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LA BLASFEMIA CONTRA EL ESPIRITU SANTO

 Es muy común entre la hermandad preguntar: ¿qué es la blasfemia contra el Espíritu Santo? Y
generalmente esta blasfemia es también llamada el "pecado imperdonable", basándose en lo que
dijo Juan (1 Juan 5.16) y lo que dijo el Señor Jesucristo, cuando acusó a los fariseos de blasfemar
contra el Espíritu Santo, indicando que este pecado "no tiene jamás perdón"  (Marcos 3.30).
Tomando en cuenta lo interesante que es este tema, vamos a considerar unos conceptos que nos
sirvan para entender mejor la problemática de la blasfemia contra el Espíritu de Dios.

Blasfemar es "hablar en contra","denigrar", "desacreditar", "hablar mal de", "difamar"; a lo cual se


puede agregar "insultar" al Espíritu Santo, cuando la blasfemia es contra el Espíritu de Dios, como
lo hicieron los fariseos del tiempo de Jesús.

Jesucristo defendió al Espíritu Santo al señalar con su justa indignación la maldad que abundaba
en los corazones de los fariseos. Inclusive el mismo Jesús se puso al frente indicando que aun el
pecado contra él sería perdonado. Pero el pecado contra el Espíritu Santo jamás sería perdonado.
Contra Cristo toda la humanidad ha pecado - por eso fue él sacrificado. Pablo (antes Saulo)
blasfemó contra Cristo y contra la iglesia - pero fue perdonado (1 Timoteo 1.13).

A partir de la actitud de los fariseos en su oposición al ministerio de nuestro Señor Jesucristo, se


puede saber más de qué implica esta forma de blasfemia. Marcos 3.30 señala que el pecado
contra el Espíritu Santo ocurrió cuando los fariseos dijeron que Jesús tenía un espíritu inmundo, es
decir un espíritu de Satanás. Principalmente por su incredulidad esos judíos no podían aceptar que
Jesús obraba por voluntad de Dios. No podían entender cómo podía hacer Jesús sus milagros; no
podían someter su orgullo intelectual; no podían doblegar su voluntad ante aquel galileo ajeno a
sus tradiciones. La única explicación para ellos era que Jesucristo hacía milagros por el poder del
diablo.  "Este no echa fuera demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios" (Mateo
12.24).

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Los fariseos no se dieron cuenta que ellos mismos eran movidos por el espíritu de Beelzebú, pues
sus pensamientos eran malignos. Inclusive tenían en mente matar a Jesús, a pesar de tener ante
sus ojos la encarnación misma del poder de Dios expresado en toda buena obra que él hacía.

"Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido
homicida desde el principio...!

"Procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros".

"El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios".

"Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres
samaritano, y que tienes demonio?"  (Juan 8.37,44,47,48).

El problema de la incredulidad es que ésta cierra definitivamente las puertas a toda verdad de
Dios. Es como un ciego que no ve la luz de Cristo. No acepta ninguna revelación divina aunque sea
confirmada con señales. Pero la incredulidad tiene trascendencia, pues no hace sólo mal para este
siglo sino también para el venidero. Por la incredulidad hay personas que se perderán
eternamente aunque tengan la oportunidad de escuchar el mensaje de Dios.

Todo lo que Jesús hacía (sus obras efectuadas por el poder del Espíritu Santo) eran orientadas
hacia la formación de la fe en los hombres. Todo lo que se oponía a este propósito espiritual
puede considerarse como blasfemia contra el Espíritu Santo. Esteban demostró que el pueblo se
había perdido por causa de su incredulidad (Nehemías 9.30), lo cual es equivalente a resistir al
Espíritu Santo (Hechos 7.51). Los fariseos resistieron a Jesús (quien era lleno del Espíritu de Dios) y
le dieron muerte. Los judíos resistieron a Esteban (hombre lleno de Dios), y lo mataron.

Ananías y Safira fueron castigados por Dios con la muerte por haber mentido al Espíritu Santo
(Hechos 5.1-11). Menospreciaron el poder de Dios. No creyeron que Dios fuera capaz de darse
cuenta de su pecado. Tampoco creyeron que Dios fuera capaz de castigarlos tan severamente.

Los que pisotean la sangre de Cristo se pierden eternamente, no porque hagan algo contra la
sangre de Cristo, sino porque rechazan el único medio que Dios ha dejado para la salvación de los
hombres (Hebreos 10.29). Es importante observar en este pasaje que se menciona el Espíritu
de gracia, indicando la relación entre el Espíritu Santo y la salvación.

"Pisotear la sangre de Cristo" debe entenderse aquí como rechazar el plan eterno de Dios para la
salvación que ha sido difundido por medio del Evangelio. Los que rechazan el Evangelio, rechazan
al Espíritu Santo, porque el Evangelio (la Palabra) es un producto directo del Espíritu Santo.

El pecado imperdonable es también el "pecado voluntario", el rechazo consciente de la única


fuente de salvación que existe en el mundo. Es el menosprecio de la dádiva más grande y hermosa
que Dios ha dado a la humanidad. Cuando el hombre muere sin recibir el don divino, la gracia, se
pierde para siempre.

Cuando hay incredulidad en el individuo, su mente queda cauterizada, sellando así su perdición.
Dios ya nada puede hacer por él - y sólo le queda su propia condenación. Y es peor aun cuando
una persona se ha bautizado y se ha retirado para no volver más (Hebreos 10.26,27).

La exhortación para hoy es no resistir al Espíritu Santo. La palabra de Dios dice:  "Si oyeres hoy su
voz, no endurezcáis vuestros corazones"  (Hebreos 3.7). La función del Espíritu Santo hoy es
"convencer al mundo de pecado" (Juan 16.8). Y quien no oye al Espíritu, pierde su oportunidad de
salvación. Quien rechaza al Espíritu Santo anula su salvación, ya no queda más sacrificio por los
pecados para él (Hebreos 10.26).

"Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para
preservación del alma"  (Hebreos 10.39).

- Arnoldo Mejía A.
Leyendo el texto

Vamos a poner un par de pasajes delante de nosotros acerca de la blasfemia contra el Espíritu
Santo por tanto sepamos de lo que estamos hablando. Aquí está Jesús en Marcos 3:28-30: “‘En
verdad les digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las
blasfemias con que blasfemen, pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo no tiene
jamás perdón, sino que es culpable de pecado eterno.’ Porque decían: ‘Tiene un espíritu
inmundo.’” En otras palabras, ellos estaban atribuyendo las obras de Jesús al diablo en lugar de
atribuirlas a Dios en Él.

“La blasfemia contra el Espíritu Santo es una determinada oposición intencional al actual poder del
Espíritu Santo.”

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Un texto más, Lucas 12:10: “Y a todo el que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, se le
perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.” A lo largo de mi
ministerio han habido varias personas, no muchas, pero probablemente varias – muchas personas
no se acercan, pero estas se acercaron – varias personas que vinieron a mi profundamente
convencidas de que habían cometido el pecado contra el Espíritu Santo y por lo tanto estaban
fuera del perdón, y ellas estaban aterradas como puedes imaginar.

Salvación segura

Ahora, me parece que necesitamos – para ayudar a esas personas a lidiar con lo que están
diciendo – necesitamos poner junto a la declaración de que la blasfemia contra el Espíritu Santo
no puede ser perdonada – lo cual está ahí – las muchas declaraciones como todo aquel que cree
en el Señor Jesús será salvo, no todo aquel que cree – si no han hecho algunas otras cosas.

Por ejemplo, Hechos 16:31: “Cree en el Señor Jesús, y serás salvo.” Pablo no le preguntó al
carcelero, “Ahora, ¿alguna vez has blasfemado contra el Espíritu Santo?” Él sólo dijo, si crees, serás
salvo. En Juan 6:40, Jesús dijo: “Porque ésta es la voluntad de Mi Padre: que todo aquél que ve al
Hijo y cree en Él, tenga vida eterna, y Yo mismo lo resucitaré en el día final.”

Siempre me ha parecido que hay algo acerca de la blasfemia contra el Espíritu que Jesús tuvo la
intención de que lo entendiéramos como lo que ha llevado a una persona al punto donde está
pecando de tal manera que no está dispuesto y no tiene la capacidad de arrepentirse y creer. Esa
es la manera en que pongo ambas cosas juntas.

https://teogracia.com/puede-cristiano-blasfemar-espiritu-santo/
Sermón: Mateo 12:22-32 La Blasfemía contra el Espíritu Santo

Pastor Roberto Quiñones 

 July 25, 2021 

 Sermones

Sermón: Mateo 12:22-32 La Blasfemía contra el Espíritu Santo

Pastor Roberto Quinones Cardona

Mateo 12:22-32 “22 Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal
manera que el ciego y mudo veía y hablaba. 23 Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste
aquel Hijo de David? 24 Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por
Beelzebú, príncipe de los demonios. 25 Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo
reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no
permanecerá. 26 Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues,
permanecerá su reino? 27 Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan
vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. 28 Pero si yo por el Espíritu de Dios echo
fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. 29 Porque ¿cómo puede
alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces
podrá saquear su casa. 30 El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge,
desparrama. 31 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la
blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. 32 A cualquiera que dijere alguna palabra
contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será
perdonado, ni en este siglo ni en el venidero”.

            La oposición al Señor Jesús ha seguido creciendo. Tan seria es la oposición que Jesús les
advierte que pueden estar cometiendo el pecado imperdonable. Jesús nos dice que hay pecados
que son perdonables. Obviamente si hay genuino arrepentimiento. Pero hay también un pecado
que es imperdonable.  Que Dios mismo ha dicho que jamás será perdonado ni en esta vida ni en la
vida venidera.

            ¿Cuál es ese pecado imperdonable? Jesús lo llama la blasfemia contra el Espíritu Santo.
¿Qué es ese pecado? ¿Quiénes son los que lo han cometido? ¿Algún amigo mío, o familiar: sea
hijo(a) o cónyuge ha sido culpable de cometer ese pecado? ¿He cometido yo ese pecado? De eso
vamos a predicar en el día de hoy. Veremos tres puntos. 1. ¿Cuál es el contexto del pasaje que
propicia tal conversación? 2. ¿Qué es la blasfemia contra el Espíritu Santo? 3. ¿Quiénes pueden
cometerlo?

I. ¿Cuál es el contexto del pasaje que propicia tal conversación?

            Mateo no nos dice cuándo ocurrió el incidente. Solo se limita a decir: “entonces”. V. 22-23
22 Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego
y mudo veía y hablaba. 23 Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de
David? Si te das cuenta Mateo va a toda prisa en su narración. La obra de sanidad él la discute de
una manera bien corta porque él está interesado en cubrir el tema de la blasfemia contra el
Espíritu Santo. Este es un tema sumamente importante. Verdaderamente serio.

            Ahora bien, el contexto es el siguiente. Le traen a Jesús a un endemoniado, a una persona
poseída por un demonio. Y aparentemente el demonio provocó que esta persona estuviera ciega y
muda. Había afectado dos de los 5 sentidos. Y de una manera sencilla nos dice Mateo que Jesús le
sanó. No nos dice cómo lo hizo. Pero sí nos dice dos cosas importantes. Una, que la obra de
sanidad fue completa y perfecta. “le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba”.  Y
aunque Mateo no nos dice cómo lo hizo, lo que hizo fue algo grande, fue verdaderamente
impresionante. Lo sabemos por la reacción de la gente. “Toda la gente estaba atónita”. No lo
podían creer. Era algo tan grande que se dieron cuenta que era algo sobrenatural. Al punto de
preguntarse: “¿será éste aquel Hijo de David?”. ¿Será aquel Hijo de David que Dios había
prometido en el AT y cuyo reino no tendría fin? En otras palabras: ¿será éste el Mesías prometido?

            A lo cual respondieron los fariseos. V. 24 “24 Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa
fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios”. Fíjate que hay un contraste.
“Toda la gente… mas los fariseos”. Viendo lo que había ocurrido. Viendo que Jesús realmente
había sacado un demonio del cuerpo de esa persona. Viendo el milagro con sus propios ojos. Y
reconociendo que eso era así y no fantasía. Dicen: “Este” [y la palabra éste es en forma de
desprecio] no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios”. Ya
habíamos visto esa palabra. La palabra Beelzebú es una palabra filistea. Está compuesta de Beel
que proviene de la palabra: Baal que significa Señor. Y la palabra zebú proviene de la palabra
moscas. Así que Beelzebú significa literalmente el Señor de las moscas. Y es sinónimo de Satanás
mismo. En otras palabras, los fariseos, aunque vieron el milagro y no lo podían refutar ni negar,
dijeron con profunda convicción que Jesús expulsó el demonio por el poder mismo de Satanás.

            A lo cual Jesús les contesta con dos puntos. V. 25-26 “25 Sabiendo Jesús los pensamientos
de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida
contra sí misma, no permanecerá. 26 Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está
dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?”. Piensen por un momento lo absurdo de lo que
dicen. Si yo hago este milagro de expulsar el demonio por el poder mismo de Satanás entonces
Satanás está divido contra sí mismo. Satanás está peleando contra sí mismo. “Todo reino dividido
contra sí mismo es asolado” y la palabra asolado aquí significa totalmente destruido. Y si Satanás
echa fuera a Satanás su reino no podrá permanecer, sino que Satanás se está destruyendo a sí
mismo. Satanás se disparó a sí mismo en el pie. Eso es absurdo.

            Y el segundo punto es V. 27 “27 Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién
los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces”. ¿Quiénes son vuestros hijos
aquí? Por los hijos se refiere a los discípulos de los fariseos. En el AT se habla de los hijos de los
profetas en el libro de Samuel para indicar a los discípulos de los profetas. Aquellos que seguían y
aprendían de los profetas el ministerio profético. Era el seminario del AT. Aquí Jesús reconoce que
los fariseos tenían unos discípulos que practicaban el exorcizar demonios. Y les dice: “27 Y si yo
echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos
serán vuestros jueces”.
            Entonces Jesús concluye. V.28-29 “28 Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los
demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. 29 Porque ¿cómo puede alguno
entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá
saquear su casa”. Jesús les dice: este milagro fue hecho por mí en el poder del Espíritu Santo. Y
esto demuestra lo que yo he predicado: el reino de Dios ha llegado a vosotros. El reino de Dios no
es algo totalmente futuro. Ha llegado con la venida del Hijo de Dios. El reino de Dios es donde
Jesús es recibido como Rey y Señor. Nosotros somos el reino de Dios o de Cristo porque Dios nos
ha hecho creer el evangelio y recibir a Cristo como nuestro Dios y Señor y Rey y el todo de nuestra
vida. Y yo he sanado a este hombre porque Satanás no puede contra mí. Aunque Satanás es el
hombre fuerte yo pude echarlo fuera de este hombre porque yo soy más fuerte que él. Yo le he
atado y he saqueado su casa, es rescatado a los que estaban presos por Satanás.

            Y les dice más: V. 30 “30 El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge,
desparrama”. En esto no hay neutralidad. El que no es conmigo, ni apoya mi obra, ni sigue mis
caminos, ni se opone al reino de Satanás, ni me recibe como lo que soy el Rey Salvador “contra mí
es”. “y el que conmigo no recoge, desparrama”. El simbolismo es del mundo animal. Los animales
tienden a desparramarse por el terreno. Si alguien los ve y no los recoge es culpable de
desparramarlos. Como se dice en P.R., el que calla otorga. El que no es con Jesús está en contra de
Jesús. O somos seguidores de Jesús o somos seguidores de Satanás. O somos hijos de Dios o
somos hijos de Satanás. No hay término medio. Así son los reclamos de Jesús. Y te pregunto ¿a
qué bando perteneces? ¿Es Cristo Jesús tu Señor? Si no le sigues estás en contra de Él.

            Ese es el contexto del pasaje que propicia tal conversación. Entonces Jesús les hace una
advertencia. Y les habla del hecho de que hay un pecado imperdonable. ¿Qué es ese pecado
imperdonable?

II. ¿Qué es la blasfemia contra el Espíritu Santo?

            Mira lo que dice Jesús. V. 31-32 “31 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será
perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. 32 A
cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que
hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero”.  ¿Cuáles
son sus características? Vamos a enumerarlas:

1.                 Es un pecado que no es fruto de la ignorancia. Por ignorancia uno puede cometer
grandes y terribles pecados. Como por ejemplo ser un blasfemo e injuriador contra la iglesia de
Cristo. Pablo fue un blasfemo y perseguidor de la iglesia. Pero Dios tuvo misericordia de él porque
fue hecho por ignorancia. 1 Timoteo 1:13 “13 habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e
injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad”. Pero
incluso blasfemar contra el Hijo del Hombre, blasfemar contra Jesús tiene perdón si hay genuino
arrepentimiento. En Hechos 3:14-15, 17 “14 Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y
pedisteis que se os diese un homicida, 15 y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha
resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. 17 Mas ahora, hermanos, sé que
por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes”. Por eso Jesús cuando
estaba colgado en la cruz su primera palabra fue: “Padre, perdónalos porque no saben lo que
hacen” (Lucas 23:34). No dejan de ser pecadores. Su muerte fue un acto de pecado. Pero fue por
ignorancia. No vieron en Jesús al Hijo de Dios y Salvador. Vieron en El a un engañador y blasfemo.
Ese no es el caso aquí. Así que no es un pecado cometido por ignorancia o debilidad. Por eso dice
Jesús, V. 32ª “A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será
perdonado”. Le será perdonado si hay genuino arrepentimiento.

2.                 Es un pecado realizado con convicción contra la obra del Espíritu Santo. Los fariseos
habían visto el milagro. Sabían que no lo podían negar ni contradecir. Sabían que su oposición era
absurda. Que inclusive sus hijos o discípulos procuraban hacer lo mismo que hizo Jesús. Sabían
que la única explicación era que fue hecho por Dios mismo. Aun así, declararon que fue obra de
Satanás. Se opusieron con convicción en contra de la obra del Espíritu Santo. Con la convicción de
que sabían que no era cierto lo que decían. Pero no les importó decir la gran mentira, aunque
sabían que mentían.

3.                 Es un pecado que no se limita a blasfemar con las palabras, sino que lo acompaña una
rebelión, odio y oposición contumaz de la verdad. Lo vemos claramente en la carta de los Hebreos
6:4-6 “4 Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial,
y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios
y los poderes del siglo venidero, 6 y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento,
crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio”. Aquí se habla
de una profunda convicción de la verdad. Se habla de aquellos que a todas luces parecen ser
cristianos. Recibieron la palabra de Dios con gozo. Fueron bautizados. Se hicieron miembros de la
iglesia. Posiblemente recibieron algunos dones del Espíritu Santo. Pero recayeron. Se apartaron de
la fe con rebelión y contumacia. Tal situación endurece su corazón de tal manera que jamás
podrán arrepentirse. Y esto como un juicio de Dios por su pecado.

            Ese es el pecado imperdonable. Es imperdonable porque Dios ha dicho que jamás será
perdonado quien cometa tal pecado. Ni en este mundo ni en el venidero. O como lo dice Marcos
3:29 “29 pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que
es reo de juicio eterno”.

            Ahora bien. Se levanta una pregunta. ¿Quiénes pueden cometerlo?

III. ¿Quiénes pueden cometerlo?

            Desde el punto de vista humano todos los que han escuchado el evangelio del Señor Jesús
pueden cometer la blasfemia contra el Espíritu Santo. Todos nosotros por causa del pecado
remanente en nosotros podríamos, dejados a nosotros mismos, cometer este pecado. Nuestros
hijos podrían cometer este pecado. Nuestros cónyuges podrían cometerlo también. Algunos de
nuestros familiares podrían cometerlo y posiblemente hemos conocido a alguien cercano a
nosotros que lo haya cometido o que esté a punto de cometerlo.

            Pero desde el punto de vista de la gracia de Dios sobre nosotros y en virtud del pacto de
gracia, un genuino creyente jamás lo cometerá. ¿Por qué no?

1. Porque Jesús vino para destruir las obras de Satanás por nosotros y para nosotros. Esto no es
por casualidad sino intencional. Su obra de salvación incluye la destrucción del reino de Satanás al
cual pertenecemos por naturaleza. Dice Hebreos 2:14 “14 Así que, por cuanto los hijos
participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la
muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo”. Cristo vino a destruir con su
muerte y resurrección el pecado y el reino de Satanás. Cristo Jesús es más poderoso que Satanás.
Él es el único que puede atar al hombre fuerte porque Él es Dios hecho carne. Tú, oh creyente,
jamás podrás vencer a Satanás por ti mismo. Por tus propias fuerzas. Pero fortalecido con el poder
de su fuerza y vestido con la armadura de Dios podrás vencer a Satanás. Podrás resistir sus
tentaciones. Podrás resistir a Satanás y huirá de ti. Porque lo has vencido en Cristo Jesús.

2. Un genuino creyente jamás podrá cometer ese pecado porque la gracia de Dios lo sostiene. Eso
es lo que entiendo yo dice el apóstol Juan en 1 Juan 5:18 “18 Sabemos que todo aquel que ha
nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el
maligno no le toca”. Si eres de Cristo en espíritu y en verdad Dios te preserva hasta el fin. El lo
prometió. Jesús dijo en Juan 10:27-29 “27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi
Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre”.
Ese es el amor de Dios por ti en Cristo Jesús.

            Por eso da gracias al Padre “13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y
trasladado al reino de su amado Hijo,”. Colosenses 1:13. Y esto por pura gracia sin nosotros
merecerlo. Si eres genuino creyente duerme tranquilo que Cristo cuida de ti.   

http://www.jesuseslaverdad.org/sermon/2021/7/25/sermn-mateo-1222-32-la-blasfema-contra-
el-espritu-santo

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