Está en la página 1de 4

Análisis dimensional sobre los aspectos de desarrollo democrático en

Colombia, Venezuela y México

Comprendiendo cada uno de los indicadores de la guía IDD-LAT sobre los países
escogidos (Colombia, México y Venezuela) para nuestro análisis de diferentes
dimensiones que expresan la calidad de la democracia podemos indicar que
Colombia, Venezuela presentan similares comportamientos respecto del desarrollo
democrático de américa latina, al encontrarse por debajo del promedio regional de
américa latina, sobre este tema. Esto quiere decir que estas dos naciones no han
ejecutado políticas que generen confiabilidad y estabilidad en sus ciudadanos, lo
que se ve reflejado en situaciones como inseguridad, secuestro, narcotráfico,
violencia de género y poca credibilidad en sus instituciones públicas, limitan la
participación de otros sectores políticos, no hay garantías sobre el respeto de los
derechos y libertades de su pueblo.
Ahora bien, abordando el tema de México, encontramos que se mantiene en un
escalafón medio sobre el desarrollo de calidad de la democracia, ya que ha
realizado avances en la confiabilidad de las instituciones públicas y democracia
social, trabajando contra corrupción. Pero se ha visto afectada por situaciones que
no han sido tratadas de manera eficiente en sobre derechos y libertades, con
políticas incluyentes, como aspectos de su democracia económica que no ha sido
estable, lo que no permitido un mejor avance, como también problemas como
seguridad ciudadana y violencia de género, lo que mantiene a México, en un bajo
desarrollo democrático, pero no en el margen mínimo como son los casos de
Colombia y Venezuela.
A su vez, tomando los indicadores que nos muestran la calidad de la
institucionalidad y la eficiencia política de Colombia y Venezuela manejan los
mismos rangos de su crecimiento y desempeño, muy por debajo al promedio
regional, debido a que la credibilidad de sus instituciones se ha visto afectada por
situaciones de corrupción y mal manejo de sus recursos, favoreciendo en su gran
mayoría a un solo sector político que este a fines con el gobierno de turno, lo que
no permite transparencia y limita que otros actores políticos puedan participar en
desarrollo de la calidad de la institucionalidad. También esta situación de declive
de este ítem, obedece a que los países que se mantienen en un alto grado de
confiabilidad institucionalidad siguen creciendo de manera acorde a sus políticas
de transparencia y participación plural – política, entonces aumenta esa brecha
diferencial ente los países por encima del promedio regional y los que están por
debajo de ese margen.
En el caso de México, encontramos una significativa mejoría en el desempeño de
la calidad de la institucionalidad y la eficiencia política, en la región, llegando casi a
un 50% de avance en los últimos reportes, lo que saca del rango mínimo de
desarrollo democrático y sube a bajo desarrollo democrático, todo esto es debido
a que se implementaron políticas para frenar la corrupción en las instituciones
gubernamentales, sacándolo de ese castigo denominado “factor de anormalidad
democrática” que es también la credibilidad del pueblo con sus entidades que los
representan.

En el aspecto de dimensión social o democracia social, encontramos que los tres


países tanto como Colombia, Venezuela y México, presentan algunos avances en
la oportunidad para el pueblo en garantizar servicios básicos como la educación y
salud, mejorando sus coberturas y estrategias para llegar a más personas que
sean amparadas por el estado, pero aún se mantienen en un rango de desarrollo
medio a nivel regional de latino américa y américa andina, como tambien sus
políticas de empleabilidad o más oportunidades de desarrollo económico para sus
ciudadanos siguen siendo en niveles bajos.
Respecto del desarrollo democrático económico, podemos decir que esto obedece
a las situaciones propias de cada país, en lo que tiene que ver con sus políticas
económicas, ya que esto depende de la visión y la situación actual de cada uno de
ellos, es decir, Colombia presenta una dinámica de altos y bajos dependiendo
sobre la seguridad que refleje para sus inversionistas y sus políticas de desarrollo
que lo hagan más estable, pues al no presentar una continuidad en sus
estrategias económicas hace que pierda esa capacidad de crecimiento del mismo,
poniéndolo como uno de los países de nivel medio en crecimiento económico. Así
mismo, podemos hablar de México, que presenta similares condiciones en la
dinámica económica, puesto que a los distintos cambios políticos y de estrategias
de cada gobierno de turno, al no presentar continuidad en estas, hace que
aumente esa brecha de ingreso e inversión que requieren para aumentar su
calidad de economía, pues entre Colombia y México, existen modelos similares
tanto de gobernanza como económicos, y como bien se sabe, la economía es un
fenómeno de tipo global que responde a cada situación que se esté presentado en
los países.
Sobre el tema de desarrollo democrático económico de Venezuela, se puede
evidenciar que es una economía cambiante pese a su constate forma de gobierno,
la cual no permite una estabilidad en este aspecto, al restringir una libertad
económica para sus posibles inversionistas y su pueblo, llevándolo a un modelo
poco creíble para prosperar en la región, también obedece a que sus políticas
económicas varían según sus aliados estratégicos internacionales, según el
momento, esto nos muestra que esta economía no sea fuerte y no garantice un
crecimiento, pero aun teniendo en cuenta estas situaciones se mantiene en los
mismos rangos que Colombia y México, con modelos distintos, es decir que estos
tres países están dentro de un bajo y mínimo desarrollo económico.
En resumen y teniendo en cuenta los análisis realizados a los diferentes reportes
de desarrollo democrático en los países escogidos, por parte de instituciones
como NACIONES UNIDAS, LEGATUM GROUP, entre otras; observamos que hay
mínimos más o menos consensuados de ciudadanía, condiciones necesarias para
el desarrollo de la democracia. Estos datos son indispensables y caracterizan el
mínimo exigible de ciudadanía. Por debajo de esos mínimos, la democracia tiende
a ser ilegítima y emergen riesgos para la sustentabilidad democrática, lo que nos
indica que estos países Como Colombia, Venezuela y México, deben mejorar sus
dimensiones de desarrollo democrático para evitar crisis profundas. Sin embargo,
entre la falta de legitimidad que resulta del no ejercicio de derechos esenciales, la
ciudadanía mínima, y el facilismo en materia de políticas públicas, existe un
espacio posible y sostenible para la creación de derechos, la ciudadanía exigible.
Colombia y México da a los individuos los derechos que podrían gozar
efectivamente, Venezuela crea el espejismo de derechos que no podrán perdurar.
En ese espacio debería moverse la creación de ciudadanía hacia el objetivo de la
democracia, la sociedad de bienestar. El debate político debería atacar
crecientemente la cuestión de lo sostenible, de cuál es el máximo que para cada
etapa democrática puede perdurar. A la vez que la creación de ciudadanía es uno
de los objetivos centrales del sistema democrático, existe una dimensión colectiva
en el ejercicio de los derechos. ¿Cuántos son incluidos en ese ejercicio? El
bienestar se entiende, así como el goce efectivo de los derechos por parte de las
mayorías y como finalidad de la organización social.
En conclusión

La desigualdad sumada a la pobreza trae consigo una gran vulnerabilidad en


relación con la situación internacional. Los efectos de la crisis global actual en un
contexto de profundo déficit social ponen en riesgo los avances económicos y
sociales de las últimas dos décadas. Esa situación hace peligrar el desarrollo
democrático de la región, ya que la falta de equidad impide la sostenibilidad del
desarrollo. Un bienestar no repartido entre la población no representa el progreso
del conjunto de la ciudadanía, sino sólo el enriquecimiento de una parte a costa de
la mayoría.

La desigualdad está también manifestada en la debilidad institucional y


democrática de los países latinoamericanos, puesto que, la falta de equidad
económica y social se vincula con situaciones, como corrupción y violencia, que
contribuyen a la perpetuación del poder por los poderes fácticos y por los sectores
privilegiados y a la exclusión de los demás ciudadanos del bienestar económico y
de la toma de decisiones.

En consecuencia, de la exclusión social se crea un círculo vicioso en el que la


población reduce su confianza hacia el Estado y las instituciones democráticas.
Además, la desigualdad, tanto vertical como horizontal, es un factor que repercute
en el aumento de la conflictividad social y en la reducción de la cohesión social.

La corrupción y la desigualdad social tiene una repercusión central en el


desmoronamiento de la percepción colectiva hacia la democracia, pues reduce la
calidad democrática del Estado, la eficacia y la credibilidad de sus instituciones.
Un Estado corrupto es un Estado débil y enfermo, por lo tanto, incapaz de
garantizar reglas igualitarias que permitan la participación equitativa de toda la
ciudadanía y de responder adecuadamente a las demandas públicas. Es un
Estado ineficaz y, sobre todo, pierde legitimidad a los ojos de sus ciudadanos.

Fuentes/bibliografía
 Índice de Desarrollo Democrático de América Latina IDD-Lat 2016
 El estado de las democracias en América Latina a casi cuatro décadas del
inicio de la Tercera Ola Democrática* Daniel Zovatto Garetto

También podría gustarte