Está en la página 1de 6

DEFINICIÓN DE REVISORÍA FISCAL

La Revisoría Fiscal es una actividad de fiscalización integral fundamentada en el interés público,


debe ser orientada por un contador público y éste se podrá apoyar en conceptos de peritos o
contar con auxiliares cuando se requiera. Las funciones de los Revisores Fiscales mínimas son las
establecidas por el Código de Comercio y en ellas se incorpora la evaluación del sistema de control
interno, al cual se integra sin duda la auditoría médica; así mismo el Revisor Fiscal debe impartir
instrucciones para el establecimiento de todos los controles necesarios para la conservación de los
valores sociales los cuales se afectarían por una auditoría médica incompetente. Por estas razones
es claro que el dictamen del Revisor Fiscal debe incorporar la evaluación del control interno en
general y la auditoría médica en particular.

La revisoría es una figura contemplada por el artículo 203 del código de comercio,
la ley 43 de 1990 y otras leyes que de forma particular contienen la obligación de
tener una revisoría fiscal.
La revisoría fiscal no es más que un órgano que se encarga de fiscalizar o revisar
los procedimientos internos de las empresas, a fin de verificar que estas hayan
cumplido normas estatutarias, y leyes que le son aplicables, y que la información
contable y los estados financieros, se emitan en cumplimiento de las normas
contables aplicables.
Además, la revisoría fiscal se ha convertido en un órgano auxilio de las
autoridades administrativas e incluso penales en razón la obligación que se le ha
impuesto al revisor fiscal de informar a estas los hechos irregulares o delictivos
que conozcan en el ejercicio de sus funciones.

Objetivo de la revisoría fiscal.


Las empresas cumplen una función social que puede afectar a terceros, por tanto,
se debe garantizar que dichas empresas actúan conforme a ley, y presenten su
información contable y financiera de acuerdo a los principios de contabilidad
generalmente aceptados.
En consecuencia, la revisoría fiscal es la institución llamada a brindar confianza al
público en general, en cuanto a que la empresa hace las cosas como debe ser,
con arreglo a la ley y a los estatutos internos, y que la información representada
en la contabilidad y los estados financieros, es confiable.
La revisoría fiscal es la figura que imprime esa confianza a los terceros
interesados en una empresa, como pueden ser el mismo estado, inversionistas,
proveedores, acreedores, etc., puesto que el revisor fiscal está dictaminando que
todo está bien en esa empresa.

Funciones del revisor fiscal.


Las funciones del revisor fiscal están dadas en el artículo 207 del código de
comercio, y son las siguientes:
1. Cerciorarse de que las operaciones que se celebren o cumplan por cuenta de la
sociedad se ajustan a las prescripciones de los estatutos, a las decisiones de la
asamblea general y de la junta directiva.

2. Dar oportuna cuenta, por escrito, a la asamblea o junta de socios, a la junta


directiva o al gerente, según los casos, de las irregularidades que ocurran en el
funcionamiento de la sociedad y en el desarrollo de sus negocios.

3. Colaborar con las entidades gubernamentales que ejerzan la inspección y


vigilancia de las compañías, y rendirles los informes a que haya lugar o le sean
solicitados.

4. Velar por que se lleven regularmente la contabilidad de la sociedad y las actas de


las reuniones de la asamblea, de la junta de socios y de la junta directiva, y
porque se conserven debidamente la correspondencia de la sociedad y los
comprobantes de las cuentas, impartiendo las instrucciones necesarias para tales
fines.

5. Inspeccionar asiduamente los bienes de la sociedad y procurar que se tomen


oportunamente las medidas de conservación o seguridad de los mismos y de los
que ella tenga en custodia a cualquier otro título.

6. Impartir las instrucciones, practicar las inspecciones y solicitar los informes que
sean necesarios para establecer un control permanente sobre los valores
sociales.

7. Autorizar con su firma cualquier balance que se haga, con su dictamen o informe
correspondiente.

8. Convocar a la asamblea o a la junta de socios a reuniones extraordinarias cuando


lo juzgue necesario.

9. Cumplir las demás atribuciones que le señalen las leyes o los estatutos y las que,
siendo compatibles con las anteriores, le encomiende la asamblea o junta de
socios.

10. Reportar a la Unidad de Información y Análisis Financiero las operaciones


catalogadas como sospechosas en los términos del literal d) del numeral 2 del
artículo 102 del Decreto-ley 663 de 1993, cuando las adviertan dentro del giro
ordinario de sus labores.

PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA REVISORÍA FISCAL


Con el objetivo de que el revisor fiscal cumpla cabalmente las funciones que le son
asignadas por ley y por estatutos, el mismo debe cumplir con unos principios
fundamentales establecidos para la revisoría fiscal; dentro de ellos se encuentran:
permanencia, integralidad, oportunidad, función preventiva, independencia y objetividad, fe
pública, actuación racional, cobertura general y cumplimiento de las normas de la profesión
contable. A continuación se da una breve descripción de cada uno de ellos:
 Permanencia: Indica que la labor del revisor fiscal debe realizarse de manera
continua, pues como órgano de fiscalización requiere ejercer vigilancia constante
sobre las operaciones efectuadas por la entidad objeto del examen del revisor fiscal;
además debe inspeccionar y corroborar todo el proceso llevado a cabo para la toma
de decisiones que genera las actividades realizadas por la entidad.

 Integralidad: Al ejercer la revisoría fiscal el control sobre toda la entidad, es


necesario que esta labor se realice de manera integral, por lo que ninguna actividad,
área, operación o función debe escapar a la aplicación del control de fiscalización.

 Oportunidad: El ejercicio de la revisoría fiscal debe ser oportuno; esto hace


referencia a que el control de fiscalización para que sea eficiente, debe aplicarse en
lo posible, antes y durante la ocurrencia de los hechos, pues de no ser así, podría
suceder que se ejecuten operaciones que no se encuentran acordes con las normas
preestablecidas, desviando a la entidad de su objetivo central.

 Función preventiva: En concordancia con el principio de oportunidad, las acciones


realizadas por la revisoría fiscal deben buscar evitar el daño; por lo que de acuerdo
con señalamientos hechos por la Superintendencia Financiera, “la vigilancia del
revisor fiscal debe tener carácter preventivo”, para lo cual es necesaria la emisión
de informes oportunos que eviten que se incurra en actos irregulares.

 Independencia: Aunque la vinculación del revisor fiscal se suscribe con el


presidente o gerente de la entidad, esto no implica que exista subordinación, por lo
que el revisor fiscal no obedece ordenes o instrucciones de ningún estamento
administrativo; su labor debe estar sustentada sin ningún impedimento, en la
capacidad y buen juicio profesional de quien hace las veces de revisor fiscal.

 Objetividad: El revisor fiscal debe tener una actitud imparcial y sustentar sus
acciones y su opinión en la realidad.

 Fe Pública: Se entiende por fe pública la aceptación de lo dicho por aquellos que


tienen la investidura para atestar, por lo que se presume que sus manifestaciones
están revestidas de verdad y certeza. Teniendo en cuenta que la calidad de revisor
fiscal recae exclusivamente en cabeza de los contadores públicos, los informes y
documentos emitidos por él tienen la calidad de verdad, es decir, tienen el sello de
la fe pública.

 Actuación racional: El ejercicio de la revisoría fiscal debe estar sustentado en un


criterio racional y en un conocimiento basado en la lógica, en donde el juicio
profesional tiene como base la evidencia obtenida mediante la aplicación de
técnicas reconocidas.

 Cobertura General: El revisor fiscal debe ejecutar su trabajo en la entidad


considerándola como un todo, por lo que sus acciones deben recaer sobre las
transacciones, hechos económicos, operaciones, áreas, decisiones y políticas de la
organización.
 Cumplimiento de las Normas de la Profesión Contable: Las labores realizadas
por los revisores fiscales deben efectuarse de acuerdo con las normas vigentes
aplicables, que para este caso, corresponden a las establecidas para los profesionales
de la contaduría pública.

LEY 43 DE 1990
Otra legislación particular con competencia en la actividad de la revisoría fiscal en Colombia es la
Ley 43 de 1990 la cual establece un conjunto de postulados jurídicos sobre los cuales se debe
realizar la actividad de Contador Público, esta ley enfoca especial atención al conjunto de
actividades de 35 aseguramiento, recopilación, clasificación, registro y análisis de información de
las entidades sobre las cuales los contadores están obligados a informar, situación que aumenta
cuando estos realizan actividades de revisoría fiscal en ellas. La doctrina jurídica de la Ley 43 de
1990 establece, entre otras cosas, la obligatoriedad del Contador Público de actuar bajo
estándares que instituyan lineamientos sobre el aseguramiento y la recopilación de la información
y además de ello, de apegar su comportamiento a requisitos éticos particulares, así mismo, en esta
normativa legal se establece el regimiento de la actividad del Contador Público por la Junta Central
de Contadores. Además, señala que el Consejo Técnico de la Contaduría Pública es el órgano de la
orientación técnica y científica de la profesión contable en el país, al mismo tiempo, que es el
órgano regulador que establece los principios de contabilidad generalmente aceptados en
Colombia, identificando, también las normas de auditoría de aceptación general en el país. En la
Ley 43 de 1990 se incluyen principios éticos relativos a la actividad profesional que debe realizar el
Contador Público, se incorporan aquí, criterios relacionados con la credibilidad, confidencialidad,
respeto por el interés público, confianza, y la salvaguarda de la información de acuerdo a los
diferentes usuarios de la misma, los cuales estipulan el uso de los reportes contables y financieros
para tomar decisiones objetivas y razonables. Significa entonces, que la Ley 43 de 1990 debe
considerarse un bastión importante para el desarrollo de este trabajo, pues su contenido y
doctrina jurídica 36 aporta información relevante para concluir en término de los principios éticos
inherentes a la actividad de la revisoría fiscal en Colombia.

En consecuencia, el Contador Público debe considerar y estudiar al usuario de sus  servicios como


ente económico separado que es, relacionarlo con las circunstancias  particulares de su actividad,
sean éstas internas o externas, con el fin de aplicar, en cada caso, las técnicas y métodos más
adecuados para el tipo de ente económico y la clase de trabajo que se le ha encomendado,
observando en todos los casos, los siguientes principios básicos  de ética profesional: 1. Integridad.
2. Objetividad. 3. Independencia. 4. Responsabilidad. 5. Confidencialidad. 6. Observaciones de las
disposiciones normativas. 7. Competencia y actualización profesional. 8. Difusión y colaboración.
9. Respeto entre colegas.

Conducta ética. Los anteriores principios básicos  deberán ser  aplicados por  el Contador  Público
tanto en el trabajo más sencillo como en el más complejo, sin ninguna excepción. De esta manera,
contribuirá al desarrollo de la Contaduría Pública a través de la práctica cotidiana de su profesión.
Los principios de ética anteriormente enunciados  son aplicables a todo Contador  Público por  el
sólo hecho de serlo, sin importar  la índole de su actividad o la especialidad que cultive, tanto en el
ejercicio independiente o cuando actúe como funcionario o empleado de instituciones públicas o
privadas, en cuanto sea compatible con sus funciones. La explicación de los principios básicos de
ética profesional, es la siguiente: 37.1 Integridad. El Contador Público deberá mantener incólume
su integridad moral, cualquiera que fuere el campo de su actuación en el ejercicio profesional.
Conforme a esto, se espera de él rectitud, probidad, honestidad, dignidad y sinceridad, en
cualquier circunstancia. Dentro de este mismo principio quedan comprendidos otros conceptos
afines que, sin requerir  una mención o reglamentación expresa, puedan tener  relación con las
normas de actuación profesional establecidas. Tales conceptos pudieran ser los de conciencia
moral, lealtad en los  distintos planos, veracidad como reflejo de un realidad incontrastable,
justicia y equidad con apoyo en el derecho positivo. 37.2 Objetividad. La objetividad representa
ante todo imparcialidad y actuación sin prejuicios en todos los asuntos que correspondan al
campo de acción profesional del Contador Público. Lo anterior es especialmente importante
cuando se trata de certificar, dictaminar u opinar sobre los  estados financieros de
cualquier entidad. Esta cualidad va unida generalmente a los principios  de integridad e
independencia y suele comentarse conjuntamente con esto. 37.3 Independencia. En el ejercicio
profesional, el Contador Público deberá tener y demostrar  absoluta independencia mental y de
criterio con respecto a cualquier  interés que pudiere considerarse incompatible con los principios
de integridad y  objetividad, con respecto a los  cuales la independencia, por  las características
peculiares de la profesión contable, debe considerarse esencial y concomitante. 37.4
Responsabilidad. Sin perjuicio de reconocer que la responsabilidad, como principio de la ética
profesional, se encuentra implícitamente comprendida en todas y cada una de las normas  de ética
y reglas de conducta del Contador Público, es conveniente y justificada su mención expresa como
principio para todos los niveles de la actividad contable. En efecto, de ella fluye la necesidad de la
sanción, cuyo reconocimiento en normas de ética, promueve la confianza de los usuarios de los
servicios del Contador Público, compromete indiscutiblemente la capacidad calificada, requerida
por el bien común de la profesión. 37.5 Confidencialidad. La relación del Contador Público con el
usuario de sus servicios es el elemento primordial en la práctica profesional. Para que dicha
relación tenga pleno éxito debe fundarse en un compromiso responsable, leal y auténtico, el cual
impone la más estricta reserva profesional. 37.6 Observancia de las disposiciones normativas. El
Contador  Público deberá realizar  su trabajo cumpliendo eficazmente las disposiciones
profesionales promulgadas por el Estado (y  por  el Consejo Técnico de la Contaduría Pública)
aplicando los procedimientos adecuados  debidamente establecidos. Además, deberá observar las
recomendaciones recibidas de sus  clientes o de los funcionarios competentes del ente que
requiere sus servicios, siempre que éstos sean compatibles con los principios de integridad,
objetividad e independencia, así como con los demás principios y  normas de ética y  reglas
formales de conducta y  actuación aplicables en las circunstancias. Nota Jurisprudencial. La Corte
Constitucional en sentencia C 530 de 2000 declaró inexequible la expresión "y por el Consejo
Técnico de la Contaduría Publica", contenida en este artículo. 37.7 Competencia y  actualización
profesional. El Contador  Público sólo deberá contratar  trabajos para lo cual él o sus asociados  o
colaboradores  cuenten con las  capacidades e idoneidad necesaria para que los servicios
comprometidos se realicen en forma eficaz  y  satisfactoria. Igualmente, el Contador Público,
mientras se mantenga en ejercicio activo, deberá considerarse permanentemente obligado a
actualizar los conocimientos necesarios para su actuación profesional y especialmente aquéllos
requeridos por el bien común y los imperativos  del progreso social y económico. 37.8 Difusión y
colaboración. El Contador Público tiene la obligación de contribuir, de acuerdo con
sus posibilidades personales, al desarrollo, superación y dignificación de la profesión, tanto a nivel
institucional como en cualquier  otro campo, que, como los de la difusión o de la docencia, le sean
asequibles. Cuando quiera que sea llamado a dirigir  instituciones para la enseñanza de la
Contaduría Pública o a regentar cátedras en las mismas, se someterá a las  normas legales
y reglamentarias sobre la materia, así como a los principios y  normas de la profesión y a la ética
profesional. Este principio de colaboración constituye el imperativo social profesional. 37.9
Respeto entre colegas. El Contador  Público debe tener siempre presente que la sinceridad, la
buena fe y  la lealtad para con sus colegas son condiciones básicas  para el ejercicio libre y honesto
de la profesión y para convivencia pacífica, amistosa y cordial de sus  miembros.

También podría gustarte