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México D.F.

, a 3 de febrero de 2016

Carta abierta al Consejo Directivo 2013-2015, a los socios del Colegio de Etnólogos y
Antropólogos Sociales y a los etnólogos, antropólogos y etnohistoriadores mexicanos.

Dra. Cristina Oehmichen


Presidenta
Consejo Directivo
Colegio de Etnólogos y Antropólogos Sociales, A.C.

PRESENTE

Hemos visto con preocupación que el pasado jueves 21 de enero de 2016 el Consejo Directivo
envió un correo electrónico a los socios del CEAS que llevaba por asunto “Código de Ética-
Aprobado por unanimidad en la Asamblea de Socios (4 de diciembre de 2014)”.1 Asimismo, el
Boletín del CEAS “La antropología y la etnografía en los universos de la contemporaneidad”,
publicado en abril de 2015 reproduce un Código de Ética, bajo cuyo título se lee “Aprobado por
unanimidad en la Asamblea de Socios del CEAS, en su sesión del 4 de diciembre de 2014”. Dicho
boletín fue presentado en la asamblea de socios del 5 de abril de 2015 en la que varios socios
presentes señalaron que no se había aprobado, sino que se había discutido ampliamente en la
asamblea anterior y que se había llegado a la conclusión de que se necesitaba seguirlo trabajando,
discutiendo y logrando acuerdos para llegar a consensos. Cabe señalar que en esa reunión no se
presentó un acta de asamblea de la sesión anterior, ni se han socializado hasta ahora actas de
asamblea de las reuniones realizadas durante su gestión.

Le hacemos llegar esta carta en la que externamos una serie de preocupaciones sobre el Colegio
de Etnólogos y Antropólogos Sociales, A.C.: 1) la gestión del Consejo Directivo (2013-2015), la
forma en que se llevan a cabo las asambleas, la toma de decisiones, la gestión y ejecución
recursos, así como la participación de los colegiados; 2) la discusión que se dio en la asamblea del
4 de diciembre de 2014; 3) un análisis del Código de Ética propuesto por el CEAS así como el
posicionamiento del colectivo “Antropólogos por un mercado laboral digno y justo”, en torno al
mismo; 4) finalmente hacemos una serie de recomendaciones y propuestas para ser consideradas
por el CEAS, en particular, y los antropólogos mexicanos, en general.

1. Gestión del Consejo Directivo (2013-2015)

En los más de dos años en que ha estado el Consejo Directivo actual en la gestión del CEAS se han
realizado 3 asambleas. El 21 de noviembre de 2013 tomó posesión el actual Consejo Directivo y en
el que usted presentó el programa de trabajo 2013-2015. En él propuso la realización de dos
congresos, el III Congreso Mexicano de Antropología Social y Etnología en 2014 y el IV Congreso de
la Asociación Latinoamericana de Antropología en 2015. Además, estableció como uno de sus ejes
centrales dar continuidad a las preocupaciones profesionales, a la realidad del trabajo de campo
frente al aumento de la violencia y a emitir recomendaciones. La segunda asamblea se realizó el 4
de diciembre de 2014 donde se discutió el Código de Ética, sobre lo que detallamos más abajo,

1
https://ceasmexico.wordpress.com/2016/01/21/codigo-de-etica-aprobado-por-unamidad-en-la-asamblea-
de-socios-4-de-diciembre-de-2014/
pero se estableció claramente que la Comisión de Peritaje “necesita” un Código de Ética aprobado
por la asamblea para poder realizar trabajos oficiales. Se desconoce hasta el momento quiénes
conforman la Comisión de Peritaje, cuándo fue conformada y si rindió un informe de discusiones
o si sólo presentó la propuesta del Código de Ética, pues no se ha presentado ni discutido en
ninguna de las asambleas entre 2013 y 2015. Cabe señalar que en 2014 solamente se realizó una
asamblea violando el reglamento del Colegio que establece que se deben convocar asambleas
cada seis meses.

El 2 de julio de 2015 hubo una nueva asamblea en la que se presentó el Boletín del CEAS a que se
hizo alusión arriba en el que apareció como aprobado por unanimidad el Código de Ética, pese a
que no había sido así. Usted indicó que se revisaría el acta de la asamblea después de la asamblea.
No obstante, dado que no había habido una asamblea posterior a la de diciembre de 2014, debió
de haberse leído el acta en la asamblea del 2 de julio para la consideración de los socios y su
consecuente aprobación o no.

La reunión se centró en la regularización fiscal del CEAS, lo que significa que el Colegio ahora
puede recibir donativos. Fue de este modo que los recursos para la realización del Congreso
Latinoamericano de Antropología que organizó la UNAM fueron gestionados por el CEAS. La
regularización fiscal respondió, de acuerdo a lo informado en esa reunión, a que se han dado
solicitudes de peritajes, se solicitó al CEAS que participara en el recuento de votos en Ayutla de los
Libres, entre otros. De este modo, según informó usted, el CEAS ya puede expedir facturas, debe
rendir cuentas a Hacienda y puede realizar actividades que generen recursos. Es, además, una
posibilidad de empleo para sus socios. Esta podría ser, asimismo, una motivación para mantener el
control del Consejo Directivo.

En noviembre de 2015 debió concluir el actual Consejo Directivo (2013-2015), de acuerdo con el
reglamento, no obstante, hasta ahora no se ha convocado un proceso de presentación de
candidaturas y elecciones. El Consejo Directivo (2013-2015), además, violó los estatutos que
requieren que se realicen asambleas de socios cada seis meses y ha presentado como acuerdo un
documento que no se ha consensuado, el documento titulado “Código de Ética”, al que hacemos
alusión. Esta falta de cumplimiento de los acuerdos y la normatividad responde tanto a la
gestión del Consejo como a la falta de participación de los socios del CEAS que con apatía
aprueban acciones que no solamente son violatorias de los reglamentos sino que incurren en
faltas a la ética. Es fundamental que los socios del Colegio se vuelvan activos para poder recuperar
el rumbo de la institución. Es necesario que las asambleas cumplan con el quórum, también
requerido por reglamento, y que se elaboren actas, que se socialicen con los socios y que se
aprueben o discutan y corrijan. Es preocupante que la falta de participación esté promoviendo
una perpetuidad del Consejo Directivo que ya ha cumplido su mandato y no ha rendido cuentas,
ni explicado los motivos por los que se mantiene en el cargo. ¿Quién les otorgó -cuándo, cómo y
por qué- el permiso para permanecer en el cargo más allá de lo que establece la normatividad y de
la legitimidad de la elección que los colocó en el puesto en 2013?

Por otro lado, está pendiente la rendición de cuentas sobre el Congreso Latinoamericano de
Antropología: cuánto se recopiló de las donaciones, cuánto del pago de inscripciones, cómo se
ejecutó ese presupuesto, y cómo se resolvieron los problemas de las ausencias, etc. Cabe aclarar
que se cancelaron muchos de los páneles propuestos por el comité organizador y varios de los
invitados habían cancelado su participación. El cobró fue muy alto y tuvo graves deficiencias de
infraestructura, tiempo de sala, nivel de discusión de las mesas. Hubo colegas que viajaron desde
otros países latinoamericanos y sólo tuvieron 15 minutos para exponer. Hubo casos en que se
inició tarde por problemas técnicos de la organización del congreso y después fueron expulsados
de las salas. Algunos tuvieron que concluir la discusión de la mesa en un restaurante, cubriendo los
costos extra ocasionados a costa propia. Asimismo, hace falta conocer si es que ha habido otros
ingresos al Colegio por venta de servicios. La rendición de cuentas es necesaria tanto porque se
trata del ejercicio de recursos públicos, como porque los socios del Colegio y asistentes al
Congreso contribuyeron con dinero a la financiación del Congreso, muchos de ellos con recursos
que provienen de fondos públicos, lo que lo hace un asunto de interés más allá de los socios del
CEAS y de los asistentes al congreso.

En la asamblea del 2 de julio de 2015 que no se cobren las cuotas en dólares porque la moneda
nacional es el peso. Además, propusimos que no se cobren cuotas a estudiantes y desempleados
debido a que los investigadores que cuentan con plazas en universidades y centros de
investigación reciben apoyos económicos para concurrir a los congresos y presentar sus
ponencias, posteriormente reciben una retribución monetaria y de prestigio como resultado de la
presentación de sus ponencias o de la organización de simposios o congresos a través de los
estímulos de sus instituciones y del CONACyT. Esta propuesta no se ha retomado por el Colegio,
sería conveniente crear una Comisión encargada de revisar el cobro de cuotas, la posibilidad de
becar estudiantes y desempleados, y que se emitan recomendaciones para la organización de
congresos de antropología en México.

Un ejemplo que el Colegio podría retomar para analizar es el caso de LASA que cada año otorga
una serie de becas a investigadores y estudiantes latinoamericanos, así como profesores
temporales de universidades de Estados Unidos en reconocimiento de que el poder adquisitivo de
este sector es menor al de los investigadores de tiempo completo estadounidenses.2

En este sentido, el grupo de trabajo ‘Antropólogos por un mercado laboral digno y justo’ exhorta a
los investigadores a que, reconociendo la desigualdad de condiciones en las que estudiantes y
profesores de tiempo completo acuden a los congresos, se comprometan a buscar
financiamiento para que los estudiantes y desempleados asistan a Congresos y otros eventos
académicos que coadyuven a su formación. Este tipo de iniciativas ya han sido consideradas por
investigadores como Antonio Escobar Ohmstede, quien en una misiva fechada el 31 de marzo de
2014 dirigida al grupo ‘Antropólogos por un mercado…’ aseguró que el Comité Organizador del
CIPIAL 2013 gestionó recursos económicos ante la SEP y la Fundación Ford, aunque dichos
esfuerzos fueron infructuosos. También se podrían tomar otras medidas pues en esa misma carta,
Escobar menciona que las cuotas de participación en los congresos mexicanos han pasado por un
proceso necesario de homologación internacional, esta necesidad de homologación contrasta con
las cuotas de otros congresos, por ejemplo, las cuotas del Congreso Centroamericano de
Antropología de la Red Centroamericana de Antropología, que en su IX edición tuvo un costo de
US$ 5.00 para estudiantes, US$ 10.00 para asistentes y US$ 12.00 para profesionales ponentes y
en su X edición, llevada a cabo en la ciudad de Mérida, Yucatán, tuvo un costo de US$ 25.00 para
profesionales con ponencia y US$ 10.00 para estudiantes con ponencia. Estas cuotas contrastan
considerablemente con las que se propusieron para el Congreso Latinoamericano de Antropología
que organizaron la UNAM y el CEAS, así como otras instituciones, en que se estableció una cuota

2
Criterio para otorgar becas de LASA: “El candidato reside en América Latina (para estudiantes y no
estudiantes), es un estudiante (fuera de América Latina), un profesor de USA ‘non-tenured’ o un profesor
que no reside en Latinoamérica ni USA”, http://lasa.international.pitt.edu/esp/congress/selectiongrants.asp
de 120 dólares para profesores, investigadores y profesionistas y de 65 dólares para estudiantes.
Dada la fuerte devaluación de más del 20% que ha sufrido el peso en los últimos meses es
necesario considerar que homologar las cuotas con los congresos en Europa o en Estados Unidos
supone un cobro por encima de los costos de realización de un congreso en México y una
generación de excedente cuyo destino es necesario conocer. En México la única moneda nacional
y circulante es el peso, motivo por el cual es necesario que los congresos se calculen
consecuentemente. Para las cuotas de extranjeros es muy sencillo hacer un depósito al tipo del
cambio diario. Para facilitar esta tarea podría ponerse un aviso diario en la página del congreso
con el tipo de cambio del día, por ejemplo.

2) Si en la asamblea del 4 de diciembre de 2014 no se aprobó por unanimidad el Código de Ética,


¿qué fue lo que pasó?

Dado que no existe un acta de asamblea se reconstruyen los hechos a partir de las notas de los
participantes a esa sesión, entre los que se encuentran varios de los abajo firmantes. En la
asamblea de socios el 4 de diciembre de 2014 se presentó la propuesta de Código de Ética que se
había presentado a la RedMIFA, según informó el Consejo Directivo. Se había hecho una
convocatoria previa a los socios para comentar el Código de Ética de manera electrónica en caso
de no poder asistir. Leonor Domínguez y Guillermo Núñez felicitaron la iniciativa. Mariángela
Rodríguez señaló que se omite en la iniciativa un ítem sobre el trabajo encubierto y la seguridad
que garantice la protección del anonimato de los antropólogos. Luis Vázquez León centró sus
comentarios en la ausencia de los problemas de interacciones al interior del gremio y entre
colegas, poniendo como ejemplo un caso de plagio, un caso de denuncia de acoso sexual y un caso
de una demanda entre colegas. Otro comentario giró en torno a la ética en los concursos de
oposición. Uno más se centró en una discusión semántica en torno al objeto/sujeto de estudio de
la antropología, que suscitó diversos comentarios en torno al significado de conceptos, más que en
las relaciones sociales que son las que permiten identificar comportamientos éticos o anti-éticos.

Después de un amplio debate, Laura Valladares, miembro del Consejo Directivo (2013-2015),
expuso que se trata de una propuesta que se puede mejorar y debatir. Que era necesario
encontrar canales para los acuerdos pero que podríamos reconocerlo como un paraguas que nos
permita reconocernos como antropólogos. Indicó que se trata de una guía de buenas prácticas
que no tiene atribuciones. Después de haberse presentado en la RedMIFA, ésta convocó al Colegio
para que elaborara una guía para el resto de los antropólogos. El Código de Ética debe registrarse
en la Dirección General de Profesiones. Cada institución puede hacer su propio código de ética y
sus comisiones de ética. Asimismo, agregó que es importante que los socios se sientan
representados en el Código de Ética. Con esta intervención se amplió el debate y surgieron nuevas
preguntas, dudas, comentarios y exposiciones.

María Antonieta Gallart expuso que había que responder a ¿cuál es el alcance del código? Expuso
que sería necesario incluir los límites de su competencia, que no tiene sanciones, que no se trata
de un reglamento y que no tiene jurisdicción.

Esteban Krotz preguntó si la competencia del Código de Ética es opcional o está en la Dirección
General de Profesiones. Expuso que si se hace el código tiene que vigilarse y debe haber
intervención. Si no se va a vigilar se debe llamar guía. Propuso que se cree una Comisión de Ética
dentro del Colegio. Andrés Latapí dijo que son principios.
Guadalupe Escamilla explicó que el marco es la Ley de Profesiones y José Luis Lezama expuso que
el Colegio sí puede vigilar porque lo marcan sus estatutos. Laura Valladares insistió en que no es
posible.

Cristina Oemichen propuso que se incorporen los comentarios al documento y alertó sobre que el
caso que presentó Luis Vázquez León puede conducir a una división. Roberto Melville propuso que
se pongan entre corchetes los aspectos sujetos a controversia pues esto ayudará a atender los
asuntos que ya se consensuaron. Sostuvo que la comisión no puede dirimir conflictos sino
pronunciarse respecto a los principios éticos y que no tiene efectos vinculantes. Hay aspectos de
un conflicto que no son de orden ético, explicó. Además, sostuvo que debe haber un apartado que
diga que habrá una comisión y cuáles son sus funciones.

Esteban Krotz explicó que en vista de que no hay ética o derechos humanos en las carreras hay un
problema que también responde a por qué no ha habido respuesta. Por lo tanto, hay que hacer
una estrategia que permita difundir y buscar más opiniones. Se puede usar mejor el Internet: se
pueden hacer columnas con el texto y las opiniones.

Explicaron que se quería hacer el registro en enero o febrero de 2015.

La asamblea prosiguió con otros puntos.

Esto quiere decir que no se llegó a ningún acuerdo y que se incorporarían comentarios,
sugerencias y modificaciones para mejorar el documento de trabajo y recircularlo. La versión
que se mandó antes de la asamblea y la posterior a la asamblea no presenta ninguna
modificación, ni se incluyen las discusiones que se tuvieron en la asamblea. Es necesario conocer
las razones por las que el Consejo Directivo, de manera unilateral, decidió presentar el
documento titulado Código de Ética como un acuerdo unánime.

3) Posicionamiento de “Antropólogos por un mercado laboral digno y justo” en torno al Código


de Ética presentado por el CEAS

• El documento refleja la subordinación social, política y económica de México a Estados Unidos

El origen de las discusiones sobre ética en la práctica antropológica está relacionado con la
geopolítica belicista de los gobiernos de los Estados Unidos. Cuatro ejemplos ilustran este vínculo.
Primero, la controversia iniciada por Franz Boas en 1919 cuando este denunció el encubrimiento
del espionaje en América Central a través de proyectos de investigación arqueológica mediante
contratos entre agencias de inteligencia e investigadores.3 Segundo, la participación de
antropólogos estadounidenses como analistas de inteligencia e instructores de idiomas, durante
la Segunda Guerra Mundial, que condujeron a la formalización del primer código de ética
promulgado por la Sociedad de Antropología Aplicada en 1948.4 Tercero, las controversias del
Proyecto Camelot (1963-1965) cuya cancelación, a raíz de denuncias en Chile, expuso los riesgos
de la relación de las ciencias sociales con las políticas y medidas de hecho del gobierno
estadounidense y llevó a la AAA a establecer amplias discusiones sobre la ética y las formas en las

3
Ver Boas, F. (1919) ‘Scientists as Spies’, The Nation, vol. 109, no. 2842.
4
Ver Price, D. Weaponizing Anthropology: Social Science in Service of the Militarized State, Oakland, AK
Press. 2011
que la antropología se podía relacionar con el gobierno, sobre todo para la práctica en el
extranjero.5 Cuarto, el reclutamiento de antropólogos para la guerra de Vietnam por parte del
Ejército de los EU, que indujo a la AAA a implementar los Principios de Responsabilidad Profesional
en 1971.6

Los principios éticos promovidos por dicha organización estadounidense responden a la


problemática expuesta en los contextos antes referidos. El principio 1 del Código de Ética de la
AAA (No Dañar), es producto del documento promulgado en 1971, y hace una mención especial de
la preservación (entiéndase el no saqueo) de vestigios arqueológicos como un precepto ético
obligatorio para los arqueólogos. Estas prescripciones son el producto de los conflictos provocados
por la política exterior de Estados Unidos. Por su parte, el Código de Ética aprobado por el CEAS
reproduce el principio de ‘No Dañar’ en su punto I.2. En este sentido cabría discutir cuáles son las
razones por las cuales el actual Consejo Directivo adoptó este precepto, entre muchos otros,
emulando el Código de Ética de Estados Unidos. En términos generales ambos instrumentos
coinciden en el carácter no vinculante de sus contenidos:

CEAS: “Cabe mencionar que [el Código de Ética del CEAS] no busca sancionar comportamientos anti-
7
éticos, sino que busca prevenirlos para beneficio de las sociedades y la profesión misma”

AAA: “While moral, political, legal and regulatory issues are often important to anthropological
practice and the discipline, they are not specifically considered here. These principles address ethical
.”8
concerns

Ambos Códigos abordan la práctica de la antropología como una actividad individual, desvinculada
del contexto político en el que se desarrolla. La consideración de los preceptos éticos queda
limitada a un proceso de ‘toma de decisiones’ particular. No obstante, el Código del CEAS
pretende rebasar el ámbito de lo individual, aludiendo al marco de los derechos humanos. En sus
respectivos preámbulos ambos mencionan:

PCE-CEAS: “El CEAS como Colegio de Profesional ofrece una serie de parámetros mínimos de buenas
prácticas que parten del supuesto de que debe prevalecer una ética de la disciplina, en tanto que
reconocemos que la toma de decisiones frente a los dilemas éticos a que se enfrentan los
profesionales no deben depender de una supuesta ética personal, en tanto que la praxis profesional
debe responder a principios universales tales como la salvaguarda de los derechos humanos de los
sujetos (individuales y colectivos) investigados […]”

CE-AAA: “These principles address general circumstances, priorities and relationships, and also
provide helpful specific examples, that should be considered in anthropological work and ethical
decision-making. The individual anthropologist must be willing to make carefully considered ethical
choices and be prepared to make clear the assumptions, facts and considerations on which those
choices are based.”

Sin embargo, el Código del CEAS no señala ningún instrumento o protocolo internacional el cual
deban observar los antropólogos mexicanos. En este sentido, la “salvaguarda de los derechos

5
Hill, James N., “The Committee on Ethics: Past, Present, and Future”,
http://www.americananthro.org/LearnAndTeach/Content.aspx?ItemNumber=12911
6
Íbid.
7
http://ceasmexico.wordpress.com/codigo-de-etica/ Consultado por última vez el 21 de Enero de 2016.
8
http://ethics.aaanet.org/ Consultado por última vez el 21 de Enero de 2016.
humanos de los sujetos” se limita a la transmisión de una especie de valores, o “buenas prácticas”,
en la forma de una guía que ayude a resolver al antropólogo los “dilemas” que presenta el
ejercicio de sus métodos de investigación y el uso de sus productos.

El grupo ‘Antropólogos por un mercado laboral digno y justo’ considera que el CEAS debería
promover un debate que considere el contexto político y laboral en el que los antropólogos se
desempeñan en México, para actuar en consecuencia, así como reconsiderar críticamente la
pertinencia de un Código de Ética como un medio para abordar las implicaciones de la práctica de
la antropología en México. En este sentido, dada la influencia que el Código de Estados Unidos
tiene en el Código del CEAS, este último debe reconocer que los Principios de Responsabilidad
Profesional de Estados Unidos, lejos de desalentar la participación de miembros del gremio en
intervenciones y trabajos que de facto dañan a los “sujetos (individuales y colectivos)
investigados”, han acompañado la colaboración de científicos sociales en proyectos militares y de
ingeniería social, tal como lo demuestra el programa Norteamericano de Sistemas de Humanos en
el Terreno en Afganistán e Irak:9 “la principal consideración al planear cada operación es
comprender el efecto de las operaciones visto a través de los lentes de la cultura y psique local”.10
Este programa conforma una continuidad con el Archivo de Áreas de Relaciones Humanas, que fue
uno de los proyectos promovidos por el Departamento de Estado durante la segunda guerra
mundial para conocer mejor a las poblaciones para dominarlas. Como lo explica Price “el Terreno
Humano cierra el círculo y conecta a la segunda guerra mundial proyectos que usan los datos
antropológicos para informar las interacciones de los militares con los pueblos ocupados”.11 Este
archivo se conoce en México como la Guía Murdock. En el Manual de Sistemas de Humanos en el
Terreno se afirma que:

Como parte de la investigación, eventualmente utilizaremos el esquema de Organización de los


Materiales Culturales con el fin de aportar nuestros resultados de investigación a una base de datos
existente sobre prácticas culturales y sistemas sociales conocida como el Archivo de Áreas de
Relaciones Humanas ubicada en la Universidad de Yale. Esta práctica nos permite proveer
información sociocultural significativa, abundante y contemporánea que otras personas alrededor del
mundo puedan usar en su propia investigación. Esta práctica nos permitirá también relacionar con la
base de datos del Archivo de Áreas de Relaciones Humanas y comparar la existencia de una práctica
social, sistema simbólico o proceso histórico en nuestra área de operaciones con otros en cualquier
lugar del mundo. Este tipo de análisis intercultural nos permite acercarnos a explicaciones de
causalidad y hacer afirmaciones débiles de lo que tal vez sucederá en la población en el futuro
12
cercano.

El Código de Ética del CEAS no sólo reproduce el Código de Ética de la AAA como documento, sino
que el propio contexto en el que se insertaría dicha “guía de comportamiento social”, la
convertiría también en el corolario de la participación política de científicos sociales en empresas
militares. Esto queda expuesto con el silencio de los científicos sociales, y sus Colegios, sobre la
participación de investigadores mexicanos en el proyecto México Indígena, diseñado y

9
Ver González, R. American Counter-Insurgency: Human Science and the Human Terrain, Chicago, Prickly
Paradigm Press. 2009.
10
Departamento de la Defensa de Estados Unidos, Human Terrein Team Handbook, septiembre de 2008, p.
2 http://wikileaks.org/wiki/US_military:_Human_Terrain_Team_Handbook,_Sep_2008
11
Price, David, “The Leaky Ship of Human Terrein Systems”, 12 de diciembre de 2008,
http://wikileaks.org/wiki/The_Leaky_Ship_of_Human_Terrain_Systems
12
Departamento de la Defensa de Estados Unidos, Human Terrein Team Handbook, septiembre de 2008, p.
58 http://wikileaks.org/wiki/US_military:_Human_Terrain_Team_Handbook,_Sep_2008
administrado por geógrafos estadunidenses de la Universidad de Kansas, y financiado por el
Departamento de la Defensa de Estados Unidos.13 Como parte de una estrategia más amplia, las
Expediciones Bowman estuvieron enfocadas a mapear zonas de interés militar para Estados
Unidos.14 Geógrafos norteamericanos y mexicanos aplicaron técnicas de mapeo participativo y
desarrollaron sistemas de información geográfica en la Huasteca Potosina y el Rincón Zapoteco,
con el argumento de que “el conocimiento geográfico es esencial para mantener la paz, resolver
conflictos y proveer ayuda humanitaria a nivel mundial”.15 Esta justificación hace eco de la
ideología de los militares estadunidenses que apoyan las Expediciones Bowman, como Geoffrey
Demarest, para quien el desarrollo de “sistemas de propiedad formales”, es decir aquellos en los
que la propiedad es privatizada y registrada con precisión, es una condición para la paz social.16
México Indígena fue financiado por la Oficina de Estudios Militares para el Extranjero con más de
862,000 mil dólares.17 De acuerdo con la Declaración Xidzá sobre Geopiratería,18 que resume la
posición de las comunidades zapotecas afectadas por el proyecto México Indígena, el origen de
dichos fondos fue encubierto por los científicos sociales que participaron en México Indígena,
violando el principio 1 del Código de Ética del CEAS, organización que no hizo pronunciamiento
alguno al momento en el que las comunidades zapotecas expusieron el conflicto. De hecho este
proyecto es de tal interés para el quehacer de la antropología mexicana que el CEAS debe no
solamente pronunciarse sino investigar los hechos y proceder legalmente.

El silencio de los antropólogos frente a estos hechos nos vuelve cómplices en el proceso de
creciente integración de México a Estados Unidos, no sólo porque el Código de Ética sea una
emulación del de Estados Unidos. Mientras que el Código de Ética que ha propuesto el CEAS
supone que las decisiones recaen en el individuo, la complejidad del mercado de trabajo, la
flexibilización y fragmentación del conocimiento vuelven imposible tomar en consideración esta
perspectiva: Un estudiante de licenciatura que haya podido trabajar en el programa México
Indígena porque su profesor lo invitó no tenía forma de saber que su trabajo de campo servía a los
intereses de las empresas de armamento y el Departamento de la Defensa de Estados Unidos para
la promoción de la propiedad privada. La nueva fase del proyecto de integración de la vida social,
política y económica de México a Estados Unidos implica la integración de la matriz energética y
de telecomunicaciones por medio de redes de gasoductos, fibra óptica y cableado desde Alaska
hasta la Patagonia. El papel de los antropólogos en la reforma energética se detalla en un apartado
posterior. Este modelo es impulsado por el Proyecto Mesoamérica desde 2008, que reemplazó al
Plan-Puebla-Panamá (2001-2008),19 en el que México juega un papel intermediario tanto

13
Lopez y Rivas, G. ‘Silencios y complicidades sobre las Expediciones Bowman’ en La Jornada, 09/05/2014
14
Íbid.
15
Herlihy, P., Dobson, J., Aguilar, R., Smith, D., Kelly, J., Ramos, A. & Hilburn, A. The AGS Bowman Expeditions
Prototype: Digital Geography of Indigenous Mexico, Foreign Military Studies Office, Leavenworth.
Consultado en:
http://www.academia.edu/1028008/THE_AGS_BOWMAN_EXPEDITIONS_PROTOTYPE_DIGITAL_GEOGRAPH
Y_OF_INDIGENOUS_MEXICO, 07/11/2012
16
Demarest, G. Property and Peace. Insurgency, Strategy and the Statute of Frauds, Foreign Military Studies
Office, Leavenworth, 2008.
17
Bryan, J. & Wood, D. Weaponizing Maps: Indigenous People and Counterinsurgency in the Americas, The
Guilford Press, New York, 2015, pp. 228.
18
Declaración Xidzá sobre Geopiratería (2011), Consultada en http://elenemigocomun.net/wp-
content/uploads/2011/07/declaracion-xidza-sobre-geopirateria_24jul2011.pdf, 26/07/2012
19
http://proyectomesoamerica.org/
geográficamente, como por medio de cooperación internacional triangular, no sólo proveniente
de Estados Unidos, sino también de otros países como Alemania.20

El silencio, y el intento de enmendar su falta de compromiso para abordar los problemas sociales
que aquejan al país a través de guías de comportamiento social, contrastan con la posición de
miembros de las comunidades zapotecas afectadas, quienes han expuesto que

[l]a ignorancia geográfica de Estados Unidos es la debilidad más grande de su régimen, un régimen
cuyos orígenes están en sus políticas militares y no en el conocimiento cultural. Ninguna explicación
por parte de México Indígena [sobre sus actividades en el Rincón Zapoteco] será satisfactoria a
menos de que tome en cuenta este aspecto de la política exterior Norteamericana. El asunto debe
estar claro: cómo oponerse a la usurpación (conducida a través del uso de nuevos dispositivos y
sistemas electrónicos) de los bienes comunales, que son los más íntimos e importantes de nuestro
ser. La defensa de los bienes comunales constituye la tarea pública crucial de acción política. La
tarea debe ser abordada con urgencia, dado que constantemente la transformación forzada de los
21
bienes comunales en recursos naturales es un proceso que utiliza la violencia de Estado.” (énfasis
nuestro)

Como es costumbre, la respuesta de otros académicos estadounidenses sobre la intervención de


México Indígena fue proponer que se reforme el Código de Ética. Un miembro de la Asociación de
Geógrafos Norteamericanos (AAG) señaló: “La pregunta principal que concierne a la AAG en la
disputa de la Expedición Bowman, como la veo, es por qué el Consejo de la AAG adoptó la
estrategia de retrabajar el Código de ética en lugar de ‘investigar’ las denuncias y presuntamente
luego ‘disciplinar’ en algún modo a aquellos que han violado las normas éticas.” 22 Su respuesta, en
términos generales, es que la AAG no tiene capacidad ni facultades para investigar o sancionar,
por ello dicha asociación se limitó a “revisitar” su Código de Ética. 23

Paradójicamente, los orígenes del CEAS, que hoy en día sigue el camino de colegios académicos
extranjeros están relacionados con el intento de abordar problemas sociales más allá de la
distinción teórica entre ética y política. Una de las principales motivaciones para crear el CEAS fue
la denuncia de las actividades de contrainsurgencia y de proselitismo religioso que realizaba el
Instituto Lingüístico de Verano por un convenio que esta institución protestante mantenía con la
Secretaría de Educación Pública desde la década de 1940. El 9 de febrero de 1979, reunidos en
asamblea los socios del CEAS acordaron “realizar una investigación sobre el ILV en México”, el
resultado se publicó después de ser aprobado en una nueva asamblea el 7 de septiembre de

20
Cooperación Alemana, GIZ, Amexcid, “México y Alemania: Socios para el desarrollo sustentable en
América Latina y el Caribe”, http://www.giz.de/en/downloads/giz2015-sp-cooperacion-triangular-mexico-
alemania.pdf
21
Cruz, M. ‘A living space: The relationship between land and property in the community’ en Political
Geography, Vol. 29, p 421. (Traducción de Antropologos por un Mercado Laboral Digno y Justo).
22
Agnew, J. ‘Ethics or militarism? The role of the AAG in what was originally a dispute over informed
consent’ en Political Gepgraphy, Vol. 29, p. 422.
23
Cabe mencionar que algunos investigadores norteamericanos que participaron en México Indígena están
afiliados a otra asociación académica, la Sociedad Geográfica Norteamericana (AGS), la cual también cuenta
con ‘Guías para la Conducta Ética para la Investigación de Campo en el Extranjero’ que, entre sus principios,
sugiere al investigador que ‘[n]inguna información se adquiere a través de engaño o falsedad’. Ver:
http://americangeo.org/guidelines-for-ethical-conduct-of-foreign-field-research-2/ Consultado el
30/01/2016.
1979.24 Como consecuencia, la Secretaría de Educación Pública canceló el convenio que mantenía
con el Instituto Lingüístico de Verano el 21 de septiembre de 1979.25 Al publicar la investigación el
CEAS expresó “su preocupación por la posible permanencia del ILV en el país, sea como una
agrupación con nuevo ropaje sea como presencia individual de su misioneros y su personal. Ello
significaría sólo un cambio de forma y no una verdadera ruptura de los compromisos del estado
mexicano con la institución extranjera”.26 Sería necesario considerar una nueva investigación, 37
años después, para conocer cuál es el papel que ha tenido el Instituto Lingüístico de Verano, aún
operando en México, ya no como una institución lingüística sino con el permiso expreso de realizar
actividades de proselitismo religioso y político.

Hace casi cuatro décadas, el CEAS se presentaba como

una organización de profesionales conscientes de que en el capitalismo la ciencia social en general y


la antropología en particular, han sido un instrumento del colonialismo, del imperialismo y de los
gobiernos de los estados nacionales dependientes, en aquellas áreas estratégicas para su
consolidación, desarrollo y expansión. Sin embargo, estamos convencidos de que existe otra vocación
de los científicos sociales y es aquélla que se identifica con los intereses genuinamente populares. En
este sentido, el Colegio considera como una de sus esenciales obligaciones, velar por que la práctica
de la antropología en México no se encamine a defender, asesorar o justificar ningún sistema de
explotación ni de opresión. Por ello, el Colegio, desde su fundación, ha mantenido una posición clara
y firme en torno a la utilización cómplice de la antropología tanto por parte del Estado como de otros
27
organismos e instituciones.

Es necesario recuperar esta vocación a la luz de las reformas estructurales y de la persistencia de


las intervenciones académico-militares que de hecho han dañado a los sectores sociales con los
que el Colegio dice estar comprometido.

• Inconsistencia del código de ética frente al mercado laboral fragmentado, flexible y tercerizado
en México

Después de un análisis de la propuesta del Código de Ética del CEAS, se puede establecer que su
contenido, no sólo es una emulación de un código de ética ajeno, sino que dista
considerablemente de la realidad del ejercicio profesional en el México del siglo XXI. En su
esencia se percibe una concepción de la antropología eminentemente académica en la que se
centra la alteridad como su problema central. Sabemos que la académica es sólo una de las
formas de ejercer la profesión, por tanto la visión universalizada del ejercicio profesional reduce
las posibilidades de una práctica ética.

La ética profesional frente a la industria de los estudios de mercado


En la actualidad se sabe que la antropología mexicana se ejerce en cuatro sectores, el público, el
privado, el de las organizaciones de sociedad civil y el de organismos internacionales. A su vez,
estos sectores comprenden una multiplicidad de instituciones con intereses ampliamente
diversos. En todas estas instituciones no hay una distinción tajante entre ciencia y praxis, se realiza
investigación, se aplican conocimientos estratégicos para resolver problemas específicos, se

24
Dominación ideológica y ciencia social. El ILV en México, Nueva Lectura, México, 1979.
25
Íbid.
26
Íbid.
27
Íbid.
extraen datos socioculturales, políticos y económicos de los grupos sociales para promover
agendas políticas o vender productos de consumo, entre otras cosas. Además, como lo exhibe el
caso del proyecto México indígena arriba expuesto, el trabajo que se realiza en las universidades
no es meramente académico, sino que se engarza de formas diferentes en otros procesos, como
puede ser la política expansionista de Estados Unidos.

Es innegable que el mercado laboral se transformó a finales del siglo XX y principios del XXI y que
muchos de los antropólogos, si no la mayoría, se encuentran alejados de la práctica académica.
Esa es la razón de mayor preocupación en torno a que el Código de Ética no considere esta
realidad profesional diversa. Los problemas fundamentales que hallamos en ese sentido son: el
problema del reconocimiento del perfil del antropólogo, la relación con los sujetos de
investigación, los efectos de la fragmentación de la investigación y separación del investigador en
la toma de decisiones-acción política, el uso de la información y la propiedad privada del
conocimiento, así como la existencia de otros códigos de ética en el mercado laboral de la
antropología. Estos problemas los podemos subrayar no sólo en base al análisis del código de ética
sino en entrevistas realizadas por miembros del grupo.

Ha habido muchas discusiones en torno al perfil del antropólogo, es decir, lo que puede hacer, se
ha dicho que los espacios que podrían emplear antropólogos no tienen clara la especialidad o los
aportes que estos podrían hacer. No obstante, los antropólogos han desarrollado distintas
estrategias para posicionarse en el mercado de trabajo. De acuerdo con un entrevistado28 la carta
de presentación como especialista en investigación de campo “vende mucho” dentro del mercado
laboral, hacer campo, interactuar con la gente, hacer entrevistas, observación, análisis de
significados, habilidades que son parte de la formación antropológica, permiten posicionarse pero
a la vez quedar categorizados como “camperos”. Este reconocimiento de perfil profesional en
espacios, como los de la industria de mercados, se explota para extraer información de grupos
sociales, ya sea para administrar social y políticamente un conflicto social, alimentar campañas
políticas o vender productos de consumo a esas poblaciones.

El Código de Ética del CEAS establece una forma específica de relacionarse con los sujetos de
estudio de acuerdo a la forma, diseño y consideraciones políticas de una investigación académica.
En su artículo 1 establece: “Deberá comunicar a las personas, comunidades y/o pueblos con los
que se investiga los fines y métodos del estudio y obtener su consentimiento previo, libre e
informado, primero para realizar sus pesquisas, así como en lo relativo a la utilización de la
información generada en el proceso de investigación.” Y en el 2: “El antropólogo deberá hacer
todo lo posible para que la investigación y los reportes publicados de la misma no causen daño a la
seguridad, dignidad o privacidad de las personas estudiadas”. Con el siguiente ejemplo exponemos
la imposibilidad de estos preceptos en el nuevo orden del mercado laboral antropológico.

En una empresa de estudios de mercado, los acuerdos entre los sujetos de estudio y los
investigadores no se pactan únicamente entre ellos. En los procesos de investigación que se llevan
a cabo en este tipo de instituciones, los intereses del cliente y los de la empresa de mercado
tienen prioridad, estos intereses no se pueden comunicar a las personas que participan en los
levantamientos de datos, de tal suerte que las personas muchas veces no conocen los procesos en
los que se involucran y cómo los benefician o perjudican. Existen equipos o figuras de

28
Entrevista a un/a antropólogo/a especializado en estudios de inteligencia de mercado, 5 de febrero de
2015. Se mantiene la anonimidad por protección y seguridad de sus datos personales.
reclutamiento de personas que ofrecen incentivos económicos para participar en estos
levantamientos, y cuando se aplica una herramienta como encuestas de calle, la muestra de
personas se escoge al azar y no se les comunica las razones precisas de los estudios. Los resultados
de estos levantamientos no se pueden comunicar porque son propiedad privada del cliente que
contrató el estudio. En ese sentido, el antropólogo no puede garantizar que las decisiones que se
tomen en base a los informes o reportes que rinda, no causen daño a la seguridad, dignidad o
privacidad de las personas.

Esto es mucho más complicado cuando son agencias de gobierno las que contratan este tipo de
servicios. Estas no lo hacen para establecer estrategias de publicidad o los productos más
aceptables por la población, sino para definir estrategias políticas y sociales en poblaciones
específicas. En el sector de la industria de mercado a estos estudios se les llama: estudios sociales
y políticos. En los últimos años se han llevado a cabo en las áreas donde las tensiones sociales se
han agudizado debido a los efectos del narcotráfico, a la falta de respuesta del Estado a los
problemas sociales que aquejan al país y el desgaste de los gobiernos. Aquí el antropólogo está
teniendo un rol político muy importante como mediador entre la población y el Estado, pero se le
reduce a un plano técnico en el que no puede garantizar el beneficio de las personas.

En un estudio político que realizó el entrevistado, se evaluó las razones de la crisis en varias
comunidades de un Estado que estaba atravesando una crisis política y social. A partir del estudio
pudieron establecer que lo que se necesitaba en la región era recuperar el tejido social y
propusieron como estrategia la promoción de la cultura. Días después de que se hiciera esta
propuesta el Presidente de la República estaba utilizando las mismas palabras de la
recomendación; de modo que discursivamente se puede tener un impacto en la toma de
decisiones, aunque en la práctica los problemas no se resuelven. Pero lo que devela esto es que
hay una relación extremadamente vertical y poco ética entre las poblaciones y todos los actores
que están involucrados en la recopilación de información y por supuesto, la premisa del
consentimiento previo, libre e informado, que se prescribe como una obligación de los
antropólogos frente a los sujetos, es imposible. Nunca se puede señalar la empresa o agencia de
gobierno que representan los antropólogos ni los objetivos reales de las pesquisas o lo usos que se
dará a la información. La subcontratación o tercerización laboral exhibe más claramente esta
problemática. No es Presidencia quien va a llegar a las comunidades, sino una agencia consultora
subcontratada por Presidencia. A su vez los antropólogos estarán contratados de manera informal
por la consultora para realizar investigación de campo. La cadena que hay que seguir para
entender cómo y para quién se trabaja puede incluso ser más larga.

Como se puede observar, el antropólogo se encuentra inmerso en un mercado laboral muy


complejo que posee una división del trabajo y una fragmentación de los procesos en función de lo
político. En los estudios de mercado y en los estudios sociopolíticos que solicitan las agencias de
gobierno el objetivo es saber qué piensa la gente sobre ciertos temas y qué pueden hacer o decir
para construir una imagen.29 La forma como funcionan algunos de los estudios políticos, sobre
todo cuando hay una situación de crisis es: una investigación previa realizada por un equipo de
inteligencia de gobierno, investigación de la empresa consultora, presentación de resultados y
toma de decisión.30 En el caso específico que relató el entrevistado, el equipo de inteligencia se
encargó de hacer el estudio previo para evaluar la situación: “A nosotros nos lo pidieron el día de

29
Entrevista citada.
30
Ibíd.
hoy jueves, y quieren los resultados el lunes, sobre un tema X, pero ese tema, el área de
inteligencia ya lo investigó desde el martes pasado, y digo desde el martes pasado porque son sólo
dos días, pero para estos entornos es un chingo de tiempo, ellos desde el martes ya averiguaron
qué pedo, y nos contratan a nosotros para corroborar para tener una mirada neutra”.31 Luego la
agencia hace su propia investigación y presenta sus resultados. Después el área o dependencia de
gobierno que solicitó el estudio evalúa los resultados de ambos equipos en cuestión de horas, en
este proceso a veces participan los políticos involucrados (gobernadores, secretarios, etc.), ellos
sopesan la información y toman la decisión para solventar las crisis. La mayoría de veces en esta
toma de decisión, la recomendación del equipo, no ya sólo del antropólogo, se ve distorsionada o
eliminada, pues son los actores políticos quienes deciden qué es lo más conveniente políticamente
y se deja de lado los problemas de fondo que generaron la tensión, en primera instancia. Estos
estudios políticos son comunes en tiempos de elecciones, se hacen análisis de la situación social
de los lugares y se hacen recomendaciones en función de las carencias encontradas, sin embargo,
cuando se presentan al interesado en obtener votos, por ejemplo, problemas de salud, seguridad,
educación, agua, feminicidios, este los puede agregar en sus discursos, pero no necesariamente se
concreta en acciones prácticas.

Hay razones por las que el artículo 3: “Es una obligación de las y los antropólogos devolver los
resultados y productos de investigación a quienes y con quienes se estudia” y 4 “Se deberá hacer
lo posible para preservar toda la información de campo recopilada por los antropólogos para el
uso de otros estudiosos en el futuro, no son posibles. Muchas de las instituciones y empresas que
contratan antropólogos obligan a firmar acuerdos o contratos de confidencialidad, porque la
propiedad privada sobre el conocimiento ni siquiera es de estas instituciones sino de los clientes
que las contratan para hacer los estudios. De darse una violación de esta normativa, puede
incluso, haber privación de libertad. Usualmente, después de terminar un proyecto, se guarda la
información por dos años, seis meses o el tiempo que estipule la empresa, después de ese tiempo
los resultados de investigación se eliminan, por lo que no podrían ser utilizados en futuras
investigaciones antropológicas. Los “entregables” al cliente son documentos digitales, infografías,
power points, fotografías y verbalizaciones. Para los antropólogos es imposible hacer uso de esta
información y mucho menos hacérsela llegar a las personas que participaron en el levantamiento
de datos. La relación entre el investigador y los informantes es, se deba a, y es dominada por el
cliente. Esto no sucede sólo en la industria de estudios de mercado, las organizaciones de sociedad
civil, también se han convertido en propietarias privadas de conocimiento, aunque desde luego, el
rol social de estas es un tanto distinto. Por ejemplo, un entrevistado, explicó que al entrar a la
organización no gubernamental de derechos humanos en la que labora tuvo que firmar un
acuerdo de no competencia y confidencialidad en el uso de la información que produce.32

Además de todas estas dificultades, se encuentra el hecho de que existen otros códigos de ética
que circulan y se deben observar en el mercado laboral. Tal es el caso del código de ética de la
Asociación Mexicana de Agencias de Investigación de Mercado y Opinión Pública (AMAI). Por
ejemplo, el CEAS debería tomar en cuenta y poner a debatir su noción de la relación sujeto-
investigador con los artículos sobre la responsabilidad con los informantes del código de la AMAI,
entre los más importantes se encuentran: “1. El informante de Estudios de Mercado y Opinión
Pública deberá recibir seguridad, ya sea en forma escrita o verbal, que sus datos y respuestas: A.

31
Ibíd.
32
Entrevista a un antropólogo que labora en una ONG, 20 de enero de 2016, se mantiene la anonimidad por
protección y seguridad de sus datos personales.
Serán manejados en estricta confidencialidad, de tal modo que el/los receptor(es) de la
Investigación sólo recibirán datos agregados sin personalizar nombres o Empresas participantes en
el estudio. B. No implicarán contactos posteriores salvo los necesarios que requiera el diseño de
Investigación o los controles del mismo (como visitas de supervisión ya sea por parte del Cliente o
de la Empresa de Investigación). Quien realice estos controles lo deberá hacer de forma
absolutamente profesional, evitando que se hagan visitas múltiples para la validación, o bien
alguna otra conducta que pudiera hostigar o avergonzar al informante. C. No se utilizarán para
actividad alguna que no sea la Investigación, tales como lista de correos, catálogos para ventas,
directorios, etc. 2. Se deberá resguardar el derecho del informante a no participar en
investigaciones o interrumpir su participación si así lo desea. 3. Antes de que el informante
participe en el estudio se le hará conocer la(s) retribuciones que obtendrá en caso de haberlas. 4.
Salvo en los casos estrictamente indispensables, en que la metodología utilizada lo requiera, a
petición del informante, se le deberá advertir de antemano el tipo de observación o registro que
se empleará para recabar sus respuestas. (…)6. El informante deberá tener conocimiento previo
del nombre de la Empresa de Investigación, y si así lo requiere, los datos generales de
identificación de dicha Empresa de Investigación que se responsabiliza del estudio, asegurándole
que recibirá atención en caso de queja. 7. El investigador deberá tener plena seguridad que la
participación del informante no implica riesgo o responsabilidad alguna, inmediata o posterior
para su persona.” (AMAI, 1993:3). Este código también establece responsabilidades sociales,
normas para el uso de la información recabada, los estándares de reportes y productos de
investigación.

‘Hipermeritocracia’, verticalidad y ética profesional en el ámbito académico


El código de ética propone también una serie de lineamientos éticos para ser aplicados en el
ámbito académico a partir de la relación entre profesores y estudiantes que se da en diferentes
escenarios. En esta sección del código se percibe una centralidad del profesor y no precisamente
de la relación profesor-estudiante, que en muchos casos tiende a ser vertical y autoritaria y a
estar llena de abusos de poder, faltas de respeto y viciada por las exigencias del Sistema Nacional
de Investigadores y por el CONACyT.

Entre los lineamientos principales el CEAS propone:

1. guiar el proceso de enseñanza aprendizaje teórico metodológico y para la formación de ciudadanos


sensibles y comprometidos con los grandes problemas nacionales; 2. Promover relaciones de respeto
y equidad en las aulas, evitar todo tipo de discriminación; 3. Actualización teórico, metodológica y
didáctica; 4. Estar atentos a los intereses de los estudiantes, brindándoles una orientación realista de
las oportunidades laborales para los estudiantes; 5. Supervisar el trabajo de campo de sus
estudiantes, brindándoles las herramientas teóricas, metodológicas adecuadas, información previa
sobre los actores, contextos y las condiciones de viabilidad para emprender investigaciones en las
regiones de estudio.

Cada uno de estos preceptos puede ser vulnerado en la forma actual de la relación profesor-
estudiante. La forma como se ha fragmentado y jerarquizado el trabajo en la antropología ha
provocado que los estudiantes o egresados de antropología trabajen para los profesores, incluso
bajo el riesgo de volverse administrativos. Uno de los directivos entrevistados indicó que incluso
hay algunos de los estudiantes que entran a trabajar para la institución y que, insertos en la
dinámica del trabajo, abandonan o retrasan su titulación.33 A esto se suma la diferencia salarial o
de ingreso: en algunos casos el asistente gana un dos por ciento de lo que gana un investigador,
incluyendo además del salario los estímulos.34 Piketty explica que se trata de “un nuevo esquema,
inventado en gran medida por los Estados Unidos a lo largo de estas últimas décadas, en el que
una muy elevada desigualdad en el ingreso total puede ser producto de una ‘sociedad
hipermeritocrática’… es decir una sociedad muy desigual”.35 Por lo tanto, la carrera por el mérito
es en realidad una justificación hecha por la élite que alcanza mejores ingresos a costa de
estudiantes, pasantes e investigadores.

Una de las faltas éticas más comunes en la relación profesor-estudiante es que se esconde en una
supuesta relación académica, una relación laboral, puesto que los estudiantes realizan procesos de
investigación, sistematizan datos, los analizan, hacen trabajo de campo, llegan a producir
documentos por los cuales no se les reconoce ninguna autoría y no se les otorga una
remuneración adecuada. Además de ello, los profesores utilizan esta información para generar
productos como libros, artículos, conferencias, ponencias, en los que no reconocen el trabajo de
los estudiantes y por los que posteriormente reciben una puntuación que se traduce en una
remuneración extra de su salario ordinario.

A los profesores les corresponde guiar y supervisar el trabajo de campo de los estudiantes, pero se
sabe que en muchas ocasiones, los estudiantes se ven obligados a ir a trabajo de campo sin sus
profesores, sin conocer los contextos, especialmente de violencia que se viven en el país, y los
riesgos que pueden correr como parte de la investigación antropológica. Usualmente no reciben o
reciben visitas esporádicas de los profesores.

El código no considera las relaciones entre colegas y entre los mismos estudiantes, puesto que
dentro de las instituciones académicas se pueden dar casos de agresiones serias que son
conocidos por el gremio, se discuten en pasillos, pero no están siendo atendidos. Tal es el caso de
una estudiante del Colegio de Michoacán, que en el año 2012 fue agredida sexualmente por uno
de sus compañeros de generación; con dificultades ella denunció ante el Ministerio Público (la
denuncia la realizó aproximadamente seis meses después de lo ocurrido); el Colmich estableció
una Comisión para investigar el caso y sus resultados se entregaron al Ministerio Público, quien
finalmente desestimó los cargos a través de una serie de justificaciones técnicas y de
una interpretación arbitraria de los hechos. Las autoridades del Colmich, aunque atendieron el
caso a través de la instalación de una comisión, tomaron la decisión de no involucrarse y le pidió a

33
Entrevista a un directivo de una institución pública de formación de antropólogos, mayo de 2015, se
mantiene la anonimidad por protección y seguridad de sus datos personales.
34
La información fue obtenida a través de la aplicación de una encuesta piloto para conocer la estructura
laboral de las instituciones en las que trabajan los antropólogos en México, se realizó durante el mes de
junio de 2015 como parte de las tareas de la CIEPA. Un aspecto interesante ha sido que los asistentes de la
institución tuvieron disposición para ser entrevistados, comentar sobre sus labores e historias laborales. Los
directivos también tuvieron disponibilidad para responder las preguntas. No obstante, los investigadores de
tiempo completo impusieron resistencia e incluso han sostenido que la publicación de sus ingresos (en lo
general y no de manera personal) es violatorio de su privacidad (los datos fueron publicados en la carta “La
práctica profesional de la antropología frente a la flexibilización laboral http://www.pacarinadelsur.com/49-
dossiers/dossier-13/1021-la-practica-profesional-de-la-antropologia-en-mexico-frente-a-la-flexibilizacion-
laboral). Estos profesores olvidan que son funcionarios públicos y, por tanto, están sujetos a la Ley Nacional
de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos.
35
Piketty, Thomas, El capital en el siglo XXI, FCE, México, 2015, p. 289.
los estudiantes que no se involucraran en lo que ellos interpretaron como una relación personal-
privada que se dio fuera de las instalaciones de la institución. Después de ello, el Colmich permitió
que el agresor continuara sus estudios de posgrado, por lo que la estudiante se vio obligada a
retirarse de la institución para no tener que convivir con el agresor. Como medida administrativa
crearon un comité de ética y ofrecieron abrir un espacio para hablar de violencia, pero ninguno de
estos funcionó plenamente.36

En general, en las instituciones de formación, existen casos de acoso sexual que no están
documentados y que no son denunciados por temor a represalias o por vergüenza. Todos estos
abusos el CEAS los debe retomar para investigar y rediscutir la relación entre profesores y
estudiantes.

Consulta a pueblos indígenas y Evaluación de Impacto Social para impulsar la privatización de los
recursos naturales
Mientras que el CEAS no ha tenido participación alguna en la discusión en torno a la ética y las
nuevas disposiciones para la consulta y las evaluaciones de impacto social, en Yucatán el Colegio
de Antropólogos de Yucatán, A.C., ha tenido una activa participación en la discusión en torno a la
“Consulta Indígena Maya sobre la siembra de soya transgénica en la Península de Yucatán”,37 que
actualmente se discute en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Para la elaboración del Código de Ética del CEAS es necesario considerar a las nuevas disposiciones
en torno a la consulta y las evaluaciones de impacto social que establece la reforma energética, “a
partir de 2014, se iniciaron procedimientos de consulta con las comunidades indígenas donde se
pretenden desarrollar proyectos: a la Tribu Yaqui sobre el Gasoducto Sonora, a Comunidades
Rarámuris sobre el Gasoducto El Encino-Topolobampo, así como a la comunidad indígena
zapoteca de Juchitán y el Esinal, sobre un proyecto de generación de energía eólica en Oaxaca”.38
La consulta de Juchitán ha sido calificada por la Secretaría de Energía como un “un hito en el
ejercicio de reconocimiento de los derechos de las comunidades indígenas y el cumplimiento de
los estándares internacionales en la materia”.39 No obstante, las organizaciones de derechos
humanos ProDESC, PODER y Código DH observaron “32 incidentes de seguridad y 75 solicitudes de
información sin atender”,40 además de que se documentaron violaciones al carácter libre, previo,
informado y al principio de buena fe.41

36
Entrevista a estudiante del Colegio de Michoacán, 31 de enero de 2016. Se mantiene la anonimidad por
protección y seguridad de sus datos personales.
37
https://cayacyucatan.wordpress.com/2016/01/20/consulta-indigena-maya-sobre-la-siembra-de-soya-
transgenica-en-la-peninsula-de-yucatan/
38
Secretaría de Energía, Tercer informe de labores de la Sener 2014-2015, p. 71.
39
Secretaría de Energía, “Se firma acuerdo sobre los beneficios y compromisos que tendrá la comunidad
zapoteca de Juchitán, con la construcción de parque eólico”, Boletín de prensa número 81, 1 de septiembre
de 2015.
40
Tercer informe de observación, “Pese a existir 32 incidentes de seguridad y 75 solicitudes sin atender, la
Consulta de Juchitán está en su fase deliberativa”, 9 de junio de 2015, http://projectpoder.org/wp-
content/uploads/2015/06/Bolet%C3%ADn-Consulta-Juchit%C3%A1n_3doInforme_09_06_2015.pdf
41
Quinto Reporte de la Misión de Observación sobre el proceso de Consulta Indígena para la
implementación de proyecto eólico en Juchitán, Oaxaca, “Menos de 1% de juchitecos aprobaron parque
eólico en Oaxaca”, agosto de 2015, http://projectpoder.org/wp-content/uploads/2015/08/Quinto-Reporte-
de-la-Misi%C3%B3n-de-Observaci%C3%B3n-sobre-el-proceso-de-Consulta-Ind%C3%ADgena-en-
Juchit%C3%A1n-agosto-de-2015.pdf
Las Evaluaciones de Impacto Social, por su parte, presentan un enfoque de disminución de riesgo a
las inversiones y no el conocimiento de las condiciones y necesidades de las personas afectadas
por la industria eléctrica y de hidrocarburos. De acuerdo con Lourdes Melgar, subsecretaria de
hidrocarburos, la Secretaría de Energía realiza, en un primer momento estudios de impacto social
que son “una radiografía de la región” para “ver si hay comunidades indígenas y si hay que hacer
consulta”.42 Posteriormente, se realiza una Evaluación de Impacto Social por parte de consultoras
contratadas por las empresas de hidrocarburos o eléctricas. El objetivo de la Evaluación de
Impacto Social es instalar un proceso de negociación con las comunidades afectadas por los
proyectos energéticos y dar viabilidad de largo plazo a los contratos.43 Katya Puga, Directora
General Adjunta de Evaluación de Impacto Social y Consulta Previa, explicó que es un mecanismo
para

comprender la complejidad del sistema que son las sociedades y comunidades para generar
estrategias de diálogo y acercamiento para garantizar la sostenibilidad en el tiempo, la apropiación
de esos proyectos por parte de las comunidades.

…pretende que los desarrolladores puedan hacer un proceso de evaluación que les permita
identificar los impactos que deriven de su actividad, estimando las medidas para mitigarlos y
compensarlos. Una evaluación de impacto social no estaría completa si no se hiciera una
caracterización de las entidades donde se pretenden desarrollar los proyectos, porque para la
implementación de las medidas de mitigación y compensación resulta fundamental saber con qué
recursos de organización, económicos o culturales cuenta la comunidad para establecer una nueva
44
relación empresa-comunidad.

De manera que las evaluaciones de impacto social tienen por objeto, además de reducir los riesgos
en las inversiones, realizar mapas de actores para facilitar a los inversionistas el proceso de
convencimiento con las comunidades para la implementación de los proyectos. Se busca
identificar “características socio demográficas de las comunidades; mapa y análisis de actores
interesados; relación de las comunidades con los recursos naturales; forma legal y tradicional de la
posesión y propiedad de la tierra; cohesión social, capital social y expresiones culturales; situación
prevaleciente en el acceso a servicios. La posibilidad de que la evaluación previa nos permita
visualizar las prioridades de las comunidades respecto los recursos que en su territorio existen,
nos ayuda a garantizar un mejor desarrollo de los proyectos”.45

En consecuencia, las consultas y las evaluaciones de impacto social, de acuerdo a la nueva


legislación en materia energética,46 así como los lineamientos políticos dictados desde la
Secretaría de Energía promueven que no sean los antropólogos participantes en los diferentes
procesos de consulta y de evaluación quienes determinen el enfoque. Así, como se evidenció en

42
Lourdes Melgar, “Nuevo ecosistema de exploración y extracción en México”, Implementación de la
Reforma Energética: Nuevo ecosistema, seguridad industrial, sustentabilidad y transparencia, 23 de
noviembre de 2015.
43
Íbid.
44
Íbid.
45
Íbid.
46
Decreto por el que se expide la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos, se reforman, adicionan y derogan
diversas disposiciones de la Ley Federal de Derechos y de la Ley de Coordinación Fiscal y se expide la Ley del
Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo, Diario Oficial de la Federación, 11 de
agosto de 2014, http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5355983&fecha=11/08/2014
el párrafo anterior, estos instrumentos están orientados a la mitigación y no a conocer la
opinión y a la posibilidad de que las personas que habitan en un territorio concesionado decidan
sobre el destino del mismo.

Por su parte, las empresas que ya ofrecen el servicio de realizar Evaluaciones de Impacto Social,
que contratan antropólogos, tienen como clientes a las empresas de electricidad e hidrocarburos.
La consultora Impacto Social Consultores describe la realización de dicho servicio de la siguiente
manera:

Trabajamos con nuestros clientes para desarrollar rigurosas Evaluaciones de Impacto Social (EIS) que
permitan identificar riesgos y oportunidades, anticipar y prevenir conflictos, así como establecer
relaciones sólidas y productivas con las comunidades donde se desarrollan los proyectos. Realizar una
EIS en una etapa temprana del proyecto puede dar información valiosa al cliente sobre los aspectos
que se deben tomar en cuenta para garantizar su sostenibilidad e incrementar sus probabilidades de
éxito en el corto y largo plazos.

En Impacto Social Consultores realizamos estudios de línea base y evaluamos y valoramos los
potenciales impactos sociales para mitigar los impactos sociales negativos y maximizar los beneficios
de impactos positivos a través de la implementación de planes de gestión social eficaces… nuestros
consultores cuentan con especialidades en diferentes áreas que permiten el desarrollo de EIS
integrales que tomen en cuenta todos los aspectos sociales relevantes de un proyecto (i.e. estructura
demográfica, economía local, educación, salud, migración y reasentamientos, vivienda,
47
infraestructura, confianza, etc.).

De este modo, no se trata únicamente de realizar evaluaciones de impacto, sino que también
participan en la promoción del proyecto entre las poblaciones en las que se realiza el trabajo. Así,
proveen a las empresas información sobre las poblaciones, poniéndola a disposición de las
empresas y del gobierno. Por lo tanto, esta información puede ser utilizada con fines políticos y de
ingeniería social.

Otra empresa, Opción Consultores define la elaboración de una Evaluación de Impacto Social
como:
los procesos de análisis, seguimiento y gestión de las consecuencias sociales voluntarias e
involuntarias, tanto positivas como negativas, de las intervenciones planeadas (políticas, programas,
planes, proyectos), así como cualquier proceso de cambio social invocado por dichas intervenciones.
48
Su objetivo primario es producir un entorno biofísico y humano más sostenible y equitativo.

Esta consultora orienta sus investigaciones a la planificación y gestión del conflicto con las
poblaciones afectadas por un proyecto energético. Es decir, que busca proveer a la empresa
información que le permita anticipar la reacción de la población ante los proyectos y, de este
modo, disminuir sus riesgos en la inversión.

Un entrevistado egresado de antropología que trabaja en una empresa consultora explicó que dos
empresas extranjeras se han acercado a su oficina para proponer la realización de una Evaluación

47
http://www.impactosocialconsultores.com/evaluaciones-de-impacto-social
48
http://www.opcion.com.uy/uilayer/resp_soc_02.php
de Impacto Social en torno a un gasoducto. Explicó que no se trata de hacer una evaluación sino
de hacer labor de convencimiento con las poblaciones afectadas y de mapeo de actores.49

La antropología al servicio de la reforma educativa


La reforma educativa es otro de los temas que causa preocupación, no sólo por las características
de la misma sino por el papel que le están dando a la antropología las agencias de gobierno y sus
titulares. En este caso, Aurelio Nuño Mayer, titular de la Secretaría de Educación Pública,
mencionó en un artículo del periódico La Jornada escrito por Arturo Cano,50 la centralidad de la
antropología para la implantación del modelo educativo neoliberal que se echará a andar en el
último ciclo escolar del mandado del Presidente Enrique Peña Nieto (2018).

Nuño ha tenido cercanía con la antropología mediante sus relaciones familiares que lo vinculan
con Roberto Varela, a través de quien ha conocido obras de autores como Richard N. Adams. Este
fue un antropólogo quien, desde sus primeros años como profesional promovió la práctica de la
antropología como herramienta para la administración socio-política de la sociedad, de la mano de
instituciones como el Instituto de Antropología Social del Instituto Smithsoniano y como
subvencionado del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Nuño señaló en la entrevista el
“exagerado” énfasis de las ciencias sociales en la medición cuantitativa y remarcó la capacidad de
la antropología para extraer datos finos y densos sobre las sociedades: “Medir, medir, medir, y
esas mediciones muchas veces ya no hacen las grandes preguntas. Las herramientas de la
estadística ayudan, pero sólo explican un pedacito. La complejidad de los contextos, la diferencia
entre un guiño y un parpadeo –y aquí recurre al ejemplo clásico que Geertz tomó de Gilbert Ryle–
es el mismo movimiento físico, pero puede significar cosas opuestas. La thick description que no te
puede explicar una ecuación”. Desde hace unos años varios intelectuales, empezando por Claudio
Lomnitz,51 promueven la necesidad de que la antropología retome el camino de ponerse en el
centro del Estado. Pero no es lo mismo ponerse en el centro para promover una revolución y el
reparto agrario, como sucedió hace 100 años, que ponerse en el centro para justificar la represión
y la violencia, como parece ocurrir ahora. La descripción densa, en estas circunstancias, también
puede llamarse trabajo de inteligencia para facilitar la desarticulación de la organización colectiva
de quienes dignamente defienden sus territorios. En una conferencia en el Museo Nacional de
Antropología en octubre de 2014 Lomnitz evocó estas palabras de Nuño, revelando su posición
política frente a la reforma educativa:

En los debates recientes sobre educación en México, hay un contraste enorme entre las cifras de
rendimiento y calidad educativa que arrojan las organizaciones como la OCDE, o las pruebas de PISA
o ENLACE, y las actitudes de los padres de familia frente a la educación de sus hijos e hijas. La OCDE
muestra que la educación en México es mala o incluso pésima, y los padres de familia piensan que
sus hijos están bien educados. ¿Cómo se puede explicar esto sin hacer un trabajo de campo
antropológico? Básicamente, de ninguna manera. Y hoy, en efecto, debido precisamente a la falta de
prominencia de la antropología, básicamente no tenemos todavía una explicación del fenómeno.

49
Entrevista 16 de enero de 2016, se mantiene la anonimidad por protección y seguridad de sus datos
personales.
50
Cano, Arturo, “Éxito o fracaso de la reforma, responsabilidad del gobierno”. La Jornada. 2015 de
noviembre de 2013, http://www.jornada.unam.mx/2015/11/13/politica/010e1pol
51
Lomnitz tiene una columna bi-semanal en La Jornada, en la que repetidas veces ha promovido la reforma
educativa: http://www.jornada.unam.mx/2013/08/21/opinion/019a1pol;
http://www.jornada.unam.mx/2014/02/20/opinion/024a1pol;
http://www.jornada.unam.mx/2014/02/08/opinion/016a1pol.
En una conversación reciente con la Dra. Blanca Heredia, politóloga dedicada al estudio de la
educación, Blanca me comentó que en algún momento un estudiante de antropología se dedicó a
hacer un estudio local de educación, y descubrió que en la comunidad en que trabajó, “buena
educación” se entendía como buenos modales. Los padres consideraban que sus hijos estaban
recibiendo una buena educación en la escuela, y sin duda la estaban recibiendo, sólo que los modales
tienen sin cuidado a la OCDE, mientras que en México son bastante importantes. Las diferencias en el
concepto mismo de “educación” pueden ser parte de la explicación de la distancia entre las
52
evaluaciones de los padres de familia y la OCDE, por ejemplo.

En la nota, Cano destaca que Nuño le ha dado nuevos aires a la SEP que buscan el éxito de la
reforma. Entre los nuevos aires que propone Nuño, está pues, esa perspectiva de la antropología
como herramienta para la recopilación de información cuantitativa y la descripción densa, la
misma que promueve Lomnitz, que en este caso se traduciría como mapeo de actores y
organizaciones y sus formas de resistencia y disidencia para lograr que se acepte que “la ley es la
ley y que la reforma se tiene que implementar” en estados como Oaxaca, Michoacán o Chiapas,
que en otras palabras significa facilitar la desarticulación de la organización colectiva de quienes
dignamente defienden la opresión y la imposición violenta del Estado.

4) Recomendaciones y solicitudes al CEAS


Por todo lo expuesto anteriormente, recomendamos:
• Considerar y contextualizar el Código de Ética a la realidad mexicana.
• Considerar la situación de la práctica profesional de la antropología en México para la
discusión y redacción del Código de Ética.
• Aprovechar el Diagnóstico sobre la situación de la práctica profesional de la antropología
en México que actualmente realiza la Comisión Intergeneracional sobre el Ejercicio
Profesional para servir como un insumo que permita incorporar las dos recomendaciones
anteriores con datos sobre la realidad laboral de los antropólogos mexicanos.
• Que el CEAS recupere su vocación investigativa, retomando el ejemplo de la investigación
que condujo a la cancelación del convenio entre el Instituto Lingüístico de Verano y la
Secretaría de Educación Pública, y que en Asamblea de Socios se propongan los temas
urgentes a investigar. Esta vocación contrasta con la actual moda de los pronunciamientos
que no están dirigidos, que no contienen investigación empírica, sino que son reacciones
ante eventos o sucesos que causan escándalo. Por tanto, llamamos a que no sean los
pronunciamientos en redes sociales y de correos que sean considerados como acciones
sino la investigación documentada que permita desarrollar acciones concretas.
• Algunas de las comisiones investigadoras que haría falta conformar en el CEAS son: 1)
Comisión en torno a la violencia y el trabajo de campo en México; 2) Comisión en torno a
el manejo discrecional de los concursos de oposición, acoso laboral, acoso moral, abuso de
poder entre investigadores senior y juniors, de tiempo completo y temporales, etc.; 3)
Comisión que investigue la organización y administración de recursos en los congresos a
los que asisten los antropólogos mexicanos.

Solicitamos:

52
La conferencia fue publicada en la revista Nexos con el título “La etnografía y el futuro de la antropología”,
el 14 de noviembre de 2014, http://www.nexos.com.mx/?p=23263.
• Que se informe a la Asamblea de Socios quién conforma la Comisión de Peritaje, cuándo
fue conformada, quién la nombró, cuáles han sido sus funciones y cómo se decidió que
fuera una Comisión de Peritaje la que emitiera un Código de Ética.
• Que se informe a la Asamblea de Socios las razones por las que se presenta como un
acuerdo unánime un Código de Ética que aún no se ha consensuado.
• Que se informe a la asamblea de socios si ese Código de Ética ya se ha inscrito ante la
Dirección General de Profesiones. En ese caso solicitamos se retire por tratarse de un
documento falso.
• Que el Consejo Directivo se retracte públicamente de su afirmación arbitraria sobre la
aprobación por unanimidad que nunca ocurrió del Código de Ética.
• Que se explique por qué el Consejo Directivo 2013-2015 se mantiene en su cargo y que se
convoque de manera urgente a un proceso de elección para nuevo Consejo Directivo.
• Que se presente el desglose de gastos del Congreso Latinoamericano de Antropología en
la Asamblea de Socios, a quienes fueron contribuyentes a ese congreso y en una sesión
pública de amplia convocatoria por ser de interés público, más allá de los afiliados al CEAS.
• Que se reglamente la gratuidad de cuotas para estudiantes y desempleados en congresos
de antropología.
• Que se informe a los socios sobre los ingresos que ha tenido el Colegio desde su
regulación fiscal, es decir desde que el CEAS puede expedir facturas, rendir cuentas a
Hacienda y realizar actividades lucrativas.
• Que el Consejo Directivo informe sobre sus actividades desde 2013 y rinda cuentas sobre
las razones por las que no cumplió con el programa que se había propuesto en la
asamblea de noviembre de 2013.

A los socios del CEAS, los convocamos a:


• Participar en las Asambleas de Socios para impulsar colectivamente el adecuado
funcionamiento del CEAS de acuerdo a las necesidades del gremio en México.
• Exigir el cumplimiento de los estatutos al Consejo Directivo del CEAS.
• Participar e impulsar la conformación de comisiones del colegio que investiguen en torno
a las problemáticas que nos afectan para buscar soluciones de manera colectiva.
• Vigilar las actividades que realizan los miembros del Consejo Directivo, en ejercicio de los
derechos y deberes ciudadanos que a todos nos corresponde en una democracia plena.
• A superar la apatía que conduce a pensar que no hay nada que hacer y que da pie a
prácticas arbitrarias por parte del Consejo Directivo del CEAS a nombre de todos los
colegiados.

Antropólogos por un mercado laboral digno y justo

1) Mario Hernández, Universidad de Manchester


2) Patricia Legarreta, Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (PODER)
3) Alejandra Letona, Universidad de San Carlos de Guatemala/ Universidad Autónoma
Metropolitana-Iztapalapa
4) Ileana Herrera, Colegio de la Frontera Norte
5) Mitzi Candelaria Gómez, Consultora independiente
6) Rebeca Orozco, Donkey Sanctuary/UNAM

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