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EL LIBRO

DE LOS
DIFUNTOS
Colección de oraciones y
prácticas piadosas en sufragio
de las Benditas almas del
Purgatorio
E l LIBRO DE
LOS DIFUNTOS

C oleeoldn do o rao lo n es y p rá o tlo a s p ia d o sa s


en s u fra g io d e la s
B e n d ita s alm a s d e l P u rg a to rio .

(c o n lic e n c ia e c le s iá s tic a )

M A D R ID
Im p. Asilo de la Siua. T r in id a d
Marqués de U rquijo 16 ,
1912.
Dios nos infunde el deseo del Cielo,
retirándonos, poco á poco, lo que más
amamos en la tierra.
(S a n F r a n c is c o de S a l e s .)

Dignaos, Dios mío, no separar en el


cielo á aquellos que tan unidos esta­
ban en la tierra.
Me volvereis á ver y vuestra tristeza
se convertirá en alegría.
A mado sea de todos el Corazón
de Jesús.
íSOt d ia t de indulgencia.)

Jesús, José y María, asistidme en


mi última agonía.
(JCO di<u de indulgencia,)
ORACIÓN

O s suplicamos, Señor, que por los


méritos de vuesta preciosísima sangre
y por los dolores del Purísim o C o­
razón de María Santísima, concedáis
el descanso eterno á vuestra sierva
CÁNDIDA.
Cotidiana de difuntos
---- >-#-<----
Dígase la confesión general:
Yo pecador, etc.
I ntroíto —Dáles, Señor, el
descanso eterno: y alúm bre­
les la luz perpetua.
Justo es, Señor, que en Sión
seáis alabado con perpetuos
himnos, y que en Jerusalén
se os dé el pulto debido, y se
os ofrezcan sacrificios.
Oid, Dios mío mis ruegos y
haced que concurran todos los
de vuestro pueblo á daros
graoias y & adoraros.
O r a c ió n — Inclina, S6ñor, tu
otdo á nuestra súplicas con
las que humildes te pedimos
tu misericordia; para que co­
loques en la región de la paz
y de la luz, y dispongas sea
compañera de tus santos, el
alma de tu siervo N. que sa­
caste de este mundo. Por Cris­
to Señor nuestro. Amén.
Lección del libro del Apocalipsis
del B. S. Juan apóstol, c. XIV.
En aquellos días: Oí una
voz del Cielo, que me decía:
Escribe: Bienaventurados los
muertos, que m ueren en el Se­
ñor. Desde hoy más dice el
Espíritu, que descansen de sus
trabajos. Porque sus obras los
siguen.
G ra d u a l—Dáles, Señor el
descanso eterno: y alúm bre­
les la luz perpétua. Salmo
111. En memoria eterna es­
tará el justo: no temerá al oir
cosas adversas.
T r a c t o . —Absuelve, ¡Oh Se­
ñor! de todo vínculo de deli­
tos, á las almas de todos los
fieles difuntos, socórrelos con
tu gracia, y puedan librarse
de la condenación.
jf. Y gozar en la bienaven­
turanza, de la luz eterna.

Secuencia—¡Oh día de ira


aquel en que se reducirá el
siglo á cenizas, según el testi­
monio de David y de lá Sibila!
¡Cuán grande será el temor
cuando al venir el Juez, tome
de todo una estrecha cuenta!
Al sonido misterioso de la
trompeta, reunirá ante su Tro­
no á todos los quo yacen en
los sepulcros.
La m uerte y la naturaleza
te llenarán de estupor, al le­
vantarse las criaturas para
responder el Juez.
Se manifestará un libro es­
crito, en el que se contiene
todo lo que ha de servir p a ­
ra juzgar al mundo.
Al sentarse el Juez, apare­
cerá todo lo que está oculto
y nada quedará sin castigo.
¿Qué diré yo entonces, m i­
serable? ¿á qué patrono he de
rogar, cuando apenas el jus­
to se hallará seguro?
¡Oh Rey de terrible Majes­
tad, que salvas gratuitam en­
te á tus elegidos; sálvame,
fuente de piedad!
Acuérdate, ¡Oh Jesús piado­
so y no me pierdas en aquel
día ya que soy la causa de
tu venida al mundol
Buscándome, te sentaste fa*
tigado; me has redimido p a ­
deciendo en una Cruz; que no
sea infructuoso tanto trabajo.
¡Oh justo Juez! Concédeme
tu perdón antes del día de
la cuenta.
Como reo, gimo y llena de
ru b o r la culpa mi rostro; p e r­
dona loh Dios! al que te su­
plica.
Tú que absolviste á María
y escuchaste al ladrón, y á mí
me diste esperanza.
Mis súplicas no son dignas
pero Tú que eres bueno, haz
bonigno que no me abrase en
el fuego eterno.
Dame lugar entre los elegi­
dos, y sepárame de los conde­
nados colocándome á tu de­
recha.
Condenados los pecadores á
las eternas llamas, llámame
con los bienaventurados.
Te ruego humilde, proster­
nado en tu presencia, y con
un corazón contrito, que ten­
gas m isericordia de mí, en el
último instante de mi vida.
¡Oh día aquel de lágrimas,
en que el hom bre pecador se
levantará de la ceniza para
ser juzgadol
Perdónale loh Dios! y c o d cé­
dele el descanso eterno. Amén.
-1 0 -

Lo que sigue del Santo Evangelio


según San Juan. c. V.
En aquel tiempo dijo Jesús
á las turbas de los Judíos:
Yo soy el pan vivo, que des­
cendí del Cielo. Si alguno co­
miere de este pan vivirá eter­
namente: y el pan que yo
daré, por la vida del mundo
es mi carne. Comenzaron en­
tonces los judíos á altercar
unos con otros, y decían: ¿Có­
mo nos puede dar éste su car­
ne á comer? Y Jesús les dijo:
En verdad, en verdad os d i­
go: Que si no comiéreis la car­
ne del Hijo del hombre, y be-
biéreiB su sangre, no tendréis
-1 1 -

vida en vosotros. El que co­


me mi carne, y bebe mi san ­
gre, tiene vida eterna; y yo
le resucitaré en el último día.

O f e r t o r io ¡Oh Señor J e ­
sucristo! Rey de (iloria, libra
á las almas de todos los fie­
les difuntos de las penas del
infierno y del profundo lago:
líbralas do la boca del león
para que no las trague el abis­
mo ni caigan en las tinieblas;
sino que el Príncipe de los
Angeles, San Miguel, las con­
duzca á la luz santa, que p ro ­
metiste en otro tiempo á Abra-
ham y su descendencia, f . Te
ofrecemos, Señor, preces y
- 12-

hostias de alabanzas; recibe*


las en favor de aquellas a l­
mas, por quienes hoy hace­
mos conmemoración: haz, Se­
ñ o r que ellas pasen de la
m uerte á la vida, que prom e­
tiste en otro tiempo á Abra-
ham y su descendencia.

O b l a c i ó n -R e cib e , ¡oh T ri­


nidad Santa! esta oblación,
que te ofrecemos en memoria
do la Pasión, Resurrección y
Ascensión de Jesucristo nues­
tro Señor, y en honor de la
bienaventurada Virgen Muría,
del bienaventurado S. Juan
Bautista y de los Santos Após­
toles San Pedro y San Pablo,
-1 3 -

y de todos los santos, para


que á ellos sirva de honor y
á nosotros aproveche para la
salvación, y se dignen inter­
ceder por nosotros en el cielo,
los mismos cuya memoria v e ­
neramos en la tierra. Por el
mismo Jesucristo nuestro Se­
ñor. Así sea.

S e c r e t a — Te
rogamos, Se­
ñor, nos concedas, que ap ro ­
veche al alma de tu siervo
esta oblación, que al ser in ­
molada la concediste el p e r­
donar los pecados de todo el
mundo. P or nuestro Señor Je ­
sucristo. Amén.
— 14 —

P r e f a c io . — En verdad es
digno y justo, debido y salu­
dable, el darte gracias en todo
tiempo y lugar, Séñor Santísi­
mo, Padre todopoderoso, Dios
etewio, p or Jesucristo Señor
nuestro. P or quien los Ange­
les alaban á tu Majestad, las
Dominaciones la adoran, y las
Potestades la temen, los cielos,
y las virtudes de los cielos, los
bienaventurados Serafines, ce­
lebran todos juntos tu gloria.
Con los cuales y por nuestras
plegarias te rogamos admitas
nuestra confesión diciendo:
Santo, Santo, Santo, Señor
Dios de los ejércitos. Hosanna
ea las alturas.
Bendito sea el que viene en
el nombre del Señor. Hosan­
na en las alturas.

Al alzar la sagrada hostia


Adorárnoste una y mil ve­
ces ¡ohl preciosísimo Cuerpo
de Ntro. Señor Jesucristo que
fuiste enclavado en el ara de
la Cruz para salvación del gé­
nero humano. Amén.

Al alzar el sagrado cáliz


Adorárnoste ¡oh! preciosísima
Sangre de Ntro. Señor Jesu­
cristo que fuiste derram ada en
el ara de la Cruz en'rem isión
de nuestros pecados. Amén.
Conmemoración por los difuntos
Acuérdate también, Señor,
de tus siervos y siervas que
nos han precedido con la se­
ñal de la fé y duerm en en el
sueño de la paz y en especial
de N.
Te suplicamos, Señor, que
des á éstos y á todos los que
descansan en Jesucristo, el lu­
g a r del refrigerio, de la luz y
de la paz. Por el mismo Jesu­
cristo nuestro Señor. A bí sea.

A l o s a g n u s —Cordero de
Dios que quitas los pecados
del mundo, dáles el descanso.
Cordero de Dios, que qui­
- 17-

tas los pecados del mundo,


dáles el descanso.
Cordero de Dios que qui­
tas los pecados del mundo, dá­
les el descanso eterno.
C o m u n ió n . — Señor, yo no
soy digno de que entréis en
mi pobre morada, mas decid­
me una sola palabra y mi a l­
ma será sana.
P o s t c o m u n ió n . — Te roga­
mos Señor, absuelvas de todo
vínculo de pecado, el alma de
tu siervo N. para que, en la
gloria de la resurrección, viva
entre tus santos y elegidos.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
- 18 -

RESPONSO
POR LOS DIFUNTOS

No recuerdes mis peca­


dos, Señor.
I§. Cuando vengas á juzgar
al mundo por el fuego.
f . Dirije, Señor, Dios mío,
en tu presencia mi camino.
í§. Cuando vengas á juzgar
al mundo por el fuego.
f . Dales, Señor, descanso
eterno y luzca para ellos la
luz perpétua.
R). Cuando vengas á juzgar
al mundo por el fuego.
Señor, tened piedad de nos­
otros
— 19-

Cristo, tened piedad de nos­


otros.
Padre nuestro etc.
Y no nos dejes caer
la tentación.
TI). Mas líbranos de mal.
J . De las puertas del in­
fierno.
I§. L ibra Señor las almas
de los fieles difuntos.
Descansen en paz.
1$. Amén.
f . Señor escucha mi oración.
I?). Y llegue á Ti mi clamor.

ORA CIÓ N
EN EL DIA D EL FA LLE CIM IE N TO

|Oh Dios! á quien es pro*


pió usar siempre de miseri*
-2 0 -

cordia y perdonar; te supli­


camos humildemente por el
alma de tu siervo N. á quien
mandaste salir hoy de este
mundo, que no la entregues
en manos del enemigo, ni la
olvides hasta el fin; sino que
mandes sea recibida por los
Bantos ángeles, y conducida á
la patria del Paraíso: para que
no sufra las penas del infier­
no, porque creyó y esperó en
Ti, sino que posea los eternos
gozos. Por nuestro Señor.....

ORACIÓN
POR UN SAC ERDOTE DIFUNTO

¡Oh Dios! que entre los sacer­


dotes apostólicos hiciste res­
- 21-
plandecer á tu siejrvo N. con la
dignidad sacerdotal, haz, te ro ­
gamos, que se agregue perpe­
tuamente á tu compañía. Por
Cristo nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN
POR UN DIFUNTO

Inclina, Señor, tu oído ¿


nuestras súplicas con las que
te pedimos humildes tu mi­
sericordia; para que coloques
en la región de la paz y de
la luz, y dispongas se com­
pañera de tus santos, el a l­
ma de tu siervo N. que m an­
daste salir de este mundo. Por
Cristo nuestro Señor. Amén,
— 22 —

O RACIÓN
POR UNA D IF U N T A

Rogárnoste Señor, por tu


piedad tengas m isericordia del
alma de tu sierva N. y libre
de los contagios de la m ortali­
dad, la restituyas al derecho
de la salvación eterna. Por
Cristo nuestro Señor. Amén.

O RA CIÓ N
POR E L PA D R E Ó MADRE

¡Oh Dios! que nos mandas­


te h o n rar padre y madre; com­
padécete de las almas de mi
padre y de mi m adre y per­
dona sus pecados; y haz que
yo las vea en el gozo de la
-2 3 —

eterna claridad. P o r Cristo


nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN
POR LOS HERM ANOS, PA RIENTES Ó
BIE N H E C H O R E S

lOh Dios! dador del perdón


y amante de la salvación hu­
mana, rogamos, á tu clemen­
cia que á nuestros hermanos,
parientes y bienhechores que
han pasado de este siglo, les
concedas llegar al consorcio
de la perpétua gloria con tus
santos, p o r la intercesión de la
bienaventurada siem pre V ir­
gen María. Por Cristo nues­
tro Señor. Amén.
- 24-

0 3 A C IÓ N

POR L * S ALMAS e n general

Oh Dios, Criador y reden­


tor de todos loa fieles: conce­
de á las almas de tus siervos
y siervas el perdón de todos
los pecados: para que consigan
p or nuestras piadosas súpli­
cas la indulgencia que siem ­
pre desearon. Que vives y re i­
nas con Dios Padre, en uni­
dad del Espíritu Santo. Por
lt s siglos de siglos Amén.
y. Dadles Señor el descan-
eterno.
1$. Y Ja luz eterna luzca pa­
ra ellos.
— 25 —

f . Descansen en paz.
R). Amén.
jf. El alma de nuestro d i­
funto y las almas de los fieles
por la misericordia de Dios
descansen en paz.
R). Amén.
-2 6 —

VARIAS ORACIONES
P O R LOS D I F U N T O S

A J E S Ú S CRUCIFICADO

Miradme ¡Oh mi amado y


buen Jesús! que postrado ante
vuestra divina presencia os
ruego con el mayor fervor, im­
prim áis en mi corazón los sen-
timientos mas vivos de Fó, E s­
peranza y caridad, dolor de
mis pecados y propósito de ja ­
más ofenderos, mientras que
con todo el amor y compa­
sión de que soy capaz voy
contem plando vuestras cinco
llagas comenzando por aque­
llo que de Vos dijo lob mi
— 27 —

Dios! el Santo Profeta David.


Han taladrado m is manos y
m is pies y se pueden contar
todos m is huesos.
Pío V il, Clemente V III y
Benedicto IX , concedió indul­
gencia plenaria en favor de
las almas del Purgatorio á los
que confesados y comulgados
la digan delante de un cru­
cifijo.

O R A C IÓ N DEL SANTO SUDARIO

Señor Dios que nos dejaste


la señal d e'.tu "p asió n en la
Sábana Santa, en la cual fué
envuelto tu Cuerpo Santísimo,
cuando p o r José fuiste bajado
de la Cruz; concédenos, pia­
— 28 —

dosísimo Señor, que por tu


m uerte y sepultura seamos lle ­
vados á la gloria de la resu­
rrección donde vives y reinas
con Dios Padre, en unidad del
Espíritu Santo, Dios por todos
los siglos de los siglos. Amén.

A nim a C r isti

Alma de Cristo santifícame.


Cuerpo de Cristo, Sálvame.
Agua del costado de C risto,
lávame.
Sangre de Cristo em briága­
me.
Pasión de Cristo confórtame.
iOh buen Jesús! óyeme.
Dentro de tus llagas escón­
deme,
- 29-

No permitas que me separe


de Ti.
Del enemigo maligno de­
fiéndeme.
En la hora de mi muerte
llámame.
Y mándame venir á Ti.
P ara que con tus santoB te
alabe.
P o r los siglos do los siglos.
Amén.
- 30-

Algunas buenas obras, que pode­


mos ofrecer por nuestros
queridos difuntos.
I o. Celebrar Misas, encargar
que las celebren, y oírlas.
2o. Confesarse y recibir la
Sagrada Comunión.
3o. Visitar al Santísimo y
com ulgar espiritualmente.
4o. Hacer un rato de me­
ditación.
5o. Rezar algo, singularm en­
te el Trisagio, el Rosario, la
Corona de la Inmaculada, la
de los Dolores.
6o. H acer la visita de alta­
res, especialmente cuando hay
indulgencia plenaria.
- 31-

7o. Hacer un rato de lectura


espiritual.
8o. Hacer algunas mortifi­
caciones, ayunos, cilicios, dis­
ciplinas y otras.
9o. Sufrir con resignación
las penas, enfermedades y tra ­
bajos de toda clase.
10. Dar limosna á los necesi­
tados.
11. Perdonar las injurias y
pedir perdón á quien haya­
mos ofendido.
12. H acer actos de hum ildad,
obediencia, paciencia, etc.
13. H acer la novena de áni­
mas.
14. H acer el mes de las áni­
mas.
-3 2 —

15. Costear la comida á las


jóvenes arrepentidas ó ayudar
con limosnas al sostenimiento
del Asilo de la Sma. Trinidad,
Urquijo 16, Madrid.
16. Visitar á los pobres y
enfermos en sus casas y en
los hospitales.
17. Enseñar la doctrina á
los que la ignoran.
18. Procurar, con buenos
consejos, sostener á los débi­
les en el camino del bien y
apartar de la culpa á los peca­
dores.
— 83 -

Dias qae se gana Indulgencia


plenaria

Confesando, comulgando, te­


niendo la sa n ia bula de C ru za­
da y haciendo la visita de los
cinco altares.
I o- En cada una de las cua
tro Dominicas de Adviento.
—2o. El miércoles, viernes y
sábado de las cuatro tém po­
ras del año. - 3o En los tres
días de las Rogaciones do Ma­
yo.—4o. En la vigilia y día
de la Natividad del Señor, y
en cada una de sus tres Mi­
- 34-
sas.—5o. En los días de San
Esteban, San Juan Evangelis­
ta y Santos Inocentes. - 6o. En
el día de la Circuncisión del
Señor y en el día de la E pi­
fanía.—7o. En las Dominicas
de Septuagésima, Sexagésima
y Quincuagésima.—8o. En to­
dos loa días do cuaresm a.—
9o. En loa ocho prim eros días
desde Pascua de Resurre3ción.
—10. En las fiestas de San Mar­
cos.—11. En el día de la As­
censión del Señor. —12. En la
vigilia y día de Pentecostés.
—13. En los seis días siguien­
tes al de Pentecostés.
Días en que se eaca ánima.

I o. La Dominica de Septua­
gésim a—2o. El martes después
de la Dominica prim era de
cuaresm a.—3o. El sábado des­
pués de la Dominica segunda
de cuaresma.—4o. Las Domi­
nicas tercera y cuarta de cua­
resma. - 5 o. El viernes y sá­
bado después de la Dominica
de Pasión.—6o. El miércoles
de la octava de Pascua de
Resurrección.—7o. El jueves y
sábado de la octava de Pen­
tecostés.
— 36 —

JA C U L A T O R IA S

que tienen concedidas indulgencias


aplicables á las almas del
purgatorio.

¡Jesús mío, m isericordia!


100 dias cada vez que se diga.
¡Alabados sean Jesús y M a­
ría , ahora y siem pre! 50 días
cada vez.
¡Dulcísimo Jesús, no queráis
ser m i Juez, sino m i Salvador!
50 días cada vez.
¡Oh Jesús, Dios mió, os amo
sobre todas las cosas! 50 días
cada vez.
-37 —

Todo por Vos y todo p a ra Vos


Corazón S acratísim o de Jesús.
50 días cada vez.
¡Oh Jesús piadosísim o Se­
ñor, dadles el descanso eterno!
300 días cada vez.
Dulce Corazón de Jesús, sed
m i am or. 300 días cada vez.
¡Buhe Corazón de m i am ado
Jesús, haced que os am e cada
ves más! 300 días cada vez.
Dulce Corazón de M aría, sed
m i salvación. 300 días cada
vez.
Jesús Josc y M a rta , bende­
cidnos ahora y en nuestra ago­
n ía , 300 días cada vez.
A C T O HEROICO DE CA R ID A D
en favor de las benditas almas
del purgatorio.

Este acto de caridad tan


agradable á Dios, tan útil á
las benditas almas del purga­
torio y tan provechoso á nos­
otros mismos, consiste en h a ­
cer entera donación de todas
nuestras obras sa tisfa cto ria s é
indulgencias en favor de ellas.
«Privilegios concedidos por
vario Sumos Pontífices á los
que hicieren este voto ó do­
nación: I o. «Que los sacerdo­
tes que hicieren dicho voto
-3 9 —

puedan gozar todos los días


del año de la concesión de al­
tar privilegiado personal.» •
P or el voto de las án im a s
sólo ofrece el sacerdote en f a ­
vor de ellas el fru to etpecial
y personal que le corresponde:
a si que puede a p licar la M isa
p o r la intención de otras p e r ­
sonas como s i no hubiera he­
cho dicho voto.
2°. «Que todos los fieles cris­
tianos que se obligaren con
el mismo voto pueden ganar
indulgencia plenaria, tan solo
aplicable á los fieles difuntos,
en cualquier día que se llega­
ren á la Sagrada Comunión y
en cualquier lunes del año
— 40 —

que oyeren el santo Sacrifi­


cio de la Misa en sufragio de
los mismo fieles difuntos, con
tal que en ambos casos visiten
alguna iglesia ú oratorio pú­
blico, y por algún espacio de
tiempo oren allí por la inten­
ción de Su Santidad.»
3o. «Que sea también perm i­
tido á los mismos fieles cris-
tiános aplicar por las almas
de los difuntos todas y cada
una de las indulgencias que
pudieren ganar, en cualquiera
form a que se hubieren con­
cedido ó se concedieren (Pío
IX.)
FÓRMULA
p a ra h ac er e l v o to

Dios mío, uno y trino en


Personas: deseando vuestia
m ayor gloria, ó im itar mejor
á mi dulcísimo Redentor J e ­
sucristo, y m ostrar mi sincera
esclavitud á la Madre de mise­
ricordia María Santísima, que
tam bién es Madre de las po­
bres almas del purgatorio, me
propongo cooperar á la r e ­
dención y libertad de aquellas
almas, encarceladas por d e u ­
das de penas á la divina Ju s­
ticia, merecidas por sus peca-
ods; y en aquel modo que pue­
— 42 -

do lícitamente, sin obligación


á pecado, os ofrezco mi ex-
pontáneo deseo de lib rar del
Purgatorio todas las almas que
María Santísima quiere que
sean libres, y en su virtud pon­
go en manos do esta piado­
sísima Señora todas mis obras
satisfactorias, propias y p a r­
ticipada?, tanto en vida como
en muerto, y después de mi
muerte. Os ruego, Dios mío,
que aceptéis y confirméis es­
te mi ofrecimiento, que yo os
reitero á honra vuestra y bien
de mi alma.
Y si tal vez mis obras sa­
tisfactorias no bastasen para
pagar todas las deudas de
— 43 —

aquellas almas predilectas de


la Santísima Virgen, y para
satisfacer las que yo mismo
hubiese contraido por mis cul­
pas, que de todo corazón odio
y detesto, me ofrezco, oh Se­
ñor, para pagaros, si es vues­
tra voluntad, en el Purgatorio,
todo lo que me faltare, aban­
donándome al propio tiempo
en los brazos de vuestra mi­
sericordia, y en los de mi dul­
císima Madre María. Y de es­
te mi voto sean testigo todos
los vivientes en las tres Ig le ­
sias: triunfante, purgante y
militante.
-4 1 -

A d v e rte n cias

I a. Para hacer este voto no


es necesario pronunciar pa­
labras; basta que se haga con
el corazón: ni es preciso re ­
petirlo muchas veces.
2o. En nada se opono este
voto al orden de la caridad,
que nos obliga á pedir p ri­
mero p or nuestros parientes
difuntos, por los hermanos de
las cofradía! á que pertene­
cemos, etc..., puesto que una
cosa es pedir, á lo cual p e r­
tenece el fruto impetratorio de
que aquí no se trata, y otra
el sufragar, á lo cual corros-
— 45 —

ponde el fruto satisfactorio y


si bien es cierto que la ca­
ridad tambiéh nos pide que
ofrezcamos nuestros sufragios
en prim er lugar por nuestras
más allegadas, ésto no obstan­
te, María Santísima conoce me­
jo r que nosotros cuáles son
nuestros deberes, y distribui­
rá nuestras buenas obras en­
tre nuestros parientes, amigos,
etc....... según el beneplácito
divino. Por consiguiente, po­
demos practicar todas las o ra ­
ciones acostumbradas, dirigi­
das á obtener de Dios, de la
Virgen Santísima y de los San­
tos cualquier gracia, pues és­
to no se opone al voto por
— 46 -

el cual sólo se aplica A las


benditas almas el fruto s a tis ­
facto rio propio 6 participado
por las indulgencias, quedán­
donos el m eritorio, que á na­
die podemos comunicar, y el
propiciatorio é im petratorio.
NOVENA
KN B U I U A U I O DF. LAS

Benditas Almas del Purgatorio.


— * - * - í—
Puesto de ro d illa s ante una
im agen de Jesús Crucificado
se p ersig n a rá y con devoción
d irá el acto de contrición.
Señor inío Jesucristo, Dios
y hom bre verdadero, Criador
y Redentor mío, por ser Vos
quien sois, y porque os amo
sobre todas las cosas, á mí me
pesa de todo corazón de habe­
ros ofendido: propongo firme­
- 48 -

mente de nunca más pecar,


de confesarme, de cum plir la
penitencia que me fuere im­
puesta, de apartarm e do todas
las ocasiones de ofenderos:
ofrézcoos mi vida, obras y tra ­
bajos, en satisfacción de to­
dos mis pecados, y confio en
vuestra bondad y m isericor­
dia infinita me los perdona­
réis p or los méritos de vuestra
preciosísima Sangre Pasión y
Muerte, y me daréis gracia pa­
ra enmendarme y para perse­
v erar en vuestro santo ser­
vicio hasta el fin de mi vida.
Amén.

Después d irá la siguiente:


- 49-

ORA.CIÓN

para todos los d ía s

Omnipotente y M isericor­
diosísimo Jesús, postrado ante
vuestra soberana presencia y
compadecido de los acerbos
dolores que sufren las benditas
almas de purgatorio, os pido
aceptéis mis oraciones como
sufragio y descuento de lo que
deben sufrir y me concedáis
verdadero arrepentim iento de
todos mis pecados para que
así me libre de caer en aquel
lugar de sufrimientos. Amén.
— 60 —

O RA CIÓ N

paka el dIa prim ek u

Señor mío Jesucristo, por


aquella caridad que os hizo
encarnar en el seno de la Sma.
Virgen María, os ruego soco­
rráis á laa almas del purga­
torio y en especial á la de
vuestro siervo N. y á las más
necesitada?. Amén.
Después se resarán tres P a ­
dre nu estros y Ave M a ría s,
y el responso, pág. 18.
SU FRA G IO

Rezar con gran fervor una


parte de rosario.
-5 1 -

DÍA SEGUNDO

Todo como el p rim e r d ía e x ­


cepto la siguiente:

ORACIÓN

Señor mío Jesucristo, por


aquella caridad que os obligó
á nacer en un establo, os rue­
go socorráis el alma de vuestro
siervo N. y á las que llevan
sufriendo más tiempo. Amén.
Se concluye como el p rim e r
d ia pág. 50.

S U F R A G IO

Hacer un rato de lectura es­


piritual.
-6 2 —

DÍA TERCERO
Todo como el p rim e r día ex­
cepto la siguiente-.
ORACIÓN

Señor m5o Jesucristo, por


aquella caridad ¡que os hizo
experim entar tantos trabajos
por salvar á los pecadores os
ruego socorráis al alma de
vuestro siervo N. y á las almas
que más olvidadas se encuen­
tra n Amén.
Se concluye como el p rim e r
d ía , p á g . 50.
S U F R A G IO
Pensar un rato en lo que
-5 3 —

más nos atorm entará en la ho­


ra de la m uerte y proponer
seriam ente corregirnos de ello.
DÍA CUARTO
Todo como el p r im e r d ía ex-
cepto la siguiente:
ORACIÓN

Señor mío Jesucristo, por


aquella caridad que os con­
dujo á predicar en el mundo
os ruego socorráis el alma de
vuestro siervo N. y 6 las que
sufren mayores penas y ten­
gan que estar más tiempo en
el purgatorio. Amén.
Se concluye como el p rim er
d(a, pág. 50.
— 54 -

S U F R A G IO

Vor si tenemos rencor á al­


guna persona y perdonar de
veras visitándola ó hablándo­
la con agrado.

DÍA QUINTO
Todo como el p rim er d ía ex­
cepto la siguiente:

ORACIÓN

Señor mío Jesucristo, por


aquella caridad que os llevó á
ser maltratado, os ruego soco­
rráis el alma de vuestro siervo
N. y aquellas que están más
próxim as á Balir del P u rg ato ­
rio. Amén.
— 65 —
Se concluye como el p rim e r
d ía pág. 50.
SU FRA G IO

Hacer alguna limosna en su


favor aunque sea pequeña.

DÍA SEXTO
Todo como el p r im e r d ia ex­
cepto la siguiente:
ORACIÓN

Señor mío Jesucristo, por


aquella caridad que os llevó
á ser vituperado y condena­
do á muerto os ruego os apia­
déis del alma de vuestro sier­
vo N. y en éspecial la que os
sea más querida. Amén.
- 56 —

Se concluye como el p rim e r


d ía i á g . 50.
SUF AGIO

Hacer un detenido examen


de conciencia para preparar­
se á una buena confesión.
DÍA SEPTIMO
Todo como el p rim e r d ía ex­
cepto la siguiente:
ORACIÓN

Señor mío Je&ucristo, por


aquella caridad que os con­
dujo á ser azotado y corona­
do de espinas, os ruego soco­
rráis el alma de vuestro sier­
vo N. y la que fuó más devota
de vuestra Pasión. Amén.
— 57 —

Se concluye como el prim e r


día, f ág. 50.
SU FRA G IO

H acer una buena confesión


como si fuera la última de
la vida.
DÍA OCTAVO
Todo como el p r im e r día ex­
cepto la siguiente:
ORACIÓN

Señor mío Jesucristo, por


aquella caridad que os llevó
á m orir sobre una Cruz, os
ruego socorráis á vuestro sier­
vo N. y á las almas que es­
tán padeciendo que son de mi
m ayor obligación. Aipén,
- 58 -

Se concluye como el prim er


dia, pág. 50.
SU F R A G IO

Recibir con gran devoción


la sagrada Eucaristía.

DÍA NOVENO
Todo como el p rim er d ia ex­
cepto la siguiente:

ORACIÓN

Señor mío Jesucristo por


aquella caridad que os hizo
bajar al Seno de Abraham á
sacar las almas justas, os ru e ­
go saquéis del P urgatorio el
alma de N. y olvidéis y acor­
— 59 —

téis las penas que todos es­


tán sufriendo. Amén.
Se concluye como el p rim e r
día , pág. ~>0.
SUFRA G IO

Mandar decir ó por lo m e­


nos oír la Santa Misa con la
mayor devoción.
- 60 —

RESPONSO MAYOR

Libradme Señor, de la m uer­


te eterna, en aquel día te rri­
ble: Cuando se conmoverán
los cielos y la tierra; y ven­
dréis con fuego á juzgar á los
siglos.
f . Estoy temblando y cu­
bierto de temor, aguardando
el juicio y la ira venidera:
Cuando se conmoverán los
cielos y la tierra. J . Aquel
día será un día de ira, de ca­
lam idad y miseria: día g ran ­
de, y sumamente amargo. Y
vendréis con fuego á juzgar
— 61 —

á todos los siglos. Señor, dad­


le el descanso eterno y h a ­
ced que brille para él la luz
inextinguible. Libradm e, Se­
ñor, de la muerte eterna: en
aquel día terrible. Cuando se
conmoverán los cielos y la
tierra: y vendréis con fuego
á juzgar á todos los siglos.
Señor, tened piedad de nos
otros.
Cristo, tened piedad de nos­
otros.
Señor, tened piedad de nos­
otros.
Padre nuestro.........
J . Y no perm itas que cai­
gamos en la tentación.
II). Antes libradnos de mal.
- 62-
f . Atended, Señor, á mi
oración.
I§. Y haced que mis cla­
mores lleguen hasta Vos.
t . El Señor sea con vos­
otros.
R). Y con tu espíritu.
ORACIÓN

Señor; no entréis en juicio


con vuestro siervo: porque na­
die puede justificarse en vues­
tra presencia, si antes no le
perdonáis enteram ente todos
sus pecados. Os rogamos, Se­
ñor, que no oprim áis con vues­
tra sentencia de juez, á aquél
que, os recomienda la oración
sincera de la fe cristiana; si­
— 63 —

no que asistido con vuestra


gracia santa, pueda evitar la
sentencia de reprobación e ter­
na ya que m ientras vivió es­
tuvo adornado con el sello do
la Trinidad Santísima. Haced­
lo Señor, Vos que yívíb y
reináis por los siglos de los
siglo?. Amén.

ORACIÓN

Os suplicamos, Señor, que


libréis el alma de vuestro sie r­
vo (ó sierva) de todas las pe­
nas del pecado; para que en
la gloria de la resurrección
pueda v ivir resucitado, (ó re ­
sucitada) entre vuestros San­
— 64 —

tos y escogidos. Por Jesucris­


to nuestro Señor. Amén.
Señor, dadles el descan­
so eterno.
R). Y haced que brille pa­
ra ellos la luz inextinguible.
jf. Descansen en paz.
Amén

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