Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Introducción
En respuesta a la pregunta del Señor “¿Qué quieres que yo haga para que
tengáis luz en vuestros barcos?”, el hermano de Jared preparó dieciséis
piedras y con humildad le pidió al Señor que las tocara “para que [brillaran] en
la obscuridad” (Éter 2:23; 3:4). Por causa de la gran fe del hermano de Jared,
él vio al dedo del Señor tocar las piedras. El Señor entonces se mostró al
hermano de Jared y le reveló muchas cosas. El Señor le mandó al hermano de
Jared que escribiera lo que había visto y escuchado, y que sellara esos escritos
hasta que el Señor deseara sacarlos a la luz.
Sugerencias para la enseñanza
Éter 3:1–20
El Señor toca las piedras para proporcionarles luz a los
barcos jareditas y se muestra al hermano de Jared
Invite a un alumno a cumplir la función de escriba. Luego hágales la siguiente
pregunta a los alumnos y pídale al escribiente que haga una lista en la pizarra
que incluya las respuestas de los alumnos.
¿Cuáles son algunas de las cosas por las que los adolescentes oran
sinceramente?
Pídales a los alumnos que se imaginen que uno de sus amigos está orando por
una de las cosas anotadas en la pizarra. Ese amigo desearía saber cómo
mejorar sus oraciones y sus hechos a fin de poder recibir la ayuda y la guía del
Señor. Invite a los alumnos a pensar en esta petición mientras estudian el
ejemplo del hermano de Jared, en Éter 3, y a buscar ideas que podrían
compartir con su amigo.
Recuérdeles a los alumnos que en la lección anterior se habló acerca del relato
de cuando el hermano de Jared le preguntó al Señor cómo iluminar los barcos
de los jareditas.
Cuando los alumnos lean Éter 3:2, quizá tengan preguntas acerca de las frases
“somos indignos delante de ti” y “nuestra naturaleza se ha tornado mala
continuamente”. Ayúdelos a entender que, cuando el hermano de Jared usó
esas palabras, se estaba refiriendo al estado que heredamos “por causa de la
caída”. Estamos física y espiritualmente separados de Dios, y nos separamos
aún más de Él cuando pecamos. Al compararnos con Él, somos débiles e
indignos y, sin Su ayuda, jamás podríamos regresar a morar en Su presencia.
A fin de ayudar a los alumnos a lograr una mejor comprensión del significado
de los versículos que han leído, haga estas preguntas:
¿Por qué creen que es importante que reconozcamos que dependemos del
Señor cuando pedimos Su ayuda?
En Éter 3:1–5, ¿qué evidencia ven de que el hermano de Jared tuviera fe en
que el Señor podría ayudarlo a solucionar su problema? (Según sea
necesario, inste a los alumnos a buscar frases que describan el empeño del
hermano de Jared y frases que muestren su confianza en el Señor.)
Para enfatizar el poder de la fe del hermano de Jared, pídale a un alumno que
lea estas palabras del élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce
Apóstoles:
“Sin duda Dios, y también el lector, siente algo muy impactante frente a la
inocencia y el fervor de niño que hay en la fe de este hombre: ‘He aquí, oh
Señor, tú puedes hacer esto’. Tal vez no existe frase más potente y llena de fe
pronunciada por hombre alguno en las Escrituras… Por más inseguro que esté
el profeta en cuanto a su propia capacidad, no tiene ninguna duda en cuanto al
poder de Dios” (“Rending the Veil of Unbelief”, in Nurturing Faith through the
Book of Mormon: The 24th Annual Sidney B. Sperry Symposium, 1995, pág.
12).
Muestre la lámina El hermano de Jared ve el dedo del Señor (62478; Libro de
obras de arte del Evangelio, 2009, N° 85). Pida que un alumno lea Éter 3:6.
Pídale a la clase que siga la lectura y que se imagine cómo habrá sido para el
hermano de Jared la experiencia registrada en ese versículo.
¿Qué pensarían o sentirían si tuvieran una experiencia similar a la del
hermano de Jared?
Pídales a los alumnos que mencionen palabras que podrían usarse para
completar la declaración. Los alumnos deberían indicar que la
palabra fe completa la oración. También podrían mencionar palabras
como esfuerzo, humildad, necesidades y sinceridad. Ayúdelos a darse cuenta
de que todas estas palabras representan expresiones de nuestra fe. Luego
complete la declaración en la pizarra: Si acudimos con humildad al Señor, Él
nos bendecirá según nuestra fe y Su voluntad.
Haga referencia a la lista que hicieron en la pizarra al comienzo de la lección.
Seleccione uno o dos puntos de la lista e invite a los alumnos a que compartan
sus ideas en cuanto a la forma en que una persona podría mostrar fe en el
Señor en esas situaciones específicas. Cuando los alumnos hayan comentado
sus ideas, vuelva al principio que acaba de anotar en la pizarra.
¿Qué experiencias han tenido que los han ayudado a saber que este
principio es verdadero?
Pida a algunos alumnos que se turnen para leer Éter 3:9–12 en voz alta. Pídale
a la clase que siga la lectura. Después hágales las siguientes preguntas:
Cuando el Señor preguntó “¿Creerás las palabras que hablaré?”, el
hermano de Jared dijo: “Sí, Señor” (Éter 3:11–12). ¿Por qué creen que es
importante que el hermano de Jared se comprometiera a creer en las
palabras del Señor antes de escucharlas?
Explique que, después de que el élder Holland enseñara acerca de la fe que se
basa en experiencias pasadas, enseñó en cuanto a una fe más completa, la
cual debemos desarrollar. Pida a un alumno que lea la siguiente declaración
del élder Holland:
“La fe redentora a menudo se debe ejercer en lo referente a experiencias
venideras, a lo desconocido, lo cual ofrece una oportunidad para lo milagroso.
La fe rigurosa, la que mueve montañas, como la del hermano de
Jared, precede al milagro y al conocimiento … La fe es aceptar de forma
incondicional —y por anticipado— cualquier condición que Dios pueda exigir
tanto en el futuro cercano como en el lejano.
“La fe del hermano de Jared era completa” (Christ and the New
Covenant, págs. 18–19).
Inste a los alumnos a considerar si tienen suficiente fe en el Señor como para
comprometerse a creer y seguir lo que Él les revelará incluso antes de que lo
revele.
“En ningún lugar de las Escrituras hay un relato más claro en cuanto a la naturaleza del
cuerpo del Espíritu del Señor Jesucristo y, por supuesto, de las características de nuestro
propio espíritu. El hermano de Jared no solo vio el dedo del Jesucristo premortal, sino que
efectivamente contempló todo el cuerpo de Su espíritu (véase Éter 3:6, 13). Es una
enorme bendición y una ventaja el entender la divinidad premortal de Jesucristo y también
nuestra identidad espiritual anterior a nuestro nacimiento en la carne. Este conocimiento
que traspasa los límites tradicionales fue la consecuencia directa de la fe sin límites del
hermano de Jared” (en Heroes from the Book of Mormon, 1995, pág. 185).
ANTERIOR
SIGUIENTE
Imprimir
Compartir
Español
Éter 4–5
El Libro de Mormón, Manual del maestro de seminario
Introducción
El Señor le mandó a Moroni que sellara la visión registrada del hermano de
Jared y explicó que esos escritos serían revelados cuando las personas
tuvieran fe como la del hermano de Jared. Moroni profetizó que tres testigos
darían testimonio de la veracidad del Libro de Mormón en los últimos días.
Explique que las verdades del Evangelio son valiosas para el Señor; Él desea
compartirlas todas con nosotros, pero espera a que estemos listos para
recibirlas. Cuando los alumnos estudien Éter 4 durante esta lección, invítelos a
buscar principios que los ayuden a prepararse para recibir verdades del Señor.
Pídale a un alumno que lea Éter 4:1–5 y pídale a la clase que busque lo que el
Señor le mandó a Moroni que escribiera y sellara.
¿Qué se le mandó a Moroni que “sellara”?
Para ayudar a los alumnos a entender qué significa “[ejercer] la fe… así como
lo hizo el hermano de Jared” (Éter 4:7), invítelos a hacer una lista en su
cuaderno o diario de estudio de las Escrituras de todas las maneras que
recuerden en que el hermano de Jared haya mostrado fe en el Señor. Podría
sugerirles que repasen Éter 1–3 al confeccionar su lista. Una vez que hayan
tenido tiempo suficiente para meditar y escribir, invite a unos pocos alumnos a
leer algunos de los ejemplos que han incluido en su lista y a explicar por qué
esos ejemplos llaman su atención.
Recuérdeles a los alumnos el objeto en el cual pensaron al comienzo de la
clase y las condiciones bajo las cuales permitirían que un niño lo tuviera.
Testifique que, del mismo modo, el Señor requiere que Sus hijos cumplan con
ciertos requisitos antes de revelar toda Su verdad a ellos. Él requiere que
demostremos nuestra preparación espiritual y nuestra fe.
Éter 4:8–19
El Señor enseña qué debemos hacer para recibir más
revelación
Sostenga en alto un trozo de tela. Explique que el Señor enseñó principios que
pueden ayudarnos a recibir revelación. Cuando enseñó esos principios, hizo
referencia a un velo. Un velo es una cortina o una tela que se usa para cubrir o
esconder algo.
Invite a los alumnos a leer Éter 4:15 en silencio y buscar la frase que incluye la
palabra velo.
¿A qué tipo de velo se refería el Señor? (A un “velo de incredulidad”.) ¿En
qué se asemejan la incredulidad y un velo?
Pídales a los alumnos que completen la oración de acuerdo con lo que han
aprendido de ese versículo. Aunque las respuestas de los alumnos varíen,
asegúrese de que entiendan este principio: Cuando creemos en la palabra
del Señor, el Señor nos bendecirá con más revelación. Anote este principio
en la pizarra. Quizá también sea bueno que invite a los alumnos a anotarlo en
su ejemplar de las Escrituras, junto a Éter 4:11.
Para ayudar a los alumnos a entender este principio, pregunte:
¿Por qué consideran que debemos creer las verdades que ya hemos
recibido antes de que el Señor nos dé más?
Pídale a un alumno que anote en la pizarra los siguientes ejemplos del ejercicio
de la fe en la palabra del Señor: estudiar individualmente las Escrituras; seguir
las impresiones del Espíritu Santo; seguir a los líderes locales de la Iglesia;
estudiar las Escrituras en la capilla y en seminario; seguir las palabras de los
profetas de los últimos días.
Invite a los alumnos a meditar en cómo el demostrar que creemos en la palabra
del Señor de alguna de estas maneras los ha conducido a recibir más
revelación. Pida a algunos alumnos que compartan lo que hayan
experimentado.
Refiérase otra vez a los ejemplos de la pizarra. Pídales a los alumnos que
consideren esos ejemplos mientras meditan en silencio en cuán bien
demuestran que creen en la palabra de Dios. Sugiérales que, para cada
ejemplo, se asignen un puntaje del 1 al 10; el 10 significa que el ejemplo se
refiere a algo que hacen bien. Invite a los alumnos a escribir en su cuaderno o
diario de estudio de las Escrituras acerca de una manera en que pueden
mostrar más fe en la guía que ya han recibido del Señor. Comparta su
testimonio de los principios que ha anotado en la pizarra e inste a los alumnos
a cumplir con las metas que escribieron.
Borre la frase “creer en la palabra del Señor” de la pizarra. Indique que el Señor
enseñó otros principios acerca del recibir revelación. Pídales a los alumnos que
lean Éter 4:13–15 en silencio y que busquen otras cosas que puedan hacer
para recibir revelación del Señor.
Una vez que los alumnos hayan tenido tiempo para leer, pídales que sugieran
maneras de completar la oración. Entre las respuestas podrían estar estos
principios: Cuando venimos al Señor, Él nos bendecirá con más
revelación. Si oramos con humildad, el Señor nos bendecirá con más
revelación.
Para ayudar a los alumnos a entender mejor estos principios, considere hacer
las siguientes preguntas:
¿Qué significa para ustedes venir al Señor? (Las respuestas podrían incluir
estudiar Sus palabras, volver nuestro corazón a Él, arrepentirnos y seguirlo y
ser obedientes a Él.)
Según Éter 5:2–3, ¿qué tendría el privilegio de hacer José con las planchas?
Pregúnteles a los alumnos si pueden decir quiénes fueron los Tres Testigos del
Libro de Mormón y si recuerdan qué experiencias tuvieron ellos. (Si los
alumnos necesitaran ayuda, invítelos a que lean “El testimonio de Tres
Testigos”, al comienzo del Libro de Mormón.) Podría explicar que además de
los Tres Testigos, hubo otras personas que testificaron de la realidad de las
planchas de oro, entre ellos: los miembros de la Trinidad (véase Éter 5:4),
Moroni (véase Éter 5:6), José Smith y los Ocho Testigos.
¿Qué pueden hacer para ser testigos del Libo de Mormón, aun sin ver las
planchas? ¿En qué modo su testimonio del Libro de Mormón puede influir en
otras personas?
“Un domingo, el hermano James H. Moyle nos contó un hecho excepcional. De joven
había ido a la Universidad de Michigan a estudiar derecho. Cuando estaba para terminar
sus estudios, su padre le dijo que David Whitmer, uno de los testigos del Libro de Mormón,
todavía vivía. El padre sugirió al hijo que en el camino de regreso a Salt Lake City pasara a
visitar a David Whitmer. El objetivo del hermano Moyle era preguntarle acerca de su
testimonio con respecto a las planchas de oro del Libro de Mormón.
“Durante esa visita, el hermano Moyle le dijo a David Whitmer: ‘Señor, usted es un hombre
mayor y yo soy un joven. He estado estudiando de atestiguaciones y testimonios. Le ruego
me diga la verdad sobre su testimonio como uno de los testigos del Libro de Mormón’.
Entonces, David Whitmer le dijo: ‘Sí, yo sostuve las planchas en mis manos y un ángel las
puso ante nosotros. Mi testimonio con respecto al Libro de Mormón es verdadero’. David
Whitmer estaba fuera de la Iglesia, pero nunca negó su testimonio de la visitación del
ángel, de haber tocado las planchas de oro y de la veracidad del Libro de Mormón. El
haber oído con mis propios oídos esa experiencia notable de labios del hermano Moyle
produjo un efecto poderoso y confirmante en mi creciente testimonio. Una vez que lo oí,
vino a ser irrevocable para mí” (véase “Un testimonio cada vez mayor”, Liahona, enero de
2001, págs. 69–70).
El presidente Henry B. Eyring, de la Primera Presidencia, dijo:
“Los Tres Testigos jamás negaron su testimonio del Libro de Mormón; no podían hacerlo
porque sabían que era verdadero. Realizaron sacrificios y pasaron dificultades
inimaginables para la mayoría de la gente. Oliver Cowdery dio el mismo testimonio del
origen divino del Libro de Mormón en su lecho de muerte… El que durante sus largos
periodos de distanciamiento de la Iglesia y de José continuaran afirmando lo que habían
visto y oído, hace que su testimonio sea aún más poderoso” (véase “Un testimonio
imperecedero de la misión del profeta José Smith”, Liahona, noviembre de 2003, pág. 90).
ANTERIOR
SIGUIENTE
Imprimir
Compartir
Español
Modelos de luz: El espíritu de revelación (3:04)