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B2 E.NSAYOS Y NOTAS t:
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co,,ún sino que atentamos contra la originalidad de la vid¿r, ll'
conlra aquello que efectivamente la hace única. La verdad or.i.
ginal de la vida es su vivacidad y esa vivacidad es consecuen-
cia de ser mortal, finita: la vida está tejida de muerte. pero ¿rl VIDA DE MATSUO BASHÓ
decirlo convertimos en dos conceptos, vida y ntuerte, la vivaz
y fúnebre unidad vida-muerte. ¿Hay un lenguaje que diga, sirr
\l\rsuo Besuó (o a la occidental: Bashó Matsuo) nació
decirla, esa unidad? Sí, el haiku: una palabra que es la órítica en
literario; Kinsaku
de la realidad, una realidad que es la bur-la oblicua del signifi- tr, t i, en Ueno. Bashó fue su último nombre
cado. El haiku de Bashó nos abre las p.rertas de satori: senti- lrr su r-IO[Ibre de nacimiento' Su padre era un samurai de A
es-
Ios
do y falta de sentido, vida y muerte, coexisten. No es tanto Ia , t.,()s recursos aI ser-vicio de 1a páderosa Eamilia Todo'
como
anulación de los contrarios ni su fusión como una suspensión ,,rr('vc años Bashó fue enviadO a casa de sus señores'
del ánimo. Instante de la exclamación o de la sonrisu, lu po"- ,,..i á" Vorfritada, el heredero de los Todo;
eI joven Yoshitada
que pronto
sÍa ya no se distingue de la vida, la realidad reabsorbe a la , ,,, l,p"*u. dos años mayor afe Ba¡hó, de modo
significación. La vida no es ni larga ni corta sino que es como 1,,, rrnió una estrecha amistad, originada
y fortalecida por su
el relámpago de Bashó. Ese relámpago no nos ¿rvisa de nues_ ' , )nríln afición a la poesía' Los dos muchachos estudlaron et
(1624-1703), discípulo
tra mortalidad; su misma intensidad deluz, seme.jante a la in_ rrlr: de la poesÍa con Kitamura Kigin
tensidad verbal del poema, nos dice que el hombre no es úni- ,1, 'l'eitoku y éI mismo poeta de distinciól' Se
conservan poe-
litera-
camente esclavo del tiempo y de la muerte sino que, dentro de ,',,rá" épo.u fit-udos por Sengin y.Sobo' nombres
muere en
sí, lleva a otro tientpo. Y la visión instantánea de ese otro tiem_ ,r,,s del"ru ioven señor y de su paje y amigo'
Sengin
pide sepa-
po se llama poesía: crítica del lenguaje y de Ia realidad: críti_ l()66 y Bashó, up.rluáo por esta muerte prematura'
y e1 poeta
ca del tiempo. La subversión del sentido produce una rever_ ,,,,r"á"1 servicit de la familia; rechazan su petición
lectura
sión del tiempo: el instante del haiku es inconmensurable. La lrrrve a Kioto. Nuevos estudios cle poesía y caligrafía;
con Juteini' aunque
poesía de Bashó, ese hombre Fn_rgal y pobre que escribió ya ,1,' los clásicos chinos y japoneses; amol'es
entrado en años y que vagabundeó por todo el Japón clur- tlti.i1{a sobre ella' En 1672
lx)co se sabe de "rt" "pitáU" I
miendo en ermitas y posadas populares reconcentraclo Itrrshó se instala en Edt (Tokio). En 1675
conoce al poeta Soin
que contemplaba largamente un árbol y-ese poética
un cuer-vo sobre el l clurante algún tiempo es miembro de sudeescuela y
Tosei su len-
árbol, el brillo de la luz sobre una piedra- ese poeta que des- (t)tmrin). CaÁb;a ,,-, ,t-bt" Iiterario por el
liter:ario' Publica
pués de remendarse las ropas raídas leía a los clásicos chinos lrrzrie poético por uno más fluido y menos
poco a poco una
silencioso que hablaba en los caminos con los labraclo- ,,,,'ias artologát. Ya libre de influencias' crea
-ese y admiradores'
res y las prostitutas, los monjes y los niños-, es algo más que nrteva poesía y pronto lo rodean discípulos
una obra lite.aria: es una invitación a vivir de veras la vidi v también y sobre todo experiencia interi<x;
l'cro Ia literatura es
b-"ig]"
la poesía. Dos realidacles inseparables y que, no obstante, ja- intensa búsqueda, años de Áeditación y aprendizaj:
(1643-1715)'
más se funden enteramente: el grito del páiaro y la luz del ie- tlirección del maestro de z'en, el monie Buccho
Ie re-
lámpago. []no de sus admiradores, Sampu, hombre acomodado' Ese
México, 1954 ¡¡zrla una pequeña casa
cerca de1 río Sumida' en 1680'
,l-,lr^" ,nt át.o de sus discípulos le ofrece, como presente,
da nombre a la ermi-
una planta de banano (Bashó)' Laplanta
y de lenta
["Tres momentos de la literatura japonesa" se publicó en Las peras ta y iuego al poeta mismo' Periodo de meditación
del cuerpo' de
del olmo, uNen, México, 1957, y en el segundo volumen cle las OC, conquista, contra angustia psíquica .y,males
crece' lo mis-
tanto de la edición de 15 volúmenes como en la de ocho.l una siempre precaria"serenidad' Su influencia
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84 ENSAYOS YNOTAS
I Paz y Keene habían sido presentados a principio de ese año por eI legen-
,l¡rr-io orientalista y musicólogo Faubion Bowers' Simpatizaron de inmediatcr
r :rr amislad nunca se internrmpió.
¿ Keene tenía también en alio aprecio las traducciones de Waley pero hay
que
,¡uc decir que sus métodos y sus resultados eran muy distintos' Es fama
uno los larguísimos capítulos dela Historia de Genii y lue-
w,rl.y leía c^cla cle
1,,,, ,i, ,olr". a mirarlo, Io escribía
en inglés' Keene' como eI comÍrn de los
rr rortales, avanza línea por línea.
r La segunda edición dela Antología de la literatura fantástica, de 1965, se
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a7
Bó ENSAYOS Y NOTAS LITERATURA JAPONESA
I
88 ENSAYOSYNOTAS
La objetividad de Buson no excluye Si el horror forma parre del sentimiento del mundo de Issa,
a la sonrisa:
en su visión hay también humo¡, simpatía y una suerte de resig-
Guardián de frutos nación jubilosa:
Al Fuji subes
sin arco y flechas:
-pero despacio subes,
¡espantapájaros! -pero
caracolito.
98 ENSAYOSYNOTAS I,A TRADICIÓN DEL HAIKU 99
de dos realidades
Pavo real, Iargo fulgor: Tablada concibe al haiku como la unión
tan cerca de Reverdy como
por el gallinero demócrata ,',.l .-u, .runtas palabras, poética
dos poemas 9'1 .to'
pasas como urra procesión. r[r suS maestros japoneses' Citaré ahora por Ia alian-
el,primero
tl«rs visiones ut rotrtu^"tltá -od"t'-tus'
por el humor y las
Tablada casi siempre está más cerca de Teitoku que de .. de 1o cotidiano v r"'i"tárii", el segundtIuna y los gatos:
la
Bashó: ,,-*iu.io."s lrerbaies y visuales entre
Insomnio:
en su przarra negra Juntos en Ia tarde lranquila
suma cif¡as de fósforo. vuelan notas de Angelus'
murciélagos Y golondrinas'
Por nada los gansos
tocan alarma Baio mi ventana la luna en los teiados
en sus trompetas de barro. Y las sombras
chinescas
la música china de los gatos'
Y
El poeta mexicano conserva Ia estructura tripartita del
el poeta mexicano
haiku allnque poquísimas veces se ajusta a sLr esquema métri- Casi nunca sentimental ni decorativo'
una difícil simplicidad
co (17 sílabas: 5/715). Pero hay un ejemplo de perfecta adapta- ¡lcanzaen unos .'u"tát á" sus haiku
ción métrica y de real poesía: la aprobación de Bashó' En ellos
c¡ue tal vez habría -"t"tiJcl
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1O2 ENSAYOSYNOTAS LA TRADICIÓN DEL HAIKU
el humor se vuelve complicidad, comunidad de destino con cl ,,,('nlo de la escritura japonesa debe haber sido rudimentario
mundo animal, es decir, con el mundo: r 'r { ) Sr-rS libros y artíc;los revelan un trato directo con
la gen-
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ENSAYOS Y NOTAS
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