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Dcart ILDEFONSO CERDÁ - PRINCIPIOS
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Francesc Magrinya
Universitat Politècnica de Catalunya
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All content following this page was uploaded by Francesc Magrinya on 23 May 2014.
DESCRIPTORES
ENSANCHE
CERDÀ
TRANSPORTE
URBANISMO
ECOLOGÍA URBANA
VIALIDAD
El Ensanche de Barcelona: haya tratado todos los problemas filosóficos, y después leer a
el resultado de la aplicación otros autores para contrastar las diferentes respuestas a los pro-
de las teorías urbanísticas de Cerdà blemas planteados. Si realizamos este ejercicio, comprobare-
Cerdà es un personaje controvertido; sin embargo, es incues- mos que existen pocos autores que hayan tratado casi todas las
tionable la impronta dejada por su Proyecto de Reforma y cuestiones filosóficas; y, en el caso de la disciplina urbanística,
Ensanche de Barcelona de 1859 (Cerdà, 1859), ya que des- creo que encontraríamos a pocos urbanistas como Cerdà que
de su aprobación el 30 de mayo de 1860 ha marcado la for- tengan esta profundidad y globalidad y, al mismo tiempo, una
ma de organizar la ciudad de Barcelona durante 150 años. A gran actualidad. Es por esto por lo que es un referente im-
modo de ejemplo, en 1999 se inauguraba el tramo de la ave- prescindible de la teoría urbanística
nida Diagonal que discurre por debajo de la plaza de Las
Glorias, y el gran debate municipal de Barcelona en 2009, Los elementos
150 años más tarde, es reformar la avenida Diagonal con la de la teoría urbanística de Cerdà
cuadrícula como soporte de movilidad. Si nos preguntamos sobre qué elementos de la teoría urba-
Cuando se habla de Cerdà, se percibe una cierta incomo- nística han sido claves en la construcción del Ensanche como
didad. ¿Cómo es posible que un personaje de hace un siglo y modelo, podríamos concretarlos en siete:
medio tuviera unas ideas tan modernas que han hecho que • La relación entre continente y contenido. Cerdà realiza un
sus propuestas urbanísticas estén tan vigentes? La opción de análisis profundo y detallado de la población y las activi-
algunos ha sido evitar al personaje y centrarse en su obra, y dades (Cerdà, 1868), es decir, del contenido. Y, al mismo
hacer del Ensanche construido el objeto y centro de las in- tiempo, analiza cuál es el mejor continente para adaptarse
vestigaciones. Nuestra pretensión es la contraria: extraer de su a las necesidades del contenido. En su época se trataba de
obra las ideas urbanizadoras que van más allá del Ensanche de ofrecer unas buenas condiciones de vivienda desde pará-
Barcelona y mostrar la gran modernidad que poseen algunos metros higiénicos y dar respuesta a las nuevas necesidades
de sus planteamientos, los cuales son hoy referentes para pla- de transporte. Quería, por un lado, que la población tu-
nificar y construir las ciudades del presente. viera acceso a una vivienda digna y, por otro, que las ciu-
Para dar este paso es imprescindible leer la Teoría general dades se adaptasen a las nuevas necesidades de transporte.
de la urbanización (TGU, a partir de ahora) (Cerdà, 1867). • La propuesta de un esquema territorial que supera la dia-
Si alguien se adentra con detenimiento en la TGU, compro- léctica entre campo y ciudad a través de la máxima: urba-
bará que detrás de un texto con formas reiterativas y barrocas nizar lo rural y ruralizar lo urbano. Este esquema articula
propias del siglo XIX, y bastante farragoso a primera vista, hay perfectamente los sistemas urbanos con los sistemas natu-
una precisión y una coherencia en todos los planteamientos rales, pues se trata de que unos penetren en los otros.
y una investigación de la globalidad del hecho urbano im- • La lectura de la urbanización como un equilibrio entre mo-
presionantes. Un amigo filósofo me comentaba que, si se quie- vimiento y reposo, que, a la vez, se corresponde con la dia-
re aprender filosofía, lo que debe hacerse es leer a un autor que léctica entre relación y aislamiento, entre sociedad e indivi-
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Fig. 1. Perspectiva de un sector del Proyecto de Reforma y Ensanche de I. Cerdà de 1859. Fuente: Magrinyà y Tarragó, 1994.
Vía, la que es hoy la plaza de Cataluña, y lo hizo a través del La modernidad de Cerdà hoy
Proyecto de Reparcelaciones de 1865. Un detalle que mues- Para analizar la modernidad de Cerdà hoy, debemos plantear-
tra este cambio es que la primera casa que se construyó en la nos si los principios que sintetizan el pensamiento de Cerdà que
actual plaza de Cataluña fue promocionada por Gibert, quien hemos citado al principio son pertinentes y en qué medida.
había sido presidente de la Diputación y uno de los impulso- Previamente, se ha de afirmar que la aportación más im-
res del Ensanche, pero que la había construido en 1860-1861 portante de Cerdà es la visión integral con la que afronta la
siguiendo las alineaciones del plano aprobado en mayo de cuestión urbana y territorial, en la línea que ya hemos co-
1860. Donde Cerdà no transigió fue en construir la Gran Vía mentado sobre autores que han tratado todas las cuestiones
tangente a la ciudad antigua y en la construcción de las ron- urbanas y territoriales. Nos tendríamos que remontar a pro-
das como unas vías importantes de 30 m de ancho pero so- puestas renacentistas como las de Alberti, y, en la actualidad,
bre las cuales se imponía la cuadrícula. de Le Corbusier, Whright o Alexander (Choay, 1981).
I.T. N.º 88. 2009 73
Si repasamos los elementos clave de su propuesta desde porte, especialmente los de transporte público, desde una
una perspectiva actual, podremos afirmar lo siguiente: mirada hacia territorios más sostenibles, son los que nos
• La relación entre continente y contenido. Esta es una aproxi- marcan la nueva topología territorial. Es decir, más que
mación que cabe reivindicar. Las aportaciones, interesantes pensar en centros urbanos a escala municipal, hay que pen-
en su momento, de la Arquitectura de la ciudad, de Aldo sar en centralidades urbanas a escala metropolitana defini-
Rossi (Rossi, 1993), han secuestrado el urbanismo al in- das por áreas de radio de 1.000 m alrededor de nodos ferro-
tentar mitificar las formas del continente más allá de las re- viarios. Cada una de estas centralidades metropolitanas es
laciones entre continente y contenido. No puede ser que las un intercambiador de relaciones y actividades asociadas que
propuestas urbanísticas sean un mero ejercicio formal de hay que potenciar. Normalmente, existen dos tipos de cen-
volúmenes y distribución de espacios. Regresar a los oríge- tralidades: aquellas que son una conjunción del centro ur-
nes de la relación entre continente y contenido es esencial. bano tradicional más la estación ferroviaria central que la
• La propuesta de un esquema territorial que supere la dia- comunica, y aquellas áreas de centralidad creadas ex novo y
léctica entre campo y ciudad a través de la máxima urbani- situadas alrededor de nuevas centralidades ferroviarias. El res-
zar lo rural y ruralizar lo urbano retoma plena actualidad. to del tejido ha de ser subsidiario de estas nodalidades. El
Hoy disponemos de la visión de la ecología urbana que une discurso sobre las centralidades urbanas y las nuevas áreas
los sistemas urbanos con los sistemas naturales desde la lec- de centralidad ya se ha introducido, pero no las formas ur-
tura de los flujos de agua, energía y materiales. Ya no po- banas que de él derivan. Si continuamos apoyándonos en
demos planificar al margen de esta perspectiva. Cerdà nos el discurso de las ciudades compactas, que algunos entien-
recuerda que no se trata de una separación estanca entre den como ciudades tradicionales con límites, extenderemos
sistemas urbanos y espacios abiertos, sino de ruralizar lo indefinidamente los tejidos urbanos sin afrontar lo que im-
urbano, y que él lo sintetiza perfectamente con la intro- plica una nueva forma urbana adaptada a la nueva estruc-
ducción de la naturaleza en la ciudad, con el sistema de ar- tura del transporte y las telecomunicaciones.
bolado en las calles (lo que hoy entendemos por vías ver- • La elaboración de unas piezas muy sencillas y potentes pa-
des); el equilibrio entre vivienda y jardín en el interior de ra construir la ciudad y que en el caso del Ensanche de Bar-
los intervías; y la introducción de un esquema de jardines, celona eran: unos modelos de calle, de vivienda y jardín y
parques y bosques para la ciudad. de redes de servicios urbanos. Es necesario hallar las piezas
• La lectura de la urbanización como un equilibrio entre mo- con las que construir y reformar los tejidos situados en las
vimiento y reposo continúa siendo de plena actualidad. El nodalidades de acceso ferroviario. Más que extender la ciu-
instrumento propuesto de vías-intervías parece que aún no dad, lo que hay que hacer es reformar la ciudad en torno a
se ha asumido plenamente y una muestra de ello es la pri- los nodos de accesibilidad al transporte público o de ejes
macía que se quiere dar al parcelario preexistente, cuando urbanos que conecten dos nodos próximos de transporte
de lo que se trata es de recoger las vías-intervías preexisten- público. Ya no sirve hacer la ciudad por partes con tejidos
tes, si viene al caso, pero siempre adaptándolo a las necesi- residenciales (ensanche, ciudad jardín, polígono) (Solà-
dades de los nuevos intervías. El parque Central del Poble- Morales, 1993) y dotarlo de los servicios y equipamientos
nou cuarteado, en vez de un parque que defina un nuevo tradicionales. Es necesario repensar una nueva forma urba-
intervías, o las manzanas del distrito 22@ en el Poblenou, na que dé servicios metropolitanos, situada en una centra-
en las que se magnifica un parcelario preexistente sin nin- lidad de transporte metropolitana (una estación de inter-
gún sentido, son una muestra de que no se ha entendido cambio de dos líneas de cercanías) y que, al mismo tiempo,
que se deben elaborar unas formas urbanas adaptadas a las sea la pieza que se erija en centralidad urbana del núcleo o
nuevas necesidades de movimiento y estancia en las que núcleos municipales a los que ya sirve tradicionalmente.
hay que superar el parcelario y diseñar desde la escala ade- • Enlazando con el punto anterior, y tal como expresa muy
cuada de vías-intervías a cada caso. bien Gabriel Dupuy en su libro El urbanismo de las redes
• La apuesta clara por una lectura del territorio desde una es- (Dupuy, 1991), hace falta saber leer el territorio como un
tructura vías-intervías que organiza el núcleo urbano y la co- sistema de tres niveles de redes. Un primer nivel de redes
marca. Cerdà propuso el ensanche como un intercambiador físicas de transporte y telecomunicaciones; un segundo nivel
de relaciones y actividades asociadas al nuevo modo de trans- de redes de producción, distribución y consumo –aquí es-
porte. Este es uno de los puntos en que es necesaria una ma- toy pensando en el sistema interconectado de centros logís-
yor reelaboración de su pensamiento, no tanto de los prin- ticos y centros comerciales que también hacen ciudad–; y
cipios como de las soluciones aportadas. En este sentido, un tercer nivel definido por las redes de las unidades fami-
creo que la introducción de modos de transporte con velo- liares que se mueven más allá de un municipio y que son la
cidades más altas y la aparición de modos de comunicación articulación de las prácticas familiares que interconectan los
descentralizados, como, por ejemplo, Internet, llevan a una lugares de trabajo y de estudio de sus miembros, los luga-
organización más fragmentada de los asentamientos y de res de consumo y los lugares de ocio y equipamientos, y que
las relaciones. Las formas urbanas asociadas ya no pueden es un territorio funcional que sale del municipio y más bien
ser las de los ejemplos del siglo XIX, que algunos quieren se mueve alrededor de un sector de la metrópoli. De acuer-
trasladar miméticamente al siglo XXI. Los modos de trans- do con el principio de Cerdà, se necesita el acceso a los di-
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ferentes servicios, según la economía y las necesidades higiéni-
cas de cada comunidad, que ahora estará mediatizada por es-
tos tres niveles de redes funcionales. Es un poco incoherente
que continuemos planificando ciudades y territorios donde
los planeamientos urbanísticos y territoriales van por un la-
do y el plan sectorial de superficies comerciales por otro.
Los planificadores quieren crear centralidades de equipa-
mientos, y los ciudadanos utilizan mayoritariamente los
centros comerciales, en los que, normalmente, no hay nin-
gún equipamiento de servicio o administrativo. Hay que
empezar a planificar de una manera integrada las redes de
transporte y las nodalidades asociadas con redes económi-
Fig. 8. Maqueta de la manzana Fort Pienc
cas de producción, distribución y consumo, y la estructura con mezcla de equipamientos, mercado y residencia.
tradicional definida por los sistemas urbanos preexistentes. Fuente: concepción, Josep Llinàs; realización, Miquel Lluch, 2008.
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