Está en la página 1de 1

RESUMEN DEL DIÁLOGO CON EL NIÑO

Nicole de 9 años vive en el barrio Porvenir de la localidad séptima de Bogotá. En su hogar


vive con su papá, su mamá y su hermano mayor. Ella está cursando el grado 3° en uno de
los colegios de la zona.
La pregunta que orientó el diálogo fue la siguiente: ¿Qué es la soledad? ¿La has
experimentado?
El contexto de la pregunta surge a partir de generar confianza en Nicole. Ella me comienza
a contar de su familia, y a pesar de que es muy numerosa, ella dice que ve a su hermano
mayor sentirse sólo, y que ella también a veces lo experimenta, a pesar de vivir rodeada de
personas.
A medida que el diálogo iba avanzando me interesé en permitirle que se exprese con toda
libertad.
En medio del diálogo surgió una pregunta bastante curiosa: “¿Por qué Dios permite la
soledad?” Inmediatamente después ella empezaría a responder esa pregunta.
En varios momentos del diálogo, me encontraba con ideas y pensamientos que, a mi gusto,
eran diferentes y difíciles de entender el porqué surgían en la conversación, pero les
brindaba total respeto, y procuraba generarle más preguntas a la niña.
A lo largo de la conversación, entre esas ideas difíciles de unir con el tema de la soledad,
ella habló de la luna y lo lejos que estaba del sol, y afirmó que su color era de tristeza,
porque permanecía sola. En su momento quedé asombrado con la respuesta que ella dio a
ese estado natural de la luna, asociándola con el tema de la soledad.
Es así como se fue dando el tema de la soledad con Nicole de 3 años. Al final de la
conversación me encontré con que ella le gustaba mucho permanecer en su habitación, pero
era porque sus papás dedicaban gran parte de su tiempo en el trabajo; su hermano, se le veía
muy poco, pues se dedicaba a su universidad, y cuando llegaba a la casa, se encerraba en su
habitación. Pensaría ella al final que, cada persona es un mundo completamente diferente.
Conclusión
A modo de conclusión, el diálogo estuvo marcado por la libertad, ya que, dejaba a Nicole
ser completamente libre de expresar sus ideas. Evitaba limitar su razonamiento, y le brindé
la confianza necesaria para llevar a cabo el diálogo. Considero que el eje transversal de la
conversación fue mostrar respeto por las ideas de la niña, siento empático y cuidadoso en la
comunicación, y sobre todo, tratando de percibir la realidad de la niña, desde lo que
consideraba era la suya.

También podría gustarte