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Fundamentos

de la sociología

Temas a desarrollar:
2.2.1. Concepto y
clasificación de cultura.
2.2.2. El hombre y la cultura.
2.2.3. El grupo y la cultura.
2.2.4. Niveles de la cultura.
2.2.5. Elementos de la
cultura: normas, principios,
símbolos, costumbre,
valores.
2.2.6. Identidad cultural
2.2.1. Concepto y clasificación de cultura
Los sociólogos definen la cultura como <<diseños de formas de vida>>: los valores, las
creencias, la conducta, las costumbres y los objetos materiales que constituyen la forma de
vida de un pueblo. La cultura es una caja de herramientas con soluciones para los problemas
cotidianos. Es un puente hacia el pasado, así como una guía hacia el futuro. Un documento
clásico lo expresa de la siguiente manera:
Estoy de acuerdo, con Max Weber, en que el hombre es un animal suspendido en una red de
significados que el mismo ha tejido, estoy convencido de que la cultura es esa red y, en
consecuencia, su estudio no es una ciencia experimental a la búsqueda de una ley sino una
búsqueda de significados… (Geertz, 1995:5, las cursivas son nuestras)
Para empezar a comprender la cultura, es de gran ayuda distinguir entre pensamiento y cosas.
Lo que los sociólogos llaman cultura no material es el mundo intangible de las ideas creado
por los miembros de una sociedad y que va desde el altruismo hasta el budismo zen.
Por otra parte, la cultura material constituye las cosas intangibles creadas por los miembros
de una sociedad, desde un arma hasta una cremallera, desde un teléfono móvil hasta un objeto
de cerámica. Ambas implican prácticas culturales, modos de acción que empleamos en la
miríada de pequeños encuentros que se producen en la vida diaria (Bourdieu, 1990). Los
seres humanos hacemos cultura y ella a su vez <<nos hace>>. Se convierte en parte de
nosotros mismos (lo que a menudo describimos, pero inadecuadamente, como <<naturaleza
humana>>).
Para los sociólogos, no existe una naturaleza humana como tal: la <<naturaleza>> se
manifiesta a través de nuestras diversas historias y culturas.
CLASIFICACIÓN:
En forma más detallista la cultura se clasifica, de acuerdo a sus definiciones, de la siguiente
manera:
Tópica: La cultura consiste en una lista de tópicos o categorías, tales como organización
social, religión o economía.
Histórica: La cultura es la herencia social, es la manera que los seres humanos solucionan
problemas de adaptación al ambiente o a la vida en común.
Mental: La cultura es un complejo de ideas, o los hábitos aprendidos, que inhiben impulsos
y distinguen a la gente de los demás.
Estructural: La cultura consiste en ideas, símbolos, o comportamientos, modelados o
pautados e interrelacionados.
Simbólico: La cultura se basa en los significados arbitrariamente asignados que son
compartidos por una sociedad.
La cultura puede también ser clasificada del siguiente modo: Según su extensión
Universal: Cuando es tomada desde el punto de vista de una abstracción a partir de los rasgos
que son comunes en las sociedades del mundo. Por ej., el saludo.
Total: Conformada por la suma de todos los rasgos particulares a una misma sociedad.
Particular: Igual a la subcultura; conjunto de pautas compartidas por un grupo que se integra
a la cultura general y que a su vez se diferencia de ellas. Ej.: las diferentes culturas en un
mismo país.
Primitiva: Aquella cultura que mantiene rasgos precarios de desarrollo técnico y que por ser
conservadora no tiende a la innovación.
Civilizada: Cultura que se actualiza produciendo nuevos elementos que le permitan el
desarrollo a la sociedad.
Analfabeta o pre-alfabeta: Se maneja con lenguaje oral y no ha incorporado la escritura ni
siquiera parcialmente.
Alfabetea: Cultura que ya ha incorporado el lenguaje tanto escrito como oral.
Según su carácter dominante:
Censista: Cultura que se manifiesta exclusivamente por los sentidos y es conocida a partir de
los mismos.
Racional: Cultura donde impera la razón y es conocido a través de sus productos tangibles.
Ideal: Se construye por la combinación de la censista y la racional
Según su dirección:
Posfigurativa: Aquella cultura que mira al pasado para repetirlo en el presente. Cultura
tomada de nuestros mayores sin variaciones. Es generacional y se da particularmente en
pueblos primitivos.
Configurativa: Cultura cuyo modelo no es el pasado, sino la conducta de los contemporáneos.
Los individuos imitan modos de comportamiento de sus pares y recrean los propios.
Prefiguraría: Aquella cultura innovadora que se proyecta con pautas y comportamientos
nuevos y que son válidos para una nueva generación y que no toman como guía el modelo
de los padres a seguir, pero si como referentes.
2.2.2. El hombre y la cultura.
En la historia general de la filosofía, ha sido común la identificación de la cultura con el
conocimiento, sin destacarse otros momentos esenciales de la actividad humana, como la
praxis , el valor y la comunicación8 . Sin embargo, al vincularse directamente con la
educación y la formación del hombre, si bien se continúa priorizando el momento
cognoscitivo, trasciende sus límites. “Este termino - se refiere a cultura – tiene dos
significados fundamentales. El primero es más antiguo y significa la formación del hombre,
su mejoramiento y perfeccionamiento. Francis Bacon consideraba la cultura en este sentido
como “la geórgica del alma” (De Augm. Scient. , VII,1) alcanzando así también el origen
metafórico de la expresión. El segundo significado indica el producto de esta formación,
esto es, el conjunto de los modos de vivir y de pensar cultivados, civilizados, pulimentados
a los que se le suele dar también el nombre de civilización. El paso del primero al segundo
significado se produce en el siglo XVIII por obra de la filosofía iluminista y se precisa bien
en el siguiente fragmento de Kant: “La producción, en su ser racional ,de la capacidad de
escoger los propios fines en general (y por lo tanto de ser libre) es la cultura.

El significado de la cultura, vinculada a la formación humana, tiene sus antecedentes en


Grecia y Roma, es decir, a lo que los griegos llamaban Paideia y los romanos, de tiempos
de Cicerón y de Varrón, Humanitas, a la educación debida a las buenas artes (poesía,
elocuencia, filosofía, etc.). En este sentido, la cultura fue para los griegos la búsqueda y la
realización que el hombre hace de sí, o sea, de la verdadera naturaleza humana,
destacándose dos caracteres constitutivos:
1) La estrecha relación con la filosofía.
2) La estrecha vinculación con la vida en comunidad.

En fin, en la concepción de los griegos, el hombre no puede realizarse como tal sino a
través del conocimiento de sí mismo y de su mundo, mediante la búsqueda de la verdad;
pero sólo su realización se completa y es eficaz, en la comunidad, en la polis. 10
Esta concepción de la cultura de base aristocrático-naturalista, excluía en sus ideas de
racionalizar, toda actividad “infrahumana”, incluido por supuesto, el trabajo manual que era
propio de los esclavos.
Sólo la actividad teórica, contemplativa, era por excelencia, humana.
El concepto griego de la Cultura se conserva en parte, en la Edad Media, aunque la cultura
tiene por fin, la preparación del hombre para sus deberes religiosos y la vida extra mundana.
El Renacimiento, sin abandonar la concepción aristocrática de la actividad, aboga por valores
acorde con el ideal griego, que concibe la formación del hombre en su mundo, incluyendo la
religión como parte integrante de la cultura. Pico de Mirándola como Carlos Bobillo, abordan
la salvación humana como medio que hace del hombre un microcosmo, en el cual, el propio
macrocosmo encuentra su perfección.

En la época moderna el concepto de cultura se enriquece con nuevas mediaciones. El


iluminismo, particularmente, la Enciclopedia Francesa hace énfasis en la necesidad de la
crítica racional y la universalización de la cultura, pues no es sólo una empresa de una elite
de doctos. El concepto de cultura se amplía, no incluye sólo las disciplinas clásicas, sino las
matemáticas, la física, las ciencias
Ahora el concepto de cultura se identifica con el enciclopedismo. Concepción ésta que va a
dominar el siglo XIX y parte del siglo XX, y que fue objeto de la crítica profunda por
Benedetto Croce.
Muchas concepciones de la cultura aparecen en la palestra histórica y muchos enfoques y
teorías defienden su verdad, a partir de disímiles principios y premisas.

El Marxismo, en la década del 40 del siglo XIX, sin abandonar lo mejor de la herencia clásica,
y sin fundar una teoría sistematizada de la cultura, aportará importantes fundamentos con la
nueva concepción del hombre, la actividad humana y la historia. Las tesis sobre Feuerbach y
la Ideología Alemana fundan el núcleo teórico de una nueva concepción de la cultura13, al
comprender la conciencia como ser consciente y el ser de los hombres como un producto de
su vida real y práctica, pues no es la conciencia la que determina su ser, sino el ser social
(condiciones materiales de existencia) determina la conciencia social. A partir de este
descubrimiento es posible explicar la cultura como ser esencial del hombre y medida de su
ascensión.
El hombre, la actividad humana y la cultura
La intelección de la relación hombre-actividad humana-cultura aporta los principios
teórico-metodológicos para una comprensión profunda del devenir humano en sus varias
determinaciones sociales. El hombre sociohistóricamente determinado por su praxis social,
elabora su segunda naturaleza, crea el cuerpo de la cultura y se realiza en ella14. Se trata de
un complejo proceso de objetivación y subjetivación de su ser esencial a través de la praxis,
pues la vida, en el decir de Marx, es esencialmente práctica. Sencillamente, “el hombre se
duplica no ya sólo intelectualmente, como sucede en la conciencia, sino asimismo
realmente, en la actividad, y se contempla a sí mismo en el mundo que ha creado”15. La
cultura como mundo creado por el hombre, integra sus propias condiciones materiales de
existencia (ser social) y la conciencia social en la que se transparenta y refleja.
El mundo material y espiritual engendrado en la actividad social y encarnado en la cultura,
se convierte en fundamento de su quehacer teórico y práctico.
El hombre deviene sujeto en la praxis. Esta constituye el núcleo de la sociedad humana
La actividad humana expresa el modo específico de existencia, cambio y desarrollo de la
realidad social, en pocas palabras, es la forma existencial humana, su modo particular de
ser, existir, conocer, actuar y comunicarse con los otros hombres.
La actividad, define el eterno devenir humano, como constante proceso activo creador. Una
excelente metáfora de Gabriel García Márquez ilustra estos conceptos, “los seres humanos
no nacen para siempre, el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga
otra vez y muchas veces a parirse a sí mismos”.

Esto significa que si bien el hombre como sujeto, es portador de actividad, esto no se
engendra por generación espontánea, de modo incondicionado. Posee condiciones
generales para su existencia en tanto tal; todo un sistema de mediaciones: necesidad –
interés – fin - medios y otras determinaciones, engendradas en el proceso de acción, hasta
culminar en el resultado impulsado por la praxis. Se trata de un proceso internamente
complejo y contradictorio, mediado por la práctica, en tanto relación sujeto - objeto, donde
lo ideal y lo material se convierten recíprocamente, devienen idénticos. La práctica, tiene
una jerarquía particular en los marcos de la actividad humana. Expresa la actividad material
adecuada a fines. Por eso engendra la propia necesidad y funda los intereses, fines y medios
en función del resultado apetecido. Resultado que debe coincidir con el fin, en tanto
expresión de la necesidad y los intereses del hombre.

2.2.3. El grupo y la cultura.


El grupo y la cultura Desde una perspectiva socio-cognitiva, las organizaciones son
vistas como construcciones sociales, constituidas y reproducidas a través de la
interacción social. Esta construcción social de la realidad la afectan los miembros de una
organización a través de procesos sociales y políticos, y les permite negociar sus propias
representaciones de las situaciones e influir en las representaciones y acciones de los
restantes miembros. Un grupo social, llamado también grupo orgánico, es el conjunto de
personas que desempeña roles recíprocos dentro de la sociedad. Este puede ser fácilmente
identificado, tiene forma estructurada y es duradero. Las personas dentro del acta de
acuerdo con unas mismas normas, valores y fines acordados y necesarios para el bien
común del grupo. El distintivo identidad común o pertenencia es necesario y
puede manifestarse en cultura semejante, no necesariamente igualdad en nivel económico;
interactúan para un proyecto común o formando un subgrupo discordante, que
eventualmente adquiere un carácter de controlador. La potencialidad de un grupo social es
totalmente fuerte porque además forman la trama de la sociedad o su negación como un
grupo político o un peligro de destrucción como un pequeño grupo en una sala de
clases. Los líderes formales o informales son el punto fuerte de la trama de
interactuaciones. Cuando la adscripción a determinado grupo social está fuertemente
determinada por criterios económicos y está fuertemente influida por la clase de la familia
en que nace el individuo, el grupo social de los individuos se suele denominar clase social.
Estos grupos sociales son el principal componente de la estructura social, ya que es la
primera estancia en la que se ponen en práctica los estatus y los roles.
2.2.4. Niveles de la cultura.
El primer nivel de la cultura es la Nación o la Sociedad. Se sabe que cada nación o
sociedad tiene su cultura particular. Este nivel tiende a ser el más frecuente en las
conversaciones sobre la cultura. La consciencia de la dinámica y los patrones culturales por
nacionalidad es de particular importancia para ser efectivo en una empresa que opera en
distintos mercados. Sin embargo, es importante reconocer los demás niveles para evitar
simplificar en exceso las diferencias culturales sobre la base de la nacionalidad.
El segundo nivel de la cultura es el Grupo de identidad. Los grupos de identidad basados
en el género, la orientación sexual, la etnia, la religión, la capacidad, la generación, el estatus
socioeconómico y otros factores se utilizan con frecuencia para explicar los diferentes marcos
de referencia y las experiencias. Para aprovechar al máximo los beneficios de la diversidad,
es crucial que la cultura de cada grupo social se vea representada en una organización. Sin
embargo, también es importante destacar que las identidades sociales pueden modificarse
según el contexto. Comprender que la identidad social puede cambiar permite comprender
las diferencias, mejorar las relaciones dentro del grupo y entre los grupos, y asegurar que
existan normas y oportunidades equitativas para todos.
El tercer nivel de la cultura es la Organización. Cada organización tiene su propia cultura
y esto hace que las fusiones y adquisiciones, y los equipos de matriz global sean difíciles de
manejar de forma efectiva. La cultura de la organización indica de qué manera se llevan a
cabo las interacciones y las conductas de las personas dentro de cada organización de acuerdo
a sus valores.
El cuarto nivel de la cultura es la Función. Incluso las diferentes funciones o unidades de
negocios dentro de cada organización tienen su propia cultura. Las formas de interactuar, los
procesos y las experiencias pueden ser diferentes de una función a otra y esto puede derivar
en malentendidos y falta de eficacia. Para generar efectividad y colaboración entre las
funciones, es fundamental abordar las culturas funcionales.
El quinto nivel es la cultura de equipo. Crear un equipo no es una tarea sencilla, aun cuando
los integrantes del equipo pertenezcan en su totalidad al mismo departamento o tengan los
mismos objetivos. La creciente diversidad de la fuerza laboral, junto con los desafíos
específicos que enfrentan los equipos globales, también puede generar dificultades.
El sexto nivel es el Individual (interpersonal e intrapersonal). En otras palabras, cada
persona tiene su propia cultura distintiva, lo que se conoce como personalidad.
Para poder ser culturalmente competente y garantizar el éxito comercial, es importante
reconocer que la cultura opera en estos seis niveles. Esto es responsabilidad de todos los
integrantes de los equipos diversos y globales, pero particularmente de sus respectivos
líderes.
2.2.5. Elementos de la cultura: normas, principios,
símbolos, costumbre, valores.
Los elementos de la Cultura no siempre pueden ser aislados de todo el fenómeno cultural, y
éste de todo el conjunto de los fenómenos sociales. Los Elementos de la Cultura son:
Normas: son principios definidos o reglas de conducta obligatoria de acuerdo a las normas
morales de la sociedad que las personas deben cumplir.
Se refieren al “hazlo” “no lo hagas” de la vida social. A pesar del grado de
obligatoriedad no todas las conductas, por obligatorias que éstas sean, son seguidas al pie de
la letra.

Principios: son el conjunto de valores, creencias, normas, que orientan y regulan la vida de
la organización. Son el soporte de la visión, la misión, la estrategia y los objetivos
estratégicos. Estos principios se manifiestan y se hacen realidad en nuestra cultura, en una
esta forma de ser, pensar y conducirnos

Símbolos: los seres humanos se comunican mediante símbolos, de tres maneras básicas:
La primera es un lenguaje hablado, o sea patrones de sonido con significación. El lenguaje
hablado facilita la comunicación y la enseñanza.
El segundo modo de comunicación es el lenguaje escrito, o sea el registro gráfico del
lenguaje hablado, que permite la conservación del aprendizaje y del legado cultural.
El tercero, es el lenguaje corporal o no verbal, denominación acuñada por la literatura popular
para significar el intercambio de mensajes a través de gestos y actitudes corporales.

Costumbres: son usos corrientes en la Cultura, prácticas cotidianas que surgen


espontáneamente y que se espera que toda la sociedad ponga en práctica(ejemplos: reglas de
comer, formas de saludar, vestimenta). Contienen implicaciones significativas acerca de lo
correcto e incorrecto para una sociedad.

Valores: son ideales abstractos que indican pautas de comportamiento a los miembros de
una sociedad. Gran parte de la conducta de los integrantes de la sociedad están
fundamentadas por valores personales o sociales
2.2.6. Identidad cultural
La identidad cultural es el sello distintivo de un pueblo, su historia, tradición y costumbres,
en el marco de una determinada geografía.
Se gesta en el entramado de la nacionalidad, etnicidad, religión, clase social, generación,
localidad. Es parte de la autoconcepción y autopercepción de un individuo, por lo tanto, la
identidad cultural es tanto característica del individuo como del grupo de miembros,
culturalmente idénticos, que comparten la misma identidad cultural.
Identidad cultural en niñas de Sierra Leona.
“Los peligros de nacer niña en distintas partes del mundo” Stephanie Sinclair. Recuperada
de: nationalgeographic.com.es
La identidad cultural se relaciona con la capacidad de asociarse y sentirse como parte de un
grupo, a partir de su cultura. Si bien habitualmente la cultura remite al idioma, a la raza, la
herencia, la religión, la identidad cultural, también se asocia a la clase social, la localidad, la
generación u otros tipos de grupos humanos.
Identidad individual y cultura se vinculan por la experiencia. Una persona experimenta
diferentes procesos a lo largo de la vida para luego adherirse a algún colectivo y desarrollar
el sentido de pertenencia.
Cuando una cantidad suficiente de personas comparten las mismas creencias, experiencias y
valores, se va delineando una cultura. Las experiencias varían de persona a persona, y la
valoración es subjetiva.
La corporeidad del ser humano es una característica distintiva de la especie humana. Junto
con la estructura del sistema cognitivo, la capacidad de razonar y pensar, el individuo
interactúa, percibe, recibe información, siente y le da significado al mundo exterior y a la
relación con sus pares, otorgándole sentido a la existencia humana en la tierra.
Elementos de la identidad cultural
La identidad y la cultura son los componentes básicos que hacen que las construcciones e
interacciones sociales funcionen y se influyan mutuamente.
Desarrollar una identidad requiere alguna forma de interacción y perspectiva personal
durante un período de tiempo.
La cultura, como elemento fundamental de la sociedad, también requiere de un marco
histórico, de interacción simbólica y elaboración tangible. La cultura se transmite de una
generación a la siguiente. De esta manera, se va construyendo el entramado socio-cultural.
La contribución consciente, inconsciente y constructiva que cada individuo aporta a su
cultura, realimenta la afirmación de la identidad y el sentido de pertenencia. Cuando la
contribución individual y la respuesta social funcionan en sintonía, la cultura y la identidad
personal se amalgaman, crecen y se fortalecen.

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