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No hay nada.

Fomentar el diálogo es escuchar realmente la voz de los niños


en su sentir, sus ideas del mundo que están aprendiendo a conocer; es lograr
en ellos la comprensión de ese mundo que los rodea; por ello nuestra
interacción como adultos orientadores se vuelve tan fundamental. Diversas
investigaciones manifiestan que la comunicación se debe dar con el bebé
desde el momento de gestación, pues desde allí, reciben información del
medio que los recibirá y a través de la emoción percibida, la forma de
asumirlo.

Por ello la importancia de explicarle a los niños todo lo que sucede y esto a
través del diálogo, de la comunicación, de la palabra. Aquí es donde el
adulto se convierte en un traductor del mundo para ese infante; debe
traducir emociones, situaciones, personas y momentos; para así construir un
hábito donde el adulto explica al infante el mundo tangible e intangible que
lo rodea; el significado de la situación, el sentir y actuar de los implicados
las consecuencias que podemos tener, las diferentes alternativas sobre la
misma situación, y las hipótesis de cómo poderlos solucionar teniendo
presente diversas alternativas. Es abrir la mirada a los niños sobre una
situación y todo lo que esto puede involucrar.

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