimientos en un tiempo


determinado. No obstante, el espacio narrativo no sólo abarca los lugares físicos en los que
transcurre la acción, sino que, también, la atmósfera espiritual que se crea en la obra y el ámbito
social en que se desenvuelven los acontecimientos
En una narración el espacio y el tiempo están muy relacionados. El espacio objetiva al tiempo
hasta el extremo de que pensamos el tiempo como un espacio, pues solo localizándolo tomamos
conciencia de él. La situación discursiva de la narración necesita uno o varios lugares, cuya
presencia en el texto da veracidad al relato, sitúa a los personajes, proporciona efectos simbólicos
o se erige, incluso, en verdadero protagonista, como en el siguiente fragmento de La colmena:
Ejemplo:
Desde los solares de la plaza de toros, incómodo refugio de las parejas pobres y llenas de
conformidad, como los feroces, los honestísimos amantes del antiguo testamento, se oyen -
viejos, renqueantes, desvencijados, con la carrocería destornillada y los frenos ásperos y
violentos- los tranvías que pasan, no muy lejos, camino de las cocheras.
  
El solar mañanero de los niños alborotadores, camorristas que andan a pedrada limpia todo el
santo día, es, desde la hora de cerrar los portales, un edén algo sucio donde no se puede
bailar, con suavidad, a los acordes de algún recóndito, casi ignorado aparatito de radio; donde no
se puede fumar el aromático, deleitoso cigarrillo del preludio; donde no se pueden decir, al oído,
fáciles ingeniosidades seguras, absolutamente seguras. El solar de los viejos y las viejas de
después de comer, que vienen a alimentarse de sol, como los lagartos, es, desde la hora en
que los niños y los matrimonios cincuentones se acuestan y se ponen a soñar, un paraíso
directo donde no caben evasiones ni subterfugios, donde todo el mundo sabe a lo que va, donde
se ama noblemente, casi con dureza, sobre el suelo tierno en el que quedan, ¡todavía!, las rayitas
que dibujó la niña que pasó la mañana saltando a la pata coja, los redondos, los perfectos
agujeros que cavó el niño que gastó avaramente sus horas muertas jugando a las bolas.
  
–¿Tienes frío, Petrita?
  
–No, Julio, ¡estoy tan bien a tu lado!
  
–¿Me quieres mucho?
  
–Mucho, no lo sabes tú bien.
Camilo J. Cela, La colmena

TIPOS DE ESPACIO
1.- ESPACIO UTILITARIO O SENCILLO.
Es el más frecuente: se configura un marco para que los personajes se puedan mover en
él. Se trata de un lugar que puede tener una referencia en la realidad o no –una ciudad, la
habitación de una casa, un avión–; será sólo un espacio útil para situar en él a los
personajes.
 
2.- ESPACIO SIMBÓLICO.
Tiene un significado añadido. Con frecuencia el valor de estos espacios parte de unos
valores codificados que el lector reconoce. Para muchos lectores, un espacio abierto
sugiere a menudo un espacio de libertad, mientras que uno cerrado y oscuro ha de remitir
a nociones de carácter negativo. En estos casos el espacio se transforma en un
“supersignificante”. Por ejemplo, en La Regenta de Clarín el templo es el espacio del poder
de Don Fermín de Pas, La Encimada el barrio en el que ejerce su influencia…Veamos un
ejemplo en el siguiente fragmento:

EJEMPLO
 
  
Alrededor de la catedral se extendía, en estrecha zona, el primitivo recinto de Vetusta.
Comprendía lo que se llamaba el barrio de la Encimada y dominaba todo el pueblo que se había
ido estirando por Noroeste y por Sudeste. Desde la torre se veía, en algunos patios y jardines de
casas viejas y ruinosas, restos de la antigua muralla, convertidos en terrados o paredes
medianeras, entre huertos y corrales. La Encimada era el barrio noble y el barrio pobre de
Vetusta. Los más linajudos y los más andrajosos vivían allí, cerca unos de otros, aquellos a sus
anchas, los otros apiñados. El buen vetustente era de la Encimada. Algunos fatuos estimaban en
mucho la propiedad de una casa, por miserable que fuera, en la parte alta de la ciudad, a la
sombra de la catedral, o de Santa María la Mayor o de San Pedro, las dos antiquísimas iglesias
vecinas de la Basílica y parroquias que se dividían el noble territorio de la Encimada. El Magistral
veía a sus pies el barrio linajudo compuesto de caserones con ínfulas de palacios; conventos
grandes como pueblos; y tugurios, donde se amontonaba la plebe vetustense, demasiado pobre
para poder habitar las barriadas nuevas allá abajo, en el Campo del sol, al Sudeste, donde la
Fábrica Vieja levantaba sus augustas chimeneas, en rededor de las cuales un pueblo de obreros
había surgido. […]
  
No sólo era la iglesia quien podía desperezarse y estirar las piernas en el recinto de Vetusta la de
arriba, también los herederos de pergaminos y casas solariegas, habían tomado para sí anchas
cuadras y jardines y huertas que podían pasar por bosques, con relación al área del pueblo, y que
en efecto se llamaban, algo hiperbólicamente, parques, cuando eran tan extensos como el de
los Ozores y el de los Vegallana. Y mientras no sólo a los conventos, y a los palacios, sino
también a los árboles se les dejaba campo abierto para alargarse y ensancharse como querían,
los míseros plebeyos que a fuerza de pobres no habían podido huir los codazos del egoísmo
noble o regular, vivían hacinados en casas de tierra que el municipio obligaba a tapar con una
capa de cal; y era de ver cómo aquellas casuchas, apiñadas, se enchufaban, y saltaban unas
sobre otras, y se metían los tejados por los ojos, o sean las ventanas. Parecían un rebaño de
retozonas reses que apretadas en un camino, brincan y se encaraman en los lomos de quien
encuentran delante.
  
A pesar de esta injusticia distributiva que don Fermín tenía debajo de sus ojos, sin que le irritara,
el buen canónigo amaba el barrio de la catedral, aquel hijo predilecto de la Basílica, sobre
todos. La Encimada era su imperio natural, la metrópoli del poder espiritual que ejercía.
 
Leopoldo Alas “Clarín”, La Regenta
 
3.-ESPACIO IRRELEVANTE.
El paisaje no importa, los personajes no tienen conciencia de él. Por ejemplo, en este texto
de Unamuno:
 
  
Al aparecer Augusto a la puerta de su casa extendió el brazo derecho, con la mano palma abajo y
abierta, y dirigiendo los ojos al cielo quedóse un momento parado en esta actitud estatuaria y
augusta. […]
  
Abrió el paraguas por fin y se quedó un momento suspenso y pensando: “Y ahora, ¿hacia dónde
voy?, ¿tiro a la derecha o a la izquierda?” Porque Augusto no era un caminante, sino un paseante
de la vida. “Esperaré a que pase un perro –se dijo– y tomaré la dirección inicial que él tome”.
  
En esto pasó por la calle no un perro, sino una garrida moza, y tras de sus ojos se fue, como
imantado y sin darse de ello cuenta, Augusto.
  
Y así una calle y otra y otra.
 
M. de Unamuno, Niebla
 
4.- ESPACIO IRÓNICO.
Simbólico, pero a la inversa. Por ejemplo, cuando en un paisaje idílico se descubre una
infidelidad, cuando una cárcel se convierte en espacio de libertad para un personaje…
 
5. ESPACIO FÍSICO O ESCENARIO
Es el lugar o los lugares concretos y determinados donde ocurren los hechos. Puede ser un
espacio abierto: natural, urbano, rural, marítimo, etc., o por el contrario, un espacio cerrado: el
interior de una casa, un cine, un bar, una escuela, etc. Este tipo de escenario se presenta
mediante pasajes descriptivos, en los cuales, se detiene la acción narrativa.

Ejemplo:
“Lo que estaba delante de mí era un recibidor alumbrado por la única y débil bombilla que
quedaba sujeta a uno de los brazos de la lámpara, magnífica y sucia de telarañas, que colgaba
del techo. Un fondo oscuro de muebles colocados unos sobre otros como en las mudanzas”.
(Carmen Laforet, Nada, fragmento)

6. ESPACIO PSICOLÓGICO
Es la atmósfera espiritual que envuelve a los personajes y a toda la acción, según los conflictos
que se planteen: amor, violencia, odio, venganza, desilusión, soledad, etc. Por ejemplo, un clima
de soledad e incomunicación condiciona el comportamiento de los personajes y define las
características del acontecer.
La observación del espacio sicológico o atmósfera que presenta una obra determinada, nos
permite apreciar cabalmente el extraordinario poder que posee la palabra literaria.

Ejemplo:
“En toda aquella escena había algo angustioso, y en el piso un calor sofocante como si el aire
estuviera estancado y podrido”.
(Carmen Laforet, Nada, fragmento)

7. ESPACIO SOCIAL
Se refiere al entorno cultural, religioso, económico, moral o social en el que se desarrolla la acción
narrada. Los personajes tienen un nivel intelectual, cultural; pertenecen o se agrupan en sectores
sociales y manifiestan determinadas ideas religiosas o políticas.

Ejemplo:
“La familia de don Dámaso Encina era noble en Santiago por derecho pecunario y, como tal,
gozaba de los miramientos sociales (…). Se distinguía por el gusto hacia el lujo, que por entonces
principiaba a apoderarse de nuestra sociedad y aumentaba su prestigio con la solidez del crédito
de don Dámaso, que tenía por principal negocio el de la usura en gran escala, tan común entre
los capitalistas chilenos”.
(Alberto Blest Gana, Martín Rivas, fragmento)

ASIMISMO, SEGÚN LA RELACIÓN QUE ESTABLEZCA CON NUESTRA


REALIDAD, EL ESPACIO PUEDE SER:
1. Real: todas aquellas narraciones que se desarrollen en espacios
reconocibles por el lector, como ciudades o lugares que realmente existen,
tienen un marco real. Es lo que sucede por ejemplo en las famosas obras del
detective Sherlock Holmes, que transcurren en Londres. 
2. Imaginario: en este caso el espacio toma como ejemplo la realidad, pero
no se puede identificar con un lugar que exista. Es el caso de Vetusta, que
nos remite a la ciudad de Oviedo sin serlo, y en la que tiene lugar la historia
de Ana Ozores, la Regenta. 
3. Ficticio: los espacios que aparecen en este tipo de ambientación
son inventados e imposibles de relacionar con ningún lugar real. Así sucede
con la Tierra Media, de El Señor de los anillos (Tolkien) o con Hogwarts, la
escuela de magia de Harry Potter (J.K. Rowlling)

Frida23deabrildel2021##

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