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Memorias

Que en el abismo de mi garganta,


Se derramen estas sangrientas ilusiones mías…
Solos sus dedos pueden entender la locura de mis poros,
Fueron aquellos delgados brazos, quienes se desgarraron
Al abrazar mis inconciencias…

Y al despertar de mi funesto sueño


Fueron mis mismas manos las que cocieron sus rasgos
destrozados…
Bese sus heridas, y las sane con mi propia sangre…
Su aliento era el oxigeno en mis enfermos pulmones
Violados por la soledad…

Mis ansias expiaban cada latido de su corazón,


Sus benditos ojos, excitaban cada rincón de mi alma,
Ahora sus pasos quedaron en las hojas caídas,
En la lluvia sobre mis pestañas,
En la arena bajo mis pies,
En el aroma calido de sus manos,
Perdido entre mis cabellos…

Ambos pupulamos en una misma mente,


Mas los huesos y la carne, humillaron
Nuestro amor, y putrefactos en un baúl
Se llevaron lejos aquella mente,
Dejando un solo cuerpo perdido en el espacio…

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