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Resumen
Palabras clave: Pasión lectora, hábito lector, creación literaria, producción literaria,
literatura latinoamericana, boom latinoamericano.
En pleno siglo XXI, las tecnologías avasallantes poco a poco se van rindiendo ante las
vitrinas y las apariencias, marcando esta nueva forma de vida. Una desconexión total con
1
Profesora de las unidades curriculares Apreciación Literaria, Expresión Oral y Escrita 1 y Expresión Oral y
Escrita 2 de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE), Venezuela.
nuestra memoria colectiva, con la naturaleza, con nuestro entorno familiar, con los valores
y los hábitos saludables es lo que impera en esta época. El pensamiento crítico 2 se va
convirtiendo en una especie de mito o utopía, lejos, cada vez más lejos, de una juventud
que obligatoriamente tiene que detenerse, repensarse y reubicarse para estar en consonancia
con el papel histórico que le toca encarnar para lo bueno, para lo hermoso, para lo
productivo, para el futuro.
La batalla cultural cada día se forja con mayor protagonismo porque el dueño de la
cultura es quien gana la guerra. “De allí que la raíz última de los conflictos deba ser
detectada en la cultura”, dice Luis Britto García, porque “mediante ésta se logra la
imposición de la voluntad al enemigo extraterritorial o de clase, se inculcan concepciones
del mundo, valores o actitudes”3. No es gratuita la deformación de las manifestaciones
artísticas para adecuarse a modas cada vez más enajenadas, porque “a los arsenales de la
guerra sicológica, han añadido las grandes potencias las armerías de la guerra cultural” 4. A
los dueños de todo, para decirlo más claro, no les conviene que nos miremos de nuevo, con
detenimiento, para que no corramos el riesgo de darnos cuenta de que nos hemos
2
Álvaro Díaz Rodríguez, en su libro Retórica de la escritura académica. Pensamiento crítico y
argumentación discursiva (Editorial Universidad de Antioquia, 2014), nos recuerda que “el principal rasgo
que nos diferencia del resto de la especie animal es nuestra capacidad para razonar, de ahí que resulte
apropiado afirmar que somos animales pensantes”; sin embargo, advierte que “el hecho de que pensemos no
garantiza la consistencia de nuestra propia racionalidad” y reivindica “la necesidad de interpretar y afrontar
los desafíos del presente siglo, en el cual habrá que adoptar nuevos paradigmas, nuevos conocimientos,
nuevas situaciones que exigen replantear razonablemente nuestra interpretación del mundo” (s/n). Con esta
referencia podemos hacer un punto y aparte inicial para que quede claro que es una preocupación legítima,
abiertamente compartida y conocida, la de buscar distintas formas que apunten hacia una nueva pedagogía
del pensar. Recordemos que “el pensamiento crítico constituye, antes que todo, un constructo teórico muy
complejo, difícil de definir, pero cuya existencia se puede confirmar mediante la forma como razonan, actúan
o se comportan destacados pensadores reflexivos considerados como paradigmas en distintos campos del
saber, cuando han tenido que tomar decisiones difíciles y razonables al afrontar situaciones problemáticas
propias de su profesión en el mundo real” (s/n); y justamente por ello es que nuestra capacidad para “juzgar,
preguntar, cuestionar, separar, escoger deliberadamente” debe encontrar un segundo aire, un nuevo impulso.
Porque si seguimos por este camino de embarazos tempranos no planificados, líricas violentas y consumismo
salvaje, seremos definitivamente (parafraseando a nuestro Padre Libertador Simón Bolívar) instrumento ciego
de nuestra propia destrucción.
3
BRITTO GARCÍA, Luis. El imperio contracultural. Del Rock a la Postmodernidad. Caracas: Fondo
Editorial Fundarte, 2015 (p. 13)
4
Ibídem.
2
convertido, acaso, en la sombra de lo que alguna vez pudimos llegar a ser. Así que “con
operaciones de penetración, de investigación motivacional, de propaganda y de educación,
los aparatos políticos y económicos han asumido la tarea de operar en el cuerpo viviente de
la cultura”5.
Entre ritmos incitadores y letras baldías, vamos caminando con el estupor rumiando
nuestros pasos. Avanzamos a empujones entre tráfico caótico, confort impagable, la vida en
constante peligro, mirándonos al espejo de las apariencias primero y luego el alma; hasta
que nos descubrimos viejos, gastados, sin ganas de luchar contra tanta desidia. Nos dejamos
vencer mientras canturreamos reguetón (con o sin gym). Entonces, al final del horizonte,
surge una leve y terca esperanza: construir o relacionar esa dialéctica entre deber histórico y
realidad. Se trata de esa realidad “profundamente matizada por la praxis alienada del
hombre de nuestros días, que resulta caótica, extraña a la misma comprensión y experiencia
humanas”6.
6
Díaz Seijas, Luis. La gran narrativa latinoamericana. Caracas, Monte Ávila Editores, 1992 (p. 66)
7
El destacado intelectual venezolano Gregorio Valera-Villegas, con su indudable sapiencia en asuntos
literarios, nos dice en su trabajo de investigación Entre libros, mímesis y escritura. A propósito del Che
escritor, publicado en Ensayo y error. Revista de educación y ciencias sociales, N°42. Caracas, 2012:
“Si el arte puede representar cosas que existen en la realidad, puede crear cosas que no existen, puede
ser una vía de catarsis para expresar lo íntimo, lo profundo del ser humano. Y si, además llega a tocar al
receptor, al espectador, al lector en su vida interior, y le llega a generar fruición, le lleva a expresar lo que piensa
o lo que le hace pensar, puede concluirse que la escritura es arte. Ella es así, en tanto trata de expresar una
experiencia cuyo efecto puede ser el disfrute, la emoción, o el choque, ruptura o desagrado de unos alguien, un
escritor, un lector” (Pg. 114).
3
Resulta indispensable retomar la categoría de “pasión lectora” que nos presenta y
estampa la intelectual venezolana Gladys Madriz8, quien nos recuerda que “la gente es
enseñada a leer para corroborar lo que sabe, o bien para adquirir conocimiento, que por
aquello de que debe ser objetivo, se siente distante y poco provocador del cambio
personal”, aclarando que “no se trata aquí de leer para acumular conocimientos sino para
abrirnos a la experiencia de cambiar con la lectura” 9. Tal como lo afirma Madriz, el acto de
la lectura es constructivo-creativo en diversas formas. Sólo basta encontrar esa chispa que
encienda un aula llena de estudiantes expectantes ante esta compleja realidad que nos
rodea. Si al ser adultos, con la acumulación de años y lecciones que eso significa, seguimos
en la búsqueda incansable de respuestas, ¿qué queda para esta generación de nativos
digitales que se enfrentan a tan duros momentos históricos?
9
MADRID, Gladys. Lectura: Pasión, búsqueda y sentido. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la
República, 2009 (p. 40).
10
Apenas un guiño: en literatura el viaje del héroe es uno de los grandes arquetipos. Recordemos, sin duda, a
Carl Jung y Joseph Campbell, este último en su obra de 1949 El héroe de las mil caras. Psicoanálisis del
mito. Y ese paso de ser humano común a agente heroico-literario se define en el cruce del “umbral”.
11
Es importante, para continuar por este camino de la lectura incendiaria, dejar plasmado lo que Rafael
Fauquié nos dice en su libro El azar de las lecturas (Editorial Galac, 2001):
“Leer es acercarnos a lo escrito por otros. Es percibir el mundo a través de los ojos y las palabras de
otros. Los instantes vividos por cada escritor, se vuelcan sobre páginas abarrotadas con signos sujetos a la
comprensión de la lectura. Los libros hablan y, al leerlos, también los escuchamos. Para que nuestras lecturas
signifiquen y se integren a nuestra experiencia, tienen que comenzar por hacerse diálogo. Leer es dialogar:
comunicación entre las razones del libro y las nuestras; encuentro de palabras y perspectivas: las del lector y las
del escritor. Dialogar es, también, responder. Al leer respondo a eso que otro me dice. Mi diálogo con el libro es,
sobre todo, mi respuesta a él. Hablar con los libros es hacer de ellos algo real; descubrir influencias que
incorporamos al espacio de nuestras propias experiencias. Existen libros que añaden en nosotros imágenes,
rostros, escenas y acciones que quizá nunca llegarán a abandonarlos del todo. Libros que nos guían, que señalan
opciones a las que acogernos, inconscientemente, sin darnos cuenta, acaso, de que ellos están escribiendo una
suerte de subrepticio guión para muchos de nuestros pasos. A través de los libros, podemos identificarnos con
4
acto de acercamiento. ¡Y cuánto necesitamos acercarnos en medio de la enajenación
brutalmente impuesta por un sistema político y económico que atenta, sin piedad alguna, a
la condición humana! Diría nuestro cantor del pueblo, Alí Primera, “cuando nombro la
Poesía nombro al Hombre”12, porque es en el poder de la palabra donde podemos realmente
encontrarnos, reconocernos, reconciliarnos y perpetuar nuestro paso por este estropeado
mundo.
gestos y respuestas que nos sentimos capaces de asumir, modelos en los que reconocernos” (Pág. 9).
12
El cancionero de Alí Primera, No cantar es perdernos, publicado por el Ministerio del Poder Popular para
la Cultura en el año 2012, es una de las tantas muestras de que la palabra (oral o escrita) es capaz de salvarnos
a través de la incitación. Recordemos cuando en su mítica canción El despertar de la Historia, el cantor del
pueblo nos apunta con su voz: “Cuál es la lucha de los Hombres para lograr la paz/ Y cuál paz/ si quieren
dejar al mundo como está/ ayúdenla, ayúdenla/ que sea humana la Humanidad”.
5
Una vez, hace unos cinco años, a propósito de unas lecturas hechas a mis libros de
narrativa, el intelectual (y gran amigo) Farruco Sesto dijo que mis cuentos parecían un
trago de ron que atravesaba la garganta en plena madrugada. Unos años después, el Maestro
Juan Calzadilla, en un ejercicio parecido, describió a mis cuentos como el hacha de un
carnicero. Kafka, salvando las distancias, consideró que un buen libro es el que muerde y
araña. Para Jorge Luis Borges, es bien sabido, nuestra vida se resume en los libros que
hemos leído.
6
dicotómica entre superpoblación de libros y desinterés crónico de estudiantes. Eran los años
90 del siglo pasado.
7
entorno. Siempre Cortázar resultó el predilecto, el favorito, el de mayor impacto. Hasta que
caló y se quedó en mi plan de evaluación semestre tras semestre.
Facultad lectora
Obra de
Un acontecer
Cortázar para la Producción
como
evento
transformación literaria
(volver a mirar)
Despertar del
pensamiento crítico
8
La facultad lectora y la producción literaria como acontecer para la transformación a
partir de la obra de Julio Cortázar, como experiencia pedagógica en jóvenes estudiantes de
la Unearte, a partir de la unidad curricular Apreciación Literaria. Se utilizarán como punto
de anclaje cinco textos breves emblemáticos de la obra literaria del autor: Patio de tarde,
Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj, Aplastamiento de las gotas,
Historia verídica y Las líneas de la mano; cuyas lecturas serán trabajadas para el despertar
del pensamiento crítico a través de la realización de textos originales.
9
jóvenes) de la literatura como herramienta pedagógica y experiencia artística. Con prácticas
educativas que partan de las emociones, reconociendo a la experiencia como punto de
partida y llegada, es posible trazar un camino de retorno a la facultad lectora como fuente
de conocimiento, valores y miradas distintas que apuntan al despertar del pensamiento
crítico. La narrativa breve de Julio Cortázar se vuelve particularmente atractiva en este
sentido, al agitar intelectualmente a través de la provocación humorística y la ironía, a
lectores y lectoras jóvenes.
“Se supone entonces, que en nuestra práctica educativa se debe estimular al alumno a
realizar una suerte de ejercicios o movimientos que al igual que las técnicas de sí de
Foucault, conduzcan a la propia liberación de sí, a través de su conocimiento. Creemos que
el diálogo permanente en clase, así como los ejercicios de escritura y lectura que
continuamente realizan los alumnos en el aula y fuera de ella, contribuyen a conformar el
dispositivo pedagógico, dentro del cual resalta como uno de sus objetivos principales una
práctica de la intensificación de la relación de uno consigo mismo y con los demás” (56).
“… cuando forzamos a la lectura para que sea objetiva, neutra y la adecuada, entonces
estamos transgrediendo la posibilidad de entender la lectura como un acto constructivo y
hasta creativo del lector. Y aún más, anularíamos la posibilidad de que esa lectura se
inscribiera dentro de una experiencia inmediata y significativa, al insertarse en el complejo
mundo de interrelaciones procesuales de cada individuo” (43).
10
“A diferencia de otras facultades del hombre, como la de hablar, la facultad lectora no es
innata ni pertenece exclusivamente a la naturaleza humana, aunque en ésta encuentre las
mejores condiciones y medios para desarrollarse. Pero, al igual que otras facultades, ella se
desarrolla en el ser humano como un proceso” (10).
Esto solamente se puede lograr si nos desprendemos del concepto corriente de escolaridad.
Es decir, de ciertas prácticas, no por comunes a nuestra cultura docente, necesariamente
válidas en el trabajo pedagógico y mucho menos en la motivación de la lectura” (24-25).
“Para la juventud, cualquier libro puede ser estimulante. Depende del momento, del lugar,
del estado de ánimo, de la preocupación predominante. Estímulos para el bien, para lo
grande, para lo noble, estímulos de generosos ideales, señales para un camino definitivo
hacia un futuro mejor; pero estímulos también para una vida disipada” (14).
“Muchas veces, por espíritu de contención, el maestro limita las orientaciones de las
lecturas de los jóvenes dentro de las normas estrictas; hace una selección a su manera,
11
pensando en los valores morales que formaron su corazón y su pensamiento. Sus
recomendaciones pueden estar alejadas de la época y de los intereses de toda una
generación de jóvenes que con el cambio de los tiempos cambia también de puntos de vista
y se fija de objetivos que quiere realizar y que tiene derecho que sean considerados por
quien desee conservar una posición orientadora.
12
vida paralelamente, donde nada de eso importa, sino la posibilidad de manejar audiencias
pasivas. Es urgente abrir el diálogo en la escuela y formar comunidades lectoras en todos
los ámbitos posibles, para proporcionar a todos herramientas intelectuales y emocionales de
nuevos significados, donde la diversidad, la pluralidad y la multiculturalidad convivan, para
ello la lectura va en primera línea” (14-15).
“Leer es un proceso mecánico con unas reglas particulares y diversos medios y métodos de
acopio. Pero la simple mecánica no basta para convencer a un lector de leer literatura.
Enamorarse del texto es un proceso de apropiación y para ello se mueve un cierto
convencimiento, somos seducidos” (18).
“Un escritor es un alguien que es constituido por un algo, a la vez que constituye ese algo,
la escritura (…). La escritura es, hasta cierto punto, un estar-a-la-mano de un alguien que la
ha hecho suya, valga decir con su propio estilo. La escritura se ha encarnado en él a través
de la mano. El arte de la escritura se encarna en la persona” (116).
13
CASTRILLO, Katherine. «¿Por qué escribir un cuento?» En: Dos que echan
cuento. Caracas: Fundación Editorial El perro y la rana, 2014
“… un cristal que nos devuelve una imagen deforme de la sociedad, de nosotros mismos.
Es ahí cuando en medio, quizá, de una risa dolorosa, dejamos de ser sólo lectoras o lectores
y nos damos cuenta de que esas historias que estamos leyendo nos resultan conocidas, que
son una reproducción de nuestra cotidianidad, que esos personajes han sido reales, los
conocemos y tal vez nos han dolido. Justo en ese momento podemos reconocer a la
literatura como un lenguaje potencialmente liberador, con el que no sólo advertimos una
situación de violencia sino que a la vez nos invita a reflexionar sobre las causas que la
provocan” (7-8).
“Hay quienes creen que el lenguaje es inofensivo. Que no tiene poder alguno. Pero,
cuidado. Ni la dinamita es tan peligrosa como la palabra. Saint-Germain dice que el
lenguaje es marcador, es más fuerte que el hierro candente que se utiliza para marcar con
fuego las reses” (159).
“Para decirlo con palabras de Guillemo Sucre: ‘Hay quienes escriben para sobresalir y hay
quienes escriben para buscar una salida’” (159).
14
“Séptima premisa: Fernando Pessoa: ‘La patria es el lenguaje’. Nos movemos como si
fuéramos los dueños del lenguaje, sin comprender que sin lenguaje el ser humano estaría a
la intemperie. Al respecto Heidegger dice: ‘Aunque tuviéramos mil ojos y mil oídos, y mil
manos, y muchos otros sentidos y órganos, si nuestra esencia no consistiera en el poder del
lenguaje todo permanecería cerrado para nosotros’” (160).
“El lenguaje no son solo palabras. El lenguaje lo es todo. Roque Dalton decía: ‘Poesía,
perdóname por haberte ayudado a comprender que no estás hecha sólo de palabras’” (161).
“El escritor está comprometido con su pueblo, con el lenguaje y consigo mismo. El escritor
debe intentar, como decía Neruda, que el mundo sea digno para todas las vidas humanas, no
solo para algunas. El ecritor debe hablar porque todo lo que calle será utilizado en su
contra” (162).
“El arte debe mostrar nuestro ser y el ser de todo lo que nos rodea” (163).
“Inherente a la condición que entraña ser poeta, la poesía actúa como un servicio público
que a semejanza de otros solo otorga satisfacciones al alma y a diferencia de los más se
ejerce casi siempre en la intimidad. En la intimidad de quien lo da y en la intimidad de
quien lo recibe” (10).
15
“Si las revoluciones políticas se fundan en las ideas, las poéticas lo hacen en las
sensibilidades” (11).
“Leer no es sólo una operación instrumental por medio de la cual somos capaces de
descifrar un conjunto de signos. Leer es, tal vez, uno de los actos más prodigiosos a los
cuales podemos acceder como seres humanos. Quien aprende a leer ya tiene en sus manos
todas las posibilidades, todas las vidas posibles, todos los universos. Si hay algo que nos
acarteriza como seres humanos es el don de la palabra, somos —como alguna vez dijera
Ernest Cassirer— hombres parlantes. Y las palabras nos introducen en el ámbito simbólico.
Las palabras no son las cosas, las representan. Toda palabra, por tanto, es una metáfora, un
acercamiento a la comprensión del mundo que nos rodea” (9-10).
“El lenguaje es, entonces, la puerta grande que abrimos todos los seres humanos en busca
de la comprensión de nuestra vida y del entonor que nos rodea. De allí que la lectura sea
uno de nuestros bienes esenciales” (11).
16
“Y es que la lectura es, también, un intercambio amoroso” (15).
“El amor por la lectura es una aventura y una búsqueda: leemos porque estamos interesados
en interpretar lo que somos y lo que nos ocurre. Por ello el libro no sólo ‘comunica’ en un
snetido unidireccional. El libro tiene la capacidad de movilizar en nosotros nuestras
creencias y sensibilidad: cuando leemos lo hacemos desde nuestra experiencia y con los
conocimientos que tenemos al alcance, pero ellos nos abren a experiencias que están en
nosotros y que sólo esperan algo que las esclarezca, que nos permitan sacarlas de adentro.
Por ello es que, a diferencia de otros medios como la televisión, la lectura abre las puertas
del diálogo; lo conocido y lo desconocido nos interpelan, exigen de nosotros que
coloquemos nuestras aspiraciones, nuestras angustias, la particular forma que tenemos de
entender el mundo” (15-16).
“Y el libro viene a nuestro encuentro para devolvernos a la vida, a sus prodifios y sus dons,
tanto como al horror de lo que existe y lo que somos” (17).
“Ns acercamos a los libros como al amor: por el destello de algo que queremos tener a
nuestro lado, que nos proporciona dicha y que nos hace seres humanos más completos”
(18).
“El libro es un mundo desconocido, que sólo se activa cuando un sujeto pasa por sus
páginas y le da vida a eso que lee” (20).
17
“Muchas veces los libros llegan a nuestras manos pr azar, se nos presentan y nos van
abriendo caminos para el encuentro de otros. Dejan sus semillas en nosotros y como buenos
amigos se despiden para que encontremos nuestra propia ruta” (21-22).
“No hay que hacer mucho caso, entonces, cuando nos hablan de la importancia de la lectura
con palabras grandilocuentes, porque el libro y la lectura se acercan más a la intimidad de
una experiencia personal, de una comunicación que establecemos porque nos gusta, porque
así lo queremos, porque nos sentimos en buena compañía” (23).
“… la pedagogía que vendrá hará prioritario una visión dialéctica que se exprese en un
conocimiento para permitir una práctica educativa antihegemónica y un rescate de la
autenticidad de los sujetos que participan en el proceso escolar. Esta posibilidad también
significará reelaborar el pensamiento pedagógico en cuanto sea repensado en el contexto de
la producción de un conocimiento para transformar” (8).
18
“Esta práctica pedagógica, que intenta rescatar la esencia misma de la investigación,
permitirá un proceso abierto, donde no se frene la capacidad creativa de los estudiantes y la
investigación se transforme en un importamte vehículo para acceder a un conocimiento con
un nivel de participación que, en definitiva, rompa con la idea del conocimiento
prefabricado” (9).
En la necesidad de llevar a la práctica dentro del salón de clase una nueva pedagogía que
promueva la facultad lectora, conlleve a la producción literaria y resulte en un despertar del
pensamiento crítico; Julio Cortázar se convierte, a partir de los cinco textos breves que
serán trabajados, en un guía y acompañante de este transitar. Permitir una familiaridad, un
acercamiento jovial, construirá un puente entre los estudiantes y el autor. Realizado el
pacto, cruzarán por el puente, en ambos sentidos, el mundo interior (y aún vigente) de Julio
Cortázar y las preocupaciones (emociones, ocupaciones) de los jóvenes quienes serán
tocados por esta forma de hacer arte que es la literatura, provocando un mirarse-de-nuevo.
Se llevarán a cabo seis encuentros con un grupo de uneartistas para acercarnos a la obra
de Julio Cortázar, leerla, dialogar con ella, confrontarla, debatirla y producir textos
literarios a partir de ella. A razón de dos textos por encuentro, una fase inicial de
introducción del autor, su contexto y vigencia; dos sesiones de debate, una sesión de
producción literaria y una jornada de cierre donde las lecturas en voz alta interconectarán
19
todo lo alcanzado. Y de allí podremos concluir si son la lectura sentida y la producción
literaria elementos transformadores al convertirse en ese acontecer que nos obliga a mirar y
mirar-nos de nuevo. Para ser otros, capaces de entendernos a nosotros mismos y capaces de
repensar nuestro entorno para concretar prácticas distintas que hagan de este mundo un
lugar mejor, con jóvenes despiertos y conscientes de su papel histórico.
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