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CONSTRUIR EL ÉXITO
Torkom Saraydarian
l. ¿Qué es la autoimagen?

La autoimagen es lo que usted piensa que es, la fuerte


opinión que tiene sobre sí mismo.
La clase de actitud que adopta ante la vida en general
también forma parte de su propia imagen.
La autoimagen se construye mediante sus propios
atractivos, ilusiones, vanidad, ego, fracasos y derrotas, o
mediante sus aspiraciones, esfuerzos, visiones, ideales,
devoción y espíritu de sacrificio.
La autoimagen también se construye mediante suges-
tión hipnótica o a través del autohipnotismo.
La autoimagen es construida por su resistencia o por
la aceptación a los ataques, presiones, reacciones, calum-
nias, condenas y traiciones de los demás.
La autoimagen es construida por aquellos que le ala-
ban, le halagan, le aprecian, le honran o le adoran.
La autoimagen es construida a través del tiempo me-
diante la acumulación de diversas expresiones de sí mis-
mo y de los demás.
A veces, la autoimagen está formada por varios colo-
res y formas diferentes. Algunas partes están en conflicto
con las otras. Algunas partes no disponen de un puente

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entre ellas que las pongan en contacto. Unas partes son
violentas. Otras son gráciles y pacíficas.
Uno de nuestros deberes consiste en descubrir si tene-
mos una autoimagen sólida y homogénea, rica en sus di-
mensiones, o si tenemos una imagen formada por partes
conflictivas que son una mezcla de fealdad y de belleza.
La autoimagen confusa es como un coche cuyo control
se pierde en las situaciones más críticas. Con una auto-
imagen confusa no hay estabilidad en el carácter de la
persona. Cambia de izquierda a derecha, de arriba a aba-
jo. No se puede predecir el curso de acción de una perso-
na que tiene una imagen confusa de sí misma.
Una vez que conozca la naturaleza de su autoimagen,
debe intentar limpiarla de elementos conflictivos y elevar
su magnitud. La autoimagen es como el negativo de una
película que orquesta la vida sobre la pantalla del plano
físico.
La autoimagen también se construye mediante la creen-
cia de opiniones que tienen los demás sobre usted. La
gente piensa de usted de determinada forma. Sus pensa-
mientos pueden ser aceptados por usted como ciertos, y a
partir de esos pensamientos se construye usted una auto-
imagen. Pero una autoimagen construida a partir de las
opiniones de los demás no es una verdadera autoimagen,
y puede entrar en conflicto con su verdadera imagen si
usted acepta las opiniones de los demás.
La gente pregunta si nuestro karma cambia cuando
también cambia nuestra autoimagen. La respuesta es que
sí. Probablemente, creamos menos karma si mejoramos
nuestra autoimagen de modo que esté más en consonan-
cia con nuestro ideal. También cambiamos nuestro kar-
ma al crear una nueva autoimagen. La autoimagen se
construye a partir de la sustancia de nuestros pensamien-

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tos, emociones, palabras, acciones y relaciones. El kar-
ma no es más que el resultado de estos cinco factores.
Cuando cambia la naturaleza de los factores, el karma
también cambia.
En el Universo no existe nada a solas, sin que algo
más exista junto a ello. La existencia está condicionada
por alguna otra existencia. Esta es la Ley básica del Ho-
lismo. Nada se puede saber si no hay al lado algo que co-
nocer. Nada se puede medir si no hay al lado algo que se
pueda medir. Al crear una nueva autoimagen, se da usted
a sí mismo la posibilidad de conocerse.
La espiritualización del planeta no puede alcanzarse
hasta que no cambie nuestro sistema económico contem-
poráneo. El sistema económico está construido de tal
modo que nos impide formarnos autoimágenes más ele-
vadas. Nos hace desear el competir y el explotar. Los sis-
temas económico y fiscal tienen que cambiar si desea-
mos crear una autoimagen que sea favorable a la paz, las
relaciones humanas correctas y la abundancia para el
conjunto del mundo.
Todo se comprende por comparación; nada se com-
prende sin comparación. Uno tiene que crear dualidad
para comprender el objeto con el que se está tratando. La
dualidad crea a un observador. Por ejemplo, tiene usted
un objeto y, si lo compara con otro objeto, crea a un ob-
servador. Así, tiene los siguientes puntos:

• El objeto
• El objeto de comparación
• El observador

La gente se aferra a sus valores hasta que tiene otro


valor con el que comparar el viejo. La libertad de pensa-

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miento se puede aprender por comparaciones y mediante
un interés intenso en los objetos de comparación. Cuan-
do no se dispone de otros valores que comparar con los
valores que se tienen, se aferra uno a los viejos valores y
se es esclavo o fanático, y se convierte en una persona
peligrosa.
Cuando se tiene otro valor con el que comparar, se es
más libre con respecto a los viejos valores, o al menos se
les puede mirar sin dejarse absorber y esclavizar por
ellos. No se puede ver el verdadero valor de un solo ob-
jeto si no se lo compara. La comparación no sólo nos li-
bera del objeto en sí, sino que también desarrollará un
mayor aprecio por su objeto, una vez hecha la compara-
ción.
Todo lo que existe sólo se puede observar en relación
con algo más. En relación con algo soy bajo; en relación
con alguna otra cosa soy alto. En relación con alguien,
soy un genio; en relación con alguna otra persona, soy un
niño.
Quienes no desarrollan el arte de la comparación, de-
sarrollan en su lugar vanidad y ego, que luego se convier-
ten en su prisión y en los barrotes de su prisión. Cuando
sea capaz de construir una nueva autoimagen se dará
cuenta de hasta qué punto la autoimagen anterior estaba
impidiendo su propio progreso, al convertirlo en rehén
dentro de sus límites. Así, el hecho de construir una nue-
va autoimagen le ayudará a obtener una libertad relativa
de las prisiones de imágenes que previamente se había
construido para sí mismo.
La autoimagen tiene tendencia a cristalizar. Recuerde
que nuestra autoimagen está construida a base de nues-
tros pensamientos, emociones, palabras, actividades y re-
laciones. Cuando la autoimagen queda cristalizada, deci-

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mos que una persona tiene una actitud cristalizada que
resulta dificil cambiar. Una actitud cristalizada es una
densidad especial de energía que circula dentro del aura.
Cuando esa energía se hace más lenta y detiene su circu-
lación, crea varios problemas de salud.
Mejorar su autoimagen es un beneficio, mientras que
aferrarse a su vanidad o pasar por la autohumillación es
un obstáculo.
Cuando tiene una actitud cristalizada con respecto a
alguien, tiene que utilizar su mente y los poderes de su
corazón para cambiar esa actitud, porque una vez que ha
cristalizado su actitud lo que ha hecho ha sido cristalizar
partes de las energías mentales, emocionales y etéreas re-
lacionadas con su actitud. Cada parte cristalizada de su
cuerpo mental, emocional y etéreo afecta a los órganos
correspondientes, y crea diversos desórdenes en ellos.
La democracia es una actitud de libertad de pensa-
miento, sentimiento y acción. Es la ausencia de cristali-
zación, la ausencia de privilegios.
Todas las empresas humanas progresan sólo en ausen-
cia de cristalización. Cada vez que cristaliza un campo
de actividad humana, no puede desplegarse, desarrollarse
o progresar, y se transforma en un obstáculo para otros
campos que podrían progresar.
La expresión «supervivencia del más apto» tiene un
profundo significado. ¿Quién es el más apto? Aquel que
es capaz de adaptarse a una nueva situación, a nuevas
circunstancias, a nuevas energías, a nuevas fuerzas, visio-
nes y relaciones. Uno se cambia continuamente a sí mis-
mo. No se permanece firmemente cristalizado y cimenta-
do en su actitud. En los pensadores podemos observar
claramente esta actitud progresista.
El poder de cualquier unidad en cualquier campo es la

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apertura y la libertad para cambiar sus actitudes y auto-
1magen.
Cada vez que usted se mejora a sí mismo y cambia su
autoimagen, selecciona una nueva corriente de energía
desde el interior, y pone en marcha una nueva potenciali-
dad. Los verdaderos seres humanos son aquellas perso-
nas que mejoran continua y progresivamente su autoima-
gen, que no permanecen cristalizados.
Nada puede detener un espíritu de cooperación si se
dedica el esfuerzo suficiente para lograr la cooperación.
Aunque la otra parte se niegue a cooperar, siempre se
puede profundizar en capas más hondas del propio inte-
lecto y en la intuición para encontrar una nueva forma de
evocar en la otra parte la cooperación por una causa co-
mún.
A menudo, la forma más sutil de cambiar la propia
autoimagen y crear cooperación consiste en sacrificar la
propia vanidad o ego. Pero la gente prefiere perder mu-
chas grandes oportunidades, antes que destruir su ego y
su vanidad.
Cuando los demás atacan nuestra autoimagen, nos
obligan a cristalizada aún más. Cualquier cosa falsa o ar-
tificial que se encuentre dentro de nosotros se hará más
fuerte y cristalizará aún más como consecuencia de los
ataques exteriores. Esa es la razón por la que la murmu-
ración y la crítica no ayudan, sino que en realidad forta-
lecen a la autoimagen de las víctimas. La autoimagen de
los demás no debe ser destruida, sino que debe ofrecérse-
les ayuda para empezar a introducir cambios en su auto-
1magen.
Los demás pueden cambiar nuestra autoimagen al ver
en nosotros un potencial y tratar de llamar nuestra aten-
ción sobre él mediante una cariñosa comprensión. Me-

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diante el estímulo, la amistad y nuestros propios ejem-
plos, podemos introducir cambios en la imagen de los
demás.
Debemos ser precavidos para no introducir imágenes
hipnóticas en los demás. En lugar de eso, debemos inten-
tar ayudar a los demás a ver su propia autoimagen y a
mejorarla.
He aquí algunas de las formas de cambiar su propia
autoimagen:

1. Cambie su forma de vestir. La ropa se halla relacio-


nada con ciertas posiciones, con ciertos niveles de perso-
nas, con experiencias pasadas y con cristalizaciones.
Si viste un uniforme militar, actúa de modo diferen-
te a como lo hace si viste con el uniforme de una enfer-
mera, un médico, un farmacéutico, un cazador o un clé-
ngo.
Las mujeres actúan masculinamente cuando se visten
como los hombres, y actúan femeninamente cuando se
visten como mujeres y utilizan maquillaje femenino.
Puede observar cambios psicológicos en sí mismo por el
simple hecho de cambiar de sombrero, de zapatos, por
dejarse crecer la barba o por afeitársela. La gente se sien-
te incluso diferente cuando se pone el pijama.
Los actores pueden observar esto con suma facilidad.
Su autoimagen cambia en cuanto se visten, hablan, actúan
y piensan como el personaje que representan.

2. Para cambiar su propia autoimagen, también puede


cambiar el medio ambiente que le rodea y la gente con la
que está en contacto. Con ciertas personas puede tener
una cierta autoimagen, mientras que ésta cambia con
otras personas.

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Cuando se relaciona con personas que abrigan pensa-
mientos bajos sobre usted, su autoimagen cambia. Si se
encuentra con personas que le respetan y tienen un eleva-
do concepto de usted, su autoimagen mejora.
Hay personas que, a través de la ley de la asociación,
evocan en usted cierta conducta, ciertas actitudes que, si
se evocan continuamente, cambian su autoimagen.
Algunas personas tienen numerosas autoimágenes, que
entran en acción según los factores condicionantes del me-
dio ambiente. En los peores casos, esas imágenes entran
en acción todas al mismo tiempo o en rápida sucesión.
Es entonces cuando aparece la confusión y la persona se
encuentra a menudo ante la imposibilidad de elegir qué
autoimagen desea asumir, y entonces experimenta ten-
sión y angustia.

3. Observar su propia autoimagen en diversas situa-


ciones le ayuda a conocerlas, a usarlas y a desarrollar
una autoimagen mejor o nueva, e incluso a sintetizarlas
en una imagen.
Una autoimagen se construye mediante las propias ac-
ciones, reacciones y respuestas al medio ambiente. Usted
cambia su autoimagen porque desea ser aceptado, o por-
que desea tener influencia, o crear diversos sentimientos
y actitudes en los demás.
Un pensamiento, una emoción, un sueño, una acción
cambian su autoimagen. El leer, ver películas o escuchar
historias sobre los demás también cambia su autoimagen.
Pero a esas se les llama «autoimágenes comerciales», o
bien «autoimágenes horizontales».
La autoimagen a la que nos referimos es siempre pro-
gresiva, mejora progresivamente para presentar el ideal
que usted ve en su propio corazón. Una imagen así es

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formada por su visión del futuro. Tratar de construir una
imagen progresiva que se despliegue y que satisfaga los
niveles de su visión del futuro se convierte en su imagen
vertical. Una imagen vertical le acerca más a lo que es
usted realmente en su esencia.
A veces, una imagen es proyectada sobre su mente
por su Maestro, o por fuerzas superiores, a través de la
técnica de la impresión o la inspiración.
Se necesita tiempo para construir tales imágenes de
elevada magnitud ya que, a menudo, sus viejas autoimá-
genes luchan contra ellas, tratan de destruirlas. Usted ac-
túa de acuerdo con la nueva imagen, pero es víctima de
las viejas imágenes.
Tiene que seguir fortificando continuamente su nueva
imagen hasta que sienta que las viejas autoimágenes se
debilitan y se desvanecen, hasta que sienta que se ha
convertido realmente en la imagen que desea.
Los maestros, al ver esta clase de lucha en sus estu-
diantes, los observan pacientemente y los animan en la
tarea de construir la imagen a la que aspiran.
Es un gran arte el saber cómo ayudar a quienes están
preparados para construirse una nueva imagen. Observe
cómo cambian los niños en presencia de diversas perso-
nas, cómo cambian con ciertos juguetes y ropas.
En cierta ocasión, le di dinero a un niño y lo observé.
Luego, le di un lápiz, un pincel, un juguete de guerra y
una espada, y lo observé. En cada ocasión, el niño se
creó una nueva imagen de sí mismo. Las fotografías, las
películas y la decoración en las habitaciones de los niños
afectan a su autoimagen futura. En ocasiones, esta auto-
imagen es el padre o la madre, que llevan a través de
toda su vida.

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4. Para construir una nueva imagen que sea vertical,
uno tiene que discriminar entre emociones constructivas
y destructivas. Se tiene que hacer caso de aquellas emo-
ciones que estén en armonía con la imagen elegida, y re-
chazar aquellas emociones que nos harán retroceder a la
vieJa imagen.

5. También se tiene que observar la voz y el vocabula-


rio empleados. Se puede comprender con facilidad que
cierto tono de voz actúa en contra de su nueva imagen,
mientras que otros tonos de voz ayudan a construir la
nueva imagen.
Ciertas expresiones que utilizamos, ciertos manieris-
mos que tenemos nos hacen esclavos de la persona que
corresponde a nuestra vieja autoimagen.
Si un hombre desea una nueva autoimagen pero conti-
núa lanzando maldiciones y juramentos, como solía ha-
cer, y demuestra estos manierismos antiguos, no puede
construirse una nueva imagen. Tiene que introducir cam-
bios en su voz, en sus palabras y expresiones; cambios
que estén en armonía con su nueva autoimagen.
Nos hallamos en gran parte cristalizados en una auto-
imagen antigua, en la que hemos permanecido durante
siglos y cientos de encamaciones.
La lucha es un esfuerzo de nuestra alma por romper
esta cristalización y presentamos una nueva autoimagen
que sea más sana, más feliz, más hermosa, constructiva,
creativa, honesta, noble, integradora y radiante.
Hay que llevar cuidado a la hora de elegir su autoima-
gen. El Maestro puede ayudarle. Su tipo de rayo puede
ayudarle. La causa a la que se dedique puede ayudarle.
Su propia visión puede ayudarle.
El cambio desde una imagen antigua a una imagen

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nueva puede ser repentino o gradual. Nadie dispone toda-
vía de suficiente información o experiencia como para
decidir la velocidad del cambio. Hay que ser precavidos
porque el cambio de una imagen a otra imagen vertical
produce diversos cambios en la personalidad y en la rela-
ción con el medio ambiente. Esos cambios pueden ser
destructivos o creativos.
Una imagen antigua puede amenazar incluso a la nue-
va imagen y retrasar ciertos logros o impedir la forma-
ción de la futura imagen.
Ciertos problemas de salud surgen a la superficie du-
rante el período de cambio; algunos son dolorosos, otros
gozosos. Uno tiene que saber hasta qué punto puede so-
portar los problemas producidos por el cambio.
Los cambios fisicos, emocionales y mentales produ-
cen problemas similares, pero el cambio de la autoima-
gen afecta todavía más al hombre y a su medio ambiente.
Cuanto más elevadas sean las autoimágenes que lo-
gremos, tanto mayor será el progreso de la humanidad.
Quienes se aferran a sus viejas formas de pensar, de sen-
tir y actuar, impiden el progreso de la humanidad y lo
detienen durante mucho tiempo.
Una autoimagen no es solamente un molde personal,
sino también una limitación de grupo y nacional. Los
grupos también tienen su propia autoimagen. Las nacio-
nes tienen su autoimagen. Hasta que no nos esforcemos
todos por una nueva autoimagen, que esté más en armo-
nía con los ideales de paz, libertad, prosperidad, salud,
dignidad y derechos humanos, no se producirá ningún
cambio verdadero y fundamental en el destino de la hu-
manidad.
La gente puede construir una nueva autoimagen en
nosotros cuando respondemos a su imagen. Por ejemplo,

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si uno se relaciona con personas que son duras, tenaces y
tensas, puede construirse una autoimagen correspondien-
te de sí mismo; y si uno vive en un medio ambiente lleno
de gracia, amabilidad, comprensión y ternura, se constru-
ye una imagen similar. Tal proceso de construcción nece-
sita su tiempo. Las impresiones de las diversas personas
se acumulan en nuestro interior, vida tras vida, y final-
mente construyen una autoimagen relativamente perma-
nente.
¿Son la personalidad y la autoimagen lo mismo? No,
no lo son. La autoimagen es más profunda que la perso-
nalidad. La personalidad opera mediante el poder de la
autoimagen. La autoimagen puede ser inferior o superior
a la personalidad, pero en ambos casos es la autoimagen
la que rige.
Quienes han desarrollado verdaderas imágenes espiri-
tuales que reflejan su bondad, pueden crear muchas imá-
genes de personalidad y utilizarlas ocasionalmente, sin
dejarse obsesionar por ellas.
Cuando los actores son conocidos por lo que realmen-
te son, pueden interpretar papeles diferentes en obras di-
ferentes. Pero si no tienen una imagen espiritual, acaban
perdiéndose a sí mismos en las obras que interpretan y al
final no son nadie.
Es posible que la autoimagen y la personalidad se fu-
sionen en ciertos períodos de tiempo, pero eso no dura
mucho.
No olvidemos que nuestra verdadera Autoimagen está
en nuestra propia alma. Nos hemos sentido atraídos hacia
ella durante eones y la autoimagen que construimos, sea
cual fuere, no es más que una imagen reflejada y distor-
sionada que utilizamos para adaptamos a nuestro medio
ambiente y satisfacer nuestras necesidades. Pero en todas

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nuestras autoimágenes hay siempre un símbolo de nues-
tra verdadera Autoimagen.
Al acercarnos más a nuestra verdadera Autoimagen,
nos sentimos más autocontrolados, más autorrealizados.
Impresionamos a los demás y creamos actividades alre-
dedor de nosotros. Una autoimagen cambiante, o una
autoimagen inestable despilfarra energía y aporta confu-
sión al mecanismo psíquico del hombre y a su medio
ambiente.
En el futuro se establecerán escuelas para ayudar y di-
rigir a la gente hacia la adquisición de autoimágenes su-
periores. Nos enseñarán a adaptar nuestros pensamientos,
emociones, acciones, discurso y hasta vestido, color, for-
ma, etc., a la visión de nuestra nueva autoimagen.
Construir la nueva autoimagen puede ejercer una gran
influencia hacia la mejora de nuestro estado de salud.
Cuando la autoimagen se construye sobre planos su-
periores, los vehículos de la personalidad (fisico, emo-
cional y mental) se apropian a menudo de su ritmo y se
armonizan con la imagen que aumenta en belleza, poder
y nobleza.
Esa es la razón por la que quienes son la imagen exacta
que tienen en los ámbitos superiores son inmortales.
En las escuelas futuras aprenderemos a construir
nuestra autoimagen a través de la meditación y la visuali-
zación, y a proyectarla gradualmente mediante la luz del
alma sobre los cuerpos de la personalidad, para que refle-
jen claramente la imagen.
Una de las cosas más importantes que debemos recor-
dar es que la autoimagen, ya se haya construido horizon-
tal o verticalmente, debe tener la posibilidad de cambiar.
Cada cristalización de la autoimagen detiene nuestra evo-
lución.

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En ocasiones, nuestras autoimágenes son tan limitadas
que no podemos cambiarlas, excepto pasando por gran-
des crisis y enfermedades que nos afectan.

6. La sexta forma de cambiar nuestra autoimagen se


denomina «la técnica de la santa duda».
Se trata de un método que utilicé con resultados mag-
níficos con unos pocos de mis más íntimos colaborado-
res, diseminados por todo el mundo, con objeto de mejo-
rar su autoimagen.

Santa Duda EJERCICIO

Durante unos pocos meses, hágase a sí mismo las


once preguntas siguientes, pero sin contestarlas.

1. ¿Es realmente correcto lo que estoy haciendo ahora?


2 ¿Es mi actitud hacia ese hombre, mujer o aconteci-
miento tan noble como podría serlo?
3. ¿Estoy pensando con claridad, o son mi odio y mi
cólera los que me controlan?
4. ¿Está controlando la murmuración mis pensamien-
tos, acciones, sentimientos y actitudes?
5. ¿Es mi vida inútil, o tiene algún mérito?
6. ¿Tengo un gran ego que me impide darme cuenta de
lo detestable que soy?
7. ¿Me invento las cosas?
8. ¿Hasta qué punto soy querido?
9. ¿Creo que soy tan grande que todos los demás tienen
que reconocer mi grandeza?
1O. ¿Tengo realmente buenos amigos, o son amigos que
plantan malas semillas en mi mente?

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11. ¿Qué he hecho de bueno durante todos estos años
con lo que soy?

Esta técnica debe ser utilizada ocasionalmente para


interrumpir el pensamiento, el sentimiento y las acciones
mecánicas cristalizadas, o para desmontar la autoimagen
que usted cree que es o que tiene. Pensar que tiene razón,
o pensar en una determinada dirección le hipnotiza y le
hace vivir la vida como si fuera una máquina.
La «santa duda» puede ser muy útil, y también muy
peligrosa si no cuenta con un fundamento fuerte.
El fundamento es el siguiente: creer que, en esencia,
es usted divino, que todas las autoimágenes son tempora-
les, y que sólo las utiliza o se ve obligado a utilizarlas
para continuar viviendo en su medio ambiente especial.
Eso significa que va a observar a aquel que hay en us-
ted que se dispone a pasar por el ejercicio de la «santa
duda». De ese modo, usted, el observador, tendrá una
oportunidad para ayudar a agrietar sus cristalizaciones y
falsas imágenes y a liberarse de su artificialidad.
Pasemos ahora a la realización del ejercicio. Suponga-
mos que hay una persona a la que odia. Primero, crea en
su propia mente una duda, y se dice: «Quizá me equivo-
co al odiarle. Quizá me ayudó con lo que hizo».
A continuación, se hace la siguiente pregunta: «¿Co-
nozco a alguien a quien haya causado un daño? ¿Cómo
se sintió cuando le hice daño?».
Después, piensa: «En relación con mi propio caso,
¿en qué estoy exagerando? ¿En qué punto tuvo el otro ra-
zón en su actitud hacia mí?».
«¿Soy culpable de hacerle daño con mis pensamientos
y comportamientos?»
«¿Cómo voy a pagar por el daño que le hice?»

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Después de haberse hecho estas preguntas, intente ob-
servarse a sí mismo y descubra cómo y en qué necesita
un cambio.
Para facilitar la construcción de una nueva autoima-
gen, tiene que obedecer los principios de la estrella de
cinco puntas: Belleza, Bondad, Rectitud, Alegria y Liber-
tad. Su nueva imagen debe estar más cerca de estos cinco
princ1p10s.
El método de la «santa duda» también se puede em-
plear de una forma muy creativa al preguntarse a sí mis-
mo: «¿Me estoy relacionando realmente con mi esposa,
mis hijos, mi jefe, padre, madre, etc., y lo hago de una
forma ideal o a través de una máscara o de una autoima-
gen cristalizada? ¿Mantengo en ese sentido una actitud
cristalizada que necesita un cambio?».
Naturalmente, una técnica de este tipo tiene muchas
capas.
Al emplear la «santa duda» debe hacerse preguntas a
sí mismo, pero sin tratar de encontrar las respuestas in-
mediatamente. En lugar de eso, obsérvese a sí mismo,
para no crear una nueva cristalización. Por ejemplo, pre-
gúntese: «¿Es realmente cierto que soy un gran hombre,
un hombre santo, un gran conferenciante, un líder? ¿No
hay acaso otros más grandes que yo? ¿No tengo acaso
experiencias de las que me avergüenzo?». Véase a sí
mismo con claridad.

7. Hay otra técnica que también se puede utilizar de


modo muy efectivo para cambiar su autoimagen. A esta
técnica se la denomina «Construir ideales, construir mo-
delos de quién desea ser»; por ejemplo, modelos como:

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• Cristo
• Buda
• Un cirujano del cerebro
• Un artista
• Un líder
• Un padre
• Una madre
• Un hombre o mujer especial
Una vez que tenga un ideal hacia el que aspirar y por
el que esforzarse, agrietará lentamente su antigua auto-
imagen y empezará a construirse una nueva.
A la luz de su imagen elegida, comprenderá cuántas
cosas tienen que cambiar en su naturaleza, y cuántas co-
sas tienen que ser liberadas de su tesoro interior para ser
como el ideal o el modelo elegido.
Un gran sabio dice que los grandes genios no son el
producto de la propia vida, sino las flores de numerosas
generaciones que siempre se esforzaron y aspiraron hacia
un ideal más elevado.
Conozco a personas que mantienen la misma actitud
negativa las unas con respecto a las otras. Hijos que
odian a sus padres, y padres que odian a sus hijos. La es-
posa no respeta al marido, y el marido no respeta a la es-
posa. La madre odia a su hija, y la hija siente celos de la
madre. Hay un ambiente tenso entre los miembros de la
familia. Lentamente, esta tensión produce situaciones
conflictivas, enfermedad, fracaso y derrota. ¿Por qué no
cambiar esa clase de actitudes, por qué seguir viviendo
en esa tensión y derrotarse uno a sí mismo?
Todos desean aumentar sus ingresos. ¿Por qué la gen-
te no desea aumentar su iluminación, amor, cooperación,
comprensión, perdón, gratitud y servicio? La gente tiene

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que darse cuenta de que estos siete factores son mucho
más importantes que sus ingresos. El camino de la vida
espiritual se halla ornamentado por esas siete flores.
Cuanto más disponga de ellas, más rápidamente entrará
en las esferas de la alegría y la libertad.
¿Por qué desearía hacer que su vida fuera miserable
mediante la creación de una actitud no cooperativa, nega-
tiva y odiosa?
Algunos quizá se digan: «¿Y si resulta que me gusta
mi autoimagen y que no deseo cambiarla?». La respuesta
es que los árboles cambian de hojas, las serpientes cam-
bian de piel, el hombre cambia su cuerpo, los planetas
cambian su forma. Si no mejora, aumenta la posibilidad
de experimentar dolor y sufrimiento. Intente adaptarse al
curso de la Naturaleza y utilice el intelecto para que sus
cambios sean progresistas.
Sucede a menudo que nuestra autoimagen se halla
oculta por debajo de muchas máscaras, que utilizamos
para relacionarnos con personas diferentes y con situa-
ciones diferentes. En algunas ocasiones, las máscaras de-
saparecen o se desvanecen, y emerge la autoimagen real.
En cierta ocasión tuvimos a un joven corpulento en un
grupo. Él y yo fuimos al bosque a pasar unos pocos días
de vacaciones. Durante tres días, el joven hizo alarde de
sus músculos y me dijo cómo podía luchar contra cual-
quier enemigo o animal. Me contó numerosas historias,
subió a los árboles y actuó como si fuera un guerrero sin
temor alguno.
Una noche, mientras dormíamos en una cabaña, se es-
cuchó una llamada ante la puerta. Yo le dije al joven:
«Alguien llama a la puerta. Ve a ver quién es».
«¿ Yo?», fue su reacción.
«Sí. Ve a ver quién está ante la puerta.»

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Regresó estremecido y temblando hasta los huesos.
«¿Quién era?», le pregunté.
«¡Un o ...ooso!», contestó, y se metió inmediatamente
en el cuarto de baño y cerró la puerta.
El oso no permaneció mucho tiempo ante la puerta y
se alejó. El joven permaneció en el cuarto de baño hasta
el amanecer, y al día siguiente recogió todas sus cosas y
se marchó a su casa.
Las máscaras pueden caer en los momentos críticos y
es entonces cuando emerge la verdadera autoimagen y uno
tiene la posibilidad de conocerse mejor a sí mismo.
No es suficiente con decir que se es capaz de cambiar
la propia autoimagen. Tiene uno que demostrarse a sí
mismo que se ha cambiado para tener una imagen mejor.
La prueba de que se ha hecho así será una mejor salud,
mejor razonamiento y lógica, pensamientos, palabras y
acciones favorables a la supervivencia, una mayor gene-
rosidad, más cooperación, menos posibilidad de irrita-
ción, más comprensión, más magnetismo, una mayor
comprensión interna, una previsión más profunda, y una
mejor capacidad para sintetizar y crear. Esas son las
pruebas de que ha cambiado uno la propia autoimagen.
Cambiar la máscara no necesita de muchas pruebas,
porque uno la cambia conscientemente de acuerdo con
las circunstancias. Pero la autoimagen no se cambia tan
fácilmente. En efectuar el cambio se pueden tardar me-
ses, años e incluso muchas encarnaciones.
Uno de los objetivos de la Enseñanza consiste en
aprender a cambiar la propia imagen y en ser uno mismo,
sin dejarse activar por ninguna autoimagen temporal. Una
vez que se empieza a ser uno mismo, se pueden crear au-
toimágenes conscientes, y utilizarlas para satisfacer cier-
tas necesidades, pero no se identifica uno con ellas más

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de Jo que pueda hacerlo un actor que aparezca ante noso-
tros representando el papel de diversos personajes.
Algunos grandes hombres llegaron al mundo con imá-
genes diferentes, para ayudar al progreso de ciertas líneas
de actividad, pero cuando se retiraron no se llevaron con-
sigo su autoimagen.
El verdadero progreso espiritual es la ausencia de au-
toengaño. Una vez que se empieza a estar atrapado en la
red del autoengaño, el progreso espiritual se detiene o se
hace más lento. Y si se continúa leyendo la Enseñanza y
se cae al mismo tiempo en el autoengaño, se termina por
convertirse en el enemigo más detestable de la Enseñan-
za, en el enemigo más peligroso de cualquier empresa
progresista.
Con frecuencia oímos hablar de personas corrientes y
miserables que dicen: «Estoy salvado; estoy liberado; soy
un iniciado; soy la encarnación de un gran maestro; soy un
apóstol; soy un Cristo; sólo yo poseo la verdad». No se
dan cuenta de la profundidad de su autoengaño y del pe-
ligro que esa forma de pensar supone para sí mismos y
para otros. En ocasiones, esa clase de autoimagen se pue-
de construir mediante una pincelada de locura, de suges-
tión hipnótica, o de una vanidad encendida o un ego con-
gestionado.
A veces se necesita mucho tiempo para destruir una
autoimagen como esa, sobre todo si se está firmemente
cimentado en ella. Tales imágenes necesitan el martillo
de los grandes desastres, de la derrota y el fracaso. An-
tes de que ese martillo le golpee, trate de cambiar su
autoimagen cristalizada. Cada cristalización de una auto-
imagen no hace sino atraer dolor y sufrimiento, por mu-
chas máscaras de felicidad y éxito que se ponga sobre el
rostro.

26
Ve usted su ambiente a través de su propia autoimagen.
El medio ambiente reacciona o responde a usted a través
de su autoimagen. Al cambiar la autoimagen, el mundo
parece diferente, y la gente reacciona y responde ante us-
ted de forma diferente, de acuerdo con el valor de su auto-
imagen.
Es muy interesante observar cómo a la gente le gusta
cambiar su autoimagen de lo masculino a lo femenino, y
de lo femenino a lo masculino.
La mayoría de las mujeres occidentales son masculi-
nas, mientras que la mayoría de las mujeres orientales
son femeninas porque todavía tienen ideales femeninos
en sus tradiciones, religión e historia.
Es importante que aquellos hombres que posean una
autoimagen femenina cambien su imagen a otra masculi-
na, ya que sólo su Autoimagen verdadera les permitirá
estar en armonía con su tarea en el mundo.
Los hombres y las mujeres proceden de dos Orígenes.
Al encarnarse, vibran con la frecuencia de su Origen. La
armonía y la creatividad no pueden producirse cuando
los dos Orígenes actúan en la misma tonalidad. 1
Una mujer trata de encontrar al «verdadero hombre»,
y si no puede hacerlo imita a un hombre. Un hombre tra-
ta de encontrar a una mujer verdadera, y si no puede ha-
cerlo, imita a una mujer. Así, las polaridades se distorsio-
nan y deja de existir la armonía entre ellas.
El hombre y la mujer tienen que crear su autoimagen
a partir de su propio Origen. Tienen que encontrar lo que
debería ser un hombre y lo que debería ser una mujer. No

1. Nota: los Orígenes son masculino y femenino, o de varón y hem-


bra.

27
se trata de una cuestión de ser mejor o peor, sino de estar
sintonizado con el propio Origen.
Cuando las autoimágenes se hallan distorsionadas, la
gente fuerza a la Naturaleza y, en consecuencia, crea de
acuerdo con su distorsión. Algunos hombres que debe-
rían haber nacido como hombres, han nacido como mu-
jeres, y algunas mujeres que deberían haber nacido como
mujeres adoptan los cuerpos de los hombres.
Si es usted observador podrá darse cuenta de cómo
una mujer así es realmente un hombre en su verdadera
naturaleza psíquica, y actúa como un hombre, pero con
un cuerpo femenino. De modo similar, se dará cuenta de
cómo un hombre así es realmente una mujer en su verda-
dera naturaleza psíquica, y actúa como una mujer, pero
con un cuerpo masculino. Tales encarnaciones son muy
corrientes. Aquello que se desee en la mente es aquello
en lo que uno termina por convertirse.
Debido a la autoimagen, la gente no se encarna de
acuerdo con su Origen. Muchas encarnaciones se pasan
en cuerpos femeninos o masculinos debido a su deseo de
ser mujer u hombre. Pero finalmente, a medida que des-
pliegan y desarrollan su potencial espiritual, el Origen
oculto en ellos se hace activo y los prepara gradualmente
para encarnarse de acuerdo con lo que son en su Origen.
Esto significa que hay muchos hombres y muchas mu-
jeres que no son las verdaderas imágenes de su Origen,
sino que han nacido como hombres o como mujeres por-
que se sienten hipnotizados por ser hombres o mujeres.
Un verdadero hombre es una persona poderosa. De
modo similar, una verdadera mujer es irresistible. Pero
antes de que uno pueda encarnarse de acuerdo con su
propio Origen, tienen que producirse numerosas encarna-
ciones en cuerpos masculinos o femeninos.

28
Quienes no reflejan su verdadero Origen actúan como
imitaciones.
La gente llega a influir bastante, incluso sobre la psi-
cología de sus embriones, deseando tener un hijo o una
hija, lo que predestina sus tendencias psicológicas para el
futuro.
Uno no sólo puede construirse una autoimagen para sí
mismo, sino que también puede hacerlo para los demás,
ejerciendo las fuerzas del pensamiento, de las emociones
y del hipnotismo sobre ellos.
Los verdaderos líderes y maestros tratan de evocar la
verdadera naturaleza oculta en las personas. No crean
personajes sobre falsos fundamentos.
Se ha observado que, en presencia de verdaderos maes-
tros, la gente demuestra su verdadera naturaleza.
Había un hombre de dos metros de altura que, debido
a su enorme corpachón, solía actuar como un hombre po-
deroso. Un día, un gran Maestro acudió al monasterio.
Observamos un cambio significativo en aquel hombre
corpulento. Empezó a actuar con mucha gracia y amor, y
a menudo acudía y se sentaba a los pies del Maestro,
como si fuera una niña pequeña. Llegó incluso a llorar
durante las conferencias. Fue algo cómico observar a un
hombre tan corpulento apresurarse a hacer cosas por el
Maestro, como si fuera una niña pequeña.
Más tarde, cuando le preguntamos a nuestro Maestro
por qué había actuado de aquel modo en presencia del
Maestro que nos había visitado, nos contestó: «Un hom-
bre fuerte o una verdadera mujer evoca en los otros lo
que son realmente. La naturaleza oculta emerge en su
presencia».
La gente sigue ciertas Enseñanzas, y cada parte de la
Enseñanza les parece muy valiosa, siempre y cuando sa-

29
tisfaga las necesidades emocionales, mentales y hasta fi-
sicas de su autoimagen.
En ciertas ocasiones, cuando se produce un conflicto
entre un devoto de la Enseñanza y otro devoto, lo primero
que hacen es luchar entre sí utilizando los principios de la
Enseñanza a su favor y según su propia interpretación.
Cuando uno de ellos es derrotado por el poder de argumen-
tación del otro, empieza a alejarse de la Enseñanza por-
que le recuerda su derrota. Entonces, odia al vencedor, a
la Enseñanza y a todos aquellos que están afiliados a ella.
Finalmente, se convierte en un enemigo de la Enseñanza.
A veces, esta clase de drama viene orquestado por el
karma de la persona derrotada, porque el karma decide
que no está preparado para la enseñanza. Se convertirá
en un traidor a la organización que alberga la Enseñanza.
Nuestro karma nos impide continuar por el camino hasta
que no nos hayamos desarrollado y hayamos limpiado
nuestros corazones para ser dignos de ella.
Otras veces, se produce esa operación de cirugía por-
que el espíritu de los celos y de la vanidad penetra en el
corazón de la persona. Ese espíritu de celos y de vengan-
za arranca lentamente todas las trazas de la Enseñanza en
el corazón, y lo convierte en un árbol seco, o en una tie-
rra estéril. Esta clase de personas nunca llegan a disfrutar
de la vida y ya no experimentan salud y amistad.
Liberarse del odio por medio del perdón, y de la ven-
ganza por medio de la autorrenuncia, crea una nueva
autoimagen para la persona.
El odio acumulado, los celos y la venganza, con sus
formas de pensamiento y sus emociones asociadas, enve-
nenan gradualmente nuestro cuerpo, nuestro corazón y
nuestra mente. Una vez que el veneno se hace activo den-
tro de nuestro sistema, actuamos en contra de nuestra su-

30
pervivencia, éxito, felicidad y prosperidad, y rodamos
cuesta abajo, por la colina de la derrota y el fracaso.
Será muy interesante observar cómo se orquesta esa
clase de derrota en la vida, ya sea para despertar el alma
o para eliminar a la persona del camino de la evolución.
Toda esta clase de desastres psicológicos se pueden
evitar mediante la destrucción de nuestras viejas imáge-
nes que impiden la expansión de nuestra conciencia.
Aquellos que cambian su imagen para convertirla en
una imagen mejor, de modo que contribuyan al bienestar
humano de una forma mejor de la que emplearon con su
imagen anterior, permanecerán en la historia de la huma-
nidad y serán recordados como estrellas relucientes. Y
aquellos grupos y naciones que son capaces de cambiar
su antigua imagen de totalitarismo, explotación y agre-
sión hacia la humanidad, para transformarle en una ima-
gen de derechos humanos, globalidad y síntesis, serán re-
cordados para siempre como los mayores colaboradores
de la Ley de la Evolución.
Llegará el día en que la humanidad, como un todo,
cambiará su imagen y entrará en el «reino de los cielos»,
la siguiente fase de la evolución humana.
Del mismo modo que la serpiente crece desprendién-
dose de la piel, así hará el hombre, el grupo, la nación y
toda la humanidad. Tienen que desprenderse de la imagen
gastada y limitadora, y construir una imagen que trascien-
da todas las miserias, dolores, sufrimientos, esclavitud y
explotación que fueron generadas por la vieja imagen.
Antes del año 2000 la gente empezará a pensar en un
mejor futuro. 2

2. Véase también The Year 2000 and Ajter y Olympus World Re-
port .... The Year 3000.

31
Si observamos nuestra vida veremos que en muchas
ocasiones cambiamos con frecuencia nuestra imagen o
nos construimos máscaras cuando:

• Deseamos ocultar algo.


• Queremos mentir.
• Queremos calumniar a alguien.
• Queremos disfrazarnos.
• Jugamos con los niños.
• Entablamos una relación nueva.
• Tratamos de aconsejar a alguien.
• Llevamos puesto un uniforme.
• Estamos trabajando en la oficina.
• Nos encontramos en casa, etc.

Cambiamos de máscara en cada momento, sin ser cons-


cientes de lo que estamos haciendo. Algunas de esas más-
caras no son más que un mecanismo de adaptación; otras
lo son de pretensión, y algunas son simple y sencillamen-
te feas.
Cambiar la idea que se tiene de alguien hace que cam-
bie la propia autoimagen. Si se piensa en el lado bueno
del otro, se crea una buena imagen, pero si se murmu-
ra del otro y se lo calumnia, se crea una mala imagen.
Adorar a otra persona hace que uno se construya una
nueva imagen. Al meditar sobre la imagen de los gran-
des, se cambia la imagen antigua por otra mejor. Al vi-
sualizar un futuro glorioso para uno mismo, se crea una
nueva imagen de sí mismo.
Debe mejorar siempre su propia imagen. Cuanto mejor
sea la imagen que se cree, tantos más potenciales empe-
zarán a revelarse por sí mismos desde su interior, y enton-
ces podrá utilizarlos para crear nuevas imágenes.

32
Las autoimágenes y las máscaras no son lo mismo.
Una autoimagen es usted mismo en un momento dado.
Una máscara, en cambio, es algo que se crea para ocul-
tarse detrás, o algo que se imita en ciertas condiciones o
circunstancias. Cuando se tiene puesta una máscara, us-
ted sabe que no es esa máscara. La autoimagen puede
crear cualquier clase de máscara. La autoimagen es más
uted mismo, antes que la máscara, pero en ocasiones se
identifica usted con su máscara hasta tal punto que la
máscara termina por convertirse en su autoimagen.
Tanto la autoimagen como la máscara actúan como
entidades. Al odiar a alguien con fuerza, se imprime so-
bre sí mismo la autoimagen de la persona odiada y esa es
la autoimagen que se desarrolla. Eso es lo que se hace
cuando se murmura, se calumnia y se utiliza la traición
contra el otro.
Esta clase de acciones se pueden emprender contra
una mala persona o contra una persona santa y el resulta-
do final será el mismo. En el caso de una mala persona,
su odio imprimirá sobre usted la imagen de esa mala per-
sona. En el caso de una persona santa, es su propia ima-
gen proyectada la que quedará impresa en usted, que ab-
sorberá la imagen que se ha hecho dentro de sí mismo.
Observar cómo cambian nuestras autoimágenes o
máscaras nos ayuda finalmente a comprender lo que so-
mos en realidad.
A veces, cuando desaparece la máscara, sentimos
como si nos encontráramos en un vacío. Nada nos queda;
eso, sin embargo, sólo es una ilusión. Siempre hay una
presencia con la que tenemos que identificamos, sólo
que ésta parece diferente de nosotros mientras nos aleja-
mos de ella con nuestras máscaras.
Esa es la razón por la que no debemos desprender de-

33
rnasiado rápidamente las máscaras de los demás. Necesi-
tan el apoyo de sus máscaras. Tienen que ser entrenados
para cambiarlas lentamente y de forma inteligente, sin
perder por ello su identidad.
A veces, cuando se pierde la identidad, uno se disfra-
za continuamente de otro y se convierte en un juguete en
las manos de los demás.
Cada autoirnagen tiene que ser sustituida por otra su-
perior. La autoirnagen superior no debe ser construida por
la imaginación o la ensoñación, sino mediante la invoca-
ción de una parte del Verdadero Yo que existe dentro; en
otras palabras, por la aspiración y el esfuerzo intenso.
La aspiración, el esfuerzo intenso y la visualización
son procesos de interpretar, traducir o manifestar una
parte del Yo. La verdadera Autoirnagen no puede cons-
truirse sin esfuerzo, aspiración y visualización. El Yo uti-
liza estos procesos para hacerla surgir a la manifestación.
Así, cada vez que reconocemos la existencia de una
autoimagen vieja y cristalizada, tenemos que intentar
sustituirla si desearnos regenerar nuestra esencia y darle
una oportunidad para manifestarse a sí misma en autoi-
mágenes cada vez mejores.
Todas las autoimágenes se construyen a través de pen-
samientos, sentimientos, discurso, acciones y relaciones.
La calidad de esos cinco factores decide la calidad de la
autoimagen.
Cuanto más elevada sea la autoimagen, tanto más
sano será nuestro cuerpo fisico, tanto más pacífico y lim-
pio será nuestro cuerpo emocional, tanto más creativa y
clara será nuestra mente, tanto más hermosas serán nues-
tras relaciones con los demás. Las relaciones se caracteri-
zarán por la cooperación, el respeto, la aspiración y la
gratitud.

34
Así, construir autoimágenes de elevada calidad nos
ayudará a ser más sanos, felices, más prósperos, más ilu-
minados, más entusiastas y dedicados al servicio a los
demás.
Es nuestra autoimagen lo que condiciona la calidad de
la energía y la fuerza expresadas por nosotros en nuestro
ambiente. Estas expresiones de fuerza o energía condi-
cionan toda nuestra vida y nuestras relaciones. Podemos
vernos a nosotros mismos como seres que vivimos una
forma de vida autodestructiva, una forma de vida creati-
va, o una vida llena de inercia, apatía y decadencia.
Al mejorar su propia autoimagen mejora su vida y las
vidas de todos aquellos que se relacionan con usted.
No debe darse prisa en cambiar su medio ambiente,
pero a menudo el medio ambiente es la sombra de su
autoimagen. Pero sí tiene que darse prisa en cambiar su
autoimagen.
La autoimagen más dolorosa es la imagen que se
construye por medio de los sentimientos y los recuerdos
de culpabilidad que le hacen sentirse humillado. Una
autoimagen de esa clase resulta dificil de erradicar y sus-
tituir, pero es posible hacerlo. Muchas personas se sien-
ten hundidas dentro de esa clase de autoimagen. Envene-
nan continuamente su vida, impiden el desarrollo de su
vida futura, y se hunden lentamente en la inercia, la apa-
tía y la depresión.
Para sustituir esa clase de autoimagen se pueden dar
los siguientes pasos:

1. Considere que todo aquello que cree que hizo erró-


neamente fue hecho por las urgencias de su propio cuer-
po, por sus aspiraciones y deseos, por su ignorancia y es-
tupidez, pero no por el ser verdadero que es usted. En el

35
momento en que cometió el error, su conciencia estaba
dormida o se hallaba esclavizada por sus urgencias fisi-
cas, emocionales y mentales, por sus impulsos y hábitos,
pero no fue su verdadero Yo el que realizó esos actos.
Ni siquiera puede culpar a su propio cuerpo, ya que
éste no hacía sino seguir sus intereses. Cuando un perro
hambriento salta sobre la mesa y devora la comida, no se
acusa usted a sí mismo o al perro.

2. Tome la resolución de no repetir aquellas cosas que


le están obligando a construir una autoimagen incómoda,
desagradable e inaceptable.

3. Tome la firme decisión de no permitir que su cuer-


po escape a su control.

4. Decida mantenerse despierto y emprender una ac-


ción que conduzca a su cuerpo, de modo que éste no se
haga con el control sobre su vida.

5. Visualice diariamente la clase de persona que quie-


re ser. Conviértala en una persona ideal, y constrúyala
con su imaginación creativa durante 15-20 minutos dia-
rios. Después de visualizar su futura autoimagen durante
esos 15-20 minutos, tómese otro período de tiempo igual
y trate de contestar por escrito a las siguientes pregun-
tas:

• ¿Qué aspecto debe tener la nueva imagen de m1


cuerpo?
• ¿Qué aspecto debe tener mi nueva imagen emocio-
nal?
• ¿Cómo debe ser mi nueva imagen mental?

36
• ¿Cuál será el beneficio de esta nueva autoimagen
para mí y para otros?

Recuerde que una autoimagen mejor aporta energías


superiores a su sistema, y que también aumenta su in-
fluencia sobre los demás.
Mediante la realización de esta clase de ejercicio du-
rante seis meses a un año, podrá desembarazarse de su
vieja imagen y disfrutar de su nueva autoimagen.
La autoimagen de una persona debe cambiar lenta-
mente para estar en consonancia con la imagen proyecta-
da por su Ángel Guardián. El Ángel Guardián de una
persona ve el arquetipo de las autoimágenes de esa per-
sona y, a través de las vidas de la persona, el Ángel
Guardián trata de imprimir esa imagen en la mente hu-
mana en desarrollo.
La aspiración de cambiar una autoimagen demuestra
que el hombre se ha hecho sensible a la proyección. En
una situación así, la imagen arquetípica se mezcla con la
imagen actual y sirve como un impulso para ir hacia ade-
lante, para mejorar.
En la Cuarta Iniciación, la autoimagen es un 80 % ar-
quetípica y un 20 % importada del medio ambiente, o de
fuentes personales.
Un Maestro, que es un Iniciado del Quinto Grado, ob-
tiene una Autoimagen pura y permanente. Realiza en sí
mismo el arquetipo encontrado en el Plano Mental Cós-
mico. Un Maestro tendrá la oportunidad de cambiar su
Autoimagen, quizá en intervalos de mil años, cuando
pase a Iniciaciones Cósmicas superiores.
La verdadera Autoimagen de una persona surge cuan-
do esa persona se realiza a sí misma.
Este proceso no es sencillo. En el proceso de realiza-

37
ción, la imagen que llega tiene que apartar todas las iden-
tificaciones reunidas en la mente subconsciente, y restau-
rarse lentamente a sí misma en la medida en que lo pue-
da tolerar el vehículo de la personalidad. Así pues, se
produce por un lado un proceso de purificación del sub-
consciente, y un alejamiento de diversas identificaciones,
mientras que por el otro lado se produce una transforma-
ción de los vehículos que permitirán soportar la presión y
el ardor de la creciente autorrealización.

38
2. Identificaciónde la autoimagen

A veces, es importante ver qué es exactamente su


autoimagen.
Algunos Maestros avanzados nos pueden decir exacta-
mente qué aspecto tenemos.
En ocasiones, nuestros enemigos nos ayudan muchísi-
mo, al revelamos nuestra autoimagen.
A veces, aquellas personas que nos aman nos pueden
ayudar a descubrir nuestra autoimagen.
También están nuestros sueños, capaces de ayudarnos
a ver nuestra autoimagen.
A veces, nuestros sueños son la exacta representación
simbólica y la interpretación de nuestras acciones, senti-
mientos, pensamientos y planes.
Vivimos una vida de contradicción, confusión e incer-
tidumbre. En el espejo de los planos sutiles, vemos la re-
presentación dramática de nuestra vida. Vemos en nues-
tros sueños las posibles consecuencias de nuestras activi-
dades en la vida.
Nuestros sueños nos hacen considerar qué efectos
pueden ser producidos en nuestra vida si continuamos vi-
viendo como vivimos.

39
Nuestros sueños son reflejos sobre el espejo de los ni-
veles subjetivos de aquello que somos en los niveles ob-
jetivos.
Los sueños que no tienen sentido son muy significati-
vos, porque nos muestran que nuestra vida no tiene sen-
tido.
Algunos de nuestros sueños nos ayudan a ver nuestra
propia autoimagen como si se reflejara en un espejo má-
gico.
Al seguir nuestros sueños, podemos aprender mucho
sobre nuestra autoimagen en los planos fisico, emocional
y mental.
Aquello que pensamos, que sentimos, que decimos y
hacemos, antes de que esté en el proceso de la expresión,
es dramatizado por nuestra alma, por nosotros, en niveles
sutiles, como si ensayáramos en planos sutiles antes de
actuar en la realidad del plano fisico.
No sólo actuamos, sino que intuitivamente también
sabemos cuáles serán las consecuencias de nuestras ac-
ciones. Pero el drama de esas consecuencias no impresio-
na nuestro cerebro en el momento de realizar nuestras
acciones.
Nuestra alma, con objeto de hacernos saber hasta cier-
to punto las consecuencias de nuestras acciones tridimen-
sionales, orquesta nuestros ensayos sobre los planos men-
tal y astral mientras estamos dormidos.
Al despertar de nuestro sueño, ciertas impresiones de
los sueños penetran en nuestro cerebro y eso nos permite
tener una mejor conciencia de nuestro futuro, aunque al-
gunas impresiones sólo penetran aquellas capas de nues-
tro ser que no han participado en nuestra experiencia del
sueño.
A menudo tenemos autoimágenes diferentes sobre ni-

40
veles diferentes, y esa es una de las fuentes principales
de confusión que hay en nuestra vida. No encontraremos
paz en nuestra vida a menos que esas imágenes sean sin-
tetizadas en una autoimagen de avance.
Por detrás de nuestra autoimagen fisica tenemos que
encontrar nuestra autoimagen emocional, mental y espiri-
tual, idéntica en cuanto a naturaleza, pero diferente en
cuanto a su voltaje y poder.
Al sintetizar todas estas imágenes en una sola imagen,
podemos crear una telaraña de contacto con nuestro nú-
cleo interior y manifestar en el mundo no sólo una perso-
nalidad poderosa, sino también una individualidad pode-
rosa que es todo carisma, belleza, magnetismo y una
fuente de bondad y compasión.
La gente cree que al cambiar su voz, al cambiar sus
formas de actuar y de vestir, y al usar su vocabulario de
ciertas formas, serán carismáticos, tendrán éxito, y atrae-
rán la buena fortuna. Nada puede haber más erróneo que
esa forma de pensar.
El magnetismo de una persona, la impresión creativa
que causa en los demás, la radiación de su personalidad que
abre normalmente muchas puertas y disipa los diversos
obstáculos que se interponen en el camino del éxito, no
dependen de que la persona cambie su voz o se cree un
carisma artificial.
El factor más importante que hace que una persona
sea magnética, radiactiva, y carismática es el progreso de
su ser a través de sus esfuerzos por dirigirse hacia valo-
res espirituales.
El progreso del ser de una persona produce poder
magnético, carisma y expresión creativa.
Trabajar la voz, las actitudes, o usar un cierto vocabu-
lario, pueden ayudar, naturalmente, a cambiar la autoima-

41
gen, pero esa clase de autoimagen es artificial, cosmética
y no puede durar por mucho tiempo. Se descompone
cuando confronta ciertas energías y se convierte en un
verdadero obstáculo en el camino del progreso.
La voz, el manierismo, el carisma o la autoimagen cons-
truidas artificialmente, dejan al sujeto como guardián in-
fiel ante las fuerzas devastadoras de la vida cuando se ve
golpeado por los duros acontecimientos que a veces con-
lleva la vida.
Cuanto más artificial y cosmético se es, tanto más se
pierde el fundamento que se basa sobre el eje central de
su ser.
Nada crece en el universo desde el exterior. Todo cre-
cimiento, todo despliegue y desarrollo proceden de un
núcleo interior. Para que una persona sea carismática,
atractiva, tenga éxito, sea magnética y radiactiva, hay que
trabajar sobre el núcleo. El núcleo es el centro de energía
que crea el ser en relación con la vida. El ser llega a la
existencia cuando el núcleo despliega sus potenciales y
lo relaciona con el mundo, con el fenómeno de la vida
y cuando realiza esos potenciales.
Para hacer que el núcleo sea radiactivo, tenemos que
renunciar a toda artificialidad, hipocresía, técnicas imita-
tivas, comportamientos cosméticos, a todos aquellos há-
bitos o formas de comportamiento o actividades que sean
impuestas. Dentro de nuestra personalidad tiene que pro-
ducirse una total limpieza de todos aquellos elementos
que nos fueron impuestos, o que nosotros mismos atraji-
mos para asegurar intereses transitorios, a expensas de
otros más elevados. A menos que esa clase de limpieza
se lleve a cabo con profunda devoción y sinceridad, será
imposible despertar al gigante dormido que llevamos
dentro. Cualquier esfuerzo artificial por despertar al gi-

42
gante no hará sino provocar una situación caótica en
nuestra psique, porque las energías, prematuramente evo-
cadas, alimentarán, transmitirán energía y endurecerán
todos los elementos de artificialidad que hay en nuestra
personalidad, constituyendo así un enorme obstáculo en
el camino de la futura liberación del núcleo.
Nuestro ser aumenta y avanza como resultado de la
superación de nuestra artificialidad, de nuestros hábitos y
pautas de comportamiento importados, de nuestras suge-
rencias hipnóticamente arraigadas.
Curar a una persona mediante el cambio de su voz o
mediante la introducción en su vida de ciertas pautas de
comportamiento para crear carisma, puede aportar un
cierto éxito a la vida de esa persona, pero a medida que
transcurran los años esa clase de técnica actuará directa-
mente en contra de los verdaderos intereses de la persona.
Cuanto más aumente nuestra artificialidad, tanto me-
nores serán las oportunidades que tengamos de ser noso-
tros mismos, menores serán las posibilidades de curar
nuestros cuerpos y de construir relaciones sólidas, equili-
bradas e inteligentes con los demás.
La autoimagen que estamos resaltando no se constru-
ye por medios artificiales, sino que es el resultado de re-
novar la manifestación de nuestro verdadero ser.
A medida que nuestro verdadero núcleo aumenta su
manifestación, mejoramos nuestra autoimagen. A medida
que desde nuestro núcleo se liberan nuevos potenciales,
éstos crean una nueva relación con el medio ambiente.
La autoimagen es el resultado del impacto del flujo
creciente de los potenciales internos sobre la vida, en ge-
neral.
La vida responde a nuestro ser. Nuestra vida está con-
dicionada por lo que somos realmente.

43
Una persona artificial tendrá una vida artificial, man-
tenida por medíos igualmente artificiales.
No hay nada que agote y despilfarre tanta energía, tiem-
po, espacio y materia como la artificialidad. La mayoría
de nuestros problemas se producen cuando pensamos,
sentimos y actuamos artificialmente.
Una vez que nuestro núcleo se hace radiactivo, cambia
de forma natural nuestro pensamientos, sentimientos y
forma de hablar. Cambia nuestra voz, nuestro comporta-
miento, nuestra forma de caminar, de mirar y movernos.
Pero esos cambios proceden de dentro de nosotros y
no nos han sido impuestos desde el exterior.
Una vez que nuestro núcleo se hace radiactivo, enton-
ces podemos cambiar de forma inteligente y adaptar to-
das nuestras herramientas a las corrientes de nuestro ser
que fluyen. Eso significa que buscamos diversos cambios
y que adaptamos de un modo consciente e inteligente
nuestra voz, nuestros manierismos, nuestra forma de ves-
tir y de caminar, a las corrientes de nuestro ser que flu-
yen.
Es en esta fase cuando a veces sentimos la necesidad
de que aquellos que saben nos ayuden a cambiar nuestra
personalidad de acuerdo con las energías que fluyen y
con el ser de nuestro núcleo.
Si por ejemplo nos sentimos cargados con un elevado
voltaje de inspiración, deseamos darle forma a través de
la pintura, la danza, la escritura, la escultura, o la crea-
ción de una ideología social, o incluso de un descubri-
miento científico. Los profesionales que actúan en estos
campos pueden entrenarnos y nos permiten investirnos
con las formas más exquisitas de las expresiones de estas
corrientes de impresión, sin perturbar por ello nuestra
propia originalidad.

44
Un carisma, personalidad o autoimagen construidos
artificial y cosméticamente, pueden atraer durante un
breve período de tiempo una cierta clase de fortuna, pero
esa fortuna se transformará finalmente en desgracia en
las vidas de aquellas personas que piensen, vivan y ha-
blen sumidas en la más completa artificialidad.
La autoimagen es un flujo renovador de los potencia-
les interiores, que se relaciona con las condiciones de la
vida y crea realidad en su curso.
Disponemos de grandes ejemplos en la historia de la
humanidad. Una vez que liberaron su núcleo, aquellos
que no tienen una formación especial en ciertos campos
aparecieron como las personas de mayor éxito en poesía,
en literatura, en religión, en las artes.
Naturalmente, no es nuestra intención subestimar el
papel de la educación y la formación, pero uno tiene que
ser como un diamante a punto de ser tallado, y ser usado
como un diamante. Uno tiene que ser electricidad para
ser usada de diversas formas capaces de servir a los de-
más. Uno tiene que ser un rosal capaz de florecer con
multitud de rosas.
La educación y la formación no son sistemas que im-
pongan artificialidad y cosméticos, sino que sirven como
especies de comadronas que ayudan en el parto del ser y
de su manifestación.
Una nueva autoimagen tiene que ser el resultado de
un nuevo nivel de conciencia, de un nuevo nivel del ser;
el resultado de una revelación, de un éxtasis, de una nue-
va visión, de un nuevo contacto con una realidad supe-
rior, con una experiencia de expansión de la conciencia;
el resultado de un nuevo estado de química y frecuencia
fisica, emocional y mental; el resultado de una relación
más elevada con todas las formas de la vida.

45
El núcleo de un ser humano se hace radiactivo como
resultado de:
1. El servicio prestado a través de numerosas vidas.
2. La meditación practicada con perseverancia.
3. La disciplina seguida en numerosos niveles, para
elevar las vibraciones de los átomos y células de
los cuerpos, y para imprimirles la dirección desde
el núcleo.
4. La creatividad en todos los campos posibles para
extender belleza.
5. Los esfuerzos por sintonizar con el núcleo del uni-
verso.
Todas las verdaderas religiones, filosofías, educación
y ciencias se dedican a convertir estos cinco factores en
medios potenciales para liberar el verdadero Yo en los
hombres y las mujeres.
Con estos cinco factores también tenemos:
• Conmociones cósmicas.
• Liberación cíclica de ciertas energías.
• Influencia de rayos.
• Química espacial formada por explosiones o por
tormentas electromagnéticas.
• Iniciación de ciertas vidas cósmicas que ejercen
una tremenda influencia sobre todas las formas de
vida.
Estos factores nos asisten en la construcción de nues-
tra autoimagen en la medida en que contribuyen a liberar
nuestro núcleo, y cuando entramos en contacto con esta
clase de factores elevados, empezamos a construir una
autoimagen que será activa en las esferas planetaria, so-
lar y galáctica.

46
3. Autoimágenesantiguas

Las autoimágenes no siempre son los productos de


nuestras mentes en el presente. También son los produc-
tos de remotos acontecimientos pasados, los productos
de nuestras acciones, imaginación y de un estado del ser
fisico y psicológico. También existen en nosotros aparte
de nosotros mismos.
Es posible que haya ataques procedentes de milenios
pasados, cuando nuestra naturaleza animal acumuló las
imágenes más terroríficas en nuestra mente subconscien-
te. 1 Esas imágenes raras veces aparecen cuando entramos
en el camino de convertirnos en discípulos, pero surgen a
la superficie de nuestra conciencia cuando estamos pre-
parados para la Tercera Iniciación.
Se manifiestan en las formas de nuestros antepasados
animales.
Esas imágenes aparecen en nuestros sueños y, en oca-
siones, en nuestra visión, cuando son convocadas por
nuestro odio y sed de venganza, por las tendencias ani-
malistas, el placer y el temor a la muerte.

l. Véase también La mente subconsciente y el Cáliz.

47
A veces, esas imágenes son hechas por nosotros mis-
mos, a través de nuestra imaginación, y quedan enterra-
das en la mente subconsciente.
Todas ellas son nuestras creaciones y recuerdos, y ab-
sorben la vitalidad de los cuerpos físico, emocional y men-
tal. Cuanto antes nos libremos de ellas, tanto mejor para
nosotros.
La gente también se construye una imagen paterna y
materna, una imagen sacerdotal, una imagen de maestro, o
se identifica con una fase de su niñez y permanece como
un niño durante mucho tiempo. Algunas personas jóvenes
se identifican con sus abuelos o con un vecino de mayor
edad, y en su juventud actúan como si fueran viejos.
Nuestra evolución se retrasa, e incluso se detiene,
cuando esas imágenes están tan cristalizadas que no po-
demos ir más allá de ellas, y no hacemos sino actuar
como si fuéramos nuestras imágenes, con todas sus cris-
talizaciones psicológicas, de comportamiento y mentales.
En ocasiones, estas imágenes están construidas de tal
forma que no cristalizan por completo sino que, en mo-
mentos determinados, a través de ciertas asociaciones, ob-
tienen un poder sobre nosotros y nos controlan por com-
pleto, para luego ser sustituidas por otra imagen.
También construimos imágenes cuando reprimimos
nuestras urgencias e impulsos naturales y los enterramos
en lo más profundo de nuestra mente subconsciente. Tales
imágenes, y especialmente las relacionadas con el sexo,
surgen a la superficie después de haber permanecido dor-
midas durante un tiempo en nuestra mente subconsciente,
y lo hacen con un poder destructivo y dominando nuestra
vida. Esa es la razón por la que la supresión o la represión
tiene que ser sustituida por la sublimación y la transmuta-
ción de las imágenes.

48
A estas imágenes se las puede destruir de muy diver-
sas formas:
• Al aumentar nuestra compasión y amor.
• Al profundizar la pureza de nuestros vehículos de
la personalidad.
• Al contactar con la luz del alma y tratar de ilumi-
nar todo nuestro ser.
• Al construir el Antahkarana.
• Al cultivar el poder de la observación.
• Al esforzarnos.
• Al tratar de superar aquello que somos.
Al observar nuestros pensamientos, imaginaciones, sen-
timientos, emociones, comportamientos y discurso, pode-
mos comprender con facilidad cómo y qué imagen imita-
mos o construimos.
Una vez que la imagen ha sido localizada y reconoci-
da, la destrucción de la misma resultará fácil mediante la
utilización de los métodos antes indicados.
En nuestra mente subconsciente enterramos no sólo
imágenes que son aterradoras, sino también imágenes
que odiamos. Las imágenes odiadas son fuentes de enve-
nenamiento de nuestra naturaleza. Aunque las reprima-
mos durante largo tiempo, emanan su veneno en nuestra
naturaleza cada vez que una imagen similar las vuelve a
estimular.
Lo más peligroso es que, en ocasiones, nos identifica-
mos con esas imágenes cuando deseamos aterrorizar a
una persona. Al repetir esta clase de técnica, nos conver-
timos finalmente en la propia imagen que odiamos. Y es
aquí donde empieza la tragedia. Empezamos a amarnos y
a odiarnos al mismo tiempo, a crear una confusión inso-
luble en nuestro carácter.

49
Tal confusión interior es la fuente de la mayoría de
nuestros problemas psicológicos y físicos.
La gente cree que la evolución está relacionada con la
forma exterior del hombre, o con las formas de la Natu-
raleza. Pero la evolución está relacionada en realidad con
todo lo que existe en la Naturaleza y en la naturaleza del
hombre. Por ejemplo, no sólo evolucionan nuestros cuer-
pos, sino también nuestras acciones, emociones y pen-
samientos. Incluso nuestros recuerdos evolucionan. Las
videocintas de nuestras imaginaciones evolucionan, cam-
bian su aspecto externo y cambian en la forma de funcio-
namiento, de acuerdo con su objetivo y dirección.
Hace diez millones de años quizá vivimos como ani-
males, quizá como semihumanos y semianimales. El vi-
deo de nuestro «mecanismo interno» grabó todo lo que
nos sucedió, y especialmente todo aquello que nosotros
provocamos. Imagínese qué vida vivimos en las junglas y
en la psicología de la jungla. Esas videocintas todavía es-
tán en el proceso de la evolución.
Suponga que fuimos un lobo hambriento en el pasado,
y que hicimos todos los esfuerzos posibles por permane-
cer con vida, a expensas de otros. Esa imagen exacta está
todavía en nosotros, de un modo metamórfico. Es posible
que la forma metamórfica del lobo pueda ser nuestra ten-
dencia a explotar, a desear, a manipular a las personas y
a las naciones con un intenso odio, avidez, etcétera.
No logramos darnos cuenta de que nuestras imágenes
animales se manifiestan y actúan a veces en nuestra ni-
ñez, otras veces en nuestra vida adulta en las diversas
ocasiones en que imitamos a los animales en nuestras
acciones, sentimientos, pensamientos y objetivos. Hasta
que no nos libremos de esas imágenes no actuaremos a
un nivel puramente humano. La humanidad todavía no

50
es un acontecimiento realizado y real. Todavía es una
visión.
Las fábulas de Esopo son muy interesantes. Un atento
estudio de esas fábulas puede revelamos los secretos de
nuestra naturaleza. Cada historia puede convertirse en
una clave que abra dentro de nosotros las imágenes de
nuestras existencias remotas como animales, aves, etcéte-
ra, y que incluyan las fórmulas para la transformación.
Después de estudiar los comportamientos de los anima-
les o su psicología profunda, no será dificil detectar vesti-
gios de nuestro pasado comportamiento animal en nuestras
acciones, sentimientos, relaciones y pensamientos.
Observe a las personas que le rodean, tanto a las co-
rrientes como a las que ocupan posiciones elevadas, y
trate de descubrir sus vínculos con sus propias existen-
cias animales pasadas.
Toda historia es un proceso psicológico de metamor-
fosis. Es la historia del cambio, la historia de la transfor-
mación o el conflicto entre las imágenes en evolución y
retrasada de nosotros mismos.
El dolor y el sufrimiento, el fracaso y la derrota, la ale-
gría y la felicidad, el éxito y la victoria son el resultado de
este drama interior que se desarrolla a través del tiempo.
A menudo hacemos observaciones acerca de cómo una
mujer o un hombre actúa como una serpiente, como un
zorro, como un mono o incluso como un asno o una mula.
Naturalmente, los animales, en su propio nivel, no son
tan perversos o destructivos como cuando se metamorfo-
sean en seres humanos y dan forma a sus acciones, emo-
ciones y pensamientos.
En la Naturaleza existe para muchos una ley olvidada,
de la que no se dan cuenta, y que puede formularse con
las siguientes y sencillas palabras: Nada ni nadie puede

51
seguir existiendo a menos que evolucione. La existencia
sólo es posible a través del proceso de la evolución.
Así, existen los recuerdos de nuestro remoto pasado,
pero en sus formas evolucionadas. Por ejemplo, el odio,
el temor, la cólera, los celos, la venganza, la avidez y el
separatismo son evoluciones de las naturalezas que tuvi-
mos como animales reales o como razas primitivas. Nues-
tro ancestro animal ha «evolucionado» hacia emociones
destructivas, para continuar su existencia y verse transfor-
mado finalmente por un ser consciente de su alma que li-
berará esos remotos restos animales en sus corresponden-
cias más elevadas. Una imagen de animal se convierte en
nuestra imagen emocional; luego se transforma en una
imagen mental, con sus tendencias correspondientes.
El hombre está equipado con el poder de la autorre-
producción. Se reproduce a sí mismo en formas progresi-
vas y en cualquier nivel de la existencia. Da lugar al na-
cimiento de sí mismo. Su existencia pasada se convierte
en su existencia presente, y ésta se convierte a su vez en
su existencia futura. Y, sin embargo, nuestro verdadero
arquetipo nos atrae como un imán, y si nos desprende-
mos de todo aquello que nos limita, experimentamos
nuestro viaje con alegría, libertad y amor en lugar de do-
lor, sufrimiento y esclavitud.
Es muy interesante observar que nuestro dolor y sufri-
miento, causados de diversos modos, son el resultado de
una única razón: deseamos perpetuar nuestra vieja auto-
imagen, sin darnos cuenta de que esa vieja autoimagen
es precisamente la fuente de todos nuestros problemas.
Tratamos de justificar nuestras acciones, emociones y
pensamientos inspirados por esa vieja imagen, y de ese
modo perpetuamos nuestro sufrimiento y dolor, y causa-
mos un retraso en nuestra vida.

52
Cada entidad del Universo es su propio medio de refi-
namiento. Refinamos nuestras existencias anteriores y
hacemos posible nuestra existencia en el futuro. A menos
que refinemos nuestro pasado para alcanzar los niveles
del presente y del futuro, perdemos el contacto con nues-
tra identidad y finalmente nos disolvemos.
Todas nuestras características negativas y positivas
tienen que evolucionar. Las características positivas cam-
bian para convertirse en características negativas si per-
manecen sin evolucionar durante un largo período de
tiempo. Las características negativas no son nada más
que la degeneración de características positivas. También
tienen que evolucionar si desean sobrevivir, pero tienen
ante sí dos alternativas para desplegarse.
Una consiste en mantener sus antiguas tendencias des-
tructivas pero cambiar su nivel. Por ejemplo, el canibalis-
mo cambió para convertirse en odio o traición. Es la mis-
ma característica, sólo que ahora actúa en las salas de
conferencias, alrededor de las mesas, revestida con ropa-
jes diplomáticos.
La segunda alternativa es que las características nega-
tivas cambian su naturaleza y o bien se convierten en vir-
tudes, o se utilizan para destruir los vicios idénticos en
nosotros o en otros, o bien destruyen a aquellos que son
personificaciones de esos vicios.
La historia es como un gran libro en el que se puede
ver cómo los actores cambian sus formas, pero mantie-
nen las mismas identidades, o cómo las identidades cam-
bian lentamente según el espíritu de sus aspiraciones cre-
ativas y constructivas.
Nuestro pasado siempre está activo dentro de noso-
tros. Es nuestra conciencia en evolución y en expansión
lo que finalmente iniciará al animal para transformarlo

53
en un hombre de las cavernas, al hombre de las cavernas
en un hombre de la jungla y a éste en un líder, en un
hombre educado y civilizado, y finalmente en un discí-
pulo, en un iniciado y en un Maestro.
En esta fase de nuestra evolución podemos cambiar
conscientemente todo lo que somos. Este cambio puede
producirse si aprendemos la ciencia de la observación y
la practicamos, observando cómo es posible efectuar una
evolución y cómo podemos guiar tal evolución en nuestra
propia naturaleza y alcanzar nuevas alturas hacia el cami-
no de nuestro arquetipo.
En muchas religiones se utilizan imágenes animales
para representar a ciertas divinidades, Avatares, Budas o
santos. En el budismo, por ejemplo, encontramos imáge-
nes animales como el león, el elefante, el caballo, la ar-
pía, el águila, el pavo real, el toro y la serpiente. Pode-
mos ver animales en los signos zodiacales.
Parece ser que en el subconsciente de la humanidad, 2
o en aquellos que han avanzado más allá del reino huma-
no, todavía existen las imágenes de animales, que simbo-
lizan a menudo el poder o las características de los ani-
males o de una remota relación pasada con ellos.
Todos los seres humanos tienen imágenes animales en
sus antepasados, no sólo en sus subconscientes, sino tam-
bién en la psicología dominante en sus asuntos cotidianos.
En la literatura budista, algunos de los Budas se re-
presentan como pavos reales. Los pavos reales simboli-
zan la belleza. Se nos ha dicho que los ojos de sus plu-
mas son los símbolos del ojo que todo lo ve; los ojos de
la divinidad, que está en todas partes. También se nos ha

2. Véase también La mente subconsciente y el Cáliz.

54
dicho en una leyenda que los pavos reales atraen y co-
men toda clase de venenos y que cambian de color y de
belleza en sus plumas, rindiendo así un gran servicio a
otros seres vivientes.
De este modo, el Buda, representado por este ave,
puede ser aquel que tiene el poder de la omnipresencia y
aquel que, como un buitre cósmico, absorbe todos los
males de la humanidad y de otros reinos, y los transfor-
ma en rayos de color y de belleza.
Naturalmente, también hay otros símbolos que tienen
sus historias legendarias, pero una cosa está clara: hasta
las entidades sobrenaturales llevan la imagen de animales
en sus características más refinadas y simbólicas.
En la humanidad corriente, la imagen animal está en
proceso de evolución y transformación. Era tras era, en el
camino hacia el ser discípulo, el animal que hay en noso-
tros pasa a través de un proceso de refinamiento y trans-
formación hasta que conquistamos por completo nuestra
naturaleza animal, y utilizamos la imagen animal como
un símbolo para demostrar nuestra victoria sobre él.
No sólo existen imágenes animales dentro de nuestro
subconsciente, sino que éste también contiene imágenes
del reino vegetal, como árboles o flores, como rosas, lo-
tus, lirios, claveles y otros.
La mayoría de los tronos de los grandes budas son
flores de loto. La Madre del Mundo tiene a menudo el
símbolo de ramas de lirios o rosas cerca de ella.
Cuando finalmente nos convertimos en maestros de
nuestras naturalezas elemental, vegetal y animal, empe-
zamos a vivir como seres humanos victoriosos, no limita-
dos por nuestras imágenes del pasado, sino esforzándo-
nos por realizar el arquetipo, la verdadera imagen de
Dios por el que hemos sido creados.

55
4. Autoimageny éxito

Nuestro éxito en todos los campos depende de nuestra


autoimagen. Aquellos que tienen imágenes mediocres ten-
drán un éxito mediocre. Aquellos que tengan grandes
imágenes tendrán éxito en una mayor medida.
Las grandes autoimágenes son aquellas imágenes que
se construyen sobre fundamentos realistas y sobre visio-
nes en expansión.
Las grandes autoimágenes tienen en ellas una profun-
da cuerda de síntesis.
En las grandes autoimágenes no hay «virus de compu-
tadora» que crean problemas en los momentos más ines-
perados y detienen el progreso del trabajo. Los «virus»
de nuestra «computadora» psíquica son aquellos pensa-
mientos, sentimientos e impresiones que se pueden sim-
bolizar con las siguientes palabras:

«No puedo hacerlo.»


«Es demasiado.»
«No estoy preparado para elevarme
a esas alturas.»
«Tengo demasiadas deudas que pagar.»

56
«¿Quién soy yo para tener éxito?»
«La gente sabe que soy un donnadie.»

Esta clase de virus causan efectos devastadores en el


mecanismo psíquico, y antes o durante el trabajo que re-
alizamos para alcanzar el éxito, «explotan» y borran el
plan preparado para alcanzar la grandeza.
La autoimagen debe construirse sobre una imagen de
éxito. Esta clase de imágenes incluso se pueden tomar
temporalmente prestadas de aquellos que han tenido una
vida de mucho éxito.
Uno de los principales pasos en la tarea de construir
grandes autoimágenes consiste en encontrar y erradicar
esos virus.
Esta clase de virus son arrojados diariamente a su
computadora por sus amigos, sus enemigos e incluso por
usted mismo. Una vez que conozca las características de
los virus será mucho más fácil rechazarlos con imágenes
de éxito.
Es posible que en el pasado viviera una vida contraria
a una gran autoimagen, pero no se sienta deprimido por
ello.
La grandeza está dentro de usted. Visualice diaria-
mente el éxito. Construya diariamente su gran imagen.
La mayor parte del tiempo no es usted quien construye
una imagen indigna, sino aquellos que le rodean y que
son celosos, antagónicos y odiosos. Esa clase de perso-
nas no tienen grandes autoimágenes. Por eso tratan de
construir en usted una imagen lastimosa. Rechace esa
clase de imágenes y vea cuál es la imagen que desea
construir su corazón.
No espere a los demás. Perdónese a sí mismo. Lleve a
cabo un meticuloso autoexamen para ver las cosas que

57
hizo en el pasado. Prométase a sí mismo no repetirlas y
perdónese.
Sólo después de haberse perdonado a sí mismo podrá
construir una gran imagen que no sólo le aportará éxito a
usted sino que también se lo traerá a las personas a las
que crea haber herido.
Hasta sus enemigos esperan subconscientemente el éxi-
to de usted. Los enemigos son personas que siguen el ca-
mino de los perdedores. Esperan que usted sea un ganador
y que les ayude a ganar la batalla de su propia vida.
Si su enemigo examina su propio corazón con sufi-
ciente profundidad, encontrará allí un ardiente deseo de
recibir ayuda. El enemigo espera la victoria de aquellos a
los que odia, de modo que usted aparece a su vez como
un rescatador en el momento de su derrota.
El enemigo sabe en el fondo de su corazón que, sumi-
do en el odio, los celos y la venganza, es un perdedor, y
nadie desea perder. Ciertos actos de animosidad son en
realidad llamadas en petición de auxilio.
Una vez que conozca la psicología de la animosidad,
no utilizará las maderas y los materiales de los ataques
de la otra persona para construir su autoimagen.
Comuníquese con las almas de las personas y verá
cómo ellas anhelan también tener una buena autoimagen.
Algunas personas fracasadas no pueden mantenerse
como no sea atacando a aquellos que son grandes. Tales
acciones les dan esperanza de éxito porque ocupan su
mente con la grandeza odiada de la otra persona. Para
ellas es imposible superar sus fracasos excepto mediante
el ataque dirigido contra las personas de éxito. Creen que
se convierten en grandes por el hecho de atacar a la pro-
pia grandeza. Eso es una forma natural de comportarse
para muchos.

58
Después de atacar y combatir la grandeza o el éxito,
empiezan a copiar los mismos métodos de la grandeza y
del éxito. Luego, descartan lentamente su animosidad y se
preparan para la cooperación y el reconocimiento de la
grandeza.
El éxito de usted depende de su propia autoimagen.
No se sienta satisfecho con imágenes mediocres. No cons-
truya su propia gran autoimagen mediante el ataque con-
tra la grandeza, sino admirando y aceptando la grandeza.
Ese es el camino más corto para alcanzar la grandeza.

59
5. Imágenesnegativas

Uno de los obstáculos que se interponen en el camino


espiritual es la tendencia a construir imágenes negativas
de otros y a identificarse con esas imágenes a través del
odio y la maldad, aumentando su densidad por medio de
la calumnia constante. Ese es el método más rápido para
que una persona construye un tremendo obstáculo en su
camino hacia la evolución espiritual.
Los grandes sabios nos aconsejan olvidar y perdonar.
Se nos ha ofrecido tal consejo porque sólo mediante el
olvido y el perdón podemos impedir la perpetuación de
imágenes negativas en nuestra conciencia.
La mayor parte de las imágenes negativas que cons-
truimos sobre los demás no son sino proyecciones de
nuestras propias imágenes sobre nosotros mismos, o bien
las hemos «importado» de otros. Las imágenes negativas
se pueden construir incluso a partir de los materiales de
las calumnias de nuestros amigos o enemigos. A menudo
saludamos con alegría esa clase de imágenes porque ex-
citan nuestras emociones y liberan ciertas tensiones aso-
ciadas con las imágenes negativas que hay en nosotros,

60
sin darnos cuenta de que esas imágenes no harán más
que detenernos en el camino de nuestro progreso.
A menos que nos desprendamos de las imágenes ne-
gativas de otras personas, y las arranquemos de nuestra
conciencia, no tendremos la oportunidad para ser hermo-
sos o para seguir nuestro camino hacia nuevos logros.
Las imágenes negativas plantadas y cultivadas crecerán y
finalmente nos imposibilitarán percibir la belleza.
A veces nos construimos imágenes negativas de otros
como una forma de castigarnos a nosotros mismos por
nuestros actos feos del pasado. Nuestros actos feos, des-
parramados en el tiempo y en el espacio, se atraen entre
sí y tratan de encontrar un núcleo sobre el que asentarse.
Es aquí, a través de nuestras calumnias y murmuraciones,
o de una herida persona, donde aportamos una imagen,
un núcleo a esas otras imágenes nebulosas, que luego se
condensan gradualmente y forman imágenes negativas al-
rededor del núcleo de la imagen de aquel al que odiamos.
Esta clase de imagen es muy común y también muy
peligrosa, porque nuestra autoimagen se identifica con el
núcleo, y crea continuamente un odio hacia nosotros
mismos. Como consecuencia de ello, no sólo odiamos el
núcleo, sino que también nos odiamos a nosotros mis-
mos, sin saber realmente quiénes somos.
Cada vez que pensamos en nuestra víctima, nos odia-
mos a nosotros mismos. Cada vez que nos odiamos a no-
sotros mismos odiamos a nuestra víctima y creemos que
ella es la responsable de todas nuestras miserias.
Es precisamente a través de esa estupidez como crea-
mos obstáculos en nuestro camino e impedimos nuestro
progreso.
El Gran Señor fue consciente de estas cosas cuando
nos aconsejó que perdonáramos y rezáramos por nuestros

61
«enemigos». Nuestros verdaderos enemigos no son aque-
llos acerca de los cuales murmuramos y utilizamos ex-
presiones calumniosas. Nuestros verdaderos enemigos
son las imágenes que nos hemos construido. Tales imá-
genes pueden ser dispersadas y disueltas sólo mediante la
bendición de su origen y dejando que pasen a través de
nuestro más benevolente perdón.
Otro punto importante en la construcción de imágenes
negativas en nuestra conciencia es el siguiente: no impor-
ta que la murmuración, el rumor o la calumnia tengan un
fundamento real porque nuestra realidad es nuestra pro-
pia aceptación de aquello con lo que estamos de acuerdo.
Si aceptamos algo como real para nosotros, eso mismo
empieza a influir nuestra vida y nuestro medio ambiente.
Hay muchas «realidades» que no tienen fundamento
alguno. Por ejemplo, todas las supersticiones y prejuicios
son «realidades» para algunas personas. Tales «realida-
des» son tanto más peligrosas en cuanto que sólo pueden
ser destruidas si tienen un fundamento. La forma de pen-
samiento o la imagen del autoengaño es casi imposible
de destruir porque le falta un fundamento real. Pero uno
puede destruir una imagen de engaño que se origina a
partir de una ilusión, porque la ilusión es una mala inter-
pretación de una realidad. Tal engaño puede ser destruido
porque tiene un fundamento.
Esas «realidades» que no tienen fundamento alguno
permanecen con nosotros durante mucho tiempo, y se con-
vierten durante largo tiempo en fuente de sufrimiento y de
dolor en nuestro camino. Esa es la razón por la que nues-
tros verdaderos enemigos son aquellos que nos proporcio-
nan los materiales con los que construir imágenes negati-
vas, imágenes en las que nuestras almas se congelan.

62
6. Imágenescomo actores

Es importante no permitir que actúe a través de noso-


tros la imagen de personas que hieren nuestros senti-
mientos, o que han sido horribles impostores, o que fue-
ron ejemplos de fealdad, para que no influyan sobre las
vidas de las personas que nos rodean.
¿Cómo podemos descubrir que no somos nosotros los
que actuamos de una forma fea u horrible, sino que es la
imagen impresa de nuestro padre, madre, amigos o ene-
migos la que está actuando a través de nosotros?
Si observa su propia vida, se dará cuenta de que a me-
nudo se quejará y detestará a aquellos cuyas imágenes le
son impuestas inconscientemente. Dirá, por ejemplo:
«Detesto a mi padre o a mi madre o a tal o cual persona
porque fue cruel, feo, ávido, indiferente, etcétera».
Esa es la primera señal en el camino del descubri-
miento. Aquella persona contra la que se queje es la que
ha impresionado su imagen sobre usted, y esa imagen se
ha convertido en una sugestión posthipnótica dentro de
su mente.
El segundo paso consiste en observar si está diciendo
o haciendo cosas que detesta en los demás.

63
Una vez que lo haya descubierto, se preguntará: «¿A
quién estoy imitando al hacer esto, al hablar de este
modo, o al actuar de esta forma?». Eso le dará una pista:
la persona a la que esté imitando es la imagen que con-
trola su vida en ese momento.
Una vez que haya alcanzado esta fase de conciencia,
se dará cuenta de que posee un cierto grado de control
sobre la imagen que actúa a través de usted, y de ese
modo puede aumentar el control hasta el punto de negar-
se a obedecer a esa imagen.
En ese momento estará preparado para emanciparse
de ese impostor interior. Todo su objetivo consiste en ser
su verdadero Yo. ¿Por qué ser como una máquina que
funciona mediante las imágenes de otros, las opiniones,
deseos, odios y estupideces de los demás?
Usted se convierte en un individuo en cuanto el médi-
co le corta el cordón umbilical. De modo similar, es ne-
cesario que se libere de las cadenas psicológicas que le
impiden ser un individuo, una persona independiente.
Quizá se pregunte: «¿Qué sucede entonces con las
buenas imágenes, con las imágenes de los héroes y los lí-
deres? ¿También debo desembarazarme de ellas?».
Cada imagen que representa la Belleza, la Bondad, la
Rectitud, la Alegria y la Libertad, que se esfuerza y mues-
tra espíritu de sacrificio es una imagen idéntica al núcleo
de su propio ser. Esas imágenes le conducen hacia su ver-
dadero Yo. Al adorarlas, al dedicarse a esas grandes imáge-
nes, acelera sus pasos hacia su verdadera autorrealización.
Lo que realmente detesta en su discurso, en sus accio-
nes y comportamientos tiene una fuente dentro de usted
mismo. Primero, pregúntese qué fuente es esa, de qué se
trata, y luego niéguese a imitarla. De ese modo se de-
sembarazará de imágenes que están reteniendo su progre-

64
so espiritual hacia la autorrealización. Es posible incluso
que la imagen que tenemos en nuestra mente actúe como
transmisor de los pensamientos y creaciones de la perso-
na que somos en realidad.
Una imagen noble transmite a nuestra mente pensa-
mientos nobles. Una imagen fea transmite a nuestra mente
pensamientos feos, pero lo interesante es que una imagen
fea construida por nosotros sobre un hombre noble actúa
sobre nosotros de una forma tan fea como la imagen de un
hombre feo. Ello se debe a que la imagen fea atrae desde
el espacio pensamientos y emociones feos y los transmite
hacia nosotros. Lo mismo puede decirse de una imagen
buena de un hombre feo. La mayor parte del tiempo no es
la realidad, sino la imaginación lo que le controla.
Por eso siempre resulta provechoso pensar y hablar
bien de los demás.
También es importante para nosotros que los demás
tengan una buena imagen de nosotros en su mente. Esa
es una de las cosas más dificiles de conseguir en la vida.
Hasta los más grandes benefactores de la humanidad
tienen millones de imágenes negativas recibidas desde las
mentes de millones de personas que hacen lo siguiente:

1. Las imágenes impiden al Espíritu del Grande al-


canzar a esas personas porque no tienen fe en él.
2. Las personas construyen su vida sobre una imagen
que detestan.
3. Las personas envían hacia los grandes corrientes
negativas de pensamiento, por medio de la imagen.
Esas corrientes no afectan a los grandes durante la
mayor parte del tiempo, pero crean una red de co-
rrientes negativas en el espacio que impiden a
otros beneficiarse de la belleza de los grandes.

65
4. La imagen crea finalmente devastación en su natu-
raleza. Una imagen tan fea de una persona grande
en las mentes de muchos, se convierte en un foco
magnético para toda clase de pensamientos feos.
También es importante observar que nuestro sistema
de salud puede sufrir de un modo tremendo como conse-
cuencia de la existencia de imágenes negativas en nues-
tras mentes. Esas imágenes crean perturbaciones. Impi-
den que las corrientes de salud lleguen hasta nosotros, y
transforman lentamente todo nuestro mecanismo en una
polaridad negativa.
Quienes deseen ser felices, tener salud, prosperidad e
iluminación tienen que intentar abrigar siempre imágenes
hermosas y nobles en sus mentes. Esas imágenes serán
una fuente de bendición en sus vidas.
Las técnicas más sencillas para impedir la construcción
de imágenes negativas en nuestra mente son las siguientes:
• Olvidar y perdonar.
• Amar.
• Ver a los demás como parte de uno mismo.
• Respetar la gran presencia que hay dentro de noso-
tros y saber que eso es lo que somos en esencia.
• Evitar ocuparnos con imágenes negativas.
• Elevarnos por encima de nuestras reacciones.
• Ver la belleza y saber que la fealdad es transitoria y
temporal.
Al meditar sobre estos siete pasos, podemos crear una
inmunidad espiritual, y no contaminamos nuestras vidas
con la construcción o la invitación de imágenes negativas
para nosotros mismos.
Los benefactores de la humanidad son aquellos que
saturan el espacio con belleza.
66
7. Identificaciónde la autoimagen

La mayor limitación para un ser humano son sus pro-


pias imágenes pasadas. Hasta las serpientes abandonan
sus pieles para poder crecer.
Mientras un hombre o una mujer se aferren a sus limi-
taciones del pasado, a su remordimiento, transgresiones,
deficiencias, odios o traiciones, no podrán liberarse de su
imagen del pasado.
Las imágenes del pasado causan mucho daño.
• Limitan el crecimiento
• Envenenan el presente
• Impiden el despliegue de la conciencia.
• Impiden nuevas empresas, nuevas relaciones.
• Mantienen su cuerpo, corazón y mente bajo presión.
• Hacen que su creatividad sea superficial, si es que
existe.
• Le hacen girar alrededor de su propio eje.
• Hacen que su vida sea amarga y negativa.
• Provocan el desarrollo de diversas enfermedades.
Cada vez que interrumpe su identificación con el pa-
sado, observa una nueva expansión de la conc1enc1a y

67
una nueva creatividad. Los objetivos de su odio se con-
vierten en fuentes de sabiduría para usted. Su corazón
mejora con el aumento de su felicidad y alegría.
La parte de su existencia que se verá más afectada
será su conciencia. Una nueva imagen, un nuevo futuro
iluminará su conciencia, y empezará a tener una impre-
sión de la imagen que puede tener en el futuro.
M. M. dice: «Amigos, mirad hacia adelante, olvidad
el pasado, pensad en el servicio de cara al futuro, y yo
llegaré para daros tres consejos. Exaltad a otros en el es-
píritu y mirad hacia adelante». 1
El futuro es como un imán que le atraerá, sin que im-
porte lo lejos o cerca que pueda estar, siempre y cuando
se vea a sí mismo como un ser tan hermoso como desea
sea, con tanto éxito, inteligencia y gloria como desee al-
canzar, tan saludable y feliz como desee serlo. Sus pen-
samientos acerca de su propio futuro le impulsarán preci-
samente hacia ese futuro. Y en la tarea de crear ese
futuro no se verá obstaculizado por su pasado. En lugar
de eso, su pasado cambiará, para convertirse en una fuen-
te de poder que le impulsará hacia el futuro.
Muchas personas son incapaces de meditar, no pueden
servir, no pueden desplegarse y florecer porque se sien-
ten como aprisionadas dentro de sí mismas.
El camino más corto para avanzar consiste en pensar
y planificar su futuro y dar inmediatamente el primer
paso. Al avanzar en la construcción de su futuro, el pasa-
do desaparecerá en una neblina, y usted caminará bajo el
resplandor del sol del futuro.
El siguiente paso para liberarse del dolor del pasado

1. Agni Yoga Society, Hojas del jardín de Morya, vol. 1, párrafo 54.

68
consiste en exaltar a aquellos que están con usted, que
estuvieron con usted, o que estarán con usted. Cada vez
que piensa mal de los demás, los condena, los juzga o los
detesta, piensa mal de sí mismo, se condena a sí mismo,
se juzga y odia a sí mismo, y los demás lo tratan en con-
sonancia con su antigua imagen.
Al exaltar a los demás, se construye una imagen exal-
tada de sí mismo. Cuanto más exalte a los demás, más
excitante será su propia imagen de sí mismo. Pero este
proceso sólo recibirá energía si se compromete en el ser-
vicio del futuro.
El servicio del futuro es un concepto muy significati-
vo. Se trabaja duro para configurar el futuro de las perso-
nas, el futuro del mundo, el futuro de todo lo que existe
en la tierra, para que sea más seguro, más feliz y sano,
más próspero, iluminado, espiritual, excitante y glorioso.
Y se da el primer paso hacia ese servicio, manteniendo
en su corazón la visión del futuro.
Resulta dificil exaltar a los demás si está pensando
continuamente en sus vicios, deficiencias, fealdades, de-
rrotas, delitos, etcétera. Pero una vez que empieza a pen-
sar que cada persona puede convertirse finalmente, dentro
del proceso de su evolución, en un diamante, se compro-
mete inmediatamente en el servicio de exaltar a los demás,
incluso con el trabajo duro, el dolor y el sufrimiento.
La filosofia de mirar hacia adelante soluciona proble-
mas y dificultades futuras. Si uno se ocupa continuamente
con agitar el pasado y fusionarse con la agitación del pasa-
do, nunca se tendrá capacidad para solucionar los proble-
mas. Los problemas sólo se solucionan mirando hacia ade-
lante. El éxito del futuro se puede perder si la gente sólo
trata de asegurarse unos pocos céntimos en el bolsillo.
A causa de la venganza, de los intereses egoístas, la

69
gente se compromete en esa clase de actividades que no
sólo les imponen fuertes contribuciones, sino también la
pérdida de su éxito y felicidad futuras. Las mentes abe-
rrantes ni si quiere pueden pensar en sus intereses futu-
ros, porque se han perdido en la agitación de sus emocio-
nes de venganza.
M. M. dice: «Entonces, te aconsejaré». Es una frase
muy significativa. Nadie puede recibir sabiduría de fuen-
tes superiores, del futuro, a menos que piense en alguna
medida en el servicio para el futuro, se comprometa en la
exaltación de los demás y deje atrás el dolor.
Es necesario dar estos pasos para poder recibir una sa-
biduría más elevada. La sabiduría superior se refiere al
conocimiento de cómo construir un futuro para toda la
humanidad.
Sólo mediante tal sabiduría puede contribuir un indi-
viduo, un grupo, una nación, un planeta, al proceso evo-
lutivo y revelar la gloria que hay oculta en él.
Hay otro fenómeno que se llama «conflicto interno».
El conflicto interno se produce cuando la autoimagen
permanece tal como es mientras que la conciencia se ex-
pande, o cuando se construye una autoimagen que está
por delante de la conciencia y por delante del propio ser.
En tales ocasiones se crea una dualidad en uno mismo
y, por lo tanto, un conflicto interior.
La autoimagen puede ser etérea, emocional, mental e
incluso espiritual, y a veces todas estas imágenes se al-
ternan para dirigir la vida de una persona.
Una imagen permanece mientras no sea sustituida por
una imagen superior, o no se mezcle con una imagen de
nivel superior. Pero la conciencia puede expandirse en el
mismo grado sobre todos estos planos o en algunos planos
superiores, y es entonces cuando se inicia el conflicto.

70
La imagen es una existencia material. Está compuesta
de materia etéreo-fisica, emocional o mental. La concien-
cia no es material. Es la luz en la materia y la sustancia.
La conciencia puede expandirse en el plano mental, a
pesar de la imagen existente en el plano astral, y cuando
eso sucede, la persona se encuentra sumida en diversos
grados de conflicto.
Después de experimentar conflicto interior, a veces se
cae en la confusión al tratar de identificarse con ambas
caras, o de alternar entre una cara y la otra.
La mayoría de nuestros estados de debilidad mental
son el resultado de la confusión interna que debilita el
poder de nuestra concentración, estado de alerta, vigilan-
cia y capacidad de decisión.
Un hombre dividido no puede durar así mucho tiempo.
Es mejor expandir nuestra conciencia y construimos
una imagen correspondiente. A veces, quienes expanden
su conciencia, particularmente en los campos metafisico
o religioso, descubren dolorosamente que su autoimagen
no se corresponde con su conciencia. Hacen cosas obli-
gados por una autoimagen que les coloca en situaciones
embarazosas. A la luz de su conciencia, saben que no de-
berían hacer ciertas cosas, pero de todos modos las ha-
cen. La conciencia tiene menos influencia sobre una per-
sona que su imagen y su imaginación.
La imagen actúa a través de la imaginación. Su propia
autoimagen actúa a través de su naturaleza emocional
para convertirse en algo irresistible que soslaya la con-
ciencia. Cuando la conciencia y la autoimagen se funden
mutuamente, se crea la sensación de ser.

71
8. La imagendel Señor

La Enseñanza habla sobre el momento de la muerte.


Dice que es muy importante tener pensamientos elevados
en el momento en que uno esté preparado para dejar esta
vida. El último pensamiento elevado dirige el alma hacia
ámbitos más elevados, o hacia aquellos que le ayudarán
en este sutil viaje. 1
La Enseñanza dice que hay tres estados de conciencia
en el momento del fallecimiento.
En primer lugar, el alma es feliz, se siente bendecida,
satisfecha, desprendida, llena de fe, y con una conciencia
del trabajo en los mundos sutiles.
En el segundo estado de conciencia, el alma se siente
llena de lamentación, apegada, dolorida, con malo senti-
mientos hacia aquellas otras personas que le causaron di-
versos problemas. Puede sentirse incluso llena de odio y
deseos de venganza.
El tercer estado de conciencia es de una depresión ab-
soluta. La persona no tiene ninguna fe. Piensa que se ha

1. Para más información sobre este tema, véase Otros mundos.

72
llegado al final y que todo ha terminado. Demuestra un
extremado temor.
Para ser capaz de vivir una vida de alegría y entusias-
mo, una vida creativa y útil, una vida que sea una bendi-
ción para todos aquellos que se relacionan de alguna ma-
nera con uno, y para llegar al momento de la defunción
con alegría y paz, uno debe tener en su corazón la ima-
gen del Señor y su propia imagen, que debe fundirse gra-
dualmente con la imagen del Señor.
Nuestra propia imagen debe mejorar gradualmente, y
la expresión de nuestras actividades durante la vida de-
ben corresponderse con esa imagen. Pero esa imagen
puede quedar congelada y convertirse en un obstáculo, a
menos que construyamos en nuestro corazón la imagen
del Señor.
La imagen no debe ser un concepto abstracto, sino
práctico. En otras palabras, tiene que hallarse relacionada
con los mundos superiores y hallarse cargada de belleza
y gloria, pero también tiene que estar relacionada con
nuestra vida cotidiana, expresarse a sí misma a través de
nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Así,
nuestra imagen ideal tendrá una oportunidad para trans-
formar nuestra vida cotidiana.
Lo importante aquí es que una imagen no puede al-
canzar realmente su más elevada belleza hasta que no se
aprenda a construir una imagen del Señor en su corazón.
¿Qué es la imagen del Señor, y quién es el Señor? El
Señor puede ser la imagen de lo más alto, la imagen de
Krishna, de Buda, de Cristo o la de cualquier otro ser
grande que usted mismo elija. Naturalmente casi todos
los seres grandes no tienen una imagen real. Esa repre-
sentación no es demasiado importante. Lo verdadera-
mente importante es la imagen del Señor.

73
La imagen es un símbolo que contiene todos los más
elevados sentimientos, pensamientos y visiones que pue-
de usted utilizar para construir su propio símbolo como
expresión de su Señor.
Visualícelo como la personificación de sus aspiracio-
nes más elevadas, y piense en Él como un imán vivo que
le atrae hacia sí mismo, que transforma toda su naturale-
za día tras día, año tras año, con la intención de fusionar
su imagen con la Imagen de Él. He aquí tres pasos que
puede dar:

1. Para empezar, puede utilizar cualquier representa-


ción de su Maestro, de su Señor o, si no dispone de
una, crearse una tan gloriosa como pueda.
2. Contemple cada día esa representación y trate de
visualizar la Imagen de su Señor tan claramente
como le sea posible. Algunos estudiantes visuali-
zan sólo los ojos, las orejas, la nariz, el rostro, el
cabello, una parte tras otra, hasta que pueden vi-
sualizar todo el rostro del Señor.
3. Una vez que sea capaz de visualizar con claridad,
intente ser como Él.

Se trata de un método de transformación muy lento y


científico, y es posible que tarde años en visualizar con
claridad a su Señor, pero cada día aumentará usted su
energía psíquica, la pureza de su vida e irradiará un poco
más de luz, de amor y de belleza.
Un punto importante a considerar muy cuidadosamen-
te es que no debe participar nunca en ninguna actividad
deshonesta o nociva, ni en la calumnia, la malicia, el
odio, los celos o la venganza. Una vez que empiece a
construir la Imagen del Señor, sin vigilar sus pensamien-

74
tos, emociones y acciones, puede crear una feroz fricción
entre la recientemente construida Imagen y su propia
imagen, y el fuego de la Imagen del Señor puede causar
graves daños en su cuerpo físico, emocional y mental.
Se nos advierte una y otra vez que el fuego de la Ima-
gen del Señor, en lugar de ser una fuente de alegría y de
bendición, puede transformarse en un fuego devastador si
nos acercamos a la Imagen teniendo en nosotros los ma-
teriales combustibles de los vicios, la falta de honestidad
y las actitudes perjudiciales.
Si purificamos nuestra naturaleza, y si nuestra aspira-
ción y devoción son feroces, entonces la Imagen del Se-
ñor sirve como lo siguiente:

1. Una fuente curativa dentro de nuestros vehículos.


2. Una fuente inagotable de energía y entusiasmo.
3. Una fuente de sabiduría y conocimiento.
4. Un vínculo de conexión entre nosotros y los mun-
dos superiores.
5. Una puerta de iniciación que conduce a estados su-
periores de conciencia.

La Imagen del Señor está con usted, tanto en los mo-


mentos de victoria como en los de derrota, animándole y
desafiándole siempre a esforzarse por alcanzar lo más
superior. La Imagen del Señor se convierte en un escudo
que lo protege de los ataques oscuros, y en un barco que
le lleva al puerto más seguro, a través de las aguas agita-
das y llenas de barro de su propio karma.
Después de construir la Imagen y de disfrutar de su be-
lleza y vida, verá cómo cambiará su relación con el mun-
do, cómo la gente se sentirá atraída hacia usted en busca
de sabiduría y dirección, cómo surgirán las energías cura-

75
tivas que se extenderán hacia aquellos que le necesitan y
que están kármicamente preparados.
La Imagen del Señor está naturalmente construida de
aquellas sustancias atómicas que se hallan en resonancia
con el vehículo activo del Señor, y a través de la resonan-
cia se establece una relación entre la Imagen de su aura y
el aura del Señor. Esta relación hace posible establecer
una comunicación consciente a través de la cual el discí-
pulo puede obtener las respuestas a sus preguntas, siem-
pre y cuando esté preparado para recibirlas.
Esta Imagen se ve aún más ampliada por las energías
del Ángel Solar, que le ayuda a construirla con una se-
mejanza real al Señor. De ese modo, el Señor habita en
un hombre e ilumina la ciencia de ese hombre en los tres
mundos.
Quienes viven con la Imagen del Señor en el momento
de su fallecimiento se ven guiados en sus pasos por el
mismo Señor, y se desprenden del cuerpo del mismo modo
que si pasaran de una habitación a otra.
La Imagen del Señor dirige el alma humana directa-
mente hacia el Mundo Feroz,2 porque la Imagen del Se-
ñor es feroz y no permanece en los mundos inferiores. El
Mundo Feroz es el mundo de la belleza, y quienes em-
piezan a construir la Imagen del Señor muestran una ten-
dencia creciente a ser hermosos y a aumentar la belleza
en el mundo.
Quienes construyen la Imagen de Cristo en sus corazo-
nes se comprometen con toda la jerarquía porque Él es la
jerarquía. Debe quedar bien claro que todos los seres
grandes forman parte de la jerarquía. Ellos son héroes

2. Véase el capítulo 4, «El Mundo Feroz», en Otros mundos.

76
que vivieron en muchas eras entre la gente, que dirigie-
ron las miradas de la gente hacia la tarea más esencial
necesaria para construir el vínculo entre el reino de Dios
y el mundo.
Este ejercicio exige una clara concentración. Cuando
se contempla la representación del Señor, la que usted
mismo haya elegido, intente verla sin pensar en ninguna
otra cosa. La concentración consiste en enfocar toda su
voluntad sobre la Imagen. Cuanto más fuerte sea su con-
centración, tanto más profunda será la impresión que hará
la Imagen sobre su mente. Es necesario que su concentra-
ción alcance tal grado de perfección que una vez que mira
hacia algo, lo recuerde y lo visualice en su totalidad.
La mayoría de la gente no puede concentrarse debido
a las siguientes razones:

1. No pueden rechazar la interferencia de otros pensa-


mientos e intereses.
2. Se produce una interferencia de su mente subcons-
ciente.
3. Tienen un cuerpo mental indisciplinado.
4. Experimentan demasiadas emociones que afectan al
cuerpo mental.
5. Experimentan demasiado temor.

Uno tiene que desarrollar desde la niñez los poderes


de:
• La atención.
• La observación
• La concentración

Puede usted mejorar su concentración mediante la ob-


servación diaria de los rostros de aquellas personas con

77
las que se encuentra, y tratar de recordar más tarde el co-
lor de sus ojos, de su cabello, la configuración de su
cuerpo, su voz y sus actitudes, etcétera. Esta clase de
ejercicio mantiene su cerebro en buena forma y le enseña
el arte de la creatividad.

78
y energía
9. Grandesimágenes
de grupo

Cuando la gente se une con entusiasmo, amor, alegría


o felicidad, con visión, adoración o devoción, o con pro-
funda gratitud, se produce una energía masiva alrededor
de la esfera de tal clase de grupo, una energía que se uti-
liza para curar, animar y unificar propósitos. La misma
existencia de grupos y de sus actividades creativas son
alimentadas por esta clase de mancomunidad de energía.
Es importante que los líderes creen esta clase de oportu-
nidades para las reuniones de grupo. Los miembros del
grupo tienen que estar cargados con elevados sentimien-
tos de alegría, gratitud y adoración. En tales ocasiones,
las danzas de grupo, los cánticos y el movimiento de
grupo son capaces de crear la esperada mancomunidad
de energía.
Es importante que no se produzcan filtraciones entre
los miembros del grupo, y que se eliminen por completo
las calumnias, murmuraciones, odios y enojos, de tal
modo que los miembros del grupo puedan crear el nece-
sario fuego o energía de grupo.
¿Cómo se crea esa mancomunidad de energía?
Existe en el universo una ley que puede ser formulada

79
del modo siguiente: Los sentimientos altruistas son cua-
druplicados por la naturaleza. De ese modo, una cantidad
de alegría se convierte en cuatro cantidades de alegría.
Cualquier cantidad de gratitud, devoción, aprecio o feli-
cidad expresados en un grupo, se multiplica por cuatro.
Cuando esta energía alcanza un cierto grado de poten-
cia, causa una transmutación en los ámbitos etéreo, astral
y mental.
También atrae el flujo de energía de ciertos grupos de
ángeles a los que se denomina ángeles gozosos, o Zevart-
notz en armenio. Estos ángeles responden a sentimientos
elevados o altruistas y vierten su misma esencia en la
mancomunidad de la energía así creada.
Esta energía alimenta a su vez a los miembros del
grupo durante un largo tiempo, protegiéndolos y animán-
dolos durante años. Esa es la razón por la que cuando los
miembros se separan de uno de estos grupos, se privan a
sí mismos de esta fuente de energía. Entonces, caen len-
tamente en la depresión y la soledad, o en un estado de
sentimientos de culpabilidad, a menos que pasen a unirse
a otros grupos que les proporcionen la esfera de energía
llena de alegría para ellos.
En la esfera de un grupo cargado con sentimientos
elevados, las flores se abren y irradian su fragancia. Los
árboles crecen y extienden su belleza más allá de su ca-
pacidad habitual. Las animosidades y los sentimientos
duros se evaporan. Los bloqueos mentales y las actitudes
cristalizadas se funden y desaparecen.
Todo esto puede hacerse vertiendo sentimientos de
gratitud, aprecio y devoción hacia un líder, o aportando
un entusiasmo masivo a un plan o a un proyecto de gru-
po, o simplemente irradiando sentimientos benevolentes
en los momentos de fiesta.

80
Las familias tienen que pasar por ocasiones en que se
crea esa clase de ambiente, como por ejemplo durante los
cumpleaños, el Día de Acción de Gracias, las Navidades,
la Semana Santa o el momento de la graduación en los
estudios. La energía creada en tales ocasiones es una cla-
se preciosa de energía que mantiene, integra, anima y
protege a la familia.
Hay días santos y festividades nacionales. En ciertos
países, por ejemplo, hay acontecimientos de masas du-
rante los que toda la nación celebra a un héroe o a una
figura religiosa.
En algunos países democráticos, tales reuniones no
tienen lugar a nivel nacional, debido a diferencias de opi-
nión, sobre todo cuando ciertos grupos destruyen la dig-
nidad de las imágenes nacionales. Eso representa una
gran pérdida.
Un día, nuestro Maestro declaró que el enorme roble
que se levantaba en medio del patio de nuestro monaste-
rio era santo, y que cada año, en la luna nueva de mayo,
teníamos que organizar una cierta clase de festividad para
el árbol: música, danzas, grandes decoraciones de objetos
llenos de colorido, banderas, poemas, lecturas, etcétera.
Año tras año, los estudiantes y el grupo organizaron
grandes fiestas. El resultado fue inimaginable. Al viejo
roble le brotaron ramas nuevas y se regeneró por comple-
to. Un nuevo espíritu penetró en las filas de los estudian-
tes, un espíritu que aportaba más amor, respeto, aprecio,
cooperación, integridad y alegría.
Años más tarde, cuando me disponía a abandonar el
monasterio, el Maestro me dijo:

«Te has despedido de mí y de todos tus compañeros


de escuela y facultad, pero has olvidado despedirte de ...»

81
«¿De quién?»
«Bueno ...»
«Sí, sí, me había olvidado del árbol, de la sombra y la
belleza de las que he disfrutado durante tantos años.»

Corrí hacia el árbol, lo abracé y me despedí de él. En


ese momento, todo mi cuerpo se sintió cargado por algu-
na especie de electricidad. Las lágrimas brotaron de mis
ojos. Me resultaba mucho más difícil separarme del árbol
que de mis amigos.
Años más tarde, cuando le escribía a mi Maestro ha-
ciéndole comentarios sobre el árbol en una carta, él me
replicó: «El objeto de atención de la celebración, la ima-
gen de culto o la imagen de adoración no representa nin-
guna diferencia siempre y cuando se haya creado un
campo unificado de sentimiento hacia el objeto, hacia la
imagen». Más adelante, añadió: «Aquellos que deshon-
ran una imagen de adoración, una imagen de alegría y
adoración, o un objeto de devoción y elevado respeto son
verdaderos criminales, sin que importe dónde se encuen-
tra ese objeto, ya sea político, educativo, filosófico, artís-
tico, científico, religioso o financiero».
La gente crece, se desarrolla y alcanza alturas a través
de su adoración, aprecio y devoción. Los objetos que son
sagrados para ellos, los objetos que los elevan y animan,
no tienen que ser atacados, deshonrados o puestos en
desgracia. Tales objetos crean un foco de sentimiento, un
vértice de pensamiento, y un torbellino de energía psí-
quica que es necesario para el trabajo de transformación.
Así, hay que permanecer alerta y despiertos para que
la gente no se atreva a desgraciar y deshonrar de ningún
modo y por ninguna razón las imágenes populares o reli-
giosas, porque las naciones y los grupos avanzan gracias

82
al héroe que llevan en sus corazones. Destruir sus héroes
es como destruir sus corazones.
Hubo un grupo de personas en Asia que adoraba la
imagen de Satán. Ante nuestra sorpresa, uno de nuestros
Maestros se unió a ese grupo durante cinco años. Des-
pués de ese tiempo, la imagen de Satán fue cambiada por
la imagen de un arcángel.
Más tarde, el Maestro habló a menudo de su odisea.
En cierta ocasión dijo que habló ante el grupo y les
dijo que la verdadera naturaleza de Satán fue inicialmen-
te angélica, y que tenía cinco virtudes:

l. Unificaba a la gente en grupos.


2. Les enseñaba a sacrificarse los unos por los otros.
3. Les enseñaba a servir a un plan común.
4. Les enseñaba a perdonarse mutuamente.
5. Les enseñaba a convertirse en héroes.

El Maestro propuso que si realmente deseaban adorar


a Satán, tenían que practicar estas virtudes. Y escribió
ciertos rituales, canciones y ceremonias para ayudarles
en ese propósito.
Finalmente, ciertos miembros del grupo propusieron
alterar la imagen de Satán y poco a poco construyeron en
su lugar la imagen de un ángel.
Luego, nuestro Maestro concluyó: «Dejad que la gen-
te adore aquello que desee, pero tratad de llamar su aten-
ción hacia los significados más internos de su objeto o
religión, y tendréis así la oportunidad de convertir el ob-
jeto de su adoración en un objeto de transformación».
Así, no se debe atacar el objeto de adoración de los
demás, sino tratar de encontrar algo beneficioso en él y
llamar la atención sobre ese punto de belleza. Cada obje-

83
to de adoración puede convertirse en una fuente de ener-
gía capaz de transformar la naturaleza de quienes Jo ado-
ran.
Recuerdo que cuando estaba en Asia, en nuestro mo-
nasterio, un cierto político era adorado en muy alto grado
por su valentía, honestidad, nobleza y valor. Varios Maes-
tros que nos visitaron solían mencionarlo como modelo.
Un día circuló entre los estudiantes un artículo en el
que se hacían comentarios muy despectivos con respecto
a ese líder. Todo el cuerpo estudiantil cayó sumido en la
depresión. Durante un período de unas pocas semanas se
registraron nueve peleas, veinticinco personas sufrieron
resfriados, ciertos estudiantes mantuvieron furiosas dis-
cusiones con sus Maestros. Algunos estudiantes cortaron
ramas de árboles frutales; algunos arrojaron piedras al
estanque de los peces; se informó de que se habían co-
metido otros delitos, como cortar las líneas telefónicas,
dejar sueltos a los caballos, golpear a los asnos y destruir
unas pocas ventanas.
El Maestro jefe quedó sorprendido ante esta sucesión
de acontecimientos y convocó a los líderes del cuerpo es-
tudiantil a una reunión, para ver si podía hacerse algo
para restaurar la armonía en el monasterio. Se discutie-
ron varios casos, pero no se llegó a ninguna conclusión.
Cuando el Maestro jefe ya había dado la reunión por
acabada, un muchacho extrajo del bolsillo la copia del
artículo en el que se denostaba del líder. El Maestro le
echó un vistazo y dijo: «Un momento. Regresad. Conti-
nuemos la reunión».
A continuación explicó que aquel ataque contra el lí-
der había sido la causa de las perturbaciones ocurridas en
el monasterio y pronunció un largo discurso en el que ex-
plicaba cómo esa clase de ataque contra un líder al que

84
amábamos podía perturbar nuestro campo unificado de
energía psíquica, lo que había tenido como resultado que
se produjeran acontecimientos tan feos.
Al día siguiente pronunció una conferencia de dos ho-
ras acerca de cómo ciertas personas, impulsadas por su
propio interés, por los celos y el odio, eran capaces de
fabricar tales mentiras. A la semana siguiente invitó al lí-
der en cuestión a visitar el monasterio. Eso aumentó por
cien nuestra adoración hacia él. Fue algo increíble. El
monasterio volvió a recuperar la armonía, la alegría y el
espíritu de cooperación.
En aquellos tiempos la gente no creía que la difusión
de los delitos, de numerosas formas y a numerosos nive-
les, pudiera ser el resultado de que la gente perdiera la
imagen de sus ideas, héroes, estrellas y creencias debido
a la difusión de los ataques de que eran objeto.
Un día, un niño regresó corriendo junto a su padre:
«Papá, ¿hay ladrones en nuestro gobierno?».
«Sí, puede que los haya.»
«Entonces, detesto a nuestro gobierno», replicó el
niño, y se alejó.
Los antiguos solían decir:
«No humilles a un padre delante de su hijo, o a un es-
poso delante de su mujer.»
«No ataques a las imágenes de adoración.»
Esa clase de ataques destruyen la visión y la fe de la
gente, y aquellos que se ven privados de una gran ima-
gen, se convierten en delincuentes.
Naturalmente, pueden encontrarse fracasos en cual-
quier ámbito de actividad humana. En lugar de contar la
historia de sus fracasos, en lugar de difundir en la con-
ciencia pública las imágenes de fracaso de nuestros líde-

85
res, dejad que sean las autoridades las que se ocupen de
ellos.
La gente cree que toda verdad debe ser del dominio
público. Son muchos los que utilizan este argumento
para fabricar sus mentiras, sus invenciones y falsedades y
convertirlas en propiedad pública.
La gente no debe tolerar los ataques contra las imáge-
nes de su adoración religiosa, porque tales imágenes se
encuentran entrelazadas con su corazón y con la vida, y
sin esa clase de imágenes no se puede crear energía o
mantener su integridad.
Un gran ejemplo político de ello fue el caso de Rusia.
Durante la revolución de 1917, se produjo una extensa
destrucción de iglesias, mezquitas y templos. Se cometie-
ron asesinatos de líderes religiosos, que fueron pública-
mente presentados como personas caídas en desgracia.
Ahora hemos visto cómo la gente se ha desintegrado len-
tamente y ha caído en la corrupción, el soborno, el odio,
la escisión, etcétera.
Setenta años de comunismo no han sido capaces de
crear amistad, hermandad, respeto y cooperación entre
las diversas razas y naciones, y a la primera oportunidad
que se ha presentado para que surja la libertad, ha apare-
cido lo sucio.
Respete a las imágenes de culto de la gente y podrá
crear la armonía de cooperación entre aquellos cuyas
imágenes de culto son altamente respetadas y reconoci-
das.
Todo héroe, toda imagen pública se puede utilizar
como una oportunidad para crear fiestas públicas y para
producir energía.
El propósito consiste en crear un campo unificado de
energía psíquica. Nuestro Maestro demostró que hasta se

86
puede utilizar un árbol como objeto de festividades, para
generar una energía psíquica que sea capaz de alimentar,
sostener y proteger a los individuos, los grupos y las na-
c10nes.
Es importante que la gente experimente excitación,
amor, devoción y gratitud porque esos sentimientos crean
energía. Si un grupo está lleno de tales sentimientos, ese
grupo se encuentran en un campo de energía que purifica
y cambia a cada uno de los miembros que forman parte
del grupo.
Muchas de las personas que forman el grupo tienen la
sensación de que algo cambia en ellos cuando participan
en reuniones especiales. Se sienten fisicamente descansa-
dos y armoniosos. Incluso llegan a desaparecer muchas
de sus quejas fisicas; se sienten curados. Finalmente, ex-
perimentan armonía y alegría. Se sienten mutuamente
inspirados y elevados, sus horizontes espirituales se ex-
panden y todo su ser se ve cargado por un nuevo éxtasis.
Esos son los resultados de la energía creada por la unifi-
cación y la armonía de los sentimientos de grupo. Esa es
la razón por la que en ciertas fases de nuestra vida, como
el día del cumpleaños, el bautismo, el matrimonio, la
graduación en los estudios y diversos acontecimientos fe-
lices, nos sentimos totalmente elevados. Eso significa
que están cumpliendo con su función los sentimientos
acumulados de alegría, gratitud, aprecio, amor y respeto.
Las fiestas o festividades de grupo, las inauguraciones
y otras celebraciones públicas, crean una energía masiva
que puede transformar a una nación y librar al aura de
esa misma nación de numerosas acumulaciones negati-
vas.

87
10. Autoimageny liderazgo

Finalmente, la gente empieza a pensar y a darse cuenta


de que hay un método por medio del cual las personas se
programan, del mismo modo que programamos los dis-
kettes que introducimos en nuestra computadora para que
la hagan funcionar de una cierta forma. La computadora
hace exactamente lo que la programación le dice que haga.
Eso también es muy cierto para nosotros mismos. Año
tras año, vida tras vida, nos programamos a nosotros y
luego nos quejamos: «¿Por qué estamos haciendo esto?
¿Por qué suceden estas cosas? ¿Por qué esta miseria?
¿Por qué estos éxitos y derrotas?». No nos damos cuenta
de que la causa de todos esos sentimientos es nuestra pro-
gramación. Si un hombre se queja de lo que hace la com-
putadora, se equivoca. Lo que debe decir es que su pro-
gramación no es correcta, no es lo que él desea que sea.
Pero ¿quién creó la programación? Usted lo hizo. Una
vez que se haya dado cuenta de esto tendrá a su disposi-
ción el poder y el dominio sobre su propia programación.
No olvide que el liderazgo es maestría sobre todo aque-
llo que se está haciendo. Y sin programación no habrá li-
derazgo.

88
La programación le afecta a usted de las formas si-
guientes:

1. Su autoimagen controla toda su vida sin que usted


se de cuenta siquiera de ello. La autoimagen es la pro-
gramación. La forma en que se programa a sí mismo se
convierte en su autoimagen porque lenta, muy lentamen-
te, empieza a creer y a identificarse con la programación
que usted mismo ha creado. Eso se convierte en su auto-
imagen. Usted cree que aquello que ha programado es
usted mismo. La tarea consiste en alcanzar ese punto en
el que sienta que no es verdaderamente usted quien hace
todo lo que está haciendo, sino que eso lo hace su pro-
gramación. Y si comete algún error, tiene la sensación de
que no ha sido usted el causante, sino la programación.
Se trata de un logro muy sutil y heroico cuando se em-
pieza a dar cuenta uno de ello y a liberarse de la creencia
de que es usted quien hace esas cosas. En realidad, no es
usted. Es su propia programación. Encuentre la diferen-
cia entre usted y su programación.

2. La programación controla sus relaciones con los


demás. Por ejemplo, usted hace cosas, dice cosas, se
comportan de tal o cual modo, gasta bromas, hace afir-
maciones de tal o cual otro modo, y piensa que eso es
realmente lo que deseaba hacer. Pero si presta atención
descubrirá la existencia de una pauta, y se dará cuenta de
que está empleando esa misma pauta en todas sus rela-
ciones. Empezará entonces a atrapar la cola del ratón y a
comprender que aquí hay algo mal porque resulta que
hace lo mismo en ocasiones diferentes y en circunstan-
cias distintas.
Pero si no está realmente despierto y no puede darse

89
cuenta de sus pautas de comportamiento, un Maestro o
alguien le dirá que está haciendo cosas detestables. En-
tonces, le dirá: «Ya basta», y la primera persona a la que
usted atacará será el Maestro o el líder, porque tendrá la
impresión de que está tratando de separarle de su propia
programación, de separarle de las cosas que usted mismo
ha creado.

3. La programación controla el tipo de trabajo que


hace y cómo lo hace. Inmediatamente después de haber
cambiado el programa, su vida se convierte en algo total-
mente diferente. ¿Qué ha ocurrido? Alguien descompuso
su código de programación, o bien apareció un virus en
la programación.
En nuestra programación hay virus. Por ejemplo, per-
mítame crear un programa y lo verá: «La amo mucho. Es
usted la mujer más importante y hermosa creada en este
mundo, pero si se pone una falda de color rojo, la detes-
taré». Ese es el virus que hay en usted. Por un lado, está
entregado a esa mujer y sería capaz de hacer cualquier
cosa por ella, pero por el otro un buen día resulta que la
detesta. El virus ha aparecido.
Va a pensar en estas cosas y a experimentar cómo su-
ceden en su propia vida, cómo ejercen una influencia so-
bre usted. Lo que le ofrezco aquí son pequeñas indicacio-
nes de un principio muy importante.
Más tarde, a través de su propio pensamiento o me-
diante la ayuda de verdaderos profesionales que sepan de
estas cosas, puede liberarse de esa programación.
La mejor forma de hacerlo es ser consciente, antes
que nada, y darse cuenta de lo que está sucediendo. Una
vez que se haya dado cuenta, resulta muy interesante. Por
ejemplo, actúa usted de la misma forma en diversas si-

90
tuaciones. ¿Por qué sucede eso? En esa situación inter-
viene un programa y cuando usted se dé cuenta, encon-
trará los virus, las interferencias, los ladrones que existen
en la computadora. Constituye una tremenda alegría el
ver y comprender las cosas que están sucediendo en su
propia vida.
El virus es el anuncio negativo en la frase positiva que
distorsiona la imagen positiva cuando se ve activado,
pero no siempre se ve activado.
La reactivación se produce cuando aparecen ciertas
asociaciones que le incordian y la dicen: «De acuerdo, de
acuerdo, ella es buena, ella lo es todo, pero fijate en su
falda roja». En ese momento se desvanece todo lo de-
más.

4. La programación controla el flujo o retraso de sus


fuerzas y energías, de sus energías curativas. En reali-
dad, llega incluso a detenerla. Por ejemplo, impongo mis
manos sobre una mujer y trato de curarla. De repente,
observo su nariz. Recuerdo que, en el pasado, una perso-
na con esa misma nariz me produjo gran cantidad de pro-
blemas.
En ese mismo instante, mi pensamiento impide el flu-
jo de mi energía curativa. Eso significa que he permitido
que mi pensamiento interfiera en mi actividad, debido a
mi falta de concentración.
Su programación también controla las energías y fuer-
zas que llegan hasta usted. Por ejemplo, llega un rayo de
luz y se refleja sobre la pared. Eso es una línea directa, y
es hermoso. Si coloca delante de esa luz una película con
una caricatura verá aparecer en la pared la forma de un
personaje de caricatura. Se trata de la misma luz, de la
misma energía, pero el resultado es totalmente distinto

91
debido a su programación. Esa es la razón por la que, a
veces, una esposa le dice a su marido: «Te amo», y él le
dice: «Vete al infierno». «Créeme, te amo mucho.» «Vete
al infierno.» ¿Qué ocurre aquí? Hay en él una programa-
ción que traduce el amor que usted le expresa en odio.
Así de complicada es la mente humana.
Finalmente, mediante la verdadera concentración y me-
ditación, puede descomponer estas programaciones y
crear otras nuevas, después de un largo período de pura
observación de lo que está sucediendo. ¿Por qué hace us-
ted estas cosas? ¿A quién está sirviendo? Ese es el pri-
mer paso a dar. ¿A qué emociones sirve? ¿A qué planes e
ideas está sirviendo? De repente, abre usted la boca y
empieza a maldecir, a calumnias y odiar. ¡Alto, deténga-
se! Descubra a qué sirve antes de seguir. ¿Quién le con-
trola? ¿Qué le controla? Una vez que haya descubierto
eso, tendrá acceso a su programación y a su propia auto-
imagen. Llegará entonces el momento en que empezará a
desgarrar su propia autoimagen y a construir una nueva
porque no se puede existir sin tener una autoimagen.
Debe usted tener una autoimagen.
Su programación altera y cambia sus reacciones hacia
fuerzas y energías. Este cuarto punto afirma que la pro-
gramación cambia la traducción de las fuerzas y energías
que llegan hasta usted. Las energías llegan, pero usted
puede traducirlas para convertirlas en una caricatura re-
flejada en la pared, y todo ello debido a la programación.

5. La programación controla la interpretación y mani-


festación de las inspiraciones o impresiones que llegan
hasta usted, procedentes de fuentes superiores. Si quiere
entrenarse para asumir el liderazgo, tiene una gran res-
ponsabilidad. El Maestro, la jerarquía o las fuentes supe-

92
riores pueden enviarle mensajes: hazlo de este modo,
hazlo de aquel otro. Por ejemplo, M. M. habla como un
miembro de la jerarquía y dice que en diversas ocasiones
ayudamos a España, China, Estados Unidos, pero quie-
nes recibieron nuestros mensajes no fueron capaces de
traducirlos, o hicieron una traducción falsa.
Para realizar este trabajo, el líder debe hallarse rodea-
do de personas capaces de traducir lo que él quiere decir.
En segundo lugar, debe disponer del equipo mediante el
que poder traducir las cosas que se le ofrecen. ¿Cómo
puede un comandante dirigir una guerra si la gente que le
obedece no comprende sus órdenes, o si él no puede
comprender las órdenes que recibe del centro?
Una vez más, volvemos a la concentración y a la pre-
paración.
Su programación cambia o altera la dirección de la
inspiración e impresión procedente de fuentes superiores
o, en el mejor de los casos, puede traducir con exactitud
lo que le llega y lo que usted ofrece a los demás. En el
futuro, dispondremos de una gran universidad en la que
se entrenará a los líderes de acuerdo con estos ideales.
Así es como puede producirse el cambio en la Tierra. No
tenemos todavía un verdadero liderazgo. Los líderes más
grandes que aparecieron fueron Buda, Cristo y Krishna,
pero no los tradujimos correctamente debido a la progra-
mación de nuestras computadoras.

Preguntas y respuestas

¿Por qué prestamos tanta atención a los


PREGUNTA:
virus?
RESPUESTA:
No es que les preste atención, sino que los

93
virus aparecen. Por ejemplo, recibe la fotografia de un
amigo y empieza a pensar: «Qué atractivo es. Siempre ha
sido así. Fíjate en su cabello, en sus ojos. Es muy atracti-
vo, y hoy se encuentra en un gran barco, dedicado a can-
tar acompañado por su guitarra». Entonces, de repente,
observa un anillo en su dedo: «Oh, resulta que se ha ca-
sado. Me está engañando y me ha engañado en el pasa-
do ...». La bomba acaba de explotar. La asociación vuelve
a estimular a los virus, y los virus explotan y socavan
toda su programación.
El liderazgo significa dominar a los virus, o construir
programas que no tengan virus.

PREGUNTA: ¿ Qué hace el virus para usted?


RESPUESTA: El virus borra por completo o distorsiona
la programación que usted tenía. Y si no tiene ninguna
programación, su computadora se detiene.

PREGUNTA: ¿Es el virus básicamente una división?


RESPUESTA: No, una división es algo más peligroso.
Una interrupción es más peligrosa porque en ocasiones,
cuando se produce, el hueco se llena con fuerzas oscuras,
fuerzas astrales procedentes de niveles psíquicos, y en-
tonces tendrá verdaderas dificultades para analizarla.
Quienes se encuentran asociados con mediums y canales
se darán cuenta especialmente de que en realidad están
perturbando muchas cosas en su computadora. Es posible
que eso no surja ahora en su computadora, pero saldrá
más tarde a la superficie.

PREGUNTA: En la teoría de la gestión se nos enseña


que cuando se critique a alguien hay que empezar por
un cumplido sobre algo que ha hecho bien, para decirle

94
luego lo que ha hecho mal y terminar afirmando que es
un buen empleado. ¿Está eso en armonía con lo que aquí
se dice?
RESPUESTA: Esto está bien, pero yo lo denomino cos-
mético, enlucido. En estos momentos, el mundo de los ne-
gocios se halla preocupado por lo cosmético, por el enlu-
cido. Todavía no son reales, pero eso es lo que se avecina.

PREGUNTA: Parece que los virus reactivan los circuitos


de programación si no estamos despiertos. ¿ Tenemos
realmente programas para recibir ciertas cosas?
RESPUESTA: No tenemos programas. Somos nosotros
los que creamos los programas.

PREGUNTA: ¿ Cómo se hallan relacionados la auto ima-


gen y el autorrespeto?
RESPUESTA: Todo aquel que tiene una autoimagen exi-
ge respeto o impone respeto. Pero si la autoimagen es de
orden inferior, el respeto exigido puede parecer ridículo.
Si su autoimagen es hermosa y a usted le gusta, evoca
respeto para sí mismo. Si la autoimagen le conduce a te-
ner problemas, le sume en la miseria y el dolor, hace que
la gente demuestre falta de respeto por su autoimagen.
Usted se queja y dice: «¡Vuelvo a hacer esto y aquello!».
Oigo hablar continuamente a personas que se quejan de
sí mismas. Es una verdadera alegría oír de vez en cuando
a alguien que dice: «Soy hermoso». En un caso así, es
precisamente esa autoimagen la que lo hace sentirse feliz.

PREGUNTA: ¿Está diciendo que no sólo es importante


tener una programación consciente y positiva, sino que
también hay que descubrir y desprogramar los virus que
ya hay en la computadora.

95
RESPUESTA: Exactamente, pero hay algo que debe re-
cordar. Cada vez que construye una autoimagen, ésta es
igual al nivel en el que se encuentra en ese preciso mo-
mento. Cuando su nivel cambia, cuando su necesidad
cambia, la programación también tiene que cambiar.
Imagine que empieza un pequeño negocio. Su progra-
mación es exquisita para ese negocio en concreto. Luego,
se transforma en una gran empresa multidimensional.
Entonces, aquel diskette inicial, aquella autoimagen ya
no funciona. Pero la miseria de la gente consiste en que
son muchos los que continúan aferrados a su antigua
autoimagen a pesar de encontrarse en nuevas situaciones
para las que ya no funciona la antigua programación. No
desean abandonarla. Por eso decimos: «Cambie su carác-
ter. Esta es la nueva era». Pero usted protesta y dice:
«Oh, yo ya estoy en la nueva era», al mismo tiempo que
sigue haciendo las mismas cosas que hacía la gente hace
cinco millones de años.
El gobierno también tiene una autoimagen. Es algo
heredado. Combinan las programaciones. Un presidente
se la traspasa al siguiente presidente, y así sucesivamen-
te. ¿Qué estamos haciendo? Estamos perpetuando un ni-
vel que fue creado hace diez millones de años. ¿Durante
cuánto tiempo vamos a perpetuar programaciones tales
como la guerra? Hay quienes piensan que los problemas
deben solucionarse mediante la guerra. Eso es algo pro-
fundamente arraigado en ellos. Ninguno de los grandes
líderes piensa que haya otras alternativas.
Lo que tienen que hacer los líderes en el futuro es
aplicar la programación secuencial. No pueden decir:
«Por otro lado ...». No hay ningún otro lado. Alguien
dice: «No tenemos que permitir que la gente consuma
drogas· alucinógenas, pero por el otro lado ...». De ese

96
modo acaba de destruir su afirmación inicial. Ahí existe
un VIrUS.
También se puede observar algo más. Lea libros y ar-
tículos y vea si hay concentración, si hay enfoque, si exis-
te poder en ellos. ¿Hay virus en ellos? ¿Están siguiendo
una programación distorsionada en sus artículos? Sí. Por
ejemplo, en ocasiones leo algo en el periódico sobre las
revisiones políticas. ¡Oh, Dios mío! Algunas de sus pro-
gramaciones están totalmente distorsionadas. Inmediata-
mente me doy cuenta del porqué. ¿Por qué me doy cuen-
ta? Porque me observo a mí mismo. Aprendo de mí
mismo y aprendo de los demás.

97
11. Imágenesdestructivas

Hay muchas clases de imágenes que no debe usted


construir. Tiene que trabajar muy duro para no construir-
se esa clase de autoimágenes.

l. La autoimagen del no puedo. Cada vez que se dice


estas palabras, consciente o inconscientemente, está cons-
truyendo su programación. En cualquier momento o si-
tuación en que se dice consciente o inconscientemente
«No puedo hacerlo», está creando la imagen del no puedo.
Más tarde, al hacer una afirmación fuerte como: «Voy a
tener éxito», su programación negativa actuará como un
virus y mientras intenta tener éxito se dará cuenta de que
hay algo en su programación que actúa en contra de sus
decisiones para alcanzar éxito.
A partir de ahora va a llevar mucho cuidado y a man-
tenerse vigilante si en ciertas situaciones o circunstancias
se dice: «No puedo hacerlo». No tiene ninguna importan-
cia lo que diga a continuación a ese momento, pero si se
desliza en su programación se encontrará en ella con un
gran virus. Esa es la razón por la que fracasa la gente, a
pesar de que tienen toda clase de talentos y oportunida-

98
des para llegar a ser alguien o algo. Cuando están a pun-
to de tener éxito, aparece un pequeño virus y todo se va
al traste. A partir de ahora, y sin que importe lo que hizo
en el pasado, lleve mucho cuidado y no se diga a sí mis-
mo: «No puedo hacerlo», ni siquiera en broma.
Por ejemplo, llegó el jefe y le entregó cincuenta cartas
y le dijo: «Las quiero terminadas dentro de una hora», y
usted dijo: «No puedo hacerlo». Pues bien, al decirle eso
al jefe tenía realmente razón, pero en su programación
subconsciente quedó registrado como «No puedo hacer-
lo». En lugar de decir eso, limítese a decir: «Bueno, haré
todo lo que pueda». Decir «haré todo lo que pueda» es
una afirmación positiva y también demuestra la condi-
ción de la relación existente entre usted y el jefe. Le está
diciendo: «Esto es demasiado», pero no le dice que «no
puede hacerlo». Observe lo sutiles que son las cosas, es-
pecialmente en el liderazgo.
Supongamos que tiene usted un líder que cada día,
ante ciertas situaciones, dice: «No puedo hacerlo». Lle-
gará un momento en que la imagen del líder en su mente
aparecerá rodeada de un «No puedo hacerlo», y llegará
usted a la conclusión de que si él no puede hacerlo, no
es un líder y, por tanto, lo rechazará. Ningún líder puede
ser poderoso y servir en una posición de liderazgo si en
su mente abriga pensamientos de «No puedo hacerlo».
La gente no le puede apoyar. La gente se reúne alrede-
dor de líderes que dicen: «Podemos, quizá no ahora,
pero más adelante podremos. Dentro de cinco años, den-
tro de cincuenta años, dentro de tres vidas lo haremos».
Pero si usted dice: «No puedo hacerlo, no podemos ha-
cerlo», la gente pensará: «¿Qué vamos a hacer aquí con-
tigo?».

99
2. La imagen del soy estúpido. Seguramente, habrá di-
cho en varias ocasiones: «¿Sabe? En mi vida hice cosas
realmente estúpidas. Sé que soy un estúpido», o quizá
haya bromeado diciendo: «Soy un estúpido, soy un estú-
pido». Imagine cuántas veces habrá repetido la misma
frase, en distintas combinaciones y relaciones, a lo largo
de los últimos quince o veinte años. Esas combinaciones
y relaciones son como ladrones o trampas que se asocian
con recuerdos en usted, y que le atrapan. 1

3. La imagen del no puedo comprender. La mayoría


de la gente dice: «No puedo comprender lo que está ha-
ciendo». Su conciencia capta solamente la frase «no pue-
do comprender», y el resto no queda registrado porque el
resto no le pertenece a usted. Usted siempre registra:
«No puedo comprender». Lo que haga el otro no forma
parte de ello, porque no le pertenece a usted. Observe es-
tas cosas. Es muy interesante hacerlo.

4. La imagen del no puedo ser un líder, o la imagen


del no puedes ser un líder. Alguien se lo dice a usted, o
usted se lo dice a sí mismo. Quizá se lo digan su profe-
sor, su sacerdote, su madre o su padre. Quienes piensan
que el liderazgo es algo que pertenece a otros, actúa
como vejas y sigue ciegamente a los líderes. Dependen
de los demás y desarrollan numerosos complejos menta-
les. La mejor forma de ayudarles consiste en encargarles
tareas sencillas e inducirles a hacer las cosas lo mejor
que puedan. Gradualmente, pueden entrenar a animales,

1. Para información más detallada sobre la formación de cadenas de


recuerdos, véase La mente subconsciente y el Cáliz.

100
enseñar a bailar a los niños, dirigir a un grupo de excur-
sión por la montaña. Eso les permitirá comprender que
es posible crearse una nueva imagen de liderazgo.

5. La quinta imagen que no debemos construir es la


autoimagen del estoy derrotado. En realidad, el único ca-
paz de derrotarle es usted mismo. Nadie puede hacerle
fracasar si usted no ha preparado previamente su propio
fracaso.
Esta autoimagen surge incluso a la superficie cuando,
debido al karma y forzado por las circunstancias, consi-
gue ser victorioso. Incluso en la victoria, no disfruta us-
ted con la victoria y se sigue sintiendo miserable y derro-
tado.
Si las imágenes negativas del «estoy derrotado» o «he
fracasado» se repiten continua y verbalmente, y quedan
registradas en su conciencia, va a quedar finalmente de-
rrotado porque eso es lo que está haciendo su programa-
ción.
Hay otra serie de imágenes que son muy similares.
«No puedo hacerle comprender», «No puedo conseguir
que el otro tenga éxito». Y eso va más y más profunda-
mente. Cada imagen negativa aumenta y se convierte en
programación porque permanece en la superficie con hi-
los conectados relacionados con los elementos subcons-
cientes. Luego, el subconsciente absorbe event~almente
todos los elementos que se encuentran almacenados.

6. Luego se tiene la autoimagen de no puedo tener


éxito. Eso es una acumulación de fracasos pasados que
eventualmente forman una autoimagen. Si no se libra de
ellos, sentirá que ha fracasado y que es pobre, aunque lo-
gre tener éxito como consecuencia del karma o de las

101
circunstancias, heredando, por ejemplo, una gran canti-
dad de dinero. La autoimagen del no puedo tener éxito le
conduce a una gran avidez, aunque esté nadando en un
océano de riquezas.
Son muchas las personas que tienen este virus. Inclu-
so hay personas que le rodean y que se lo imponen.
Cuando dijo usted una sola vez: «No puedo tener éxito»,
y oyó que los demás lo repetían cientos de veces, el virus
se hace más y más grande, hasta que termina por creer
que no va a poder tener éxito. A la mayoría de nosotros
nos sucede eso. 2

7. La siguiente autoimagen que no tenemos que cons-


truir es la del no puedo comprender o no puedo aprender.
Inicialmente, la mayoría de la gente es muy inteligente,
pero cuando actúa bajo los efectos de esta clase de ima-
gen se convierten en personas muy estúpidas.
Hubo una vez un joven que tenía esta clase de auto-
imagen. Estuvo conmigo durante varios meses. Cada día
le hacía ver que era capaz de comprender y de aprender.
Pocos meses más tarde ingresó en la universidad para es-
tudiar.

8. La autoimagen del no puedo ser victorioso. Una


persona se dice a sí misma: «No puedo ser un pianista»,
aunque quizá tenga verdadero talento para ello; «No pue-
do ser un escritor», a pesar de que sepa escribir maravi-
llosamente. Alguien, o él mismo introdujo sugerencias
posthipnóticas en su mente y él desarrolló lentamente esa
clase de imagen.

2. Véase también Dinámicas de éxito.

102
Conocí a un muchacho que tenía una autoimagen de
no puedo ser victorioso. Durante dos meses, jugué a las
cartas con él y le hice ganar. Corrí diariamente con él
cinco kilómetros diarios, y al final le hice ganar. Durante
un año fue ganando lentamente en formas tan diversas
que empezó finalmente a cambiar su autoimagen.
Debemos tener escuela especiales para salvar a niños
que se han construido esta clase de imágenes.
Después de que una persona haya comprendido con
suficiente claridad esta clase de autoimágenes negativas,
veremos cómo desarrolla de modo natural autoimágenes
positivas, poco a poco, construyéndolas sobre sus expe-
riencias concretas y prácticas.
Los líderes y los maestros pueden ayudar en la conti-
nuación del desarrollo de estas autoimágenes positivas.
Por ejemplo, podemos construirnos una autoimagen
mediante la que:

1. Estemos convencidos de que no hay límites para el


éxito, la belleza, el servicio, la honestidad, siempre
y cuando se trabaje duro.
2. Estemos convencidos de que tendremos salud, feli-
cidad y viviremos una larga vida, siempre y cuan-
do observemos las reglas de la salud y no despilfa-
rremos energías.
3. Estemos convencidos de que podemos encontrar
las claves de los tesoros de la sabiduría y el apren-
dizaje en otras partes de la naturaleza, en los li-
bros, y en los Maestros.
4. Estemos convencidos de que la naturaleza y la vida
nos aman y necesitan que cooperemos con sus pla-
nes.

103
5. Estemos convencidos de que ni la calumnia ni la
traición nos desanimarán, pero que aprenderemos
una gran lección de los demás, y hasta utilizaremos
sus actitudes negativas para mejorar nuestra natura-
leza.
6. Estemos convencidos de que estamos formados por
la Imagen de la fuerza creativa todopoderosa, de
modo que nuestras posibilidades son ilimitadas.
7. Estemos convencidos verdaderamente de que nun-
ca hemos fracasado, sino que hemos aprendido lec-
ciones y acumulado experiencias.

Tenemos que intentar construir cada día esta propia y


nueva imagen, y destruir la imagen del pasado que sea
vieja, negativa, retrogresiva, pobre, miserable y fea.
Al pensar cosas negativas sobre los demás, se constru-
ye uno una imagen fea sobre sí mismo.
No debemos proyectar estas imágenes negativas sobre
los demás, como por ejemplo ese hombre no puede hacer
nada, porque entonces incluimos esa imagen en nuestra
propia naturaleza.
Sea cual fuere su autoimagen, eso es lo que es o va a
ser en vidas futuras.
Construir una imagen de éxito en su mente no signifi-
ca soñar con un gran éxito y prosperidad o logros; esas
cosas surgen después de que haya aparecido la imagen de
éxito. 3
Para construir una imagen de éxito tiene que encon-
trar en el campo de su memoria aquellos momentos en

3. Para más información, véase Dinámicas de éxito.

104
los que tuvo éxito en algo, en alguna parte, sin que im-
porte lo pequeño que hubiera podido ser ese éxito.
Toda experiencia de cualquier pequeño éxito en el pa-
sado formará parte de su propia imagen de éxito.
Cada vez que vuelve a experimentar una imagen de
éxito de su pasado, libera energía en su sistema.
Naturalmente, debe darse cuenta de que todos los
acontecimientos de éxito se hallan en armonía con la Be-
lleza, la Bondad, la Rectitud, la Alegria y la Libertad. Si
su éxito no se basa en estos cinco fundamentos, será en
realidad la semilla de futuros fracasos.
Si quiere crear una imagen de éxito, sus imágenes de
éxito tienen que basarse sobre cuatro pilares fundamenta-
les:

• Visión
• Valor
• Razonamiento
• Lógica

Hay una diferencia entre la imagen de éxito construi-


da a partir de elementos de éxito del pasado, y una ima-
gen de éxito construida con su imaginación creativa.
Construir la autoimagen a través de la imaginación crea-
tiva y la visualización tiene que estar equilibrado con el
uso de un método para recordar sus experiencias positi-
vas y volverlas a vivir en su imaginación creativa.
Si las experiencias concretas no están en consonancia
con el trabajo de la imaginación creativa, entonces puede
construir imágenes bajo las que no pueda soportar el
peso y la presión y se pueda desmoronar.
Una autoimagen no se puede construir en un día. Las
experiencias, los recuerdos de éxito y de victoria del pa-

105
sado, la imaginación creativa y la visualización, además
del esfuerzo o de la realización de un verdadero esfuerzo
por destruir barreras, consiguen cambiar lenta, muy len-
tamente, el fundamento de la sustancia de su ser.
Una imagen superior necesita de una sustancia igual-
mente superior. No puede impresionar una autoimagen
superior sobre las sustancias que construya a partir de
una autoimagen de fracaso.
Todos los fracasos y derrotas no son más que tempo-
rales. Cuanto antes comprenda las causas de su fracaso y
su derrota, tanto más rápidamente entrará por el camino
del éxito y de la victoria.
La victoria y el éxito no tienen que medirse por las re-
acciones o respuestas del público. Usted tiene éxito:
• Si tiene un mayor control sobre su personalidad.
• Si puede ayudar a más personas.
• Si sus planes se están desarrollando.
• Si es capaz de destruir más hechizos, ilusiones, va-
nidad, separatismo y avidez.
• Si se deja manipular menos por la vida.
• Si se esfuerza siempre por avanzar hacia el futuro.
• Si tiene esperanza.
Algunos éxitos no pueden alcanzarse sin:
• autoabnegación
• autosacrificio
El éxito no es algo en el que el resultado dependa de
usted. El éxito es abundancia, libertad y progreso por el
camino de la perfección.
El éxito no debe medirse por el resultado, sino por la
medida del esfuerzo. A veces, se puede alcanzar el éxito
perdiendo.

106
Preguntas y respuestas

PREGUNTA: ¿Está bien perdonarse a sí mismo por ha-


ber hecho algo realmente estúpido, cuando uno se da
cuenta de que no es realmente ningún estúpido, al decir-
se, por ejemplo: «Eso fue una estupidez y debería haber
sabido hacerlo mejor»?
RESPUESTA: No vuelva a repetir nunca esa frase. Pun-
to. Cada vez que se humilla a sí mismo, se derrota y no
espera el éxito de sí mismo. Eso sería como cortarse la
cabeza y decirse: «Voy a permanecer vivo». ¿Cómo va a
permanecer vivo si se corta el cuello?

PREGUNTA:Cuando se observa a sí mismo realizar


una acción que es una mala programación, ¿cómo reco-
noce que ha hecho algo mal y espera no tener que volver
a repetirlo?
RESPUESTA: Sí descubre que era malo, entonces sabe
que era malo. Si era malo, la forma de corregirlo depende
de usted. O bien lo repite, lo detiene. Detenerlo resulta a
veces dificil porque el coche va cuesta abajo. Ir «cuesta
abajo» significa que sigue el camino de la menor resis-
tencia, lo que significa adquirir hábitos. Los hábitos se
apoderan de uno. Si vigila lo suficiente durante un perío-
do de tiempo y dice: «Detesto lo que sucede, y no me
gusta», entonces, finalmente, creará suficiente resistencia
como para romper con el hábito.

PREGUNTA: ¿Se puede retroceder al incidente y repro-


gramarlo según la forma en que debería haberlo hecho?
RESPUESTA: Puede hacerlo aumentando el poder de su
imagen positiva.

107
PREGUNTA: Me siento confundido sobre la programa-
ción de un virus. Tengo la sensación de que si se tiene un
mal programa y se eliminan los virus, se puede tener una
buena programación.
RESPUESTA: Es lo mismo. Si tiene una mala progra-
mación, «malo» significa que pone virus en ella, la debi-
lita o no responde a sus necesidades.
Supongamos que crea usted un programa maestro. Si
dispone de ese programa maestro pero pone en él uno o
dos virus, cuando logra descubrirlos la programación tie-
ne un gran valor. Si no encuentra los virus, hasta la me-
jor programación resulta inútil porque terminará por de-
rrotarse a sí misma. Esa es la razón por la que en algunos
monasterios se buscan estos «virus».
Con el transcurso de los años de nuestra vida, a través
de incontables situaciones diferentes, nos decimos una y
otra vez, por ejemplo: «No puedo hacer esto de la mane-
ra correcta». Hay tantas asociaciones conectadas con este
virus que el «no puedo hacerlo» surge una y otra vez, sin
que importe lo que hagamos. Todo aquello que hacemos
en nuestra vida y que no podemos hacer de la forma co-
rrecta surge así porque tenemos demasiadas asociaciones
conectadas con ello.
Permítame demostrárselo con algunos ejemplos: «No
puedo salir contigo. No me gusta tu cabello», «No pue-
do hacer estas cosas porque llevas los zapatos blancos»,
«No puedo hacerlo porque has colgado algo ahí», «No
puedo hacerlo porque tienes el lápiz rojo», «No puedo
hacerlo porque tu piel es blanca». Supongamos que se
encuentra usted entre un gran grupo de gente. Imagine
cuántos virus podría activar la imagen del «no puedo»:
cabello, negro, blanco, rojo, etc. Cada vez que ve usted
una camisa negra se activa el «no puedo». Es corno una

108
reacción en cadena. Se pone en marcha inmediatamente.
Sólo se trata de un «no puedo hacerlo», pero la asocia-
ción con cosas diferentes hace que aún sea mucho más
dificil de desprenderse de él.
Un día, mi Maestro me dio el ejemplo siguiente: «A
un Maestro se le acercó un discípulo que trajo un gran
vaso de agua con tierra. "Maestro", dijo el discípulo,
"mirad este vaso. Está lleno de barro. ¿Cómo podemos
quitarle el barro al agua?". A lo que el Maestro replicó:
"Oh, oh, oh, déjalo sobre la mesa, siéntate y empieza a
leer este libro". Cuando el discípulo terminó de leer el li-
bro, se dio cuenta de que todo el barro se había deposita-
do en el fondo del vaso». La historia significa que debe-
mos entrar en la paz, la tranquilidad y el silencio para
descubrir nuestra verdadera naturaleza.

PREGUNTA: ¿Hay alguna forma de que podamos des-


prendernos del virus?
RESPUESTA: Sí, la hay, pero tiene que ser capaz de ha-
cerlo. Habitualmente, cada programación se construye so-
bre un plano o un nivel. Al elevar su conciencia a un plano
o nivel superior y crear un nuevo programa, y al ponerlo
en funcionamiento en el nivel donde se hallaba construida
la vieja programación, se puede desconectar por completo
la antigua programación. Cuanto más elevado sea el nivel
de su programación, tanto más poder pondrá en ella.
Usted afirma, por ejemplo: «No puedo hacerlo porque
tengo miedo». Eso significa que se encuentra en el plano
emocional. Ahora intente penetrar en el plano mental y
analice la frase «No puedo hacerlo», y formule delibera-
damente pensamientos como «Puedo», y descalifique su
antigua afirmación emocional. Es posible que pueda des-
conectar del plano mental la «forma» negativa construida

109
sobre el plano astral. Cuanto más fuerte sea su forma
mental, antes se verá libre de su afirmación emocional.
Las formas mentales se pueden erradicar mediante
planos mentales superiores, y así sucesivamente.
Otro método consiste en enfocar su conciencia sobre
su Ángel Solar y dejar de enviar energía con la que ali-
mentar formas construidas sobre planos inferiores. Tam-
bién puede emplear el ejercicio de retirada por el que se
eleva hacia su Yo divino, el Único, y de ese modo se ale-
ja de su identificación con sus imágenes antiguas.
En tal caso, todavía mantiene su relación con sus ve-
hículos inferiores, pero sin tener una autoimagen falsa.

PREGUNTA: Trabajo en un programa psiquiátrico y


puedo comprender lo que está diciendo sobre no agitar
toda la basura, pero en ocasiones tenemos a una gran
cantidad de pacientes que han reprimido profundamente
cosas que son casi como abscesos que necesitan abrirse
y limpiarse. ¿Recomienda usted eso?
RESPUESTA: No. Ahí es donde difiero de la creencia
común. Su mente subconsciente es como un gran cubo de
la basura. Su mente consciente es como una pequeña vela
y desde esa vela hay una mecha que se extiende hasta el
cubo de la basura. Al empezar a practicar la meditación, la
meditación científica, esa mecha selecciona diversos ma-
teriales del subconsciente, los sublima, los transforma y
los hace arder, así que usted se libra de ellos. La mente sub-
consciente queda limpia a través de la meditación. Si agita
usted el subconsciente y lo hace salir a la superficie y lo
deja mudo, en realidad está causando futuras dificultades. 4

4. Véase Nuevas dimensiones en curación y La mente subconsciente


y el Cáliz.

110
Pero tómeselo con calma. Proceda lentamente con su
meditación o disciplina espiritual. No intente ser perfecto
en un corto período de tiempo. En ocasiones necesita
acumular una gran cantidad de energía y sabiduría para
dar el siguiente gran paso hacia adelante.
La meditación no es más que la luz de una lámpara. A
medida que su lámpara arde con llama más clara y lim-
pia, significa que su mente subconsciente pronto estará
preparada para agotarse.
La meditación continua, perseverante y rítmica es la
mejor forma de limpiar nuestros elementos subconscien-
tes.

111
12. Construcciónde buenas
imágenes

La primera imagen con la que va a relacionarse siem-


pre y que va a construir dentro de usted es: No hay lími-
tes a mi éxito. Si esta imagen se incrementa, la basura
del subconsciente que dice: «Siempre fracasaré», termi-
nará por salir y quemarse. Los opuestos se atraen y el
opuesto que sea más fuerte será la fuerza dominante que
haya en usted. Esa es una de las leyes mentales. Los
opuestos se atraen entre sí. El opuesto que sea más fuerte
será el que controlará al otro y terminará por devorarlo y
aniquilarlo.
Junto con esta primera imagen también hay otras: No
hay límites a mi belleza, a mi poder, a mi servicio.
Va usted a construir este programa. Cuando se progra-
ma a sí mismo de ese modo, es imposible que fracase
porque esta programación mental tiene poderes especia-
les.
Un programa mental es como un disco magnético que
atrae desde el espacio las correspondientes frases, formu-
laciones o programación. Se hace usted más y más fuerte
y tiene mayor éxito porque atrae hacia sí más y más for-
mas de pensamiento de ese tipo, o aquellas energía de

112
pensamiento que se hallan relacionadas con su éxito, su
belleza y su victoria.
Tal actitud positiva tiene fundamento porque esencial-
mente es usted una chispa divina en la que existen todos
los potenciales. Lo único que necesita es ser consciente
de ello y liberar gradualmente al gigante dormido que
hay en usted. Tiene que ser un proceso gradual porque
sus vehículos de personalidad necesitan tiempo para cre-
cer, transformarse y ajustarse a la gloria que se está des-
pertando en usted.
Es realmente posible para usted desplegar su divini-
dad.
La negatividad es negar todas las posibilidades que
existen dentro de usted.
La segunda imagen es: Viviré una vida larga, saluda-
ble y feliz. En esta categoría nos encontramos continua-
mente con millones de pensamientos de autoderrota. En-
gorda usted un poco y se dice: «Me estoy muriendo».
Pierde usted diez kilos y se dice: «Ah, me voy al otro
mundo».
¿ Qué va a hacer? Va a pensar siempre de una forma
optimista. Si experimenta un pequeño dolor en la nariz,
se cree que ya se le está desarrollando un cáncer. Pues
bien, recuerde que al pensar así, eso es lo que está po-
niendo en el diskette. Va a encontrar siempre una forma
de no admitir que va a morir, que va a ponerse enfermo,
que va a tener problemas porque cuando su computadora
está programada por el temor de morir prematuramente,
eso es lo que va a suceder. Esa es la razón por la que se
dice que «aquello que se terne, es lo que sucede en su
vida». Usted ya lo ha programado, y por eso sucede.
Lo siguiente es: Puedo encontrar las llaves del tesoro
de la sabiduría. Va a tener fe en sí mismo y a construirse

113
una imagen según la cual si el Maestro muere, si le son
arrebatados los libros, si le quitan las lecciones, todavía
podrá encontrar el tesoro de la sabiduría porque ese teso-
ro es Dios y Él está dentro de usted. Siempre se tiene ac-
ceso a ese tesoro pero sucede con demasiada frecuencia
que la gente se siente desesperanzada, desanimada y deja
de buscar la sabiduría porque el que los estaba alimen-
tando desapareció o se negó a continuar.
Toda la naturaleza me ama, me respeta y me necesita.
Esa es la siguiente imagen. Inmediatamente se siente un
poco cabizbajo y deprimido y se dice: «Nadie me ama.
Todo el mundo me detesta». Naturalmente, todos le van a
detestar porque es usted mismo quien evoca esa clase de
reacción. Ahora, en cambio, va a desarrollar la imagen
de que todo el mundo le ama.
Había un director que solía acudir a nuestra fábrica.
Era un ingeniero mecánico muy habilidoso. Durante unos
pocos días estuve con él en una ciudad a la que acudimos
para efectuar unas reparaciones en unas máquinas de va-
por. Yo me había graduado como ingeniero mecánico en
un curso de ingeniería de máquinas de vapor después de
lo cual se me asignó como ayudante de este hombre.
«Tengo la sensación de que todo el mundo será negativo
con respecto a nosotros», me dijo. Y él era tan negati-
vo que puso en todos los que le rodeaban el virus de la
negatividad y los demás también adoptaron actitudes ne-
gativas.
Un día le dije: «Hoy no hable, no diga nada, hasta que
yo le diga lo que hay que hacer». A lo que él me contes-
tó: «Está bien. Ya verá lo que sucederá». Entré en el ta-
ller y dije: «Vaya, son ustedes magníficos. Tenemos un
gran trabajo que hacer. Hagámoslo. Podemos terminarlo
en muy poco tiempo». Todo el mundo se organizó para

114
trabajar juntos. Lo hicimos todo y lo terminamos todo.
Luego, le pregunté a mi amigo: «¿Qué le ha parecido?».
A lo que él me contestó: «No fue usted, sino que real-
mente se trató de un milagro». Sí, efectivamente, fue un
milagro.
La quinta imagen es muy importante y en ocasiones
nos destruimos a nosotros mismos, nuestra felicidad o
salud si no tenemos esa imagen, pero finalmente vamos a
conquistarla. Esta programación hay que hacerla a un ni-
vel muy profundo de nuestra alma: Ninguna calumnia,
ninguna traición me va a desanimar de tener mi imagen,
pero aprenderé grandes lecciones de ello y hasta podré
mejorar mi propia naturaleza. Cualquier calumnia, cual-
quier traición es un esfuerzo realizado por los demás
para construir dentro de usted un programa nauseabundo
con el que destruirlo. ¿Qué es la murmuración? ¿Qué es
la calumnia? Es una imagen que construyen los demás
para proyectarla dentro de usted y hacer que la utilice en
usted mismo. Una vez que empiece a creer en lo que di-
cen los demás, o en lo que piensan o se imaginan, ya se
encontrará atrapado en su programación. Cada mañana
se va a decir a sí mismo que no permitirá que esas cosas
le afecten, y mientras tanto se va a mostrar sensible a lo
que digan los demás siempre y cuando haya un poco de
verdad en ello. Puede decir: «Bueno, sé que he cometido
unos pocos errores, pero eso no es nada. Voy a corregir-
me». Pero no va a aceptar por completo lo que dicen de
usted porque lo que dicen no es la pura verdad. Hay sen-
timientos maliciosos, odio y destrucción en la imagen
que le envían.
La sexta imagen es que Estoy formado por la imagen
de la fuerza creativa todopoderosa, de modo que mis po-
sibilidades son ilimitadas. Puede observar que todas es-

115
tas cosas que está programando son realmente ciertas.
No son enlucido. No son son artificiales. Son ciertas por-
que, esencialmente, es usted una chispa del Espíritu to-
dopoderoso. Todo lo que Él ha creado y todo ese poder
creativo están dentro de usted, de modo que no se está
hipnotizando a sí mismo. Ni siquiera está empleando la
autosugestión. Está abriendo realmente su mente a la rea-
lidad que hay dentro de usted. Esa es la diferencia de la
que debe usted darse cuenta.
Puede intentar separar del modo siguiente su imagen
cotidiana de la Eterna. Al observar que se encuentra atra-
pado en actividades transitorias, obligado por sus vanida-
des e ilusiones, deténgase por un momento y recuerde su
imagen eterna, y trate de actuar como si fuera la imagen
eterna.
Estuve con varios jóvenes en la guerra y nos encon-
trábamos en las trincheras. Las bombas nos estaban vol-
viendo locos. Nos hallábamos a bastante profundidad,
pero el viento y la presión parecían traspasarnos. Éramos
quince hombres medio enterrados en el barro.
Cuando empezaron a caer las bombas, dije: «¿No es
esto maravilloso? Esta es la música de la guerra». Todos
me miraron y dijeron: «Cierta el pico, tonto estúpido».
Empecé a bailar en medio del barro. De ese modo me
entretenía y pensaba que era un ser inmortal. Créame, al
cabo de diez o quince minutos todos los jóvenes murie-
ron en el barrio, no debido a las heridas, sino a la presión
y el temor, pero yo salí de la trinchera y dije: «Eh, chi-
cos, salid de ahí». Estaban muertos. Nadie se movía.
Esto fue una experiencia. Me di cuenta de que si uno
es capaz de ocuparse con imágenes positivas, las cosas
no lo arrollarán.
En otra ocasión me encontraba nadando con otros tres

116
en un lago. El lago era, en realidad, un río que se ensan-
chaba para formar una amplia zona represada. Cuando
nadamos hasta el centro, a alguien se le ocurrió abrir las
compuertas de la represa y el flujo del agua aumentó has-
ta tal punto que nos sentimos arrastrados hacia la boca de
la presa. Estábamos a punto de ser tragados y caer des-
de cien metros de altura.
¿Qué hice? Me dije a mí mismo: «Puedo hacerlo. Va-
mos. Aquí hay ángeles para ayudarme. Ellos me salva-
rán». Los otros tres cayeron por la boca de la presa debido
a que ellos estaban programados para pensar: «Estamos
muertos, acabados». Pero yo conseguí llegar a la orilla.
Cuando los otros se dijeron «Estamos acabados» desapa-
reció su energía. Empezó a actuar entonces el mismo pro-
grama que terminaría por matarlos porque ellos ya creían
estar muertos.
Una vez vi una película en la que un gran barco se
hundía y la gente trataba de salvarse. Se hundían con el
barco, aquí y allá. Finalmente, el líder les ayudó a salvar-
se porque en ningún momento abandonó sus esfuerzos, y
les decía: «Hay esperanza, lo conseguiremos, lo conse-
guiremos». Y lo consiguieron porque aquella era la pro-
gramación correcta. Llegó un momento en que yo pensé:
«Van a abandonar», pero el líder no abandonó. Eso es un
verdadero líder. El líder no debe pensar nunca en aban-
donar. M. M. dice: «Nuestra ayuda nos llega en el mo-
mento en que estamos al borde del abismo».
La séptima imagen es: Realmente, nunca he fracasa-
do, sino que he aprendido lecciones. Las personas se
sientan a veces y empiezan a llorar: «He fracasado, estoy
acabado, he fracasado». Nunca se fracasa, sino que, en
todo caso, se aprende una gran lección. Pero ¿puede in-
cluirla en su programación? Se trata de algo muy serio.

117
Se siente usted derrotado, los demás lo han aplastado y
lo meten en la cárcel. Toda su reputación y su fama desa-
parecen de repente y usted se dice: «Esto es todo. Me
han derrotado». Sin embargo, también puede levantarse
ahí mismo y decir: «Esto es realmente una agradable co-
media. He aprendido tantas cosas como no habría podido
aprender ni en diez millones de años». Quizá eso sea
cierto.
Cuando metieron en la cárcel a Gandhi, llegaron sus
amigos y enemigos y dijeron: «¿Es esto lo que desea-
bas?». A lo que él contestó: «¿Qué ocurrió?». «Pues que
ahora estás en la cárcel», le contestaron. «Oh, oh, eso era
precisamente lo que andaba buscando. Traedme el Bha-
gavad Gita en sánscrito». Y mientras estaba en la cárcel
tradujo el Bhagavad Gita, ocupó su mente por completo
con esa gran filosofia. Cuando llegó el momento para
emprender la acción, todo cambió porque él había pro-
gramado el éxito y la victoria. Se convirtió en el Gandhi
de la India y destruyó la ocupación británica. ¿Qué ha-
bría ocurrido si él hubiera abandonado mientras estaba
encerrado en la cárcel?
«Nunca fracaso», se va a decir continuamente a sí mis-
mo. Gandhi se dijo: «Nunca fracaso mientras esté en una
posición que me permita progresar siempre hacia el To-
dopoderoso. No hay fracaso en ese camino».
Cada día, al construir sus nuevas imágenes, destruye
automática y naturalmente todas las imágenes negativas,
pobres, miserables y negativas de su mente. Procure ro-
dearse siempre de sus imágenes positivas y destruirá len-
tamente las imágenes que se construyó en el pasado. Si
no le gusta todo su ser fisico, emocional y mental, siga
construyéndolas, y eso significa que ahora se va a cons-
truir una imagen diferente.

118
Uno de los grandes deberes y responsabilidades del lí-
der consiste en enseñar a la gente a construir imágenes
positivas por sí mismos. A los demás se les puede dar
contornos, pero no detalles. Si usted les da detalles, pue-
de atraparlos en su propia vanidad y ego. Son ellos los
que tienen que construir la imagen, pero usted puede ins-
pirarles a hacerlo ofreciéndolos los contornos de esas
imágenes.
Lo mejor que puede hacer es elevar la tonalidad de los
demás, sobre todo cuando acuden a usted en busca de
consejo, de ayuda psicológica. «Tienes buen aspecto, ¿sa-
bes? Bien, ¿cuál es el problema?». Entonces, los demás
lloran y cuentan sus historias. «Ah, eso no es nada. Ha-
blemos ahora de ello». Anímelos. En ocasiones, ni siquie-
ra habrá necesidad de hablar de sus problemas. Cuénteles
una historia, algo cómico y luego diga: «Te volveré a ver
mañana». Entonces, en ese momento, la otra persona pen-
sará que su problema no es tan importante puesto que el
psiquiatra no se ha molestado en ocuparse de él.
Una mujer acudió a mí, llorando desconsoladamente
por sus problemas. Empecé a contarle historias de Mu-
llah Nasruddin. Ella se moría de risa. Cuando la vi reír,
le dije: «¿Sabe? El tiempo se ha acabado por hoy. Venga
a verme la semana que viene». A la semana siguiente
vino a verme y me dijo: «Todo está bien».
Al pensar cosas negativas sobre sí mismo, se constru-
ye imágenes negativas sobre sí mismo, y los demás le
imitan, sobre todo si es usted un líder, padre, madre, abo-
gado, ministro o un dirigente en su propio negocio. Lue-
go, subconscientemente, los demás imitan su imagen.
Tiene usted que inspirar siempre éxito, felicidad, esperan-
za y futuro.
Las imágenes positivas no se construyen por alucina-

119
ción, imaginación o mediante la simple repetición de las
palabras. ¿Cómo se construyen? Su imagen de éxito se
construye no porque usted se imagine el éxito, no porque
alucine con el éxito o porque lea cosas sobre el éxito. He
aquí el secreto: Las imágenes de éxito se construyen al
recordar durante toda su vida los pequeños éxitos que ha
tenido y al centrar la atención sobre ellos. Y al recordar
que Dios es la fuente del éxito.
Está bien retroceder y descubrir sus experiencias de
éxito, pero no por ello hay que llegar hasta el fondo del
pozo del subconsciente. Simplemente, retrocede hasta
sus bancos de memoria. Los bancos de memoria no son
los lugares donde está almacenado su subconsciente.
Existe una enorme diferencia entre los bancos de memo-
ria y el subconsciente. Quizá podamos decir que el sub-
consciente es como el disco duro, y la memoria es como
el diskette.
El banco de memoria es el disco etéreo. Los recuerdos
que existen en este banco se hunden lentamente en la
mente subconsciente o son eliminados por los diversos
procesos de pensamiento.
A menudo, a la gente se le enseña a construir una
imagen de salud, imaginando que realmente van a estar
sanos. Eso es positivo y puede ayudar. Pero lo mejor que
puede hacer es retroceder hasta sus recuerdos de la niñez
en la que corría libremente, se subía a los árboles, saltaba
al océano y hacía toda clase de cosas divertidas para de-
mostrar que era realmente un niño sano. Vuelva a centrar
ahora la atención sobre esa imagen.
Al extraer estas cosas de sus bancos de memoria y
compilarlas, estas compilaciones de momentos de éxito
constituirán una imagen de éxito dentro de usted. Esa
imagen tiene una base, un fundamento. Es algo real. Pero

120
los recuerdos se encontraban muy separados entre sí en
el tiempo, hace un millón de años, cincuenta años, diez
años. No fueron efectivos. Su efectividad e influencia au-
menta en usted a medida que los recupera, los pone jun-
tos y crea de ese modo una tensión cada vez mayor. Dé-
jelos que empiecen a controlar su vida. En lugar de
cerrar los ojos y pensar en cuántas personas le han daña-
do, le han herido, se han burlado de usted, lo han malde-
cido, han murmurado de usted o le han calumniado, en
lugar de dejarse arrastrar hacia la basura, haga precisa-
mente lo contrario. Entonces encontrará el éxito.
Aquí hay incluso una capa algo más profunda de lo
que estamos diciendo. A veces mezclamos las imágenes
que hacemos por nosotros mismos, proyectando imáge-
nes negativas o malas sobre los demás. Cuando murmu-
ramos y calumniamos a los demás, o cuando decimos co-
sas malas sobre ellos, construimos en nuestra mente una
imagen, y esa imagen contradice las imágenes hermosas
que tratábamos de construir por nosotros mismos. Eso es
algo que hay que entender.
Por ejemplo, le digo a este hombre: «¿Sabe? Estoy
tratando de tener mucho éxito, de ser muy hermoso y te-
ner mucha salud». En el momento en que digo eso, cons-
truyo esa imagen en mí. Más tarde, me vuelvo hacia él y
le digo: «Es usted un hombre nauseabundo y feo. Es
realmente mezquino. Va a fracasar en todo lo que haga
en la vida».
¿Qué estoy haciendo? Las mismas cosas que le estoy
diciendo a ese hombre me las estoy diciendo antes a mí
mismo. La imagen hermosa que trataba de construir en
mí ha quedado ya emponzoñada por lo que acabo de de-
cir. Esa es la razón por la que las religiones y las filoso-
fía superiores nos prohíben hablar mal de los demás y

121
calumniarlos. Cuando hacemos eso con los demás, antes
nos hemos construido una imagen sucia en nosotros mis-
mos. Si pensamos cosas negativas de los demás, echa-
mos a perder la imagen que tratamos de construir dentro
de nosotros. ¿Por qué? Porque cuando construimos una
imagen para nosotros somos casi neutrales, felices y re-
lajados. El odio, la fuerza y la fuerza de voluntad no par-
ticipan en ello para nada. Pero cuando le decimos a otra
persona: «Estúpido, bribón, hombre fracasado y derrota-
do», nuestra forma de pensamiento se llena con una tre-
menda cantidad de fuerza. Esa forma de pensamiento es
abrumadora y destruye nuestra imagen relajada que tra-
tamos de construir en nosotros, porque la imagen no tie-
ne la misma tensión de fuerza, cólera, temor, actitud fu-
riosa y detestable. Estas palabras son nombres de fuerzas
que actúan.
Los pensamientos que abriga sobre los demás, son los
mismos pensamientos que afectan a su programación. Por
ejemplo, si piensa que la gente es realmente hermosa, no
causa ningún daño a la programación de lo hermoso para
sí mismo. Pero desde el inicio del día hasta la mediano-
che, la gente piensa mal de los demás, al mismo tiempo
que cree ser hermosa. Finalmente, sucede que se convier-
ten en las personas más malas y negativas. El pensar con-
tinuamente mal de los demás hace que uno también se
haga malo porque antes de que esa imagen se proyecte ha-
cia los demás ha causado una verdadera impresión en su
propia mente, en su diskette.
Si pensara cuidadosamente en todo esto no gastaría
tanto dinero en médicos y hospitales.

122
Preguntas y respuestas

PREGUNTA: Dice usted que los opuestos se atraen y


que el uno consume al otro. ¿Es así como empiezan las
guerras?
RESPUESTA: Sí, es el conflicto de dos fuerzas o pode-
res opuestos. Por ejemplo, digamos que es usted mitad
bueno y mitad malo. Tiene problemas porque se encuen-
tra en un campo de batalla. Cuando aumenta el mal, éste
devora al bien, y entonces se encuentra usted metido en
problemas. Cuando la bondad aumenta y devora a lasco-
sas malas, se siente bien. Hará usted esto o aquello para
evitar el conflicto interno, pero se enzarzará en el con-
flicto externo. Esa es actualmente la situación en que se
encuentra el mundo. Cada grupo trata de ser un partido
opuesto. Recuerde lo que dijo Cristo: «Aparecerá en la
hora de la medianoche». La hora de la medianoche es
esta batalla entre la basura y la belleza. Si esta batalla al-
canzara un grado que la humanidad no pudiera resolver,
el resultado sería la guerra.

PREGUNTA: Si alguien está enfermo y usted le dice con


mucha confianza que se va a poner bien y él lo cree y se
pone bien, ¿está eso bien?
RESPUESTA: No va usted a hacer afirmaciones positi-
vas específicas como: «Vas a ponerte realmente sano».
Quizá no. Quizá esa persona está realmente al borde de
la muerte. Quizá va a morir natural y kármicamente.
¿Qué está creando usted? Está creando angustia. En el
momento en que esa persona está a punto de fallecer, no
desea que eso suceda porque usted se lo diga. Se trata de
algo muy sutil, pero usted puede decirle: «Todo estará
bien. Lo conseguirás. Lo harás», en lugar de ofrecer afir-

123
maciones muy positivas. En ocasiones es mucho mejor
no hablar, no decir nada y amar a la otra persona en si-
lencio, animarla y ayudarla tanto como pueda porque las
personas se hallan abiertas a las sugerencias hipnóticas,
especialmente en momentos de enfermedad.

PREGUNTA: ¿ Cómo impedir el desarrollo de vanidades


cuando se dicen cosas positivas sobre lo que se puede
hacer?
RESPUESTA: No hay vanidad alguna, porque todavía no
las ha conseguido. Representan un desafio para usted, un
desafio en el que va a tener éxito.
Pero si usted dice: «He tenido éxito». Eso es vanidad.
Algunas Iglesias de la Nueva Era dicen: «Tengo tanta salud.
Soy tan hermoso». Pues bien, no lo son. En lugar de eso,
deberían decir: «Voy a tener salud. Voy a ser hermoso».
Como puede ver, eso sí que representa todo un desafio.

PREGUNTA: ¿ Cómo se puede tener fe en alguien y, sin


embargo, reconocer cuándo va a fracasar?
RESPUESTA: Supongamos, por ejemplo, que es usted
un político. El trabajo más importante de un político con-
siste en orquestar a la nación y conducirla hacia un obje-
tivo, hacia un destino. ¡Maravilloso! Sin embargo, cada
día que habla por la radio, en las conferencias de prensa,
en sus discursos, no hace más que hablar de las estupide-
ces de otros líderes, de lo estúpidos que son, de lo malos
que son, de cómo fracasaron, de lo víboras que son, de lo
bestias que son. Verá que eso mismo es lo que sucede.
Finalmente, usted mismo se convertirá en uno de ellos,
porque los ha copiado. Cada nación, cada político que
odia a algún otro líder, nación o a sus políticas termina
por copiar exactamente las mismas cosas que decía odiar.

124
Observe la historia del mundo y lo que está sucediendo
ahora, y verá con toda exactitud lo que sucederá en el fu-
turo.
Sabe usted que un líder va a fracasar si ataca a los
otros líderes y les hace aparecer negativamente. Un buen
líder nunca habla mal de cualquier otro líder, o si habla
de él sólo dice cosas buenas, de tal modo que él mismo
no se deja asimilar e impresionar por las imágenes nega-
tivas que el otro proyectaba sobre los demás. En cuanto
vea a personas que son negativas, debe saber que no son
líderes, que no van a durar, o si duran van a terminar por
causar daño al grupo o a la nación que se les ha entrega-
do en sus manos. La verdadera tarea del líder no consiste
en sacar a relucir la suciedad a la superficie. ¿Cuál es su
deber? Curar, encontrar medios y formas de hacer que
su grupo o nación despierten, sean prósperos, sanos y fe-
lices.
Si por ejemplo trabaja usted en una oficina, puede
darse cuenta de quiénes son los compañeros más perni-
ciosos, porque andan siempre murmurando sobre los de-
más, pero cuando aquellos de los que hablan están en su
presencia, siempre se muestran amistosos. Finalmente, se
da usted cuenta de que precisamente aquello que murmu-
ran y dicen de los demás es lo que están desarrollando
dentro de su propio carácter.
No alimente ni estimule a aquellas personas que quie-
ren complacerle, incluso cuando éstas atacan a sus enemi-
gos. Eso es una trampa. Inicialmente quizá las rechace
porque tiene la impresión de que no son buenas, pero
ellas se acercan finalmente a usted y le dicen: «He habla-
do con tu enemigo. Empezó a atacarte y yo lo vapuleé». Si
es usted estúpido, dirá: «Gracias, ahora eres mi amigo».
En tal caso, esa persona se habrá apoderado de usted.

125
Los verdaderos líderes, los que quieren ayudar, los ver-
daderos colaboradores no acuden a usted con imágenes
negativas, con ataques y propósitos destructivos, sino que
acuden para ayudarle, para dedicarse a usted, para servir-
le. No difunden la murmuración, la calumnia, ni dicen co-
sas estúpidas. Simplemente, muestran la labor realizada.

PREGUNTA: Al ocupar posiciones de liderazgo se ve


obligado a menudo o se encuentra en la situación de te-
ner que transmitir un informe en el que exprese su opi-
nión sobre una situación sensible. ¿Cómo manejar eso?
RESPUESTA: Un informe es diferente. El informe debe
ser práctico, atenerse a los hechos, ser claro. Por ejem-
plo, leí que había ocurrido un accidente en Armenia y el
informe de la agencia Tass no hacía sino distorsionar los
acontecimientos. Un armenio les cablegrafió y preguntó:
«¿Por qué mienten? ¿Por qué no dicen exactamente lo
que ha ocurrido?»
La realidad, si se informa sobre ella a las personas
afectadas por la situación, no es murmuración. Lo que
usted presenta en un caso así es la realidad. Pero si la
distorsiona, si introduce en el informe su venganza, su
odio, sus celos y diferentes preocupaciones, está infor-
mando muy mal.
Se dice que Hitler comentó en cierta ocasión: «No fui
derrotado porque otras naciones fueran más· fuertes que
mi nación. Fui derrotado porque creí en los falsos infor-
mes que se me enviaron».
Cuando llegan informes falsos, no se sabe qué hacer.
Quizá siga las indicaciones de esos informes falsos.
Cuando algunos grandes líderes se dan cuenta de que sus
agentes están exagerando para complacerles y les están
pasando informes falsos, esos agentes son despedidos. El

126
atenerse a la realidad, a los hechos, no es calumnia si es
eso lo que ha de hacer como consecuencia de su deber y
su responsabilidad. Pero si no es responsabilidad suya, ni
siquiera se moleste en ocuparse de ello.

PREGUNTA: Hablaba de entrar en la Nueva Era y de


cómo deberíamos esforzarnos para ser efectivos en esa
Nueva Era. ¿ Cómo lo conseguimos?
RESPUESTA: Construyendo las siete imágenes positivas
y luego trabajando sobre los siete principios que hay tras
ellas.
Si empieza a estudiar el Sutra del Loto, que es una de
las enseñanzas más avanzadas que Buda transmitió en los
últimos años de su vida, en ese libro encontrará un fuerte
eco que viene a decir: «Nadie puede ser un Buda, un
gran líder, excepto si sirve a los principios durante eras».
Si desea ser grande en el futuro, va a tener que demostrar
que ha trabajado en estos siete grandes principios:

• Globalidad
• Amor por la libertad
• Sentido de responsabilidad
• Intuición
• Conciencia de grupo
• El mayor respeto por todos los seres vivos
• Espíritu de sacrificio

Tiene usted que extenderlos, hacer que la gente lea


sobre ellos, conseguir que los demás escuchen cosas so-
bre ellos, tiene que propagarlos, analizarlos y finalmente
presentar esos principios de tal modo que los demás los
utilicen como la luz que ilumina sus caminos, ya sea su
camino individual, familiar o de grupo.

127
La virtud de la globalidad, de la síntesis constituye
una de las buenas características del líder. ¿Qué es la
globalidad? Introduzca globalidad en su familia. Si en su
familia no hay globalidad, no podrá llegar muy lejos, y
usted lo sabe.
Tiene que haber globalidad en el grupo. Algunas per-
sonas rechazan a tal o cual partido. Una manzana podri-
da crea perturbaciones. Ha desaparecido la globalidad.
La globalidad es la característica del líder futuro en la
Nueva Era y en la nueva raza.
Si desea elegir a futuros líderes, debe observar si ema-
na de ellos la luz de la globalidad. En sus pensamientos,
en sus acciones, tiene que haber alguna clase de globali-
dad. Por ejemplo, ellos dicen: «Unamos Europa, unamos
Asia, unamos todo el continente americano». Eso es glo-
balidad. Pero cuando se oye decir a los líderes: «Los ne-
gros son así, los indios son asá, los hindúes son de tal y
tal forma, esta nación o aquella es ...», entonces se dará
cuenta de que su separatismo no funciona. Son líderes
chapados a la antigua y no harán sino perpetuar el dolor
y el sufrimientos que hemos experimentado durante tan-
tos siglos.

PREGUNTA: ¿Cómo abordar la globalidad en una so-


ciedad donde tanto predomina el divorcio?
RESPUESTA: Eso no se puede evitar. Lo que tiene que
hacer es ayudar desde el principio. Por ejemplo, si un
matrimonio no tuvo éxito fue porque la pareja no encon-
tró un fundamento. No empezó a funcionar de una mane-
ra correcta. ¿Por qué no empezaron a funcionar correcta-
mente? Sus madres y padres no les enseñaron a ser
esposas y maridos. En la escuela ignoraron por completo
ese tema. Existen actualmente toda clase de universida-

128
des y facultades, pero no hay una sola donde se enseñe a
comportarse durante un embarazo, a ser una madre, una
esposa, un esposo, un padre. Del mismo modo que si
fuéramos animales, nos casamos porque nos sentimos
atraídos por unas piernas bonitas, unos pechos, por ojos
y narices hermosas, y cuando las piernas se deforman re-
sulta que la pareja acaba odiándose. ¿Por qué otra razón
se caso? Es una verdadera lástima.
Las cosas van a seguir del mismo modo. Sólo pode-
mos enlucidas un poco, ayudarlas, pero una vez que el
principio es erróneo, va a ser erróneo durante mucho
tiempo, hasta que emprendamos acciones drásticas para
cambiar las cosas.
Pero si los dos miembros de la pareja deciden que van
a conseguirlo, que pueden conseguirlo, ahí es donde está
la victoria. Cuanto más tiempo se viva junto al otro, tanto
más se aprende a vivir con el otro y a detectar lentamente
las diferencias. La gente se casa para toda la vida. No de-
berían hacerlo así. Deberían casarse al menos por qui-
nientas vidas, de modo que puedan sincronizarse real-
mente el uno con el otro.
¿Es ahora más inteligente acerca de encontrar a otro
hombre? A veces no hay alternativas. Estas cosas suceden
y van a seguir sucediendo hasta que los líderes aprendan.
Escriba sobre estas cosas. Escriba artículos diciendo que
a los niños se les debe enseñar desde la niñez a ser bue-
nos esposos y esposas por medio del teatro, la poesía, la
música, la danza. En realidad, todavía se ve a los niños
pequeños que juegan a ser esposa y esposo, a tener hijos
y cuidarlos. ¿Hizo usted eso durante su niñez? Es un ins-
tinto, pero debe ser situado sobre una base científica.
La globalidad, el amor por la libertad, el sentido de la
responsabilidad, la intuición, la conciencia de grupo, el

129
mayor respeto por todos los seres vivos, el espíritu de sa-
crificio ..., cuando vea esas cosas en un líder, sea partida-
rio de una persona así. Ofrézcale dinero, estímulo, escrí-
bale cartas, tarjetas, entréguele regalos para impulsar al
líder cada vez más hacia adelante. Aunque ese líder se
encuentre en el campo de su enemigo, anímelo. Ayudar a
crear un buen líder en el campo del ejército de su enemi-
go contribuye a evitar futuros derramamientos de sangre.
Hubo una guerra en Mongolia. Los chinos y los mon-
goles planificaban cómo destruirse mutuamente. Ya esta-
ban preparadas unas doscientas mil personas. Entonces,
la esposa del rey mongol acudió a ver a su esposo y le
dijo: «Querido mío, te quiero tanto». A lo que él replicó:
«¿Qué deseas de mí?». Ella le contestó: «Fíjate en todas
esas personas, doscientos mil soldados preparados para ir
al matadero como el ganado. Cada uno de ellos tiene un
padre. Cada uno de ellos tiene un hermano. Cada uno de
ellos es la luz de una casa, de un hogar, de una familia.
¿Por qué vas a permitir que muera toda esa gente?».
«Bueno, tenemos que conquistar», dijo el rey. A lo que
su esposa replicó: «Sí, y para eso tenemos que destruir al
otro ejército. Ellos también son seres humanos. Tienen
corazones, hijos, familias que llorarán para siempre por
haber perdido a sus esposos y padres. ¿Y si yo os propu-
siera un plan para no hacer la guerra, sino para entablar
la amistad?». El esposo contestó: «¿Cuál es vuestro
plan?». «Os lo diré si me concedéis unos pocos días.»
Entonces, la esposa llevó a su hija ante el rey chino, y le
dijo: «Vengo de parte del rey mongol para traeros un re-
galo, mi propia hija. Sé que no estáis casado. Convirta-
mos esta guerra en un contrato de matrimonio». Al darse
cuenta de que la joven era muy hermosa, el rey chino
dijo: «Eso es una buena idea». Entonces, la reina acudió

130
presurosa junto a su marido y le dijo: «Todo ha quedado
solucionado». Ante ellos se extendía un campo inmenso.
Llegaron los bailarines, los músicos, se sirvió vino y co-
mida y todos gritaron, cantaron y fueron felices durante
tres o cuatro días y noches. Las dos naciones se mezcla-
ron en ese campo y ya nunca más volvió a haber una
guerra entre ellas. ¡Imagínese el karma que creó aquella
mujer!

PREGUNTA: ¿Qué me dice sobre el sacrificio de la jo-


ven?
RESPUESTA: ¿Y por qué tiene que ser un sacrificio? Al
fin y al cabo se casaba con un rey maravilloso. No había
ningún sacrificio. El rey era poderoso y atractivo. ¿Quién
no habría deseado casarse con él? No se quede empanta-
nado en perspectivas estrechas. Cualquiera se sentiría fe-
liz de casarse con un rey ahora mismo.
Esta es la historia de la sensibilidad, la inteligencia y
la sabiduría de una mujer. ¿Dónde están ahora las muje-
res? La liberación de las mujeres ..., ¿se han liberado real-
mente? ¿Qué están haciendo? ¿Cómo están utilizando su
libertad las mujeres? Naturalmente, están haciendo gran-
des cosas. Pero ¿es posible que se hayan sobrepasado,
que hayan traspasado los límites?
Las mujeres tienen que recuperar el control y decir:
«Eh, hombre estúpido, has demostrado durante doscien-
tos años que eres capaz de derramar sangre. Ya está bien.
Ahora vamos a cambiar esa situación». Esos serán los lí-
deres del futuro. M. M. dice: «La era de Maitreya es la
era de la mujer». No quiero decir con ello que debamos
olvidar o ignorar a los hombres. No. Hay hombres que
son iguales que las mujeres. Naturalmente, hay muchos
hombres modernos que son interiormente hermosos.

131
¿Por qué he contado esta historia? Una cualidad espe-
cial de todo líder consiste en promover la amistad, en lu-
gar del derramamiento de sangre. La historia no hace
sino demostrar todas esas siete características.
Si alguien demuestra todas las siete características,
esa persona es un iniciado. Eso es lo que uno tiene que
esforzarse por alcanzar. Año tras año, vida tras vida, se
tiene que ver hacia dónde dirigirse y qué hay que culti-
var. Tiene que cambiar su autoimagen, cambiarla una y
otra vez. Finalmente, su autoimagen se construirá sobre
los siete diamantes de su Autoimagen, o los siete princi-
p10s.
Ahora es usted un líder. ¿Por qué se ha convertido en
un líder? Sirvió y fracaso, fue derrotado y volvió a ser-
vir. Finalmente, aprendió sus lecciones y limpió, limpió y
limpió. Ahora se ha convertido en un líder.
Esa es la razón por la que, cuando veo a un líder que
hace las cosas mal, no lo ataco. Quizá he protegido a
veinte o veinticinco líderes de otros grupos que se encon-
traron sometidos a fuertes ataques, y fui atacado por per-
sonas que me preguntaban: «¿Por qué los proteges?».
No obstaculice a un líder que trata de hacer las cosas
lo mejor posible. Quizá lo mejor que pueda sucederle es
que fracase, que haga cosas estúpidas para que de ese
modo pueda aprender. ¿Dónde va a aprender? Si cambia
a este líder y trae a otro, ¿quién va a graduarse en la ta-
rea del liderazgo? Esa es otra filosofia de la que también
tiene que escribirse algo.

PREGUNTA: Si el líder que se encuentra en esa situa-


ciónfracasa, ¿debe desintegrarse el grupo?
RESPUESTA: No, en modo alguno. Tengo la sensación
de que aunque un líder fracase el grupo debe permanecer

132
tras él, fortalecerlo y decir: «Sigue adelante, sigue ade-
lante. Aprendiste tu lección. No nos abandones», porque
de ese modo se le está ofreciendo una gran oportunidad
para recuperarse, en lugar de destruirse y decirse a sí
mismo: «Me voy al cubo de la basura». Pues bien, duran-
te cinco mil años ha trabajado por llegar hasta ahí. Fraca-
só. ¿Y qué?
Si elegimos a los líderes correctos y si creamos aque-
llas condiciones en las que se puede elegir a los líderes
correctos, entonces sobreviviremos. Si no lo hacemos así,
fracasaremos. Así pues, aquí encontramos un condicio-
nal. Por eso todos deberíamos recibir educación política,
pero no sobre la política de enfrentamiento, no sobre la
política racial, no sobre la política de la «avidez», no so-
bre la política del «Soy turco», o «Soy armenio», o la de
«América para los americanos». Si podemos evitar esos
desastres, tendremos éxito. Si empuja usted a su delega-
do y yo empujo al mío, algún otro se va a gastar diez mi-
llones de dólares en conseguir que ese hombre detestable
se haga cargo del poder y entonces no habrá esperanza.
Toda la nación va a sufrir debido a este separatismo.
¿Qué va a hacer usted? El mundo es para el mundo. Fi-
nalmente, todos vamos a tener que desarrollar el princi-
pio más importante de todos: globalidad. Nos encontra-
mos en esa fase, tanto si nos gusta como si no. La gente
no se da cuenta de que el mundo se ha hecho global. El
veneno que está usted produciendo aquí, lo están oliendo
hasta en el Himalaya. La guerra que está librando aquí,
también produce ecos allí. Ya no podemos seguir sepa-
rando el mundo. Se trata de un solo mundo, a pesar de lo
cual sigue existiendo el separatismo en nuestras mentes.
Así pues, escriba sobre estas siete imágenes, hable so-
bre ellas, tanto a nivel político como educativo y filosófi-

133
co, pero lo más importante es cultivarlas en su propia na-
turaleza. Y eso es algo bueno para todos.
Lo que se va a tener que aprender en la Nueva Era es
lo siguiente, aunque quizá esto le conmocione: en la nue-
va era no existe el concepto de «enemigo». Puede que
haya personas que planteen problemas, pero no son su
enemigo. ¿Quién es su enemigo? Si es usted un cuerpo y
esos dedos le pertenecen, ¿cómo puede decir que los de-
dos, o que los brazos, o el estómago son su enemigo? No
existe el concepto de enemigo. El concepto de enemigo
tiene que ser destruido. Se puede decir que hay gentes
que han perdido la razón, o que plantean problemas. Te-
nemos que cuidarnos de ellos y curarlos, hacerlos recu-
perar su buen sentido a través de la educación, de una
educación mundial. Pero ellos no son el enemigo. Una
vez que se dice la palabra «enemigo» significa que esa
otra persona no pertenece a usted, lo que es precisamente
lo opuesto a la Ley de Unidad. ¿Comprende lo que estoy
diciendo? Pues resulta que eso es algo muy dificil de
comprender para ciertas personas.
Las autoimágenes no se van a construir dentro de su
imaginación. Puede usted contribuir a crear su autoima-
gen mediante el uso de una cierta cantidad de imaginación,
de visualización e incluso de ensoñación, pero no se trata
de imágenes realistas. La imagen realista se encontrnrá en
la mina de su propia naturaleza. Por ejemplo, si construye
usted una imagen de salud, retroceda a la época en que te-
nía salud, saque esa imagen del recuerdo, vuelva a experi-
mentarla, utilícela. Puede emplear su imaginación creati-
va para volver a experimentarla una y otra vez, pero tiene
que poseer un fundamento real.
Si desea alcanzar éxito, puede sentarse e imaginar que
va a crear un gran negocio y que va a tener éxito. Eso no

134
es construcción de la autoimagen; eso es condiciona-
miento, lo que no está mal, pero si no está preparado
para eso, lo que hace es conducirle hacia la vanidad, el
ego y la destrucción.
¿Cómo va a construir su imagen de éxito? Constrúya-
la reuniendo esos momentos de su vida en los que tuvo
éxito, en los que su padre tuvo éxito, en los que su madre
tuvo éxito, en los que usted mismo experimentó el éxito.
Cuando haya reunido cientos de esos momentos, verá
que algo sucede. Está creando un diskette de calidad
magnética que atraerá a su vida el éxito o los elementos
del éxito. ¿Lo comprende?

PREGUNTA: Cuando se construye la nueva autoimagen,


¿se queman también los viejos circuitos?
RESPUESTA: Naturalmente, porque en tal caso está ani-
mando y alimentando los elementos positivos que hay en
su naturaleza. Imagine el gran cambio que se produciría
si un grupo o nación hiciera estas cosas.

PREGUNTA: ¿ Tiene que estar la imagen de éxito en su


propia vida personal?
RESPUESTA: No. Digamos, por ejemplo, que quiere ser
usted el presidente. Retrocede en el tiempo y encuentra
muchas cosas de éxito que hizo en el Senado o en la Cá-
mara de Representantes, aquí y allí, en esta nueva corpo-
ración, etcétera. Cuando alcanza la presidencia, tiene tras
de sí un pasado lleno de éxitos. Tiene la sensación de es-
tar apoyado por algo que ha logrado en el pasado. Si
también visualiza que ciertos otros presidentes han teni-
do esos mismos éxitos, eso le proporciona más ánimos
para saber que el éxito es posible. ¿Por qué es posible el
éxito? Es muy posible porque en el pasado alcanzó éxito

135
en cientos de ocasiones y porque otras personas también
lo consiguieron. Si usted y los demás han tenido éxito,
también puede volver a tenerlo. Esa es la lógica que ac-
túa en su mente.

PREGUNTA: ¿Podemos basarnos entonces en el éxito


de alguien a quien admiremos?
RESPUESTA: ¿Por qué no, siempre y cuando se trate de
una imagen de éxito?

PREGUNTA: ¿Es bueno visualizar todas las partes de


un acontecimiento, tanto si es positivo como negativo,
como por ejemplo cuando queremos entrar en contacto
con nuestro temor? ¿O recomienda hacer sólo lo positi-
vo y nunca lo negativo?
RESPUESTA: ¿Por qué mezclar el veneno con el hela-
do? No sugiero que su atención no se ocupe en ningún
momento de nada que sea negativo. Como científico,
puede examinar la enfermedad que está presente, pero en
lugar de copiarla en su naturaleza, distánciese de ella,
obsérvela, ofrezca el remedio y olvídese de ella.

PREGUNTA: ¿ Qué me dice acerca de recordar esos .fra-


casos del pasado y tratar de quemarlos en su imaginación?
RESPUESTA: No se puede. En cuanto se empieza a ex-
cavar y se sacan a la luz los fracasos pasados, se harán
más y más fuertes, y cuando se los suprime adoptarán di-
ferentes colores, formas y energías y contaminarán todo
su ser. Eso es precisamente lo que están haciendo los psi-
quiatras.
Hace un año vino a verme un famoso psiquiatra que
trabajaba en Los Ángeles y me dijo: «Paso para despe-
dirme de usted. Me voy a suicidar». No pude hacer otra

136
cosa sino echarme a reír. «¿Está loco?», le pregunté sin
dejar de reír. Entonces escenifiqué un drama y le dije:
«No va a hacer nada de eso. Cierre los ojos». Y a conti-
nuación empecé a despertar en él un recuerdo positivo
tras otro. Al cabo de media hora, él me dijo: «Adiós, mu-
chacho. Por lo visto, sigues queriendo que viva».
No pudo ayudarse a sí mismo. El índice de suicidio de
los psiquiatras es actualmente el más elevado. Están con-
taminados por las imágenes negativas de los pacientes. A
mí también me sucede. Regreso a casa negativo. ¿Por
qué? Porque recibí a diez personas que vinieron a verme.
Y menudas son las cosas de las que hablan. No se les
puede cerrar la boca. Gritan, gimen y lloran. Después de
eso, necesita uno tornarse una buena ducha.
El otro día llegó una señora que mantenía una actitud
realmente negativa. «Mire, hoy no puedo hablar, no pue-
do aconsejarla», le dije. «Pero si usted me ha reservado
una hora de consulta. ¿Qué vamos a hacer ahora?», pre-
guntó. «Bueno, si levanta usted un poco mi estado de
ánimo, quizá pueda hablar con usted», le contesté. «¿Y
cómo puedo levantarle el estado de ánimo?» «Puede con-
tarme unos cuantos chistes», le contesté. Ella se quedó
pensando durante un rato y finalmente dijo: «Esta bien ...
¿Sabe el de aquel hombre que ...?». Me contó un chiste y
luego se echó a reír tanto o más que yo mismo. «Otro,
cuénteme otro», le pedí. Después de haber contado va-
rios chistes, ella me dijo: «Está usted loco. Me marcho a
casa». Naturalmente, ya no me necesitaba más.

PREGUNTA: ¿Es así como trata a las personas que di-


cen no desear seguir viviendo, no querer esforzarse por
el futuro, que preferirían ser borradas y no llegar hasta
el futuro?

137
RESPUESTA: Bueno, así lo hice. Un día, alguien llegó a
mi casa y me dijo: «Me voy a suicidar». «Espere un mi-
nuto», le dije. Salí y al cabo de poco regresé con una
cuerda. «Vamos, pase el cuello por este lazo.» «Pero
¿qué está haciendo?», me preguntó la persona. «Bueno,
sólo pretendo tomarle las medidas. Luego vamos a ahor-
carlo.» «¿Se ha vuelto loco?», preguntó. Y aquello fue el
final de la historia.

138
13. Obsesiónpor las imágenes
de vidasanteriores

A menudo, la gente se identifica con la imaginería de


su vida pasada y acaba obsesionándose por ella. Cuando
los psíquicos inferiores leen algo sobre vidas pasadas, o
cuando la gente, a través del trance hipnótico, ve cierta
imaginería y cree que es representativa de sus vidas pasa-
das, caen en la vanidad y en la ilusión y finalmente se
identifican con esa imaginería.
Cuando a una persona no se le permite saber nada so-
bre sus vidas pasadas, significa que todavía no está pre-
parada para recibir esa información.
Si la imaginería de la vida pasada se acepta como un
hecho, eso agita la mente subconsciente 1 y hace surgir
numerosos recuerdos y experiencias desagradables que
dificultan aún más el progreso espiritual del ser humano.
Finalmente, esa imaginería obsesiona la mente de la per-
sona y, en lugar de vivir en el presente, vive en el pasado
y de ese modo no puede afrontar los problemas y realida-
des de su vida actual. Se queda anclado muy atrás.

l. Véase también la mente subconsciente y el Cáliz.

139
La mayoría de los recuerdos de vidas pasadas no son
más que ilusiones. El espacio se llena con toda clase de
videocintas, con miles de imágenes construidas por la
imaginación y la ensoñación, y también con impresiones
actuales de acontecimientos de la vida. Los psíquicos in-
feriores y la gente que se encuentra bajo los efectos de la
hipnosis pueden sintonizar con ciertas videocintas y ha-
cerlas pasar por su cerebro, convencidos de que están en-
trando en contacto con experiencias de sus vidas pasadas.
Esa clase de ilusión puede tener una influencia drásti-
ca sobre la conciencia de la persona si ésta se identifica
o se siente obsesionada por ella. Esas personas llevan a
menudo una doble vida, una vida del pasado y una vida
del presente, mezcladas con frecuencia de formas harto
confusas.
Una vez que se han agrietado las paredes protectoras
de la mente subconsciente, empiezan a filtrarse por las
grietas los registros sellados. Según la ley de las asocia-
ciones, esos registros filtrados sintonizan con otros regis-
tros similares en el espacio, y la persona experimenta
otra imaginería, convencida de que ésta también repre-
senta una vida anterior. De ese modo, la persona, des-
lumbrada por las experiencias de vida pasada, tiene a
menudo una personalidad múltiple, o una personalidad
con numerosas facetas. Cada una de esas facetas tiene su
propio carácter, que se manifiesta periódicamente, en
ocasiones de formas muy confusas.
Pero eso no es lo peor de todo. Sucede a veces que
cuando la persona se ocupa en exceso de una imagen
particular de una vida pasada, organiza esa imaginería,
mediante el uso de sustancias mentales o emocionales,
hasta el punto de que una entidad negra siente que puede
vivir dentro de tal imagen para entrar en íntimo contacto

140
con la persona relacionada con esa imagen. Así es como
las lecturas o la imaginería de la vida pasada conducen
finalmente a la persona a ser poseída por entidades.
La naturaleza ha sellado nuestras vidas pasadas. Cuan-
do estarnos preparados y somos capaces de no identifi-
carnos con esas vidas pasadas, la naturaleza nos las reve-
la lentamente, no para satisfacer nuestra curiosidad, sino
como un proceso de curación e iluminación de nuestra
vida. Habitualmente, las vidas pasadas no pueden ser re-
veladas hasta que la persona alcanza el estado de transfi-
guración de su conciencia. Por debajo de ese estado, todo
es ilusión, hechizo y autoengaño.
La obsesión impuesta por la imaginería de la vida pa-
sada:

1. Distorsiona su mente e interfiere en su pensamien-


to.
2. Hace más lento el progreso por el camino de su
perfección, y luego produce gradualmente un retro-
ceso hacia vicios, debilidades y fracasos anteriores.
3. Distorsiona cualquier impresión procedente de su
Alma, o de sus fuentes superiores.
4. Le hace perder la capacidad para enfocar la mente
y para seguir su meditación diaria.
5. Le atrae hacia aquellos que están obsesionados de
formas similares, de tal moco que sea crean com-
plicadas relaciones con ellos.
6. Le conduce a relaciones sexuales erróneas.

Mientras me encontraba en un restaurante a la una de


la madrugada, escuché una conversación que se mantenía
en la mesa de al lado entre un hombre y una mujer joven.
El hombre le dijo a la mujer: «La primera vez que te co-

141
nocí, supe que habíamos estado juntos en una vida pasa-
da». «¿De veras?», preguntó ella. «Sí, ¿no sientes tú lo
mismo?», replicó él. «No, pero de todos modos me gus-
tas», contestó ella. «Esa es la primera señal. He llegado
incluso a soñar contigo, en cómo nos convertíamos en
amantes y lo pasábamos muy bien. Tenemos que renovar
nuestra relación». «¿Cómo?», preguntó ella. «Bueno, la
mejor forma es hacer el amor para volver a experimentar
todas las emociones que compartimos juntos en nuestra
vida pasada.» Siguieron hablando y como la mujer era
bastante ingenua, acabó accediendo a acompañar al hom-
bre hasta un motel. Eso es un buen ejemplo de autoenga-
ño y de hipocresía inconsciente.
En mi experiencia como consejero he oído contar mu-
chas historias similares. Lo interesante es que cualquier
matrimonio o amistad que se base en una premisa erró-
nea termina en una desilusión fatal y en el fracaso.
Es a través de las relaciones sexuales como la gente
contamina a sus parejas con sus hechizos, ilusiones y ob-
sesiones. Gradualmente, esa clase de contaminación se
extiende a los demás. Una persona obsesionada o poseída
se adhiere a la gente de naturaleza similar y crea nuevos
lazos con esas personas. Esas personas contaminadas se
afilian a su vez a grupos donde encuentran a nuevas víc..:
timas. Cuando esas personas se unen a un grupo, sucede
una de dos cosas. O bien tienen éxito al descubrir a aque-
llos que andaban buscando, o bien son expulsados por la
radiación del grupo. En cualquier caso, pueden producir
un gran daño en el grupo al contaminarlo con su aura po-
lucionada y a través de sus reacciones violentas cuando
son rechazados por el grupo. En ocasiones, esas personas
se retiran, dejando tras de sí un gran daño causado a tra-
vés de sus calumnias, maldades y traición.

142
Un estímulo sexual insatisfecho obliga a una persona a
decir y hacer cosas que crean complicaciones y falsas for-
mas de pensamiento tanto dentro como fuera del grupo.
A veces, una persona en particular es suficiente para con-
taminar a todo un grupo e incluso destruirlo para siem-
pre, ya que esas personas no sólo llevan consigo gérme-
nes físicos, sino que también se hallan asociadas con
entidades oscuras a las que les encanta participar en acti-
vidades destructivas.
Quienes se aproximan a usted a través de experiencias
de vida pasada desean manipularle y aprovecharse de su
inocencia. Lleve cuidado con esa clase de personas.
Las personas pertenecientes a diferentes campos de la
actividad humana tienen imágenes de fracaso en su cam-
po en particular. Cuando abandonan ese campo específi-
co se enfrentan a tremendas dificultades para adaptarse a
un nuevo ambiente.
Recuerdo a un militar que, después de su jubilación,
intentó trabajar en una tienda, vendiendo zapatos. Debe-
ría haber visto su comportamiento con la gente y con el
jefe; todo se basaba en impartir órdenes. Naturalmente,
no duró mucho tiempo con aquel trabajo. Luego, intentó
ser profesor en una escuela superior. Pero no pudo apartar
de su ser su imagen de militar, ni pudo librarse del re-
cuerdo de acontecimientos dolorosos que le ocurrieron en
ese ámbito de actividad. Así, pasó de un trabajo a otro,
detestando a la gente que no le apreciaba. Finalmente, se
suicidó. El suicidio es un esfuerzo abortivo por librarse
de una imagen que ha impregnado la propia naturaleza.
Las autoimágenes de la mayoría de la gente son here-
dadas de sus vidas pasadas. Llegan a la superficie una a
una, interpretan su papel y o bien desaparecen o perma-
necen durante mucho tiempo. En tales casos, decimos

143
que la persona en cuestión vive sumida en su pasado o
repitiendo su pasado. En ocasiones, muchas imágenes de
la vida pasada atacan a la persona al mismo tiempo y
causan una profunda confusión en su vida. Prueban con
una imagen tras otra, como si fueran actores, hasta que
terminan por perder de vista su propia realidad.
Algunas personas tienen una autoimagen para cada
nueva ocasión. Eso es precisamente el engaño. Una per-
sona engañada es aquella que no ha encontrado todavía
una imagen permanente, sino que cambia su imagen me-
diante el poder de la asociación.
Algunas personas creen que tal estado se produce
cuando la gente se siente obsesionada por diversas entida-
des en momentos diferentes. Pero, durante la mayor parte
del tiempo, ese fenómeno no es una obsesión por las enti-
dades, sino una obsesión por imágenes cambiantes.
Es cierto que si no se tiene una autoimagen relativa-
mente permanente, se puede ser víctima de la posesión.
La ausencia de autoimagen, o el cambio continuo de la
propia autoimagen da a algunas entidades la impresión
de que la «casa» no tiene un inquilino permanente.
Resulta interesante observar que los grupos, las Igle-
sias y las naciones pueden construir autoimágenes capaces
de durar mucho tiempo en las mentes de la humanidad.
A veces se necesitan eras para cambiar una imagen
así y erradicarla de la mente de la humanidad. Las imá-
genes pueden dar el valor para avanzar, o pueden conver-
tirse en un instrumento de retrogresión.
También es cierto que algunos grupos y naciones ha-
cen surgir del subconsciente nacional o de su grupo, imá-
genes que han quedado anticuadas y obsoletas, y tratan
de vivir de acuerdo con esas imágenes en la era presente,
en la que ya no encajan.

144
14. Imágenesforzadas

Sucede a veces que, como padres o maestros, obliga-


mos a los niños o a la gente a construirse una autoima-
gen para la que no están preparados, una imagen que no
pueden justificar en la práctica. La imagen se construye
debido a los continuos esfuerzos realizados y a los acuer-
dos que la persona se ve obligada a admitir. Por ejemplo,
la persona se convierte en médico, abogado, estadista, en
alguien honesto y noble, pero experimenta siempre ten-
sión y se esfuerza por afrontar su autoimagen y vivir de
acuerdo con ella.
Gradualmente, a medida que fracasa en sus intentos
por representar su imagen en sus acciones y en su vida,
empieza a descubrir al que le forzó a asumir esa imagen,
y termina por detestarlo. Luego, empieza a destruir esa
imagen para encontrar su propia realidad.
Esta es la razón por la que la gente detesta repentina-
mente a su maestro, líder, padre, madre, amigo y desga-
rra por completo la imagen y aparece bajo una imagen
totalmente diferente.
Cuando se alcanza ese estado de conciencia, la vícti-
ma desea causar daño o destruir a la persona que cons-

145
truyó esa imagen en ella. Pasa por verdaderos torbellinos
psicológicos porque, muy probablemente, la persona que
construyó esa imagen es alguien estrechamente vincula-
do a ella de diversas formas, ya sea con amor, dedica-
ción, admiración, ayuda, etcétera. Pero como la víctima
es identificada con la imagen que se encuentra en proce-
so de destruir, su odio supera los recuerdos positivos y
selecciona o fabrica recuerdos que justificarán su odio.
Eso es lo que sucede en las escuelas, las iglesias, las
universidades o en las amistades personales cuando, de
pronto, la persona que tanto nos importa se revuelve con-
tra uno.
En el proceso de acumular armas contra el maestro o
contra cualquiera que haya impuesto esa imagen sobre él,
la víctima recuerda aquellos acontecimientos que puede
utilizar contra quien le ha impuesto la imagen. Aconteci-
mientos que no tuvieron importancia en su momento,
empiezan a asumir ahora importancia y poder y, bajo la
manipulación y la fabricación de la víctima, le ayuda a
justificar su odio hacia quien le impuso la construcción
de una imagen superior para la que no estaba preparado.
En todas las grandes religiones se lee sobre esta clase
de personas, los que traicionaron a su Maestro.
Sucede a veces que la causa de su imagen muere
cuando ellos empiezan a odiar su propia imagen. En ese
momento, buscan chivos expiatorios. En ocasiones, los
chivos expiatorios son su propio padre, madre, amigos o
cualquier otra persona, y empiezan a planificar cómo
atacarlos. Poco a poco, van construyendo «razones» que
justifican por qué deben atacar a sus chivos expiatorios,
hasta que finalmente llegan a cometer el delito.
Todo lo que aprendemos de un proceso de este tipo es
que nunca tenemos que obligar a nadie a ser más de lo

146
que es y, en lugar de eso, debemos proporcionarles las
condiciones idóneas para que puedan progresar y cons-
truirse una imagen para la que estén preparados.
Mi Maestro solía decirnos que lleváramos cuidado
cuando alabáramos o halagáramos a alguien, ya que de
ese modo podemos construir una imagen para la que esa
persona no esté preparada.
A veces no acabamos de comprender la diferencia en-
tre estímulo y alabanza.
En el primer caso estimulamos los potenciales que
hay en una persona. Al alabar, en cambio, construimos
una imagen, cuyos potenciales, probablemente, todavía
no están activos.
También está la otra cara de la moneda. Una persona,
debido a sus hechizos y vanidades, intenta construirse
una imagen para la que no está preparada. El Maestro, el
líder, el padre o la madre intentan advertirle diciéndole
que no se construya una imagen que no pueda justificar
o soportar.
Se trata también de una tarea muy dificil porque uno
es odiado cuando se construye una imagen que sobrepasa
la realidad de la persona, pero también cuando se impide
que la persona intente construirse una imagen para la que
no está preparada.
¡Cuánto tacto se necesita para no despertar el odio o
complicar el progreso de la persona, a pesar de todas
nuestras buenas intenciones!

147
IS. Imágenesde fracasoy ataQues

Nuestros fracasos son acontecimientos complicados que


llevan consigo imágenes mentales, emociones y efectos fi-
sicos. Tienen especulaciones amenazadoras, temor y an-
siedad que cierran nuestra conciencia y penetran en nues-
tra mente subconsciente y nos obsesionan. Podemos
sentirnos obsesionados por nuestras propias imágenes de
fracaso.
Una vez que una persona se siente obsesionada por su
propio fracaso, se hace muy dificil convertirlo en un ser
humano capaz de alcanzar éxito. El fracaso en sí mis-
mo cuenta poco en comparación con la pérdida a la que
se enfrenta después de haber estado obsesionado por una
imagen de fracaso. La imagen de fracaso ataca cada uno
de los esfuerzos que hace una persona por tener éxito.
Algunas imágenes comunes de fracaso son creadas
por el fracaso en el matrimonio, en la educación de los
hijos, el provocado por amistades imprudentes, el fracaso
producido por el desempleo o el despido, el que se pro-
duce en las relaciones humanas, durante una conferencia
o actuación, el fracaso en el liderazgo o en conseguir di-
nero, o el fracaso en la confianza.

148
¿Qué es el fracaso? Es la incapacidad para expandirse
en Belleza, Bondad, Rectitud, Alegría, Libertad, servicio
e influencia. La imagen obsesiva de fracaso puede ser
destruida si la persona visualiza continuamente imágenes
de éxito, que es exactamente lo inverso de las circunstan-
cias bajo las que ocurrió el fracaso. Las imágenes de éxi-
to expulsarán la obsesión, la equilibrarán y la destruirán.
Es muy importante no permitir que se desintegre la
propia autoimagen. La desintegración de la autoimagen
viene causada por ataques exteriores e interiores.
Los ataques exteriores son la crítica maligna, la mur-
muración, la calumnia, el odio, los celos. Estas corrientes
de fuerza penetran lentamente en la propia y sagrada
autoimagen, y empiezan a destruirla como si se tratara de
termitas. Para protegerse de tales intrusos, tanto a sí mis-
mo como a la propia autoimagen, también tiene uno que
identificarse con la Imagen del Señor que lleva en el co-
razón.
Los ataques interiores proceden de la mente subcons-
ciente, o cuando uno se identifica con los ataques exte-
riores y se empieza a cambiar la autoimagen para adap-
tarla a la imagen que nos presentan los atacantes.
Los ataques subconscientes son registros de los mo-
mentos de fracaso, derrota, situación embarazosa y senti-
mientos de culpabilidad que han quedado registrados en
el subconsciente, mientras uno se veía agitado por la na-
turaleza más inferior. Los ataques interiores se constru-
yen a partir de formas de pensamiento cristalizadas que
se construyeron en momentos en que se expresaron bajas
opiniones sobre uno mismo, en comparación con otros.
Algunos ataques son muy frecuentes y cooperan con
los ataques exteriores para derrotar a la autoimagen.
Aquí me refiero a la autoimagen construida por la asimi-

149
lación más elevada del propio ideal, creada en los mo-
mentos en que se creyó realmente que se era «ese Yo... el
más radiante ...». Debe mantenerse en todo momento esa
clase de autoimagen en el corazón y conservarla allí
como el refugio más seguro.
No se debe permitir que los enemigos penetren en el
santuario del propio Yo y causen allí decadencia, porque
ese es el único santuario capaz de proteger la propia inte-
gridad, la identidad y el diamante que es uno mismo.
El santuario interior puede protegerle de todo mal, de
todo posible ataque, siempre y cuando deje que su guar-
dián interior permanezca vigilante.
La caída de las naciones, los grupos, las familias y los
individuos se inicia cuando permiten que su verdadera
autoimagen sea distorsionada, corrompida y degenerada.
Todos los males de la vida se inician con esa clase de de-
cadencia. La salud, la felicidad, la prosperidad y el poder
son signos de la integridad de la autoimagen.
La autoimagen debe permanecer en el interior del pro-
pio corazón, sólida y radiante como un diamante, incluso
en medio de las aguas llenas de barro de los enemigos
interiores y exteriores que nos atacan. Debe darse usted
cuenta de que es «más radiante que el Sol>>.
Todos sus fracasos son causados por sus elementales,
que se encuentran bajo su entrenamiento. No se identifique
con ellos durante su fracaso, y limítese a observarlos.
Gracias a esa observación puede mantener la integridad
de su propia autoimagen, que es el reflejo en usted de la
imagen del Todopoderoso.

150
16. Definiciónde liderazgo

Liderazgo no es posición. La gente cree que si se tiene


una posición, se es un líder. Antes al contrario, se puede
ser un esclavo. Se puede ser muy mal hombre y, sin em-
bargo, ocupar esa elevada posición.
Liderazgo tampoco es dinero. La gente cree que qmen
tenga dinero es el que dirige el espectáculo. Eso es cier-
to, pero sólo durante un corto tiempo.
Liderazgo tampoco es poder. La posición, el dinero y
el poder pueden ser herramientas efectivas en manos de
un líder sabio, siempre y cuando no se identifique con
esas herramientas. También puede suceder que, a través
de esas herramientas, conduzca a la destrucción a quie-
nes tienen fe en él.
La intención del líder tiene que ser la de conducir a la
gente hacia su propio y elevado destino, o crear las con-
diciones que les permitan ver su destino y sentirse capa-
ces de alcanzarlo.
Liderazgo es ser. Cuando se es un gran compositor, un
gran sanador o una gran autoridad en la ciencia, en la fi-
losofía o en la historia, ya se es un líder, tanto si se reco-
noce como si no. Algo que se escriba puede valer diez

151
millones de dólares porque uno sabe de qué está hablan-
do. Todas las falsificaciones terminarán por desvanecerse
con el transcurso de los siglos, pero uno permanecerá in-
cólume, corno una torre.
El liderazgo surge finalmente a la superficie porque
es el ser, esa es su naturaleza, del mismo modo que la
naturaleza de la madera es la de surgir a la superficie
cuando se la empuja debajo del agua.
Por ejemplo, un barco se hunde y, de repente, un hom-
bre, que hasta entonces había parecido insignificante, se
convierte en el líder. Lo dirige todo porque eso está en su
ser, no tiene miedo, posee visión, previsión, experiencia
que se ponen de pronto de manifiesto y se convierte en
el líder. Juana de Arco es un ejemplo maravilloso de ello.
Era una joven insignificante. ¿Qué ocurrió? En las horas
más oscuras de la historia de Francia, se convirtió en un
líder. Se limitó a decir: «Seguidme». Es el ser, y no el
poder lo que hace al líder.
El liderazgo es ser. No es una construcción artificial.
No es cosmético. No es convertirse en un oportunista que
se hace cargo del liderazgo. No es cambiarse de nombre,
de título, de rostro, de ponerse cosméticos para convertir-
se en el líder. Todas esas cosas terminarán por desapare-
cer. ¿Qué quedará entonces? Exactamente lo que se es, la
radiación del único Yo que hay dentro de uno.
Liderazgo es visión global. Cuanto más global se sea,
más liderazgo se ejercerá. La globalidad y la visión van
siempre asociadas con la previsión y la comprensión. La
previsión consiste en percibir lo que las causas del pre-
sente van a producir en el futuro, y la comprensión con-
siste en ver exactamente el estado del ser y las motiva-
ciones.
Liderazgo es conciencia en expansión. El liderazgo es

152
comprender las verdaderas necesidades de la gente. Por
ejemplo, podernos ver que el comunismo dio lugar a una
doctrina comunista, impuesta durante setenta años en las
cabezas de la gente, a pesar de lo cual esa misma gente
seguía hambrienta, sin ropas, sin casas. Los líderes eran
falsos líderes porque no veían las necesidades de la gen-
te. ¿ Qué necesita ahora esa gente? ¿Filosofía o zapatos?
Si lo que se ofrece es filosofía sin zapatos, no se dirige a
la gente, porque no se es sensible a sus necesidades.
Un hombre acudió a verme por lo menos diez veces
en un mes. «Quiero estudiar con usted», me dijo. «Va-
mos a ver, ¿por qué quiere estudiar conmigo?», le pre-
gunté. «Deseo estudiar filosofía, psicología. Deseo ser un
líder», me contestó. «No tiene ni un céntimo en el bolsi-
llo. ¿Comprende? Vaya y encuentre un negocio, un traba-
jo y consiga meter unos pocos dólares en el bolsillo.
Cene opípararnente, tenga una bonita casa, un aparta-
mento. Esta enseñanza no le ayudará. Lo que necesita
ahora mismo es encontrar un trabajo, ganar unos pocos
dólares.»
Era un hombre que tenía vanidad y ego. No sabía que
se había hipnotizado con la idea de que la Enseñanza
cambiaría su vida. ¿Qué es la Enseñanza? La Enseñanza
hace que uno se enfrente con sus propias necesidades y
trate de satisfacerlas. Por esa razón, cuando se es líder y
la gente acude a verle a uno, no se le dice: «Torne La
doctrina secreta y léalo». Es un libro maravilloso, pero
no se lo puede recomendar uno a alguien que no ha de-
mostrado previamente estar preparado para leerlo.
Una mujer acudió y me preguntó: «¿Puede enseñarme
cómo difundir amor, paz y belleza y tal y cual cosa?».
«Bueno, puedo empezar a enseñarle esas cosas si antes
regresa a su casa y hace las paces con su marido», le

153
contesté. «Es un ser detestable», me dijo ella. «Entonces,
¿cómo va a enseñar a los demás la luz, el amor y la be-
lleza si antes no los experimenta usted misma?»
Es doloroso ver estas cosas. Lo sé muy bien. Pero si
desea comprometerse con algo superior, si no tiene el
ser, si no pasó por los necesarios trabajos de la vida, no
puede hacerlo.
Liderazgo es radiación del Uno mismo. El Yo del Uni-
verso tiene que irradiar a través de usted. Eso es lideraz-
go. Decimos que Buda fue el líder más grande, o que
Cristo fue el líder más grande porque el Uno irradiaba a
través de ellos. En las enseñanzas de Buda no puede en-
contrarse ni una sola palabra que esté relacionada con el
odio, el separatismo y la destrucción. Lo mismo puede
decirse de Cristo.
Estuvo Devadatta, el primo de Buda. Se encolerizó
mucho con Buda e hizo que la vida de éste fuera muy
miserable. Un buen día, Buda caminaba por las montañas
y Devadatta hizo rodar un gran canto rodado sobre un
precipicio, con la intención de matarlo. Sólo los dedos de
los pies de Buda quedaron aplastados. «Devadatta, ¿por
qué haces esto? Yo te amo», le dijo.
En otra ocasión, Devadatta se vio arrebatado por un
acceso de celos y deseó vengarse. Buda tenía un elefante
blanco y Devadatta lo mató.
Luego, hubo un rey, un amigo muy íntimo de Buda,
que le proporcionó, tanto a él como a sus numerosos dis-
cípulos, alimentos y cobijo. El hijo del rey se hizo amigo
de Devadatta, quien le dijo: «Ve y mata a tu padre para
que puedas convertirte en rey», y el muchacho fue y
mató a su padre y se convirtió en rey. Una vez convertido
en rey, Devadatta tuvo poder sobre él y le dijo: «Corté-
mosles todo su alimento; vamos a devastarlos». Masacra-

154
ron a un gran número de discípulos, lo que devastó al
grupo de Buda.
También leemos que un día Devadatta se disponía a
asesinar a Buda con una daga. Durante el camino, cayó
en un agujero, y el agujero se lo tragó. Días más tarde,
un estudiante le preguntó a Buda: «¿Cuál será el futuro
de Devadatta?», a lo que Buda contestó: «Hace muchos
miles de años, Devadatta fue una vez mi Maestro. Me
impartió el ABC de la Enseñanza. Le perdono por todo
lo que hizo y dentro de muchos miles de años será un
Buda».
Liderazgo es la capacidad para usar el arte de la co-
municación de tal modo que la gente comprenda su pro-
pia estupidez y sus obstáculos. El liderazgo ayuda a esas
personas a cultivar su razón y su lógica y a fortalecerse a
sí mismas.
El liderazgo ofrece insinuaciones y sugerencias. Si la
gente está lo bastante despierta comprenderá de qué está
hablando el líder, pero su propia estupidez tiene que po-
nerse de manifiesto.
La estupidez es cualquier cosa que vaya en contra de
la supervivencia, cualquier acción que impida el progre-
so, la expansión. La estupidez es utilizar esos pensamien-
tos, esas palabras y acciones que van en contra de los
más elevados y propios intereses. Si hace usted algo que
vaya realmente en contra de sus intereses más elevados,
es un estúpido. Naturalmente, se pueden hacer muchas
cosas estúpidas, pero si reconoce que las hizo y se propo-
ne no volver a hacerlas, ¡estupendo! Queda perdonado,
pero no repita sus errores.
El liderazgo tiene tres factores que son los más impor-
tantes.

155
1. El líder debe saber el destino hacia el que dirige
a los demás. El líder tiene que saber hacia dónde los
conduce. Un ciego no puede conducir a otro ciego. Eso
ya lo dijo Cristo. Los líderes ciegos no pueden conducir
a los ciegos en la dirección correcta. El destino tiene que
ser comprendido. ¿Qué es el destino? ¿Hacia dónde va a
conducir a esa gente?
Supongamos que nos encontramos en el bosque o en
el desierto. Supongamos que es usted el líder y yo le pre-
gunto: «¿Adónde vamos?». Si usted me contestara «No
lo sé», ¿qué clase de líder sería? ¿Adónde va a conducir
a esa gente? ¿Conoce usted el destino?
Lo primero que tienen que desarrollar los líderes es el
conocimiento de hacia dónde van a conducir a la gente
que los acepta como sus líderes. Naturalmente, los líde-
res deben conducirlos hacia la Belleza, la Bondad, la
Rectitud, la Alegría, la Libertad, la manifestación de su
divinidad interior, el espíritu de sacrificio y hacia el nú-
cleo interior, sin que importe lo que eso les pueda costar.
Esa es la parte más dificil.
Una vez que el líder conozca el destino, no se va a
molestar demasiado en hacer que la gente se sacrifique
por llegar a ese destino. Algunos de ellos pensarán que
es demasiado sentarse durante media hora y dedicarse a
meditar, que es demasiado acudir a los seminarios. El lí-
der dice: «No venga si no está dispuesto a seguir hacia su
destino. ¿Por qué quiere entonces ir hacia su destino?».
Mientras tanto, el líder va a ser duro, y una vez que
sepa el destino, va a preguntar: «¿Quiere ser un hombre
con salud, un hombre feliz?». «¡Sí!» «Entonces, pase por
la disciplina.»
Hubo una hombre ávido que era millonario y que acu-
dió a verme. «Le voy a pedir algo. ¿Cómo puedo ser un

156
iniciado del quinto grado?», me preguntó. «Oh, eso es
muy fácil. Si me entrega un millón de dólares será un
iniciado del quinto grado.» «Olvídelo», replicó el hom-
bre. Eso fue la demostración de que consideraba que un
millón de dólares tenía un valor superior al hecho de al-
canzar la maestría. Yo le dije: «Váyase, he visto a miles
como usted. Aunque me diera ese dinero, no le ayudaría
para nada porque el logro es algo que no se puede com-
prar. Sólo se puede realizar».
¿Qué sacrificios hizo usted para llegar a su destino?
¿Cómo le va a enseñar el Maestro? ¿Sabe cómo sacrifi-
carse? ¿No? En tal caso, continúe durante unos cuantos
siglos más. Sufra más. Entonces descubrirá cómo hacerlo.
Hay otra forma dolorosa de enseñar a los estudiantes
a levantarse sobre sus pies. Hubo un Maestro al que estu-
ve vinculado como una lapa. Allí donde él iba, yo era su
lapa. El hombre se dio cuenta de que yo dependía dema-
siado de él. Un día, cuando subíamos los escalones para
entrar en el templo superior, me propinó una patada y me
hizo rodar y rodar, produciéndome cortes y arañazos. Yo
me dije: «¿Por qué habrá hecho eso?». Regresé a mi ha-
bitación, lloré un poco y me limpié las heridas; luego,
lentamente, ascendí hacia el templo y acudí a sentarme
cerca de los pies de mi Maestro, como un gato. «¿Apren-
diste la lección?», me preguntó. «Sí, señor», le contesté.
«Entonces, hazlo», me dijo. Inmediatamente, me levan-
té y me instalé ante la puerta principal. ¡Eso es un discí-
pulo!
¿Cómo puedo saber que es usted realmente fiel? Si le
ofrezco un trabajo y luego se lo quito y se lo ofrezco a su
enemigo, usted empezará a calumniarme. En ese caso ha-
bría demostrado que estaba usted realmente podrido. En
los monasterios se hacen esta clase de pruebas. También

157
son prácticas porque permiten conocer inmediatamente a
la persona. Esta clase de pruebas nos delatan.
Así pues, el líder debe conocer primero su destino. No
lo olvide.

2. El líder también tiene que conocer el camino. Si


sigue usted el camino de la política, tiene que saber lo
que es la política. En la educación, tiene que saber lo que
es la educación; en la mecánica, tiene que saber lo que es
la mecánica; en las finanzas, tiene que conocer las finan-
zas. Una persona que actúe en un campo y que sea igno-
rante de las leyes, reglas y conocimientos que rigen en
ese campo, no puede ser un líder porque es ignorante.
¿Desea ser un líder en el ámbito de las computadoras?
¿Cómo puede ser un líder si no sabe cómo funcionan las
computadoras? ¿Desea ser un gran líder en medicina?
Para eso tiene que convertirse en una verdadera autoridad
en la materia. El conocimiento del campo significa estu-
diar y observar hasta convertirse en maestro dentro de
ese campo. ¿Cómo puede ser eso? Usted no desea medi-
tar y, sin embargo, pretende enseñar meditación. Es algo
realmente absurdo. Tiene usted que saber de qué está ha-
blando.

3. La preparación es el tercer factor importante en el


liderazgo. Si no se está preparado, no se es un líder. La
preparación significa que el cuerpo fisico debe ser capaz
de soportar la presión a la que lo someterá la gente. De
modo similar, su cuerpo emocional y su cuerpo mental
son capaces de manejar las presiones. No se agrieta ni se
desmorona por ello. La mayoría de los líderes se agrie-
tan. Desarrollan enfermedades, defectos psicológicos y
diferentes cosas debido a que la presión les resulta exce-

158
siva cuando no están preparados para soportarla. Va a te-
ner que desarrollar preparación, tanto fisica como emo-
cional y mental, y especialmente en su corazón.

He leído dos o tres libros sobre el liderazgo entre los


militares, pero me he dado cuenta de una cosa. El cora-
zón estaba ausente y, en pocas palabras, puedo asegurarle
que sin corazón no hay liderazgo. No importa lo que se
sea, si su corazón está dormido o muerto, será un líder
detestable. Estará dirigiendo a la gente hacia la destruc-
ción. El corazón tiene que estar ahí.
Así pues, todo lo que hace un líder consiste en cons-
truir una autoimagen de elevada calidad en sus colabora-
dores.
La autoimagen controla su vida. Usted actúa, siente y
piensa tal como se imagina que es. La autoimagen con-
trola toda su vida sin necesidad de hacerle saber que es
otra cosa lo que controla su vida.
La autoimagen es todo un programa que condiciona
todo lo que hace, a cualquier nivel. Es interesante ver
que uno se identifica lentamente consigo mismo y con su
autoimagen, con su programación, sin darse cuenta si-
quiera de que la autoimagen es algo que él mismo ha
creado.
Una vez que se ha convertido en la autoimagen que
usted mismo ha fabricado, piensa, siente y actúa como si
fuera su autoimagen. ¿Cómo puede crecer y liberarse a sí
mismo de esa prisión que se ha construido?
En esta fase, y aunque la gente le diga que se equivo-
ca o que se está engañando a sí mismo, no los compren-
derá porque le será muy dificil alejarse de su propia
autoimagen y observarla de modo independiente.
Pero si, gracias a alguna ayuda, es capaz de apartarse

159
de su autoimagen y programación, resurgirá por encima
de lo que está haciendo. Esa clase de distanciamiento
será el principio de su crecimiento espiritual y de su li-
bertad.
Puede ayudarse a sí mismo al observar atentamente
sus pensamientos, sentimientos y acciones, y preguntarse
a sí mismo: «¿Por qué pienso de este modo, o actúo de
esta forma cada vez que me encuentro en una situación
similar o con la misma clase de gente?». Una vez que se
dé cuenta de que hay algo que controla mecánicamente
su comportamiento, puede dar los pasos necesarios para
cambiarlo.
En la mayoría de los casos necesita un Maestro que
debe confiar en su sinceridad y que actuará como su ver-
dadero Yo, indicándole aquellas cosas que son mecánicas
o que representan su autoimagen.
Si una persona es un verdadero Maestro, puede ayu-
dar a los demás a destruir sus imágenes negativas. Si no
es un verdadero Maestro, con sus ataques no hace más
que fortificar la negativa imagen de la víctima.
En cierta ocasión, nuestro Maestro le dijo a un estu-
diante que estaba actuando como un zorro, y le aconsejó
que descubriera por qué. El muchacho quedó impresio-
nado porque sabía que el Maestro tenía elevadas inten-
ciones. Se alejó azorado, pero llevó a cabo un meticuloso
estudio de su propio comportamiento.
Durante una reunión celebrada cinco meses más tarde,
este estudiante confesó y reveló que el Maestro había te-
nido razón al llamarlo zorro, y dijo: «Después de haber
leído algunas historias y fábulas sobre los zorros, así
como sobre las características del zorro, comprendí que
estaba actuando realmente como un zorro, de una forma
sigilosa, astuta, engañosa, manipuladora, imitadora. Final-

160
mente, tengo una oportunidad de ser un verdadero ser hu-
mano».
Su carácter cambió hasta tal punto que el Maestro lo
bendijo, y dijo que había alcanzado una gran victoria so-
bre sí mismo.
Las fábulas de Esopo se refieren a autoimágenes bue-
nas y malas representadas por animales. Tales escritos se
pueden utilizar como espejos para ver una imagen que
en ocasiones se halla oculta bajo el ego, la vanidad y el
egoísmo.
Está bien el señalar los aspectos defectuosos de una
imagen y despertar la conciencia de la persona para que
trascienda su imagen cristalizada.
Un día, una señora se acercó para quejarse ante mi
Maestro. Después de escucharla, él le dijo: «¿Sabe que
tiene usted por lo menos sesenta y cinco años de edad?».
«Sí, lo sé», admitió ella.
«Y sin embargo no sabe que está actuando y hablando
como si fuera una muchacha de dieciséis años. ¿No se da
cuenta de que ya no es una jovencita de dieciséis años?»
Ella dirigió una mala mirada al Maestro y se alejó.
Varios meses más tarde regresó y le dijo al Maestro:
«Me redimió usted de mi prisión. Reflexioné durante
mucho tiempo y finalmente me he convertido en la per-
sona que soy ahora. Lo interesante es que todos mis pro-
blemas de adolescente se evaporaron al realizar mi verda-
dero Yo». El maestro sonrió, la abrazó y la dejó partir.
Más tarde, cuando le pregunté por lo que había ocu-
rrido, me dijo: «Ella es una heroína. Fue capaz de dejar
atrás su imagen. No todo el mundo puede hacer eso».
Nuestras imágenes son las que dirigen el espectáculo de
nuestra vida. Y si actuamos de modo diferente a corno so-
mos en realidad, acabamos fracasando en nuestra vida.

161
Cuando un Maestro trata de ayudarle a cambiar su
autoimagen, lo hace así cuando se da cuenta de que está
usted preparado para ello, o cuando exige el cambio. Le
ayuda no a través del odio o con la intención de humi-
llarlo, sino con la intención de liberarlo de su «vieja ima-
gen» que le ha retenido durante tanto tiempo como re-
hén. Le hace darse cuenta de la belleza de una nueva
imagen.
La nueva imagen significa el nuevo nivel de concien-
cia que tiene, pero con el que no vivía de acuerdo. Trata
de ayudarle a descubrir el nuevo nivel de su conciencia, y
hacerle comprender lo diferente que es su vida y cómo
puede cambiar de «piel», para desarrollar una nueva ima-
gen.
Muchas personas lograron hacer avanzar un poco su
conciencia, pero todavía viven en las pautas y en los re-
covecos de su antigua conciencia.
Vivir de acuerdo con la elevada conciencia actual de
uno mismo es un proceso de realización. Se realiza usted
en su vida de acuerdo con la nueva conciencia que ya tie-
ne. Pero todo su propósito consiste en manifestar, paso a
paso, la divinidad, lo eterno y lo infinito que hay en us-
ted.

162
Glosario

Alma: conocida también como Angel Solar.


alma: en minúscula se refiere a la psique humana, a la chispa
que viaja por el camino de la evolución y que tiene tres
poderes: fuerza de voluntad, atracción e inteligencia para
guiar su desarrollo. Conocida también como el alma hu-
mana en evolución.
Ámbito astral: conocido también como el mundo sutil o el
plano astral, o el plano emocional. Véase Planos.
Ámbito etéreo: la contrapartida del séptimo plano del plano
cósmico fisico, que impregna y sostiene los procesos fisi-
cos. Conocido también como plano etéreo-fisico.
Ámbitos mentales: el plano mental. Conocido también como
el mundo feroz. Véase Planos.
Ángeles Solares: seres muy avanzados que sacrificaron su
vida, descendiendo desde los mundos superiores para ayu-
dar a la evolución de la humanidad y guiar sus pasos ha-
cia la iniciación. Esto ocurrió en nuestro planeta a media-
dos del período lemuriano.
Ángel guardián: véase Ángel Solar.
Antahkarana: el camino, o puente, que existe entre la mente
superior y la inferior, y que sirve como un medio de co-
municación entre los dos. Es formado por el propio aspi-

163
rante. Es triple: el hilo de la conciencia, anclado en el ce-
rebro; el hilo de la vida, anclado en el corazón, y el hilo
creativo, anclado en el cuello. Se le llama, más común-
mente, el puente arco iris, o el puente dorado.
Arquetipo: el modelo original del que han sido copiadas to-
das las cosas del mismo tipo. La fuente regenerativa de
ese tipo.
Autorrealización: es el proceso de iluminación durante el
que se encuentra el propio Yo en el Yo de otros y final-
mente se convierte en Uno mismo con todo. Al convertir-
se en Uno, se entrega todo y se ama todo.
Avatares: grandes seres de los campos solar o galáctico, envia-
dos cíclicamente para ayudar al progreso de la humanidad;
son fuentes condensadas y personificaciones de energía.
Bhagavad Gita: una parte de un poema épico llamado el
Mahabharata. La historia simboliza el despliegue del alma
humana en la fase de transición hacia la autoconciencia.
Chispa: una mónada humana caída en la materia.
Cuarta iniciación: la iniciación de la crucifixión durante la
que el Ángel Solar se marcha y el Cáliz queda destruido
mediante el pleno despertar del alma humana o núcleo.
Doctrina secreta: un libro escrito por Helena Blavatsky en
1888.
Elementales: las vidas que operan el cuerpo que habitan; son
tres: el elemental fisico, el elemental astral y el elemental
mental.
Enseñanza, la: la suma total de Enseñanzas dadas por los
grandes Maestros espirituales a través del tiempo. Tam-
bién se cita como Sabiduría sin tiempo, Sabiduría antigua
o Enseñanza antigua.
Fuerzas oscuras: agentes conscientes del mal o del materia-
lismo que funcionan a través de elementos de desunión,
odio y separación.
Grandes: seres que han tomado la quinta iniciación o han
ido incluso más allá. Véase Maestro.

164
Grandes sabios: también conocidos como grandes. Véase
Maestro.
Hechizos: formas astrales con una vida propia que existen en
el cuerpo emocional. Cuando una persona desea algo in-
tensamente, la forma astral de ese deseo es denominada
hechizo. Estas formas flotan en el aura de la persona y co-
nectan con ciertos centros astrales y etéreos, ejerciendo un
gran poder sobre las acciones, emociones, pensamientos
y relaciones de una persona. Por ejemplo, a una persona
así no le gusta escuchar nada que vaya en contra de sus
deseos.
Ilusión: se forma cuando una persona tiene un contacto men-
tal con inspiraciones, ideas, visiones, revelaciones, pero,
debido a una mente inadecuadamente preparada, a un es-
tar centrado sobre sí mismo, al egoísmo y al pensamiento
cristalizado, la persona es incapaz de traducir en su forma
correcta las energías que le llegan. La ilusión resultante es
una mala traducción de algo concreto y real. Así pues, las
ilusiones contienen hechos distorsionados.
Iniciaciones: el resultado de un progreso continuado de una
persona hacia sus objetivos en la vida, logrados a través
del servicio y del sacrificio, y manifestados como una ex-
pansión de su conciencia. Representa un punto de logro
marcado por un nivel de iluminación y conciencia.
Iniciado: una persona que ha pasado por una iniciación.
Iniciado del quinto grado: uno que se ha liberado del karma
y del ciclo de la encamación.
Jerarquía: la jerarquía espiritual, cuyos miembros han triun-
fado sobre la materia y tienen un control completo de la
personalidad, o del yo inferior. Sus miembros son conoci-
dos como Maestros de sabiduría que son los custodios del
plan para la humanidad y de todos los reinos que evolu-
cionan dentro de la esfera de la Tierra. Es la jerarquía la
que traduce el propósito del logos planetario en un plan
para todos los reinos del planeta.

165
Karma, ley del: la ley de la causa y el efecto, o de la atrac-
ción y la repulsión. «Aquello que siembres, eso cosecha-
rás.»
Maestro: un individuo que tuvo el privilegio de dominar sus
cuerpos fisico, emocional, mental e intuitivo.
Mundo feroz: se refiere al plano mental o por encima.
Mundos sutiles: todos los planos o mundos que se encuen-
tran más allá del fisico.
Nasruddin, Mullah: un maestro cuya vida pareció cómica,
pero cuyas acciones y palabras siempre transmitieron a la
gente algún gran principio, enseñanza, o virtud.
Núcleo: la esencia o chispa de Dios que hay dentro de cada
ser; el Yo.
Obsesión: estado inconsciente de encontrarse bajo el control
de una o más ideas, pensamientos, urgencias, impulsos,
etcétera.
Personalidad: totalidad de los cuerpos fisico, emocional y
mental de un hombre.
Plano mental: véase Planos.
Plano mental cósmico: véase Planos cósmicos.
Planos: hay siete planos a través de los cuales viaja un ser
humano. Desde el más inferior hasta el superior, se les lla-
ma: fisico-etéreo, emocional o astral, mental, intuitivo o
búdico, átmico, monádico y divino. El plano del nivel más
inferior es el número siete, y el plano del nivel más supe-
rior es el número uno. Cada plano está dividido a su vez
en siete niveles.
Planos cósmicos: los siete planos de la manifestación cósmi-
ca: lo cósmico fisico, lo cósmico astral, lo cósmico men-
tal, lo cósmico intuitivo, lo cósmico átmico, lo cósmico
monádico y lo cósmico divino.
Posesión: estado inconsciente de estar bajo el control de una
o más entidades desencarnadas.
Rayos, siete: son los siete rayos fundamentales a través de
los cuales existe todo. Son pura energía, vibran en una

166
frecuencia específica y se condensan de un plano a otro,
de una manifestación a otra. Los tres primeros rayos fun-
damentales, o rayos del aspecto, son: el primer rayo de
poder, voluntad y propósito; el segundo rayo de amor-sa-
biduría; el tercer rayo de inteligencia activa y creativa.
Hay cuatro rayos de atributo: el cuarto rayo de la armonía
a través del conflicto; el quinto rayo de la ciencia concreta
o conocimiento; el sexto rayo del idealismo o devoción; el
séptimo rayo de la síntesis o el orden ceremonial. Estos
rayos indican cualidades que pertenecen a los siete cam-
pos de la actividad o la expresión humanas.
Sánscrito: una lengua antigua de la India, que es una de las
más antiguas del mundo.
Sublimación: cambiar la sustancia de un cuerpo o de un cen-
tro a otra sustancia superior, mediante un proceso de puri-
ficación, transmutación, transformación y transfiguración.
Sugestión posthipnótica: una sugestión hipnótica recibida
por el cuerpo mental durante momentos de dolor, gran ex-
citación, enfermedad o gran éxito, cuando uno transfiere
momentáneamente la conciencia fuera del cuerpo o la en-
foca sobre las esferas emocional y mental inferiores. Son
los momentos en que la conciencia está dormida hasta
cierto punto y en que una persona somete su voluntad al
flujo constante de las sugestiones hipnóticas que le llegan
desde diversas fuentes.
Transfiguración: el resultado de la acción del fuego eléctri-
co sobre la mente superior. Se liberan las luces existentes
en los pequeños átomos de la personalidad y toda la per-
sonalidad se ve purificada.
Transformación: el resultado de la acción del fuego solar
sobre el cuerpo astral. El cuerpo astral se encuentra bajo
la influencia del Ángel Solar y del plano intuitivo.
Transmutación: el resultado de la acción del fuego de la
mente sobre el cuerpo fisico. El cuerpo fisico se encuentra
bajo el control del alma humana.

167
Uno, el: la conciencia universal que impregna toda la exis-
tencia.
Verdadero Yo: véase Yo.
Yo: en mayúscula es otro término para referirse al núcleo del
ser humano. El verdadero Yo es el alma humana en de-
sarrollo que se despliega y que trata de liberarse a sí mis-
ma, regresar a su Padre, y convertirse en el verdadero Yo.
yo: en minúscula se refiere a la suma total de los cuerpos fí-
sico, emocional y mental del hombre. Comúnmente llama-
do «yo inferior» o personalidad.
Yo real: véase Yo.
Yo todopoderoso: la gran Entidad, que impregna y sostiene
todas las cosas en todos los niveles de la existencia.

168
Sobre el autor

Este es el último libro publicado de Torkom Sarayda-


rian. Muchos más serán editados muy pronto. Sus com-
posiciones vocales e instrumentales se cifran en cientos,
y están siendo publicados.
Los libros del autor han sido utilizados en todo el
mundo como fuentes de guía e inspiración para la verda-
dera Nueva Era basada en las enseñanzas de la Sabiduría
intemporal. Algunos de los libros han sido traducidos a
otros idiomas, incluidos el alemán, holandés, danés, por-
tugués, francés, español, italiano, griego, yugoeslavo y
sueco. El autor pronuncia conferencias y seminarios en
Estados Unidos, así como en otras partes del mundo.
Toda la vida de Torkom Saraydarian ha sido un celoso
esfuerzo por ayudar a la gente a vivir vidas sanas, alegres
y con éxito. Durante toda su vida ha difundido incansa-
blemente su mensaje de amor y verdadera visión.
Desde la pubertad, el autor aprendió de primera mano
de maestros de la Sabiduría intemporal. Ha estudiado
ampliamente las religiones y filosofias del mundo. Ade-
más, es un consumado pianista, violinista y toca también
otros muchos instrumentos, como el violoncelo. Sus li-

169
bros, conferencias, seminarios y música son inspiradores
y ofrecen una verdadera comprensión de la belleza de la
Sabiduría intemporal.
Los libros y la música de Torkom Saraydarian hablan
directamente a los corazones y las mentes de la humani-
dad ávida por efectuar un cambio positivo. Sus libros,
que abarcan un amplio espectro de la existencia humana,
están escritos de una forma directa, sin pretensiones, clara
y a menudo humorista. Sus obras se basan en experien-
cias personales, muy variadas y ricas. Ofrece compren-
siones y explicaciones a cualquiera que esté interesado
en aplicar las guías espirituales a su vida cotidiana. Su
método es práctico, sencillo y puede ser leído con facili-
dad por todo aquel que se sienta interesado por descubrir
el verdadero significado de la vida.
Torkom Saraydarian ha desmitificado los misterios de
la Sabiduría intemporal. Ha establecido el tan necesario
vínculo entre los mundos espiritual y cotidiano.
Busque los nuevos y excitantes libros, música y vídeos
que están siendo editados por Torkom Saraydarian.

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Referenciasbibliográficas

Agni Yoga Society, Nueva York, Agni Yoga Society, Lea-


ves of Mmya 's Garden, vol. 1, 1953.
Saraydarian, Torkom, West Hills, CA, T. S. G. Publishing
Foundation, Inc.
Dinamycs of Success, 1992.
New Dimensions in Healing, 1992.
Olympus World Report ... The Year 3000, 1993.
Other Worlds, 1991.
The Subconscious Mind and the Cha/ice, 1993.
The Year 2000 & After, 1991.

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Índice

1. ¿Que' es 1a aut01magen.
. ? . ................ . 7
2. Identificación de la autoimagen .......... . 39
3. Autoimágenes antiguas ................. . 47
4. Autoimagen y éxito .................... . 56
5. Imágenes negativas .................... . 60
6. Imágenes como actores ................. . 63
7. Imágenes pasadas ...................... . 67
8. La imagen del Señor ................... . 72
9. Grandes imágenes y energía de grupo ...... . 79
1O. Autoimagen y liderazgo ................. . 88
11. Imágenes destructivas .................. . 98
12. Construcción de buenas imágenes ......... . 112
13. Obsesión por las imágenes de vidas anteriores 139
14. Imágenes forzadas ..................... . 145
15. Imágenes de fracaso y ataques ........... . 148
16. Definición de liderazgo ................. . 151
Glosario ............................. . 163
Referencias bibliográficas ............... . 171

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