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Literatura europea medieval y renacentista

Tarea IX
La Narrativa Renacentista: Cuento y Novela
Características de la Narrativa Renacentista: Cuento y Novela. Autores y obras
representativas.
Andrea Alexandra Sánchez López

NARRATIVA RENACENTISTA: CUENTO Y NOVELA.


Características de la Narrativa Renacentista: Cuento y Novela.
FORMAR UN ÁLBUM LITERARIO RELACIONADO CON LA NARRATIVA DEL
RENACIMIENTO, SIGUIENDO CADA UNA DE LAS ACTIVIDADES.
ACTIVIDAD I. Introducción a la Narrativa del Renacimiento.
1. Leer el texto Narrativa Renacentista: cuento y novela, como introducción al tema.
(Abajo archivo Word).
2. Realizar un cuadro sinóptico con la información que proporciona el texto.

ACTIVIDAD II.
3.Leer los tres textos referentes a las características de la Narrativa Renacentista:
Cuento y Novela.
a) La visión de Vargas Llosa de los cuentos de EL Decamerón. (Abajo vinculo letras
libres)
b) La apreciación de Javier Bilbao de Los Cuentos de Canterbury. (Abajo vínculo
Jotdown)
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c) Los comentarios de Sergi Doria en el ABC sobre la novela Gargantúa y Pantagruel.


(Abajo vínculo ABC)
4. Realizar tres cuadros esquemáticos con relación al contenido de los textos
comentados por Vargas Llosa, Bilbao y Doria.

Autores y obras representativas.


ACTIVIDAD III. Datos de la época y biográfias de los autores.
5. Buscar información relacionada con el Renacimiento y sus autores representativos:
a) Datos de la época: históricos y literarios
b) Biografías, rasgos principales o características particulares de los siguientes
autores:
1. Giovanni Boccaccio.
2. Geoffrey Chaucer
3. Francois de Rabelais.
6. Hacer las fichas técnicas como uno de los complementos del tu álbum relacionado
con la narrativa del Renacimiento que agregarás a los cuadros
esquemáticos de la actividad I.

1. Giovanni Boccaccio.

Nace en el mes de junio del año de 1313. Su padre era el mercader


Boccaccio di Chellino. Asimismo, lo que se sabe acerca de su infancia es
que se desarrolló en Florencia, y que fue su padre el que se encargó de su
crianza y educación.

Giovanni Boccaccio conocido por su famosa obra de El Decamerón. De la


misma se han tejido muchas otras historias. Sus obras siempre se
contextualizaron en el amor, a pesar de que no tuvo suerte en esta área de
la vida. No te pierdas esta interesante historia. Seguro que te va a
encantar.

Teniendo en cuenta que es utilizada la narración, enmarcada como el


recurso técnico de la misma. Asimismo, mediante dicha obra se realzó la
fundación de una escuela bastante nutrida de nombre Novellieri, los cuales
hicieron la imitación de su obra.
Dentro de Giovanni Boccaccio obras, se encuentran muchas de suma
poesía y belleza. Por lo tanto, vamos a encontrar a continuación, algunas
de las de mayor importancia y belleza. A fin de conocer un poco mejor la
obra de este famoso artista italiano.

2. Geoffrey Chaucer
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(Londres, c. 1343 - Londres, 1400) Fue un poeta inglés. Hijo de un vinatero


proveedor de la corte, se cree que asistió a la escuela de gramática latina de la
catedral de San Pablo y que estudió leyes en el Inns of Court.
Su influencia se deja sentir en la primera parte de su obra; se le atribuye la
traducción al inglés del célebre Roman de la rose, del que sólo se conservan
algunos fragmentos. Esta influencia es asimismo patente en el Libro de la
duquesa (Book of the Duchesse, hacia 1374), su primera obra, escrita en tono
elegíaco y dedicada a su protector, Juan de Gante, con motivo de la muerte de
su primera esposa, Blanche.
El primero, de dos mil versos, refiere en tono humorístico el accidentado viaje
del poeta a lomos de un águila dorada rumbo al palacio de la diosa Fama. El
segundo, que contiene muchos de los elementos típicos de los géneros
cortesanos de la época, describe una reunión de toda clase de aves, con
motivo de la fiesta de San Valentín, para elegir su pareja, lo cual da motivo a
una aguda sátira llena de comicidad.
Entre sus obras de influencia italiana figura también Troilo y Crésida (Troilus
and Criseyde, 1383-1385), un largo poema de ocho mil versos que relata una
historia de amores desgraciados en el marco de la guerra de Troya, y que al
parecer ofendió a la esposa de Ricardo II, Ana de Bohemia. El año siguiente
Chaucer escribió La leyenda de las mujeres virtuosas (The Legende of Good
Women, 1386) obra inconclusa que podría obedecer a la voluntad de
desagraviar a la dama. El poeta se acusa en el prólogo de haber cantado a una
mujer infiel, y se propone, para redimirse, la tarea de cantar las vidas de toda
una galería de mujeres fieles que murieron por amor.

3. Francois de Rabelais.
(La Devinière, Francia, h. 1494 - París, 1553) Escritor y humanista francés.
Junto con el poeta Pierre de Ronsard y el creador del ensayo, Michel de
Montaigne, el escritor satírico François Rabelais se cuenta entre los más
brillantes literatos del Renacimiento francés. Escasean los datos sobre la
primera parte de su vida.
Una carta enviada al humanista Guillaume Budé, en 1521, que contiene unos
versos en griego, da cuenta de que ya era fraile franciscano. A través de una
apología del sexo femenino del jurista Amaury Bouchard, se sabe que Rabelais
había emprendido, ya por entonces, la traducción de la Historia de Herodoto.
Dotada de un agudo realismo que sería retomado por Molière, la obra de
Rabelais constituye un gran fresco satírico de la sociedad de su época, rico en
detalles concretos y pintorescos que contribuyen a una descripción
humorística, a menudo exacerbada y paródica, de la Francia de su tiempo. Las
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sátiras de Rabelais se dirigen ante todo contra la necedad y la hipocresía,


como también contra cualquier traba impuesta a la libertad humana, lo cual lo
enfrentó a menudo con la Iglesia, al parodiar su dogmatismo y sus aspiraciones
ascéticas. Se manifestó contrario a la educación tradicional y abogó por ciertas
reformas que lo relacionaron con Erasmo.
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ACTIVIDAD IV. Lectura, análisis y comentario del texto literario.


7. Leer los fragmentos indicados de las siguientes obras narrativas del Renacimiento
I. El Decamerón. (Abajo vínculo con ataun.eus) . *En este vínculo la narración aparece
como NOVELA.
a) Primera Jornada. Narración Quinta, pp. 83-88
b) Quinta Jornada, Narración Cuarta, pp. 655-666.
c) Séptima Jornada. Narración Segunda, pp. 818-826.
d) Octava Jornada. Narración Primera, pp. 925-930.
e) Novena Jornada. Narración Segunda, pp. 1096-1101.
II. Los Cuentos de Canterbury. (Abajo vínculo seducoahuila).
a). Sección 7. Cuento de Sir Topacio, pp. 170-176. (En Verso).
b). Sección 7. Cuento de Melibeo, pp. 176-199. ( En prosa).
III. Gargantúa y Pantagruel: Capítulos I al VIII, pp. 47 a 66 (Abajo vínculo biblioteca
virtual la rioja).
8. Seleccionar algunas muestras literarias de cada una de las obras, que hayan gustado
de los fragmentos leídos.

a) Primera Jornada. Narración Quinta, pp. 83-88

La historia contada por Dioneo hirió primero de alguna vergüenza el


corazón de las damas que la escuchaban y dio de ello señal el honesto
rubor que apareció en sus rostros; mas luego, mirándose unas a otras,
pudiendo apenas contener la risa, la escucharon sonriendo. Y llegado el
final, después de haberle reprendido con algunas dulces palabras,
queriendo mostrar que historias semejantes no debían contarse delante
de mujeres, la reina, vuelta hacia Fiameta (que junto a él estaba sentada
en la hierba), le mandó que continuase el orden establecido, y ella
galanamente y con alegre rostro, mirándola, comenzó: Tanto porque me
complace que hayamos entrado a demostrar con las historias cuánta es
la fuerza de las respuestas agudas y prontas, como porque tan gran
cordura es en el hombre amar siempre a mujeres de linaje más alto que
el suyo como es en las mujeres grandísima precaución saber guardarse
de caer en el amor de un hombre de mayor posición que la suya, me ha
venido al ánimo, hermosas señoras, mostraros, en la historia que me
toca contar, cómo una noble dueña supo con palabras y obras
guardarse de esto y evitar otras cosas. Había el marqués de Monferrato,
hombre de alto valor, gonfalonero de la Iglesia, pasado a ultra mar en
una expedición general hecha por los cristianos a mano armada; y
hablándose de su valor en la corte de Felipe el Tuerto, que se preparaba
a ir desde Francia en aquella misma expedición, fue dicho por un
caballero que no había bajo las estrellas otra pareja semejante a la del
marqués y su mujer: porque cuanto destacaba en todas las virtudes el
marqués entre los caballeros, tanto era la mujer entre las demás mujeres
hermosísima y vale rosa. Las cuales palabras entraron de tal modo en
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el ánimo del rey de Francia que, sin haberla visto nunca, comenzó a
amarla ardientemente, y se pro puso no hacerse a la mar, en la
expedición en que iba, sino en Génova para que, yendo por tierra,
pudiese tener un motivo razonable para ir a ver a la marquesa,
pensando que, no estando el marqués, podría suceder que viniese a
tener efecto su deseo. Y según lo había pensado mandó que fuese
puesto en ejecución; por lo que, enviando delante a todos los hombres,
él con poca compañía y de hombres nobles, se puso en camino, y
acercándose a la tierra del marqués, mandó decir a la señora con
anticipación de un día que a la mañana siguiente le esperase a
almorzar. La señora, sabia y precavida, repuso alegremente que aquél
era un favor superior a cualquier otro y que fuese bien venido.

b) Quinta Jornada, Narración Cuarta, pp. 655-666.

No ha pasado, valerosas señoras, mucho tiempo desde que hubo en la


Romaña un caballero muy de bien y cortés que fue llamado micer Lizio
de Valbona, a quien por acaso, cerca de su vejez, le nació una hija de su
mujer llamada doña Giacomina; la cual, más que las demás de la
comarca al crecer se hizo hermosa y placentera; y porque era la única
que les quedaba al padre y a la madre sumamente por ellos era amada
y tenida en estima y vigilada con maravilloso cuidado, esperando
concertarle un gran matrimonio. Ahora, frecuentaba mucho la casa de
micer Lizio y mucho se entretenía con él un joven hermoso y lozano en
su persona, que era de los Manardi de Brettinoro, llamado Ricciardo, del
cual no se guardaban micer Lizio y su mujer más que si hubiera sido su
hijo; el cual, una vez y otra habiendo visto a la joven hermosísima y
gallarda y de loables maneras y costumbres, y ya en edad de tomar
marido, de ella ardientemente se enamoró, y con gran cuidado tenía
oculto su amor. De lo cual, percibiéndose la joven, sin esquivar el golpe,
semejantemente comenzó a amarle a él, de lo que Ricciardo estuvo muy
contento.

c) Séptima Jornada. Narración Segunda, pp. 818-826.

No hace casi nada de tiempo que un pobre hombre, en Nápoles, tomó


por mujer a una hermosa y atrayente jovencita llamada, Pero nella; y él
con su oficio, que era de albañil, y ella hilando, ganando muy
escasamente, su vida gobernaba como mejor podían. Sucedió que un
joven galanteador, viendo un día a esta, Pero nella y gustándole mucho,
se enamoró de ella, y tanto de una manera y de otra la solicitó que llegó
a intimar con ella. Y para estar juntos tomaron el acuerdo de que, como
su marido se levantaba temprano todas las mañanas para ir a trabajar o
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a buscar trabajo, que el joven estuviera en un lugar de donde lo viese


salir; y siendo el barrio donde estaba, que Avorio se llama, muy solitario,
que, salido él, éste a la casa entrase; y así lo hicieron muchas veces.
Pero entre las demás sucedió una mañana que, habiendo el buen
hombre salido, y Giannello Scrignario, que así se llamaba el joven,
entrado en su casa y estando con Pero nella, luego de algún rato
(cuando en todo el día no solía volver) a casa se volvió, y encontrando la
puerta cerrada por dentro, llamó y después de llamar comenzó a
decirse: —Oh, Dios, alabado seas siempre, que, aunque me hayas
hecho pobre, al menos me has consolado con una buena y honesta
joven por mujer. Ve cómo enseguida cerró la puerta por dentro cuando
yo me fui para que nadie pudiese entrar aquí que la molestase.

d) Octava Jornada. Narración Primera, pp. 925-930.

Había en Milán un tudesco a sueldo cuyo nombre fue Gulfardo,


arrogante en su persona y muy leal a aquellos a cuyo servicio se ponía,
lo que raras veces suele suceder a los tudescos; y porque era, en los
préstamos de dinero que se le hacían, lealísimo pagador, muchos
mercaderes habría encontrado que por pequeño rendimiento cualquier
cantidad de dinero le habrían prestado. Puso éste, viviendo en Milán, su
amor en una señora muy hermosa llamada doña Ambruogia, mujer de
un rico mercader que tenía por nombre Guasparruolo Cagastraccio, el
cual era asaz conocido suyo y amigo; y amándola muy discretamente,
sin apercibirse el marido ni otros, le pidió un día hablar con ella,
rogándole que le pluguiera ser cortés con su amor, y que él estaba por
su parte presto a hacer lo que ella le ordenase.

e) Novena Jornada. Narración Segunda, pp. 1096-1101.

La abadesa, sentándose en el capítulo, en presencia de todas las


monjas, que solamente a la culpable miraban, comenzó a decirle las
mayores injurias que nunca a una mujer fueron dichas, como a quien la
santidad, la honestidad y la buena fama del monasterio con sus sucias y
vituperables acciones, si afuera fuese sabido, todo lo contaminaba; y
tras las injurias añadía gravísimas amenazas. La joven, vergonzosa y
tímida, como culpable, no sabía qué responder, sino que callando, hacía
a las demás sentir compasión de ella. Y multiplicando la abadesa sus
historias, le ocurrió a la joven levantar la mirada y vio lo que la abadesa
llevaba en la cabeza y las cintas que de acá y de allá le colgaban.

a). Sección 7. Cuento de Sir Topacio, pp. 170-176. (En


Verso).
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Allí florecían hierbas de toda clase, como el regaliz, y la raíz del ajenjo, y
clavos, y muchas más. Y las nueces que ponéis en la cerveza, sea
negra o clara, o guardáis para mejor ocasión. Y los pájaros cantaban,
¡no lo puedo callar! El gavilán y la cotorra, daba gusto escucharles. El
zorzal macho tocó su flauta, y la paloma torcaz lo hizo en la cascada. Su
canto era fuerte y claro.

Bibliografías:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Geoffrey Chaucer». En Biografías y Vidas. La
enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible
en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/chaucer.htm [fecha de acceso: 11 de mayo de
2022].

Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de François Rabelais». En Biografías y Vidas. La


enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible
en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/rabelais.htm [fecha de acceso: 11 de mayo de
2022].

Javier Bilbao. (2015). Qué nos enseñan Los cuentos de Canterbury. 09/05/2022, de JOT DOWN Sitio
web: https://www.jotdown.es/2015/02/que-nos-ensenan-los-cuentos-de-canterbury/

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