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PRESENTADO POR:
PRESENTADO A:
PRODUCCIÓN III
PEREIRA, COLOMBIA
2022
14. Una lección del mundo de las arañas
Kim reflexiona sobre como cierta especie de araña al tener sus crías y alimentarlas,
después de un tiempo, cuando están más grandes y luego de haber hecho un gran
esfuerzo en su crianza, esta muere y sirve de alimento a las arañas más pequeñas
dándoles los nutrientes necesarios para continuar su vida. Plantea un símil entre esta
experiencia y los sacrificios que las generaciones anteriores han hecho para tener la
sociedad actual, menciona el desarrollo de la Alemania de la posguerra en gran medida
conseguida por el esfuerzo de toda una generación para reconstruir el país; así mismo,
resalta los sacrificios de la clase obrera en la época de la Inglaterra de la revolución
industrial.
El mismo categoriza a su generación como la que realizó los sacrificios para tener la Corea
de hoy en día, pero también invita a la generación actual a realizar sacrificios para que la
siguiente generación sea la que recoja estos frutos. La invitación es clara, debemos ser
menos individualistas y pensar en el bien común, buscando el éxito propio a corto plazo,
pero también tratando de dejar algo positivo para las siguientes generaciones
15. Visualizaciones
Kim recuerda que alguna vez invitó a un amigo suyo a dar una conferencia para sus
gerentes y el mensaje que les dio fue poderoso: si querían llegar a ser lo que querían ser,
debían tener confianza en sí mismo y la capacidad mental de visualizarse en ese punto.
Recordó que cuando joven, en sus épocas de estudiante, siempre soñó con ser un gran
empresario y aunque no tenía muy claro el camino, el objetivo siempre estuvo ahí,
siempre tuvo en su mente el lugar al cual quería llegar y se llenó de confianza, creyó en
sus capacidades y nunca las infravaloró ni se pensó menos que nadie.
Menciona que en épocas pasadas era imposible pensar en tener aviones, penicilina ni
muchas otras cosas que ahora se consideran normales, e invita a eso, a ser constantes y
confiar en las capacidades sin importar cuantos tropiezos o fracasos podamos tener; el
positivismo es la clave, ya que nos permite tener fe y confianza de que nuevas
posibilidades siempre se abrirán.
20. La competencia
Vivimos en una época de competencia intensa, tan intensa que la vida misma se ha vuelto
una competición. Y si uno no está al frente de la carrera, pierde.
La vida, como el fútbol, tiene sus reglas y reglamento, y todos somos jugadores del juego
de la vida. Tenemos que competir y jugar limpio; de lo contrario, el juego pierde su
significado. Una derrota limpia es mejor que un triunfo sucio. La idea del juego no consiste
en matar o eliminar al oponente.
La competencia no es algo para complacer la propia vanidad, ni su propósito es eliminar a
los competidores. Es algo que debe beneficiar a todos; algo en lo que cada participante
estimula a los otros a que se esfuercen más.
21. El liderazgo
No todos pueden ser dirigentes, pero la cantidad de ellos que se necesitan es un factor
importante. Lo esencial es que quienes poseen las cualidades y los dotes de liderazgo
lleguen a líderes. La sociedad que carece de ese tipo de personas se encontrará en
dificultades.
Un líder debe tener diversos dotes. Tiene que ser capaz de convencer y de organizar a la
gente. Y ser capaz, mediante el ejercicio de un liderazgo firme, de la corrección de
contradicciones y la ineficiencia, y también debe saber cómo canalizar la energía del grupo
en beneficio de su prosperidad y desarrollo.
El liderazgo no se debe confundir con la dictadura. El liderazgo requiere de un sentido
total del deber. Los líderes deben pensar en que nacieron para ello. Deben vivir para esa
tarea, morir por ella, a la vez que considerarla su única misión en la vida.
El liderazgo no es algo que se reciba simplemente para ocupar una posición alta: les llega
sólo a quienes tienen ambos sentidos, el de misión y el de sacrificio por el bien común.
26. Reciprocidad
La gente no puede vivir sola. Cada persona es una parte de la sociedad, y las personas se
necesitan unas a otras. Las personas forman a la sociedad, y, al mismo tiempo, la sociedad
hace a las personas.
El significado de la vida se puede hallar en el altruismo (procurar el bien ajeno
desinteresadamente), no en el egoísmo. No importa qué clase de trabajo sea el que hagas,
no debes caer en las trampas del egoísmo. Debes proyectarte más allá de la codicia
personal y pensar en el bien común.
El vivir con otra persona va más allá de la simple convivencia en común; incluye prosperar
y desenvolverse el uno con el otro, es decir lo que llamamos “prosperidad compartida”.
El respeto mutuo, la equidad y la reciprocidad es esencial en todas las relaciones
humanas, no únicamente para las actividades de negocios. Cuando no se llevan bien no
confían los unos en los otros. Es un círculo vicioso.
La desconfianza resquebraja la amistad. La desconfianza entre los directivos y los
trabajadores puede ser causa del cierre de una empresa.