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Manuel Alberto Vargas Hernández

No. de cuenta 303096935


Literatura Española Medieval
2 de septiembre de 2019

¿Justifica el Poema del Mío Cid el antisemitismo?

Hace como un año o dos, se puso de moda en Estados Unidos hacerse un examen de ADN
para conocer los antecedentes raciales de uno. Algunos, sobre todo los más jóvenes, subían
a sus redes sociales los resultados del test. El examen revelaba el porcentaje en el ADN de
ascendencia fuera la que fuese. Algunas personas, en el marco del auge del white privilege
y otras actitudes racistas, se jactaban de su ascendencia alemana. Otros descubrieron, para
su sorpresa, que tenían ascendencia judía. Tal fue el caso de una de las conductoras de un
programa quien descubrió que tenía un porcentaje de 5 ó 7. Ella dijo sentirse muy honrada
y emocionada por descubrir su ascendencia judía. También comentó que al saber la noticia
lo celebró con su familia y se lo contó a todos sus amigos. Otro de los conductores dijo que
él era cuarenta y cuatro por ciento italiano, veintiún por ciento judío, y el resto “blanco”. “I
was super pumped and excited because as a baptized catholic that religion has done nothing
but teach me to wear robes and rings and love popes. But jews? I was so into it”, afirmó. Al
parecer, ser judío o parecerlo tiene mucho prestigio en los Estados Unidos.
Los judíos siempre han despertado reacciones que van del amor al odio. Es
interesante la manera como las sociedades occidentales perciben a los judíos en la
actualidad. Esto no siempre ha sido así. En especial en la Edad Media cuando había una
fobia de parte de cristianos a judíos de forma abierta auspiciada por la iglesia y la sociedad
europea occidental en general. Tales prejuicios y xenofobias fueron llevados a la literatura.
El Poema del Mío Cid quizá sea una de las obras más antiguas de la literatura que muestra
el antisemitismo que existía en la sociedad española de la Edad Media. Aunque sólo hay
dos alusiones a los judíos Rachel y Vidas en el poema, bastan para entender la forma en que
se percibía al otro judío. El antisemitismo en el Poema del Mío Cid es justificado y hasta
exaltado como veremos a continuación.
Lo primero que debo mencionar es que el antisemitismo era una actitud generalizada
en la Europa medieval. Las razones, según Enrique Cantera en su ensayo La imagen del
judío en la España medieval, se remontan a la presunta culpabilidad de los judíos en la
muerte de Cristo. Esa, tal vez, sea la más importante razón. La segunda, tal vez sea la
práctica de la usura. Los judíos acumularon mucho poder económico a través de diferentes
prácticas comerciales que envolvían el uso e inversión de capitales pero en especial la
práctica del préstamo a réditos. Además de esto, se les atribuía defectos de personalidad
graves como la astucia, una inteligencia maléfica, arrogancia además de cobardía. En
general, la construcción del otro estaba lleno de prejuicios y estereotipos de modo que la
imagen que los cristianos tenían de los judíos no era la imagen del judío común sino más
bien un arquetipo, en opinión de Enrique Cantera:
La imagen del judío medieval fue conformada a lo largo de los siglos por los
derechos civil y canónico, y tiene su más clara expresión en las
argumentaciones antijudías contenidas en textos jurídicos, canónicos o
doctrinales. Consiste en un estereotipo, en una imagen de la realidad
distorsionada o, cuando menos, exagerada, con rasgos muy similares entre
los diferentes ámbitos geo-históricos del Occidente europeo, y que quedó
prácticamente conformada en el siglo XIII”. Como acertadamente señala
Julio Caro Baraja, «el judío típico no es el judío corriente, sino más bien un
arquetipo».
Lejos de ser un reflejo fiel de la realidad, la imagen del judío entra en el
terreno de la ideología, y tiene mucho que ver con la historia de las
mentalidades y la psicología social, que analizan el comportamiento de los
grupos humanos. De este modo, guarda una estrecha relación con el lugar
que la minoría hebrea ocupa en la conciencia colectiva cristiana, de forma
que de un grupo heterogéneo desde los más diversos puntos de vista socio-
económico, religioso o cultural, se extraían determinados rasgos que, aunque
sólo fueran propios de algunos individuos, se convertían en universales por
el subconsciente de la población mayoritaria, homogeneizando hacia el
exterior a todo el colectivo hebreo.
Entre los rasgos que personifican hacia el exterior a la minoría judía se
escogen los más llamativos o los que, al menos aparentemente, resultan más
señalados: determinados rasgos físicos y del carácter; el uso de ciertas
prendas de vestir; el ejercicio de algunas actividades profesionales,
principalmente el préstamo con interés; la posesión de enormes riquezas; o la
realización de algunos crímenes rituales con una supuesta finalidad religiosa.
Esta homogeneización del grupo actuaba como un auténtico estigma,
permitiendo la fácil identificación del judío; al mismo tiempo, la imagen
conformada por la sociedad hispano-cristiana explica en buena medida su
actitud hostil en relación con los judíos, tanto desde un punto de vista teórico
como en la práctica.
El estereotipo del judío medieval se corresponde con unos determinados
valores, en los que, con frecuencia, se sustentarán las argumentaciones
antijudías. Julio Caro Baroja señala que a fines de la Edad Media existían
cuatro grandes tipos de argumentos por los que los judíos eran odiados, y
que, en conjunto, conformaban la imagen que de ellos tenían sus
contemporáneos cristianos:
1. Argumentos de carácter religioso, entre los que sobresale la acusación
de deicidio.
2. Argumentos de carácter económico, como el afán desmedido de
riquezas y la práctica de ciertas actividades profesionales, principalmente el
préstamo con interés.
3. Argumentos de carácter psicológico, como la soberbia y la posesión de
una inteligencia particular.
4. Argumentos de carácter físico, de forma que los judíos presentarían
unos rasgos externos propios y diferenciadores que, en conjunto, le conferían
un aspecto ingrato (Cantera, 1998, p.16-18).
En el Poema del Mío Cid, hay sólo dos pasajes que mencionan a Rachel y Vidas: el
primero es cuando Martín Antolínez llega a casa de Rachel y Vidas y los halla contando sus
ganancias y éste en nombre del Cid toma un préstamo y deja en prenda dos cofres llenos de
arena; el segundo pasaje es cuando los judíos piden a Minaya Alvar Fáñez que interceda
por ellos ante el Cid por el pago del préstamo. Cabe mencionar que en ambos pasajes se
presenta una imagen de los judíos bastante negativa. Primero, se les muestra codiciosos
pues se les encuentra contando sus ganancias derivadas de la usura. Además, es por codicia,
hábilmente azuzada por las palabras de Martín Antolínez, que aceptan como prenda los
cofres sin verificar primero su contenido. En el segundo pasaje, se les muestra cobardes
pues en vez de reclamar el timo recurren a un medio indirecto para apelar a la lastima del
Cid: la intercesión de Minaya. Todos estos defectos de carácter son usados hábilmente por
el autor del Cid para dibujar una imagen bastante estereotipada de Rachel y Vidas.
Es interesante que un libro donde el tema principal es el honor se trate de una forma
poco honrosa a este par de judíos. Sin embargo, no podía ser de otra manera. Para los
cristianos los judíos eran sus enemigos naturales, incluso por encima de los moros, como ya
mostré al principio. En el poema del Mío Cid se exalta la astucia con la que el Cid engaña a
los judíos y burla a los burladores. El honor del Cid depende de su habilidad para tratar con
los enemigos de Dios y vencer en el campo de batalla o en cualquier otro contexto a los
infieles. En otras palabras el Cid no pierde su honra por engañar a Rachel y Vidas, por el
contrario, la aumenta. Por otra parte, es la misma avaricia de los judíos la que los lleva a
sufrir grandes pérdidas económicas. Y su cobardía es tal que en vez de llevar su caso a los
tribunales o enfrentar al Cid recurren a un medio indirecto para ganar el favor del Cid y
persuadirlo a pagar el préstamo. Nicasio Miguel en su ensayo Reflexiones sobre el episodio
de Rachel y Vidas en el Cantar del Mío Cid muestra la manera como se caricaturiza a los
judíos y se exalta el maltrato del Cid hacia ellos:
El poeta, por tanto, explota el antisemitismo, todavía fundamentalmente
socioeconómico, en función de su audiencia, cotidianamente lacerada por la
usura judía. Su diseño satírico de Rachel y Vidas expresa, así, lo que desea
su auditorio de caballeros, infanzones y labradores, que escucha complacido
cómo un héroe castellano consigue burlar a quienes, desde su punto de vista,
son profesionales del engaño. Al reflejar el antisemitismo de los oyentes, el
episodio llega incluso a actuar, ante ellos, como estímulo gratificante, mucho
más cuanto que la chanza se lleva a cabo mediante un truco bien conocido,
de cuya práctica habitual se hacen eco las Partidas. Los judíos, en
consecuencia, aparecen ante el auditorio no sólo burlados, sino como
personas poco inteligentes que, por concentrar su pensamiento en las
ganancias usurarias, olvidan hasta los engaños cotidianos practicados de
forma similar (Miguel, 1977, p. 214).
En conclusión, aunque hay quienes niegan que exista antisemitismo en estos pasajes
del Poema del Mío Cid, desde mi punto de vista, quienes hacen estas afirmaciones no
toman en cuenta el contexto sociocultural de la época ni el contexto diegético donde el
tema principal es el honor de un caballero cristiano. Por las razones antes mencionadas, el
Poema del Mío Cid es una de las obras literarias más antiguas donde se retrata de forma
negativa a los judíos y se justifica el maltrato a ellos. Más tarde durante el Renacimiento se
acentuarían las actitudes y acciones antisemitas que se verían reflejadas en la literatura. Tal
es el caso de El mercader de Venecia de William Shakespeare donde los estereotipos anti
judaicos alcanzarían su punto más álgido.
Hablando de caricaturizar al otro y burlar a los burladores, Aeromexico lanzó una
campaña publicitaria hace unos meses para combatir la caída de vuelos a México desde la
llegada de Donald Trump al poder. Con la popularidad de los exámenes de ADN en
Estados Unidos, Aeromexico sacó un comercial llamado “DNA Disccounts”. En el
comercial, Aeromexico entrevistó a algunas personas blancas algo mayores en el estado de
Texas. Es decir, al típico republicano blanco anti inmigrantes. En el comercial les dijeron
que con base en su estudio de ADN recibirían un descuento para viajar a México
dependiendo de su porcentaje de ascendencia mexicana. Para su sorpresa descubrieron que
su porcentaje de ascendencia mexicana era bastante alto. Algo que no es una sorpresa
debido a la presencia de mexicanos en Texas desde tiempos anteriores a la independencia
de México en 1810. Uno de los entrevistados al escuchar que su examen de ADN revelaba
que tenía un veintidós por ciento de ascendencia mexicana contestó: “That´s bullshit. That
´s bullshit”. Otra de las entrevistadas al saber que recibiría un descuento del quince por
ciento debido al resultado de su test dijo: “I love disccounts”.

Bibliografía

.
Boix, Alfonso. El Cid pagó a los judíos. (2006). A Journal of Medieval Hispanic
Languages, Literatures, and Cultures.
Cantera, Enrique. (1998). La imagen del judío en la España medieval. Espacio, Tiempo y
Forma, Serie III, H. Medieval, t. 11.
García Larraín, Federico. (2014) El honor en el Poema del Mío Cid. Revista Humanidades,
núm. 30, julio-diciembre, pp. 97-108. Universidad Nacional Andrés Bello Santiago,
Chile.
Miguel, Nicasio. (1977). Reflexiones sobre el episodio de Rachel y Vidas en el Cantar del
Mío Cid. Revista de Filología Española, vol. LIX nº ¼.
Moncunll, Ramón. (2017) El antisemitismo en los autos sacramentales de Calderón.
Hipogrifo. Revista de literatura y cultura del Siglo de Oro, vol. 5, núm. 2, pp. 107-
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Build series. (2019) Pretending To Be Jewish. De https://www.youtube.com/watch?
v=MbNnhJa2YrM
Aeromexico. (2018). DNA Discounts. De https://www.youtube.com/watch?
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