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Manuel Alberto Vargas Hernández

No. de cuenta 303096935


Literatura Post Boom

La fiesta vigilada: reseña

Algunas de las primeras imágenes que vienen a nuestra mente al escuchar la palabra Cuba
tal vez sean el de congas, jazz latino, gorras comunistas con una estrella roja al frente,
Celia Cruz, automóviles clásicos de color azul o rosa pastel, etc. Como suele pasar con todo
país, los estereotipos que rodean a un lugar son muy difíciles de desarraigar. Tales
imágenes parecen sacadas de las postales que venden fuera de los hoteles. La fiesta
vigilada de Antonio José Ponte desmitifica todos esos clichés.

La novela del autor cubano trata sobre la vuelta del autor a Cuba tras un largo tiempo.
En esta obra la vida cultural de la isla es narrada en pequeños flashes o recuerdos siempre
en un tono crítico. El autor no da su opinión respecto a la miseria de la que habla. Cual
fotógrafo enfoca en los aspectos obscuros en la gama claro oscura de la sociedad castrista.
Como el mismo autor lo expresa él no crea la miseria al fotografiarla. Esta afirmación, sin
embargo, es cuestionable.

A través de calles en ruinas se llegaba al destartalado estudio de grabaciones


habanero, y buena parte de la crítica cinematográfica cubana acusaría a Wenders de
cebarse en un paisaje bombardeado. Como si Centro Habana no contuviese mayor
decadencia que la mostrada por el documental. Como si fuera Wenders, al
fotografiarla, quien produjera esa miseria (Ponte 62).

La novela de Ponte no parece seguir una estructura narrativa definida. Como lo dice
su nombre La fiesta vigilada es una novela que tiene como fondo la Cuba de las postales,
esa del folclor y las maracas, y que sin embargo denuncia el régimen comunista al mostrar,
con comillas, el fracaso de la revolución. Antonio José Ponte pinta un collage multicolor
donde el son cubano, el jazz, los puros y hasta el negrito con clavel en el ojal son la
antesala de la miseria de la “verdadera” Cuba: la Cuba de la prostitución, el exilio y el
embargo.
Ya casi al final el autor narra su estancia en Alemania en la antigua parte comunista
del país. A manera de analogía Ponte preludia la caída del régimen comunista en Cuba al
mostrar las miserias de la Alemania comunista y su subsecuente fin.

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