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Historia de la Iglesia antigua.

UNIDAD 3
HACIA EL MUNDO PAGANO.

1. Situación política del imperio romano:


El imperio estaba gozando de una vigorosa unidad política y cultural, aunque Roma no
había impuesto nunca una unidad religiosa. Veremos un panorama de la variedad de
corrientes religiosas a fines del periodo pre-cristiano del helenismo.

Decadencia de las antiguas religiones griega y romana.


Se da una lenta desaparición del politeísmo griego y también de la antigua religión
específicamente romana.
En Grecia, la critica racionalista a los dioses, común a distintas escuelas filosóficas
(estoicos, epicúreos) hace abandonar la creencia en los dioses homéricos.
Los dioses fueron considerados personalidades eminentes del pasado, a las que
posteriormente se le tributaron honores divinos.
También, la decadencia de la religión griega se aceleró por la evolución política en el
espacio geográfico del Mediterráneo oriental: la desaparición de la polis y el
surgimiento de las grandes ciudades, el intercambio de ideas religiosas y sus formas
rituales. Los cultos orientales invadían Grecia y hacia el occidente del imperio
Este proceso de disolución llego también a la religión romana. Desde la segunda guerra
púnica se venia produciendo una profunda helenización. La imagen helenística de los
dioses se transmitía por los santuarios griegos del sur de Italia; la literatura griega fue un
gran vehículo. El teatro, con las reelaboraciones latinas de obras griegas y otros textos
poéticos, familiarizaba al pueblo con la mitología griega.
Poco a poco fue entrando Cibeles (de Asia menor); Mitra, Bellona (de Capadocia), Isis
(de Egipto)
En la clase superior romana penetraron las ideas filosóficas del mundo ideal del
estoicismo
El emperador Augusto trató de contener la caída religiosa y moral del pueblo, e inició
una religión oficial, instaurando unas creencias que la sostuvieran. La poca sustancia
hizo fracasar todo intento, incluso el de unir al titulo de emperador el de Pontificex
Maximus.

El culto imperial.
Un rasgo característico de la política de Augusto habría de tener consecuencias largas
en la lucha con el cristianismo en su periodo de fortalecimiento. El culto al soberano.
Ya se practicaba en oriente, donde se viva el fundamento religioso de su poder. Las
ciudades griegas del Asia Menor dieron a sus señores el titulo se “soter” (salvador, al
que añadieron otros como apiphanes y kyrios. Cada vez se imponía más la idea de que
en el soberano particular aparecía Dios visiblemente. Cuando el poder romano sucede a
los reinos griegos, este culto al soberano paso a Roma (no había un monarca),
personificando en ella al poder divino, con templos y estatuas.
Augusto se aferró fácilmente a este culto del soberano en las provincias orientales del
imperio y junto a la diosa Roma permitió que se le tribute culto a su persona. En Roma,
el culto a la persona del emperador se manejaba con una mayor discreción. El senado
decidía, a la muerte del emperador, si por sus méritos se le debía rendir culto.
Poco a poco las ideas orientales se fueron metiendo y se juraba por el genio del
emperador, se ofrecían sacrificios en las casas privadas En el curso del s. I algunos

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emperadores exigieron decididamente de sus súbditos romanos el culto en vida: esto
trajo como consecuencia cierto descrédito sobre el culto imperial.
El cristianismo, que rechazaba toda forma de apoteosis humana, entro necesariamente
en conflicto con el estado.

Los cultos mistéricos orientales:


Estos cultos mantuvieron su origen de privados pero influyeron en todas las capas
sociales del imperio.
Su éxito radicaba en la respuesta que daban al individuo sobre su destino el otro mundo:
indicaban como salvarse.
Los más proclives a aceptar estos cultos fueron los griegos del Asia Menor y también
fueron los que lo propagaron.
Las fuentes de estos cultos hay que encontrarlas en tres culturas orientales: la egipcia,
la asiaticomenor y la siria. Se añaden los cultos mitreicos, originarios de Irán.
Desde Egipto: Isis: vino a convertirse en diosa universal, que trajo al mundo la moral y
la civilización. Inventora de la agricultura y la escritura, señora de la navegación,
fundadora del derecho y del orden social, protectora de los perseguidos y liberadora de
toda necesidad. Osiris: esposo de Isis, es el viejo dios egipcio de la vegetación, que
muere y resucita permanentemente (siembra y siega del trigo). El hombre se refleja en
la muerte de Osiris y se identifica también con su resurrección, por eso espera en la otra
vida.
La diosa llama en sueños al que lo merece y se realiza una impresionante ceremonia de
admisión: baño de purificación, diez días de ayuno, luego los sacerdotes de Isis lo
conducen al Sancta sanctorum del templo. Pisa el umbral de la muerte, camina por todos
los elementos y adora al sol y a los dioses. Vestido de un manto celeste y con una
antorcha en la mano y una corona sobre la cabeza es presentado ante la comunidad
como imagen del dios solar y celebra el día en que ha renacido a la vida nueva. Ante la
imagen de la diosa reza una fervorosa oración de acción de gracias, en la que se obliga a
tener permanentemente delante su rostro y ser santo.
En la época ptolemaica Isis pasa a segundo plano, desplazada por Serapis, creación de
Ptolomeo I, para unir religiosamente a sus súbditos griegos y egipcios. Así llega a Roma
y encontramos palabras del emperador Juliano que lo invocaba: “Serapis vence”. Se
nota una tendencia monoteísta en su figura, ya que fue creada para unificar.
Desde Asia Menor: el culto de la gran madre, la diosa de la fecundidad: Cibeles.
También se le añade un dios varón: Attis, su amante. Attis le es infiel y Cibeles lo
vuelve furioso, enfermedad por la cual muere. Resucita y nuevamente se une a Cibeles.
Este mito da origen a un culto extraño y salvaje, con sacerdocio propio, los “galli”.
Danzaban extáticamente hasta lograr la furia y llegan a la propia mutilación.
Desde Siria: con rasgos también extáticos encontramos el culto a Atargatis, señora de
la naturaleza, emparentada con Cibeles y Adonis, su esposo, de juvenil belleza. Adonis
muere en lucha con un jabalí y resucita luego en la primavera. Se conmemoraba con
gran luto por parte de las mujeres la muerte de >Adonis y se lo celebraba con gran
regocijo el su resurrección.
Los tres cultos mistéricos tienen en común una idea fundamental: la muerte y la
resurrección.
En los misterios de Mitra dominaban también las ideas sobre el mas allá. Es un culto
varonil, con gran éxito entre los soldados del ejercito romano. La figura central es el
dios persa de la luz: Mitra, que roba un toro que esta bajo el dominio de la luna y lo
mata por mandato de Apolo. Como Mitra fue elevado al mas allá por el dios solar

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Helios, el iniciado aspira a ser también conducido al mas allá.. Un banquete sagrado une
también a los miembros de la comunidad.

La religión popular:
Por la estructura de los cultos mencionados, ninguno llegó a las clases populares. La
población campesina se volvió a la superstición, en sus bajos fondos. El primer lugar lo
ocupaba la astrología. La filosofía estoica adoptó una postura positiva frente a la
astrología y esto la catapulto a las masas. Mas tarde se le dio a la astrología apariencia
científica y llego a los palacios imperiales. Todo se consultaba con los astros y se vivía
en un temor servil al destino marcado por las estrellas.
La magia era una manera de escapar del destino férreo de las estrellas. En conexión con
la magia se presenta la fe en el sentido de los sueños y en su interpretación. Esto se
desarrolló principalmente en Egipto. También la sabiduría de los oráculos pasa casi
intacta desde la antigüedad helénica.
El milagro que más se desea es la devolución de la salud perdida, para esto se invoca al
dios Asclepio: primero fue un medico, luego le atribuyeron curas milagrosas y pasó a
ser un dios salvador de todos. Contra este culto el cristianismo hubo de tener una dura
lucha, ya que el propio emperador romano Juliano trato de imponerlo para destacar su
salvación sobre la de Jesucristo. La lucha perduro hasta el s.IV

El culto imperial representaba un gran obstáculo para la propagación del cristianismo,


ya que ante el esplendor y la apariencia externa de dicho culto, había de contraponerse
un hombre crucificado entre los malhechores.
Otro factor negativo que se debía enfrentar era la falta de sentido moral de los cultos
mistéricos, con sus características orgiásticas.

Rasgos positivos:
Había un sentimiento de vacío ante el fallo de las antiguas creencias. También, los
cultos misterios presentas rasgos positivos: el profundo anhelo de redención, la
facilidad para aceptar la salvación, la tendencia al monoteísmo.

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