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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LAS RELACIONES INTERIOR JUSTICIA Y
PAZ
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD
CENTRO MULTIESPECIALIZADO DE FORMACIÓN ZULIA

FORMACIÓN SOCIOPOLÍTICA

Gabriel León
C.I 28.506.138
PNF Investigación Penal

Trayecto I Proceso I-2021


DESARROLLO

1) Política:
Ciencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades humanas,
especialmente de los estados.

2) Democracia:
En sentido estricto, la democracia es una forma de organización del Estado en la
cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos
de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes.

3) Sociedad:
La sociedad es un conjunto de individuos que conviven en un mismo territorio bajo
un determinado esquema de organización, compartiendo además lazos
económicos, políticos y culturales. Es decir, una sociedad es un grupo de
personas que sigue un determinado ordenamiento.

4) Gobierno:
El Gobierno es el conjunto de órganos e instituciones que controlan y administran
el poder del Estado. Es decir, el Gobierno es la autoridad que dirige, controla y
administra el aparato estatal.

5) Estado:
El Estado se comprende específicamente como la organización de un territorio
bajo el dominio de un gobierno.

6) Elementos que conforman el estado:


El Estado tiene cuatro elementos básicos y generales: 1) posee gobierno (poder
político), 2) tiene un pueblo (como nación); 3) ostenta territorio; y, 4) está regulado
con base en un estado de derecho que lo legitima y que basa su organización en
la división de poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

7) Tipos de gobierno:

• Autocracia:
Una autocracia es un sistema de gobierno que concentra el poder en una sola
figura (a veces divinizada) cuyas acciones y decisiones no están sujetas ni a
restricciones legales externas, ni a mecanismos regulativos de control popular
(excepto quizás por la amenaza implícita de un golpe de Estado o de una
insurrección en masa).
• Democracia:
Los sistemas democráticos incluyen la participación de la población general en la
toma de decisiones. Esta participación puede ser más notoria como en la
democracia directa o más remota como sucede en la democracia representativa.
En los estados modernos con millones de personas, se dan formas básicamente
formas de democracia representativa, con la posibilidad de referenda y plebiscitos
sobre cuestiones particulares, que usualmente obligan al gobierno a decidir entre
dos o más alternativas según el voto mayoritario de la población.
• Democracia clásica u occidental:
De acuerdo con el reconocido filósofo catedrático Ismael Iván Santaella Solorio y
en conjunto con catedráticos. La base es el reconocimiento a la eminente dignidad
humana, basando la organización estatal en el objeto de fomentar las múltiples
posibilidades que derivan de dicha persona. La forma de Gobierno se basa en el
predominio de la mayoría, pero con respeto a las minorías.

• Democracia directa:
El Gobierno directo es aquel en el cual el pueblo ejerce directamente las funciones
de Gobierno, actúa realizando actos de Gobierno sin representantes. Este régimen
no existe actualmente y puede afirmarse que nunca se realizó, en Estado alguno.
Solo ha sido posible en pequeñas circunscripciones (Municipios, Cantones
suizos.).
• Democracia representativa:
El Gobierno representativo es aquel en el cual las funciones de Gobierno son
realizadas por los representantes del pueblo. Actualmente la casi totalidad de los
regímenes de Gobierno son representativos. Los gobernantes son considerados
“representantes” de la ciudadanía y son ungidos en su calidad de tales mediante el
sufragio. Este es el único contrato del elegido con el elector; el pueblo solamente
tiene derecho de elección, la relación de representación se desarrolla a través del
partido político. El representante no puede ser revocado, porque sus electores no
tienen ningún contrato después del voto, salvo a través del partido político.
Teóricamente el votante se inclina por un partido político por adhesión al programa
de Gobierno que este propugna y vota por los candidatos de ese partido. Por esa
razón el representante debiera cumplir con el programa y las autoridades del
partido controlar su actuación.
• Democracia semidirecta:
El régimen semi-representativo es aquel que participa de ambos sistemas; el
Gobierno se realiza indirectamente por medio de representantes, pero el pueblo
realiza directamente algunos actos de Gobierno, es decir que no limita su
intervención al sufragio, sino que a veces utiliza formas de Gobierno directo:
plebiscitos, referendos, iniciativa popular..
• Repúblicas:
Una república es una forma de gobierno en la que el país se considera un “asunto
público” (en latín: res publica ), no una propiedad privada o propiedad de los
gobernantes, y donde los cargos de los estados se eligen o nombran
posteriormente directa o indirectamente en lugar de heredado. El pueblo, o una
parte significativa de él, tiene el control supremo sobre el gobierno y sobre los
lugares donde los cargos del estado son elegidos o elegidos por personas
elegidas.
Otros términos utilizados para describir los diferentes repúblicas incluyen república
democrática, república parlamentaria, república semi-presidencial, república
presidencial, república federal, y la república islámica.
• Totalitarismo:
Los sistemas de gobierno totalitarios se basan frecuentemente en el
transpersonalismo; el Estado regula según el criterio exclusivo de la clase
gobernante, con poco o ningún contrapeso de otras clases, ni limitaciones
asociadas a ciertos derechos civiles. En esos sistemas el Estado y la clase que lo
dirige puede imponer sus ideas, criterios y doctrinas sin contrapeso de otras
instituciones o grupos sociales. En los sistemas totalitarios todas las competencias
residen en el Estado; este orienta los individuos de tal manera que se hace
necesario que sean suprimidos o minimizados los derechos individuales.

8) Hegemonía:
En política, hegemonía es el método geopolítico de dominación imperialista
indirecta, en el que el estado hegemónico gobierna a otros estados subordinados,
bajo la amenaza de intervención como un medio implícito de poder, más que por
la fuerza militar directa (invasión, ocupación o anexión).

9) Lucha de clases:
La lucha de clases es una teoría que explica la existencia de conflictos sociales
como el resultado de una pelea central o antagonismo inherente a toda sociedad
políticamente organizada entre los intereses de diferentes sectores o clases
sociales.

10)Políticas progresivas y regresivas:

En primer lugar, las políticas de seguridad regresivas comprenden la acción de


contener, detener, castigar y perseguir actuaciones políticas o sociales desde el
poder político hacia un individuo o grupo. La regresión niega e impide el ejercicio
de los derechos civiles y de libertad política: expresión, reunión, manifestación,
asociación, sindicación que suelen considerarse propias de los sistemas
democráticos.
Por su parte las políticas de seguridad progresivas son todas aquellas normas que
en seguridad social funcionan como servicio público para el desarrollo de los
derechos sociales especialmente para las poblaciones menos favorecidas.
Es decir, las características de una política regresiva en materia de seguridad
ciudadana reproducen el orden social injusto y de relaciones dentro de una
sociedad, que victimizan a nuestro pueblo. Por el contrario, una política
progresiva, pone al ser humano como principio y fin de todo razonamiento político
y nos permite garantizar la seguridad integral y los Derechos Humanos.

11) Ideología
Hablamos de ideología cuando una idea o conjunto de ideas determinadas
interpretadoras de lo real son consideradas como verdaderas y son ampliamente
compartidas conscientemente por un grupo social en una sociedad determinada.

12) Liberalismo
El liberalismo es una filosofía y movimiento político que defiende la libertad
individual, la igualdad ante la ley y la limitación de los poderes del Estado. Como
doctrina económica propugna la iniciativa privada y el libre mercado. Como actitud
vital propone la tolerancia

13) Neoliberalismo
El neoliberalismo es una teoría política y económica que tiende a reducir al mínimo
la intervención del Estado. También ha sido definido como una forma de
liberalismo que apoya la libertad económica y el libre mercado, cuyos pilares
básicos incluyen la privatización y la desregulación. En su sentido más usual, se
refiere a una serie de teorías y propuestas económicas que comenzaron a tomar
auge en la década de 1970, cuestionando al keynesianismo dominante hasta
entonces, para volverse en los años siguientes predominantes en el mundo
occidental.

14) Socialismo
Doctrina política y económica que propugna la propiedad y la administración de los
medios de producción por parte de las clases trabajadoras con el fin de lograr una
organización de la sociedad en la cual exista una igualdad política, social y
económica de todas las personas.
15)Capitalismo
Sistema económico y social basado en la propiedad privada de los medios de
producción, en la importancia del capital como generador de riqueza y en la
asignación de los recursos a través del mecanismo del mercado.

16) Comunismo
Doctrina económica, política y social que defiende una organización social en la
que no existe la propiedad privada ni la diferencia de clases, y en la que los
medios de producción estarían en manos del Estado, que distribuiría los bienes de
manera equitativa y según las necesidades.

17) Políticas publicas progresivas y regresivas en materia de seguridad


ciudadana

En primer lugar, las políticas de seguridad regresivas comprenden la acción de


contener, detener, castigar y perseguir actuaciones políticas o sociales desde el
poder político hacia un individuo o grupo. La regresión niega e impide el ejercicio
de los derechos civiles y de libertad política: expresión, reunión, manifestación,
asociación, sindicación que suelen considerarse propias de los sistemas
democráticos.
Por su parte las políticas de seguridad progresivas son todas aquellas normas que
en seguridad social funcionan como servicio público para el desarrollo de los
derechos sociales especialmente para las poblaciones menos favorecidas.
Es decir, las características de una política regresiva en materia de seguridad
ciudadana reproducen el orden social injusto y de relaciones dentro de una
sociedad, que victimizan a nuestro pueblo. Por el contrario, una política
progresiva, pone al ser humano como principio y fin de todo razonamiento político
y nos permite garantizar la seguridad integral y los Derechos Humanos.

Por lo tanto, las ideales son las progresivas, para que una política de seguridad
sea progresista debe plantearse para actuar tanto sobre el delito como sobre sus
causas, incluyendo y protegiendo a los más pobres, a través de políticas que
garanticen la dignidad y respeto de los derechos humanos:
1) Lograr la inclusión social de las grandes mayorías. Sólo será posible reducir el
delito y la pobreza si se actúa sobre los factores estructurales que los generan,
promoviendo la inclusión y la justicia social, la reconstitución de tejido social en las
comunidades populares, garantizando a todos sus derechos y dignidad. Más que
el derecho a la seguridad, se trata de ofrecer la seguridad de los derechos.
2) Proteger a todos, especialmente a los más pobres. La seguridad y la
inseguridad se distribuyen desigualmente según la clase social: los sectores
populares están más desprotegidos, y enfrentan mayor cantidad de riesgos. Una
política democrática de seguridad “socializaría” la seguridad, protegiendo a los que
son más vulnerables: los pobres, las mujeres, los niños, los jóvenes.
3) Garantizar los derechos y la dignidad. La mejor política de seguridad es la que
garantiza los derechos de los ciudadanos, pues el delito común y la violación de
los derechos con que se les pretende enfrentar tienen una misma naturaleza. Por
otra parte, las actuaciones que vulneran los derechos terminan por producir más
delito, pues pierden legitimidad y cualquier efecto disuasivo. Por lo general, las
medidas que pretenden “mano dura” contra el delito, aumentando la violencia
policial o llenando las cárceles de manera indiscriminada, terminan por producir
más delitos, más violencia y reproducen la división de clases y la injusticia social.
La “mano dura” siempre recae en los más pobres.
4) Construir la convivencia y la solidaridad. El delito disuelve los vínculos sociales,
atenta contra la convivencia y la solidaridad, y promueve la intolerancia. A la vez,
la ruptura de los vínculos sociales, la ausencia de solidaridad y la intolerancia,
producen e incrementan el delito. Sólo será posible la seguridad si sustituimos el
egoísmo por la solidaridad. Esta política va dirigida a desvanecer las odiosas
diferencias sociales, promover una cultura de la solidaridad, recuperar el
encuentro y la convivencia ciudadadana.
5) Devolverle al pueblo su lugar como sujeto en la historia. La comunidad tiene un
rol fundamental en la seguridad, ya que el delito es expresión de una relación
política que le niega el poder a las mayorías populares. El delito, sobre todo en
sus formas más violentas, es una forma de ejercer el poder por aquellos que no lo
tienen, generalmente contra otros tan desposeídos como ellos. Por otro lado, las
comunidades que se miran sin poder, sin capacidad para regular y dirigir su propio
destino, son las comunidades en que prolifera el delito.
Las políticas regresivas están prohibidas en naciones democráticas, ya que esto
representa un componente esencial de la garantía de los Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, y dentro de ellos los derechos de seguridad social. En
términos generales, es posible afirmar que la prohibición de las políticas
regresivas constituyen una de las diversas manifestaciones de la perspectiva
social e igualitaria de los derechos fundamentales.
18) Políticas públicas en seguridad ciudadana implementadas por el estado
venezolano desde 1999 hasta la fecha

Con la Constitución de 1999 (Venezuela, 1999) se introdujo bajo un nuevo Título,


denominado “De la Seguridad de la Nación”, un concepto cuyo fundamento
radicaría en el desarrollo integral y cuya defensa sería responsabilidad de las
personas naturales y jurídicas establecidas dentro del espacio geográfico (art.
322). El artículo 326 de la Constitución desarrolla la seguridad como una
corresponsabilidad entre Estado y sociedad civil para cumplir con los principios de
independencia, democracia, igualdad, paz, libertad, justicia, solidaridad, promoción
y conservación ambiental y defensa de los derechos humanos, así como para
lograr la satisfacción progresiva de las necesidades de la población. Esta
corresponsabilidad abarca los ámbitos económico, social, político, cultural,
geográfico, ambiental y militar.
Dentro de estos amplios enunciados se concibe la seguridad en una doble faz de
protección de principios y derechos y de cobertura de necesidades indefinidas,
aunque, cuando se indican las instancias garantes y los responsables operativos,
el concepto se restringe notablemente. En el ámbito externo se refiere a la
independencia, soberanía, integridad geográfica, cuya responsabilidad
corresponde a la Fuerza Armada Nacional (arts. 328 y 329). En el ámbito interno,
que se denomina seguridad ciudadana, se refiere al mantenimiento y
restablecimiento del orden público, el apoyo de la autoridad, la protección de
personas, hogares y familias, y al aseguramiento y disfrute de garantías y
derechos constitucionales, cuya responsabilidad corresponde a los cuerpos de
policía, bomberos y defensa civil (art. 332). No obstante, la Guardia Nacional (que
desde 1950 forma parte de la Fuerza Armada Nacional) tiene como
responsabilidad básica, según el art. 329, la conducción de operaciones para el
mantenimiento del orden interno del país. El art. 332 indica que los órganos de
seguridad ciudadana (una de cuyas funciones es mantener y restablecer dicho
orden interno) son de carácter civil, y que dicha función es competencia
concurrente entre el gobierno central y los gobiernos estadales y municipales. Sin
embargo, el énfasis en el orden público como responsabilidad militar ha creado
una tensión de rango constitucional, que anteriormente no existía, entre cuerpos
militares y civiles y entre cuerpos centralizados y descentralizados de policía.

En 2001, dentro del marco de una ley habilitante de la Asamblea Nacional, fue
dictado el Decreto Presidencial con Fuerza de Ley de Coordinación de Seguridad
Ciudadana (Venezuela, 2001b), cuyo propósito fundamental fue el de establecer
mecanismos de enlace y coordinación entre diversos cuerpos policiales. Algunos
casos emblemáticos ocurridos años atrás, en materia de captura de rehenes,
habían concluido con muertes de civiles y funcionarios debido a la competitividad y
rivalidad, en el sitio del suceso, de diversos cuerpos policiales. De este modo, los
arts. 8 y 9 del decreto establecieron los principios de la prevalencia de intervención
para el cuerpo policial que tuviere mayor capacidad de respuesta y recursos para
enfrentar la situación y de sustitución ascendente, es decir, de policías
municipales por estadales, y de policías estadales por nacionales, en caso de
rebasarse la capacidad operativa de alguno de estos cuerpos en cada situación.
Este decreto también estableció un Consejo de Seguridad Ciudadana de carácter
nacional, integrado por representantes del Ministerio del Interior y Justicia y de las
gobernaciones y alcaldías, cuya función sería el estudio, formulación y evaluación
de políticas en esta materia a nivel nacional, así como una Coordinación Nacional
y Coordinaciones Regionales, a nivel de los estados, para el seguimiento y
evaluación de los planes que estableciere el Consejo de Seguridad Ciudadana.
Según este modelo, en lugar de absorberse todas las policías en un solo cuerpo
nacional, idea que ya había sido materializada en un proyecto de Ley Orgánica de
Policía, de 1991, y en otro sobre Policía Federal, de 1993, se optaba por un
esquema de formulación de políticas y seguimiento de planes de acción, centrado
en la Coordinación Nacional de Policía, dependencia administrativa adscrita al
Ministerio del Interior que ha funcionado, preferentemente, bajo la dirección de
oficiales de la Guardia Nacional desde 1969.

El proyecto de Ley de Policía Nacional que fue aprobado en primera discusión por
la Asamblea Nacional en julio de 2004 (Venezuela, 2004), desarrollaba este último
modelo, estableciendo principios comunes (y en este sentido, estandarizados)
para lo que sería el Cuerpo de Policía Nacional (que absorbería lo que es hoy la
Policía Metropolitana de Caracas y el Cuerpo de Vigilancia de la Dirección de
Tránsito Terrestre, del Ministerio de Infraestructura), y para las policías estadales y
municipales. El texto enfatizaba la coordinación, reglamentación y supervisión por
parte del Ministerio del Interior y Justicia. La tendencia centralista se manifestaba
en dos disposiciones controvertidas, aquella según la cual el Cuerpo de Policía
Nacional y la Guardia Nacional podrían sustituir a las policías estadales y
municipales cuando así lo determinase el Consejo Nacional o la Coordinación
Regional de Seguridad Ciudadana, y aquella según la cual el mismo ministro
podría delegar las funciones del Cuerpo de Policía Nacional en la Guardia
Nacional, tomando en cuenta “la racionalización y optimización de los recursos
materiales y humanos para la tutela de la seguridad ciudadana, las necesidades y
requerimientos para la prestación del servicio policial y la eventual imposibilidad
del Cuerpo de Policía Nacional para ejercer las atribuciones que le son propias”
(art. 33). Esta cláusula, evidentemente amplia y ambigua, podría conducir a una
militarización total de la policía.

El modelo de policía surgido con ocasión del trabajo de la Comisión Nacional para
la Reforma Policial (Gabaldón y Antillano, 2007, 237-250) desestima cualquier
carácter militar de la policía general y enfatiza el principio de competencias
concurrentes entre cuerpos de policía nacional, estadales y municipales, conforme
a los principios de territorialidad de la ocurrencia situacional y de complejidad,
intensidad y especificidad de la intervención requerida, a fin de facilitar la sinergia
en el trabajo policial, fomentando, por otro lado, la rendición de cuentas y el control
ciudadano. Tal parece que la nueva ley del Cuerpo de Policía Nacional y del
Servicio de Policía, que será dictada dentro del marco de la ley habilitante,
responderá a este modelo ampliamente validado por la consulta ciudadana.

Para resumir esta perspectiva sobre el desarrollo institucional de la policía


venezolana en los últimos setenta años (Gabaldón, 1999), podríamos decir que se
ha caracterizado por la centralización, la rígida jerarquización y los estilos
militarizados de gestión, que incluyeron, a partir de 1969, la designación de
oficiales de la Guardia Nacional como directores de las policías en los estados.
Entre 1989 y 1999, surgieron policías municipales de perfil descentralizado y con
autonomía local en los municipios con mayores recursos, al amparo del art. 30 de
la Constitución de 1961. Estos cuerpos se han multiplicado, en muchos casos sin
estándares mínimos que permitan hacer predecible y auditable su desempeño. La
nueva Constitución, aunque en los arts. 164, n. 6, 178, n. 7 y 332 reconoce
competencias estadales y municipales en materia policial, adopta un modelo de
seguridad ciudadana con gran énfasis en el centralismo y en el componente
militar, y la legislación promulgada con posterioridad a su entrada en vigor, así
como la proyectada, ha tendido a concentrar la función policial dentro de un
modelo vertical con gran pendiente hacia el control militar de la policía, pese a la
retórica sobre su carácter civil. La tendencia se acentuó después de 2002
(Gabaldón, 2004ª), cuando, como consecuencia de eventos como la deposición
del Presidente, el paro petrolero y el proceso del referendo revocatorio, la
polarización política alcanzó niveles insospechados y las policías locales fueron
percibidas por el gobierno como focos de desestabilización territorial, mientras las
policías centralizadas generaron desconfianza al ser percibidas por la oposición
como estructuras al servicio de un modelo autoritario, que pretendería, en última
instancia, la militarización de la sociedad. Sin embargo, a partir de abril de 2006,
con ocasión de la instauración de la Comisión Nacional para la Reforma Policial,
un nuevo énfasis en el carácter civil de la policía y en la cooperación de todos los
cuerpos dentro de un sistema integrado, pero que admita la autonomía regional y
local, parece orientar el modelo para un nuevo consenso.
El 30 de septiembre de 2004 el Ministerio del Interior y Justicia anunció el
comienzo de un Plan Piloto de Seguridad Ciudadana, en el Distrito Metropolitano
de Caracas, con el objetivo de ”disminuir la inseguridad a través de la resolución
de dos problemas base: la percepción generalizada de inseguridad y el alto índice
delictivo, contrarrestar la delincuencia en todas sus manifestaciones y disminuir el
índice de criminalidad” (Venezuela, 2005).

La estrategia de dicho plan se definió como: ”planificación y ejecución de acciones


preventivas de control efectivo para contrarrestar la delincuencia en todas sus
manifestaciones y disminuir el índice de criminalidad con el concurso de
autoridades regionales, municipales y comunidades organizadas”. Dentro de las
áreas de acción se mencionan programas antidrogas, culturales, deportivos,
asistenciales y la organización de redes sociales comunitarias de inteligencia a
favor de la seguridad ciudadana (Venezuela, 2005).

Este plan integrado, que pretendió haber incorporado 1.800 funcionarios de


distintos cuerpos policiales, incluyendo 1.200 del Comando Regional Nº 5 de la
Guardia Nacional, con sede en Caracas, implicó la colocación intensiva de
vigilancia en áreas populares de la ciudad durante los fines de semana,
levantamiento de información a través de encuestas de victimización y de
necesidades vecinales, así como campañas de cedulación, inscripción en el
registro electoral, asistencia médico-odontológica y asesoría legal.

La información suministrada sobre el desempeño de estos planes no discrimina


tipos delictivos, modalidades de comisión, localización geográfica ni fuentes del
registro, aunque se supone que son todas las ocurrencias reportadas a todos los
cuerpos de policía en el área de Caracas. Por otro lado, una revisión de los
gráficos comparativos por semanas muestra incongruencias en la determinación
del número de delitos reportados según las diversas semanas y ausencia de
referencia a tasas, todo lo cual hace que esta información resulte inadecuada para
realizar inferencias sobre los resultados del plan en cuanto a modificación absoluta
o relativa de las ocurrencias delictivas.

El plan piloto de seguridad ha incluido instrumentos para el seguimiento territorial


de su desempeño, como encuestas sociales y de victimización. La encuesta social
es un formato donde se recaba información sobre lugar de ubicación y condiciones
generales de la vivienda, incluyendo servicios públicos comunales, así como un
censo del grupo familiar y un inventario de organizaciones y asociaciones de
colaboración operando en el sector. La encuesta de victimización es un
instrumento donde se explora la ocurrencia de homicidios, hurtos, robos y
violaciones, así como otros delitos no especificados, en cuanto a edades y sexo
de víctimas y victimarios, daños y pérdidas ocasionados, hora y sitio de
ocurrencia, incluyendo algunas preguntas sobre denunciabilidad a la policía,
percepción de seguridad, participación en organizaciones y propuestas para
solucionar la inseguridad, con cuatro opciones cerradas: planes de prevención del
delito, vigilancia policial, organización comunal y eficacia judicial. No era clara la
existencia de un criterio muestral para seleccionar a los encuestados, ni se definía
si la información pretendía utilizarse para definir problemas en cada sector o para
toda la ciudad. Por ello se ha podido destacar que ”entre las limitaciones de este
estudio, destacan la carencia de un criterio metodológico adecuado para el diseño
de la muestra y para el levantamiento y procesamiento de la información, dado
que la información fue recogida mediante abordajes comunitarios continuos, sin
previa selección de las viviendas o de encuestados, sino con criterios de
disponibilidad coyuntural, además de carencias en cuanto al personal encargado
de la aplicación del instrumento y del vaciado de la información” (Gabaldón y
Antillano, 2007, 315).

A partir de la tercera semana de enero de 2008 se ha implementado un nuevo


plan de seguridad coordinado por el Ministerio del Interior y Justicia, mediante
saturación de presencia policial en áreas urbanas del Distrito Capital,
preseleccionadas conforme a criterios de concentración delictiva con base en
estadísticas policiales. Dado lo reciente de la medida, resulta prematura cualquier
evaluación sobre sus resultados y su perspectiva de consolidación.
El socialismo del siglo XXI es un concepto originalmente formulado en 1996 por el
sociólogo alemán Heinz Dieterich Steffan, que surgió como producto de la
reflexión sobre el socialismo soviético-oriental del siglo XX. El término adquirió
difusión mundial desde que fue mencionado en un discurso por el entonces
presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el 30 de enero de 2005 desde el V Foro
Social Mundial.

19) Materialismo histórico


El materialismo histórico, por tanto, se refiere a una doctrina que, de acuerdo con
Marx y Engels, los cambios en el espíritu de la sociedad, teniendo en cuenta que
se expresaban en la superestructura, se derivan de las relaciones económicas de
producción.

20) Dialéctica marxista

La dialéctica concibe al movimiento como uno de los elementos más importantes


para el ser y propone que “la realidad está sometida al devenir y la historia”, es
decir, quien no comprenda el cambio como un proceso que forma parte de la
construcción de un objeto, es incapaz de comprender la concepción del objeto.

21) Plusvalía desde el concepto marxista

La plusvalía, plusvalor o supervalía es un término propio de la filosofía económica


marxista, o sea, propuesta por Karl Marx (1818), y su crítica a los economistas
clásicos como Adam Smith (1723-1790) o David Ricardo (1772-1823), en cuyas
obras ya aparecía enunciado, pero no definido, este concepto.
La plusvalía puede entenderse como el equivalente monetario (o sea, en dinero)
del valor adicional a su fuerza de trabajo que produce un trabajador, y que el
burgués se apropia o le “extrae”, con lo cual puede tener lugar el proceso de
acumulación capitalista.
En términos más simples, la plusvalía es la porción de producción que no le es
remunerada a los trabajadores, sino que forma parte de la ganancia del patrono.
Se concibe como la diferencia entre el valor del total producido y el salario recibido
por los trabajadores.
Esto se explica, según la teoría marxista, porque el capitalismo es un sistema de
producción de plusvalía, más que un sistema de producción de bienes
consumibles

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