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La Paternidad de 

Dios
Texto: Juan 10:27-29: «Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen.28 Yo les doy vida eterna, y
nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano.29 Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que
todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar.»*

Introducción:
Hace solamente unos días celebramos el día de los Padres. El tema del día de los Padres o de las Madres nunca
se puede comparar al tema del Amor de Dios, porque Dios es único, Él es amor, Él es justo. Pero estaremos
hablando sobre la Paternidad de Dios. En el Nuevo Testamento, JESUCRISTO nos Revela a JEHOVÁ DIOS
como el PADRE. Esa revelación nos muestra un Dios Personal, familiar, un Padre. Trataremos los siguientes
Puntos:

(1) Una Familia.


(2) La Voluntad del Padre.
(3) La Comunión con el Padre.
(4) La Obediencia es Prueba del amor.

Lección:

1. UNA FAMILIA. — En esta lección estaremos hablando de la Familia de Dios, Un Padre y Sus Hijos. Pero
para ser parte de esa Familia hay condiciones. Normalmente, cada persona nace en un hogar sin haber escogido
ser parte de esa familia. Hay excepciones claramente como la adopción. En el caso de la Familia de Dios, cada
persona tiene que escoger si quiere ser parte de la Familia de Dios. Nadie hereda ser hijo de Dios. Se tiene que
hacer una decisión.

a. Se dice que no hay amor como el de una madre. Y es cierto que el amor de una madre es bien grande. Pero el
amor de una madre o de un Padre es humano, y por lo tanto, es egoísta, hace acepción de personas. Mientras
que el amor de Dios es Puro.

b. Primeramente, debemos aclarar que la condición pecaminosa del hombre se debe al libre albedrío, o la
voluntad libre para escoger. Eso separa al hombre completamente de los animales que no pueden razonar y su
vida es temporal. El hombre es eterno en el sentido que nunca deja de existir y tiene la habilidad dada por Dios
de escoger donde pasará la eternidad.

c. Segundo, Dios envió a Su Hijo JESUCRISTO a dar Su vida por nosotros los pecadores para que por ese
medio hacernos Miembros de Su Familia. Veamos en el segundo punto cual es la Voluntad de Dios hacia los
seres humanos.

2. LA VOLUNTAD DEL PADRE. — Es que nadie se pierda. Juan 6:40 dice: «Porque la voluntad de mi Padre
es que todo el que reconozca al Hijo y crea en él, tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.»

a. La Voluntad del Padre es que nadie se pierda. Ese deseo por parte de nuestro Padre Celestial está
condicionado a que el individuo crea en Su Hijo JESUCRISTO para vida eterna.
b. Para ser parte de la Familia de Dios hay que creer en El Hijo de Dios JESUCRISTO. El que no cree en el
Hijo de Dios, no puede ser parte de la Familia de Dios. No puede ser Oveja del Rebaño de JESUCRISTO.
Veamos ahora el punto esencial para una familia y es, la Comunión, o Comunicación.

3. LA COMUNIÓN CON EL PADRE. — En toda familia debe existir comunión entre el Padre, la madre y
sus hijos.

a. En la Familia de Dios, tenemos comunión con Dios el Padre a través de Su Hijo JESUCRISTO que es el
intermediario entre el Padre y Sus hijos. Estamos hablando de Un Dios, en Tres Personas. No estamos hablando
de “dos” Dioses, sino de “Un Solo Dios.”

b. En primer lugar, JESUCRISTO nos revela que solamente hay una sola forma o una sola “carretera”, como le
llamaríamos nosotros hoy día, para ir al Cielo, y es a través del único intermediario JESUCRISTO el Hijo de
Dios. Él es el único camino al Padre. Juan 14:6 dice: «Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús
—. Nadie llega al Padre sino por mí.»

i. Según las propias Palabras de nuestro Salvador, nadie puede acercarse al Padre sino es a través de Su Hijo
JESUCRISTO.

c. En segundo lugar, no puede haber comunión o comunicación si no existe algún tipo de conversación. A eso le
llamamos oración. Orar es hablar con Dios. Toda oración a Dios es dirigida al Padre en el Nombre de JESÚS.
Juan 16:23 y 24 dice:

i. «En aquel día ya no me preguntarán nada. Ciertamente les aseguro que mi Padre les dará todo lo que le pidan
en mi nombre.24 Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea
completa.»

ii. El Miembro de la Familia de Dios tiene acceso directo al Padre en el momento de la aflicción o de la
necesidad. Hebreos 4:16 dice:

(1) «Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que
nos ayude en el momento que más la necesitemos.»

d. Seguimos con nuestro último punto sobre la obligación de todo el que quiere ser parte de la Familia de Dios.

4. LA OBEDIENCIA ES LA PRUEBA DEL AMOR. — En toda familia hay reglas. Ese tipo de orden ha
sido dado por Dios en Su Soberanía desde la creación. De la misma forma Dios exige obediencia a todo el que
quiere ser miembro de Su Familia, o de Su Rebaño. Juan 14:21 dice: «¿Quién es el que me ama? El que hace
suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me
manifestaré a él.»

a. Nadie puede decir que ama a Dios si no obedece Sus Mandamientos. CRISTO JESÚS nos dejó un gran
ejemplo sobre lo que la verdadera obediencia es. Filipenses 2:8 dice:
i. «Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de
cruz!»

b. Se dice que durante una de las guerras de Napoleón Bonaparte, después de un día de dura batalla, cuando se
aproximaba la noche, se escogieron los centinelas que estarían en guardia en diferentes puestos para cuidar que
no fueran atacados de sorpresa. Fueron amonestados que, bajo pena de muerte, se mantuvieran despiertos y
cumplieran su obligación. Como a la media noche el Emperador se levantó, y se puso a caminar, encontrando a
uno de los centinelas dormido, su arma tirada a su lado. Cansado de la dura batalla del día anterior, y habiendo
sido dejado solo, se había dormido. ¿Qué debería hacer el Emperador? El deber del centinela debía de ser
cumplido o sino él debería morir. En silencio, el Emperador tomó el arma, y poniéndola en su hombro, hizo el
trabajo del centinela hasta el amanecer. Cuando el soldado se despertó, se sintió alarmado. Pero Napoleón
simplemente le regresó su arma, amonestándolo a que tuviera más cuidado la próxima vez. Se puede aplaudir
este gesto del Emperador como algo digno de admiración, pero recordemos que como leímos en el Texto,
JESUCRISTO hizo mucho más que este Emperador, habiendo dado Su Vida por todos nosotros para que
nosotros seamos obedientes también, hasta la muerte.

5. Resumen.

a. La Paternidad de Dios nos revela al Padre y a Su Hijo JESUCRISTO. Una Familia, un Rebaño.

b. Las condiciones para Pertenecer a esta Familia son Creer en JESUCRISTO como Salvador de nuestras Vidas,
y ser Obedientes a la Palabra de Dios.
LA PATERNIDAD DE DIOS
Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los
profetas. Hebreos 1:1

INTRODUCCIÓN: La Biblia enseña que el ser humano es un ser tripartito, formado por espíritu, alma
y cuerpo (1 Ts. 5:23), por lo tanto el creyente tiene un Padre del espíritu que es Dios (He. 12:9); un
padre del cuerpo, es decir, el padre biológico y un padre del alma, que es el ministro que lo cubre
(Ti. 1:4; 1 Jn. 2:1; 2:12; He. 13:17).
 
Dios delegó a los padres biológicos la tarea de preparar el corazón y la mente de los hijos,
instruyéndolos en disciplina y el temor de Dios, pero la mayoría de los padres biológicos han fallado
en esa tarea, de ahí la razón por la que Dios provee a los padres del alma, ministros que cubren y
sustentan congregaciones, para restaurar la imagen paterna distorsionada, para manifestar la
imagen paterna del Padre.
 
Los discípulos del Señor tuvieron el privilegio de gozar de la paternidad de su alma a través del
Señor Jesucristo, pero al mismo tiempo eran enseñados a amar, conocer, orar y creer en el Padre
celestial, por eso Jesús dijo: “Voy a mi Padre y a vuestro Padre” (Jn. 20:17).
 
DESARROLLO
 
Los diccionarios definen la palabra paternidad como un “estado o calidad de padre” (MS Encarta), y
padre es aquel “varón que ha engendrado” (Carozzi). La palabra engendrar viene de la raíz
griega gennao que metafóricamente se utiliza del acto de gracia de Dios al conferir sobre aquellos
que creen la naturaleza y la disposición de “niños”, impartiéndoles la vida espiritual (Jn. 3:3,5,7; 1 Jn.
2:29; 3:9); para denotar a la persona que por medio de la predicación del evangelio viene a ser el
instrumento humano en la impartición de la vida espiritual (1 Co. 4:15; Strong 1080, Diccionario
Vine); esto viene a confirmar que Dios toma la iniciativa de impartir su paternidad, por gracia, sobre
quienes se acercan a Él por medio de Jesucristo.
Una de las primeras cosas que Dios enseña es que Él es el verdadero Padre y que no somos
huérfanos. A partir del momento de la conversión, comenzamos a disfrutar de los beneficios.
Veamos algunos de los beneficios de la paternidad:
 
LA REVELACIÓN DE QUE SOMOS HIJOS DE DIOS, Romanos 8:15, Gálatas 4:6. Este es el
primer beneficio que adquirimos, un espíritu de adopción, por medio del cual podemos acercarnos a
Dios y llamarle papito (Abba Padre), y es el Espíritu Santo quien da testimonio de que somos hijos
(Ro. 8:16). Dios nos revela esta verdad desde el nuevo nacimiento, ya que desea que nuestra
relación sea de Padre a hijo y no una relación lejana, por eso Jesús nos enseñó a dirigir nuestra
oración al Padre (Mt. 6:9; 18:19). Además Jesucristo dijo que Él prepararía lugar para para nosotros
(Jn. 14:2), porque el Padre nos da una casa, una morada eterna (Jn. 8:35).

1.         IDENTIDAD, 1 Juan 3:1, Juan 1:12. Nuestro nombre nos da identidad y sentido de
pertenencia a una familia. La Biblia indica que del Padre recibe nombre toda familia en el cielo y en
la tierra (Ef. 3:15). En el sentido natural los hijos son el reflejo de sus padres; por eso el Señor les
dijo a los fariseos que si ellos hubieran sido hijos de Abraham, las obras de Abraham habrían hecho.
Nosotros como hijos de Dios también debemos hacer las obras que El hace.
 
2.         EL AMOR DEL PADRE, Juan 16:27. El amor del Padre nos da seguridad y confianza, por
eso la Escritura dice que el perfecto amor echa fuera el temor (1 Jn. 4:18).
 
3.         PROVISIÓN PARA LAS NECESIDADES, Mateo 6:8. Dios provee para el cuerpo, alma y
espíritu. La Biblia dice que quien no provee para los suyos es peor que un infiel y ha negado la fe (1
Ti. 5:8). Dios sabe cuál es nuestra necesidad, y desea que busquemos el reino de Dios y su justicia,
y le pidamos conforme a su voluntad (Mt. 6:33). El Señor hizo la comparación del cuidado de los
padres terrenales con el cuidado del Padre celestial, diciendo que si nosotros siendo malos damos
buenas dádivas a nuestros hijos, cuánto más Dios a los suyos (Mt. 7:11), nos provee trabajo, salud,
paz, amor, sustento diario, etc.
 
4.         DERECHO A HERENCIA, Romanos 8:17, Gálatas 4:7, Colosenses 1:12. En cualquier
momento podemos disfrutar desde la herencia; pero para ello debemos, pues la Biblia dice “el
heredero mientras es niño, en nada difiere del esclavo, aunque sea el dueño de todo” (Gá. 4:1). y
para que no vivamos como el hijo pródigo que desperdició la herencia (Lc. 15:12-13).
 
5.         TRABAJO EN SU VIÑA, Mateo 21:28. El Padre nos capacita para trabajar en su obra
porque nos hadado de sus dones.
 
6.         DISCIPLINA, Hebreos 12:7. La Biblia enseña que Dios es padre de misericordia,
consolación (2 Co. 1:3), y disciplina. La disciplina es una manifestación de amor. Disciplina viene del
término griego paideuo, y se refiere al acto de instruir a niños y enseñar y luego corregir, lo que
destaca el amor de Dios, quien primero instruye, si el cristiano no sigue la instrucción, luego aplica
corrección, buscando que el corazón del creyente se presente contrito y humillado. Cuando el hijo
pródigo regresó a la casa, el padre sintió compasión por él, corrió, se echó sobre su cuello y lo besó.
Este es un privilegio solo para los hijos.
 
7.         PROTECCIÓN, Juan 17:11. El Padre nos guarda mientras estamos en el mundo porque
prometió nunca dejarnos, ni desampararnos (He. 13:5). Una de las promesas que el Señor hizo fue
que enviaría al otro Consolador para que estuviera con nosotros para siempre (Jn. 14:16, 18).
 
8.         VESTIDURAS, Lucas 15:22. El Padre nos viste con los cinco ministerios, y también nos da
el vestido literal (Mateo 6:31-32).
 
9.         NUEVO LENGUAJE, Mateo 26:73. Cuando venimos a Cristo, Dios nos da un nuevo lenguaje
espiritual (Mr. 16:17). Ese lenguaje no lo entiende el enemigo, pero Dios sí, por eso dice la Escritura
que cuando hablamos en lenguas, hablamos misterios (1 Co. 14:2).
 
10.        ALIMENTO, Juan 6:32. Jesucristo dio su cuerpo para que todo el que comiera de ese pan
viviera eternamente (Jn. 6:51, 58), porque Él era el pan que bajó del cielo (Jn. 6:51); también nos da
el pan de su Palabra (Mt. 6:11), porque no solo de pan literal vivirá el hombre, sino de toda palabra
que sale de la boca de Dios (Mt. 4:4).
 
CONCLUSIÓN
 
Ser hijos de Dios es un privilegio muy grande que nos inspira a honrar a nuestro Padre con nuestra
forma de vida. Seamos agradecidos y busquemos llevar mucho fruto para Él porque de esa manera
será glorificado (Jn. 15:8).

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